Novela Reportaje

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Estudios sobre el Mensaje Periodístico ISSN: 1134-1629 Vol. 8 (2002): 221-230 221 Primeros coqueteos entre reportaje y novela: Daniel Defoe, Edgar Allan Poe y Fiodor Dostoievski MARÍA DEL MAR MORA DO CAMPO Colaboradora honorífica del Departamento de Periodismo I. UCM RESUMEN Lejos de pretender fijar una frontera entre periodismo y literatura, nos situamos en un lugar de aguas comunes donde tendría cabida un tipo de trabajos que cada vez son más numerosos. Se trata de textos que coinciden temáticamente con las exigencias del periodismo, pero que difieren de las normas de estilo tradicionales. A pesar de que Tom Wolfe insistió en apropiarse de la idea (que él bautizó como “Nuevo Periodismo”), ya en los siglos XVIII y XIX aparecieron importantes ejemplos de reportajes que incorporaban técnicas propias de la novela. Este artículo estudia la aplicación de técnicas narrativas en aquellos primeros reportajes y las defiende como útiles o incluso necesarias para la labor periodística. PALABRAS CLAVE: reportaje, novela, técnicas narrativas. ABSTRACT THE REPORT AND THE NOVEL: DANIEL DEFOE, EDGAR ALLAN POE Y FIODOR DOSTOIEVSKI Far from intending to fix a border between journalism and literature, we position ourselves in a place of common waters where a short of jobs that are more and more numerous should have room. They are texts that coincide thematically with the demands of journalism, but they differ from the traditional style norms. In spite of the fact that Tom Wolfe insisted on taking this idea (he named it “New Journalism”), as early as the eighteenth

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Lejos de pretender fijar una frontera entre periodismo y literatura, nos situamos enun lugar de aguas comunes donde tendría cabida un tipo de trabajos que cada vez son másnumerosos. Se trata de textos que coinciden temáticamente con las exigencias delperiodismo, pero que difieren de las normas de estilo tradicionales. A pesar de que TomWolfe insistió en apropiarse de la idea (que él bautizó como “Nuevo Periodismo”), ya enlos siglos XVIII y XIX aparecieron importantes ejemplos de reportajes que incorporabantécnicas propias de la novela. Este artículo estudia la aplicación de técnicas narrativas enaquellos primeros reportajes y las defiende como útiles o incluso necesarias para la laborperiodística.

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  • Estudios sobre el Mensaje Periodstico ISSN: 1134-1629Vol. 8 (2002): 221-230

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    Primeros coqueteos entre reportaje y novela: DanielDefoe, Edgar Allan Poe y Fiodor Dostoievski

    MARA DEL MAR MORA DO CAMPOColaboradora honorfica del Departamento de Periodismo I. UCM

    RESUMEN

    Lejos de pretender fijar una frontera entre periodismo y literatura, nos situamos enun lugar de aguas comunes donde tendra cabida un tipo de trabajos que cada vez son msnumerosos. Se trata de textos que coinciden temticamente con las exigencias delperiodismo, pero que difieren de las normas de estilo tradicionales. A pesar de que TomWolfe insisti en apropiarse de la idea (que l bautiz como Nuevo Periodismo), ya enlos siglos XVIII y XIX aparecieron importantes ejemplos de reportajes que incorporabantcnicas propias de la novela. Este artculo estudia la aplicacin de tcnicas narrativas enaquellos primeros reportajes y las defiende como tiles o incluso necesarias para la laborperiodstica.

    PALABRAS CLAVE: reportaje, novela, tcnicas narrativas.

    ABSTRACT

    THE REPORT AND THE NOVEL: DANIEL DEFOE, EDGAR ALLAN POE Y FIODORDOSTOIEVSKI

    Far from intending to fix a border between journalism and literature, we positionourselves in a place of common waters where a short of jobs that are more and morenumerous should have room. They are texts that coincide thematically with the demandsof journalism, but they differ from the traditional style norms. In spite of the fact that TomWolfe insisted on taking this idea (he named it New Journalism), as early as the eighteenth

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    and nineteenth century some important examples of reports that added typical techniquesof the novel appeared. This article studies the application of narrative techniques in thosefirst reports and it defends them like useful or even necessary for the journalist work.

    KEY WORDS: report, novel, narrative techniques.

