Nº 8 carta fraternidad

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I FIESTA DE MADRE FRANCISCA, 13 DE OCTUBRE 2011 8ª Carta abierta a toda la fraternidad

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I FIESTA DE MADRE FRANCISCA, 13 DE OCTUBRE 2011

8ª Carta abierta a toda la fraternidad

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II FIESTA DE MADRE FRANCISCA, 13 DE OCTUBRE 2011

Queridas hermanas y hermanos: PAZ Y BIEN

Como todos los años en octubre, dos fiestas

nos unen en oración, celebración, reflexión y hermandad. San Francisco y Madre Francisca son los juglares de Dios que cantan, en nuestro tiempo, el empeño tenaz de Dios por la ternura, la justicia, la paz, la alegría

Valores que necesitamos

con urgencia para alimentar nuestra esperanza y fortalecer el minuto a minuto de nuestro acontecer cotidiano, ahí donde nos jugamos los deseos, los sueños, los esfuerzos reales en el camino de humanización que el Evangelio nos propone insistentemente, al iniciar el día y a la caída de la tarde, en el trabajo fuerte y en el descanso reparador, en la relación amistosa y sencilla y en el duro conflicto del aislamiento, en la anhelada profundidad y en la cotidiana necesidad de la búsqueda del bien…

En todo está el Señor. En todo encontramos

“las semillas de su Palabra y de su amor”. Nada hay de Dios que nos sea ajeno porque a Dios nada de lo nuestro le es ajeno. Nuestros dos santos son signo de esa presencia amorosa de Dios, hecha visible en el amor mutuo, el cotidiano, el pequeñito en gestos, el anónimo, el humilde y sobrio, el discreto, el natural, el decidido por encima de cualquier otra alternativa de vida y “ganancia”

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III FIESTA DE MADRE FRANCISCA, 13 DE OCTUBRE 2011

Nadie como Francisco de Asís exploró las huellas de Jesús hasta hacerlas carne de su carne. Y Madre Francisca exploró las huellas de los pobres, hasta encontrar en ellas la huella inequívoca de la ternura de Dios.

La búsqueda de

Francisco comienza al hacerse consciente de su propio vacío existencial y va encontrando en el camino las huellas de Dios en el leproso, la ruina de la Iglesia, la ambición inmoderada de los

grandes, la tristeza de la diversión sin más, la ansiedad de una búsqueda de gloria y honor,

la debilidad de su propio cuerpo, la guerra fraticida sin solución…

La búsqueda de Madre Francisca nace en su misma cuna. En la fatiga de horarios laborales inhumanos, en la soledad de la mujer ante la injusticia y el abuso, en las normas eclesiales que acotan el deseo de entrega, en el dolor de la inaccesibilidad a la educación, en el sueño de hacer el bien grabado en el corazón de la gente sencilla, en la inteligencia necesitada de cauces para manifestar la grandeza de un Dios que sólo sabe amar...

LOS DOS, ENCONTRARON EL CAMINO EN LA CONFIANZA

La confianza en la convivencia y la relación siempre posible, llevó a ambos a entender el camino de la fraternidad, en la que nadie puede apartarse de nuestra mirada sin haber encontrado en ella la misericordia. Las huellas de la ternura y bondad son para ellos y para nosotros la señal para no perdernos en el camino de la soledad y la intolerancia

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IV FIESTA DE MADRE FRANCISCA, 13 DE OCTUBRE 2011

La confianza en la justicia social, les llevó a vivir la libertad de la desposesión y la comunión de los bienes. La solidaridad y la generosidad en el trabajo por el bien común es la huella de Jesús que nos señala el camino de la esperanza y el progreso de todos los pueblos

La confianza en el Dios providente, cercano y trascendente fue su fundamento existencial. El Dios, Todo Bien y Sumo Bien, el Dios Altísimo y Mayor, se les reveló con su rostro más cercano y humano: Jesucristo. Seguir las huellas de Jesús, sin glosa, es el camino de la cruz, el camino de la apuesta por los pobres, a quienes Dios se les revela como Sumo Bien, protector y consolador en el cuidado solícito de sus hermanos y hermanas. Perder la vida por dar vida a quienes nada tienen es la huella más profunda que hemos de descubrir en las arenas finas o gruesas de nuestra playa social.

Francisco y Madre Francisca nos acompañan

en este caminar. Y junto a nosotros, visibles o no, caminan todas las personas que requieren de nuestro apoyo y de las que recibimos también la luz de la verdad, el calor del amor, y la exigencia de la búsqueda incansable del bien

Un abrazo fraterno

Hna. Carmen Pons Martí

Hna. Celia Tena Marín Hna. Aniuska Aponte Vargas

Hna. Carmen Rosa Rejas Chávez Hna. Elisa Tortonda Zarzoso