Nombres - Nº 29 - Mayo 2014

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Año 10, Nº 29 Mayo de 2014 www.apm-blog.blogspot.com www.apmweb.org.ar Responsable: Lorena Danieluk Adjunto: Claudia Espínola Colaboradores: Cristela Irrazábal, Julia Pernia, Carlos Wall. Asesor: Enrique Acuña DISTRIBUCION GRATUITA Clasificar, diagnosticar, psicoanalizar Nombres del Psicoanalisis en movimiento Boletín de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones Por Enrique Acuña T al como se formuló en esa Jornada (1), se trata de si- tuar el problema de las Clasificaciones y de la función del Diagnóstico, teniendo como punto de partida el hecho de que cuando nos referimos a las Clasificaciones estamos ante un problema Epistémico; mientras que cuando nos referimos a la función del Diagnóstico, -en esa especie de urgencia que tiene la praxis ya sea psicoanalítica o psiquiátrica -estamos ante un problema Clínico. Si decimos que el diagnóstico es un problema de la clínica como la clasificación es un problema epistémico, quiere decir que ambos requieren un método, los distintos caminos a seguir y entonces tendremos diferentes políticas de nombres. Clasificar Nos detuvimos en el estatuto de las “Clases” como cuestión epistémica a partir del comentario de un libro de Lévi-Strauss El pensamiento salvaje, donde aparecen las clasificacio- nes como nominación y conocimiento posible de un objeto (2). Tanto en el capitulo llamado “La ciencia de lo concreto” como en “Las clasificaciones Totémicas” el autor considera el arte de armar por semejanzas o por oposiciones de los ele- mentos el rompecabezas del objeto. La operación de armado (bricolaje) se produce a partir de un deseo del operador (el bricoleur). Pero ese hacedor trabaja con el lenguaje cuando ordena un campo semántico a partir de tomar en cuenta, en el conocimiento de un objeto, su distinción por una serie de oposiciones, semejanzas, que son significantes. Ahí se ubica la interpretación. Lo que está operando siempre en ese brico- lage, además de implicar ordenar las cosas por su nombre, es también el deseo de quien nombra. Lo que está operando siempre en ese bricolage, además de implicar ordenar las cosas por su nombre, es también el de- seo de quien nombra. Lévi-Strauss observa que en las cien- cias de lo concreto, los nombres siguen la lógica que tiene la clasificación botánica, que se pueden clasificar de acuer- do a las propiedades de cada objeto si se los ubica en una AGENDA MAYO/JUNIO 2014 Curso Anual: “Retornos y Registros: usos del tiem- po en Psicoanálisis” Dictado por: Christian Gómez Frecuencia quincenal: Miércoles 14 de mayo Miércoles 28 de mayo. 20:30 hs. Sede APM Seminario Anual: “En torno al objeto en Psicoanálisis: pulsión, amor, fantasma y deseo” Dictado por: Equipo Docente de la APM Frecuencia quincenal: Miércoles 7 de mayo Miércoles 21 de mayo. 20:30 hs. Sede APM Seminario Oberá: “¿Qué fin tiene la angustia? -Ac- tualidad del psicoanálisis-” Frecuencia Mensual: Sábado 17 de mayo 10:00 hrs. Salón de la Cultura Ciudad de Oberá Reunión de Temáticas y Enseñanzas de la Clínica Frecuencia mensual: Viernes 16 de mayo 20:30 hs. Sede APM Módulos de Investigación Psicoanálisis de los Consumos Frecuencia mensual: Sábado 7 de junio 10:30 hs. Salón de la Cultura Ciudad de Oberá Actualidad de la Clínica: Respuestas a lo Contem- poráneo Frecuencia mensual: Lunes 2 de junio 20:30 hs Sede APM Lectura de los casos Sigmund Freud Frecuencia mensual: Miércoles 4 de junio 18:00 hs Sede APM Psicoanálisis y los Acontecimientos del discurso Frecuencia mensual: viernes 16 de mayo 19:00 Sede APM Los cuatros Conceptos Fundamentales del Psicoa- nálisis Frecuencia mensual: jueves 29 de mayo 20:00 Sede APM Psicoanálisis y Salud Pública Frecuencia mensual: jueves 22 de mayo 19:00 Sede APM IOM 2 Delegación Posadas. Inconsciente siglo XXI –el saber para cada uno en lo contemporáneo – Coloquio Seminario. De lo real en el síntoma –lo que queda por descifrar – Invitado: Enrique Acuña. Enseñanza de los casos: Fernando Kluge, Claudia Espinola. 9 de mayo 20:00 hs. 10 de mayo 9:00 hs. Alianza Francesa de Posadas.

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"Nombres del psicoanálisis en movimiento" Boletin informativo de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones. Nº 29. Mayo 2014

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Año 10, Nº 29Mayo de 2014

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Responsable: Lorena Danieluk Adjunto: Claudia Espínola

Colaboradores: Cristela Irrazábal,

Julia Pernia, Carlos Wall. Asesor: Enrique Acuña

DISTRIBUCION GRATUITA

Clasificar, diagnosticar, psicoanalizar

Nombresdel Psicoanalisis en movimientoBoletín de la Asociación de Psicoanálisis de Misiones

Por Enrique Acuña

Tal como se formuló en esa Jornada (1), se trata de si-tuar el problema de las Clasificaciones y de la función del

Diagnóstico, teniendo como punto de partida el hecho de que cuando nos referimos a las Clasificaciones estamos ante un problema Epistémico; mientras que cuando nos referimos a la función del Diagnóstico, -en esa especie de urgencia que tiene la praxis ya sea psicoanalítica o psiquiátrica -estamos ante un problema Clínico. Si decimos que el diagnóstico es un problema de la clínica como la clasificación es un problema epistémico, quiere decir que ambos requieren un método, los distintos caminos a seguir y entonces tendremos diferentes políticas de nombres.

