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  • 7/24/2019 Novenario Don Boco

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    DON BOSCO

    200 AOS

    LA PAZ -BOLIVIA

    2015

    Novenario de Reflexiones

    Marcelo Escalante Mendoza, SDB

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    PRESENTACIN

    Don Bosco es uno de los santos que ha sido motivo de una amplia bibliografa. Lacantidad de obras que salieron de su pluma es en s amplia. Pero las obras que sehan escrito sobre y tratando de interpretar su vida, pedagoga y espiritualidad; llenanbibliotecas enteras. Por qu escribir una nueva? Me he hecho esa pregunta en losdas utilizados para la realizacin de este trabajo, principalmente porque en esosdas me han llegado materiales muy preciosos, todos ellos enfocados a lacelebracin del Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco. stos son trabajos quesuperan ampliamente mis humildes pensamientos y mi pobre estilo literario Por quno simplemente compartirlos?

    Tal vez porque mis anteriores pequeos trabajos han alcanzado una aceptacinypor qu no decirlo, un cierto xito- que me ha sorprendido. Tal vez porque tengo elcompromiso personal de continuar con la difusin de este tipo de material, por lomenos hasta el 16 de agosto de 2015. O tal vez porque desde que era nio, mispadres me inculcaron una regla que me ha ayudado siempre: que no te cuenten

    cmo se ve anda y observa por ti mismo. Pero en medio de tantos talveces tengouna seguridad, porque quiero presentar un homenaje personal a mi padre, DonBosco. Y cual nio pequeo, ms que ir a comprar un lindo regalo en una tienda,prefiero hacer una tarjeta aunque tosca- con mis propias manos, pues si bienmenos bella, est llena de ms carioy significado.

    El trabajo que presento fue escrito en un tiempo relativamente corto,como bien, elamable lector, podr fcilmente darse cuenta. Esto por diferentes razones. Primera,porque la experiencia me ha enseado que lo sencillo llega ms y a ms personas.Segundo, porque el proyecto andaba en mi cabeza desde hace ya varios meses,entonces me fue sencillo hacerlo pasar por los dedos al ordenador. Y Tercero,porque mi nuevo encargo en la Universidad Salesiana de La Paz (Bolivia), no me hapermitido ir un poco ms en profundidad, como me hubiera gustado. Sin embargoquedo satisfecho con el trabajo realizado y con el resultado obtenido.

    Tradicionalmente he presentado novenas de preparacin, esta vez he querido

    presentar simplemente reflexiones que motiven la meditacin personal y/o el dilogogrupal de los que de una u otra manera nos encontramos comprometidos con elcarisma y la misin de Don Bosco. El material ha sido pensado para mover el corazny afianzar el compromiso de quedarse con Don Bosco. De all que se ha seguido

    una estructura comn en todas las reflexiones:

    1) En la vida de Don Bosco;

    2) De Don Bosco a nuestros das; y

    3) Nuestro compromiso.

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    Considero este esquema apropiado, porque la idea no es slo hacer memoria delpasado, sino reconocer que la obra de Don Bosco le excedi en el tiempo y el espaciohasta llegar a nosotros mismos, de quienes se espera un compromiso concreto quele haga presente, an a la distancia de 200 aos de su nacimiento.

    Me permito sugerir que, de hacer encuentros grupales, cada uno de stos comience

    con una invocacin al Espritu Santo y termine con la Oracin del Bicentenario, quenos dej el P. Pascual Chvez.

    Con alegra y esperanza hemos comenzado el ao del Bicentenario del nacimientode nuestro Padre y Maestro de la Juventud. Esta es una gran oportunidad, unaexcusa de oro, para conocerle ms y as reafirmar nuestro compromiso de compartircon l su proyecto, su estilo y su misin. Espero que este sencillo trabajo puedacolaborar en ello.

    Termino agradeciendo a los que de una u otra manera me apoyaron para realizareste esfuerzo. De manera especial, en esta ocasin, presento mi sentido

    agradecimiento al P. Javier Ortiz, Inspector de los Salesianos en Bolivia, quien meha demostrado su confianza y amistad. De igual modo, al P. Arthur Lenti, quien enmi ao en el Don Bosco Hall de Berkeley (CA, USA) ha sido y es gran maestro yentraable amigo. A ellos va dedicado este trabajo.

    Viva Don Bosco!

    Marcelo Escalante Mendoza, SDB

    (E-mail:[email protected])

    La Paz, Bolivia, Enero del 2015

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    DA PRIMERO:

    200 AOS DE UN SUEO

    En la vida de Don Bosc o

    Tal vez el episodio ms conocido de la vida de Don Bosco es el as llamado sueo de losnueve aos. Hecho sobrenatural? Impresin psicolgica de la celebracin de la fiesta deSan Pedro y San Pablo? Lectura retrospectiva? Leccin pedaggica-espiritualintencionada?... Tal vez una combinacin de todos estos factores y algunos otros.

    En el tan mentado sueo hay varios personajes, escenarios, enseanzas, misterios. Niosque pasan por un proceso de transformacin de su estado natural a fieras, luego a ovejasy finalmente -en la continuacin del sueo- a pastores. Los personajes principales de latrama son dos, de quienes curiosamente en ningn momento se menciona su nombre.Primero, un joven varn de aspecto majestuoso y vestido noblemente. Un manto blanco

    cubra toda su persona. Su rostro era tan luminoso que no se poda mirarlo fijamente. Mi

    nombre? Pregntaselo a mi madre, dice aqul personaje, quien sin ms se declara comoEl Hijo de aqulla a quien tu madre te ense a saludar tres veces al da. El segundo

    personaje es una mujer majestuosa, vestida con un manto que resplandeca por todaspartes, como si en cada punto hubiera una estrella luminossima. Ella es la maestra bajocuya gua uno se convierte en sabio, pero sin ella, incluso quien es sabio se vuelve un pobreignorante. Unnimemente se acepta que se tratan de Jess y Mara, respectivamente.

    Los sentimientos juegan tambin un papel importante en la narracin del sueo. Juanitopasa de la furiapor haber escuchado las blasfemias de aqullos jovenzuelos, al asombrodever su transformacin, existe tambin la confusin de no saber quines eran los que le

    hablaban, para finalmente terminar en la llorosa impotencia de saberse incapaz decomprender el mensaje (todava no era el tiempo).

    Una misin y un estilo quedan claramente expresados: Me puso al frente de aqullos

    muchachos, lo que ahora ves que ocurre con estos animales la transformacin de lobosa ovejas- t lo debers hacer con mis hijos Cmo? No con golpes, sino con bondad yamor explicndoles la fealdad del pecado y la belleza de la virtud, con la obediencia y la

    adquisicin de la virtud, hacindose humilde, fuerte y robusto.

    De Don B osco a nuestros t iempos

    El sueo de los nueve aos ha sido para Don Bosco a lo largo de toda su vida motivo deinspiracin, gua, sustento, fortaleza, consuelo, esperanza As lo vivi y as lo cont a sus

    salesianos. Despus de su muerte, sus hijos contemplaron este sueo como una de lasherencias ms importantes dejadas por su padre espiritual. Se han hecho cientos de lecturase interpretaciones, en las que se han descubierto decenas de detalles que han servido paranuevas lecturas. Este sueo ha inspirado y guiado el obrar salesiano alrededor del mundo.

    Ahora bien, necesitamos hacer una aclaracin sobre el cmo entender la palabra sueo.

    ste puede entenderse desde dos puntos de vista: como anhelo y como utopa, es decir,como esperanza real y como esperanza inalcanzable. Los salesianos se han aventurado aconquistar las fronteras de una realidad adversa, inspirados y fortalecidos por un sueo que

    saban poda hacerse realidad. Convertir fieras en ovejas ha sido el sueo, la meta, que seha perseguido y que se ha alcanzado en no pocas oportunidades.

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    Ms no se trata de domesticar, ni amansar, ni adoctrinar, la imagen de ovejas o

    corderos puede dar lugar a la confusin. Se trata de evangelizar-educar, es decir, unesfuerzo por obtener personalidades capaces de distinguir la fealdad del pecado y lahermosura de la virtud. Creemos que esto es posible y creemos que el nico camino paralograrlo es el de la educacin integral.

