Número 16- Noviembre

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RICARDO BUCIO MÓNICA GONZÁLEZ CONTRÓ SUSANA SOTTOLI NORBERTO LIWSKI JOANN NOVOA MOSSBERGER CÉSAR ROEL ROBERTO CASTELLANOS LOURDES ALMADA www.mexicosocial.org Año 1 - No. 16, noviembre de 2011, Precio: $35.00 m.n. EN ESTE NÚMERO Según las estadísticas oficiales, mientras que el porcentaje de pobres en el país es de 46.2%; en la población infantil es de 53.8%, es decir, 21.4 millones de niñas y niños. Ante este dato cabe la pregunta: ¿Quién protege a nuestros niños? Los niños, siempre los más pobres

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Revista México Social, Número 16, Edición de Noviembre

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RICARDO BUCIOMÓNICA GONZÁLEZ CONTRÓ

SUSANA SOTTOLI NORBERTO LIWSKIJOANN NOVOA MOSSBERGER CÉSAR ROELROBERTO CASTELLANOS LOURDES ALMADA

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.EN ESTE NÚMERO

Según las estadísticas oficiales, mientras que el porcentaje de pobres en el país es de 46.2%; en la población infantil es de 53.8%, es decir, 21.4 millones de niñas y niños. Ante este dato cabe la pregunta: ¿Quién protege a nuestros niños?

Los niños, siempre los más pobres

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México Social, Año 1, No. 16, noviembre 2011, es una publicación mensual editada por el Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, S. C. (CEIDAS). Jardín Centenario No. 18-1, Col. Villas de Coyoacán, C.P. 04000, Delegación Coyoacán, México, D.F. Tels. 5659-6120 y 5659-6209 www.ceidas.org, informació[email protected]. Editor responsable: Saúl Arellano Almanza. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-032312331700-102 ISSN: en trámite, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de Contenido No. 15077, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX IM09-0840. Impresa por Impresora y Editora Infagón, S.A. de C.V. Calle de la Alcaicería No. 8, Col. Zona Norte Central de Abastos, C.P. 09040, Delegación Iztapalapa, México, D. F., este número se terminó de imprimir el 26 de agosto de 2011 con un tiraje de 5,000 ejemplares. Distribuida por Publicaciones CITEM, S.A. de C.V., Av. Del Cristo 19, Colonia Xocoyahualco, C.P. 54080, Tlalnepantla, Estado de México.

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.

Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, S. C. (CEIDAS).

es una publicación del

Mario Luis FuentesDirector General

Saúl Arellano AlmanzaDirector Editorial

Laura Ilarraza GálvezCoordinadora Editorial

CONSEJO EDITORIAL

Mario Luis FuentesJesús Kumate Rodríguez

Rolando CorderaFernando Cortés

Carlos Rojas GutiérrezMiguel Concha

Javier Guerrero GarcíaIrasema Terrazas

Enrique ProvencioDurazoJacobo Jasqui Amiga

Marcela Rovzar de GonzálezGustavo GordilloAntonio Argüelles

Ma.Teresa Lazcano AhuatlRelaciones Públicas

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de la Secretaría de Gobernación. http://pnmi.segob.gob.mx

PRÓXIMO NÚMERO:

EDICIÓN ESPECIAL DE ANÁLISIS SOBRE MIGRACIÓN Y DERECHOS HUMANOS

Derechos De la InfancIa: avances y Desafíos Susana Sottoli, Representante de UNICEF en México

la agenDa regIonal Norberto Liwski

Marco JuríDIco: los retos penDIentes Mónica González Contró

trabaJo InfantIl, cIfras y reflexIones Roberto Castellanos

con las Manos vacías Joann Novoa Mossberger

MI experIencIa coMo eMbaJaDor César Roel

el centro De nuestras accIones Entrevista con María Josefina Menéndez, directora de Save the Children México

InfancIa con haMbre, o Del fracasoDe la polítIca CEIDAS/Saúl Arellano

los InMensos Desafíos Ricardo Bucio

entre el rIesgo socIal y el pánIco Moral Nashieli Ramírez

la saluD Mental y la vIolencIa Rubén David Castañeda

prIMera InfancIa: agenDa Inaplazable Ma. de Lourdes Almada

De cuatro en cuatro CEIDAS/Investigación

coMo una banDa sIn fIn Rogelio Flores

víctIMas De la vIolencIa Sarah Lewis

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índice

especial de niñez

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editorial

México es un país inapropiado para la niñez; de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), más de la mitad de quienes tie-nen menos de 18 años son pobres, y sólo el 16.5% de ellos tiene acceso a niveles apropiados de bienestar.

Ante tal evidencia, es preciso denunciar que no hemos conseguido ser una nación capaz de lograr que ninguna niña o niño se quede atrás en el acceso al desarrollo, debido sobre todo a la persistencia de

condiciones estructurales de desigualdad, olvido, discriminación y violencia.El 25 de enero de 1991 fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la

Convención sobre los Derechos del Niño y, después de 20 años de su entrada en vigor, la mayoría de los objetivos más importantes ahí establecidos siguen sin ha-berse cumplido.

Al respecto, sostener que México va por el rumbo correcto porque se han con-seguido las Metas del Milenio constituye un argumento insostenible, sobre todo si consideramos que seguimos teniendo una tasa de mortalidad infantil muy alta, tasas de mortalidad materna todavía muy elevadas, y tasas de mortalidad por cau-sas prevenibles que, predominantemente en las zonas indígenas, evidencian la falta de una política integral del Estado mexicano para garantizar los derechos de este grupo de población.

No podemos seguir aceptando la realidad que implica que en nuestro país hayan muerto 1,173 personas a causa de la desnutrición entre los años de 2007 y 2009, de los cuales, un alto porcentaje son niñas y niños, pues, según el Anexo Estadístico del V Informe de Gobierno del Ejecutivo Federal, la tasa de mortalidad de menores de 5 años por deficiencias nutricionales es de 5.4 por cada 100 mil en el grupo de edad.

Asimismo, distintas formas de violencia se han convertido en actividades que, en la mayoría de los casos, podrían constituir delitos que jamás se persiguen, en me-dio de una extendida cultura de tolerancia y permisividad ante las agresiones y ma-los tratos que se ejercen en contra de la niñez en todos los ámbitos de la vida social.

Tanto las ciudades como el ámbito rural son hoy espacios poco seguros y propi-cios para garantizar el cumplimiento del principio del interés superior de la niñez, así como el libre y seguro desarrollo de su personalidad; el desorden urbano, la carencia de servicios, y la pésima calidad de la mayoría de los existentes, son todos factores que incrementan los riesgos e imposibilitan la protección integral.

Ante estos y otros dilemas, es evidente que a México le urge, en medio de la necesi-dad, en medio de las distintas agendas de la cuestión social, reconstruir el entramado institucional y programático, a fin de colocar al centro de las decisiones más rele-vantes de todos los gobiernos la construcción de una sociedad digna para los niños.

Por la relevancia de esta agenda, México Social dedica esta edición al análisis de los avances, pero, sobre todo, de los retos pendientes; por ello, a nombre del Consejo Editorial, agradezco la participación de Susana Sottoli, Representante de UNICEF en México y a César Roel, Embajador de Buena Voluntad de UNICEF en nuestro país.

Asimismo, reconocemos la colaboración de Ricardo Bucio, presidente del Con-sejo Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (CONAPRED); a la Diputada Joann Novoa, Presidenta de la Comisión Especial para la Niñez de la Cámara de Diputados; a Norberto Liwski, ex Vicepresidente del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas y uno de los expertos latinoamericanos más reconocidos en materia de derechos de la niñez; y, sin duda, a todas y todos los colaboradores que generosamente han enriquecido este número con sus apor-taciones y visiones.

Presentamos además tres colaboraciones especiales sobre la situación de la in-fancia en Ciudad Juárez, como una de las expresiones más dramáticas y dolorosas respecto a todo lo que hemos dejado de hacer y que es urgente acometer con deci-sión y compromiso con los derechos de la niñez.

Esperamos que esta edición contribuya a enriquecer el debate y a movilizar más conciencias sobre la urgencia de actuar hoy, a fin de construir y merecer una perspectiva mejor para México en los años por venir.

mario luis Fuentes

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generación de inveStigacioneS

eStudioS en materia de deSarrollo Social

Protección de loS derechoS humanoS

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especial de niñez

Foto: Cortesía eXCÉLSior / Javier otaola

A dos décadas de que la Convención sobre los Derechos

del Niño entró en vigor en nuestro país, más del 50% de ellos vive en pobreza; hay casi 6 millones de niñas, niños y adolescentes

privados del derecho a la educación; y más del 64% no tienen acceso a la seguridad social. Estos datos permiten

sostener que, en pleno siglo XXI, México

sigue siendo un país inapropiado para la

infancia.

20 años de olvido

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Derechos De la InfancIa: avancesy Desafíos

susana sottoli Representante de UNICEF en México desde 2007. Previamente fungió como Asesora Regional de Política Social en la oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe con sede en Panamá. Cuenta con una Maestría en Sociología por la Universidad de Missouri-Columbia, y un Doctorado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Heidelberg, Alemania.

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susana sottoli

En noviembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por unanimidad la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), primer instrumento internacional legalmente vinculante que afirma los derechos humanos para todos los niños y niñas, en todos los países y culturas, en todo momento y sin excepción alguna. A partir de la ratificación de esta Convención –en 1990– por el Estado mexicano, los progresos han sido notables: desde entonces se han logrado, entre otros avances, reducir significativamente la desnutrición y la mortalidad infantil; garantizar la educación primaria para casi todos los niños y niñas del país, y adaptar el marco legal a los

principios establecidos en la ConvenciónF F F

Asimismo, la esperanza de vida de los mexicanos ha aumentado diez años en las últimas tres décadas. Medida en años, la es-peranza de vida entre las

mujeres es de 77.5 y entre los hombres de 72.7, y la tasa de mortalidad infantil ha experimentado un sostenido descenso, alcanzando en 2010 un valor de 14.2 de-funciones por cada 1,000 nacidos vivos.

La Convención representa un autén-tico hito en el abordaje de los temas de la niñez, al establecer los principios fun-damentales que, en esta materia, deben guiar el quehacer legislativo, político y de la sociedad en su conjunto: el interés superior del niño, la no discriminación, el derecho a la supervivencia y el desa-rrollo, así como la opinión y participa-ción de las personas menores de 18 años de edad en todos aquellos aspectos de la vida que les conciernen.

Sin embargo, al abordar tanto la agenda de los rezagos en el desarrollo como la de los retos emergentes en un país con el nivel de ingresos, complejidad y heterogeneidad que tiene México, re-sulta claro que aún queda mucho camino por recorrer para superar las disparida-des que persisten en el país y garantizar para todos y cada uno de los niños y ni-ñas el acceso a una educación de calidad, la protección contra el trabajo infantil, la erradicación de la violencia y la consecu-ción plena de la igualdad y la no discri-minación, por citar algunos.

Con un Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de 9,370 dólares en 2010, Mé-xico es considerado un país de ingreso me-dio-alto. Sin embargo, la distribución de esa riqueza registra serias disparidades, pues el 10% de las personas con menores ingresos recibe sólo 2% del PIB, mientras que el 10% de los grupos poblacionales con mayores ingresos acumula el 40% de la riqueza total generada en el país.

En efecto, detrás de los promedios nacionales subyacen importantes dispa-ridades regionales asociadas con la can-tidad y calidad de los servicios públicos disponibles, así como con la asignación y ejercicio de presupuestos y políticas orientados a mejorar las condiciones de vida de la población.

En el caso de los niños y niñas me-nores de 18 años, la desigualdad en las oportunidades de vida está fuertemente asociada a los altos niveles de pobreza que padece este grupo. Representando un tercio de la población total del país

(36.8 millones), en 2010, por ejemplo, 53.8% de niños y niñas menores de 18 años vivía en condiciones de pobreza. De los más de cinco millones de niños y adolescentes indígenas que viven en el país, más del 70% padece pobreza alimentaria.

A la par de esta disparidad social, cla-ramente visible en determinados estados del país, existe otra disparidad vinculada con los recursos y capacidades institucio-nales de estados y municipios para hacer efectivo el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

México es un país de diversas realida-des políticas y sociales, que se expresan en grados diferenciados de desarrollo le-gal e institucional, así como de desarrollo social y local. Mientras que las capaci-dades institucionales están de manera general bien desarrolladas en el nivel fe-deral, decrecen a medida que se descien-de a los niveles más descentralizados.

La amplia diversidad cultural con que cuenta el país constituye una riqueza y una oportunidad; pero, al mismo tiem-po, la desigualdad existente contribuye a la reproducción intergeneracional de la pobreza y obstaculiza el cumplimiento

de los derechos de millones de niños y niñas.

Para dar respuesta a estos desafíos, el país cuenta con instituciones sólidas, así como con sustanciales capacidades y re-cursos. UNICEF acompaña, desde 1954, los esfuerzos nacionales orientados al pleno cumplimiento de los derechos de la infancia.

México ya realiza grandes esfuerzos en pro de los derechos de niños, niñas y adolescentes; sin embargo, para dismi-nuir las brechas de inequidad se observa la necesidad de que todos los actores con responsabilidad en la asignación presu-puestal tengan presente la importancia de invertir equitativa y eficientemente en la infancia y la adolescencia, aspecto que es relevante para el desarrollo presente y futuro de un país.

La inversión en la infancia es estraté-gica para el desarrollo de los países, pues contribuye a la formación de capital hu-mano y social y, con ello, al bienestar de toda la sociedad.

De manera particular, la inversión en los adolescentes es fundamental, pues no pocas veces se encuentran en una suerte de “terreno de nadie” por no beneficiarse

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de programas y servicios que atienden a niños y niñas o a personas adultas. Invertir en los adolescentes ayuda a maximizar los logros alcanzados en términos de dismi-nución de la mortalidad infantil, cobertu-ra escolar, entre otros. En otras palabras, no destinar a los adolescentes la atención y los recursos necesarios podría invalidar o revertir en la segunda década de la vida los logros alcanzados en la primera.

En el periodo 2008-2011 la inver-sión pública promedio en la infancia en México representó casi el 6% del PIB y aproximadamente un tercio del gasto programable total a nivel federal. Estos resultados son alentadores e indican que los niveles de inversión en los niños y adolescentes en México son similares a los de otros países de América Latina.

Por ejemplo, las decisiones de inver-sión social en programas como Oportu-nidades y Apoyo Alimentario, que buscan romper el ciclo de transmisión intergene-racional de la pobreza, tienen un fuerte énfasis en el fortalecimiento de las ca-pacidades básicas de los niños y los ado-lescentes. Dichos programas recibieron durante 2010 un presupuesto de más de 67 mil millones de pesos y beneficiaron a alrededor de 6 millones 400 mil familias; en otras palabras, una de cada cuatro fa-milias mexicanas recibió sus apoyos.

Sin embargo, existe una distribución desigual de los recursos entre las diver-sas áreas que deben tenerse en cuenta. Mientras que ocho de cada diez pesos del presupuesto destinado a niños y adoles-centes se invierten en las áreas de salud y educación, resulta insuficiente la inver-sión en aquellos programas destinados a garantizar el derecho a la protección con-tra la violencia, el abuso o la explotación, así como a promover su participación en las decisiones que les afectan. Además de las consideraciones éticas y legales, la inversión en niños y adolescentes reviste una enorme importancia desde el punto de vista económico. En primer lugar, la rentabilidad de las inversiones en capi-tal humano es más alta cuando éstas se realizan en personas desde sus primeros años de vida. Para decirlo en otras pala-bras, no invertir en el desarrollo de niños y niñas puede tener altos costos econó-micos y sociales, pues el efecto positivo que dicha inversión tendría difícilmente podrá ser obtenido si ésta se hace cuando han llegado a la etapa adulta.

Asimismo, es necesario tomar en cuenta las consecuencias políticas: una inversión social adecuada en la infancia

ayuda a fortalecer el carácter inclusivo y democrático de la sociedad, así como su cohesión.

Además, las inversiones realizadas en distintas áreas del capital humano (por ejemplo, en educación, salud y pre-paración para el mercado laboral) son altamente complementarias entre sí: la inversión en políticas públicas diseñadas desde un enfoque integral es fundamen-tal para el cumplimiento de los derechos de la infancia y la adolescencia.

Los niños y los adolescentes no sólo

representan a los ciudadanos del futuro; forman parte del presente de la sociedad y también hacen contribuciones signifi-cativas al desarrollo de la misma, y por ello, como establece la CDN, el Estado debe usar el máximo de recursos de que disponga para garantizar sus derechos.

De esta manera se podrán sentar las bases para formar ciudadanos activos y comprometidos, así como las condi-ciones para el desarrollo de sociedades donde haya mayor igualdad social y un crecimiento más equitativo.•

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Para disminuir las brechas de inequidad es necesario que todos los actores

con responsabilidad en la asignación presupuestal tengan presente

la importancia de invertir equitativa y eficientemente en la infancia

y la adolescencia

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cEiDas en los teléfonos: 56.59.61.20 56.59.62.09 o la web: www.ceidas.org • EDucaRE Calzada de los Leones No.145 Local 9 Las Águilas, San Jerónimo 630 Local 6 esq. Periférico Sur, Centro Comercial San Jerónimo • n i P Periférico Sur 4020 Local 26-A, Jardines del Pedregal - Monte Ararat 220, Lomas - Parque España 13-A, Condesa - Joya 75, Lote 4, Col. Del Valle Escondido • café lucca Avándaro, Valle de

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LA AGENDA REGIONAL

NoRBERTo liWsKi

Superados los primeros 20 años de vigencia de la Convención sobre los Derechos del Niño, resulta imprescindible explorar los nuevos campos de acción que se presentan en la región de América Latina simbolizada en la agenda del siglo XXI. Sin duda, un primer nivel de análisis implica obtener las enseñanzas que nos presenta el camino recorrido; en tal sentido, y lejos de pretender una exhaustiva enumeración de los avances, obstáculos y dificultades, es preciso señalar que una nueva corriente de pensamiento recorre los diferentes espacios institucionales y sociales de

nuestros respectivos paísesF F F

Dicho tránsito no es un ca-mino lineal; por el con-trario, remite a sucesivas zonas de tensión en las que se combinan dife-rentes componentes,

entre otros, la estructura económica so-cial, los valores, las identidades culturales, con denominadores comunes, pero con una amplia diversidad, las instituciones diseñadas sobre principios y fundamen-tos contrarios a los que nos propone la Convención sobre los Derechos del Niño y otros estándares internacionales soste-nidos en los derechos humanos. La su-peración de esas tradicionales prácticas institucionales tiene, asimismo, el alto

compromiso con la niñez y la adolescencia de asociarse a modelos innovadores fun-dados en la perspectiva de los derechos.

Algunos datos del contexto latinoame-ricano nos aproximan a un diagnóstico veraz y certero desde el cual es posible am-pliar las propuestas para esta nueva etapa.

En tal sentido, el informe 2010 de la CEPAL sobre Panorama Social de Améri-ca Latina dice que en el año 2009 “la inci-dencia de la pobreza alcanzó a un 33.1% de la población de la región, incluido un 13.3% en condiciones de pobreza extre-ma o indigencia. Estas cifras se traducen en 183 millones de personas pobres y 74 millones de indigentes. Respecto de 2008, la pobreza sólo mostró un leve retroceso,

equivalente a un aumento de 0.1 puntos porcentuales, lo que muestra una dispo-sición y una capacidad mucho más enér-gica de los países para contener los efectos sociales de la crisis, en comparación con otras situaciones análogas producidas en crisis precedentes.

“El incremento de la pobreza extrema fue algo mayor y representó 0.4 puntos porcentuales. Tanto el número de pobres como el de indigentes aumentaron en tres millones de personas. Con estos resulta-dos, el balance de los últimos años sigue siendo relativamente positivo. En com-paración con 2002, cuando la pobreza y la indigencia alcanzaron sus niveles más altos desde 1990, ambos indicadores han

NoRBERTo liWsKi Pediatra Social y Educador. Fue Vicepresidente del Comité Derechos del Niño de Naciones Unidas, 2003-2007, y Presidente Fundador de Defensa de Niñas y Niños Internacional Sección Argentina; Director Ejecutivo del Observatorio Social Legislativo de la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Pedagógica de Buenos Aires. Es autor de numerosas publicaciones, conferencias y artículos desde la perspectiva integral de derechos humanos; Presidente Fundador del Comité para la Defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos (CODESEDH) y Director de programas de Restitución de derechos de las víctimas del terrorismo de Estado.

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mostrado una reducción importante, de 10.9 puntos porcentuales el primero y de 6.1 puntos el segundo”.