Clasificar

Nos detuvimos en el estatuto de las “Clases” como cuestión epistémica a partir del comentario de un libro de Lévi-Strauss El pensamiento salvaje, donde aparecen las clasificacio-nes como nominación y conocimiento posible de un objeto (2). Tanto en el capitulo llamado “La ciencia de lo concreto” como en “Las clasificaciones Totémicas” el autor considera el arte de armar por semejanzas o por oposiciones de los ele-mentos el rompecabezas del objeto. La operación de armado (bricolaje) se produce a partir de un deseo del operador (el bricoleur). Pero ese hacedor trabaja con el lenguaje cuando ordena un campo semántico a partir de tomar en cuenta, en el conocimiento de un objeto, su distinción por una serie de oposiciones, semejanzas, que son significantes. Ahí se ubica la interpretación. Lo que está operando siempre en ese brico-lage, además de implicar ordenar las cosas por su nombre, es también el deseo de quien nombra.

Lo que está operando siempre en ese bricolage, además de implicar ordenar las cosas por su nombre, es también el de-seo de quien nombra. Lévi-Strauss observa que en las cien-cias de lo concreto, los nombres siguen la lógica que tiene la clasificación botánica, que se pueden clasificar de acuer-do a las propiedades de cada objeto si se los ubica en una

AGeNDA MAyO/JUNIO 2014Curso Anual: “Retornos y Registros: usos del tiem-po en Psicoanálisis”Dictado por: Christian GómezFrecuencia quincenal: Miércoles 14 de mayo Miércoles 28 de mayo. 20:30 hs. Sede APM Seminario Anual: “En torno al objeto en Psicoanálisis: pulsión, amor, fantasma y deseo” Dictado por: Equipo Docente de la APMFrecuencia quincenal: Miércoles 7 de mayo Miércoles 21 de mayo. 20:30 hs. Sede APM

Seminario Oberá: “¿Qué fin tiene la angustia? -Ac-tualidad del psicoanálisis-”Frecuencia Mensual: Sábado 17 de mayo 10:00 hrs. Salón de la Cultura Ciudad de Oberá

Reunión de Temáticas y Enseñanzas de la ClínicaFrecuencia mensual: Viernes 16 de mayo 20:30 hs. Sede APM

Módulos de InvestigaciónPsicoanálisis de los ConsumosFrecuencia mensual: Sábado 7 de junio 10:30 hs. Salón de la Cultura Ciudad de Oberá

Actualidad de la Clínica: Respuestas a lo Contem-poráneoFrecuencia mensual: Lunes 2 de junio 20:30 hs Sede APM

Lectura de los casos Sigmund FreudFrecuencia mensual: Miércoles 4 de junio 18:00 hs Sede APM

Psicoanálisis y los Acontecimientos del discursoFrecuencia mensual: viernes 16 de mayo 19:00 Sede APM

Los cuatros Conceptos Fundamentales del Psicoa-nálisisFrecuencia mensual: jueves 29 de mayo 20:00 Sede APM

Psicoanálisis y Salud PúblicaFrecuencia mensual: jueves 22 de mayo 19:00 Sede APM

IOM 2 Delegación Posadas.Inconsciente siglo XXI –el saber para cada uno en lo contemporáneo – Coloquio Seminario. De lo real en el síntoma –lo que queda por descifrar –Invitado: Enrique Acuña. Enseñanza de los casos: Fernando Kluge, Claudia Espinola.9 de mayo 20:00 hs. 10 de mayo 9:00 hs. Alianza Francesa de Posadas.

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algo que no está clasificado. Si bien tengo como punto de partida siem-pre la observación más o menos empírica de un objeto, en la función del diagnóstico en la clínica analí-tica se trata de un sujeto que ha-bla, es decir de esta clase inestable cuyo referente está sino vacío, al menos en suspenso. Sabemos que si el sujeto del inconsciente esta en conflicto entre los dichos y su de-cir; entonces el referente semántico debe ponerse entre comillas, será algo a construir.

De los “inclasificables de la clínica”, ahora surge “la crisis de los nom-bres”; tanto del lado de las clasi-ficaciones como del diagnóstico, dado que estamos en la época de un significante amo que es la Bio-política. Se trata de la aplicación de normas y de nombres como políti-cas masivas que se aplican sobre una población dada. Si hacemos un diagnóstico de situación del si-glo XXI, estamos ante una crisis de las normas porque este sistema de nombres, este sistema clasificato-rio, entra cada tanto en una especie de “vencimiento” donde se agota la función del nombre común como designador rígido que diga la ver-dad de su objeto. Hay, como decía Ian Hacking, un estado de relativis-mo generalizado. Lo que vemos es que estas crisis de las normas se ven en los sistemas clasificatorios y en los practicantes que están suje-tos a estos sistemas clasificatorios; por ejemplo en el desarrollo de los Manuales Estadísticos de clasifi-cación en psiquiatría, el DSM. Se puede decir que ese sistema nomi-nativo clasificatorio se impone por consenso de las profesiones autori-zadas y sus corporaciones.

