Niemeyer - El General Bernardo Reyes

145
E. V. NIEMEYER, JR. EL GENERAL BERNARDO REYES 3 Gobierno del Estado de Nuevo León Centro de Estudios Humanísticos de la Universidad de Nuevo León. MONTERREY, MÉXICO, 1966

description

Gobierno del Estado de Nuevo Léon, Centro de Estudios Humanísticos de la Universidad de Nuevo León, 1966 - 261 páginas

Transcript of Niemeyer - El General Bernardo Reyes

  • E . V . N I E M E Y E R , J R .

    E L G E N E R A L BERNARDO REYES

    3

    Gobierno del Estado de Nuevo Len Centro de Estudios Humansticos de la Universidad de Nuevo Len.

    M O N T E R R E Y , M X I C O , 1 9 6 6

  • BERNARDO R E Y E S , tapato por nacimien-to y neoleons por adopcin, dej una marca indeleble en el curso de la his-toria de Mxico, as como en la del Estado de Nuevo Len, del que fue go-bernante y en cuya capital, Monterrey, realiz su ms vigoroso desarrollo du-rante su larga administracin.

    Bernardo Reyes se destac como el gobernador ms honrado y activo del porfiriato en la construccin del M-xico moderno. Excelente administrador civil, aunque militar ante todo; liberal de conviccin, aunque creyente de ma-no firme; agente personal de Daz, en el nordeste, aunque siempre vigilante de los intereses de Nuevo Len; refor-mador social, aunque funcionario de un sistema poltico autoritario que te-na muy poca relacin con los proble-mas econmicos y sociales de las masas, Don Bernardo fue aclamado en 1909 como el nico capaz de encabezar un movimiento de reforma social, econ-mica y poltica que tnto necesitaba el Mxico de entonces.

    Pero la gran tragedia del hombre fue que era incapaz de contrariar a Daz por un sentido de lealtad personal que en el momento crtico no supo subordi-nar al inters supremo de la Nacin. Por eso y por sus actividades rebeldes en 1911 y 1913, Reyes ha sido conde-nado simplemente por algunos intrpre-tes de la poca revolucionaria. Sin em-bargo, para entender bien su papel en la historia de Mxico es necesario que sea estudiado por todo el perodo que sirvi a su querida patria y no slo en los ltimos dos aos de su vida.

    Aunque el autor afirma que este li-bro est lejos de ser la biografa defini-tiva de Reyes, el Gobierno del Estado de Nuevo Len y el Centro de Estu-dios Humansticos de la Universidad de Nuevo Len se complacen en pre-sentar el nmero 3 de la "Biblioteca de Nuevo Len", El General Bernardo Re-yes, como un excelente punto de par-tida para el estudio de un personaje his-trico ntimamente vinculado con el Es-tado de Nuevo Len y el Mxico de ayer.

  • E . V . N I E M E Y E R , J R .

    E L G E N E R A L BERNARDO REYES

    Traduccin de Juan Antonio Ayala

    Revisada por Joaqun A. Mora

    Prlogo de

    A L F O N S O R A N G E L G U E R R A

    - 3 -

    Gobierno del Estado de Nuevo Len Centro de Estudios Humansticos de la Universidad de Nuevo Len.

    M O N T E R R E Y , M X I C O , 1 9 6 6

    UANL B. U. "Ral Rangel Fras" Documento Dorado por

    Lic. F*derk*> p ^ T P o r

  • t

    Derechos Reservados por la Universidad de Nuevo Len

    Ttulo original: The Public Career of General Bernardo Reyes

    Primera edicin: Enero de 1966. 1,000 ejemplares en Chebuco

    y 100 en Vellum

    5

    M H S

    P R O L O G O

    TODA BIOGRAFA, COMO DECA ALFONSO REYES, implica algo de ficcin. Quien se dedica a recuperar del pasado los hechos y las acciones de toda una vida necesita, como el novelista en muchos aspectos, imaginar el mun-do y la circunstancia en que actu la voluntad, el pensamiento y la de-cisin de un hombre. Y no slo esto. Desde ese marco y esa circunstancia histrica, el bigrafo debe aprender, descendiendo hasta el fondo de su personaje, a ver y juzgar su poca y su tiempo tal y como lo hiciera el propio biografiado, para as poder encontrar la interpretacin ms exacta posible de todos los movimientos de su voluntad.

    Esta tarea, casi imposible cuando se trata de individuos que llevaron una existencia privada, puede cumplirse en mayor medida cuando el biogra-fiado es un hombre pblico ligado directamente a la historia de su pas y que deja tras de s la huella documental, la palabra escrita y el testimonio de sus contemporneos. A travs de todos estos elementos puede perfilarse su figura y sobresalen, salvndose del olvido, las actitudes y las decisiones que imprimieron un determinado carcter a su vida.

    El Doctor E. V. Niemeyer, autor de esta biografa del General Bernardo Reyes, opt por la investigacin documental y se apeg estrictamente a la informacin que le proporcion el inmenso nmero de fuentes consultadas, lo que dio por resultado un trabajo objetivo, preciso, apoyado en todas y cada una de sus partes por el archivo, el libro, el documento o la entrevista. Por ello no encontraremos en este libro desviaciones de ese tipo de verdad estricta que el autor se propuso encontrar; por eso tampoco encontraremos en sus pginas meras apreciaciones subjetivas o consideraciones personales que carezcan del fundamento que proporciona la propia investigacin. Este es uno de los mritos innegables de la obra del Doctor Niemeyer, que enri-quece notablemente la bibliografa sobre el Estado de Nuevo Len y aporta adems, para los futuros investigadores del General Reyes y su poca, el valioso servicio de reunir en un solo volumen toda la informacin sobre las fuentes a las que se debe acudir en el Estado, en el pas y en el extranjero,

  • para profundizar sobre algn aspecto en particular en torno a este perso-naje de la historia local y nacional. La amplia bibliografa que se incluye al final del libro testimonio indudable de la forma acuciosa y seria en que trabaj el Doctor Niemeyer podr ser utilizada por todos aquellos que se propongan continuar la tarea por l iniciada.

    En estas pginas asistimos al surgimiento, triunfo y cada de la figura his-trica que est directamente ligada a la historia moderna de Monterrey y de Nuevo Len. El largo perodo en el que el General Reyes gobern el Estado, marca el inicio de Monterrey como ciudad industrial. El rostro que adquiri Monterrey es de esta poca y hasta hace apenas unos aos se man-tuvo igual que a comienzos del siglo. La visin, la autoridad y la voluntad del General Bernardo Reyes impulsaron la capital del Estado de Nuevo Len y la sacaron del letargo en que se encontraba todava a fines de la centu-ria pasada. Todo este perodo, de singular importancia en la historia de Monterrey, es tratado minuciosamente por el Doctor Niemeyer. La industria del acero, la cerveza, textiles, etc., cobran importancia en la economa de Monterrey y en su desarrollo definitivo a partir de esos aos en que el Ge-neral Reyes tuvo en sus manos el poder.

    Sus campaas militares, que son el antecedente inmediato del gobierno en Nuevo Len y en las que se perfil el General Reyes como hombre de man-do y de organizacin, y posteriormente el engrandecimiento de su figura en el plano nacional, que se convertira necesariamente en conflicto con el Pre-sidente Porfirio Daz y que el General Reyes resolvi retirndose de la escena poltica y manteniendo inclume su fidelidad a aqul, ocupan varios captulos del libro, siguiendo el autor paso a paso todos los movimientos del reyismo en el pas, hasta el fracasado proyecto iniciado en San Antonio Texas, terminado con la captura en Linares, y que culmina trgicamente ante las puertas del Palacio Nacional la maana del domingo 9 de febre-ro de 1913, al caer el General Bernardo Reyes de su caballo con un balazo en la cabeza, despus de gritar a su hijo, quien le deca que lo iban a ma-tar : "S, pero no por la espalda", palabras que fueron las ltimas que pro-nunci. "Desafortunadamente para Reyes dice Niemeyer en el Epilogo de esta obra, su vida se mezcl con el periodo siguiente de la historia de Mxico, periodo extrao para l y para la poca autoritaria que le prece-di. Si Reyes no pudo aceptar el cambio, no debe ser juzgado con dureza por los trgicos sucesos que lo rodearon en 1911 y 1913. Un estudio impar-cial de las realizaciones de la poca porfirista determinarn el verdadero va-lor del hombre y lo pondrn en el lugar que le corresponda en la historia mexicana. Una vez que esto se haya determinado firmemente, sus activi-dades equivocadas en la poca revolucionaria le restarn muy poco a su reputacin."

    Este libro se incluye en la "Biblioteca de Nuevo Len" que publican el Gobierno del Estado y el Centro de Estudios Humansticos de la Univer-sidad de Nuevo Len, y es una aportacin valiosa a la escasa bibliografa existente sobre la historia de Nuevo Len y de sus hombres.

    A L F O N S O R A N G E L G U E R R A

  • A la memoria del Doctor Carlos Eduardo Castaeda, catedrtico de Historia en la Universidad de Texas, con el cario, homenaje y admira-cin del autor, uno de sus discpulos.

  • Captulo I

    A N T E C E D E N T E S F A M I L I A R E S Y P R I M E R O S A O S

    D U R A N T E L O S D I S T U R B I O S DE L A S G U E R R A S civiles que agitaron a la Rep-blica Mexicana a mediados del siglo X I X naci en Guadalajara, Jalisco, un hombre que iba a dejar su marca distintiva en el curso de la historia de este pas: Bernardo Reyes.

    No es extrao que este hijo de Jalisco siguiera la carrera militar porque ciertos factores hereditarios y el medio ambiente determinaron desde muy pronto que as fuera. No solamente contaba con distinguidos militares en-tre sus antepasados, sino que durante su juventud recibi una gran influen-cia de lo que vio, oy y experiment como hijo de un militar que partici-paba activamente en las luchas de su tiempo.