    Hoy en da la situacin parece ms adversa que nunca, por ello no falta quien nos vea como

    fantasiosos, ilusos o ingenuos. Pero nuestra fe puesta en el Seor de la Vida, el ejemplo deDon Bosco y el testimonio de miles que bajo el carisma salesiano han alcanzado el sueoperseguido, nos impulsa a seguir sin desfallecer.

    Con humildad creemos que nuestro trabajo no nace slo de una idea humana, sino que esfruto de la iniciativa de Dios. Ms que de Don Bosco, somos parte de un sueo de Diosmismo: el de la salvacin de sus hijos ms jvenes, especialmente de los ms pobres. Estesueo comenz miles de aos antes de Don Bosco y sus salesianos, pero los incluye ysiendo que el proyecto de salvacin de Dios no tiene fin, nos incluye tambin a nosotrospues de un modo o de otro, estamos comprometidos en la empresa de la salvacin de lajuventud.

    Un autor, Walter Nigg, escribi que Don Bosco no tuvo sino un nico sueo: la salvacin dela juventud. La afirmacin puede discutirse, pero aun as no pierde su certeza. Nosotrossomos parte de ste sueo divino, uno eterno, un sueo que un poco se explica y revela enaqul sueo de los nueve aos tenido por Don Bosco. Este es posible de realizar, gracias alapoyo de personas que estn dispuestas a comprometerse con la salvacin de la juventud.

    En una ocasin un joven se encontraba recogiendo estrellas marinas a la orilla del ocano,eran miles y el trabajo pareca intil. No falt quien le aconsej que no perdiese el tiempo,pues las estrellas eran muchas y su esfuerzo era insignificante, con osada increp al joven:No tiene sentido perder el tiempo de esa manera! El joven, tomando una de las estrellas

    en sus manos respondi: Para sta si tiene sentido!

    Nuestro comprom iso

    A los 200 aos del nacimiento de Don Bosco, tenemos la seguridad de que el Seor semanifest en su vida para hacerlo instrumento Suyo. Vemos que el as llamado sueo delos nueve aos muestra claramente que Dios comenz el proyecto y que as como en todas

    las obras que inspira, se compromete a llevarlo a buen trmino. Don Bosco, en su vidaterrenal pas, pero el sueo contina y nosotros somos parte de ste. Ahora que nospreparamos a celebrar los doscientos aos del nacimiento de nuestro padre, San JuanBosco, nos comprometemos a: 1) Dar continuas gracias a Dios por ser parte de este sueo;

    2) Reafirmar nuestro compromiso de ser educadores-evangelizadores de la juventud, segnel estilo y la tradicin salesiana; 3) Convocar a otros (sin distincin de gnero, edad,condicin) a que compartan con nosotros la realizacin del sueo de Dios, la salvacin de

    todos sus hijos, especialmente los ms jvenes y desprotegidos.

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    DA SEGUNDO

    200 AOS DE AMISTAD CON LA JUVENTUD

    En la vida de Don Bosc o

    El verano de 1854 trajo una pavorosa noticia: el clera. An hoy en da, con todos losadelantos mdicos y biolgicos, al escuchar que alguna epidemia asecha, tememos Cuntoms en los tiempos en los que casi toda enfermedad grave se arreglaba con sangras! (Setena la idea de que las enfermedades moraban en la sangre, entonces: menos sangre,

    menos enfermedad). Las consecuencias de esta epidemia fueron desastrosas. Algunosinfectados eran tapiados y abandonados, para rescatar los cuerpos ya sin vida, fue necesariodestruir puertas y paredes. En Turn murieron 1248 personas (En una ciudad de menos de136000 habitantes!) Cuando finalmente la epidemia pas, gracias a las lluvias de otoo, eldrama continuaba, entre sus consecuencias ms lamentables se encontraba la orfandad demiles de nios que quedaron sin uno o ambos padres.

    Entre estos se encontraba el pequeo Pedro Enria, quien despus se convertira ensalesiano coadjutor. l mismo narra su drama con sencillez y sin poner mucha atencin alestilo literario. Ya hurfano de madre, el clera le oblig a sufrir nuevamente la orfandad estavez de su padre y madre sustituta. Muy triste fue el desenlace, junto con sus cuatrohermanos, prcticamente contemplaron el agonizar de su padre. Qu sera de su futuro?

    En Turn se arm un orfanato provisional en el que se recogi a los hurfanos por laepidemia, pero ste era slo un lugar de trnsito, los que all llegaban deban esperar quealguien es compadeciera de ellos y los llevase a un lugar estable. Movido por su corazn dePadre, Don Bosco fue y recogi veinte de aqullos pobres nios y jvenes. Enria nos hadejado el testimonio de ese encuentro maravilloso que nunca se borr de su memoria:Mientras todos los chicos estaban reunidos y puestos en fila por un asistente, vemos venir

    un sacerdote acompaado por el director del orfanato. Aquel sacerdote estaba sonriente,

    tena un aire de bondad que se haca amar sin hablar con l. Pasando cerca de los chicos a

    todos les haca una sonrisa y despus les preguntaba con amor paterno el nombre, apellido

    y patria; y su saban las oraciones y catecismo, y si haban aprobado el examen para la

    confesin y si se haban confesado. Todos respondan con confianza y decan cmo se

    encontraban, pas finalmente cercano a m. Yo sent que el corazn lata fuertemente no por

    temor, sino por un afecto y amor que senta dentro de m mismo. Senta que amara a aquel

    santo Me dijo: Quieres venir conmigo? Seremo s siempre bueno s amigos h asta que

    estemos en el paraso...

    Suman por cientos los testimonios de los que conocieron a Don Bosco en circunstanciasmuy diversas, pero con caractersticas comunes. Dentro de la espontaneidad de laconversacin no falt la sonrisa, la expresin de afecto, el interesarse por la realidad deljoven, y la invitacin que corona todo el dilogo: Seamos amigos. Puede ser que laspalabras cambien, pero el sentimiento era siempre el mismo: quedarse con Don Bosco,que no es sino ser amigos sinceros. No en vano hasta el da de hoy se considera a Don

    Bosco como el gran amigo de la juventud.

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    Mas su amistad es educativa-evangelizadora. Bien se ha dicho que uno no poda hablar conl sin salir con un buen mensaje, o con algn pensamiento que invite a amar ms al Seor.No se trataba simplemente de compincheo, sino de amistad profunda y sincera. Una

    amistad que tiene como fin el bien del otro, su felicidad. En una palabra, una amistad quenace de la presencia del Seor. Es unnime el testimonio de aqullos que vivieron en elOratorio de Don Bosco en medio de grandes privaciones, con una pobreza y sobriedad tal

    que admiraban, pero, dicen ellos, ramos felices porque nos sentamos amados. Laamistad de Don Bosco hacia sus jvenes se convirti en amor concreto. Amor que entiendesus necesidades bsicas de alimentacin, vestido, estudio, hogar, recreacin y educacin.Era una amistad que reflejaba el Amor de Dios hacia sus hijos, pues es l quien ms quierevernos felices y realizados. Una amistad as no puede sino ser percibida, reconocida yagradecida.

    De Don B os co a nues tro s das

    Los hijos de Don Bosco y los que comparten

    con ellos su misin por el bien de la juventud,son conocidos como los amigos de lajuventud. Se suele decir que amigos los hayde toda clase, pero esto no es cierto, pues elverdadero amigo es aqul que busca el biendel otro, incluso llegando al sacrificio. Lossalesianos y los miembros de la FamiliaSalesiana se han convertido en amigos de lajuventud, pues no han escatimado esfuerzospara llegar a los sectores ms alejados de lafaz terrestre, con un nico fin: el bien de la

    juventud. Colegios, universidades, institutos,centros juveniles, oratorios, centros decapacitacin, misiones no son sino expresin de una amistad operativa, una amistad

    prctica, una amistad que llega hasta sacrificios inimaginables.