Eric Laurent en un artículo titulado “La crisis post-DSM”, plantea qué este manual es un orden clasifi-catorio que existe por el momento en que estamos, y por una lógica más global que se está dando en el sistema de los nombres. Esto res-ponde a la época que no es de la globalización solamente sino de los nombres usados para la biopolítica, y que no obstante los estudios de

psicopatología de las universidades americanas están intactos, se sigue investigando en Psiquiatría y en Psi-cología.

Nancy Andreasen, teórica de la psi-copatología norteamericana, infor-ma que el DSM ha sido aceptado como una referencia fija, de mane-ra que ha eliminado todos los otros abordajes de psicopatología que ha-bía antes. Constata que ya no hay otras investigaciones en el campo de la psicopatología en los Estados Unidos, que solo subsiste la movi-lización corporativa de los mejores especialistas de los campos diver-sos para establecer criterios, y los ítems que van a definir una lengua empírica, positiva y perfecta como la aspiración final del Gran Manual. Estamos hablando de psiquiatras que están cuestionando el DSM, no de psicólogos humanistas que vienen a decir esto no sirve porque simplemente clasifica lo infinito de lo humano. Estamos planteando la crisis interna en la psiquiatría en la construcción de este DSM5, el de-bate previo y actual que lo desauto-riza. En los años 70 lo que ocurrió es la construcción de un sistema psicopatológico a partir de la ego psychology psicoanalítica. El acen-to puesto por esta corriente psicoa-nalítica sobre los mecanismos de defensa del yo, provocaba cierta desconfianza en relación al sínto-ma, alejando la clasificación ame-ricana de la psicopatología clásica. Va a decir que si el primer manual se basa en un llamado a los psicoa-nalistas del yo, ellos desconfían del síntoma, o sea ya no proponen que haya un síntoma histérico, un sín-toma obsesivo, un síntoma fóbico o un delirio psicótico, ya no es la psicopatología freudiana. Desapare-ce la angustia y el síntoma, retorna la “ansiedad” como biológica y el “trastorno” inespecífico.

El sistema de referencia de los nom-bres de la psiquiatría, está muy liga-do a una clínica, que se suma a la clínica psiquiátrica clásica, que es la clínica del medicamento. Entonces se puede decir que la evolución de los sistemas de nombres que tienen

los manuales clasificatorios, tienen crisis periódicas que son relativas a un sistema de referencia dado por la operación forclusiva o científica, del psicofármaco. Por ejemplo, las presentaciones del síntoma se han transformado por acción biológica del medicamento. Transforma no solamente una cara, sino también un cuerpo en tanto capital simbó-lico para nombrar las cosas, etc. El sistema de referencias de esa clíni-ca psiquiátrica ha cambiado a partir de la clínica de la medicación, ya que el efecto real del fármaco en el cuerpo ha modificado la presenta-ción de los síntomas.

Analizar

De ese modo el retorno de lo ex-pulsado se verifica en una nueva apelación a la “Clínica del detalle”. Volver al síntoma por el sentido es una clínica ligada al decir en la que los dichos responden a una cier-ta referencia. Por ejemplo el decir delirante de alguien –lo sabemos a partir de Schreber- sigue una lógica interna que va provocando un desli-zamiento de las palabras hacia una cierta solución –estabilización de la significación, atribución a un Otro, o arreglo-sinthoma del goce.

Freud es lúcido al renombrar a Schreber como “demencia para-noide”, juntando demencia precoz con paranoia, no es ni esquizofre-nia ni paranoia. Utiliza en esa idea de demencia paranoide, el criterio evolutivo o de proceso que tiene un síntoma y el sentido del delirio, la evolución que comienza en el mo-mento que Schreber tiene en duer-mevela la sensación de que puede volverse mujer, la transformación en mujer como una idea que lo acosa, la experiencia vivida de un cuerpo desarmado por eso y la solución que es sí esa mujer es “La mujer de Dios”. Es decir que entra en una cadena de sentido, donde hay un Otro que le da una organización a ese goce que lo invade en la trans-formación del empuje a La Mujer.

Volviendo a esa secuencia entre cla-sificar-diagnosticar y psicoanalizar;

en relación a la neurosis y psicosis, se trata de mantener la clínica di-ferencial como una dialéctica que permite ubicar al analista en la cura como bricoleur de una secuencia de interpretaciones. Eso se verifica lue-go en la práctica de control como modo segundo de elaborar ese fino juico en suspenso que es la hipóte-sis que lo guía en un caso clínico.

Lo que importa en las entrevistas preliminares es que el diagnóstico no sea simplemente para orientar el caso, si se medica si no se medica, qué se le dice, si se interpreta, si no se interpreta. Lo que importa de esta clínica diferencial de cierto cla-sicismo lacaniano, que aprendimos como clínica estructural, disconti-nua, del cristal significante. Luego vendrá otro tiempo, segundo; que donde se delira en silencio –se hace una hipótesis del caso como único. Se trata más de la construcción de esa “x” –el caso como un paradig-ma nuevo- que de nominación. Del realismo universal de todos que es el DSM al caso “particular”, nomi-nalista; que se apela en el diagnos-tico clásico; a una nueva cuestión que es el exemplum –según Agam-ben- no aplicable a otros por su ca-rácter de invención. Ese caso “cae” del paradigma como ejemplo inicial.

