Nyarlathotep

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Nyarlathotep – Iniciador del Sabbat Por Asenath Mason (Traducido por Manon y Daemon Barzai de Necronomicon Gnosis) Nyarlathotep aparece más a menudo no en el Necronomicon en sí mismo (no hay mención a él en las populares versiones, a parte de Necronomicon: The Wanderings of Alhazred de D. Tyson), pero es una de las deidades líder en los Mitos de Cthulhu por su rol como intermediario entre los seres humanos y los Grandes Antiguos. La primera aparición de su nombre se encuentra en un poema de Lovecraft, en el que lo describió como un dios originario de Egipto. Por otra parte, según se dice es la más antigua de todas las deidades Egipcias. Los investigadores de los Mitos de Cthulhu afirman que su nombre mismo claramente demuestra su origen Egipcio, especialmente la terminación “hotep” que significa “paz”. William Hamblin traduce su nombre como: “ny” - “no”, “har” - “en” o “a través”, “lut” - “portal” o “lugar de juicio”, y “hotep” - “paz” o “descanso”. Así, el nombre completo podría ser traducido como “no hay paz en el portal”, o “no hay paz en el lugar del juicio”. Nyarlathotep es a menudo considerado como una figura originaria del antiguo Egipto y su culto es conectado con el reino del faraón Nephren-Ka (una figura ficticia, aunque ha habido esfuerzos por identificarle con unos pocos reyes Egipcios auténticos), que construyó los laberintos de Kish, donde los rituales en adoración del Dios Negro fueron realizados. Él también es asociado con un artefacto llamado “El Trapezoedro Resplandeciente”, un cristal mágico, traído a la tierra desde el planeta negro Yuggoth. Nyarlathotep es una de las pocas deidades del Necronomicon que aparece en forma humana. Es representado realmente como una negra, delgada figura, con una horriblemente pálida piel, vestido de negro, a menudo una larga túnica negra y un sombrero. Podemos encontrar su descripción en el relato de

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Nyarlathotep – Iniciador del Sabbat

Por Asenath Mason(Traducido por Manon y Daemon Barzai de

Necronomicon Gnosis)

Nyarlathotep aparece más a menudo no en el Necronomicon en sí mismo (no hay mención a él en las populares versiones, a parte de Necronomicon: The Wanderings of Alhazred de D. Tyson), pero es una de las deidades líder en los Mitos de Cthulhu por su rol como intermediario entre los seres humanos y los Grandes Antiguos. La primera aparición de su nombre se encuentra en un poema de Lovecraft, en el que lo describió como un dios originario de Egipto. Por otra parte, según se dice es la más antigua de todas las deidades Egipcias. Los investigadores de los Mitos de Cthulhu afirman que su nombre mismo claramente demuestra su origen Egipcio, especialmente la terminación “hotep” que significa “paz”. William Hamblin traduce su nombre como: “ny” - “no”, “har” - “en” o “a través”, “lut” - “portal” o “lugar de juicio”, y “hotep” - “paz” o “descanso”. Así, el nombre completo podría ser traducido como “no hay paz en el portal”, o “no hay paz en el lugar del juicio”. Nyarlathotep es a menudo considerado como una figura originaria del antiguo Egipto y su culto es conectado con el reino del faraón Nephren-Ka (una figura ficticia, aunque ha habido esfuerzos por identificarle con unos pocos reyes Egipcios auténticos), que construyó los laberintos de Kish, donde los rituales en adoración del Dios Negro fueron realizados. Él también es asociado con un artefacto llamado “El Trapezoedro Resplandeciente”, un cristal mágico, traído a la tierra desde el planeta negro Yuggoth.

Nyarlathotep es una de las pocas deidades del Necronomicon que aparece en forma humana. Es representado realmente como una negra, delgada figura, con una horriblemente pálida piel, vestido de negro, a menudo una larga túnica negra y un sombrero. Podemos encontrar su descripción en el relato de

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Lovecraft Dream in the Witch House, donde se le aparece al protagonista principal, Walter Gilman:

“Un hombre alto y enjuto de piel negrísima, aunque sin el menor rasgo negroide en sus facciones, completamente desprovisto de pelo o barba, y que como única indumentaria llevaba una túnica informe de pesada tela negra. No se le veían los pies a causa de la mesa y el banco, pero debía de ir calzado, pues cuando se movía se oía ruido como de zapatos. No hablaba, ni había expresión alguna en su rostro.”

