Número 11 - Junio

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www.mexicosocial.org ESCRIBEN: julia carabias EnriquE provEncio rogElio canizalEs rosalva landa francisco pamplona carolina villacampa La educación empodera a la población Rodolfo de la Torre, PNUD Ecología: Política de civilización y práctica de civilidad Juan María Alponte Año 0 - No. 11, junio de 2011, Precio: $35.00 m.n. 04 21

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Número 11 de la revista México Social del mes de Junio

Transcript of Número 11 - Junio

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escriben:julia carabias

EnriquE provEncio

rogElio canizalEs

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carolina villacampa

La educación empodera a la poblaciónRodolfo de la Torre, pnud

Ecología: Política de civilización y práctica de civilidadJuan María Alponte

Año

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México Social, Año 0, No. 11, junio 2011, es una publicación mensual editada por el Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS), S.C. Jardín Centenario No. 18-1, Col. Villas de Coyoacán, México. C.P. 04000 Delegación Coyoacán Tels. 5659-6120 y 5659-6209 www.ceidas.org, [email protected] Editor responsable: Saúl Arellano Almanza. Reservas de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-032312331700-102 ISSN: Licitud de Título y Licitud de Contenido No. 15077, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Permiso SEPOMEX: En trámite. Impresa por IMPRESORA Y EDITORA INFAGÓN, S.A. de C.V. Calle de la Alcaicería No. 8 Col. Zona Norte Central de Abastos C.P. 09040, Delegación Iztapalapa, México, D. F., DISTRIBUIDOR: Publicaciones CITEM, S.A. de C.V., Av. del Cristo 19, Colonia Xocoyahualco 54080, Tlalnepantla, Estado de México, este número se terminó de imprimir el 26 de mayo de 2011

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.

Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto de Capacitación, Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social (CEIDAS), S.C.

es una publicación del

CONSEJO EDITORIAL

Mario Luis Fuentes Jesús Kumate Rodríguez

Rolando Cordera Fernando Cortés

Carlos Rojas Gutiérrez Miguel Concha

Javier Guerrero GarcíaIrasema Terrazas

Enrique Provencio Durazo Jacobo Jasqui Amiga

Saúl Arellano AlmanzaDirector Editorial

Laura Ilarraza GálvezCoordinadora Editorial

Anaís Alemán RamírezCoordinadora

de Investigación

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DISEÑO:Formato, Consultoría Visual

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ESCRIbEN:

Julia CarabiasProfesora e Investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM Enrique ProvencioProfesor en la especialidad de Economía Ambiental de la UNAMJuan María AlponteEscritor, Periodista y Profesor Titular en la FCPyS de la UNAMRodolfo De la TorreCoordinador de la Oficina de Investigación en Desarrollo Humano en México del PNUDCarolina VillacampaProfesora titular de derecho penal en la Universidad de LleidaRoberto CabralDirector General Adjunto de Financiamiento Estratégico de la SEMARNATRosalva LandaAsesora ambiental de organismos internacionales e instituciones PúblicasFrancisco PamplonaProfesor-Investigador de la UNAM y la UACM Rogelio CanizalesSubgerente de Estudios Económicos en la CONAGUASarah LewisConsultora en Investigación; trabaja para el Instituto Nacional de Salud PúblicaRogelio FloresAutor de los libros Adiós, Princesa y Rocanrol Suicida María CruzExperta en temas de desarrollo social; fue Secretaria de Desarrollo Social en Chiapas

Educación y dEsarrollo HumanoRodolfo De la Torre

El dErEcHo pEnal contra El trabajo forzosoCarolina Villacampa

príncipEs próspErosRogelio Flores

tErritorio indígEna: tradición y conflictoMaría Cruz

mEdio ambiEntE: cuEstión socialEnrique Provencio

Ecología y conciEncia civilizatoria Juan María Alponte

una propuEsta para la política ambiEntalJulia Carabias

El límitE dEl crEcimiEntoRoberto Cabral

pobrEza y mEdio ambiEntE: rutas para El diagnóstico Francisco Pamplona

gEstión dEl agua: condición dE un futuro posiblERogelio Canizales

amEnazas climáticas, ciudadEs vulnErablEsRosalva Landa

EnfErmEdadEs no transmisiblEs: un riEsgo mayorSarah Lewis

índice

cambio climático la nuEva frontEra

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editorial

La evidencia científica ha despejado cualquier duda en torno a la realidad y dimensiones que tiene el cambio climático. De acuerdo con el Pa-nel Intergubernamental que se construyó para analizar esta materia, no habrá región del pla-neta en la que no se manifiesten sus efectos, con la particularidad de que serán las más pobres en las que se vivirán con mayor capacidad de destrucción.

México es considerado como un país altamente vulnerable a fenó-menos hidro-meteorológicos, tales como huracanes y tormentas de alta intensidad, así como sequías cada vez más extendidas territorial y temporalmente, lo que nos expone a fenómenos y desastres tales como los que se están viviendo en Coahuila y otras entidades, debido a los incendios forestales.

La viabilidad del planeta y de nuestro país va a depender de la ca-pacidad que tengamos para enfrentar adecuadamente los retos que impone el cambio climático y, sobre todo, de nuestra voluntad para transitar hacia un modelo de desarrollo respetuoso del medio am-biente y del patrimonio ecológico.

Por esta razón, y con motivo de la conmemoración del Día Inter-nacional del Medio Ambiente, presentamos en esta edición de ju-nio la perspectiva de expertos en distintas vertientes de las materias medioambientales, desde las cuales se destacan los retos y oportuni-dades que tenemos como país.

En ese sentido, Julia Carabias nos propone construir una nue-va generación de servicios ambientales como clave para garantizar nuevos estadios de desarrollo; Rosalva Landa hace énfasis en la ne-cesidad de reducir nuestras vulnerabilidades ante las amenazas del cambio climático, mientras que Rogelio Canizales nos advierte sobre la necesidad de mejorar nuestros sistemas de gestión del agua, como elemento clave del equilibrio ecológico.

Por otra parte, Roberto Cabral realiza una entrega en la que expli-ca las distintas vinculaciones que existen entre el bienestar y el cui-dado del medio ambiente, mientras que Francisco Pamplona hace evidentes los vínculos que existen entre la pobreza y el deterioro del medio ambiente.

Recuperamos también una extraordinaria conferencia dictada por Juan María Alponte, desde la cual nos ofrece una profunda mirada comprensiva sobre el concepto de Ecología, proponiéndonos enten-derlo como una propuesta de modelo civilizatorio.

México Social le agradece profundamente a Enrique Provencio, integrante de nuestro Consejo Editorial, quien pensó y articuló los temas que, en función del Día Mundial del Medio Ambiente, debían abordarse, además de haber convocado a las plumas que generosa-mente aceptaron participar en esta edición.

Por otro lado, el 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, por lo que presentamos una colaboración de Caro-lina Villacampa, catedrática de la Universidad de Lleida, en la que realiza una vinculación entre el derecho penal y la trata de personas con fines de explotación laboral.

Asimismo, uno de los temas de preocupación constante de Mé-xico Social es el enorme rezago educativo que vivimos en el país; por ello, incluimos una colaboración especial del Dr. Rodolfo de la Torre, Coordinador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano en México, desde la cual se plantea un interesante vínculo entre el derecho a la educación y las capacidades para el desarrollo humano.

mario luis Fuentes

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UNA REVISTA INNOVADORA

El pasado 12 de mayo se presentó la revista México Social en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. El evento fue presidido por el Director de la Facultad, Fernando Castañeda, Judit Bokser y José Woldenberg, quienes destacaron que México Social no sólo es pertinente, sino que desde hace mucho tiempo era necesaria para un país de contextos de desigualdad, inequidad y fractura sociales.

> evento de presentación de méxico social en la unam. De izquierda a derecha: José Woldenberg, Mario Luis Fuentes, Fernando Castañeda, Alma Iglesias y Judit Bokser

“LA CUEStióN SoCiAL, EJE CENtrAL EStrAtégiCo DE LA rEALiDAD” JUDIT BOKSER

México Social contribuye de un modo serio y comprometido a buscar la posibi-lidad de generar nuevas reglas para cons-truir un diálogo social de larga duración que permite pensar nuestra realidad; es una fuente de información fundamental.

Se lleva a cabo el análisis de infor-mación nacional, local, regional y global con base en las fuentes más serias con las que se cuentan, diferentes indicadores de exclusión que permiten construir un conocimiento complejo sobre el mundo simbólico y material de la desigualdad.

“MéxiCo No ES UNA SoCiEDAD iNtEgrADA” JOSÉ WOLDENBERG

Valoro, y mucho, la publicación de Mé-xico Social, porque se trata de una esfera central de nuestra vida que por desgracia no recibe la suficiente atención pública.

La cuestión social debe ser colocada en el centro: en esa dimensión se juegan el futuro del país, la calidad de nuestra convivencia y las posibilidades de conso-lidación o deterioro de nuestra germinal e incipiente democracia.

Los temas que se analizan en la re-vista permiten evidenciar que nuestro principal problema como país es el de la desigualdad; su presencia alienta un nuevo debate sobre lo social.

“DESigUALDAD: UN tEMA rEDUCiDo A LoS áMBitoS ESPECiALizADoS” FERNANDO CASTAÑEDA

La sociedad mexicana vive todo tipo de intolerancia y exclusión social; la des-igualdad es un tema clásico de la so-ciología; los debates sobre este tema no trascendían más allá de los ámbitos especializados.

México Social hace que todas sus ve-tas estén abiertas a un público más am-plio, a una población más diversa que las debe conocer para tener una información más precisa y poder enfrentarlas desde un nuevo ejercicio multidisciplinario.

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El informe del PNUD, subtitulado “Actuar sobre el futuro: romper la transmisión intergeneracio-nal de la desigualdad”, muestra que la región de América Lati-na y el Caribe no sólo se carac-

teriza por una alta desigualdad sino también por baja movilidad socioeconómica entre ge-neraciones: las condiciones socioeconómicas de los padres y madres son limitantes funda-mentales de las que vivirán sus hijos e hijas. Así, por ejemplo, en la región existe una mo-vilidad en escolaridad e ingresos menor que la observada en otras regiones del mundo: la permanencia en la escuela y los salarios de las nuevas generaciones escasamente rebasan la de las anteriores.

Asimismo, el documento refiere que, en general, niveles más altos de capital huma-no promueven una mayor movilidad social. Esto es debido a que la escolaridad es uno de los principales determinantes del ingreso la-boral, y en los hogares pobres el ingreso por trabajo es la principal fuente de recursos. En

particular, el acceso la educación superior des-taca en la determinación de la movilidad so-cioeconómica entre generaciones. Por ejemplo la reducción de la desigualdad en Chile entre 1990 y 2006 se explica en buena medida por una expansión importante de la educación ter-ciaria durante ese mismo período.

En México, la movilidad ascendente se in-crementó durante las cuatro últimas décadas, según el informe mencionado, lo que se ha asociado con un cambio en la estructura de las ocupaciones, predominando aquéllas en zonas urbanas, en actividades no agrícolas y con ma-yores requerimientos de escolaridad. Sin em-bargo, la influencia de las condiciones de vida de las personas en los logros de sus hijos e hijas en la edad adulta no ha disminuido de manera significativa.

En México, en términos relativos, se obser-va una menor movilidad en los jóvenes y en los niveles más altos de la distribución del ingreso en comparación con los de mayor edad y los niveles de menores ingresos.

La libertad no sólo es el objetivo primordial

Educación y dEsarrollo

HumanoRodolfo de la ToRRe

Algunos de los resultados del Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dan lugar para revalorar la educación como elemento fundamental para el desarrollo. A las contribuciones que la educación puede hacer a la productividad y al logro de una sociedad más igualitaria, cabe ahora agregar de forma más documentada su importancia para la movilidad social, pues la educación tiene el potencial de cambiar a las personas más

allá de las estadísticasF F F

Rodolfo de la ToRRe

Coordinador de la Oficina de Investigación en

Desarrollo Humano en México del Programa

de las Naciones Unidas para el Desarrollo

(PNUD). Es Licenciado en Economía por el Instituto

Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y Maestro

en Economía por la Universidad de Oxford.

Encabeza el Capítulo Mexicano de la Red sobre Desigualdad y Pobreza del

Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco

Mundial y la Asociación de Economía de América

Latina y el Caribe. Ha sido miembro del Comité Técnico para la Medición

de la Pobreza, de la Secretaría de Desarrollo

Social, instructor del BID y consultor para la Comisión

Económica para América Latina y el Caribe y para

el Banco Mundial. Ha impartido cursos sobre

desarrollo en la UNAM, el ITAM, el Colegio de México y el Centro de Investigación

y Docencia Económicas.

colaboRación especial

del desarrollo, también es su medio principal. La educación influye en la libertad del indivi-duo para elegir el tipo de vida que valora y re-sulta importante no sólo para la vida privada (como llevar una vida sana), sino para involu-crarse en el entorno donde se vive. Por ejem-plo, el analfabetismo puede ser un obstáculo para participar en las actividades que funda-mentan el entorno social: la imposibilidad de leer la prensa o de comunicarse por escrito con otros agentes puede impedir; por ejemplo, la participación política.

La creación de oportunidades sociales por medio de servicios como la educación y la sa-nidad pública y el desarrollo de una prensa libre y muy activa puede contribuir tanto a fomentar la economía como a reducir signi-ficativamente las tasas de mortalidad, y esta

reducción puede contribuir, a su vez, a reducir las tasas de natalidad, reforzando la influen-cia de la educación básica –en especial de la capacidad de lectura y escritura y de la esco-larización de las mujeres- en la conducta rela-cionada con la fecundidad.

El desarrollo humano es el estado en que se encuentran las libertades de las personas, es la ampliación de las posibilidades de elegir entre individuos. El desarrollo humano involucra las posibilidades que tienen las personas para de-finir sus convicciones, transmitir sus valores, cooperar con otros individuos, integrarse a la vida de su comunicad, participar políticamen-te y contribuir a definir los derechos en insti-tuciones bajo lo que se ha de vivir.

La posibilidad de adquirir conocimientos elementales para articular las habilidades de

La región de América Latina y el Caribe no sólo se caracteriza por una alta desigualdad, sino también por la baja movilidad socioeconómica entre generaciones

reflexión y comprender el entorno en que se vive es esencial para que la gente pueda buscar un significado a su existencia.

Lo que una persona puede ser o hacer es in-dicativo de su calidad de vida como ser huma-no. La libertad de que gozan las personas para elegir formas de vida alternativas en función de los objetivos establecidos por ellas refleja el desempeño de una sociedad que respeta y promueve el valor de sus miembros. El objeti-vo básico del desarrollo es ampliar las oportu-nidades abiertas a la gente para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados para participar en su entorno social. La edu-cación promueve el desarrollo humano al pro-porcionar bases para actuar con autonomía y aumentar las oportunidades para ejercerla.

Para ser agentes de su propio desarrollo las personas requieren la formación de valores propios, pero también de la información y del aprendizaje de habilidades para ampliar sus opciones de vida. Mediante la educación se inicia un proceso de estructuración del pensa-miento y de la imaginación creadora; comien-zan, de modo más complejo, las formas de

expresión personal, así como la comunicación verbal y gráfica, lo que favorece el desarrollo sensomotriz, lúdico, estético, deportivo y ar-tístico, así como el crecimiento socio-afectivo y los valores éticos.

Al evaluar nuestras vidas, tenemos razón para estar interesados no sólo en la clase de vi-das que conseguimos vivir, sino también en la libertad que realmente tenemos para escoger entre diferentes estilos y modos de vida. En efecto, la libertad para determinar la natura-leza de nuestras vidas es uno de los aspectos de la experiencia de vivir que tenemos razón para atesorar.

La educación empodera a la población, particularmente a los pobres y a los débiles, al reducir la ignorancia, erigir habilidades e in-troducir actitudes acordes con la época en que se vive. El enfoque de desarrollo humano, en último término, provee una guía general para las políticas públicas con una implicación sim-ple y directa: la educación debe recibir un alto nivel de prioridad política, pues la educación es en parte fin y en parte instrumento para el desarrollo.•

RefeReNCIAsi. Sen, A. 2000. “Desarrollo y Libertad”. Ed. Planeta. Méxicoii. Sen, A. 2009. “The Idea of Justice”. The Belknap Press of Harvard University Press, Cambridge, Massachussets. USA.iii. PNUD. 2003. “Informe so-bre Desarrollo Humano Méxi-co 2003”. Ed. Mundi Prensa. MéxicoiV. PNUD. 2008. “Informe so-bre Desarrollo Humano Mi-choacán 2007”. Ed. Mundi Prensa. MéxicoV. Tilak, J. 2002. “Education and poverty”. Journal of Hu-man Development. Vol. 3. # 2, July 2002.Vi. PNUD. 2010. “Informe re-gional Sobre Desarrollo Hu-mano para América Latina y el Caribe 2010”San José Costa Rica. PNUD.

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colaboRación especial

La educación empodera a la

población, particularmente a los pobres y a los débiles, al reducir la ignorancia,

erigir habilidades e introducir actitudes

acordes con la época en que se vive

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ceidas en los teléfonos: 56.59.61.20 56.59.62.09 o la web: www.ceidas.org • edUcaRe Calzada de los Leones No.145 Local 9 Las Águilas, San Jerónimo 630 Local 6 esq. Periférico Sur, Centro Comercial San Jerónimo • n i p Periférico Sur 4020 Local 26-A, Jardines del Pedregal - Monte Ararat 220, Lomas - Parque España 13-A, Condesa - Joya 75, Lote 4, Col. Del Valle Escondido • café lUcca Avándaro, Valle de

Bravo, Edo. De México • Hadas y dRagones Av. Desierto de los Leones #5469 E, Col. Alcantarilla, Del. Álvaro Obregón.

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PUNTOS DE VENTA

Colección de muñecos para fomentar

AFECTOSOCIALIZACIÓN

EXPRESIÓNDE LAS EMOCIONES

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Conceptualmente, los términos “trabajo forzoso” o “servicios for-zosos” -que pueden considerarse sinónimos- se hallan determina-dos en distintos instrumentos aprobados por la Organización

Internacional del Trabajo (OIT). Dicho orga-nismo internacional ha singularizado norma-tivamente este fenómeno, tanto mediante el Convenio nº 29 sobre Trabajo Forzoso u Obli-gatorio, cuanto mediante el Convenio nº 105, relativo a la Abolición del Trabajo Forzoso.

Según el primero, la expresión “trabajo forzoso” u “obligatorio” designa “todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la ame-naza de una pena cualquiera y para el cual di-cho individuo no se ofrece voluntariamente”. Se desprende de ambos instrumentos que el trabajo forzoso se caracteriza por la confluen-cia de dos elementos: de un lado la existencia de una amenaza y, de otro, la ausencia de con-sentimiento de la víctima. La amenaza se in-terpreta en sentido muy amplio; la integran el temor a padecer la privación de algún tipo de

derecho o la violencia o muerte de la víctima o sus familiares. En cuanto al consentimiento, se considera que el mismo existe solamente si se ha otorgado libremente y es posible revocar-lo, de forma que para saber si la relación labo-ral se ha aceptado libremente debe atenderse a las concretas circunstancias de la víctima.

Justamente atendiendo a dichas concretas circunstancias, aquéllas que conducen a algu-nas personas, primero a intentar salir de una realidad cotidiana negadora de esperanza, y después a padecer el peligro de verse someti-dos a situaciones de explotación laboral, puede intuirse la estrecha relación existente entre el trabajo forzoso y la trata de seres humanos.

