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nombre Almengor, que le hizovarios disparos. Refería Deme-

trio:"Mi padre se detuvo como a

unos cinco pasos de él y se lequedó mirando fijamente. Al-mengor sudaba nervioso, mipadre a manera de burla le dijo:

"Me han dicho que este es midía, que andas armado y que es-tás dispuesto a matarme. Si ereshombre, dispara, pero disparabien.

" Almengor se puso furioso,sacó su arma y le hizo variosdisparos, que por fortuna nodieron en el blanco."

En repetidas ocasiones afirmóDemetrio que él se acostumbró

a aceptar a Belisario Porras co-mo a un dirigente de masas, co-mo a un político, como ungrande hombre, pero que desde

muy temprana edad, resintió eltrato que recibía de su padre,

quien en todo momento se com-portaba con él de manera imper-

sonaL.

Estudió Demetrio en el Insti-tuto Nacional de Panamá, y alterminar el bachilerato solicitóa su padre -entonces Presidente

de la República~ qué le apoyarapara continuar estudios universi-tarios en Francia.

El Presidente Porras se negabaa enviar a su hijo Demetrio a

estudiar a Europa, entre otrascosas, porque la aficiÓn que éstedemostraba por los deportes, nodaba márgen para imaginar quefuese el mejor de los estudian-

tes.

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Frente a diversas presiones,

Demetrio consiguió hacerse es~

cuchar del Presidente de la Re-

pública, quien para acceder a su

demanda, le puso como condi-ción un examen.

Refería Demetrio que sostuvouna entrevista formal con su pa-dre, quien le recibió en la si-guiente forma:

"Veo que te vales de padrinospara conseguir lo que debías ob-

tener por tus propios mereci-mientos. Yo siempre he creidoque lo único que aprovechamos

es lo que nos cuesta. La vida no

regala nada, Demetrio."Yo te regalé hace algún

tiempo unos libros que se llama-ba LAS VIDAS PARALELASDE P L UT A RCO, yo quierosaber si las leiste completas.

"Con un poco de temor lerespondí: Las he leido saltea-das".

Se sonrió con malicia el Pre-sidente Porras y dirigiéndose a

Don Ernesto (Ernesto T. Le-fevre) ahí presente me afirmó:

"Demetrio, tienes treinta díaspara estudiar LAS VIDAS P A-RALELAS DE PLUT ARCO, alfinalizar el plazo debes presen-

tarte nuevamente a mi despa-cho.

"Treinta días después, tal co-mo me había exigido el Presi-dente Porras, debí presentarme

al despacho presidencial en don-

de me esperaban Guillermo An-dreve, Ernesto Trisdel Lefevre yJuan B. Sosa".

Refería Demetrio:

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"Mi padre no dijo una pala-bra. Fue Don Juan B. Sosaquien en su representación ini-ciÓ la entrevista.

"Está Ud. preparado Deme-trio Augusto Porras?

"y yo le respondí, seguro de

mí mismo: Si señor, estoy pre-parado" .

Cada uno de los presentes in-dagó a Demetrio sobre la obra,y luego de pasado el examen.Demetrio obtuvo de su padre elauxilio económico para que fue-se a estudiar a la Universidad deBurdeos.

A su regreso a la patria en elaño de 1926, encontró Deme-trio un país convulsionado por

una serie de movimiento socialesy políticos; gobernaba el país

Don Rodolfo Chiari.

Un año antes un poderosomovimiento de masas había co-locado en debil evidencia elgobierno del Presidente Chiari,quien temeroso de su seguridad

reclamó la intervención del ejér-cito norteamericano.

y ese año de 1926, Panamáse debatía en la más delicadadisyuntiva de su breve existenciacomo nación independiente:SER O DESAPARECER.

Después de un poco más deuna década de diferencia entrenuestro país y los Estados Uni-

dos, como consecuencia de lasincongruencias del Tratado delCanal, y particularmente por la

ocupacion de bases militares ennuestro territorio, Panamá seveía convocada a una reformadel documento de 1903.

Sin embargo, Los EstadosUnidos estaban muy lejos deaceder a nuestras demandas.Estas negociaciones, desde su ini-cio en el ano de 1923, por paredel Presidente Porras fueron la

respuesta a la incomprensión ya la mezquindad por parte delos Estados Unidos.

Como advertía Don RicardoJ. Alfaro

"Lo que no se logró en aque-llas jornadas de ingrata recorda-ción no se debió a debilidad, nia ineptitud ni a falta de patrio-

tismo de parte del gobierno, nide los negociadores panameños,

y que las reivindicaciones que sealcanzaron por el Tratado de1936, tampoco se debieron amayor esfuerzo de ellos. Ladiferencia entre el 1926 y el1936, en lo que a nuestras recla~

maciones con los Estados Uni-dos, es unicamente la que exis-tió entre los hombres que diri-gían las relaciones exteriores delos Estados Unidos en 1924 yen 1926(*)

2. El Partido Socialista enPanamá.

A partir del 1920 la América

Hispana empezó a experimentaruna importante transformación

ideológica. Una serie de movi-mientos populares empezaron a

(*) Alfaro, Ricardo J. Historia Documentada de las negociaciones para la celebracióndel Tratado de 1926, Introducción.

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extender su influencia por elcontinente.

E 1 liberalismo empezaba aperder vigencia...

Durante el siglo xix y comodefensora de la independencia,

esta doctrina política habíaprohijado una serie de reformas

que fueron la consumación de laemancipación de España.

1. Lucha contra los privilegiostradicionales de la Iglesia..

2. Lucha contra el latifundis-mo.

3. Soberanía popular y defen-

sa del sufragio universal.

4. Organización tripartita delpoder público.

5. Autonomía del individuo.6. Honestidad administrativa.

7. Alternabilidad en el ejerci-cio del poder público.

8. Escuela Laica.

9. Libre empresa.

El liberalismo secularmente li-brecambista, desde finales delsiglo xix empezó a adoptar enalgunos casos una posición pro-t eccionista como medio de ace-lerar el desarrollo econóniico denuestros países.

Ello llevó al liberalismo a esti-mular las inversiones del capita-lismo norteamericano, sin poderimpedir que ello robusteciera yestimulara el expansionismo co-

lonial de los Estados Unidos.La Historia de México, de

Centro América y del Caribenos ofrece sucesivos ejemplos de

estos gobernantes, que para ga-

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rantizar las inversiones de las

empresas extranjeras tuvieronque ceder muchas veces a laintromisión de los Estados Uni-

dos en nuestros asuntos inter-nos.

A la postre, muchos de estosgobernantes se convirtieron enverdaderos volatineros del impe-rialismo. Y así la reforma liberalque tantos beneficios alcanzó enel progreso de nuestros pueblos

tuvo que pagar un precio excesi.vo por sus conquistas.

Panamá retardó en ciertomodo esta influencia, por laprosperidad económica del Ca-

nal Francés, la prolongada pre-

sencia del centralismo de Núñezen el siglo xix y la desvasta-

dora guerra civil de los Mil Días,

a la que precedió casi de inme-

di a to la independencia y laconstrucción del Canal de Pana-

má.

Desde sus inicios la construc-ción del Canal de Panamáejercio una influencia determi-

nante sobre nuestras actividadeseconómicas, al punto de que elcomercio como riqueza foraste-ra, disminuyÓ nuestro esfuerzo

por un desarrollo nacional haciaadentro.

La prueba de ello está en elfracaso del Banco Hipotecario yPrendario de la República y de

el Banco de Crédito Agrícola,

cancelados ambos antes de ha-ber alcanzado una década de vi-da independiente, y sin que am-

bos dejasen mayor incidencia ennuestro capitalismo nacional.

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Todo ello vino a acentuarnuestra depedencia de la econo-

m í a canalera, imponiéndonos

una personalidad y un estilo depensar tan generalizado, que hi-zo exclamar a uno de nuestrosdistinguidos banqueros en el añode 1922, que cualquier actividadajena al comercio de importa-

ción, constituiría un ancho ries-go para la banca nacional, que

él se negaba a asumir. (*)

Si las empresas norteamerica-

nas no ejercieron su coloniajesobre nuestro territorio durantelos primeros años de nuestravida independiente, '10 pudimossoslayar la influencia militar.

Sin embargo frente a ella,otra fue la actitud de nuestro

pueblo y de nuestros gobernan-

tes frente a los Estados Unidos

de América.

Dentro de nuestra debilidad,sometidos a un Tratado queotorgaba a perpeutidad todoslos derechos a los Estados Uni.

dos, jamás vacilamos en asumir

la defensa de nuestra integridad.

Desde el año de 1914, Pana-má demandÓ en forma dramáti-ca a los Estados Unidos deAmérica:

EL TRAT ADO QUE NOSLIGO A LOS ESTADOSUNIDOS EN i 903 ES Y AINADECUADO PARA RE-

GULAR LAS RELACIONESENTRE LOS DOS PAISES(**)

y desde entonces, ~n unalucha que jamás conociÓ la fati-ga, nuestro país mantuvoenhiesto el sentido de su digni-dad.

Aunque esta es Historia cono~cida, debemos señalar que en elaño de i 9 1 6 Panamá fue violen-tamente desarmada por los Esta-dos Unidos, en el año de 1918

ocupada por el ejcrcito norte-americano, y en el año de 1921,

con motivo de la guerra deCoto, ì1Ubo de enfrentar la de~

terminación del Departamentode Estados norteamericano desOJusgarnos para imponer el fa-llo White.

Nada de ello nos disminuyósin embargo.... Estos hechos su-

cesivos fueron fortaleciendonuestra conciencia civil, y pro-vocando finalmente una cohe-sión creciente.

Panamá observaba con interéscomo la situaciÓn política eideolÓgica de la América Hispa-

na sufría cambios trascendenta-les y como respuesta a hechosanálogos a los que sufría nues-

tro país.

La Revolución Mexicana. Eladvenimiento del Aprismo en elPerú. Las Guerrilas de Sandino

en Nicaragua, y el poderoso mo-

Arango José AgustÍn. Meinoria que el Gerente del Banco NaL. de Panainá, presentaa la Asamblea Nacional en sus sesiones del año de 1922, Talleres Gráficos elTieinpo. pág, 6.

PORRAS BEUSARIO. Mensaje Presidencial, presentado a la Asamblea Nacional dePanamá, en sus sesiones del ano de 1916, pág. 26.

(.o)

(.. )

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vimiento socialista de Chile y deArgentina.

En esos días murió asesinado

el lìder socialista cubano JulioAntonio Mella, mártir en la lu-cha contra la dictadura entre-

guista de Machado, y empieza aescucharse el primer acento de

la voz de Jorge Eliecer Gaitán.En Panamá surgió un grupo

de intelectuales que se denomi-naban neoliberales: Andreve,Morales, Moscote y Duncan.

Posteriormente se organizó laasociación cívica de Acción Co-munal, que como señaló Deme-

trio Augusto Porras en su obraVEINTE A:rOS DE LUCHAS YEXPERIENCIAS, estaba forma-da por algunos jÓvenes descen-

dientes de las más conspicuas fi-guras del fenecido partido con-servador.

Durante esa época hubo el in-tento de formar un grupo deno-

minado el Partido Laborista,hasta que en el año de 1930surgió el Partido Comunista dePanamá.

En el año de 1932 fue elegi-do Demetrio Augusto Porras co-mo diputado a la Asamblea Na-

cional, constituyéndose desde

entonces en el vocero de losmovimientos de izquierda, fun-dando en el año de 1933 el Par-tido Socialista de Panamá.

J unto a Demetrio debemosseñalar individualmente a Dióge-

nes de la Rosa, que constituyó

con él un binomio de acciónpermanente, y junto a ellos unamultitud de líderes como Segun-

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do, Brower, Turner, NazarioCrespo, Eliseo Echeverz, AlbertoQuintana..

Casi todos ellos exhibían an-

tecedentes en las luchas revolu-cionarias del 1925 y del 1926.

El Partido Socialista empezó

a trabajar en las áreas urbanas,

logrando reclutar importantes

dirigentes dentro de la masa delos obreros.

Casi al inicio de su interven-

ción en las luchas políticas de

nuestro país surgió el movimien-to inquilinario, que le permitióirrumpir en la vida nacional con

extraordinario vigor y populari-

dad.

Ese mismo año de 1932 ha-bía sido elegido como Presiden-te de la República el Dr. Har-

modio Arias, que se autocalifica-ba como el candidato de los po-bres, y el cual era una figuraprohijada por el movimiento deAcción Comunal.

Casi a raíz de su toma deposesión el Dr. Arias hubo deenfrentar un movimiento de ma-sas que presentaba característi-cas de alarma, y que era la res-puesta a la depresión económicamundial, que en Panamá se tra-ducía en grandes masas desem-

pleadas.

Esta situación disminuyó lacapacidad de pago de los in-quilinos de la Ciudad de Panamáy fue lo que desencadenó final-mente en un enfrentamiento, yano con los propietarios de lascasas, sino con los representan-

tes del gobierno nacional, que

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protegían los intereses de los ca-seros.

Demetrio Augusto Porras, alfrente de una masa de inconfor-

mes se presentó al PalacioPresidencial:

"Diez mil almas rompieron elcordón de policias y llegamosfrente al Palacio de las Garzas.

Subí yo solo las gradas que esta-ban custodiadas por miembrosdel Acción Comunal, quienes re-vólver en mano, se mirabanavanzar en actitud hostiL.

"Es curioso que esos mismos

hombres que en esos momentosse oponían a las justas reivindi-caciones del pueblo por adhe-

sión incondicional a HarmodioArias, más tarde, al rompercon él, por intereses meramentepersonales, me reprocharan nohubiera yo aprovechado esosmomentos para apoderarme delpoder y sacar al que ellos ha-bían elegido como un símbolo.

"No comprendían que a mien esa lucha, no me guiaba nin-gún interés político inconfensa-ble, y que lealmente luchabapor obtener reivindicaciones es-pecíficas de la clase trabajadorade mi país, y que la presidenciaa mí no me quitaba el sue-ño."(*)

En el año de 1933 el PartidoS o c i alista de Panamá realizóotros importantes movimientos

de masas, el de mayor repercu-sión fue el del día i de Mayo y

con motivo de la conmemora-ción del día del trabajo.

La reacción 'inmediata delPresidente Harmodio Arias fuela de perseguir a sus líderes, el

propio Demetrio AugustoPorras, con todo y ser diputado

a la Asamblea Nacional fue de-tenido por varios días. Los otros

líderes fueron condenados a tra-bajos forzados en la cárcel deldistrito de Penonomé.

Citamos los diarios de la épo-ca:

El Diario de Panamá, que di-rigía Don Víctor FlorencIo Goi-tya, en su edición del día 2 de

Mayo de 1933:CERCA DE SIETE MIL PER-SONAS DESFILARON PORLAS CALLES EN EL MASPERFECTO ORDEN, POR-T ABAN BANDEROLAS RO-JAS, CARTELONES, ETC.,El Tiempo que dirigía J eptha

B. Duncan, en su edición deldía 1 de Mayo de 1933:

IMPONENTE FUE EL DES~FILE OBRERO, MAS DEDIEZ MIL ALMAS ENTREHOMBRES Y MUJERESDESFILARON POR LAAVENIDA CENTRAL. TANENORME FUE LA MANI-FEST ACION QUE EL TRA-FICO QUEDO SUSPENDIDOPO R COMPLETO Y LOSM ANIFEST ANTES LLENA-BAN LAS CALLES YACERAS CONTIGUAS A

(") Porras Demetrio Augusto. El movimiento inquilnario, Revista La Lotería, Oct.Nov. i 973, pág. 175.

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SANTA ANA. EL LIDERDEMETRIO PORRAS OCU-PO LA TRIBUNA COMOORADOR PRINCIPAL.

Desde ese día, el Dr. Har-modio Arias comprendió que selas veía con un adversario po-

deroso, y se dio a la infatigabletarea de aplastarlo con todos losrecursos a su disposición.

En 1936 Harmodio Arias des-conociendo la voluntad popular,impuso por la fuerza como susucesor al Dr. Juan DemóstenesArosemena, y gracias al "paque-tazo" de Veraguas. (*)

Utilizando los mismos recur-sos, en el año de 1939, JuanDemóstenes Arosemena se pre-paraba para imponer a un her-mano del ex-presidente Arias. Alparecer en esa forma pagaba el

Dr. Aroseffena su imposición

como candidato oficial de Har-modio Arias.

El Partido Socialista volvía a

ser víctima de la persecusión, ysus lideres sufrían toda clase deatropellos.

En estas condiciones se orga-nizó una coalición de partidosque se denominó el Frente Po-pular, con las pretensiones de

llevar a las urnas a un candida-

to, y con el fin de salvaguardar

las instituciones democráticas denuestro país.

La maquinaria estatal atacóen tal forma a Ricardo .J. Alfaro

y a los partidos del Frente Po-

pular, que los ciudadanos pana-

meños se vieron ante la alter-nativa de votar por un candida-

to único, y por ello, quienes leadversaban tomaron la decisiónde pensar en una revoluciÓn ar-mada.

El Partido Socialista, como

miembro del Frente Popular, noregateó su concurso al movi-miento revolucionario.

Mientras se realizaban diligen-cias para obtener armas en elextranjero, en la montaña sepreparaban grupos armados, ci-tamos a Demetrio:

"Mientras el Partido se prepa-raba instruido por el MayorAued, por el Capitán Barrelier,tres mil miliciano s socialistas se

entrenaban en las montañas. Loshombres hacían marchas y con-tra marchas, se arrojaban al sue-lo en actitud de disparar, apren-

dían el arte de la guerra, y ahí

inspirados por un ideal, con llu-via o con sol, de día o de no-

che, esperaban el día...

"Las armas fueron llevadas aMéxico, a Los Angeles con lasimpatía del Presidente Cárde-

nas, pero de ahí nunca pudieronsalir, no obstante la desinteresa-da lucha de Don Pancho (Fran-cisco Arias Paredes) El Dr. Cres-

po O osé Daniel Crespo) de MaxArosemena, y de Domingo DíazArosemena.

(*) PAQUETAZO: En el lenguaje panameño se denomina PAQUETAZO al fraudeelectoral, en este caso consistió cn el abultamiento de las actas electorales y laaparición de multitud de urnas fraudulentas.

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Estos hechos alarmaron en talforma al Presidente Roosevelt,

que aunados a otros problemas

de orden interno lo llevaron adiseñar una nueva política queél denominó de el "Nuevo Tra-to" .

En 1933 con motivo de laConferencia Internacional deMontevideo, los Estados Unidos

afirmaron que "se oponían a to-da ingerencia en la libertad, lasoberanía u otros asuntos de ca-rácter interno de los gobiernos

de otras naciones, así como sudeseo de entrar en nuevas nego-

ciaciones con los países america-

nos, con los que los EstadosUnidos mantenían convenios otratados" .

La conferencia de Montevideoestableció como un principio dederecho internacional "Ningúnpaís tiene derecho a interveniren los asuntos internos deotro'" (*) Este principio parecía

e s t ar dirigido especí ficamen tecontra Los Estados Unidos deAmérica.

Roosevelt se mostraba inquie-to por las influencia del fascis-

mo y del socialismo en América,y en ningún instante desestimólos movimientos revolucionariosde nuestro continente.

Existe una abundante biblio-grafía al respecto y que seríalargo citar, particularmente en

las relaciones de Los Estados

Unidos con México, país con elque Roosevelt hizo un esfuerzo

notable para lograr un acerca-

miento.

Consciente de la enorme im-

portancia estratégica del Canal

de Panamá, .eÍa con interés losgrpos de izquierda que empeza-ban a agitarse a las orilas delCanal de Panamá...

Todo ello llevó a Roosevelt atomar la iniciativa de ofrecer al-lUnas concesiones a nuestra re-pública, cnmarcadas dentro dela estrategia militar de defensa ymantenimiento de su poder co-lonial.

En 1933 Rooseveli aprovechóla visita del Presidente Harmo-

dio Arias a los Estados Unidos

para manifestarle su deseo de re-visar el Tratado del Canal dePanamá, y resolver algunos pun-tos de insatisfacción existente

entre los dos países.

Citamos al Dr. Víctor Floren-cIo Goitya, en su obra "Cómonegocia Panamá su Canal".

"El viaje del Presidente Arias

a los Estados Unidos, en Octu-

bre de 1933 -continua Sosa

J ované- tiene sin duda gran im-portancia en relación con el Tra-tado de 1936, pero al mismotiempo que reconozco los méri.tos que le corresponden al men-

cionado Ex-Presidente con moti-vo de su histÓrica visita, ~stimola conveniencia, para la verdad

histórica, refutar la leyenda quese ha creado en torno a la visitadel Dr. Arias a Washington, de

(..) CONFERENCIAS INTERNACIONALES AMERICANAS 1889-1936, pág. 470,Biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores, de la República de Panamá.

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ir a conseguir la revisión del

Tratado de 1903, y de que suentrevista con Roosevelt fuepara discutir y pactar las bases

del Tratado de 1936" (*)La correspondencia oficial di-

plomática entre el Dr. Ricardo

J. Alfaro y el Presidente Harmo-dio Arias de Marzo a Abril de1934, confirman que fue el Pre-sidente Roosevelt quien de ma'nera individual tomÓ la determi-nación de hacer reformas sustan-ciales al Tratado del Canal dePanam,.l

Sin embargo, en ningÚn ins-tante, el Departamento de Esta-dos Norteamericano estuvo dis-puesto a ceder su pretensión de

mantener bases militares ennuestro territorio.

y por ello, a pesar de las ven-tajas que ofrecía el Nuevo Tra-tado del Canal, la posición in-transigente del Partido Socialistafue la de vetar dicho documen-

to, considerando que dichas ba-

ses continuaban lesionandonuestra soberanía.

Panamá no podía aceptar lainstalación o mantenimiento debases militares, ni aÚn con elpretexto de que ellas estabandestinadas a defender el Canal

Interoceánico.

Toda base militar aÚn en elterritorio bajo jurisdicción de laZona del Canal de Panamá, des-

virtuaba el concepto de la neu-

tralidad del Canal, consagrada

en el Tratado Hya-Bunau Vari-lla.

El Partido Socialista como de-fensor de nuestra soberanía, as-

piraba a que la Zona del Canal

de Panamá, se integrara al terri-torio bajo nuestra jurisdicción,

ya que su existencia estaba afec-tando nuestra condiciÓn de país

soberano.

En una brilante intervenciónante la Asamblea Nacional, afir-mó Demetrio Augusto Porras:

"No hay porque desvincular ala Zona del Canal de Panamá,porque es ahí precisamente de

donde arrancan todos los pro-blemas capitales que afectan aPanamá, como sujeto inter-nacional". (**)

Esta fue la posición de Dióge-

nes de la Rosa en el año dei 947, en representación del Par-tido Socialista ante la cámara dediputados, al combatir el Conve-

nio Filós Hines, que prorrogaba

el arrendamiento de bases mili-tares norteamericanas en nuestroterritorio.

El Partido Socialista fue con-

sistente en sus planteamientos

cada vez que mantuvo represen-tantes ante el órgano legislativo,y uno de sus debates más inten-

sos lo sostuvo al combatir los

("') GOITY A VICTOR FLORENClO. "Como negocia Panamá su Canal" pág. 63, Serefiere a un informe que A. Sosa Jované, como funcionario del Ministerio deRelaciones Exteriores presentó en la Memoria de este ministerio en 1934.

(..) Porras Demetrio Augusto. "El Tratado del Canal de Panamá y otros discursosparlamentarios".

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abusos de las empresas norte-

americanas multinacionales, ver-daderos superestados dentro denuestro territorio, y cuya in-fluencia logró penetrar en cier-tas decisiones del órgano ejecuti-vo.

Tal vez la intervención más

productiva del Partido Socialistafue la correspondiente a las le-gislaturas de la ConvenciónNacional Constituyente, en lascuales se hizo posible la inclu-sión de una serie de normas de

justicia social en nuestra Consti-tución de 1946.

y muy a pesar de las desven-tajas en que se obtuvieron, re-sultados de sus intensas luchas

fue el Código del Trabajo pro-

mulgado en el año de 1947, quesi no contempló entonces todas

las aspiraciones de la clase traba-jadora, fue la base fundamental

d e nuestra legislación laboralpresente.

4. Demetrio AURUsto Porras elAbogado.

Al terminar sus estudios de

Derecho en la Universidad deBurdeos, Demetrio Augusto sededicó casi por entero al ejerci-cio de la profesión de abogado.

Al principio lo hizo bajo elasocio de Don Alejandro TapiaEscobar, pero más tarde se ejer-citÓ de manera individual.

y el solía advertir que por

consejo de ese gran maestro que

era Don Alejandro, dedicaba su

mayor interés a los casos de losindigentes, de los explotados, delos humildes, quienes frecuente-

mente son los que tienen la ra-zón, pero no un abogado quelos defienda.

Demetrio les defendía gratis.Con todo y ser una de las másdestacadas figuras del foro na-

cional, jamás acumuló fortunapor sus trabajos profesionales.

Sus mayores éxitos los obtu-vo en la rama del Derecho Pe-

nal, según advirtió en una de susobras:

"En los últimos tiempos demi actuación forense y antes deque me nombraran Magistrado,con la oposición descarada de la

oligarquía, tuve entre los años

del 1959 y del 1960 ante lostribunales de justicia cincuenta

y dos casos de homicidio, la ma-

yoría de ellos confesos. De estoscincuentidos casos obtuve lacondena de tres grandes crimina-les, me condenaron a cuatro, ylogré que me absolvieran a cua-renticinco, lo cual es un record,

en cualquier parte del mun-do'" (*)

Demetrio Augusto Porras fuenombrado Magistrado de la Cor-te Suprema de Justicia en el añode 1960, después de treinticincoaños de ejercicio de la profe-sión, al servicio de los humildes.

Pero la oligarquía panameña

que él había combatido durante

toda su vida no podía pasar por

(*) PORRAS DEMETRIO AUGUSTO. "Excluyentes del Culpabildad" Palabras deIntroducción.

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alto su designación, y casi ense-

guida hubo Demetrio de sortearuna nueva acusación: Demetriono tenía créditos para ser Magis-

trado de la Corte Suprema de

Justicia.Se exigió la evaluación de los

crédi tos académicos de Deme-trio Augusto Porras, pero luego

de habe.r pasado todas las prue-bas y de confirmado su nombra-

miento, el decidió elaborar una

nueva tésis de grado, para obte-ner un nuevo Doctorado en De-

recho, la cual presentó ante la

Universidad San Marcos deLima.

Su trabajo, "Excluyentes deCulpabilidad" fue calificado en-tonces como brilante.

En el año de 1968, despuésde haber ejercido la Magistraturapor espacio de ocho años, De-metrio hubo de separarse de sucargo por motivos de enferme-dad.

Antes de retirarse, un inci-dente puso de manifiesto quelos principios por los que habíaluchado durante toda su vida, semantenían como una normainalterable de su conducta pro-fesional y política.

Creemos que la anécdota esilustrativa. Con motivo de laselecciones presidenciales del añode 1968, el Presidente MarcoAurelio Robles fue acusado ante

la Asamblea Nacional de Pana-

má de violar la Constitución Na-cional, al intervenir en el proce-

so electoral para imponer uncandidato oficiaL.

14

La Asamblea Nacional juz~óy condenó al Presidente de laRepública a la pena de destitu-ción. Marco Aurelio Robles ape-

ló entonces al juicio de la CorteSuprema de Justicia, a fin dedeterminar la validez de lo ac-

tuado por nuestro órgano legis-lativo.

...y un político cuyo nombreno tiene objeto mencionar,quiso obtener el voto del Magis-

trado Porras mediante el sobor-no. Se apersonó a su casa y leobsequió unos perÍodicos, den-tro de sus hojas había un gresofajo de biletes de la más alta

denominación.Demetrio Augusto Porras hizo

pública denuncia del hecho anteel Procurador General de la Na-

ción, haciendo entrega de losbiletes para que se iniciara unainvestigación.

5. Demetrio Augusto Porras elEducador.

"Desilusionado de la políticacriolla, decidí dedicarme a laeducación. En Europa ademásdel doctorado en Derecho, hice

e s t udios especiales de Socio-logía, Economía Política y deDerecho InternacionaL.

"Con experiencia y vocacióninicié las gestiones para organi-

zar y fundar una Escuela de De-

recho. En Julio de 1929, en mimodesta oficina de la Avenida

Central se reunieron AméricoValero, Harmodio Arias, Dámas-

co Cervera, Honorio González,

Felipe Juan Escobar, TemÍsto-

cles Céspedes, Miguel Mejía, des-pués de explicarles el plan, se

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fundó la Escuela Libre de Dere-

cho, y a sugerencia del Dr. Har.

modio Arias, fui nombrado Pre-sidente del Colegio' (*)

La ley 72 del 28 de Diciem-

bre de 1934, reconoció poste-

riormente los títulos académicosde la Escuela Libre de Derecho,

y sus egresados llegaron a enri-quecer la administración de jus-ticia, ocup.tdo importantes po-siciones públicas.

Al momento de fundarse laUniversidad Nacional de Pana-

má, casi cien alumnos de la Es-cuela Libre de Derecho cons-tituyeron la matrícula inicialque dio inicio a esta entidad ofi-cial.

Al marchar al exilio en el añode 1940, volvió Demetrio a vin-cularse a la educación, al dedi-carse a la enseñanza del españolen la ciudad de Los Angeles.

En el año de 1950 fue desig-nado como profesor temporalde Sociología en la UniversidadNaciònal de Panamá, aún frentea la oposición sistemática de

una minoría de las autoridadesadministrativas de la Univer-

sidad.

y a pesar de que durante diez

y ocho años estuvo Demetrio dic-tando dichas clases de Sociolo-gía, jamás se le designó con eltítulo de Profesor Titular. Ellono disminuyó en ningún instan-te su entusiasmo, porque él sen-tía que al entregarse a la juven-

tud, cumplía con la más elevada

misión de su vida.Pero en honor a la verdad,

Demetrio jamás dejó de ser uneducador, lo fue sin embargo enmuchos estrado s informales, y

frecuentemente fuera del aula

de clases.Yola recuerdo recorriendo

nuestra Campiña para mantenerun diálogo con nuestros campe-

sinos, muchos de ellos anal-fabetos, y él les hablaba en el

lenguaje más sencilo de las co-sas más complejas.

y aquello no le costaba nin-

gún esfuerzo, porque su mismacondición de campesino tableño

le permitía comprenderlos.y ahí en una nueva cátedra

popular, sacrificando las horas

que otros dedican al descanso y

a paseos familiares de fin de se-

mana, Demetrio se dedicaba asu trabajo.....y atendía su deber en un

horario exigente que compren-

día todos los días de la semana,

y todos los meses del año. El

iba de caserío en caserío, cum-

pliendo con un calendario rigu-roso.

y cada vilorio sabía cuando

llegaba Demetrio: EL CAMA-RADA. En esas visitas, primerose conversaba informalmente pe-ro finalmente en una síntesis seestablecía el diálogo organizado,

en el cual participaba Demetrio

como coordinador, o como elmaestro.

(..) PORRAS DEMETRIO AUGUSTO, "VEINTE AÑOS DE LUCHAS YEXPERIENCIAS"

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Yo recuerdo que donde quie-ra que él estuviese los campesi-

nos le seguían sin horario, leabordaban con confianza, en sucasa, en su oficina, en la calle:En todas partes estaban junto aél, sin hacer jamás una antesala.

En los muchos días que lo vÍjunto a esas concentracionescampesinas, jamás observé en elun rostro de fatiga o de pesimis-

mo, y muy a pesar de las fre-cuentes incompresiones, sacrifi-cios y atropellos, críticas y bur-

las que hubo de sortear, y su-frir.

y sus charlas estaban llenas

de enseñanzas prácticas, de chis-tes y de anécdotas, de bromas y

de alusiones personales: Era tanfácil entender a Demetrio.

Advertía Demetrio que esetipo de "charla" era lo que ha-

bía hecho tan popular a Belisa-rio Porras entre los hombres delcampo, y que en esto, su padrehabía sido un maestro para él.

En las reuniones de Demetriono se repartía alcohol, y comoun repudio a las reuniones de

los políticos tradicionales que

catequizaban a sus simpatizantesa base de corromper la concien-cia popular con alcohol o dine-

ro.Muchos advertían con sorpre-

sa que Demetrio era un gran im-provisador, y lo era en condicio-

nes excepcionales, pero frecuen-temente era un hombre metódi-co que se entrenaba cuidadosa-

mente para cada visita, con esta-dísticas, con informes económi-cos o de naturaleza análoga.

Acompañaba a Dernetrio unavoz muy bien timbrada, y recha-zaba el altoparlante o micrófo-no, consciente de que su vozdominaba el escenario que lo ro-deaba.

Como un complemento de sulabor como educador, como so-ciólogo práctico, como estu-dioso de los problemas nacio-nales, debemos señalar la impor-tancia de su obra PROBLEMASVIT ALES P ANAMEl"OS.

Esta monografía continuasiendo un estudio de los másimportantes problemas socialesde nuestro país, particularmente

los que han limitado nuestrodesarrollo. Quince años despuésde editada es aún una fuenteobligada de información paraconocer la realidad nacional.