Los Mitos de Cthulhu lo identifican también con el Hombre Negro, que preside los sabbats de las brujas, celebraciones salvajes al sonido de la música de flauta. El ejemplo más explícito de su rol como el iniciador del Sabbat se encuentra una vez más en la historia Dreams in the Witch House. El protagonista es angustiado en sus sueños por una bruja, que solía vivir en la casa donde él residía, su familiar, Brown Jenkin, y el misterioso “Hombre Negro”. Todas las visiones aparecen en sus sueños, sobre el plano astral: extraños chillidos, cantos, sombras y luces cegadoras, o todos los extraños sonidos de “una monstruosa, medio acústica pulsación, y de la fina, monótona melodía de una flauta invisible”. Todo esto era el heraldo de la próxima Noche de Walpurgis, cuando “el más negro mal del infierno deambulaba por la tierra y todos los esclavos de Satán se reunían para ritos y hazañas innombrables.” La Noche de Walpurgis es la tradicional ocasión sabbática, cuando las brujas se reúnen en lugares secretos en bosques oscuros o sobre las cimas de las montañas con el fin de celebrar el Sabbat con los demonios y los espíritus infernales. Los sueños y visiones iban a preparar a Walter Gilman para su participación en el Sabbat de Nyarlathotep como su sirviente:

“Él debe encontrar al Hombre Negro e ir con todos ellos al trono de Azathoth en el centro del último caos. Él debe firmar el libro de Azathoth con su propia sangre y tomar un nuevo nombre secreto.”

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Nyarlathotep tiene muchas máscaras/avatares que apuntan a su conexión con el concepto del Sabbat. Una de ellas es el anteriormente mencionado Hombre Negro que aparece en las leyendas sobre las brujas y los pactos con el diablo – él es el mediador entre los hombres y las fuerzas oscuras. Él también es identificado con el Hombre Cornudo Celta, y con el Faraón Negro en Egipto – una deidad que parece como un hombre con la piel mortalmente negra, pero tiene pezuñas en lugar de pies.

Como el mensajero de los Grandes Antiguos y su sirviente, puede asumir cualquier forma, en cualquier tiempo y espacio. Su elemento es el Éter. Él mora en la tierra del frío eterno, en Kadath, en el castillo negro, junto con Azathoth (aunque algunas veces se ha escrito que su residencia es el planeta Sharnoth). Nyarlathotep no está “inactivo”, o desterrado fuera del espacio conocido para los seres humanos. Aparece sobre la tierra, entre la gente, en forma humana y hablando lenguas humanas. Transferirá un mensaje a los cultos de los Grandes Antiguos y los Dioses Exteriores cuando las estrellas estén en su posición correcta, y cuando el tiempo de su despertar y levantamiento llegue de nuevo. Él es también llamado “El Caos Reptante”, ya que su naturaleza es caótica y astuta. Ama provocar la locura, la trampa y el engaño. De esta manera recuerda al Embaucador, como Mefistófeles – la encarnación de lo engañoso, el maestro de la ilusión y el engaño, a menudo descrito en la literatura Europea. Esta es también la razón de que le pueda ser adscrito el tercer nivel qlifótico – la qlifa Samael (El Veneno de Dios). Samael (una oscura contraparte de la sefira Hod) es una esfera donde toda la creación y la realidad que la rodea es cuestionada. Esta esfera es a menudo vinculada con la locura – el reverso del orden y de todos los valores conocidos por nosotros. No sorprende que su patrón sea el Caos Reptante en los Mitos de Cthulhu.

Nyarlathotep aparece con extraños sonidos, y salvajes chillidos que no recuerdan a nada humano. De tal forma es descrito por el autor del Grimorium Imperium, un grimorio escrito según se dice por Abdul Al-Hazred, el poeta loco. La introducción al libro fue escrita supuestamente por John Dee, que también tradujo este grimorio (esta es una afirmación que nunca ha sido

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demostrada). El autor escribe que la llegada de Nyarlathotep estuvo precedida por terroríficos chillidos y sonidos que le ordenaban ir dentro del desierto, donde deambuló durante dos días, todo el tiempo oyendo estos chillidos. Al tercer día, vio un demonio que era uno de los avatares de Nyarlathotep. El autor describe su encuentro de la siguiente forma:

“Al tercer día, a la decimoctava hora, el chillido se detuvo y frente a mí estaba un hombre. Era completamente negro, tanto de ropa como de cara, me saludó en mi lengua y con mi nombre. El hombre me dijo su nombre y su nombre era Ebonor y era un demonio.”