    Esta amistad operativa no fue slo institucional, sino personal. Bien dej escrito Don Bosco:no basta amarles, sino que se den cuenta de que son amados. Y esto se logra slo

    mediante la amistad afectiva y efectiva, una amistad que se cultiva en el dilogo, la cercana,la comprensin, el perdn, el apoyo, la acogida, la aceptacin. Hoy los salesianos sonamigos reales de los jvenes, pues comparten con ellos sus miedos y esperanzas, susalegras y tristezas, sus sueos y temores. Nos consideramos amigos de los jvenes porquelos conocemos por el nombre, porque nos han permitido entrar en su mundo, porque ellosnos abrieron las puertas de su amistad, porque as como nosotros los conocemos, ellos nosconocen y reconocen las intenciones profundas de nuestro corazn.

    Ya vamos 200 aos de amistad. Los amigos de Don Bosco se encuentran alrededor de todoel mundo, desde Canad hasta la Patagonia, desde Londres hasta Sudn, desde Boliviahasta China Tambin nosotros somos fruto de la amistad que Don Bosco supo realizar

    con sus jvenes, una amistad que no conoci latitudes, ni razas, ni lenguas, -incluso- nireligiones. Dej escrito l mismo: Encontrarn personas mucho ms doctas e instruidasque yo, pero difcilmente encontrarn quin les ame ms en el Seor y quien desee ms subien. Se puede expresar de un modo ms perfecto la amistad?

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    Nuestro comprom iso

    Enria, Cagliero, Cerruti, Rua, Francesia, Buzzeti por nombrar a algunos, son clarosejemplos de aqullos que aceptaron el quedarse junto a Don Bosco, ser sus amigos por todasu vida. Ellos no eligieron una organizacin, tal vez ni siquiera entendieronal menos no enun principio- el proyecto que Don Bosco tena planeado, ellos decidieron quedarse con aqulque saban les amaba y buscaba su bien. En una palabra, ellos decidieron quedarse con

    quien saban era su amigo de verdad.

    A pesar de que no pudimos conocerlo, nosotros tambin podemos considerarnos amigos deDon Bosco, pues por medio de l, el Seor nos regala el carisma para trabajar por lajuventud. Ciertamente es nuestro modelo, ms nuestra fe nos asegura que es ademsnuestro protector e intercesor. Comprometmonos, pues, a: 1) alimentar nuestra amistadcon l mediante la oracin, pero tambin mediante el estudio y profundizacin de su vida,pedagoga y espiritualidad; 2) Ser amigos de la juventud, dejando de lado prejuicios, miedos;por el contrario alimentando nuestra confianza en ellos, reconocindoles como lo que sonen realidad, incondicionalmente hijos amados de Dios. La amistad sincera y desinteresadacon la juventud es nuestro camino de santificacin y salvacin.

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    DA TERCERO

    200 AOS DE CONFIANZA EN EL SEOR

    En la vida de Don Bosc o:

    El verano de 1854 trajo consigo un hecho desastroso: el clera. Una enfermedad conocida,pero en aquel tiempo incurable. Ser slo en 1884 cuando se encontrar la bacteria que loproduce y se podr atacar la causa real. Mientras, en donde la bacteria asechaba laconfusin haca presa de todos. En Turn se corri la voz de que los mdicos se pusieron

    de acuerdo para suministrar a los enfermos bebidas envenenadas, llamada agita, de tal

    suerte que muriesen lo antes posible para salvarse ellos mismos y salvar as a los dems.El miedo cundi por todas partes. La enfermedad se llevaba por lo menos a la mitad de losafectados. El Oratorio de Don Bosco se encontraba en una de las zonas en donde laenfermedad atac con ms furia, recuerda el P. Bonetti que de alrededor, algunas familiascompletas desaparecieron en brevsimo tiempo.

    Qu hacer frente a esta situacin? Los miembros de la Casa Real escaparon(cobardemente?) en carrozas cerradas, las escuelas cerraron, muchos volvieron de laciudad a sus pequeos pueblos. Qu pas por la mente de Don Bosco? Imaginmosleresponsable de un grupo nutrido de muchachos en una ciudad en la que una epidemia adiario se cobra la vida de decenas. Ciertamente la prudencia aconsejaba la retirada. Pero

    Don Bosco esper contra toda esperanza, tal vez pas por su mente aquella cita del salmo27: aunque un ejrcito acampe contra m, nada temo, porque t vas conmigo. Algunos lollaman osada, otros ingenuidad, otros imprudencia los creyentes le llamamos fe profunda.Lo cierto es que Don Bosco confi en el Seor y no solamente no huy con sus jvenes,sino que adems se quedaron a ayudar a los que estaban contagiados (!!!).

    Si nos sorprende la decisin de Don Bosco, ms debe sorprendernos que de los 44 jvenesque voluntariamente aceptaron el desafo de ir a ayudar a los infectados, ninguno fuecontagiado. Biolgicamente es algo inexplicable, ms las cosas de Dios no necesitaexplicacin sino confianza, fe. Ciertamente Don Bosco no fue un ingenuo, cuando laenfermedad acech tom todas las previsiones que en aquel entonces eran aconsejadas:se redobl la limpieza, se espaciaron las camas, se mejor la comida Slo hubo una solarecomendacin que no fue acatada: mantenerse lejos de los infectados. Cuando todo lohumano estaba hecho, puso su confianza plena en el Seor y en la Virgen Mara. Si bien losmdicosy las personas mayores- aconsejaban modos de previsin poco convencionales,Don Bosco dio a sus voluntarios una vacuna que no se encontraba en ninguna farmacia: Siustedes, queridos jvenes, me prometen no cometer voluntariamente ningn pecado, creo

    poder asegurarles, que ninguno de ustedes ser afectado por el clera.As ocurri.

    Esperar contra toda esperanza, confiar a pesar de todo, abandono pleno en las manos delSeor. Poner todo lo que este de nuestra parte y confiar, una vacuna de la que todosnecesitamos. El Seor no se deja ganar ni en generosidad, ni en bondad. Don Bosco loexperiment y vivi as. Pero aun siendo un hombre de fe profunda, con humildad reconoceal final de su vida: cunto ms hubiera podido hacer si hubiera tenido ms fe!.

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    De Don B os co a nues tro s das

    No hay dudas, Don Bosco fue un hombre intrpido y qu decir de sus hijos! Pensemos enJuan Cagliero que acepta el desafo de ponerse a la cabeza del grupo de los primerossalesianos que se van a las misiones en Argentina. Ciertamente se hizo el esfuerzo por dar

    todas las garantas humanas, pero, llegada la hora, no pocas de stas fallaron. Los jvenes(realmente jvenes!) misioneros no se desanimaron y a pesar de los cambios de ltimo

    momento, siguieron, conscientes de que su trabajo no era simplemente humano, sino partede un plan divino, su esperanza estaba puesta en el Seor, as se lo haba dicho su padreDon Bosco.

    Pongamos un ejemplo. Cuando Juan Cagliero y sus compaeros logran finalmenteestablecerse en Buenos Aires, recibieron una indicacin seria: No ir al barrio de La Boca.

    Este barrio era nido de masones y anticlericales (comecurasdecimos hoy en da). Quhizo el joven padre Cagliero? Agarr una bolsa con medallas de Mara Auxiliadora y otra condulces, y sin pensarlo mucho se meti a aqul barrio con todo y sotana- en busca de

    jvenes y nios a quienes predicarles la Palabra del Seor. Ingenuidad, osada,intrepidez?... Yo dira confianza plena en el Seor. A los pocos aos, en aquel ex-barrioanticlerical, se celebraban multitudinarias Primeras Comuniones y Procesiones. Quien

    confa en el Seor no queda defraudado, dice el la Carta a los Romanos.

    As, alrededor de todo el mundo, los hijos de Don Bosco han dado muestras de intrepidezhumana y de confianza plena en el Seor. Esperar contra toda esperanza, confiar a pesarde la adversidad, creer en la tempestad y abandonarse en la santa voluntad del Seor; hansido las lneas fundamentales de los salesianos en su trabajo como educadores-evangelizadores de la juventud. Ciertamente no todos los proyectos han llegado a feliztrmino, pero los que lo han hecho han sido ampliamente fructferos, muestra clara de lapresencia y del beneplcito divino.