No es extraño, pues, que personas que se encuentran sometidas a situaciones de traba-jo forzoso, uno de los símiles contemporáneos de la vieja esclavitud, hayan sido previamen-te objeto de trata de seres humanos. Esto jus-tamente porque son los grupos de población provenientes de zonas económica y socialmen-te más desfavorecidas aquellos más suscepti-bles de ser laboralmente esclavizados.

El DErEcho PEnal contra El trabajo Forzoso

carolina Villacampa EstiartE

La estrecha relación existente entre el trabajo forzoso y la trata de seres humanos se observa en la relación directa de ésta con la globalización, las tendencias migratorias y la delincuencia organizada trasnacional. De acuerdo con estimaciones de la OIT, de los 12.3 millones de víctimas de trabajo forzoso que existen a nivel mundial, 7.8 millones son víctimas de explotación laboral, la mayoría de ellos son varones esclavizados en plantaciones agrícolas, mientras que la mayor parte de las mujeres y los niños son explotados con

fines domésticosF F F

carolina Villacampa EstiartE

Doctora en Derecho por la Universidad de Lleida,

institución en la que es profesora titular de derecho

penal. Es coordinadora del máster oficial

interuniversitario en sistema de justicia penal.

Ha realizado estancias de investigación y

estudios postdoctorales en la Universidad Albert Ludwigs de Freiburg im

Br., Alemania; la Universita di Firenze, en Italia; City University of New York,

en Estados Unidos; y la University of Cambridge,

en Inglaterra.Ha impartido docencia

e intervenido como ponente en congresos y reuniones científicas

en las universidades de Barcelona, Alicante, Jaume

I (Castellón), Autónoma de Madrid, Sevilla,

Cádiz, Islas Baleares, Montreal (Canadá), Parma

(Italia) y SEC (Chile). Es investigadora responsable

de un proyecto I+D del Ministerio de Educación

sobre violencia de género.Es autora de El delito de trata de seres humanos:

una incriminación dictada desde el Derecho

Internacional y La falsedad documental: análisis

jurídico-penal.

colaboración EspEcial

Si se atiende a las formas de trabajo forzo-so contemporáneas, desligadas, cuanto menos de manera inmediata, de estructuras agrarias y de producción fruto del colonialismo, se ob-serva cómo guardan relación directa con la globalización y las tendencias migratorias re-cientes, así como con la delincuencia organi-zada transnacional. Desde esta perspectiva el trabajo forzoso se halla íntimamente relacio-nado con la trata de personas, especialmente con la trata para explotación laboral.

A la referida clase de trata, a diferencia de la que tiene por finalidad la explotación sexual de la víctima, no le corresponde una hegemonía tan evidente de victimización de las mujeres, siendo superior el número de varones victimizados en el caso de que la trata tenga por finalidad la ex-plotación en plantaciones agrícolas, aun cuando continúe siendo mayoritario el número de muje-res y niños esclavizados en el servicio doméstico.

El tipo de actividad que los tratantes pue-den tener como objetivo que desarrollen las víctimas puede ser de lo más variado: las víc-timas se ven constreñidas a desarrollar activi-dades en sectores productivos como el agrícola o el industrial, sin que la situación se halle en modo alguno regulada.

Una forma habitual de explotación laboral consiste en el aprovechamiento de la actividad de las víctimas en plantaciones agrícolas. Este tipo de práctica se halla muy extendida en la zona

oeste y central de África. En concreto, existen dos rutas bien conocidas de trata de niños y adoles-centes en plantaciones agrícolas entre Benin y Gabón y Mali y Costa de Marfil, aunque también existen otros países africanos implicados en este tipo de prácticas, como Ghana, Nigeria, Togo, Camerún, Burkina Faso, Guinea y Níger.

La amplitud que dicho fenómeno alcanzó en algunas regiones africanas, en industrias como la del cacao, fue tal que los productores de varios países africanos llegaron a temer un boicot de los consumidores de tales productos, lo que condujo a la firma del conocido como Protocolo del Cacao en 2005, un sistema de certificación que sirve para reconocer los pro-ductos derivados del cacao manufacturados sin esclavización de personas.

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No es extraño que personas que se encuentran sometidas a

situaciones de trabajo forzoso, uno de los símiles contemporáneos de la vieja esclavitud, hayan sido previamente objeto

de trata de seres humanos

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Sin llegar a las cotas observadas de dicho fe-nómeno en África, Estados Unidos, por ejem-plo, tampoco escapa a la ola de trata para la explotación laboral. En este país han sido des-cubiertos trabajadores mexicanos traficados a plantaciones agrícolas en Florida donde han sido esclavizados –como el conocido caso “Flo-res”-, pero también a Texas, Arizona o Nuevo México, por donde generalmente atraviesan la frontera con ayuda de un “coyote”, quien, una vez que los ha trasladado, los vende, arrienda o explota directamente.

Pero no solamente en América del Norte se producen casos de trata para explotación la-boral, también muchos de los operarios bra-sileños de los hornos de carbón en la selva amazónica han sido víctimas de las redes de trata de seres humanos.

El fenómeno se halla mundialmente exten-dido; otro continente que tampoco escapa a su influjo, pese a ser más conocido por los casos de trata para explotación sexual, es Asia. Aquí la condición de tratados puede predicarse de muchos trabajadores de la industria del ladri-llo en la India o Pakistán, así como en países del Sudeste asiático, o de algunos de los em-

pleados en la industria pesquera en Tailandia.Aunque la trata para explotación sexual es

el fenómeno criminológico que explicó ori-ginariamente las tentativas de la comunidad internacional de luchar contra este fenómeno, cada vez más se constata cómo la trata para ex-plotación laboral constituye la forma de victi-mización más extendida.

Ciertamente, detrás de la aprobación de los primeros instrumentos internacionales para luchar contra la trata de personas se encuentra fundamentalmente el interés de la comunidad internacional por erradicar la trata con fines de explotación sexual, y razones como el carác-ter abominable de los servicios que se fuerza a prestar a las víctimas de este tipo de trata, así como la presión de los sectores abolicionistas y prohibicionistas en materia de prostitución pueden constituir explicaciones plausibles para el mayor interés suscitado por esa clase de trata.

Sin embargo, las estimaciones globales acerca del número de personas tratadas no permiten dudar acerca de que la clase de trata que más víctimas produce es la que tiene por finalidad explotar laboralmente a la víctima.

Así lo ponen de manifiesto las estimaciones efectuadas por la misma OIT en informes de seguimiento de la Declaración relativa a los principios y derechos fundamentales en el tra-bajo, que considera que, del número global de víctimas de trabajo forzoso, 12.3 millones de individuos en todo el mundo, el grupo más nu-meroso es el de los trabajadores forzados con fines de explotación laboral: 7.8 millones de personas; el número de los explotados sexual-mente se estima en 1.39 millones personas.

La referida constatación explica que la tra-ta para explotación laboral integre el concepto internacional de trata contenido en el Protoco-lo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Seres Humanos anexo a la Convención de Naciones Unidas, especialmente de Mujeres y Niños, que complementa la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Orga-nizada Transnacional del año 2000.

Dicho instrumento internacional, con su política “3 P” (prevention, prosecution, protec-tion), ha sido el que ha servido tanto para crear conciencia internacional acerca de la necesi-dad de incriminar este fenómeno, como para armonizar las legislaciones penales nacionales

sobre el particular. Ciertamente, la respuesta penal a conduc-

tas que suponen atentados flagrantes a los de-rechos humanos como el que aquí nos ocupa resulta necesaria; sin embargo, más allá de la incriminación de conductas, tarea que la mayor parte de países de la comunidad internacional han cumplido, a juzgar por el último Traffic-king in Persons Report del Departamento de Estado norteamericano, resulta necesaria una aproximación victimocéntrica, de acompaña-miento a las víctimas con independencia de los avatares sufridos por el correspondiente proce-dimiento penal incoado. Sin esta aproximación más focalizada en las víctimas, que en la perse-cución del delito no se conseguirán reducir los costes humanos que el fenómeno plantea.

En semejante sentido, sin una aproximación holística que no sólo atienda al flanco penal, sino que implique incluso un replanteamiento del actual sistema productivo -que reduzca la demanda de mano de obra barata y la brecha creciente entre el primero y el resto de los mun-dos- probablemente no se consiga una reduc-ción significativa de este tipo de victimización.•

colaboración EspEcial

Sin una aproximación más focalizada en las víctimas que en la persecución del delito no se conseguirá reducir los costes humanos que

el fenómeno plantea

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Por terror entendemos a la suma de nuestros miedos, a ese temor que se ha desbordado y –como un incendio- ya no se puede detener, reduciéndonos a marionetas con los hilos rotos. El terror es el pa-

saporte a nuestro estado más primitivo y de in-defensión absoluta, esa condición animal que considerábamos olvidada, donde una tormenta deja de ser un fenómeno de la naturaleza y se convierte en una señal de infortunio, y la oscu-ridad deja de ser la ausencia de luz para erigirse como el escenario de nuestras pesadillas. En-tonces, y a pesar de todo escepticismo, creemos lo increíble.

Eso es el terror, y Edgar Allan Poe su más grande exponente literario. Nacido en los Es-tados Unidos, Poe tuvo una vida signada por la tragedia, en la que su mente pudo salir a flote (es un decir) gracias a su pasión por la escri-tura, que lo llevó a ser uno de los más grandes cuentistas del mundo. Más allá de lo sobre-natural –que a fin de cuentas siempre es una metáfora–, uno de los aspectos más perturba-dores en la literatura de terror es su posibilidad de mutar de género para convertirse en algo “realista”. Es decir, en algo cercano a nuestra cotidianidad. Cuando el miedo deja de ser fan-tástico, y se percibe como aspecto de la reali-dad, se transforma en terror puro. Más allá de

lo monstruoso está lo humano, lo real, lo que existe dentro de nosotros y nuestro semejantes: la locura, la violencia y el crimen.

Gran parte de la obra de Poe podría resu-mirse en esta triada, generalmente, a través de seres inmersos en sus propios infiernos, como en el caso de El gato negro, El corazón delator, Berenice y demás cuentos, o en el del poema El cuervo. Hay un texto, sin embargo, que si bien nos ofrece un personaje trágico cuyo proceder desencadena una maldición y al terror, se refie-re más bien a lo colectivo, a la triada ya referi-da –locura, violencia y crimen–, pero llevada a cabo por un grupo social. Este relato es La más-cara de la Muerte Roja.

En rEsumEn, la obra trata dE lo siguiEntE:

Un reino ficticio, pero que pudo (y podría) ser cualquiera, es azotado por una peste: "la Muerte Roja”. Su monarca, el Príncipe Próspe-ro, no pierde el sueño por ello; por el contrario, indiferente al dolor de sus gobernados, decide encerrarse con su corte en un castillo, esperan-do a que la catástrofe se resuelva por sí misma. Mientras tanto, disfruta no sólo de la tranqui-lidad de mantenerse incomunicado, sino de

PrínciPes PrósPeros

rogelio flores

negro y profundo como un cuervo. así es el lado oscuro del alma, donde agazapados, descansan nuestros miedos, siempre listos a saltarnos a la yugular. los seres humanos, desde siempre, hemos experimentado una relación extraña con los temores personales más hondos, llegando incluso al culto por ellos. así fue que construimos las diferentes nociones que tenemos del bien y del mal, siendo este último, la abstracción de todo lo que nos resulta una amenaza para

el cuerpo físico. o peor aún, condena para el almaF F F

rogelio flores. Escritor. Cursó estudios

de Ciencias de la Comunicación en la UNAM, de Creación

Literaria en la Escuela de Escritores de la SOGEM (Sociedad

General de Escritores de México), y de Realización

Cinematográfica en la Escuela Internacional de

Cine y Televisión de Cuba (EICTV). Ha colaborado en publicaciones como

Arcana, Cambio y El Semanario. Es coautor de los libros de cuento

Abreletras, Prohibido fumar: cuentos contra la represión, Palabras

Malditas y Códices en el asfalto; y autor de Adiós,

Princesa y Rocanrol Suicida, también de

cuento. Recientemente, ganó el concurso Palabras

Malditas.

visión experta

méxico social • junio 2011 13

todo lujo y placer dignos de su investidura. Afuera la peste arrasa con todo; adentro, los privilegiados viven entregados al hedonismo. Una noche se convoca a un baile de máscaras, y todo transcurre de acuerdo al dispendio y el lujo de un carnaval imperial, hasta que apa-rece un invitado disfrazado de víctima de la peste. Tal irrupción ofende al anfitrión y sus invitados, así que el individuo recibe la orden de revelar su identidad. Al hacerlo, la persona bajo la máscara resulta ser la misma Muerte Roja. Uno a uno, y comenzando por el Prínci-pe próspero, todos los participantes del baile de máscaras mueren horrorizados, bañados en su propia sangre y aislados del mundo exterior.

Resulta interesante observar las reacciones en los personajes. Por un lado, su indiferencia criminal ante el dolor de los desposeídos, con-denados a morir ineludiblemente. Si bien el personaje central, el infame Príncipe Próspero lleva su frivolidad hasta este punto, su causa solamente es posible ante la complicidad de sus cortesanos. Él es el personaje que desen-cadena el cuadro de terror y muerte de la pes-te llegando a los salones imperiales, pero no experimenta este viaje en la soledad, como la mayor parte de los personajes clásicos de Poe; lo hace acompañado. Y con bombos y platillos, por si eso fuera poco.

Por el otro lado, el baile de máscaras

alcanza un punto genial cuando el Príncipe Próspero se considera ofendido por la presen-cia de alguien disfrazado de víctima. Resulta entonces, un príncipe vano e hipócrita disfra-zado de gobernante preocupado. Antes del dis-fraz no siente pesar alguno por las víctimas de la peste, no es sino hasta que ve a la represen-tación de una de ellas interrumpiendo su fies-ta. El disfraz de víctima despierta en él y sus cortesanos una profunda indignación, no así su bacanal, su orgía y su dispendio. Esta doble moral, esta demagogia no resultan poco fami-liares en nuestros días para los lectores de Poe. Como se mencionó en párrafos anteriores, lo terrorífico en una narración como ésta, no está

en lo sobrenatural (la fantasmal Muerte Roja que ha cobrado cuerpo), sino en la posibilidad de que la premisa de la historia (Próspero y sus cortesanos, cerrándole las puertas a la realidad y el dolor de los otros) sea parte de nuestra vida cotidiana.

¿Cuántos rostros podrían anidar bajo el disfraz fantasmal?, ¿la pobreza, la enfer-medad, la miseria, el hambre, el deterioro ambiental, la desigualdad, la inseguridad des-atada por el crimen organizado? Temo decir, no sin terror, que quizá todos. Sería bueno que todos los Príncipes Prósperos se prepararan a desenmascarar su Muerte Roja, y que sea an-tes de que sea demasiado tarde.•

Cuando el miedo deja de ser fantástico, está lo humano, lo real: la locura, la violencia y el crimen

14

Las culturas prehispánicas, po-seedoras originarias del terri-torio que hoy conocemos como México, desarrollaron diver-sas formas de relación con la naturaleza que permitieron la

formación de saberes rituales, productivos, alimenticios, curativos, estéticos, simbólicos, científicos y ambientales, además de la lengua; construcciones culturales que se vieron redu-cidas a habitar espacios menores a partir de la conquista española.

Según Francisco López Bárcenas, eran “poseedores de inmensos espacios en donde desarrollaban su vida social, convivían con la naturaleza y conversaban con sus dioses; pronto fueron contraídos a congregaciones, reducciones y pueblos”. El devenir histórico fue ubicándolos bajo las diversas formas de dominio y gobierno de los no indígenas y, su-bordinados a los poderes económicos y polí-ticos hegemónicos, fueron restringidos en el disfrute de su territorio, lo que obligó a los pueblos indios a generar formas de resistencia cultural y a pugnar por el respeto de sus dere-chos colectivos, entre éstos, los derechos terri-toriales más allá de lo agrario.

A decir del mismo autor, “los derechos

colectivos, lo son porque son derechos que no se pueden ejercer de manera individual, y en-cuentran su fundamento en su condición de pueblos, colectividades distintas al resto de la población, con cuya existencia se da forma a la pluriculturalidad mexicana”; hoy, ante las consecuencias del capitalismo voraz, se torna más urgente la incorporación de los saberes de estas culturas ancestrales para la conser-vación del hábitat y su biodiversidad; los pue-blos indios, aun marginados espacialmente, continúan siendo parte integral del territorio y continúan reclamando sus derechos colecti-vos sobre el mismo.

Desde la perspectiva de los derechos co-lectivos, el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), suscrito y ra-tificado por México, determina en su Artículo Cuarto que “deberán adoptarse las medidas especiales que se precisen para salvaguardar a las personas, las instituciones, los bienes, el trabajo, las culturas y el medio ambiente de los pueblos interesados”. De ahí que cualquier planteamiento, ante la emergencia ambiental que se vive actualmente, debería incorporar el conocimiento, la perspectiva cultural, y la mi-rada de los pueblos indios sobre su territorio, partiendo de para los pueblos indios, más que

TerriToriopor

preservarMaría Cruz

Los pueblos indios, sus mujeres y hombres, cuentan con los derechos y el conocimiento necesarios para decidir sobre sus territorios, sus formas de vida y la permanencia o transformación de sus culturas, por lo que su participación en la toma de decisiones es fundamental para cualquier intervención en sus territorios. Las mujeres deben ser escuchadas y revaloradas como creadoras de círculos virtuosos

entre sociedad y medio ambienteF F F

María Cruz Hernández

es experta en temas de desarrollo. Actualmente

trabaja con ONCA Maya, organización que impulsa

la creación del corredor biológico del Balam.

Es socia de la Organización Kanché A.C., especializada en desarrollo sustentable y organización

comunitaria para el desarrollo del ecoturismo

con perspectiva social.Fue secretaria de

Desarrollo Social del estado de Chiapas y ha desempeñado

múltiples encargos en la Administración Pública

junio 2011 • MéxiCo soCial

visión experta

15

tierra en propiedad, el territorio es la recrea-ción de su ser.

En este marco de relación cultural entre territorio y pueblos indios, entre recursos na-turales y su uso y disfrute por sus dueños ori-ginarios, encontramos que las mujeres tienen una particular relación con los bienes que la naturaleza otorga para la vida, son las encar-gadas de preservar o modificar los patrones culturales para la conservación o el deterioro ambiental; al respecto Joan Martínez Allier plantea que “no es el ecologismo de quienes, teniendo todo, se preocupan por las plantas y animales en peligro de extinción. Se trata de quienes dependen directamente de los recur-sos naturales para sobrevivir”.

Son las mujeres las encargadas de proveer de agua a la familia, del acarreo desde gran-des distancias, porque, aunque disponible en ríos y lagunas en la mayoría de sus territorios, las mujeres indígenas en México no cuentan con agua en sus viviendas. Son las mujeres las encargadas del aprovisionamiento de com-bustible para uso doméstico y la elaboración

de cerámica artesanal; y sobre ellas recae la responsabilidad de la producción agrícola en los traspatios o solares para garantizar el con-sumo alimentario familiar.