PROBLEMAS VITALES P A-NAMEl"OS analiza los proble-mas del latifundio y el de lasmasas campesinas sin tierra, ysin la capacidad de poder mejo-rar sus condiciones de vida.

En esta obra se plantea porprimera vez la necesidad urgentede una REFORMA AGRARIAcon elevado criterio de justiciasocial.

Esta obra defiende al campe-

sino, como base de nuestrodesarollo económico, y no sedistancia del problema cuandoasocia sus condiciones sociales,el problema educativo de Pana-

má.

En estos días en que se luchapara implantar una reforma edu-

cativa en Panamá, la palabra de

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DemetrIo Augusto Porras tieneenorme trascendencia:"NUESTRA ESCUELA HA

REDUCIDO A NUESTROS ES-TUDIANTES A CONVE&TIRSE EN REPITIENTES DECONOCIMIENTOS IMPOR-TADOS, QUE NO CONTRIBU-YEN A NUESTRO DESARRO-LLO.

NUESTRA EDUCACIONSOLO ENSEl\A AL NllO AALMACENAR CONOCIMIEN-TOS SIN SOLUCION A NUES-TROS PROBLEMAS. AL HIJODEL CAMPESINO LE ENSE-l\AMOS A ADMIRAR ANAPOLEON O A LEONIDAS,PERO EL NIl\O PANAMEl\ONO SE LE. ENSEl\A A SEM-BRAR LA YUCA QUE LOALIMENTA.

"NOSOTROS TENEMOSUNA ESCUELA EN DIVISA, YAHI SE ENSEl\A EL USO DETRACTORES, DE. CUCHI-I.LAS, Y SEMBRADORAS, lN-DUSTRIALIZADAS Y MECA-NIZADAS, PERO NUESTROSAGRICULTORES DE LOSALREDEDORES DE DIVISA,SIC VEN QUEMANDO LA TIE-RRA Y TRABAj ANDO CONEL MACHETE". (*)

REFLE.XIONES

i. A pesar de su condiciónprofesional, por propia determi-

nación Demetrio Augusto Porrasse ubicÓ socialmente en los más

bajos estratos sociales, y desde

ahí surgiÓ como un lider del

arrabaL. Su domicilio predilectofue la Plaza de Santa Ana, que

históricamente lo vinculaba a loscaudillos populares del arrabal

santanero, Correoso, Mendoza yPorras.

Esta ubicaciÓn en cierto mo-

d o correspondía al escenario

campesino de la plaza de supueblo, de la que nunca se des-pojó.

2. El examen de la figura deDemetrio Augusto Porras debehacerse en funciÓn de la época

que le correspondió vivir y quecoincidc con una serie de in-flucncias de carácter exógeno,

que empiezan a disputar la hege-monía política a los partidoshistÓricos tradicionales.

a) Esta época es coincidentecon las primeras luchas popula-res de la Revolucic'm Mexicana,

del Aprismo en el Perú, de lasguerrillas de Sandino, y de di-versas manifestaciones neolibera-les y socialistas en los países his-

panoamericanos.

b) Con la presencia de unafuerte corriente nacionalista en

Hispanoamerica, inspirada en elnacionalismo triunfante delIitler y de Mussolini. (Naciona-lismo Oligárquico y burgués)

3. Durante la década del1930-1940 Demetrio AugustoPorras se convirtió en un pode-

roso conductor de multitudes,participando en una serie demovimientos que comienzan aconspirar contra las instituciones

(*) PORRAS DFMETRIO AUGUSTO "Problemas Vitales Panarncnos" págs. 34 y 35

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clásicas de nuestra estructura so-

cial y política. Durante esa épo-ca el Partido Socialista es una

organización de masas, fuete-mente respaldado por los cam-pesinos y los obreros, particular-mente los contratados en la Zo-na del Canal de Panamá.

5. Debemos señalar que lasluchas políticas del Partido So-

cialista en Panamá crearon unambiente propicio en la juven-tud -que se hace beligerante en

esa época~ con la que se man-

tuvo en contacto a través de lasluchas sociales y políticas de esaépoca.

6. Se observa un debilitamien-

to temporal del Partido Socialis-ta a partir de los años de la gue-

rra mundial y tal vez como con-secuencia de la época de prospe-ridad económica que irrumpe alas áreas urbanas de la ciudad dePanamá y Colón, como conse-cuencia de un reclutamiento ma-

sivo de empleados para las obrasque se llevan a cabo en la Zonadel Canal de Panamá.

A consecuencia de ello, gran-des sectores campesinos abando-

nan el agro, para ir a trabajar ala Zona del Canal, y las masas

obreras de las ciudades de Pana-

má y Colón desconoce~ el pro-blema del desempleo, lo cualtransforma rápidamente el statuseconómico de personas de muybajos recursos.

El problema del agro, y elproblema inquilinario desapare-cen como elt'mento de conflicto.

7. Causa del debilitamientotemporal del Partido Socialistaen Panamá fue su falta de acce-so a los medios de comunica-ción social -en manos de la oli-garquía o al servicio de ella-que casi obligaron a los dirigen-tes socialistas a trabajar en laclandestinidad.

8. Debemos señalar que du-rante la administración del Dr.

Harmodio Arias se militarizó laPolicia Nacional, con el pretextode una posible guerra con Costa

Rica, y se instaló la Policia Se-

creta Nacional, como instrumen-to de represión policiaca de ellafueron víctima permanente losdirigentes del Partido Socialista.

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M.IO~SES CÆXONG M,- -

El contexto cultural de laAmérica Latina se ha ido con-figurando a lo largo de todo elsiglo xix gracias a la presencia

de factores muy diversos que enel fondo coadyuvaron en la for-mación de éste en forma más omenos definida. A saber, facto-res de orden espiritual, sociales,políticos, económicos. En el as-pecto puramente material se ad-vierte en estas latitudes latino-americanas un incremento inci-piente de desenvolvimientoindustrial un tanto tímido, nosincronizado necesariamente con

los grandes adelantos técnicos yc i e n tí ficos de la civilización

industrial de la Europa. Es biencierto que no podemos afirmarde manera categórica que la faseindustrial de la América Latina,escuálida y raquítica, nuncapodía parangonarse con los co-losales avances de la tecnologíaeuropea de la misma época. Se

advierte, no obstante que lanueva situación es, de suyo,muy distinta a las etapas o fasesanteriores; ya se advierte en for-ma clara y rotunda el intentopor superar las simples formas

de producción artesanal en susdistintas modalidades (1). Nacio-nes de gran extensión territorialcomo Argentina, México, Chile

(1) Sabemos que la conquista puso a los paises de la América Latina en posición denaciones crecientemente subordinadas y de dependencia económica colonial enrelación con el sistema mundial, único ya en pleno desarrollo: el capitalismo co-merciaL Así lo demuestra André Gunder Frank en su libro LUMPENBURGUESIAy LUMPENDESARROLLO, Serie Popular ERA, México, D. F. 1971.

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y algunas secciones del Brasil,son dentro del conjunto de es-tos países, los Estados que máshan experimentado un desarro-llo industrial relativo, pero siem-pre en situación de dependencia

con respecto a naciones podero-

sas como Los Estados Unidos, laGran Bretaña y Francia. Este re-lativo "auge industrial" les hapermitido desarrollar en el senode sus respectivas sociedades unproletariado urbano consciente

de su situación de clase en un

sentido muy amplio y, en medi-da también relativa, permeable a1 a s do c t r in as importadas deEuropa tales como el Sindicalis-mo, el Socialismo y Anarquis-

mo. En tal orden de ideas, Amé-rica Latina tratará luego de bus-

car una expresión propia a estoshechos que retraten en su aspec-to ideológico la situación de he-

cho de la estructura cultural deestos pueblos.

Pero no sólo podríamos des-

tacar los fenómenos anteriores.También, en los aspectos cientí-ficos, el ideal haceniano ha al-canzado en estos pueblos verda-dera plenitud y carta de legiti-midad. No se trata ahora de fae-nas al modo de la Escolástica,con sus largas y cansadas "dis-

putaciones" silogÍsticas dentrode un equipo de pensadores que

buscan, en conjunto, encontrar

fórmulas válidas para "demos-

trar" verdades, por así decirlo,

"prefabricadas". Ahora va a sertarea colectiva, laboriosa activi-dad que mira a las cosas, que lasinvestiga y las obliga a descu-

brirse. Esto explica la prolifera-ción de reuniones, simposios,congresos y cenáculos científi-cos impregnados de un interéspositivo en solucionar, en fun-

ción del hombre social y concre-to, los problemas de más urgen-te investigación y plante-amiento.

En el nivel de la matemática

penetra en estos confines, en for-ma no muy profunda pero síllena de interés, todo lo concer-

niente a las investigaciones del

húngaro Bolyai y del ruso Loba-chevski los cuales introdujeron

dentro de la cultura europea un

nuevo tipo de universo matemá-

tico. En la Astronomía, el nom-

bre de f)umboldt tiene para no-s o t r o s los hispanoamericanosuna importancia digna de mejormención, pues gracias a su talen-to a sus geniales intuiciones y a

su capacidad de estudio, casi to-da la América fue recorrida e in-vestigada científicamente por élpor su iniciativa (2).

La química y la física ya hanexperimentado en Europa avan-

ces de consideración; Helmholtzy Faraday, Dalton y Mendeleev

están asociados a estos progresos

(2) En su conocido ENSAYO POLITICO SOBRE EL RFINO DE LA NUEVAESPAÑA, ubservar Humboldt que "los viajes sobre el lomu de los Andes o en laparte montanosa de México, ofrecen los ejemplos más evidentes de la benéficainfluencia de las minas sobre la agricultura". Atento observador, críticu atento a

todo lo que ve, Humboldt ha sabido, antes que muchos americanos, lo que poten-cialmente representaba el Nuevo Mundo para las potencias colonialistas de Europa.

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cuya aplicación en el campo so-cial habrían de tener indiscuti-bles proyecciones. Los sabios

Larmarck y Darwin hacen clarasy objetivas observaciones pa-leontológicas y formulan nota-bles teorías sobre el problema

de la evolución biológica (3).

En el aspecto de las tccnicas enboga, mencionamos a RobertoFulton y a Watt quienes, junto

con otros genios del saber cien-

tífico aplicado, llegaron a rea-

lizar el ideal de una ciencia al

servicio del hombre en su di-mensión social e individuaL. Losavances en cuestión llegaron aincidir en la realidad social y

política del mundo hispano-americano, determinando moda-lidades, formas específicas del

pensamiento latinoamericano.Así vemos que la perspectivaque ofrecen las ciencias particu-lares, unidas a los ideales procla-mados por el siglo de las Lucesy antes ya por el Renacimiento,

van a marcar un rumbo y unaorientación especulativa en estasnaciones en el sentido de buscarlas "ra Íces", el "cómo" y "por-qué" de los avatares de esta rea-lidad que se denomina AméricaLatina. Todo esto tomando enconsideración las pecul iaridadesespecíficas de lo que podría-

mos llamar, con justificada ra-zón, la idiosincrasia, "el ser" del

hispanoamericano, según expre-siones muy comunes en losmaestros Gaos y Leopoldo Zea.

En el aspecto estrictamente

espiritual, indicen dos corrientesde pensamiento en el mundocultural de la América Latinadurante gran parte del sigloxix. Por un lado, el Psicologis-

mo Escocés y por el otro, el Es-piritualismo Francés. Dos ten-dencias que se disputaban la su-premacía intelectual en esta par-te del mundo; dos tendenciasque tienen raíces, la primera enel empirismo materialista delRenacimiento y del siglo xviiiy la segunda, en los postulados

del Idealismo filosófico en gene-ral. Del psicologismo se sabe quefue -y lo sigue siendo aún-aquella tendencia a tomar el fac-tor puramente psicológico "aní-mico" en sentido biologizante,como fundamento de toda inves-tigación filosófica, con lo cualquedaba reducida toda explica~ción, todo conocimiento a esta-dos subjetivos, a meras vivencias

como diría Hume, a percepcio-nes como lo pensó Berkeley,sensaciones puras como lo con-cibiera Esteban Bonald de Con-dilac; por este camino todoqueda reducido, en último tér-mino, a un fisiologismo puro y,finalmente, a un materialismo

crudo, de tipo mecanicista.

(3) Nos dice G. Lukács respecto a este punto lo siguiente: "La teoría de Darwin ejercióuna influencia extraordinaria sobrc todo el desarrollo de la ciencia y de la concep"ción del mundo, en la segunda mitad del siglo XIX,.. Hay que tener en cuenta, sinembargo, que la intluencia universal de Darwin se produce en una época de crisisgeneral de las ciencias sociales.. En general, los ideólogos burgueses reaccionarios

combaten el darwinismo. sobre todo por las consecuencias que de éi se derivan en elterreno filosófico y de la concepción del mundo", EL ASALTO A LA RAZON, .F.C. E. México. 1959, pág. 552.

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El fundador de una de las di-recciones más conocidas dentrodel psicologismo fue ThomasReid (1710-1796). Entre susprincipios contaban la negación

del supuesto de la intervención

de la conciencia en el objeto

pcrcibido de un modo originarioe inmediato, tratando de estemodo de responder a las posi.bles dificultades que presentabael empirismo de David Hume, yafirmando por otro lado la posi-bilidad de una captación de laverdad sin que mediara ninguna

imagen figurativa (4).

La presencia del psicologismo

cscocés la advertimos en el espa-ñol amcricano don José Joaquínde Mora (1783-1864), nació enCádiz y vinculado a las ideas es-cocesas, a cuyo núcleo fiosóficoél llamó la "cuna de la nuevarehabilitación del género huma-no". Esto puede explicar porqué lo vemos en las fias del em-pirismo inglés durante los pri-meros aôos de las luchas por laindependencia. Sabemos quecon la llegada de éste y de donAndrés Bello a Chile, comenzó aformarse en ese país una litera-tura nacional en los aspectos

políticos y académicos. Y en unsentido no menos justificado sele considera como "pedagogo

del liberalismo". Chile le debe

mucho a José Joaquín de Mora.Figura él como el autor de unaRESPUESTA DE LA MEMO-RIA DE SOBRE LOS MA YO-RAZGOS EN CHILE, escrita en1828; así como del proyecto deConstitución del mismo año -ycuya duración fuc cf Ímera de-

bido a circunstancias muy adver-sas al liberalismo chileno-, y en

la cual se proclamaba la liquida-ción de esa nociva y feudal ins-titución del mayorazgo, baluar-

te, como se sabe, de la oligar-quía conservadora de Chile, ejematerial y teórico del sojuzga-

miento sobre los grupos no pri~vilegiados. Bajo su dirección

orientadora fue decidido que laeducación fuera de tipo liberal ycientífico, ajeno a supuestos me-tafísicos discutibles y tomandocomo principio las ideas escoce-sas y, en parte, los principios de

la Ideología de Destutt de Tra-

cy, igualmente emparentadocon las tradiciones del Empiris-mo en Francia del siglo X V 111,pretendiendo también deducir elcontexto del mundo real de losestados de conciencia y que, en

definitiva, representa, a juicio dealgunos críticos una concesión

un tanto solapada al idealismo

Berkeleyano (5).

(4) En Thomas Reid, las ideas las obtenemos por análisis del juicio y no al revés. Losjuidos, con materia de 10 espiritual, representan el sentido común, dice, base delconocimiento en general. En sus PROLEGOMENOS, Kant afirma que los mencio-nados juicios o nociones del sentido común no son otra cosa que "Los juicios de lamucheduinbre".

(5) Los fiósofos aparecen siempre, en el fondo, consciente o inconscientemente, que-riendo o sin querer, vinculados a su sociedad, a una determinada clase de ella. a susaspiraciones progresivas. George Lukács, Ob. cit, pág. SI. Nos parece que la decla-ración vale en términos universales.

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La tendencia filosófica en unsentido espiritualista, pero bas-

tante cerca de las Escuelas Esco-

sesas estuvo representada, en es-te período inicial de laIndependencia hispanoamericana

por don Andrés Bello(1781-1865) venezolano, radica-do en Chile, cuyas SIL VASAMERICANAS, al decir dePedro HenrÍquez Ureña, contie-ne "una declaración de indepen-

dencia intelectual de la AméricaEspañola" (6).

Sobre este particular muchose ha escrito y la mayor parte

de los enfoques coinciden enformulaciones más o menos pre-cisas acerca de una conciencia

latinoamericana capaz de expre-

siones propias, a,utÓctonas, origi-nales. Las influencias de la Ideo-logía no fueron tan grandes co-

mo las ejercidas por las corrien-tes puramente empiristas, en-marcadas dentro de la tradiciÓninglesa o escocesa, particular-

mente Hume y Hobbes. En sutiempo, Bello fue el hombre demás vasta cultura, "árbitro de lainteligencia en Chile", como di-ce Ricaurte Soler, ensehando dis-ciplinas filosóficas y dando almundo su famosa FILOSO FIADEL ENTENDIMIENTO, untratado de filosofía que parecie~

ra haber sido escrita Íntegramen-

te por un pensador inglés, a juz-gar por su contenido, tan rico ytan vasto, tan genial y tan bien

concebido.Sobre la FILOSOFIA DEL

ENTENDIMIENTO ha opinadoel maestro José Gaos que "conparte de crítica y hasta de doc-

trina tan personal debe conside-

rarse como el remate, en la valíasi no rigurosamente en el tiempo,de toda la filosofía que en laAmérica de Lengua española res-pondió a la moderna anterior alpensamiento romántico y a la fi-losofía positiva de Bello" (7).

y por su parte, Eduardo APlaza en sus estudios prelimina-res sobre Andrés Bello expresa

que "no solamente por la fechade su aparicicm sino además porsu indiscutible cualidad pedagó~

gica y científica, no dudamos enconsiderar los PRINCIPIOS DELDERECHO DE GENTES de Be-llo como el primer trabajo deverdadera importancia aparecido

en el Nuevo Mundo sobre estetema. De manera que tanto enla FILOSOFIA DEL ENTENDI-MIENTO Y en PRINCIPIOS DELDERECHO DE GENTES, elmaestro Bello se nos presenta

ya, de suyo, como prototipo deintelectual que marca pautas no

(6) "Podría decirse, incluso, que la obra tiosófica de Bello constituye el punto de

partida de la historia de las ideas eonternporáneas en Hispanoameriea. La FILOSO-FIA DEL ENTENDIMIENTO es la obra de inspiración moderna más acabada yrepresentativa escrita en Hispanoarnerica antes de la introducción del positivismosíntesis de toda la fiosofía moderna desde Descartes hasta las forrnuIacìones de latiosofía espiritualista del siglo XIX". IsaJas GarcÍas A. ANDRES BELLO, Uni-versidad de Panamá, Panamá, 1964, pág. 243.

(7) LA FlLOSOFIA DEL ENTENDIMIENTO. Citado por Isaías GarcÍa en ANDRESBELLO. De la ANTOLOGIA DEL PENSAMIENTO HISPANOAMERICANO, deJosé Gaos.

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solamente en el aspecto estricta-mente filosÓfico sino en lo queconcierne a normas y cánonesde índole pedagógico y de laciencia del Derecho. Su mismaGramática, publicada en i 847,define principios admirables y

revolucionarios, como por ejem-plo, la manera como justifica élla necesidad de una gramática

particular para cada lengua; la

crítica que hace en torno al pre-dominio de la nomenclatura lati-na en la gramática castellana; y,en un sentido lleno de una nati-va fe en las posibilidades del

lenguaje, se declara en contra dela doctrina de los gramáticos de

Port Royal quienes prescribían

en forma casi absoluta la exis-tencia de una sola gramática, he-cho que él consideró inadmisibletomando en cuenta que los fe-nómenos del lenguaje que repre-sentan los fundamentos de todaley gramatical son en su esencia

muy diferentes a medida quepasamos de una lengua a otra;hace en ella, en fin, una defensacontra la acusación de oscuridadhecha a su Gramática. Los pro-pósitos primordiales de Bello en

este punto podríamos resumirlosasí: preservación de la unidad dela lengua española y, evitar laposible desintegración que habíasufrido la misma lengua madre aeste respecto. Sobre estos princi-

pios . rec~ores se justifican losamellcamsmos que no represen-tan en ningún momento barba-rismos o neologismos, habidac u e n t a d e las circunstanciasamericanas; la topografía, el he-cho social, político, la naturale-za del mundo americano (8).

De esta manera la llamada in-dependencia intelectual de Amé-rica queda, por así decirlo,definida dentro del contexto deuna realidad que no puede serignorada y cuyos perfiles se hanvenido precisando con mayorexactitud y sentido.

En Don Andrés Bello llama laatención su gran sentido crítico,su profundo espíritu reflexivo,sus convicciones por vincular losproblemas de la filosofía especu-lativa con los aspectos más di.

versos de la realidad del mundoamericano. Dentro de sus ten-dencias conservadoras en mate-

ria de política, su humanismo sedesenvuelve dentro de un am-plio y mesurable plan didáctico,

que deviene en conclusiones de

tipo realmente revolucionario.

Así lo vemos transitar por loscaminos del Espiritualismo y delEclecticismo, sembrando, igual-mente entre sus discípulos unasobria y equilibrada actitud cón-

sona con los preludios del Posi-tivismo posterior. Lo paradójico

(8) En su Doctrina Gramatical de Bello, el Dr. Baltazar lsaza Calder6n nos dice, conrespecto al gran polígrafo americano, que "La disidenci de Bello tenía un funda-

mento irrecusable; si fuera verdad que todos los idiomas pueden estar regulados

por una sola gramática, tendría que ser admisible también la posibilidad de que noexistiesen diferencias entre unas lenguas y otras. Dicho en otras forma, todos losseres humanos serían capaces de entenderse entre sí, borradas las barreras idiomáti-eas que separan a unos de otros". Obras publicada por la Imprenta Nacional, Panamá1960, pág. 33.

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en todo esto es que el adveni-

miento del Positivismo en Chilefuc el rcsultado histórico, social

e ideolÚgico de una reaccióncontra la tutela intelectual dc

Bello; que los gcrmenes de talposiciÚn positivista estaban yalarvados en su adhesión a la Es-cuela Escocesa y al Empirismo

inglés. Se advierte, igualmente,

que cuando Andrés Bello procla-ma la independencia intelectualde Iberoamcrica con respecto ala tutela europea clásica, ello no

implica una ruptura total con losmodos de la Europa del décimo-nono; es la prosecución dc una

senda propia, independencia-en sentido no absoluto-, sindesconocer la importancia de lasideas del Viejo Mundo. Vemos,cómo Bello cncarna el prototipode intelectual puro, de pensador

perpicaz, de mentalidad clara yrigurosamente sistemática, segu-ro de sus principios y de sus

propias conclusiones.

Una de sus más importantesproducciones fue el CODIGOCIVIL CHILENO, cn cuya re~dacción y organización intervinocomo principal autor, aparte deque reorganizÚ la Univers~dad ~le

Chile según el modelo f rances.Ya en otra parte hemos vistoque el contenido de dicho CÚdi.go despertó enconados debatesideolÚgicos en la vida institucio-nal de Chile.

La derecha chilena considera-ba el Código como demasiado"liberal"; l~ izquierda lo inter-pretó en términos de concesio-

nes a la oligarquía. En realidad

en cste se retrataba la verdadera

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situaclOn social del país, una si-tuación de compromiso.

Independientemente de su so-berana grandeza intelectual, co-m o promotor de una nuevaorientación en la vida institucIo-nal chilena y como representan-te de tendencias reconocidamen-te innovador as, hay en AndrésBello contradicciones imborta-

bles, lo que nos da un vivoejemplo de hombre que vive,por así decirlo, en la raya de losmundos, el colonial, tradiciona-lista y conservador, celoso del

pasado y el independiente, reno-vador sensible a los cambios so-

ciales aunque moderado y adver-sario de la Escolástica en lo que

ésta tiene de infecundo.La tradición empirista ha te-

nido también un representanteen el cubano J osé de la Luz y

Caballero (IROO-lS62), cuya po-

sición social y económica le per-mitiÓ hacer viajes de estudios einvestigaciones con amplio crite-rio científico, según los modelosde la mejor tradición europea

del momento. En Berlín, juntocon el sabio alemán, Humboldt,proyectÚ la instalación de un

observatorio magnético para laciudad de la Habana, intentoque demuestra en form~ m~yclara y contundente sus inquie-tudes por las ciencias naturales,principalmente la Cosmogr~fía y

la Geografía. ¿Qué influencias re-cibiú Luz y Caballero en el pla-no de las ideas? Por lo que sabe-

mos la lectura particular siste-mática y seria de las obras deAristÚteles, de Francis Bacon,

de John Locke, ctc., ejercieron

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una determinaciÓn decisiva en élen la dirección de estos pensa-

dores. El norte de sus inquietu-

des las podemos sintetizar ensus palabras siguientes: "Empe-zar por la Física, o en general,

por las Ciencias Naturales, es

empezar por el principio" ycontinúa: "el hombre natural-mente se sIcnte arrebatado a lacontemplaciÓn de los objetosexternos y por el sinnúmero de

sensaciones con que ellos asaltantodos los sentidos: así forzosa-

mente ha de ser naturalistaantes que ideÓlogico" (9). Ello

explica su repudio a los méto-

dos escolásticos atrincherados enlos centros docentes y su lucha

contra todo sistema de pensa-

miento que, como el mismoEclecticismo de Víctor Cousin,

tendían a justificar en los perso-nelOs del régimen colonial, elsistema existente y que iba encontra de los sentimientos auto-

nomistas de los cubanos. En talorden de ideas, Luz se muestra

adversario de las concepciones

de tipo apriorístico como las delfilósofo alemán, Manuel Kant-formalismo lógico, sistema delas categorías puras, doctrina delos "esquemas", etc. Pero, en

cambio, sí mostró se admiradory defensor no disimulado delpensamiento de Montesquieu:

"¿Qué otra cosa hace el legisla.dor sino declarar por escrito lamisma ley ya estampada en lanaturaleza de las cosas ¿ Podrá el

legislador inventar la Ley? ¿Po-drá dar una ley contraria a lanaturaleza de las cosas? Re"

cuérdese que según Montesquieuy otros deterministas geográficos

consideraban que el factor deci-sivo en la génesis y desarrollo delas culturas era, en último térmi-no, las inl1uencias del clima y lasdel suelo. En las cuestioncs de ti-po moral, Luz consideró que lasciencias relativas a las costum-bres eran el resultado de las

observaciones y de la experien-

cia sociaL.

Este mismo concepto lo apli-có al campo de la legislaciÓn.Suya es esta expresión, que tra-duce su ideario filosófico: "Sicambian nuestras ideas acercadel mundo y sus fenómenos,por virtud de nuevos descubri-

mientos, cambian igualmentenuestras idcas acerca de las cau-sa primera y de todas las cues-tiones ontolÓgicas". Empero nopodríamos ubicarlo dcntro de la1 Í ne a del agnostlClsmo, tipoSpencer, por ejemplo ni deaquella forma de escepticismo

en que hubieron de desembocar

la mayor parte de las tendenciasempiristas, siguiendo las con-

cecuencias del pensamiento de

David Hume. En algunos aspec-tos se ha considerado que las

líneas generales del pensamientode Luz coinciden, con muchaanterioridad, a las formulaciones

(9) Citado por Medardo Vitier en la FILOSOFIA EN CUBA. Fondo de Cultura Econó-mica, México, i 948, pág. 98

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de Francisco Brentano(1838-1907) (10).

En lo tocante al Eclecticismo

y sus influencias en el pensa-

miento hispanoamericano, preci-semos en primer lugar algunasde sus más significativas caracte-rísticas. En términos generales,pretendo reunir en forma armó-nica diversas doctrinas fiosófi-cas, buscando la conciliación en-tre aquellos elementos ideo-lógicos o filosóficos que puedancontribuir a la eclosión de unsistema no estricto. En los tiem-pos modernos florece una formade' 'espiritualismo ecléctico",

bajo la inspiración del francés

Víctor Cousin (1792-1867),quien hace una explicación fio-sófica de este movimiento: "Loque recomiendo es un eclecticis-mo ilustrado que, juzgando conequidad e inclusive con benevo-

lencia todas las escuelas,. les pidaprestado lo que tienen de verda-

dero y elimine lo que tienen de

falso. Puesto que el espíritu de

partido nos ha dado tan mal re-sultado hasta el presente, ensa-

yamos el espíritu de concilia-ción". En cierto sentido se mos-traba, también, adverso a toda

forma de materialismo (11). Laposición de VÍctor Cousin, que

algunos consideran como aco-modaticia, "oportunista", refrac-taria a los cambios sociales sus-

tanciales, fue muy combatida porsu superficialidad (12) y por lotanto, por su falta de espíritu

creador en materia de filosofía.La tendencia ecléctica se ex-

tendió, sin embargo, por mu-chos países de Europa y de laAmérica Latina, especialmenteen naciones como Cuba, en don-de encontró la oposición de J o-sé de la Luz y Caballero. EnFrancia, el eclecticismo deVÍctor Cousin se convirtió bienpronto en la filosofía "oficial",de la Revolución de Julio y, porconsiguiente, en la fiosofía de

moda. No sólo en Cuba, sinotambién en Chile, con don An-drés Bello, encontramos la im-pronta del eclecticismo; lo mis-mo que el Brasil pero en formaun tanto atenuada. En este úl-timo país, el Eclecticismo se en-

cuentra en la actitud anti posi-

tivista de un Raimundo de Fa-rías Brito (1862-1917), parti-dario de una especie de panteís-

mo racionalista que explica en

(10) En tal sentido declara: "Quién podrá negar la importancia de la Lógica o, mejor

dicho, de los estudios fiosóficos? Pero no una Lógica de meras reglas tomadas a

crédito, o sobre las palabras del maestro, sino una Lógica que se funda en elespíritu de observación" ob. cit. pág. 100.

(11) Se considera a Víctor Cousin fundador y cabeza visible del Eclecticismo: en él esuna mezcla de espiritualismo de Maine de Biran y de una versión popularizada delIdealismo alemán. Elevado el Ecleticismo al rango de fiosofía oficial en Francia,fue VÍctor Cousin sucesivamente par y consejero de Estado, Director de la EscuelaNormal, rector de la Universidad y, por último, MiJUstro de Instrucción Pública. En

lo concerniente al aspecto fiosófico el Eclecticismo viene a ser, también, un

puente entre el psicologismo escocés y el Idealismo crítico.

(12) A este respecto, bueno es tomar en cuenta que la adhesión de Bello al Eclecticismode Cousin nunca fue absoluta.

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su obra O MUNDO INTERIOR,Y que constituye la contrapartede su A BASE FISICA DO ES-PIRITU. La filosofía de FarÍasBrito, teñida de espiritualismo y

de escepticismo reclama la nece-sidad de que ésta tenga un ca-

rácter "democrático y popular'..En algunos aspectos ariba acierta forma de espiritualismo

radical muy semejante al in.materialismo de George Berke-

ley, pero sin llegar a negar la

ciencia en muchos de sus resul.tados positivos (13). En el pen-

sador TobÍas Barreto(1839-1889), se advierte transi-tar por la senda del eclecticis-mo, antes de iniciarse él de lle-no en el Positivismo. Se le con~

sidera como el pensador de ma-yor personalidad del siglo xixde su patria. Observamos, así,

en el primero una adhesión casiplena, total, al eclecticismo de

V Íctor Cousinj luego, una acti-tud positiva. Posteriormente,

una justificación, por así decir-

lo, del kantismo y del sistema

de Arturo Schopenhauer, conorientaciones más o menos cla-ras, propias del Idealismo ro-

mántico. En TobÍas Barreto en-

contramos al típico fiósofo quenunca acaba por definirse, y queremata en Contradicciones: mo-nismo de tipo materialista-natu~ralista: búsqueda por medio dela intuición irracional de una

base que justifique a la reli-gión (14). También mostró cier-ta filiación ecléctica el mexicanoBenito Días de Gamarra(1745-1783), quien mucho antesque el francés Cousin, proclama

que "quien con el nombre defiósofo se gloríe, quien con úni-

co celo ardiente se consagra a lainvestigación de la verdad, noconfesará ninguna secta... segui-rá la verdad, sin jurar por la pa-labra del maestro". Se conoce

de él la obra ERRORES DELENTENDIMIENTO HUMANO.Políticamente, las consecuencias

de la posición "ecléctica" deDíaz Gamarra determinaron suostracismo porque era unaorientación que no queriendocompromisos con ningún tipode autoridad en materia científi-ca y filosófica, se mostraba, di-

gámoslo así "neutral" en mu-chas cuestiones de interés funda-

mental para los ideólogos de esaépoca.

(13) Domina en Raimundo de Farías Brito una crítica rigurosa en cuanto a la importan~cia del saber cientificista para efectos de la salvación de la persona humana. Estoexplica, a nuestro juicio, esa aproximación que hace él entre religión y vida fiosó-fica. La fiosofía representa el aspecto conceptual de la religiosidad. La religión es,en cambio, un saber vulgarizado. Pero ambas formas de vida se complementan.

