Nos re volamos #4

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Una revista hecha desde la cárcel. La Nos Re Volamos es la producción de varios talleres de revista, en distintas cárceles -de hombres y de mujeres- comunicados.

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Editorial

Somos todxs o no somos ningunx

Porque una revista no la puede hacer solo unx, porque lo que bus-camos y queremos es un sentimiento compartido. Somos eslabo-nes de ideas, un mensaje, un sueño presente con experiencias y vivencias por compartir, debatir y transmitir. Queremos que este

proyecto cambie la realidad.

Queremos que esta semilla que hoy plantamos germine y de sus buenos frutos, ser un reflejo de lo que somos y cambiar el prejui-

cio que la sociedad tiene contra nosotrxs.

Para demostrar que somos capaces de cumplir este sueño.

Somos parte y realidad de la sociedad y a través de esta revista nos damos cuenta que podemos.

Somos el ejemplo de que se puede.

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aca estamos, rompiendo barreras-Introduciendonos a la movida-

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rompiendo barreras

Aca estamos,

Soy Lulú. Tenía 19 años cuan-do me engancharon por robo. Había estado en un colegio pero sabía que no tenía nada que ver con la que me esperaba. De la calle tenía una idea sobre lo que era estar presa y en la comisaría me llenaron todavía más el bocho, diciéndome que me iban a robar todo, que iba a tener que pe-lear por mis cosas, mi respeto, mi verdad.

Cuando llegué de ingreso me tuvieron un mes en buzones. Me mo-ría de hambre y el rancho era incomi-ble, una polenta sin sal, carne dura, todo lleno de mugre y frío. Cruzaba algunas palabras con las presas viejas que estaban de castigo pero seguía sin saber cómo era la cárcel real.

Subí al pabellón de población esperando la peor, me la imaginé co-mo me la dibujaron en la calle, prepa-rada para enfrentarme con gente pe-sada que me iba a querer sacar las pocas cosas que tenía. Pero ni bien

llegué, me recibieron con un par de mates y un montón de preguntas: “¿Cómo estás?”, “¿Cómo te llamás?”, “¿Es la primera vez que caes?”, “Si se puede saber ¿Por qué estás?”, “¿De dónde sos?”, “¿De qué comisaría ve-nís?”, “¿Tenés hijos?”. De a poco me fueron explicando cómo es el día a día, como manejarse en la unidad. Entre tantos consejos, me rescaté de qué dependía de mí convivir bien o mal con las pibas.

Aparte de poca e incomible, una vuelta me intoxiqué con la comi-da. Para atenderme me tuvieron dan-do vueltas un rato largo, hasta que fui a parar a Sanidad, esperando la ayuda de un médico que se repartía entre dos unidades. La espera no sir-vió para mucho, porque lo único que hizo fue darme una pastilla en mal estado. Después me enteré que eso que me habían dado era un diazepán, para que me duerma y no joda más.

Con la policía hablábamos lo justo y necesario, cuando más chocábamos era en la requisa, donde entraban en plan allanamiento. Nos rompían los colchones, nos mezclaban la comida dulce con la salada, nos movían los muebles, se llevaban la comida envasa-da y todo lo que les pintaba.

Lo único bueno de la cárcel es el grupo de nosotras, la convivencia. Nada que ver con lo que pensaba antes, con el paso del tiempo te das cuenta que acá se vive como en familia, comemos todas juntas en la misma mesa, nos prestamos ropa, nos cuidamos cuando estamos enfermas. Estamos en celdas de 3, 5 y 6 pibas; son celdas grandes, decoradas con cortinas y corazones

pintados. Todo lo hacemos nosotras, porque la policía no te regala nada.

Los jueves tenemos visita, es un momento que se respeta mucho entre todas, donde hay mucho compañerismo. Yo no tenía visita porque mi familia es de muy lejos y después de un tiempo una piba que conocí en la comisaría me invitó a bajar para compartir la visita con ella. Empezamos a pasar juntas mucho tiempo, a acompañarnos en todo, nos gustá-

bamos mucho y nos sentíamos un poquito menos solas estando juntas.

