NOCAUT

Microcuentos ganadores y finalistas del I Concurso de microcuentos “Historias de

cuarentena”

NocautMicrocuentos ganadores y finalistas del I Concursode microcuentos “Historias de cuarentena”

Juan Pablo de la Guerra de Urioste Gerente de Educación y Deportes

Christopher Zecevich Arriaga Subgerente de Educación

Doris Renata Teodori de la Puente Asesora de Educación

Celeste Asurza Matos Jefa del Programa Lima Lee

Revisión de textos: Lisbeth CurayDiagramación: Alfredo Ruiz Chinchay

Editado por la Municipalidad de LimaJirón de la Unión 300 - Limawww.munlima.gob.pe

Lima, 2020

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Presentación

La Municipalidad de Lima, a través del programa Lima Lee, apunta a generar múltiples puentes para que el ciudadano acceda al libro y establezca, a partir de ello, una fructífera relación con el conocimiento, la creatividad, los valores y el saber en general, que lo haga aún más sensible al rol que tiene con su entorno y la sociedad.

Asimismo, con la intención promover la creatividad literaria, durante junio y julio se realizaron una serie de actividades virtuales centradas en el microcuento, que contaron con la participación de sobresalientes personalidades.

En ese sentido, tenemos el agrado de presentar el libro Nocaut. Microcuentos ganadores y finalistas del I Concurso de microcuentos “Historias de cuarentena”, como resultado de la evaluación de los textos de casi un millar de participantes, entre jóvenes y adultos.

Este concurso, que fue lanzado en mayo, tuvo como objetivo propiciar y difundir una de las composiciones narrativas más experimentadas en las últimas décadas.

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Finalmente, con esta publicación reafirmamos nuestro compromiso de continuar acercando los libros a los lectores, permitiendo dar a conocer, además, el aporte de los vecinos de nuestra ciudad.

Jorge Muñoz Wells Alcalde de Lima

CATEGORÍA JUVENIL

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MI PRIMER GOL

Ya nadie salía y solo rebotó en mí.

Colber Ríos Ríos

Primer puesto

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TRISTE MELODÍA

Se deseaba que llegara la tarde, entonces decidimos bailar unas melodías donde unos temblaban y otros disfrutaban en medio de penas.

De pronto, nos dimos cuenta que uno faltaba, soltamos una triste melodía y ¡zas!, él salió en medio de nosotros a saltar cual paso de melodía.

Alguien dijo: la cuarentena lo hace sentir así.

Anyeli Betsabé Chumpitaz Lavado

Segundo puesto

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VIRUS Y BÁLSAMO

Junio, ¡lluvioso!, friolento, calando huesos. Una mujer camina con celeridad. Súbitamente, dos iracundos se le acercan paso a paso. Llevan una mochila repleta de virus concentrados en mascarillas.

Retiene las mascarillas en sus manos, asegurando en su ser estar enlazada a un virus invisible. ¿Vagabundos? ¿Insensatos?, construyen a diario un puente invisible a la muerte...

La muerte... ¡No...! ¡Aléjate! ¡Deseo vivir!

La fiebre cesaba lentamente de su cuerpo, en un rincón solitario de su hogar.

Muy cerca, un libro abierto parecía sonreírle, había sido su mejor aliado, bálsamo placentero, para no morir y aferrarse a la vida.

Dayana Desiree Quispe Irigoin

Finalista

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VIAJANDO CON LA MENTE

Era el día elegido, conoceríamos el gran fuerte de Winstongarden, nos preparamos mucho para esta super aventura.

Y por fin llegamos. Era más grande de lo que pensamos que sería. Entramos, el piso relucía y fantásticas esculturas y obras de arte decoraban el enorme salón. Dudamos un momento, ¿era real lo que veíamos? Sí, lo era y solo teníamos un día para recorrerlo completamente. Había tanto por conocer: el cuarto cojín, espacio verduras, cuarto visión y la sala para compartir; y así comenzamos el recorrido. Después de horas, ¡lo logramos! Y entonces volvimos a casa, de hecho, nunca nos fuimos.

