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4 FRIDA KAHLO Dentro de Explorafoto, la Casa Lis acoge todo el poder seductor de la mirada de la artista mexicana, re- tratada una y mil veces. 3 TODD SOLONDZ Un inconformista que con su cruel mordacidad analiza los entresijos más ocultos de la sociedad ameri- cana. Ahora estrena Palíndromos. culturas TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006 El concepto de la máscara articula el amplio contenido del festival Explorafoto. Propuestas dispares para acercarse a uno de los temas centrales del arte contemporáneo: la representación y la verdad que se encierra tras ella. 5 N° 86 Suplemento de artes y letras MASCARADA Obra de Fergus Greer expuesta en el festival Explorafoto

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5 N° 86 Suplemento de 3 TODD SOLONDZ 4 FRIDA KAHLO Dentro de Explorafoto, la Casa Lis acoge todo el poder seductor de la mirada de la artista mexicana, re- tratada una y mil veces. Un inconformista que con su cruel mordacidad analiza los entresijos más ocultos de la sociedad ameri- cana. Ahora estrena Palíndromos. TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006 Obra de Fergus Greer expuesta en el festival Explorafoto

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4 FRIDA KAHLO

Dentro de Explorafoto, la Casa Lisacoge todo el poder seductor de lamirada de la artista mexicana, re-tratada una y mil veces.

3 TODD SOLONDZ

Un inconformista que con su cruelmordacidad analiza los entresijosmás ocultos de la sociedad ameri-cana. Ahora estrena Palíndromos.

culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006

El concepto de lamáscara articulael ampliocontenido delfestivalExplorafoto.Propuestasdispares paraacercarse a unode los temascentrales del artecontemporáneo: larepresentacióny la verdad que seencierra tras ella.

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N° 86Suplemento de

artes y letras

MASCARADAObra de Fergus Greer expuesta en el festival Explorafoto

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d espués de una semana de estrenos acuentagotas e innumerables y muchas

prescindibles –por falta de presencia de au-tores– ruedas de prensa, el festival Explora-foto llena ya prácticamente todos los espa-cios expositivos de la ciudad. Su tema, lamáscara. Proponía la organización una es-pecie de fiesta de disfraces en la inaugura-ción oficial del DA2, pero por lo que se vio nohubo mucha gente que se animara a traves-tirse. Si acuden al largo listado de exposicio-

nes podrán encontrar de todo, especialmen-te fotografía asociada al arte contemporáneomás que a su vertiente estilística documen-tal. El tema se presta a interpretaciones muyabiertas, pero destacamos una: la máscaranos sitúa en un asunto central del arte, lacuestión de la representación y de la verdadpersonal, de autoconocimiento, que se es-conde detrás. Puede ser una vía de interpre-tación que hoy lanzamos para ir desgranandoen próximas semanas el ingente y apreciable

contenido. Empezamos hoy a detallar porFrida Kahlo, el rostro de una mexicana quehace que la exposición lleve el nombre de lamodelo y no de los fotógrafos. Tal era su fuer-za como icono y como mito.

Un cineasta que también busca tras lasmáscaras es Todd Solondz, que acaba de es-trenar palíndromos, en su línea cruel y mor-daz con la familia americana. Les acercamoshoy también un par de cómics que merecen lapena y algunas recomendaciones literarias.N

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1 UN HOMBRE A UN PIANOPEGADOSeguro que muchos de ustedesrecuerdan una función teatral, allá por elen muchos sentidos lejano año 2002,llamada Ricardo i Elena, donde a ratosel escenario del CAEM se convertía en unsuelo/pared por el que andaban/trepabanlos actores y Carles Santos tocaba elpiano. Lástima que no hayamos podidover a Santos de nuevo por aquí, quiénsabe por qué. Quizá en algún próximoFestival de las Artes. Santos es uncreador único dentro del teatro español:su mezcla de escena y música resulta tanpersonal y sorprendente, tan llevada a losextremos, que siempre sale uno contentodespués de pagar la entrada. LaFundación Miró de Barcelona le dedicaahora una exposición, ‘Visca el piano’, enla que podemos ver su faceta ‘artística’,sus intervenciones sobre pianos, tanligadas a su concepto estético y musical.De la web viscaelpiano.com: «En ella seaúna la parte retrospectiva, incluyendomuestras de la amplia trayectoriaartística de Santos (elementos escénicosy vestuarios de sus obras, fotografías,vídeos y películas) con trabajosrealizados expresamente para estaexposición. ‘Visca el piano!’ incluirátambién actuaciones del mismo Carles yde otros músicos y cantantes. Santosutilizará durante estos meses la FundacióJoan Miró como lugar de ensayo, por loque los visitantes podrán asistir aconciertos improvisados y conocer endirecto su forma de trabajar». De estapágina también puede descargarse eltexto de Manel Guerrero que figurará enel catálogo sobre la trayectoria deSantos, una excelente manera de hacerseuna idea de la frondosidad de esteartista.

2 LA SEMILA DE LOS MONTYPHYTONLos números de los Monty Phyton siguenfuncionando años y años después: cientosde grupos de teatro los representan enlos bares y siguen levantando lascarcajadas de la concurrencia. Ahora, lascompañías Yllana e Imprebís se hanunido para homenajear y devolver a losgrandes escenarios esas piezascinceladas para hacer reír. Esta nochepodrán verlo en el Liceo. Y no deja de sercurioso como un grupo como Yllana,

dedicado habitualmente al humor sinpalabras –en el que tienen unos buenossucesores en los Spasmo– afronte ahorael reto de hacer un humor basadoprecisamente en el texto y en ese sentidobritánico de la risa. El espectáculo hacosechado éxitos en su larguísimatemporada en Madrid y en su gira.

3 RELATOS CON ‘EÑE’Para los aficionados al relato, se presentaahora el número de otoño de la revista‘Eñe’, editada por La Fábrica. En estevolumen –tan cuidadosamente publicadocomo es habitual en esta editorial– se dana conocer los trabajos ganadores de laprimera convocatoria de su premio derelato, de ámbito internacional. Laganadora ha sido la coruñesa BlancaRiestra con su cuento ‘La noche sucks’,una especie de historias cruzadas enAlburquerque un poco al estilo GuillermoArriaga. Dentro se pueden encontrartambién piezas de autores como DavidTorres, finalista del Nadal en 2003. Elresultado, aunque provenga de algo tanaleatorio como un concurso, es unrecomendable libro de relatos, conilustraciones de Fernando Bellver y enla sección ‘Páginas grises’ textos deAntónio Lobo Antunes y Enrique Serna.Además, una agenda ‘mundial’ deeventos culturales. Cuesta siete euros.

