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LAS COCHERAS DE CUATRO CAMINOS. Una oportunidad para el patrimonio industrial de Madrid Álvaro Valdés Menéndez* y Antonio Manuel Sanz Muñoz** LA LINDE, 4-2015, pp. 22-34 22 Nos interesamos por: RESUMEN.- Las cocheras de Cuatro Caminos (1919), construidas por el arquitecto Antonio Palacios están amenazadas de demolición. Metro de Madrid ha vendido el solar con fines especulativos, obviando cualquier consideración patrimonial. Son un ejemplo singular de arquitectura industrial, con un gran valor arquitectónico e histórico. Preservar estas instalaciones supone una oportunidad única para poner en valor la colección de trenes históricos que Metro conserva. PALABRAS CLAVE.-.Cuatro Caminos, Cocheras, Metro de Madrid, Antonio Palacios, patrimonio industrial. ABSTRACT.- The train sheds of Cuatro Caminos (1919), built by the architect Antonio Palacios (1919) are at risk of demolition. Metro de Madrid has sold the state with speculative purposes, without consideration of its heritage values. It’s a key example of industrial architecture, with great architectural and historical value. Preserving this facilities would be a unique chance of valuing the train collection conserved by Metro de Madrid. KEY WORDS.-. Cuatro Caminos, train sheds, Metro de Madrid, Antonio Palacios, industrial heritage. * Álvaro Valdés Menéndez, Licenciado en Historia, becario del Departamento de Ideación Gráfica de la Escuela de Arquitectura de Madrid (UPM). ** Antonio Manuel Sanz Muñoz, Ingeniero Técnico Industrial y Graduado en Ingeniería Eléctrica. Las cocheras de Cuatro Caminos en los años 30. Legado Fernando García Mercadal, Servicio Historico COAM

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LAS COCHERAS DE CUATRO CAMINOS. Una oportunidad para el patrimonio industrial de Madrid

Álvaro Valdés Menéndez* y Antonio Manuel Sanz Muñoz** LA LINDE, 4-2015, pp. 22-34

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Nos interesamos por:

RESUMEN.- Las cocheras de Cuatro Caminos (1919),

construidas por el arquitecto Antonio Palacios están amenazadas de

demolición. Metro de Madrid ha vendido el solar con fines especulativos,

obviando cualquier consideración patrimonial. Son un ejemplo singular de

arquitectura industrial, con un gran valor arquitectónico e histórico.

Preservar estas instalaciones supone una oportunidad única para poner

en valor la colección de trenes históricos que Metro conserva.

PALABRAS CLAVE.-.Cuatro Caminos, Cocheras, Metro de

Madrid, Antonio Palacios, patrimonio industrial.

ABSTRACT.- The train sheds of Cuatro Caminos (1919), built by

the architect Antonio Palacios (1919) are at risk of demolition. Metro de

Madrid has sold the state with speculative purposes, without consideration

of its heritage values. It’s a key example of industrial architecture, with

great architectural and historical value. Preserving this facilities would be a

unique chance of valuing the train collection conserved by Metro de

Madrid.

KEY WORDS.-. Cuatro Caminos, train sheds, Metro de Madrid,

Antonio Palacios, industrial heritage.

* Álvaro Valdés Menéndez, Licenciado en Historia, becario del

Departamento de Ideación Gráfica de la Escuela de Arquitectura de

Madrid (UPM).

** Antonio Manuel Sanz Muñoz, Ingeniero Técnico Industrial y Graduado

en Ingeniería Eléctrica.

Las cocheras de Cuatro Caminos en los años 30. Legado Fernando

García Mercadal, Servicio Historico COAM

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Un patrimonio amenazado

En los últimos meses se suceden las noticias

alarmantes sobre el futuro de las cocheras de Cuatro

Caminos. Primero, la aprobación de la APR. 07.02-M en junio

de 2014, que contempla la destrucción del conjunto

arquitectónico con el fin de soterrar las instalaciones y

construir viviendas en la superficie. Y después, la subasta de

la parcela, adjudicada por 88 millones de euros a la

inmobiliaria IBOSA, una venta rubricada el 18 de diciembre de

2014. Aunque esta operación contaba con informe favorable1

de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la

Comunidad de Madrid, las asociaciones Madrid Ciudadanía y

Patrimonio (MCyP) y Sametrahm hemos llevado a cabo una

investigación de los valores patrimoniales del conjunto. Este

trabajo se plasmó en un informe histórico presentado ante la

citada institución el 17 de Noviembre de 2014, y en el que se

recalca su interés patrimonial.