Los solares mayas son ejemplos de la per-manencia cultural de estas formas de aprove-chamiento de los recursos naturales; son las mujeres las poseedoras y transmisoras del cono-cimiento sobre la recolección o cultivo y utiliza-ción de plantas medicinales, rituales y tintóreas, por lo que la inclusión de las mujeres indígenas en las políticas y acciones gubernamentales que incidan en el territorio, particularmente las orientadas a la conservación y restauración del medio ambiente, deberá garantizar, la par-ticipación de las mujeres, en congruencia con el convenio 169 que mandata: “los derechos de los pueblos interesados a los recursos naturales existentes en sus tierras deberán protegerse es-pecialmente. Estos derechos comprenden el de esos pueblos participar en la utilización, admi-nistración y conservación de dichos recursos”.

Ninguna acción gubernamental, inter-vención de grupos civiles preocupados por el

desarrollo humano, social y la protección del ambiente, o decisión promovida por los pro-pios pueblos indígenas sin valorar sus propias raíces culturales, tendrá éxito si no parte de la necesidad y obligatoriedad de incorporar las perspectivas de derechos de género, culturales y territoriales.

Las transformaciones en la vida de los pue-blos indios por migraciones; los cambios en las dinámicas de población; los programas guber-namentales ajenos a las necesidades y sentires culturales; la imposición de las prioridades del mercado por encima de las personas y los pue-blos; la falta de acceso a recursos tecnológicos, financieros, productivos, a bienes y servicios que garanticen el cumplimiento de sus dere-chos sociales han modificado y reducido las posibilidades de las mujeres indígenas de inci-dir positivamente en la preservación del patri-monio ambiental y a desarrollar en plenitud y en ejercicio de sus derechos sus vidas y las de sus familias y pueblos.

Durante la COP16 realizada en Cancún, Quintana Roo, a finales de 2010 se estableció

el mecanismo para reducir las emisiones por deforestación y degradación de bosques y para aumentar las reservas de carbono (REDD +), el cual ha sido severamente cuestionado por la Asamblea de Mujeres realizada dentro de la misma COP 16 por considerarse que, además de que no resuelve los problemas climáticos, creará más y mayores amenazas a la sociedad en general, y en particular a las mujeres, entre otras razones expresadas en el documento de Posición Sobre las Mujeres y REDD +, porque:

“La comercialización de la vida y los merca-dos de carbono son incompatibles con la cos-mología indígena y tradicional y una violación de lo sagrado. Las mujeres, como poseedoras de al menos la mitad de todo el conocimiento tradicional, son esenciales para la preserva-ción y práctica viva de este conocimiento”

“Contribuirá a una apropiación global de las comunidades y pueblos indígenas, los go-biernos y empresas de los países industriali-zados solo pagarán por la conservación de los bosques si obtienen a cambio derechos sobre el carbono almacenado en dichos bosques.

MéxiCo soCial • junio 2011

Cualquier planteamiento, ante la emergencia ambiental que se vive actualmente, debería incorporar el conocimiento, la perspectiva

cultural y la mirada de los pueblos indios, partiendo de que para ellos, más que tierra en propiedad, es la recreación de su ser

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Esto tendrá un impacto particular sobre las mujeres ya que sus derechos de propiedad son menos seguros”

“Crean desigualdades e incentivos perver-sos. Las mujeres tienen funciones clave y di-ferenciadas en la conservación y restauración de los bosques. El actual diseño de REDD+ implica que los actores recibirán créditos de carbono por reducir su deforestación. Las mu-jeres son, en general, menos responsables de la deforestación y la degradación de los bosques, por lo cual, según este esquema, serían menos elegibles para recibir créditos de carbono”

Las agendas de este joven siglo, para en-frentar los efectos de la depredación de los

recursos naturales, del cambio climático y la urgente necesidad de generar un verdadero desarrollo sustentable para los pueblos, de-ben partir de la revisión crítica de la actuación de los gobiernos federal, regionales y muni-cipales, así como de las empresas principales emisoras de contaminantes y del diseño de patrones de consumo, así como de los acuer-dos, pactos, marcos normativos vigentes que permiten la construcción de alternativas via-bles en un marco de derechos. La observación permanente sobre los derechos colectivos, te-rritorio, género, DESCA y las visiones locales, seguramente dará como resultado mejores y más viables alternativas.•

junio 2011 • MéxiCo soCial

visión experta

En este marco de relación cultural entre territorio y pueblos indios, entre recursos naturales y su uso y disfrute por sus dueños originarios,

encontramos que las mujeres tienen una particular relación con los bienes que la naturaleza otorga para la vida, y son las encargadas de preservar

o modificar los patrones culturales para la conservación o el deterioro ambiental

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junio 2011 • méxico social3018

cambio climático

EnriquE provEnciojuan maría alpontErobErto cabraljulia carabiasfrancisco pamplonarogElio canizalEsrosalva landa

la nueva frontera

méxico social • junio 2011 3119

Foto: cortesía ExcElsioR / luis Enrique olivares

3020 junio 2011 • méxico social

cambio climático

Las interacciones entre desarrollo social y medio ambiente han esta-do presentes desde hace por lo me-nos cuatro décadas, es decir, desde el inicio de los debates contempo-

ráneos sobre la cuestión ambiental. Si bien en ocasiones se pueden apreciar sesgos que pri-vilegian la preservación de los recursos natu-rales, se han superado las polarizaciones entre conservacionismo y desarrollo, y ha quedado claro que en los hechos existe una relación vir-tuosa entre la protección de los ecosistemas y el bienestar humano.

Una de las innovaciones conceptuales que permiten aclarar dicha relación es el enfoque de los servicios ambientales, que precisa las formas en que las funciones naturales de su-ministro, regulación o soporte se encuentran en la base de los sistemas de vida, que se sos-tienen o degradan afectando los flujos e inter-cambios que son esenciales para la existencia humana. En algunos casos, la afectación de los servicios ambientales es un elemento cla-ve en la explicación de la pobreza, si bien las relaciones entre ésta y los procesos natura-les son complejas y aún están en proceso de dilucidación.

Por su impacto global y de largo alcance, las consecuencias del cambio climático son consideradas uno de los fenómenos ambien-tales y sociales de mayor relevancia. Sus im-plicaciones para el desarrollo han abierto una agenda muy amplia de investigación, y ya se perfilan los costos sociales y económicos que está teniendo. Este debate y sus grandes impli-caciones de política es recurrente en las confe-rencias de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que en noviembre de 2011 se reunirá de nue-vo para precisar los acuerdos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y lo

que es más relevante para México, para orien-tar las acciones de adaptación ante los efectos del cambio climático.

Como ha sido más que evidente en años recientes, los eventos severos relacionados con los cambios atmosféricos y con el ciclo del agua, peligros asociados al cambio climá-tico, están generando afectaciones graves en muchas regiones del país. Las condiciones de pobreza constituyen un agravante de la vulnerabilidad social ante las amenazas del cambio climático y elevan el riesgo en el que se encuentran los sistemas sociales. Esto tiene implicaciones relevantes para la política social, que se encuentra ante el reto de incorporar de forma orgánica la gestión integral del riesgo, y de coordinarse mejor con la política ambiental para considerar la adaptación ante el cambio climático.

Por su relación directa con las condiciones de salud, la calidad del hábitat y otros elemen-tos del desarrollo social, el acceso al agua de buena calidad, y en general la gestión del re-curso hídrico, es uno de los campos más sensi-bles de la vinculación entre el medio ambiente y la cuestión social. La desigual disponibilidad del agua para consumo humano y de los ser-vicios de recolección y tratamiento de aguas residuales, sigue siendo una de las expresiones más sensibles de la iniquidad.

La Organización de las Naciones Unidas adoptó desde hace casi cuatro décadas el 5 de junio como día mundial del medio ambiente y ya es tradición que durante el mes se realicen un gran número de actividades ciudadanas y oficiales para promover la protección de los ecosistemas. Con estas fechas coincide el pre-sente número de México Social, aunque más allá de la efeméride, el tema de las interaccio-nes socio ambientales seguirá siendo materia del debate sobre las políticas públicas. •

materia ambiental,CuestiónsoCialEnRiquE PRovEncio

Fundador del Instituto de Estudios

para la Transición Democrática y profesor

en la especialidad de Economía Ambiental.

Fue presidente del Instituto Nacional de

Ecología.

3121méxico social • junio 2011

Juan maRía alPontE

Comprender a la Ecología en su sentido más radical nos abre a la posibilidad de cimentar un nuevo modelo civilizatorio sustentado en la conciencia de la fragilidad de los equilibrios ambientales, a los cuales, debido a una cultura

de depredación, hemos situado en circunstancias límiteF F F

eCologíaY ConCienCia Civilizatoria*

Foto: Cortesía EXCELSIOR / Pablo Salazar

Profesor Titular de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; escritor y periodista; es autor de más de 35 libros, como “Retrato de una familia babélica” y “Cultura y pensamiento revolucionario en el siglo XX”

22 junio 2011 • méxico social

RElaCión EntRE ECología

y dEsaRRollo EConómiCo y soCial

La ecología para mí es una política de civilización y una práctica de civilidad. Infortunadamente, la política, en su sentido más deshonesto, ha sembrado la ambigüedad en torno de la ecología como ciencia; y la ideología, como falsa conciencia, ha impuesto una batalla que parece acotar a la ecología solamente en un pacifismo ritual y no en una pacifica-ción civilizadora de las conciencias

Lo cierto es que la ecología, que pa-recía una frontera desigual entre la po-lítica como coyuntura y el desarrollo como vocación sistémica y epistémica del cambio, ha terminado por plantear una batalla histórica en la cual es soste-nible, evidente e irremediable el recono-cimiento de que no existe posibilidad de desarrollo sin el proyecto humano de la ecología.

Ello es así porque la pobreza (los 3,200 millones de personas con un ingreso de 2 dólares, y de ellos 1,200 millones con un dólar de ingreso), esa ca-tegoría histórica real, representa la ma-yor amenaza de destrucción del medio ambiente que pesa, sin equívocos, sobre las sociedades contemporáneas.

Dicho de otro modo, y lo he repe-tido hasta la saciedad, la ecología es el eslabón ineludible que permite a una sociedad hablar de desarrollo. Si no se incluye a la ecología en un proyecto de cambio puede hablarse, ciertamente, de crecimiento de las variables estadísti-cas -aumento del PNB o del PIB-; pero el desarrollo tiene otro nivel científico y ético: el desarrollo es el crecimiento de las variables estadísticas más el cambio social y cultural y, en síntesis, el cambio de las matrices mismas de los correlatos económicos.

En suma, la ecología es indisociable, inseparable –sépanlo bien los tecnócra-tas de la macroeconomía- de una reali-dad económica medida en términos de humanización de la existencia. El mayor complejo urbanístico para resolver los problemas de vivienda, si está carente de una visión inteligente del ecosistema, será una Polis-dormitorio, pero no un complejo sustentable y vivible.

El día que los economistas sepan que la construcción de un teorema económi-co pasa, discurre y se expresa en valores ecológicos, ese día y esa sociedad habrán

dado un salto inmenso hacia adelante, porque la ecología no es un adorno social (como algunos político creen al pensar en las azafatas), sino que puede y debe ser un multiplicador cultural de oportu-nidades no idílicas, sino materiales. La ecología no es el materialismo histórico, es la posibilidad material de construir una historia habitable para el hombre.

La ecología, en suma, es un proyecto político y cultural para seres humanos y sus vertientes económicas son inmensas. Corresponden a la posibilidad de civi-lizar una economía bárbara que no ha logrado, en ningún caso, satisfactores ambientales que ofrezcan garantías para una verdadera convivencia.

La civilización, en ese sentido, tampo-co es un adorno retórico: es una premisa fundamental para el desarrollo. El agua y el aire, dos productos vitales que nos pueden faltar en una mañana de éstas, pese a que pensemos en la gente como teoría, son dos torres gemelas bombar-deadas por el terrorismo de una barbarie constructora, pero carente de un equili-brio económico que piense que la econo-mía es para el hombre.

Karl Popper, esa gigantesca cabe-za provocadora, advirtió con extrema humildad que si la economía fuera una ciencia exacta no estaríamos donde esta-mos. Yo añadiría hoy, que estamos pade-ciendo un inmenso dolor de cabeza por

la ingestión de uno o de varios misiles per cápita, producto de una cultura pla-netaria para la guerra.

la ECología Como basE filosófiCa dE una nuEva CivilizaCiónErnst Haeckel –1834-1919- fue un cien-tífico, un biólogo alemán, de cabeza cuadrada con las pasiones del homo de-mens. El equilibrio en Haeckel era difícil porque el homo sapiens y el homo racio-nal querían competir, en él mismo, por la pulsión apasionante de un pensamiento avocado a ir con el evolucionismo, más allá de Darwin. Por eso, Haeckel es un personaje muy complejo y aún sin des-cubrir enteramente.

En 1866 Haeckel, profesor de zoolo-gía en la Universidad de Jena, acuñó la palabra Ecología partiendo de dos des-lumbrantes vocablos griegos: oikos y logos.

Oikos------CasaLogos----- Ciencia, es decir, Ciencia

del HábitatPara Haeckel, que se encontró con

Darwin en 1866, Ecología significaba, con claridad admirable, la relación de una especie viviente, animal o vegetal, con su medio ambiente.

Haeckel era el homo demens de un hombre mesurado y radical, tranquilo

cambio climático

gRandEs ECologistasEn 1866 comenzó un proyecto científico centrado en la Ecología, y per-sonajes como Haeckel, Darwin, Lamark; Linneo y Malthus conformaron el despertar de la materia ecológica en términos humanos

ernst haeckel charles darwin thomas malthus

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Es sostenible, evidente e irremediable el reconocimiento de que no existe

posibilidad de desarrollo sin el proyecto humano de la ecología

24 junio 2011 • méxico social

burgués de una familia de gentes reflexivas que, sin

embargo, se colocaría las bo-tas de mil leguas para recorrer el

mundo. Ese burgués sosegado y exaltan-te, no exaltado, se llamó Charles Darwin. Encendió la cabeza de Federico Engels y la cabeza de Ernst Haeckel con un libro que transformó, para empezar, el siglo XIX. Ese libro se tituló “El Origen de las Especies por Vía de la Selección Natural”.

El libro de Darwin se publicó en 1859, año en que Marx, también viviendo en Londres, publicó en Berlín un tomo ti-tulado “Zur Kritk der Politischen Oeko-nomie” (Contribución a la crítica de la Economía Política, N.E.). Tomo que se convertiría, ocho años después, en “El Capital”.

Engels, lector apasionado, leyó “El Origen de las Especies” de Darwin y ha-bló inmediatamente a Marx del caso, se-ñalándole que el teórico de las ciencias biológicas planteaba una hipótesis a la misma altura desde la biología, que el planteamiento de la lucha de clases en el campo de la sociología económica. La vinculación mecánica entre la selección del más apto para la adaptación al medio ambiente y el conflicto social era incitan-te, pero desde luego, no válida.

El libro de Darwin salió a la calle con 1,250 ejemplares en el mes de noviem-bre de 1859 y para su sorpresa y la de su editor desaparecieron en unos días. La segunda edición de 3,000 ejemplares apareció a principios de 1860. El libro

de Marx se quedó en los escaparates, pero Marx, movilizado por Engels, in-tentó que Darwin prologara “El Capi-tal”. Darwin no quiso. Dijo que bastantes problemas tenía ya con la Iglesia para añadirse nuevas dificultades. Lo intere-sante es el encuentro de los hombres en torno de una nueva idea de la humani-dad pese a los inquisidores.

Más justo sería decir que si el si-glo XIX se divide en dos mitades en-tre el antes y el después del Origen de las Especies –que tocaría el corazón de la primera generación de ecologistas- no menos verdad es añadir que el siglo XVIII, con Carlos Linneo (Carl von Lin-ne 1707-1778) avanzaba la conquista de la vida por la ruta del pensamiento cien-tífico rompiendo la coraza del hombre

legal y el hombre teológico. El botánico sueco, Linneo, autor de la clasificación morfológica de las plantas y de una cla-sificación metódica del mundo animal, abría el camino no sólo a Darwin, sino al párroco llamado Malthus. No se quedó plantada en el camino como alimento de los rumiantes.

Lo cierto es que se puso en marcha, como dimensión dinámica de la ciencia y la vida, un proyecto científico que se iba a centrar en torno de la ecología. Lo im-portante, sobre todo, es que la ecología hizo ecologistas.

En efecto, en 1877, año en que Haec-kel publicó “Antropogénesis o Historia de la Evolución”, Alphonse Forel edita-ba una monografía limnológica, es decir,

ciencia o método para estudiar las aguas estancadas, cerradas, lagos, etcétera. El objetivo de su estudio fue el Lago Lé-man. En 1887, Karl Mobius hacía un tex-to sobre los bancos de ostras, y en 1881 Karl Semper acometía, un año antes de la muerte de Darwin, un proyecto inci-tante: la vida de los animales en sus con-diciones naturales de existencia.

Para colmo, un geólogo austriaco, Eduard Sues, introduciría en el lenguaje, en 1875, por vez primera en una publica-ción científica, la palabra “biósfera” al ha-blar de la génesis de los Alpes. La palabra pasaría a ser una herramienta ecológica formidable (la tierra y la vida), a partir de 1927, cuando el mineralogista ruso Vladimir Ivanovich Vernadski la convir-tió, partiendo de Juan Bautista Lamark

(1744-1829) quien, con Treviranus, orga-nizó la ciencia en torno de un tema fas-cinante: la historia de lo que es común para los animales y vegetales.

A Lamark le debemos una teoría so-bre la evolución de los seres vivientes. Su ideación sobre la influencia del me-dio ambiente sobre el comportamiento y la morfología de los organismos fue un tesoro de posibilidades. Diderot había dicho “la necesidad crea el órgano”. La-mark, al revés, acotaría la frase diciendo “es el uso el que hace nacer el órgano”.

Estábamos, pues, ante el desper-tar de la materia ecológica en términos humanos. De pronto las generaciones se echaban encima de los hombres y apuntaban el paso para asimilar nuevos

cambio climático

25méxico social • junio 2011

conocimientos; era el despertar del cono-cimiento en el cuadro, aún, de los censo-res inclementes encerrados en el “hombre legal” que pueden implicarnos en la irra-cionalidad del hombre ilegítimo.

En efecto, yo situaría, como otros au-tores, que la ecología comenzaría a ser un hecho universal entre dos fechas: 1893 y 1913.

En 1893 Oscar Wilde estrena “El Aba-nico de Lady Windermere”; Tchaikovsky la Sinfonía Número 6 en si menor; Hen-ry Ford producía el primer automóvil –contaminante- y Herman Dresser in-troducía en el mercado la aspirina: el acetilsalicílico.

En efecto, en 1893, un grupo de bo-tánicos norteamericanos se reunían en Madisson, en Wisconsin, teniendo como

bandera el vocablo acuñado –oikos y lo-gos- por Haeckel en 1866. Una genera-ción había pasado y ya estaba en marcha la gran operación, perturbadora, de la ecología como filosofía de la naturaleza viviente.

En 1893, John Burdon Sanderson, según nos dice Jean-Paul Deleage, fue mucho más allá. En su discurso en la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, advertía a los oyentes, admira-dos y sorprendidos, que la ecología tenía el mismo rango que la biología, la fisiolo-gía y la antropología. Palabras mayores.