(14) Es interesante consignar la forma un tanto despiadada "lue utili:a Tobías Barreto alreferirse a la actividad espiritual en su época: "No hay dominio alguno de laactividad intelectual en que el espíritu brasileño se muestre tan tímido, tan frívoloe infecundo como en el dominio fiosófico. Si en las otras esferas del pensamientosomos una especie de antropoidos literarios. medio hombres, medio monos, sin ningúncarácter propio, sin expresión, sin originalidad, en el distrito fiosófico es peortodavía nuestro papel; no ocupamos lugar alguno, no tenemos derecho a unaclasificación". Citado por Manfredo Kempff Mercado HISTORIA DE LA FILO-SOFIA EN LATINOAMERICA. Ed. Zig-Zag, Santiago de Qiile, 1938. 116-117.

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Entrc 1825.1860, la realidadsocial, política y económica dcla América Latina presenta ca-racterísticas bastante definidas;fragmentación de las coloniashispánicas en naciones indepen-

dientes, el surgimiento violcnto

ùe la anarquía social y política,cada vez más acentuado, delcaudilismo, las luchas entre los"absolutistas" y los "liberales",formas no estereotipadas de lu-cha de clases, tomando en cuen-ta el incipiente advenimiento deuna sociedad tan hererogénea en

los aspectos ya scñalados.

E s ésta la cpoca en que elRomanticismo americano ad-quiere marcadas int1uencias in-glesas, francesas, españolas. Co-mo fenómeno literario, el Ro-manticismo crec en lo que po-

dríamos denominar la librc ins-piración, la espontaneidad espiri-tual, la autodeterminaciÓn moraly artística, ruptura con cánonesescleróticos. Predomina en elRomanticismo, el impulso emo-

tivo, la acentuación del acaecer

histórico con ceñidos rasgos na-

cionales y típicos, reafirmando

así el imperio de las costumbres,de los cuadros campestres, del

dinamismo que preconiza la teo-ría liberaL. Pero se puede adver-tir" el hecho de que el Romanti-cismo dc la Europa del sigloxix es una reacción contra el

espíritu racionalista y científico

de la llustración y que, por loconsiguiente, adversa muchos delos postulados del siglo de lasLuces, tal como ocurre enCha t eaubriand, apologista delconservatismo y del Medievo. Si

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bien en un sentido filosóficoamplio se puedc interpretar elromanticismo como momentoinicial del Idealismo alemán, suesencia está en su idea acerca

del espíritu, de donde se derivanconsecuencias cn las esferas dela metafísica de la naturaleza,

de una antropología fundada en

las capacidades del hombre y ensus concepciones episte'mo-lÓgicas acerca de la capacidad decaptar intuitivamente "lo absolu-

to", etc. En otro sentido, el mo-

vimiento romántico establececomo una necesidad que cadapueblo cree su propio estilo, supropia forma expresiva, apoyán-

dose en las tradiciones locales.

Entre la primera Generaciónde románticos figura el cubanoJosé María Heredia(1803-1839), cuyas obras comoEN EL TEOCALLI DE CHOLU-LA y NIAGARA se nos mues-tra con un tono doliente, conensueños líricos, apologista de lavida espontánea, que pre1udia de

hecho al conspirador que habría

de luchar por la independencia

cubana. En el argentino EstebanEchevarrÍa (1805-1851), el ro-manticismo literario nos llega através de él directamente desde

Francia, poco antes que a lamisma madre Patria. Por su ins-piración directa, bajo la int1uen-

cia creativa de Echevarría se

formó el grupo denominado "LaJoven Argentina" o "Asociaciónde Mayo", verdadero punto dearranquc de una nueva genera-ción de la "época. El programa

de esta Asociación recibió elnombre de DOGMA SOCI ALIS-

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T A, en donde encontramos algu-nos conceptos clásicos dentro delas tendencias saintsimonianas,

como el de la división de clasesdentro de la sociedad. Según Ri-

caurte Soler el mencionadoDOGMA SOCIALISTA "tieneuna significación por cuanto re-fleja el sentimiento y la labor detoda una generación, la juventudromántica slel 37. Revela una

edad, una época histórica. Loshombres eminentes que la inte-gran proyectaron sus afaneshacia el adecentamiento delpaís, y por ello contribuyeron asentar las bases de su organiza-

ción" (15). En realidad dentro

del programa de la Asociación

de Mayo se nota un credo tipo"realismo social" que mucho ha-bría de servir a los propósitos eintentos de sistematizar ideas

objetivas arraigadas dentro delpositivismo. Bien es cierto que

Echevarría no atisbó los aspec-tos realísticos de la lucha de cla-ses y de allí que postulara una

especie de "armonía de clases",algo ìnuy típico de las corrien-tes románticas en boga. Conside-

ra Echevarría la "necesidad de li-berarse de la tutela hispánica en

un sentido íntegro, total". Elcuerpo se ha emancipado, pero suinteligencia no. Somos, dice, in-dependientes, pero no somos to-davía libres. Y agrega que los la-zos de España no nos oprimen,

pero sus tradiciones nos abru-man... que la emancipación so-

cial american sólo podrá conse-

guirse repudiando l~ herencia quenos dejó Espafia (16). Cualquie-

ra puede muy bien darse cuentade un anti-hispanismo puramen-

t e romántico, casi irracional,osadamente subjetivo, enfo-cado con criterio no históricoque toma sÓlo en cuenta la le-yenda negra y cosas por el estilo.No obstante, Echevarría muestra

la influencia de quiencs hancontribuido a la eclosión del lla-mado "romanticismo social",principalmente del Conde deSaint Simon (1760-1825). Sabe-

mos que Saint Simón, dentro deun ideario socialista, no conside-ra como cosa importante el pa-pel de las clases proletarias en lacreación de una futura sociedad

sin clases, sino en las bucnas in-tenciones de quienes tenían en

sus manos el podcr poi ítico yeconómico para transformar di-

(15) Aparte de esto, es característico del pensamiento de Fchevarría el concepto de laaronía de clases, algo muy típico del romanticismo que cn el fondo representauna tendencia pequeiío burguesa. Por otra parte, el DOGMA Socialista es unreflejo de los ideales románticos de la juventud del año 37: expresa, también,

el conjunto de sentimientos y actividades de una generación que se creyö llamada aorganizar el país por medio del adecentamiento de las instituciones nacionales.Sobre el particular se pucde consultar a R. Soler en el POSITIVISMO ARGENTI-NO, Panamá, Imprenta Nacional, 1959.

(16) En un sentido muy de su época, Echevarría sólo ve en Espaiía la parte negativa dela cultura espaiíola en América. Las tintas negras se cargan en contra de todo loque tenga sabor hispánico. Se exageran aquellos aspectos que incluso los enemigostradicionales de España habían convertido en bandera dc combate.

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cha sociedad (17). Carlos Sán-chez Viamonte, al hacer referen-cias al socialismo de Echevarría

lo explica en términos de "so-

cialismo autóctono", por cuantose modela siguiendo la evoluciónsocial, política y económica deuna Amcrica que aún no está in-dustrializada. En efecto, el mis-

mo Echevarría opinaba que elestado de la industria de la épo-ca es de suyo algo mezquino:que no bastan, dice, las necesi-dades para que ella, la industria,progrese; que son nccesanos,

también otros elementos y fac-tores para hacerlas más grandes

y darles vida; que los tales me-

dios son los brazos, los capitalesy el espíritu de asociación (18).

En el aspecto literario, su obramás celebrada por la crítica esLA CAUTIV A, en la cual elautor muestra su talento y su

gusto penetrante por el color lo-cal del paisaje, la tradición, la

historia, los hechos del puebloargentino. A este respecto diceAnderson Imbert que "los jóve-nes, insatisfechos del "buen gus-

to" académico, se entusiasmaron

por Echevarría, creyendo ver en

LA CAUTIVA la fundación deuna literatura nacional (19).

El Romantismo, como fenó-meno literario que se manifiestaen la América Hispana hacia en

las primeras décadas del sigloxix, destaca entre algunas de

sus figuras a Sarmiento, JoséMármol, Gertrudis Gómez deAvellaneda, José Antonio Mitín,José Eusebio Caro y GregorioGutiérrez González. En especial,la tendencia romántica es untanto refractaria a las exigencias

del racionalismo de la Ilustra-ción y, en tal forma, se explica,

también su apego hacia lo tra-dicional y un pensamiento nomuy definido, una vida, por asídecirlo, dramática, una existen-cia rica en afanes puramente li-terios. Según Mariano Picón Sa-las el romanticismo tiene en elar gen tino, Domingo FaustinoSarmiento su más representativafigura; en él se mancomunan, di-ce, los conceptos políticos de

democracia y los filosóficos delromanticismo, mediante la afir-mación del individuo contra losgrupos dominantes, la lucha delos pueblos contra los autócra-

tas, la fe en el trabajo creador yproductivo.

Interesa señalar las influenciasdel socialismo Utópico de

(17) Saint Simón fluctúa entre materialismo e idealismo considera que el trabajo es lafuente de toda posible virtud, por lo que debe ser lo más digno de estimaci6n. Su

socialismo utópico se presenta como un cristianismo de nuevo tipo, en donde Diosadquiere, como idea, una significación no teol6gica sino moral.

(18) Echevarría considera que en el aspecto industrial la Argentina no ha progresado enforma sustancial; que son importantes medios como los brazos, los capitales asícomo el espíritu de asociación. En torno a la significación dc Echevarría se puede

consultar a Julio César Moreno Davis en su obra, ESTEBAN ECHEV ARRIA, SUVIDA Y SU PENSAMIENTO, Panamá 1971.

(19) Enrique Anderson 1mbert, HISTORIA DE LA LITERATURA HISPANO-AMERICANA, segunda edición, Breviarios del Fondo de Cultura Econ6mica, Méxi-co, 1970, pág. 242.

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Fourier, Owen y Saint Simón;principalmente en uno de loshombres que fueron maestros deSimón Bolívar. Nos referimos aSimón Rodríguez (1771-1854),pensador y educador venezola-no, viajero incansable y funda-

dor de escuelas en muchos paí-

ses del mundo hispanoamerica-no, decidido partidario de losprincipios de la pedagogíarousseauniana. Inspirado en losideales del filósofo ginebrino y

de las doctrinas socialistas eigualitarias de Saint Simón, seentregó a la ingente tarea de es-tablecer, dentro del marco ame-ricano, los principios de un so-

cialismo didáctico. Este socialis-mo didáctico pretendía, nadamenos que la transformación dela sociedad por métodos pura-

mente educativos; en el fondo,socrático y eptimista. Y a la parexpresaba que "una revoluciónpolítica pide una revolución eco-nómica", y en tal sentido seapartaba hasta del pensamiento

político de los hombres de avan-zada de nuestra América. Esta

observación la hace el venezola-

no Arturo Uslar Pietri y merececonsiderarse porque dentro de laincipiente vida institucional dela América de la post indepen-

dencia, aun el pensamiento igua-litario no había echado raíces

en la conciencia social del mo.

mento. La valoración de estaépoca, desde el punto de vistasocial se une, también con lasúltimas expresiones del Neoclasi-

cismo y a la aparición, del fenó-meno romántico, que adquierecontornos de interés, por su ca-rácter de transicción en las dos

Silvas de Don Andrés Bello; enellas el lirismo conmovedor seasocia con el gusto aún no fini-quitado del neoclasicismo.

Lo que podríamos llamar conentera propiedad "realismo so-

cial" hispanoamericano del sigloXIX, se estructura en relación

directa con el contexto socio-

histórico de la época. Si bien ya

la sociología se había creado, a

título de explicación científica,bajo la influencia del pensamien-to filosófico en el Viejo Mundo,destácase el hecho de que se co-menzaba a afrontar en ella la in-vestigación de las cuestiones so-ciales prescindientes de los fac-tores económicos; con ello sequiso dar pie a una interpreta-ción del fenómeno social bajo elsupuesto de que dicha ciencianada tenía que ver con los pro-blemas, digamos por caso, dela producción, el consumo, la

distribución de los bienes econó-

micos (20). Pero en el mundoHispanoamericano la elaboraciónde un pensamiento sociológicohabría de tomar un carácter, si

(20) Es típico de los ideólogo s burgueses defender en materia sociológica concepciones

espiritualistas que rayan en el subjetivismo y, por ende, fundadas en el principio denegar leyes objetivas. El "naturalismo" en ellos utiliza la idea de "leyes eternas"mediante las cuales trataron en el silo xix, segunda mitad sobre todo, de justit1-

car el orden social vigente. Su concepto de "progreso" se entiende en orden alprogreso de la burguesía la cual representaría la cima del desenvolvimiento de lahumanidad.

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no completamente distinto ensu contexto a la sociología euro-

pea, su formación y característi.ca ofrecen un tipo de ret1exión

especiaL.

Se afirma, as í, la idea de queAmérica Latina cuenta con ma-terial sociológico, incluso ante-

rior a la sistematización de la

sociología de Comité; que en elmundo hispanoamericano las in-tu i c iones sociológicas estabanconfundidas con las apreciacio-nes políticas y pedagógicas de

nuestros hombres públicos, porejemplo, incorporadas al pensa-

miento social de Simón Bolívar,quien ha sido considerado, con

acierto, nos dice Virgilio Tosta,

como el primer sociólogo hispa-noamericano, a pesar de haber

muerto ignorando el término"sociología" y a su creador.Augusto Comte" (21).

La dura experiencia de laépoca tales como la anarquía so-cial y política, fenÓmeno corro-sivo del caudillismo, la inoperan-cia de los principios que inspira~

ron la Independencia, los gobier-nos de tipo personal, así como

una enorme indigencia ideológi-ca en las esferas de mando efec-tivo, dio margen vigoroso parareflexionar sobre tales formas ycircunstancias de vida. Si se ha-

ce un balance objetivo de la rea-lidad social hispanoamericana amediados del siglo XIX, el resul-

tado no resulta favorable desde

el punto de vista del desarrollode un clima de prosperidad ma-

terial, de un orden social justo,ecuánime o de la tranquilidadespiritual tan necesaria para undesenvolvimiento fructífero entodos los campos de las realiza-ciones científicas, artísticas opuramente intelectuales. Lospensadores de entonces, se en-tregan -con más o menos vehe-mencia- a la tarea de compren.der tan especiales problemas,

únicos dentro de un género den-

tro de la dimensión latinoameri-

cana, tratando no sólo de enten-

derlos conceptualmen te: tratan,también, de intervenir en formaactiva en la transformaciÓn de

e s a realidad social, principal-mente en el pensamiento y en laacccion. En la esfera del pensa-miento y en la acciÓn. En la es-fcra del pensamiento, nace el

imperativo de comprender, in-terpretar en toda su crudeza al

contexto de esa rcalidad. En laesfera de la acción, intervienen

los poderes constituidos políti-camente. De todo esto nace unahistoriografía sociológica que as-pira a modificar, con critcrio li-beral y reformista, una realidad

socio-histórica en provecho dc lapaz y la prosperidad colectivas.

Antes de que ocurriera una sis-t e m atizaci/m del pensamientosociológico en Hispanoamérica,

ya el mismo Libertador, en su

(21) En sus ensayo sobre est" tÓpico expresa Virgilio Tosta que "por estas razonescreemos que América cuenta con sÓlido material sociol6gico anterior a la sistemati-zación de la sociología por Cornte". En FORMACION y CARACTERISTICASDE UNA SOCIOLOGIA IBEROAMERICANA y VENEZOLANA, Anales de laUniversidad Central de Venezuela. Tomo XLi' Julio de 1956. Caracas.

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célebre Carta de Jamaica del 6de septiembre de 1815, así co.mo en su Discurso de Angostura,1819, hab ía hecho ingeniosasapreciaciones sobre la realidadsocial latinoamericana. En la ci-tada Carta, Bolívar observa lo si-guiente: que nosotros somos unpequeño género humano (loshispanoamericanos); que posee-

mos un mundo aparte, cercadospor mares dilatados, nuevos encasi todas las artes y ciencias,

aunque en cierto modo viejos enlos usos de la sociedad ci-vil (22).

Sobre la base de un estudiosistemático de la realidad socialhispanoamericana, es posibleafirmar que la llamada "clasemedia" de este momento histó-rico fue la que impulsó y pro-movió con afanes titánicos yaudaces esa faena que no se cir-cunscribía tan sólo al plano de

las especulaciones o de las for-mulaciones teóricas, sino tam-bién a las exigencias e impera-

tivos de cambios estructurales, sibien no había en el fondo una

conciencia clara acerca de pro-pósitos, planes y objetivos. Nacede este modo un realismo socialen estrecha unidad con los pos-tulados de tipo liberal, anuente

a encontrar una solución ecuáni-

me a tan complejos problemas.

Aquellas naciones de la AméricaLatina en donde las clases me-dias alcanzaron un rango poi Í-

tico y social relevante, dieron

1 ugar al surgimiento de unaideología más a tono con elconcepto de cambio y de pro-greso social, que ya en Europahab Ía alcanzado un rango reco-nocido, al menos como princi-pio de una nueva forma devida. En tal sentido, las cla-ses medias de pa Íses como Ar-gentina, México y Chile sehabrían de convertir en la van-guardia de un movimiento socialemparentado con la vieja tradi-ción empirista inglesa -en don-de ya se abre campo la imprentadel monanimalisl') y del cienti-ficismo filosótico-; que semuestra, también, impermeable,

en la mayoría de los casos, a lainfluencia de doctrinas y princi-pios metafísicos, teológicos,idealistas, y providencialistas enlas explicaciones de la realidaden sus aspectos histórico y so-

ciaL. Por lo tanto, estas clases

medias, liberadas de la tutela dela escolástica y de los rígidos

principios de la silogística Ciásica,

orientada dentro de otros intere-ses como la producciÓn, el creci.miento de la industria y el fo-mento agrario, no va de la manocon un tradicionalismo que,dentro de las circunstancias im-perantes, no era instrumento nide explicación ni' de transfor-maciones políticas y econÓmi-

cas. Se cuentan entre los, más

ilustres representantes de este ti-po de pensamiento sociológicq

(22) Simón Bolívar, creemos, es más intuitivo en sus apreciaciones. Sus opiniones sefundamentan, no en conocimientos sistemáticos, sino en una capacidad innata paraver las cosas. Nos parece que cualquier apreciación superlativa sobre el Libertadorpeca contra la verdad objetiva.

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al panameño Justo Arosemena,a los mexicanos, J osé MaríaLuis Mora y Mariano Otero, alos argentinos Domingo Fausti.no Sarmiento y Juan BautistaAlberdy y al cubano J osé Anto-nio Saco. Las fuentes en donde

ellos se nutren comprenden, máso menos, la proporcionada porlos descubrimientos y los con-

quistadores; las de los historia-dores y cronistas; la de los viaje-ros, los próceres, los caudilos,

los cultivadores del pcriodismo,

la misma observación social dela época colonial, obras de tiponarrativo, ensayos, apuntes, poe-

mas, testimonios, las obras delos humanistas, toda la litera-tura historiográfica, las investiga-

ciones de tipo científico (ejem-

plo: VIAJE A LAS REGIONESEQUINOCCIALES DEL NUE-VO MUNDO). Se destaca, así,en otro sentido, que el. testimo-nio de los historiadores esfuente de innegable valor para

estudios acerca del pensamientosociológico en muchas partcs delContinente. De ahí aquella afir-mación del Dr. Rafael Caldcrade que "los historiadores hansido nuestros más renombradossociólogos".

El panameño justo Aroseme-na (1817-1896) representa den-tro del pensamiento hispano-americano uno de los típicosejemplos de hombre de pensa-miento y de acción, figurandocomo sicólogo, periodista, di-plomático, jurisconsulto, filóso-fo, político. Es oportuno señalarla circunstancia de que el Dr.Arosemena es apenas conocido

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en nuestro país, haciendo sólo

mención de sus aspectos biográ-ficos y destacando de él en for-ma fragmentaria sus concepcio-nes y realizaciones en la dimen-sión política. De unos años paraacá se ha intentado con éxitoe fe c tuar estudios sistemáticosacerca del Dr. Arosemena. Sibien ya se han hecho investiga-ciones al respecto como los delDr. Octavio Méndez Pereira, delaño 1919; de José Dolores Mos-

cote (VOCACION FILOSOFICADEL DOCTOR JUSTO AROSE-MENA. En Biblioteca Selecta,No. 1 Año 1, Panamá 1946); deJ osé de la Cruz Herrera, de Dió-genes de la Rosa (DON G UI-LLERMO y DON JUSTO, DOSHOMBRES ANTE UN A MISMAPREOCUP ACION; en cuadernosde Cultura, Panamá No. 1952),etc. Importa al panameño de lahora presente llevar hacia ade-lante los estudios más objetivos

acerca de la personalidad del Dr.

Arosemena. La Universidad dePanamá ha promovido una seriede indagaciones sobre su pensa-

miento, pero ha sido el Dr. Ri-caurte Soler quien ha realizado

el más serio estudio sistemáticosobre el pensamiento social, po-lítico y fiosófico de este ilustrepanameño.

Por el momento, bástenosconsignar que muchas de lasideas de Arosemena chocaroncon algunos de los supuestos enque se basaba el pensamientopoi Ítico del décimonono, por loavanzado de su contenido, porla audacia de sus planteamientosy por las repercusiones que ello

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implicaba. No intentamos defi-nir de manera prolija el con-texto del pensamiento del Dr.Arosemena. Consideramos queello correspondería hacerlo en

otra ocasión, particularmente sise toma en cuenta que yaRicaurte Soler ha orientado y,hasta cierto punto, realizado es-

tos propósitos (23). Influido el

Dr. Arosemena por las corrien-tes del empirismo y del utilita-rismo inglés, trató de fundamen-tar con rigor pleno y científico

decididamente positivas, tantolas ciencias morales como lasciencias políticas. Su orientacióninglesa lo lleva a rechazar entreotras cosas, toda fundamenta-

ción teológica en cuestión de

ética; a considerar como ilegíti-ma toda pretensión de funda-mentar metafísicamente las nor-mas morales; propugna el princi-pio de que "en vez de disputar

inútilmente sobre ficciones, de-berían los hombres aplicarse aobservar lo que pasa" (24). De

donde considera aquello de queel conjunto de los deberes,cuando no se refieren a las leyes

positivas no significan ni dicennada; de allí un agnosticismo

que no le compete, sin embargo,

a considerar ineficaz el intentode conocer la realidad objetiva,la premisas ideológicas de Arose-mena están enmarcadas dentrode un claro y dividido positivis-mo, no ceñido de modo necesa-rio a los postulados del positivis-mo de Augusto Comte (25). An-tes bien, como señala Soler, con

Arosemena "surge en Hispano-américa un pensamiento social ypolítico de contenido positivis-ta, paralelo a la eclosión del

comtismo en Francia, pero his-panoamericamente independien-te de sus categorías filosÓficas"

y más adelante que el Dr. Aro-semena viene a confirmar en lavida intelectual nuestra la gene-

ralidad del fenómeno consisten-te en un desarrollo paralelo delpositivismo con respecto almundo europeo y, por otro la-do, la incorporación del Istmo

de Panamá a las ideas de la mo-dernidad (26). En muchos sen-tidos se reafirma en Arosemenauna autenticidad, una innegable

(23) Para quienes se han interesado sobre el pensamiento del Dr. Arosemena nos pareceinnecesario mencionar aquí todas y cada una de las monografías, ensayos y confe-rencias del Dr. Rkaurte Soler, caracterizado por una solidez y un amplio espíritu

crítico sobre el cual también nos parece de más insitir.

(24) Justo Arosemena, APUNTAMIENTOS PARA LA INTRODUCCION A LAS CIEN-CIAS MORALES Y POLlTlCAS, Edición, Prólogo e Introducción de R. Soler,Ediciones de la Revista "Tareas". Panamá, 1968, pág. &6.

(25) Nos parece oportuno presentar al lector una opinión de Alfredo Fígueroa Navarrosobre Arosemena: "Si bien Justo Arosemena Quezada, nuestro más ilustrepolígrafO, intuyó como es sabido, la trascendencia del medio, la raza y la herencia,su contribución en lo que a la sociología concierne, deja mucho que decir. CuandoArosemena Quezada trata de explicar nuestra llsería económica, por ejemplo, traea colación argumentos de Índole etnocentrísta (pereza, indolencia, sueño, vicios,ociosidad, apatía), tan parangonables con las teorías de "Gobineau". En RevistaLOTERIA, No. 189, agosto de 1971, pág. 43.

(26) Ob. citada, pág. 159.

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originalidad, hecho que honra, anuestro entender, a la inteligen-cia americana. Porque aquí loimportante no es la indicación odeterminación de ciertos postu-lados ideológicos derivados por

generación espontánea de la in-teligencia americana, sino aque-lla capacidad teorética, reflexiva,especulativa, si se quiere, para

captar en el plano de la abstac-

ciones, hechos, realidades positi-vas, circunstancias locales que

han sido elevados a los nivelesde la universalidad, precisamenteuna de las características de to-da reflexión fiosófica.

En ,Arosemena advertimos desalida una determinaciÓn escép-

tica en materia de religión, pre-gonando los principios de la to-lerancia, juzgando según lo haanotado el Dr. Octavio Méndez

Pereira, en el largo estudio dedi-

cado al insigna panameño, que"las manifestaciones de indolen-

cia religiosa son principalmenteencabezadas por el clero, el cualtome la competencia de otroscultos"; de all í deriva otras con-

clusiones relativas a las normasde tipo moral, que, según él, de-ben fundarse en la experiencia,una ética, pues, utilitarista por-que así lo establece la necesidadsociaL. Sin embargo, no nos atre-vemos a afirmar que rotunda-mente Arosemena profesaba al-go así como un credo ateísta,pero sí deísta en el estudio dereconocer la religión como unhecho natural. Contradicciones

en este sentido encontramos en

muchos de los grandes pensado-res americanos por un lado, ata-

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ques al espíritu sectario en reli-gión; por el otro, aceptación tá-

citas de ciertas formas de deís-

mo fiosófico; en un sentido ad-misión de principios empiristaspero rechazado, de plano, delmaterialismo. La intelectualidadamericana y, en nuestro caso, ladel panameño Justo Arosemena,

se enfrenta a . las modalidades

tradicionales y seculares con elcriterio del libre pensamiento,

pero no encuentra una salida,por así decirlo, a estas confron-

taciones entre materialismo eidealismo, y entonces ensayan

algunas-formulas eclécticas, equi-distantes, de no compromiso, deun justo medio aristotélico, etc.

Nos interesa mencionar algu-nas de las obras del Dr. JustoArosemena como sus APUNT A-MIENTOS PARA LA INTRO-DUCCION A LAS CIENCIASSOCIALES Y POUTICAS, ori-ginalmente publicada en 1840en la ciudad de Nueva York yque hoy, gracias a la meritorialabor de Ricaurte Soler, se hapublicado bajo el patrocinio dela revista TAREAS, en la ciudadde Panamá en el año 1968. Deigual interés es esa especie de

autobiografía del autor, CA-RACTER DE JULIO, en dondeinsiste en sus dudas con res-pecto a Dios así como la impor-tancia que le da a la felicidadterrenal; en el ESTADO FEDE-RAL DE PANAMA hace unadefensa de sus concepciones po-

líticas en torno a la situacióndel Istmo en su necesidad deconstituirse como Estado autó-nomo dentro del sistema colom-biano; señalamos, también, sus

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PRINCIPIOS DE MORAL POLI-TICA, considerada como catecis-mo laico "un cofre precioso, lle-no de joyas y esencias moralesde las más legítimas marcas"; su

EXAMEN SOBRE LA FRAN~CA COMUNICACION ENTREl.OS DOS OCE ANOS POR ELISTMO DE PAN AMA, aparecidoen forma de opúsculo en sep-tiembre de l 845 en Bogotá; allísostiene, en apretada síntesis,los intereses del Istmo en loconcerniente a la comunicación

entre los dos Océanos; vale tam-

bién hacer mención de su estu-dio sobre LA RE ACCION ENCOLOMBIA, que contiene, entreotras cosas, sustanciales aprecia-

ciones sobre las Constituciones

colombianas de 1863 y de 1886

y como dice Castillero Reyes"constituye una historia jurídicacompendiada de la evoluciónconstitucional de la República

de Colombia, que hasta princi-pios de la presente conturia fue

la prapia nuestra". En julio de

1951, bajo la iniciativa del Dr.Carlos M. Gasteazoro se publicóen el número 29-30 de la Revis-ta Universidad, este estudio que

hasta el presente hab ía permane-cido inédito, ignorado por lamayor parte de los panameños.

Se podría citar una serie de pe-queños ensayos, artículos perio-dísticos, discursos parlamenta-

rios, cartas y proclamas delautor en mención, llama la aten-ción en el gran polígrafo pana-

meño su versaciÓn en diversas

disciplinas, tratadas todas por élcon propiedad y la seguridad dequien sábese conocedor de lo quetiene entre manos. Un hecho atítulo de anécdota: la obra THEINSTITUTION OF MARRIAGEIN THE UNITED KINGDOM,escrita por el islustre panameñollegó a atribuirse, dice MéndezPereira, al inglés Herbert Spen-

cero

En el aspecto propiamente fi-losófico, profesó el ideario mo-

ral de Epicuro, y de Jeremías

Bentham en su aceptación nodogmática del principio utilitariodel placer. Así expresa que "lafelicidad consiste en el "bono-preponderismo" término que élmismo creó para referse a la pri-mación del bien sobre elmal (27). En su escrito, CODI-

GO DE MORAL FUNDADAEN LA N ATURALEZA DELHOMBRE Y que el llamó tam-bién JUGUETE FILOSOFICO,complementa sus APUNTA-MIENTGS, repudio de la meta-física en sus aspectos tradiciona-les; rechazo de la especulación

estéril propia de una época yaliquidada; la ciencia tiene comoobjeto propio no las lucubracio-nes teóricas sino las realizacio-nes efectivas, directas, prácticas,útiles. La ley en general no tIe-n e u na validez a priori;únicamente vale por sus resulta-dos, por sus consecuencias prác-

ticas por lo consiguiente, lo que

se llama "árbol de la ciencia"

(27) R. Soler, Prólogo a los APUNTAMIENTO S PARA LA INTRODUCCION A LASCIENCIAS MORALES Y POUTICAS, pág 9.

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débese estimar no por sus apa-

riencias puramente conceptualessino por sus frutos. Otras conse-

cuencias; su positivismo 10 llevaa la convicción de la inutilidaddc las abstracciones, dc la falsc-dad de toda dialéctica frágil, talcomo ha sido la de los escolásti-cos, incluso la de quiencs presu-

mían ser "cmpiristas", dice, clmodo "anticuado" de lkstuttde Tracy, considcrando pcrnicio-sos a los cspÍritus u hombrcs

"unius libri", como si talo cualfilÓsofo fuera, por así decirlo, eloráculo y brújula en toda orien-taciÓn filosÓfica.

N o podemos encontrar enArosemena una prcocupaciÓnpolítica orientada hacia las nuc-

vas fÓrmulas igualitarias que enEuropa ya se imponían comouna realidad, digamos por caso,una tendencia hacia el socialis-mo. Dcntro de sus concepcio-nes, sí, el Estado estc en el de-ber de cimentar en lo posible laorganización nacional y acrecen-

tar, regularizándola, la vida so-

ciaL. Aún se mantiene dentro deuna concepción propia de laIlustración, que repudia ellaisscferismo pero sin hacer

concesiones al estatismo. Noobstante, como lo anota Soler,la posición de Aroscmena "esta-ba comprometida en una tareaprogresista de renovación socialy poi Í tica destinada a liquidar laeconomía semi-feudal y el co-loniaje ideolÓgico hereda-do (28). Y cn realidad, la situa-

cIón objetiva dc un país comoel nuestro, al promediar el sigloXiX, no había madurado condi-cioncs óptimas para la eclosión

dc una ideología cónsona conlos principios del materialismo

dialéctico ni tan siquiera con los

postulados del saintsimonismo.

País cminentemente comercial,zona de tránsito, había creado

iina mentalidad más utilitaria,más interesada en resolver losproblemas de una burguesía in-cipiente que cn proponerse idea-les dc organización de una socie-dad comprometida con idealesigu al i tarios. Como polemista,Arosemena defendió los intere-scs neogranadinos ~que eran co-mo los de Panamá~ con respec-to a la contribución de tonelaje

y pasajeros por el Istmo. Tuvo,

también, una decisiva interven-ciÓn en la dura experiencia del

incidente de la Tajada de la San-

día, afirmando que "los yankees

han mostrado en todos sus actosde provocación el más insolentedesprecio por las instituciones,las costumbres, la autoridad y laraza nacional del Istmo"; actuó

igualmente, en los problemas re-lativos al convenio de Colón yla consiguiente intervención del

Dr. Santiago de la Guardia, de

donde se habría de derivar unapolémica trascendental con elDr. Gil Colunje. En 1968, el Dr.Ricaurtc Soler compilÓ bajo eltítulo TEORIA DE LA NACIO-NALIDAD los episodios, escri-tos y reflexiones suscitados en-

(28) Citado por Lcopoldo Z"a "n EL POSITIVISMO EN MEXICO, F. C. E. 1968 enMEXICO y SUS RLVOLUCIONES de JO:il5 María Luis Mora.