En relación a las nuevas generaciones, el mismo informe señala entre otros con-ceptos relativos a la evolución de las polí-ticas educativas:

“Sin duda, la inversión en educación es el núcleo de la inversión en las capa-cidades y competencias de las nuevas generaciones. En las últimas décadas se han registrado marcados aumentos de los presupuestos educativos con respecto al PIB. Entre 1990 y 2008 el PIB regional casi se duplicó (alcanzó un 3.4% anual y un 84% en todo el período) y la expan-sión absoluta del gasto público en educa-ción en la región fue del 5% anual y del 140% en todo el período.

“En dicho lapso, el número de estu-diantes públicos en la región aumentó en casi 29 millones, para totalizar 91.2 mi-llones de estudiantes primarios y secun-darios que asisten a escuelas públicas (en comparación con 18.5 millones en escuelas privadas), y el gasto por estudiante se in-crementó de 312 dólares a 710 dólares”(I).

A continuación se señalan breve-mente algunos puntos sobre los cua-les se debería mantener un alto nivel de compromiso por parte de los Estados en

correspondencia con aquéllos que emer-gen de la condición de Estado Parte de la Convención sobre los Derechos del Niño:

• Asociar las acciones de protección hacia la niñez y adolescencia con una vi-sión holística de los derechos según la Convención sobre los Derechos del Niño y las respectivas leyes nacionales

• Profundizar las acciones en cada co-munidad para prevenir y erradicar las causas más profundas y menos visibles de la violencia contra los niños

• Partiendo de las diversidades so-cioculturales de la región, asegurar el seguimiento en la aplicación de las Reco-mendaciones del Estudio Mundial sobre Violencia contra Niños y Niñas

• Promover el empoderamiento de mi-llones de niños y adolescentes en los próxi-mos 10 años, lo cual representará que a miles de organizaciones, según sus pau-tas culturales, religiosas y comunitarias, se comprometan en procesos asociativos. Involucrar a la familia en este proceso de empoderamiento. En tal sentido las redes nacionales y regionales sólo se legitiman si representan auténticos procesos parti-cipativos locales

• El actual ciclo histórico representa un pasaje de los nuevos paradigmas hacia un nuevo contrato social, el cual se sostiene,

no sólo en nuevas concepciones, sino en la revisión y redefinición de nuevas prácticas sociales e institucionales

• Formular el desarrollo de una estra-tegia de mayor incidencia definida como la promoción de políticas públicas de ni-ñez basada en un enfoque de derechos, la cual necesita establecer prioridades rela-cionando la realidad local con el conjunto de medidas generales de implementación

• Los datos de la pobreza y desigualda-des en la región, considerando asimismo las singularidades locales, nacionales y regionales, deben alcanzar a través de los movimientos sociales una mayor inciden-cia en las políticas públicas orientadas a lograr algunos de los siguientes resulta-dos: 1) evolución creciente de la inversión pública, enfatizando sobre sectores más desprotegidos y expuestos (adolescentes de 14 a 18 años), con universalización de la escuela secundaria articulada con el campo laboral y los estudios superiores; 2) profundizar los cambios instituciona-les relacionando sus prácticas a los prin-cipios y disposiciones de la Convención sobre los Derechos del Niño; 3) promo-ver sistemas de seguimiento y monitoreo independiente relativo a las Observacio-nes y Recomendaciones del Comité de los Derechos del Niño.•

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NOTA: i. No se incluyen los estudiantes secundarios rezagados (por lo general, de 18 o más años de edad). (Cita en original).

> iNvERTiR EN la EducacióN Es clavE; permite a los niños no sólo adquirir conocimientos, sino también habilidades para el ejercicio de sus derechos.

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MARCO JURÍDICO,LOS RETOS PENDIENTES

mónica González contró

La ENADIS 2010 aporta claves sobre las dificultades para reconocer los derechos de niñas, niños y adolescentes: 6 de cada 10 personas opinan que los niños deben tener “los derechos de les da la ley”; 3 de cada 10 consideran que deben tener “los derechos que sus padres le quieran dar”; y poco más del 3% considera que “los niños no tienen derechos porque son

menores de edad”F F F

mónica González contróSecretaria Académica e Investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 1, y se ha especializado en las siguientes líneas de investigación: Derecho de las Personas y Familia; Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes; Derechos Fundamentales; Derechos Humanos; Discriminación; Filosofía del Derecho y Justicia para Adolescentes.Es Licenciada en Derecho por el ITAM y Doctora en Derechos Fundamentales por la Universidad Autónoma de Madrid.

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Estos resultados(I) ilustran claramente la resistencia para aceptar que las perso-nas menores de edad son titulares de los derechos que ya están contemplados

en las leyes, y pueden explicar, en buena medida, por qué ni siquiera son visibles en la agenda pública. Poner sobre la mesa el tema es, pues, uno de los primeros retos. De ahí la relevancia de hablar sobre el marco jurídico de protección a los derechos de la infancia y la adolescencia.

REfoRmA coNStItucIoNAL: EfEctoS SobRE LoS DEREchoS DE LA INfANcIASi hubiéramos tenido que abordar/hablar sobre la agenda legislativa pendien-te en materia de derechos de niñas, niños y adolescentes hace apenas algunos meses, la reflexión hubiera ido por otros derroteros. Sin embar-go, la reforma constitucio-nal publicada el 10 de junio de 2011 establece un nuevo punto de partida para el aná-lisis, debido a que la modifi-cación del Artículo 1º altera profundamente el régimen de protección constitucional de los derechos de niñas, ni-ños y adolescentes al recono-cer implícitamente jerarquía constitucional a los derechos contenidos en la Convención sobre los Derechos del Niño. Pese a que en todos los ámbitos la transformación fue de gran calado, en lo referente al reco-nocimiento y protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes, nos en-frentamos, sin duda, a un fenómeno cu-yas dimensiones, me atrevo a decir, aún no han sido suficientemente sopesadas.

La protección constitucional de los derechos de niñas y niños estaba conte-nida en los párrafos 6, 7 y 8 del Artículo 4º de la Constitución. Pese a que, según la exposición de motivos que acompa-ñó a la reforma a este artículo en 2000 se pretendía adecuar el marco constitu-cional con la Convención que había sido ratificada por México en 1991, la redac-ción en poco correspondía al tratado in-ternacional: mientras que la Convención

consta de 54 artículos en los que recono-ce una gran variedad de derechos, tanto económicos, sociales y culturales como civiles y políticos(II), la Constitución se limita a establecer que “los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral”.

El contraste es evidente y deja al des-cubierto la exigüidad del Artículo 4º. Es por ello que el cambio derivado de la re-forma al Artículo 1º es dramático, en vir-tud de que amplía de forma importante el catálogo de derechos para las personas menores de 18 años de edad. Así, es po-sible afirmar que la redacción actual del Artículo 1º constitucional “deroga”, de facto, el Artículo 4º en materia de dere-chos de niñas, niños y adolescentes(III).

Por ello, debemos dirigir los esfuerzos hacia algunos puntos estratégicos: la ar-monización de la normatividad interna con los derechos y principios de la Cons-titución –incluida la Convención-, el di-seño de los mecanismos de garantía de los derechos y la integración plena, con todo lo que ello significa, de los conteni-dos del derecho internacional en la ma-teria, incluidos los documentos emitidos por los órganos internacionales que tie-nen como función la interpretación de los tratados(IV).

DESAfíoS: LA AgENDA pENDIENtELa agenda en materia de derechos de la infancia y la adolescencia está, en muy

buena medida, planteada desde hace algunos años por el Comité de los De-rechos del Niño(V) en las Observaciones realizadas al Estado mexicano con mo-tivo de la presentación de su informe periódico(VI). En 2006 el Comité expre-só varias preocupaciones a nuestro país, entre las que destacan las siguientes(VII):

• Preocupación por la desigualdad y la pobreza en México

• Falta de asignación de recursos para políticas públicas a favor de la infancia

• Falta de cumplimiento de los prin-cipios de la Convención: no discrimina-ción, interés superior del niño, respeto a las opiniones del niño y derecho a la vida, a la supervivencia y desarrollo, así como una insuficiente difusión y capacitación sobre los derechos contenidos en el trata-do internacional

• Insuficiencia en la ade-cuación legislativa para garantizar los derechos conte-nidos en la Convención

• Falta de datos sobre la si-tuación de las niñas y niños, especialmente niñas y niños separados de su medio fami-liar y con discapacidad

En esta línea hay algunas tareas necesarias y urgentes para cumplir con las obliga-ciones derivadas de la rati-ficación de la Convención, especialmente a partir de su incorporación al marco jurí-dico constitucional de protec-ción de los derechos de niñas, niños y adolescentes.

Entre estas acciones desta-can las siguientes:

• La aprobación de la Ley Federal de Justicia para Adolescentes y la correspondiente creación del sistema in-tegral, con el fin de cumplir tanto con un mandato constitucional, como de aten-der este rubro fundamental en materia de seguridad pública.

• El diseño institucional para la pro-tección de los derechos de niñas, niños y adolescentes. En este sentido, se requiere crear un órgano especializado en la mate-ria, pues, hasta el momento, el tema está en manos del DIF, encargado, de acuerdo con la Ley General de Salud, de la asis-tencia social.

Esta situación, que se ha prolongado en el tiempo, refleja la visión asistencial desde la que se protegen los derechos y es a todas luces inadecuada e insufi-ciente para su garantía. Para este fin es

mientras que la Convención reconoce una gran variedad de derechos, la Constitución

se limita a establecer que “los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de

alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para

su desarrollo integral”

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abril 2011 • méxico social3014 noviembre 2011 • méxico social

necesario un órgano compatible con nuestro marco normativo, y, dada la re-levancia del tema, se propone la creación de un órgano constitucional que tenga como función la promoción, el respeto, la protección y garantía de los derechos de niñas, niños y adolescentes.

• La transformación de la Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes en una ley general, reglamentaria de los Artículos 1º y 4º constitucionales, así como de la Conven-ción sobre los Derechos del Niño. Esto supone el carácter obligatorio de la ade-cuación de los contenidos de las leyes locales, así como al definición clara de competencias entre la Federación, los es-tados y el Distrito Federal.

• La armonización legislativa en todos los niveles de gobierno: federal, estatal y municipal, con el fin de adecuarla a los contenidos de la Convención y establecer las obligaciones de los distintos actores

que deben actuar como garantes de los derechos.

A lo anterior se suma un reto más complejo, pero indispensable para la vi-gencia plena de los derechos de niñas, niños y adolescentes: la construcción del niño(a) como sujeto social. Ello supo-ne una transformación social y cultural en la forma de percibir a niñas y niños como titulares de derechos y la garantía de su derecho a participar en los asun-tos que les afectan, tal como establece la Convención.

La ENADIS 2010 nos da una mues-tra de las dificultades que enfrentamos en este camino, pese a los avances que ya se han dado. Sin embargo, la tarea de garantizar la promoción, protección y vi-gilancia de los derechos de niñas, niños y adolescentes no es optativa, sino que constituye una obligación de toda la so-ciedad en la que debemos involucrarnos de manera urgente.•

> es evidente que en méxico todavía no hay suficientes espacios incluyentes y seguros para el adecuado esparcimiento y convivencia de las niñas y los niños.

Hay un reto más complejo, indispensable, para la vigencia plena de los derechos

de niñas, niños y adolescentes: la construcción del niño(a) como sujeto social,

lo cual supone una transformación cultural en la forma de percibirlos como titulares de derechos, así como la garantía de su

participación en los asuntos que les afectan

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NotAS: i. Consejo Nacional para Preve-nir la Discriminación; Encuesta Nacional sobre Discriminación en México-Enadis 2010.ii. Entre los derechos reconoci-dos en la Convención se encuen-tran: el derecho a la identidad, la libertad de expresión, pensamien-to, conciencia y religión; libertad de asociación, protección de la vida privada, acceso a la información, derecho al juego, a la protección en contra de la explotación, justi-cia para adolescentes, derecho a la educación, derechos de niños con discapacidad, adopción, etcétera.iii. El 12 de octubre de 2011 se pu-blicó en el DOF una reforma al Artículo 4º para incorporar el principio del “interés superior de la niñez”. Esta modificación era in-necesaria a partir de la reforma en materia de derechos humanos, que integra de lleno la Convención so-bre los Derechos del Niño al marco constitucional y, por ende, recono-ce el “interés superior del niño”, así como todos los derechos de los tra-tados internacionales.iv. Por ejemplo, la Corte Interame-ricana de Derechos Humanos y el Comité de los Derechos del Niño.v. El Comité de los Derechos del Ni-ño está contemplado por el artí-culo 43 de la Convención sobre los Derechos del Niño y es el órgano encargado de supervisar su cum-plimiento. Está integrado por 18 expertos internacionales que rea-lizan observaciones a los informes presentados por los Estados partes en cumplimiento a la obligación del artículo 44 de este instrumento internacional.vi. Examen de los informes pre-sentados por los Estados partes en virtud del artículo 44 de la Con-vención; Observaciones Finales; México; CRC/C/MEX/CO/3; 8 de junio de 2006.vii. Por cuestiones de espacio se han resumido mucho los conteni-dos de la observación del Comi-té, resaltando sólo las ideas que se consideran más importantes.

especial de niñez

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Trabajo infanTil, cifras y reflexiones

RobeRto castellanos ceRecedaProfesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM e investigador de la Fundación Este País.Doctorante en Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM, realizando investigación sobre bienestar subjetivo y políticas públicas; Maestro por el Instituto de Estudios del Desarrollo en la Universidad de Sussex, Reino Unido y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Ha sido consultor de diversos organismos internacionales, como las Naciones Unidas y el UNICEF; ha publicado diversos libros en coautoría y artículos en materia de derechos de la infancia, desarrollo social, y especialmente sobre trabajo infantil.

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Familias, empresas, sistemas de justicia y marcos normativos, en México y en la gran mayoría de los países en el mundo, le otorgan una importancia estratégica al bien superior del niño y a los derechos que se derivan de este enfoque: a una educación calidad, a una vida digna y libre de violencias, y a la participación. No obstante, millones de niños siguen estando fuera de la escuela, son afectados por las violencias, no se les toma en cuenta en las decisiones que les afectan, viven en condiciones de pobreza y marginación, y son sujetos de

explotación laboralF F F

especial de niñez

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Una paradoja atraviesa al mundo de los derechos de la infancia: los temas de niñez y la protección de sus derechos son con-siderados una alta prio-

ridad pública, pero cuando las niñas y los niños quieren ejercer esos derechos, las dificultades abundan. Uno de los ámbitos donde es más evidente esta paradoja es en el trabajo infantil. Destaco a continuación algunos datos y reflexiones sobre la niñez trabajadora en México, con el fin de infor-mar el debate público sobre un problema que afecta el bienestar y la calidad de vida de millones de niñas, niños y adolescentes, que reduce sus oportunidades de desarro-llo individual y también incide en las pers-pectivas de desarrollo futuro del país.

DisMiNucióN Del trabajo iNFaNtil De 2007 a 2009Contrario a lo que el sentido común in-dicaría, el número de niñas, niños y ado-lescentes de 5 a 17 años que realiza alguna actividad económica en México disminu-yó entre 2007 y 2009, pasando de 3.6 a 3 millones(I). Como se sabe, se trata quizá del periodo más intenso de la reciente cri-sis económica que inició en 2008.

Si se considera que la principal razón que tienen los niños para trabajar es apor-tar un ingreso a sus hogares o enfrentar gastos escolares o propios (64% así lo afir-mó en 2009), resulta sin duda peculiar que se haya presentado una disminución en la incidencia de trabajo infantil entre 2007 y 2009, años de crisis que aumen-taron incluso el número de pobres en el país. Hay que analizar con cuidado este decremento.

El trabajo infantil suele ser irregular: dado que los niños no suscriben un con-trato con un empleador (es ilegal hasta an-tes de los 14 años y ciertos tipos de trabajo son prohibidos por la ley entre los 14 y 17 años de edad) y pueden estar trabajando por algunos días intercalados con otros de inactividad, o trabajan sólo por tem-poradas, es posible que haya una subesti-mación en las cifras, dado que la encuesta reporta a las niñas, los niños y adolescen-tes “que realizaron alguna actividad eco-nómica en la semana previa a aquella en la que fueron entrevistados”.

La crisis económica afectó dinámicas productivas y pudo haber modificado pa-trones del mercado laboral, que incidie-ron en el uso de trabajo infantil. Es una

hipótesis que habrá que verificar. En cual-quier caso, se trata de poco más del 9% de la población nacional de 5 a 17 años, 3 millones de niñas, niños y adolescentes, no deberían estar trabajando, sino estu-diando y, si hacen ambas, significa, muy probablemente, que no están dedicando el tiempo necesario al juego o al descanso. Pero como dos datos en el tiempo no nece-sariamente marcan una tendencia, habrá que analizar las cifras de 2011 del INEGI. Las estamos esperando.

¿prohibiDo?A pesar de la disminución del trabajo infantil entre 2007 y 2009, las cifras re-portan la pertinaz presencia de trabajo prohibido por la ley: 28.4% de los niños que trabajan tiene entre 5 y 13 años (el res-tante 71.6% tiene entre 14 y 17 años). Son niñas y niños que, de acuerdo con la nor-

matividad aplicable, nacional e interna-cional, no deberían estar trabajando.

Las familias que permiten este traba-jo y las empresas que lo contratan debe-rían saberlo (o lo saben y a pesar de ello lo hacen) y los gobiernos federal y estata-les deberían garantizar que esto no ocu-rriera. Son notables la desinformación, la demanda de mano de obra barata, la igno-rancia sobre las implicaciones presentes y futuras del trabajo infantil, y la necesidad de mejores y mayores capacidades estata-les de monitoreo y exigencia de cumpli-miento de la ley.

Sucede también que el trabajo infantil adquiere tintes de salvaje explotación la-boral y esclavismo en pleno siglo XXI: el 43.3% de los 3 millones de niñas, niños y adolescentes que trabajan gana como máximo hasta 2 salarios mínimos; 47.3% no percibe ninguna remuneración. Casi el 6% labora en lugares no apropiados o no

permitidos: minas, sitios sin ventilación o luz, lugares altos, calles o avenidas, bares y cantinas; y 1 de cada 4 (27.2%) de los ni-ños y las niñas que trabajan están expues-tos a alguna clase de riesgo en su trabajo: laboraban en lugares con ruido excesivo, humedad, herramientas peligrosas, pro-ductos químicos, entre otros. Se trata de formas de trabajo infantil, las peores, que deben ser erradicadas de forma inmedia-ta, con planes, estrategias y acciones, que no deberían esperar.

la eDucacióN y las FaMilias La escuela y las familias son espacios cla-ves donde interactúan algunas de las di-námicas que permiten el trabajo infantil pero son, a su vez, espacios críticos para su erradicación. No se trata de deslindar a las empresas y al gobierno, pero una lectura

de las cifras de trabajo infantil sugiere que la educación y las familias pueden contri-buir en mucho a su erradicación. Los da-tos de 2009 del INEGI señalan que, del total de niños y niñas que trabajan, 1.2 millones (39.7%) no asiste a la escuela. Se trata de un sector de los niños trabaja-dores que cancela sus opciones de futuro para satisfacer necesidades de sobreviven-cia presentes.

Pero el otro sector, el de los que traba-jan y estudian (los “SíSí”) es mayoritario, pero quizá en riesgo de abandonar la es-cuela por necesidades económicas. Asi-mismo, algunos estudios han mostrado que la calidad de la educación es valorada por los padres y puede ser un factor que desincentive el trabajo infantil si se apre-cia mejoría en el aprendizaje de los niños y las niñas en la escuela(II).

En el flanco de las familias, las cifras también dan cuenta de su importancia

Son notables la desinformación, la demanda de mano de obra barata, la ignorancia sobre las implicaciones presentes y futuras del trabajo infantil,

y la necesidad de mejores y mayores capacidades estatales de monitoreo y exigencia de cumplimiento de la ley

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para el trabajo infantil: 3 de cada 5 niñas y niños que trabajan (59.5%) laboran para un familiar. En 13% de los hogares con ni-ños de 5 a 17 años que laboran, el jefe de hogar no trabajó y 23.8% de los hogares con niños ocupados son de jefatura feme-nina. Si los familiares y cuidadores de los niños que trabajan logran comprender el impacto que tiene el trabajo infantil y los gobiernos les proveen de alternativas de

ingreso y desarrollo, esto podría desalen-tar la incursión temprana de los niños al trabajo.

reFlexioNes para la accióN y accioNes para la reFlexióN Algunas de las acciones más urgentes para avanzar hacia la erradicación del trabajo infantil en México son:

El interés superior del niño como eje de las decisiones y acción pública. Teniendo como meta la erradicación el trabajo infan-til, el principio general del interés superior del niño tiene al menos dos implicaciones: identificar con claridad y eliminar las peo-res formas de trabajo infantil y garantizar la permanencia de los niños en la escuela, ampliando el acceso y ofreciendo una edu-cación de calidad.