    El primer Reyes de esta familia lleg a Mxico en 1828 o 1829, proce-dente de Nicaragua. Este fue Doroteo Reyes, quien se estableci en Guada-lajara, donde se convirti muy pronto en un prspero hombre de negocios. Poco despus de su llegada, se le reuni su hijo Domingo Reyes, quien se-ra despus el padre de Bernardo Reyes. Se sabe muy poco acerca de los primeros aos de Domingo. Naci en 1809 y se naturaliz como ciudadano mexicano despus de haberse reunido con su padre. A comienzos de 1830 ingres al servicio militar y hacia 1834 era ya capitn de la guardia na-cional de Jalisco.1

    Cuando el coronel Jos Mara Yez, en su calidad de jefe de los libe-rales, se sublev en Jalisco en mayo de 1846, uno de sus primeros parti-darios fue Domingo Reyes, quien empez por distinguirse en los combates consecuentes a la defensa de Guadalajara, lo que le hizo merecedor del ascenso a teniente coronel y del puesto de jefe del grupo de caballera

    1 MANUEL CAMBRE, Reminiscencias Histricas, el Coronel D. Domingo Reyes. (Edi-cin de El Correo de Jalisco, 1902), passim.

  • de Jalisco que se estaba preparando para una guerra inminente con los Es-tados Unidos.2 No se sabe si don Domingo particip activamente en la guerra o no. Por esta poca el cronista de su vida dice que dedic mucho tiempo a acabar con los robos de las bandas armadas de forajidos en Ja-lisco, cosa que hizo "con gran eficiencia."

    Desde el levantamiento de 1846 Domingo Reyes sigui unido a la causa liberal que defenda los principios del anticlericalismo y del federalismo. En 1852, en vsperas de la vuelta de Santa Anna, cuando sus tropas se re-belaron para ayudar a un levantamiento local conservador, don Domingo se enfrent a ellas, pistola en mano, sin temor alguno. Aunque sus ayudan-tes fueron muertos, l milagrosamente sali ileso de la lucha que sigui. Despus del triunfo de los liberales en Jalisco en 1855, don Domingo re-cibi su primer cargo poltico, el de jefe poltico del segundo cantn del estado.3

    Fue este puesto desde donde se le llam para que demostrara su fe en sus principios liberales. En abril de 1857, despus de haber actuado como jefe poltico durante casi diez meses, le lleg el momento de promulgar la debatida Constitucin de 1857. El 12 de abril, media hora despus de haberla promulgado, los gritos de "viva la religin", "viva Dios", "mueran los impos" resonaron en la ciudad de San Juan de los Lagos. Domingo Reyes, un ardiente liberal, intent explicar a la multitud que la Constitucin no ata-caba a la religin, pero su explicacin provoc un motn. Una versin manifiesta que los jefes locales dijeron a Reyes que la Constitucin no se jurara hasta el da siguiente y que cuando l insisti en que debera hacerse inmediatamente, estall el motn. Como quiera que fuese, la maana del da 13 hubo una lucha encarnizada entre los defensores del gobierno y los excitados conservadores que termin con la derrota de las fuerzas libera-

    2 La rebelin en Jalisco comenz el movimiento contra el General Mariano Paredes. Este militarista ambicioso haba recibido la orden de marchar con sus tropas hacia la frontera de Texas para preparar las hostilidades con los Estados Unidos. En vez de cumplir las rdenes, se puso a la cabeza de una camarilla monrquico-conservadora y derroc al Presidente Jos Joaqun Herrera en enero de 1846. Paredes siti a Gua-dalajara durante casi tres meses. Fue derrotado en agosto cuando las tropas de la Ciudadela de la Ciudad de Mxico secundaron el movimiento de Jalisco. IGNACIO NAVARRETE, Compendio de la Historia de Jalisco (Guadalajara: Tipografa de Isaac Banda, 1872), 104-105.

    3 El Jefe poltico desempeaba un papel muy importante en el sistema gubernativo de Mxico. Era un representante del gobierno central y tena extensos poderes ad-ministrativos y polticos sobre los partidos o cantones, subdivisiones de los Estados. Para un estudio de la historia de este cargo desde su creacin bajo la Constitucin espaola de 1812 hasta su extenso uso bajo la dictadura de Porfirio Daz, vase J. LLOYD MECHAM, "The Jefe Poltico in Mxico", The Southwestern Social Science Quarterly, XIII , 333-352.

    les, logrando escapar Reyes y dirigirse a Guadalajara. Otro cronista dice que cuando el pueblo excitado pidi la vida de Reyes, ste se escap ocul-tndose en la crcel de mujeres, de donde huy al anochecer con la ayuda de un sacerdote y un doctor cuando fueron libertados los prisioneros de la crcel.1 Aparentemente dio buena cuenta de su conducta, porque al volver a Guadalajara fue nombrado jefe poltico del cuarto cantn del Estado.

    Desde 1857, hasta su muerte cinco aos ms tarde, don Domingo compar-ti las derrotas y los triunfos de los liberales de Jalisco. Despus que Gua-dalajara fue recobrada por los liberales en 1861, se le encomend pacificar el cantn de La Barca, que estaba infestado de guerrillas reaccionarias y de bandidos. Hacia la fecha de su muerte, en 1862, haba logrado restau-rar cierta apariencia de orden, pero no haba acumulado bienes materiales que dejar a los suyos, a excepcin de su buen nombre. Algunos aos ms tarde su hijo Bernardo honr la memoria de su padre con la siguiente ins-cripcin que coloc en su tumba: "El Coronel Domingo Reyes, naci en 1809, y muri siendo J. P. y Comandante Militar en este Cantn, en 1862."5

    Se sabe mucho ms acerca de la familia de la madre de Bernardo Reyes que sobre la familia de su padre. Un genealogista de Jalisco ha llamado a la familia Ogazn y Velzquez, a la que perteneca la madre de Bernardo Reyes, el "tronco de un importante ncleo de jefes del partido liberal de los Estados de Jalisco, Colima, Zacatecas y Nuevo Len."6

    Dentro de esta prominente familia, don Domingo Reyes cas dos veces. Despus que muri su primera esposa, Guadalupe Ogazn, Reyes contrajo nupcias con su hermana, Juana Ogazn, y Bernardo Reyes fue el primer hijo de este segundo matrimonio. Por parte de su madre, Bernardo Reyes fue primo del General Pedro Ogazn, que fue respectivamente Goberna-dor de Jalisco y Colima, Ministro de Guerra en el gabinete de Benito Ju-rez en 1861, Primer Magistrado de la Suprema Corte de Mxico desde 1868 hasta 1874 y Ministro de Guerra en el primer gabinete de Porfirio Daz desde 1876 hasta 1877. Bernardo era tambin primo del Licenciado Ignacio Luis Vallarta, en un tiempo Gobernador de Jalisco, Ministro de Goberna-cin y de Relaciones Exteriores en el primer perodo de Daz y posterior-mente Presidente de la Suprema Corte de Justicia.

    Bernardo Reyes, que es quien nos preocupa en este trabajo, naci en

    4 AGUSTN RIVERA, Anales Mexicanos, la Reforma y el Segundo Imperio (Guada-lajara: Escuela de Artes y Oficios, Taller de Tipografa, 1897), 27-28.

    5 CAMBRE, Reminiscencias Histricas, el Coronel D. Domingo Reyes. " ING. RICARDO LANCASTER-JONES, "Noticias Genealgicas sobre las Familias Ogazn

    y Velzquez de la Nueva Galicia", Gaceta de Guadalajara, Vol. 9, No. 95, 1 de enero de 1951.

  • Guadalajara el da 20 de agosto de 1850, en la casa nmero 121 de la calle Lpez Cotilla. Se cree que naci cuando el regimiento al que perteneca su padre se alojaba en el viejo Convento del Carmen, lugar que muchos aos se utiliz como cuartel.7

    Se sabe muy poco de los primeros aos de este hombre que estaba desti-nado a ser ms tarde una afamada figura militar de su pas, un importante administrador y un discutido candidato poltico a la Presidencia. Proba-blemente termin su educacin primaria en las escuelas pblicas de Guada-lajara. Un escritor afirma que complet sus estudios de secundaria en el Liceo de Varones de la misma ciudad,8 pero en esto hay alguna duda, .por-que otro escritor relata que apenas haba terminado su instruccin prima-ria cuando se alist en el ejrcito.9 Aunque Rodolfo Reyes dice que su pa-dre estudi leyes,10 es ms probable que desde muy temprana edad se sin-tiera atrado a la vida del soldado por las exigencias de la Intervencin Francesa.

    En 1864, las tropas imperiales de Napolen I I I , en colaboracin con los conservadores mexicanos, haban logrado capturar Puebla, Morelia, San Luis Potos y Guadalajara. Era el momento en que todo patriota mexicano deba levantarse para defender a su pas y el joven Bernardo, que entonces tena catorce aos, no se hizo esperar. Esto marc el comienzo de su ca-rrera militar, una carrera en la cual ascendi de guerrillero hasta General de Divisin, el grado ms alto del Ejrcito Mexicano. Nunca asisti a una academia militar, pero sirvi en todos los rangos. Aunque su educacin for-mal ces a muy temprana edad, Bernardo Reyes estudiaba constantemente an durante sus campaas para acrecentar sus conocimientos en el arte mi-litar y de la tctica. Su anhelo de saber, su ilimitada energa y su intrpido valor, le valieron un ascenso rpido y una reputacin de tctico de primer orden. En suma, fue un autodidacta, un hombre que, forjado por s mismo, muy pronto se distingui en el campo de su eleccin.11

    ' ING. RICARDO LANCASTER-JONES, "La Casa Natal del General Bernardo Reyes", El Informador, 20 de agosto de 1950, Sec. 2, p. 8.

    8 JOS P. SALDAA, "General Bernardo Reyes" en la Redaccin de "El Norte" (ed.) , Constructores de Monterrey (Monterrey, 1945) , 38.

    9 JOS LPEZ-PORTILLO Y ROJAS, Elevacin y Cada de Porfirio Daz (Mxico: Librera Espaola, s. f . ) , 301. De aqu en adelante se citar como Elevacin y Cada. Reyes recibi un certificado y una medalla el 4 de marzo de 1895, por haber com-pletado treinta aos de servicio militar. Ignacio M. Escudero a Bernardo Reyes, 23 de febrero de 1895, ms, Ministerios, 1895, Archivo de Bernardo Reyes. De aqu en adelante se citar como ABR.

