Novias de Negro y Luto

5/10/2018 Novias de Negro y Luto - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/novias-de-negro-y-luto 1/15

Novias de Negro y lutoRecopilado por : Jason E. Mori Julca.

http://www.angelfire.com/amiga/bodas/Vestidos.htm

NOVIAS EN BLANCO Y NEGRO

Novias blancas, puras. Novias de negro, como en siglos pasados. La opción es para lasnovias del futuro que no olvidan el pasado.

En blanco

La moda de casarse con traje blanco no surgió hasta el año 1840, cuando la reina Victoriadecidió revelarse en el día de su boda y abandonó el protocolo asociado a los coloresvistosos como el rojo (símbolo de poder y color preferido por las novias de las casas realeseuropeas), el dorado (en túnicas y tejidos ricos) o el plateado (sobre todo en brocados), quedelataban el status social de la novia. Desde entonces, el traje de novia blanco, que durantela época antigua ya tenía connotaciones de limpieza y pureza en los países católicos, se

empezó a asimilar con la virginidad. Las posteriores retrasmisiones televisivas de las bodasreales de los años 50 y las revistas de moda empezaron a dar preferencia a los vestidos enmarfil o blanco, con diadema o velo, como exclusivos para la boda.

En negro

¿Desde cuándo una novia vestida de negro? Desde siempre. Antes del Barroco, delRenacimiento e incluso antes de la Edad Media - épocas en que los colores ricos triunfabanentre las novias -, el traje de novia era de color negro u oscuro. Hasta bien entrado el sigloque dejamos atrás, y antes de que la tradición de casarse de blanco se generalizase, lasnovias vestían de negro (aunque la mayoría de las veces la mantilla blanca fuera un

complemento imprescindible). Y ahora, a las puertas de la nueva era, los diseñadoresinternacionales más reconocidos crean una novia contemporánea invadida por la nostalgiade tiempos pasados.

La presente recopilación se realizo en el año2005-2006, muchos de los enlaces ya estáncaducos o no ingresan a la fecha 2011.





http://www.laprensa.com.ar/suplementos/nota.asp?ed=1258&tp=9&no=41370

Lunes 26 de Enero de 2004 Año 4 - Número 1250

COMO DEMUESTRAN LAS FOTOGRAFIAS DE BODA DE ABEL ALEXANDER EN

EL TEATRO SAN MARTIN

Casarse fue una cosa seria

Tomas de los años 1860 a 1960 reseñan modas, actitudes y hasta dramas de dos personasdestinadas a pasar toda la vida bajo el mismo techo. Novias de blanco, novias de negro. Novios serios, novios alegres. Imágenes de un mundo perdido.

Circa 1890.

La muestra "La fotografía de boda. Colección Abel Alexander", que se presenta en laFotogalería del Teatro San Martín que dirige Juan Travnik, resume cien años de un temaclásico, perpetuado en el tiempo por fotógrafos notorios como Florencio Bixio, Castiglioni,Bernardino Pascale, Miguel de Santi y Kraft y Kitzler, quienes fijaron el momento único enla vida de anónimas parejas de antaño.

"La fotografía de..." revela la continuidad de la aspiración idealizante más allá de lostiempos, modas y costumbres. Los protagonistas aspiran a una elegancia acorde con lasolemnidad del acontecimiento social que implica un matrimonio.

TERCER PROTAGONISTA

Entre ellos y ellas hay un tercer protagonista en concordia, el vestido femenino ya que elfotógrafo debe atender a su lucimiento tanto como al de los contrayentes y flexibilizar lalimitada variación de las poses.La foto de boda es un tema tan prescriptivo como lo fueron la naturaleza muerta, el retratoo los temas religiosos para los pintores de antaño.





El carácter ritual de la foto obtura toda gestualidad personal o espontánea. Si a esto se sumael respeto debido al atuendo de la novia es fácil imaginar las dificultades que debe resolver el fotógrafo. Los contrastes lumínicos se descartan a favor de una luz tamizada, idealizante.

Considerada siempre uno de los máximos desafíos técnicos y estéticos la foto de boda en

esta muestra documenta registros obtenidos entre 1860 y 1960. El conjunto aporta algunassorpresas y da ocasión a percibir estilos y adjudicar autorías.

BLANCA Y RADIANTE

Más circunspectas que radiantes las novias iban al altar vestidas de negro, en especial siestaban de luto. La costumbre era frecuente hasta la década del 20 tanto para las viudas dezonas rurales como para las jóvenes contrayentes de clase urbana acomodada.De hecho estos vestidos de peculiar elegancia eran vestidos en más de una ocasión y en lasociedad norteamericana del siglo XIX era obligado usarlo al cumplir el primer aniversariode casamiento, como cuenta Henry James en "La edad de la inocencia".