4 LA MARAÑA DE LOSCONCURSOS LITERARIOSDecía más arriba lo que de aleatoriotienen los concursos literarios. Según losúltimos sondeos en el área de cotilleos,parece haber dos categorías en lospremios de dotación económica ypublicación (esto excluye a los oficialestipo Cervantes, etc.): los que todavíafuncionan abiertos y cualquier obrapresentada tiene todas las posibilidadesde ganar en función de su calidad aunqueel autor no sea conocido y los premios enlos que la terna final, sobre la que votanlos señores miembros del jurado, viene aser una selección de escritores connovela por publicar, de mayor o menosprestigio dependiendo de la cantidad depasta en juego. Y parece ser que de losconcursos del primer tipo cada vez vanquedando menos, sobre todo en los denarrativa, algo que cierra aún más elcírculo para los nuevos autores.

culturas2 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006

Antonio [email protected]

Los pianos modificados de Carles Santos,

piezas que pueden verse en la web de su

exposición: viscaelpiano.com

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presarse mediante una afligidamirada a un universo que no lescomprende, menospreciados porla arrogancia de una sociedad enla que, como señala el erudito J.Hoberman «impera la democra-cia de la desesperación». Pocoscineastas se han atrevido a llegartan lejos en su descripción de lasmiserias humanas, urdiendo unametodología propia e indigestapara establecer teorías sobre ellado más umbrío del ser humano,de su infelicidad y sus frustracio-

nes, para romper con su diatribaentre realidad y ficción las nor-mas narrativas impuestas por lacorrección a la hora de llevar unguión o una idea a imagen. El cinede Solondz no busca la polémicainfecta, sino que mediante esa su-puración irónica e hiriente lo úni-co que se pretende es hostigar losfantasmas de la hipocresía bien-quista, de la falsedad de la decen-cia social y de la peligrosa igno-rancia de ‘happy way of life’ ame-ricano.

Para ello, el humor gélido y cor-tante de Solondz es utilizado co-mo herramienta para atenuar sudestructivo discurso de fondo, al-canzando a veces cotas de unamaestría catastróficamente dile-tante, pero otras, bordeando lavertiente más impía, sin concesio-nes a cualquier atisbo de ética oconformismo que apuntilla con sutendencia personal al exacerbadohipnotismo por la deformaciónmoral procedente de la literaturade gente como Philip Roth o Alle-

confutando a aquellos quellevaron a instrumentalizarel cine independiente ame-

ricano a un nivel de conformismoauspiciado por las grandes ‘ma-jors’ cinematográficas, Todd So-londz se ha consolidado como unfaccioso elemento dentro de estesubnivel que se da en llamar cine‘indie’. El cineasta nacido en Ne-wark (New Jersey) ha persistidoen su inmutable intento de llevarla independencia hasta extremossubrepticios, solidificando su ca-pacidad de diseccionar sin mira-mientos y con una arrojadiza va-lentía a la clase media alta abo-cada sin remisión a la soledad.Todd Solondz, extravagante ci-neasta de oscuro fondo, se ha dis-tinguido por asentar su retóricaargumental en una brusca mor-dacidad, a veces de repelentecrudeza sarcástica, capaz de en-coger el corazón del público consádica lentitud a lo largo del me-traje de los filmes que componensu corta pero eficaz filmografía:Fear, Anxiety & Depression,Bienvenidos a la casa de muñe-cas, Happiness, Storytelling y suúltima y recién estrenada en Es-paña Palíndromos.

En todas ellas, Solondz exhi-be un mundo aséptico en su apa-riencia, pero de pútrida natura-leza en su interior, que vincula lailusoria felicidad a la superficie yencubre bajo su forzada sonrisala podredumbre moral y humanade las alimañas que rodean susfábulas con inocentes protago-nistas inmersos en un mundo deogros sin entrañas. Sin recurrira la falsa moralina en su destruc-ción de tabúes sociales, el cine-asta establece una incómoda em-patía entre el público y sus dis-funcionales seres que, en reali-dad, cometen un crimen punibleen nuestros días. Simplemente,el de ser diferente a los demás,colocando al espectador en unadifícil posición como público pen-sante y racional al enfrentarle sinremilgos ni coacciones ante plan-teamientos morales que son, endefinitiva, un espejo en el que mi-rarse.

Son los protagonistas de laspelículas de Solondz personajesavocados a avergonzarse y a ex-

gra Goodman, visualizados a tra-vés de Solondz como una dialécti-ca iconoclasta de irritante perver-sidad. Ya sea en los círculos artís-ticos neoyorquinos, o en el mundopreadolescente de una chica fea ydespreciada por sus compañeros,en una familia disfuncional conproblemas de comunicación o, co-mo en sus últimas historias cora-les, donde emergen de la icono-grafía ‘solondziana’ la profusa yvariada temática que encierra laimpostura de la decencia social deciertos sectores acomodados enEstados Unidos; fanatismo reli-gioso, ‘freakismo’ llevado al extre-mo, humillaciones psíquicas y físi-cas, abortos irreversibles, racis-mo, artificialidad feminista, pedo-filia descontrolada, parálisiscerebral, incesto, abuso de autori-dad y un sin fin de ultrajes queaportan, además de una inconti-nencia sarcástica muy peculiar yreconocible, la dosis exacta de mi-santropía que caracteriza el cinede Solondz.

En cualquier caso, esa virtuo-sa conclusión a modo de insalu-bre final feliz de Happiness con lainolvidable conversación entre unhijo que descubre su sexualidada la vez que la pederastia de supadre es uno de los momentosmás representativos de la psico-logía enfermiza y mórbida quemaneja el autor más trasgresordel cine actual.

Miguel Á. Refoyo

Inconformista cruel y mordazTODD SOLONDZ

Todd Solondz es unpolémico autorcaracterizado por suinabordable crítica auna sociedadacomodada queutiliza un humorsarcástico muy difícilde digerir.