    10 RODOLFO REYES, De mi Vida, Memorias Polticas (Madrid: Biblioteca Nueva, 2 vols., 1929, 1930), I, 11. Se citar en adelante como De mi Vida.

    11 Alfonso Reyes al autor, entrevista en la Ciudad de Mxico, 18 de abril de 1953.

    En su carrera de guerrillero el joven Reyes luch contra los zuavos fran-ceses, con palos y piedras, en las montaas de Michoacn, slo para ser capturado y liberado por su poca edad y enviado a Guadalajara.1 2 Sin em-bargo, se necesitaba ms que esto para acobardar a este osado joven. En seguida se uni a las fuerzas de los patriotas al sur de Jalisco, y a principios de 1866 se encontraba luchando otra vez contra los franceses en el norte de Jalisco, donde obtuvo, el 28 de abril, un ascenso a Teniente Segundo en la Guardia Nacional, Cuerpo de Guas de Jalisco.13 Esta fuerza atacaba al enemigo continuamente "dondequiera que se encontrara" en Jalisco y Aguas-calientes, en situaciones angustiosas, frecuentemente sin alimentos y sin su-ficientes armas y municiones. Pero los patriotas luchaban como slo luchan los hombres que defienden su patria. El 8 de octubre, fueron recompensados con la captura de Calvillo (Aguascalientes) y el 29 de noviembre con la cap-tura de Zacatecas. El joven Reyes estuvo presente en ambas ocasiones, ha-biendo sido ascendido a Teniente de Caballera despus de la primera de es-tas dos acciones.14

    A principios de 1867 el joven Bernardo serva en el Cuerpo de Lanceros de Jalisco y tom parte en el sitio de Quertaro, donde recibi una herida de sable el 14 de marzo, y en la batalla de San Lorenzo, el da 1 de abril, donde fue herido por bayoneta en la pierna izquierda. Pese a esto, tuvo la sa-tisfaccin de encontrarse en Quertaro la maana del da 15 de mayo cuan-do el Emperador Maximiliano entreg su espada al General Mariano Escobedo.

    La cada del Imperio y la restauracin de la Repblica no trajeron la de-seada paz, tan necesaria para la reconstruccin de un Mxico sangrante. Cuando Benito Jurez asumi el poder como Presidente Constitucional el da 25 de diciembre de 1867, ni l ni el pas esperaban que seran hostiga-dos por las revueltas militares de los caciques locales durante los cuatro aos completos de su perodo. Estas revoluciones fueron ocasionadas, por una parte, por una reduccin del ejrcito que dej sin empleo a muchos de los soldados que haban luchado contra los franceses, y, por otra, por el intento

    A AURELIO LARTIGUE, Biografa del Gral. de Divisin Bernardo Reyes, Ministro de Guerra y Marina (Monterrey: Tipografa del Gobierno en Palacio, 1901), 6. Se citar como Biografa. . . Reyes.

    13 "Hoja de Servicios del C. General de Divisin Bernardo Reyes", Archivo de la Secretara de Guerra y Marina, p. 1. Copia de la hoja de servicio militar del Ge-neral Reyes en posesin del autor. Tambin en ADOLFO M. OBREGN, Al Pueblo Me-xicano y a las Colonias Extranjeras (Mxico: Tipografa "El Paladn", 1911), 11-19. Se citar como Al Pueblo Mexicano.

    " Ibid.

  • del gobierno central de imponer su autoridad en los Estados donde haba ejercido esa autoridad slo nominalmente durante la intervencin francesa.

    Durante todo este agitado perodo el joven Bernardo fue leal al gobierno de Benito Jurez y luch valientemente para reprimir las revueltas que ocu-rrieron. En 1868 y 1869 sirvi como oficial de la cuarta Divisin de Ca-ballera, destacada para reprimir una insurreccin en Sinaloa. Desde comien-zos de 1870 a octubre de ese ao, Reyes domin a los caciques rebeldes en Zacatecas, Durango, San Luis Potos y Tamaulipas.13

    Cuando el General Garca de la Cadena, Gobernador de Zacatecas, y los Generales Pedro Martnez y Francisco Aguirre en San Luis Potos se suble-varon contra el Gobierno en diciembre de 1869, el General Corona, Coman-dante del 4o. de Caballera, quien se encontraba en Durango, se vio inusita-damente separado del cuerpo principal de sus tropas. Para informar al Pre-sidente Jurez de las circunstancias y pedir la ayuda necesaria, solicit vo-luntarios para llevar un mensaje a la oficina de telgrafos ms cercana. Ber-nardo Reyes se ofreci como voluntario y, aunque an no tena veinte aos, fue escogido para la peligrosa misin de atravesar el territorio ocupado por las fuerzas enemigas. Logr llevar el mensaje a la oficina de telgrafos de Len y al regresar a Durango obtuvo unos papeles importantes de un correo enemigo a quien sorprendi, habiendo hecho el largo y peligroso viaje en cinco das.

    Un mes ms tarde, en febrero de 1870, Reyes fue nombrado ayudante del General Donato Guerra, que estaba encargado de la campaa de Zacatecas. En el camino de Zacatecas a Villanueva, Reyes captur, en un golpe de audacia, al General Antonio Juregui cuando sus fuerzas inesperadamente encontraron a dicho General y sus tropas en el Paso de Sotos. Con una hbil estratagema, Reyes atrajo al General Juregui a un encuentro lejos de sus tropas, lo captur y lo llev a Zacatecas en un combate de persecucin en el que Reyes fue herido en el brazo izquierdo.

    De marzo a octubre de 1870, el joven Teniente actu en el distante Ta-maulipas como secretario del General Francisco Tolentino, y el 2 de septiem-bre de 1871, fue ascendido a Capitn de Caballera.16 Desde esta fecha hasta el 7 de julio de 1873, sirvi como Oficial del Estado Mayor en el 4o. de Caballera.

    La lealtad que Bernardo Reyes haba demostrado hacia el Gobierno Cons-titucional de Benito Jurez la transfiri al de Sebastin Lerdo de Tejada cuando ste se convirti en Presidente al da siguiente de la muerte de Jurez, el 18 de julio de 1872.

    15 Ibid.; LARTIGUE, Biografa... Reyes, 14-16. 1C Hoja de servicios, 2.

    Cerca de seis meses despus de la toma del poder por parte de Lerdo, ret su autoridad el ltimo de los autnticos caciques indios de Mxico, Manuel Lozada, cuyo control del Estado de Tepic haba durado ms de quin-ce aos. Cuando el "Atila mexicano" o "Tigre de Alica", como indistinta-mente le llamaban, se sublev contra el gobierno central a fines de 1872, con-dujo un ejrcito de seis a ocho mil indios brbaros desde su dominio de las montaas casi hasta las puertas de Guadalajara antes de que fuera derro-tado por el General Ramn Corona en la Batalla de La Mojonera el 28 de enero de 1873.

    Durante esta batalla el Capitn Bernardo Reyes, ayudante del General Corona, se distingui como jefe del grupo explorador de caballera. El gru-po de exploradores fue rodeado por el enemigo y aniquilado hasta el ltimo hombre, con excepcin de Reyes, quien, espada en mano, logr romper el cerco y regresar con valiosa informacin que evit un ataque sorpresivo. En la batalla que sigui, Lozada y sus partidarios indios fueron derrotados en la brillante accin del 28 y 29 de enero que acab con un movimiento que ame-nazaba convertirse en una guerra racial y extenderse a todo Mxico. De los tres ascensos que se dieron despus de la batalla, Reyes recibi uno, siendo ascendido a Comandante de Escuadrn.17

    Despus de La Mojonera, Reyes pudo pasar algn tiempo junto a su joven esposa, a la que haba cortejado y con la que se haba casado precisamen-te un poco antes del comienzo de la campaa contra Lozada. Aurelia Ochoa haba nacido en Zapotln el grande (Ciudad Guzmn) , Jalisco, pero muy nia se haba trasladado con sus padres a Guadalajara, donde se haba educa-do y donde probablemente conoci a Reyes. Tena un poco ms de diecisiete aos cuando se cas el cuatro de noviembre de 1872, y el primero de sus doce hijos, Bernardo, naci el 20 de agosto de 1873, el da del cumpleaos de su padre.18

    Pero las exigencias del servicio redujeron el tiempo que don Bernardo esperaba disfrutar con su mujer y pronto se reincorpor a su unidad. Du-rante un breve espacio de tiempo, desde el 8 de abril al 21 de mayo, Re-yes fue temporalmente secretario del General Tolentino durante las opera-ciones de limpia que prosiguieron contra Lozada y sus comandantes indios. El 21 de mayo volvi al cuartel general del General Corona bajo cuyo man-do sigui participando en dicha campaa, que el terreno montaoso haba

    17 LARTIGUE, Biografa... Reyes, 8 ; Hoja de servicios, 2; Una Pgina de Gloria del Benemrito General de Divisin Ramn Corona (Durango: Imprenta de C. Gmez, 1 8 9 0 ) , 3 - 4 .

    a Mara Reyes Vda. de Dvila al autor, Monterrey, 29 de noviembre de 1952. Carta en poder del autor.

    17

  • hecho sumamente difcil, hasta que Lozada fue capturado y fusilado en ju-lio de ese mismo ao.

    Despus de la muerte de Lozada, la campaa se continu contra sus parti-darios durante 1874 y 1875. Reyes condujo una expedicin en julio de 1875 contra Tranquilino Hernndez, uno de los lugartenientes del antiguo caci-que. Cuando Reyes estaba al frente de un destacamento de tropas acanto-nado en Santiago Ixcuintla, Tepic, en la campaa contra el conocido Isa-bel Gonzlez, fue atacado el 2 de septiembre a la media noche y sorprendi-do por una parte de sus propias tropas. Aunque muchos de sus hombres fue-ron muertos en el traicionero asalto, Reyes logr formar un grupo con unos veinte que haban permanecido leales y en la sangrienta lucha que sigui, durante la cual Reyes recibi una herida de bala en el cuello, las tropas amo-tinadas fueron desalojadas de los cuarteles. Por su valenta y su firme leal-tad al Gobierno durante esta accin, Reyes fue ascendido a Teniente Coro-nel.19 Despus de sofocado el cuartelazo, Reyes continu la campaa contra Gonzlez, quien se rindi el da 18 de noviembre en Puerta de Platanares, Tepic.