1 Informe de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad

de Madrid, de 28 de Enero de 2014.

El trabajo que ahora presentamos es una síntesis del

citado informe, y se estructura en tres ejes temáticos: el valor

histórico y arquitectónico del conjunto, la importancia de éste

en relación a su contexto urbano y la importancia intrínseca

de la colección de trenes históricos que Metro conserva. Cada

uno de estos argumentos bastaría para justificar la

conservación de Cuatro Caminos como Museo del Metro de

Madrid.

Las cocheras de Cuatro Caminos

Las cocheras y talleres de Cuatro Caminos forman

parte de las construcciones originales del Metro de Madrid

inauguradas el 17 de Octubre de 1919. Es uno de los pocos

testimonios que quedan del Metro original junto a la estación

de Chamberí. El paso del tiempo ha borrado la mayor parte

de los elementos de este conjunto, como sucedió con los

ascensores de Sol (1931) y Red de San Luis (1972) y con la

decoración original de las estaciones, destruida u ocultada en

las sucesivas reformas que ha sufrido el suburbano.

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La Compañía del Metropolitano Alfonso XIII eligió como

arquitecto a Antonio Palacios Ramilo (1874-1945), por

entonces en la cima de su carrera compartida con su socio

Joaquín Otamendi, hermano de uno de los socios fundadores

de Metro2. Se le confió el diseño arquitectónico de las

estaciones y de aquellos elementos donde el ferrocarril

subterráneo adquiría presencia urbana. Bocas de metro,

ascensores, subestaciones y talleres formaban parte de una

creación arquitectónica de conjunto, con una identidad visual

reconocible y compartida por todos los elementos.

La construcción del Ferrocarril Metropolitano Alfonso

XIII comenzó por el tramo Glorieta de Cuatro Caminos-Sol,

hoy englobado dentro de la Línea 1. La línea férrea era de vía

doble, con sentido de circulación por la izquierda3 y adoptó el

ancho de vía de los tranvías, 1445 milímetros. El proyecto

inicial comprendía la construcción de las estaciones de Puerta

del Sol, Red de San Luis (hoy Gran Vía), Hospicio (hoy

Tribunal), Bilbao, Chamberí, Martínez Campos (hoy Iglesia),

2 Miguel Otamendi, uno de los tres socios fundadores junto a Antonio

González Echarte y Carlos Mendoza. 3 En esta decisión se ha querido ver una influencia inglesa, aunque esta

cuestión nunca ha sido aclarada por la historiografía.

Ríos Rosas, la estación terminal de Cuatro Caminos y las

construcciones auxiliares levantadas en sus proximidades.

Cuatro Caminos era por entonces un lugar situado en el

límite del Paseo de Ronda, la circunvalación que definía el

límite de la ciudad de Madrid. En abril de 1917 la Compañía

compró allí una parcela situada cerca de la glorieta de Cuatro

Caminos. Estaba destinada a albergar las naves de talleres y

cocheras, y se aprovechó el declive natural del terreno para

situar la boca de entrada al túnel del Metro.

Uno de los vagones llegando a la glorieta de Cuatro Caminos, 1919.

Archivo Metro de Madrid.

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El primer proyecto de los “Talleres” de Cuatro Caminos

está fechado el 27 de Junio de 1918 y en él encontramos ya

las trazas del diseño definitivo. La boca del túnel recibió un

tratamiento monumental, con una grandiosa escalinata que lo

conectaba al Paseo de Ronda. Se proyectaron dos naves

adosadas, de 20 metros de luz y diáfanas en el sentido

longitudinal; la occidental (nave B) estaba destinada a

“cocheras”, era de 60 metros de largo4 y cubría 5 vías. La

oriental (nave A) destinada a “talleres” estaba retranqueada

dos tramos, contaba con 40 metros de longitud y albergaba 3

vías y un puente grúa en el sentido longitudinal. Cerraba el

costado de poniente un edificio de ladrillo cubierto con una

cercha Polonceau de 8 metros de luz, la nave C, destinada a

talleres de carpintería, cerrajería, fragua y almacenes.