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tre dos elementos de la burgue-

sía panameña-Arosemena y Co-lunje-, quienes se empeñaron

en discusiones de altura con res-pecto a los destinos del Istmo

de Panamá.

Le pareció insuficiente la tesiscontractualista de Rousseau, porlo que afirma que el sistema delfiósofo ginebrino está formado

por principios evidentementefalsos; porque si no hay lo quese llama comúnmente una "leynatural", tampoco podría existirel Derecho Natural, y, por lotanto, no hay en virtud de talprincipio, ni obligación ni nece-

sidad de obrar según los dicta-dos de tales leyes. Y como quie-ra que las ciencias son descrip-

ciones de las cosas que son o delas cosas que pasan, ocurrirá quees vano el propósito de querer

que ellas, las ciencias, descansenen supuestos sistemas O princi-pios a priori. De ahí que no leparece natural, aplicando este

criterio, que un Estado pase demodo inmediato a convertirseen su opuesto en virtud de algotan artificioso, dice, como lo esun Estado sociaL. Arosemena in-tenta superar, y lo logra, una si-tuación ideológica en vías de ser

liquidada, y en tal orden de co-

sas, encarna una forma viva anti.metafísica, positivista, adecuadaa las nuevas exigencias del mo-

mento.El pensamiento sociológico y

el realismo social Hispano-americano encuentran en JoséMaría Luis Mora (1794-1850),uno de sus exponentes de másalta talla dentro del pensamien-

to social mexicano. Como escri-tor y político se interesó por

hacer un examen crítico, analíti-co, objetivo de las clases socialesmexicanas Fruto de estos es-fuerzos es su obra MEXlCO yS US REVOLUCIONES. Muyalejado, por cierto del criterioromántico de las clases, las con-sideraba como realidades concre-tas, efectivas, sobre las cualesoperan, utilizando para ello unaparato conceptual realístico enel sentido de que reflejaba elcontexto de una sociedad -lamexicana-o Estimaba Mora quela naciente burguesía mexicana,a la cual él denominaba "clases

medias o de los paisanos", cons-tituía el eje en torno al cual se

movía toda la vida política y so-cial del Estado mexicano. Esas

clases sociales, a su entender, te-nían cada una intereses muyparticulares; la clase militar, laclase del clero y la clase de los

paisanos; esta última tenía eldon del talento, de la virtud yde la ciencia. El filósofo mexica-no, Leopoldo Zea, afirma que elpensamiento de Luis Mora pre-paró el camino del posteriorcomtismo de Eugenio Barreda yque el mismo Mora puede se in-cluido dentro del grupo de losque preludian el positivismomexicano. Pero que tomando encuenta el contenido de las ideasde José María Luis Mora se po-dría decir de él que es un positi-vista. En él, nos sigue diciendo

Zea, "queda identificado el ca-mino del progreso con los idea-les del liberalismo mexicano, yel camino del retroceso con laopsición que a estos ideales ha-

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dan el clero y la clase mili-tar (29).

Entre uno de los no menosoriginales exponentes del pensa-miento social mexicano de me-diados del siglo xix, figuraMariano Otero. Encon tramos en

Otero un conjunto de ideas que,d juicio de Jesús Silva Herzog,

se adelantan en gran medida, (1la concepción materialista de lahistoria de los alemanes Marx yEngels. En efecto, un análisis desu obra nos revela al sociólogopara quien las relaciones mate-

riales determinan las diferentes

estructuras políticas e idcológi-cas, mostrando así, un criteriodeterminista, ya que según él lasdiferentes estructuras matcriales

determinan las estructuras socio-políticas e ideológicas, en el sen-tido de que las relaciones matc'

riales tales como la distribuciónde la poblaciÓn, d comercio, la

agricultura, la actividad indus-

trial y la forma de la propicdadcrean los distintos modos depensar, de ver el mundo, de in-terpretarlo. Autor, en 1842, deuna obra de contenido realmcn-

te materialista, ENSAYO so-BRE EL VERDADERO ESTA-DO DE LA CUESTIONSOCIAL y POL!TICA QUE SEAGITA EN LA REPUßLICAMEXICANA, Otero, quien seconsidera él mismo como liberalmoderado, sostiene allí un con-

cepto sociológico orientado ensentido revolucionario, realista ydeterminista: "los que buscan

las instituciones y las leyes de

un país como ingeniosas combi-naciones de números, ignoranque esa constitución existe todaentera en la organización de fa

propiedad, tomando esta fraseen su latitud debido ...la propie-dad ha constituido -continúa~el despotismo en los pueblos deAsia; ella constituyó el feudalis-

mo que dominara tantos años aEspaña; ella constituyÓ las aris-tocracia en la Antigüedad, y ellasola ha fundado la democra-cia." (30). La sociedad mexica-

na, piensa, tiene como grupomás podcroso al :Jcro, debido ala enorme riqueza acumulada alo largo dc muchos siglos dedominio efectivo, si bien los lla-mados "bicnes raíces" del cleroen México no llegaron a contri-buir a una aristocracia feudalcapaz cle fundar un poder omní-modo, pues dentro del clerocxistcn divisiones hondas, an ta-gonismos y falta de armonía, loque representa una limitaciÓnpara ejercer un poder reaL. En

estc sentido, la clase media me-xicana sí demuestra ser un po-

der político efectivo, pues su

grado de compactación, su uni-dad interna y su conciencia de

constituir una fuerza, la predis-ponen al dcsarrollo de los re sor-

(29) Citado por R. Soler en EL PENSAMIENTO SOCIOLOGICO DL MARIANO OTE-RO, en ESTUDIOS SOBRE HISTORIA DE LAS IDEAS EN AMERICA. Pág. 77

(30) Citado en Santiago Monseml, en SENTIDO Y MISION DEL PENSAMIENTO ENHISPANOAMERICA, en Cuadernos Americanos. Aiìo XVII, No. I 1958, M¿xÎco.pág. i 67

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tes propios del capitalismo inci-piente, revolucionario. Por talmotivo, dándose cuenta de que

la sociedad mexicana debe orga-nizarse y salir del atraso feudal

y de anarquía de la época, con-sidera que es la clase media me-xicana la llamada a realizar tanimportante y necesaria labor so-cial y política. En otro de susescritos, CONSIDERACIONESSOBRE LA SITUACION POLI-TICA y SOCIAL DE LA REPU-BLICA MEXICANA (1847), semanifiesta contra el concepto deque el mexicano es, en algúnotro sentido, inferior al extran-

jero, :;Ì bien critica la falta deconcordancia en orden al senti-do de nacionalidad: "En México~afirma en la citada obra- nohay ni ha podido haber eso que

se llama espíritu nacional, por-que no hay nación". Precisa-mente, la consciencia de que aeste país le falta mucho para lle-gar a ser realmente una nación

lo impele a analizar con am-plio criterio objetivo la realidad

social de México; esto explica supronunciado realismo en materiasociológica y su poco entusias-mo, diríamos, por las fórmulasdel romanticismo social al modode Esteban Echevarría.

En Argentina, podemos consi-derar a Domingo Faustino Sar-iliento (1811-1888) como unafigura polifacética, con verdade-ros e innegables rasgos de pensa-

dor genial, originaL. Ningún ofi-cio humano le fue extraño odesconocido; fue un humanista

en sentido amplio, un hombrede acción en todo el sentido deltérmino; todos los oficios que

llevó a cabo los realizó en fun-ción de la idea de progreso. La

originalidad de Sarmiento po-dríamos encon trarla en el hechode que su filosofía romántica es-tá fusionada con consideraciones

sobre la vida histórica y el pro-ceso de la civilización, como nosdice el maestro Ingeniero, Sar-

miento tuvo la clarividencia delideal, eligiendo de este modo losmedios para llevados a cabo, es-to es, para civilizar; para elevarla condición moral y material dela nación, educar. Sus ensayos

como FACUNDO, VIAJES, RE-CUERDOS DE PROVINCIA,CAMP AN A DEL EJERCITOGRANDE, CONFLICTO Y AR-MONIA DE RAZAS EN AME-RICA, tienen un notable selloautobiográfico; todo lo que na-

rra o nos dice es parte directa,vivencial, de una experiencia di-recta con el medio en donde seagitara, ya en la pampa, en lasmontañas, en la ciudad o en elexilio. Hizo por su patria lo quemuchos otros y en mejores con-diciones, no hicieron, a saber:

escuelas, museos, bibliotecas.Con sobrada razón, don Marceli-no Menéndez Pelayo lo calificóde "gran gaucho de la República

de las letras". De su pluma hanbrotado, como en surtidor ex-presivo y pleno, cosas como es-tas: "Necesitamos hacer de todala República una escuela. ¡Si!Una escuela donde todos apren-dan, donde todos se ilustrenpara la felicidad de todos". Era,

como dice Ricardo Levene, "laimagen agrandada de una Repú-blica Escolar, la Nacicm como

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una familia o vista en el tallerdel trabajo y con la disciplinadel aula". Pero al lado del visio-nario, que es Sarmiento, delhombre puramente instuitivo,romántico, del que lanza anate-mas contra la anarquía hechaconstitución de orden que fueRosas, existe el sociÓlogo que veel interpreta la realidad social y

política argentina con criterioobjetivo.

En escritos como el FACUN-DO, se revela una constante in-quietud sociológica, por lo quealgunos le han llegado a conside-

rar precursor de la sociología ar-

gentina y de cierto tipo de lite-ratura criollista. Allí, en F A-

CUNDO, observamos magníficasy sesudas intuiciones refractariasa una posible sistematización.

Nos explicamos: hay tanto devivencias, de honduras psicoló-gicas, de patetismo humano, deapóstrofes, corazonadas, inquie-tudes, profetizaciones, qu'e hace

difícil, si no imposible, encasi-

llar todo esto dentro de premi-

sas, postulados o categorías so-

ciolbgicas. Sin embargo, algunasde estas intuiciones, a fuerza de

trasegarlas, han podido ser ex-puestas en orden a formas con-

ceptuales. En CONFLICTO yARMONIA DE RAZAS, preten-de Sarmiento seguir la huella delfilósofo inglés, Spencer, introdu-ciendo criterios científicos en elestudio de la evolución históricaargentina. Junto con Alberdi yEchevarría, Sarmiento se revelacomo uno de los pensadores ar-gentinos ubicados dentro de un

Positivismo autÓctono, en el44

sentido de que tal dirección depensamiento pretendía consultarla realidad socio-histórica de la

gran nación del Plata para dedu-cir de allí conclusiones propias,

En muchos aspectos, el positivis-mo que se incuba en Sarmiento,impregnado de una fuente ten-dencia romántica, no es precisa-mente posterior a las reflexionesde los positivistas de Europa: enalgunas ocasiones es paralelo alde éstos y en otras, anterior ensu contenido. De Sarmiento nos

dice en otra parte Ingenieros:

"N o en vano fue el único hom-bre de genio florecido en tierraamericana cuando aún no había

amanecido el moderno espíritucicntÍfico.. fue inactual en su

medio porque el genio importasiemprc una anticipación.. suoriginalidad pareciÓ rayana end ' "esvario. No se nos escapaque también hubo en Sarmiento

modalidades deterministas, co-munes ,a muchos pensadores desu época, como cuando opinaque "las llanuras preparan lasvías al despotismo, del mismo

modo que las montañas prestanasidero a las resistencias de la li-bertad. El pensamiento socioló-gico de Sarmiento, si bien no espropiamente sistemático, orgáni-co, interpreta los fenómenos deun Rosas o de un Facundo Qui-

roga en función de una concep-

ción determinista, ya en sentido

puramente étnico, ya en sentidogeográfico.

Por su parte, Juan BautistaAlberdi (1810-1884) desarrollódurante este mismo período unalabor infatigable en lo intelec-

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tual y en lo político. Recorde-

mos que los hombres que consti-tuyeron la inteligencia america-

na durante gran parte del déci-monono, fueron también hom-bres prácticos, ya actuandocomo organizadores o agitadoresde credos capaces de estructuraren la mente y en la acción una

actitud innovadora, reformadorao revolucionaria. Dio él las pau-tas para la Constitución de la

República Argentina del año1853, a través de su ensayo BA-SE Y PUNTOS DE PARTIDAP ARA LA ORGANIZACIONCONSTITUCIONAL DE LAREPUBLICA ARGENTINA, yque se le conoce simplementecon el nombre de BASES. El le-ma desarrollado por Alberdi esel de "gobernar es poblar", co-mo el de Sarmiento fuera "go-bernar es educar". Ambos lemastraducen en sentido amplio losimperativos históricos del mo-

mento. Por eso concibe Alberdiuna "filosofía americana, políti-..a en su esencia y social en suobjeto". Entienden la filosofíacomo conocimiento no especula-tivo, que se encuentra ligado a

todo lo que hay de positivo, demás real, de más indispensablepara la vida: al arte, a las leyes,

a la política, a la economía, a lamoraL. Dentro de esta misma te-mática de tipo positivista afirma

Alberdi que "no hay filosofíauniversal porque no hay una so-lución a las cuestiones que la

constituyen en su fondo; que laabstracción pura, la metafísica

en sí no echará raíces en Améri-ca". Por eso considera como vía

realÍstica a la solución de losproblemas medulares americanos

la aplicación de aquel tipo defilosofía que sea más convenien-te y de que "si en esta aplica-

ción somos incompletos, como esde necesidad que seamos, nos

habrá servido, ella, a lo menos,para darnos la habitud de enca-

minar nuestros estudios hacianuestras necesidades especiales ypositivas (31). Esto puede expli-car por qué la filosofía deviene

a cada instante en actitud positi-va, financiera, histórica, indus-

trial, literaria, antes que ideoló-gica y psicolÚgica, afirma enotra parte. Muestra, pues, una

repulsa por las especulaciones

puras, abstractas, sin raigambre

en lo concreto; le parece que la

tarea de la fiosofía consiste, so-

bre todo, en tomar contactocon el mundo real, con la socie-dad, con la historia del pueblo;ésta, la fiosofía, debe incremen-tar la cultura en todos sus as-

pectos; si la ret1exión fiosófica

quiere ser legítima, no estéril,ha de enfrentarse a los proble-mas inmediatos de la vida nacio-

(31) Sobre el modernismo ha opinado, con justificada razón, José Enrique Rodó ensentido negativo, pues "adoleció de pobreza de ideas, de insignificante interés porla realdad social, por los problemas de la acción y por las graves y hondas preocu-

paciones de la consciencia individual". Por su parte, Juan Marinello habla del Mo-dernismo en términos de desvío de la tradición americana", particularmente aladvertirse que este movimiento literario es, en gran parte, ajeno a los menesteresinmediatos de la hora presente.

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nal, trayendo, claro, ventajas de

orden práctico, de interés direc-to para el hombre argentino o

americano en general: es legíti-mo, así hablar de una filosofíade la economía nacional, de lapolítica, de la religión del pue-

blo, de la literatura argentina,

ello implica un compromiso po-lítico y, también pedagógico.

Con Sarmiento se muestra deacuerdo en aquello de que eldesierto influía en la inestabili.dad de la República, y pensaba

muy seriamente, por su parte,que las circunstancias étnicas es.taban en directa relación conesa anarquía, ese caos políticoen que vivía el país. No se evi-dencia en él, por tal motivo, op-timismo . con respecto al mestiza-je del indio. Por el contrario,

piensa que la fusión, la mezcla

racial constituye un hecho desuyo negativo, un factor de re-traso, ya que no creía en la ca-pacidad del grupo hispano delgrupo indígena para realizar elideal de una República democrá-tica. Se explica, entonces, su de-seo de fomentar la inmigracióneuropea, en especial, la inmigra-ción inglesa, cuyos componentesse caracterizan por su laboriosi-dad, creatividad, progresismo y

un respeto casi innato, piensa,

en las libertades del hombre. Sutesis de que "gobernar es po-blar" la interpreta, pues, en tér-

minos de inmigraciÓn; pero nopensó Alberdi en las consecuen-

cias negativas de una inmigra-ción desarticulada, inorgánica,

incontrolada, provenicnte de lospueblos europeos.

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y lo que no pudo advertir, yalo había intuido Sarmiento: el

tipo humano argentino, como loafirma hoy Santiago Monserrat

"naufraga devorado por la mez-

cla de nacionalidades, sin haber

esa mezcla decantado un tipohumano de fisonomía definitiva-mente argentina" (34). En susESTUDIOS ECONOMICOS,Alberdi compartía con Echeva-

rría el concepto de que paraconocer a fondo la formaciónhistórica de la nacionalidad ar-

gentina es nccesario hacer el es-tudio de las etapas de su vida

económica, que vendrá a ser, di-gámoslo así, la clave para lacomprensión del mecanismoevolutivo del régimen socio polí-tic o Y del a s di ver s asinstituciones nacionales. Típica-

mente hombres reflexivo, obser-vador, supo, sobre todo com-prender. "Lo que interesa acada pueblo es conocer su razónde ser, su razón de progreso y

de felicidad, y no es sino por-

que su felicidad individual se en-cuentra ligada a la felicidad delgénero humano. Pero su puntode partida y de progreso essiempre su nacionalidad"; poreso aconseja -como anota Leo-poldo Zea- seleccionar, adaptarla cxpresión de la fiosofía oc-

cidental que mejor convenga alas necesidades, a la realidad ar-gentina, americana. Reduce así,la temática del realismo social auna formación de tipo filosófi-co.

En Cuba la orientación socio-lÓgica en sentido realista, estárepresentada por José Antonio

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Saco (1797-1879), entre cuyasobras figura una HISTORIA DELA ESCLA VITUD, en dondehace el análisis de la esclavitud ala luz de los nuevos conceptos

filosóficos y políticos. Se sabeque como historiador de granaliento, fueron pocos los proble-mas coloniales a los cuales no lededicó tiempo y estudio, tratan-do de profundizar en las causasde los males de su patria. Ali-menta en toda su obra el idearioreformista del décimonono, con-forme a los esquemas del auto-nimismo vigente. Le parece deinterés a J osé Antonio Sacocuestiones vitales como la vagan-cia y la necesidad de ponerle fina este problema mediante unplan de reformas sociales. A to-no con esta orientación político-social, Saco se inspirara tambiénen los principios del empirismo,

que arraiga en él de tal maneraque se traduce en un realismosocial que a su vez es solidariocon ideales autonimistas así co-mo de un especie de revoluciónpacífica, mediante una evolu-ción en las instituciones y enlas ideas, en las costumbres mo-rales y en las prácticas políticas.

Advertimos en Saco una nociónde la nacionalidad estructurada

en la observación y el estudiosistemático de los caracteres es-pecíficos de la sociedad cubana.

Así, echa a un lado toda consi-deración metafísica, supuestosapriorístico s, pretendidas verda-

des eternas. Arraiga en él, de es-te modo, un positivismo elabo-rado dentro de las circunstanciasy condiciones americanas y, en

su caso, dentro de la realidad vi-

tal de Cuba. Junto con el padreFélix Varela (1787-1853), Saco

el reformador de la enseñanza

filosÓfica en Cuba y liberalavanzado, realizó el estudio delEstatuto de las Cortes de Cádiz

del año 1812 siguiendo los mo-dernos criterios de la ciencia po-lítica. La temática del sociólogoJ osé Antonio Saco está configu-rada por factores diversos comola influencia de algunas institu-ciones de la época, el incre-mento de la oratoria, las tensio-nes políticas del momento, lamovilización de elementos ideo-lógicos en punto a justificar elautonomismo, las libertades civi-les y, en lo posible, reformas ne-cesarias en el orden interno.

Importa tomar en cuenta queya en la segunda mitad del sigloXIX, éste se define como unmovimiento que tiende a lograruna organización y una estabili-dad que se impone a toda costa,porque va allí la suerte y el des-tino de América. Aparecen aho-

ra con más fuerza nuevas con-cepciones sociales, políticas yeconómicas. Existe prosperidadrelativa en el orden económico;ocurren grandes y significativasinmigraciones, desarrollo técnicoy consolidaciones de las formas

capitalistas de producción y dis-tribución. En el aspecto propia-

mente cultural, hay una nueva

promoción de románticos quepreludian cosas de interés; semantiene una actitud intelectualmuy dada al estudio serio y a lacrítica objetiva de la realidad

americana. Los parnasianos se-guidores de Leconte de LisIe,

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los naturalistas que imitan a Zo.la comienzan a hacer su apari-ción. A la evolución de lasformas sociales correponde, di-gámoslo así, una evoluciÓn enlos principios, las ideas, las teo-rías.

Muy propio de esta época esel culto a las novedades impor-

tadas de Europa; ya que se hainiciado, así, la primera genera-

ción modernista. Las nacio-nes iberoamericanas comienzan

a mostrar un pasmoso deseo de

estabilización, de orden interno,de progreso científico y tecnoló-gico tal como figuraba en ellema del positivismo. Se irradiapor todos los confines latino-americanos el progreso en todassus formas, no sincronizado ne-

cesariamente con el progreso ob-servado en Europa ni tampocoes un progreso que toma encuenta todos los estamento s so-

ciales, pero al fin y al cabo figu-ra como un ideal, como un pro-pósito. En el campo de la ac-ción política fueron claras lasconquistas logradas por Chile,Argentina y México. Apagado elfragor de las luchas intestinas,desterrado en gran medida elcaudilismo,se van abriendo ca-mino doctrinas relativas al Dere-cho Internacional, como laformulada por el argentino LuisMaría Drago. La Doctrina Drago

define el principio de que lasdeudas que tiene un Estado paracon otro no autoriza interven-ción militar ni medidas punitivasde ningún tipo. Todo esto recor-dando, tal vez, la intervención

armada en México por los fran-

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ceses con pretextos de hacerefectivos pagos que no se le hi-cieron a Francia. Por otro lado,

proliferaron las asociaciones cul-

turales, cenáculos, las casas edi-

toras de libros y revistas, el es-tudio sistemático y lib're, el cul-tivo del cuento, la novela, delteatro y de la poesía original, ya

realista en sentido social, yasubjetivista. En una palabra eltriunfo de la revolución demo-

crático-liberal, burguesa, en laAmérica Latina, que era así eltriunfo sobre todas las formas

anquilosadas del absolutismo y

del feudalismo, de la colonia y

de los privilegios seculares, dio

paso-de hecho-a la prosperidad ya la renovación de instituciones,lo cual implicaba respeto a las

libertades individuales en el sen-tido de la Ilustración y del Ro-

manticismo, a las libertades reli-giosas, a una incorporación de laAmérica Latina a un orden decosas y de ideales cónsono conlos beneficios de la civilizaciónoccidental, pero igualmente conlas implicaciones negativas que

ella, en el futuro, habría de

acarrear. Empero, este triunfode las clases medias, burguesas,

semi-capitalistas, no es total, de-finitivo; tiene adversarios pode-

rosos que no se resignan a lapérdida de sus privilegios, a laenajenación de pretendidos dere-chos inalienable s concebidos poruna especie de Derecho Divino;pesan las tradiciones dentro dela misma masa del pueblo, re-fractoria, ..n muchos aspectos, alos cambios; pesan los interesesmateriales, conjuras, conspiracio-nes; esto se explica, en cierto

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modo, porque las clases mediasde la América Latina puedenafianzar más y mejor su triunfo,su poder; compartiendo con lasclases bajas, no privilegiadas de-rechos y beneficios proclamadosc o m o universales (universalesRevolución Francesa, por ejem-plo), pero que en la práctica sele negaba a los grupos no inte~grados en las clases medias ame.ricanas. Se explica, también có-mo el pensamiento sociológicodel momento no es completa-men te consecuente, digamos,con una revolución total, queexplique transformaciones radi-cales. Salvo en contadas excep-ciones, el pensamiento socio-

lógico en Hispanoamérica seatiende a los principios de la ar-monía de clases en lo que se re-fiere a las relaciones inherentes

entre propietarios y no propieta-rios, entre poseedores y despo-seedores. Más o menos así lo pro-clamaron muchos, posiblementepor la circunstancia de queAmérica Latina no había ma-durado aún en su seno formassociales y económicas lo sufi~cientemente como para enforarlos problemas de este tipo si-guiendo la línea evolutiva de lassociedades industrializadas. Detodos modos, nuestros hombres

de pensamiento han cumplidoen forma cabal el cometido deestudiar e interpretar la realidad

latinoamericana, proponiendo, asu vez, las fórmulas que a ellosles parecieron más aceptables ode acuerdo con los intereses quecorrespondían a la época y a susrespectivos países.

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iRODfHJF'O CASTRO AliZPlJ

Moisés Chong M., en su obraContenido Social de las IdeasFilosóficas, señala que: "En eldominio de la Lógica, el Idealis-mo y el Realismo han sido con-frontados y los resultados se

han venido esclareciendo a me-dida que se advierte que el nexoentre los pensamientos y el or-den real de las cosas es algo desuyo innegable. Ya Aristóteleslo había señalado cuando pensa-

ba que los principios del pensa-miento tienen un carácter de ne-c e sidad independiente de losdeseos y de la voluntad del hom-bre. Las leyes de la Lógica están

fundadas en cierta forma en laestructura del mundo real".

Dentro del campo de la Lógi~ca, autores identificados con elIdealismo, estiman que las leyesde la LÓgica son normas inmuta-bles en sí mismas sin relación al-

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guna con el desarrollo históricoy temporal de la realidad. Debe-mos recordar que los principiosy las leyes de la Lógica son el

reflejo, en el pensamiento, en laconciencia, de determinadas re-laciones que existen entre elhombre y los objetos, entre laconciencia y los fenómenos del

mundo circundante, por lo queno constituyen el resultado delquerer de la persona o de sus

deseos más o menos tergiversa-dos.

A diferencia del Idealismo, elPositivismo y el Marxismo consi-deran que las leyes de la Lógicano son formas "a priori", sepa-radas o divorciadas de la reali-dad "tiempo --- espacio". Las le-yes de la Lógica y los principioso supuestos de todas las cienciasconstituyen un reflejo de las re.laciones existentes entre la con-

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cienCla y los fenÓmcnos delmundo circundantc.

"Los conceptos de "verdad","c o h cr e n c ia", "identidad","contrad icciÓn", "deduc~ción", etc. no son conceptos

vacíos, subsistentes, sino tra-ducciones, reflejos conceptua-les de hechos ocurridos en elcspacio - tiempo de nuestravida co tidiana y que la in teli-gencia, a lo largo de la evolu-

ción histórica del hombre, haforjado a manera de instru-mentos de conocimiento". (1)

En relación con la realidad

existente en tiempo ",- espacio,es evidente que, en el mundoque nos rodea, el mundo exte-nor, se nos presentan cosas que

son materiales, que vemos y to-camos. Es obvio, que otras cosasque no vemos y que no pode~mos tocar, ni mcdir, pertenecenal dominio de las ideas, las cua"les deben tener en el fondo unabase lógica y científica.

Como el problema que nosatañe es precisamente el pensa-

miento liigico, es necesario esta-blecer en primer lugar qué es elpensamiento y qué es la mate-ria. Al definir el pensamiento yla materia, diremos que:

"El pensamiento cs la idea

que nos hacemos de las cosas;ciertas ideas surgen ordinaria-mente de nuestras sensacionesy c o rr e sponden a objetos

materiales; otras ideas comola de Dios, de la filosofía, delpensamiento mismo, nocorresponden a objetos mate-riales. Lo que debemosretener aquí como esencial esq u e tenemos ideas, pensa~

mientas, sentimientos porque

vemos y sentimos. La materiao el ser es lo que nuestras

sensaciones y nuestras per-cepciones nos muestran y nosdan; es, de una manera gene-

ral, todo lo que nos rodea, loque se llama "el mundo exte-rior". (2)

Los que consideraban que elser es la materia, pertenecen a lasdiferentes escuelas del materia-

lismo, piensan que la materia, lanaturaleza, es el elemento prin-cipal; ofrecen explicaciones cien-tíficas del mundo.

Aquellos que afirman que elespíritu ha creado la materia, esdecir, que admiten la creación

del mundo por Dios, adoptan laexplicaciÓn no cient Ífica; for-man el campo del idealismo.

¿Qué posición adoptaban losmaterialistas en relación con loespiritual? ¿Es lo espiritual ne-gado por el materialismo o danuna explicación al respecto?

E 1 materialismo en ningúnmomento niega lo espiritual,sino, que lo explica a partir de

la realidad exterior:

(1) Chong M., Moiscs: CONTENIDO SOCIAL DE LAS IDEAS l'ILOSOFlCAS. Impre"sora Panamá, S. A., Panamá, 1971. Pág. 13.

(2) Politzer, Georgc; PRINCIPIOS ELEMENTALES DE FILOSOnA. Ediciones Inca.Buenos Aires, 1957. Pág. 14.

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"Para el materialista, enton-

ces, lo espiritual -la concien-

cia, la libertad, la voluntad, laemotividad, etc.- no es nega-

do, sino explicado a partir dela realidad exterior material

que suministra las condicionesen función de las cuales sehizo posible en los animales

superiores, particularmente enel hombre, el desarrollo delo que habitualmente desig-

namos con el término de "es-píritu". (3)

Esta es pues, la respuesta que

dan los materialistas con respec-to a lo espiritual.

Dentro de la Lógica Formal,

estudiamos el pensamiento encuanto a su estructura o forma.La Lógica Dialéctica, que estáincluida dentro del materialismo

dialéctico, estudia el desarrollo

de nuestro conocimiento; el cualse realza a través del pensa-

miento. El estudio del pensa-

miento y la materia ha sido entodo momento el problema omeollo fundamental de la filoso-fía. El idealismo y el materialis-mo son dos corrientes completa-mente opuestas y contradicto-rias desde el punto de vista filo-sófico.

Para el materialista los obje-tos existen independientemente

del pensamiento, de la concien-cia. Las cosas permanecen reales

en el mundo circundante y esque:

"Para el materialista en efec-

to, más allá del sujeto cognos-

cente hay un mundo exterior,independiente de mi pensa-miento, de mi concien-cia ". (4)

En tanto que el objeto parael idealista, ~ólo es conocido enfunción de las leyes del sujetoque conoce. Lo cierto es que elidealismo es la concepción no

científica y el materialismo es laconcepción científica del mun-do. Para los materialistas "elmaterialismo no es otra cosaque la explicación científica delmundo".

La historia del materialismo

nos muestra esta filosofía comoalgo vivo y siempre en movi-miento. En ningún momento delproceso histórico el materialis-m o s e h a desligado de lasciencias, por el contrario, han

ido concomitantes.

"El materialismo ha nacidocon las ciencias, ligado a ellasy dependiente de ellas ha pro-gresado, evolucionado conellas, para llegar, con el mate-rialismo moderno, el de Marxy Engels, a reunir de nuevo la

ciencia y la filosofía en el

materialismo dialéctico". (5)

Soler, Ricaurte: MATERlAUSMO E IDEAUSMO UNA ALTERNATIVA. -de In-troducción a la Filosofía.-- Ediciones de la Revista "Tareas", Panamá, 1972. Pág.14.

Ibidem. Pág. 13.

Politzer, Geroge: Ob. Cit. Pág. 27.

(3)

(4)

(5)

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Ahora bien, en cuanto a supropiedad, la materia en sí es

una realidad objetiva, que existeindependientemente de nuestraconciencia en el mundo exte-rior, es decir:

"La única "propiedad" de lamateria cuya admisión defineel materialismo filosófico esla de ser una realidad objeti-va, de existir fuera de nuestraconciencia".( 6)

En cuanto a la pregunta de

cómo es la materia, los materia-listas responden que este es unproblema que "no nos toca res-ponder a nosotros sino a la cien-cia". Es a la ciencia a quien le

toca dar esta respuesta.

Antes de Marx y Engels hubo

filósofos materialistas. La dialéc-

tica Marxista interpreta el mun-do como sujeto a incesante cam-bio.

La filosofía del marxismo sellama materialismo dialécticoporque constituye la unidad or-gánica del materialismo y la dia-1 é ctica, estudia las relacionesentre la conciencia y el mundomateriaL.

"El materialismo dialéctico esla ciencia que estudia las rela-ciones entre la conciencia y elmundo material objetivo, lasleyes más generales del movi-miento y desarrollo de la na-turaleza, de la sociedad y delconocimiento". (7)

(6) Politzer, George: Ob. Cit. Pág. 47.

Entre los materialistas de laantigüedad Grecorromana tene-mos a Demócrito, Epicuro y Lu-crecio. La Lógica dialéctica me-

canicista aranca históricamente

de Heráclito y Demócrito. Deentre los materialistas de la épo-

ca moderna, del Siglo XVII, te-nemos a Descartes, Gassendi; yentre los materialistas del Siglo

XVIII, Voltaire, Diderot, Helve-

tius y Holbach.

Diderot fue el pensador mate-

rialista más grande antes deMarx y Engels.