Sorprende en la muestra el carácter casi invariable de la foto de boda.En los ejemplares más antiguos menudea la pose del hombre sentado y de la novia de pie.La interpretación es ambivalente. ¿El es el amo? Las especialistas de género resolverán si la pose revela el lugar secundario de la mujer en la sociedad patriarcal o si es tributo allucimiento de las galas nupciales. Varias fotos en las que el velo se exhibe aparte abonan laúltima suposición.Al hacerse común el vestido blanco los fotógrafos apelaron a su habilidad para dar equilibrio a los tonos y contrastes con el atuendo oscuro del novio. En las primeras décadasdel siglo XX las ambientaciones ganaron espacio en las fotos de boda. Telones pintados,muebles de época incierta y otros recursos escenográficos daban clima a la composición.

UNA ESCENIFICACIONEstos elementos fijos y escenográficos respondían en parte al tiempo que demandaba latoma fotográfica. Naturalizar tantas demandas y personalizarlas fue el desafío cumplido por los especialistas del género.La foto de boda tuvo se apogeo en la década del 20 y con la disponibilidad de cámaras y películas más sensibles y dúctiles se privilegió la toma fuera del estudio.León Pérez captó hacia 1935 la ofrenda del ramo de novia depositado en el altar. Pero eltributo piadoso se relativiza en la ostentación de pliegues, brillos y transparencias delatuendo nupcial magistralmente captado por el fotógrafo.Mayor naturalidad se observa en los años cincuenta. Ella y él están juntos, de pie y la luz secentra en la sonrisa feliz pero discreta de la pareja. El tono personal se impone sobre larepresentación estereotipada de un "pilar" de la sociedad.

PASION COLECCIONISTA

Parejas adineradas, fotógrafos reconocidos o anónimos -Florencio Bixio, Bixio yCastiglioni, Bernardino Pascale, Miguel de Santi, y Graf y Kitzler- dan forma a la colecciónde Abel Alexander.



Resultado de décadas de coleccionismo, muchas de las imágenes fueron rescatadas de la basura por cirujas con mayor conciencia patrimonial que la de las familias que lasdesecharon.En el Teatro San Martín, Corrientes 1530, hasta el 29 de febrero, todos los días de 11 a 23.El jueves próximo, a las 19, Abel Alexander realizará una visita guiada a la muestra y

hablará también sobre la fotografía histórica en general, y aquellos interesados en datar y/oconocer los soportes técnicos de sus antiguas imágenes de boda, podrán aportarlas a lacharla. La entrada será libre.Más información: www.teatrosanmartin.com.ar

Copyright La Prensa 1996-2003

http://www.laopinion-rafaela.com.ar/opinion/2004/05/16/h451602.htm

Domingo 16 de Mayo de 2004"Novias de negro" en el Museo de Vila

En la sala temporaria del Museo Histórico de Vila, hoy a las 18:30, tendrá lugar lainauguración de la muestra "Novias de negro... imágenes de un mundo perdido".La misma pretende, entre otros objetivos, la recuperación de la historia y tradiciones de lamujer piamontesa, como así también dar ocasión para percibir estilos y sorprenderse.En esta oportunidad, la prestigiosa narradora rafaelina Silvia Marzioni presentará suespectáculo "Cuentos para enamorarse", sumando a las "imágenes"... la magia de las palabras.

Novias de negro. Novios serios, novios alegres... Tomas que reseñan modas, actitudes ysentimientos de dos personas destinadas a pasar toda la vida bajo el mismo techo. Un temaclásico perpetuado en el tiempo por fotógrafos zonales, quienes fijaron el momento únicoen la vida de parejas de antaño. Los protagonistas tal vez aspiraran a una elegancia acordecon la solemnidad del acontecimiento social que implicaba un matrimonio... Hoy, conrenovada pasión, las organizadoras del Museo pretenden que los asistentes redescubran enellos las raíces mismas de su ser.

http://www.cip.org.ar/revistas/32/Fotos%20de%20boda.htm

DESDE LAS FOTOS DE BODA

Al rescate de la identidad

Abel Alexander es fotógrafo, investigador y coleccionista, e integrante de la Sociedad

Iberoamericana de Historia de la Fotografía. En la localidad bonaerense de San

Miguel trabaja su Museo Fotográfico y Archivo Histórico Adolfo Alexander. Hace

pocos meses expuso en la Galería del Teatro San Martín su colección de fotos de boda

tomadas entre los años 1860 y 1960. Una muestra fiel del evento más importante para







la vida de dos personas, y nada menos que el momento de fundación de la familia en

su forma más típica. Alexander posee una colección mucho más amplia y abarcativa

de distintas temáticas, proveniente muchas veces del cirujeo. Este historiador de la

imagen fomenta desde la Sociedad Iberoamericana Congresos de fotografía y diversas

exposiciones, que documentan el paso de nuestra historia.