    Nuestro comprom iso

    A los 200 aos del nacimiento de Don Bosco, hacemos una mirada retrospectiva yconstatamos con humildad que Dios ha querido estar presente en todo este proyecto.Constatamos, adems, que cuando se ha buscado, por encima de todo hacer, Su voluntad,las obras emprendidas han obtenido grandes resultados. Vemos tambin que en algunasocasiones, a pesar de la buena voluntad e intencin de los ejecutores, las obras no llegan alfin esperado; de ello aprendemos que confiar en el Seor es tambin aceptar su voluntad.

    Sabiendo esto, en memoria de nuestro Padre Don Bosco, asumimos el compromiso de: 1)Esforzarnos por hacer que nuestro trabajo sea intrpido, creativo, amplio, significativo ygeneroso en favor del bien de la juventud; 2) Reconocer que nuestro trabajo no es slohumano, sino tambin divino y que por tanto, Dios es el primer interesado en hacer que losesfuerzos sean fructferos; 3) Reconocer que confiar en el Seor no significa cruzarse debrazos, sino, por el contrario, trabajar con ms ahnco y creatividad; 4) Aceptar con gratitudy alegra la voluntad de Dios, ya sea que sta coincida o no con nuestros planes y deseos.Repitamos con frecuencia e intensidad: Jess, en ti confo.

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    DA CUARTO

    200 AOS DE CONFIANZA EN LA JUVENTUD

    SENCILLA Y EN PELIGRO

    Episodio d e la vida de Don Bo sco

    Cundo tuvo Don Bosco la idea de fundar una congregacin religiosa en favor de lajuventud? Esta es una pregunta a la que los estudiosos no dan una respuesta unnime. Locierto es que cuando Don Bosco vio que la obra de sus Oratorios alcanz estabilidad y, por

    qu no decirlo, xito en su labor educativo-evangelizadora, surgi en l el deseo de hacerque esta obra de bien permanezca en el tiempo. Despus de un par de intentos fallidos,finalmente en 1854 logra encontrar un grupo de 4 jvenes (Rocchieti, Artiglia, Cagliero yRua) a quienes logra hacerles una propuesta: Hacer con la ayuda del Seor y de SanFrancisco de Sales, una experiencia de ejercicio prctico de caridad con el prjimo, parallegar ms tarde a una promesa y, despus, si se vea posible y conveniente, convertirla envoto al Seor. Desde aquella noche se llam salesianos a los que se propusieron y sepropongan tal ejercicio. Esta vez el intento fue ms efectivo.

    Don Bosco fue cauteloso al hacer la propuesta. Eran tiempos difciles para la Iglesia y el slohecho de ser sacerdote, religioso o religiosa; poda llevar a condenas, insultos e incluso

    vejaciones pblicas. En semejante ambiente Cmo proponer la idea de hacerse religioso?Por otro lado, los jvenes con los que trataba Don Bosco eran muchachos sencillos, muchosde ellos hurfanos, de calle, otros haban estado en prisin Eran stos dignos de abrazar

    el estado eclesistico? Tal vez para muchos no, pero para Don Bosco s. Y es ms, DonBosco vea en estos jvenes no slo la nica opcin que tena a mano, sino que los vea

    como La opcin para el futuro de la Iglesia, l mismo escribe: En aquel tiempo Dios hizoconocer de manera clara un nuevo tipo de milicia, que l quera escoger no ya entre lasfamilias acomodadas Los que manejaban el azada o el martillo deban ser elegidos para

    tomar un puesto distinguido entre aquellos que se preparan al estado sacerdotal.

    Tal vez a nosotros esta opcin nos parece de lo ms normal, pero en el tiempo de Don

    Bosco no fue as. Todo lo contrario. El sacerdocio estaba reservado para los hijos de buenacuna. Don Bosco quera hacer de sus pobres jvenes, pastores de otros jvenes! No fueronpocos los que no entendan e incluso condenaban esta idea.

    Como en prcticamente todas sus obras, en la fundacin de su congregacin Don Boscoconfi su realizacin a jvenes de buen corazn y de probada virtud, aunque inexpertos ypoco preparados. Es cierto que el buen padre se vali de los que tena, pero no es menoscierto que no lo hizo con un aire de sufrida resignacin, sino de gozosa esperanza. DonBosco crea, y enseaba a creer, en la juventud. Siendo que pasaba gran parte de su tiempocon sus queridos jvenes, saba cmo y qu proponer. Ciertamente no era ingenuo,cualquiera que haya trabajado en educacin sabe que los jvenes tienen un mpetu interiorque, mal encaminado puede llevar a situaciones desastrosas, pero bien encausado puedeobrar maravillas. El 18 de diciembre de 1859, un grupo de 18 jvenes, muchos de ellos

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    menores de 20 aos, (los nicos que pasaban los 40 eran Don Alasonatti y Don Bosco) seconvirtieron en los padres fundadores de la Pa Sociedad de San Francisco de Sales.

    La confianza de Don Bosco en la juventud no era bien comprendida. El Padre Cagliero dijobajo juramento: Recuerdo bien cmo algunos visitando nuestro Oratorio, y presenciando elrecreo de los jvenes, con juegos carreras y saltos, dijeron que Don Bosco educaba a lossuyos a la bartola: y hubo incluso quien nos dijo caballos. Y estos caballos eran los

    sacerdotes Rua, Francesia, Cagliero, Albera, Lasagna, Fagnano y otros mil que ahora son

    celossimos misioneros, obispos, arzobispos, prrocos y sacerdotes.

    As podemos mostrar decenas de ejemplos de la confianza real y efectiva de Don Boscohacia sus jvenes. Los resultados fueron asombrosos. El buen sacerdote no se equivoc.

    De Don B os co a nues tro s das

    Con el paso de los aos los jvenes de aqul entonces se convirtieron en los pilaresfundamentales de la naciente congregacin. Conforme la congregacin se fue extendiendo

    por diferentes latitudes, la opcin fue siempre la misma: los jvenes. Esta opcin setransform en opcin por ellos y opcin por medio de ellos. Es decir, que si bien todos losesfuerzos de los salesianos se centraron en buscar el bien integral de la juventud, se hizoopcin por hacer que los principales sujetos evangelizadores de sus compaeros sean losmismos jvenes. Y hoy en da vemos un ejrcito de animadores, catequistas, voluntarios,lderes que venciendo el miedo y desafiando las burlas llevan el mensaje de la Buena

    Noticia del Reino a sus mismos compaeros. Estos jvenes se han convertido en nuestrosambientes salesianos en traductores del mensaje, inspiradores de tantos otros y testigosvivos de la fe cristiana vivida con la vitalidad y alegra que les caracteriza. A pesar de lasexperiencias poco gratificantes, no nos sentimos defraudados, los jvenes han sido desdesiempre los principales aliados de los salesianos en su labor de ser pastores y educadores

    de la juventud.Por esta razn el trabajo salesiano se revitaliza contantemente. Porque el esfuerzo de llegara los jvenes nos ha mantenidocon el corazn joven y porqueellos mismos se han apropiado delcarisma y lo han transmitido, lohan renovado, lo mantienenjuvenil. Nuestra confianza en lajuventud nos ha llevado aemprender obras nuevas e

    inusitadas, pues aunque con dolorvemos hasta qu punto el pecadopuede daarles, no hemos dejadode confiar en ellos. Por la fe en elSeor de la vida, el Evangelio queprofesamos y el ejemplo denuestro Padre Don Bosco,hacemos da a da el voto deconfiar en la juventud.

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    Nuestro comprom iso

    Cuando observamos el trabajo que la Familia Salesiana realiza en el mundo entero,constatamos con gozo que los jvenes son sujetos activos de este apostolado.Reconocemos adems que si bien en nuestros centros tenemos varios de ellos que desdeel comienzo fueron como Domingo Savio, Miguel Magone, Francisco Besuco no son pocoslos que lograron encontrar un sentido a su vida en la casa de Don Bosco, alcanzando de

    esta manera una autntica conversin. Cuntas veces hemos sido medios para que Diosobre maravillas en esos jvenes corazones!

    A los 200 aos del nacimiento de nuestro Padre Don Bosco, reafirmamos el compromiso de:1) Trabajar por la juventud, especialmente la ms pobre y abandonada; 2) Confiar en losjvenes, lanzndoles desafos que les lleven a realizarse integralmente como personas-creyentes; 3) No quejarse de la realidad juvenil, por el contrario verla con esperanza,haciendo el esfuerzo por comprenderla y amarla as como es, buscando siempre deencaminarla hacia los valores del Reino de Dios.