    El ao 1876 encuentra a Reyes ocupado en la persecucin de los revolucio-narios en la costa occidental, mientras la oposicin contra el Presidente Lerdo de Tejada, que haba sido reelegido, creca y cristalizaba rpidamente en un movimiento que muy pronto termin en el destierro de Lerdo y dio co-mienzo a una nueva era que estara bajo el dominio de otro caudillo oaxa-queo, el General Porfirio Daz. Como un elogio a Reyes, se puede decir que, a diferencia de los que abandonaron el barco hundido del lerdismo, l sigui siendo leal hasta su fin al gobierno establecido.

    Muy posteriormente, el 19 de mayo de 1876, Reyes derrot a otros revo-lucionarios en Ahuacatln. Once das ms tarde el joven oficial recibi el mando del 14o. Regimiento de Caballera. En junio logr desalojar de Te-pic al Coronel Vizcano, que se haba sublevado contra el Gobierno.20 En julio fue enviado a Sinaloa, donde permaneci hasta enero de 1877; durante este tiempo se distingui en varias ocasiones por su valenta y su lealtad con el Gobierno.

    Derrot, el 19 de agosto de 1876, al sublevado General Donato Guerra en Tamiapa, Sinaloa, en una accin que, puede decirse, tuvo xito tanto por su sagacidad como por su arrojo. Segn Ramn Prida, cuyo odio por Reyes es muy conocido, haban asegurado al General Guerra que Reyes estaba de acuerdo en unirse a la revuelta. Cuando ms tarde Guerra fue avi-sado por sus exploradores de que las tropas del 14o. Regimiento, con

    " Hoja de servicios, 2; "General Bernardo Reyes" en Los Hombres Prominentes de Mxico (Mxico: Imprenta y Litografa de "La Patria", 1888), 114-115.

    :o Hoja de servicios, 2.

    Bernardo Reyes a su cabeza, se estaban acercando, les permiti avanzar hasta que se pusieron a tiro de rifle, pero en ese momento las tropas de Reyes, inesperadamente, abrieron un fuego implacable. La mayor parte de las tropas de Guerra fueron capturadas y el mismo general fue obligado a huir a Chihuahua, donde poco despus fue hecho prisionero.21 Probable-mente Reyes recordaba los antecedentes de Guerra como rebelde en los l-timos das de la administracin de Jurez y en los comienzos de la de Lerdo y resolvi finalizar de una vez por todas su actividad revolucionaria. De to-dos modos, por haber derrotado a Guerra recibi un voto de gratitud del pueblo de Tamiapa.2 2

    Como ya se ha indicado, a fines de 1876 las inquietudes y las conju-ras contra el Presidente Lerdo de Te jada estaban abriendo paso al comien-zo de una nueva era. Cuando el Congreso ratific la reeleccin de Lerdo el 26 de octubre, Jos Mara Iglesias, Presidente de la Suprema Corte, ya estaba planeando sublevarse en Guanajuato, y Porfirio Daz, disgustado con la perpetuacin en el cargo de Jurez y su sucesor, estaba para salir de Oaxaca y marchar a Mxico.

    Cuando Daz encontr a los lerdistas y los venci en la sangrienta bata-lla de Tecoac el 16 de noviembre, el camino a Mxico y a la Presidencia estaba abierto y el gobierno de Lerdo se desmoron. Pero a pesar de la defeccin de numerosos cuerpos de tropas en favor de la victoriosa faccin de Daz, hubo otros que se rehusaron a hacer lo mismo. El ejrcito en Si-naloa estaba dividido, y Reyes, que haba servido desde septiembre como Comandante de la lnea militar desde Santiago Ixcuintla, Tepic, hasta Si-naloa, ech su suerte con los que permanecan leales al gobierno constituido.

    El Coronel Jess Ramrez, Comandante del 22o. Batalln en Sinaloa, se-cund el Plan de Tuxtepec, desconoci a Lerdo de Tejada, y reconoci al Vice-Presidente Jos Mara Iglesias como el sucesor legal de Lerdo. Pero el Ge-neral Francisco O. Arce, que haba sido nombrado Gobernador y Coman-dante Militar de Sinaloa por Lerdo, permaneci leal a su benefactor e hi-zo planes para dominar a los rebeldes. En la lucha que sigui en diciem-bre, Reyes se vio envuelto en dos ocasiones distintas. En la noche del da 12 cerca de La Noria atac a las fuerzas que estaban mandadas por Ramrez, pe-ro segn los informes fue rechazado.23 En la maana del da 19 unos dos-

    21 RAMN PRIDA, De la Dictadura a la Anarqua (El Paso: Imprenta de "El Paso del Norte", 1914), 166; LARTIGUE, Biografa... Reyes, 8-9. Rodolfo Reyes dice que su padre haba dicho previamente a Guerra que no se unira al movimiento porfi-rista. V a s e RODOLFO REYES, De mi Vida, I , 13-14.

    " Hoja de servicios, 2. 23 Jess Ramrez al General Francisco O. Arce, 15 de diciembre de 1876, en AL-

    BERTO MARA CARREO (ed.) , Archivo del General Porfirio Daz, Memorias y Documen-tos (Mxico: Editorial "Elede", 1952), XV, 168.

  • cientos soldados de caballera bajo el mando de Reyes tuvieron una escara-muza con los porfiristas cerca de la misma localidad con resultados indecisos. En esta ocasin el jefe contrario se quejaba de que Reyes no -haba mante-nido el acuerdo que ellos haban hecho previamente de que Reyes les avisa-ra de cualquier accin hostil que pudiera emprender. Dijo que Reyes:

    . . . me ofreci mandarnos avisar previamente todo movimiento que hiciera en sentido hostil, para que nosotros aceptramos o no el combate, y no ha-ba mandado an dicho aviso.24

    Tapia se quej amargamente de la persistencia de Arce y de las tropas sujetas a su mando en negarse a reconocer a Daz. Aunque Daz haba to-mado la Presidencia el 28 de noviembre, Arce se haba rehusado a recono-cerlo y haba publicado una proclama en favor de Lerdo el da 5 de di-ciembre, y el 9 otra reconociendo a Iglesias como Presidente Provisional en virtud de su posicin en la Suprema Corte. Aparentemente Reyes atac los dos actos en defensa de la posicin "legal" de Iglesias, cuyo gobierno nunca existi y quien abandon Mxico apresuradamente en enero de 1877, antes que correr el riesgo de enfrentarse a un Daz victorioso.

    La situacin anmala de una lucha por un gobierno provisional, de he-cho inexistente, contra el gobierno de facto de Daz, no durara mucho. En Sinaloa, Reyes recibi noticias, en diciembre y enero, de que importantes jefes militares y gran nmero de tropas estaban abrazando la causa porfi-rista. En este predicamento telegrafi al Congreso preguntando a quin debera obedecer en su calidad de soldado. La respuesta fue que desde que la Revolucin de Tuxtepec haba triunfado, deba transferir su mando a un porfirista designado por el General Manuel Gonzlez y que l mismo deba presentarse en Mxico al Ministro de la Guerra.25

    Reyes obedeci inmediatamente. Entreg su mando, como se le haba or-denado, el 15 de enero, y se entreg en Mazatln. Cuatro das ms tarde su antiguo jefe Arce pidi que Reyes fuera ascendido a Coronel, no porque hubiera reconocido al gobierno encabezado por Iglesias, en su posicin co-mo Presidente Interino, sino porque l y sus tropas "haban defendido con lealtad y pundonor la causa de la legalidad sin haber reconocido el Plan de Tuxtepec."26

    En la capital Reyes fue presentado por sus primos el Lic. Ignacio Luis Va-

    " Andrs L. Tapia a Jess Ramrez, La Noria, 19 de diciembre de 1876, en ibid., 164.

    25 RODOLFO R E Y E S , De mi Vida, I , 14 . 26 Francisco O. Arce al Ministro de la Guerra, 19 de enero de .1877, en OBREGN,

    Al Pueblo Mexicano, 53-54.

    Harta y el General Pedro Ogazn a Daz, quien demostr un gran aprecio por la lealtad militar de Reyes, pero rehus confirmar su ascenso a Coronel porque haba sido obtenido contra el "ms querido de sus Tenientes." Luego orden a Reyes que actuara inmediatamente contra el General Pedro Mar-tnez, que se haba levantado contra Daz, diciendo que si Reyes lo derrota-ba le confirmara el grado de Coronel, y depositara en l toda su confianza.27

    As se inici una simbiosis entre los dos militares que eventualmente trae-ra recompensas para ambos. Reyes, que an no tena veintisis aos, haba demostrado que, en ms de diez aos de servicio a su patria, era un solda-do valiente y lleno de recursos. Aunque todava no haba tenido la opor-tunidad para demostrar su capacidad como militar tctico, haba ya proba-do que tena las cualidades necesarias de un jefe. Sobre todo, haba de-mostrado lealtad, una cualidad que pronto reconocera Daz y que ms tarde utilizara durante gran parte de su rgimen. Aunque parezca extrao, fue su lealtad hacia Daz y la confianza que Daz tenia en Reyes, lo que deter-min el ascenso de este ltimo a una prominente posicin en los crculos militares y administrativos de Mxico. Y fue esa misma lealtad llevada hasta el extremo la que evit que Reyes, an despus de que Daz comenz a sos-pechar de l y a envidiarle su popularidad, sucumbiera a las demandas po-pulares en 1909 para que tomara un rumbo opuesto a la poltica del viejo dictador.

    =' RODOLFO R E Y E S , De mi Vida, I , 1 5 .