La búsqueda de la identidad nacional es también la búsqueda de la conformación familiar como unidad primera de la sociedad, tal como se ve reflejado en las fotos de boda. Pocasveces, un visitante distraído tiene la oportunidad de repasar ejemplos de su propia historia,de la de sus padres o quizás abuelos. Y encontrarse con sutiles y no tan sutiles diferenciasen el evento -soñado desde siempre para la mayoría de las mujeres- que es en sí mismo laconstitución de la familia, tal como lo afirma Alexander. Aún pueden verse en las imágenesmonocromáticas, en negro o sepia, vestidos a la usanza de las divas de Rodolfo Valentino,favorecedores trajes a medida para los hombres, sombreros y coronas con tules, bordados oflores, largos y finos bigotes. Vestidos de novia color negro, y hasta minifaldas, ya en losúltimos años del periodo abarcado por la muestra. Rastros de otras épocas que también son

nuestras, muestran al hombre sentado delante, como todo un terrateniente, mientras la novialo respalda parada un paso atrás. Caritas asustadas por tremendo cambio de vida, muchasveces obligada desde los mayores, y desde ya "para toda la vida". Saltando del papel anuestras ojos, esos retratos se constituyen parte de la huella mnémica de la identidadnacional, tan poco afirmada desde modernas imágenes globalizantes o totalizadoras, quemuchas veces intentan despojarnos del ser colectivo, de nuestra argentinidad. La tarea, siquiere realizarse, es sencilla, y no precisamente nostálgica -aunque en el proceso despiertecierta melancolía-: tomar pedazos fotográficos del pasado familiar para reconstruir untrayecto que va desde nuestro lugar en el árbol genealógico familiar, hasta la recuperaciónde la identidad social aunque más no sea como una utopía. Un buen ejercicio paraarmonizar con las exigencias de mimetización a la que nos invita la era de la conectividad.

Las firmas

Las fotos de la muestra tienen la firma de sus creadores, muchas veces fotógrafosreconocidos y otras apenas iniciados en la profesión que, en ese entonces, era un extrañooficio. Claro que esa firma, si la foto tenía una buena combinación de técnica, escenografíay una lograda pose, podría significar trabajo asegurado. La fotografía, tan distante a laactual, era un gran lujo para cualquiera, aún para los adinerados. Pero el recuerdo, tal lasexigencias sociales de la época, era tan importante que el ahorro y la inversión bien lovalían. Apenas finalizada la ceremonia de bodas, los novios solían dirigirse a los estudiosfotográficos para dejar plasmado el evento. Lo estudios más importantes estaban en Buenos

Aires, como el de Witcomb o el de Bixio y Castiglioni, o el del propio Adolfo Alexander,ancestro de Abel cinco generaciones atrás. En Rosario, George Alfeld, y en Santa Fe PedroTappa eran muy visitados. Bernardino Pascale, Miguel de Santi y Kraft y Kitzler tambiénsupieron retratar el gran momento de las parejas argentinas. Todos ellos se esmeraban en eloficio. Desde 1860 los estudios fotográficos se volcaron a las fotografía de boda,convirtiéndola en la expresión técnica y artística más importante de la década. También erala fotografía más cara. Demandaba espacios con finos muebles para el retrato, tanto comouna escenografía -o varias- de mucho detalle; con lujosos cortinados, o telones pintadosusados como fondo de la foto; y con iluminación especial para darle ambiente a la escena.



Es que ese recuerdo debería durar para toda la vida, como el mismo matrimonio. Aunquelos novios jamás imaginaron que muchos años después, esas fotos estarían formando partede una muestra en la que el valor, seguramente distinto, estaría dado por desconocidos.

Lo usos

Abel Alexander, en su mirada historiadora, pudo ver y mostrarnos los cambios en losestilos y las modas. La mujer parada tras su marido, revelando quizás la sociedad patriarcalde entonces, o la rigidez en las miradas de los contrayentes son ejemplos de lastransformaciones en las formas permitidas de la sociedad. A la ostentación puesta demanifiesto en los vestidos de novia hacia 1930, le siguió una mayor naturalidad a mediadosde siglo, y podríamos decir que culminó -al menos en la muestra- con el "desparpajo" de laminifalda sobre los años 60. Aunque lo que seguramente llamó más la atención a losvisitantes de la fotogalería fueron los vestidos de novia color negro, que aparecen entre1890 y 1930, según refiere Alexander. Es muy posible que esto obedeciera a una modavenida de Italia en aquellos tiempos de inmigración. Otra versión explica que en los casos

de familias no adineradas, las mujeres se hacían confeccionar un vestido que luego pudieran usar en ocasiones menos especiales. Pero es muy posible que el negrocorrespondiera definitivamente al luto de la contrayente, tal como lo manifestó una de lasvisitantes de la exposición en el cuaderno de comentarios.