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    DA QUINTO

    200 AOS DE FAMILIA

    En la vida de Don Bosco

    Desde el mismo comienzo de su apostolado con la juventud, Don Bosco encuentra una seriede dificultades. Cuando su Oratorio apenas comenzaba a dar sus primeros pasos, tuvo queluchar para que su obra no pereciera. Tal vez la dificultad ms grave fue la de encontrar unlugar donde continuar sus reuniones de fines de semanas y das festivos. Fuerondesalojados del Convictorio Eclesistico, del Hospitalito de la Marquesa Barolo, delcementerio de San Pedro in Vincoli, de los Molinos del ro Dora y del prado de los hermanosFilippi. Por otro lado, la falta de recursos, la incomprensin de sus pares, la falta de

    colaboracin, el excesivo trabajo y esfuerzo fsico malgastaron la salud de aqul jovensacerdote. Cunta presin sobre los hombros del pobre Don Bosco! El resultado eraprevisible, aqul pobre hombre cay gravemente enfermo, al punto de que se esperaba lopeor. Tal vez el primer milagro de su vida, obrado no por l, sino por la oracin de susjvenes, fue su restablecimiento, aunque nunca ste fue completo, pues el joven sacerdoteaceptaba cualquier medicina menos una: el reposo.

    Con todo, se le convenci de que fuese a pasar unos das a su casa, de modo que el airedel campo, el descanso hogareo, la compaa de su familia, pero principalmente el cariomaterno le ayudasen en su recuperacin. La medicina fue efectiva. Don Bosco se recuper,aunque no del todo. Su corazn lleno de celo y de deseo de hacer el bien a sus pobres

    jvenes (que en ningn momento le haban dejado, pues siempre que podan recorrankilmetros por ir a verle) le movi a adelantar su regreso a Valdocco. Ms no llegara solosino que traa consigo el mejor regalo que pudo dar a sus muchachos: una madre, su propiamadre.

    Con la presencia de Mam Margarita la casa de Don Bosco, su Oratorio, se convirti en unaautntica familia. Los muchachos no tardaron en llamarle mam y en tener con ella una

    confianza filial tal que cualquiera dira que eran sus hijos carnales. De su experiencia infantilen el seno de su mismo hogar y al vivir el ambiente de familia en su Oratorio, Don Bosco notard en intuir la importancia de la familiaridad en la educacin. Esta era tal que mantenaen su Oratorio un equilibrio perfecto, que no pocos se asombraban y decan: All realmente

    est Dios. La familiaridad en el Oratorio de Don Bosco no se trataba de mimos y caricias,sino de sano equilibrio entre dar y recibir. Los jvenes reciban techo, comida, educacin,familia, educacin en la fe; y todo ello con afecto, respeto, alegra. Y conscientes de todo loque reciban estaban dispuestos a dar frutos de respeto, responsabilidad, obediencia,entrega, trabajo, alegra, cario. Pero ms an, como ocurre en las familias, ellos mismosse sentan parte importante de la buena marcha del Oratorio, ellos mismos se convertan enlos jvenes guas y animadores de sus compaeros ms pequeos, inexpertos odesventajados. El Oratorio de Don Bosco era una autntica familia, as lo sinti l, as losintieron sus jvenes; y as nos lo comunic. Por eso no quiso que sus obras se llamasencentros, o institutos, sino casas, pues quiso que en cada una de ellas, los jvenesencontrasen un hogar, una familiaen la que se sintiesen a gusto como miembros queridos

    y comprometidos. Don Bosco no fund un instituto, sino una familia.

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    De Don B os co a nues tro s das

    La pequea familia de I Becchi, seconvirti en una familia numerosa enTurn y luego se hizo inmensurable entodo el mundo. Los hijos de DonBosco cruzaron fronteras y mares

    haciendo que su familia se extendieseampliamente. Sin importar laslatitudes, las lenguas, ni las razas la

    familia de Don Bosco forma hoy en laIglesia un abanico impresionante, seha convertido en la gran FamiliaSalesiana de San Juan Bosco. Espues salesiana, porque quiere reflejarla bondad y dulzura de San Franciscode Sales, y es tambin de San JuanBosco, porque en l encuentra sufuente de inspiracin, su experienciafundante, su fundamente. En estafamilia, a pesar de la diversidad desus grupos, hay caractersticascomunes e inconfundibles.

    Tenemos un ADN salesiano claro y bien definido, el mismo que se encuentra expresado ennuestra vocacin, misin y espiritualidad. Nuestro centro unificador es Don Bosco, es nuestropadre, por ellos todos tenemos un parentesco espiritual. Es Dios mismo quien nos llama

    -vocacin-a formar parte de esta familia, es decir a compartir, vivir y difundir el carisma. Estavocacin se orienta a realizar la misma misinde Don Bosco: la salvacin de la juventud por

    medio de su evangelizacin-educacin, poniendo en prctica el Sistema Preventivo. Porltimo, somos tambin herederos de un patrimonio espiritual que tiene su fuente en laexperiencia espiritual de Don Bosco, cuyo reflejo ms intenso es la Caridad Pastoral, sntesisde nuestro espritu salesiano.

    La Familia Salesiana de Don Bosco es tal vez el mejor fruto del deseo de Don Bosco porhacer que sus obras sean autnticas casas, las mismas que distribuyndose por todo elmundo pudiesen ser un refugio para aqullos jvenes que no tuvieron la oportunidad,gozasen de la experiencia gratificante de familia. As ocurri. Hoy son miles los jvenes queacuden a las casas salesianas en busca de amistad, pero tambin de familiaridad, de unafamilia. El sueo se hizo realidad.

    Nuestro comprom iso

    Hemos visto todo el empeo que Don Bosco puso por hacer de sus obras unas casas, endonde los jvenes se sintiesen a gusto. Ms hoy en da las obras de la Familia Salesiana sehan vuelto tan grandes y complejas que aquella espontaneidad y familiaridad inicial se veamenazada. Al celebrar los 200 aos del nacimiento de nuestro fundador, hagamos elcompromiso de: 1) Promover en nuestro trabajo el clima de confianza y espontaneidad; 2)Buscar formas creativas para hacer que el orden institucional no ahogue la familiaridad; 3)Esforzarnos por combatir todo aquello que obstaculiza la familiaridad en nuestro trabajo; 4)

    Esforzarnos por conocer a otros miembros de la Familia Salesiana y fortalecer nuestros lazosde comunin.

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    DA SEXTO

    200 AOS DE LUCHAS Y VICTORIAS

    En la vida de Don Bosc o

    Al repasar la vida de Don Bosco nos encontramos con la historia de un hombre en cuyaexistencia el empeo por hacer que su obra perdure y fructifique, no estuvo ausente de unsinfn de luchas, en las que hubo victorias y derrotas. Ahora concentramos nuestra atencinen algunas de stas que terminaron en victorias, luego nos acercaremos a la otra cara de lamoneda, para poder tener un panorama completo.

    Vemos a Juanito en su humilde casa de I Becchi, luchando con todas sus pequeas fuerzaspara no dejarse vencer por la orfandad paterna, la pobreza, o la incomprensin de suhermano Antonio. Lo vemos tambin luchando contra el dolor y la impotencia por la prdidade su amigo y padre espiritual, Don Calosso. Lo vemos valiente como el baquero de IBecchi quien vence la vergenza de estar en un aula de nios, siendo ya un adolescente

    en Castelnuovo. Y as, desde sus primeros aos, le vemos como un aguerrido luchador,paciente, sufrido, pero al final airoso vencedor.