Adecuar las legislaciones estatales a la doctrina de los derechos de la infancia y me-jorar las capacidades estatales. Se trata de revisar y homologar la normatividad de las entidades federativas para que se adecue a lo establecido en la Constitución y las Le-yes federales en materia de derechos de la infancia y trabajo infantil, tomando como guía lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño y otros instrumen-tos jurídicos internacionales relevantes. Y como la ley es un instrumento necesario pero no suficiente, el cumplimiento de la legislación pasa por mejorar las capacida-des estatales, en el ámbito federal y estatal, para regular y aplicar la ley.

Promover la participación ciudada-na informada. Es necesario que la par-ticipación de padres y tutores, empresas, sindicatos y organizaciones ciudadanas ocurra a partir de la comprensión sobre la trascendencia e implicaciones de los derechos de la infancia para la vida pú-blica nacional, pero también en la vida cotidiana de las personas.•

el trabajo infantil adquiere tintes de salvaje explotación laboral y esclavismo en pleno siglo XXi: el 43.3% de los 3 millones de niñas, niños y adolescentes que trabajan gana como máximo hasta 2 salarios mínimos; 47.3% no percibe ninguna remuneración; casi el 6% labora en

lugares no apropiados o no permitidos; y 1 de cada 4 (27.2%) están expuestos a alguna clase de riesgo en su trabajo

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reFereNcias: i. INEGI (2011) Resultados del Módulo de Trabajo Infan-til en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009, México, www.inegi.org.mx. Todas las cifras sobre trabajo infantil que se incluyen aquí provienen de esta fuente. Las cifras de 2007 son del mismo Módulo aplicado por el INE-GI ese año.ii. Ver un estudio de Conafe citado en: US Department of Labor (2011) 2010 Fin-dings on the Worst Forms of Child Labour 2010, Estados Unidos.

> El trabajo infantil siempre tiene tintes de explotación extrema; en no pocos casos, llega

a convertirse en trata de personas.

especial de niñez

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Centro de estudios e investigación

en Desarrollo y asistencia Social, a.C.

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Con lasmanos vaCías

maría Joann novoa mossbergerEs diputada federal, cargo en el que preside la Comisión Especial para la Niñez. Pertenece a la Secretaría de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables y a la Comisión de Participación Ciudadana.Fue regidora de Zapopan, en Jalisco, y en la administración pública local fue presidenta del patronato del DIF de Jalisco y presidenta del DIF de Ciudad Guzmán. Es autora de artículos como “Los indicadores de la equidad” y “Presupuesto humanista”

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maría Joann novoa mossberger

Precaria alimentación, escasas ropas, techos de cartón, pisos de tierra, condiciones insalubres, manos vacías, y, a pesar de ello, caras que sonríen como destellos de esperanza delatando la etapa de la vida en la que se encuentran. Juegos sencillos, en solitario o en grupo, ayudan a pasar los días difíciles, pues la pobreza y sus consecuencias en la infancia

son sumamente dolorosasF F F

Es realmente preocupante tener a niñas y niños sin ir a la escuela, sin buena alimentación o viviendo en condiciones dañinas para su salud. De ahí la

importancia de reflexionar a fondo sobre la realidad de la pobreza infantil y sus la-mentables consecuencias en nuestra so-ciedad; niñas y niños a quienes no se les han garantizado plenamente sus dere-chos, más aún cuando estamos próximos a conmemorar el “Día Universal del Niño”.

De acuerdo con el INEGI, en México tenemos 39.2 millones de niñas y niños menores de 18 años, y un estudio del Con-sejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) y UNICEF revela que, de éstos, 21.4 millones se encuentran en la pobreza y, de ellos, 5.1 millones viven en pobreza extrema. Aunque los datos son preocupantes y dolorosos, compa-rados con 2008, vemos que la extrema pobreza disminuyó; no así la pobreza en general, que reportó un aumento.

Por otra parte, podemos apreciar un avance en la accesibilidad en los hogares al agua, drenaje, electricidad y servicios básicos. Si bien estos datos muestran re-zagos en los que debemos redoblar es-fuerzos, también encontramos avances importantes. La Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), basándose en el último Censo 2010, señala números que pare-cen alentadores, pero que a la vez revelan áreas de oportunidad y desafíos ineludi-bles para la política social; de acuerdo con esta instancia, la desnutrición infan-til disminuyó de forma considerable en los últimos 10 años, al pasar de 14% a 7% en niñas y niños menores de 5 años con bajo peso y talla, cumpliéndose una de las metas de los compromisos del mile-nio suscrita por México, al llegar al 5%.

La cobertura en educación

prácticamente es del 100% en las niñas y los niños en edad de estudiar nivel pri-maria que cuentan con un espacio ga-rantizado para ello. Las niñas mexicanas que de forma injusta eran discriminadas y carecían de oportunidades para ingre-sar al sistema educativo, hoy tienen más y mejores oportunidades para estudiar, pues el ingreso a la educación prácti-camente se igualó, por cada 100 niños varones que estudian, hay 96 niñas que también lo hacen.

La atención prenatal y natal aumentó casi al doble en los últimos 20 años: hoy 9 de cada 10 partos cuentan con aten-ción de personal capacitado. Asimismo, las enfermedades relacionadas con la po-breza, como son el paludismo y la tuber-culosis, reportan una clara tendencia a la baja, rebasando el objetivo del milenio en este rubro.

Por otra parte, el estudio “La Infancia Cuenta 2010”, realizado por la organiza-ción Red por los Derechos de la Infancia en México, reporta que la tasa de mortali-dad infantil bajó en 2010, pues mientras en 2009 era de 14.7%, el año pasado fue de 14.2%; y la de cobertura de educación escolar aumentó con respecto a 2009.

Estos son los números de la pobreza infantil en México, donde hay áreas que

preocupan y otras que alientan, pero no puede significar que la tarea está culmi-nada: debemos trabajar decididamente en la política social del Estado mexicano, así como, en el marco legal que le da sus-tento. Esencialmente podemos advertir tres puntos claves para el desarrollo sus-tentable de la niñez: tratamiento de la pobreza, seguimiento y prevención.

El primer punto es el tratamiento, es decir, proporcionar los insumos más urgentes para que no mueran por des-nutrición, enfermedades tratables o problemas derivados directamente de las condiciones de pobreza; es necesario continuar con programas como Oportu-nidades y otros tantos que dan los me-dios primarios para vivir.

El Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 señala que debemos gene-rar desarrollo integral, es decir, pasar del asistencialismo paternal que durante décadas pasadas funcionó, sin encauzar a los menores y a sus familias a una se-gunda fase de seguimiento que los hicie-ra salir de la línea de la pobreza hacia a un verdadero desarrollo social integral.

Es aquí donde entra, como segundo punto o segunda fase, la de encauzar y llevar a espacios productivos, para que cada familia o los propio menores, ya

Hay áreas que preocupan y otras que alientan, pero no puede significar que la tarea está

culminada: debemos trabajar decididamente en la política social del

estado mexicano, así como en el marco legal que le da sustento

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convertidos en adultos, generen su pro-pio desarrollo. Para ello existen mecanis-mos como becas, proyectos productivos para mujeres jefas de familia, con la fi-nalidad de que inicien negocios propios; estos programas deben de reforzarse con determinación, aumentando cobertura y calidad y, sobre todo, dando seguimiento puntual para garantizar su funcionalidad y resultados exitosos.

Un tercer punto, de vital importancia, es el contar con finanzas sanas ante po-sibles crisis económicas como forma de prevención o, en la medida de lo posible, blindar la economía nacional para palear lo más que se puedan las crisis interna-cionales que hoy en día están más pre-sentes que nunca.

Aunque nos parezca lejano o complejo,

las condiciones de responsabilidad admi-nistrativa en las que se ha trabajado los últimos 10 años han evitado una crisis que genere mayor número de niñas y ni-ños sumergidos en la pobreza; de ahí la importancia de la política económica res-ponsable y lo fundamental de administrar los recursos nacionales con ética y visión de largo plazo.

En este sentido, vale la pena resaltar que las reservas con que cuenta el Estado Nacional nos permiten tener una mone-da estable, y así se evita que los precios suban sin cuartel o que nuestros ingresos familiares se vean mermados.

Por ello es fundamental para prevenir la pobreza que se mantenga este manejo de las finanzas federales y, en el caso de las entidades federativas donde la deuda

ha crecido descomunalmente, debemos pedir a las autoridades estatales que no endeuden el futuro de la niñez, pues éstas serán cargas que le dejan a la siguiente generación, misma que debemos cuidar, pues en ella está el futuro de México.

En materia legislativa, con el fin de for-talecer la política nacional de desarrollo social, estaremos trabajando en la moder-nización de la ley en la materia, así como en la Ley de Asistencia Social, con el fin de que las autoridades de los tres niveles de gobierno tengan mejores herramientas para combatir y prevenir la pobreza.

Es importante también proteger los derechos sociales de los menores, y en general todos sus derechos, por ello con-sideramos necesario impulsar la creación de una “figura jurídica de Protección de la Niñez”, que incesantemente esté vigi-lando el cumplimiento de los derechos de los niños y, además, estableciendo políticas públicas transversales que per-mitan que todas las autoridades se coor-dinen para protegerlos.

Para combatir el trabajo infantil, una de las lamentables consecuencias de la pobreza, debemos fortalecer las inspec-ciones en los centros de trabajo, ampliar los programas sociales y trabajar en equi-po las instancias sociales y gubernamen-tales, nacionales o internacionales de forma articulada.

En el contexto de festejo por el “Día Universal del Niño”, démosle a la niñez como presente el compromiso de tra-bajar conjuntamente en el tratamiento, superación y prevención de la pobreza. Todos como sociedad somos correspon-sables en mayor o menor medida del fu-turo de las niñas y los niños, de nosotros depende el trabajar con decisión para brindarles oportunidades de desarrollo o dejarlos con las manos vacías.

Lo mejor que puede hacer una socie-dad es apostar por su niñez, en ellos está la esperanza del México fuerte, justo y honesto que todos deseamos. Ése es el compromiso, y hay que trabajar decidi-damente en él.•

> millones de niñas y niños carecen de lo elemental; según el Coneval, son más de 22 millones los vulnerables por falta de acceso a la alimentación.

es necesario impulsar la creación de una “figura jurídica de Protección de la niñez” que vigile el cumplimiento de sus derechos

y establezca políticas públicas transversales que permitan que todas las autoridades se coordinen para este fin

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¡Terminamos con éxito nuestras jornadas de prevención y capacitación ante la trata de personas en Guanajuato, donde 16,410 jóvenes, padres y madres de familia, docentes,

policías, líderes comunitarios y otros funcionarios fueron capacitados directa e indirectamente por el CEIDAS!

Agradecemos el apoyo de Iniciativa México, la Procuraduría de Derechos Humanos de la entidad y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública

En noviEmbrE EmpEzamos una nuEva Etapa dE nuEstros tallErEs.damos la biEnvEnida a nuEstro proyEcto a:

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Mi experiencia coMo eMbajador

césar roel

La vida es a veces como un rompecabezas: al encajar una pieza que faltaba, de pronto se le da sentido a todo lo demás y se puede apreciar el cuadro completo. A lo largo de mi vida, mis canciones, programas de televisión, giras, presentaciones personales y películas tuvieron un común denominador, el deseo de conocerme mejor a través del interés en las personas y, sobre

todo, de la niñezF F F

Ser miembro del Consejo Con-sultivo del Unicef desde su ini-cio me ha permitido tener un acercamiento a la problemáti-ca de la niñez en nuestro país; el Consejo es un organismo de

consulta, fórmula que el Fondo de las Na-ciones Unidas para la Infancia sólo aplica en México, y que le permite tener conoci-miento del país a través de sus miembros, quienes representan diversos sectores de la sociedad mexicana, como son el empresa-rial, el académico, el político, el religioso, el jurídico y los medios de comunicación.

Siempre estuve consciente de ese pe-ríodo importantísimo y definitivo en la formación del ser humano, en el cual la falta de amor, de orientación, protección y guía nos deja marcados en forma indele-ble, y lo más importante para mí, en esta fórmula afortunada, es que, a través de los consejeros se va creando una cultura de co-nocimiento y respeto de los derechos de la niñez en nuestro país.

Tenía ya siete años de ser miembro del

Consejo, cuando Marcela Orvañanos, pre-sidenta del mismo en aquel momento, me comentó que se estaba buscando un candi-dato para ser Embajador. Tiempo después recibí una llamada del Unicef, lo cual no llamó mi atención, porque era común que nos reuniéramos para diseñar campañas o mensajes pendientes, cuando Yoriko Ya-sukawa, entonces representante de Unicef México, me dijo que, después de conocer mi trayectoria, la sede de Unicef en Nueva York había decidido extenderme la invita-ción para ser Embajador en México; acep-té de inmediato y debo reconocer que me emocionó profundamente y que ha sido una de las grandes satisfacciones que he recibido en mi vida.

Fui nombrado Embajador en el marco del 50 aniversario de Unicef en México en el Alcázar de Chapultepec en un bello con-cierto de la Orquesta Sinfónica de Minería con la presencia de la presidenta del Con-sejo, Marcela Orvañanos de Rovzar, Yoriko Yasukawa, representante en México, y Ca-rol Bellamy, Presidenta Mundial de Unicef,

mi familia y amigos queridos. Una noche inmejorable e imborrable, que guardaré para siempre.

Mi labor como Embajador, aparte de la de consejero, consiste en participar en la planeación de campañas; presenciar la firma de convenios con autoridades fede-rales, estatales y municipales; participar en campañas como “Todos los niños a la es-cuela” y “Regalos de corazón”, en las cuales contamos con la participación de celebri-dades del mundo del espectáculo, el de-porte, la gastronomía, el automovilismo y la música, entre otros.

Asimismo, mi labor es promover el Pre-mio Unicef y llevar a cabo campañas en los medios de comunicación; procurar fon-dos; hacer reuniones multidisciplinarias en los diferentes estados de la República y reuniones internacionales en Panamá; en-tre otras actividades.

Sobre el trabajo de campo, me gustaría compartir con ustedes algunos de los viajes y experiencias vividas como Embajador.

En un viaje a Mérida, en el aeropuerto

césar roel scHreUrs Actor y cantante mexicano. Es Licenciado en Derecho por la UNAM, y ha sido miembro del Consejo Consultivo de UNICEF México desde su fundación en 1995. El 16 de agosto de 2004 fue nombrado Embajador Nacional de UNICEF México, convirtiéndose en el primer mexicano con esta función.

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nos esperó una camioneta del Conse-jo Nacional de Fomento a la Educación (Conafe) -donde, por cierto, hacen una labor extraordinaria-, e iniciamos el reco-rrido de 45 minutos para después aden-trarnos en una terracería durante otros 45 minutos más, hasta llegar a un caserío de ocho a diez viviendas, donde poco a poco fueron apareciendo las familias. Nos pre-sentamos y, después de visitar la escuela, que era un aula maya, y tras conocer los trabajos realizados bajo la explicación del único maestro y los doce alumnos, de dife-rentes edades, como siempre nos sucede, con una enorme generosidad, nos ofrecie-ron tamales y atole.

Ya para despedirnos, una pequeña de diez u once años, quien apenas un par de años atrás había aprendido el español, nos leyó una carta de agradecimiento tan sincera, bellamente escrita y enunciada, sobre la importancia de la educación, que por muchos de nosotros es conside-rada como obligada, y en esos lugares es un derecho poco común que cobra una importancia crucial, pues les da opciones para salir de ese medio y tener una mejor calidad de vida.

En otro viaje a Zacatecas, en una región sumamente apartada, estuvimos en una escuela también multigrado, donde los pe-queños tenían una personalidad totalmen-te distinta a los pequeños de Mérida, pues eran extrovertidos y muy participativos.

Debo explicarles que la “rata de agua” es un roedor grande que se alimenta de las raíces de nopales y magueyes, y un estu-pendo alimento para abatir la desnutrición de los pequeños de esa zona.

Esa vez, los alumnos me obsequiaron una especie de “Ipad prehistórica” hecha con dos palitos, una caja de cartón peque-ña con una de las caras recortada, donde, haciendo girar los dos palitos a manera de cine mudo, pasaban dibujos de todas las actividades de la “rata de agua”. Lo guardo entre mis recuerdos preciados.

En otra ocasión, viajamos a Sinaloa para conocer la problemática ancestral de los niños jornaleros, en la cual la mano de obra de los niños es indispensable para el sostenimiento de la familia y es exigida por el padre para poder subsistir, dejando de lado la educación de los pequeños.

Muchos de los campos de cultivo de grandes extensiones tienen guarderías y escuelas dentro con buenas instalacio-nes, y no permiten ni contratan a meno-res de edad, pero muchos otros no tienen escuelas y sí los contratan. El ver a estos pequeños de seis o siete años en adelante

trabajando de sol a sol diez o doce horas diarias, no puedes dejar de sentir una enor-me rabia, frustración, coraje y decepción de saber que, de no rescatarlos, no tendrán otra opción en la vida que ser jornaleros.

En una reunión con el gobernador y su gabinete, tomaron nota sobre los campos que contratan menores para invitarlos a no hacerlo a pesar del deseo de los padres, condicionando la contratación al estudio de los pequeños; sin duda son avances, pero falta mucho por hacer…

Estas experiencias maravillosas son

también profundamente dolorosas, al ver la realidad de nuestra niñez y las pocas op-ciones que tienen a pesar de los enormes esfuerzos que se realizan y que siguen sien-do insuficientes para poderles brindar sa-lud, educación, respeto e igualdad.

Ser embajador del Unicef ha sido una de mis grandes satisfacciones y también una gran responsabilidad al poner al ser-vicio de la niñez mexicana mi experiencia, poder de convocatoria, imagen y trayecto-ria. Estoy profundamente agradecido con la vida por esta oportunidad.•

Las experiencias maravillosas son también profundamente dolorosas, al ver la realidad de nuestra niñez y las pocas opciones

que tienen a pesar de los esfuerzos que se realizan, los cuales siguen siendo insuficientes

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abril 2011 • méxico social3026 noviembre 2011 • méxico social

EL CENTRO DE NUESTRAS

ACCIONES

MARÍA JOSEFINA MENÉNDEZ CARBAJALLicenciada en Sociología, egresada de la Universidad Iberoamericana con experiencia de más de 30 años en el área social en dependencias de gobierno, educativas, organizaciones sociales y particulares. En términos de incidencia en política pública ha efectuado negociaciones con la Cámara de Diputados en la Formulación de la Ley de los Derechos de la Niñez y con los Senadores en diversas líneas relacionadas con la infancia. Realizó actividades de enseñanza académica en la Universidad Iberoamericana en las áreas de Sociedad, Economía y Educación. Desde el año 2000 es Directora General de la Organización Internacional Save the Children México.

La educación que reciben las niñas y los niños en el país no es necesariamente pertinente u oportuna ni responde a sus necesidades e inquietudes.

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México Social (MS): Save the Children trabaja en torno a seis programas y uno de ellos es el de la educación. Sobre este tema, ¿cuál es su percepción sobre la ca-lidad y el acceso a la educación de niños, niñas y adolescentes en México?

María Josefina Menéndez (MJM): Calidad y acceso son dos temas comple-mentarios, pero que se pueden separar:

La calidad de la atención es uno de los retos más importantes del sistema edu-cativo del país. A pesar de los esfuerzos que se estén haciendo a nivel nacional, y con diversas iniciativas que emergen des-de el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y el gobierno federal, hasta los gobiernos locales, la discusión más importante tanto a nivel nacional como en el caso de los niños y niñas que atendemos y participan en ese proceso educativo y en nuestros progra-mas de atención es que la educación que reciben no es necesariamente pertinente u oportuna ni responde a sus necesida-des e inquietudes, y la apropiación del proceso del conocimiento es autorita-ria, rígida y sin posibilidades de lograr la construcción en conjunto.

En relación con el acceso, creo que ha habido avances muy importantes. A nivel nacional se habla de un porcenta-je que rebasa el 90% de niños en el re-gistro de educación básica. Sin embargo,

hay fenómenos que se deben mencionar, como la cantidad de niños en riesgo, ni-ños de la calle y entre 17 y 18 mil niños y jóvenes que emigran o intentan emigrar. También existen más de 3 millones de niños trabajadores, de los cuales un alto porcentaje ve eliminada su posibilidad de estudiar por la duración de sus jorna-das laborales.

CAMBIO DE CONCIENCIAMS: ¿Desde dónde se debe transformar social y culturalmente el entorno de los niños?

MJM: Además de una transformación social y cultural, es una transformación de conciencia. Creo que nos toca a to-dos comprender qué significa el interés

superior del niño y la niña; el centro de nuestras acciones, actividades y nuestra vida tiene que estar ahí. Esto tiene que ver con las acciones cotidianas de atención del niño, del trato y afecto; con nuestra forma de relacionarnos y comunicarnos con ellos; con la posibilidad de que sean escuchados, vistos y se conviertan en ac-tores que pueden participar de acuerdo con su edad, madurez y desarrollo.