Silkie Muñoz Vilca

Finalista

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COVID-19

Siempre que me pongo el uniforme de policía, me siento orgulloso de servir a mi patria. Lástima que, desde el cielo, solo puedo mirar a los que más protegí.

Farith Andy Camacho Cuadros

Finalista

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ÁNGEL

Una noche me costó trabajo respirar. Mis padres se asustaron, pero no pudieron hacer nada. Ya había empezado el toque de queda. Al día siguiente, muy temprano, llegaron unos hombres completamente cubiertos, me pusieron sobre una camilla con plástico integrado y me subieron a la ambulancia; no tardé en quedarme dormido. Unos días después me encontraba jugando en el patio de mi casa, cuando sonó el timbre y salí corriendo para abrir; sin embargo, mis padres se me adelantaron a la puerta. Aquellos hombres habían regresado y llevaban consigo, en manos, una cajita de madera que tenía mi nombre.

Winny Mey Lim Espejo Guillen

Finalista

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UNA REALIDAD

Cansada de la rutina, dispuesta a tomar una merecida siesta, cuando de pronto, escuchó el vocear del hombre en la venta de verduras.

Y usted… ¿Ya percibió los cambios inesperados en su rutina?

Guadalupe Buitrón Ludeña

Finalista

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UNA CARTA PARA DIOS

Lima, 13 de julio del 2020

Querido Dios:

El señor encapuchado con vara metálica estuvo muy ocupado; hasta pasó tan cerca de mí, pero, menos mal, estoy bien y mi familia igual, por el momento. Te lo agradezco demasiado; la verdad, no sé cuánto resista esta batalla. Mi presidente tomó las acciones que debía realizar y jamás escatimó esfuerzos. Me entristece el ver a panacas destruidas. En esta cuarentena aprendí que hay que valorar la vida y a nuestra familia, y a ser solidarios con nuestro prójimo.

Con cariño desde la tierra al cielo.

Un estudiante de secundaria

Fabian Jesús Rocca Mejía

Finalista

EL PLANETA Y SU AMIGO

Hace mucho, en la Tierra nació una especie inteligente que fue evolucionando con el tiempo, pero, en el proceso, el planeta enfermó, mientras la nueva especie no hacía nada por ayudarlo. Entonces encontró un amigo: el virus, quien al verlo así tan enfermo, decide ayudarlo manteniendo a esta nueva especie aislada.

El planeta comenzó a sentirse mejor, y la especie se dio cuenta de lo bello que es realmente. Desde entonces lo cuidan mucho.

Braulio Marcelo Flores Lazarte

Finalista

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DÍAS DE ESPERANZA

Ella despertó seis de la mañana como siempre. Su cuerpo le pedía dos minutos más, pero sabía que si ella no lo hacía... Nadie lo haría.

Solo sería otro día como hace dos meses atrás. Levantó sus pies de la cama y preparó el desayuno: avena. Tenía cosas por hacer, sin embargo, aún nadie había dado paso alguno. En el silencio del comedor se preguntaba a sí misma:

¿Cómo se encontrará...?

Aquellas palabras se repetían en su mente en las mañanas. Escuchó pasos viniendo hacia ella. Era su padre.

—Hija... Tu tío falleció ayer en la tarde.

Yasuri Alison Baltazar Perez

Finalista

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DESPUÉS DE TIEMPO

Después de mucho tiempo, vio las calles y el cielo, y se sentía al fin libre. Fue una lástima, porque, a pesar del tiempo, el virus seguía allí.

Joseph Agreda Correa

Finalista

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AGRADECIDA

—Oye —le dijo, mas no quiso contestar. Ella siguió:

—Sé que te puedes estar sintiendo culpable, pero, ¿sabes? Realmente me siento muy agradecida contigo.

Él se quedó confundido, a lo que respondió:

—Pero fui yo el que causó la muerte de miles de tus habitantes.

—Por eso, gracias. Ellos estaban causando la mía.

Camila Vásquez Vicente

Finalista

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11 P. M.