  • Captulo I I

    EL V E T E R A N O M A D U R O

    E L A S C E N S O A L GRADO P E R M A N E N T E de Coronel que el Presidente Daz pro-meti a Bernardo Reyes no estaba lejos. Recibi su nuevo grado el da 27 de marzo de 1877, y Reyes fue puesto al frente del 6o. Regimiento de Ca-ballera acantonado en Tepic, en el actual Estado de Nayarit. Desde 1878 a 1879 Reyes tom parte en acciones pacificadoras de menor importancia en San Luis Potos, la Huasteca Potosina y en los distritos de Rosario y Concordia, en Sinaloa. Mientras, en San Luis Potos Reyes demostr gran valenta al tratar con los indgenas de los alrededores de Tamazunchale, que protestaban porque estaban siendo despojados de sus tierras por los hacendados. Alarmado por las intenciones de rebelda de los indgenas, el gobierno envi al General Ignacio Ugalde para que llegara a un acuerdo con su jefe, Juan Santiago. Cuando ya se perfilaba un acuerdo, Reyes vino a complicar la situacin al denunciar inmediatamente a Santiago como "un estpido salvaje que no comprenda el respeto que se deba a un acuerdo prometido" y que asuma una actitud demasiado independiente en las ne-gociaciones. Aunque reconoca la justicia de las reclamaciones de los indios, peda permiso para reprimir por la fuerza el levantamiento; afortunadamente no le fue concedido el permiso y se lleg a una solucin pacfica.1 Ms soldado que diplomtico en este caso, Reyes demostr su oposicin a cual-quier causa que pretendiera alcanzar sus objetivos por la fuerza. La paz y el reconocimiento de la autoridad gubernamental deberan preceder a las reformas.

    Estas acciones en el centro de Mxico dieron una buena experiencia mi-litar al joven oficial, cuya habilidad agresiva y tctica se puso a prueba el dia 4 de julio de 1880 en la batalla de Villa Unin, pequea ciudad de

    1 JOS C. VALADS, El Porfirismo, Historia de un Rgimen, el Nacimiento (1876-1884) (Mxico: Antigua Librera Robredo de Jos Porra e Hijos, 1941), 253-255. Se citar como Porfirismo. . . el Nacimiento.

  • Sinaloa. Esta fue la batalla militar ms brillante de esta poca de su ca-rrera y la nica accin de importancia en la que particip durante el primer perodo presidencial de Daz (1876-1880).

    Las maniobras militares que precedieron a la batalla de Villa Unin co-menzaron a fines de junio de 1880. El Coronel Reyes estaba en ese tiempo en la frontera de Sonora, a unas setenta y cuatro leguas de Mazatln, cuan-do un ambicioso jefe militar, llamado Ramrez Terrn, ayudado por la trai-cin de un oficial de la guarnicin de ese puerto, indujo a 230 soldados a que se unieran a l en un levantamiento contra el gobierno central. Des-pus de una corta batalla y de algn derramamiento de sangre el puerto cay en su poder.

    El informe oficial relativo a la accin previa en Villa Unin, cita a Reyes por su actuacin rpida y decidida.2 Reyes se haba enterado el da 28 de junio de la reciente toma del puerto por Ramrez. Temiendo que otros desta-camentos acantonados cerca de Mazatln pudieran unirse a Ramrez, Reyes orden a cien soldados de infantera de Culiacn y a otros tantos que estaban acuartelados en la frontera del Estado que marcharan lo ms pronto posible sobre Mazatln. El mismo Reyes con sus ayudantes march rpidamente a La Noria, a cuarenta leguas de Mazatln,3 a donde lleg el da 29 de junio.

    Hacia el 2 de julio haba reunido una fuerza de unos 230 hombres y aun-que todava no haban llegado refuerzos de importancia, comenz a avanzar sobre Mazatln. Al llegar a su objetivo, Reyes decidi quemar uno de los puentes que unan el puerto isleo con tierra firme, pero estaba indeciso entre tratar de inducir a Ramrez a que cruzara el otro puente para luchar en campo abierto o encerrarlo en la isla, en espera de que llegaran las fuerzas de Culiacn y de la frontera. Antes de que decidiera el curso de la accin, un barco, el "Demcrata", lleg del norte y dispar unas cuantas granadas contra la plaza. Viendo que su posicin era insostenible, Ramrez abandon Mazatln y se retir hacia Villa Unin.

    Sin esperar los refuerzos, Reyes inmediatamente persigui al enemigo y lo atac el da 4 de julio. El ataque se hizo sin artillera y sin un suminis-tro adecuado de municiones, porque el Teniente Coronel Francisco Castro, que haba sido enviado por el comandante de las tropas que estaban a bor-do del "Demcrata" para ayudar a Reyes, volvi a Mazatln sin llegar a

    2 Jos G. Carb, Jefe de la Guarnicin Federal de Sonora, Sinaloa y Baja Califor-nia, al Comandante del Ejrcito del Centro y Occidente, Mazatln, 2 de agosto de 1880, en OBREGN, Al Pueblo Mexicano, 4-10.

    3 Reyes cubri la distancia de 240 Kms. en diecisis horas, cambiando varios ca-ballos durante el camino. LARTIGUE, Biografa... Reyes, 19.

    Villa Unin y llev la falsa noticia de que Reyes haba sido muerto y su ejrcito completamente vencido.

    La accin de Villa Unin fue una tpica carga de caballera por parte de Reyes y de sus hombres contra las fuerzas de Ramrez, que se haban atrin-cherado tras las murallas de la ciudad y se haban apoderado de la torre de la iglesia local. En esta accin Reyes, que carg a la cabeza de sus tro-pas, recibi tres heridas: una en la pierna, otra en un costado y la tercera en la mueca derecha, que se rompi, producindole cierta parcial inca-pacidad para el resto de su vida. Pero el enemigo fue desalojado y la re-vuelta que estaba a punto de prender en el occidente de Mxico, fue repri-mida definitivamente.

    En su informe oficial de dicha accin el General Carb alab con entu-siasmo la conducta de Reyes, diciendo que:

    slo el arrojo y la actividad del intrpido Coronel B. Reyes, han podido contener los avances de una revolucin que amenazaba formidablemente la paz del Estado...

    Despus de recibir este informe, el Presidente Daz no tard mucho en premiar a Reyes por su valenta y por su victoria en Villa Unin. El joven y gallardo Coronel recibi el da 13 de agosto de 1880 un doble ascenso al grado permanente de General Brigadier. El mensaje de ascenso deca que aunque slo haba dispuesto de un tercio del nmero de las tropas que te-na Ramrez, cuyos hombres estaban en una posicin estratgica defendida por la artillera, Reyes los haba desalojado a pesar de que tena menos de los dos tercios de sus propias tropas y de que haba sido herido seriamente durante la batalla.4

    Despus de la batalla de Villa Unin Reyes demostr que no era un mi-litar despiadado sino que poda compadecerse de las familias de sus ami-gos cados y lo mismo de los enemigos. Hizo que los hijos del Mayor Felipe Neri, uno de sus ayudantes que haba muerto en la batalla, fueran educados en el Colegio Militar y que la familia de este oficial fuera pensionada.5 Re-yes, de igual forma, ayud a la familia de su adversario cado. El cuerpo del General Ramrez, que se suicid despus de su derrota, fue encontrado con una carta en el bolsillo dirigida al General Reyes en la que le peda que cuidara de su esposa y de sus dos hijos. Fiel a este pedido, Reyes pro-

    4 Secretario de la Guerra, General Carlos Pacheco, a Reyes, 13 de agosto de 1880, en OBREGN, Al Pueblo Mexicano, 10-11; Hoja de servicios, 3.

    5 OBREGN, Al Pueblo Mexicano, 51.

  • porcion un empleo a la viuda, que ms tarde se cas con un filntropo ale-mn.6

    El General Reyes fue jefe de las fuerzas militares en Sinaloa, Sonora y Baja California, desde el 13 de agosto de 1880 hasta el 11 de marzo de 1883. Durante este perodo present un sensato plan para la solucin del problema Yaqui-Mayo en Sonora e intervino en los asuntos internos de este Estado para poner fin al caos que haba resultado de los actos de su im-petuoso gobernador, Carlos R. Ortiz.

    El problema de los Yaquis y Mayos no era nuevo entonces. Desde los comienzos de la colonizacin de Sonora durante el perodo colonial, estos fieros e independientes indgenas haban luchado contra todos aquellos que pretendieron arrojarlos de sus ricos valles ribereos para establecerse. Ra-mn Corral, como Presidente de la Cmara de Diputados de la Legislatura de Sonora, haba enviado el 29 de noviembre de 1880, un largo informe al Secretario de la Guerra condenando a los Yaquis y Mayos y pidiendo mil hombres para someterlos de una vez por todas. En este informe enu-meraba todos los actos dainos cometidos por los indios, pero no los que se haban perpetrado contra ellos por parte de los que trataban de arrebatarles sus tierras.7 Era un relato injusto sin una sola palabra sobre las atrocidades cometidas por los blancos contra los indios.

    El 30 de noviembre el Gobernador de Sonora solicit lo mismo al Minis-terio de la Guerra. Al pedir mil soldados "para emprender la guerra con los Yaquis y Mayos", deca que era necesaria para

    dar las garantas que desean los ciudadanos emprendedores e industriosos, que con el capital necesario, llevarn a cabo importantes empresas que cam-biarn la faz de los terrenos inmensos que abrazan sobre los ros Yaqui y Mayo.. .s

    Segn su opinin ste era el camino ms humano. En un ao y medio esperaba que "los grandes intereses" se estableceran firmemente y que las tropas entonces podran retirarse. Ambas peticiones fueron rechazadas. El Ministerio de la Guerra respondi que haba discutido el asunto con el Pre-sidente, pero que otras exigencias del servicio no permitan enviar ms tropas

    0 Alfonso Reyes al autor, entrevista en la Ciudad de Mxico, 18 de abril de 1953. ' FRANCISCO P. TRONCOSO, Las Guerras con las Tribus Yaqui y Mayo del Estado

    de Sonora (Mxico: Tipografa del Departamento del Estado Mayor, 1905) , 68-72. Se citar como Guerras Yaqui y Mayo.