Este cambio de conciencia tiene que abarcar todos los sectores del país, pero, sobre todo, es una labor fundamental de política pública.

En el caso de los padres de familia, esta toma de conciencia implica retomar la idea de la escuela como un ámbito co-munitario de participación donde ellos aprenden también y se involucran en el proceso de aprendizaje de sus hijos. En el caso de los niños, deben recordar que tienen derechos y además compromisos (no obligaciones) de ser buenos seres hu-manos, respetar a sus maestros e incor-porarse a la escuela con una actitud de aprendizaje y respeto.

RETOS DE LA CALIDAD EDUCATIVAMS: Mencionaba la incidencia en la po-lítica pública; Save the Children la ha tenido en los poderes ejecutivos y legis-lativos; sin embargo, los acuerdos de la Convención no se han logrado cumplir en el país, ¿por qué?

MJM: Hemos tenido un papel estratégi-co, pero, ¿cuáles han sido las dificultades que consideramos más graves en relación con la calidad del acceso a la educación al nivel de la implementación de la política del gobierno federal? En primer lugar, el tema de la justicia y la equidad social es un gran problema. Podemos lograr cali-dad educativa mejorando nuestros nive-les de atención, pero la inequidad es tan seria que se deben tomar decisiones muy importantes en este punto.

La segunda es el papel político del SNTE, que también tiene que ver con el proceso democrático. A veces ope-ra más como un mecanismo de defini-ción de candidatos a la Presidencia de la República y en ocasiones de goberna-dores. Ahí hay un juego y un papel po-lítico realizado por el sindicato que va en detrimento de la función principal de una organización de tal magnitud e importancia, tanto en el principio éti-co como en la necesidad de fortalecer

méxico social/sTaFF

María Josefina Menéndez Carbajal, directora general de la Organización Internacional de Save the Children-México, analiza las condiciones en las que se desarrolla la infancia en el país: un proceso educativo alejado de sus necesidades reales; el incremento de niñas y niños en las peores condiciones de trabajo y explotación infantil; la violencia familiar, escolar y social; y destaca la urgencia de convertir al interés superior del niño en el centro de las acciones en todos los niveles, así como de cambiar la agenda pública de seguridad

por protección integral de la infanciaF F F

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sus capacidades como personas y como maestros para dar educación.

La tercera tiene que ver con presu-puesto. Es difícil mejorar condiciones de calidad educativa si no logramos tener aulas adecuadas, acceso a la información digital y educadores y promotores comu-nitarios que permitan a los maestros no hacer dobles turnos, sino que se vincu-len con los niños sobre bases de respeto y brinden una atención pormenoriza-da, dedicada, dirigida, constructivista y planteada a partir de las necesidades y expectativas de los niños.

Si se entiende el sistema educativo nacional sin entender los ámbitos loca-les, regionales y las necesidades en parti-cular de los niños y sus familias, es muy difícil avanzar en la calidad educativa, acceso y permanencia de niños y niñas en el mismo.

MS: En su organización se ha hablado de la creación de un “Sistema Estatal de Pro-tección infantil Efectivo”, ¿cuáles han sido los alcances de esta propuesta; qué res-puesta han tenido por parte del gobierno?

MJM: Nuestra organización lleva al me-nos tres años en esta discusión. Es una de las recomendaciones que se han plantea-do a partir del estudio de la oNU en ma-teria de violencia: la creación de sistemas de protección nacionales que permitan cambiar las agendas públicas de seguri-dad y dejar de entender como seguridad a la policía y el ejército en las calles, y más desde una lógica de generar la aplicación de las garantías individuales y de los de-rechos de los niños y niñas.

Hemos insistido en esta discusión, la cual debiera llevar a la armonización de un marco legal -contrario a lo que exis-te-, y a mecanismos instrumentales en una ley de protección de niños, niñas y adolescentes; crear un órgano rector y programas y presupuestos vinculantes. Hay algunos avances al respecto; en el Senado se han presentado iniciativas, se ha discutido con el DiF y con la Pre-sidencia de la República, pero no ha sido más que una situación de reflexión.

A través de sus programas, lo que está haciendo Save the Children es crear sis-temas de protección integral locales. Se trata de llegar a una escuela, hablar con el director y los maestros; reconocer e identificar las condiciones de los niños; iniciar procesos de participación in-fantil y promover el autocuidado. Que los niños expresen sus necesidades y

requerimientos es el mejor mecanismo de seguridad.

También se trabaja con padres de fa-milia para lograr un cierre que permita tratar de modificar la forma en la que los niños y niñas son tratados en el ám-bito escolar, familiar y comunitario. En los casos en donde es necesario estamos involucrando a la autoridad local para acciones específicas de indefensión de derechos de niños o necesidades espe-ciales de protección.

LA VIOLENCIA SE HA NORMALIZADOMS: En el contexto que estamos vivien-do en el país, ¿cómo se explican los nive-les de violencia y maltrato en el entorno familiar o escolar, o en fenómenos como

el bullying, que sufren los niños, niñas y adolescentes en el país?

MJM: Hay distintos tipos de condicio-nes de violencia. La primera, que tiene que ver con condiciones de maltrato y violencia familiar, es una tendencia que lleva a niveles de reconocimiento de or-ganizaciones civiles, familias e incluso los registros oficiales en los últimos 15 años. Desde los primeros foros de par-ticipación infantil en los que ese pudo intervenir, siempre fue un punto princi-pal la forma en la que el padre, madre o cualquiera de sus familiares trataban a los niños en sus casas; éste es un proceso histórico que ha crecido constantemente.

La explicación que puede darse tiene que ver con el tema de inequidad, ade-más de estar relacionado con el asunto

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> CADA vEZ hAy uNA MAyOR CANtIDAD de población infantil adscrita a esquemas laborales de excepción que implican las peores condiciones de trabajo y explotación.

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de la presión social y del estrés que sig-nifica vivir en las condiciones de la so-ciedad actual, pues cada vez tenemos mayores niveles de exigencia en nuestro desarrollo personal.

Esto se refleja necesariamente en la vida familiar, el tema del cambio de roles, y la gran cantidad de familias que ya no son como las que conocíamos, que ahora tienen una jefa de familia y no un jefe de familia: una mujer estresada, presiona-da, quizá deprimida, que debe atender su papel de madre después de largas jor-nadas de trabajo. Hay todo un fenómeno que parte de este proceso.

En los sectores económicamente pu-dientes el estrés social también se refleja, hay sobreprotección o los padres de fa-milia están tan ocupados en sus dinámi-cas sociales y económicas que los niños no tienen la atención inmediata y directa de su madre y padre de familia. Éstas son condiciones de violencia que pueden ser pasivas o directas y agresivas.

En el ambiente estudiantil, el bullying o acoso escolar es un tema muy grave que se ha observado desde hace muchos años y tiene que ver con los niveles de de violencia, maltrato y omisión que sufren esos niños en sus casas. En un ambiente tan grave como el que se vive en el país ac-tualmente, con una actitud como la de los medios de comunicación, independiente-mente de si respetan o no sus códigos de ética, la realidad es que todo el proceso de comunicación e información social lleva a la normalización de la violencia.

En este proceso de normalización ocurre que un niño le pegue a otro, que una niña se burle de otra o la presen-cia de misoginia y discriminación. En el mundo adulto, esta normalización es una forma de adopción de un comporta-miento educativo: “Que se haga fuerte”, dice el maestro. “Sí, lo están presionan-do, pero es para que se fortalezca porque él es débil”. Estamos atendiendo un fenó-meno que aparentemente está creciendo o se está haciendo más evidente. Estos actos tienen mucha más presencia y con-secuencias muy graves.

MS: ¿Cómo trabajar en esto y empezar a erradicar la violencia contra la niñez?

MJM: Desde nuestra perspectiva, esta-mos haciendo lo que podemos, con toda la consistencia y las posibilidades que tene-mos. Hay un primer ámbito que tiene que ver con la política pública; tenemos que crear un mecanismo general, vinculante,

necesario, obligatorio y prioritario que derive en este sistema de protección.

Debemos cambiar la agenda pública de seguridad por protección integral. De-bemos pensar que la posibilidad de erra-dicar la violencia hacia niños y niñas está en una labor cotidiana de atención, lo que significa que debemos trabajar con maes-tros y padres de familia, y la posibilidad que tenemos de hacerlo es en el ámbito escolar, porque ahí hay un interés de los padres de salir adelante y cambiar su si-tuación social y personal.

Hay que trabajar con las niñas y los niños, explicarles lo que significa la dis-

criminación, enseñarles a expresar sus sentimientos y a sacar lo que viven diaria-mente y ver desde el ámbito de la atención directa sus mecanismos de recuperación.

EXPLOTACIÓN LABORAL: PRáCTICA INADMISIBLEMS: Mencionaba la explotación labo-ral de la que son víctimas millones de niños en el país. Ante la crisis, ¿se ha incrementado?

MJM: Sin duda. El principal problema

es que, en muchos casos, no podemos demostrar ese incremento. En el regis-tro que tenemos de niños y niñas traba-jadoras, sus jornadas laborales se han ampliado, y eso es un incremento claro, pues hay una línea muy tenue entre el trabajo infantil (sus posibilidades forma-tivas y sus condiciones de sobrevivencia y desarrollo, las que sea que tengan), y la explotación laboral infantil. Al dedicar más tiempo al trabajo o al traslado a su lugar de trabajo, descuidan su alimenta-ción y otras condiciones que permitirían su desarrollo escolar.

A pesar de que las cifras oficiales ha-

blan de un decrecimiento del trabajo in-fantil en relación a los años siguientes, la realidad es que cada vez hay una mayor cantidad de población infantil adscrita a esquemas laborales de excepción que incluyen peores condiciones de traba-jo y explotación. No tenemos manera de garantizar ni de saber con certeza la cantidad de niños y niñas trabajando en prostitución infantil, qué cantidad se está sumando a la cadena del crimen organi-zado, etcétera; pero, aunque no tenemos los registros, sabemos que está pasando, porque lo vemos de manera cotidiana.•

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> NOS tOCA A tODOS comprender qué significa el interés superior del niño y la niña, el cual tiene que ser el centro de nuestras acciones, actividades y vida.

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infancia con hambre o del fracaso de la política

saúl arellano / ceiDas

Los niños mexicanos enfrentan condiciones inaceptables. Más de la mitad de quienes tienen menos de 18 años viven en condiciones de pobreza y, según el CONEVAL, sólo 17 de cada 100 acceden a niveles adecuados de bienestar. Hay más de 6 millones en esa edad que están privados de su derecho a la educación, y más del 60% no tiene acceso a la seguridad social. Lo más doloroso y vergonzoso para los gobernantes es, sin duda, el hecho de que hay más de 5 millones de niñas y niños que viven con hambre; una realidad que ya nadie debe ni puede tolerar.

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No hay mejor reflejo de las prioridades y valores de una sociedad, que el grado de cumplimiento de los derechos de las niñas, niños y adoles-

centes. Lo anterior se sostiene, sobre todo al considerar que debido a su fragilidad y requerimientos de protección, necesitan de todo el respaldo, apoyo y acompaña-miento de la sociedad, a fin de impulsar una nueva generación de ciudadanos

convencidos de la democracia, la paz y la cultura de los derechos humanos.

Esta construcción, sin embargo, de-pende necesariamente de la existencia de condiciones de bienestar adecuadas, lo que significa que el Estado mexicano debería contar con una política integral de protección y garantía plena de los de-rechos de la niñez mexicana, lo cual dista mucho de ser una realidad.

Así consta en las Observaciones que el Alto Comisionado de los Derechos

Humanos hizo en 2006 respecto al In-forme-País presentado por el Gobierno Mexicano, y se ratifica en el simple hecho de que, por segunda ocasión consecuti-va, el Gobierno mexicano ha sido incapaz de entregar a tiempo el informe sobre el seguimiento a los Acuerdos de la Con-vención de los Derechos del Niño; la pri-mera ocurrió precisamente en 2006 y la segunda en este 2011, año en que el Go-bierno no hizo entrega de los resultados que debió presentar.

especial de niñez

> las niñas y niños son sujetos plenos de derechos, y no hay ningún argumento que justifique el incumplimiento de sus garantías.

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infancia con hambre o del fracaso de la política

Lo anterior se explica quizá en el hecho de que los indicadores sobre las condiciones de vida de las niñas, niños y adolescentes mexicanos son verda-deramente deplorables, y sobre todo, injustificables dados los recursos, in-fraestructura y capacidades instaladas en nuestro país.

Ante las intolerables condiciones de pobreza y desigualdad en que viven nuestras niñas y niños, es legítimo sos-tener que, mientras México siga siendo

el país inapropiado para la niñez en que se ha convertido, la política y los políti-cos habrán fracasado en el mandato que les impone la Constitución de garantizar una vida digna y decorosa para todos, y en este caso, para los más vulnerables.

LOs NiñOs: siEMprE LOs Más pObrEsDesde el año 2006, las mediciones que ha llevado a cabo el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CO-NEVAL), han puesto en evidencia que la niñez mexicana vive las más severas con-diciones de pobreza en el país. En efecto, si se compara a la población menor de 18 años, con la población que tiene mayoría de edad, los contrastes son abrumadores.

De los 56 millones de pobres que hay en México, 21.4 tienen menos de 18 años, es decir, si esto se tradujera a términos relativos, la proporción de personas po-bres, analizada por edad, tendría una inmensa “sobre-representación” de las niñas, niños y adolescentes en el país.

Según el Censo 2010, la población mayor de 18 años suma un total de 71,712,388, lo que significa que el 42% de ellos viven en algún grado de pobreza; de manera contrastante, de los 40,624,150, que en 2010 eran niñas, niños o adoles-centes menores de 18 años, 21.4 millones vivían en algún grado de pobreza, es decir, el 53.8%, más de 10 puntos porcentuales más que la población mayor de edad.

ViVir CON HAMbrESi las condiciones descritas son graves por sí mismas, la situación se percibe en su di-mensión más dura al observar que del to-tal de niñas, niños y adolescentes pobres, había en 2010, un total de 5.1 millones en pobreza extrema, es decir, en una situa-ción en la que no contaban con los recur-sos suficientes para al menos cubrir sus necesidades básicas de alimentación.

El dato tiene implicaciones mayores pues esta cifra representa el 12.8% de las niñas, niños y adolescentes, mientras que el porcentaje de pobreza extrema para la población mayor de 18 años es de 9.1%.

Asimismo, había 16.3 millones de niñas, niños y adolescentes que se en-contraban en condiciones de pobreza moderada, lo que equivale a un 41% del total de quienes tienen menos de 18 años en el país. El dato contrasta una vez más con el porcentaje de personas mayores de 18 años, entre quienes la pobreza mo-derada afecta al 32.9% de la población.

TAMbiéN sON Más VuLNErAbLEsAdemás de medir la pobreza, el CONE-VAL construye indicadores relativos al grado de vulnerabilidad en que se sitúan las personas, en función del número de carencias sociales que presenta, ya sean por ingresos o por estar privados del acceso a uno de los servicios sociales elementales.

Las condiciones de vida de las niñas, niños y adolescentes mexicanos son verdaderamente

deplorables y, sobre todo, injustificables, dados los recursos, infraestructura

y capacidades instaladas en nuestro país

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especial de niñez

Así, para la niñez mexicana, el CO-NEVAL identificó que hay 9 millones, de los 40.6 millones de menores de 18 años que había en 2010 en el país, es decir, un 22.5%; en este indicador, el porcentaje para la niñez es más bajo que el de la po-blación mayor de edad, entre quienes el 32% son vulnerables por carencia social.

Sin embargo, en lo que se requiere a la vulnerabilidad por ingresos, el porcenta-je para los niños es de 7.2·%, es decir, 2.9 millones, un millón más que en 2008, mientras que para el resto de la pobla-ción, el porcentaje es de 5%.

De todo esto, lo más lamentable es que sólo el 16.5% de todas las niñas, ni-ños y adolescentes que hay en el país, vi-ven con niveles adecuados de bienestar. Dicho de otro modo, de cada 100 niñas y niños, hay 83 que viven en condiciones de pobreza o se encuentran en algún gra-do de vulnerabilidad.

AdEMás CON MúLTipLEs CArENCiAs

Los datos oficiales nos muestran una realidad inaceptable en lo que respecta al rezago social en que viven nuestras ni-ñas, niños y adolescentes; según la me-dición de la pobreza, 2010, habría en el país al menos 3.9 millones de niñas, ni-ños y adolescentes en rezago educativo, y 11. 9 millones sin acceso a servicios de salud.

Por si lo anterior no fuera ya demasia-do, dos de cada tres niños en el país no tienen acceso a la seguridad social, uno de cada cinco menores de 18 años viven en viviendas con condiciones precarias, otro 20% vive en viviendas que carecen de servicios elementales; y el dato para la vergüenza: casi el uno de cada tres me-nores de 18 años, es decir, casi 12 millo-nes, vive la carencia de una alimentación adecuada.

siN OpOrTuNidAdEs EduCATiVAs

A pesar del discurso oficial, México se encuentra todavía muy lejos de alcanzar la cobertura y lograr la permanencia uni-versal de las niñas, niños y adolescentes en la educación básica, ante lo cual debe considerarse además que la situación ha-brá de hacerse aún más compleja ahora que se ha aprobado la reforma constitu-cional por la que se incluye al bachille-rato como parte de la educación básica.

En primer lugar, resulta insultante que haya todavía, en 2010, según los da-tos del Censo, más de medio millón de niñas y niños entre 8 y 14 años que no saben leer ni escribir un recado, es decir, más de 500 mil en ese grupo de edad que no han tenido la oportunidad de asistir ni un grado completo a la escuela.

Hay además un total de 2.94 millones

de niñas y niños entre 3 y 5 años de edad que no asisten al pre-escolar, en buena medida, porque no existe ni la oferta ni mucho menos los recursos familiares su-ficientes, para garantizar que este grupo etario tenga cumplido plenamente su de-recho a recibir una educación de calidad.

Sorprende además que en el grupo de 6 a 11 años, en el cual se asiste a la prima-ria, haya más de 400 mil niñas y niños en todo el país que no asisten a la escuela, la inmensa mayoría de ellos por vivir en la pobreza extrema, o bien por vivir con algún tipo de discapacidad por las que son rechazados debido a la falta de pro-fesores capacitados para su atención, o simplemente, debido a la persistencia de barreras físicas y culturales que no han terminado de erradicarse.

Asimismo, hay una cantidad suma-mente elevada de adolescentes entre 12 y 14 años que no asisten a la secunda-ria, por los mismos motivos: pobreza,

discriminación, violencia o exclusión so-cial; en estas circunstancias están más de 500 mil jóvenes.

Finalmente, está el grupo de los ado-lescentes de 15 a 17 años, que deberían tener acceso universal al bachillerato; sin embargo, según los datos del Censo, hay 2.21 millones de ellos que no tuvieron la oportunidad de acceder a este nivel edu-cativo, lo que es más, cientos de miles de ellos ni siquiera pudieron intentar ingre-sar, ya bien por la pobreza, o bien porque en sus comunidades no hay escuelas que ofrezcan estos servicios.

siN dErECHOs sExuALEs y rEprOduCTiVOsSi hay un espacio en el que el Estado Mexicano ha fallado en la generación de una agenda de protección, es justamen-te en la relativa al cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes: el conservadurismo clerical in-miscuido en las decisiones del gobierno; la intolerancia y la ignorancia, se han convertido en los peores enemigos de una sociedad capaz de garantizar una vida en libertad y dignidad plena para los jóvenes y adolescentes.

Estas condiciones, producto de men-talidades represoras, han generado que miles de jóvenes asuman la maternidad a muy temprana edad. Según los datos del INEGI, en la década que va del año 2000 al 2010, en México se han registra-do 108,550 nacimientos en mujeres que al momento del parto tenían menos de 15 años, una edad en la que el riesgo de morir, tanto para la madre como para el niño o la niña, son sumamente elevados. Esta realidad implica que cada año haya habido, en ese periodo, un promedio de 10,855 nacimientos en mujeres en este grupo de edad.

Por otro lado, hay también cientos de miles de nacimientos de madres cuyas edades oscilan entre los 15 y los 19 años, edad en la que, lejos de revertirse la si-tuación, año con año se incrementa el número de jóvenes que, o bien truncan su trayectoria escolar, o deciden tener un hijo ante la carencia de expectativas de un futuro mejor al tener cancelado su de-recho a al educación y a un trabajo digno.