Las otras firmas

Alexander tras la visita guiada que él mismo realizó días antes de cerrar la muestra para dar su propia explicación de cada foto de la colección, se dedicó a leer y juntar las notas quesobre el evento salieron publicadas en varios matutinos porteños. Una recopilación más para toda una vida de coleccionista, podría decirse. También se preocupó por pasar en

limpio un cuaderno de visitas, y nos dio generosamente una copia de los comentariosfirmados de los visitantes. Pensándolo bien éstos son como el aplauso del público hecho palabra escrita, o como una de sus fotos testigo del casamiento de epóca. Aquí citaremossólo algunos comentarios que reflejan la emoción suscitada por estas fotos de boda, y sonuna devolución a los atentos y profesionales años de labor de Alexander, un protector del patrimonio nacional. Todo un invite a la memoria.

" Viví los tiempos de mis padres. Gracias por este hermoso revivir. Bellas imágenes querecrean nuestra vista y espíritu. ¡Qué importante trabajo de sensibilidad y conciencia patrimonial! ¡Hermosa perspectiva. Tantos años del mismo suceso transcendente! ¡La boda! ¡Cuántos cambios! ¡Y siempre la misma ilusión! La exposición denota claramente el

sufrimiento de las mujeres que no querían casarse, las que sí querían y en pocos casos elamor mutuo. Sólo rostros vestidos, poses y las miserias y alegrías humanas. Genial. Así derápido pasa la vida. Estos momentos recuperados del olvido son tesoros. Agradezco sucariño y preocupación para que no se olviden. Me encantó ver el paso de las modas ycostumbres, desde las novias de negro a las sonrientes de mediados del siglo XX. Se puedeobservar una excelente muestra y los cambios en las actitudes de hombres y mujeres através del tiempo. Gracias por este registro vivo de nuestra memoria. Me encontréfascinada, especialmente por el hecho que las fotografías fueron recolectadas por accidenteen muchos casos, y no porque las familias las conservaran.



http://www.laopinion-rafaela.com.ar/opinion/2004/08/12/d481201.htm

Jueves 12 de Agosto de 2004

VilaNovias de negro: imágenes de un mundo perdido

VILA (C). - La muestra "Novias de negro: imágenes de un mundo perdido", que presentaron las organizadoras del Museo Histórico local (Marcela Bessone, GracielaCavaglia, Malvina Vezzoni, Anahí Bonetto y Marcela Mondino) resumieron años de untema clásico, perpetuado en el tiempo por fotógrafos notorios como E. Galassi de Rafaela, Nigris Hnos. de Rosario, Chana de San Francisco y F. Bixio y Cía. de la ciudad de BuenosAires, quienes fijaron el momento único en la vida de parejas de antaño.Esta reveló la continuidad de la aspiración idealizante más allá de los tiempos, modas ycostumbres. Los protagonistas aspiran a una elegancia acorde con la solemnidad del

acontecimiento social que implica un matrimonio.Consideradas siempre uno de los máximos desafíos técnicos y estéticos, las 64 fotos de bodas en esta muestra documentaron registros obtenidos entre 1907 y 1950. El conjuntoaporta algunas sorpresas y da ocasión a percibir estilos y adjudicar autorías.Más que blancas radiantes las novias iban al altar vestidas de negro, en especial si estabande luto. La costumbre fue frecuente hasta la década del 20 tanto para las viudas de zonasrurales como para las jóvenes contrayentes de clase urbana alta. No sorprendió en la muestra la pose del hombre sentado y de la novia de pie, ya queexistieron distintas poses, como se puede ver en las fotos, contrarias a la creencia querevelaba el lugar secundario de la mujer en la sociedad patriarcal. También se observaronvarias fotos en las que el velo se exhibe aparte, por lo que se puede suponer que el estar de

pie y sin velo es un tributo al lucimiento de las galas nupciales.Se confirmó también, que en las primeras décadas del siglo XX las ambientaciones ganaronespacio en las fotos de boda, telones pintados, muebles de época incierta y otros recursosescenográficos daban clima a la composición.El llevar un vestido exclusivo para la boda, es una costumbre que surgió en 1840 enInglaterra (la reina Victoria fue la primera en pedir un vestido exclusivo para su boda), yaque anteriormente las novias usaban el vestido que más les agradara sin diseño o color en particular.El velo sobre el rostro, que actualmente es un adorno más de la indumentaria de la novia,en la antigüedad simbolizaba la pureza y castidad de la contrayente. Se podía retirar hastaque la celebración terminaba y así el novio al besar a la novia "recibía su pureza".Estas y otras costumbres de la ceremonia religiosa, tienen un significado original. Aunquelos símbolos han perdido importancia en la actualidad, todavía se acostumbran en lascelebraciones del matrimonio.Todas las imágenes fueron gentilmente prestadas por familiares que con ellas atesoranrecuerdos o que guardaron sin saber en qué año se casaron esos antepasados, tarea deinvestigación y búsqueda de datos que las organizadoras realizaron cuidadosamente.Dicha muestra fue visitada por gente de la localidad, de la región y de otros países queocasionalmente se encontraban en Vila. Invariablemente la emoción invadió a todosquienes creyeron reconocer su "sangre" en aquellos seres casi legendarios.





http://paginau.univision.com/content/content.jhtml?cid=416187&pagenum=1

La evolución de la moda nupcial

Barcelona se viste de novia

Por Elena Yeste, EFE

De la novia suntuosa de 1860 al "look" ingenuo deBalenciaga o Pertegaz de un siglo después, pasando por elrefinamiento y la distinción, la novia engalanada, larecatada, la modernista, la oriental, la innovadora, la sirena,la glamourosa y la elegante. Una exposición recrea enBarcelona (España), por primera vez, la evolución de lamoda nupcial a lo largo de cien años, desde 1860 a 1960.