    Descansan en las estanteras que las bibliotecas reservan para las novelas,ganan premios de literatura, mientras el mundo del periodismo les da la espalda.En realidad se trata de reportajes de contenido estrictamente periodstico, pero encuya redaccin se han utilizado tcnicas propias de la narrativa. El resultado es,tal y como lo definira Tom Wolfe mucho ms tarde, igual que una novela Wolfe,(1976:18), teniendo en cuenta que el lector sabe siempre que todo lo que se narraha sucedido en realidad.

    El modus operandi de todos estos autores coincide con el de cualquierperiodista clsico: acuden a las mismas fuentes (entrevistas personales con testigos,informes oficiales,...); siguen un proceso de investigacin, seleccionan lainformacin y la redactan. La nica diferencia es que se han permitido una mayorlibertad a la hora de escribir.

    Una de las razones que ms se repiten al rechazar estos trabajos es la falta deobjetividad de sus autores. Sin embargo, no todo en periodismo est libre decomentario, como demuestran los editoriales y los artculos de opinin. La claveest en diferenciar informacin y opinin para, de esta manera, no engaar allector. Obviamente, el contenido de los reportajes no es informacin pura, puestoque incluyen una buena dosis de interpretacin. Debemos, por tanto, situarlos enun lugar intermedio entre informacin y opinin, donde estara el espacio paralos gneros hbridos, como ya los defini el profesor Martnez Albertos(1992:280):

    Cuando hablo de gneros periodsticos hbridos quiero simplemente sealarla dificultad de situar conceptualmente a muchas de estas manifestacionesinformativas, en la medida en que participan de elementos que pertenecen unos almundo del relato y otros al mundo del comentario. No hay intencin despreciativaen mi calificacin. Desde el enfoque del periodismo actual que utiliza el idiomacastellano, la crnica y el reportaje interpretativo son gneros hbridos, gnerosfronterizos entre la informacin y la solicitacin de opinin.

    En efecto, estos reportajes son difciles de situar, ms si cabe que un reportajetradicional. Existirn diferentes opiniones que quieran situarlos ms prximos oms lejanos a la opinin, pero no encontramos ningn motivo para desterrarlosdel periodismo.

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    DEFINICIONES DE REPORTAJESi repasamos las definiciones ms comunes de reportaje, nos damos cuenta

    de que no aparece en ellas ninguna razn para no calificar a estos trabajos comotales. Cumplen todas las caractersticas que Martnez Albertos (1992:302) sealaal definir reportaje como el relato periodstico descriptivo o narrativo- de unacierta extensin y estilo literario muy personal en el que se intenta explicar cmohan sucedido unos hechos actuales o recientes, aunque estos hechos no seannoticia en un sentido riguroso del concepto.

    Incluso se acercan ms a la definicin de Dovifat (1964:22): La esencia delreportaje es la representacin vigorosa, emotiva, llena de colorido y vivenciapersonal de un suceso... Y si queremos hacer justicia a la naturaleza vivida ypersonal del reportaje, lo denominaremos informe de hechos vividos.

    O incluso a la del libro de estilo de EL PAS (1996:47): Gnero que combinala informacin con las descripciones e interpretaciones de estilo literario. Debeabrirse con un prrafo muy atractivo, que apasione al lector.

    Si en todas estas definiciones se habla de un estilo literario, cul es la raznde negar la posibilidad de aplicar tcnicas narrativas en los reportajesperiodsticos? Por qu se cierra esta puerta al periodismo?

    Se da la circunstancia, adems, de que la mayora de los autores de este tipode trabajos son periodistas que, debido a unas circunstancias determinadas, sientenla necesidad de hacer una nueva forma de periodismo, de buscar otras formas deexpresin y esta fusin entre reportaje y novela surge como respuesta a estasnecesidades. Los ejemplos se remontan incluso al siglo XVIII y llegan a nuestrosdas.

    DANIEL DEFOEEs el caso de Daniel Defoe (1660-1731), periodista londinense que se ganaba

    la vida escribiendo artculos con un marcado carcter poltico. En 1720 el gobiernoWhig decide retirar su apoyo a este tipo de publicaciones y la mayora de losperiodistas se ven obligados a cambiar de ocupacin. Es entonces cuando Defoebusca otras maneras de informar y publica el primer reportaje novelado.