Según los datos del INEGI, en la déca-da señalada ha habido en México 4.24 mi-llones de nacimientos de madres menores de 19 años, lo que da un promedio de más de 424 mil cada año, casi 50 nacimientos de madres adolescentes cada hora. •

en el país 2 de cada 3 niños no tienen acceso a seguridad social; 1 de cada 5 habita en viviendas con condiciones precarias o sin servicios elementales; y casi 12 millones sufren carencia de

alimentación adecuada

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En carencia por acceso a la

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En carencia por acceso a la alimentación

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IndIgnante RealIdadDe acuerdo con los datos del CONEVAL, en México

sólo 17 de cada 100 niños viven en condiciones adecuadas de bienestar, y al menos 5.1 millones

viven en la más extrema pobreza

Fuente: elaboración propia con base en los datos de la Medición Multidimensional de la Pobreza, 2010, CONEVAL (www.coneval.gob.mx)

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Mujeres madresde 15 a 19 años

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Pob 3-5 años que no asiste

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Pob 12-14 años que no asiste

Pob 15-17 años que no asiste

Pob 8-14 años analfabeta

En carencia poraceso a la salud

En carencia por acceso a la

segurida social

En carencia por calidad y espacios

de la vivienda

En carencia por acceso a

servicios básicos

En carencia por acceso a la alimentación

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Vulnerablespor carencias

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Niñas niños y adolescentes sin derecho a la educación, por edad

Mujeres madresde 15 a 19 años

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VIVIendo en la caRencIaEn México, la inmensa mayoría de las niñas y niños viven en viviendas

y entornos que limitan el cumplimiento de sus derechos, lo que evidencia la falta de interés de los políticos por este sector de la población

PRIVados de la educacIónEn México hay 6.65 millones de niñas, niños y adolescentes entre

3 y 17 años que están privados de su derecho a la educación; realidad inadmisible en una sociedad democrática

FutuRo comPRometIdoLa inmensa mayoría de las mujeres que se convierten en madres

siendo muy jóvenes truncan su trayectoria escolar y son relegadas a los empleos peor pagados; sin apoyos ni políticas adecuadas,

su futuro se encuentra comprometido

Fuente: elaboración propia con base en los datos de la Medición Multidimensional de la Pobreza, 2010, CONEVAL (www.coneval.gob.mx)

Fuente: elaboración propia con base en los datos de la Medición Multidimensional de la Pobreza, 2010, CONEVAL (www.coneval.gob.mx)

Fuente: elaboración propia con base en los datos de la Medición Multidimensional de la Pobreza, 2010, CONEVAL (www.coneval.gob.mx) Fo

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abril 2011 • méxico social3034 noviembre 2011 • méxico social

Los inmensos desafíos

RicaRdo Bucio mújica

La Convención de los Derechos del Niño, tratado internacional de derechos humanos suscrito por más países en el mundo, ha sido desde 1989 una palanca para la generación de mecanismos legales e institucionales a favor de los niños. En México, la última década se ha desarrollado un marco legal para reconocer y proteger los derechos de la infancia en materia de salud, educación y prestación de servicios jurídicos, civiles y sociales que se refleja en reformas a diversos instrumentos jurídicos generales, federales y estatales

F F F

RicaRdo Bucio mújicaPresidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). Es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Iberoamericana (UIA), diplomado en Gestión Pública por la UIA y la Universidad de Chicago.Fue secretario técnico de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), y formó parte del Consejo para Prevenir la Discriminación en el Distrito Federal. Fue director general adjunto de vinculación social del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol). Fue director de El Arca de México, I.A.P., organización dedicada a proteger a personas con discapacidad intelectual que han sido abandonadas.

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especial de niñez

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méxico social • abril 2011 3135méxico social • noviembre 2011

MéxiCo ha CaMbiaDo CoN EL iMpuLso DE La CoNvENCióNEn este mismo sentido, existen 31 leyes a favor de esta población en casi todas las entidades federativas, con excepción de Chihuahua, y 16 estados disponen de un marco legal referido a los derechos de la juventud.

Junto a los avances legales existen otros de tipo institucional, como la crea-ción de dependencias específicas de pro-tección de derechos de niñas y niños en muchas entidades federativas, e incluso en municipios –institutos, procuradu-rías, secretarías-, y la cobertura del Siste-ma Nacional para el Desarrollo Integral

de la Familia (SNDIF). Hay, además, muchas instancias dedicadas a diversas temáticas sociales que han creado áreas especializadas en atención de la pobla-ción menor de 18 años. Todas en conjun-to han ayudado a mejorar indicadores de esperanza de vida, mortalidad infantil, de cobertura de salud y educación, o de acceso a servicios, entre muchos otros.

Los cambios no han sido sólo legales e institucionales, reflejados en asignacio-nes presupuestales, sino también cultu-rales. Son de resaltar algunos de ellos en relación a la percepción sobre los dere-chos de la infancia, como los reflejados en la Encuesta Nacional sobre Discrimina-ción en México (ENADIS) 2010, la cual da cuenta de que el 65.5% de la población

de nuestro país considera que “los niños deben tener los derechos que les da la ley”, porcentaje lejano aún a la totalidad de la población, pero que antes de la Con-vención de los Derechos del Niño hubie-ra sido significativamente menor.

La ENADIS también da cuenta de que las propias personas menores de 18 años tienen mayor perspectiva de sus derechos que generaciones anteriores -como son los actuales adultos mayores-, y conciencia de que sus derechos no son respetados (20% de las y los menores de entre 15 y 17 años de edad).

…pEro Los CaMbios No CorrEspoNDEN aL taMaño DE La probLEMátiCa

Sin embargo, a pesar de las alentadoras transformaciones, el Estado mexicano no es aún capaz de garantizar un nivel de vida adecuada para todos los niños y

niñas del país, ya que un sector de ellos y ellas siguen sufriendo maltrato, des-cuido, explotación, exclusión discri-minación y desprotección por parte de instituciones públicas, colectivos sociales y, en no pocos casos, de su propia familia.

En la opinión de niños y niñas, recogi-da por la ENADIS 2010, el 27% dice que sus padres le han hecho llorar; 26% cien-to manifiesta que le han pegado; 17.9% indica haber recibido amenazas de gol-pes de sus padres; y 18% expresa que les han dicho groserías. El 35% de niñas y niños de entre seis y nueve años ha su-frido violencia en su familia (de acuer-do con datos de la Secretaría de Salud, 2007). Y la escuela no escapa a ella.

Información del DIF reportó que, de

los menores atendidos en 2010, el 51.6% fueron “por maltrato físico o emocional”, y 43% “por omisión de cuidados, negli-gencia y abandono”; y ante el Ministerio Público en 2008 hubo un 26.5% de “ca-sos comprobados de maltrato infantil”. La violencia se presenta en formas entre pa-res, pero también como abuso sexual, ries-go de trata y exposición a drogas ilícitas.

Según el Censo de Población y Vivien-da 2010 (INEGI), existen 32.5 millones de personas menores de 14 años, quienes representan el 28.9% de la población to-tal. Cerca de 12 millones de menores de 18 años viven en pobreza alimentaria, y en los últimos años se ha descubierto la grave situación que vivimos en cuanto a malnutrición, sobrepeso y obesidad, lo que afecta su desarrollo integral de va-rias formas.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ENOE-2009 (INEGI) indica que las y los niños que trabajan suman 3 millones, de los cuales: 35.3% no asis-te a la escuela; 72.5% recibe un salario

los déficits de política pública a favor de la plena ciudadanía de la niñez siguen

desafiando al estado a tener una visión integral, integrada e integradora, construida sobre la base del respeto de los derechos humanos, con el fin

de ampliar efectivamente las posibilidades y las condiciones de vida digna de la infancia

CErCA DE

12millones

DE MENOrESDE 18 AñOS VIVEN

EN PObrEzA ALIMENTArIA

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mínimo o menos; 73.9% tiene una jor-nada habitual de 35 o más horas a la se-mana o no tienen un horario regular de trabajo; y 17% está expuestos a riesgos en el trabajo.

Unos 359, 729 trabajan debido a que sus familias necesitan el aporte econó-mico o que hagan las labores del hogar. Además, 706 mil lo hacen para poder mantenerse y/o pagarse la escuela. De las y los niños entre 5 y 17 años que no asisten a la escuela (2, 678,570), unos 122,000 no van por motivos de inseguri-dad, discriminación o lejanía de la escue-la (ENOE, 2009).

Aunque México se comprometió a lo-grar que la educación básica fuera uni-versal en 2015 (a tono con los Objetivos del Milenio), existen 1.2 millones de ni-ños y niñas entre los 5 y los 14 años que están fuera de la escuela.

Según el Censo de Población y Vivien-da 2010 (INEGI), el 14.8% de los niños de 3 años y más no asiste a la escuela, el 11.2% de niños de 6 a 14 años no sabe leer y escribir, y el 13.4% de los niños de 3 años y más no tienen escolaridad.

¿uNa poLítiCa DE EstaDo iNtEgraL E iNtEgraDa?Todas estas situaciones, y las que se gene-ran a partir de que en los hogares y a nivel social se vive en un ambiente permeado por diferentes formas de violencia, ha-cen que niñas, niños y adolescentes vean afectadas de manera central la posibili-dad de un nivel de vida adecuado, y la de generar en libertad un proyecto de vida. Además, hacen que aprendan y se acer-quen a la realidad de manera parcial, y participen en sistemas de violencia, de carencias, y en esquemas de discrimina-ción y desigualdad, lo que tiene un efecto negativo en sus relaciones con sus pares y con su entorno.

Las situaciones que rodean a un me-nor de 18 años pueden ser totalmente di-ferentes, dependiendo de donde se nazca

y se crezca. No es lo mismo nacer en el centro, norte o en el sureste del país, ni hacerlo en una zona rural o urbana. No es igual si es niño o niña, no lo será du-rante toda su vida. Es diferente vivir en un hogar que tiene seguridad social, o donde progenitores o tutores tienen una carrera universitaria o no. La situación vulnera mucho más a la persona si vive en pobreza, tiene alguna discapacidad, si es migrante o si pertenece a un grupo in-dígena o afrodescendiente.

La vulnerabilidad que vive la niñez da cuenta del enorme desafío de incorpo-rar mejores formas de asegurar la con-creción de su ser “sujeto de derechos”, teniendo en cuenta la diversidad de in-fancias existentes, y la diversidad de los entornos en los que viven. Da cuenta del desafío enorme de modificar la perspec-tiva y estereotipos sobre la niñez que se traducen en una gran cantidad de accio-nes asistenciales, parciales, de carácter más tutelar que garantista, y con mira-da de corto plazo. Da cuenta del tama-ño del desafío que representa contar con una política de Estado no sujeta a ritmos, cuentas y procesos electorales, y de tiem-pos gubernamentales.

A juzgar por los resultados de 20 años de cambios legales e institucionales, es evidente que los déficits de política pú-blica a favor de la plena ciudadanía de la niñez siguen desafiando al Estado a te-ner una visión compartida, una apuesta común, una visión integral, integrada e integradora, sobre la base del respeto de

los derechos humanos, con el fin de am-pliar efectivamente las posibilidades y las condiciones de vida digna de los niños y las niñas en nuestro país.

Para garantizar la inclusión y los dere-chos de niñas y niños, y superar los défi-cits de política pública en esta materia, el Estado tiene la obligación de implemen-tar de modo apropiado, suficiente y eficaz medidas legislativas, administrativas, so-ciales y educativas, incluyendo mecanis-mos de seguimiento y monitoreo sobre la aplicación de la normatividad. Está obli-gado ética y legalmente, pero también en términos de viabilidad de país.

Desde las instituciones públicas, como prioridad, tenemos que profun-dizar y consolidar los avances logrados y acelerar lo máximo posible la obliga-ción de garantizar los derechos de la ni-ñez. Las y los adultos seguimos siendo responsables de que las y los niños pue-dan disfrutar a plenitud sus derechos en entornos dignos, sanos y pacíficos, para que no reproduzcan la marginación, la discriminación y la violencia, y logren enfrentar y transformar creativamente tantas situaciones injustas y violentas.

El tamaño del desafío es enorme. La vida que le dan sus niños y niñas a un país produce energía suficiente para alcanzarlo, siempre y cuando les mire-mos, escuchemos, respetemos, y no los dejemos al lado en un proceso social y político en donde normalmente quedan fuera de la mira, del centro, del interés común.•

el DiF reportó en 2010 que el 51.6% de los menores atendidos fueron “por maltrato físico o emocional”, y el 43% “por omisión de cuidados, negligencia y abandono”. Según la ENOE-2009, el 35.3% de los niños

que trabajan no asiste a la escuela, y, de acuerdo con el Censo 2010, 11.2% del total de niños en el país de 6 a 14 años no sabe leer y escribir

359, 729 menores de edad

TrAbAJAN DEbIDO A qUE SUS FAMILIAS NECESITAN EL APOrTE ECONóMICO

especial de niñez

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3038 noviembre 2011 • méxico social

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3139méxico social • noviembre 2011

especial de niñez

la tragedia de Juárez

Foto: Cortesía eXCÉLSior / Paola Hidalgo

El contexto de violencia que actualmente se vive en Ciudad Juárez ha permitido que los más vulnerables,

las niñas y los niños, se conviertan en una generación desprotegida, trágicamente expuesta a

la violencia y sometida ante el terror de una realidad en la que se estima que alrededor de 8,500 niñas,

niños y adolescentes de la ciudad han quedado huérfanos como consecuencia de actos de violencia,

y que sólo 6 de cada 100 niños de 0 a 4 años tienen acceso a un centro de cuidado infantil pese a las

largas jornadas laborales de sus padres y madres, quedando expuestos a riesgos sociales como el

abuso, el robo, la explotación y la inserción en el crimen organizado. Ante esto, es urgente y prioritario llevar a cabo acciones que garanticen integralmente

los derechos de la niñez en Juárez

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abril 2011 • méxico social3040 NOViEMbrE 2011 • méxico social

EntrE El riEsgosocial y El

pánico moralNashieli RamíRez

En nuestro país hay 13.2 millones de personas de entre 12 y 17 años de edad (Censo 2010); esta población adolescente constituye la tercera parte de los menores de edad y representa el 12% de la población total, y es, sin duda, un grupo etario cuantitativamente significativo, si tomamos en cuenta que actualmente superan en número a las personas adultas mayores, que ascienden a 10 millones. A pesar de lo anterior, si de algo adolecen, es de

miradas adultas alejadas del enfoque de amenaza, riesgo y controlF F F

Es cada vez más importante hacer referencia explícita a las y los adolescentes como un grupo especifico. Y es que con frecuencia se olvida que este grupo poblacional

está contemplado en la Convención de los Derechos del Niño. Son invisibles en ese marco, y también lo son cuando aborda-mos los derechos de la juventud.

“Ni chicha, ni limonada” decían las abuelitas y, cuando nos adentramos a este grupo, nos sorprende la actualidad de esta referencia; por ejemplo, se destaca que hay 7 millones 226 mil de los popularmente denominados “NiNi” (Panorama Mundial de la Educación 2011 OECD), esta cifra

tiene un significado para los jóvenes ma-yores de edad, y otro muy diferente para poco más de un millón que tienen entre 15 y 17 años de edad. Sin embargo, todo lo co-locamos en un bloque, y la imagen social es una masa cada vez mayor de adolescen-tes vagos “sin oficio ni beneficio”, dirían las abuelas nuevamente.

Cuando el foco de preocupación para los jóvenes de 26 años es el empleo, para los que tienen 15 es la educación y, en su caso, la protección, tal y como lo señala nuestra legislación laboral y como lo te-nemos comprometido en los convenios internacionales en esa materia, como es el 182 de la OIT. Y se continua alimentando esta perspectiva al afirmar que el 6% de la

población de entre 12 y 14 años no estudia ni trabaja (Enadis 2010), cuando en este país la edad mínima de ingreso al trabajo es de catorce años.

Sin duda, en los últimos años los “NiNi” se colocan en el imaginario privado y pú-blico como el problema del que derivan mayores problemas, y la solución es una fórmula relativamente sencilla si los ado-lescentes se ocupan, no se drogan, no se embarazan, son inmunes a la cooptación de la delincuencia organizada.

Es imposible ver en esta ecuación que poco más de la mitad de las y los ado-lescentes en México son pobres; que el 40% de aquéllos de entre 13 y 15 años que dejan la escuela, lo hacen por razones

Nashieli RamíRezFundadora y coordinadora general de Ririki Intervención Social, organización que trabaja por los derechos de las niñas, niños y adolescentes, y por el desarrollo de sus familias y comunidades. Cuenta con una especialidad en Investigación Educativa de la UNAM. Actualmente es Consejera de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; de la Ley de Fomento para las Organizaciones de la Sociedad Civil; de Radio Ciudadana del IMER; y del Observatorio de Políticas Públicas y Derechos Humanos. Ha participado en el diseño, instrumentación y operación de programas y estudios sobre indicadores de infancia.

especial de niñez Ciudad Juárez

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méxico social • abril 2011 3141méxico social • NOViEMbrE 2011

económicas (Enadis 2010); que tenemos un enorme déficit en espacios recreativos, culturales y deportivos; o que sólo una cuarta parte de los estudiantes de secun-daria platican con su papá (IN Violencia de Género EB. SEP/UNICEF 2009). Pero es una receta perfecta para dar respuesta a 4 de cada 10 mexicanos(as) que opinan que los jóvenes que no estudian ni traba-jan porque no quieren hacerlo.

Hoy, como nunca, so pretexto de los peligros más diversos: droga, alcohol, criminalidad, sexo y rebeldía se pone el acento sobre los adolescentes en riesgo y como riesgo, alimentando una suerte de pánico moral, a través de temores socia-les, estigmas y, sobre todo, la demanda y el respaldo a la mano dura y la tolerancia cero. En este contexto no sorprende que la mitad de la población mexicana considere que es justificable llamar a la policía cuan-do hay un grupo de jóvenes reunidos en la calle. Hoy, cada vez más, se multiplican acciones públicas que se fundamentan en este terror moral: el programa escue-la segura, las iniciativas legislativas de reducción de edad penal y los operativos indiscriminados en “polígonos conflicti-vos” son ejemplos de lo anterior.

No invertimos lo suficiente en los ado-lescentes, y lo más preocupante es que el enfoque de riesgo social nos hace gastar mal. Seguimos los pasos de nuestro vecino país del norte en el cual se gasta anualmen-te un billón de dólares en programas para aconsejar a adolescentes sobre violencia, bandas, suicidios, sexo, abuso de sustan-cias, de los cuales muy pocos funcionan.

Y es que cualquiera de nosotros sabe-mos, porque en alguna ocasión lo hemos vivido, que cuando nos hemos encon-trado en una situación que nos causa pánico, nuestras respuestas no son las mejores. Esta experiencia individual es traslada al mundo social adulto, cuando desde lo privado y lo público omitimos acercarnos a información que nos per-mita un mejor entendimiento y, por lo tanto, mejores soluciones.

Desde el campo de la sociología y la antropología sabemos que esta denomi-nada etapa de transición entre la niñez y la adultez es un concepto de la moder-nidad, y que muchos de sus atributos son culturalmente determinados. Desde el punto de vista biológico se afirma que esta etapa se caracteriza por los cambios hor-monales y la aceleración del crecimiento, y recientemente también por cambios ce-rebrales relevantes.

Las neurociencias nos proporcionan

información sobre un cerebro adolescente, que en su proceso de maduración explica las diferencias en las respuestas respecto de los adultos. Es así como hoy sabemos que la región cerebral, en donde se ubica la búsqueda de premio por el compor-tamiento, tiene menor actividad en los adolescentes; que los cambios en el lóbu-lo frontal nos explican los altos niveles de impulsividad y de toma de riesgos; que el cerebro del adolescente se conecta sólo

con regiones locales, mientras que el cere-bro del adulto lo hace con zonas distantes y más distribuidas, lo que explica las dife-rencias en la mirada al futuro.

A esto hay que sumar que vivimos una época que genera conocimiento y tecno-logía a ritmos insospechados. Los actua-les adolescentes nacieron hacia mediados de los años noventas, con celulares, con Internet, con derechos de la infancia, las

mujeres, las minorías, con globalización y cambio climático. Sin duda, el mayor peli-gro que corremos es ser adultos incapaces de conectarse con esa realidad.

No hay duda que tanto sociedad, como gobierno, tendríamos que estar a la altura de estos adolescentes del siglo XXI, incor-porando conocimiento científico y pers-pectiva social integral, y transformando las amenazas en oportunidades. Sin duda se puede, ahí están Carlos, Luis, Rafa y

Laura, quienes, junto a casi una cente-na de adolescentes juarenses, le apuestan hoy a su compromiso por los niños pe-queños de su barrio; o Amaranta, Sebas, Mariano y Santiago, quienes, junto con otros miles estudian, chatean, bailan, na-dan, tocan instrumentos, se acompañan entre pares, y se dejan acompañar por sus adultos cercanos, en ésa, su adorable bús-queda de autonomía.•

So pretexto de los peligros más diversos -droga, alcohol, criminalidad, sexo y rebeldía- se pone el acento sobre los adolescentes a través de temores sociales, estigmas y la tolerancia cero

> UNa de las mayoRes

ameNazas para los jóvenes es la violencia, y más aún,carecer de

oportunidades para optar por la paz y

los derechos humanos.