El Metro tuvo un éxito rotundo desde el momento de su

inauguración. Por ello, se continuó la construcción de la red5 y

se incrementó el parque móvil. La línea 1 se prolongó con los

tramos de Sol-Atocha en 1921, Atocha-Puente de Vallecas en

4 La medida estándar de un tren de la época, 4 vagones de 15 metros. En

los años 60, se pasó a trenes de 6 vagones, lo que implicó el alargamiento de todos los andenes del metro original. 5 El pequeño tramo inaugurado inicialmente era parte de una red ya

planificada en 1917, y que anticipaba ya el trazado de las líneas 2 y 3.

1923 y Cuatro Caminos-Tetuán en 1929. En 1924 se

construyeron unas nuevas cocheras en Ventas para albergar

el material móvil de la recién inaugurada Línea 2.

Estas ampliaciones de la red de Metro tuvieron su

correlato en las ampliaciones arquitectónicas de las

instalaciones de Cuatro Caminos. La primera tuvo lugar en

1920, con una ampliación en profundidad de las naves A y B,

que crecieron dos tramos en dirección sur. La segunda

Boca de entrada al túnel en construcción, 1919. La mano de Antonio

Palacios en el diseño resulta evidente. Archivo Metro de Madrid.

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ampliación se llevó a cabo en 1921, adosando al costado a la

nave C dos nuevas naves de cocheras que llegaban hasta el

límite de la parcela. Estas naves gemelas se cubrieron con

sendas cerchas Polonceau de unos 11 metros de luz, un tipo

estructural muy semejante al empleado en las cocheras de

tranvía y que no volvería a usarse en las cocheras de Metro.

En 1924 se adosó al muro perimetral Este un edificio de

cuatro plantas destinado a oficinas, la llamada casa Tuduri.

En 1933 se llevó a cabo una tercera ampliación en la que se

retomó el módulo constructivo de la viga-lucernario original,

añadiendo tres nuevos tramos en dirección sur, y

construyendo un edificio de tres plantas destinado a

almacenes en la esquina de las calles Esquilache y Virgen de

Nieva. En 1962 se llevó a cabo la cuarta ampliación,

adosando nuevos tramos en dirección sur. Asimismo se

construyó una subestación eléctrica con fachada a la calle

Bravo Murillo.

El proyecto original planteaba la viga-lucernario como un

módulo constructivo que permitía una ampliación por

repetición. La fábrica ideal es como una biblioteca que va

creciendo a base de librerías modulares había escrito Moritz

Kahn en 1917. La validez de esta solución estructural y

espacial fue refrendada por su reiterado uso en las sucesivas

ampliaciones, aunque sufriendo una progresiva merma de

calidad. Los detalles constructivos se fueron simplificando y

actualizando a las tecnologías existentes. Si el diseño original

empleaba barras unidas mediante remaches, en las últimas

fases las uniones se hacían con soldadura eléctrica, y en los

muros de carga el bloque de hormigón reemplazó al ladrillo.

Las naves A y B en la fase final de construcción. En primer plano los bogies recién recibidos de la casa Brill de Philadelphia. Abril de 1919.

Archivo Metro de Madrid.

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Los valores arquitectónicos del conjunto fueron

degradándose con transformaciones utilitarias. La primera

alteración llegó en 1924 con la construcción de la casa Tuduri,

que alteró la perspectiva del conjunto desde la avenida Reina

Victoria. Poco después se trastocó el valor monumental y

espacial de la escalinata al adosarle un pabellón de retretes.

En 1932 se recreció el muro perimetral hasta los dos metros,

lo que terminó de impedir la visión desde la calle. El espacio

libre de la playa de vías se fue colmatando de construcciones

utilitarias, de calidad decreciente. En la década de los 50 se

desmochó la boquilla del túnel y se extendieron los muros

perimetrales, cerrando el chaflán situado sobre la boca del

túnel. Se tapió la estructura vista de la nave B y se adosó un

volumen a la fachada norte de la nave C. En la década de los

70 las naves perdieron su cubrición original de teja plana, que

fue sustituida por uralita y paneles sándwich.