Un día escuché el grito más es-perado. Me venían prometiendo mi libertad hacía meses, es así: te ilusio-nan y te tienen esperando. Pero por fin escuché a la encargada gritando mi apellido. ¡Era mi libertad!

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rompiendo barreras

Aca estamos,

rompiendo barreras

Aca estamos,

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Una vida, otra oportunidad

En una vida nos equivocamos y otra oportu-

nidad reclamamos, con esfuerzo e inspiracion

estamos listos para la creacion

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rompiendo barreras

Aca estamos,

Esta pregunta despertó mas de una controversia, yo digo: Claro que si. Pues el momento en que unx pierde la libertad no necesariamente es el momento en que unx pierde la capacidad de sentir. Obvio que todos los momentos no serán de felicidad, tendremos nuestras tristezas, nuestras angustias, nuestros miedos... pero también nuestras alegrías, esperanzas y momentos de felicidad y solo esta en nosotrxs capturarlos, retenerlos para nutrirse día a día, es inevitable tener que cumplir nuestra pena, que paradójico afirmar que en ella podemos gozar felicidad pero justamente no debemos penarla, unx no muere ni deja de sentir desde que cruza el muro hasta que recupera su libertad física, no lo hace y por ello sigo afirmando: podemos ser felices acá adentro. Que alguien me diga que fue lo que sintió cuando nació su hijx? Que sintieron cuando le dijeron que si a la propuesta de matrimonio? O cuando conseguimos ser el mejor promedio del curso? O cuando le podes hacer un regalo a alguien que queres o bajar a visita y ahí están todos sonriendo con los brazos abiertos, etc… esos no fueron momentos felices? Claro que si , y hay que disfrutar de cada uno de ellos para que sean inyectores de felicidad en estos momentos en que uno esta mucho mas sensible a causa de su pena a cumplir… se puede ser feliz donde estés así sepas que es el ultimo día de tu vida: disfrútalo, vívelo al máximo, sácale el jugo a cada alegría, a cada buena noticia. Se feliz que la vida es una sola y así como hay cosas que no podemos cambiar o elegir, hay otras que si podemos… elijamos ser felices estemos donde estemos!

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Otra oportunidad

Una vida,

Otra oportunidad

Una vida,

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Muchas veces, se piensa la cárcel como un medio para la reinserción social, para que quienes cumplimos nuestras condenas podamos volver a formar parte de la sociedad. Desde adentro de las unidades nos preguntamos ¿volver a formar parte? ¿alguna vez formamos parte? Y, ¿qué es la sociedad? si nosotrxs no estamos insertadxs ¿quiénes son lxs que sí? La sociedad somos todxs, y lxs que dicen estar insertadxs necesitan marginar, excluir. Lxs marginadxs somos funcionales a una sociedad que es excluyente. Hablar de reinserción es una forma de discriminar. En teoría, en el tiempo que recibimos de castigo dentro de las unidades penitenciarias se llevan a cabo las herramientas tratamentales, para pulir las asperezas en nuestras conductas inadecuadas para con la sociedad. Pero nos privan de muchas cosas.

Acá adentro funciona el mundo del revés. Quienes deberían acompañarnos psicológica y te-rapeuticamente hacen oídos sor-dos. En vez de recibir apoyo sico-lógico, recibimos humillación, tortura, somos menospreciados; en vez de tener acompañamien-to de alguien que nos escuche, somos aisladxs, hacinadxs, tor-turadxs. Pero presxs no estamos sólo quienes estamos dentro de la cárcel. En la realidad social tam-bién existe gente que esta presa de la pobreza de la injusticia por la corrupción ramificada en las instituciones encargadas del equilibrio económico social, edu-cativo, y de salud, hay gente que es-tá presa del flagelo de la droga en las nuevas gene-raciones que son el futuro de nuestro país.