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La saLud mentaL y La vioLencia

Rubén DaviD castañeDa toRRes

La violencia es el fenómeno que más lastima a niños, niñas y adolescentes (NNA) en México. Se calcula que desde 2006 la guerra contra el narcotráfico ha provocado la muerte de aproximadamente 1,300 personas menores de edad y que al menos 3,000 adolescentes(I) han sido detenidos por presuntos vínculos con el crimen organizado. En los últimos tres años, únicamente en Ciudad Juárez, se estima que 8,500(II) niñas, niños y adolescentes han

quedado huérfanos a raíz de la escalada de violenciaF F F

A estos números habría que sumar los menores de edad que son víctimas de trata de personas o de violencia en la escuela, ya sea por el lla-mado bullying -un entorno

como el que recientemente viven las es-cuelas de Acapulco, por ejemplo-, o por el abuso de autoridad de sus maestros, como fue el caso de los niños desnudados en una escuela de Michoacán el mes de septiem-bre pasado. También habría que sumar a casi la mitad de los infantes y adolescentes que viven en hogares marcados por la vio-lencia al interior de las familias.

Un ángulo aún poco abordado en la relación entre la infancia y la violencia en nuestro país es el impacto de estos contex-tos en su salud mental, mucho menos lo ha sido el tejer en el entendimiento lo que sucede al interior de la mente de infantes y adolescentes cuando se enfrentan con eventos de esta magnitud.

Empecemos por una escena familiar: un niño pequeño se cae del columpio en el parque. Inmediatamente, antes de le-vantarse y antes de llorar, voltea a ver a sus padres. El niño instintivamente busca en sus gestos saber el tamaño del impacto o daño que recibió. Si, por ejemplo, su ma-dre corre hacia él gestos de susto infinito, él siente, por lo menos, que algo debe estar terriblemente mal y la angustia se apodera de él. Después de todo: “¿Quién mejor que mi madre (que a cierta edad tiene la auto-ridad de un dios omnisciente) para saber lo que me sucede?”.

Por otro lado, cuando papá le grita: “¡No pasa nada, levántate ya!”, lo más probable es que el niño se levante, ape-nado y adolorido: mismo golpe, distin-ta reacción. Con el tiempo, el niño hace suyos los gestos de sus padres y en cada golpe tratará de tener la misma reacción. Esta escena que todos vivimos y que vi-virán nuestros hijos, ayuda para explicar

algunos mecanismos psicológicos que suceden en el trauma infantil.

Ante un evento traumático(1) nuestro cerebro activa un mecanismo de super-vivencia desde las partes más primitivas de nuestro cerebro, principalmente en el tálamo y el sistema límbico. Sin importar nuestros antecedentes, reaccionamos de forma muy similar a la que reaccionaría cualquier mamífero en la naturaleza: co-rremos o peleamos.

Este mecanismo de supervivencia se vuelve aún más dramático en el cerebro de los infantes. Su cerebro busca de ma-nera instintiva un estado de seguridad mental, lo que, en muchos casos, lleva a que se desorganicen, volviendo a etapas previas en su desarrollo, algunas veces hasta llegar a funciones similares a las de un lactante. Esto también sucede a los adultos en casos muy graves.

La magnitud del impacto en la men-te de un niño depende de muchísimas

Rubén DaviD castañeDa toRRes Licenciado en Psicología por la Universidad de las Américas (UDLA) y Maestro en Cooperación Internacional para el Desarrollo (Instituto Mora). Actualmente se desempeña como coordinador de Corporativo Social, a través del cual desarrolla programas de atención a víctimas del crimen en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud. Se ha desempeñado como consultor para varios organismos internacionales y ha fungido como Director de las organizaciones civiles: Centro de Desarrollo y Atención Terapéutica (CEDAT) e Infancia Común. Cuenta con varias publicaciones en temas de derechos humanos, trata de personas y violencia publicadas por UNICEF, OIT, y UNESCO.

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especial de niñez Ciudad Juárez

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méxico social • abril 2011 3143méxico social • noviembre 2011

variables, y, por supuesto, de la magnitud del evento y la edad. Sin embargo, diver-sos estudios recientes apuntan a que un factor central es la relación del niño o la niña con sus figuras primarias(2). Estas figuras son las que simbólicamente ayu-dan a que el cerebro “aprenda” a valorar la magnitud de cada impacto y también aprenda que, tras cada caída, existe la posibilidad de recuperación, como en el ejemplo del parque. Sin estas experiencias el niño se queda con la angustia de no po-der dimensionar el posible daño, entonces lo vive como infinito.

Es fundamental entender que en todos los casos anteriores el cerebro no está rea-lizando lo que coloquialmente llamamos: “pensar” (ubicada en la zona prefrontal). En el ejemplo del columpio, el niño mira a sus padres, porque su cerebro aún no madura lo suficiente como para evaluar el tamaño del impacto que recibió. Esto también explica por qué en el cotidiano es-cuchamos anécdotas de reacciones inexpli-cables como: “Se enfrentó a sus agresores y salió terriblemente lastimado”. También explica por qué los Ministerios Públicos re-gistran tantas incoherencias en las declara-ciones de las víctimas.

Las agresiones crónicas (como en la trata de personas o el crimen organizado) producen los daños más severos. En tales

casos, lo prolongado del evento hace difícil que el cerebro del niño o niña regrese a su estado natural. Fisiológicamente, la mente del niño permanece en ese estado de aler-ta primaria hasta disminuir su existencia a un estado de reacción constante. En tal caso, los niños y las niñas crecen inmer-sos en esquemas del tipo: “pelear o huir”, “víctima o victimario”. Estudios recien-tes vinculan algunos tipos de adicciones y violencia extrema a casos no atendidos oportunamente.

Afortunadamente, el cerebro está bio-lógicamente diseñado para buscar su recu-peración ante estos eventos. Sin embargo, en México existen miles de casos que no son atendidos y el sistema de salud no con-templa atención psicológica especializada para los miles de niños y niñas víctimas de la escalada de violencia.

Ante este escenario, las instituciones se declaran incompetentes o, por otro lado, dan por “perdidos” a los niños y niñas en estas circunstancias, cuando es reconocido que estamos fisiológicamente diseñados para la recuperación. Tal parece que con lo que no contamos es con una red de apoyo que fortalezca esta intención genética.

Para las niñas y niños de este país el ma-yor daño no proviene de las “caídas”, sino de la ausencia de miradas que los ayuden a entender lo que sucede. •

las agresiones crónicas hacen difícil

que el cerebro del niño o niña regrese a su estado natural. En

México el sistema de salud no contempla atención psicológica especializada para los

miles de niñosy niñas víctimas de la escalada de violencia

NOTAS:1. Tradicionalmente en psico-logía se define como un evento traumático cuando una per-sona vive o atestigua un hecho que pone en riesgo su integri-dad física o la de los demás. En consecuencia, la persona res-ponde con emociones intensas. En el caso de los niños y las ni-ñas, se espera que se muestren desestructurados o agitados.2. En términos técnicos llama-ríamos a este vínculo prima-rio “apego”; sin duda, uno de los elementos vitales para el de-sarrollo.

REFERENCIAS:i. Red por los Derechos de la In-fancia en México.http://www.derechosinfancia.org.mx/Es-peciales/boletin_altac.htmii. REUTERS: http://www.reuters.com/ar-ticle/2010/10/06/us-mexico-drugs-orphans-idUSTRE6952YW20101006

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abril 2011 • méxico social3044 noviembre 2011 • méxico social

ma. de lourdes almada

Cuidar y proteger a la infancia implica una voluntad clara de sociedad y gobierno. Desde hace varios años, organismos internacionales como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico han expuesto de manera contundente las razones por las cuales es importante invertir en la primera infancia. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos han decidido no hacerlo

F F F

Invertir en la primera infancia implica una apuesta de media-no y largo plazo, implica pensar en términos generacionales y no trianuales o sexenales, vencien-do la lógica electorera, y reorien-

tando los presupuestos gubernamentales, algo que a los gobernantes les resulta difícil de hacer, pero que es en realidad urgente, debido al abandono y rezago en materia de desarrollo social y, de manera especial,

ma. de lourdes almada mirelesLicenciada en Sociología con estudios de Maestría en Desarrollo Humano. Es autora y coautora de investigaciones sobre la infancia en Ciudad Juárez. Fue directora de Casas de Cuidado Diario, A.C. y actualmente es secretaria ejecutiva de la Red por la Infancia en México y coordinadora de la Mesa de Infancia del Consejo Ciudadano de Desarrollo de Juárez.

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PRIMERA INFANCIA: AGENDA INAPLAZABLE

especial de niñez Ciudad Juárez

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méxico social • abril 2011 3145méxico social • noviembre 2011

para la atención de niñas, niños y jóvenes en Ciudad Juárez.

Algunos de los datos más relevantes: 6 de cada 100 niños de 0 a 4 años tenían ac-ceso a un centro de cuidado infantil; la co-bertura en preescolar era del 30%, y Juárez tenía ya, según el Censo de Población del 2000, 25% de adolescentes (12 a 14 años) fuera de la escuela(I). Las organizaciones hablaban entonces de un estado de “emer-gencia social”; planteaban la necesidad de invertir en el desarrollo de la gente, espe-cialmente de los niños y jóvenes, de gene-rar una intervención de fondo, pues, de no hacerlo, la violencia se saldría de control.

En 2010, la Red por la Infancia en Juá-rez decidió lanzar una Campaña denomi-nada “Escúchame, hazlo por Juárez” que se planteaba como meta lograr la creación de una política pública de primera infan-cia en la ciudad, que incluye la ampliación de la cobertura de cuidado infantil para 6 mil niños más y una inversión de 90, 140 y 180 millones de pesos en 2010, 2011 y 2012, respectivamente, realizada de ma-nera tripartita.

Aunque la Red reconoce la urgencia de atender diversas problemáticas que enfrentan la niñez y la adolescencia, deci-dió iniciar con una sola meta, realizable y evaluable, centrada en la primera infancia. Como sostiene el Banco Mundial, existen pruebas científicas, argumentos econó-micos, de disminución de la desigualdad social, de mayor éxito en programas de sa-lud y educativos y de intersección entre los derechos de las mujeres y los de los niños, para invertir en primera infancia(II).

James Heckman, Premio Nobel de Economía 2000, afirma que “las medidas que se aplican en los primeros años produ-cen más dividendos que las intervencio-nes posteriores(III)”. Resulta 17 veces más barato para la sociedad invertir en edu-cación preescolar que atender problemas posteriores(IV).

Si las razones para invertir en la pri-mera infancia son tan contundentes y han sido planteadas tan elocuentemente por organismos como la OCDE y el Banco Mundial, ¿por qué los gobiernos deciden no hacerlo? Cualquiera que sea la respues-ta, es difícil de aceptar.

Una posibilidad es que están sumergi-dos en la inmediatez de los 3 o 6 años de su mandato. Invertir en la primera infancia implica una apuesta de mediano y largo plazo; implica pensar en términos genera-cionales y no trianuales o sexenales.

Otra posible respuesta es que cuidar y proteger a la infancia implica una vo-luntad clara de reorientar la distribución de los presupuestos, venciendo la lógica electorera, desde la cual se busca “llegar a muchos con muy poco”. Entonces, se sigue pensando y “haciendo” el desarrollo social a través del reparto de balones y despensas, básicamente como un negocio de los polí-ticos para lograr una votación favorable en las siguientes elecciones.

Por otra parte, los presupuestos siguen distribuyéndose en función de los grupos de poder y no en función de garantizar el bienestar de la población. Si bien es cierto que el presupuesto es limitado, siempre es válida la pregunta sobre las prioridades. En el caso de Juárez, de un presupuesto anual de 2,700 mdp para 2010, “no hay dinero” para invertir en primera infancia, pero sí lo hay para destinar el 30% a asuntos policia-cos (decir seguridad pública parece preten-cioso); 84 mdp para reparar una carretera que no lleva a ninguna parte, 10 para cons-truir un monumento a una “X” o 6 para las audiencias públicas del alcalde.

Así las cosas, la meta planteada por el Movimiento “Escúchame, hazlo por Juá-rez” o “Escúchame, invierte en mí” en su etapa 2011 requiere una voluntad políti-ca que todavía no conocemos los mexi-canos. Este Movimiento reconoce que sólo desde la participación ciudadana y la presión política habrá de moverse la voluntad de hacerlo.

Al final de cuentas, ha sido evidente que ni la profundidad de la tragedia en la ciudad, reflejo del abandono de sus niños y jóvenes, ni la contundencia de los argu-mentos para hacerlo han movido la vo-luntad de invertir en la primera infancia. Queda claro, pues, que la única razón ver-dadera por la que los políticos mexicanos invertirán en la primera infancia es la del costo político; la exigencia ciudadana que les haga saber claramente que, de no ha-cerlo, perderán las próximas elecciones.•

A pesar de la situación que se vive en Ciudad Juárez, en los últimos años no se han construido partidas presupuestales para la atención

de la primera infancia

REFERENCIAS: i. Almada, H. y Delgado, L. (2005). La realidad de la in-fancia en Juárez, 2005. Techo Comunitario A.C./Mesa de In-fancia.ii. Convenio por la Primera In-fancia y la Educación Inicial en el Distrito Capital. Bogo-tá. 2007iii. Entrevistas con el gana-dor del Premio Nobel James Heckman y el alcalde de Mos-cú, Yuri Luzhkov, en el sitio web de la Conferencia Mun-dial sobre Atención y Educa-ción de la Primera Infancia. UNESCO. Fuente 10.09.2010. http://www.unesco.org/new/es/education/themes/strengthe-ning-education-systems/early-childhood/single-view/news/interviews_with_nobel_pri-ze_winner_james_heckman_and_moscows_mayor_yu-ri_luzhkov_on_website_of_world_conference_on_early_childhood_care_and_educa-tion/iV. El Estudio Perry se inició en 1963 con niños de 4 y 5 años de una zona de pobreza extrema en Minneapolis, con un coefi-ciente intelectual bajo (79%) y se separó en dos grupos: los que asistían a un buen programa de educación preescolar y los que no. Se dio seguimiento has-ta que los niños cumplieron 27 y 40 años. Más información: http://www.uv.es/RELIEVE/v12n1/RELIEVEv12n1_5.htm

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de cuatro en cuatro

30 noviembre 2011 • méxico social

rezagosbajo la lupa

ceidas/investigación

A partir de este número, México Social presenta esta nueva sección, titulada “De cuatro en cuatro”, en la cual llevamos a cabo un seguimiento puntual, con base en los indicadores oficiales más representativos, de los rezagos más profundos que se viven en las entidades federativas; presentamos, pues, un análisis que, en el nivel descriptivo, permite establecer puntos de comparación entre los estados del país. La agrupación se da estrictamente en orden alfabético, con lo que, en esta primera entrega, se incluye a los estados de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur y Campeche.

F F F

un análisis comparativo sobre las condiciones de pobreza y rezago en las entidades de la república

en esta edición: Aguascalientes, baja California, baja California Sur y Campeche.

46

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3147méxico social • noviembre 2011

Foto: Cortesía eXCÉLSior / David Hernández

> es urgente dimensionar los rezagos y las agendas pendientes de todas las entidades a fin de construir un nuevo modelo de desarrollo para el país.

Los datos sobre la medición oficial de la pobreza que construyó CONEVAL per-miten llevar a cabo análi-sis comparativos entre las entidades de la República,

con la finalidad de mostrar las desigual-dades interestatales que persisten, y que muestran la urgente necesidad de reco-brar la noción del desarrollo regional

sustentable y equilibrado, como uno de los principales anclajes de las políticas del desarrollo.

Para garantizar homogeneidad en la comparación, se han tomado cinco di-mensiones de indicadores de referencia que, de algún modo, permiten dimen-sionar los rezagos y pendientes que hay en esas entidades, asumiendo que se trata de “indicadores síntesis” de una

condición generalizada de posibles atra-sos o agendas pendientes.

De este modo, se consideran cinco dimensiones en las que se incluyen in-dicadores clave que ilustran las enormes carencias que aún es necesario saldar: 1) rezago educativo; 2) rezago en salud; 3) rezago en calidad de la vivienda; 4) pobreza; 5) desempleo y precariedad laboral.

Page 50: Número 16- Noviembre

de cuatro en cuatro

48 noviembre 2011 • méxico social

La tragedia educativa en México es mayúscula. Ni en las entidades con mayores niveles de “bien-estar” se ha conseguido abatir sustantivamente el rezago educativo, lo cual es una evidencia de que la educación no es una prioridad, ni a nivel nacional, ni en los estados.

Lo anterior tiene sustento en los datos oficiales relativos al rezago educativo. En los cuatro estados que aquí se analizan: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur y Campe-che, los porcentajes de personas mayores de 15 años que no han concluido la secundaria, así como el porcentaje de niñas y niños de 6 a 11 años que no asisten a la escuela, siguen siendo sumamente elevados, considerando sus grados de desarrollo.

En efecto, en 2010, los porcentajes de mayores de 15 años sin educación básica son, para las cuatro entidades de: 35.57%, 35.02%, 34.32% y 42.20%, respectivamente.

Asimismo, destaca en lo relativo al grado promedio de

escolaridad, que aun siendo de los más altos en el país, siguen siendo sumamente bajos; por ejemplo, mientras que el por-centaje de población de 25 a 64 años que tienen al menos edu-cación media superior en Canadá es de 89%, en México es de apenas el 34%

En la misma lógica es pertinente destacar que las tasas de analfabetismo de la población han logrado reducirse en este primer grupo de entidades, aunque en Campeche el indica-dor sigue estando incluso por arriba de la media nacional. De las cuatro entidades en análisis, Baja California está cer-ca de avanzar hacia la erradicación del analfabetismo que, según algunos criterios, puede lograrse en menos de 5 años cuando se está por debajo del 2%. De esta forma, los porcen-tajes de mayores de 15 años que no saben leer ni escribir un recado son de 3.26% para Aguascalientes; 2.57% para Baja California; 3.21% para Baja California Sur y de 8.31% para Campeche. •

rezagoeducativo

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Tasa de condiciones críticas de ocupación Tasa de desocupación Tasa de ocupación en el sector informal

Aguascalientes

% de Pob. enRezago educativo

% de viviendascon piso de tierra

% de Pob. encarencia poracceso a los

servicios de salud

% de Pob. en carencia poracceso a la

seguridad social

% de Pob. en carencia por

calidad y espaciosde la vivienda

% de Pob. en carencia por acceso

a los serviciosbásicos enla vivienda

% de Pob. encarencia poracceso a la

alimentación

% de viviendassin Internet

% de viviendassin PC

% de viviendassin refrigerador

% de viviendassin agua dentro

% de viviendassin excusado

Baja California Baja California Sur Campeche

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Promedio nacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

%15 y mas analfabetas

Tasa de mortalidadmaterna

Tasa de mortalidadinfantil

Tasa de mortalidad-5 años por diarrea

Tasa de mortalidad-5 años por

enf. Respiratorias

Tasa de mortalidad-5 años por deficiencias

nutricionales

% 6-14 no asistena la escuela

% 15 y más con educación básica incompleta

Grado promediode escolaridad

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60.7

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50Baja CaliforniaBaja California SurCampeche

NacionalAguascalientes

NacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California Sur

Muertes evitables

Ni el bienestar los salvaAdios al empleo

Población carenciada

El rezago en el desarrollo

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Las dimensiones de la pobreza

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48.4

Ni el bienestar los salvaSegún el INEGI y el CONEVAL, aun en las entidades con menor rezago social, al menos uno de cada tres mayores de 15 años no ha concluido la secundaria; situación que se agrava en las entidades más pobres

Fuente: Elaboración propia con base en el Índice de Rezago Social, 2010, de CONEVAL, y de los resultados definitivos del Censo 2010, por Localidad, de INEGI.

42.2%de los mayores

de 15 años en CampeChe

NO tiENENEDuCACióN BáSiCA

34%de los mexiCanos

de 25 a 64 añostiENEN EDuCACióN

DE NiVEL MEDiO SuPERiOR

8.31% de la poblaCión

de CampeCheNO SABE LEER Ni ESCRiBiR

uN RECADO

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49méxico social • noviembre 2011

Si hay un indicador en el que en los últimos años muestran un avance importante en materia de ac-ceso, que no de calidad, es el de la salud. A diferencia de las disparidades ya vistas en educación, en este ámbito hay una relativa equidad entre las entida-des en análisis: en Aguascalientes el porcentaje de

personas sin acceso a derechohabiencia a servicios de salud es de 21.06%; en Baja California es de 28.81%; en Baja California Sur es de 22.79%, mientras que en Campeche es de 22.15%. En este dato es importante destacar que sea Baja California, una de las entidades con mayor índice de desarrollo humano según el PNuD, en donde este indicador sea el peor de los cuatro estados analizados.