La degradación del conjunto se ha acentuado en las

últimas décadas. A la demolición de varios tramos de la

tercera ampliación hay que sumar el progresivo deterioro de

una parte de la de la nave A, cuya estructura lleva años a la

intemperie tras haber perdido su cubierta, y la demolición de

la casa Tuduri en 20116 debido a su estado de ruina. A pesar

de todo, este patrimonio sigue en uso a día de hoy. Su estado

de conservación es aceptable si tenemos en cuenta el destino

que han sufrido el resto de las construcciones originales de

Metro, y requiere una restauración que lo ponga en valor

como obra singular de la arquitectura industrial y pieza

inseparable de su contexto urbano.

Las cocheras de Cuatro Caminos en los 60. Se observan las sucesivas

ampliaciones en profundidad. Archivo Metro de Madrid.

6 GOSÁLVEZ, P; “Corte a raya entre estaciones” El País, 11 de Enero de

2011.

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El contexto urbano, la construcción de la Avenida Reina

Victoria

La forma urbana de Cuatro Caminos es consecuencia

de la implantación del Metro en sus proximidades. A

mediados del siglo XIX esta zona era un paraje de la periferia,

situado en los límites del ensanche trazado por el Plan

Castro. En la glorieta de Cuatro Caminos se encontraba uno

de los fielatos de la ciudad, pues allí confluía la carretera de

Francia con las calles de Bravo Murillo y Santa Engracia, y la

Vereda de Aceiteros. Metro eligió Cuatro Caminos por

encontrarse en las cercanías del arrabal obrero de Tetuán. El

Metro era un transporte de masas, y buscaba implantarse

cerca de los barrios donde pudiera existir una demanda

potencial. Además, se prefirió la zona norte de Madrid por su

calidad ambiental y paisajística, que la convertía en un lugar

propicio para futuros desarrollos inmobiliarios.

La construcción del Metro tuvo un potente efecto

dinamizador en una zona que hasta entonces se había

considerado periférica. Para rentabilizar la construcción del

ferrocarril, la Compañía del Metropolitano constituyó en 1918

una filial inmobiliaria, la Compañía Urbanizadora

Metropolitana (C.U.M.) que se encargó de adquirir los

terrenos situados al Oeste de la glorieta de Cuatro Caminos.

Sus actuaciones se vieron favorecidas por la cercanía a los

círculos de poder, puesto que el propio Alfonso XIII formaba

parte del accionariado. Así, se les concedieron privilegios

fiscales y se les permitió aplicar la Ordenanza Especial de la

Gran Vía7 con fines especulativos, todo ello a cambio de

ceder algunos terrenos para organismos oficiales.

El proyecto urbano se desarrolló a ambos lados del eje

longitudinal definido por el Paseo de Ronda, que pasó a

llamarse Avenida de la Reina Victoria. La edificación se

organizó con una densidad edificatoria decreciente, con su

máximo en las cercanías de la estación de Metro, donde se

construyeron los famosos edificios Titanic. A partir de la

avenida Pablo Iglesias la edificación adoptaba la altura normal

del ensanche, hasta llegar al abrupto terreno situado al Oeste,

que se destinó al Parque Urbanizado Metropolitano, una

urbanización de vivienda unifamiliar.

7 Herramienta jurídica que compensaba la pérdida de suelo producida por

la apertura de la Gran Vía con una edificabilidad muchísimo mayor, hasta llegar casi a las 11 alturas frente al límite de 6 alturas dictado por las normas del Ensanche.

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Las cocheras de Cuatro Caminos fueron el primer

testimonio de este desarrollo urbano en el que participaron

algunos de los mejores arquitectos de la época, como Casto

Fernández-Shaw o Secundino Zuazo. Constituye una de las

pocas actuaciones unitarias de vivienda colectiva en la ciudad

de Madrid, de gran calidad arquitectónica y urbana. Preservar

las cocheras de Cuatro Caminos supone preservar una pieza

de este conjunto y permite ponerlo en valor como contexto

urbano del propio museo.

Los coches históricos del Metro de Madrid. Importancia y

descripción de la colección

En la actualidad apenas existen vehículos de

transporte público originales del ámbito de la Comunidad de

Madrid. La mayoría del patrimonio ferroviario que custodia el

Museo del Ferrocarril de Madrid, ubicado en la antigua

estación de Delicias, está vinculado a las grandes líneas

ferroviarias que surcaron el territorio nacional8.