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La verdad desde adentro. Lxs internxs cuentan la realidad. Leímos una nota donde se dice que un preso gana más que un jubilado y nos causa incertidumbre no saber a qué apunta esta noticia. No todo lo que brilla es oro para los pocos presos que logran tener derecho a trabajar. Nosotros mantenemos un edificio y a sus inquilinos, realizamos la recolección de residuos, instalaciones eléctricas, trabajos de plomería, pintura, jardinería y limpieza. Nos preguntamos: ¿cuánto paga el consorcio de un edificio en un barrio, ni hablar en Puerto Madero, por estos servicios? ¿Cuánto gana el portero? Trabajos de 12 a 14 horas, trabajos insalubres, rodeados de pésimas condiciones, con un sueldo que en la mayoría de los casos no excede los 45 pesos por mes, que no alcanza a cubrir el valor de los elementos para la higiene personal. No creemos que llegue a compararse en lo más mínimo con el sueldo de los jubilados. Es por eso que pensamos que esta información no solamente es una cruel mentira, sino

Ahora decimos: pobre del jubilado, que gana menos de $45.

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De esta salimos juntxs -Organizacion-

De esta salimos juntxs

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Por enamorarme del hombre equivocado y no escuchar cuando querían abrirme los ojos. Porque cuidaba a una abuela, entraron a robar, la ma-taron y me culparon a mi sin pruebas contundentes. Estoy acá por ser pobre, por no poder pagarle a un abogado. Porque con-vivía sola con mis hijos, robaba para ellos y para poder ir a ver a su papá. Trabajando legal-mente me quedaron muchas secuelas por malas experiencias.

Mi vida cambio al 100% para mal, el encierro me distancio de mis hijos, mi madre, mi tía, mi casa y todas mis cosas. Mi personalidad cambio mucho, ya no tengo el corazón sensibilizado, estoy más dura, ms fuerte, las lágrimas me cuestan mucho ahora, ya no perdono como antes, estoy dolida. Mi cambio es la tris-

teza, me siento sola. No disfruto a mi familia.

Si, la culpa está, yo no tengo derecho de sacar lo que no es mío, sabes que hasta la

vida podes robarla en un segundo. Si bien no estoy por lo que se me acusa, si sien-

to toda la culpa porque pude prevenirlo, sabía lo que hacia mi pareja y no me

importó nada. La culpa más terrible es haber tenido que dejar a mis hijos a la

deriva de todo, perdiendo ellos muchas cosas y por mi culpa, quemando eta-

pas obligatoriamente. Yo no siento culpa porque no hice nada. Toda mi vida traba-

je decentemente. Nunca pensé que me iba a pasar esto. Yo estoy por delitos que me

arrepiento porque si no hubiese ido a robar, mis hijos no estarían sufriendo estando solos, sin

que nadie les diga lo que tienen que hacer. Y estaría vivo el papa de mis hijos. A veces siento

culpa, si lo hubiese pensado antes no lo hacía.

Mi caso fue mediático y me da mucha vergüenza volver, vamos a ver cómo será ese recibimiento. Me mira-

rán como sapo de otro pozo. Mis vecinos me recibirán re bien, porque cada vez que salgo de

transitoria me re esperan, con asado y todo.

3. ¿Se arrepienten de lo que hicieron?

1. ¿Cómo cayeron presas?

2. ¿En qué cambió sus vidas la cárcel?

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No, para nada, tuve muchos golpes con el Servicio Penitenciario. Y

.

Si, me llevo compañerismo de mucha gente y cosas que afuera uno no hace. Me llevo

muchas cosas buenas y malas. Experiencias varias. Mis compañeras. Conocí mucha gen-

te buena. La escuela, los cursos...

Si, olvídate que si.

El miedo es colgarte con gente que te lleve a lo mismo y cometer el mismo error. Miedo muchos, en todos

los sentidos. Incertidumbres. Es como volver a empezar de alguna manera. Me da miedo que

mi hermana deje de hablarme.

Disfrutar todo lo perdido con mis hijos. Dormir con mis hijos, es lo que más extraño,

llevarlos al cole. Estar con mis hijos y mi familia para siempre.

4. ¿Cómo creen que las recibirán sus conocidxs cuando salgan?