No es inútil decir que Claude Levi-Strauss bebería en la misma fuente ad-virtiendo, con su clarividencia habitual de sabio, que el antropólogo, él mismo,

es el astrónomo de las ciencias del hom-bre y que el ecologista es el astrónomo de las ciencias de la vida. No es fácil avanzar. Duele el alma ante la resistencia de los hombres cabalgando en los prejuicios.

un bRazo aRmado dE sabEREs nuEvosEn 1913, el año previo al estallido de la barbarie de la I Guerra Mundial –nada menos que 8 millones y medio de muer-tos en los frentes y un millón trescien-tos mil en las ciudades-, el año en que Thomas Mann publicaba “Der Tod in Venedig” -“La Muerte en Venecia”- se descubría la vitamina A –buen negocio- por McCollum y Davis y Max Bodenstein desarrollaba el concepto de las reaccio-

nes químicas en cadena. En ese año en que Geiger inventa un

aparato para mensurar la radiactividad se producía el segundo acontecimiento en la historia del discurso ecológico: la reunión en Londres (12 de abril de 1913) de 50 naturalistas que tomaron una de-cisión sobresaliente: fundar la primera sociedad ecológica del mundo: la British Ecological Society. Como fruto de esa reunión se publicó un texto que pertene-cía al nacimiento de una utopía realiza-ble: el Journal of Ecology.

La Ecología había dejado de ser una frase para convertirse en una ciencia que, además, planteaba un problema de bio-logía social de alcances, en mi opinión, aún no explorados: que la ecología no

sólo era una rama más de la biología, sino un brazo armado de saberes nue-vos que eran impensables sin el matri-monio inexorable entre la ecología y la historia y, por tanto, de la ecología como civilización.

Aristóteles, quien había desenterrado la biología de las poblaciones, que habían enriquecido el idioma de la democracia y la filosofía al pensar en las poblaciones, no podía adivinar que en el siglo XVIII, veintitrés siglos después que él, un párro-co inglés, al frente de una parroquia a la que iba poco, no digo, por ello, que fue-ra sabio, pero sí prudente, llamado Tho-mas Robert Malthus publicaría, en 1798, cinco años después que Robespierre mandara cortar la cabeza de Luis XVI (decisión bien abrupta porque Robes-

pierre sabía que las cabezas no vuelven a crecer de nuevo), pues bien en 1798, el párroco de Surrey publicaba un libro inesperado y alertador: “Ensayo sobre el Principio de la Población”, 396 páginas.

Esas páginas representarían una de las más grandes polémicas ecológicas y, en orden a la biología social de sus días y de nuestro tiempo, una brecha en la me-ditación humana sobre el hambre.

Malthus, hijo de un gentil caballero, amigo de los filósofos y, entre ellos de Rousseau al que compraría su herbola-rio, había enseñado a su hijo, en la prác-tica, la memorable hazaña de convivir con los talentos de su tiempo. Casa aco-gedora que hizo, del párroco de Surrey, el hombre de una bronca interminable que

Fotos: Cortesía EXCELSIOR / Davis Solís, Ernesto Muñiz y Paola Hidalgo

CRonología paRa pEnsaR:

En 1866 Ernst Haeckel inventa el término Ecología

En 1859 Darwin publica “El Origen de las Especies por Vía de la Selección Natural” y Marx el texto “Contribución a la Crítica de la Economía Política”

En 1875 Eduard Sues inventa el término de Biosfera

En 1878 Malthus publica en 1798 el “Ensayo sobre el Principio de la Población”

En 1793 Godwin publica el libro “Investigación sobre la Justicia Política”

En 1913 se crea la primer sociedad ecológica del mundo: la British Ecological Society

ha llegado hasta nuestros días: la pobla-ción, la pobreza, la alimentación, la edu-cación y la miseria social.

Malthus descendía de una antigua y notable familia inglesa. Su bisabuelo, Thomas, fue el farmacéutico honorario del rey Guillermo III. El abuelo, más listo, fue el director de una compañía enorme, la South Sea Company, que le hizo rico. Total que el padre de Malthus se dedicó, como un caballero sin pesa-dumbres, a la buena vida. Por su casa pasarían los grandes rebeldes. Godwin, autor de “Investigación sobre la Justicia Política” (1793) avanzaba ya una idea re-volucionaria para Marx: que la miseria y los vicios sociales son productos de las instituciones humanas. Godwin era muy consciente del problema poblacional y el problema de la alimentación.

El padre de Malthus, don Daniel, per-sonaje feliz, recibía en su casa al filósofo David Hume y a Jean Jacques Rousseau, apasionado por la botánica y a quien el padre de Malthus compró su herbario en 1773. Voltaire y Goethe tuvieron relación, también, con Malthus padre. Era una prodigiosa interpretación de la rebelión volteriana y la poesía goethiana.

El hijo del gentilhombre, Thomas Ro-bert Malthus, fue un brillante estudiante en Cambridge –en el Jesus College- y en 1796 fue nombrado en el Colegio de Je-sús, profesor residente. Era atento, cor-tés, frío, racional. Así llegó a los 30 años (había nacido en 1766 y moriría en 1834) a una parroquia de Albury. Lector apa-sionado de Godwin y de sus ideas sobre la justicia política, Malthus asombró a sus feligreses porque era un reverendo rodeado de libros, tinta y plumas.

Godwin, en 1797, un año antes de la publicación de Malthus sobre la po-blación, publicó un ensayo –“Avaricia y Profusión”- donde, rebelde a las buenas costumbres de clase, predicaba la igual-dad. La evolución de las especies revo-lucionaba las ideas. Antes de Marx los filósofos hablaban del reparto equitativo de la riqueza. Aristóteles había inventa-do la equidad. En el prefacio a la segunda edición del “Ensayo sobre el Principio de Población”, Malthus señala que su traba-jo surgió de una conversación que sostu-vo, con su padre, apasionado de Godwin, sobre la avaricia y la prodigalidad.

Pero, Malthus, mucho más conser-vador, intenta resolver el gran dilema con una crítica: señalará que la igual-dad no resolverá el problema, que sería socializar la miseria cuya única fuente

–añadía- es la superpoblación. Los po-bres crecen demográficamente a una tasa desproporcionada. Marx, que abo-minaría a Malthus y al maltusianismo, le respondería críticamente como su chivo expiatorio, como su capro emissarius. Ya saben ustedes que el plural de capro emissarii es caprones emissarii. No nece-sita traducción.

Malthus, quien publicó en 1798 un libro sin nombre de autor, añadiría más de 300 páginas en ediciones posteriores. Pero el centro dialéctico permanecía. La amenaza del hambre como fin de la hu-manidad de no resolverse el problema poblacional.

Su hipótesis, célebre, gravitaba sobre dos series: la serie poblacional que, se-gún él, crece en progresión geométrica y los alimentos que crecen en progresión aritmética, es decir, la serie geométrica es 1-2-4-8-16-32-64-128-256, y etcétera. Mientras que la serie de las subsistencias o serie aritmética crece 1-2-3-4-5-6-6-8-9 y etcétera. Malthus opinaba (no se engañaría) que la población puede du-plicarse cada 25 años mientras que los alimentos quedarían en el estanque lim-nológico de Alphonse Forel, si me per-miten la ironía. Malthus murió el 29 de diciembre de 1834. El obispo Otter dijo en su tumba: “Una vida tranquila y feliz sostenida por una serena y firme convic-ción sobre la utilidad de sus trabajos”.

Marx entró en escena, en el siglo XIX, señalando que Malthus era un reaccio-nario y que ignoraba un factor decisivo: que la ciencia y la tecnología transforma-rían las fuerzas productivas. La verdad es que el dilema, con las espadas alzadas sobre nuestras cabezas, pende sobre la civilización.

En efecto, la Humanidad llegó a los 1,000 millones de habitantes en 1830 y a 6,211 millones en el año 2002. Todavía la mitad de los pobres del mundo viven en ciudades convertidas en ciudades mi-seria que no pueden hacer frente a una demanda.

En 1999, un bosnio-musulmán fue declarado, por la ONU, el niño 6,000 mi-llones del planeta. De los 370,000 niños diarios que nacen en el mundo, entonces dijo la ONU, 350,000 nacieron en el Ter-cer Mundo. •

* Se reproduce esta conferencia con autorización del autor, por la actualidad de su contenido. Fue dictada para la SEMARNAT, en marzo de 2003.

26 junio 2011 • méxico social

cambio climático

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generación de inveStigacioneS

eStudioS en materia de deSarrollo Social

Protección de loS derechoS humanoS

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abril 2011 • méxico social3030 junio 2011 • méxico social

Julia carabias

El modelo de desarrollo vigente implica agotar nuestros recursos, pues el planeta no tiene la capacidad biofísica para mantener este ritmo de consumo; esto nos exige asumir que sólo a través de una visión integral de servicios ambientales podrá garantizarse la sustentabilidad del planeta. Ya hemos destruido el 35% de los manglares; en 30 años se ha extinguido el 30% de las especies vertebradas y se han deforestado 30 millones de hectáreas. Sin

duda esa no es la ruta por la que podemos continuarF F F

UNA PROPUESTA PARA LA POLÍTICA

AMBIENTAL

cambio climático

Profesora e investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Ha sido Secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca y Presidenta del Instituto Nacional de Ecología

Foto: Cortesía EXCElSiOr / David Solís

méxico social • abril 2011 3131méxico social • junio 2011

Han pasado casi cinco lustros desde que la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo de la ONU -mejor conocida como

la Comisión Brundtland- acuñó en su in-forme “Nuestro Futuro Común”, elabo-rado en 1987, el concepto de “desarrollo sustentable” como aquél que “satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las genera-ciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”; y han pasado también casi dos décadas desde que dicho concepto fue adoptado en la Conferencia de las Na-ciones Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo, llevada a cabo en Río de Ja-neiro en 1992 (CNUMAD, 1992).

Durante este periodo, y en buena medida gracias a las orientaciones del desarrollo sustentable, se han logrado importantes avances en el ámbito glo-bal y local. El desarrollo sustentable es un referente en prácticamente todas las naciones y se han establecido acuerdos multilaterales en materia de cambio cli-mático, biodiversidad, degradación de la tierra, protección de la capa de ozono, manejo de residuos peligrosos, cuidado de los bosques, entre otros. En el ámbito local, las naciones han desarrollado po-líticas, creado instituciones, promulgado leyes, fortalecido capacidades humanas, y han generado múltiples instrumentos de gestión para avanzar en la construc-ción del desarrollo sustentable.

Sin menospreciar estos avances, es ne-cesario reconocer las diversas limitantes que han dificultado la implementación de este concepto para lograr un cambio en el bienestar social y una relación ar-mónica entre la sociedad y la naturaleza. Los acuerdos multilaterales tienen alcan-ces desiguales -por lo general las metas y compromisos son laxos y ambiguos- y las

políticas nacionales hacia el desarrollo sustentable se ven frenadas por contro-versias de intereses opuestos.

Si bien el desarrollo sustentable im-plica la conjunción de tres pilares - el económico, el social y el ambiental-, en la práctica se ha reducido a una de sus dimensiones: la ambiental. Los enfoques económico y social no se han integrado correctamente en la implementación del concepto. Desde la perspectiva económi-ca, a pesar de los intentos para ampliar la visión, sigue imperando el paradigma del crecimiento económico.

Los países desarrollados han alcanza-do niveles de bienestar sin precedente y los llamados países en vías de desarrollo o economías emergentes siguen el mis-mo patrón de producción económica. Sin embargo, está ampliamente documenta-do que el planeta Tierra no tiene la capa-cidad biofísica para soportar la demanda creciente de energía, agua, alimentos y materias primas con los patrones de consumo y producción actuales, ni con las tendencias de deterioro ambiental, las cuales han agravado las condiciones globales de bienestar social (Millennium Ecosystem Assessment, 2005; WWF, 2010; PNUMA, 2010).

Los precarios avances en el desarrollo humano también quedan demostrados en la evaluación realizada por Naciones Unidas a los diez años de establecido el compromiso de los países con los Objeti-vos del Milenio. La evaluación no es alen-tadora: las metas de 2010 están lejos de cumplirse y las tendencias muestran que para 2015 no se alcanzarán la mayoría de las que faltan.

El desarrollo y bienestar social se lo-gran mediante procesos en los que in-teractúan las dimensiones económicas, sociales y ambientales, pero la forma de entenderlos y abordarlos no es mediante el análisis separado de cada una de estas

ODM, MEtaS cuantitativaSLa evaluación sobre el cumplimiento de las Metas del Milenio es desalentadora: las metas de 2010 quedaron lejos de cumplirse y las tendencias muestran que para 2015 no se alcanzarán las que faltan

1) Erradicar la pobreza extrema y el hambre

2) Lograr la enseñanza primaria universal

3) Promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer

4) Reducir la mortalidad infantil

5) Mejorar la salud materna

6) Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades

7) Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente

8) Fomentar una alianza mundial para el desarrollo

Entre las metas cuantitativas se pueden mencionar las siguientes:

• Reducir a la mitad el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día, que viven en pobreza extrema y que padecen hambre

• Reducir en dos terceras partes la mortalidad de los niños menores de 5 años y, en tres cuartas partes, la mortalidad materna

• Proveer educación primaria universal

• Reducir a la mitad el porcentaje de personas sin acceso sostenible a agua potable y a servicios básicos de saneamiento

Fuente: Millennium Ecosystem Assessment, 2005

Está ampliamente documentado que el planeta Tierra no tiene la capacidad

biofísica para soportar la demanda creciente de energía, agua, alimentos y

materias primas con los patrones de consumo y producción actuales

DEtEriOrO aMbiEntal

Desde las décadas de los sesenta y setenta han disminuido altos porcentajes de poblaciones de especies vertebradas, millones de hectáreas de selvas tropicales se han deforestado y la demanda humana de recursos naturales se incrementó a más del doble

• Las poblaciones de especies de vertebrados disminuyeron cerca de 30% entre 1979 y 2007; en el trópico esta cifra llega a 50% en el caso de los terrestres, a 60% en los marinos y a 70% en los de agua dulce

• Entre el año 2000 y 2010 se deforestaron anualmente 13 millones de hectáreas, la mayor parte en las selvas tropicales

• 70% de los stocks pesqueros marinos comerciales están amenazados

• 71 países sufren actualmente algún estrés sobre las fuentes de agua dulce y se espera que en 2025 cerca de dos terceras partes de la población mundial vivirá en zonas con estrés hídrico de moderado a grave

• La demanda humana de recursos sobre la biosfera ha aumentando en más del doble entre 1961 y 20007

• Aproximadamente 20% de los arrecifes de coral se han perdido y 20% adicionales están degradados

• Cerca de 35% de los manglares se destruyeron

Fuente: PNUMA, 2010; WWF, 2010

32 junio 2011 • méxico social

cambio climático

variables, y las soluciones no pueden construirse mediante la simple suma de acciones en cada frente.

Se trata de procesos en los que las tres dimensiones actúan de manera in-tegrada y generan sinergias positivas o negativas, según el caso, que deben ser comprendidas y atendidas de conjunto. No obstante, el sistema político, tanto en el ámbito nacional como en el global se encuentra fragmentado, impidiendo la acción integrada para consolidar el trán-sito hacia el desarrollo sustentable.

No cabe duda de que el crecimiento económico es indispensable para la ge-neración de empleos y la reducción de la pobreza. Sin embargo, no basta por sí mismo, y debe estar acompañado de políticas de equidad y de prevención del agotamiento de la base natural de desa-rrollo. El predominio del crecimiento económico sobre las demás dimensiones del desarrollo sustentable ha provocado la interferencia de la humanidad, con niveles sin precedentes, en los sistemas biológicos, físicos y químicos, generando impactos que no habían sido concebidos anteriormente, como es el caso del cam-bio climático.

Por lo tanto, la sustentabilidad debe entenderse como una condición que im-pide que en las relaciones entre la socie-dad y la naturaleza se excedan los límites que imponen las características intrín-secas del funcionamiento de la natura-leza. Este tema no ha logrado permear ni en la cultura de la sociedad ni en la construcción de políticas públicas ni en los fundamentos de los acuerdos multi-laterales; más aún, en muchos sectores existe un rechazo explícito sobre la con-sideración de límites naturales, bajo el argumento de que la tecnología supera dichos límites.

Este argumento es una falacia; la tec-nología sólo transforma la materia y la

energía, no las genera. Los recursos na-turales son stocks finitos y los renovables dejan de serlo cuando se excede su capa-cidad natural de reposición. La interven-ción de la tecnología en estos procesos, necesaria como parte del crecimiento económico, tiene invariablemente efec-tos colaterales, los cuales, cuando no se consideran, evalúan y controlan, se con-vierten en impactos que a la larga, no sólo dañan el medio ambiente, sino que afectan el desarrollo económico y social.

Es en ello en donde radica uno de los principales impedimentos que en-frenta el desarrollo sustentable: la falta de entendimiento y aceptación de los límites naturales de la producción y del consumo.

En contrapartida, es precisamente el concepto de servicios ecosistémicos o servicios ambientales -el cual reciente-mente empieza a tener presencia en ám-bitos más allá de los académicos- el que puede contribuir a articular las distintas dimensiones del desarrollo sustentable.

¿Qué SOn lOS SErviciOS aMbiEntalES OEcOSiStéMicOS?El conjunto de procesos que rigen el fun-cionamiento de los ecosistemas son: la productividad primaria y secundaria, la velocidad y patrón de movimiento de la materia y la energía, la estructura trófica, la tasa de descomposición, la eficiencia ecológica, la biomasa en pie y las especies que los componen (Valverde et al, 2005). La forma en que cada uno se expresa de-pende del tipo de ecosistema.

Las sociedades humanas se benefician de estos procesos, directa o indirecta-mente. Algunos de ellos satisfacen ne-cesidades vinculadas directamente con la alimentación, vivienda o salud; otros menos tangibles proporcionan oxígeno,

La interferencia humana en los procesos naturales, necesaria para impulsar

el bienestar social, no puede rebasar los límites que se requieren para

mantener la armonía del funcionamiento natural del ecosistema

agua limpia y suelo fértil, polinizan los cultivos, regulan los ciclos hidrológicos, mantienen el equilibrio de gases en la at-mósfera que determina el clima regional, o bien proporcionan bienestar espiritual o cultural, como los espacios de recrea-ción, la belleza escénica, los elementos

naturales religiosos, entre muchos otros. Según su tipo, los servicios ambien-

tales se clasifican en servicios de aprovi-sionamiento o suministro, de regulación, culturales y de soporte (Millennium Ecosystem Assessment, 2005). Una característica de estos servicios es que

interactúan entre sí porque son parte del funcionamiento integral del ecosistema, es decir, dependen en la misma medida unos de otros. Por lo cual, si queremos contar con ellos de forma permanente, es condición sine qua non mantener las funciones de los ecosistemas en armonía.

méxico social • abril 2011 3133méxico social • junio 2011

rEcurSOS nEgaDOS

Millones de personas padecen desnutrición y más de mil millones no tienen agua potable y carecen de servicios sanitarios. La mitad de la población urbana de África, Asia, América Latina y el Caribe sufre de alguna enfermedad asociada a la calidad del agua y al saneamiento

Fuente: Millennium Ecosystem Assessment, 2005

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más de mil millones de personas en estado de pobreza dependen directamente de los bosques para sobrevivir

EcOnOMía, SErviciOS

aMbiEntalES Y biEnEStar SOcial

La interferencia humana en los proce-sos naturales, necesaria para impulsar el bienestar social, no puede rebasar los límites que se requieren para mantener la armonía del funcionamiento natu-ral del ecosistema. Cuando ello ocurre, se agotan los recursos, se extinguen las especies, cambia el clima, se degrada el suelo y se contamina el agua, impactan-do directamente en la producción de ali-mentos y la salud pública, provocando inundaciones, deslaves y erosión de los suelos; en síntesis, se frena el desarrollo y se deteriora el bienestar social.