3CINE culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006

Arriba, Todd Solondz. Abajo, fotograma de su última película Palíndromos

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dad era su fuerza. Sus autorre-tratos tienen el mismo valor quelas fotografías que tantos ojos letomaron, fascinados por su inau-dita fuerza. Su padre fue el pri-mero en plasmar sus rasgos cin-celados –su abuelo materno, el fo-tógrafo, era de ascendencia indí-gena–, en dibujar sus cejas de unsolo trazo, en recordarle que labelleza puede ser insólita, in-transferible, única. A Frida la di-ferencia le marcó la vida, la in-fancia de niña enferma, la adoles-cencia de estudiante aventajada,la desgracia del accidente queclavó su cuerpo a la cruz de ladesgracia. Inmóvil, hizo de sí mis-ma una imagen en la que trabaja-

ba con la misma minucia con laque pintaba: sus trajes masculi-nos, sus peinados trenzados deflores y lanas de colores, sus ma-nos cuajadas de anillos, sus faldasde tehuanas, sus huipiles borda-dos. Sobre ella, el pasado indíge-na de México se desplegaba enforma de pesadas joyas y orfe-brerías ancestrales, mujer depueblo, su cabeza y sus hombrosse cubrían con el huipil de la mo-destia mientras la mirada miste-riosa atravesaba el objetivo. Laimagen de Kahlo se convirtió muypronto en un icono sorprendenteque anticipaba valiente y jugue-tona una época mediática en laque la imagen conforma una iden-

en la Casa Azul todo ha que-dado igual, en México sa-ben convertir el hogar en

museo manteniendo la esenciadel ausente. Se oyen las largasfaldas de Frida sobre el mosaicodel suelo y la cocina aún huele aguisos desproporcionados comoel apetito de sus habitantes. Lospinceles permanecen limpios yen orden, las recámaras se ador-nan con flores secas y cojinesbordados: sueña conmigo, amormío. Sobre la cama con dosel deFrida, junto a su corsé pintado,un gato duerme la siesta. La pri-mera vez que visité la casa mu-seo de Frida Kahlo en Coyoacán,la imagen del animal confiado so-bre la cama donde muriera la ar-tista me devolvió a los tiempos enlos que la pintora habitaba las es-tancias. Hasta tal punto se man-tuvo su presencia que hace unosmeses, tras una puerta tapiada,apareció un recodo del olvido queguardaba sábanas y ropas, huipi-les bordados, faldas floreadas, laropa con la que se cubría el cuer-po masacrado, mortaja de si mis-ma. Atónitas, las conservadorasdel museo desplegaron sedas, co-lores y lienzos que guardabanaún el perfume de la mujer quelas vistiera, el aura persistente dela farmacia, la mancha seca de lasangre. En la Casa Azul la ima-gen de Frida se posa en los obje-tos que fueron suyos, se detieneen los espejos, se posa sobre lascolchas bordadas y evita la vasi-ja precolombina donde se amon-tonan, polvo enamorado, sus ce-nizas.

Hija y nieta de fotógrafos, Fri-da supo siempre que la imagen,ese ingenio colorido no era máscierto que la máscara. Siempreinteresada por la fotografía, lapintora supo plasmar en su lechodel dolor la única imagen que te-nía del mundo: su propio cuerpo.Aquella a la que su padre, reco-nocido artista, había inmortali-zado en retratos familiares dondedestacaba su presencia densa co-mo el mercurio, se hallaba pos-trada ante el espejo, imposibili-tada para todo lo que no fuerapintar con las manos intactas elrostro del desastre. Frida apren-dió muy pronto que la inmovili-

historia. Se dejó mimar y pintarpor sus contemporáneos, se dejóconvertir en un icono mexicano,se dejó fotografiar y retratar porVogue y hasta se convirtió en ves-tido en Paris gracias a Schiapa-relli. Nadie más que Frida cono-cía la paradoja de su existencia,la presencia de esas dos Fridasque retratara en gran formato: launa se muestra al mundo, altiva,cubierta de tesoros como una rei-na azteca, la otra, guarda el cuer-po adolorido, llagado de una már-tir. Soy la gran ocultadora. Lamujer que se pintó abortando, pa-riendo, sangrando, la mujer queno dejó ningún espacio y se mos-tró al mundo salpicando el obje-tivo de sangre, linfa y lágrimas,aquella que se dejaba fotografiaren el lecho del dolor, en la intimi-dad de su casa abierta como sexofemenino, ocultaba su esencia deobsidiana, su calavera de azúcar,su dentadura imperfecta. Fridanunca sonreía en las fotos, nomostró sus dientes afilados, noenseñó su pierna coja, sus corséspintados escondían las llagas delas múltiples operaciones a lasque se había sometido.

Aquello que amamos es loque fotografíamos con afán depertenencia. Fascinados por lapresencia hierática de Kahlo,por la seriedad con la que se en-frentaba al objetivo y por su co-nocimiento instintivo del valorde la imagen en general y de lasuya en particular. Las más her-mosas fotografías de Frida sonlas que le hicieron sus amigos,Weston, Manuel Álvarez Bravo,sus íntimas como la mujer de es-te último o Lucciane Bloch, susamantes como Nicolás Murria.En ellas posa seria y concentra-da, en ellas se muestra relajaday feliz en el patio de su casa, enlos viajes, los encuentros conDiego, su vida reporteada, reco-rrida por las placas fotográficasque la convirtieron muy prontoen un personaje público, que lainmortalizaron pronto en formade icono.

Frida pata de palo de la infan-cia es ahora una hermosa mujerque hasta en la desgracia, uno desus más bellos retratos lo hizo supadre tras la muerte de su madre,desolada y desnuda de todo ador-no, Frida está más hermosa quenunca, continúa la tradición me-xicana de fotografiar a los niñosmuertos, ella que se retrató iner-te sobre la cama, debajo de supropio esqueleto. Frida Kahlo losabía, tan importante como mos-trarse es guardar tras una puertatapiada, el secreto íntimo que aúnnos convoca. El gato se estira, sudueña no le ha acariciado el lomoarqueado, cuando se baja de lacama su cola roza el corsé de yesosituado sobre la colcha. El pesodel cuerpo ha dejado una huellaleve.

Charo Alonso

El rostro de la tragediaFRIDA KAHLO

La Casa Lis acoge,dentro del festivalExplorafoto, unaexposición quedemuestra todo el podericónico y la fuerza de laimagen de la artistamexicana, intensa desdesu quietud.

Frida Kalho, fotografiada por su padre

tidad que nos remite al mito, alrostro congelado de la virgenadornada hasta el delirio por lacultura de masas.