5. ¿Creen que es sistema carcelario servirá para reinsertarse en la sociedad?

6. ¿Se llevan algo positivo del encierro?

7. A través de todas estas voces unidas ¿Creen que podemos luchar afuera contra este sistema capitalista y patriarcal?

8. ¿Qué miedos e incertidumbres les genera el afuera?

9. ¿Qué hará el primer día afuera?

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Ed c ción

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De esta salimos juntxs

Escribimos esta nota para apoyar la marcha del 3 de junio de 2015, para unir-nos al grito de #NiUnaMenos. Las mujeres sufrimos violencia de género todos los días y por eso nos organizamos para luchar ¡Porque vivas nos queremos!

- Porque para que la justicia haga algo por nosotras una tiene que estar muerta.

- Porque la mujer tiene voz y se tiene que escuchar; la mujer tomó un rol en la

sociedad y no podemos permitir que siga habiendo femicidios. ¡Mujeres, luchemos

por nuestros derechos!

- Porque yo fui una mujer golpeada, por eso espero que la justicia le de un poco

más de cabida a la violencia de género, y poder ser un poco más iguales.

- Porque muchas mamás pierden a sus hijas, como niñas pierden a su madre.

Porque no hay justicia y el hombre siempre se queda en su casa como si nada mien-

tras la familia de la víctima sufre y no tienen nada a cambio por el esfuerzo que hicie-

ron. Porque yo también pasé casi lo mismo, estuve dos años con un pibe y me lasti-

mó, me quemó y me cortó el cuerpo. Siempre hice la denuncia pero nunca pasó nada.

menos.

- Porque no nos responden cuando hacemos denuncias de agresiones y golpes,

cuando a nuestrxs hijxs le quedan secuelas de los hechos, por experiencia propia digo:

Basta de violencia de género y justicia por las que no están. Ni una - Porque es una ver-

güenza que nunca hagan nada por nosotras.

- Porque cada vez más sobresale en las noticias los femicidios, el maltrato a las

mujeres, y por cualquier cosa somos violentadas hasta llegar a la muerte. Todavía no

hay nada certero a favor de nosotras, ni en comisarías, ni juzgados. Nadie de ellxs se

preocupa de verdad.

- Porque la policía no responde, porque una va a hacer la denuncia y luego él

comete la violencia y finalmente nosotras somos las culpables.

- Porque veo tantas mujeres golpeadas y no hay justicia. Yo pido que haya más

control en la comisaría cuando las mujeres vayan y hagan la denuncia.

- Yo en particular, viví 18 años siendo golpeada por el padre de mis hijxs y nunca

me animé a denunciarlo. No sé, todavía no me lo explico. Sólo sé el calvario que viví

con él sin tener el coraje para irme de mi casa, porque él volvía de trabajar tomado y

se ponía re agresivo, llegado al punto de que su propio hijo le pedía que me suelte. Y

bueno, en consecuencia logré separarme después de tantos años juntxs, pero psicoló-

gicamente te lastima más que dándote palizas. Por eso apoyo totalmente a la consigna

Ni una menos.

- Porque nunca nos toman las denuncias. Y si nos defendemos, terminamos en

cana por defensa propia. Porque tenemos que estar muertas para que hagan algo. Por-

que es una vergüenza la justicia que hay hoy en día. Porque mueren muchas chicas y

nadie hace nada.

- Porque a medida que pasa el tiempo, sólo se humilla a la mujer de las peores formas que se pueda imaginar. Basta de maltratos. Basta de muertes. Ni una menos. No se puede creer que todavía no hallemos justicia para nosotras, que todos los días mue-ran mujeres y que haya quienes dicen que ha-cen cuando no hacen. Basta de dejar que nos maten, de querer manejarnos la vida. Hoy la mujer debe tener los mismos derechos que ustedes, hombres!

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Sonrei, te estamos filmando

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FUERTE

Imágenes de subir, imágenes de soñar, llenando un lugar

vacío. Cientos de momentos fríos sin soledad, siempre

relojeando al cielo desde el suelo, y no arriba, sin saber sin

creer, si esta elección de vida valdrá mi fé.