    Diario del ao de la peste (1722) es el relato de cmo la sociedad londinensese enfrent a una epidemia de peste en 1665. Sus fuentes son claramenteperiodsticas: informes oficiales, entrevistas a los supervivientes, recortes deprensa. La intencin del autor no era otra que la de darnos a conocer la historiacon rigor informativo y con la mxima precisin. La exactitud de los datos

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    ofrecidos evidencia este objetivo puesto que, en mltiples ocasiones, el relato seconvierte en un mero informe, sacrifica el ritmo narrativo en favor de una mayorprofundidad de informacin, lo que no sera justificable en una novela. Pero laprecisin del autor no se limita slo a datos oficiales o a cifras, sino que nosasombra la minuciosidad con que describe algunas escenas:

    Sub por Holborn; la calle estaba all llena de gente, pero caminaban en elcentro de la ancha calle y no a uno y otro de los lados, porque, como supongo, noqueran mezclarse con cualquiera que saliese de las casas, o encontrarse con oloreso pestilencias procedentes de casas posiblemente infectadas. Las Posadas de laCorte estaban cerradas; tampoco podan verse muchos abogados en lashospederas del Temple. (Defoe, 1996:62)

    Detrs de prrafos como este se halla indudablemente la mano del autor, quecolorea y matiza la historia. Sin embargo, no slo no pierde verosimilitud porello, sino que contribuye a acercar al lector al escenario.

    Lo mismo sucede con las ancdotas que son insertadas en el relato. Sonpequeas historias dentro del documento total que estn protagonizadas porpersonas con un nombre y con unas caractersticas propias. Los personajes salende esas tablas de infectados y supervivientes que el narrador ofrece constantementey cobran vida para acercarse al lector y hacerle testigo de su caso concreto. Pasande ser una cifra dentro de una estadstica a convertirse en una persona, con unnombre propio y una vida. Son una estrategia del autor para aumentar el interspor una historia que, de otra manera, se quedara en poco ms que un informe.

    Defoe acude a otras tcnicas narrativas para novelar su reportaje transcripcin de dilogos teatrales, digresiones... -; pero, sin duda, la msimportante es, a la vez, la ms polmica: el uso de la primera persona. Defoe sepresenta al mismo tiempo como testigo y protagonista de la historia que cuenta.Como cualquier periodista que escribe un reportaje, narra lo que ve, lo que oye,lo que investiga y lo que descubre. La diferencia est en que el autor ingls noquiere mantener una distancia con la historia, sino que se adentra en ella parallevar consigo al lector y aproximarle de esta manera a los acontecimientos. Suobjetivo al emplear estas tcnicas no es otro que aumentar el inters, sin que ellosignifique desvirtuar los hechos o rebajar la calidad del documento periodstico.

    Esta voz en primera persona nos cuenta la historia, pero apenas habla de smisma. El narrador ocupa el puesto de transmisor de la informacin, sin darleimportancia a su personaje. Tan slo habla de s mismo para explicar las razonesque le llevan a permanecer en Londres a pesar de la amenaza que constitua lapeste y para ofrecer algunos datos generales sobre su persona.

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    Entonces comenc a pensar seriamente en m mismo, sobre mi propio caso ysobre lo que debera hacer conmigo mismo, es decir, si debera decidir quedarmeen Londres o bien cerrar mi casa y huir como muchos de mis vecinos. He escritoeste extremo tan detalladamente, porque no s si podr ser de utilidad a aquellosque vengan despus de m, si les aconteciese el verse amenazados por el mismopeligro y si tuviesen que decidir de la misma manera, por ello, deseo que estanarracin llegue a ellos ms en calidad de orientacin de sus actos, que de historiade los mos, puesto que no les valdr un ardite el saber lo que ha sido de m.(Daniel Defoe, 1996:17)

    Sin embargo, tambin se siente su voz detrs de algunos comentarios. Elnarrador no se limita a presentarnos la informacin, sino que la interpreta, lavalora y ofrece conclusiones. Tiene, adems, a su favor un elemento muyimportante: el tiempo. El reportaje est escrito aos ms tarde del momento enque sucedieron los hechos, lo que ofrece una perspectiva global que permite alperiodista formarse una opinin conjunta.

    Hay que tener en cuenta un dato interesante a la hora de juzgar el libro:Defoe no pudo ser testigo de la peste puesto que en 1665 -fecha en que ocurri-slo tena cinco aos. As, pues, el resultado es fruto de la investigacin y de laconsulta de sus fuentes, y nunca de la observacin directa del autor.