23 horas, día 100 de encierro. En un domo protector. Nada pasa dentro de tu cama, nada material puede tocarte. Salvo lo inexplicable, un viento helado que eriza tu piel o un gato maullando a la nada. No lo puedes ver, no lo puedes tocar, pero sabes que está ahí. Pretendes ignorarlo. Finges que no te asusta pero sabes que te observa. No tiene nombre, no tiene rostro, pero te observa. Quieres creer que todo está bien, darle crédito a la razón. Quizá el encierro te ha desequilibrado. Y solo piensas: ¿por qué solo ese gato puede verme?

Arantza Camila Torres Calambrogio

Finalista

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DÍAS LLUVIOSOS

Era un día lluvioso, gruesas gotas discurrían por ventanales altos del hogar. Mi padre no regresaba. Mi madre preparaba mi comida favorita mientras se deleitaba escuchando Robbie Williams; todos aguardábamos a mi padre. La alegría quedó trunca porque alguien dio un portazo, se conjugaba en su rostro enojo y tristeza profunda. Había sido despedido; el jolgorio solo fue un dulce recuerdo. ¡Batahola! Mi papá gritaba al viento su dolor, una madre desconcertada decía no a la nueva realidad. Mi hermano lloraba. Yo, protagonista recluido con un libro en mano, buscaba salvación desapareciendo entre sus páginas.

Daniel Gonzalo Mena Muñoz

Finalista

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DESOBEDIENCIA Y ARREPENTIMIENTO

Postrada en la cama de un hospital, recuerdo todo lo que he pasado para llegar aquí, desde mi desobediencia a los “toques de queda”, hasta cuando me sacaba la mascarilla para poder hablar con mis conocidos. Pero de nada me sirve recordar ahora, si no puedo cambiar mi situación. Mi voz se va haciendo más débil, siento mi pecho comprimirse hasta querer destrozar mis pulmones, y mi respiración disminuye poco a poco. Puedo oír pisadas acercándose, veo la puerta abrirse, y lo veo... doy un suspiro lleno de arrepentimiento, sabiendo que será mi último aliento.

Alexa Karina Torres Manrique

Finalista

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CATEGORÍA ADULTO

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PELUCHES

A mi mujer no le entiendo la letra. Una vez me dejó una nota diciendo: “Vuelvo en la noche”, y yo leí “huevo en el lonche”. Ella solía acudir los domingos al mercado para hacer las compras, pero, por el estado de emergencia, cambió a los sábados. Seguro que fue ahí donde se contagió, por lo que yo tuve que tomarle la posta. El último sábado, antes de que hierba en fiebre, hizo la lista de compras donde leí “elefantito y león”. ¿Serán en peluche?, me dije. Pero ni bien llegué a casa me preguntó por eucalipto y kion.

Miguel Ángel Hernández Sandoval

Primer puesto

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MILAGRO LIMEÑO

El invierno llegó a Lima. Curas, mercaderes y profanos evitan afinidad y crean un nuevo lenguaje de miradas. En la bodega de la plaza, don Filemón acariciaba a Blanquito mientras este ronroneaba.

—Así es la vida, amigo peludo. Esta pandemia nos está matando y presiento que llegó mi momento.

De pronto, como un milagro, echóse a hablar el gato en modo enigmático.

—Viejo amigo, la muerte es un sueño eterno, no temas el viaje a la inmortalidad.

Filemón lloró, contempló un destello entre las nubes grises y tuvo una visión de esperanza en el más allá.

Felix Manco Ramos

Segundo puesto

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BABA COLONIAL

Santiago escuchaba atento sus clases virtuales de colegio sobre el fin del Perú incaico. Cerró los ojos y vio que Atahualpa era llevado a la plaza de Cajamarca para su ejecución por órdenes de Francisco Pizarro, quien se dirigía a casa para descansar. Al tratar de conciliar el sueño, el conquistador español siente una sombra de realeza inca posarse a los pies de su lecho. Una voz se adelanta a decirle: “Samachiway kunan tuta” (“Alójame por esta noche”). Una semana después, Pizarro muere víctima de insomnio letal, y Santiago abre los ojos sobre su teclado lleno de baba.