ALMA

Mi familia está compuesta Por un perro y por un gato, También tengo un gallo Pero no lo quiero tanto Porque todas las mañanas Me despierta con su canto.

Hoy quizás me preguntes Por qué ésta es mi familia? Y ni siquiera te nombré A mi padre ni a mi madre.

Yo quiero contarte Mi concepto de familia Que no son quienes te engendran Sino quienes te aman tanto Los cuales me cuidan En un momento de llanto Y comparten conmigo Las alegrías de mi canto.

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Sonrei,

te estamos filmando

Sonrei,

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Un vacío Hoy te fuiste, me dejaste un vacío muy grande en mi alma. Te dije que me esperaras. Nunca me escuchaste. Un gran vacío me dejaste, papá.

El peor día

Un día me levanté como todos los días y preparé a mis hijas para llevarlas al cole. Luego que llegué me trajeron a un lugar horrible en el cual nunca imaginé estar.

Alejarme de mis hijas fue lo peor que me pasó. Me sentí totalmente vacía.

Un cuerpo sin alma Por la noche ya no duermo, sin pensar que te perdí. En la esquina recuerdo el primer día que te conocí. Tan solo mirar las estrellas te recuerdo, cuando te vi en ese lugar donde también te vi partir.

Cuerpo Mi cuerpo acá adentro y mi mente afuera, lo más que puedo.

Lo cuido tan solo porque me hace bien a mi, y para que mis nietos y mi mamá me vean bien.

Este, que es mi cuerpo, lo quiero afuera. En libertad.

Mi barrio

Me encontré con mis amistades acá, en el pasillo de mi barrio, y me saludaron porque hacía cuatro años que no me veían.

Una ciudad muy oscura Tenemos todas nuestra ciudad particular. Pero en esta ciudad, que es

muy chica, hay cosas que se comparten: cursos, gimnasia, fútbol. Es muy fácil entrar y muy difícil salir.

Identidad

Mi identidad es lo mejor que mis padres me pudieron dar. Por mis errores estoy hoy bajo la justicia… Lo que es que cada una busque su des-tino. Ahora mi meta es mi Libertad y que mi nombre, o sea mi identidad, no le haga ningún mal a mi persona.

Pasillo

Pasillo es encontrar todos los días y cruzar a mis compañeras y otra gente en todo momento. Es algo muy lindo porque es como estar comunicada todo el tiempo. En el pasillo también se vive lo malo y triste, es la reali-

dad. Pero algún día el pasillo de acá adentro se verá lindo y hermoso, me llevará a mi libertad.

El camino a mi libertad Camino día a día por estos pasillos, pensando cuándo llegará el día que camine por el que me lleve a mi libertad y me devuelva a la vida que nunca pensaría que terminara acá.

Ponemos en

palabras nuestros

sentimientos: les damos

forma de

microrrelatos

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te estamos filmando

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A usted le quiero contar, primero les voy a presentar de su lado a quien quiero informar, y del mío a quien quiero expresar. A la paz que me sostiene, nunca falta, nunca duerme, de a ratos enloquece, se entristece, se desmaya, pero no desfallece. Es amor inexplicable, se trasmite, se comparte, es igual para cada integrante Te acompaña en soledad, te abraza en el frio, te aconseja en el vacío. Cuando ya no puedes más, ahí están ellos contigo Yo le hablo de familia que no juzga por las faltas. Luz que entra en la mañana y nos llega hasta el alma. Lindo es poder abrazarla, acariciarla lo único que deseo es que nunca me haga falta. Un conjunto de personas, parece algo normal Pero el amor que me trasmite, creo que es del más allá. Una cosa lo remata y eso es sobrenatural Me pierdo y salgo de este mundo, con un abrazo de mamá.

La revista “Nos Re Volamos” se construye en talleres realizados con

Atrapamuros, Colectivo de Educación Popular en Cárceles.

Contacto:

www.facebook.com/atrapamuros y http://atrapamuros.blogspot.com.ar/