    El Diario del ao de la peste sirvi a Defoe como acercamiento a las tcnicasnarrativas, como puente entre el periodismo y la novela de aventuras a la que sededicara a partir de entonces. Fue tambin la primera ocasin en que DanielDefoe ensay la primera persona, muy usada en sus novelas posteriores (RobinsonCrusoe, Moll Flanders, Roxana) e incluso explora un territorio por entoncesnovedoso: la primera persona en voz de una mujer (Martn de Riquer, 1984:384).

    EDGAR ALLAN POEAl igual que Defoe, Edgar Allan Poe (1809-1849) se dedicaba al periodismo

    cuando lleg a sus manos una noticia que acapar especialmente su atencin: elasesinato de una mujer a la que l conoca. Se dispuso entonces a recopilar todala informacin posible para escribir un detallado reportaje que primero publicaraen un peridico por entregas y, ms tarde, como novela.

    El hecho de que Poe hubiera conocido a la vctima pudo ser una de las causasque le motivaron a humanizar la historia, a sacarla de las pginas de sucesospara llenarla de personajes vivos, de lugares conocidos; sobre todo si tenemos encuenta que el crimen jams se resolvi, por lo que el relato queda inconcluso.Pero, adems, esta noticia contaba con los ingredientes necesarios para atraer auna personalidad como la de Poe.

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    El misterio de Marie Roget es un claro reflejo del temperamento de su autor.La vida de Poe est llena de binomios: a veces poeta romntico (Tamerln y otrospoemas, El cuervo y otros poemas) y otros escritos de terror (Los crmenes de lacalle Morgue, El pozo y el pndulo, El escarabajo de oro); enamorado de la belleza(encarnada especialmente en la figura de una mujer) y apasionado de la muerte,... al escribir el reportaje pudo combinar todos estos ingredientes.

    En El misterio de Marie Roget aparece adems otro binomio muy interesante.Se trata del desdoblamiento que se produce en el autor y que da lugar a dospersonajes: el narrador en primera persona y el detective Auguste Dupin. Ambosson Poe, el primero su voz y el segundo sus actos. El narrador en primera personacuenta la historia del protagonista en la que l acta de secundario. Apenas tenemosdatos sobre este personaje (inventado por Poe para camuflarse), tras unapresentacin parca, se nos dice que comparte piso con el detective y ocupa unaposicin de confidente privilegiado. El protagonista, el detective Auguste Dupin,es el encargado de realizar las investigaciones y desvelarnos los datos que Poe vaobteniendo. Se advierte, sin embargo, una identificacin entre ellos con el uso enmltiples ocasiones de la primera persona del plural (prescindimos,adormecindonos).

    No fue esta la primera vez en que Poe us la dualidad narrador/Dupin. Ambosse estrenaron en Los crmenes de la rue Morgue, una historia de similarescaractersticas a la que estamos tratando, pero de la que no se ha podido comprobarsu veracidad. En aquella ocasin, el narrador presenta al detective con ms detalle,de la siguiente manera:

    Encontrndome en Pars durante la primavera y parte del verano de 18...,conoc all a un seor llamado C. Auguste Dupin. Perteneca este joven caballeroa una excelente, es decir, ilustre familia; pero por una serie de adversos sucesoshabase quedado reducido a tal pobreza, que sucumbi la energa de su carcter yrenunci a sus ambiciones mundanas, lo mismo que a procurar el restablecimientode su hacienda. (Edgar Allan Poe, 1983: 353)

    Al igual que ocurre en El Misterio de Marie Roget, el narrador se acomodaen un segundo plano para cederle el protagonismo a Monsieur Dupin, por quiensiente una admiracin manifiesta:

    Yo no poda menos de notar y admirar a Dupin, aunque ya, por la ricaimaginacin de que estaba dotado, me senta preparado a esperarlo, un talentoparticularmente analtico. Por otra parte, pareca deleitarse intensamente enejercitarlo, ya que no concretamente en ejercerlo, y no vacilaba en confesar elplacer que ello le produca. Vanagloribase ante m, burlonamente, de que muchos

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    hombres, para l, llevaban ventanas en sus pechos, y acostumbraba a apoyar talesafirmaciones usando de pruebas muy sorprendentes y directas de su ntimoconocimiento hacia m. (Edgar Allan Poe, 1983: 355)

    En este binomio narrador/detective se produce un contraste entre los caracteresde ambos: el ingenio y la intuicin de Dupin chocan con la torpeza de suacompaante quien, por otra parte, se convertir en precursor de todos los rudoscompaeros de los detectives de la literatura posterior.