Christian Gustavo Alayo Sirlupu

Finalista

MORS PER ALLIGATUM

La autopsia realizada no coincidía con los síntomas de la pandemia. El cuerpo presentaba múltiples fracturas craneales por comprensión, sangrado interno de órganos y asfixia mecánica. Lo que no podía imaginar el forense, es que el confinamiento durante la cuarentena en ese espacio de 2 x 2 metros resultó ser demasiado para él. Cada noche, en sus sueños la habitación se reducía un poco más, despertaba con dificultad para respirar y se sentía aprisionado, al final, y como siempre sucede, el cuerpo no tuvo más opción que seguir a la mente.

Lenin Altuve Hernández

Finalista

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POLLITO

Desperté a medio día con el grito de mi madre, quien me llamaba. Seguía con la resaca del mal dormir, ya que me había acostado pasadas las 5 a. m., como ya era costumbre, fusionada al vacío constante de haberme titulado hacía meses y seguir desempleado. “¿Qué quieres, vieja?”. Nuestra cachorra movía la cola celebrando que ya estuviera de pie. “Prueba”, contestó, extendiéndome un tenedor con un pedazo de pollo. ¡Pollo a la brasa! Aquella mujer, negada a la cocina, acababa de cocinar como los dioses. Quizá y la cuarentena no era tan mala: Si hay pollito, hay amor.

Eduardo Sánchez Castro

Finalista

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SOLO UN NÚMERO

El redactor del diario ha terminado ya su informe: las medidas sanitarias que se han tomado son correctas, pero acaso tardías. Detrás de su mascarilla, un temblor llega hasta su boca; piensa que dicha protección tal vez sea efectiva ante el virus, pero no frente a la realidad. En esa redacción solitaria, ya pasada la medianoche, Rodrigo piensa en Estela. Las medidas sanitarias son correctas, claro, pero no le devolverán la vida a su hermana. Y, sin embargo, todo debe seguir, aunque nos toque representar toda una vida como solo un número.

Roberto Armando Renzo Brignole

Finalista

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EN EL AÑO 2256

La voz metálica al interior del transbordador dijo: “Habéis conocido las ruinas de Macchu Picchu, Chichén Itzá, Teotihuacán y los imponentes moái de Rapa Nui”.

“Mañana estaremos visitando la estación lunar Coyolxauhqui donde apreciarán un documental sobre el COVID-19, el primer virus que se expandió por todo el sistema solar hace algo más de doscientos años y que costó la vida de millones de nuestros habitantes”, prosiguió la voz.

Todos se entristecieron al recordar la magnitud de lo mencionado. Las venusinas lloraron hasta el día siguiente, según contó después un ser proveniente de Titán.

Jorge Quispe Correa Angulo

Finalista

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EL INDIGENTE

Cuando Evaristo retornó al pie del viejo jacarandá, trajo consigo microscópicos huéspedes. «Lo logré», pensó nostálgico. En plena pandemia, esmerarse por buscar alimento «no sirvió de nada». La fiebre le hacía sudar frío. El hambre se había esfumado y no precisamente porque pudo encontrar algo que comer.

Las calles estaban vacías.

Mientras su respiración disminuía, sintió que su cuerpo se iba adhiriendo a las raíces del árbol. Sonrió, pues siempre se creyó parte de él. De pronto, se acurrucó como un niño para entregarse a su último sueño.

A lo lejos, una sirena inició el toque de queda.

Javier Leonec Vílchez Juárez

Finalista

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FIESTA EN CUARENTENA

La naturaleza está de fiesta. En el edifico de seis pisos, hace meses nadie hace la limpieza: las arañas han colgado guirnaldas por los techos, las cucarachas bailan hacinadas en los desagües y filtran la fiesta a los pasadizos polvorosos, las hormigas en fila van cargando la despensa. Desde que empezó la cuarentena, en casa del vecino un perro rasguña desesperado la puerta, se une a la fiesta con aullidos y duerme ebrio de cansancio sobre sus excretas. Después de noventa días, las hormigas descansan los trajines, mientras las moscas y un fiscal zumban sobre la puerta.