Freud dio extrema importancia a las “construcciones” como una fal-ta a deducir; más que la inducción propia del diagnóstico y la clasifi-cación. La construcción es el equi-valente a la respuesta que hace un analista en tanto decide “un juicio íntimo” cuando arriesga la hipóte-sis de un caso: esto es una histeria, una obsesión. Pero la frase fantas-mática que fuera una “injuria” como causa significante para la metáfora del sujeto, jamás puede ser dicha; aunque si puede perder su eficacia de ser absoluta si hay un nuevo sig-nificante, suplementario.(3)

El juicio con el que paga el analista, ese juicio que es una hipótesis, de-riva en una construcción que no se trasmite como fórmula, ni manual, pero que está funcionando como brújula para orientarse cuando se

cava ese vacío fecundo que hay en el hecho de psicoanalizar.-

(*)- Texto re-escrito por Enrique Acuña a partir de la Conferencia “Locuras neuróticas y psicosis –psi-coanálisis y clasificaciones-“ Hos-pital San Martin, La Plata, marzo 2014. –el texto completo desgra-bado incluye el relato de un caso clinico.( Disponible en Archivo Bela Szekely. APLP –Biblioteca Freudia-na.) Desgrabación Iván Pelitti. Esta-blecimiento Marcelo Ale

Notas:

(1)-Pragma Clínica es quien convoca a esta serie de conferencias, Ejerci-cios Clínicos en hospitales. El primer encuentro fue la Jornada de Apertura con el tema “Inconsciente entre neu-rosis y psicosis”.

(2)Levi-Strauss, C.: El pensamien-to salvaje. Cap. I, II y III. Ed. F.C.E.; 1997(1964).

(3)-Lacan, J. :” La dirección de la cura y los principios de su poder”. Apartado ¿Cuál es el lugar de la in-terpretación?. Escritos II.-

referencia previa; su clase a-priori. Ubica además una oposición de ese pensamiento concreto de la ciencia contra las Clasificaciones Totémicas –el observable etnológico de comu-nidades hablantes- en las que, al desaparecer una clase se genera un casillero vacío, entonces viene ahí otra comunidad y busca otro emble-ma, otra insignia que lo identifique. El factor que permite que las clases sean sensibles a las transformacio-nes simbólicas, es que por ejemplo, por un hecho fortuito desaparezca un clan –(que se nomina con su tótem derivado de osos, tortugas, águilas…) y queda un casillero va-cío -como pasa en las clasificacio-nes psiquiátricas- que conmueve la genealogía de los nombres, surge un nuevo nombre que se identifi-ca a un animal ya existente en el universo de esa tribu. Hay de golpe una población vacía y aparece otra nueva que permuta a la anterior. Lo simbólico prevalece sobre lo imagi-nario.

Diagnosticar

Respecto del tema del diagnóstico en psicoanálisis, les recuerdo que se organizó en Francia en los años 1996/1997, una conversación so-bre casos clínicos en las que Jac-ques-Alain Miller propuso hablar de “Los inclasificables de la clínica psicoanalítica”. Su mención a El pensamiento salvaje respecto de los casilleros vacíos -por ejemplo la perversión en la clínica-, supone el ejemplo en que, en su lugar, los mismos psicoanalistas han inventa-do la categoría del borderline para ubicar allí a quien no era ni psicó-tico ni neurótico. Observamos que estos casilleros vacíos son transito-rios, que son para nosotros los in-clasificables de las clasificaciones totémicas, dónde al desaparecer una clase se va a crear una nueva pero sin nombre todavía.

¿Quién decide esa nominación; el consenso de una epidemiologia es-tadística o el uno por uno de los ca-sos? Lo que interesa aquí es la epis-temología que se use para clasificar

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Aproximaciones sobre el tiempo: historia y refutación (*)

Por Christian Gómez

Nos interesa estudiar en este curso los usos del tiempo en la expe-

riencia analítica. Para ello tomaremos como punto de partida dos afirma-ciones que intentaremos articular en tanto creemos que son articulables en función del tema elegido: la primera es de Sigmund Freud y es aquella donde refiere a la atemporalidad del incons-ciente. La segunda, de Jacques Lacan, conecta de manera no evidente su en-señanza con la literatura de Jorge Luis Borges.

1. El inconsciente no conoce el tiempo.

Esta afirmación puede encontrarse en no pocos pasajes de la obra de Sigmund Freud. No es menos cierto que hay también en esa obra refe-rencias a la dimensión del cronos sucesivo y que incluso elabora una temporalidad retroactiva que sub-vierte la misma sucesión. De modo que hay dimensiones del tiempo que son correlativas a lo que la ex-periencia analítica enseña cuando introduce un sujeto que es efecto del lenguaje y por ello dividido y a la vez causado por un elemento que escapa a la dimensión del lenguaje y que Jacques Lacan articuló al re-gistro de lo real como aquello que, justamente, es resistente al lengua-je y se parece más a un silencio. Simultaneidad y sucesión, el proble-ma toma forma de juego ficcional en el cuento El Aleph donde Jorge Luis Borges refiere a la opresión de lo sucesivo y su conexión al lenguaje: “Lo que vieron mis ojos fue simul-táneo, lo que relataré sucesivo por que el lenguaje lo es”. El lenguaje introduce, entonces, una tempora-lidad que es a la vez la posibilidad que quien habla resulta transforma-do por ese operador haciendo de la categoría de lo necesario una con-tingencia posible que permite re-