"Si alguien -escribía Engels-ha consagrado toda su vidacon estusiasmo a la verdad yal derecho -tomada esta fraseen su buen sentido-, fue, sinduda, Diderot. Escribió so-bre los temas más diversos,sobre las ciencias naturales ylas matemáticas, la historia yla sociedad, la economía y elEstado, el derecho y las cos-tumbres, el arte y la literatu-ra... Pasa también con razóncomo un precursor de La-marck y de Darwin... Diderotfue, además, un autor dramá-

tico eminente y un maestrode prosa... Compuso, además-sea dicho de pasadas es el

escritor favorito de Marx~numerosas novelas y relatosespirituales, cuya importanciasurge deL. hecho de que hom-bres como Lessing, Shiler y

(7) Spirkin, A. G.: MATERIAUSMO DlALECTlCO y LOGICA D1ALECTlCA. Colec-ción 70, No. 53, Editorial Grijalbo, S. A., México, 1969. Pág. 9.

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Goethe no sólo fueron sus ad-miradores, sino que traduje-ron al alemán muchas de sus

obras". (8)Historicamente Diderot,

(1713-1784) es el pensador máseminente entre los materialistasdel Siglo francés de las luces, esel jefe y el alma de los enciclo~

pedistas, en su cpoca.

Primitivamente la palabra"d i a 1 é c tica" significaba, paraPlatÓn, el arte o la ciencia de la

discusión:

"Para Platón la dialéctica es,en primer lugar, el arte de ha-cer surgir de una idea o de unprincipio todas las consecuen-

cias positivas y negativas queestén contenidas en ellos. Es,después la marcha ascendente

y razonada del espíritu que seeleva por etapas sucesivas des-

dc los datos sensibles hasta las

ideas, principios eternos e in-mutables de las cosas, y a laprimera de todas, la idea delbien. Como para Platón, lasideas son la única rcalidad dig-na de este nombre, la dialcc~tica o la ciencia de las ideas

termina por ser la ciencia mis-ma", (9)

Para Hegel es el movimiento

de las ideas. Pero con Marx yEngels la dialéctica deviene en

dialcctica materialista. Para

Marx no es ya el movimiento delas ideas, sino el movimiento delas cosas mismas.

(8) Polîtzer, Gcorge; Ob. Cit. Pág. 161.

(9) Ibidem. Pág. 160.

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En Hegel y Marx la dialécticasignifica movimiento. Para Hegeles el movimiento de la idea pa-sando a través de fases sucesi-vas: tesis, antítesis, sintesis, has-

ta la idea absoluta. En estas trespalabras está contenido el resu-men del desarrollo dialéctico, es-ta es la marcha general de las

fases de la dialéctica. Una cosac o m ienza por ser afirmación

(tesis) que surge de una nega-ción (antítesis). Estas fases re-presentan encadenamientos, in-dican que cada fase es la des-trucción de la fase precedente.

La contradiccibn es una gran leyde la dialéctica, "Nada quedacomo es, nada queda dondeestá". (Engels). La dialéctica nos

permite comprender el desarro-llo, la evolución de las cosas;

para ésta la primera leyes com-probar el movimiento y elcambio.

Hegel formuló las leyes fun-damentales de la dialéctica querigen el desarrollo de las ideas ylos pensamientos. Sin embargo,

su dialéctica, magna conquistadel pensamiento filosófico, con-tenía asimismo graves defectos.El fundamental consistía, comohemos visto anteriormente, enque presentaba carácter neta-mente idealista.

Hegel esbozó y compuso unsistema ordenado de dialéctica,un conjunto de categorías lógi-cas. Es que "el gran mérito de

Hegel consiste en que tras la

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dialéctica de las ideas, adivinó ladialéctica de las cosas, o sea, dcarácter del desarrollo de los ob-

jetos y fenÓmenos del mundomaterial". (lO)

En Marx y sus seguidores ladialéctica toma otro giro, no esya el movimiento de la idea sinodel objeto, de la realidad:

"En Mar", y los marxistas, ladialéctica no es ya el movi-miento de la idea, sino el mo-vimiento de las cosas mismas

a través de las contradiccio-

nes, en las cuales el movi-

miento del espíritu no es más

que la expresión consciente

de ella misma". (11)

La dialéctica fue precisamenteel "grarto racional" que Marx yEngels tomaron de la fiosofíade Hegel y la aprovecharon, trasdespojarla de la esencia del idea-lismo, para llevar a cabo la filo-sofía del materialismo dialécticoe histÓrico.

El significado de la palabra

dialéctica a través del desarrollo

histórico ha ido evolucionando

o variando de la idea a las cosas,ya que si para Platón significa elarte o ciencia de la discusión y

para Hegel el movimiento de laidea, en Marx representa el mo-vimiento de las cosas mismas a

través de la contradicción.El materialismo cobró mayor

desarrollo con las obras deFeuerbach. Este luchó contra elidealismo que dominaba en la

filosofía alemana a fines delSiglo XVIII y comienzos delxix. Restableció elmaterialismo con su plenitud dederechos, en esto consistió sugran mérito. Rechazó la dialéc-tica de Hegel. En todo momentoFeuerbach refutó, tanto el idea-lismo, como la religión, "consi-derando que la filosofía no debeencerrarse en el ámbito del pen-samiento puro, sino que es de suincumbencia estudiar la N atura-leza y el hombre. La Naturalezaexiste fuera del hombre, es "..elprimer ser, lo primario, lo noderivado". En cambio el hombrees una parte de la naturaleza, unproducto de su largo desarrollo.En opinión de Feuerbach. "laconciencia no antecede a la Na-

turaleza, sino que la refleja sim-plemente".

Las concepciones materialistasde Feuerbach fueron aprovecha-

das por Marx y Engels constitu-yendo el "grano fundamental"que junto a la dialéctica deHegel desligada de su idealismo,utilizaron para la creación del

materialismo dialéctico e histÓri-co.

El materialismo de Feuerbachayudó a Marx y Engels a desem-barazarse del idealismo de Hegel

y hacerse "materialistas conse-cuentes". Marx y Engels aprove-

charon, para la base de su filo-sofía, la dialéctica de Hegel y elmaterialismo de Feuerbach,

(lO) Afanasiev, V.: FUNDAMIENTOS DE FILOSOFIA. Edii;ones dc Cultura Popular,S. A., México, 1973. Pág. 35.

(ll) Politzer, George: Ob. Cit. Pág. 160.

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quien dicho sea de paso, ejerciógran influencia en la formaciónque de la concepción del mundoten Ían Marx y Engels.

Entre Hegel y Feuerbach exis-te cierta oposiciÓn ya que Hegel

fue dialéctico, mas no mate-rialista, en tanto que Fcuerbachfue materialista, mas no dialécti-co.

El máximo aporte revolucio-nario operado por el marxismo

en la filosofía, no es otro, queel haber alcanzado la unidad or-gánica del materialismo y la dia-léctica. Marx y Engels eli-minaron el divorcio existenteentre la dialéctica y el materia-

lismo. El proceso histórico de lafilosofía así lo ha demostrado,ya que:

"La historia de -la filosofíamuestra que la dialéctica y elmaterialismo surgieron muchoantes de que apareciera elmarxismo. Sin embargo, elmal de la vieja fiosofía con-sistía en que el materialismoy la dialéctica estaban a me-

nudo apartados el uno de lao t r a. Hegel fue dialéctico,mas no materialista.F euerbach fue materialista,mas no dialéctico. Marx y En-gels pusieron fin al divorcio

de la dialéctica y el materia-

lismo y consiguieron unirlos

en una concepción materialis-ta dialéctica del mundo". (12)Marx y Engels estudiaron a

conciencia, y profundamente, lahistoria de la filosofía y aprove-

(12) Afanasiev, V.: Ob. Cit. Pág, 45.

56

charon todo lo de mayor interése importancia que había produ-

cido el pensamiento filosófico enlos numerosos si&"los de sudesarrollo.

Es obvio, que la fuente teÓri-ca inmediata de la filosofía delmarxismo, fue la filosofía clási-ca alemana de fines del SigloXVIII y comienzos del xiX,fundamentalmente, la de J.Hegel (1770-1831) Y L.Feuerbach (1804-1872), quienesfueron los representantes más

ilustres durante este período.

Esta filosofía constituyó otrogran aporte en la formación y

creación de la concepción cien-tífica del mundo.

Los avances de las cienciasna turales de fines del SigloXVIII, contribuyeron a la for-mación del materialismo dialéc-tico.

Además, el problema concer-niente a la estructura de la ma-

teria en el campo de la ciencia,ocupó el primer lugar en laspostrimerías del Siglo xiX:

"A finales del Siglo xiX, enel desarollo general del cono-

cimiento científico pasó a pri-mer plano el problema de laestructura de la materia, con-

centrando la atención de loshombres de ciencia. El descu-brimiento de la radioactivi-dad y del radio refutó las an-teriores representaciones acer-

ca de la inmutabilidad e inva-riabilidad de los elementos

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quimiCos. Y el descubrimien-to del electrón demostró queel átomo, pese a su denomina-ción (en griego: "indivisi-ble"), es todo un mundo, unsistema de partículas cargadas

electrónicamente. La anteriorrepresentación de los átomos,como las partículas materialesmás elementales del edificiodel mundo, resultó ser unmito". (i 3)Los conocimientos hasta en-

tonces adquiridos en relacióncon la existencia del átomo, re-sultaron ser un mito. Debido aldescubrimiento del electrón, lamateria adquiere mayor impor-

tancia en el estudio de la cien-Cia.

La materia es considerada porla ciencia como base de todoproceso científico y del univer-so, es así que el materialismo

dialéctico:

"Es materialista porque partedel reconocimiento de la ma-

teria como base única delmundo, considerando la con-ciencia como una propiedadde la materia altamente orga-

nizada, como una función delcerebro, como un reflejo delmundo objetivo". (14)La conciencia es una propie-

dad de la materia altamente or-ganizada. "Surge en determi-nada fase de su desarrollo y se

perfecciona en dependencia de

la práctica material de los hom-bres".

La dialéctica reconoce la con-catenación universal de los obje-tos y fenómenos del mundo, en

otras palabras, el materialismo

dialéctico:

"Es dialéctico porque recono-

ce la concatenación universalde los objetos y fenómenosdel mundo, el movimiento ydesarrollo de éste como resul-tado de contradicciones inter-nas que actúan dentro deél". (15)

El materialismo dialéctico, espues, la ciencia que estudia y re-fleja las leyes más ~enerales delser y la conciencia. En la filoso-fía Marxista, la expresión "Ma-terialismo Dialéctico" significaque el materialismo de Marx es

dialéctico.

Conclusión

El estudio del pensamiento-espíritu- y de la materia-ser- ha sido en todo momen-to de la historia, el problema

fundamental de la fiosofía. ElIdealismo y el Materialismo son

dos corrientes opuestas y com-pie tarente contradictorias en

relación al mundo exterior. Locierto es que el materialismo es

la concepción científica del

(13) Spirkin, A. G.: LENIN Y LA FILOSOFIA. Colección 70, No. 60, Editorial Grijalbo,S. A., México, 1969. Pág. 25.

(14) Spirkin, A. G.: MATERIISMO DIALC'riCO y LOICA DIALCTlCA. México,1969. Pág. 9.

(15) Ibidem. Pág. 9.

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mundo y el idealismo es la con-cepciÓn no científica.

Las leyes de la Lógica están

fundadas en cierta forma en laestructura del mundo real. Esinnegable el nexo existenteentre los pensamientos y el uni-

verso vinculado con el mundoreal de las cosas. Las leyes de la

Lógica y los principios de todaslas' ciencias constituyen un refle.jo dc las relaciones existentes

entre la conciencia y los fenó.

mcnos circundantes.

Bibliografía

AFANASIEV, V.: FUNDAMENTOS DE FlLOSOFlA. 5' Edición, Ediciones de CulturaPopular, S. A. México, D. F., 1973

CHONG M. Moisés: CONTENIDO SOCIAL DE LAS IDEAS FlLOSOFICAS. ImpresoraPanamá, S. A., Panamá, 1971

POLITZER, George: PRINCIPIOS ELEMENTALES DE FILOSOJo'IA. Ediciones Inca,Buenos Aires, Argentina, i 957.

SOLER. Rieaurte: MATERIALISMO E IDEALISMO UNA ALTERNATIVA. -De Intro-ducción a la Filosofía. 2' EdiciÓn, Ediciones de la Revisti "Tareas", Panamá,1972

SPIRKIN, A. G.: LENIN Y LA FILOSOHA. Versión al Español de Ma. Luisa Urondo.Colección 70, No. 60 Editorial Grijalbo, S. A., México, D. F , 1969.

SPIRKIN, A. G.: MATERIALISMO DIALECTlCO y LOGICA D1AJ,ECTICA. Versión alEspañol de José Laín. Colección 70, No. 53, Editorial Grijiilbo, S. A., México, D.F., 1969.

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CIRJSPULtJ HlUl:l CAjAR

r: . /l' uncionde

Por gentileza del Presidente

de esta docta corpordciÚn, Dr.Miguel Angel Martín, se me habrindado, por primera vez, laoportunidad de dirigirme a losilustres acadcm icos desde esta

elevada tribuna. i le acep tado

complacido ese honroso encargo

y debo, por lo tanto, comenzar

expresando mi profundo agrade-cimiento por tan sei'alada distin-ción. Asimismo, debo manifestarque este acto reviste inusitadasolemnidad para mí, porque conél se me confiere la honrosa dis-tinción de contanne entre losmiembros correspondientes de

una instituciÚl1 de tan elevada

jerarquía, corno ha sido y es, laAcademia Panamena de la Ilisto-ria. Y porque siempre he tenidoun alto concepto de ella, y hesentido por ella un protundorespeto.

Con la Academia me liganmuchos lazos de índole moral yespiritual, si se tiene en cuentaque varios de sus miembros hansido y serán siempre mis profc~

sores entrañables, y, algunus

otros, amigables y pacientes ase-

sores de mis con tInuas consul-tas. Por ello espero que esas re~

laciones tan valiosas me sirvan

Nota. Discurso (k ordcn presentad,¡ por el De. Críspolo RUÎ1. Cajar, ~ii la s('sión soknine de la ioma de posesión como niiembro correspondienT. de la Academia Pana-

meña de la H¡slorj¡¡, verificada en la Sala Capitular d(: Los Santos, el 29 de Nov(k 1975.

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de aliento en las labores que metoque desempeñar en este respe-table instituto, donde esplendenel talento y la erudición.

Por ello también, considero

oportuno y hasta necesario, ex-presar el concepto que tenía, ysigo teniendo, de las Academias,a las que no pocos hombres"p rácticos" y "profesionales"

aparentan menospreciar, porqueellas deben estimarse en su justovalor, tal como son realmente:

centros de estudios, de investi-gación desinteresada, de altaconvivencia espiritual, en fin,núcleos de nobles actividades.

y animado y estimulado poresa manera de pensar, dcseo co-rresponder a la distinción que seme ha conferido, presentando ala consideración de los señores

académicos, más que una inicia-tiva, una aspiración, con ánimode coadyuvar a las miras de lainstitución y expandir el campode sus realizaciones.

Esa aspiración, no obstantc,quiero diluida a través de la eX~

posición de un tema de mi pre-dilección, vinculado muy estre-chamente a las tareas que le sonpropias a nuestra Academia. Merefiero a la función cultural y

científica de los archivos históri-cos.

Señores: Desde el principiodel descubrimiento y coloniza-ción de las ticrras americanas,

empezó a crearse un material es-crito, importantísimo por sucontenido y cantidad, que, encuanto conservado y conocido,

constituye las fuentes históricas

60

de mayor utildad para conocerlos orígenes, la formación y de-sarrollo de las naciones. de nues-

tro continente.

Ello es así, porque desde el

momento del impacto descubri-dor, las autoridades españolas

quisieron saber exactamente to-do lo que ocurría en sus pose-

siones. Deseaban tener noticiasal día sobre las nuevas tierras,población, problemas con losnaturales, evangelización, rela-ciones entre los funcionarios,

geografía y naturaleza del orbe

novo, etc. En consecuencia, las

autoridades americanas, nombra-das por la Corona española, te-nían que dar cuenta, a vecespormenorizada, sobre sus activi-dades, y recibir y cumplir las ór-denes impartidas por los poderesmetropolitanos. De tal suerte seestableció una exigente y perma-nente comunicadón entre lospoderes centrales y americanos,

que dejaba huellas escritas decasi todos los aspectos de la vi-da. Debido a esta Ímproba tarea

tenemos que agradecer las molesdocumentales históricas que per-miten, a pesar de la gran canti-dad de pérdidas, reconstruir engrandes rasgos esenciales, y amenudo en detalles de encaje, lahistoria hispanoamericana.

Un caso curioso lo constituyela duplicidad de las fuentes de

información, que eS una carac-tcrÍ stIca típica de la historia dela época colonial iberoamerica-

na, pues muchos documentos seproducían y se conservaban endos lugares: Primero en el lugar

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de origen -en España- si se tra-taba de órdenes y disposiciones

reales o del Consejo de Indias, oen ciudades, audiencias, Virrei-natos, Capitanías americanas, se-des de los funcionaros y de lasinstituciones administrativas, ju-

rídicas y militares, en cuanto

mantenían correspondencia conlos poderes centrales, y segundoen el lugar de recibimiento de

las órdenes o informes. Esta es-pecial circunstancia es de valor

archivístico e histórico, porcuanto muchos de los documen-tos aniquilados o desaparecidos

e n un lugar, sea en el de la pro-ducción o en el de recibimiento,se conservaron en el otro. Hubocasos, como los eclesiásticos, dehasta triple conservación de do-cumentos y sus copias.

Como es obvio, la" archivalíasurge primeramente en los ce-n áculos cortesanos, donde seproducen las fundamentales dis-posiciones legales, las ordenan-

zas, cédulas, provisiones, órde-

nes, motivaciones, que formanparte de los documentos envia-

dos u otorgados, cuyos textos,conservados en los registros, ga-rantizaban la constancia de talesdisposiciones y evitaban las pro-bables falsificaciones. Por otraparte, en el Consejo de Indias se

concentraban todos los infor-mes, pedidos, reclamaciones, im.pugnaciones, etc. de las coloniasamericanas, que posibilitabanuna relativa visión, más o menoscompleta, de todos los proble-mas, a fin de buscarles solución

adecuada. Por su naturaleza,contenido y riqueza documen-

tal, los archivos centrales espa-

ñoles son los principales centrosde información, imprescindibles

en toda obra histórica hispano-americana.

Asimismo, en América se pro-ducen archivalÍa y archivos quepodríamos dividir en tres gru-pos, bien identificados, según elaspecto de las entidades produc~

toras, su caducidad, continuidado perpetuidad de su funciona-

miento.En primer término, tenemos

la archivalÍa producida por laspersonas públicas, altos funcio-narios, que mantenían su cargopor un lapso, sea éste vitalicio ono, pero cuya actividad era deÍndole personal, de tal manera

que cuando se operaba el cam-bio del funcionario, el que le su-cedía en su acción era completa~

mente independiente del ante-rior, v. gr., los descubridores y

Adelantados en los primerosaños del arribo a las nuevas tie-rras y posteriormente losVirreyes, Capitanes Generales yGobernadores. La documenta-ción producida por ellos, en eldesempeño de sus funciones, seconsideraba ligada con la perso-na del funcionario, y éste podía

disponer de ella a su albedrío,

como si se tratase de algo perso-nal, de suerte que podía dejadaa sus herederos.

Como es palmario, esta archi-valía estuvo expuesta, pues, des-

de un principio, a la dispersión

y a una dificultosa conservación.

En un segundo grupo, encon-tramos archivalía y verdaderos

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archivos permanentes, en loscuales se mantenía la continua-ciim de las actividades indepen-

dientes de las personas que de-

sempeñaban los cargos, quedan-do la documentaciÓn en poder

de la institución pública. Tales

son los acrchivos de las Audien-cias Reales, con todas las ofici-nas subalternas, que tenían laobligación de guardar los librosy expedientes para las frecuen-tes consultas. Con la estabilidadde lugar, la conservaciÓn y orde-namiento eran mucho más facti-bles. A estos archivos podríamosagregar los municipales, que go-

zaban de la misma estabilidad ycontinuidad de las funciones pú-blicas.

y un tercer grupo, finalmen-

te, correspondiente al dominio

del derecho público, formadopor la archivalÍa dc personas

que no constituían una institu-ción ramificada, sino que eran

más bien de índole personal yprivado. Al contrario de losVirreyes y Gobernadores, estaspersonas solo tenían la obliga-ción de conservar sus registrosinstitucionales. Tales eran los es-cribanos públicos, personas indi-viduales y privadas de derecho

público. La continuidad del ofi-cio, en un mismo lugar, la ciu-dad, y el traspaso de los regis-tros a sus sucesores cn el oficio,sin dejarlo a los familiares, con-

tribuyeron en gran medida a su

mejor conservaciÓn.

Desde la formación del Con-

sejo de Indias (1524) hasta elfin de la dominación española

en América, existe una copiosalegislación e igualmente disposi-ciones referentes a la organiza-

ción administrativa, producciÓn

de libros y documentos, y fun-

cionamiento de los archivos odepósitos documentales. De lalegislación se desprende unaabundante papelería, tanto enEspaña como en las Indias, contodo un servicio administrativobien ramificado.

Como es bien conocido, losprincipales archivos españoles

fueron el del Consejo de Indias

y el de la Casa de Contratación.

En el primero se guardabanlas más importantes disposicio-nes legales y toda la documen-tación que afluía de Améri-ca ( 1). Es interesante la cnume-raciÓn de las clases de documen-tos conservados y los asuntos

que tratan. Este archivo eracomo un centro de documenta-ciÓn administrativa e histórica,que estimulaba las publicacio-nes, ten ía su biblioteca especiali-zada, con la facilidad de com-

prar los documentos de interéshistórico o administrativo, y

prohibía la extracción arbitrariade los mismos. Se dispuso tam-

bién el traspaso de la documen-tación menos importante al Ar-chivo de Simancas, cuando eldel Consejo estaba muy repletode papeles (2).

(1) Recopilación de las leyes de los Reinos de las Indias. Madrid, 1681. Libro 2, Tit.2, leyes 6, 24, 27.

(2) Li, 2, tito 2, ley 71.

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Definida es la documentaciónconcluida en el Archivo de Si-mancas, relacionado con lasIndias. All Í el control era riguro-so en extremo. Cada caja o lega-jo debía tcner un Índice (3).

De otra parte y paralelamente

con la organización administrati-va y archivística de las entidadescentrales de España, la legisla-ción determinÓ la administra-ción local o provincial en las tie-rras de 'nuestro continente.AqUÍ, valga repetirlo, los princi-pales cuerpos administrativosfucn)n las Audiencias reales, coningerencia territorial, y los cabil-dos en el campo local, munici-pal.

Esta administración se referíaa las relaciones con la Corona ysus Órganos oficiales, y a las re-laciones internas, territoriales olocales.

En las primeras, la circulaciónera doble: la fundamental era laproveniente de España, comoreales cédulas, provisiones y ór-

denes; la secundaria se refería alcumplimiento de estas disposi-ciones y a los informes y con-

sultas llevadas a los poderes cen-trales.

Pocos decenios después delprimer descubrimiento, se dis-puso la organización de los ar-

chivos municipales. Su laborconstituye todo un servicio ad-ministrativo, organizado desde lacreación de documentos realeshasta su cumplimiento y conser-

vación por órganos competentes

y jerárquicos (4).Lo mismo puede decirse

sobre las Audiencias, obligadas

como estaban a rccoger unavariada gama de registros, queiba desde el libro de la Caja y la

Real Hacienda, del de los votosde los jueces, de los oidores, de

despacho de gobierno y oficio,h a s t a el de los negocios ypleitos, de cédulas y provisiones,de cartas secretas, de consultas

de las residencias y de personasque llegaban al territorio de laAudiencia (5).

Las comunicaciones por escri-to entre España y América, ofi-ciales y particulares, deberían

ser libres, aseguradas y protegi-das por los poderes públicos (6).y en concepto de los reyes, lapapelería y los archivos tenían

una doble función: la principal,administrativa, y la secundaria,

cultural e histÓrica, esta última

con el fin de que se conservara

"la memoria de los hechos me-

morables y señalados", como es-tablece una ordenanza (7).

Característicos son los con-

ceptos acerca de la función his-

(3) Lib. 2, tio 6, leyes 50, 51 Y 52.

(4) Lib. 2, tito 1, ley 30; de Carlos 1, 1540 y de Felipe iv, 1600.

(5) a) Lib. 2, tit. 15, ley 156; ordenanza 11 de Felipe 11, 1563; b) ley 157, ordenanza28, de 1563; e) ley 158, de 1572; d) ley 159, ordenanza 65, de i 563; leyes i 60,161, 162, 164.

(6) Lib. 8, tito 7, leyes 20, 31.

(7 Lib. 2, tito 11, leyes 1, 2, 3.

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tórica de los documentos yarchivos, los cuales correspon-

den al ambiente español coetá-

neo: la historia debía escribirse

para el conocimiento del pasa-

do, en función de las decisionespara el futuro. Esta descripción

historiográfica estaba rigurosa~

mente corttrolada, sin la posibili-dad de librc investigación y pu-blicación de los resultados. Tam-poco fue posible consultar losdocumentos salvo a pocas perso-nas, las cuales estaban obligadasa guardar el secreto o publicar

sólo lo expresamente permitido.

En su tiempo, los archivos co-loniales eran arooivos corrientes

que pertenecían a las institucio-nes u oficinas que los necesita-ban para tramitar los asuntos

cotidianos. En rigor de verdad,

no hubo una preocupación cons-ciente por conservar estos archi-vos con fines netamente científi-cos.. La archivologÍa no se habíadesarrollado aún. A csta circuns-tancia, precisamente, se debeque su conservación se haya he-

cho con vista a las necesidades

prácticas y no sobre los princi-pios archivÍsticos. Entonces, el

valor de la archivalía era infor-

mativo, documental y jurídico;procuraba los datos necesarios

para las administraciones localesy central.

Probablemente el mayor nú-mero de archivos ordenados sedebe a los cabildos de las ciuda-

des, que testimonian las actascapitularcs, conservadas desde

las primeras fundaciones del si-glo XVI en adelante, y quecomprueban la preocupación delas autoridades municipales por

la formación de sus archivos.

Poco antes del movimientorevol ucionario independentista

de los países hispanoamericanos,concretamente en el año 1800,

el Consejo Supremo de las In-dias ordenó a todas las autori-dades coloniales, que no permi-i:eran sacar "ningún papel encopia, ni menos original, sin suconocimiento, y ser necesariopara el servicio y administraciónde justicia cuidando mucho deque en los archivos haya todo

aquel método, economía y or-den que se requiera..." (8).

Hasta el siglo xix losarchivos se conservaban en dis-tintas oficinas, aunque no unifi-cados. Fue a comienzos de este

siglo cuando comenzaron lostrámites y disposiciones destina-

dos a concentrar los mismos enun archivo central o general.

Pero como en muchas otras par-tes, las leyes y reglamentos per-tinentes no se cumplieron con eldebido vigor.

Con la independencia de lospaíses suramericanos, los archi-vos de la época hispánica no

con t inuaron siendo atendidospor las nuevas autoridades, sino

(l:) Almela Melia, Jua. Manual de reparación y conservación de libros. estampas ymanuscritos. México. I. P. G. H.. 1949 (Publicación No. 95) pp. 10-11.

(9) Los Archivos Nacionales de la América Latin La Habana. Archivo Nacional deCuba. 1948, pp. 141-45.

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que se les desplazó a un segun-

do término. De modo que, co-mo todavía no existían archivoscentrales o generales, ni hubo

cuerpos culturales que los reco-gieran, quedaron expuestos a lacomprensión o incomprensiónde las nuevas autoridades. A es-ta circunstancia desfavorable se

une la tendencia nacional, un

tanto antagónica a todo lo que

pertenecía al mundo coloniaL.

Con todo, la conservación delos fondos archivísticos fue másfavorable, en aquellas institu-ciones que no sufrieron cambios

fundamentales, sino que, bajo

otro orden político, continuaronsus actividades, v. gr., las institu-ciones eclesiásticas, las cualesprosiguieron su existencia secu-lar sin mayores problemas, salvocasos excepcionales.

La creación de los archivos

nacionales de los países hispano-

americanos ya es historia bastan-te conocida, y corresponde aRoscoe R. Hil la obra más com-

pleta que trata sobre los mis-

mos. Por ella conocemos que elprimer archivo del Estado de

(Panamá) fue establecido por laley del 7 de febrero de 1885.

No obstante, a pesar de aquellalegislación y de sus oportunasprevisiones, los registros de Pa-

namá hubieron de sufrir las con-tingencias de una atenciÓn negli-gente, y, finalmente, como to-dos sabemos, el establecimientodel Archivo Nacional comoinstitución tuvo lugar en 1912,

gracias a los esfuerzos del Presi-

dente de la República, Dr. Beli-sario Porras, aunque su edificio

vino a ser inaugurado el 15 de

agosto de 1924.

Desde el establecimiento denuestro Archivo Nacional se han

promulgado varias leyes y decre-tos, encontrándose en vigenciala ley orgánica de los Archivos

Nacionales de la República de

Panamá No. 13 de 23 de enerode 1957.

Como ocurre en todas partes,entre la ley promulgada y su

aplicación en la vida real, existetoda una gama de escalones, queva desde el fiel cumplimiento

hasta la completa negligencia o

descuido, y la tergiversación o

actos contrarios. En nuestro ca-

so, aún con los esfuerzos desple-gados por hombres de la talla deManuel María Valdés, MartínAlmanza Caballero, Ricardo Mi-rÓ, Napoleón Arce, Juan Anto-nio Susto y Mario Ilerrera Acos-ta, los archivos nacionales han

llevado una vida lánguida, siem-

pre llena de vicisitudes, como

resultado de la incuria guberna-

mental.Precisa reconceptualizar la

función científica y cultural delos archivos históricos, porque

ellos contienen lo más valiosos

documentos escritos del ayerpróximo o lejano, y por tantoconstituyen las fuentes históri-cas por excelencia.

Panamá tiene un rico arsenalde archivalía histórica, no sóloen los archivos españoles y ame-

ricanos donde se encuentra elmayor caudal de ella, sino tam-bién en la Biblioteca Pública de

París, en el Archivo Vaticano,

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en la Torre d America o Archivode Italia, en Milán, en el BritishMuseum, etc. Como asegura elDr. Gasteazoro, estamos "en po-

sesiÓn de un admirable abolengo

histórico" (10), que no puedepasar inadvertido por el estudio.so de nuestro pasado; porque es

tarea propia de la heurística y

de la hermenéutica históricas,in v e stigar los archivos primafacie. Recordemos con Shellen-berg que, "ningún pueblo puede

considerarse dueño de su propiahistoria, sino cuando sus docu-mentos públicos reunidos, cuida-dos y puestos al alcance del in-vestigador, han sido siste-máticamente estudiados y se haestablecido la trascendencia de

su contenido" (11). Y jamás ol-videmos que el cuidado quenuestro país consagre a la pre-servación del patrimonio de su

pasado puede servir como unafiel medida del grado dc civiliza.ción que ha alcanzado.

Por todas las consideraciones

anteriores, yo diría que ha llega.do la hora decisiva de acometer,

científica y sistemáticamente, latarea de recopilaciÓn integral denuestra archivalía histórica, co-mo la han iniciado países comoMéxico, Nicaragua y Venezuela,

entre otros de nuestro continen-

te.

Hasta el presente todos nues-

tros esfuerzos desplegados enese noble empeño han sido me-ritorios, pero esporádicos y dis-continuos. No ha existido jamásen t r e nosotros un verdaderoequipo de investigadores vincula.do por el mismo ideal científicoen este campo, ni gobiernos que

permanentemente hayan com-prometido sus esfuerzos en unatarea de semejante trascenden-

CIa.

Toca, pues, a esta ilustre Aca-demia -y este es un juicio devalor personal- reclamar el con-

curso de los personeros del ac-

tual gobierno, para encontrar losmedios necesarios a fin de mate-rializar esta excelsa y patrióticaaspiración. Porque es, precisa-mente, la Academia Panaieñade la Historia, la institución que

por sus ejecutorias, jerarquíaÍntelectual y bien logrado presti-gio, constituye la mejor y mássegura garantía para emprendertan ingente tarea.

Sólo así nuestros grandes y ri-cos repositorios documentales,

guardadores de nuestro pretéri-to, darán fiel y cabal cumpli-

miento a la funciÓn científica ycultural que están llamados a

ofrecer.

(lO) Calvo Castilero, Alfredo. Estructuras sociles y económicas de Veragus desde susorígene.s históricos, Siglos XVI y XVII Panamá Editora Panamá, p. 12.

(11) Schellenberg, T. R. La importncia de los archivos. Imprenta de la UniversidadTomás Frías. Vila Imperial dc Potosí. Bolivia 1959, p. 5.