8

GONZÁLEZ MÁRQUEZ, Manuel. “Los coches históricos del Metro de Madrid. Su historia y posibilidades de rehabilitación” . España: IV Congreso de Historia Ferroviaria. Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

Los vehículos que fueron adquiridos sucesivamente por

el Metro han aportado innovaciones tecnológicas respecto a

sus modelos antecesores. Pero a la vez han mantenido

elementos en común, trazando una clara línea evolutiva en la

que fue protagonista la propia compañía a la hora de

diseñarlos. Afortunadamente, a modo de "Arca de Noé", la

compañía del Metro de Madrid ha preservado una pareja de

cada tipo a medida que iba dando de baja las distintas series

de trenes que forman su parque móvil desde 1919.

Tren compuesto por coches tipo "Quevedo" estacionado en las cocheras de Cuatro Caminos. Autor desconocido. Fondo gráfico de Christian Schnabe/ Archivo de EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril.

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La mayor parte de los coches que forman la colección y

con mayor valor patrimonial se inscriben dentro de un gran

grupo conocido como los "clásicos". Se trata de una familia

que llegó a estar constituida por 378 vehículos que a su vez

se dividía en 13 subseries básicas9.

Los "clásicos" poseían muchas características

comunes. De hecho se podían acoplar entre sí, siendo de

distintas subseries (salvo los tipo MF) y equipos tales como

bogies, motores de tracción, compresores, etc… eran

intercambiables. Estas prestaciones facilitaron enormemente

la explotación y mantenimiento sobre todo en épocas tan

duras como la Guerra Civil y los años que la siguieron.

Las unidades más antiguas que componen la colección

de coches históricos del Metro son las parejas M-6/R-6 y M-

9/R-9 del tipo Cuatro Caminos. Comenzaron a circular en

1919 con la inauguración del primer tramo Cuatro Caminos-

Sol. Las siguientes unidades, R-103 tipo Ventas, M-122/R-122

tipo Quevedo, MF-5, M-65/R-65 tipo Salamanca y M-504/R-

505 tipo Legazpi-5, constituyen el conjunto de coches clásicos

9

El Material Móvil del Metro de Madrid. España: Metro de Madrid, S.A., 2001.

preservados. Casi todos los vehículos pueden ser restaurados

funcionalmente para volver a circular.

El R-122 tipo Quevedo se encuentra expuesto en la

estación de Alto del Arenal. Es casi imposible sacarlo de allí

entero, y aunque se encuentra en un estado de conservación

magnífico, es un ejemplo de lo que no debe ser el destino del

Vagón tipo Salamanca en una de las naves de Cuatro Caminos. Archivo

Metro de Madrid

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patrimonio ferroviario. Los vehículos ferroviarios han sido

concebidos para circular y transportar personas y/o

mercancías, y ese debe ser el objetivo a la hora de

conservarlos y usarlos para fines culturales o turísticos.

Otros vehículos que forman parte de la colección son

dos parejas del tipo 300 (1ª y 2ª series) que pertenecieron al

Ferrocarril Suburbano de Carabanchel. La unidad M-300/R-

301 comenzó a circular en 1961 entre Carabanchel y Plaza de

España. Y la unidad M-352/R-353 fue incorporada en 1976

para atender el fuerte incremento de viajeros en el Suburbano

y la ampliación desde Plaza de España a Alonso Martínez

inaugurada en 1981.

Hay además 3 parejas de coches de la serie 1000, que

podemos considerar la culminación de la evolución

tecnológica emprendida y ensayada desde los primeros

clásicos. Estuvieron circulando hasta 2002 en la línea 5, por lo

que son perfectamente aptos para volver a circular de cara a

actos culturales.

En los últimos años se han añadido más vehículos

patrimoniales tales, como las pareja de automotores M-

5001/M-5002 y M-2001/M-2002. Los primeros pertenecen a la

generación de trenes de gálibo ancho, adquiridos a partir de

1974 para las nuevas líneas construidas con este criterio

dimensional (la primera en ser inaugurada fue la línea 7). Los

dos segundos fueron los primeros automotores en España

que estuvieron dotados de motores de tracción trifásicos.