    A pesar de esa primera persona, acta tambin como narrador omniscientepuesto que conoce los pensamientos y sentimientos tanto de Dupin como de losdems personajes de la historia.

    Adems de la doble careta (narrador/detective) empleada por el autor paraocultarse, existe en este reportaje otro disfraz. La verdadera vctima se llamabaMary Rogers, una joven norteamericana a quien como hemos dicho- Poe conoca.Sin embargo, el autor cambia este nombre por el de Marie Roget y la sita enPars, para despus referirse a la extraa coincidencia entre su historia y la real.Es esa casualidad una de las razones que le impulsan a dar a conocer los hechos:

    Los extraordinarios pormenores que se me invita a publicar forman, comoveremos, por lo que se refiere a la sucesin de pocas, la primera parte de unaserie de coincidencias apenas imaginables, cuya parte secundaria o ltima hallarnlos lectores en el reciente asesinato de Mary Cecilie Rogers, cometido en NuevaYork. (Edgar Allan Poe, 1983:261)

    Como estrategia para aumentar el inters tiene razn de ser, puesto que asdota al relato del inevitable morbo que tienen siempre los hechos reales, a la vezque mantiene el suspense dejando en el aire una duda: ser de verdad real?

    Sin embargo, esta duda es fcilmente despejable puesto que el autor incluyela trascripcin de prrafos extrados de peridicos, a los que tambin camuflapara no desentonar con el decorado que l ha creado para su relato: Le Commercieles en realidad The New York Journal of Commerce; Le Soleil es PhiladelphiaSaturday Evenening Post; y Le Mercure oculta al New York Herald, por citaralgunos ejemplos (segn nota al pie de pgina del editor).

    Y es que si quitamos ese barniz de ficcin con que Poe quiso envolver surelato, lo que nos encontramos es un reportaje basado en una investigacin sobreun hecho verdadero y noticiable. El contenido, los datos, podan haber tenidoforma -y de hecho as fue- de otro gnero periodstico: una noticia, una entrevista...

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    cualquiera. Pero el autor prefiri hacerlo de esta manera en la que presenta tcnicasnarrativas no habituales en la escritura periodstica.

    FIODOR DOSTOIEVSKIUn ejemplo similar lo encontramos en Memorias de la casa muerta, un

    minucioso relato en el que el autor nos describe su estancia en prisin. FiodorDostoievski (1821-1881) haba conseguido ya el xito como escritor con suprimera novela, Pobres gentes. En 1849 es arrestado por motivos polticos ysentenciado a muerte. Minutos antes de su ejecucin consigui el indulto, perofue condenado a cuatro aos de trabajos forzados en una crcel de Siberia. Estaexperiencia marc profundamente al escritor ruso, como demuestra en cada unade las pginas que dos aos despus de conseguir la libertad se decidi a escribiry que publicara en la revista Vremia que l mismo editaba bajo el ttulo deMemorias de la casa muerta.

    A pesar de que se ha calificado este trabajo como autobiogrfico, se trata enrealidad de un reportaje periodstico sobre la vida en una prisin. La narracin nose centra en el autor, sino en lo que ste capta a su alrededor. En ella no hay lugarpara lamentaciones, los sentimientos ocupan un lugar muy secundario para cederel protagonismo a la simple enunciacin de los hechos. Describe minuciosamentecada lugar que ve, rememora ancdotas protagonizadas por sus compaeros, ...en definitiva, incluye todos los datos que expondra un periodista que se haesforzado en investigar una crcel para su reportaje. Al contrario de lo quesucedera ms tarde con Gnter Wallraff, quien se tena que disfrazar para recopilarla informacin de sus reportajes indeseables, Dostoievski se encontr el materialen uno de los episodios ms patticos de su vida.

    Puede escribir un reportaje objetivo una persona que ha sido protagonistade hechos semejantes? Seguramente no. O no mucho ms que un corresponsal deguerra que se ve obligado a compartir la miseria y el dolor de los que participanrealmente en ella. O no mucho ms que un entrevistador que tenga que explicaresta misma historia cuando la ha escuchado del propio protagonista a quien havisto los ojos y ha escuchado la voz. Pero la objetividad aqu no es lo msimportante, sino la oportunidad que tenemos de conocer un testimonio como este.