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P AUlJNO ROMER.O C,

Son numerosas las publicacio-nes recientes, cuyos títulos serefieren de manera muy particu-lar al tema relativo a los pre-

juicios sociales. Las razones quejustifican ese análisis son mu-chas; especialmente en este mo-mento en que la humanidad to-da busca afanosamente solucio-nes tendientes a garantizar lapaz y la seguridad inter-nacionales. Es el hombre, preci-samente, en su esfuerzo milena-rio, quien trata de cncontrarse a

sí mismo, de comprender cadavez más los distintos modos deconducta, individual y colectiva,a través de los cuales se mani-

fiesta y comunica dentro delcontexto socÜù. En esa incesan-te búsqueda, que cada día se in-tensifica más y más, el hombrese ha valido de todos los mediosa su alcance: del concurso indis-

pensable de las diversas cienciasexactas, naturales y sociales, delproceso de enseñanza-aprendizaje, de la religión, de latecnología e incluso, en muchoscasos, del empleo de la fuerzabruta. Pero todo el esfuerzo rea-lizado hasta ahora, y de todas

las manifestaciones relativas a laconducta humana han cstado in-fluenciados, según sostienenacreditados cientistas sociales,en un alto porcentaje por losllamados "prejuicios sociales"...

En atención a tales consi-deraciones, trataremos de hacer

un bosquejo histórico acerca delos prejuicios sociales y sus múl-tiples manifestaciones a través

de la conducta humana.Vale la pena empezar por lo

mucho que se ha escrito sobreel tema. Como ejemplo, tene-mos: "Prejuicios sociales", "El

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prejuicio como barrera en la for-mación", "Prejuicios nacio-nales", "Prejuicios, su investiga-

ción y lucha Contra ellos" y mu-chos más que pudiéramos enu-merar, amén de los que des-conocemos. Esto, indudablemen-te nos permite ver claramenteque, en nuestros planteamientos

y enfoques, el problema de losprejuicios no se restringc a loque se llama un lugar obligado.La sola razÓn dc su aparición

global y la profunda dimensión

personal y social de los prejui-cios evidencia la importancia

central que se ha dado a estacuestión; a ello se añade ade-

más, la circunstancia que haya

cobrado en nuestro tiempo elgrado más alto de actualidad. Eldesarrollo de los sucesos socio-

políticos de nuestro pasado másreciente han provocado -tal vezcon sobrada justicia- la refle-xión sobre la mancra de formar-

se los prejuicios, su extensión yconsecuencias, y la ocupación

con grupos de personas con pre-juicios u objeto de ellos. Si nosocupamos con especial atenciónde los sucesos de nuestra época,

sería fácil darnos cuenta decómo pasa el comportamientode quienes están cargados de

prejuicios, de una especie deopinión peyorativa infundadaante cierto grupo, a una actiitudhostil que, luego de llegar a ladifamación y a la discrimina-

ción, termina en descarga de

odio, agresión y hasta en la eli-minación física.

No sólosemitismo

el llamado anti-y demás procedi-

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mientos horrendos con los quese trató de liquidar definitiva-mente la raza y toda acción ju-día en Europa Central, son testi-monios únicos de' la acción ne-gativa de los prejuiciados; exis-ten otros puntos de convergen-

cia y otros campos en los que

sería válida una prolija investiga-ción sobre los prejuicios. Podría-

mos enumerar muchos ejemplossobre el particular, pero sólo de-nunciaremos aquellos que, en laactualidad, tienen mayor reper-cusión mundial: el Apartheid enAfrica del Sur, la discriminación

de los negros en los EstadosUnidos de América, la situaciónde parias de distintos grupos enlas cinco partes del mundo, co-mo los protestantes en España,al serle negada la igualdad reli-giosa de derechos, o a las muje-res, que ~no obstante la cele-bración del "Año Internacionalde la Mujer" - siguen siendo aúnpoco consideradas pese a la pro-gresiva democratización básica.En suma, no se trata de otra co-sa que no sea aquella en que semanifiesta el menosprecio o lapostura hostil antc ciertos gr-pos de personas, ya por razones

étnicas o raciales, ya por dife-rencias religiosas, sociales, ideo-lógicas o inherentes al sexo.

La investigación científica ac-tual de los prejuicios, llevada a

efecto, especialmente en los Es-

tados Unidos, con especial cui-dado y tratando de no caer en

el periodismo, en la populariza-

ción simplificante ni en la meracampaña educativa, ha llegado auna serie de resultados conclu-

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yentes en el campo de la psico-logía profunda y de la psicolo-gía social y política, aun cuandoalguos autores tienen siempredificultad en liberarse de sus

propios prejuicios al tratar derealizar análisis racionales.

En el campo de la sociología,se muestran más borrosas laslíneas de la investigación y losresultados; se tiene, sin embar-

go, que reconocer que en esteproblema de los prejuicios resul-ta casi imposible trazar una lí-nea divisoria entre la sociología

y la psicología social. Empero,

hemos de advertir, que los as-pectos sociológicos serán funda-mentalmente básicos en el enfo-que de nuestras consideraciones.

A pesar de la situación actualde la investigación de los pre-

juicios -hecho que ya hemos re-conocido- nos parece sumamen-te importante dar un vistazo ala existencia de prejuicios a lo

largo de toda la historia de lahumanidad. Los prejuicios tie-nen su fundamento en la natura-leza y esencia mismas del ser

humano. Este ser humano notiene como únicas cualidadesfundamentales la razón, la capa-cidad de entender y una con-ciencia del yo despierta, dedica-

da al examen crítico. Una fuer-za rectora del pensamiento, porlo menos igual, y quizá más

grande, se encuentra en lo in-consciente y preconsciente, en

los impulsos y la cargazón afec-

tiva, con lo que una buena partede la convivencia humana secompone, a menudo, de uncomportamiento y una acción

prerracionales, por no decir anti-rracionales. Con anterioridad aSegismundo Freud, ya el soció-logo italano Vilfredo Pareto ha-

bía señalado que el pensamientodel hombre no determina susobras, sino que, al contrario, supensamiento viene dictado porsu modo de obrar; el comporta-miento social está, en lo esen-cial, enraIzado en su subsuelo

irracional o prerracional, de-

jándose reducir a dos factoresque crean y mantienen la socia-lización: los residuos y los deri-vados. Los residuos que se com-ponen de instintos y actitudesbásicas, y los derivados que, co-mo tales, no representan otracosa que "ideologías encubrido-ras", ancladas en los residuos, y

apoyadas en juicios rígidos dog-máticos, en recurso a autorida-des, en abstracciones simplifica-doras o en pseudo-demostracio-

nes con confusión de concep-tos". A esto podemos agregarlas palabras de AlexanderMitscherlich: "El poder de losprejuicios sobre los hombres estan gigantesco, que todo intentode darse cuenta de su influenciaqueda por debajo de la realidad.Toda teoría psicológica del pre-juicio le quita al tiempo impor-tancia; es mucho peor. Desgra-

ciadamente no cabe práctica-mente aquÍ la exageración".

También se ha dicho, depaso, que tan vieja y permanen-

te como los prejuicios ha mos-trado serlo la reflexión sobre

ellos. Muchas veces coinciden enabsoluto los intentos por vencer

y superar los prejuicios con el

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forcejeo por la verdad, el enten-

dimiento y un conocimiento devalidez eterna. Lo podemos leeren Tucídides: "...los hombres

toman todas las noticias de losantecesores, incluso acerca de lo

ocurrido en la propia tierra, unode otros, por igual, sin compro-barlas... Los más no se pre-ocupan por averiguar la verdad".Y, según Sócrates, cuenta como"malo" quien carece de buenentendimiento, quien está en elerror, quien cae en un engaño.

Frandsco Bacon trató demostrar cuatro fuentes del pen-samiento erróneo, cuatro tipode imágenes engañosas que con-dicionan las experiencias y re-presentaciones del sujeto cog-

noscitivo, dificultando la adqui-

sición de la verdad. En 1765 dioLe Chevalier de J aucourt en la"Encyclopédie" bajo el título"Préjugé" una relación generalde los prejuicios y sus causas,

fundamentándola científicamen-te para su tiempo; y en el últi-mo cuarto del siglo xix se atre-vió Max Nordau a tildar los pre-juicios sociales de mentiras con-vencionales. Pero basta ya de ci-tas-testigos como demostraciónde que los prejuicios y las re-flexiones sobre ellos acompañana la humanidad, si no a lo largode toda su historia, como anota-mo.S anteriormente, al menosdesde la aparición de la cultura.Entremos ahora a analizar la ra-zón de ser de los prejuicios.

Sentido y Significación delos Prejuicios

U na pregunta muy comúnrespecto a este concepto es la

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siguiente: ¿En qué consisten losprejuicios? Sin embargo, en los

círculos científicos no existe to-davía un acuerdo claro acercade la significación de la palabra.

Por ello se ven casi siempre obli-gados los grpos de trabajo allegar, en primer lugar, a unconvenio sobre el sentido y lasignificación de este concepto ysobre su campo de aplicación.Tomemos, por ejemplo, el lugarque ha ido teniendo esta palabraen el alemán. El profesor Ernst

M. W allner, lo describe as í:"Perteneciendo, en un principio,a la terminología jurídica, desig-na una sentencia judicial queprecede a otra, sobre todo a laúltima. En "Vorurteil", muestra

el prefijo "vor" (pre) con trans-

parencia el carácter provisional,la predecisiÓn. La decisión defi-nitiva, comprobada y "objetiva"queda reservada para la senten-cia finaL. Luego de alejarse cadavez más de esta acepción jurídi-ca, toma el concepto, ya en elsiglo xviii, el sentido de "mey-nung" (opinión), "que se haaceptado sin razón suficiente";el prejuicio es "lo opuesto al

juicio comprobado y basado enel conocimiento del hecho".

Una especie de acuerdo dentrodel marco científico supra-nacional se da con la definiciónde Le Chevalier de .J aucourt, yaantes citado, que entiende el

prejuicio' como un juicio fallidoque el espíritu hace sobre la na-turaleza de las cosas con un es-fuerzo insuficiente de la inteli-gencia. Este primer aspecto ge-

neral de la comprensión del

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"prejuicio" armoniza, en gran

parte, con formulaciones moder-nas. Así, por ejemplo, segúnHofstatter, son prejuicios, losjuicios "para cuya formación" la"experiencia propia constituye

una base insuficiente nada más".Según Heintz, se entiende comoprejuicios, en el sentido más am-plio de la palabra, "todos aque-

llos juicios pronunciados sin ha-ber con:probado su validez pormedio de los hechos". Esta con-cepción encierra en sí la espe-ranza y la expectativa de que la

comprobación lleva a unacorrección 'del pre-juicio. Dentrode todo esto, queda, sin duda,el problema -que hay quesubrayar- de si todos los juiciosson verificables por la experien-

cia propia, siendo así que, ~omocada cual ve por sí mismo, en lasociedad industrial tienen que

alimentarse espiritualmente másde experiencias de segunda que

de primera mano. Es además du-

doso que a cada juicio corres-pondan ~ "a posteriori" - he-chos con cuya ayuda puedancomprobarse los pre-juicios. Porúltimo, emplean las mismas for-mas gramaticales y lógicas tantolas constataciones científicas,como las opiniones faltas defundamento y los juicios de va-lor cargados de emoción. Es ex-

tremadamente difícil de demos-trar, por medios de reglas de va-loración con una validez eternaa nuestro entender, la falsedad

de prejuicios en forma de juiciosde valor, cuando estas reglas tie-nen como único marco obligadode referencias criterios determi-nantes que difieren de los de

una sociedad distinta, por ejem-plo, convicciones "a priori" crea-das por la misma sociedad o, almenos, enraizadas en ella. Estoconduce necesariamente a lapregunta de si cabe, y en quémedida, demostrar la falsedad

de una ideología basada en pre-juicios. Con todo, esta significa-ción general del prejuicio haconservado su puesto más quenada en la sociología del copoci-miento.

En las investigaciones recien-tes sobre los prejuicios, prosigue

describiendo Wallner, ha experi-mentado el concepto "V orur-teil" (prejuicio) en alemán unestrechamiento y una acentua-

ción específica bajo la influenciade la psicología y sociología

americanas de después de la gue-rra. El elemento cognoscitivo

ha pasado claramente a un se-gundo plano. Según EmerichFrancis, hay que considerarcomo prejuicio una actitud "porla que se juzga a un individuono de acuerdo con su valía per-sonal, sino por su origen; sobre

todo, si se le atribuyen, sincomprobar razonablemente loshechos, ciertas cualidades por elmero hecho de considerárselas(equivocadamente, por regla ge-neral) como típicas del grupodentro del que se le clasifica".De forma más negativa y acen-tuada, designa I1arding el pre-juicio, sencilamente definiéndo-

lo como "una actitud recusanteétnica". Alphons Silbermann ha-

bla incluso, sin rodeos, del "pre-juicio (social), llamado anti-

semitismo". El hecho de colocar

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el preJUICIO en el plano de una

actitud, de una postura y unaconvicción cargados de senti-mientos e (o) impulsos, muestra

ya por sí solo la traslación delcentro de gravedad de lo racio-nal a las capas emocionales y

volitivas del ser anímico. Conello surgen, sin embargo, dificul-tades considerables al tratar dehacer frente, y no digamos ya

de desarmar, al que tiene pre-juicios, con argumentos racio-

nales. Hay casos, incluso, en quela experiencia contradictoriaapenas alcanza a conmover losprejuicios en su calidad de acti-tudes fundamentales y de postu-ras por principio. La acentua-

ciÓn del elemento irracional enla formación y en la persistenciade los prejuicios lleva necesaria-

mente a una limitación del cuer-po de investigación. Según laacepción de Max Scheler, pue-den descartarse el conocimientotécnico, el conocimiento empíri-co de los procesos en nuestroperimundo de la naturaleza, elsaber científico, el denominadoconocimiento del dominio y dela efectividad, o el saber que, se-

gún la concepción de AlfredWeber, se incrementa, afina yperfecciona en un progreso as-cendente en línea recta en el pro-ceso de la civilización humana;en ninguno de ellos parecen tenerimportancia alguna los prejuiciossegún la significaciÓn estrechaque contienen las últimas defini-ciones. Los focos de estos pre-juicios se hallan, casi exclusiva-

mente, en el campo socio-cultu-ral, en los denominados conoci-mientos sociales y culturales,

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donde la racionalidad, el empi-rismo y la exactitud ceden el

paso a la irracionalidad y a ele-mentos intuitivos y emocionales.Hay, evidentemente, que consi-derar todavía si no puede limi-tarse aún más este espacio, si nopueden excluirse ciertos sectoresde la cultura como base de pre-juicios sociales. En el terrenodel arte pueden mantenerse pun-tos de vista diferentes, acep-

tarse corrientes y estilos opues-

tos, y expresarse concepcio-nes anticuadas, sin que ten-gan que resultar consecuente-

mente de ello prejuicios sociales.En el campo de la religión esmás problemático, no por el he-cho de que se crean ciertas ver-dades sagradas, sino porque lahistoria muestra que los creyen-tes, como seres limitados e im-perfectos, han tratado a veces

de imponer su concepción reli-giosa no sin difamación e intole-rancia, e incluso por el fuego yla espada, a grupos de otra fe.En esto se trata más que nadaen nuestro tiempo de sucedá-neos de religión, o ideologías

que anuncian una pretendida re-velación nueva, como, por ejem-

plo, el racismo y el etnocentris-

mo, en cuyo seno, ya desde unprincipio, crecieron prejuicios

sociales en forma de sentimien-tos negativos y hostiles. La reli-gión y las concepciones similaresa ella, como bases sobre las queorientar las concepciones, el

comportamiento y las obras,con su carácter normativo, noparecen permitir el que se ciña

el concepto de prejuicio al puro

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campo de lo social. Al fin y alcabo, es el mismo hombre quienrealiza la cultura en el sentido

más amplio de la palabra, quieninterioriza ciertas normas y vive,no sólo en la sociedad, sino lasociedad misma. Los prejuiciossociales en sentido estricto son,por tanto, actitudes negativas

que se manifiestan en el espaciosocio-cultural, radicando en ca.pas de sentimientos e impulsos

como postura por principio, ydirigidas contra grupos o clases

de personas, o contra sus miem-bros individuales.

Carácter Social de los Prejuicios

Cada cual puede, sin duda, te-ner y cultivar sus prejuicios par-

ticularmente individuales; enconjunto, sin embargo, tienencarácter colectivo. los prejuiciossociales. En realidad, sólo co-bran forma los sucesos socialesen el individuo y sólo este indi-viduo humano toma concienciade ellos como algo real y que seestá realizando, de manera quesólo la persona puede ser el su-jeto inmediato de juicios de va-lor. Pero la validez de éstos se

garantiza sólo por la comunica-

ción de los individuos entre sí,

por el asentimiento, la confor-

midad y la adhesión de los de-más. Arnold completa la afirma-ción de que "la sociedad esesencialmente la substancia delindividuo" con una referencia"a la sociedad inmigrada en el

individuo" y al individuo como"forma de reflexión del procesosocial". Por tanto, aun cuando

los prejuicios sociales sólo pue-

dan patentizar se a través de se-

res humanos individuales, creany toman su orientación sólo enel seno de una estructura sociaL.

En el marco de esta estructu-ra social llena de prejuicios, consus actitudes negativas, de carác-

ter adversativo, se encuentra -loque nos obliga a completar lasdefiniciones que se referían sólo

a posturas hostiles- casi con

igual frecuencia, valoraciones

positivas y posturas de asenti-miento; claro que frente al pro-pio grupo, es decir, sentimientos

de resultados con caráctercohesivo, que aseguran la exis-tencia del grupo. Independiente-

mente de esto, desempeñan los

prejuicios una función de des-

carga en la existencia, aun cuan-do haya de considerárselos, porotro lado, como una carga, comouna verdadera maldición. Al en-

focar, como estamos enfocando,el tema de "los prejuicios socia-les desde el punto de vista histó-rico", no podemos, ni en lo másminimo, rehuir la investigación

de la necesidad y del daño de

los mismos, teniendo, por elcontrario, que esforzarnos por

responder esta cuestión con elgrado más alto de objetividad al-canzable.

1. Cabe decir, ~n varios pun-tos, lo siguiente sobre la compo-nente que tienen los prejuiciosde descarga y de seguridad de laconvivencia social:

a) Los prejuicios constituyen

una ayuda necesaria para laorientación en nuestro perimun-

do humano. A la diferenciación

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social en grupos, estratos, etc.corresponde una variedad de pa-peles, conectados con expecta-

ciones referentes al comporta-

miento, distintas para cada caso,por ejemplo, padre, madre, co-

merciante, extraño. Las figurasde esos papeles tienen un carác-

ter generalizante y clasificatorio;al cabo, se consigue únicamentepor medio de representacionesesquematizadas captar el peri-mundo social. Si el hombre tie-ne, como ha formulado acerta-damente Arnold Gehlen, "la ca-pacidad de formar categoríasconceptuales básicas, muy nu-merosas, movibles.. y la necesi-dad elemental, instintiva, arrai-. ., " .gada en su constitucion arries-gada", de introducir en el desor-

den semi-ordenado del l1ujo delos sucesos y del mundo de laexperiencia un máximo de or-den, relación y regularidad inter-pretados", entonces amplía esta

introducción de interpretacione~todo un tejido de prejuicios so-ciales, que contribuyen a la esta-bilización del perimundo. .El ni-ño aprende estas simplificacio-nes clasificadoras según las que,por ejemplo, como en el sencillocontraste entre lo bueno y lomalo en el cuento, la madrastrasiempre es mala. Ni el adoles-

cente ni el adulto alcanzan a re-

e o nocer estas generalizacionescomo algo provisional, ni a com-probarlas por medio de expe-

riencias de primera mano. Laafirmación de que el hombre es-taría condenado a una pasividadtotal si pretendiese llegar a una

precisión científica en todas sus

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suposiClOnes (generalizantes), no

requiere ningún retoque.b) Se debe menos a lo que se

designa como nuestra naturale-za, :iuestra herencia, que a laspre-decisiones que se nos inculcaen los primeros años de la ni-ñez, el que aceptemos ciertassimplificaciones y generalizacio-

nes, o sea prejuicios, al darnos

esta adhesión no sólo una sen-

sación de contento, sino tam-bién de confirmación propia y

de seguridad. Goethe, que acen-

túa más la componente de la he-rencia biológica, sostuvo que

tanto en el saber, ,::omo en el

obrar, todo lo decide el prejui-cio... Es una afirmaciÓn o nega-ción de lo que corresponde ocontradice a nuestra naturaleza;

es un truco alegre de nuestra

esencia viva... en favor de todocon lo que nos sentimos en ar-

monía". Mitscherlich expresa elmismo pensamiento en formamás moderna, al señalar que losprejuicios ahorrarían defensa alyo; que le apoyarían en su tarea

de asegurar el placer y evitar eldesagrado".

c) El hombre está dispuestoelementalmente para la vida engrupos pequeños como son fa-milia, parentela, vecindad o co-munidad. Por muchas dimensio-nes que tenga la vida social, loque garantiza la uniÓn a través

del tiempo no es sólo la con-fianza con el círculo de perso-

nas y su campo de actividades,sino, más que nada, las costum-bres, valoraciones y normas deconducta comunes. Los másíntimos y los más cercanos se

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entienden a sí mismos como"unidad del nosotros", frente ala que los demás se califican de"grupo(s) de cllos". Después de

haber mostrado los prejuiciossociales como actitudes, resulta,por razón de la seguridad de lacohesión del grupo, como acti-tud con fundamento emocional,una valoración favorable delpropio grupo. Los miembros del

grupo se orientan según las vir-tudes básicas y los rasgos ejem-

plares atribuidos al grupo pro~

pio. La imagen propia, resaltadaen el sentido de un prejuicio so-cial, transmitida por la educa-

ción y el ejemplo, confiere aplo-

mo en situaciones apuradas.Pongo de ejemplo el autoeste-reotipo de los heleno s frente a

los grupos extraños de bárbaros

y la autodesignación de los pue-

blos primitivos como "hom-bres", mientras que a los extra-ños se les designa como "tarta-mudos", "tartajosos" o "mu-dos" solamente. Pero tampococn nuestras latitudes se concede,como es bien comprensible, ape-nas importancia al ex traño, allugar y a la comunidad, al "de

fuera"; y no es difícil de enten-

der el que los vecinos de un lu-gar, convencidos de su saber ycap acidad, tarden tiempo endesvanecer la desconfianza fren-tc a un refugiado y sólo después

de un proceso de adaptaciÓn le

permitan participar en la activi-dad de la comunidad". Cabe se-ñalar también a este respecto lacndogamia religiosa, es decir, larecomendación y el mandamien-

to de no contraer un matrimo-nio mixto, cn bien de la homo-

geneidad de la familia como

"grupos del nosotros " y de launidad y consistencia de la edu-cación de los hijos.

d) Se echa de ver, dentro dealgunos estratos y de algunasclases de gente, que, por ejem-

plo, la juventud, en camino dercmplazar a una generación más

madura, estando innuida conmás fuerza por lo irracional,presenta casi siempre una ima-

gen de sí misma y un programaque arranca dc ciertas actitudesy pre-decisiones. Por medio debarreras sociales, cuya necesidadse justifica ideológicamente, se

protegen capas sociales, csta-mentos y clases contra la infi-tración desde abajo.

e) Al fijarse cn los ¡"irandes gTU-

pos, se muestra claramente que

tanto los estados, como las es-tructuras semejantes a ellos,independientemente de que seala lengua, la proveniencia o la

religión lo que les confiera launidad y las separe de otras es-tructuras, se han mantenido has-ta hoy unidos por fuerzas inte-grantes con carácter de prejui-cios sociales y por un auto-esteriotipo halagüeño, llegando

desde el totemismo y los mitosacerca de la creación con refe-rencia al pueblo elegido, hasta elesfuerzo por lograr una con-ciencia, más o menos justificada,de una misión. incluso los nuc-vos estados buscan sostén y con-sistencia por medio de factorcsIrracionales, ~ímbolos, himnos,banderas, emblemas, actitudese m o t i vas y concepcionesprerracionales. Cabe destacar

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aquÍ, junto a la gestación de laRepública Federal Alemana, ladel Estado de Israel, que debesu fundación, en lo esencial, alsionismo mundiaL. Relativo a es-to, vale la pena tomar en cuentalas manifestaciones de AlbertEinstein, de que las naciones

han de seguir su propio camino

y de que los judíos debieran de

tomar de nuevo conciencia desu existencia como nación; deque los judíos debieran aprenderde nuevo a reconocer su historiay sus predecesores, y a hacerse

cargo de tareas culturales pormedio de las que pueda fortale-cerse el sentimiento de comuni-dad.

2. En contraposición a estas

funciones de descarga vital y deseguridad de la existencia delgrpo que tienen los prejuiciossociales, se encuentran las fun-ciones adversativas y de carga.

Mencionemos a continuación al-gunos aspectos:

a) Las simplificaciones genera-

lizantes y clasificatorias que yahan sido antes expuestas y seña-

ladas como ayuda para la orien-tación en el espacio social, lle-van a una comprensión falsa dela realidad social, al determinar

con uno o con pocos rasgos ais-lados la imagen total, aparecien-do éstos "por tanto en nuestra

primera impresión como muchomás importantes de lo que en sípueden serlo". Este "efecto dehalo" confiere a los rasgos indi-

viduales una "funciÓn de valorexcesivo", haciendo, por ejem-

plo, corresponder siempre al es-tereotipo "enemigo" los rasgos

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"cruel", "sediento de poder",

"malo", "vanidoso" u otros delestilo. Un ejemplo elocuente deesto y de la oscilación emotiva

bajo la presión de la constela-

ción política respectiva, nos loda la imagen que de los rusostenían los americanos en t942 ó1948. En 1942 ~o sea durante1 a c onfratemidad de armas-eran considerados los rusos porsólo el tres porciento (3%) de

los interrogados como vanido-

sos, por sólo el nueve porciento

(9%) como crueles, y por el48% como valientes; en cambio,en 1948 -o sea seis años des-pués- tenía el 28% de los inte-rrogados como vanidosos, d 5 %

por crueles y sólo el 28% porvalientes. La conexión causal deeste cambio con la aparición dela tensión entre el Este y elOeste, e ineluso de la enemistad

a partir de 1947, es a todas lu-

ces evidente. Al mismo tiempo,muestra este ejemplo qué pocaplausibilidad cabe atribuir a talesimágenes del extraño.

b) Las opiniones estereotipa-das y los tópicos marcan, comogeneralizaciones rígidas y vulga-

rizaciones, en su calidad de pre-

decisiones, ya en la primera ni-ñez, direcciones para una com-prensiÓn parcial de la realidad

sociaL. El niño a quien se le hainculcado miedo hacia los gita-nos o los negros, guarda durante

toda su vida una antipatía hacia

esos grupos étnicos. Esta com-

prensión parcial, en clisé, puedeconducir a la ofuscaciÓn e inclu-so hasta el engaño de sí mismo.De acuerdo con un prejuicio

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americano, se considera lo deno-minado como "anglosajón"como de un prestigio especial,teniéndose a las muchachas de

origen anglosajón por más gua-

pas y atractivas que las de pro-cedencia italiana o judía. Estu-

diantes americanos seleccionaronen una primera prueba una seriede retratos de muchachas atrac-tivas que se les había mostrado,en el orden en que más les gus-taban. En una segunda prueba,

más tarde, se pusieron a las fo-tografías nombres ficticios, peroque dejaban ver claramente laprocedencia anglosajona, italianao judía. En la nueva ordenación

pasaron las fotos con nombres

anglosajones, casi sin excepción,a ocupar los primeros puestos,

aun tratándose de muchachasmenos guapas, mientras que lasportadoras de nombres italianosy judíos descendían a las zonasbajas.

c) No sería tan terrible la co-sa, si la "unidad del nosotros",el propio grupo, se conformase

con la imagen de sí mismo, por

halagüeña que fuese. Pero no esasí; desde el punto de vista delgrupo propio constituyen losdemás "grupos extraños" -conlos que no puede evitarse elcontacto social, pero contra losque uno se asegura defendiendo

el poder, insistiendo en los pri-vilegios y creando imágenes delo extraño cargadas de prejui-cios- heteroestereotipos en los

que tacha a los demás, pormedio de iguales generaliza-ciones, ahora que con signoopuesto, de inferiores, de taima-

dos y falsos, de herejes y des-creídos, de negados para la cul-tura o de amorales. Así han he-

cho, por ejemplo, los espartanos

con los ilotas, la nobleza con laburguesía y las castas superiorescon los intocables. En latín se

daba a entender con el mismoconcepto de "hostis" tanto alextraño como el enemigo delEstado. Esta clasificación valora-tiva está profundamente enraiza-da en el plano de los sentimien-

tos e impulsos y se deja reco-nocer como prejuicio social porsu negativa actitud por princi-pio. Independientemente de lascausas que producen una actitudcon prejuicios, lo que constituyeun problema (social) psicológi-co; independientemente de si lasfrustraciones se sedimentan enresentimientos; de si los impul-

sos agresivos buscan víctimas

propiciatorias en que descargar-

se; de si compensan la debilidady la inseguridad propias con ata-ques a los que aun son más dé-biles; de si el miedo al fracaso

en la lucha con la competencia

y el temor de que se mine lacohesión del grupo propio alrespetar los grupos extraños pro-ducen una desazón interior; desi en un pueblo se encuentran,

en cantidad anormal, personas

"autoritarias", como suele decir-se; de si, finalmente, la regla

dictatorial de una poderosa fuer-za a su clique a un conformismoen masa del que, por razón delprestigio social, del sostenimien-

to de la existencia de la famila

y de la propia, no cree poder

librarse nadie por su cuenta; desi todas estas causas juegan un

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papel por separado o en conjun-

to; aparte de todo eso, hay quehacer constar que la actitud car-gada de prejuicios, con falsas ra.cionalizaciones en la doctrina

con que se justifica, no se quedasólo en la xenofobia, en meras

descargas verbales de odio hacialos "demás". Podría sacarse a laluz, en forma de una película

histórica, sin dificultad, la suce-

sión terrible de derramamientosde sangre, i:arnicerías en masa,

deportaciones, destierros y ex-

terminio a que han llevado losprejuicios sociales.

d) Al traer a la memoria la

estructuración y los estratos deuna sociedad, se echa de ver,por ejemplo, cómo durante lamonarquía alemana, sufrían unaselección negativa, tanto los ca-tólicos en los Estados alemanes

regidos por protestantes, comolos protestantes en los domina-

dos por católicos, al"tener cerra-do el paso hacia los altos cargosy los puestos clave, por formar

parte, respectivamente, de laciudadanía de segunda clase; cÓ-mo ha dificultado la emancipa-ción real de la mujer la imagen

de extraño, cargada de prejui-cios, que circula entre los hom~

bres, del papel a esperar de la

mujer; cómo, por último, se cla-sifican en los círculos de pobla-ción alemana frecuentemente lostrabaj adores extranjeros, de

cuyo trabajo se sacan beneficios,como pertenecientes a una cate-goría humana inferior.

e) Como ya se ha indicado,está hecho el hombre, como sersocial, para vivir en el seno de

78

estructuras sociales. En un Esta-do con una población compues-

ta de varios pueblos, se distin-guen por muchos rasgos las mi-norías étnicas del pueblo mayo-ritario, que, como suele decirse,sostiene el Estado. Esta mayoríaejerce por su poder dominante ysu prestigio, ~n bien de la uni-dad y la unión de la comunidadestatal,ùna influencia, en parteejemplar y en pare represiva so-bre la minoría con el fin de asi-milarla por medio de la absor-ción en otro pueblo, el cambio

de lengua, de religión, etc. Asífueron pasados al inglés los ir-landeses que hablaban una len-gua celta; la burguesía ciudada-na alemana en Hungría se disol-vió en gran número dentro de lahúngara; parte de la población

búlgara que había aceptado elislamismo prefirieron, al serliberada Bulgaria de la domina-

ción oto mona, abandonar su pa-tria de origen para establecerse

de nuevo entre los turcos deAnatolia, con los que estabanemparentados en la religión. Laspersonas emprendedoras conambiciones sucumben, las másde las veces por faltarles dentrod e su propio grupo oportu-nidades de movilidad vertical ha-cia arriba, a la atracción o pre-

sión hacia la asimilación. Depresentarse una resistencia recal-citrante contra ella, recurre elgrupo en mayoría a represaliasmás fuertes, a actitudes de des-precio o a la declaración de los

minoritarios como enemigos delEstado. Hoy crean las posturasopuestas entre sí de mayoría y

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minoría, por ejemplo, en el país

vasco, campos de tensiones, quese descargan en choques, protes-tas y manifestaciones. Donde,

por parte del grupo mayoritario,

no parece deseable la asimila-ción o se la rechaza, pasa la

minoría a ser objeto de menos-

precio, discriminación, persecu-

ción. Baste aquÍ con recordar loocurrido con los judíos bajo Hi-der. N o es raro que un grupo ma-yoritario influyente y con prejui-cios imponga a los individuos deun "gipo de ellos" un compor-

tamiento esperado de grado infe-rior, de manera que se patenticela posición más baja de losmiembros del grupo extraño. Si,en ese caso, debido a la imposi-ción del papel esperado, se ven

limitados o impedidos en sucampo de acciÓn y privados dereconocimiento, como seres"marcados", surge frecuente-mente entre los elementos capa-ces de la capa superior de este

grupo extraño, como consecuen-cia inevitable, un odio hacia símismo que destruye la persona-lidad. Buena prueba de ello dancasos de judíos y negros en losEstados Unidos de América.