Debe comprenderse que la transfor-mación de un ecosistema para obtener un beneficio -como la tala de un bosque para producir cultivos agropecuarios- implica una transacción. Por un lado se obtienen algunos beneficios -la produc-ción de alimentos-, pero a su vez se ge-neran impactos negativos; por ejemplo, la filtración de agua, la reducción en la producción de oxígeno o captura de car-bono, pérdida de materias primas, entre otros. El cálculo de estas transacciones no se ha llevado a cabo, y si se hiciera adecuadamente, los resultados serían desfavorables.

Tradicionalmente la economía no ha sido capaz de valorar los servicios am-bientales, más allá de la estimación de los costos de las materias primas que cir-culan en los mercados.

Debemos asumir que apenas se han implementado algunos instrumentos como “el que contamina paga”, el pago diferenciado de agua y energía según el consumo, el cobro de derechos por descargas de aguas residuales, la certi-ficación de productos orgánicos o sus-tentables, o, más reciente, la creación de mercados de carbono o de pago por servicios ambientales hidrológicos y de biodiversidad. Este conjunto de instru-mentos son aún incipientes y no han lo-grado cambiar los patrones de consumo y producción basados en los recursos na-turales (Álvarez Icaza, P., C. Muñoz Piña et al. 2008).

Por otro lado, la medición del desa-rrollo económico sigue siendo a través del Producto Interno Bruto, el cual no re-porta ni permite calcular los costos am-bientales. Un país puede tener un fuerte crecimiento económico sin reflejar el

costo de la degradación de su capital na-tural, lo cual impedirá, tarde o temprano, que se mantenga dicho crecimiento.

En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) desa-rrolló un indicador que incorporó en las cuentas nacionales, y que identifica el impacto que tiene en el Producto In-terno Bruto, el agotamiento y deterio-ro de los recursos naturales, a lo que se llama el Producto Interno Neto Eco-lógico (PINE); pero este indicador no influye aún en la toma de decisiones ni en la construcción de la política pública. Hay una gran resistencia a incorporar la

dimensión de la sustentabilidad ambien-tal en las decisiones macroeconómicas y presupuestales (Provencio, 2007).

El tema se complica aún más en la medida en que los ecosistemas naturales -los que generan los servicios ambienta-les- se encuentran en terrenos cuya pro-piedad, por lo general, no pertenece a la nación sino que ha sido concesionada a terceros. Los dueños de la tierra -en su mayoría campesinos e indígenas- al no contar con opciones productivas rentables a partir de sus ecosistemas naturales, cambian el uso del suelo para la obtención de ingresos o para la

34 junio 2011 • méxico social

> la degradación del capital natural de cada país impedirá, tarde o temprano, su crecimiento económico

cambio climático

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35méxico social • junio 2011

producción de sus alimentos. La falta de valoración de los servicios

ambientales, y particularmente, la falta de retribución económica para los due-ños de la tierra por conservarlos o para detonar alternativas productivas susten-tables, incrementa el deterioro ambien-tal y reproduce la pobreza.

La acción pública no ha logrado iden-tificar ni establecer los mecanismos institucionales que garanticen una ade-cuada valorización de la biodiversidad y sus servicios ambientales; en ese sentido, la economía y los mercados tienen mu-cho que desarrollar todavía, conceptual-mente y de manera práctica.

Los gobiernos y la sociedad han sido más reactivos que proactivos ante estos problemas y, por lo general, las solucio-nes se plantean desde una perspectiva fragmentada y sectorial. Sin embargo, aun cuando es evidente que las solucio-nes rebasan el ámbito de una disciplina y que los enfoques deben incluir la dimen-sión social, económica y ambiental, se carece de una visión integral, lo cual tie-ne que ver no sólo con el diseño segmen-tado de las políticas, sino con la manera de generar el conocimiento.

pErSpEctivaSLos escenarios futuros no son alenta-dores. Se estima que la demanda de ali-mentos crecerá entre el 70 y el 85% y la

de agua entre 30 y 85%; la seguridad alimentaria no se alcanzará y la desnu-trición no se erradicará para 2050; la pérdida del hábitat y otros cambios en los ecosistemas declinarán la biodiversi-dad de especies nativas locales; y la so-breexplotación de recursos naturales, las especies invasivas, la contaminación y el cambio climático incrementarán las ta-sas de extinción de especies (Millennium Ecosystem Assessment, 2005).

Para asegurar que los servicios am-bientales se mantengan y contribuyan a la reducción de la pobreza y generar equidad social se requieren modifica-ciones radicales. Se deben cambiar las políticas de población (incluyendo cre-cimiento, distribución y migración); construir arreglos institucionales y de go-bernanza adecuados, con transparencia y rendición de cuentas y participación de los grupos sociales más vulnerables; mo-dificar los patrones de consumo y de pro-ducción; corregir las fallas de mercado y desarrollar instrumentos que valoren la biodiversidad; desacoplar el crecimien-to económico del consumo de materias primas, agua y energía; generar cono-cimiento y desarrollar tecnologías ami-gables con el medio ambiente y hacerlas accesibles; modificar la actitud social y construir una nueva cultura de la rela-ción sociedad-naturaleza. Sólo así podrá construirse el desarrollo sustentable. •

rEfErEnciaSi. Álvarez Icaza, P., C. Muñoz

Piña et al. 2008. Instrumen-tos territoriales y económicos que favorecen la conserva-ción y el uso sustentable de la biodiversidad, en Capital natural de México, vol. III: Políticas públicas y perspec-tivas de sustentabilidad. Co-nabio, México, pp. 220-258.

ii. CNUMAD, 1992. Declara-ción de Río de Janeiro sobre medio Ambiente y Desa-rrollo.

iii. Comisión Mundial del Me-dio Ambiente y del Desarro-llo, 1988. Nuestro Futuro Común. Alianza Editorial, Madrid.

iv. Millennium Ecosystem As-sessment. 2005. Ecosystem and human well-being. Is-landress, Washington, D.C.

v. PNUMA, 2010. Perspectiva Global de la Biodiversidad (GBO3). Programa de na-ciones Unidas para el Medio Ambiente. Nairobi.

vi. Provencio, E. 2007. Pro-puestas para la mejor integración económico am-biental, en Sustentabilidad y desarrollo ambiental Calva, J.L. coord. Agenda para el Desarrollo, vol.XIV. UNAM – M.A. Porrúa – Cámara de Diputados.

vii. Valverde, T. et al, 2005. Ecología y Medio Ambien-te. Pearson Educación, Méxi-co, pp. 240

viii. WWF, 2010. Planeta Vi-vo. World Wildlife Fund.

SErviciOS EcOSiStéMicOSLos servicios ecosistémicos o ambientales pueden contribuir a articular las distintas dimensiones del desarrollo sustentable. La forma en que cada uno se expresa depende del tipo de ecosistema

TiPo de Servicio ejemPlo

Servicio de aprovisionamiento o suministro

Servicios de regulación

Servicios culturales

Servicios de soporte

Alimentos, agua pura, madera, leña, combustibles, fibras, bioquímicos, recursos genéticos

Servicios climáticos, control de enfermedades, regulación y purificación del agua, polinización

Enriquecimiento espiritual y religioso, recreación y ecoturismo, belleza escénica, educativo

Formación del suelo, ciclo de nutrientes, producción primaria

Fuente: Millennium Ecosystem Assessment, 2005

abril 2011 • méxico social3036 junio 2011 • méxico social

EL LÍMITE DEL CRECIMIENTO

> Desde la perspectiva de la economía, el cambio climático es la mayor falla de mercado registrada en la historia.

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Director General Adjunto de Financiamiento Estratégico de la SEMARNAT. Es Licenciado en Economía por la UNAM

cambio climático

En los últimos

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incrEmEntó En .8°c

En El siglo XXi

2°C aumentará

la tEmpEratura dE la tiErra

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50% reducción

En la Emisión dE gasEs dE EFEcto

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méxico social • abril 2011 3137méxico social • junio 2011

RobeRto cabRal y bowling

El proceso de calentamiento global es irreversible. la cuestión es qué estamos dispuestos a hacer para mitigar sus efectos y evitar una catástrofe planetaria. se espera que este siglo la temperatura de la tierra se incremente en 2 º c y que se pierda hasta un 4% del consumo global. En méxico la pérdida puede ser de hasta el 7%, lo que nos obliga a repensar y replantear

nuestro modelo de desarrolloF F F

El cambio climático no es un asunto nuevo en los análi-sis de las consecuencias de la industrialización sobre el medio ambiente y los recursos naturales, y tam-

poco en los foros multilaterales donde se negocian compromisos y alternativas de actuación y cooperación. Sin embargo, sólo hasta mediados de la década pasada el tema adquirió gran relevancia.

Todavía a finales del siglo pasado la mayoría de las alertas sobre los impac-tos del cambo climático en las condicio-nes de vida y desarrollo de la humanidad eran moderadas y la atención de los gobier-nos insuficiente. La mitiga-ción comprometida para el quinquenio 2008-2012 por los países en desarrollo y de economías en transición, contenida en el Anexo I del Protocolo de Kioto, en ese momento se consideró satis-factoria, a pesar de ser sólo el 5.2% de sus emisiones de 1990. Estados Unidos incluso se negó a firmar el anexo de referencia .

E l p o s i c i o n a m i e n -to creciente del tema está relacionado con los resultados de la in-vestigación científica de las dos últimas décadas sobre el calentamiento global y las variaciones climáticas. Hoy se cuenta con mejor información de la magnitud de las emisiones de Gases de Efecto In-vernadero (GEI); y de sus efectos en los cambios en los climas por regiones y en ecosistemas, recursos y especies; se tiene un mejor conocimiento de sus probables impactos en el bienestar y el desarro-llo, pero también se han experimentado con mayor frecuencia y magnitud even-tos meteorológicos extremos en todo el

mundo, y se padece ya la reducción de la disponibilidad de agua, destrucción de bosques por incendios y extinción de es-pecies, pérdida de productividad agrope-cuaria y de pesquerías, especialmente en algunas regiones de África, del Sudeste Asiático y América Latina.

El cambio climático ya es reconocido como una gran amenaza para el bienes-tar presente y futuro de la humanidad y desde la perspectiva de la economía, es la mayor falla de mercado registrada en la historia.

Como lo ha demostrado el Panel In-

tergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en su Cuarto Informe presentado en 2007, en doscientos años la tempera-tura media de la tierra se ha incremen-tado cerca de 0.8°C en relación con los registros promedio entre 1750 y 1850, pero aproximadamente el 50% de ese in-cremento se produjo durante la segunda mitad del Siglo XX.

El umbral de 2° centígrados de in-cremento de la temperatura media para finales del presente siglo, es la fron-tera de referencia en la gran mayoría de los estudios y en las negociaciones

internacionales, debido a que se consi-dera que los efectos de un calentamiento global de esa magnitud aún podrían ser razonablemente manejables para la hu-manidad, y porque difícilmente se podrá ya evitar un calentamiento global menor a ese nivel.

Pero una meta, alcanzable, de frenar el crecimiento de las emisiones totales e iniciar antes del 2020 una trayectoria internacional de reducciones que estabi-lice los GEI en torno a 450 - 550 ppm, para hacer viable el objetivo de un calen-tamiento global no mayor a los 2°C, con

los países industrializados y las economías emergentes a la cabeza, enfrenta muchos obstáculos, políticos, tecno-lógicos, financieros y, particu-larmente, económicos.

Desde la perspectiva de la economía, en 2006 Nicho-las Stern publicó el “Informe Stern”, el primer estudio de la economía del cambio cli-mático para todo el planeta que incluyó el agravamiento de los fenómenos meteoro-lógicos extremos y el cálculo del valor de la riqueza que no tiene una expresión moneta-ria, en el cual, a través del en-

foque de incertidumbre y riesgo, y con la elaboración y utilización de múltiples modelos de análisis de comportamientos probables y tendencias, estimó el costo del impacto del cambio climático sobre la economía mundial.

De acuerdo con el Informe Stern, para una tasa de descuento de 4%, si no se alteran las tendencias de las emisio-nes de GEI mundiales, la pérdida de ni-vel de consumo mundial puede ser entre el 5 y el 20% cada año hacia el final del siglo, dependiendo de si se estiman sólo los costos monetarios de las pérdidas de

De acuerdo con el Informe Stern, para una tasa de descuento de

4%, si no se alteran las tendencias de las emisiones

de GEi mundiales, la pérdida de nivel de consumo mundial puede

ser de entre el 5 y el 20% cada año hacia el final del siglo

productividad por esca-sez de agua, efectos en la

incidencia de enfermedades de transmisión por vectores y

los costos de los eventos meteorológicos extremos, o si se reconoce que con toda probabilidad los eventos extremos serán más intensos y más frecuentes y se agre-gan, además, los impactos en la riqueza y los recursos naturales y ecosistemas que no tienen una expresión monetaria pero cuya pérdida, sin duda, representa-rá un costo para la humanidad, como la biodiversidad.

Los efectos serán, además, asimétri-cos entre regiones, países y grupos socia-les, siendo los países en desarrollo y los grupos sociales en condiciones de pobre-za, los que habrán de enfrentar mayores pérdidas y daños.

Por el contrario, si se pretende evitar que las concentraciones de GEI vayan más allá de un rango entre 450 y 550 ppm, para tener una certidumbre con probabilidad del 50% de que la tempera-tura media no aumente más de los 2°C, los costos de la transformación energéti-ca y de uso del suelo no serán superiores al 2% del PIB mundial cada año. Pero ello requerirá que los países industria-lizados reduzcan sus emisiones hacia mediados de siglo en un 80% de la mag-nitud alcanzada en 2000, y que los paí-ses emergentes y en desarrollo lo hagan por lo menos en un 40 o 50%.

La conclusión fundamental es que los costos de la inacción serán definiti-vamente mayores que los costos de un esfuerzo internacional de mitigación li-derado por los países industrializados, las economías en transición y las econo-mías emergentes.

Para conocer mejor los impactos po-sibles del cambio climático para el bien-estar de las generaciones presentes y futuras también en México, y siguiendo el ejemplo del trabajo de Stern, se realizó un estudio con el mismo objetivo. En la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente el 5 de junio de 2009, el Se-cretario de Hacienda y Crédito Público presentó el estudio “La Economía del Cambio Climático en México” coordi-nado por SHCP y SEMARNAT, y reali-zado por la Facultad de Economía de la UNAM bajo la conducción de Luis Mi-guel Galindo .

En él se demuestra, en forma por de-más similar a las conclusiones que para todo el planeta obtuvo Nicholas Stern, que el calentamiento global puede

significar para México una pérdida anual del 7% del PIB hacia finales del Siglo XXI, considerando una tasa de descuen-to del 4%, si la temperatura media del planeta se desarrolla en una trayectoria promediada con los principales escena-rios climáticos del IPCC, con probabili-dades superiores al 50%; mientras que una mitigación que reduzca las emisio-nes de México en 50% hacia el año 2050, puede significar un costo no mayor al 2% anual del PIB.

Las mayores pérdidas por incremen-to en la temperatura se concentrarán en el sector agrícola, particularmente en la producción de granos básicos de los es-

tados del norte y noroeste del país, que puede llegar hasta los 2 puntos porcen-tuales del ingreso, seguida de los costos por reducción en la disponibilidad de agua, con una magnitud muy similar.

Aun cuando es necesario conocer más sobre los probables efectos del cambio climático sobre los diferentes grupos so-ciales del país, los más vulnerables y ex-puestos a los fenómenos meteorológicos extremos, a la destrucción y agotamiento de los recursos naturales y a la reducción de la productividad y producción agro-pecuaria, serán los grupos marginados de las zonas rurales con mayor exposi-ción al riesgo.

La conclusión es obvia, México debe participar activamente en un esfuerzo internacional de mitigación para redu-cir sustancialmente la magnitud de sus emisiones que en 2007 llegaron a poco más de 470 millones de toneladas. Con ese fundamento se sustenta la meta pro-puesta por el gobierno de reducir las emisiones del hacia el año 2050 en 50%, en relación con las emisiones del año 2000, si se cuenta con apoyo financiero internacional.

Como se observa en los resultados de la investigación referida para México, para entrar en un esfuerzo sustancial de mitigación no bastarán mecanismos de

mercado. La demanda de energéticos y combustibles, actividades que generan cerca del 30% de las emisiones totales, no se reducirá sustancialmente con po-líticas de incrementos de precios de los hidrocarburos y de la energía eléctrica ni reduciendo los subsidios.

Además, para alcanzar objetivos de desarrollo económico y social, es nece-sario incrementar cada año la oferta de energía, al igual que se requiere aumen-tar la producción de alimentos, la plan-ta productiva y la infraestructura. Para México, al igual que para todos los países en desarrollo, la prioridad está en pro-mover un crecimiento económico que

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cambio climático

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contribuya a la reducción de la pobreza y las desigualdades regionales y sociales.

Las alternativas de eficiencia ener-gética y ahorro de energía, así como las políticas y programas para promover un uso eficiente y sustentable de los re-cursos forestales son muy importantes, pero para ser eficaces deberán ser parte de una estrategia nacional de reformas sustanciales de las políticas económicas que modifiquen patrones de consumo, promuevan la inclusión social y reduz-can las profundas desigualdades sociales y regionales que tanto afectan al desarro-llo armónico nacional.

A raíz de la crisis financiera y eco-

nómica de 2008, se ha desarrollado un debate internacional en torno a la orientación que debe darse a la recupe-ración económica mundial y a lo que se ha querido definir como un nuevo para-digma de crecimiento económico para el siglo XXI, en buena medida influido por las alertas de la economía del cambio climático.

Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) han promovido la adopción de una estrategia de recuperación económica sustentada en un “crecimiento verde”, una iniciati-va que acentúa la oportunidad de dirigir las políticas de recuperación económica

a través incentivos, instrumentos y gasto público hacia inversiones en proyectos e infraestructura basadas en nuevas tecno-logías para mitigar las emisiones de GEI hacia una economía de bajo carbono.

Sin embargo, las políticas e instru-mentos propuestos tanto en los enfoques del crecimiento verde como de econo-mía verde que están en debate, parecen insuficientes frente a la magnitud de las transformaciones requeridas.