escribir la historia.En el historial clínico del caso cono-cido como El hombre de los lobos, el joven ruso analizado en el perío-do de entre guerras, Freud refiere un sueño cuya interpretación subvierte la unidireccionalidad del tiempo: la escena primordial, ocurrida en un tiempo t1 es interpretada vía el sue-ño en un tiempo t2 que, con efecto retardado (nachträglich en alemán) escribe de nuevo el pasado. El sue-ño es la interpretación de una esce-na anterior no comprendida y, como tal, el efecto del deseo del soñante. A diferencia, la reminiscencia his-térica introduce el fuera de tiempo como la resistencia a la sucesión. Un detalle de la vida erótica infantil no pierde actualidad y tiene efec-tos que Freud califica de traumáti-cos, en tanto no se escriben en el inconsciente sino a título de sínto-mas, es decir satisfacciones susti-tutivas y que van a aparecer como saldo de la intromisión del sujeto en el lenguaje. Jacques Lacan dirá que el Otro del lenguaje está agujereado pero eso que pertenece a un orden distinto de lo simbólico no pierde eficacia en tanto retorna en diferen-tes registros que son a la vez dife-rentes torsiones del tiempo.Aislamos, para empezar, el fuera de tiempo del inconsciente con su ca-rácter de fijeza o bien como efecto retardado de la interpretación, es decir de los efectos del significante sobre lo real.

2. Borges y “el phylum de nuestro discurso”

Si bien la afirmación de Jacques La-can (“…la obra de Borges, tan ar-mónica con el phylum de nuestro discurso…”. En “El seminario sobre la carta robada”. Escritos.) refiere al artículo breve “El idioma analítico de John Wilkins”, la lectura del ensayo

de Enrique Acuña “Borges y la exti-midad en El Aleph” (En Resonancia y silencio-Psicoanálisis y otras poé-ticas- ) sugieren al menos dos refe-rencias borgeanas que nos permiten planear el problema del tiempo asid como los efectos que este tenía para el autor de El Aleph. Historia de la eternidad (1936) y Nueva refutación del tiempo (1946) pueden leerse como dos títulos pa-radójicos que encierran efectos con-tradictorios por si y entre ambos. De hecho, el propio Borges le da voca-ción de chiste al hecho de introducir la sucesión que sugiere la palabra historia (pasado, presente, futuro) conjugada con la eternidad, ilusión inventada por los hombres para li-brarse de la opresión de lo sucesivo. A su vez, la palabra nueva sugiere la negación de la refutación que el au-tor quiere emprender. De modo que historia y refutación señalan opera-ciones contrapuestas, en la primera lo que se refuta es la eternidad, el fuera de tiempo que sin embargo re-torna en la refutación al modo de una experiencia que el autor refiere como “sentirse en muerte”: Las ca-lles de la ciudad se trasfiguran en un recorrido donde movimiento, espa-cio y tiempo se articulan hasta el en-cuentro con un detalle del suburbio que se parece al negro de guitarra en mano de El fin (1944), suspendido en una eternidad. Lo interesante es que para Borges la ilusión de eternidad es correlati-va de la introducción de una doble linealidad del tiempo, un tiempo que no solo se orienta del pasado al fu-turo sino que es susceptible de re-versión hacia el pasado. Esta ilusión vela el carácter inasible del tiempo así como la posibilidad de su veri-ficación. Jacques-Alain Miller, en La erótica del tiempo (conferencias del año 2000) hace depender de esta retroacción las versiones de un

tiempo absoluto, independiente del movimiento. De otro modo, Borges alude al sueño realista, que soñó la eternidad de las formas y en contra-posición al sueño nominalista que soñó la realidad de los individuos in-aprensibles como clase. Ahora bien, la experiencia analítica no hace, desde Jacques Lacan, un uso meramente cronométrico del

tiempo. La literatura, en este caso Borges, nos permite una primera aproximación al problema del tiem-po, difícil de aprehender como pro-blema en tanto no hay en la vida co-tidiana una experiencia del tiempo. La hipótesis de Jacques Lacan, que intentaremos desarrollar a lo largo del curso, es que esa experiencia del tiempo es correlativa del manejo que

de el se hace en el análisis.

(*) Versión abreviada de la clase in-augural del curso Retornos y regis-tros-usos del tiempo en psicoanáli-sis. Asociación de Psicoanálisis de Misiones. 2014.

BIBLIOTECA APM

El interés por el psicoanálisisPor Julia Pernía

Ernesto Laclau fue un politólogo ar-gentino (recientemente fallecido en

Sevilla) que hizo uso de conceptos la-canianos para pensar y explicar fenó-menos políticos y sociales.

Comentaremos algunos fragmentos del libro Emancipación y diferencia (Bs. As. Ariel. 1996) que nos interesan a partir de la pregunta ¿Qué es la cultura? En dicho libro plantea el lugar central que ocupa en los debates políticos de la dé-cada del ´90 la cuestión entre el uni-versalismo y el particularismo, en una época de promoción de cierta tolerancia frente a la diversidad bajo el nombre, por ejemplo, del multiculturalismo. Se pregunta, entonces, si es posible una pura cultura de la diferencia, abandona-da de todo principio universal.

Explica que lo universal es inconmen-surable con cualquier particularidad, aunque no puede existir separada de

ésta: diversos grupos, en las luchas políticas y sociales, compiten entre sí para dar a sus particularismos, de modo temporario, una función de re-presentación universal.

La particularidad de lo particular, fun-dado como identidad en el antagonis-mo y la exclusión de elementos que la hacen diferencial, es subvertida por esa función de representación de lo univer-sal: se debilitan las identidades diferen-ciales para dar lugar a una lógica de la equivalencia que introduce una dimen-sión de relativa universalidad, pasando a cumplir un papel hegemónico.