Hagamos una recapitulación:aun en la comparaciÓn de las se-cuencias cohesivas y adversativas

de los prejuicios no cabe poneren duda su importancia comoayudas para la orientación y co-mo factores que aseguran laexistencia del grupo, se transpa-

rentan, por otro lado, en una

medida aplastante, los elementosnegativos, se echan de ver peli-gros tremendos y consecuencias

funestas, por culpa de los prejui-cios sociales. No sólo sufren gru-pos al igual que individuos al servíctimas de los prejuicios, sinoque los mismos que tienen pre-juicios llegan a perder su digni-

dad humana, lo que no es me-nos grave.

Pareceres Generales aeerca de losPrejuicios

Este estudio quedaría in-completo, si se dejaran sin ana-lizar algunos pareceres acerca delos prejuicios en general.

El profesor Ernst M. Walner,enumera cuatro puntos, en losque desarolla estos pareceres:

1. ASÍ, se recalca que lo espe-

cial del problema de los prejui-cios consiste en que, mientras

por un lado, por así decir con

"buena fe", se mantiene la "pre-tensión rechazada de verdad"del prejuicio, se intenta por elotro lado presentarlo provisto

de una justificación aseguradacientíficamente, aun cuandotanto él mismo, como su an-tirracIonalidad, sean resultado

de procesos no conscientes.Están fuera de toda duda lasafirmaciones sobre el fundamen-to irracional de los prejuicios y

sobre los intentos de justificarcientíficamente los prejuicios.En cambio, hay una clara con-tradicción en la frase de que se

mantienen con "buena fe" una"pretensión rechazada de ver-dad". Ya de por sí solo, ,evelael intento de desoír el "rechace

de la pretensión de verdad" y ladisparidad que por ello implica,un acto de reflexión y, al tiem-

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po un golpe mortal para la"buena fe", entendida como"aceptación sin reservas menta-

les". Bien puede, en algunoscasos, ner un prejuicio un juiciode "buena fe", proveniente de

una constatación desprovista decrítica; pero la aceptación ytransmisión de opiniones sincontrol, al igual que el compor-tamiento social que tiene lugar,pest;o a una posibilidad dereflexión, prescindiendo de laresponsabilidad propia, represen-

tan una ingenuidad que no seencuentra bajo el signo de la"buena fe", sino de la negli-gencia y de la culpabilidad pro-pia. Si se admite que los prejui-cios en sentido estricto son acti-tudes hostiles y valoracioneshalagüeñas de sí mismo, hayque reconocer que nunca enabsoluto aparecen sin ir acompa-ñadas de segundas intenciones.Todavía queda por poner lo si-guiente a la afirmación de quela pretensión rechazada de ver-dad se mantiene de buena fe:aunque puede darse aquí o alláel caso de que, batiéndose en re-tirada, conduzca la reflexiónsobre la pretensión de verdad delos prejuicios a una huida enposturas rígidas y cerradas, des-pierta, al tiempo, en el hombrealgo así como un órgano quehace posible una comprensiónmás razonable y decisiones me-jores.

Transpongamos estos pensa-mientos a la era del nacional

socialismo: en ese tiempo, pre-ñado de prejuicios, no ha queda-do libre de culpa ni siquiera el80

que no ha tocado ni un pelo aninguno de los pertenecientes alos grpos difamados, ya sólopor el hecho de no haberseo puesto a lo que estabaocurriendo. Es cierto que sepropagaron concepciones colec-tivas y que se habló de un sabercolectivo y de que debían de se-guirse normas colectivas "pro-pias del pueblo" como guía del

comportamiento de la sociedadalemana de entonces. Pero en lamedida en que el comporta-miento social sólo se manifiestaen individuos, no pudo produ-cirse ninguna conciencia colecti-va. Por ello, no hay tampoconinguna culpa colectiva, sinoinnumerables individuos culpa-bles, que no mantuvieron preci-samente de "buena fe" la pre-tensión rechazada de verdad de

los prejuicios, sino que se desen-

tendieron -sean como fuerensus segundas intenciones- de su

responsabildad propia, teniendo

así culpa propia en la negación

de su incumbencia personal,siendo así que hubiesen bastadouna reflexión y un control de sí

mismo para encontrar muchasposibilidades distintas de deci-

dirse.

2. En muchos casos convienetomar una actitud muy críticafrente a la afirmación de que to-do complejo social contiene ungrano de verdad. Cuando en laimagen de extraño que, en losEstados Unidos, se hace la ma-

yoría blanca, de los negros, apa-recen éstos como seres humanoscriminales, '/iciosos, "iagos, apáti-cos y sin interés por la educa-

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ción, es justo hacer la pregunta

de hasta qué punto les ha lleva-do a esta situación su nivel devida más bajo, las viviendas defi-cientes, pobreza, enfermedad,

exclusión de las instituciones deenseñanza e incluso el papel quese ha atribuido a los negros. En

el fondo, hay que comprobartambién si no puede ser que losmétodos educativos y los mane-jos del grupo mayoritario, carga-

do de prejuicios, no se hayanaún mostrado suficientementeeficaces. Actualmente se presen-tan en todos los países en desa-

rrollo los problemas de unaaculturación libre de sacudidas yde una adaptación a la sociedadindustrial que salve el retraso entiempo y experiencias.

Quedan aún por mencionardos puntos de vista cuya ampli-tud es del orden de la historiamundial.

3. Cabría formular en la si-guiente forma a una suposición

escéptica, aunque no disparata-da: al sentar cada sistema social

sus normas de valor como obli-gatorias y mostrarse en ciertasmanifestaciones culturales, vivenlos hombres dentro de los pre-juicios de su sistema social en

actitudes condicionadas por lasociedad. De un examen generalsobre el conjunto de las socieda-des humanas pueden extraersetres tipos amplios de prejuiciossociales: a) comunes a todos loshombres, como la antinomia, defundamento emotivo y volitivode los grupos de relación amigo-

enemigo; b) prejuicios típicos de

un sistema social, como porejemplo, en las sociedades de al-ta cultura feudales o de burgue-

sía ciudadana, el aferrarse a unaestructura social escalonada, a

ordenaciones en capas, estamen-

tos o castas, como si hubiesen

sido instituidas con la creación

del mundo; c) prejuicios típicosde una época o de un área cul-tural, de acuerdo con las respec-tivas concepciones vigentes so-bre los valores. Entrarían en es-te grupo, en el occidente, desde

el final de la edad media: (1).

Pretensiones de hegemonía relio-gioso-eclesiásticas con actitudesde intolerancia, que condujerona guerras religiosas, autos de fe,noches de San Bartolomé y laguerra de los treinta años; (2).Posteriormente (aun cuando yaaparecieron antes) pre-disposi-ciones dinásticas, con ambicio-

nes de poderío injustificables ra-cionalmente, que transformaron

por mucho tiempo Europa enun campo de batalla; (3), en lossiglos xix Y xx un nacio-nalismo desproporcionado, in-cluyendo un imperialismo conuna dogmática providencialistadesatinada, que debía justificarla sumisión del globo bajo unas

pocas grandes potencias; (4),finalmente, en el siglo XX,orientaciones político-ideológicas, materializadas porgrandes grupos enfrentados en

lucha, en un atrincheramiento

permanente. Lo realmenteinquietante aquí es que, pese ala acentuación de la dignidadhumana y de la emancipacióndel individuo de su "estado deirresponsabilidad por culpa pro-

SI

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pia", sigue habiendo una coac-

ción fundamental que amedren-

ta al individuo y le fuerza a ser

conformista. Esto se extiende,

presentándose en ropajes dife-rentes, desde la sentencia vigen-

te dc "cuius regio - eius reli-gio'., pasando por las de "cuiusgubernator - eius subiectus" y" cuius status - cius natio",

hasta el principio "cuius hemis-

p h a e r i u m eius doctrina".Tratándose, en un principio, deconversiones forzadas, luego de

anexiones por intercses políticosde una casa real y, más tarde,de medidas para integrar unpueblo en otro y represaliascontra los reacios a la asimila-

ción y los no asimilab les, hoy,finalmente, se ve objeto de per..secución quien juzga posible unamejora de la situación económi-

ca, social y política también

según una concepción diferentede la oficial. :El liquidar aquí losprejuicios, equivaldría casi, de

verdad, J. un trabajo de Sísifo.

4. El avance de la humanidadse ha caracterizado, en losúltimos siglos, por un enriqueci-

miento y perfeccionamientoextraordinarios de la civilizacióntécnica y de los procedimientos

metódicos para la adquisiciÓn deconocimientos en todos loscampos de la ciencia. Por eso sehabla del progreso nunca sospe-

chado del saber de nuestra civili-zación, con ayuda de la razón yde la experimentación. Pero, en

cambio, en el campo socio-cultural, dirías e que la corrientede los sucesos discurre en formacíclica o periódica, como la os-

82

cIlación de mareas. De acuerdocon eso, habrían dc sucederse

siempre: guerra y paz, avancecultural y destrucciÓn, virtud y

depravación, rcIno de la razón ypoderío arbitrario. Comprendi-

dos en este ritmo se habrían de

substituir mutuamentc la dispo-sición pacífica y la descarga de

odio. Esta repetición constante

y casi regular de lo igual hace

aparecer el esfuerzo por eliminar

los prejuicios como ilusorio.

Queda un balance un tantofavorable de todo cuanto hemostratado de resumir aquí, basado

cn el estudio profundo de los"prejuicios sociales", en los queel profesor W allner ha hecho

aportaciones valiosas.

Notamos, por ejemplo, que allado de estos índices de una de-

mocratización fundamental en

progreso, puede observarse en

detalle cómo se abre camino ca-da vez más la idea de la tole-rancia en el campo de las confe-siones religiosas y cómo lleva eldiálogo entre Iglesias a actitudescomprensivas y abiertas.

A 1 a vance de las ciencias

exactas se une el progreso de lasciencias sociales. Ocupan cn to-do el mundo -en Occidente y enel Oriente- un espacio cada vez

más amplio y quizá logren conel tiempo, allanar caminos para

un entendimiento de los pueblosy de distintos grupos sociales

entre sí.

Luego de constatar cuántosplanos de la existencia han pasa-do a ser objeto de la ciencia, yel aumento de las posibilidades

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de los ciudadanos para llegarhasta las fuentes de la educa-

ción, no parece completamente

ilusoria la fe en el éxito de lalucha contra la educación insufi-ciente, como foco de prejuiciossociales. La gran oportunidad deeliminar los prejuicios se halla

contenida en la educación de unpensamiento y un modo deobrar consciente de su responsa-

bilidad. Hay que tratar de for-mar un perimundo social, unasociedad abierta y tolerante, enla que ciertos antecedentes y

predecisiones, sin los que no

h a y convivencia, excluyan laaparición de prejuicios. Por me-dio de la educación habría delograrse, poco a poco, la canali-zación sana de la emotividad e

impulsividad y, de requerirse to-davía una víctima propiciatoriapara la descarga de agresión,buscar combatir como enemigola pobreza, el hambre, enferme-

dad y miseria, pero no al hom-bre como hermano, sin diferen-cia de origen, religiÓn, raza osexo. Tal debiera ser -libre de

prejuicios- la esperanza denuestro presente.

FUENTE DE INFORMACION:

Walner, Ernst M. "Prejuicio y sociedad", EDUCACION, VoL. 8, República Federal deAlemania, 1973.

Schelsky, Helmut. "El hombre en la civilización científica y otros ensayos", BuenosAires, Argentina, 1967.

Friedrkh. Hugo. "Humanismo occidental", Buenos Aies, Argentina, 1973.

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Cn,ii;('((,i. r i1I1P('lol((,"

V KC1'OH MQ 'FJRA NCESCTH

Es un hecho accptado que no

todas las personas guardan me-

moria fiel respecto a un mismosuceso. Por ello acepto con anti-cipo la cadena de infidelidadesde que pudiera hacer gala mimemoria al relatar la más impor-tante experiencia rccogida -másbien vivida- por mí en ninguna

otra asociación.

Pero tomemos las cosas por elprincipio. El distinguido amigo

Edison ~Simons, actual funcio-nario del Instituto Nacional de

Cultura (INAC) y con quien re-cién acabo de trabar amistad,me solicitó diera a la estampauna imagen, aunque fuera im-precisa, de lo que fue el origen

y trayectoria del Grupo "De-metrio Herrera Sevilano" de Ar-tistas e Intelectuales panameños.

La petición dc Simons surgió

al calor siempre estimulante de

84

esas conversaciones que suelen

encender los espíritus amantes

del arte y la cultura en general.

Palique s éstos que hermanan alos hombres, porque les permiteese mágico hechizo dc volver lamemoria a los confines de unpasado nada remoto, pero a ve-ces soterrado bajo el peso denucvas tareas que nos acarrea elpresente.

Al golpe de no se qué tema,

le sugcrí al amigo Simons la ne-cesidad casi impostergable del

IN AC de rccoger y publicar lasjornadas del Grupo "DemetrioHerrcra Sevillano" por parecer-

me interesante como materialpara la investigación de futuros

ensayistas, o de aquellos que,por razón de su oficio, deseenprobar que en este país siempre

hubo secuencia gene racional en

el quehacer político y literario.

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De allí, pues, que me embar-que en esta tarea en que mi me-moria no es mi mejor compañe-

ra.

Si por alguna circunstancia

puedo ubicarme en el tiempo yespacio para fijar el punto apro-ximado en que se inician los he-chos, es porque recuerdo los su-cesos que para mí guardanexcepcional importancia comovivencia personal y política: yoestaba recién casado en mi pri-mer matrimonio -que fue brevey dramático- y el Coronel José

A. Remón llevaba dos años degobierno férreo en el país, loque obligó al silencio de una opo-sición cuyos mejores adalides es.taban en la cárcel, en el exilio orumiando su ira impotente encualquier sitio. Transcurría el

año 1953 ó 1954.

En el interÍn en que pesaba

como plancha de plomo sobre lapatria la administración de la

Coalición Patriótica Nacional

(CPN) y la Alianza Civilista(oposición versallesca) se reple-gaba a un mutismo de auténticac o m plicidad, nacía el Grupo"Demetrio Herrera Sevillano".

Un día ~no recuerdo la fechaexacta- el fraternal amigo ycompañero de tantas penas ymezquinas bonanzas, Alvaro Me-néndez Franco, me abordó y medio a leer un documento mi-meografiado. El mismo teníaunos espacios para llenar el inte-resado que, de estar de acuerdo,debÙ firmar. La fira era uncompromiso: afiliarse al Grupo"Demetrio Herrera Sevilano'..

Alvaro me explicó las inten-ciones del grupo y los compañe-ros. y como en aquel marco deasfixia ideológica y de quehacerpolítico buscábamos algo asícomo un pretexto para inter-cambiar ideas, no dudé en fir-mar y darme como unidad efec-tiva.

Para entonces contábamoscon un techo acogedor parareunimos, bajo la compañía si-lenciosa y grata de los viejosanaqueles de la Biblioteca Públi-ca, ubicada sobre la Avenida"B", detrás del Palacio Presiden~

cial.

Era la oportunidad que congenerosidad y calor de mecenas

nos ofrecía el gran aliado de lajuventud y enamorado de la cul-tura, Licenciado Bonifacio Perei-ra Jiménez, Director de la men-

cionada institución.

En nuestras primeras reu-niones trabé contacto conalgunos compañeros que eranpersonalmen te desconocidos,pero cuyos trabajos poéticos ini-ciales conocía. Fuimos a las pri-meras sesiones inaugurales del"Demetrio Herrera Sevillano";Alvaro y Gonzalo MenéndezFranco; Silvestre Tenorio Ruíz;Agustín Jurado; Julio César Mo-

reno Davis; César Tovar Villlaz;Luis Antonio Mojica; Jaime' deLeón; Demetrio Herrera RuÍz;Aristides MartÍnez Ortega;Bolívar Rodríguez Puga; LeoCaro; José Franco; María LigiaAlcázar y Diana Morán.

Al llegar a este punto, no re-sisto la tentación de referirme al

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caso de Diana Morán y LigiaAlcázar, respecto a su "descubri-

miento" como poetisas, pues es-tamos haciendo historia de laLiteratura Panameña.

Comienzo en orden cronoló~j-co. Transcurría el año de 1950.Yo había abandonado mis estu-dios en el glorioso Instituto Na-

cional, a nivel de un Tercer Añotortuoso y fracasado. Pero anhe-

laba estudiar, pues lo más ciertoy lo más propio que yo habíalogrado en el Nido de Aguilas,eran un manojo de versos cuyaestructura y contenido me ha-b Ían causado un disgusto con elProfesor Ismael García, entoncescoordinador de los cursos de Es-pañol, pues en forma contun-dente y poco pedagógica, pusoen entredicho la paternidad de

mis primeros balbuceos litera-rios. A pesar de mi c:ontrariedad

y del temor de haber plagiado a

otro sin proponéimelo -puespor aquel tiempo yo sólo había

leído a Miró y Gaspar Octavio-decidí seguir escribiendo, comoun reto a la duda del profesor.

Me suscribí en el Colegio deArtes y Oficios "Melchor Lasso

de la Vega", situado entre lascalles 11 y i 2 Oeste. Sin orien-

tación alguna, ingresé en uncurso de Dibujo ArquitectÓnico,pues siempre ha sido de miagrado la Geometría. Pero comofui duro en el aprendizaje de las

matemáticas, pronto no me fue

bien.

Pero seguí asistiendo al Cole-gio. De pronto no sé cómo nirecuerdo la fecha exacta, conocí

86

a una joven por cuyo acento alhablar descubrí que no era pa-nameña. Pronto simpatizamosen la comunión de ideas. Yo es-cribía versos líricos en torrentes,

cantando a la vida, al amor, a lanaturaleza. Era una edad tem-prana y aún el hombre y su in-menso habitat contradictorio nohabía encontrado auxilio en mipoesía espontánea e inmadura.

Pronto aquella amistad con lajoven se tornó en dulce, apasio-nada y necesaria compañía deescolares que diariamente trilanun mismo camino hasta la casade ella. Cada día yo le mostrabaa la joven un nuevo poema. Yde pronto ella, que me habíaconfesado su gusto por la poe-sía, también comenzó a enseñar-me sus pininos, no sin cierta ti-midez y mal disimulado rubor.Se iniciÓ así un intercambio de

versos cada vez más encendidos

y logrados y aprovechandoaquel amor por el quehacer poé-

tico, le ofrecí a María Ligia Al-cázar mis rudimentarios conoci-mientos sobre métrica, aprendi-dos en un cursilo que había to-

mado yo en el entonces "Con-servatorio Nacional de Música yDeclamación", dictado por elmaestro Rogelio Sinán. Conestos rudimentos en sus manos

y una excelente práctica en eloficio de la poesía, pero casi

anónima aún, Ligia Alcázar en-traba al "Demetrio Berrera Sevi-

llano" por mis personal convite.

Por aquellos años salía a laestampa un tabloide de ocho pá-ginas titulado "Educación". Sujoven y entusiasta Director era

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el hoy periodista Camilo Octa-

vio Baruco, que presta serviciosa la "Estrella de Panamá".Baruco y yo manteníamos fra-ternales lazos de amistad, origi-nados en mis visitas al entonces"Departamento de Bellas Ar-tes", ubicado en el segundo piso

del Edificio de Correos y Telé-

grafos, pues allí funcionaba latotalidad del Ministerio de Edu-cación. Baruco era funcionariode dicho Ministerio y, si no mees infiel la memoria, bajo su

propia responsabildad editorialy económica editaba "Educa-ción", en cuyas páginas se regis-traban las noticias relativas almaterial del quehacer educativo.

Un día, Camilo Octavio meinvitó a encargarme de la "Pá-

gina Literaria" de su publica-ción. Acepté gustoso, porqueme daba la segunda oportunidadde darme a conocer a través deun vehículo de comunicaciónsocial. (La primera oportunidadme la dieron dos redactores-reporteros de "La Estrella dePanamá", a aquienes ahora cali.fico de valientes y temerarios,

porque se atrevieron a llevar misversos a la luz pública en ese an-tiguo diario: fueron Leopoldo

Moreno y Moisés "Monchi"Torrijos. )

Yo debía, pues, alimentaraquella hoja con versos y recu-

rría a la Biblioteca, a mis pocoslibros y a los amigos que versifi-caban. Conocedor de mi nuevatarea, el entonces líder estudian-til y poeta Andrés Cantilo meofreció noticias sobre una jovenmaestra oriunda de Antón y re-

sidente en calle 17 Oeste. Canti-

llo me alentó a que me comuni-cara con la maestra que guarda-

ba poemas escritos por ella,pero que se negaba a enseñar y

muchos menos a dejados publi-car. Tomé el consejo de Canti-llo, busqué la casa y sólo mepresenté a la maestra. Era una

joven delgada, trigueña, cortés yrisueña.

Debí manifestar, casi a que-marropa, el objeto de mi inespe-

rada visita.

-Son cosas de Cantilo- merespondía Diana Morán, cuandoyo trataba de ir al grano-; no

creo que usted lo esté tomandoen seno.

Conversamos mucho aquellacalurosa y brillante tarde y el

palique giró sobre diversos te-mas. Pero mi persuasión alcanzó

el objetivo. Aquel día me despe-dí de Diana Morán, llevándomeunos poemas de ella y dejándolea cambio una solemne promesa:

-No se publicarán. Sólo losllevo para leerlos--. Pocas veces

he mentido con tanta premedita-ción, pues en la lectura primerade aquellos versos intuí al poetanato y... no podía negarle a mis

lectores el deleite de aquel liris-mo artístico, ni de aquel atisborebelde. Yo sospechaba que enDiana ha.bía un valor oculto ur-gido de darse a la luz y el tiem-po confirmó con creces esas sos-pechas.

A q u e 11 o s versos de DianaMorán publicados en "Educa-ción" y la urgencia en vigorizar

al "D.H.S." con la más fresca87

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promoción de jóvenes escritores,la llevó al seno de la agrpación,donde con Ligia Alcázar formóel único sonido femenino delpequeño ejército de poetas com-batientes.

La década de los años 50 fuedura para artistas y políticos.Esencialmente, si eran comba-

tientes. Se desenvolvía en unambiente hostil a todo amagorebelde. Sólo contaban lospolíticos y artistas palaciegos,defensores del orden establecido.Para ninguna inquietud habíaestímulo y mucho menosprotección.

Por ello vino a resultar una

feliz coincidencia el que el Pro-

fesor y escritor Bonifacio Perei-

ra J imenéz, fuera Director de laBiblioteca Nacional y su Sub-

Directora la señora Concha Pe-

ña. Y más milagroso aún, queestas dos figuras acogieran con

singular entusiasmo al "D.H.S.",al que le brindaron el techo de

la institución a su cargo, para

nuestras sesiones de trabajo.

Recuerdo que por aquel en-tonces trabajaba en la Bibliote-ca, ejerciendo como biblioteca-rio, como para "matar el tiem-po", el poeta y compañero del"D.H.S." José Franco, que allícomponía su "Panamá Defendi-da" poema que cantó con todala sinceridad y la amargura quedan la persecución, la margina-

ción injusta y un salario que

jamás apacigua a las más ele-mentales necesidades hogareñas.

Pero digámoslo con franqueza,ese solo poema justifica al poeta

88

y compensa aquel tránsito de es-pinas.

De pronto se vino encima lagran idea, cuya paternidad no

recuerdo: ¡estremecer a la inte-lectualidad panameña! Especial-mente a quienes entalcados ensu egoísmo, discurrían en gravesilencio por sus "casÜllos demarfi" como dioses mitológicosajenos al drama nacionaL. El ob-jetivo del "D.H.S." se hizo claroy fue proclamado: Había quellamar a juicio a los intelectualesque, ya por temores o por falsosorgullos, no estaban en contactocon el pueblo; o bien no lo ha-cían por falta de un medio ade-

cuado.Muy pronto estuvo a nuestro

lado, compartiendo sus laboresoficiales con nuestras inquietu-

des Diógenes de la Rosa, enton-ces Secretario y Consejero del

Presidente de la República, Li-cenciado Ernesto de la Guardia,hijo. El "D.H.S." dispuso que

Diógenes se convirtiera en elFiscal encargado de llevar la vin-dicta literaria a nombre del gru-po. Y así fue como se iniciaronen la sala de estudios de la Plan-

ta Baja de la Biblioteca Nacio-

nal, los más resonantes debatescríticos que cada vez merecieronmayor público asistente y másespacio noticioso en la prensa

nacional.Si no recuerdo mal, la prime-

ra comparecencia fue la de Roge-lio Sinán y se llamó "SIN AN

FRENTE A SINAN". Luego dela presentaciÓn del autor y del

análisis de su obra, todo asisten-te tenía derecho a intervenir y a

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exponer sus opIniones libremen-te. Esto le daba un especial inte-rés a la sesión, pues los juiciosfavorables o no, podrían ser

con trovertidos por el propioautor u otros asistentes.

En t re otros, recuerdo queeran asistentes a cada debate elDr. Ricardo J. Alfaro, el Dr.Francis£o Lino Oregueda, Emba-jador de El Salvador en Panamá;

el Licenciado Angel G. Hernán-

dez, Embajador de Honduras enPanamá, El Dr. Humberto H.Ricord y su señora esposa, lapoetisa Elsie Alvarado deRicord, el Dr. Felipe O. Pérez y

el escritor César Candanedo. Pe-ro la sala siempre estaba llena y

los artistas de gran vuelo eranmateria de asistencia cambiante,

pues en muchos casos dependía

del hombre que iba a ser trata-do esa noche.

Desfilaron en aquellos deba-

tes: Ricardo J. Alfaro; Dr. José

Dolores Moscote; Dr. José MaríaNúñez; Lcdo. Ramón H. Jurado;Lcdo. Joaquín Beleño; José Ma.

Sánchez; el Profesor MarioAugusto Rodríguez; ProfesorRenato Ozores; Profesor MarioRiera Pinila; los esposos Zárate.

El Dr. J osé Daniel Crespo noresistió la tentación de dar suapoyo. Fue así como cedió la"Página Literaria" del Diario LaNación, para que la manejara el"D.H.S." .

Esta ventana sabatina se con-virtió muy pronto en el eje deencendidas polémicas sobre el"arte social" y el "arte purísi-

mo", conceptos que se pusieron

de moda en las diferentes trin-cheras artísticas.

No debo continuar sin antesapuntar, que todos o casi todoslos debates literarios realizadosen la Biblioteca Pública, fueron

grabados en cinta magnetofónicapor el Profesor Bonifacio Perei-

ra, quien años más tarde y yacuando se preparaba para viajara Sevilla como Cónsul, me dijoque todo ese valioso archivo re-posaba en su casa. Hasta conver-samos en la necesidad de taqui-mecanografiar el material graba-do y procesarlo para una edi-

ción. Tarea importante que re-clama pronta ejecución o lascintas corren el riesgo del dete-

rioro o pérdida de un inestima-

ble testimonio para futuros in-vestigadores.

Claro que antes de los deba-

tes ya mencionados hubo actosdignos de mencionar. Aunquesin precisar fechas, es de anotarla conmemoración del iv Ani-versario del fallecimiento del

poeta Demetrio Herrera Sevila-no. Es digno de mencionar eldocumento titulado "Carta aNeruda", cuya redacción íntegra

fue del poeta y procursor del"D.H.S.", Alvaro MenéndezFranco. Dicha carta mereció di-fusión mundial y su contenido

era la denuncia por el encarcela-

miento del escritor Francisco

Changmarín, quien cumplíaaños por aquellos días. Es posi-ble que entre los años 1955 Y1958, el "D.H.S." realizara unos60 actos entre conferencias,homenajes, recordatorios, recita-les y exposiciones.

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La urbe capitalina no fue elúnico escenario de las activi-dades. Bajo el doble auspicio del"D.H.S.'. y la Biblioteca Públi-

ca, el poeta y novelista peruano

Manuel Scorza, leyó sus poemasen Aguadulce, Chitré y Santia-go. Igual sucedió con el cervan-

tista Giménez Ruíz.

Merece destacarse el hecho deque la Primera Exposición CilÍn-drica del escultor nacional MoraNoli, fue obra del "D.H.S.".También la primera presentaciónen Panamá del escultor colom-biano Rodriga Arenas Bethan-court, cuya famosa obra "BolívarDesnudo" fue objeto de acalo-rada polémica continental.

Aguadulce, Colón y Santiagollegaron a contar con células del"D.H.S." y es significativo queel Capítulo de Colón derÍvase

hacia una línea de sind Icaliza-ción de los periodistas, campañaque encabezaron Roberto PuelloAraúz y Sánchez Balibrea.

Creo que fue con motivo de1: jubilación del profesor y me-cenas del grupo Profesor Bonifa-cio Percira J., que el "D.n.S."organizó y llevó un gran home-

naje público en el Teatro Nacio-

nal y el que culminó con la con-deCoración de la "Orden de V as-co Núñez de Balboa" para eldistinguido escritor.

Pero los dos últimos actos pú-

blicos fueron en homenaje alDr. .José Dolores Moscote y alpoeta Demetrio Korsi.Por cier-to que fueron también el últimohomenaje que recibieron en vidaambos.

90

Por gestiones del compañeroJ osé Franco, fue mantenida unasección de letras en el "MundoGráfico". Se gestionó la edición

de una revista que debía titular-se "Revista Nueva Voz", que nollegó a nacer. Es un hecho curio-so el que en Panamá, las revistasde cualquier naturaleza, o nuncaaparecen luego de proyectadas otienen vida perentoria.

De las campañas que en reali-dad abruman un gran créditopara el "D.H.S.", es digna de

anotar la relacionada a la Casa

de la Cultura. Se entabló unacomunicaciÓn epistolar con laCasa de la Cultura de Ecuadoren demanda de información bá-s 1 c a s obre una organización,operación y medios de existen-cia. El problema fue elevado anivel Presidencial a través del Li-cenciado Diógenes de La Rosa,

pero quedó encarpetado, a pesardel entusiasmo del PresidenteErnesto de la Guardia Jr., debi-do a que su gestión administrati-va se malogró por mantenerse ala defensiva cada día, frente a unreincidente grupo golpista de laoligarquía.

Sin embargo, por varias sema-nas los diarios "La Estrella de

Panamá", "La Nación", "La Ho-

ra", y "El Panamá América",mantuvieron cintillas diarias querezaban: "p ANAMA, NECESITALA CASA DE LA CULTURA".

Gracias a las gestiones del

compañero Víctor M. Frances-chi ante Diógenes de la Rosa, y

éste ante el Presidente de la Re-

pública, viajó a la República de

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El Salvador una delegación ofi-cial, a título de Embajada Cul-

tural. Ofrecieron charlas, recita-les en colegios y centros de arte

en la Universidad. Estrecharon

lazos de fraternal camaradería

con un importante grupo de jó-venes intelectuales, entre los querecuerdo a Roque Dalton Gar-da, José Roberto Cea, AlvaroMenéndez LeaL, y RicardoMartell Caminos. Y entre losgrandes y maestros, PedroGeofroy Rivas, Vicente Rosales

y Rosales y Osvaldo EscobarVelado, el crítico Gallegos Val-

dés y a la enorme Claudia Lars.

La delegación panameña fuecompuesta por Ligia Alcázar,J osé Franco y V íctor M. Fran-ceschi, quienes en esa forma ex~

tendieron la acción del "D.H.S."e hicieron conocer el movi-miento poético de Panamá en elex terior.

La tarea del "D.H.S." sacudió

el espíritu de otros jóvenes es-

critores sin tolda orgánica, pero

que por diferencias ideológicas ode otra Índole se resistían a

acompañarnos en la jornada. Asífue como, paralelamente, nacie-ron el "Gaspar Octavio Hernán-

dez", que contó con la expe-riencia de Moravia Ochoa, PedroRivera, Alexis Robles y MilviaArbaiza, entre otros. El "Piedra

y Cielo", que contó con lospoetas José Antonio y RubénDarÍo Moncada Luna, CésarYoung Núñez y Amoldo DíazW ong. El poeta y periodista co-

lombiano Leonidas Escobar, in-cursionó en el grupo "Piedra y

Cielo", más con el espíritu de

animador, pues en realidad apo-yaba desde el diario "El País"

todas las tendencias artísticas dela juventud, compitiendo asídesde el periodismo con "Fachi-

to" Pereira desde la Biblioteca

Pública. De igual manera, nopuede pasarse por alto el Festi-val Poético realizado en el Par-que de Santa Ana. Fue idea del"D.H.S.", pero participaron lospoetas de todos los grupos exis-tentes, inclusive escritores no

alineados. Fue una noche histó-rica en la que, por primera vez,

la más popular tribuna del pue-blo era ocupada por la jovenpoesía panameña y cada poetaleía, ante el pueblo entusiasma-

do un poema escrito para laocasión.