Hay otros indicadores clave a ser considerados en esta dimen-sión. El primero es el relativo a las tasas de mortalidad materna e infantil. Para la primera, en 2010, en Aguascalientes se tenía una tasa de 44.6 muertes por cada 100 mil nacidos vivos; en Baja Ca-lifornia de 39.1; en Baja California Sur de 30.8, mientras que en Campeche se ubicó en 48.4. todas estas tasas están ligeramente por debajo de la media nacional que en 2010 fue de 51.3.

En lo relativo a la mortalidad infantil se tiene que en Aguas-calientes fue en 2010 de 12.3 decesos por cada mil nacidos vivos; en Baja California fue de 11.2; en Baja California Sur de 11.4; y

finalmente en Campeche de 14.4. En este indicador, el estado de Campeche está ligeramente por arriba de la media nacional, que en el año referido fue de 14.2.

Por otro lado, hay tres indicadores de mortalidad que permi-ten aproximarse a los distintos niveles de rezago, en particular aquellos que afectan de manera más severa a la niñez.

Así, en la tasa de mortalidad de menores de cinco años por enfermedades respiratorias, la tasa nacional en 2010 fue de 20.5 decesos por cada 100 mil niños en ese grupo de edad; para Aguascalientes la tasa reportada está en 0, aunque en 2009 fue de 8 y la proyectada en 2001 de 6, lo que hace suponer que se tra-ta de un error de registro. En Baja California la tasa fue de 11.8; en Baja California Sur de 16.5; y en Campeche de 17.2.

Para la tasa de mortalidad de menores de 5 años por enferme-dades diarreicas, el promedio nacional fue en 2010 de 6.5 decesos por cada 100 mil niños en el grupo de edad. Para las entidades en análisis los datos son: 3.6; 6.4; 4.1 y 8.6.

Finalmente, en lo relativo a la mortalidad por deficiencias nu-tricionales, se encuentra que la tasa en 2010 a nivel nacional fue de 5.4 decesos por cada 100 mil menores de 5 años; y para las entidades referidas de: 4.5, 1.4, 4.1 y 2.9, respectivamente. En este indicador llama la atención que Campeche tenga el mejor valor entre los estados que se analizan. •

rezago en salud

28.81%de la poblaCión

en baja CaliforniaNO tiENE ACCESO

A DERECHOHABiENCiA

12.3 deCesos

POR CADA MiL NACiDOS ViVOS HAy EN

AguASCALiENtES

4.5 deCesos

POR CADA 100 MiL MENORES DE 5 AñOS SE

REgiStRAN EN AguASCALiENtES

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Tasa de condiciones críticas de ocupación Tasa de desocupación Tasa de ocupación en el sector informal

Aguascalientes

% de Pob. enRezago educativo

% de viviendascon piso de tierra

% de Pob. encarencia poracceso a los

servicios de salud

% de Pob. en carencia poracceso a la

seguridad social

% de Pob. en carencia por

calidad y espaciosde la vivienda

% de Pob. en carencia por acceso

a los serviciosbásicos enla vivienda

% de Pob. encarencia poracceso a la

alimentación

% de viviendassin Internet

% de viviendassin PC

% de viviendassin refrigerador

% de viviendassin agua dentro

% de viviendassin excusado

Baja California Baja California Sur Campeche

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Promedio nacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

%15 y mas analfabetas

Tasa de mortalidadmaterna

Tasa de mortalidadinfantil

Tasa de mortalidad-5 años por diarrea

Tasa de mortalidad-5 años por

enf. Respiratorias

Tasa de mortalidad-5 años por deficiencias

nutricionales

% 6-14 no asistena la escuela

% 15 y más con educación básica incompleta

Grado promediode escolaridad

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NacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California Sur

Muertes evitables

Ni el bienestar los salvaAdios al empleo

Población carenciada

El rezago en el desarrollo

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Las dimensiones de la pobreza

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Fuente: elaboración propia con base en el Anexo Estadístico del V Informe de Gobierno del Ejecutivo Federal. Para la tasa de mortalidad de menores de 5 años por diarrea del estado de Aguascalientes, se tomó un promedio de los valores de 2009 y 2011, en tanto que 2010 aparece con 0.

Muertes evitablesDe poco sirve sostener que se tiene un “alto nivel de desarrollo humano” si las niñas, niños y mujeres siguen muriendo

por causas altamente prevenibles

Page 52: Número 16- Noviembre

AbriL 2011 • méxico social3050 noviembre 2011 • méxico social

de cuatro en cuatro

De las cuatro entidades que aquí se analizan, únicamente Campeche es considerada como “Alto rezago social”; Baja California Sur es ca-talogada como de “Bajo rezago social” mien-tras que Baja California y Aguascalientes son ubicadas como de “Muy bajo rezago social”.

En esta dimensión, es importante mostrar cómo el porcen-taje de viviendas sin agua en su interior sigue siendo muy alto, aun en entidades desarrolladas. Así, la entidad mejor posicio-nada es Aguascalientes en donde el 2% de las viviendas parti-culares no tiene agua entubada; en Baja California comparten la situación 4.5% de las viviendas; en Baja California Sur la proporción es de más del doble, con un 11.8%, mientras que Campeche registró en 2010 prácticamente un 15%.

Por otra parte, en lo relativo a la disponibilidad de refrigera-dor, se encuentra que Baja California es la entidad mejor posi-cionada, con un 8% de viviendas sin este electrodoméstico; le sigue Aguascalientes con un 8.62%; en tercer sitio estaría Baja California Sur con un 11.8%, mientras que, una vez más, el peor indicador se encuentra en Campeche, con un 21.5%.

Finalmente, en esta dimensión es importante destacar las enormes brechas entre norte y sur en el acceso a las nuevas tecnologías, tales como las computadoras personales y los servicios de internet. Mientras que en Baja California y Baja California Sur los promedios superan con mucho la media na-cional, en Aguascalientes apenas se tienen promedios arriba de la media del país, mientras que en Campeche los indicadores están varios puntos por debajo de ese promedio. •

rezago en calidad de la vivienda

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Tasa de condiciones críticas de ocupación Tasa de desocupación Tasa de ocupación en el sector informal

Aguascalientes

% de Pob. enRezago educativo

% de viviendascon piso de tierra

% de Pob. encarencia poracceso a los

servicios de salud

% de Pob. en carencia poracceso a la

seguridad social

% de Pob. en carencia por

calidad y espaciosde la vivienda

% de Pob. en carencia por acceso

a los serviciosbásicos enla vivienda

% de Pob. encarencia poracceso a la

alimentación

% de viviendassin Internet

% de viviendassin PC

% de viviendassin refrigerador

% de viviendassin agua dentro

% de viviendassin excusado

Baja California Baja California Sur Campeche

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Promedio nacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

%15 y mas analfabetas

Tasa de mortalidadmaterna

Tasa de mortalidadinfantil

Tasa de mortalidad-5 años por diarrea

Tasa de mortalidad-5 años por

enf. Respiratorias

Tasa de mortalidad-5 años por deficiencias

nutricionales

% 6-14 no asistena la escuela

% 15 y más con educación básica incompleta

Grado promediode escolaridad

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50Baja CaliforniaBaja California SurCampeche

NacionalAguascalientes

NacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California Sur

Muertes evitables

Ni el bienestar los salvaAdios al empleo

Población carenciada

El rezago en el desarrollo

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200

400

600

800

1000

1200

1017

.461

917.

782

Las dimensiones de la pobreza

0

5

10

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30

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10

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50

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70

80

0

20

40

60

80

100

48.4

El rezago en el desarrolloLos rezagos, en medio de lo que se considera el desarrollo, siguen siendo altos. Sorprende

que en el acceso al agua y la disponibilidad de refrigerador, Baja California Sur presente indicadores similares a los de Campeche

Fuente: elaboración propia con base en el Índice de Rezago Social de CONEVAL, 2010 y del Panorama Sociodemográfico por entidad Federativa, INEGI, 2010.

15%de la poblaCión

en CampeCheHABitA EN ViViENDAS SiN AguA ENtuBADA

11.8% de la personas en

baja California sur NO tiENEN AguA

ENtuBADA Ni REFRigERADOR

21.5% de la poblaCión de

CampeCheNO tiENEN

REFRigERADOR EN CASA

Page 53: Número 16- Noviembre

méxico social • AbriL 2011 3151méxico social • noviembre 2011

La pobreza en el país creció severamente entre los años 2008 y 2010 en prácticamente todo el país. En las entidades en análisis, lo que ocu-rrió fundamentalmente es que, luego de la crisis que dio inicio en 2008, sus plantas productivas no han logrado recuperarse debido a su fuerte

vinculación con el mercado internacional; por su parte, en Campeche terminaron de profundizarse las condiciones es-tructurales de falta de oportunidades y de marginación para los más vulnerables.

Así, entre las fechas señaladas, en Aguascalientes la pobre-za creció del 37.8% de su población, al 38.2%; en términos absolutos, implica pasar de 431 mil pobres a poco más de 454 mil, en una entidad que en el 2010, el Censo reportó con una población de 1.18 millones de habitantes.

Para Baja California la situación es similar. Pasó de un 26.4% de población en condiciones de pobreza, a 32.1%. esto implica un crecimiento, en números redondos, de 800 mil po-bres en el 2008, a 1.017 millones en el año 2010; esto significa que uno de cada tres, de los 3.17 millones de habitantes que hay en la entidad, son pobres.

En Baja California Sur el crecimiento porcentual de pobres fue aún mayor, pues pasó de un 21.4% de población en pobre-za en el 2008, a un 31% en el año 2010. El deterioro, en térmi-nos proporcionales es mayúsculo pues implicaría, en términos generales, que si en el primer año de referencia uno de cada 5 habitantes de la entidad era pobre, en el 2010 lo era uno de cada tres. En números absolutos la pobreza pasó, pues, de 128 mil a prácticamente 200 mil pobres, en una entidad con una población de 637 mil habitantes.

Finalmente está el estado de Campeche, en el cual, el creci-miento porcentual y absoluto de la pobreza es bastante signifi-cativo, pues pasó del 45.4% de la población en 2008, a 50% en el 2010. En términos proporcionales implica que de cada dos campechanos, uno es pobre. En números absolutos, este cam-bio implica un incremento de 363 mil a 413 mil en sólo dos

años, en un estado con una población de 822,441 habitantes.Si bien es cierto que de estas cuatro entidades, Aguasca-

lientes, Baja California y Baja California Sur siguen teniendo porcentajes menores a los del promedio nacional, lo es tam-bién el hecho de que, en conjunto, el crecimiento relativo de la pobreza fue mucho mayor al ritmo registrado en el país; esto es, el incremento en el número de pobres a nivel nacional pasó de 44.5% de la población en 2008 a 46.2% en el 2010, o sea, un crecimiento del 3.8%.

Es de destacarse que de estas cuatro entidades, sólo en Aguas-calientes se logró mantener un ritmo de crecimiento de la pobre-za menor al que se dio en todo el país. En efecto, el incremento en el porcentaje de pobres fue de 1% en el periodo señalado.

En contraste, en Baja California el incremento porcentual de la pobreza es equivalente al 21.5% respecto a 2008; en Baja ca-lifornia Sur es de 44.4% y en Campeche fue del tenor de 10.13%

Otro de los temas a destacar es la evolución en el porcen-taje y número de pobres extremos que hay en cada una de las entidades analizadas. Así, para los casos de Aguascalientes y de Baja California, la medición oficial indica que hubo una disminución en la pobreza extrema, pasando de 4.1% a 3.6% y de 3.4% a 3.1%, entre 2008 y 2010, respectivamente.

Esta reducción porcentual implica en números absolutos haber pasado de 46,600 pobres extremos en Aguascalientes en 2008, a 42,500 en 2010; y para baja California una reducción de casi 103 mil pobres extremos a 99,700 en el periodo señalado.

Caso contrario ocurre con los estados de Baja California Sur y Campeche, en los cuales, la pobreza extrema se incre-mentó, tanto porcentual, como absolutamente, pasando, en el primero, de 2.7% a 4.6% de la población entre 2008 y 2010, es decir, un incremento de 16 mil a prácticamente 30 mil per-sonas que, aún destinando todo su ingreso a la adquisición de una canasta básica alimentaria, no podrían completarla.

En Campeche el crecimiento fue de 10.7% a 12% de su po-blación, lo que implica un salto de casi 86 mil a prácticamente 100 mil personas en literales condiciones de miseria. •

una pobreza creciente

Las dimensiones de la pobrezaLas cuatro entidades en análisis concentran el 4% de la pobreza total del país; entre ellas, Campeche es el de peores condiciones,

pues ahí la mitad de su población es pobre

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Tasa de condiciones críticas de ocupación Tasa de desocupación Tasa de ocupación en el sector informal

Aguascalientes

% de Pob. enRezago educativo

% de viviendascon piso de tierra

% de Pob. encarencia poracceso a los

servicios de salud

% de Pob. en carencia poracceso a la

seguridad social

% de Pob. en carencia por

calidad y espaciosde la vivienda

% de Pob. en carencia por acceso

a los serviciosbásicos enla vivienda

% de Pob. encarencia poracceso a la

alimentación

% de viviendassin Internet

% de viviendassin PC

% de viviendassin refrigerador

% de viviendassin agua dentro

% de viviendassin excusado

Baja California Baja California Sur Campeche

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Promedio nacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

%15 y mas analfabetas

Tasa de mortalidadmaterna

Tasa de mortalidadinfantil

Tasa de mortalidad-5 años por diarrea

Tasa de mortalidad-5 años por

enf. Respiratorias

Tasa de mortalidad-5 años por deficiencias

nutricionales

% 6-14 no asistena la escuela

% 15 y más con educación básica incompleta

Grado promediode escolaridad

0

10

20

30

40

50

42.2

0

26.8224.81

60.7

2

22 20.8

7 31.0

7

5.73 7.67 14

.89

21.5

1

73.9 81

.4

23.9

4 35.1

6

20.318.99

12.0

2088

99.6

79

50.0

3888

26.3

3765

14.4

8.2

5.98.

2

8.30

4.79 9.

4

0

10

20

30

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50Baja CaliforniaBaja California SurCampeche

NacionalAguascalientes

NacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California Sur

Muertes evitables

Ni el bienestar los salvaAdios al empleo

Población carenciada

El rezago en el desarrollo

0

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600

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1017

.461

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Las dimensiones de la pobreza

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48.4

Fuente: elaboración propia con base en la medición multidimensional de la pobreza, 2010, CONEVAL.

Page 54: Número 16- Noviembre

52 noviembre 2011 • méxico social

de cuatro en cuatro

Además de ser muy pobre, en México la pobla-ción enfrenta distintas dimensiones de vul-nerabilidad en función de sus capacidades u oportunidades para acceder a satisfactores elementales para la vida, es decir, servicios de salud, alimentación, educación, o bien, ingre-

sos suficientes para adquirir una canasta básica o una canasta básica alimentaria.

Desde esta perspectiva es importante destacar que en Aguas-calientes, a pesar del crecimiento de la pobreza, el porcentaje de población que es no pobre y simultáneamente no vulnerable creció entre el 2008 y el 2010 para situarse en 26.9%, frente a un 23.1% que tenía en primer año de referencia.

En Baja California se dio un proceso a la inversa entre los dos años señalados: mientras que en 2008 el 25.1% de su po-blación era no pobre y no vulnerable, en el año 2010 el porcen-taje descendió a 22.6%.

Por su parte, en Baja California Sur, a pesar también del fuerte crecimiento de la pobreza, logró incrementarse el por-centaje de población que tiene acceso a niveles adecuados de bienestar pasó del 28.2% al 31.1%

Finalmente, en lo que respecta al estado de Campeche debe decirse que los niveles de población con adecuados ni-veles de bienestar se mantuvieron prácticamente sin cambios significativos, pues mientras que en 2008 representaban el 19.8% del total de habitantes, en 2010 equivalían al 20.1%. •

el mundo de la

vulnerabilidad

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Tasa de condiciones críticas de ocupación Tasa de desocupación Tasa de ocupación en el sector informal

Aguascalientes

% de Pob. enRezago educativo

% de viviendascon piso de tierra

% de Pob. encarencia poracceso a los

servicios de salud

% de Pob. en carencia poracceso a la

seguridad social

% de Pob. en carencia por

calidad y espaciosde la vivienda

% de Pob. en carencia por acceso

a los serviciosbásicos enla vivienda

% de Pob. encarencia poracceso a la

alimentación

% de viviendassin Internet

% de viviendassin PC

% de viviendassin refrigerador

% de viviendassin agua dentro

% de viviendassin excusado

Baja California Baja California Sur Campeche

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Promedio nacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

%15 y mas analfabetas

Tasa de mortalidadmaterna

Tasa de mortalidadinfantil

Tasa de mortalidad-5 años por diarrea

Tasa de mortalidad-5 años por

enf. Respiratorias

Tasa de mortalidad-5 años por deficiencias

nutricionales

% 6-14 no asistena la escuela

% 15 y más con educación básica incompleta

Grado promediode escolaridad

0

10

20

30

40

50

42.2

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26.8224.81

60.7

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7 31.0

7

5.73 7.67 14

.89

21.5

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73.9 81

.4

23.9

4 35.1

6

20.318.99

12.0

2088

99.6

79

50.0

3888

26.3

3765

14.4

8.2

5.98.

2

8.30

4.79 9.

4

0

10

20

30

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50Baja CaliforniaBaja California SurCampeche

NacionalAguascalientes

NacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California Sur

Muertes evitables

Ni el bienestar los salvaAdios al empleo

Población carenciada

El rezago en el desarrollo

0

200

400

600

800

1000

1200

1017

.461

917.

782

Las dimensiones de la pobreza

0

5

10

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0

20

40

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80

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48.4

Población carenciadaAdemás de los elevados porcentajes de pobreza, se puede ser vulnerable por distintas

carencias, entre las que destaca sobre todo, la privación de la seguridad social

Fuente: elaboración propia con base en la medición multidimensional de la pobreza, 2010, CONEVAL.

A

26.9%inCrementóEL PORCENtAjE

DE POBLACióN NO POBRE y NO VuLNERABLE

EN AguASCALiENtES

A

22.6%desCendió

EL PORCENtAjE DE NO POBRES y NO

VuLNERABLES EN BAjA CALiFORNiA

A

31.1%inCrementóLA POBLACióN

CON ACCESO A NiVELES ADECuADOS DE

BiENEStAR EN BCS

Page 55: Número 16- Noviembre

53méxico social • noviembre 2011

Si un factor ha incidido en el acelerado deterioro de las condiciones de bienestar de los mexicanos es el de la fractura del mundo del trabajo, y con ello, de las oportunidades de acceder a una vida digna, basada en un ingreso suficiente para satis-facer las necesidades elementales de las personas

y sus familias, así como a sistemas de protección y de garantía de derechos de parte del Estado.

En ese sentido, es importante destacar que, con excepción de Campeche (el cual tiene una tasa de desocupación de 3.8% de la PEA, gracias a la industria petrolera que está instalada en esa entidad), Aguascalientes, Baja California y Baja Califor-nia Sur, han mantenido tasas de desocupación muy por arriba del 5% en los últimos dos años.

Debe hacerse notar también que en las entidades en aná-lisis, si bien las tasas críticas de ocupación se encuentran por debajo de la media nacional, esto se explica precisamente por los elevados indicadores de desocupación, así como de

ocupación informal.En efecto, de las cuatro entidades que toca el turno revisar

en esta edición, Campeche es la peor ubicada en ese indicador, con un 26.8% de los trabajadores de la entidad, desarrollando actividades en el sector informal; le sigue el estado de Aguas-calientes, con un 24.8%; Baja California Sur, con un 20.3% y Baja California con un 5.58%.