El rostro de Frida no sólo es eltema recurrente de sus obras, seconvirtió en el objetivo de los fo-tógrafos de una época fascinadapor México, artistas borrachos deimágenes y colores, pólvora y mu-rales. La niña que cuidaba al pa-dre fotógrafo atando la cámara asu brazo cuando Guillermo Kahlosufría en plena calle un ataqueepiléptico, es la misma joven queen casa de la fotógrafa Tina Mo-dotti conoce al pintor muralistaDiego Rivera con el que formaríauna pareja de leyenda. El resto es

culturas4 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006EXPLORAFOTO

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La verdad y sus espejos

bajo un título tan sugerentecomo ‘Mascarada (Masque-rade)’ y dentro del marco

más amplio que compone el Festi-val Internacional de Fotografía deCastilla y León, se reúnen en Sa-lamanca desde octubre y hasta elmes de diciembre más de treintaartistas nacionales e internacio-nales que reflexionan sobre el te-ma sirviéndose del medio fotográ-fico así como de las amplias posi-bilidades que ofrece el formato vi-deo, tan en boga en la actualidad.

Desde sus origenes hace másde siglo y medio, la fotografía hapretendido, por su esencia mate-rial y técnica, representar la reali-dad sin servirse de ‘filtros’ pero, almismo tiempo, la amplia tradiciónartística a sus espaldas (pintura,grabado, teatro, ópera y danza, so-

amplio que se sitúa en la esenciadel fenómeno artístico: cómo, através de una obra de arte, el serhumano puede llegar a conocersemejor gracias a instrumentos co-mo la ironía, la (auto)crítica o elnarcisismo reconocido, todos vá-lidos como expresiones de perso-nalidades diversas, ricas e inten-cionadamente coherentes.

El mundo contemporáneo ado-lece de un mal muy extendido en-tre sus habitantes debido a los nue-vos espacios de habitabilidad, a lasrelaciones sociales espaciadas ocasi inexistentes y a la incomuni-cación por el ritmo frenético denuestras vidas: la esquizofrenia, y

bre todo) provocó la teatralidad desus modelos y composiciones de-volviéndonos unas obras difícilesde entender separadas de la in-tención de su realizador y de unascircunstancias sociales, culturalesy artísticas determinadas por elmedio histórico en el que se en-marcan. La objetividad de un re-trato o de un paisaje no es tal pues-to que la mirada (del fotógrafo ydel espectador) está condicionadapor unos usos que la preceden,que la dirigen y educan, y de losque somos prisioneros.

Si alzamos la vista atrás, laevolución que ha seguido la foto-grafía (herederos directos de lacual son el cine, el vídeo y las nue-vas tecnologías) ha fluctuadosiempre entre los dos polos –rea-lismo y ficción– que han ocupadoa buena parte de la reflexión teó-rica en torno al arte y que no sonsino reflejo de la problemática so-bre la representación de la edadcontemporánea en Occidente. La‘mascarada’, el tema del disfraz yel travestismo, de la dualidad y elespejo, del ocultamiento y el des-velamiento, de lo real y lo fingido,de lo mostrado y lo escondido enlo visible, de lo dramáticamenteteatral y lo ‘inocuamente’ vanal…todos estos aspectos aluden di-rectamente a un problema más

quizás nada más sino este desdo-blamiento de la personalidad es loque realmente encontramos enmuchas de las series de fotografíasque se nos ofrecen. No sólo se noshabla de una patología del ser hu-mano como actor de su presentesino que, como espectadores, prac-ticamos esta visión desdoblada pe-ro enriquecedora, que nos llevará areflexionar abiertamente sobre as-pectos cruciales que conformannuestra personalidad y que nos re-sultan tan complicados de expre-sar con palabras…

Para trabajar sobre este temala fotografía es idónea por su pro-pia esencia como medio repro-ductor de una realidad de mane-ra (supuestamente) mecánicaque ofrece un crisol casi infinitode posibilidades al enfrentarse alproblema.

En Salamanca, y tomando co-mo centro simbólico la amplia ex-posición que acoge el DA2, se di-seminan en varias sedes por todala ciudad creadores consagradosde la talla de Claude Cahun, R. Eu-gene Meatyard, Valie Export,Cindy Sherman o Fergus Green,entre otros, codeándose con nue-vas figuras como Ulrike Ottinger,Yeondoo Jung,Yinka Shonibare oJanieta Eyre. Esta enumeraciónsin ánimo de valoración o de ex-

haustividad evidencia cómo laapertura del tema nos hace viajara través de corrientes artísticascontemporáneas tan interesantescomo el transgénero, la críticapost-humanista, los nuevos usosdel retrato, la narratividad y susrevisiones, el documentarismo yla postmodernidad más barroca(no en vano muchos de los artistasya habían estado presentes en laexposición ‘Barrocos y neobarro-cos’ organizada por el DA2 hacedos años y con Javier Panera co-mo comisario común).

En pocas ocasiones se nos brin-da la oportunidad de poder dis-frutar de un grupo de artistas deestas características en nuestraciudad, con unas propuestas tre-mendamente intensas, compro-metidas con un determinado men-saje e interesantes en su fuerza ex-presiva, que obligan a un discursomeditado y serio que no ha de que-dar en la exterioridad de sus imá-genes sino que obliga a ir en bus-ca de esa realidad escondida trasel boato de sus disfraces, de la ca-lidad de su técnica o de sus pensa-das composiciones. Porque, sabe-mos que la realidad que se nosmuestra no es objetiva pero su re-presentación contiene las clavesde una lectura cargada de una ver-dad personal, auténtica y huma-na… la única que, en brevísimosmomentos, se nos es ‘permitido’intuir a las personas. Por ello, nodejemos de aprovechar la ocasión.

Beatriz Leal Riesco

Obra de la artista canadiense Janieta Eyre

Arriba, el

polémico trabajo

de Larry Fink

sobre el entorno

americano al

estilo de la

Alemania de

entreguerras. A

la izquierda,

Steven Klein

recrea con Brad

Pitt y Angelina

Jolie la familia

media

americana

Fotografía de Claude Cahun

Detrás de lasmúltiples propuestasincluidas en el festivalExplorafoto seencuentra un temacentral del artecontemporáneo: laverdad que se atisbaen la representación.

5EXPLORAFOTO culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006

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Esencialización de la vida

Con nombre de tango

como en algunas obras de la primera época, enla presente novela Muñoz Molina retorna almundo de la adolescencia, a ese momento pre-

ciso en el que el ser humano está dando el salto a laedad adulta. El año de l969 (en ese 20 de julio en quelos astronautas americanos llegan a la superficie lu-nar) será un momento decisivo en la vida del narra-dor. Identificado con los astronautas, que llegan a unmundo desconocido, en las páginas finales de la no-vela, contempla la tierra desde la lejanía de la naveespacial, como anticipa en las primeras páginas de laobra. Pero sobre todo la contempla desde el mundode los sueños, ese ambiente onírico en el que se si-túa el desenlace de la obra, con el fervoroso recuerdodel padre.