100 años de historia

“Un siglo de Moda Nupcial:1860-1960” refleja el espíritu de una época, la historia de lamoda y el ideal de mujer de 1860 a 1960. Esta exposición, que se exhibe dentro de la“Semana Novia España” de Barcelona (España), uno de los salones de moda másimportantes de Europa, incluye una selección de vestidos y de complementos, desde el pañuelo con las iniciales bordadas a unos accesorios tan ceremoniales como los abanicos,representativos de cada una de las décadas comprendidas entre los años 1860 y 1960.

La muestra ilustra la estrecha relación entre los vestidos de novia y el mundo de la moda, pues las tendencias de cada época determinan, a su vez, el tipo de formas, cortes ymateriales de los trajes.

En ella se ve que con el paso del tiempo, la mujer expresa más libremente su feminidad ylos vestidos terminan por convertirse en la creación individual de cada novia. Contra todo pronóstico, tanta diversidad no acaba con la tradición sino que la reinventa. Y, después deun siglo de cambios, el vestido blanco, creación única para un único día, continua siendo elmás solicitado por la mayoría de las jóvenes casaderas.

Diseño diferene para cada década

En “Un Siglo de Moda Nupcial” se exhibe cada vestido bajo un nombre que define el estilode la moda nupcial de cada década. Si comparamos el vestido más antiguo expuesto, quedata de 1860, con el más próximo a nuestros días, de 1960, se observa una evoluciónrealmente sorprendente: de la suntuosidad del siglo XIX se pasa a la simplicidad del sigloXX. Así, pues, de los vestidos expuestos se pueden hacer interpretaciones varias enconsonancia con el contexto histórico y social en el que fueron diseñados.

La boda de la Reina Victoria de Inglaterra en 1840 marcó una ruptura con la tradición, yaque hasta entonces predominaban los tejidos nobles (brocados, terciopelos) en tonos rojos y

EFEEn 1880 el vestido se pega alcuerpo y las faldas adquierenvolumen.







plata. A partir de esta época, el vestido de novia siguió las tendencias del vestido elegante,aunque lo que diferenciaba el vestido de novia de este último no era tanto el corte como eluso de lujosos tejidos, como el damasco y el satén, y de preciosos encajes en suelaboración.

Hacia 1850 se extendió el uso de la crinolina y de la enagua de aros, que daba a la mujer una apariencia de triángulo de base ancha. A mediados de 1860, la crinolina empezó adesplazarse hacia la parte trasera de la falda.

En la década de 1870, bajo la influencia del diseñador Worth, el vestido de novia se inspiraen el traje de baile característico del siglo XVIII. El refinamiento y la distincióncaracterizaban estas prendas.

En el día de su boda, las jóvenes con posibles lucían dos versiones del mismo vestido: unomás recatado con manga larga y cola para la ceremonia, y otro con un corsé más escotado ysin cola para la noche.

Asimismo, en esta década, la falda empezó a crecer por detrás, y se solía llevar recogida enla parte posterior para darle una forma exagerada. Los velos, elaborados a mano, sellevaban largos, prendidos en la parte baja de la cabeza con flores de naranjo. Cuando laceremonia había terminado, el velo se retiraba hacia atrás.

En 1880 triunfa el ideal de mujer ornamentada: el vestido se pega al cuerpo, las faldasadquieren volumen en su parte posterior y los adornos y los lazos se multiplican. El vestidono tiene costura horizontal en la cintura, sino que utiliza pinzas verticales para ajustarse aésta, realzando de así el busto y las caderas de la novia.

Sin embargo, en 1890, la moral Victoriana recrea la mujer modesta, piadosa y sumisa. Elvestido de novia se hace eco de esta moral y representa la aceptación integral de estosvalores.