De la descripción siguiente aprendemos que Ebonor es uno de los veintiuno avatares de Nyarlathotep que fueron revelados en un libro con direcciones para llamarles en días y horas particulares. Ebonor dotó al autor con la habilidad de entender todas los lenguajes y le contó la historia de los Antiguos Dioses que fueron desterrados de la tierra antes de que la humanidad apareciera. Sólo Nyarlathotep permanecía aquí para actuar como su voz y mensajero.

“¿Quién conocerá el misterio de Nyarlathotep? porque Él es la máscara y voluntad de Aquellos que eran cuando el tiempo todavía no existía. Él es el sacerdote del Éter, el Morador en el Aire y tiene muchas caras que nadie recordará. Las olas se halaban ante Él; los Dioses temen llamarLe. En los sueños de los hombres Él susurra, aunque ¿quién conoce Su forma?”

Necronomicon Project

El Sabbat Astral

Este trabajo de sendero fue construido en base a la historia de H.P. Lovecraft: Dreams in the Witch House.

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Se recomienda meditar en el nombre “Nyarlathotep” antes de realizar la visualización.

Te encuentras solo en medio de un bosque. A tu alrededor sólo puedes oír el aullido del viento. De repente, una rata sale corriendo de entre los árboles. La rata es más grande que cualquier rata que hayas visto. Ella corre hacia adelante, pero se detiene de vez en cuando y mira hacia atrás. Es como si quisiera que la siguieras. Ve detrás de la rata.De repente, la rata desaparece. Te aproximas al lugar donde ha desaparecido y notas un agujero en la tierra y una escalera que conduce hacia abajo. Comienzas a descender por la escalera, pero de repente se terminan los peldaños y comienzas a caer hacia abajo. Te hallas en un mundo subterráneo. La única luz, es una luz roja de origen desconocido. Una vez más ves a la rata. Nuevamente la sigues. Pasas por extravagantes espacios sin límites, increíbles cumbres, planos en equilibrio, cúpulas, minaretes, discos horizontales suspendidos sobre cimas, e innumerables formas de aun mayor desenfreno. Cuanto más te adentras en el submundo, lo oscuro es luminoso, y la luz se vuelve de roja a violeta. Puedes oír cada vez más vívidamente, extraños sonidos de flautas.Finalmente, la rata te guía hacia una puerta. Una gran puerta hecha de un extraño metal donde hay símbolos e imágenes de los Grandes Antiguos. La puerta se abre y vas hacia dentro. Ahora te encuentras en una cámara iluminada por una fuerte luz violeta. Frente a ti hay una mesa con un libro abierto. A su lado hay una pluma y una daga. Detrás de la mesa, notas una figura negra – un hombre joven, alto con ojos brillantes, sin barba ni cabello, vestido con una túnica negra. Te acercas a la mesa. Tomas la daga y cortas tu mano para que la sangre fluya. Tomas la pluma y la sumerges en tu sangre. Firmas con tu nombre en el libro. Cuando has terminado con esto, miras fijamente a los ojos del

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hombre que tienes frente a ti.Cuando unes tus ojos con los de Nyarlathotep, sientes que pierdes el control de tu cuerpo. En un momento eres transportado a una colina oscura, en algún lugar en medio de un Desierto Helado. A tú alrededor hay cientos de sombras y puedes oír gritos salvajes que dicen: ¡Ia, Ia Shub Niggurath! ¡Ia, Ia Nyarlathotep! En el centro del círculo puedes ver un fuego llameando con un extraño e inusual color. Te sientes abrumado por el deseo de la sangre y del éxtasis. Estás lleno de poder. Te lanzas hacia los otros participantes del Sabbat y tomas parte en la orgiástica celebración.

Cuando hayas terminado con la meditación, vuelve al estado normal de conciencia y realiza un destierro de tu elección.