    Tal vez la lucha ms grande de su vida fue la de la fundacin de la Pa Sociedad de San

    Francisco de Sales. Cuntas puertas cerradas en el rostro! Cuntas fatigas! Cuntossinsabores! Al punto que lleg a afirmar: Si hubiera sabido cunto trabajo costaba, no sme hubiera atrevido a comenzar la empresa. Ahora bien, del modelo inicial que l tena en

    mente, no pocas cosas fueron cambiadas. Ciertamente el buen Don Bosco no tena laexperiencia, ni el conocimiento cannico-jurdico necesario, para fundar un nuevo institutoen la Iglesia (l mismo ni siquiera religioso, sino sacerdote secular). De haberlo tenido, talvez el camino no hubiese sido tan tortuoso. No pocas de sus intuiciones tuvieron que serfuertemente transformadas, o en algunos casos muy a pesar suyo- eliminadas. Peroadems de sus limitaciones humanas, se encontraba la clara y abierta oposicin de algunospersonajes influyentes en la misma Santa Sede. La buena fama de Don Bosco era tal, queciertamente causaba admiracin, pero tambin levantaba zozobra, dudas, recelos,

    desconfianzas. Para ello, el conflicto con su arzobispo, Mons. Gastaldi, jug un papeldeterminante.

    Con todo, despus de varios aos de intensas luchas, logr que su congregacin fueseaprobada en cuanto tal y reconocida por la Iglesia Universal. Del mismo modo, despus deun camino an ms largo y doloroso, consigui que las Constituciones fueran aprobadasrespetando en esencia la tradicin de los Oratorios y sus deseos como fundador. En estaaprobacin uno de los puntos ms lgidos fue el de la bsqueda del permiso para lasdimisorias, es decir el poder del superior salesiano para presentar candidatos a la ordenacinsacerdotal, sin necesidad de otro requisito por parte de la autoridad eclesistica (obispo).Este beneficio era concedido slo a las grandes y antiguas rdenes religiosas, ms Don

    Bosco lo quiso para la suya y lo vio como un requisito fundamental para la buena marchadel nuevo instituto. La respuesta dada por el Papa fue salomnica, otorg las dimisorias por

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    un lapso de 10 aos. Al comienzo Don Bosco no consider esta concesin como una victoria,todo lo contrario, pero despus comprendi que realmente lo era, pues tal favor erarealmente una grande excepcin. En cuestiones de fe una victoria no es siempre obtener loque uno desea, sino ver en el resultado la voluntad de Dios.

    De Don B osco a nuestros t iempos

    Revisando la historia de las inspectorasesparcidas por todo el mundo,quedamos admirados de todo lo que seha conseguido. Ciertamente el esfuerzohumano ha jugado un papelfundamental, ms el favor divino hajugado, sin lugar a dudas, el papeldeterminante. Si el Seor no construye

    la casa, en vano se cansan los

    albailes, dice el Salmo126. Revisandola historia quedamos sorprendidos de losinicios de la obra salesiana en losdiferentes lugares. Pocos recursoseconmicos, personal no siempre bienpreparado, persecuciones (como lasocurridas en Ecuador), calumnias (comoen Francia), promesas de autoridades que no se cumplieron (como en Bolivia)... Y no sloal inicio, sino tambin en el desarrollo de la obra. En nuestros das Cuntos enemigos personas, ideologas, polticas- en contra de nuestro trabajo! Pero la obra sigue, porqueno es nuestra, sino de Dios.

    Todo lo que se ha conseguido en estos 200 aos de historia de la Familia Salesiana, es unamuestra clara de que Dios se complace con nuestro trabajo. Bien podemos considerarnossus colaboradores en su obra de salvacin, en favor de sus hijos ms jvenes. Nuestroslogros no son nuestros, sino del Seor. Si hoy somos en la Iglesia y en la sociedad una delas familias ms representativas, debemos reconocer con humildad que Dios se complacecon el carisma y por ello lo bendice. Como bien dice el Santo Evangelio: Somos siervosintiles, slo hicimos lo que tenamos que hacer(Lc 17, 10).

    Nuestro comprom iso

    Somos parte de una familia grande y que crece. Pero esto no nos hace engredos, sino quenos obliga a ser humildes, pues si bien muchos fueron nuestros esfuerzos, todos stosfueron posibles gracias a la bondad divina. No son nuestras capacidades don gratuito deDios? No es el Seor de quin depende todo? A los 200 aos del nacimiento de Don Bosco,haciendo memoria de las alegras que el Seor nos ha permitido ver y disfrutar, hagamos elcompromiso de: 1) Mirar nuestros logros con humildad, como don gratuito del Seor; 2)Reafirmar nuestra confianza en el Seor, pues l no comienza una obra sin llevarla fielmentea su fin; 3) Esforzarnos infatigablemente por hacer que nuestro carisma se expandaampliamente, envolviendo a la mayor cantidad de personas, para llegar cada vez a ms yms beneficiarios.

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    DA SPTIMO

    200 AOS DE LUCHAS CON CADAS

    En la vida de Don Bosco

    En nuestra reflexin del da de ayer veamos a Don Bosco como luchador y vencedor. Hoy lo

    veremos en la faceta complementaria. Contemplaremos a Don Bosco luchando y perdiendo,

    mas sin ser derrotado.

    Vemos a Juanito Bosco impotente frente a la oposicin de su hermano Antonio. La situacin

    lleg a ponerse tan tensa, que la nica solucin posible fue la de enviar al pequeo Juan

    fuera de casa. A pesar de los intentos que l y, principalmente, Mam Margarita probaron,

    la solucin vendr slo haciendo la reparticin de los bienes. Siendo seminarista en Chieri,

    Juan Bosco aor intensamente el poder tener una relacin de fraterna amistad con sus

    superiores, con dolor reconoce que esto no fue posible.

    Sin embargo las cruces de su vida estaban a penas por comenzar. Al iniciar su Oratorio es

    desalojado repetidas veces. Es tachado de loco. Los dos primeros grupos de jvenes que

    seleccion para comenzar su proyecto de fundar una congregacin religiosa, prcticamente

    se extinguieron. Con gran esfuerzo comienza una construccin y en una noche todo se le

    viene abajo. Intenta hacer expansiones que no dan resultado. Su peridico el am igo de la

    juventud, tiene poco xito y finalmente desaparece. Ingenuamente hace de garante de una

    letra de cambio por un monto de dinero alto, el deudor muere y l tiene que asumir todo el

    pago. Publica un opsculo en honor a San Pedro que casi recibe la censura eclesistica (A

    un paso de ser puesto en el ndice!). Y as varios hechos que muestran que Don Bosco era

    tan humano como nosotros, la santidad es reconocimiento de perfeccin de vida cristiana,

    la perfeccin absoluta est reservada slo para Dios.

    Pero, sin lugar a dudas, la lucha ms conflictiva de su vida fue la que mantuvo con Mons.

    Gastaldi. De ser amigo y sostenedor de la obra de Don Bosco, Mons Gastaldi pas a

    convertirse en uno de sus ms grandes opositores. Tal vez la diferencia de criterios y

    mentalidad fue la causa principal de un conflicto que slo llegar a su fin con la muerte del

    obispo. Vanos fueron los intentos de mediacin ofrecidos por eclesisticos, incluso la

    orden de concordia dictada por la Santa Sede fue slo una respuesta parcial. C on sta se

    bajaron los nimos, pero el conflicto de fondo continuaba, pues no era cuestin de orden,

    sino de convicciones profundas y distintas, que ninguno estaba dispuesto a sacrificar. El

    conflicto lleg a alcanzar tal magnitud, que los diarios anticlericales gozaban hacindolo

    pblico y ridiculizando a ambas partes. Entre todo, un punto causaba especial molestia (y

    dolor) a Don Bosco, pues prcticamente fue l mismo quien hizo que Gastaldi fuese a ladicesis de Turn. Esperaba un aliado y se encontr con todo lo contrario.

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    De Don Bosco a nuestros das

    Si bien en la anterior reflexin, hemos visto y

    agradecido por los xitos del carisma salesiano

    en el mundo, en este momento noscorresponde equilibrar la balanza y reconocer

    que en nuestro trabajo no todo fue plausible.

    Nuestra propia limitacin, factores externos y la

    combinacin de ambos; en algunos casos han

    llevado a que muchas posibilidades de hacer el

    bien se frenen. A lo largo de nuestra historia

    tuvimos equivocaciones y algunas muy serias, los costos han sido altsimos. Nuestro Sistema

    Educativo y uno de los criterios fundamentales de nuestro actuar es el Preventivo.