El trasfondo argumental es la recuperación lite-raria de unos años de adolescencia en los que el no-velista sitúa las tribulaciones frecuentes de esta edad.El mundo rural evocado tiene sin embargo un miste-rioso valor poético simbolizado en la persona de supadre y visto desde la óptica del escritor, un adoles-cente obsesionado por dos vicios, la lectura y el ona-nismo: «Me escondo en mi habitación del último pisoy en la caseta del retrete o en el cobijo de las sábanas,donde disfruto de mis dos placeres más secretos, misdos vicios solitarios, el onanismo y la lectura» (p.169).Las lecturas febriles llevarán al protagonista al co-nocimiento de libros y de las noticias sobre el viajedel Apolo XI, una aventura en la que soñará que par-ticipa de forma activa.

Estos tres elementos (el sexo, las lecturas y el cine,y la imagen del padre) configuran buena parte delambiente de la obra. La adolescencia es refugio quehalla su consuelo en extrañas fijaciones eróticas (eneste caso la gitana rubia que amamanta a un niño y latía Dolores) o en la creación de mundos artificiales através de la lectura y el cine. De ahí la importanciade la huida que supone imaginarse participante acti-

vo en ese viaje espacial que contempla incrédulo yemocionado en la televisión. La figura del padre es elenlace con ese mundo rural de Mágina en el que apa-recen los elementos habituales: una serie de perso-najes del pueblo (entre los que no faltan los tipos reli-giosos atrabiliarios del internado o el cacique fascistadel pueblo, agonizante al final de la obra) y unas acti-vidades agrícolas de tradición secular. A pesar de ladureza que suponen algunas actividades (como es larecogida de la aceituna, símbolo de la maldición bíbli-ca del trabajo, en compañía de las mujeres su madre)para el narrador tienen en muchos casos un atractivoespecial. En las páginas 112 y 180 se leen bellas evoca-ciones bucólicas de actividades rurales, que tienencomplementación en la p. 188. En ella se describe latorpeza agrícola del adolescente, génesis de su huidahacia otros mundos a través de la lectura.

Aquel muchacho es ahora el escritor adulto queperfila esa evocación de sus vivencias en la última se-cuencia del libro. Lo hace de una manera obsesiva através del sueño, momento único en el que recupera elmundo de Mágina, hoy perdido. El sueño obra el mi-lagro de la recuperación de aquellos espacios, simbo-lizados en la plaza de San Lorenzo: «Hace unos pocostenía trece años y regresaba de la biblioteca pública deMágina con un libro de Astronomía bajo el brazo yahora (…) soy un hombre de pelo gris extraviado depronto en un porvenir más lejano que el de la mayorparte de las historias futuristas que leía entonces»(p.313). En esos momentos retorna la imagen del pa-dre, cuya muerte recuerda con dolor, porque fue lamuerte del símbolo de la felicidad infantil en el mundorural. E igualmente, la soledad del ser humano, moti-vo esencial en estas páginas, que muestran una vezmás la llamativa facilidad estilística de Antonio MuñozMolina.

Nicolás Miñambres

presidente de laComunidadAutónoma de

Madrid entre 1983 y1995 por el PSOE yactual presidente dela Comisión de De-fensa del Congresode los Diputados, Jo-aquín Leguina hacompaginado desdela década de 1990 sutarea política conuna ingente labor li-teraria que le ha lle-

vado a publicar más de diez novelas, diver-sos estudios sobre economía y demografía,varios ensayos y hasta un atípico libro dememorias. Aunque en alguna de sus pri-meras obras ya aparecían algunos de losresortes y elementos típicos del género ne-gro (como, por ejemplo, en Tu nombre en-venena mis sueños, una notable novela demisterio ambientada en la Guerra Civil Es-pañola que fue llevada al cine por Pilar Mi-ró), ha sido con sus dos últimos títulos conlos que el autor se ha volcado en la litera-tura policiaca.

Protagonizadas por Baquedano, un abo-gado residente en el Madrid de los Austrias,Por encima de toda sospecha (publicadaen el año 2003) y la reciente Las pruebasde la infamia muestran la habilidad de Le-

guina para construir tramas de intriga conlas que retratar algunos de los más eviden-tes problemas de las sociedades contem-poráneas. En su última obra, ese papel crí-tico viene dado por su vocación de denun-cia de las eternas corruptelas que suelenrodear las relaciones entre política y nego-cios inmobiliarios, descubiertas progresi-vamente por el personaje protagonista alir tirando del hilo de una investigación deasesinato. Teniendo en cuenta el perfil dehombre público de Leguina y los recientesescándalos políticos que, relacionados conel mundo de la construcción, se han produ-cido en Madrid, resulta imposible no in-tentar leer el texto como si de una novela-clave se tratara. La inclusión de persona-jes reales en el mundo ficcional –así como elburdo guiño que supone denominar a unpersonaje Romero de Tajadura y a otroHéctor Tamayo– hace más sugestiva aúnesta interpretación. Poco importa, sin em-bargo, si detrás de la trama ideada por elautor hay rastros de vida real. La voluntadde denuncia y de crítica se refiere a un pro-blema global que afecta a toda la sociedadque no hay, por tanto, que limitar a un casoconcreto al que poner nombres y apellidos.

Además de por lo atractivo de su temá-tica, de constante y lamentable actualidad,la obra destaca por su estilo. Porque lo pri-mero que llama la atención de Las pruebasde la infamia es su amenidad. Escrita con

ritmo e ironía, la novela se lee de un tiróngracias a sus reducidas dimensiones y, so-bre todo, a su capacidad de adicción. A tra-vés del personaje central de Baquedano,sobre el que gravita toda la obra y alrede-dor del que se sitúan una serie de secunda-rios –como Maruja, su pareja; el inspectorGuedán o el periodista Sedano–, el autorsumerge a los lectores en una trama en laque se dan la mano lo personal y lo profe-sional. Este doble interés argumental tie-ne como lógica consecuencia la humaniza-ción del protagonista, cuyos quebraderosde cabeza no sólo tienen que ver con la im-posibilidad de resolver el misterio, sinotambién con cómo afrontar el compromi-so con su pareja o el hecho de que su hija,lesbiana, le vaya a convertir en abuelo. Así,junto a los intentos del abogado por escla-recer un crimen relacionado con las activi-dades de las mafias inmobiliarias aparecela cotidianeidad de su vida diaria, desarro-llada casi por completo en uno de los ba-rrios más castizos de Madrid, convertidaasí –como la Barcelona de Vázquez Mon-talbán– en un personaje más de la novela.Su descripción del ambiente de la capitalda a la novela un interesante tinte costum-brista (casi galdosiano) que la distingue delresto de propuestas policiacas del actualpanorama literario estatal.

