NOVIEMBRE

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BEATRIZ VIGNOLI JARDÍN JAPONÉS El agua del estanque no se lleva la roca. Anaranjado, un pez, lento relámpago. CLAVEL NEGRO Un perfume dulcísimo, un perfume sórdido y bello. Sangre siciliana, echarpe rojo, saco de terciopelo negro. Un clavel de la noche, sin luna y sin estrellas; perseguí su perfume y lo perdí en la sombra. INMACULADA Suena siempre un silencio después de la tormenta. Pura luz bien tensada o el pulso de una sombra, herido llueve, lila el jacarandá. Poemas extraídos de Almagro, Ed. Municipal de Rosario, 2000 JOSÉ SARAMAGO RITUAL (Santarém, Portugal, 1922 - Lanzarote, España, 2010) Se é altar o poema, sacrifico. Nesta pedra de lua que é o verso O cutelo do vivo ganha fio. Cá virei de joelhos. Não recuso O veado do prado do meu sonho Ao dardo violento que o alcança. Sem a lenha grosseira não há fogo, Embora as mãos da luz acabem sujas Da cinza arrefecida das palavras. RITUAL Si es altar el poema, sacrifico. En la piedra de luna que es el verso cobra filo el cuchillo de lo vivo. Aquí vendré de rodillas. No rechazo al ciervo de los prados de mi sueño ni al dardo violento que lo alcanza. Sin leña gruesa no hay fuego, aunque las manos de la luz acaben sucias de apagadas cenizas de palabras. Traducción: Gualberto García N° 8 Noviembre 2012

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Page 1: NOVIEMBRE

BEATRIZ VIGNOLI

JARDÍN JAPONÉS

El agua del estanque

no se lleva la roca.

Anaranjado, un pez,

lento relámpago.

CLAVEL NEGRO

Un perfume dulcísimo,

un perfume sórdido y bello.

Sangre siciliana, echarpe rojo,

saco de terciopelo negro.

Un clavel de la noche,

sin luna y sin estrellas;

perseguí su perfume y lo perdí en la sombra.

INMACULADA

Suena siempre un silencio después de la tormenta.

Pura luz

bien tensada

o el pulso de una sombra,

herido llueve,

lila

el jacarandá.

Poemas extraídos de Almagro, Ed. Municipal de Rosario, 2000

JOSÉ SARAMAGO

RITUAL

(Santarém, Portugal, 1922 - Lanzarote, España, 2010)

Se é altar o poema, sacrifico. Nesta pedra de lua que é o verso

O cutelo do vivo ganha fio. Cá virei de joelhos. Não recuso

O veado do prado do meu sonho Ao dardo violento que o alcança.

Sem a lenha grosseira não há fogo, Embora as mãos da luz acabem sujas

Da cinza arrefecida das palavras.

RITUAL

Si es altar el poema, sacrifico.En la piedra de luna que es el verso

cobra filo el cuchillo de lo vivo.Aquí vendré de rodillas. No rechazoal ciervo de los prados de mi sueñoni al dardo violento que lo alcanza.

Sin leña gruesa no hay fuego,aunque las manos de la luz acaben sucias

de apagadas cenizas de palabras.

Traducción: Gualberto García

N° 8 Noviembre 2012

Page 2: NOVIEMBRE

Editores:Marina Maggi y Pablo Serr

Contacto:[email protected]

Para César Vallejo, padre de altos amores

Agradecemos especialmentea Beatriz Vignoli

Fe de erratas: en el número anterioromitimos mencionar que el segundo de los

poemas de Héctor A. Piccoli es un fragmento del poema que cierra Si no a enhestar el oro oído,

dedicado a F. Campbell Leburn.

Los derechos son propiedad de los autores.

Rosario, Santa Fe, Argentina.

www.facebook.com/elimperioylalibelula

ANA MAKIANICH

VIBRACIONES

Un caminar viajeromarca el suelo yermo

de costumbres,despaciosamente

soporta el tranco dividido,tregua

entre la palpitación y el sosiego.

Paciente, el surco del caminose hace lecho para albergar el sueño

y en el movimiento de sus trazas,brazos abiertos a tientas,las ligerezas de un obrardescansa en las caídas

de una espera,un sintiera,

orilleos esquivos,gresca de pasos dados.

PABLO SERR

Oculto en su raíz, iluminado de arena,un viento frío en la carne, como una flor.Lejos y ahora, sofocante, oscuro y vacío,

el río, aparecido y solo, detrás de su sombra.

* * *

El río, como un reloj, se despide del tiempo.Sólo al comienzo esta hierba existió.

Nos miramos las manos atadas al viento.¡Inmenso, impecable vacío entre dos!

CÉSAR VALLEJO(Santiago de Chuco, Perú, 1892 - París, 1938)

NO VIVE YA NADIE

—No vive ya nadie en la casa —me dices—; todos se han ido. La sala, el dormitorio, el patio, yacen despoblados. Nadie ya queda, pues que todos han partido.

Y yo te digo: Cuando alguien se va, alguien queda. El punto por donde pasó un hombre, ya no está solo. Únicamente está solo, de soledad humana, el lugar por donde ningún hombre ha pasado. Las casas nuevas están más muertas que las viejas, porque sus muros son de piedra o de acero, pero no de hombres. Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar, sino cuando empiezan a habitarla. Una casa vive únicamente de hombres, como una tumba. De aquí esa irresistible semejanza que hay entre una casa y una tumba. Sólo que la casa se nutre de la vida del hombre, mientras que la tumba se nutre de la muerte del hombre. Por eso la primera está de pie, mientras que la segunda está tendida.

Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino ellos mismos. Y no es tampoco que ellos queden en la casa, sino que continúan por la casa. Las funciones y los actos se van de la casa en tren o en avión o a caballo, a pie o arrastrándose. Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en círculo. Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón. Las negaciones y las afirmaciones, el bien y el mal, se han dispersado. Lo que continúa en la casa, es el sujeto del acto.

De Poemas en Prosa, 1923-1929