    El uso de la primera persona aade mucha fuerza al relato. Sera imposiblecomparar el relato de una persona que narra lo que ha vivido, con el de un visitanteque siempre tendr una percepcin muy limitada. Adems, el hecho de que seauna experiencia real aade atractivo para el lector.

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    Pero al igual que ocurra con El misterio de Marie Roget, el autor nos tiendeuna trampa para alejarse de la historia. En la Introduccin, el narrador en primerapersona conoce a Aleksandr Petrovich, supuesto protagonista de lo que nos va arelatar a continuacin. Desde un principio, muestra un gran inters por estepersonaje al que intenta acercarse sin conseguirlo. A su muerte, el narrador revisasus objetos personales entre los que encuentra un cuadernillo con el relato de laestancia en presidio de su autor. El narrador se convierte entonces en lector de lahistoria que ms tarde decide dar a conocer al pblico. Es, por tanto, el primeroen juzgar el texto:

    Pero los apuntes del presidiario, Escenas de la Casa Muerta, segn l losllamaba en algn lugar de su manuscrito, no me parecieron exentos de inters.Aquel mundo completamente nuevo, hasta ahora desconocido; lo extrao dealgunos episodios; algunas observaciones particulares respecto a la gente perdida,me sedujeron y me inspiraron cierta curiosidad. Naturalmente que puedoequivocarme. Para prueba eleg al principio dos o tres captulos. El pblicojuzgar... (Dostoievski, 1982:1166)

    A partir de ese momento, contina la primera persona pero esta vez es lasupuesta voz de Petrovich quien nos habla, mientras que el narrador desaparece.El relato oscila entonces entre esa voz que nos explica qu ocurri y el dilogode los dems personajes que nos muestran qu sucedi. La insercin de escenases muy habitual a lo largo del texto. Sirven de acercamiento entre el lector y lospersonajes, puesto que stos hablan y actan por s mismos, sin la mediacin delnarrador, y de esta manera cobran vida. El mostrar las cosas segn el clsicolema de la literatura inglesa dont tell, show- es un estupendo recurso paraincrementar el inters.

    Seguramente Dostoievski tuvo dificultades para plasmar todos sus recuerdosy sus sentimientos de esa poca en Memorias de la casa muerta, puesto que susiguiente obra, Memorias del subsuelo, tambin est inspirada en la experienciavivida durante los aos de presidio.

    La crcel no fue, sin embargo, la nica experiencia desagradable en la vidadel escritor, que ya haba conocido una infancia dura con un padre alcohlico yde carcter difcil y una madre que muri tempranamente. Cuando recuper lalibertad, se tuvo que enfrentar a sus problemas de salud (sufra frecuentes crisisde epilepsia), a dificultades econmicas y a la muerte de su mujer se cas alsalir de prisin y de su hermano. El xito conseguido por sus obras no fuesuficiente para consolar a un hombre que, tras volver a casarse, tuvo que abandonarsu pas para huir de los acreedores. Fue entonces cuando muri, a los pocos dasde nacer, su nica hija, lo que le llev al borde de la demencia. Su salvacin fue la

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    literatura, ya que sus nuevas obras le proporcionaron la fama y el dinero suficientespara regresar a Rusia.

    A la vista de esta biografa, no es extrao que la angustia, la soledad y lacrueldad de la vida sean temas presentes en toda la obra de Dostoievski. Crimeny castigo, Humillados y ofendidos o Los hermanos Karamazov son un buenejemplo. Y tampoco es extrao que la literatura le sirviese de escape, de desahogo,de va por donde expulsar su dolor y sus temores, como seguramente le ocurri alescribir las Memorias de la casa de la muerte.

    BIBLIOGRAFAALLAN POE, Edgar (1983): Obras selectas. Barcelona. Orbis.CONN, Peter (1988): Literatura norteamericana. Madrid. Cambridge University

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    PlanetaWALLRAFF, Gnter. (1979): El periodista indeseable. Barcelona. AnagramaWISHER, Erika. (1992): Historia de la literatura. Vol. 4. Madrid. Akal.WOLFE, Tom. (1976): El nuevo periodismo. Barcelona. Anagrama

    (Artculo recibido el 4 de abril de 2002. Aceptado el 10 de mayo de 2002)