Son vestidos de manga alta y cuello alto, recatados. Incluso las manos de la novia debenquedar cubiertas en público. La línea de la falda parece un embudo, dibujando una figuraesbelta con un bajo acampanado. El velo pasa a ser obligatorio y se lleva prendido sobrecomplicados peinados. Los ramos, cada vez más voluminosos, son recogidos con muchodecoro.

http://www.geocities.com/fernanda_sanher/VestidoNovia/NoviaVestido.htm

El vestido de Novia

La típica imagen que tenemos de la novia es aquella en la cual ellase encuentra vestida de blanco. Pero no siempre ha sido así, tesorprenderás al saber que en el siglo XIX era común que la novia prefiriera, sobre el color blanco o el marfil, colores comunes como azul,rosa, verde, café oscuro y, sí,...¡hasta el negro! Por ese entonces, para la





novia de clase media le era más práctico vestir colores oscuros por varias razones. La razónde mayor peso era la económica. Una novia prudente siempre es previsora -un vestido denovia puede ser usado, posteriormente, y en muchas ocasiones, no sólo en su "díaespecial"-. Un vestido de novia pasaba a ser el mejor vestido de noche una vez terminada laceremonia nupcial, y claro, la preferencia por los colores obscuros se debía a la mayor

facilidad para mantenerlos limpios -polvo, tierra y sin los electrodomésticos de lamodernidad, ¡Ni pensarlo!-Como ya mencionamos, las novias llegaron a usar el color negro, pero hubo gente

que empezó a considerarlo de mala suerte. Un vestido negro también podría usarse si lanovia fuera a contraer nupcias con un viudo. El Museo Goodwill en el estado deWashington en los Estados Unidos tiene en su colección un vestido negro con su ajuar

completo, además de su documentación de los 1870's. Elvestido es hermoso y en la documentación se asienta que lanovia lo vistió a los 16 años de edad, y el novio era unhombre viudo, a la mitad de sus treintas (apenas un jovencito) y con 6 hijos. ¿Le habrá importado mucho vestir

de negro en su gran día?Aunque para finales de los 1830's y principios de los1840's ya se confeccionaban vestidos de novia en un suavecolor marfil. Estos vestidos eran de una hechura bastantesimplista, de hecho en ocasiones el velo llegaba a ser la parte más elaborada del atuendo nupcial. El blancocomenzó a ganar popularidad por los 1870's, y para los1880's la mayoría de las mujeres usaban los colores claros-blanco y marfil-, pero aún era muy común ver a las noviasvestidas con su mejor vestido "dominguero".

Por otro lado, muchas de las mujeres que se dejan llevar por los prejuicios sociales yreligiosos, tienen como una de las cosas más importantes al casarse, el vestido de novia.Durante la historia del hombre, siempre que una pareja decide unirse para vivir juntos, seha hecho ceremonias en función de la religión de la época. El machismo que ha imperado alo largo de la historia, ha obligado a la mujer llegar al día de su matrimonio, virgen. Esto serepresenta de varias formas ese día, ya sea por el peinado, los adornos que se llevan y, principalmente en los tiempos modernos (como se mencionó arriba), el vestido debe ser claro, de preferencia blanco, ya que esto indica pureza.

En esta época moderna, gracias a la industrialización, este tipo de vestidos llega a ser accesible a la mayoría de la población, cosa que antiguamente solo las personas de dinero, podían darse el lujo de de mandar hacerlo, tan glamoroso como su “bolsillo” se los permitiera.

Yo estoy totalmente en contra del significado que la sociedad y la religión le dan alvestido de novia, pero no puedo dejar de decir que muchos de estos vestidos sonsimplemente hermosos. Por alguna razón siempre ha sido mi ilusión el poder ponerme unvestido de novia. Esta ilusión finalmente se me cumplió (que al final fue frustrante) en el99. Resulta que unos productores de televisión argentinos, vieron mi página personal y seles ocurrió hacer un programa sobre el travestismo heterosexual, yo y mi comadre Bettyfuimos invitadas a ese programa. Antes del programa nos preguntaron que nos haría felices para vestir, yo contesté que un vestido de novia. Al día siguiente me llevaron al



guardarropas de la televisora y, el único vestido que tenían ya era viejo y estaba roto, así esque el productor dio orden de que me tomaran medidas para arreglarlo. Al día siguienteque era la grabación me sorprendí al ver que traían un vestido nuevo y muy hermoso.Como en la televisión el tiempo es dinero, la jornada de grabación fue extremadamenteactiva, a tal grado que se nos olvidó tomar fotografía y videos, esto no nos mortifico

mucho, pues se nos había prometido darnos una copia del programa, cosa que nuncaocurrió. Yo solo me puede ver vestida de novia en un monitor durante la grabación, al pasar el tiempo y no poder ver el programa, me desilusionó mucho. Como siempre, estetipo de cosas hace que de nuevo intentemos hacerlo, en este caso solo he tenido la opciónde comprar o alquilar un vestido, pero es demasiado caro para ponérselo una sola vez(como buena novia). En este momento estoy tramando algo para que a mediados de esteaño pueda cumplir mi ilusión, si todo sale como lo espero, pronto podrán verme como unahermosa novia

http://www.mexico.com/lapalabra/una.php?idarticulo=4947El Vestido de Novia...