    Ciertamente lapreventividad nos lleva a proponer, cuidar, curar, planear y a anticiparse a

    situaciones. Reconocemos que no siempre hemos seguido el criterio preventivo y somosconscientes de que muchas de nuestras cadas tienen su causa final en la no puesta en

    prctica de ello, a pesar de que es lo ms propio nuestro.

    Por otro lado, en nuestro caminar hemos encontrado tambin oposicin tanto directa como

    indirecta, implcita y explcita; lo que ha dificultado o impedido nuestro trabajo educativo-

    evangelizador. Los ejemplos podran enumerarse por docenas. Personas, ideologas,

    instituciones, polticas, incluso leyes nacionales; no siempre han sido favorables, a veces

    todo lo contrario. El trabajo salesiano en algunos pases y realidades ha sido extirpado, o ha

    sido fuertemente golpeado (como en Sudn). A pesar de nuestra buena voluntad, el uso del

    criterio preventivo y la recta intencin; los factores externos han apagado algunas

    esperanzas.

    Nuestro compromiso

    Con sentimiento de profunda humildad y haciendo un acto de fe, hacemos el compromiso

    de: 1) Reconocer que en la tormenta el Seor se encuentra presente; 2) Tener la capacidad

    de reconocer nuestras propias culpas y asumir las responsabilidades, ser valientes en

    reconocer que algunos proyectos no marchan bien o no han marchado del todo por mi

    culpa, por mi culpa, y por mi gran culpa; 3) No desanimase ante la adversidad y hacer el

    ejercicio de recordar que al fin y al cabo, lo que ms importa es el hacer la voluntad del Seor.

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    DA OCTAVO

    200 AOS BUSCANDO LA SALVACIN DE LA

    JUVENTUD

    En la vida de Don Bosco

    Padecer, trabajar, humillarme en todo y siempre, cuando se trate de salvar almas fue uno

    de los propsitos que hizo el seminarista Juan Bosco en los Ejercicios Espirituales cuando se

    preparaba a su ordenacin sacerdotal. Y es que la salvacin de las almas, fue una de las ideas

    ms importante de toda su vida. Esta pasin se ve reflejada en el lema heredado para su

    congregacin y que es adems la sntesis perfecta de toda su espiritualidad: Da mihi animas,

    caetera tolle, Dame almas y llvate lo dems, es su lema, su obsesin, su meta, suanhelo

    ms profunda. Almashoy persona o jvenes nos suenan ms adecuadas- para salvar,

    almas para hacer el bien, almas para evangelizar, almas para alcanzar nuestra propia

    salvacin.

    Cuando Domingo Savio llega al Oratorio de Turn, en Valdocco, queda sorprendido por aquel

    lema. En el despacho de Don Bosco se encontraba un letrero con aquella frase escrita en

    latn, el pequeo Savio no logra comprender, Don Bosco le ayuda no slo a hacer latraduccin, sino a entender el sentido. Rpidamente Dominguito lo capta y dice: Ya

    entiendo!, aqu el comercio no es de dinero sino de almas, espero que la ma entre a ser

    parte de este comercio. Con su juvenil ingenio, avanzadamente espiritual, Savio lleg a

    comprender el sentido profundo del Oratorio.

    Ahora bien, debemos dejar claro que la salvacin de almas de la que habla Don Bosco, no

    se realiza slo despus de la muerte. Todo lo contrario. Comienza en el hoy de la historia y

    se encamina hacia su plenitud junto a Dios. Don Bosco lo sabe as y quiere que todo su trabajo

    est enfocado a ello. Su corazn de sacerdote le lleva a hacer que todos sus esfuerzos tengan

    en vista la salvacin de la juventud. Nuestros jvenes deca- vienen al Oratorio; sus padresy bienhechores nos los confan con la intencin de que los instruyamos; pero el Seor nos

    los manda para que nosotros nos interesemos por sus almas y ellos encuentren aqu el

    camino de la salvacin eterna. Por eso, todo lo dems debe ser considerado por nosotros

    como medio; nuestro fin supremo es hacerlos buenos y salvarlos eternamente.

    Por otro lado, pero en plena relacin con el tema de la salvacin de la juventud, un punto de

    vital importancia era el del cuidado de las vocaciones para la vida eclesistica (sacerdotal).

    Cientos encontraron el sentido de su vida gracias al acompaamiento y la solicitud de este

    santo sacerdote. Y es que no se trataba slo de llenar los seminarios, sino de alcanzar de

    varios el deseo de comprometerse radicalmente con la causa del Reino de Dios, fielesdiscpulos del Seor.

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    La salvacin de la que habla Don Bosco es, pues, evangelizacin en sentido pleno. La misma

    que quiere decir educacin, cuidado de sus necesidades, instruccin para una vida digna,

    formacin tico-cristiana, acompaamiento Todas las artes son importantesdeca- pero

    el arte de las artes, el nico trabajo que cuenta es la salvacin del alma; Todo gasto, toda

    fatiga, toda molestia, todo sacrificio es pequeo, cuando contribuye a ganar almas para

    Dios.

    De Don Bosco a nuestros das

    La pasin de Don Bosco por la salvacin de la Juventud ha sido transmitida a los herederos

    del carisma salesiano. Si bien hoy con alegra contemplamos miles de obras dispersadas por

    todas las latitudes, no debemos ver en ellas sino esfuerzos por hacer presente al Seor en

    medio de los pueblos, esfuerzos por hacer de los jvenes discpulos-misioneros del Seor;

    en una palabra, obras de evangelizacin.

    La educacin es para nosotros el camino por medio del cual promovemos la salvacin de lajuventud. Una educacin que tiene por protagonista a la persona del joven, es una educacin

    en la que se respeta lo que es ms propio de l mismo: la alegra, el juego, el compartir, el

    esparcimiento; al tiempo que le desafa a abrirse a horizontes mucho ms amplios, como la

    amistad con Dios. Esta es una educacin plenamente preventiva porque busca de evitar el

    mal, promover el bien y sanar las heridas que experiencias negativas pudiesen haber dejado

    en el corazn de los jvenes.

    En todas las obras en las que el carisma salesiano se ha enraizado hemos buscado siempre

    de evangelizar educando y de educar evangelizando. As ha sido el trabajo que hemos

    realizado por todo el mundo, de tal suerte que hoy somos reconocidos como educadores de

    la juventud, ms los que nos conocen interiormente saben que somos principalmente

    evangelizadores de la juventud, pues buscamos su salvacin.

    En los lugares menos favorecidos no hay duda de que al hablar de salvacinnos referimos a

    atender las necesidades bsicas de los nios y jvenes. En frica, pero tambin en nuestros

    pases sudamericanos y de El Caribe, la obra salesiana ha buscado dar a los jvenes

    necesitados el Pan de la Palabra de Dios y de la Eucarista, el pan para la boca, el pan de la

    educacin y el pan de la esperanza gozosa; esperanza terrena y eterna. Nuestras casas son

    lugares explcitos de salvacin integral

    Nuestro compromiso

    Al contemplar con asombro todo lo que el Seor ha hecho por medio de nosotros, cuando

    nos preparamos a recordar el 200 aniversario del nacimiento de nuestro Padre, San Juan

    Bosco, hacemos el compromiso de: 1) Reafirmar nuestra entrega al trabajo en pro de la

    salvacin integral de la juventud; 2) Reconocer que somos parte de una obra divina, la misma

    que busca la salvacin integral de la juventud, es decir la salvacin terrena y eterna; 3)

    Involucrar a otros en esta tarea, pues el trabajo es amplio y se necesitan de todas las manos

    posibles para hacer que sta perdure y, as, hacer el mayor bien posible a los hijos de Dios.