Más allá de la recuperación del cre-cimiento económico, no sólo para en-frentar los retos del cambio climático, sino también para transitar hacia nue-vos patrones de producción y consumo

con la velocidad y profundidad que se requieren para evitar la pérdida presen-te y futura de ingreso y riqueza, como lo demuestran los estudios de Stern y de Galindo, es necesario rediseñar las po-líticas económicas y para el desarrollo, con reformas de las instituciones del Es-tado, para transitar hacia un desarrollo sustentable que frene la degradación y destrucción de la base natural del desa-rrollo, fundado en los derechos sociales fundamentales, incluido el derecho de las generaciones presentes y futuras a un medio ambiente no sólo sano, sino tam-bién capaz de sustentar la producción de bienes y servicios básicos para todos.•

39méxico social • junio 2011

las políticas e instrumentos

propuestos tanto en los enfoques del crecimiento verde, como de economía verde

que están en debate parecen insuficientes frente a la magnitud de las transformaciones

requeridas

rEFErEnciasi. Banco Mundial. World De-velopment Report 2010. Deve-lopment and Climate Change. 2011. ii. UNFCCC. Protocolo de Kio-to, en www.unfccc.org iii. W. Nordhaus. A Review of The Stern Review on The Eco-nomics of Climate Change, Journal of Economic Literatu-re, Vol. XLV (September 2007), pp. 268-702.iV. Nicolas Stern. El Informe Stern: la verdad del cambio cli-mático. Paidós, 2007V. http://www.ipcc.ch/publica-tions_and_data/ar4/wg1/en/contents.htmlVi. W. Nordhaus. Managing the global commons. Cambrid-ge, 1994Vii. Stern, Nicholas (2006). The Stern Review report on The economics of Climate Change. Cambridge University PressViii. http://www.se-marnat.gob.mx/informacionambiental/publi-caciones/Publicaciones/Sinte-sis2009cambioclimatico.pdf

abril 2011 • méxico social3040 junio 2011 • méxico social

cambio climático

Profesor-Investigador del Posgrado en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Autónoma de México

Rutas PaRa El Diagnóstico Fo

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irezPobreza Y medio ambiente

méxico social • abril 2011 3141méxico social • junio 2011

Francisco PamPlona

La conflictividad del mundo actual deviene en crisis de las interpretaciones, de las cuales sólo vale esperar variación en las prognosis y, de forma dispersa, una visión desestructurada y heterogénea del mundo, como la que se tiene de la pobreza y el medio ambiente. Ante esto, es preciso elaborar un diagnóstico que permita entender la complejidad de las relaciones entre

pobreza y medio ambiente F F F

En su libro “La justicia es conflicto” , Stuart Hamp-shire ha subrayado el ca-rácter inacabado de la lucha política y el papel productivo, positivo, del

conflicto entre partes que han aprendido las reglas de la convivencia democrática: dialogar, en la escucha de la otra parte, con la finalidad de llegar a una decisión sustantiva, incluso en el desacuerdo, en la siempre posible derrota de una de las partes. Más allá, ese diálogo va en contra de toda unanimidad de principio, en con-tra de todo valor que intente imponerse como moralmente superior, por encima de cualquier otro.

La democracia es convivencia con-flictiva, atravesada por valores en com-petencia en torno a temas sustantivos, en aquellos que de forma irremediable son parte del pluriverso en el que nos toca vivir como época y destino. Eludir lo anterior sólo serviría como pretexto a la inmovilidad política, a la parsimonia en los juicios sobre las salidas de la situación prevaleciente. Al facilismo de la técnica como argucia para hacer muy poco en re-lación a lo que se necesita hacer, habida cuenta la magnitud de los problemas que existen en el mundo, problemas de todo orden: políticos, económicos, sociales, ambientales.

Un enfoqUe de reqUisitos mínimosLas relaciones entre pobreza y medio ambiente, relaciones empíricas, están sujetas también a interpretaciones dis-crepantes y a prognosis divergentes; lo anterior depende en gran medida de las apuestas teóricas, de los enfoques polí-ticos, de la idea de realización práctica en juego. De manera sintética, podemos

acordar que dichas relaciones tienen cuando menos cuatro dimensiones:

Dimensión teórica. En la que es ne-cesario distinguir tanto las concepciones sobre los términos de la relación, además de los métodos y técnicas para estable-cerla y de manera estricta, los supuestos bajo los cuales se pretende establecer esa relación. Los modelos determinis-tas deben dejar paso a aquellos que en-faticen de manera explícita una forma “estocástica”.

Dimensión empírica. Llamar la aten-ción de manera privilegiada sobre el carácter territorial de ambos términos y por tanto la ubicación de tiempo y lu-gar de los fenómenos bajo estudio; el Triángulo de Nijkamp es una manera

modelística de explicar esta dimensión. Dimensión política. En la que es ne-

cesario reiterar el aspecto decisional de la lucha política y la heterogeneidad ideológica de los actores. Eludir estos aspectos impide concebir salidas a polé-micas y situaciones con apariencia irre-soluble; el requisito, difícil de cumplir cuando la cultura política es incipiente o servil a intereses, es dejar a un lado la idea de que la posición intermedia es la mejor pues para ambos términos, pobre-za y ambiente, sólo cierta radicalidad o audacia permite avanzar.

Dimensión jurídica-normativa. No sólo las leyes del Estado, en esta di-mensión, se deben contemplar de ma-nera clara, la formación incremental de

Cuando el estómago ladra, la boca no dice nada.

En la miseria, poca es la letra

Del hambre sólo sabemos lo dicho con la panza llena: bien poco es en consecuencia.Hans magnus enzensberger

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42 junio 2011 • méxico social

derecho sustantivo por parte de actores emergen-

tes. La idea de que la inno-vación jurídica, el reformismo

necesario para avanzar es obra com-pleta de la iniciativa estatal, no sólo es obsoleta, sino representa un obstáculo ideológico al surgimiento de iniciativas sociales. El diálogo democrático debe in-corporar en su ámbito completo a los ac-tores sociales emergentes; una decisión sobre temas sustantivos ha dejado de ser monopolio del Estado.

LíneAs pArA Un diAgnóstico Estas dimensiones -de una lista que po-dría ser mayor- son las que de forma no reemplazable permiten entender la com-plejidad de las relaciones entre pobreza y medio ambiente y, por tanto, deslindar en los estudios concretos todo aquello que queda fuera, pero sin ignorarlo. Los diagnósticos por tema son necesarios y, por su índole, extensos; las líneas para entender lo importante de ellos se expo-nen en seguida.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CO-NEVAL) dio a conocer en 2008 la meto-dología para la medición de la pobreza multidimensional, así como los resulta-dos de aplicar esa metodología . El diag-nóstico que puede derivarse de los datos presentados es claro: cuando se incluyen algunos logros sociales, la observación de la pobreza se modifica y se enriquece, más allá de que existan discrepancias de fondo con el método empleado y con los indicadores elegidos. De tal forma, los re-sultados de la medición son contunden-tes: en 2008 la proporción de personas en situación de pobreza multidimen-sional era de 44.2%, poco más de 47 millones, de las cuales casi 36 millones estaban en situación de pobreza multi-dimensional moderada y el resto en po-breza extrema (poco más de 11 millones).

Si bien estos datos son plausibles, también son controversiales, ya que la imagen minimalista presentada con la medición de pobreza habitual por el mé-todo de ingresos (pobres extremos ali-mentarios) había arrojado para ese año una cifra de 19.5 millones de personas en esa situación; además, se supo que hubo incrementos en todas las líneas de po-breza con respecto de la medición ante-rior, construida en el año 2006.

Así las cosas, más allá de que para el

especialista quede claro que los métodos para obtener uno y otro tipo de pobrezas (la multidimensional y la de ingresos) no sean comparables obstaculiza, incluso para el especialista, expresar con claridad el tipo de decisiones que se deben tomar en el combate a una y otra; la posibilidad de interpretaciones se incrementa y se de-valúa el discurso institucional al tratar de traducirlo al lenguaje de políticas públicas, no digamos ya al discurso periodístico.

Por otra parte, la imagen territorial de la pobreza multidimensional es aún característica de la imposibilidad de ex-presarla en unidades geográficas más acordes con la necesidad de interven-ción gubernamental, mínimamente en municipios.

Se tienen entonces dos imágenes ofi-ciales de la pobreza (además de aquéllas de los estudiosos del tema, quienes utili-zan métodos diferentes y a veces fuentes

> la contaminación es aún, y en gran magnitud y escala, muy superior a la tolerable

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diferentes) y una forma de intervención pública a través de acciones resumidas en un programa social gubernamental . Se podría incluso sospechar que las di-mensiones de la pobreza multidimensio-nal y sus indicadores están adaptadas a las acciones del programa, pues es sen-cillo, por ejemplo, expresar los avances del programa con respecto a los servicios de salud (la cobertura del llamado “segu-ro popular”, acción del programa), o los de rezago educativo, etcétera. Sobre lo que trato de llamar la atención es a que la persistencia de desacuerdos sobre as-pectos sustantivos en la construcción de un diagnóstico sobre la pobreza en Méxi-co puede contribuir a sostener el acuer-do político necesario de cómo llevar a la práctica un tipo de política pública que satisfaga en términos más ambiciosos a los adversarios ideológicos.

Lo anterior es válido también cuan-do se reflexiona sobre los diagnósti-cos relativos al medio ambiente. Las

discrepancias son conocidas entre al-gunas versiones de la academia y los informes gubernamentales. En tiem-pos recientes, debido al incremento de la importancia pública internacional que se le ha dado al cambio climático, los diagnósticos tienden a estructurarse discursivamente alrededor de este tema. Discursivamente, pues es posible que la relación del cambio climático con otros temas igualmente “enredados” no sea tan fácil de establecer.

En cuanto a la relación entre pobreza y medio ambiente, las temáticas siguen siendo las que desde hace décadas se presentan como relevantes: la disponi-bilidad de agua para el consumo huma-no, la contaminación en áreas urbanas y la deforestación en áreas con población vulnerable y en situación carencial. La propia tematización es interesante para la reflexión aquí presentada: cada uno de estos tema/problema es materia y moti-vo de disputa política, de interés para

grupos sociales cuya praxis desborda una apreciación sobre la legitimidad de las acciones gubernamentales.

Sería ocioso insistir, en el marco de la brevedad de este artículo, en el diagnós-tico ambiental extenso; baste subrayar que los indicadores sugieren un deterio-ro mantenido de los sistemas forestales debido a la tala inmoderada y a la pro-gresión de la deforestación en áreas de importancia comunitaria y ejidal. Este fenómeno se da en paralelo al crecimien-to de las áreas bajo protección del Estado y de las entidades y municipios; este in-cremento de las Áreas Naturales Prote-gidas, a su vez, exhibe las discrepancias entre propietarios, usuarios de los recur-sos naturales de esas áreas y las determi-naciones gubernamentales para decretar las protecciones. Sin duda, la riqueza na-tural protegida por los decretos, más allá de su efectividad, será motivo de nuevas presiones en el futuro.

En cuanto al agua para el consumo humano, como se sabe, es motivo de graves discrepancias entre el gobierno, los usuarios y los activistas sociales. Por una parte, el gobierno continúa con el esquema de privatización de los servicios municipales de agua potable y mantiene abastecido contra todo el sistema de rie-go privado; por otro lado, los usuarios de las grandes concentraciones urbanas pa-decen ya de carencias muy marcadas en periodos alternados, aunque hay zonas del territorio en las que las carencias son constantes (como la delegación de Izta-palapa en el Distrito Federal), con un in-cremento en las presiones sociales para que los gobiernos resuelvan la escasez.

La contaminación en áreas urbanas al aire, suelo y agua es aún, y en gran magni-tud de escala, muy superior a la tolerable. Las medidas son, por supuesto, margi-nales con respecto de los problemas, por ejemplo, no es posible desde un realismo obvio impedir el crecimiento del par-que vehicular de las ciudades medias y

la persistencia de desacuerdos sobre aspectos sustantivos en la construcción de un diagnóstico sobre la pobreza en México puede contribuir a detener el acuerdo político necesario de cómo llevar a la práctica un tipo de política pública que satisfaga en términos más

ambiciosos a los adversarios ideológicos

> los sistemas forestales del país presentan un deterioro sostenido debido a la tala inmoderada

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44 junio 2011 • méxico social

grandes, pues se vulneraría la libertad de las personas

(otro ejemplo sería la separa-ción de la basura, acción que bajo

coercitividad de la acción, al menos para mí, de querer favorecer a las empresas privadas que hacen un gran negocio con el manejo de los deshechos), y muy pocos intentan subvertir este estado de cosas.

Un nUevo Agente sociALEn un texto de 1989 Félix Guattari ex-presó de manera contundente la nece-sidad de estudiar como un fenómeno conjunto lo que denominó las “tres eco-logías”: medio ambiente, relaciones so-ciales y subjetividad humana, “ecosofía”, denominó a esta disciplina necesaria; apelaba a la comprensión profunda de que las transformaciones sociales son reacias a praxis políticas y sociales par-ciales o parcializantes; retomó de una forma más avanzada las viejas proble-matizaciones alrededor de la “conciencia ecológica”, del debate sobre el reformis-mo político y la de la militancia social.

El “agenciamiento” en la era del

Capitalismo Mundial Integrado (como solía llamar a nuestra época) supone una subjetividad diferente que lleve a una praxis innovadora, en pos no del con-sumo desmesurado en un contexto de pobreza global, sino a la realización de nuevas valorizaciones.

La política gradualista es importan-te cuando no hay nada más que exigir a los detentadores del poder político y económico (cada vez más entrelaza-dos), pero se convierte en cómplice del

estancamiento e incluso del retroceso de lo logrado, cuando hay exigencias de cambio a lo existente por todos conoci-das y sentidas. La búsqueda de la justicia sustantiva, aquí, de un mundo sin nece-sidades perentorias sin cubrir y de un medio ambiente propicio al desarrollo de nuestra humanidad, se habrá de expre-sar conflictivamente, el debate es sobre una medida superior a la que se propone desde una visión de lo social como si tra-tara de un contrato entre particulares.•

cambio climático

las relaciones entre pobreza y medio ambiente, relaciones empíricas, están sujetas

también a interpretaciones discrepantes y a prognosis divergentes; lo anterior depende en gran medida de las apuestas teóricas, de los enfoques políticos, de la idea de realización

práctica en juego

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> "ecosofía", una disciplina necesaria

Centro de Estudios e investigación

en Desarrollo y asistencia Social, a.C.

La gestión del agua tiene como principal objetivo di-señar las acciones públicas y privadas que permitan disponer del recurso hídri-co en cantidad suficiente y

calidad adecuada para equilibrar su uso entre las actividades productivas y el con-sumo humano en la sociedad, salvaguar-dando a la vez los servicios de soporte vital de los ecosistemas; en su dimensión social, la gestión del agua busca garanti-zar que este recurso natural esté disponi-ble en cantidad y calidad para mantener la higiene y la salud de las personas, con la premisa de que constituye el elemento principal que preserva la vida humana.

En este sentido, las acciones que se estiman más adecuadas para cumplir con el propósito social de la gestión del agua son las de garantizar el abasteci-miento de agua potable a la población en general y proporcionar los servicios de saneamiento de aguas residuales.

Durante la Cumbre Mundial sobre

Desarrollo Social de 1995 celebrada en Copenhague, Dinamarca, 134 países participantes reconocieron que el de-sarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente son componentes interdependientes del de-sarrollo sostenible que se fortalecen mu-tuamente , lo cual constituye el marco de los esfuerzos encaminados a lograr una mejor calidad de vida para todas las per-sonas (UN, Informe de la Cumbre Mun-dial sobre Desarrollo Social, 1995).

En concreto, un desarrollo social equitativo que permita a los pobres uti-lizar de modo responsable y permanente los recursos ambientales es el fundamen-to necesario del desarrollo sostenible; por su parte, para alcanzar y mantener el desarrollo social, es necesario un cre-cimiento económico de amplia base y uniforme.

En este contexto, el recurso agua toma gran relevancia como componente fundamental de las tres esferas del desa-rrollo sostenible: la económica, la social

abril 2011 • méxico social3046 junio 2011 • méxico social

Rogelio canizales PéRez

El agua es un componente fundamental de la economía, la protección del ambiente y el desarrollo social; sin embargo, la competencia de usos por el recurso hídrico se agudiza ante los actuales problemas de disponibilidad y contaminación de las fuentes de suministro. De continuar la tendencia actual, Naciones Unidas estima que el mundo no cumplirá con la meta de disminuir en un 50% la cantidad de gente sin acceso a instalaciones sanitarias básicas

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CONDICIÓN DEUN FUTURO POSIBLE

gesTiÓn Del agUa

cambio climáTico

Subgerente de Estudios Económicos en la Comisión Nacional del Agua y profesor adjunto en la Especialización en Economía Ambiental y Ecológica de la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Economía, UNAM

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Notas: CEI: Comunidad de Estados Independientes; Promedio para Asia occidental, Oriental, meridional y sudeste asiático.Fuente: ONU, Objetivos de Desarrollo del Milenio, 2010

META SIN CUMPLIRLa meta sobre el uso de una fuente

mejorada de agua se ha incumplido en las regiones en vías de desarrollo

20081990

méxico social • abril 2011 3147méxico social • junio 2011

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y la protección al ambiente, configuran-do con ello la competencia de usos por el agua, que se agudiza por los actuales problemas de disponibilidad y contami-nación de las fuentes de suministro del recurso hídrico.

La década de los noventa estuvo mar-cada por la realización de grandes con-ferencias y cumbres de Naciones Unidas en temas de la cuestión social ; como parte del esfuerzo internacional para lle-var más allá del papel a los compromisos alcanzados durante ese periodo, en sep-tiembre del año 2000 los estados miem-bros de las Naciones Unidas acordaron cumplir una serie de objetivos sujetos a metas, conocidos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuyo

vencimiento del plazo está fijado para el año 2015.

La visión que impulsa esta inicia-tiva, establecida en la Declaración del Milenio, da prioridad a las personas en los procesos de desarrollo social y eco-nómico, y al mismo tiempo busca que los recursos naturales se aprovechen de manera responsable y se conserven para las futuras generaciones. Por ello, y reco-nociendo el papel que juega el agua en la esfera social, las acciones de abaste-cimiento de agua potable y saneamien-to de las aguas residuales se encuentran contenidas como meta en la consecución de los ODM , y son aquéllas que refle-jan de manera práctica la relación entre agua y desarrollo social.

AvANcEs EN los objEtivos DE DEsArrollo DEl MilENio Según el informe 2010 de Naciones Unidas sobre el avance de los ODM, “es posible que el mundo alcance, o inclu-so supere, la meta sobre agua potable en 2015”. Sin embargo, regiones como Oceanía y el África Subsahariana presen-tan importantes rezagos en la materia. Para 2008, la región de países desarro-llados, América Latina y el Caribe, así como en promedio toda Asia , ya alcan-zaron la meta en este rubro; los avan-ces más notables se registraron en Asia Oriental, donde el acceso al agua pota-ble mejoró casi un 30% en el período de 1990 a 2008.

Es importante mencionar que en to-das las regiones los avances se realizaron principalmente en las zonas rurales, las cuales representan las áreas de oportu-nidad para extender la cobertura de agua potable. En el caso de las regiones en vías de desarrollo en su conjunto, el acceso al agua potable en las áreas urbanas, que en 2008 era del 94%, prácticamente no ha cambiado desde 1990. Al mismo tiempo, el acceso al agua potable en zonas rura-les aumentó del 60% en 1990, al 76% en 2008, con lo cual se redujo la brecha entre las áreas rurales y las urbanas. Sin embar-go, en todo el mundo, 8 de cada 10 per-sonas que todavía no tienen acceso a una

DATOS “A SECAS”Hay enormes brechas en el acceso al agua

entubada. La gráfica muestra las diferencias de cobertura entre los municipios de mayor

y menor Índice de Desarrollo Humano en México

Nota: 125 municipios de mayor y 125 de menor IDH. Incluye las viviendas en las cuales se acarrea el agua

de otra vivienda o llave pública. Fuente: Principales Resultados del Censo de Población

y Vivienda 2010. INEGI.

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el impacto del calentamiento global en la relación entre el ciclo hidrológico y el desarrollo

social trazará diversas correspondencias causales entre sus componentes, difíciles de

identificar y, por lo tanto, de controlar

Menor IDHEstados UnidosMexicanos

Mayor IDH

48 junio 2011 • méxico social

fuente mejorada de agua potable viven en áreas rura-

les (Naciones Unidas, 2010).En el caso de México, los da-

tos del Censo de Población y Vivienda de 2010 muestran que la cobertura de agua potable en las viviendas del país alcanzó el nivel de 91.5%. Sin embargo, persiste la brecha entre los municipios de mayor y menor Índice de Desarrollo Humano (IDH). Mientras que el 97.1% de las vi-viendas de los 125 municipios con mayor IDH disponen de agua entubada, sólo el 63.3% de las viviendas con el menor IDH cuentan con este servicio (INEGI, 2010).