A finales del año 60, V Íctor

M. Franceschi era el SecretarioGeneral del "D.H.S.". Contrajo

matrimonio con una joven chiri-cana y fue a radicarse a David,

ChiriquÍ, donde fundó y dirigióel combativo Radio Periódico"El Tiempo". Sus nuevos C~t'l-promisos le desvincularon 'Cid

"D.H.S.", que así desapareció

del escenario público dejandoun inpecable testimonio de tra-bajo.

Inmediatamente después, elsiempre inquieto e inconforme

poeta Alvaro Menéndez Franco,

aprovechó una reunión efectua-da en la casa de campo delFolklorista Manuel F. Zárate, enel Valle de Antón, fundó el gru-po "Demetrio Korsi". Fue inte-grado por los escritores AristidesMartínez Ortega, Jaime de

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León,_åJvaro y Gonzalo Menén-dez Franco. Su duración fue efí-mera.

Debo recalcar antes de finali-zar, la obligaroriedad de nues-

tros ensayistas y críticos, de pe-netrar en el periplo realizado porel "D.H.S.", y sus homónimosen la década del 50. Es de justi-

92

cia evaluar su trabajo de equipoen cuanto tuvo de importancia

el papel político y literario quejugó en el marco de ese momen-to histórico, así como los frutosalcanzados después por cadauno de sus integrantes en el tor-tuoso camino de la produccitmliteraria.

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sus "Apuntamientos Históricos"es decir, se le diera el punto d~apoyo para proceder de manera

trascendental.

El caso que se contempla pa-

rece ser uno de los que temera-

riamente definen la posesión po-lítica y geográfica de territorioalguno, pues llevóse a cabo esteasombroso reconocimiento sin elconsenso de su población, es de-cir. de manera omnÍmoda, puesla aspiración no era sino formarun estado nacional soberano contodas las formalidades jurídicas

que lo individualizaran comosujeto de querer y obrar con in-dependencia y no ser provinciade otro estado sociaL. De suerte ,que este insólito procedimiento

era tanto más viciado por cuan-

to Panamá había perdido vir-tualmente ya su personalidad deciudad principal o, lo que es lomismo, la capacidad' del poderpolítico unitario de los pueblos

de la comprensión provincial, sise considera que el IlustreAyuntamiento Santeño, en fuer-za de las circunstancias revolu-cionarias, que dominaba tantoasí como las dos terceras partesdel territorio y su estado social,

erigióse en Gobierno Político yMilitar, que significaba unidad

de mando. Así lo reconocióFrancisco de Paula Santander,

Presidente de Colombia en cartade 29 de enero de 1822 dirigidaa S.S., el Ayuntamiento Sante-

ño. Por otro lado, ya se había

proclamado en la sesión solemnedel Cabildo el 10 de noviembre

a La Vila, Ciudad Libre, conconsideración a ser la primera

94

en el Istmo. Por consiguiente, la

Ju~ta del ceremonial proclama-tono de la Independencia care-

cía, en esos momentos, de lacondición política dicha para

actuar como tal y, menos, decla-rar que el territorio istmeño per-tenecía a Colombia, lo cual vinoa ser explícitamente ilusorio.

Quizá por esta evidencia, seespresurara el gobierno colom-

biano a dictar el Decreto Ejecu-

tivo de 9 de febrcro de 1822que reconocía al Istmo comoDepartamento sometido a su ju-risdicción. A la inversa de los es-pañoles en tiempo de Fernandoiv que pelearon durante seisaños con denuedo para que supaís no fuera provincia de Fran-cia -1808 a 1814- que termi-nara la guerra que llamaron de

independencia con la expulsiónde los ejércitos invasores a la

cabeza de Napoleón y de su her-mano José, arrinconándolos enTolosa.

Ahora bien, esta política escontradictoria y de imprevisión

porque el territorio istmeñoconstituye una totalidad singu-lar, única, sin que exista vincula-ción alguna con Colombia, que

es un paréntesis entre los doscontinentes, decimos nosotros.La naturaleza dice que allí co-mienza otro país, otra entidad,y la política no debe contrariarsus poderosas e inexcrutablesmanifestaciones. Esta accionprucba cuando no ignorancia desu especialidad, espíritu mezqui-no y desconfiado.

Sentidas palabras del Dr. Jus-to Arosemena en el Senado co-

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lombiano que consideraba demezquindad política disponerdel destino del territorio y po-blación del Istmo contrarandola Provincia que le había señala-

do ya su condición.En la consumación del cam-

bio jurisdiccional parece adver-

tirse militar la emulación y elegoísmo los desvióse de la Eticacomo se descarrila un tren depasajeros, fatalidad que sufrimosen carne viva los istmeños en to-dos los aspectos del vivir, yaque esta comunidad territorialnecesitaba la libertad para cum-plir su peculiar y elevado desti-

no como el de servir al mundo.

Las actividades de Don Maria-no Arosemena, líder del grupode los patriotas panameños cuyoejercicio comercial fuérale escue-la práctica de economía indivi-dualista, determinaron su mane-i"a fiosófica de actuar. De formaq u e, después de cuarentaiúnaños del fatal 28 de noviembre

de 1821, "para hacer resaltar sufigura como prohombre de lagesta de 182 i - en su carácter

de Presidente de la AsambleaLegislativa en 1862 decretarauna Ley sobre "honores y re.compensas a los Próceres de laIndependencia del Istmo"; otra

sobre la celebración de las fies-tas patrias durante tres días con-secutivos, a partir del 28 de no-viembre". Este gesto de marca-

do personalismo se explica porsí solo, razón por la cual los

historiadores omitieran todos lossucesos sociales acaecidos enLos Santos el 1 O de noviembre

y se extinguieran los documen-

tos relativos, que hoy verifica-rían con mayor claridad aquelhistorial que, sin embargo, ca-

racteriza nuestra nacionalidad, afin de que resaltara el objetivode su obra y convirtiérase enveneración de la posteridad: sussimpatizadores han venido cum-pliendo ingenuamente sus desig"nios yéndose al festival el 28 deNoviembre efemérides patria.

Al concluir esta determinada

r elación histórica de carácter

reflexiva, ilustrada de razones

fundamentales se llega a la si-guiente: Que la Junta patrióticadel 28 de noviembre de 1821no obrara con comprensión desu cometido, d cual era ultimarel proceso revolucionario de laliberación del Istmo; que arro-góse, más bien, el derecho delprincipio ya roto que Panamá

tenía como cabeza de los pue-blos de su compresión por lasrazones del estado revoluciona-rio imperante para formar con

el territorio del istmo una nuevaProvincia al Estado Republicanode Colombia y, sofocaba, de talmanera, la independencia quemomentos antes había procla-mado; que dicho procedimientono solo contrariaba el patriotis-mo y la ética revolucionaria sinoque realizaba de plano, fórmulaspolíticas anteriormente concebi-

das para independizar la Capital,seguramente para anexar el ist-mo, tal como lo comprendieraen el presente caso con la opor-t una agitaciÓn revolucionaria,

"habida cuenta de que el puebloistmeño no estaba acostumbradoa estos actos electivos, y le eran

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nuevos", menospreciando así elPoder atributo del todo social.Sus agentes de este fenómenopolítico, en Los Santos, lo eran,J osé María Correoso, J osé MaríaEscala y Juan Iturralde; Eduar-do de la Guardia en Penonomé;

Lorenzo Gallegos en David; J oa-quÍn Me1éndez en Chorrera yAntonio Ayarza en Portobelo.

Se ve pues, claramente de-mostrado, la estrategia que impi-diera al Istmo lograr la indepen-

dencia en 1821 y cortado el pa-so triunfal a la formidable lucha

96

que los paladines de la Revolu-

ción emprendieran en su con-quista, que se realizara al fin eldía 3 de noviembre de 1903.Pues lógicamente se afirma queno hubo la independencia quelos panameños celebran con tan-to entusiasmo y solemnidad que

cierran las oficinas gubernamen-tales y el comercio el 28 de no-viembre de cada año. Con sobra-da razón Don Mariano Aroseme-

na calificara irónicamente a losrevolucionarios y simpatizado-

res, de novicios, se contentaroncon llamarse independientes.

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yente y quizas eso contribuyó a

la mejor apariencia. No se limitóel Dr. Moscote al trabajo de fo-tograbados, sino que cncontrán-dose en los talleres un gran pro-fesional español, Mariano Her-

nández, puso a su servicio suscapacidades y pronto se realiza-ban presentaciones en tricomiasy se alcanzó el éxito de realizarlos talonarios del Banco Nacio-naL.

Reinaldo de Pool venía yacomprometido en matrimoniocon su prima, Marita, curazale-ña, sobrina de Don J ohn y for-maron una familia distinguida.La señora de Pool, por propiainiciativa, fundó la más acredita-da repostería de Panamá queaún funciona a la perfección.

Como anteriormente los fotogra-bados de la Estrçlla de Panamá,

venían de fuera, la Empresa es-cogió a Reinaldo de Pool paradirigir su taller en el que laboróhasta sus Últimos días; pero su

sensibilidad artística nunca se

98

perdió. Aunque su padre pinta-ba excelentes cuadros, Reinaldo

lo superó siempre en sus exqui-

sitas producciones. Conservo unbellísimo dibujo suyo, ejecutado

para decorar el estandarte de laEscuela que lleva el nombre demi esposo, en la ciudad deAguadulce, el Dr. AlejandroTapia Escobar. Es una bella pro-ducciÓn que conservo con afec-to.

Los días van pasando; losaños dejan caer las viejas hojas ypoco a poco la vida se evaporacomo un pomo de esencias des-tapado; pero el país, la nación,la juventud que alienta y sueña

necesitan del recuerdo, de la vi-gencia de su historia para cono-

cer hasta lo más profundo, sus

raíces y hacer que de ellassurjan las verdes banderitas rc-surgientes, porque el hombredesaparece irremediablemente,pero sus huellas permanecensiempre imperecederas.

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OSORIO O., Alberto; SALA-ZAR, Gonzalo; DIAZ WONG,Arnoldo: HISTORIA DE LACIUDAD DE DAVID. EdiciónMunicipaL. Litho~ImpresoraPanamá, S. A. Panamá, R. P.1974.

Esta primera historia de laciudad de David señala un mo-

mento importante en elquehacer de la historiografía ist-meña. Urgía que, los datos pre-cisos en torno a la historia de latercera ciudad de la República,

fuesen dados a conocer. Encla-vada en la región más próspera

en recursos naturales del país, laprimera urbe de la comunidad

chiricana fue, sin embargo, de

las últimas fundaciones hechas

por los españoles, ..n aquel terri-torio, en el pasado siglo XVII.

Uno de los componentes dela trilogía de autores de este li.bro es el Dr. Alberto Osorio O.,

quien realizó en el Archivo Ge-

neral de Indias de Sevila unaminuciosa y prolija investiga-i.ón, que ha aportado datos y

noticias positivas acerca de lafundación del Pueblo de David,

sitio de paso entre Remedios yAlanje. De dicho trabajo se de-duce la vinculaciÓn que existeentre el hecho de la fundación

por parte del Capitán Juan Ló-

pez de Sequeira, Gobernador deVeraguas en 1602, y la acciÓnde dirigir el acto por el TenienteGobernador l'rancisco de Gama,a quien se atribuye la construc-

ción de la primera iglesia en esa

()f".(/~ r .Iutule.'

po b 1 ación, hacia octubre de1602.

La primera parte de este librotitulada a "David: l'undacióny Desarrollo Histórico. Siglos

XVII y XVIII". corresponde ;ùDr. Osorio. La segunda parle,"Información Histúrica del SigloPasado. La Empresa Cultural yLiteraria. konografía, la Evolu-ción Física de la Ciudad de Da-

vid", ha sido desarrollada por el

Ledo. Salazar. La tercera, "Mo-vimiento de la Ciudad de David.

Datos Históricos de Interés so-bre David en el Siglo XX", hIlescrita por el Sr. A. DÍaz Woi'g,

acompañada por fotos y textosdel periodista Medoro Lagos.

DE LA GUARDIA, Rolwrtu:PANAMA EN EL i\ll:,\!l)()AMERICANO. Litho-Imi,!cs(iraPanamá, S. A. Panamá, R. P.1973.

De acuerdo con el autor, nr.Roberto De la Guardia, profesorde la Universidad Santa María la

Antigua y Miembro Correspon-diente de la Academia Paname-

ña de la Historia, la Variedad

Panameña de la Civilización Oc-cidental (V.P.C.O.) cambia ensiete sistemas diferentes:

1. Sistema Centrífugo.

2. Sistema Inverso.

3. Sistema Re-lnterpretante.4. Sistema Contradictorio.

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5. Sistema Centrípeto.

6. Sistema Anti.7. Sistema EstataL.

Los siete parecen trabajar entodas las ocasiones para modifi-car la V.P.C.O., excepto el Esta-tal, desde que es en 1903 cuan-do la Variedad construye el Es-tado.

El principlO de cambiar se

aplica a la transformación que

experimentan los grupos huma-

nos, a los cuales llamamos Va-

riedades, como lo es la VariedadPanameña en la CivilizaciónOccidental.

El principio de reciprocidad

se explica por el cambio intensoo débil que una Variedad pueda

tener en relación con otra. De-

pende, pues, de la proximidad ycon frecuencia de la fuerza o deambos factores a la vez. La prin-cipal influencia recibida por laV.P.C.O. proviene de la Varie-dad Angla de la CivilizaciÓn Oc-cidental (V.A.C.O.).

El principio de identidad pro-

cede sobrc los cambios de ori-gen foráneo inducidos en la Va-riedad y los mecanismos de con-trol y expulsión, estudiados con

profundidad por Pitirim Sorokin,quien se pregunta: ¿Cómo losgrupos sociales mantienen suidentidad y continuidad?

Como muchas agrupacionesperduran durante décadas, siglosy milenios, se plantea la siguien-te cuestión: ¿Cómo es posibleque los grupos conscrvan suidentidad a través de la trans-ioo

mutación perenne de todos suscomponentes, de sus conexionesy de su ambiente siempre muda-

ble?

l'obiS8 Utaz RtaUr)'~.tedriill.. ile L~lle. g FlI..S'.

ESTIJUIQS SQBRELQC;I~A TRA UI~IQI\A L

V MQUERI\A

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"74

DIAZ BLAITRY, TobÍas: ES-TUDIOS SOBRE LOG1CATRADICIONAL y MODERNA.Universidad de Panamá. Impren-ta Universitaria. Panamá, R. P.1974.

Un curso de Lógica puedetratar del lenguaje y debe acla-

rar lo que se entiende por razo-

namiento deductivo válido:aquel que hace imposible quesus premisas sean verdaderas sinque la conclusión sea, necesaria-mente, verdadera también. Ade-

más, debe investigar sobre lainducción y mostrar cómo se ar-ticula con la deducción, en la

práctica científica. Un curso deLógica debe mostrar que, ade-

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más de su carácter científico, esarte.

Un hombre de ciencia buscaalgo más que conclusiones ver-daderas y quiere llegar a ellasmediante evidencias suficientesque le aseguren que sus conclu-

siones son, por necesidad, verda-

deras. Para alcanzar este estratonecesita de premisas verdaderas

y de razonamientos válidos.Una de las notas esenciales de

la Lógica Moderna es la de va-lerse de un simbolismo lógico,tener su completa fonnalización,la función diferente que juegan

sus axiomas, su diferente inter-pretación de las proposiciones

universales con respecto al pro-blema de la existencia, su mayorriqueza conceptual y su menordependencia con respecto a laMetafísica.

La Lógica Moderna o Simbó-lica es mucho más formal que laclásica, a partir de las contribu-

ciones de Alfred North White-

head y Bertrand RusseU, quienes

demostraron que la Lógica y lasMatemáticas parten de los mis-mos pnnciplOs.

La Lógica Moderna o Logísti-ca es de carácter bivalente, peroha desarollado lógicas trivalen-tes, polivalentes e infinitamentevalentes, para los que tiene unaaplicación diferente, aunque ellosea de condición secundaria,propia de otro tipo de conoci-

miento.Estas son algunas de las carac-

terísticas, que el Profesor DíasBlaitry apunta en su obra, dife-rencian a la Lógica Moderna dela tradicional.

BOLE DE LA ACA DEMIA

PANAMEJA DE LA lfSTORIA

n:He'iHA F;PQA

PANAMA. ,OCUBRE. DlClEMBR i~'l4

No. L

CENTIO Si:LLO f)~: I,A ACA()EMlA DE LA Hi,S;r(:ilA.

BOLETIN DE LA ACADEMIAPANAMEN'A DE LAHISTORIA. Tercera época.Octubre-Diciembre, 1974. No.1. Panamá, R. P. 1974.

Declara el Dr. Miguel Angel

Martín, Presidente de la Acade-

mia Panameña de la Historiaque "con la publicación de estenúmero del Boletín de la Acade-mia Panameña de la Historia seinicia la tercera época de la con-tribución bibliográfica que lacorporación ofrece a los estu-dios históricos en nuestro país...Hoy, después de una interrup-ción de 32 largos años, este nú-mero se pone a disposición detodos aquellos interesados en elpasado de nuestro país. Estenuevo esfuerzo es como un ho-menaje de reconocimiento a lagran labor que, a pesar de lasingentes limitaciones y obstácu-

los, llevaron en el pasado Don

101

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Porras nos diseña un firmamen-

to de personajes panameños quesin la espectacularidad deporti-

vista, ni la rutilancia fugaz del

politicismo triunfante, han echa-

do los más firmes fundamentospara la construcción de un país

para los panameños, con sussostenidos esfuerzos de hacedo-

res de cultura, lo que nos de-

muestra que tenemos héroes, yque tenemos patria. Y en estoreside el principal mérito de estelibro, que, como todo dicciona-

rio, da significación adecuada delas personas incluidas en él, sinentrar en apreciaciones que, por

subjetivas, no pueden ser fielesreflejos de las cualidades de las

mismas. Y, además, nos va a ser-vir esta obra como demostraciónde que sí se da entre nosotros

una práctica cultural conforme avaloraciones nacionales".

Nos afirma su autor:"E L DICCIONARIO BIO.

GRAFICO DE P ANAMA no seedita con el criterio utilitaristade los Quién es Quién y tal vezpor ello en él escaseen los adje-tivos. Nosotros no crcemos en elculto a la personalidad de los

panameños contemporáncos".Esta es una obra de consulta

destinada a los estudiantes pana-

meños para que tengan presenteque no se puede ser leal a losintereses de la patria de hoy, ydesleal a la Historia y sus prota-

go nis tas " .

-Osman Leonel Feq.,'Uson-.-

RE F ERENCIAS HISTORICASSOBRE EL CREDITO, LABANCA Y LA MONEDA PA.NAMEl\A. Litlio.Jmpresora Pana.má, S. A., 1976.

Esta obra dc J. Cante-Porras

ha sido editada por el BancoNacional de Panamá, con el áni-mo de orientar a los estudiantespanameños en algunos de losservicios que presta esta empresapública, así como en algunos as-pectos de carácter histórico dela banca panameña. Como afir-ma Don Ricardo de la EspriellaJr., en su calidad de GerenteGeneral de esta institucÎ':)): "ElCuaderno No. 9 REFEREN-CIAS HISTORICAS SOBRE ELCREDITO, LA BANCA Y LAMONEDA P ANAMEI\A, nospermite brindar en un lenguaje

sencilo, un material accesible a

aquellos quc no poseen una edu-cación espccializada en la Eco-

nomía de la Banca, el Crédito yla Moneda".

103

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83 años y Wagner murió a los70, por lo que la influencia deestos artistas se hizo sentir a to-do lo largo del siglo pasado.

Si bien es cierto que, con lapublicación del Werther deGoethe se inaugura el romanti.cismo literario del cual el vatede Weimar es legítimo padre, nomenos cierto es que Beethoven

es el gestor principal del roman-ticismo musical y que FranzSchubert es, por lo menos en la

opinión de muchos, el más gran-de compositor de canciones que

vivió jamás y, entre los músicos

románticos, uno de los sólidospilares del movimiento.

En el romanticismo, como enotros movimientos artísticos an-teriores y posteriores se encuen-

tran, tanto los antecedentes del

movimiento como las semilasdel movimiento que le va a se-guir: en el caso presente, el im-presionismo.

Valdría señalar entonces quesi bien Goethe da la clarinadacon su novela Werther y el dia-bólico Fausto de la primera par-te de este drama en verso, no

menos importante para el movi-miento es el Hemani de Hugo,cuyo estreno teatral provocó enlas calles de París los desórdenesconocidos como "la batalla deHernani", a más de su novelaLos Miserables. También hayque dar el debido crédito a lasfantasías literarias de Novalis yde Blake; a las obras musicales

de Hoffmann, como su óperaUndine, y a los cuentos de estemismo polifacético artista, tal

vez la primera persona que ejer-ció la crítica musical en periódi-

cos. La vuelta a las formas pe-

queñas en poesía, como es elcaso de las baladas de Goethe,

se presta, por su sencillez for-mal, para que estos cortos poe-mas puedan ser puestos en músi-ca. De esta "vuelta al pasado"

medieval de los romances, de lascanciones de gesta y de las co-plas de los trovadores y las can-ciones de los minnesinger alema-

nes, nace el "lied", término ge-

nérico de canción en la lengua

alemana, aunque una formamuy particular de composiciónmusical de la cual FranzSchubert es el máximo exponen-te. De la palabra romance nace

el adjetivo inglés "romantic" yde allí el término "romanticis-

mo".

El lied no es una cancióncualquiera de bella melodíacompuesta de acuerdo con lasreglas que rigen la composiciónestrófica. Es, más bien, el todocompuesto por un artista en elcual éste se identifica con eltexto, tanto en la melodía que

va a ser cantada como en elacompañamiento y, al interpre-tar el mensaje poético, '.¡elca

sus sentimientos más íntimos enla canción sin dejar de tomar

muy en cuenta el ambiente oclima psicológico del poema, suasunto y circunstancia. Así, ellied, no obstante pertenecer a

las formas pequeñas, se convier-te en algo complejo, rico en ex-presión y variado en color y en

mensajes profundamente sugesti-vos. El énfasis en el acompaña-

105

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miento integrado a la melodía

es algo relativamente nuevo en

el lied y desde sus iniciadores,

Reichardt y Zumsteg, ellied tu-vo una parte central que expan-

día la forma. Se agregaron codasy repeticiones y con el auge delgénero, se empezÓ a usar poe-m as de verdadero méritoliterario.

Del proceder anteriormentemencionado nacen los motivosm ùsicales que caracterizan laambientación de la circunstanciatotal del poema; vienen luego

los ritornellos, las reiteradas fra-

ses o figuras musicales que iden~

tifican a la canción; los cambios

de ritmo y de tonalidad, etc.,progresiones armónicas o meló-dicas que nos permiten recono-

cer una circunstancia dada en elpoema y, en cuanto a las figurasmusicales que pudieran indivi-dualizar un lied, ya se ve aquí el

origen del leitmotiv wagneriano.

H o f fmann, como compositor,anticipó este procedimiento y

Schubert lo llevb a su culmina-

ciÓn, a su grado más excelso,

puesto que pintaba con música.

Basta recordar el tema (o leit-motiven germen) del huso quegira y que el piano va tejiendo

mientras Margarita canta

(Gretchen am Spinnrade o Mar~garita en la rueca). Recordemostambicn los tre,sillos a través detoda la balada del Rey de losAlisos (Erlkänig) que en el pia-no remedan el galope del caba-llo, "a través de la noche y elviento", y cómo la línea melÓdi-

ca, al final, ~¡ugiere una cadenciasuspendida cuando la voz casi106

que declama: "en sus brazos elniño había muerto". Schuberthacía pintura, pero su pintura es

una pintura muy estilizada, co-mo toda buena pintura.

En el ciclo de canciones que

el profesor Earl Henry y yo in-terpretamos hoy, un acorde dis-minuido y arpegiado, represen-ta, musicalmente, el triste yacompasado golpear de los re-mos en Die Stadt (La Ciudad);el ritornello de Liebesbotschaft

(Mensaje de Amor), en tantoque figura rítmica y melódica

reiterada, da fe, no solo delarroyuclo que se despeña "pla-teado y serpenteante", sino que

ya va anunciando la llamada"música de programa" (o des-criptiva) de décadas posteriores.

Decir que en las estructurasde los lieder schubertianos se

encuentra toda clase de emocio.

nes es decir lo fácil, lo evidente,

lo patente. El malogrado músicoaustriaco, muerto a los 31 años,parece haber agotado el tema encuanto se refiere a representa-

ci¿')f y sugerencia de imágenespor medio de la notación musi-caL. Schubert no parecía discri-minar mucho en los textos poc.ticos de ciertas canciones, pero

la música que escogió fue siem-

pre la mejor. Las realizaciones

de obras de grandes poetas están

entre sus más bellas canciones;solo de Goethe nos dejó 70 y,con letra de Schiller, unas 60.

A nosotros nos pareceSchubert hubiera escritomentc, El Rey de los(ErlkÖnig) y Margarita

que S1

única-Alisosen la

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Rueca (Gretchcn am Spinnrade),habría pasado a la historia de lacanción culta, de alguna manera;tan geniales son estas dos com-

p osicIones con textos deGoethe. Ahora sabemos queSchubcrt escribió- unas 630 can-ciones (lieder) de las cuales se

con s erva aproximadamente lamitad.

El ciclo dc cancionesSchwanengesang (Canto del Cis-ne) de hoy constituye lo últimoque Schubert escribió y, comodice un crítico, "su mano se de-tuvo en Taubenpost", o sea laúltima canciÓn (La paloma men-sajera). Siendo esto así, es evi-dente que los editores estuvie.ron muy acertados al optar poreste título, que es de lo másapropiado y a la vez, la quintaesencia de lo romántico.

Rellstab, Heine y Seidl sonlos poetas elegidos por Schubertpara este grupo de cancionescuya amalgama como ciclo hasido puesta en duda por algunos

musicólogos, atribuyéndose estacompilaciÓn a "cosa de edito-res". En todo caso y como entodo lo que Schubert creÓ, estoslieder están impregnados de susmás profundas y originales vi.vencias.

En la canción lhr Bild (Su re-trato), una línea melÓdica corta,

percutida al unísono con la voz,representa la dramática soledad

de un hombre cuya Única com-pañía es el retrato (que a veces

misteriosamente cobra vida) dela amada muerta. Una progre-siÓn de cuatro acordes repetidos

que acompaña el narrativo casirecitado de Doppelgänger (ElDo b le) nos recuerda que elamante viene (y ha vuelto mu~chas veces en el pasado) a estemismo sitio en donde vivió suamada; su doble es su espírituque siempre ha estado allí. EnAm Meer (A orillas del mar) elclima dramático lo proporcionanunos trémolos del piano queanuncian marejadas y vuelos depájaros marinos agoreros. Lacontraposición de diferentes es-tados psicológicos presente en

Kriegers Ahnung (Presagio deGuerrero ), da una idea de la

paleta musical de Schubert. Al

principio el piano establece el

clima marcial; luego, cuando elguerrero evoca el pasado a la luzdel bivouac, hay una modula~ción y un cambio de tiempo; ellenguaje se torna tierno y amo-

roso y los arpegios emulan las

llamas de la lumbre. Inmediata-

mente se regresa al clima guerre-ro para volver, súbitamente al

final, a la añoranza, a la melan.colía por la amada ausente. Lamúsica, de nuevo en el tiempo

original, re capitula los acordes

guerreros del principio, tenua-

mentc ahora, mientras el guerre-ro desea unas dulces buenas no-

ches a su amor.

Schubert nació en un peque-

ño suburbio de Viena en 1797 Y

tuvo como primer maestro demúsica a su padre. A los 13años ya había compuesto unaextensa fantasía para piano de

unas 30 hojas de manuscritocerrado. Su cclebrc baladaErlkönig (El Rey de los Alisos)

107

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la compuso a los 18 años y lano menos célebre Margarita enla Rueca, un año antes. A estaedad ya Schubert había com-puesto su primera sinfonía, una

respetable cantidad de música

de cámara, piezas misceláneas

para piano, muchísimas cancio-

nes y unas cuantas misas.

A esta edad también empezóa tomar clases privadas con An-

tonio Salied (maestro deBeethoven) quien, si alguna vezla hubo, borró toda influenciade Mozart, Weber y Haydn de la

lOS

obra de Schubert. Quince cuar-tetos de cuerda, nueve sinfonías,

misas, cantatas, óperas, música

para conjuntos de cuerda, made-

ra y vientos, sonatas para piano,

piezas para dos pianos, etc. danfe de la obra legada al mundo

por un hombre de alma noble ysencila que pudo decir de símismo a un visitante: "Escribotodo el día, y cuando termino

alguna composición, empiezootra".

Eudoro SIlvera.

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PLAN DE LOS SORTEOS ORDINARIOS DOMINICALES

EL BILLETE ENTERO CONSTA DE 150 FRACCIONES DIVIDIDOEN CINCO SERIES DE 30 FRACCIONES CADA UNA

DENOMINADAS A, B, C, D y E

PREMIOS MAYORES

1 Premio Mayor, Series A, B, e, D y E1 Segundo Pramio, Series A, B, C, D y E1 Tercer Premio, Series A, B, e, D y E

Frección Billete EnteroTotal de

Premios

B/.l,OOO.OO B/.150,OOO.00 B/.150,OOO.00

300.00 45,000.00 45,000.00150.00 22,500.00 22,500.00

10.0050.00

3.001.00

2.505.00

2.003.00

TOTAL...

Precio de un Bilete Entero. . . . . B/.

Precio de una Fracción. . . . . . . . .Valor de la Emisión. . . . . . . . . . .

DERIVACIONES DEL PRIMER PREMIO

1,500.007,500.00

450.00150.00

27,000.0067,500.0040,500.00

135,000.00

18 Aproximaciones, Series A, B, C, D y E9 Premios, Series A, B, C, D y E

90 Premios, Series A, B, e, D y E900 Premios, Series A, B, C, O y E

DERIVACIONES DEL SEGUNDO PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, C, D y E

9 Premios. Series A, B, e, D y E375.00750.00

6.750.006,750.00

DERIVACIONES DEL TERCER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A. B, e, D y E

-l Premios, Series A, B, C, O y E

1,074

300.00 5.400.00450.00 4.050.00

B/.51 0,450.00

82.500.55

825.000.00

109

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NUMEROS PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LALOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIA

LOS DOMINGOS DE DICIEMBRE, 1975

SORTEOS No. PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Diciembre 7 2963 5015 7816 2074

Diciembre 14 2964 44841 91098 69013

Diciembre 21 2965 8041 8293 4380

Diciembre 28 2966 4152 8071 2735

NUMEROS PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LALOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIA

LOS DOMINGOS DE ENERO, i 97 6

SORTEOS No. PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Enero 4 7967 4691 7829 5542

Enero 11 2968 8609 9577 0980

Enero 18 2969 4242 8344 3833

Enero 25 2970 2258 6870 0030

110

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PLAN DE LOS SORTEOS ORDINAROS INTERMEDIOS

EL BILLETE ENTERO CONSTA DE 90 FRACCIONES, DIVIDIDOEN 6 SERIES DE 15 FRACCIONES CADA UNA

DENOMINADAS A, B, C, O, E, Y F

PREMIOS MAYORES

1 Premio Mayor, Series A, B, C, D, E Y F1 Segundo Pramio, Series A. B, C, D, E y F1 Tercar Premio, Series A, B, C. D, E y F

Fracción Cada Serie

B/.l,OOO.OO B/.15,000.00300.00 4,500.00150.00 2,250.00

DERIVACIONES DEL PRIMER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, C, D, E Y F9 Premios, Series A, B, C, D, E Y F

90 Premios, Series A, B, C, D, E Y F900 Premios, Serias A, B, C, D, E Y F

10.0050.00

3.001.00

150.00750.0045.0015.00

DERIVACIONES DEL SEGUNDO PREMIO

18 Aproximacionas, Series A, B, C, D, E Y F

9 Premios, Series A, B, C, D. E Y F

2.50

5.00

37.50

75.00

DERIVACIONES DEL TERCER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, C. D. E Y F-- Premios, Series A, B, C, D, E Y F

1,074 PREMIOS

2.003.00

TOTAL...

30.0045.00

Precio de un Billete Entero. . . . .Precio de Una Fracción. . . . . . . .Valor de ia Emisión" . . _ _ . . . . . .

B/.49.500.55

495.000.00

Total dePremios

B/. 90,000.00

27,000.0013,500.00

16,200.0040,500.0024,300.0081,000.00

4,050.00

4,050.00

3,240.002,430.00

B/.306,270.00

111

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NUMEROS PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LALOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIALOS MIERCOLES DE DICIEMBRE, 1975

SORTEOS No. PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Diciembre 3 474 5145 9063 7635

Diciembre 10 475 3461 5758 4100

Diciembre 17 476 5442 3323 0881

Diciembre 24 477 2614 1870 7306

Diciembre 31 478 6460 2861 0648

NUMERO PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LALOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIA

LOS MIERCOLES DE ENERO, 1976

SORTEOS No. PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Enero 7 479 1638 7278 2393

Enero 14 480 0321 9846 8156

Enero 21 481 9813 4654 1652

Enero 28 482 9649 3109 7063

112