Pero lo universal aparece desde su cos-tado de imposibilidad: ¿Hay plenitud del orden comunitario? No, son pala-bras que nombran una ausencia, es la dimensión de lo que se hace presente en tanto que falta y por lo tanto organi-za. Lo que queda es lo universal como un lugar vacío y la política se constitui-ría en esa operación de intentar colmar el vacío con formas discursivas.

Esto hace posible la emergencia de sig-nificantes vacíos, como significantes de la falta, de la totalidad ausente, apun-tando a nombrar algo de eso que ca-rece de representación, el significante será constitutivamente inadecuado. Es-tos significantes vacíos son la condición misma de la hegemonía: diferentes pro-yectos o voluntades competirán en su intento de hegemonizar los significan-tes vacíos de una comunidad ausente por su imposibilidad constitutiva.

¿Qué dimensiones tiene para el psicoa-

nálisis pensar aquello que escapa a la significación? Para el psicoanálisis, no es sólo que hay vacíos que intentar ser nombrados desde lo social, es que hay un sujeto que tiene que vérselas con eso que escapa a la representación, los síntomas dan cuenta de ese intento de captar con el significante algo de eso que goza y que da cuenta del encuen-tro con lo pulsional. Este costado pul-sional, escapa al uso social y cultural del psicoanálisis como teoría. Pero, en-tonces, ¿Se puede pensar al psicoaná-lisis vaciado de la práctica, puramen-te epistémico? Hay ahí una doble vía, el psicoanálisis como teoría permite pensar fenómenos sociales, tiene algo para decir en la cultura, en lo político, y la extensión de sus términos a otros campos de saber lo demuestran, pero al mismo tiempo ese corpus concep-tual no es sino efecto de una práctica, práctica orientada como dice Lacan a lo más singular de un sujeto, ya no se tra-ta de los nombres sociales, del sentido común, sino de lo que vale para cada uno en la experiencia de un análisis como un modo posible de tratar lo real.

Los significantes vacíos son importan-tes para la política, dice Ernesto La-clau. Sin olvidar que el psicoanálisis es una práctica discursiva efectiva cuya política es hacer existir el inconsciente en un época de ofertas de nominación masiva (significantes vacíos para La-clau) en un encuentro ya no con las palabras que tienen efectos de “iden-tidad” para un grupo, sino con aquello que nombra a cada uno en la soledad de un análisis.

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La angustia como clave (*)Por Fernando Kluge

objeto que pone un límite a la cadena significante.

En función de lo expresado conside-ro que también se puede ubicar a la angustia con la función de ser una “clave”. Y ello en dos direcciones que la vez están articuladas entre sí: una es la de permitir descifrar y hacer una lectura de la época actual; la otra es la de permitir -en tanto entiendo que los tratamientos que se hacen de ella son ante todo discursivos- el debate del psicoanálisis con otros discursos. Mo-dos de no perder de vista el horizonte de la época.

(*) Escrito a partir de la clase inau-gural del seminario ¿Qué fin tiene la angustia?-Actualidad del psicoaná-lisis- Dictada por Christian Gómez. Oberá, 26 de abril de 2014.

Bibliografía consultada:

-Gómez, Christian. “La angustia con-temporánea. La salida por el síntoma”. Clase de apertura del Seminario APM en Oberá: “¿Qué fin tiene la angustia? Actualidad del psicoanálisis”, dictada el 26 de abril de 2014. Inédito.

-Acuña, Enrique. “La captación del síntoma por la angustia”. “Resonan-cia y silencio. Del psicoanálisis y otras poéticas”. Edulp. La Plata. 2010.

-Freud, Sigmund. “Inhibición, Síntoma y Angustia”. Obras Completas. Tomo III. Trad: Luis López Ballesteros. Bi-blioteca Nueva. Madrid.

-Freud, Sigmund. “La neurastenia y la neurosis de angustia. Sobre la justi-ficación de separar de la neurastenia cierto complejo de síntomas a título de Neurosis de angustia”. Obras comple-tas. Tomo I. Trad: Luis López Balleste-ros. Biblioteca Nueva. Madrid.

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AGENDA

AGENDA APM.

OCTUBRE:

Curso Anual: El Psicoanálisis Ante la Ciencia el Arte y la Religión. Clase 12. 23/10.Dictado por Christian Gómez. 20,30 hs. Sede de la APM.

Seminario Oberá: Clase 8. Docente Carlos Wall.10,00 hs. Casa de la Cultura. Oberá. Misiones. 26/10

NOVIEMBRE:Seminario Anual: Registros del síntoma y función de la an-

gustia en la clínica psicoanalíticaClase 15: 06/11. Por Cristela Irrazabal.Clase 16: 20/11. Por Christian Gomez.20,30 hs. Sede de la APM.

Curso Anual: La Experiencia Inconciente - El Psicoanálisis ante la Ciencia el Arte y la Religión. Clase 13: 13/11. Clase 14: 27/11Dictado por Christian Gomez. 20,30 hs. Sede de la APM.

AGENDA IOM2Noviembre: Clase 8: 08/11 Docente: Christian Gomez.Museo Juan Yaparí. Posadas.

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Publicaciones recibidas

Libros• Acuña, Enrique Epifanía de los epitafios. Letritas

del changarrito. Mexico. 2013. Donación del autor.• Miller Jacques-Alain La erótica del tiempo y otros

textos Ed. Tres Hache. Bs. As. 2003• Kant Immanuel El conflicto de las facultades. Ed.

Losada. Bs. As. 1963• Milner Jean-Claude Claridad de todo. De Lacan a

Marx, de Aristóteles a Mao. Ed. Manantial. Bs. As. 2012

• Deleuze Gilles Crítica y Clínica. Ed. Anagrama. Barcelona 1996.