En contraste con estos avances, de continuar la tendencia actual, Naciones Unidas estima que el mundo no cumpli-rá con la meta de disminuir en un 50% la cantidad de gente sin acceso a instalacio-nes sanitarias básicas.

La mayoría de los avances en servi-cios sanitarios se produjeron en la parte sudeste de Asia, mientras que Oceanía presenta un retroceso. En el período de 1990 a 2008, la cobertura de servicios sanitarios de todas las regiones en vías de

desarrollo aumentó once puntos porcen-tuales, mientras que el porcentaje de la población que defeca en espacios abier-tos pasó de 32% a 21%. Es un hecho que una de las prácticas más peligrosa para la salud humana es la defecación en espa-cios abiertos, pues es una actividad que causa la transmisión de enfermedades fecal-oral, que puede ser letal para los niños (Naciones Unidas, 2010). Aún fal-ta mucho por hacer en la materia, pero resulta alentador que esta práctica haya declinado en todas las regiones en vías de desarrollo.

En nuestro país , los datos del Censo de Población y Vivienda realizado du-rante 2010 muestran que la cobertura del servicio de drenaje se ha ampliado en los últimos 20 años, ya que la propor-ción de viviendas particulares que dispo-nen del mismo creció de 63.6% a 90.3%. Los municipios con mayor IDH tienen un porcentaje superior al nacional de

cambio climáTico

Es muy probable que el cambio climático profundice la sobreexplotación de acuíferos y la disminución en el cauce

de los cuerpos de agua superficiales, disminuyendo con ello la producción de alimentos y la disponibilidad de agua para la población

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septentrional

1990-2008Asia

Occidental

1990-2008AméricaLatina

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1990-2008Oceanía

1990-2008Regionesen vías dedesarrollo

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MAGROS AVANCESHasta 2008, persistían en el mundo altos porcentajes de instalaciones sin mejoras,

compartidas y de defecación en espacios abiertos

Nota: Los datos de América Latina, el Caribe y Oceanía no son suficientes como para proveer una estimación regional representativa del porcentaje de la población que usa instalaciones sanitarias compartidas.

Fuente: Tomada de Naciones Unidas (2010). Objetivos de Desarrollo del Milenio. Informe 2010. pp. 60.

Instalaciones mejoradas Instalaciones compartidas Instalaciones sin mejoras Defecación en espacios abiertos

> Disminuir la contaminación de las fuentes de suministro de agua es un factor clave en la gestión de este recurso

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49méxico social • junio 2011

rEfErENciAs

i. Comisión Nacional del Agua (2010). Estadísticas del Agua en México. Edición 2010. Secreta-ría de Medio Ambiente y Recur-sos Naturales.

ii. Constitución Política de los Es-tados Unidos Mexicanos.

iii. Instituto Nacional de Estadís-tica y Geografía (2010). Prin-cipales Resultados del Censo de Población y Vivienda 2010. Mé-xico.

iv. Naciones Unidas (1995). In-forme de la Cumbre Mun-dial sobre Desarrollo Social. A/CONF.166/9.

v. Naciones Unidas (2000). Nue-vas iniciativas en pro del desa-rrollo social. A/RES/S-24/2.

vi. Naciones Unidas (2010). Ob-jetivos de desarrollo del Milenio. Informe 2010. Nueva York.

vii. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambien-te (2007). Perspectivas del Me-dio Ambiente Mundial GEO-4. DEW/0964/NA.

viviendas con disponibilidad de drena-je, 97.7%. Por otro lado, los municipios con menor IDH presentan un 38.7% de viviendas que cuentan con este servicio (INEGI, 2010).

NUEvos rEtos DE lA gEstióN DEl AgUA EN lA AgENDA DEl DEsArrollo Durante las últimas dos décadas, el tema del desarrollo social se ha filtrado en to-das las esferas de acción de las políticas públicas a nivel internacional. Cada país ha implementado con recursos propios y apoyos internacionales las acciones en-caminadas a atender las 12 áreas sociales que, de acuerdo con Naciones Unidas, son temas selectos del desarrollo social . Se observa que la relación entre el agua y el desarrollo social se ha concentrado principalmente en temas de salud, me-diante la realización de acciones para que más personas tengan acceso a los servicios de inmunización, el agua pota-ble y el saneamiento, logrando así diver-sos adelantos relacionados con la salud .

Sin embargo, es importante consi-derar que el impacto del calentamiento global en la relación entre el ciclo hidro-lógico y el desarrollo social trazará diver-sas correspondencias causales entre sus componentes, difíciles de identificar y, por lo tanto, controlar.

Cada vez existe mayor aceptación de la necesidad para implementar enfoques de gestión basados en los ecosistemas que respondan a las necesidades socia-les y económicas de contar con recursos hídricos sostenibles. Hasta hace cuatro años, la opinión de los expertos era muy optimista, ya que consideraban que era posible conseguir los objetivos de desa-rrollo social y económicos por medio de respuestas como la gestión integrada de los recursos hídricos (IWRM), de forma que se proporcionaran al planeta ecosis-temas acuáticos sostenibles para cum-plir con las necesidades de los recursos hídricos de generaciones futuras (GEO4, 2007).

Sin embargo, las alteraciones del

medio ambiente, económicas y sociales que se estima ocurrirían en los peores escenarios del cambio climático conlle-van a la necesidad de plantear una nue-va relación entre la gestión del agua y el desarrollo social, donde, además de cuantificarse dicha relación a través de la salud de las personas, vía acceso al agua potable y al saneamiento, también se incluyan los temas relacionados con los desastres naturales causados por eventos hidrometeorológicos extremos que deri-van en pérdidas materiales en la mayoría de las ocasiones, reduciendo los bienes económicos de las personas e impactan-do sus capacidades sociales.

También es muy probable que el cam-bio climático profundice la sobreexplota-ción de acuíferos y la disminución en el cauce de los cuerpos de agua superficia-les, disminuyendo con ello la producción de alimentos y la disponibilidad de agua para la población (GEO4, 2007, pp. 18), dando como resultado una afectación en el resto de los temas selectos del desarro-llo social.•

A nivel mundial, 8 de cada 10 personas que todavía no tienen acceso a una fuente mejorada de agua potable viven en áreas rurales (Naciones

Unidas, 2010)

97.7 90.3

38.7

0

20

40

60

80

100

Nota: 125 municipios de mayor y 125 de menor IDH.Fuente: Principales Resultados del Censo de Población

y Vivienda 2010. INEGI.

CASAS SIN DRENAJEEn la cobertura de servicios de drenaje, la diferencia entre municipios con mayor y menor IDH se incrementa: los de mayor bienestar tienen una cobertura de 97.7%,

mientras que sólo el 38.7% de los de menor IDH lo tienen

Menor IDHEstados UnidosMexicanos

Mayor IDH

En México la variabilidad climática se asocia con eventos que dejan impor-tantes impactos socioeco-nómicos y ambientales que podrían verse exacerbados

por el calentamiento global. “El Niño” explica buena parte de la variabilidad cli-mática, y se relaciona con la ocurrencia de sequías severas en verano en el norte del país; o con lluvias intensas de invierno en el noroeste. Si los efectos de este fenóme-no climático se incrementan, habrá ma-yor exposición a eventos de desastre, a no ser que se ajusten prácticas sociales que incrementan la vulnerabilidad.

En nuestro país cerca de 22 millones de personas están expuestas a los impac-tos negativos de huracanes, lluvias inten-sas y sequías; un alto porcentaje de esta población en riesgo vive –además- en con-diciones de pobreza. Cerca de 8 millones de personas están expuestas a los efectos adversos de huracanes, aproximadamen-te 6 millones a lluvias intensas y más de 8

millones pueden sufrir daños por sequías; cerca del 80% de esta población vive bajo condiciones de alta y muy alta margina-ción. El enfrentar de mejor manera los cambios en el clima y construir capaci-dades de adaptación al cambio climático depende de las decisiones que se tomen desde ahora en los ámbitos tecnológico, social, económico y ambiental.

Vulnerabilidad y desastres naturales Los eventos hidrometeorológicos, es de-cir, los que están relacionados con los

cambios en la atmósfera y con el ciclo del agua, tales como las lluvias, los huracanes y las sequías meteorológicas, son procesos naturales del sistema climático. Cuando se presentan de manera severa constitu-yen amenazas o peligros que pueden ser factores desencadenantes de un desastre.

Los “desastres naturales” no tienen nada de natural y sólo son un reflejo de lo que los humanos hacemos o dejamos de hacer –en este caso- para enfrentar los impactos de la variabilidad climática natural; son una expresión de los altos niveles de riesgo de los sistemas sociales. Indudablemente, los eventos naturales

abril 2011 • méxico social3050 junio 2011 • méxico social

RosalVa laNDa

los eventos hidrometeorológicos extremos dañan los bienes y la integridad física de las personas, en una compleja cadena de impactos que afectan a todas las dimensiones del desarrollo humano. el cambio climático global provoca la intensificación de la variabilidad climática natural, por lo que la preparación de la sociedad frente a condiciones extremas del clima es un elemento determinante de la vulnerabilidad de los países en el futuro

F F F

ciudades vulnerables

ameNazas Del clima

En nuestro país cerca de 22 millones de personas están expuestas a los impactos

negativos de huracanes, lluvias intensas y sequías

cambio climático

Asesora ambiental de organismos internacionales e instituciones Públicas. Doctora en Ciencias Biológicas, especialista en Ecología, sustentabilidad y análisis socioambiental

tienen importante incidencia en el de-sastre, sobre todo si son de gran intensi-dad y magnitud, pero sus efectos tienen que ver más con la condición de vulne-rabilidad, que con el fenómeno mismo.

Bajo condiciones de cambio climáti-co es de esperar que los huracanes y los episodios como “El Niño”, aumenten en intensidad y frecuencia en México y en la región de América Latina y el Caribe.

La Vulnerabilidad se construye social-mente, no es una condición natural, por eso es que a partir de decisiones y accio-nes humanas es posible disminuirla. La vulnerabilidad es la probabilidad de que

una comunidad expuesta a una amenaza pueda sufrir daños humanos y materia-les; depende del grado de fragilidad de algunos de sus elementos, por ejemplo:

• Infraestructura (transporte, eléc-trica, hidráulica y para el manejo de desechos)

• Vivienda (ubicación y seguridad de los sitios, equipamiento, resistencia o factibilidad para reconstrucción)

• Prácticas productivas con diferentes niveles de riesgo

• Grado de organización ante las amenazas, antes durante y después (co-mités de vigilancia para el agua, contra

incendios o de protección civil)• Sistemas de alerta y condiciones

de información a la población (en caso de huracanes, inundaciones, sismos, incendios)

• Desarrollo y coordinación entre las instituciones que atienden emergencias de eventos extremos del clima

De este modo, la vulnerabilidad no está determinada sólo por ocurrencia de fenó-menos peligrosos, sino por la forma en que las sociedades se han desarrollado, se or-ganizan y se preparan para enfrentarlos, así como la manera en que se recuperan de ellos. La vulnerabilidad es una condición

Aguascalientes, Baja California,

Durango y Sinaloa

Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango,

Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas

Aguascalientes, Chihuahua y Sonora

Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León

y Sonora

Baja California Sur y Nuevo León

Baja California Sur y Tamaulipas

Chiapas, Tabasco y Veracruz

Campeche, Veracruz y Yucatán

Chiapas, Quintana Roo, Tabasco

y Veracruz

Campeche, Chiapas, Tabasco,

Quintana Roo, Veracruz y Yucatán

Chiapas

Tabasco y Yucatán

Jalisco, Michoacán, Nayarit, Guerrero

y Oaxaca

Colima, Jalisco, Michoacán y Oaxaca

Guerrero

Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán,

Nayarit y Oaxaca

Guerrero, Jalisco y Oaxaca

Distrito Federal

Estado de México, Guanajuato, Hidalgo,

Morelos, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y

Zacatecas

Distrito Federal

Estado de México, Guanajuato, Puebla,

San Luis Potosí, Tlaxcala y Zacatecas

Estado de México, Puebla y San Luis

Potosí

méxico social • abril 2011 3151méxico social • junio 2011

Fuente: INE, 2009. http://www.ine.gob.mx/cclimatico/edo_sector/estados/estados.html

inundaciones

Sequía meteorológica

olas de calor

olas de frío y heladas

Eventos extremos de precipitación

Huracanes

incendios forestales

aumento del nivel del mar

desafíos HidroMeteorolÓGiCosEl siguiente cuadro expresa la relación de eventos peligrosos para cada región y entidad federativa del país

Evento / Zona norte Centro Costa del Pacífico Sureste

52 junio 2011 • méxico social

El riesgo de un desastre está determinado por la concurrencia de factores de exposición y vulnerabilidad, todos ellos de índole social y por ende

susceptibles de modificarse mediante políticas públicas, en un sentido de mitigación

previa que se manifiesta durante el desastre, cuando

no se ha invertido suficiente en prevención y se ha aceptado un ni-

vel de riesgo demasiado alto. Una condición que hace altamente

vulnerable a la sociedad ante los cambios en el clima es la pobreza, ya que:

• La pobreza patrimonial de algu-nos grupos los obliga a establecerse en lugares de mayor exposición a eventos peligrosos (barrancas, terrenos con pen-diente o márgenes de ríos)

• La infraestructura de sectores con menos posibilidades económicas suele ser de mala calidad

• La cobertura de servicios en áreas marginadas es insuficiente o inexisten-te; de contar con los servicios adecuados se podrían aminorar algunos impactos

• La economía de familias con bajos niveles de ingreso se desestabiliza más por los daños derivados de un desastre

• En ocasiones los cinturones de po-breza en periferias urbanas están po-blados por grupos de edad altamente vulnerables

• La población expuesta a condicio-nes de riesgo sanitario es mayor en áreas de alta marginación.

• El acceso a la información y las po-sibilidades de organización para actuar frente a eventos extremos son menores en asentamientos marginales

En el sur de México y Centroamérica se espera que las condiciones de margi-nación y pobreza se agraven para el año 2015, lo que incrementará la vulnerabi-lidad de sus habitantes ante los efectos

de la variabilidad del clima y ante los im-pactos previsibles del cambio climático.

El Riesgo climático es la combina-ción de la amenaza de clima extremo y de la vulnerabilidad. Se presenta cuan-do existe la posibilidad de que una lluvia extrema o cambios en la temperatura, puedan derivar en desastre en una re-gión, debido a que es vulnerable. El ries-go de un desastre está determinado por la concurrencia de factores de exposición

y vulnerabilidad , todos ellos de índole social y por ende susceptibles de modifi-carse mediante políticas públicas, en un sentido de mitigación o agravamiento. Estos factores determinan que un mis-mo evento peligroso pueda ocurrir sin generar daños, o bien, desencadenar un desastre de grandes proporciones.

En México, tanto los factores de expo-sición como los de vulnerabilidad frente a eventos hidrometeorológicos extremos

se han incrementado durante las últimas cuatro décadas. Hoy en día “El Niño” afecta a un mayor número de personas, ya que la ocupación territorial desorde-nada ha favorecido asentamientos en zo-nas altamente vulnerables.

PoblaCiÓn en riesGo Si no se actúa en América latina y el Ca-ribe para modificar las condiciones de

cambio climático

Foto

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osal

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anda

vulnerabilidad de los países ante el cam-bio climático, es de esperar que los im-pactos relacionados con la variabilidad natural del clima se vean incrementados bajo condiciones de cambio climático• Se calcula que cerca de 600 millones

de habitantes de América Latina y el Caribe experimentan ya de manera dramática los efectos del cambio cli-mático, con sequías o inundaciones, derretimiento de glaciares, aumentos de temperatura, nuevas plagas agríco-las y enfermedades.

• Es probable que, vinculado al derreti-miento de glaciares, para la década del 2020, entre 7 y 77 millones de personas estén afectadas en el abastecimiento de agua.

• Durante la segunda mitad del si-glo se estima que los afectados en el

abastecimiento de agua lleguen a 150 millones de personas.

• El aumento del número de perso-nas con riesgo de sufrir hambrunas en la región, según escenarios del IPCC, podría ser de 5, 26 y 85 millo-nes en los años 2020, 2050 y 2080 respectivamente.

Fuente: Elaboración propia. México, 2011

ConstruCCiÓn de Vulnerabilidad Las inundaciones asociadas a las lluvias intensas de octubre del 2007 en el esta-do de Tabasco, que se repitieron los tres años siguientes (2008, 2009 y 2010), aunque con diferentes magnitudes sobre la ciudad de Villahermosa, fueron un re-flejo de la vulnerabilidad construida, que en combinación con un ciclo hidrológico más intenso, tuvo costos sociales, econó-micos y ambientales enormes. El mode-lo de desarrollo regional que favoreció la deforestación, alterando la dinámica hídrica de los ecosistemas, provocó con-diciones de alta vulnerabilidad y riesgo, que desafortunadamente se materializa-ron en desastres.

El caso de Villahermosa, Tabasco permite reflexionar sobre aspectos en los que hay que tener especial cuidado hacia el futuro para no reproducir las

condiciones de vulnerabilidad preexis-tentes a los desastres de los últimos cuatro años. No se debe olvidar que el deterioro ambiental en las partes altas de las cuencas afectará a las partes bajas y la importancia de aprovechar la infor-mación climática para tomar decisiones. Bajo condiciones de cambio climático se requerirá de acciones que vayan más allá de la atención a emergencias y que involucren una visión preventiva de lar-go plazo. Los cambios en esta dirección afectarán intereses particulares, pero éstos pueden compararse con los costos de los desastres recientes para mostrar como la prevención siempre paga mejor que la respuesta al desastre.

efeCtos del CalentaMiento GlobalLas características de la población de México y de gran parte del mundo obli-gan a pensar en las ciudades como ejes de los procesos de adaptación al cambio climático, ya que las principales amena-zas y condiciones de vulnerabilidad se presentan en ellas, pero también cuentan con gran potencial para construir capaci-dades que disminuyan la vulnerabilidad.

Las grandes ciudades crecen a cos-ta de las zonas de conservación fores-tal que proveen servicios ambientales a sus habitantes. La expansión urbana ha

53méxico social • junio 2011

> La construcción y mejoramiento de la infraestructura es vital para enfrentar los retos del cambio climático.

> las acciones de prevención y de preparación ante el cambio climático no pueden ser sólo de atención a desastres; por el contrario, deben dirigirse a reducir la pobreza y la vulnerabilidad.

Foto

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osal

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favorecido el crecimiento de cinturones de pobreza

extrema en áreas periurbanas, ocupadas por grupos poblaciones

vulnerables y bajo riesgo climático.En cuanto a los efectos del calen-

tamiento global, las ciudades costeras empiezan a ver las implicaciones de la elevación del nivel del mar en la erosión de malecones y playas, lo que ha obliga-do a invertir cuantiosas cantidades para reponer infraestructura.