    8 Coronel Luis E. Torres, Gobernador de Sonora, al Secretario de Estado y del Des-pacho de Guerra y Marina, Hermosillo, 30 de noviembre de 1880, en ibid., 67-68.

    en ese momento que las que ya haba all. Si, a pesar de todo, ocurra algn disturbio entre los indios, el General Reyes les dara ayuda adicional.9

    En la primavera de 1881 Reyes tuvo la oportunidad de observar directa-mente la situacin de Sonora e hizo sus propias recomendaciones, de las que envi un informe especial.10 Movido por su espritu humanitario, dio gran importancia a la necesidad de una poltica positiva en el trato con los indios en lugar de una guerra de exterminio como queran los sonorenses. En su opinin, los indios entre los ros Yaqui y Mayo eran hostiles a la autoridad gubernativa, tanto por su salvaje instinto de independencia como tambin a causa de las ofensas que haban sufrido por las incursiones del Gobierno de Sonora en los ltimos veinte aos. Reyes censuraba al Gobierno del Esta-do en particular, porque no intentaba civilizar a los indios y porque "los haba perseguido cuando era conveniente a sus polticos", de donde se origi-naba que los indios permanecieran en estado de salvajismo.

    Reyes crea que muchos de los indios eran susceptibles de recibir influen-cias civilizadoras y que si comprendan las ventajas de una vida ms civi-lizada, estaran dispuestos a entrar en ella. La solucin, tal como l la vea, era ocupar las tierras en las que los indios vivan y colonizar parte de esa rea con tropas licenciadas, que ejerceran una influencia civilizadora sobre los indgenas. Por este medio, no solamente se elevara el sistema de vida del pueblo de esa regin, sino que aumentara la inmigracin hacia Sonora y la influencia preponderante de los indios acabara para siempre.

    Reyes comprenda que el problema no se solucionara fcilmente. Deca que tena datos para probar que haban sido denunciadas ms tierras por compaas deslindadoras que las comprendidas entre ambos ros. "De aten-der esos denuncios", deca, "quedarn sin nada absolutamente los desgra-ciados indios, desposedos entonces hasta de lo ms necesario para vivir". Terminaba su informe diciendo que no era cierto que los indios estuvieran preparando un levantamiento general y que la situacin que haba descrito de las condiciones actuales era el verdadero panorama de lo que estaba ocurriendo en Sonora.

    La respuesta a las splicas de Reyes en pro del realismo y la justicia en el tratamiento del problema de los indios de Sonora fue una indicacin des-alentadora de que el gobierno central estaba de parte de quienes abogaban

    ' Secretario de Guerra, Jernimo Trevio, a los ciudadanos Diputados, Presidente y Secretarios de la Legislatura de Sonora, Mxico, 7 de diciembre de 1881, en ibid., 74.

    10 Reyes a Secretara de Guerra, 29 de mayo de 1881, en ibid., 64-67; IGNACIO B. DEL CASTILLO, Biografa de D. Ramn Corral (Mxico: Imprenta dirigida por Juan Aguilar Vera, 1910) , 28.

  • por el uso de la fuerza contra los Yaquis y Mayos. Se le dijo claramente que su plan no se tomara en cuenta porque no era prctico.11

    Al sostener la posicin que tom en el problema de los Yaquis, Reyes se encontr de golpe con la oposicin de Ramn Corral y otros influyentes de Sonora, interesados en la explotacin de los Mayos y Yaquis, y especial-mente en la de sus frtiles tierras para sus intereses propios. Ya fuera por-que los Yaquis le haban servido muy bien como exploradores en su campaa contra los apaches, o porque no poda participar en borrar un pueblo que lu-chaba por sus hogares y por sus campos, o por ambas causas, Reyes se con-cit irreconciliables enemigos entre los jefes de Sonora, especialmente Corral, que se vengara aos despus.12

    Durante el ao de 1882 Reyes intervino en los asuntos internos de Sonora para ayudar a restaurar el orden, despus de la confusin creada por las impetuosas acciones del un tanto demente Gobernador. En ese ao hubo una gran invasin de apaches, quienes causaron grandes estragos, incendian-do, quemando y asesinando. El General Reyes recibi el encargo de expul-sarlos con unas cuantas tropas regulares bajo su mando, los refuerzos de las Unidades de la Guardia Nacional de Sonora, que fueron puestos a su dis-posicin, y la ayuda que los jefes polticos del Estado fueron capaces de proporcionarle.

    Durante este tiempo hubo paz con los Yaquis y Mayos. Reyes estaba por expulsar a los merodeadores apaches, cuando el Gobernador Ortiz repen-tinamente orden a los jefes polticos que dejaran de obedecer a Reyes y retir a las tropas de la Guardia Nacional del servicio activo. La excusa del Gobernador para justificar esta orden fue que los Yaquis y los Mayos se estaban preparando para la guerra.

    El Gobernador Ortiz haba recibido el 10 de octubre poderes extraordina-rios de la Legislatura del Estado para "sofocar el alzamiento de las tribus

    11 Secretara de Guerra a Reyes, Mxico, 19 de julio de 1881, en TRONCOSO, Gue-rras Yaqui y Mayo, 72.

    13 CARLETON BEALS, Porfirio Daz, Dictator of Mxico (Philadelphia: J. B. Lip-p i n c o t t , 1 9 3 2 ) , 2 6 3 ; RODOLFO R E Y E S , De mi Vida, I , 4 0 - 4 1 ; " E l C a n d i d a t o C . R a -

    mn Corral, sus Partidarios y sus Antecedentes", Mxico Nuevo, 14 de abril de 1909. La camarilla Torres-Corral de Sonora, intent sobornar a Reyes ofrecindole una par-ticipacin en los beneficios de las frtiles tierras que les haban arrebatado a los Ya-quis. La oferta fue hecha personalmente por Rosendo Pineda, que ms tarde se convirti en jefe de la camarilla cientfica que contaba tambin a Corral entre sus miembros. Reyes rechaz la oferta en trminos definidos y personalmente expuls a Pineda del cuarto de su hotel. Este incidente marca el comienzo de la fuerte ene-mistad de los cientficos contra Reyes. Alfonso Reyes al autor, entrevista en la Ciu-dad de Mxico, 18 de abril de 1953.

    Yaqui y Mayo", obligarlos a obedecer al Gobierno y organizarlos desde el punto de vista civil, as como "reprimir cualquiera intentona revolucionaria" en el Estado.13

    Fue esta referencia a "cualquiera intentona revolucionaria", la que oblig al General Reyes, en su calidad de jefe de las fuerzas federales de Sonora, a emitir una declaracin pblica en defensa propia. Enfticamente declar que ni un solo soldado haba sido proporcionado por el gobierno local para combatir a los salvajes, i.e. a los apaches, y que los preparativos blicos he-chos por el gobierno local tenan propsitos totalmente distintos. El joven general dijo que se le haba hecho aparecer como el jefe de un grupo re-volucionario que no exista. Neg toda conexin con cualquier movimiento como se insinuaba en el decreto legislativo, y explicaba que se haba re-tirado por completo de esa zona, para combatir a los apaches. Haba re-gresado a la capital solamente cuando oy que el Gobernador haca pre-parativos de guerra. Reconociendo las invitaciones que se le haban hecho para intervenir en los asuntos locales, haba aclarado entonces que no inter-vendra en los asuntos internos de Sonora sin rdenes especficas para ha-cerlo.14

    Al mismo tiempo, Reyes envi un telegrama al Presidente Gonzlez po-nindole al tanto de la situacin. Inform al Presidente que ante tales "es-candalosas" actividades como las que se haban desarrollado se haba visto obligado a desplegar una parte de sus tropas desde la frontera. Sealaba que si la situacin continuaba salindose fuera de orden, se vera obligado a restaurarlo usando de la fuerza, mientras le llegaban instrucciones, por-que las exigencias del comercio y los intereses privados pedan proteccin. Acab declarando que exista all una inquietud general que estaba hacien-do que los ciudadanos norteamericanos sacaran sus inversiones de Sonora.13

    Reyes ocup el edificio ms estratgico de la ciudad de Ures el dia 21 de octubre, alegando que se estaban haciendo preparaciones de guerra con-tra las fuerzas federales en el Estado. Por esta accin de Reyes, interpre-tada como "una amenaza" contra el Estado, la Legislatura de Sonora decre-t el traslado del Gobierno, de Hermosillo a Guaymas. Durante este tiem-po, el Gobernador continu con los prstamos forzosos, las levas y el em-bargo de caballos y armas, mientras los apaches, aprovechndose de la alte-

    13 "Ley de Facultades Extraordinarias" (Ley No. 58) de la Legislatura de Sonora, en TRONCOSO, Guerras Yaqui y Mayo, 86.

    " Manifiesto del General Reyes, Hermosillo, 15 de octubre de 1882, en ibid., 86-87. 15 Reyes al Presidente de la Repblica, Hermosillo, 15 de octubre de 1882, en

    ibid., 88.