Supusieron el comienzo de la verdadera modernización del

parque móvil de gálibo estrecho en 1984. Y la puesta en

práctica de su tracción mediante electrónica de potencia fue el

germen tecnológico de los automotores eléctricos fabricados

en la actualidad.

El R-9 tipo Cuatro Caminos, a la intemperie en las cocheras de Cuatro Vientos. Foto David Gallego.

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La colección se ve complementada por el tractor para

servicios auxiliares T-1 (1941), la dresina D-2 (1929) y el

vagón W-10 (1948) original del desaparecido ferrocarril de

Madrid a Almorox. Este conjunto podría verse incrementado

cuando otro tipo de unidades y vehículos auxiliares de gran

valor patrimonial sean dados de baja, como por ejemplo el

autotractor AT-1.

El M-50 tipo Quevedo a la espera de su restauración. Foto David Gallego

Esta colección se encuentra fuera del alcance cultural

de los ciudadanos, apartada en las cocheras de Cuatro

Vientos. Los vehículos han sufrido los estragos del tiempo, las

inclemencias del tiempo (estuvieron una época a la

intemperie) y el vandalismo y expolio de algunos de sus

elementos. Presentan un estado de degradación que

evidencia la necesidad de protección y restauración. Pero

consideramos que aún estamos a tiempo y en la obligación

ciudadana de llevar a cabo acciones que salven del olvido

estos testigos físicos de la evolución técnica y económica de

un ferrocarril que ha sido fundamental en el desarrollo de

Madrid y sus alrededores. Y de cara a su musealización,

inexistente en la actualidad, defendemos su traslado a las

cocheras de Cuatro Caminos como instalaciones idóneas

para su contextualización y exposición al público.

Conclusión: valores patrimoniales de un futuro museo

Metro tenía la intención de convertir Cuatro Caminos

en un museo de su material móvil desde hace décadas, si

bien el proyecto nunca se concretó. La elección estaba

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sobradamente justificada; su situación urbana era inmejorable

de cara a dar visibilidad social a la colección, habida cuenta

de que la mayor parte de las cocheras de Metro estaban

situadas en la periferia urbana y eran de reciente

construcción. La otra alternativa posible, las cocheras

históricas de Ventas (1924) fueron demolidas en 2009.

Coincidiendo con el 95 aniversario de la inauguración

de la red, Metro ha iniciado la venta sistemática de todos sus

solares susceptibles de ser urbanizados con el fin de corregir

su abultada deuda (500 millones de euros en 2014). La

primera víctima de este proceso ha sido el antiguo Parque de

Camiones de Pacífico, inaugurado en 1923 y demolido en

Octubre de 2014. La venta del solar de Cuatro Caminos se

enmarca en esta operación, que ve en el suelo un recurso

únicamente mercantil. Corremos el riesgo de que esta

urgencia, que será coyuntural, produzca una pérdida

patrimonial irreversible para la sociedad.

La propuesta de convertir Cuatro Caminos en un

espacio museístico está en la línea de los principios de Dublín

sobre patrimonio industrial dictados por ICOMOS en su XVII

Asamblea General celebrada en Paris en 2011. En el principio

II, 9 se recalca la importancia de preservar la integridad

funcional del patrimonio industrial, que comprende tanto las

construcciones como su contenido. Y en el principio III, 10 se

recuerda que mantener el uso original es el mejor medio para

asegurar la preservación de este legado.

Evidente necesidad de restauración de la colección. Foto David Gallego.

En definitiva, el valor de estas instalaciones es triple:

Histórico, por ser un testimonio de las construcciones

originales del Metro. Arquitectónico por tratarse de una pieza

de gran extraordinario interés dentro de la arquitectura

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industrial y ser obra del arquitecto Antonio Palacios, lo que le

confiere un valor de autoría de primer orden. Y museístico,

porque constituye el mejor contexto posible para la colección

de trenes históricos que Metro atesora en sus instalaciones

de Cuatro Vientos. Supone además aportar el valor añadido

de preservar la autenticidad de uso de un edificio histórico.

Esperamos que las administraciones competentes

tengan en cuenta la oportunidad para la ciudad de Madrid que

supone preservar las cocheras de Cuatro Caminos. Un legado

arquitectónico que puede convivir perfectamente con las

transformaciones urbanas que están por venir.

Bibliografía

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