Javier Sánchez Zapatero

ANTONIOMUÑOZ MOLINA

El viento de la luna

Seix Barral, 2006

316 pp. / 20 euros

culturas6 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006LIBROS

Obra cumbrede la autoayuda

La esencia del mensaje de EckhartTolle es fácil de entender: cuando co-nectamos con la quietud interna, va-mos más allá de nuestras ajetreadasmentes y emociones, para descubrirgrandes profundidades de paz durade-ra, alegría y serenidad. A los veinti-nueve años el autor, tras graduarse enla Universidad de Londres, experi-mentó una profunda transformaciónespiritual que cambió el rumbo de suvida. Dedicó los años siguientes a com-prender, integrar y profundizar esatranformación, que marcó el comienzode un intenso viaje interior. En sus en-señanzas trasmite, un mensaje simpleaunque profundo, con la claridad y sen-cillez atemporal de los antiguos maes-tros espirituales. En esta nueva entre-ga de su colección de la llamada ‘auto-construcción’, profundiza en la impor-tancia de los valores internos de todoser humano, escondidos bajo infinidadde prejuicios, complejos y clichés so-ciales. Una obra imprescindible.

JOAQUÍN LEGUINA

Las pruebasde la infamia

Tropismos, 2006

196 pp. / 15 euros

Muñoz Molina vuelve a su propia adolescencia para escribir sobre la soledad del hombre

ECKART TOLLE

Un nuevo mundo, ahora

Grijalbo, 2006

288 pp. / 14,90 euros

Destino y familia,siempre unidos

Ganadora del premio Goncourt 2004,El sol de los Scorta narra la historia dela saga de los Scorta o Mascalzonesdesde finales del siglo XIX hasta nues-tra época, en el pueblo italiano de Mon-tepuccio, castigado por un duro solmediterráneo que marca la pauta deldía a día de sus gentes, alumbrando eldestino de los que tratan de protegersedel mismo. En esta destacada obra deGaudé la narración se embarca en elviaje que supone el descubrimiento delsentido de la existencia de una familiamarcada por la desgracia. Con el des-arrollo propio de una tragedia griega–caída; ascenso y posterior caída–, losScorta aprenden a separar lo inevita-ble de lo placentero en una consecuciónde intentos vanos por escribir el futurode cada uno de ellos. Todo ello crea unmarco apocalíptico y melancólico, queel autor plasma mediante descripcio-nes del árido sur de Italia, al que añadeuna atmósfera teatral que se imponeen los discursos que algunos persona-jes dirigen al lector, más que a sus com-pañeros de escena.

LAURENT GAUDE

El sol de los Scorta

Salamandra, 2006

237 pp. / 14,50 euros

Joaquín Leguina indaga en las tramas de corrupción inmobiliaria en una atractiva novela negra

N O V E D A D E S

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Navegando conGanges

Sins Entido presenta entre sus no-vedades de septiembre el Ganges deKevin Huizenga. Se nos nubla la mi-rada de emoción. No se nos ocurrenmuchos autores más prometedoresen el panorama norteamericano ac-tual que el amigo Kevin. Autor de mi-nicómics y cercano a la filosofía fan-zinera, gracias a la calidad de suspropuestas, Huizenga se ganó a pulsosu participación en proyectos colec-tivos de Drawn & Quarterly (D & QShowcase #1) y su posterior fichajepor Fantagraphics. En esta últimaeditó Ganges, trabajo que toma sunombre del personaje protagonista(Glenn Ganges) y que se compone deuna serie de historias cortas aparen-temente adscritas a ese género quese ha dado en llamar slice of life; y di-go aparentemente, porque Ganges esmucho más que una crónica biográ-fica o un fragmento de vida hecho có-mic.

Huizenga es un auténtico renova-dor del lenguage comicográfico. De-trás de la sencillez de su línea claraamable, casi en cada aventura deGlenn Ganges (ya desde sus comien-zos en su cómic Or Else #1) existeuna intención clara de experimenta-ción con la temporalidad narrativa,la autorreferencialidad o el punto devista del discurso. Son las suyas his-torias que dejan un poso de reflexiónlargo tiempo después de haberse leí-do. Y es que, tras acercarse a Gangesuno tiene la impresión de estar anteuno de esos autores que dejan huellay que prometen emociones aún mu-cho más fuertes. Me parece que sehablará mucho de Huizenga en el fu-turo.

Para botón, como dijo aquel, unamuestra. Aprovéchense de la gratarelación que Huizenga guarda con in-ternet y (si se atreven con el inglés)lean Time Travelling (www.ussca-tastrophe.com/kh/t ime.trave-lling2.html), la primera de las aven-turas de Ganges, colgada en la redpor el propio autor. Luego se com-pran el cómic y nos cuentan.

Rubén Varillas

KEVIN HUIZENGA

Ganges

Sins Entido, 2006

Étienne Davodeau¿La mala o la buena gente?p

ocos cómics han en-trado en nuestro mer-cado en este 2006 con

una aureola más florida queLa mala gente, de ÉtienneDavodeau: mejor guión ypremio del público en An-gouléme este mismo año,premio de la crítica 2006por la ACBD…, y otros tan-tos, que se anuncian conve-nientemente en la solapillade la edición española.

Concluida su lectura, pa-so la lengua por mi paladary adivino una esencia cono-cida: la de los cómics con sa-bor agridulce. Lo cual, des-pués de las expectativascreadas, puede leerse tam-bién en términos de peque-ña desilusión ‘culinaria’.

Y lo cierto es que me re-sulta complicado explicar elporqué de esta insatisfac-ción (creo recordar que fueincluso una de las lecturasque un servidor propuso pa-ra este veranito recién aca-bado), ya que La mala gen-te reúne muchas de las cua-lidades que se le piden a uncómic (a cierto tipo de có-mics): a saber, Davodeau semuestra valiente al abordarun tema denso y complejo, la narración es entodo momento coherente y se apoya en unguión impecable, los personajes son redondos,verosímiles y están bien construidos, la técni-ca de narración autoconsciente y metaficcio-nal, funciona en todo momento… ¿Entonces,por qué no voy a incluir La mala gente entremis favoritos del 2006?