Algunos títulos del catálogo:• Revista Conceptual, Estudios de Psicoanálisis.

Nº14 Asociación de Psicoanálisis de la Plata. Director: Enrique Acuña. Asesor: Germán García.

• Revista Fri(x)iones -entre el psicoanálisis y la cultura, Año 2 nª3 Primavera 2013. Director: Christian Gómez. Asesor: Enrique Acuña

• El Loro de AVA N° 19 Abril 2014 Boletín Mensual del Área Virtual Analítica.

Hablar de angustia es situarnos en el centro de una temática que im-

porta a los discursos contemporáneos. Pero, a la vez, plantear la angustia “contemporánea”, tal como lo abordó Christian Gómez (Director de enseñan-zas de la APM) en la clase de apertura del seminario obereño 2014 “¿Cuál es el fin de la angustia? –Actualidad del psicoanálisis-“, implica establecer que ese adjetivo de contemporáneo no im-plica un cambio en las manifestaciones de la angustia (léase sino la descrip-ción hecha por Freud de la neurosis de angustia en “La neurastenia y la neu-rosis de angustia” de 1895 y compá-rese con los manuales “actuales”) sino en entender como los cambios en el orden simbólico actual promueven el aumento de las incertidumbres donde las referencias y los ideales vacilan, provocando una mayor aparición de fenómenos angustiosos.

¿Por qué? ¿Por qué el tema de la an-gustia remite a las encrucijadas actua-les, la “realidad” actual? Porque el len-guaje hablado, la articulación de las palabras conforman lo que se llama la “realidad” y en ese campo lo real esta metaforizado. Pero este real, aquello que no es lo simbólico ni lo imagina-rio, retorna. Uno de esos modos es la angustia, que para el psicoanálisis im-plica una función.

En otras palabras, como lo acentua-ra Christian Gómez en la clase citada, hay disyunción entre el concepto (que

alude al campo de las palabras articu-ladas) y la angustia. Cuando hay su-perposición de ambos la angustia pasa a otro orden: el de las palabras enca-denadas. Mientras que cuando irrum-pe lo hace produciendo la perplejidad de quien pierde todo referencia para nombrar ese afecto, estableciendo así un límite a lo se-mántico. Entonces podemos entender que lo simbólico es un modo o un intento de arre-glárselas con la angustia: quien experimenta an-gustia busca una explicación y al no encontrarlas entra en las descripcio-nes fenomenológi-cas. En esa línea se instauran las terapéuticas que apelan a ponerle un fin a la angus-tia, por lo cual ésta queda homo-loga al síntoma en tanto signo de una enfermedad. Para el psicoanálisis en cambio se tra-ta de la captación de la angustia por el síntoma, que-dando la angustia como poseedora

de una finalidad, una función: de la de querer decir algo por lo que opera para establecer en un puente que lleva al síntoma, en tanto éste es considerado ya como un texto relatado a otro en la búsqueda de la causalidad. Pero a la vez la angustia es ante el deseo, por lo tanto se anuda a la emergencia del

Sobre Fri(x)iones N°3Por Germán Britch

Quiero en principio agradecer al staff de la revista Fri(x)iones. Hacer una

revista en papel (no digital), asume más allá de los compromisos muchos riesgos también, compromisos, riesgos y mucha persistencia amable que es poco habitual, en un mundo de tan-ta rapidez, tanta solución rápida, este atributo es poco frecuente, entonces creo que la posibilidad que esté este espacio que nos invita a poder escribir, a los que nos gusta escribir, algunos más precoces otros más adiestrados y con una trayectoria en esta situación de escritura.

Ustedes vieron que las revistas impre-sas en algunos lugares tienden a cre-cer, pero no precisamente en Argenti-na, en Argentina hay un desmedro en la cantidad de lectores de papel, tal vez las revistas virtuales se leen más, hay una diferencia sensible en lo que es el objeto revista de papel, el objeto fetiche, versus lo que sería una revista virtual. Y en función de eso antes de venir acá y poder decir unas palabras a cerca de lo que leí, pregunto ¿Porqué no digital? Y precisamente porque creo que una de las apuestas es que no se espera la inmediatez, hay que tomarse un tiempo, hay que sentarse o pararse, (yo leo sentado), y me acordaba tam-bién de Umberto Eco en Apocalípticos e Integrados donde hablaba de esta hi-potética división social, por supuesto arbitraria, en dónde los hombres que respondían a los “más media” de esa

época, estaban los cuestionadores que el los llamaba apocalípticos y estaban los integrados que eran lo que transcu-rrían con esa cultura de ese momento y transitaban ese contenido de una forma cómoda. Esta revista supone un compromiso que queda registrado, es algo que tiene peso, tiene un valor que es el de un rastro indeleble que no es solamente huella. Es algo que tiene la facultad de dejar constancia.

Y una cosa que leí después de la Edi-torial que la hizo Christian Gómez, escribe Enrique Acuña un artículo que me llama mucho la atención, el tema de cómo se incorpora el nombre en los Guaraníes. Yo no tengo experien-cia en lo guaranítico por eso estoy len-tamente empezando a leer algo y me llamó mucho la atención esto de que el nombre se encarna en la persona y que podía haber una encarnación que sea fallida y que eso dependía de un mediador que es un Chamán y que se había equivocado y que entonces esa persona no se “hallaba” (expresión de uso corriente en nuestra provincia), haciendo necesario el volver a bauti-zarlo y si encontraban el nombre ade-cuado que se encarnara en la persona esa persona tendría la posibilidad de ir por la senda del buen vivir.