Fabiola del Mar

Finalista

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PANDEMIA

Por cada cien hombres que morían en tiempos de pandemia, solo uno iba al cielo, y los otros noventainueve al infierno. Ante ello, hubo disconformidad de parte de Dios por la llegada de tan pocos santos y la irritación del diablo por la sobrepoblación de sus dominios. La balanza estaba desequilibrada y algo estaba mal. Se reunieron Dios y el diablo, fueron juntos al mundo para ver qué sucedía y descubrieron que lo que mataba no era en sí la pandemia, sino el alboroto de los propios humanos. Entonces, dijo Dios a Satanás: “De verdad, tú me das menos jaquecas”.

Jefferson Gómez García

Finalista

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PESTE

El dios Huallallo Carhuincho sigue dando muerte a los hombres. La tierra, desesperada, clama que se detenga, la covid-19 nos quita el aliento. Desgarrador, un baño de sangre en todo el Perú. Pariacaca, su antiguo rival, viene a devolvernos la paz. Se enfrentan, nadie puede detenerlos. Wirakocha, dios supremo, interviene reviviendo a Amaru, hijo de Pariacaca, y a Huaytapallana, hija de Huallallo. Si alguna vez fueron convertidos en montañas por amarse tanto, esta vez solo su amor puede salvarnos. Los amantes se reencuentran. La peste de 2020 llega a su fin. Emerge una nueva leyenda, una historia de cuarentena.

Elvira Antoanette Alza Barco

Finalista

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SUEÑO POSIBLE

Quijote: Dicen que el mundo no será como antes después de esta pandemia. Espero poder ver a mis hermanos preocupados por nuestra tierra como si de nuestra madre se tratara, defendiéndola si alguien la atacase y considerando a los demás ciudadanos como hermanos que han salido del mismo seno.

Sancho: ¡Qué va, eso lo ha dicho Platón hace muchos años y mira cómo estamos!

Quijote: Hermano, déjame soñar con los ojos abiertos, soñemos juntos, empecemos en casa, desde dentro hacia fuera. Toma la escoba, yo el recogedor, ¡limpiemos el mundo!

Mónica Evangelista Zevallos

Finalista

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VECINO

Ya son tres meses sin poder salir de esta pequeña habitación, y lo único que me ayuda a mantener la cordura mental son las conversaciones con mi vecino, quien es el único compañero que tengo en este ruinoso edificio. Es una persona mayor, un agradable viejo, cuya ventana de su cuarto se encuentra separada de la mía solamente por un par de metros. Sin embargo, desde hace cuatro días no apaga la lámpara de su habitación. A través de los agujeros de su cortina logro distinguirlo recostado en su cama. Solo está ahí, echado sin moverse.

Juan Carlos Delgado Macedo

Finalista

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CONVERSACIÓN CON JULIO

—Julio, te agradezco mucho por acompañarme durante toda mi convalecencia. Habría sido más difícil soportar la enfermedad sola, y quién sabe si me hubiera podido recuperar. ¡Ah!, se siente muy descansado respirar sin la máquina… ¿Qué estás mirando Julio?

Detrás de la ventana del cuarto aislado, los padres de Lucía veían desconsolados cómo las alucinaciones anunciaban el ataque de otra terrible fiebre.

Frich Enrique Flores Sobenes

Finalista

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MENSAJE DE LUZ

Al tercer día, vio la televisión y decidió apagarla definitivamente. Ella ya no quería saber de historias pasadas o futuras en tiempos de cuarentena. A sus 90 años solo deseaba disfrutar el delicioso olor de las galletas y de los largos viajes, que en sus pensamientos hacía, para conversar con sus seres queridos. Entre tanta carcajada, se le ocurrió escribir hermosos mensajes que colgó cada día en la ventana de su casa.

Desde entonces, y durante cien días, obtuvo cien sonrisas que le alegraron el corazón y encendió una luz, su luz, la mejor luz en años.

Shirley Denisse Mejías Sullón

Finalista