No es, desde luego, porque la mencionadaautoconciencia me recuerde una y otra vez alMaus (algo que más bien se me antoja una vir-tud). Mis ‘peros’ se mueven más bien en el te-rreno de la historia que en el de la técnica dis-cursiva; en concreto alrededor de la cuestióntemática y la capacidad del autor para gene-rar expectación en torno a ella: aún recono-ciendo bastantes afinidades ideológicas con al-gunos de los planteamientos que Davodeaudesarrolla en su libro, lo cierto es que casi nun-ca he consiguido engancharme a su historiadel nacimiento del movimiento obrero en losMauges (que por momentos, lo confieso, meaburre soberanamente). El bombardeo de si-glas, organizaciones y partidos políticos, la su-cesión de datos positivistas y la lista de perso-najes y sucesos trascendentes en la historiasindical francesa (y por ende europea), consi-guen interesarme muchísimo menos que laspequeñas anécdotas infantiles de la niñez delautor. La presencia de aquellas fundamenta,no obstante, el armazón del relato.

Tampoco el dibujo de Davodeau acaba deseducir. Admito, como el reconoce, la efecti-vidad de su esquematismo un tanto tosco, enuna historia en la que los sucesos destacan porencima de los individuos («Bah… es comocuando os dibujo, eh… No busco el parecidoperfecto, no es mi objetivo», les dice el Davo-deau personaje a sus padres en la ficción); des-pués de todo, se trata de un cómic sobre el sen-timiento y la solidaridad del colectivo obrero.

Sin embargo (probablemente debido a mi faltade empatía general con la historia), las viñe-tas del francés terminan por resultarme untanto plomizas y monótonas; muy al contrarioque las de otros dibujantes a cuyo estilo me re-cuerdan, como las de Santiago Valenzuela olas de Lauzier.

No me malinterpreten (si es posible a es-tas alturas), la lectura de La mala gente es unejercicio del todo recomendable. Se trata, co-mo ya hemos dicho, de un cómic valiente,adulto y lleno de hallazgos… Una de esas lec-turas que dignifican al medio y están consi-guiendo resituar al cómic como discurso ar-tístico al lado de la novela o el cine. Pero, quese le va a hacer, no he conseguido sacarle eljugo como hubiera querido. Volveré a inten-tar hincarle el diente a los siguientes platosque nos cocine el chef Davodeau. A comertambién se aprende, dicen.

Rubén Varillas

La lectura de La mala gente es un ejercicio deltodo recomendable. Se trata, como ya hemosdicho, de un cómic valiente, adulto y lleno dehallazgos… Una de esas lecturas quedignifican al medio y están consiguiendoresituar al cómic como discurso artístico allado de la novela o el cine. Pero, que se le va ahacer, no he conseguido sacarle el jugo comohubiera querido

ÉTIENNEDAVODEAU

La mala gente

Ponent Mon, 2006

7CÓMIC culturasTRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006

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El corazón baldío

Ecos del desarraigo sentimental

esta es la tercera entrega de la obra del noruegoKjell Askildsen que nos facilita la editorial Len-gua de Trapo. Si la literatura se dividiera en fun-

ción de las naciones donde habitan los escritores, ten-dríamos que decir que Askildsen representa a unode los géneros, el escandinavo, más desconocidos ennuestro país. Por fortuna, la literatura no se catalogaasí. Si existen clásicos, estos pertenecen a todo elmundo. Cualquier obra de un premio Nobel, es unaobra universal. Un estilo de escritura, inventado enla región del mundo que sea, será un estilo que podráheredar un autor de las antípodas. De ahí que a nadiepueda extrañarle, a estas alturas, que un autor delnorte de Europa recoja el estilo mínimal más propiode California, y se invente cómo acoplarlo a su visiónparticular del mundo humano. Al igual que en los dosvolúmenes anteriores, Un vasto y desierto paisaje yÚltimas noticias de Thomas F. para la humanidad,en los siete relatos que componen este volumen, na-rrados en un estilo austero, seco, sin virtuosismosque indiquen rastros poéticos en las vidas de los seresque los pueblan, se refleja un pesimismo desolador,una sensación de vacuidad y sin sentido, de formaque esa tendencia de la humanidad, a la que se ha vis-to abocada por una fuerza superior que uno llama-ría destino de no ser porque mirando al planeta conuna visión más amplia se da cuenta de que sí hayotras formas de vivir, otras posibilidades de elección.Ese destino, ahora sí, más propio de ciertas socieda-des, como la noruega, es el que condena a los sereshumanos, de Noruega y los países semejantes, a po-seer un corazón baldío. «Tenemos que estar conten-tos con lo bien que vivimos», ha declarado Askildsen,«dice la gente, la mayoría vive peor. Y luego tomanpastillas contra el insomnio. O contra la depresión».

Los protagonistas de estos relatos son unos seresdesnortados, embarcados en un mundo del que ellosno poseen el timón, y que parecen haber aceptado ya

ese escenario, hasta el punto de perder lo que confir-ma que el hombre vive, que es la habilidad y la pasióndel deseo. Estos tipos, en los que ser solitario es sinó-nimo de estar asolado, no registran ningún rubor alhacer o decir lo contrario de lo que piensan o de lo quesienten, si es que les queda algo de sensibilidad en suconciencia, si es que, en realidad, el libro no trata sobrela desidia de lo cotidiano, cuya conclusión es, final-mente, la estupidez de tener conciencia. Todos elloshan fracasado en un proyecto de vida, cuyo origen o in-tención no se descubre, pero que se reconoce en lospropósitos de mantener contacto con la gente, de re-lacionarse, que tuvieron en su momento. A lo largo delos fragmentos de lo cotidiano que se recopilan aquí,carentes de descripciones físicas, estos protagonis-tas ya no lo son de sus días, y se duda de que el com-partir espacio con otro equivalga a relacionarse.

De esta manera, la saturación de la rutina les haconvertido en algo indefinido: se diría que ellos se con-sideran unos cínicos, y que el lector les tendrá porunos cretinos. Y si uno pudiera preguntarle a Askild-sen, probablemente este se contentaría con decir queson una caterva de imbéciles. «Pensé: Ahora hará co-mo si nada hubiera pasado. Luego pensé: En realidad,no ha pasado nada. Nada que ella sepa». Porque enrealidad no pasa nada, excepto en el interior de estostipos, que rumian su pesimismo convencidos de queen algún lugar existió una crisis entre humanos, pe-ro la cual, si es que existió, el autor nos oculta. Ahorabien, uno no llega a saber si esconder así la génesis dela situación es un valor literario, o una simple estrate-gia para despertar una intriga que el lector debe con-fundir con el interés literario. Uno no sabe si este tipoes un maestro a la hora de calibrar lo que existe y loque se ve en un relato, o tan solo pretende participarde la denuncia de un mundo estéril.