Desde que existe historia escrita, el vestido de novia siempre había sido de color Rojo ovariantes del mismo, curiosamente esta costumbre se observaba en todo el mundo inclusoen China y la India, países que tienen un gran ceremonial de casamientos, la tradicióncambió cuando en la época de Napoleón III, su esposa en 1860 usó por primera vez unvestido blanco y amplísimo que lució el día de su boda, tanta fue la conmoción que causóque desde ese día las novias se visten de blanco en casi todo el mundo, y son usados solouna vez solo para demostrar la riqueza de la familia.

http://archivo.litoral.com.ar/index.php3/diarios/2003/12/19/opinion/OPIN-03.html

Variaciones en torno de un tema que no pierde vigencia

Por Elba Pérez

La muestra "La fotografía de boda - Colección Abel Alexander", que se presenta en laFotogalería del Teatro San Martín de la Capital Federal, resume cien años de un temaclásico, perpetuado en el tiempo por fotógrafos notorios como Florencio Bixio, Castiglioni,Bernardino Pascale, Miguel de Santi y Kraft y Kitzler, quienes fijaron un momento cúlmineen la vida de anónimas parejas de antaño.

"La fotografía de..." revela la continuidad de la aspiración idealizante más allá de lostiempos, modas y costumbres. Los protagonistas aspiran a una elegancia acorde con lasolemnidad del acontecimiento social que implica un matrimonio.

Entre ellos y ellas hay un tercer protagonista en concordia, el vestido de novia, ya que elfotógrafo debe atender a su lucimiento tanto como al de los contrayentes y flexibilizar lalimitada variación de las poses.

http://www.mexico.com/lapalabra/una.php?idarticulo=4947


http://www.mexico.com/lapalabra/una.php?idarticulo=4947




La foto de boda es un tema tan prescriptivo como lo fueron la naturaleza muerta, el retratoo los temas religiosos para los pintores de antaño.

El carácter ritual de la foto obtura toda gestualidad personal o espontánea. Si a esto se sumael respeto debido al atuendo de la novia es fácil imaginar las dificultades que debe resolver

el fotógrafo. Los contrastes lumínicos se descartan a favor de una luz tamizada, idealizante.Considerada siempre uno de los máximos desafíos técnicos y estéticos la foto de boda enesta muestra documenta registros obtenidos entre 1860 y 1960. El conjunto aporta algunassorpresas y da ocasión a percibir estilos y adjudicar autorías.

Más circunspectas que radiantes las novias iban al altar vestidas de negro. La costumbre erafrecuente hasta la década del veinte tanto para las viudas de zonas rurales como para las jóvenes contrayentes de clase urbana acomodada.

De hecho, estos vestidos de peculiar elegancia eran llevados en más de una ocasión y en la

sociedad norteamericana del siglo XIX era obligado usarlo al cumplir el primer aniversariode casamiento.

Sorprende en la muestra el carácter casi invariable de la foto de boda. En los ejemplaresmás antiguos menudea la pose del hombre sentado y de la novia de pie. La interpretación esambivalente.

¿Él es el amo? Las especialistas de género resolverán si la pose revela el lugar secundariode la mujer en la sociedad patriarcal o si es tributo al lucimiento de las galas nupciales.Varias fotos donde el velo se exhibe aparte abonan la última suposición.

Al hacerse común el vestido blanco los fotógrafos apelaron a su habilidad para dar equilibrio a los tonos y contrastes con el atuendo oscuro del novio.

En las primeras décadas del siglo XX las ambientaciones ganaron espacio en las fotos de boda. Telones pintados, muebles de época incierta y otros recursos escenográficos dabanclima a la composición.

Estos elementos fijos y escenográficos respondían en parte al tiempo que demandaba latoma fotográfica. Naturalizar tantas demandas y personalizarlas fue el desafío cumplido por los especialistas del género.

La foto de boda tuvo su apogeo en la década del veinte y con la disponibilidad de cámaras y películas más sensibles y dúctiles se privilegió la toma fuera del estudio.

León Pérez captó hacia 1935 la ofrenda del ramo de novia depositado en el altar. Pero eltributo piadoso se relativiza en la ostentación de pliegues, brillos y transparencias delatuendo nupcial magistralmente captado por el fotógrafo.



Mayor naturalidad se observa en los años cincuenta. Ella y él están juntos, de pie y la luz secentra en la sonrisa feliz pero discreta de la pareja. El tono personal se impone sobre larepresentación estereotipada de un "pilar de la sociedad".

Parejas adineradas, fotógrafos reconocidos o anónimos protagonizan la colección Abel

Alexander.Resultado de décadas de coleccionismo, muchas de las imágenes fueron rescatadas de la basura por cirujas con mayor conciencia patrimonial que la de las familias que lasdesecharon.

La fotografía de boda 1860-1960 podrá visitarse hasta el 29 de febrero, todos los días de 11a 23 en el Teatro General San Martín, avenida Corrientes 1530. (Télam).

http://old.clarin.com/diario/2003/09/30/h-03201.htm

PARTICIPACION CIUDADANA: EXPERIENCIAS EN CAPITAL Y EL GRANBUENOS AIRES

La gente arma muestras para contar la historia de su barrio

Con objetos, fotos y documentos aportados por los vecinos, se organizan diferentesexposiciones que rescatan la vida cotidiana. Las hacen en museos, escuelas y hasta en sus propias casas.