Aunado a lo anterior, estos estados presentan condiciones crecientes de deterioro de la calidad del trabajo, en lo que al ingreso se refiere pues, de acuerdo con el Índice de la tenden-cia Laboral de la Pobreza (itLP), indicador desarrollado por el CONEVAL para medir el porcentaje de trabajadores que perciben ingresos por debajo de la línea del bienestar, la ten-dencia en los últimos años ha sido creciente y sólo en Baja Ca-lifornia Sur hay algunos signos de ligera recuperación. •

Fuente: Elaboración propia con base en los indicadores socioeconómicos de corto plazo,

Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza, 2008-2011, CONEVAL

la fractura laboral

26.8%de los

trabajadores en CampeChe

LABORAN EN EL SECtOR iNFORMAL

MAyORES A uN

5%son las tasas

de desoCupaCiónEN AguASCALiENtES,

BAjA CALiFORNiA y BCS

24.8%de los

trabajadoresEN AguASCALiENtES

SON iNFORMALES

Adiós al empleoEn las entidades analizadas, la tasa de desocupación mantiene promedios por arriba de la media nacional,

con excepción del estado de Campeche; como puede verse, la informalidad es una realidad que no se ha podido abatir

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Tasa de condiciones críticas de ocupación Tasa de desocupación Tasa de ocupación en el sector informal

Aguascalientes

% de Pob. enRezago educativo

% de viviendascon piso de tierra

% de Pob. encarencia poracceso a los

servicios de salud

% de Pob. en carencia poracceso a la

seguridad social

% de Pob. en carencia por

calidad y espaciosde la vivienda

% de Pob. en carencia por acceso

a los serviciosbásicos enla vivienda

% de Pob. encarencia poracceso a la

alimentación

% de viviendassin Internet

% de viviendassin PC

% de viviendassin refrigerador

% de viviendassin agua dentro

% de viviendassin excusado

Baja California Baja California Sur Campeche

AguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

Promedio nacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California SurCampeche

%15 y mas analfabetas

Tasa de mortalidadmaterna

Tasa de mortalidadinfantil

Tasa de mortalidad-5 años por diarrea

Tasa de mortalidad-5 años por

enf. Respiratorias

Tasa de mortalidad-5 años por deficiencias

nutricionales

% 6-14 no asistena la escuela

% 15 y más con educación básica incompleta

Grado promediode escolaridad

0

10

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42.2

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7 31.0

7

5.73 7.67 14

.89

21.5

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73.9 81

.4

23.9

4 35.1

6

20.318.99

12.0

2088

99.6

79

50.0

3888

26.3

3765

14.4

8.2

5.98.

2

8.30

4.79 9.

4

0

10

20

30

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50Baja CaliforniaBaja California SurCampeche

NacionalAguascalientes

NacionalAguascalientesBaja CaliforniaBaja California Sur

Muertes evitables

Ni el bienestar los salvaAdios al empleo

Población carenciada

El rezago en el desarrollo

0

200

400

600

800

1000

1200

1017

.461

917.

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Las dimensiones de la pobreza

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48.4

Fuente: elaboración propia con base en los indicadores trimestrales de ocupación, de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2011, INEGI.

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noviembre 2011 • méxico social54

Cualquier asesinato debería ser motivo de escándalo y censura, ya que, a fin de cuentas, es una agresión al contrato social, a todos los miembros de una so-ciedad. Terminar con la vida de

otro ser humano es una de las fronteras mo-rales más difíciles de traspasar, máxime cuan-do hubo intención en hacerlo. No me refiero a los homicidios imprudenciales o culposos, por supuesto, sino a los que son mediados por el dolo, aquéllos donde, insisto, hubo una volun-tad de matar, y, en casos más terribles, hasta método. En breve, me refiero a aquéllos que apuntalan a una cultura del crimen.

Pecaríamos de ingenuos (y de mentirosos) al no reconocer que la cultura del crimen ha sentado sus reales en nuestro país. Más allá de la presencia de distintas bandas del crimen or-ganizado, aspectos de la vida social y cultural se han visto invadidos por los códigos, las ma-neras y la cultura del narcotráfico; tales usos y costumbres abonan el terreno de las rela-ciones humanas y lo aspiracional. De ahí que el entusiasmo por seguir tales derroteros en-cuentre tierra fértil en la población marginal

económica, cultural y socialmente hablando. Ser o no ser (narco), más que un dilema exis-tencial y shakespereano, ha cobrado la condi-ción de signo de pertenencia y supervivencia para diversos sectores. Lamentablemente, la infancia no es la excepción.

Mucho se ha escrito al respecto, y para de-limitarlo al tema que nos ocupa, sirva como ejemplo la figura del niño sicario, la cual, de manera inquietante, ha ganado terreno en el imaginario popular, como una amenaza cada vez más latente y cercana. Tristemente, los ejemplos abundan. Tan sólo basta echar un vistazo a las edades de los sicarios que son de-tenidos con frecuencia… ¿qué edad tenía cada uno al inicio del sexenio?

Por sicario entendemos a la persona que se emplea para asesinar a alguien. Es, pues, un asesino a sueldo, generalmente muy joven, y casi siempre sin trabajo ni estudios. Un sica-rio no necesariamente forma parte de un gru-po delictivo, puede ser alguien que vende sus servicios y talentos al mejor postor. Es decir, un sicario puede ser un agente libre… algo así como un miembro de la economía informal del hampa, el prestador de un servicio. La sola

Como una Banda Sin Fin

rogelio flores

La palabra crimen tiene dos connotaciones, la primera y más conocida, es aquélla que se refiere al asesinato. Es decir, a la acción voluntaria de matar a una persona, a la intención de terminar con la vida de alguien. La segunda se refiere a la comisión de un acto de gran maldad, negligencia o irresponsabilidad cuyas consecuencias son graves y nocivas para los semejantes. Es decir, tenemos por un lado que crimen es el asesinato de un individuo, y por otro, el sinónimo de un perjuicio colectivo. Ambas connotaciones son igualmente nocivas y una forma parte de la otra. Toda agresión a un

individuo repercute en lo social. Y viceversaF F F

rogelio flores. Escritor. Cursó estudios

de Ciencias de la Comunicación en la UNAM, de Creación

Literaria en la Escuela de Escritores de la SOGEM (Sociedad

General de Escritores de México), y de Realización

Cinematográfica en la Escuela Internacional de

Cine y Televisión de Cuba (EICTV). Ha colaborado en publicaciones como

Arcana, Cambio y El Semanario. Es coautor de los libros de cuento

Abreletras, Prohibido fumar: cuentos contra la represión, Palabras

Malditas y Códices en el asfalto; y autor de Adiós,

Princesa y Rocanrol Suicida, también de

cuento. Recientemente, ganó el concurso Palabras

Malditas.

desdelas letras

Page 57: Número 16- Noviembre

méxico social • noviembre 2011 55

idea de que alguien se gane la vida ejecutando personas es por sí misma escalofriante. Con-siderar que esta actividad pueda ser llevada a cabo por un niño o un adolescente, es peor aún. Esta última idea, más allá de lo depri-mente que nos pueda resultar, nos habla de un fracaso rotundo como sociedad. ¿Qué tuvo que pasar para que un chico común y corriente decidiera renunciar a su infancia y poner a la venta sus servicios como asesino?

En 1994, Fernando Vallejo publicó la nove-la “La virgen de los sicarios”, en la que detalla esta problemática propia de la Colombia de la época. En esta historia los lectores somos tes-tigos de cómo un escritor, Fernando, regresa a su país después de un aparente autoexilio de treinta años. Al hacerlo, encuentra una socie-dad distinta a la que él había dejado, en la que el sicariato es moneda corriente. Medellín es, en esta historia, una zona de guerra donde los cárteles colombianos, al diputarse el mercado, contratan los servicios de adolescentes impla-cables y efectivos para los constantes ajustes de cuentas que demanda el negocio.

En ese contexto, Fernando conoce a Alexis, un chico de 17 años que se emplea en el sica-riato. Entre ambos se da una relación más allá de la amistad: en gran parte, por los sobornos con los que el escritor seduce al chico. Even-tualmente la relación se verá interrumpida por el asesinato de Alexis. Tras su muerte, Fernan-do entablará relaciones con otro adolescente, Wilmar, calca del primero; con una vida muy

parecida, llena de ejecuciones absurdas y estú-pidas, y con una muerte idéntica, deprimente a más no poder. Para sorpresa del escritor, su segundo amante resulta ser el asesino del pri-mero. La juventud, pues, se asesina entre sí, como una serpiente que se devora a sí misma mientras cada una de sus partes compite por baratijas.

A cada sicario detenido o muerto, vendrá otro. En esta historia, como en la realidad que vivimos a diario, observamos al sicariato como una industria perenne e inagotable, en la que el hampa cosecha carne de cañón entre los más jóvenes e ignorantes de forma permanen-te, como si de la banda sin fin de una fábrica mágica y horrenda se tratase. Comenzamos estas líneas reflexionando sobre las conno-taciones de la palabra crimen, vista desde su condición individual como de la social.

Ya como asesinato, ya como condena para una generación entera, la criminalización de la juventud no sólo ha asesinado el espíritu de todos los chicos inmiscuidos en este negocio, sino que ha inoculado su gangrena en el tejido social, pudriendo la vida de muchas personas en el futuro más inmediato. Estamos pues, ante un crimen por partida doble. Estamos ante esa banda sin fin que produce un asesino joven tras otro. En breve, La virgen de los si-carios cumplirá veinte años de haber sido pu-blicada por primera vez, más que la edad que alcanza el sicario promedio. Goza, por cierto, de una excelente salud.•

Observamos al sicariato como una industria perenne e inagotable, en la que el hampa cosecha carne de

cañón entre los más jóvenes e ignorantes de forma permanente.

Considerar que esta actividad pueda ser llevada a cabo por un niño o un

adolescente nos habla de un fracaso rotundo como sociedad

Page 58: Número 16- Noviembre

noviembre 2011 • méxico social56

sarah lewisMaestra en Población y Salud Internacional por la Universidad de Harvard.Se desempeña como investigadora de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud).Entre sus múltiples trabajos destaca la investigación que realizó durante su estancia en Harvard, sobre aspectos de la reforma del sistema de salud mexicano.Su experiencia le ha permitido colaborar en países como México, Ecuador, Cuba, El Salvador y Chile.

visión experta

sarah lewis

El ambiente de violencia en México tiene un fuerte impacto entre los niños y las niñas, y queda reflejado en las elevadas tasas de homicidios en este grupo de población. Asimismo, existe una alta correlación entre la violencia contra niños y la violencia entre adultos: entre los países de la OECD analizados por UNICEF en 2003, México, junto con los Estados Unidos de América y Portugal, tenía el número más alto de niños muertos por maltrato

F F F

maltrato inFantil

Víctimasde la Violencia

Foto: Cortesía EXCÉLSIOR / Iván Stephens

Page 59: Número 16- Noviembre

El grupo de menores de 0 a 14 años registró un total de 7,394 homicidios durante los años 1979 – 1990 y de 7,351 homi-cidios entre 1991 y 2002. Esto significa que durante casi 25

años murieron asesinados regularmente dos menores de 14 años de edad cada día en México.

El impacto de la violencia sobre poblacio-nes, sociedades y economías es grave. En el ámbito laboral, la Organización de la Salud distingue costos directos, indirectos e intan-gibles de la violencia que incluyen los años de vida saludable perdidos por discapacidad o la muerte relacionada con eventos de vio-lencia, el ausentismo laboral y escolar, los accidentes, enfermedades diversas, y la in-dudable disminución de la creatividad y la productividad de las personas (I).

Tiene costos indirectos, entonces, como el impacto negativo en la inversión y la pro-ductividad: en 1999 los costos provocados por la violencia calculados como porcenta-je del Producto Interno Bruto alcanzaron el 5% en Colombia, 4.3% en El Salvador y casi 2% en Brasil.

Como en otros países, “dado que a los registros oficiales llega siempre sólo una pe-queña proporción de los casos de maltrato infantil que realmente ocurren”, en México se han levantado dos encuestas de niños y adolescentes para poder estimar la magni-tud del maltrato infantil(II). La consulta del año 2000 representaba aproximadamente 4 millones de niños, niñas y adolescentes de entre 6 a 17 años de edad. Casi una tercera parte (32%) de niños y niñas de 6 a 9 años, y el 13% de los de 10 a 13 años reportaron que les habían tratado con violencia en la escue-la. En el ámbito familiar estas cifras corres-pondieron a 28% y 9% cada grupo de edad, respectivamente.

En cuanto a los homicidios, los niños y ni-ñas más jóvenes son los más vulnerables(III):

• La tasa de homicidios más alta en 2004 se registraba entre el grupo de niños de 0 a 4 años con 5.7 por 100,000 niños de este grupo de edad en el Estado de México; en comparación con los niños de 5 a 14 cuya tasa máxima de homicidio fue de 2.8 en Chi-huahua en el mismo año.

• Entre las niñas de 0 a 4 años, la tasa más alta se observaba en Tlaxcala con 6.0; en el

grupo de 5 a 14 años, la tasa máxima fue de 2.3 en Oaxaca.

De acuerdo a los resultados del Informe Nacional sobre Violencia y Salud, los niños y las niñas más chicos también reportaron haber sufrido mayor abuso de autoridad por parte de los adultos en todos los ámbitos (familiar, escolar y en el lugar donde viven). Aproximadamente la tercera parte de los ni-ños y niñas de 6 a 9 años respondieron afir-mativamente a esta pregunta, versus 17%, 20% y 27% de los niños y niñas de 10 a 13 años en la familia, escuela y el lugar donde viven, respectivamente.

Uno de cada tres casos de maltrato infan-til (32%) registrado por el DIF en 2002 fue maltrato físico seguido por abandono (23%) y omisión de cuidados (20%). El 13% eran casos de abuso sexual, el 6% de maltrato emocional y el 1% de negligencia. El número total registrado en los años 1998 y 2002 fue de 23,109 y 24,563 casos, respectivamente.

Al desglosar por el tipo de violencia en la familia experimentada entre los niños más chicos, el 28% dijo “me pegan”, 14% dijo “me

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> El 16% dE los niños y niñas en edad escolar aseguran haber sido víctimas de

agresiones físicas en el ámbito escolar

INSEGUROS EN CASA Y ESCUELALos niños y niñas que reportan haber sido tratados con violencia, los son en mayor medida dentro del ámbito escolar, 2000

GOLPEADOSLos niños reportan que, de los maltratos que sufren, el mayor es el de los golpes. Cabe destacar que el abuso del cuerpo se presenta con la misma frecuencia en niños que en niñas (2000)

Fuente: Secretaría de Salud. Informe Nacional sobre Violencia y Salud. México, DF: SSA; 2006. México, 2011

ABUSO A LOS MÁS PEQUEÑOS

Los niños y las niñas más pequeños son quienes más reportan que los

adultos abusan de su autoridad (2000)

Fuente: Secretaría de Salud. Informe Nacional sobre

Violencia y Salud. México, DF: SSA; 2006. México, 2011

Fuente: Secretaría de Salud. Informe Nacional sobre Violencia y Salud. México, DF: SSA; 2006. México, 2011

Familia Escuela Lugar donde vivo

6 a 9 años de edad10 a 13 años de edad

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Ámbito familiar

Ámbito escolar

6 a 9 años de edad 10 a 13 años de edad0%

5%

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30%

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insultan” y el 3.5% dijo que “abusan de mi cuerpo”. En el ámbito escolar, la prevalencia fue 16% para pegar e insultar y 3.5% para el abuso sexual.

Otro hallazgo importante de la encuesta fue el de las diferencias entre los niños y las niñas residentes en zonas rurales y urbanas. En comparación con los niños urbanos, el número de niños rurales de 6 a 9 años de edad que respondió que “los adultos recu-rren a golpes o insultos” en su familia y es-cuela fue mayor por 7% y 9%, respectiva-mente.

El Informe Nacional llega a la conclu-sión de que existe un subregistro muy alto de casos de maltrato contra niños y niñas. Se refiere a datos del año 2002, cuando fueron clasificados 1,775 casos como violencia fami-

liar de niños lesionados, lo que contrastaba con 291,383 casos atendidos por lesiones clasificadas como accidentales: “es más que probable que muchas de las lesiones clasi-ficadas como accidentales hayan sido, en realidad, consecuencia de actos de violencia ocurridos en la familia”.

La violencia entre los jóvenes también ha sido estudiada en el país. La Encues-ta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007 (ENVINOV) tuvo como objetivos identificar el contexto, magnitud y factores determinantes de los diferentes tipos de violencia que se presentan en una relación de noviazgo; así como conocer la percepción de las y los jóvenes respecto de la violencia y de su manejo para la resolución de conflictos(IV). Para el estudio se seleccio-naron a aquellos jóvenes que durante 2007 tuvieron relaciones de noviazgo, quienes re-presentaban casi 7.3 millones de personas o el 73% de la población total de 15 a 24 años.

Cabe señalar que en el 21.3% de los ho-gares donde vivieron durante su infancia las y los jóvenes entrevistados había insultos, principalmente por parte de los papás y las mamás; y en el 9% había golpes.

Asimismo, la encuesta encontró una alta prevalencia de violencia psicológica entre los y las jóvenes en noviazgo, pues casi el 75% de los encuestados reportaron haber experimentado este tipo de violencia con su pareja; mientras que el 16% de los encuesta-dos de zonas urbanas reportó violencia física por parte de su pareja, así como el 13% en zonas rurales. Además, el 17% de las mujeres encuestadas reportó haber experimentado violencia sexual.

Tal vez porque solamente se encuestó a jóvenes que no viven juntos, las cifras de 1a ENVINOV son menores a las del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INE-GI), que reporta que un 56% de las mujeres jóvenes entre los 15 y 19 años que viven en pareja han sufrido al menos un incidente de violencia en los últimos 12 meses(V). Ade-

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visión experta

El impacto de la violencia sobre poblaciones, sociedades y economías es grave, con costos directos, indirectos e intangibles que incluyen los años de vida saludable perdidos por discapacidad

o la muerte: el ausentismo laboral y escolar; los accidentes; las enfermedades; y la indudable disminución de la creatividad

y la productividad de las personas

AGRESIÓN RURALLos niños de 6 a 9 años reportan mayor frecuencia de golpes e insultos en el ámbito familiar, y, a su vez, ambos tipos de maltrato se presentan con mayor frecuencia en el ámbito rural (2000)

Fuente: Secretaría de Salud. Informe Nacional sobre Violencia y Salud. México, DF: SSA; 2006. México, 2011

NOVIAZGOS PELIGROSOS

De los jóvenes de 15 a 24 años que han experimentado violencia por parte de su pareja, destacan los altos porcentajes de violencia

psicológica (2007)

Fuente: Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007: Resumen Ejecutivo. Instituto Mexicano de la Juventud/Secretaría de Educación Pública, 22 de julio 2008. México, 2011

Física Psicológica Sexual(mujeres)

Urbano

Rural

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más, en una encuesta de 2005 del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, el 50% de las mujeres jóvenes entrevistadas dijo que vivía situaciones de violencia en su noviazgo.

La ENVINOV también identificó una co-rrelación positiva entre el consumo de taba-co y alcohol y la prevalencia de los tres tipos de violencia: 17% de las y los jóvenes que consumían tabaco y/o alcohol experimenta-ron violencia física en el noviazgo versus 9% de las y los no-consumidores. Esta cifra fue de 79% versus 64% para violencia psicoló-gica y 8% versus 6.5% para violencia sexual.

Con base en los resultados de su Informe Nacional, la Secretaría de Salud de México ha recomendado una serie de acciones prio-ritarias, que también podrían ser aplicadas a los jóvenes de 15 a 24 años, dados los resul-tados de la ENVINOV(VI):

• Mejora del conocimiento acerca de la violencia contra niños y niñas en México

• Elaboración de un plan nacional de ac-ción para prevenir todo tipo de violencia que estipule los mecanismos de coordinación entre los sectores de salud, protección, edu-

cación y justicia• Atención particular a las zonas rurales

donde se han reportado los niveles más altos de maltrato a través de programas preven-ción y atención

• Mejoramiento de la cobertura y de la calidad de los servicios para los niños y las niñas víctimas de violencia. Esto incluye la promoción más amplia del Sistema Nacio-nal de Orientación y Canalización Telefónica para Mujeres, Niñas y Niños en Situación de Violencia

• Supervisión del estricto cumplimien-to de las leyes nacionales y de los tratados internacionales que protegen a los niños y a las niñas en contra de todas las formas de violencia

• Capacitación de los prestadores de servi-cios de salud para que puedan identificar a los jóvenes en alto riesgo de violencia con el fin de canalizarlos a los servicios pertinentes. •

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visión experta

REFERENCIASi. Secretaría de Salud. Informe Nacional sobre Violencia y Sa-lud. México, DF: SSA; 2006.ii. Ídemiii. Ídemiv. Instituto Mexicano de la Juventud/Secretaría de Edu-cación Pública, 22 de julio 2008.v. Fact Sheet. La violencia con-tra los niños, niñas y adoles-centes en México. Estudio del Secretario General de Naciones Unidas sobre la Violencia con-tra los Niños. vi. Ídem

CONSUMOS DE RIESGOLa ENVINOV identificó una correlación positiva entre el consumo de tabaco y alcohol y la prevalencia de violencia física, psicológica y sexual en el noviazgo (2007)

> son alarmantes los porcentajes de violencia que viven los jóvenes en sus relaciones de noviazgo, siendo las mujeres las más afectadas.

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Fuente: Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007: Resumen Ejecutivo. Instituto Mexicano de la Juventud/Secretaría de Educación Pública, 22 de julio 2008.

Según la ENVINOV 2007, existe una alta prevalencia de violencia

psicológica entre las y los jóvenes en noviazgo, pues casi el 75% de los encuestados reportaron haber

experimentado este tipo de violencia con su pareja. Además, el 17% de las mujeres

encuestadas reportó haber experimentado violencia sexual

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