Pero el nombre hace a la cosa de al-guna manera, entonces el autor, quizá ponga aquí una escisión del contendi-do, me parece que el contenido parece

tener cierta universalidad si partimos de una operación de combinación de letras que sería un caso medio extraño que menciona Borges en La Bibliote-ca De Babel, pero hay nombres y hay alguien que se halla, supongo yo para poder dar cuenta de un contenido arriesgarse y dejarlo escrito, de por sí me parece un esfuerzo y un esfuerzo en el buen decir.

Otra cosa que quiero mencionar. Me dedico entre otras cosas al arte y siem-pre se discutió si hay un arte misione-ro. Leí la entrevista a Héctor Jaquet: “La invención de la Misioneridad”, un artículo superlativo en cuanto a que aprendí un montón de cosas que no las había pensado de esa manera, y el de Lorena Danieluk: “¿Misiones inter-cultural?”; y a partir de ambos escribí lo siguiente: “A los fines de entender la necesidad de construcción de la “misioneridad” y de aquí poder justi-ficar la existencia que representa una identidad particular me remito a estos dos artículos. Entiendo de esto que la construcción de una identidad tiene, al menos en el relato mencionado, un fin determinado, en este sentido lo iden-titario, en el sentido de lo que nos re-presenta, un ropaje necesario, es muy posible que el proceso de determina-ción de lo que nos caracteriza imagi-nariamente tenga procesos de defensa frente al no ser, así como la necesidad de determinarse auténtico y pétreo a la manera de auténtica defensa”.

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Comisión Directiva:Presidente: Rodrigo Cibils, Vicepresidente: Claudia Fernández, Secretario: Claudia Espínola, Pro-Secretario: Fernando Kluge, Tesorero: Adriana Gómez, Pro-Tesorero: Germán Tor, Vocales: Carlos Wall, Cristela Irrazábal; María Rogovski. Organo de fis-calización: Julieta Rios; Berta Chemes, Asesor: Enrique Acuña, Director de enseñanza: Christian Gómez.3 de febrero 1814 · 1º Piso, Oficina A, Posadas, Misiones Teléfono: (0376) 154 82 71 89 Secretaría: Martes a viernes de 18 a 20.30 hs. www.apm-blog.blogspot.com . e-mail: [email protected] www.apmweb.org.ar

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Es difícil entender que en la construc-ción de una identidad no se cuente con ciertos resguardos elementales como ser: territorio, lenguaje compartido, códigos culturales, tropos lingüísticos, etc. Bueno que podemos decir del te-rritorio, es una convención necesaria de tipo histórico política sin la cual - esto dice Jaquet - se nos presentífica un vacío. Y esto para nosotros es muy interesante, porque la identidad tiene que ver con algo que uno toma pres-tado, lo que nos estatuye y lo que nos constituye, nos estatuye eso otro y yo tomo prestado, es como una operación a préstamo. Entonces si se nos presen-tifica un vacío frente a una cuestión del no ser, ¿Cómo nos vamos a arre-glar frente a eso?

Bueno, si es el resultado de una cons-trucción de espacio y tiempo determi-nado, ¿puede ser desconstruida sin cuestionamientos? La identidad se construye necesariamente en relación a una alteridad ahí dónde otro nos ratifica, nos estatuye, es decir que si hay algo genuino en la identidad es lo que no es propio, una suerte de ima-ginación, de préstamo, lo que nos re-presenta como armazón, no es propio, entonces ¿Puede haber una manera particular de las manifestaciones ar-tísticas que caracterice inevitablemen-te la pertenencia local y la identidad propia de un territorio, lo que sería un arte misionero? Y les leo lo que decían dos curadores de Buenos Aires, uno –misionero que se fue a vivir allá que es Francisco Alí-Brouchoud y Karina Cagnolo, de una exposición del 2006:

“… de las identidades cerradas, ya sea de ciudades o regiones que conducen a localismos cercanos a lo pintoresco admiten nacionalismos conservadores que se manifiestan en las obras a tra-vés de tematizaciones, ilustraciones de un paisaje popular, es decir sin ánimos de menospreciar, asistir a su propia caricatura…”

Hay otro comentario más que ahora lo voy a leer y termino: “El fenómeno generado como identidad misionera es también una convención de discur-sos…”, y es la parte que más me ha interesado a mí, a pesar de que no es más que un enunciado, entonces lo presento como una posibilidad, o sea es también una convención de dis-curso sostenido por el uso coloquial, habitual y repetitivo de todos nosotros y ha sido constructor de su propio uni-verso de significantes y significados es decir que se va construyendo, decimos esto es arte misionero porque tiene tal

Conseguí todos los test de psicología

característica, así se va construyendo, de la misma manera podríamos decir esto de la argentinidad, y otros patro-nímicos que nos relacionan a grupos de pertenencia.

Para terminar, relacionar esto que es-cribo con lo mencionado varias veces, el malestar en la cultura, dónde se ha-bla de la sofocación de lo pulsional a través de distintos tratamientos, como los llamados quitapenas, y donde po-dría excederme quizás diciendo que la escritura y la lectura pueden ser ca-tegorizadas dentro de esta categori-zación, aún a riesgo de que no todo siempre estará presente, o sea, no es un quitapenas total.

Un detalle, en la última página tiene una imagen que es el descubrirse, la imagen de la persona que tiene en sus ojos todo ese registro fotográfico, cine-matográfico, tiene el rostro descubierto.

Muchas gracias.

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