Elena Peralta.

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AQUELLAS EPOCAS. UN VESTIDO DE NOVIA

NEGRO, EN LA SALA DEL NUEVO MUSEO DE

INGENIERO MASCHWITZ.(Foto: Leo Vaca)


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Alguien se acuerda del agua D'Alibour, de los rosedales del Parque Lezama o de lagaseosa Bidú? Sí. Y no es María Castaña. Cada vez hay más lugares en Capital y el GranBuenos Aires en los que la gente puede meter la nariz en una historia un poco más

cercana que la que sale en los libros. La de la pizzería de la esquina, el pediatra del barrio ola de la plaza cuando la que jugaba a la mancha era la abuela.

Son exposiciones que arman vecinos comunes y corrientes con antiguos objetos, mueblesy fotos. Muestran la cara del barrio que ellos mejor recuerdan, la de su infancia. Muchas seorganizan en los museos públicos, pero también hay exhibiciones en escuelas, centrosculturales y hasta en casas particulares.

"Cada vez surgen más iniciativas para rescatar la historia local y nosotros tratamos defomentarlas. La idea es que en cada uno de los 200 museos provinciales haya una saladedicada a la vida cotidiana", explica el director de Museos de la Provincia de BuenosAires, Juan José Ganduglia. Para Carlos Bulcourf, historiador y decano de la Facultad Artesy Ciencias de la Conservación, de la Universidad del Museo Social Argentino, el fenómeno

tiene que ver con la búsqueda de la identidad: "En un contexto de globalización tanfuerte, la gente necesita verse reflejada, bucear en sus propias raíces. Y eso se nota en laconvocatoria que tienen estas exposiciones".

En el barrio de Monserrat, el Museo de la Ciudad está dedicado exclusivamente areconstruir el pasado de los porteños. En una de sus últimas muestras, dedicada a recordar viejos comercios, recibió un promedio de 1.600 visitantes por fin de semana. Solamente suarchivo fotográfico tiene 45.000 negativos y copias en papel. Además de miles de objetos, juguetes y muebles con los que reconstruyeron más de diez habitaciones igualitas a las quedormían, comían y jugaban nuestras madres y abuelas.

Todo fue donado por los vecinos de Buenos Aires. Su director, José María Peña, losllama "disparadores de la memoria": cosas cuyo valor se mide por las reacciones de lagente. Y sabe, por experiencia, que un botón de la tienda Gath & Chaves puede arrancar más lágrimas que la telenovela de la tarde. "Muestran la visión del mundo de una época — dice—. La gente se emociona, les cuenta anécdotas a sus hijos. Eso es lo que buscamos".

Pero no sólo se hace memoria en los museos. A fines del año pasado los comerciantes yvarias sociedades de fomento y colegios del partido de Lomas de Zamora empezaron aorganizar exposiciones itinerantes llenas de pequeños tesoros familiares. Hace 26 años queotro vecino de Lomas, Juan Carlos Rizzi, transformó su casa en un museo. Tiene unacolección de más de 4.000 piezas. Hay de todo, desde planchas de hierro que su mamállenaba de carbón hasta una microcámara japonesa del tamaño de una cajita de fósforos."En la cuadra todos saben que antes de tirar algo a la basura me lo tienen que mostrar",asegura.

En Capital, Alejandro Bassignani (35) y Lucio Capalbo (45), están armando el museo deCaballito. Ya juntaron 300 fotos, 50 planos y hasta una colección de monedas acuñadascuando inauguraron la Plaza Primera Junta y el Parque Rivadavia. Cuando lo abran será el primero de su tipo en Capital. "Así, la gente se da cuenta de que los próceres no son sólolos cuadros que están en las paredes", dice María Teresa Dondo de Barcia curadora de "La



Memoria del Afecto", una muestra en el Museo Larreta que se puede ver hasta el 20 deoctubre.

Y los próceres del barrio no andan en caballo blanco. A veces salen en alpargatas, otras se ponen unos coquetísimos zapatitos para pasear. Ahora, eso sí, bajo ninguna circunstancia

estarían dispuestos a decirle Marcelo T. a Charcas o Scalabrini Ortiz a Canning. Forman parte de un mundo sacado del armario más viejo de Buenos Aires. Parecido al placardque Chacha Schuth Mati (75), nieta de los fundadores del Club de Tiro Suizo del BajoBelgrano, desvalijó para mostrar sus recuerdos en las vitrinas del Larreta. Trajo una foto,varias medallas y parte de la vajilla de su bisabuela: una tetera de porcelana blanca, tan pero tan linda, que si María Castaña viviera seguro le pediría una tacita de té.

Modas del S. XIX. De izquierda a derecha: Vestido de la novia. Vestido del surah. Vestidodel satén.

Novias de Negro y Luto

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