  • racin, amenazaban de nuevo en la frontera. A lo largo del ro Yaqui los indios de esta tribu tenan escaramuzas con las tropas del Estado.16

    Entretanto algunos empleados administrativos federales en Guaymas y Her-mosillo pidieron proteccin a Reyes. El Presidente Gonzlez dio su apoyo a Reyes por medio de un telegrama que le envi el da 27 de octubre va el Cnsul mexicano en Tucson, Arizona. Al decirle que confiaba en su leal-tad y en la veracidad de sus informes, el Presidente aada que se le envia-ran fuerzas adicionales para someter a los salvajes, i.e. los apaches, y para "castigar ejemplarmente a los que pretendan perturbar la paz."17

    Despus de recibir este mensaje, Reyes comenz inmediatamente a paci-ficar a Sonora. Ese mismo da arrest al Coronel Eleazar B. Muoz de las tropas del Estado por haberse apoderado de caballos y armas que eran pro-piedad del Gobierno Federal. Cuando el Gobernador Ortiz exigi su libera-cin, Reyes respondi que sera una "prueba de ligereza" el ponerlo en li-bertad y rehus hacerlo. Envi un telegrama al Gobernador el 29 de octu-bre en el cual acusaba a varios soldados del Estado de haber sido sorpren-didos haciendo correras por las poblaciones, reclutando hombres, apropin-dose de caballos, tomando arreos de carros y armas y cometiendo numerosos abusos. Afirmaba que no haba justificacin para tales actos, y deca que considerara a los que los haban cometido en las aldeas y ciudades como alteradores de la paz y los castigara segn el caso.13

    La respuesta a este firme aviso fue inmediata. El Gobernador replic el mismo da que los actos reprensibles de sus tropas cesaran. Ms enf-tico fue el repudio del Gobernador por las acciones de cien guardias nacio-nales en Guaymas, que procedieron a ponerse bajo las rdenes de Reyes y publicaron un manifiesto explicando que haban actuado as porque ellos haban sido organizados originalmente por orden del Gobernador que haba declarado que los Yaquis estaban por levantarse y atacarlos sin provocacin. Despus de encontrar que la acusacin no era verdadera, sospecharon ms del Gobernador cuando ste habl de pelear contra el Gobierno Federal por razones que ellos no admitiran "como causa legal para involucrar a este Estado en una guerra sangrienta que no hara ningn bien a Sonora". Unos ochenta y seis habitantes de Hermosillo publicaron un manifiesto el 30 de octubre desconociendo a Ortiz por sus actos arbitrarios, su administracin corrompida, los abusos de la ley y las humillaciones a las que se haba so-

    10 Reyes al Presidente de la Repblica, Hermosillo, 21 de octubre de 1882, en ibid., 90.

    " El Presidente de la Repblica a Reyes, 27 de octubre de 1882, ibid., 96. 1S El General en Jefe de la Guarnicin Federal en el Estado de Sonora, Bernar-

    do Reyes, al Gobernador del Estado, Carlos R. Ortiz, Hermosillo, 28 de octubre de 1882, ibid., 98.

    metido al pueblo. Al mismo tiempo Reyes fue alabado por haber actuado bajo el signo de "la Justicia, el Orden y la Legalidad." 19

    La conmocin en la que se encontraba el Estado debida a las acciones del Gobernador ces inmediatamente. El Vice-Gobernador C. Antonio Es-calante, al asumir la direccin de la rama ejecutiva del Gobierno del Es-tado, ofreci una formal disculpa a Reyes ante la Legislatura, declarando que Reyes haba trabajado en pro de los intereses de Sonora y que haba hecho volver el orden y la tranquilidad al Estado. Reyes inform al Mi-nistro de la Guerra el 8 de noviembre que haba proporcionado una escolta al ex-Gobernador Ortiz y a cuatro diputados para que los condujeran in-clumes a la frontera de los Estados Unidos, y que con la partida de Ortiz y de los diputados "el nico elemento de desorden y revolucin en Sonora" haba ya desaparecido. Cuando el Presidente Gonzlez recibi un informe completo de lo que acababa de suceder en Sonora, orden al Secretario de Guerra, General Naranjo, que dijera a Reyes que aprobaba por completo la conducta que haba observado en los recientes acontecimientos ocurridos en Sonora.20

    Habiendo restaurado una vez ms la paz interna en Sonora, Reyes podra dedicarse por completo a la expulsin de los apaches, la que muy pronto logr a fines de 1882 y en la primavera de 1883. Cuando parti de Sonora para hacerse cargo del mando de la Sexta Zona Militar, que tena su cuartel general en San Luis Potos, el 12 de marzo de 1883, Reyes poda recordar los servicios que haba prestado en el noroeste con el sentimiento de que si no haba tenido la oportunidad de distinguirse en combate como en Villa Unin, por lo menos haba contribuido al bienestar de Sonora en otros as-pectos. Haba dejado un informe en que recomendaba un plan sensato de colonizacin para la solucin del problema Yaqui-Mayo, que sera un paso para acabar por completo la lucha en ese Estado, entre los indios y los que queran despojarlos de sus tierras. Haba usado las fuerzas federales que mandaba como una influencia estabilizadora para evitar una accin militar innecesaria por parte del Gobernador Ortiz contra los indios y para impedir sus preparativos blicos contra el Gobierno Federal. Finalmente, haba re-chazado las invasiones de los apaches en Sonora que procedan de Chihuahua y de Arizona, y haba expulsado, tambin, a los merodeadores con las tropas que mandaba.

    Porfirio Daz volvi a la Presidencia de Mxico el 1 de diciembre de 1884, determinado a consolidar su dominio en el gobierno y a perpetuarse

    " Manifiesto de la poblacin de Hermosillo, 30 de octubre de 1882, ibid., 101-102. :o General en Jefe, Guarnicin Federal del Estado de Sonora (Bernardo Reyes) al Mi-

    nistro de Guerra, General Francisco Naranjo, 8 de noviembre de 1882, ibid., 105; Mi-nistro de Guerra a Reyes, Mxico, 14 de diciembre de 1882, ibid., 105.

  • en el poder. Para realizar lo primero, que era necesario para asegurar lo ltimo, Daz tendra que eliminar primero a los partidarios del antiguo Pre-sidente Manuel Gonzlez, de la administracin nacional y del Estado. Para llevar la "Paz Porfiriana" a los dems Estados fronterizos de Coahuila, Nue-vo Len y Tamaulipas, debera enviar a esta regin a un hombre que su-piera luchar, un hombre que pudiera utilizar la fuerza a la vez que la di-plomacia, y en el que pudiera confiar. Este hombre era Reyes, que estaba deseoso de actuar en su puesto relativamente tranquilo de San Luis Potos. Para don Bernardo, este nuevo cargo era la oportunidad que l deseaba pa-ra demostrar que era algo ms que un militar de campaa, que tambin era un administrador. Joven, vehemente y competente, estaba a punto de conver-tirse en una de las estrellas ms luminosas de la poca porfiriana. Ahora, en 1885, su camino se diriga hacia el norte hacia Monterrey, hacia cam-pos nuevos e inexplorados de trabajo.

    Captulo I I I

    E L E S T A B L E C I M I E N T O D E L P O R F I R I S M O E N L A F R O N T E R A D E L N O R E S T E

    (1885-1889)

    C U A N D O E L G E N E R A L R E Y E S lleg a Nuevo Len a mediados de octubre de 1885, como Jefe de Operaciones Militares, no contempl mucho ms que un cuadro deprimente de inestabilidad econmica y poltica en ese Estado fron-terizo. Enviado al norte por el Presidente Porfirio Daz, quien haba ini-ciado la prolongada era porfiriana con su retorno a la Presidencia el lo. de diciembre de 1884, con el fin de colocar esta alejada entidad dentro de un ms directo alineamiento econmico y poltico con el Centro, de inmediato se encontr frente a frente con sus problemas bsicos; los principales obs-tculos que impedan el desarrollo de la regin y su integracin a la nueva nacin que Daz se haba propuesto forjar.

    La situacin de Nuevo Len est bien descrita en el informe que rindi a la Legislatura el Gobernador Canuto Garca, el 16 de septiembre de 1885.1

    Al hacer el resumen de la situacin del Estado y relatar los principales su-cesos de su gestin (1883-1885), Garca declar que se haba hecho cargo de la gubernatura estando Mxico en medio de una seria depresin econ-mica. La escasez de moneda, el estancamiento del comercio, y una baja en la produccin industrial se manifestaban por todo el pas, pero que ta-les condiciones eran especialmente desfavorables en Nuevo Len. Los nego-cios en Monterrey, que durante largo tiempo haba sido un gran centro de distribucin para todo Nuevo Len y gran parte de Coahuila, se hallaban en estado de prostracin, y el pequeo volumen de produccin industrial del Estado haba sido reducido hasta el punto de producir tan slo para satisfacer

    1 Memoria presentada por el Ciudadano Licenciado Canuto Garca, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Nuevo Len a la XXIII Legislatura del mismo (Monterrey: Imprenta del Gobierno, 1885) , passim.

    33

  • en el poder. Para realizar lo primero, que era necesario para asegurar lo ltimo, Daz tendra que eliminar primero a los partidarios del antiguo Pre-sidente Manuel Gonzlez, de la administracin nacional y del Estado. Para llevar la "Paz Porfiriana" a los dems Estados fronterizos de Coahuila, Nue-vo Len y Tamaulipas, debera enviar a esta regin a un hombre que su-piera luchar, un hombre que pudiera utilizar la fuerza a la vez que la di-plomacia, y en el que pudiera confiar. Este hombre era Reyes, que estaba deseoso de actuar en su puesto relativamente tranquilo de San Luis Potos. Para don Bernardo, este nuevo cargo era la oportunidad que l deseaba pa-ra demostrar que era algo ms que un militar de campaa, que tambin era un administrador. Joven, vehemente y competente, estaba a punto de conver-tirse en una de las estrellas ms luminosas de la poca porfiriana. Ahora, en 1885, su camino se diriga hacia el norte hacia Monterrey, hacia cam-pos nuevos e inexplorados de trabajo.

    Captulo I I I

    E L E S T A B L E C I M I E N T O D E L P O R F I R I S M O E N L A F R O N T E R A D E L N O R E S T E

    (1885-1889)

    C U A N D O E L G E N E R A L R E Y E S lleg a Nuevo Len a mediados de octubre de 1885, como Jefe de Operaciones Militares, no contempl mucho ms que un cuadro deprimente de inestabilidad econmica y poltica en ese Estado fron-terizo. Enviado al norte por el Presidente Porfirio Daz, quien haba ini-ciado la prolongada era porfiriana con su retorno a la Presidencia el lo. de diciembre de 1884, con el fin de colocar esta alejada entidad dentro de un ms directo alineamiento econmico y poltico con el Centro, de inmediato se encontr frente a frente con sus problemas bsicos; los principales obs-tculos que impedan el desarrollo de la regin y su integracin a la nueva nacin que Daz se haba propuesto forjar.