En ciudades y poblados, bajo condi-ciones de cambio climático se esperan:• Incremento en la demanda de agua• Mayor consumo de energía para man-

tener el confort en casas, edificios e industrias

• Mayores daños a las infraestructuras urbanas

• Afectaciones a la salud de adultos ma-yores y niños, por incremento de en-fermedades diarréicas agudas y las transmitidas por vectores como den-gue y paludismo

• Mayores efectos de las “olas de calor” si no se cuenta con una infraestructura o estrategias que los contrarresten

• Se generarían riesgos adicionales por:- Inundaciones y sobrecarga en redes

de alcantarillado- Inundaciones en zonas costeras y

ribereñas- Deslaves y deslizamientos de tierra- Falta de esquemas de aseguramiento

de bienes adecuados y accesibles

retos Para el desarrollo soCialPara disminuir la vulnerabilidad del país y transitar al desarrollo de una sociedad mejor preparada a las condiciones va-riantes del clima, se requiere de una po-lítica de desarrollo social involucrada en la gestión integral de riesgos y en la cons-trucción de capacidades de adaptación al cambio climático.

Se trata de un tema eminentemente social y con un claro sentido de preven-ción, ya que el atinado involucramiento de la dimensión social en la materia, posi-bilitaría anticiparse a lo que los escenarios plantean. En los próximos años el desa-rrollo social tendrá un papel fundamen-tal en la implementación de las opciones de adaptación identificadas para cada re-gión de México, en el diseño colectivo de estrategias locales; pero sobre todo en la exitosa adopción de las medidas.

El fomento al trabajo cooperativo

entre comunidades que experimentan situaciones similares frente a la variabi-lidad del clima favorecería la búsqueda de estrategias para disminuir la vulne-rabilidad, siendo éste un campo sin sufi-ciente avance en la política de desarrollo social. En el intercambio de experiencias cobran especial importancia las tecnolo-gías apropiadas, el efecto multiplicador de las organizaciones civiles y la organi-zación cooperativa entre grupos, estados y regiones del país. A nivel institucional es clave la política social para articular la

instrumentación de los ordenamientos ecológico y territorial con los Programas de Protección Civil.

Es vital evitar que los procesos de de-terioro ambiental y pobreza que se re-producen en diversas regiones del país se repitan bajo condiciones climáticas aún más adversas y es urgente también que se apliquen todos los recursos de la política social al alcance a fin de avanzar en la construcción de capacidades para la adaptación al cambio climático de los grupos más vulnerables. •

54 junio 2011 • méxico social

cambio climático

Es urgente aplicar todos los recursos de la política social al alcance para avanzar en la construcción de capacidades en los grupos más vulnerables

Fuente: Elaboración propia. México, 2011

ADAPTACIÓN SOCIAL, PROCESO FUNDAMENTAL

Personas: campesinos, amas de

casa, empresarios, comerciantes, etc.

Grupos: asociaciones civíles, cámaras empresariales de

comercio, industria o servicios, organizaciones

de procutores, etc.

Gobierno e instituciones: estados, municipios, países, etc.

Adaptación

ReactivaAl momento del impacto

AutónomaPor las circunstancias,

no planeada

PreventivaPlaneada antes del impacto

PlaneadaConstrucción

de capacidades

Para disminuir la vulnerabilidad del país y transitar al desarrollo de una sociedad mejor preparada ante las condiciones

variantes del clima, se requiere de una política de desarrollo social involucrada en la gestión

integral de riesgos

junio 2011 • méxico social56

sarah lewisEs Maestra en Población y Salud Internacional por la Universidad de Harvard.Se desempeña como investigadora de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud).Entre sus múltiples trabajos destaca la investigación que realizó durante su estancia en Harvard, sobre aspectos de la reforma del sistema de salud mexicano.Su experiencia le ha permitido colaborar en países como México, Ecuador, Cuba, El Salvador y Chile.

visión experta

sarah lewis

La protección de la salud es un elemento con la capacidad de cohesionar a una sociedad; éste es, sin duda, uno de los grandes pendientes en el país y obliga a pensar en una nueva lógica de organización y diseño de las políticas de cobertura y atención. Se estima que cada año 100 millones de personas empobrecen o pierden una buena parte de su patrimonio debido a los gastos en salud. En México, los gastos catastróficos son uno de los principales factores de pobreza para miles de familias

F F F

enfermedades no transmisibles

Un Riesgo MayoR

Foto: Cortesía EXCELSIOR / Javier Otaola

méxico social • junio 2011 57

A nivel mundial, las tres categorías principales de muerte y disca-pacidad son las enfermedades transmisibles (enfermedades in-fecciosas, maternas, perinatales y nutricionales); las enfermeda-

des no transmisibles (enfermedades que no se transmiten a través de la infección, tales como tumores malignos; enfermedades cardiovas-culares; enfermedades respiratorias crónicas; trastornos digestivos, músculo-esqueléticos, mentales y neurológicos, entre otras) y las le-siones (causadas por accidentes vehiculares, caídas, homicidios, etcétera). De los tres gru-pos, las enfermedades no transmisibles (ENT) causan el mayor porcentaje de morbilidad y mortalidad en el mundo y en el país.

Debido al aumento de los contactos con el sistema de salud, los pacientes con múltiples ENT utilizan más recursos que otros tipos de pacientes. Las ENT también afectan la econo-mía global y el mercado laboral debido a los días perdidos de trabajo, un peor desempeño en el trabajo por enfermedad y la pérdida de la productividad económica. El tratamiento para la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y respiratorias crónicas pue-den ser prolongado y por lo tanto, muy caro.

Estos padecimientos también tienen re-percusiones graves a nivel familiar, pues el tratamiento para la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y respirato-rias crónicas puede ser prolongado y, por lo tanto, muy caro. Por eso, cuando la gente tiene que pagar la atención a la salud de su bolsillo, el costo de cuidar un paciente con una ENT como diabetes crea tensión en el presupues-to familiar, sobre todo en las familias de bajos ingresos. Se estima que cada año 100 millo-nes de personas llegan a la pobreza por tener que pagar los servicios de salud de su bolsi-llo ⎯ los denominados gastos catastróficos o empobrecimiento por gasto en la salud. Estos gastos por la atención, así como los gastos en los factores de riesgo de comportamiento que ocasionan las ENT (cigarros, alcohol, etcéte-ra), se traducen en menos dinero para las ne-cesidades básicas como alimentos y vivienda.

Un informe reciente de la Organización Mundial de Salud (OMS) cuantifica la carga de las ENT y su alarmante crecimiento du-rante las dos décadas pasadas. Según el infor-me, tanto en casos nuevos como en causas de defunciones, las ENT han ido representando

una mayor proporción de los tres grandes gru-pos de problemas de salud en el mundo y en el país. Es más, de acuerdo con el documen-to, las repercusiones de las ENT afectan más a las personas de nivel socioeconómico bajo: “Las personas vulnerables y socialmente des-favorecidos se enferman y mueren más rápi-damente como resultado de las enfermedades no transmisibles que las personas de posición social más alta. Los factores que determinan las posiciones sociales son la educación, ocu-pación, ingresos, género y etnicidad. Hay una fuerte correlación entre una serie de determi-nantes sociales, particularmente la educación, y los niveles de prevalencia de las enfermeda-des no transmisibles y sus factores de riesgo”.

Debido a la creciente carga de las ENT y sus graves consecuencias graves, esta nota presenta un panorama general aquéllas que causan mayor mortalidad y morbilidad a nivel mundial y nacional.

CrECEn faCtorES dE riESgoSi bien las ENT causaron más de la mitad de las muertes en todo el mundo en el año 1990, el 60% se debieron a las ENT en el 2004. De los 57 millones de defunciones en el mundo en el 2008, 36 millones (63%) se debieron a enfermedades no transmisibles, principal-mente a las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y las enfermedades respira-torias crónicas.

A medida que el impacto de las ENT au-menta y la población envejece, el número de muertes anuales por las ENT continuará au-mentando en todo el mundo: se prevé que las ENT representarán más del 75% de las muer-tes en 2030, junto con una disminución de la mortalidad proporcional atribuible a las en-fermedades transmisibles, nutricionales y pe-rinatales. Se estima que los años potenciales de vida productiva perdidos por muerte pre-matura por enfermedad cardiovascular a nivel mundial casi se duplicarán para el año 2030.

> a medida que la población mundial envejezca, el número

de muertes anuales por enfermedades no transmisibles

continuará incrementándoseLa distribución de la carga de enfermedad en la zona metropoli-tana de la Ciudad de México es mayor que en la región sur y la norte, pese a ser una zona con mayor nivel socioeconómico

DF Y ÁREA METROPOLITANA, ZONAS CON MÁS ENFERMEDADES NO TRANSMISIbLES

74%ENT

11%Lesiones

15%ET

62%ENT

14%Lesiones

24%ET70%

ENT

15%Lesiones

15%ET

Fuente: Elaboración propia a partir de Stevens et al 2008. México, 2011

junio 2011 • méxico social58

Las razones por las cuales las ENT van en aumento incluyen factores como la disminu-ción de la fertilidad y una mayor proporción de la población de edad mayor. Estos factores interactúan para producir una denominada transición epidemiológica caracterizada por menor morbilidad y mortalidad por enfer-medades infecciosas y causas perinatales, y mayor morbilidad y mortalidad por las ENT, tales como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Una creciente carga de ENT está asociada con cambios en el estilo de vida resultados de la globalización, el desarrollo económico y la urbanización rápida y no planificada, que fomentan, por un lado, el consumo de dietas con alto contenido energético y alto contenido de grasa y azúcar, y por otro, la falta de gasto de energía a través del ejercicio; las activida-des de trabajo tienden ser sedentarias y hay más uso del automóvil en lugar de caminar y más tiempo dedicado a ver la televisión.

Las ENT y la pobreza crean un círculo vi-cioso en el que la pobreza expone a las perso-nas a los factores de riesgo de comportamien-to que causan las ENT -por ejemplo, la mala alimentación- y, a su vez, las ENT resultantes pueden ser un factor importante en la espiral descendente que lleva a las familias hacia la pobreza. La gente en los países en desarrollo consume cada vez más alimentos con niveles

más altos de la energía calórica y son el blanco de la comercialización del tabaco, alcohol y la comida chatarra, mientras que la disponibili-dad de estos productos aumenta.

LaS MáS pELigroSaSAl igual que en otros países, la carga de enfer-medades no transmisibles sigue aumentando en México; después de décadas de cambios rápidos en su perfil demográfico y epidemio-lógico, el país se encuentra en una fase avan-zada de una transición caracterizada por el cambio de la alta carga de enfermedad ma-terna, perinatal e infecciosa hacia un perfil predominado por las ENT.

En 1991 la desnutrición y la diarrea con-taron entre las principales causas de carga de enfermedades junto con las ENT, que habían

visión experta

Según la OMS, existe una fuerte correlación entre una serie de determinantes sociales, particularmente la educación, y los niveles de prevalencia de las enfermedades no transmisibles y sus factores de riesgo

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7 DE LAS 10 PRINCIPALES CAUSAS DE MUERTE SON POR ENT

Fuente: Elaboración propia a partir de la hoja de datos No. 310 de la OMS. México, 2011

En los países de ingreso medio las enfermedades cerebrovasculares e isquémicas del corazón en conjunto representan casi el 30% del total

de las defunciones

.5 .5 3.0 00.0 1.0 1.5 2 2.0 3.5

> en 2008, 36 millones de personas en todo el mundo murieron por enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas

Milllones de defunciones

59méxico social • junio 2011

causado el 50% de la tasa de mortalidad en el 1980.

De los 57 millones de defunciones en el mundo en el 2008, 36 millones (63%) se debieron a enfermedades no transmisibles, principalmente a las enfermedades cardiovas-culares, diabetes, cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas. La prevalencia de la tu-berculosis ha disminuido en los últimos años, en parte porque el tratamiento breve bajo ob-servación directa (DOTS) llegó a una cobertu-ra del 100% en 2005, y la prevalencia del VIH en jóvenes de 15 a 24 años ha disminuido des-de 2001, excepto entre los usuarios de drogas por vía intravenosa en la parte norte del país.

Al mismo tiempo, la importancia de las ENT se ha incrementado durante las últimas dos décadas, causando el 75% de las defuncio-nes y el 68% de los AVISAS durante 2004. Las ENT causan casi tres cuartas partes de la discapacidad, como la pérdida de la movili-dad, la cognición, la audición y la visión. Esta situación se debe a la alta prevalencia de los factores de riesgo que causan las ENT, y Mé-xico cuenta con una alta prevalencia de hiper-tensión (30%), diabetes (10%) e hipercoleste-rolemia (43%).

MORTALIDAD AMbOS SEXOSComo se observa en las siguientes figuras, las enfermedades no transmisibles

(azul) son las que más afectan tanto a hombres como a mujeres; al igual que en otros países, las transmisibles, nutricionales, reproductivas (rojo) y las lesiones

(café) representan un menor porcentaje de mortalidad en comparación con las ENT

T.

Fuente: Elaboración propia a partir de 'Principales causas de mortalidad 2008’ de la SSA/DGIS. México, 2011*Incluye tumor maligno del colon y recto; de tráquea, bronquios y pulmón; del estómago; del hígado y del

páncreas.

Principales causas de mortalidad en

hombres (% del total de muertes)

Principales causas de mortalidad en

mujeres (% del total de muertes)

11.1

10.47

4.6

3.93.7

2.92.6

2.6

2.1

2.1

1.7

1.5

1.41.4

1.2

10.9

0.70.7Ahogamiento y sumersión accidentales

Tumor maligno del hígado

Uso de alcohol

Tumor maligno del estómago

Suicidios

Desnutrición calórico protéica

VIH/SIDA

maligno de tráquea, bronquios y pulmón

Tumor maligno de la próstata

Nefritis y nefrosis

Enf. hipertensivas

Infecciones respiratorias agudas bajas

Ciertas afecciones período perinatal

Enf. pulmonar obstructiva crónica

Agresiones (homicidios)

Accidentes de tráfico de vehículo

Enf. cerebrovascular

Cirrosis y otras enf. crónicas del hígado

Enf. isquémicas del corazón

Diabetes mellitus10 120 2 4 6 8

16.8

10.9

6.7

4.8

3.83.7

2.9

2.9

2.6

2.4

2

1.8

1.7

1.5

0.80.8Enf. infecciosas intestinales

Anemia

Accidentes de tráfico de vehículo

Tumor maligno del cuello del útero

Desnutrición calórico protéica

Tumor maligno de la mama

Nefritis y nefrosis

Ciertas afecciones periodo perinatal

Cirrosis y otras enf. crónicas del hígado

Infecciones respiratorias agudas bajas

Enf. hipertensivas

Enf. pulmonar obstructiva crónica

Otros tumores malignos*

Enf. cerebrovascular

Enf. isquémicas del corazón

Diabetes mellitus

10 15 200 5

(%)

(%)

junio 2011 • méxico social60

Asimismo, los comportamientos y factores de riesgo como el sobrepeso y la obesidad han aumentado en todos los grupos de la sociedad, particularmente en las zonas urbanas, afec-tando a 52% de las mujeres entre 12 y 49 años (60% en la zona norte del país), y al 6% de los niños menores de 5 años. En el 2002, el 27% de la población urbana y el 14% de la pobla-ción rural eran fumadores, y aproximadamen-te 32 millones de personas consumían alcohol.

Las ENT afectan a todos los tipos de per-sonas durante todo el ciclo de vida, indepen-dientemente de su ubicación geográfica o nivel socioeconómico. Sin embargo, los pobres y las comunidades rurales en México son más vul-nerables ante los efectos de las ENT porque los grupos en los estratos socioeconómicos más bajos cuentan con menos recursos para pre-venir y tratar estas enfermedades. Por eso, las poblaciones más marginadas experimentan los peores resultados de salud, siendo la región sur la menos avanzada en la transición epide-miológica y la que sufre la mayor carga de mala salud en todos los grupos de enfermedad7.

A las ENT les corresponda la mayor car-ga de enfermedad en cada estado y región de México. Como el porcentaje de AVISA causa-do por las tres grandes grupos de enfermedad, la carga de las ENT varía del 62% en la región sur (Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca y Puebla) al 72% en la zona metropolitana de la Ciudad de México (el Distrito Federal y las partes del Estado de México en el área urbana contigua) y la región Pacífico Central (Aguas-calientes, Colima y Jalisco).

En los países de ingreso medio las enfer-medades cerebrovasculares e isquémicas del corazón en conjunto representan casi el 30% del total de las defunciones. Es notable que 7 de las 10 principales causas de muerte son ENT; la tuberculosis, las infecciones respira-torias agudas bajas y los accidentes vehicula-res son las únicas causas de muerte que perte-necen a las otras dos categorías.

En relación con otros países de ingreso

medio, en México hay mucha más mortalidad por diabetes: mientras que causa solamente el 2% de las defunciones en países de ingre-so medio, en México es la causa principal de muerte en mujeres (17% de las defunciones) y en los hombres (11% de las defunciones).

Cabe destacar que las lesiones, la cirrosis y otras enfermedades del hígado afectan en ma-yor grado a los hombres (casi 10% y 7%, res-pectivamente) que a las mujeres (1.5% y 3%, respectivamente) en términos de mortalidad. La enfermedad cerebrovascular causa casi el doble de las defunciones en mujeres (6.7%) que en los hombres (4.6%).•

visión experta

CAUSANTES DE DISCAPACIDADEn cuanto a la muerte prematura

y discapacidad, se observa que los trastornos depresivos unipolares

son la causa principal. Los trastornos ocasionados por alcohol y el asma son otras dos ENT que no figuraban entre las

causas de defunciones

6.2

4.6

4.3

3.5

3.1

3

2.9

2.4

2.4

2.3Enfermedad

Infecciones respiratorias agudas bajas

AsmaTrastornos ocasionados por alcohol

Violencia (homicidio)

Cirrosis del hígado

Enf. isquémicas del corazón

Diabetes mellitus

Asfixia y otros traumas al nacer

Accidentes de tráfico de vehículo Trastornos depresivos unipolares

rEfErEnCiaSi. WHO. 2008. The Global Burden of Disease: 2004 upda-te. Geneva: World Health Or-ganizationii. Global status report on non-communicable diseases 2010. Geneva: World Health Organi-zation, 2011iii. Murray, CJ, and AD Lopez. 1997. Mortality by cause for eight regions of the world: Glo-bal Burden of Disease Study. The Lancet 349, no. 9061 (May 3): 1269-76iv. Lozano, R, CJ Murray, J Frenk, and JL Bobadilla. 1995. Burden of disease assessment and health system reform: re-sults of a study in Mexico. Journal of International Deve-lopment 7, no. 3: 555-563v. Country Cooperation Stra-tegy at a Glance: Mexico. Geneva: World Health Orga-nization, 2006. Disponible en: http:/www.who.int/countries/mex/envi. Stevens, Gretchen, Rodri-go H Dias, Kevin JA Thomas, Juan A Rivera, Natalie Car-valho, Simon Barquera, Ken-neth Hill, and Majid Ezzati. 2008. Characterizing the Epi-demiological Transition in Mexico: National and Subna-tional Burden of Diseases, In-juries, and Risk Factors. PLoS Medicine 5, no. 6 (June): e125vii. The top 10 causes of death. Fact sheet N°310. World Health Organization, October 2008. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/facts-heets/fs310/en/index.htmlviii. Secretaría de Salud/Di-rección General de Informa-ción en Salud. Elaborado a partir de la base de datos de de-funciones 1979-2008 INE-GI/SS y de las Proyecciones de la Población de México 2005 - 2050, y proyección retros-pectiva 1990-2004. CONA-PO, 2006

Fuente: Elaboración propia a partir de Stevens et al 2008. México, 2011

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> las comunidades más marginadas experimentan los peores niveles de salud

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