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    DA NOVENO

    200 AOS DE LA MANO DE MARA

    En la vida de Don Bosco

    Cuando intentamos buscar algn episodio de la vida de Don Bosco que nos habl de su

    relacin con Mara, la Madre de Dios, nos encontramos frente al problema de no saber elegir

    cul. Son tantos! Y es que prcticamente toda la vida de Don Bosco, desde su ms tierna

    edad, gira en torno a Ella, porque lo hace en torno a su Hijo. Sueos, pensamientos,

    sentimientos, convicciones, intuiciones, ideales, esperanzas, proyectos todos tienen un

    comn denominador: Mara. Una de las convicciones ms evidentes de Don Bosco es la

    seguridad de la presencia de Mara Santsima en su vida y obra. Nos enternece verlo nio,

    arrodillado tres veces al da para saludarla con el rezo del Angelus. Nos admira, como

    jovencsimo apstol del Seor y de su madre entre sus coetneos, e incluso mayores, en

    Chieri. Nos asombra el ejemplo que nos narra, y l mismo no oculta su admiracin, en su

    amigo Luis Comollo, quien soportaba un da de riguroso ayuno en honor de Mara

    Santsima. Nos inspira y contagia verlo como apstol incansable de Mara Auxiliadora. Nos

    llena de agradecimiento escuchar de sus propios labios, el reconocimiento por la obra que

    Ella hizo por medio suyo, pues al fin y al cabo: Ella lo ha hecho todo.

    Mara es para Don Bosco lo que la Osa Mayor es para el caminante nocturno, lo que el nctar

    es para las abejas, lo que el faro es para los barcos. Ciertamente es mucho ms que un

    sentimiento interior, sino que para l, Mara es una presencia real y efectiva, incluso

    visible. Dijo a sus primeros salesianos: Para que cada uno de ustedes est bien seguro de

    que la Virgen Santsima ama a nuestra Congregacin, no les voy a contar un sueo, sino lo

    que la misma Bienaventurada Virgen Mara quiso que yo viera. Quiere Ella que pongamos en

    su proteccin toda nuestra esperanza. En su vida, la frase: Ella me dijo era muy comn.

    No hay una sola biografa de Don Bosco que no haga un especial nfasis en esta caracterstica

    de su vida: su devocin mariana.

    Pero como buena madre, Mara fue tambin maestra y gua de Don Bosco y de sus hijos. En

    un sueo tenido un ao antes de su muerte, l mismo contaba: No s si fue soando o

    despierto, ni tampoco pude darme cuenta en qu habitacin me encontraba, cuando una luz

    ordinaria comenz a iluminar aquel lugar. Despus se dej or una especie de ruido

    prolongado y apareci una persona rodeada de muchas otras que se iban acercando.

    Aquellas personas llevaban adornos tan luminosos que toda la luz interior qued como

    convertida en tinieblas, siendo imposible mantener la vista fija en los presentes. Entonces la

    persona que pareca servir a las dems de gua, se adelant un poco y comenz a hablar en

    latn y deca: () Yo soy la esclava con la cual ha hecho cosas grandes aquel que es poderoso

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    y su nombre es santo. Reflexiona atentamente sobre esto y comprenders lo que debes

    hacer.

    La noche siguiente, vio la misma aparicin que le dio en latn algunos avisos de los jvenes y

    de la congregacin:

    Continuacin de las palabras de Aqulla que se llam a s misma esclava del Seor: Yo tengomi morada en lo ms alto de los cielos para hacer ricos a los que me aman y llenar sus tesoros.

    Tesoros de los jvenes son las palabras castas y las acciones puras. Por eso, ustedes, ministros

    de Dios, levanten la voz y no se cansen jams de gritar: Huyan de las cosas contrarias o sea

    de las malas conversaciones. Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.

    Los que hablan insensatamente y de manera obscena, difcilmente se corregirn. Si quieren

    hacer cosa a m muy agradable, procuren tener buenas conversaciones entre ustedes y dense

    mutuamente ejemplo de bien obrar. Muchos de ustedes prometen flores y slo ofrecen

    espinas a m y a mi Hijo.

    Por qu haciendo confesiones tan frecuentes, su corazn est tan distante de m? Digan yhagan el bien y no el mal. Yo soy una madre que amo a mis hijos y detesto sus culpas. Volver

    entre ustedes para llevar a algunos al verdadero reposo. Me cuidar de ellos como la gallina

    cuida a sus polluelos. Y ustedes artesanos, sean artfices de obras buenas y no de iniquidad.

    Las malas conversaciones son como una peste que se infiltra entre ustedes. Ustedes, los

    llamados a administrar la heredad del Seor, levanten la voz, no se cansen de gritar hasta

    que venga Aquel que les llamar a dar cuenta de su administracin. Mi delicia estriba en

    estar con los hijos de los hombres. Pero el tiempo es breve, por tanto, mientras tienen tiempo

    trabajen con nimo esforzado.

    De Don Bosco a nuestros das

    As como su padre, los hijos de Don Bosco han llevado a Mara dentro de su corazn y la han

    presentado, sin excepcin, en todas y cada una de las obras en las que se encuentran

    presentes. Pero, la propagacin de la devocin a Mara, invocada bajo el ttulo de Auxiliadora

    no ha significado slo ensear a repetir ciertas prcticas devotas, las que son buenas, pero

    que no agotan el amplio horizonte mariolgico. En el seno de la tradicin salesiana, ser

    devoto de Mara implica un autntico compromiso cristiano. Lo que se traduce en una tica

    y actitudes concretas. En el sueo que hemos trado a colacin, vemos que el compromiso

    de los que tienen a Mara como madre, es grande. Esfuerzo por crecer en responsabilidad,

    obediencia, pureza, sana alegra, cumplimiento de los deberes; fueron las notas

    caractersticas de sus devotos en el Oratorio. Una profunda vida sacramental, ha sido al

    mismo tiempo causa y efecto de una devocin mariana bien orientada.

    En el mundo salesiano encontramos por cientos templos, por miles imgenes y por millones

    estampitas que nos recuerdan que Mara es nuestra madre. Son testigos de miles y miles de

    gracias dispersadas entre los fieles, son al mismo tiempo signos claros de la confianza puesta

    en su poderosa intercesin. Todos nuestros estudiantes salen con una marca mariana

    indeleble, salen con una conviccin difcil de mover: el 24 de mayo es el da de la Virgen. Y

    como sus hijos todos le rogamos: Mara Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros.

  • 7/24/2019 Novenario Don Boco

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    Nuestro compromiso

    Terminamos hoy nuestra preparacin a la celebracin de la fiesta de San Juan Bosco, pero

    esto de modo alguno significa que nuestro esfuerzo termine, todo lo contrario. En vida, la

    invitacin que l hizo fue siempre a quedarse con Don Bosco. Tal vez ste es el gran

    compromiso que podemos hacer en la celebracin del bicentenario de su nacimiento.

    Quedarse con Don Bosco, que es compromiso firme de fidelidad al carisma y a la misin

    comenzada por l. Es al mismo tiempo esfuerzo por buscar que nuestro trabajo no sea el de

    un obrero cualquiera, sino el de un propagador del Reino de Dios. Esto implica hacer un voto

    de fe, pues es Dios quien nos pone en este trabajo y no nos abandona.

    El da de hoy hemos meditado la presencia de Mara en la vida de Don Bosco. Que nuestro

    compromiso de seguir al Seor, segn el estilo y carisma salesiano, sea tambin compromiso

    de: 1) Amar a Mara; 2) Contemplar a Mara presente en nuestra historia; y 3) Aprender de

    Mara a ser discpulos-misioneros del Seor, para que podamos un da compartir el Paraso

    que nos tiene prometido Don Bosco, y en el cual l ya nos espera.

    Que Dios nos ayude en esta tarea. As sea.

  • 7/24/2019 Novenario Don Boco

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    ORACIN DEL BICENTENARIO

    Padre y Maestro de la juventud,San Juan Bosco,que, dcil a los dones del Espritu y abierto a las realidades de tu

    tiempofuiste para los jvenes, sobre todo para los pequeos y los pobres,

    signo del amor y de la predileccin de Dios.

    S nuestro gua en el camino de amistad con el Seor Jess,de modo que descubramos en l y en su Evangelio

    el sentido de nuestra vida

    y la fuente de la verdadera felicidad.

    Aydanos a responder con generosidada la vocacin que hemos recibido de Dios,

    para ser en la vida cotidianaconstructores de comunin,y colaborar con entusiasmo,

    en comunin con toda la Iglesia,en la edificacin de la civilizacin del amor.

    Obtennos la gracia de la perseveranciaal vivir una cota alta de vida cristiana,

    segn el espritu de las bienaventuranzas;y haz que, guiados por Mara Auxiliadora,

    podamos encontrarnos un da contigoen la gran familia del cielo. Amn