Ricardo Martínez Llorca

«Una isla mó-vil. Inaccesi-ble. Inalcan-

zable. Sin orillas nilímites. Sin edad».Esto es lo que seconsidera la prota-gonista como espa-cio vital de esta no-vela de Pilar Sala-manca en el co-mienzo de la obra.Julia Eguía, «másque inalcanzable, seha vuelto invisible».A sus treinta y seisaños (treinta y ochoconfesados cincopáginas más ade-lante) la protago-nista ha perdido elnorte humano. Viu-da (su marido Ru-

bén, neuróloago, ha muerto de leucemia)su actividad como profesora de ingles enun instituto de la provincia de Cádiz nocolma ni remotamente sus aspiracionesvitales ni profesionales.

Toda la obra está estructurada entres planos literarios y tipográficos. Unatercera persona, la del narrador, se vecomplementada en negrita con los re-cuerdos del pasado de la protagonista y

con reflexiones en forma de monólogo(siempre iniciadas con dos puntos abier-tos) que reflejan las impresiones de lo vi-vido en la actualidad. Toda su vida espasto del pesimismo y la nostalgia: «En-tonces, la nostalgia se agarra a su cora-zón con dos manos y cuando vuelve a mi-rar no ve sino lumbres apagadas y mu-jeres resignadas, vidrios rotos y som-bras aplastadas contra el suelo de lacalle como el pellejo de un gato atrope-llado» (p.15). A la nostalgia y el des-arraigo se suma el ambiente hostil delcentro en el que imparte sus clases deinglés. Pocas veces en la novela modernael mundo de la enseñanza pública ha si-do descrito con mayor acritud, lo cualexplica que ese mundo insoportable in-tensifique las crisis íntimas de la prota-gonista. A la soledad de Julia Eguía (só-lo tiene relaciones personales con Hilde,una mujer separada y más superficialescon Dora, la bibliotecaria del centro) seune la actitud déspota de Lucas, el di-rector del instituto.

Con estos ingredientes humanos lasalvación puede venir de cualquier ám-bito; en este caso, lo hace desde la inmi-gración. La aparición de Karim, un be-llo y culto inmigrante sin papeles serápara Julia el mejor consuelo. Desgracia-damente, la relación entre ambos discu-rre por los caminos trillados de este

mundo de la inmigración, sin que falteun accidente laboral delicado. En con-trapartida, el trabajo de Karim dará lu-gar a buenas descripciones del la pescadel atún, más logradas que las que habi-tualmente presenta la novela, visionesimpresionistas excesivamente desnu-das. La obra tiene un final en el que cabecualquier lectura. A pesar del desenla-ce negativo, con una rocambolesca es-cena íntima, la sensación no es de fra-caso rotundo, sino de una nueva sensa-ción de nostalgia. Como la que al co-mienzo sentía la protagonista y querefleja en la última secuencia del capí-tulo que cierra la obra, narrado en pri-mera persona: «La isla móvil fue a des-pedirse del mar». Tal vez… «Porque esemocionante vivir, pero también es emo-cionante sentir que no vivirás para siem-pre» (p.233). Las limitaciones argumen-tales tienen su reflejo en deficiencias lé-xicas como la utilización de «citadina»(por «ciudadana», parece ser) o el em-pleo de fórmulas tan clásicas de formaerrónea: «polvos eris et polvus reverte-ris» (p. 92), o verbos como «acopa suspechos». No falta el error de presentarvocativos sin la pausa gráfica de comas.Demasiados errores, tan fáciles de sub-sanar en estos tiempos.

Nicolás Miñambres

KJELL ASKILDSEN

Los perros de Tesalónica

Trad. de Kristi Baggethun yAsunción Lorenzo

Lengua de Trapo, 2006

107 pp. / 13,95 euros

culturas8 TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 8 de octubre de 2006LIBROS

Cardoso Piresregresa vivo

El escritor portugués José CardosoPires sufrió en 1995 una isquemia ce-rebral, que le ocasionó una pérdida dela memoria y problemas en los centroscerebrales que controlan el habla y laescritura. «Siempre he dicho que aque-llo fue una muerte amable –cuenta elpropio Cardoso–. Perdí la memoria, nopodía escribir ni leer, no sabía nada denadie; nada me gustaba, ni detestaba anadie. Como no tenía memoria, tampo-co tenía sentimientos. No sentí ningúndolor, y si no fuera por los amigos y mifamilia aquella hubiese sido la muerteideal».

Contra todo pronóstico, poco a pocofue recuperándose hasta poder contaren De Profundis su lento regreso a lavida desde las puertas de la muerte, ysu proceso de recuperación de la me-moria que fue también de recuperaciónde la propia identidad. De profundis esel testimonio de una experiencia límite,en la frontera de la existencia física yespiritual.

PILAR SALAMANCA

La isla inmóvil

Ediciones Bassarai, 2006

238 pp. / 15 euros

El noruego Kjell Askildsen entrega una nueva serie de relatos con personajes arrasados por la rutina

JOSÉ CARDOSO PIRES

De Profundis

Trad. de Carlos Manzano

Prólogo de Joao Lobo Antunes

Libros del Asteroide, 2006

96 pp. / 11,95 euros

Relatos de terrorde Conan Doyle

Arthur Conan Doyle (1859-1930), esquizá el caso paradigmático del escri-tor que abordó todos los géneros lite-rarios con singular destreza, creandoademás personajes inolvidables. Sher-lock Holmes, en la literatura de crimeny misterio; el profesor Challenger, en laperipecia aventurera, e incluso de cien-cia ficción; Sir Nigel y el brigadier Ge-rard, en la novela y relato de recreaciónhistórica... El presente volumen reco-ge once relatos de terror y misteriodonde Conan Doyle aborda con maes-tría diferentes temas de la literaturafantástica. Así, en ‘Lote núm. 249’, nosenfrentamos a los extraordinariosacontecimientos desencadenados porun egiptólogo sin escrúpulos al mani-pular una momia egipcia. ‘El parásito’describe la angustia y el terror de uncientífico víctima de un proceso devampirización espiritual. ‘El gran ex-perimento de Keinplatz’ narra en cla-ve de humor las imprevisibles conse-cuencias de un experimento de hipno-sis. Una sugerente visita a todo un clá-sico de la literatura.

ARTHURCONAN DOYLE

Lote núm. 249. 11 rela-tos de terror y misterio

Trad. de Amando Lázaro Ros

Valdemar, 2006

352 pp. / 16 euros

Sensaciones de nostalgia en la novela La isla inmóvil, de Pilar Salamanca

N O V E D A D E S