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DIABETES INFANTIL

La diabetes se presenta un día en la vida de muchos chicos

y desde entonces convive con ellos para siempre. La Dra.

Liliana Trifone, Jefa de sección de Nutrición y Diabetes

del Hospital de niños “Ricardo Gutiérrez”, cuenta en una

entrevista exclusiva con andar, lo que signi ca padecer esta

enfermedad en la difícil etapa infanto juvenil.

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La diabetes tipo 1 aparece cuando el páncreas de una persona no puede producir insulina, que es la hormona encargada de controlar el nivel de azúcar en la sangre. La enfermedad suele ser detectada en la infan-cia y requiere de un tratamiento especial: el individuo que padece esta patología está obligado a inyectarse dos o tres dosis diarias de insulina para sobrevivir.

“Cuando el paciente es pequeño tanto la enfermedad como el tratamiento son de sus padres, pero con el correr de los años el niño tiene que asumir la situación como pro-pia”, explica la Dra. Liliana Trifone, Jefa de sección de Nutrición y Diabetes del Hospital de niños “Ricardo Gutiérrez”.

El origen

“La diabetes es una enfermedad muy antigua descripta ya por los egipcios en los papiros”, relata la doctora. “Hasta comienzos del siglo XX su pronóstico era de muerte, pero a partir del descubrimiento de la insulina en 1921, se com-probó que los pacientes con diabetes pueden ser tratados y llevar adelante una vida normal”, aclara.

El 40% de la aparición de esta enfermedad está representada por la presentación genética del individuo, mientras que el 60% restante provie-ne de la influencia de infecciones virales.

Los síntomas, por su parte, son la poliuria (mu-cha orina), la polidipsia (mucha sed) y la pérdida de peso. “Esto es igual tanto para el adulto co-mo para el niño”, agrega Trifone.

EL MAPA DE LA ENFERMEDAD

Las zonas que tienen un mayor número de pacientes con diabetes en el rango de la

niñez y la adolescencia se encuentran por encima de la línea del Ecuador (a excepción

de la isla de Sicilia que está por debajo). Esto ocurre principalmente en países nórdicos

como Finlandia, Suecia y Noruega.

El tratamiento

Además de la inyección de insulina, para la doctora el tratamiento tiene otros tres pilares fundamentales que son:

1 / ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA 2 / ACTIVIDAD FÍSICA ADECUADA 3 / ESTABILIDAD EMOCIONAL

“Si el niño es absolutamente sedentario, tiene transgresiones alimenticias, conflictos familia-res u otros trastornos en la vida cotidiana… los niveles de azúcar pueden subir al margen de que tenga una dosis correcta de insulina”, avisa Trifone.

“Por eso son importantes el sostén y la con-tención. El niño que es acompañado en el tratamiento por una familia estructurada segu-ramente va a estar muy bien”, afirma.

La alimentación

La especialista en nutrición aclara que la ali-mentación de un niño con diabetes debe ser la misma que la de cualquier otro chico de su edad con algunas salvedades muy puntuales que tie-nen que ver con los azúcares simples.

“El niño debe tener una alimenta-ción balanceada acorde a su etapa de crecimiento”

“Si restringimos la ingesta de carbohidratos, el niño no recibe la insulina que necesita y eso altera su crecimiento”, explica. “El niño debe tener una alimentación balanceada con la canti-dad de carbono, proteínas y grasas en equilibrio. No es que no puede comer nunca una galletita o tomar un helado. La situación es totalmente diferente a la de un adulto”, completa la médica.

Los pacientes emocionales

La Dra. Trifone repite una y otra vez la importan-cia del contexto que rodea al paciente pediátrico como un aspecto fundamental para el éxito [+]

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del tratamiento. Sostiene que la estructura familiar es clave para hacer frente a cualquier enfermedad y agrega que las características socioeconómicas y religiosas no tienen nada que ver con esto.

“Para el adolescente el asunto no es fácil. A los 13 o 14 años los niños quieren ser libres, por eso desafían todo lo que es control”, explica la doctora. “De la misma manera hay algunos padres que después de mucho tiempo siguen negando la enfermedad y eso también pone en serio peligro al tratamiento”, alerta.

La importancia de la información

“Hay un aspecto que quiero destacar y es la ignorancia de la población acerca de lo que es la enfermedad”, anuncia la Jefa de Sección de Nutrición y Diabetes del Hospital de Niños.

“El desconocimiento lleva muchas veces a maestros, profesionales docentes e incluso también a directores de escuela a discriminar de una u otra manera a los niños con diabetes”, dice. “Pero los chicos no son discapacitados y esta enfermedad no es un escollo para que ex-presen todo su potencial como seres humanos”, aclara.

“Con el correr de los años el niño debe asumir la enfermedad como propia”

“Hoy recibí uno de los regalos más lindos de mi vida. Vino a visitarme una paciente de 30 años de edad a la cual traté cuando era muy pequeña. La chica hoy es médica pediatra y vino a mos-trarme a su hija. Tener diabetes no significa que no se puede… Tener diabetes significa que se puede”, concluye •

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Dra. Trifone

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