    La situacin de Nuevo Len est bien descrita en el informe que rindi a la Legislatura el Gobernador Canuto Garca, el 16 de septiembre de 1885.1

    Al hacer el resumen de la situacin del Estado y relatar los principales su-cesos de su gestin (1883-1885), Garca declar que se haba hecho cargo de la gubernatura estando Mxico en medio de una seria depresin econ-mica. La escasez de moneda, el estancamiento del comercio, y una baja en la produccin industrial se manifestaban por todo el pas, pero que ta-les condiciones eran especialmente desfavorables en Nuevo Len. Los nego-cios en Monterrey, que durante largo tiempo haba sido un gran centro de distribucin para todo Nuevo Len y gran parte de Coahuila, se hallaban en estado de prostracin, y el pequeo volumen de produccin industrial del Estado haba sido reducido hasta el punto de producir tan slo para satisfacer

    1 Memoria presentada por el Ciudadano Licenciado Canuto Garca, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Nuevo Len a la XXIII Legislatura del mismo (Monterrey: Imprenta del Gobierno, 1885) , passim.

    33

  • las demandas del consumo local. Garca ech gran parte de la culpa a la competencia que hacan las importaciones de los Estados Unidos. La pro-duccin agrcola y ganadera estaba en peor situacin debido a una prolon-gada sequa, y el alza del precio del maz haba causado un gran aumento del costo de la vida. La minera, por otro lado, se encontraba en mejores circunstancias, pero el impuesto, decretado en 1885, del uno por ciento del valor de los metales producidos comenzaba a provocar dificultades en los dueos de las minas, sin producir suficientes ingresos al Estado.

    La intranquilidad poltica acompaaba a la depresin econmica, mien-tras que las sublevaciones y la oposicin a las autoridades acosaron a Garca durante toda su administracin. U n a revuelta en Sabinas Hidalgo el da lo. de octubre de 1884, haba terminado con la muerte del Alcalde Primero y con la destruccin de los archivos municipales. Unos doscientos hombres depusieron las armas, slo despus que el cacique de la regin, General Je-rnimo Trevio, les suplic que evitaran ms derramamientos de sangre y destruccin de propiedades. Garca tambin inform sobre un levantamiento en China, N. L., y sobre la "escandalosa resistencia" a una orden de arresto que se haba dado en Monterrey. Deploraba especialmente que en Nuevo Len faltaban fondos para tener una polica permanente que tanto se nece-sitaba para mantener la ley y el orden.2

    La situacin del tesoro del Estado fue descrita por el Gobernador como desastrosa. La renta pblica para 1885, ya deducido el 10% por gastos de cobro, se estimaba en 92,874.53 pesos, mientras que los gastos presupuesta-dos ascendan a la suma de 103.199 pesos. Dos de los juzgados, los Juzgados de Letras nmeros 6 y 7, se haban abolido como medida econmica. En una situacin peor que la del tesoro del Estado estaban los de los Munici-pios, especialmente el de Monterrey, que tena un enorme dficit que iba en aumento cada mes.

    A pesar de las revueltas y las serias condiciones de la economa del Esta-do, Reyes haba sido enviado a Nuevo Len por razones de tipo poltico: para acabar con el poderoso cacicazgo de los amigos del antiguo presidente

    2 Ejemplos adicionales del desorden durante la administracin de Garca son los siguientes: 1) En agosto y septiembre de 1883, un grupo de bandidos en Cadereyta fue deshecho, siguiendo la captura y el arresto de su jefe por parte de la polica de Monterrey; 2) El Gobernador se haba visto duramente presionado a reprimir dis-turbios en Ro Blanco en septiembre de 1883, uno de cuyos objetivos era sacar a los prisioneros de la crcel local; 3) una fuerza armada de 100 hombres haba hecho depredaciones cerca de Lampazos el 15 de noviembre de 1884; y 4) en enero de 1885, la ciudad de Vallecillo haba sido atacada por bandidos y una parte de los insurrectos haban intentado asaltar a Santa Engracia. Memoria de la Secretara de Guerra y Marina de 1 de julio de 1883 a 30 de junio de 1886 (Mxico: Imprenta d e I . C u m p l i d o , 1 8 8 6 ) , 2 2 4 - 2 2 5 .

    Manuel Gonzlez y calmar la pugna poltica local que estaba alterando la paz del Estado.

    Hasta que Reyes lleg al norte en 1885, la regin fronteriza de Coahuila, Nuevo Len y Tamaulipas se haba escapado del control de la Ciudad de Mxico por causa de la distancia de la capital, de su extensin y la falta de adecuados medios de comunicacin. Aprovechndose de la incapacidad del Gobierno central para ejercer control local, dos viejos combatientes de la Intervencin Francesa, el General Jernimo Trevio y Francisco Naranjo,3

    que haban tenido cargos en el gabinete del Presidente Gonzlez, y el Licen-ciado Genaro Garza Garca, ntimo amigo de Gonzlez, haban adquirido un gran poder. Estos nuevoleoneses se haban convertido en los rbitros del destino de su Estado desde 1867, mediante un reparto mutuo de todo el po-der entre ellos y sus amigos.4

    Clasificados como "localistas exagerados, de inclinaciones a la lucha ar-mada y resentimiento contra el gobierno general",5 su actitud independiente corra pareja con la falta de observancia de la ley y del orden y con el con-trabando que prevaleca durante este tiempo a lo largo de la frontera. Esto era especialmente cierto de Tamaulipas, gobernado antiguamente por uno de los mayores contrabandistas de la poca, el Gobernador Servando Canales, te-niendo como centro el puerto de entrada, Matamoros, cuyo alcalde, el Ge-neral Juan N. Cortina, desafiaba incluso al Gobernador y actuaba abierta-mente con su pandilla de rufianes y de contrabandistas en esta regin.6 Ni Trevio ni Naranjo, mucho menos el Gobierno central, eran capaces de po-ner trmino a tal clase de negocios. Detrs del desprecio por la ley estaba siempre la amenaza de que los elementos del desorden podran unirse a un "hombre fuerte" y sublevarse contra el Centro.

    Para prevenir tal accin y para deshacer de una vez toda posibilidad de oposicin de este sector de Mxico a sus planes de continuismo en el poder, Porfirio Das se aprovech de un conflicto poltico local en Nuevo Len para intervenir y comenzar a destrozar el caudillismo que exista. En oposicin a los "localistas exagerados" exista un grupo que buscaba la armona con el

    3 JOS C. VALADS, El Porfirismo, Historia de un Rgimen, el Crecimiento (M-xico: Editorial Patria, 1948, 2 vols.), I, 17. Se citar como Porfirismo... el Creci-miento.

    1 JOS R. DEL CASTILLO, Historia de la Revolucin Social de Mxico (Mxico: 1915) , 42. Se citar como Revolucin Social. Vase tambin HCTOR GONZLEZ, Siglo y Medio de Cultura Nuevoleonesa (Mxico: Ediciones Botas, 1946), 68-69. Se citar como Cultura Nuevoleonesa.

    5 SANTIAGO ROEL, Nuevo Len, Apuntes Histricos (Monterrey: Talleres Linotipo-grficos del Estado, 1938, 2 vols.), II, 90. Se citar como Nuevo Len.

    6 AGUSTN BASAVE, "Fleteros", en la Redaccin de "El Norte" (ed.) , Constructores de Monterrey, 16.

  • Gobierno central, que deseaba fomentar y desarrollar un sentimiento de na-cionalismo, que quera acabar con el estado de desobediencia a la ley que prevaleca a todo lo largo de la frontera.7 Uno de los jefes de este grupo era el Licenciado Lzaro Garza Ayala, que, aunque tena el grado de General, era ms civil que militar por naturaleza. En las elecciones del Estado que tuvieron lugar durante el verano de 1885, Garza Ayala fue derrotado para el cargo de gobernador por el Licenciado Garza Garca, un amigo ntimo del ex-Presidente Gonzlez y uno de sus colaboradores en Nuevo Len, a pesar del hecho de que el pueblo del Estado comenzaba a cansarse del mutuo cam-bio del poder entre los miembros de este grupo.

    En Mxico, el Presidente Daz y su Ministro de Gobernacin, Manuel Ro-mero Rubio, tramaron la eliminacin de este nuevo representante de la in-fluencia de Gonzlez en la frontera, aprovechando la inquietud y la opo-sicin a la vuelta de Garza Garca al poder.8

    Pronto se manifestaron sus planes por medio de una accin positiva en Nuevo Len. El da antes de que Garza Garca tomara posesin como Gober-nador, el 4 de octubre, el 5o. Batalln de tropas al mando del General Jos del Valle lleg a Monterrey. Unos pocos das ms tarde el 10o. Regi-miento lleg, seguido por el General Reyes con una comisin especial, co-mo jefe de Armas, quien comenz a consultar abiertamente con Garza Ayala y con otros jefes de la oposicin.9

    El plan que se desarroll como resultado de las conferencias que sostu-vo el nuevo comandante de las tropas federales en la frontera del norte, estaba basado en la obtencin del control de los gobiernos municipales va-lindose de las elecciones que tendran lugar el segundo domingo de no-viembre. El da de las elecciones comenzaron los desrdenes en los munici-pios ms importantes casi tan pronto como haban empezado a votar. Esta fue la seal para que entraran en accin las tropas federales y establecie-ran la paz a punta de rifle, cosa que hicieron con rapidez, asegurando as un completo triunfo para el partido de oposicin de Garza Ayala.10

    7 ROEL, Nuevo Len, II, 90. 8 RICARDO GARCA GRANADOS, Historia de Mxico desde la Restauracin de la Re-

    pblica en 1867 hasta la Cada de Porfirio Daz (Mxico: Librera Editorial de Andrs Botas e Hijo, s. f., 4 vols.) , II, 119-120. Se citar como Historia desde la Restaura-cin. .. 1867; PRIDA, De la Dictadura a la Anarqua, 81.

    ' ADOLFO DUCLS SALINAS, Mjico Pacificado; el Progreso de Mjico y ios Hom-bres que lo Gobiernan, Porfirio Daz-Bernardo Reyes (St. Louis: Imprenta de Hughes, 1904), 77-78. Se citar como Mjico Pacificado.

    10 Ibid., 82-93. Duelos Salinas dice que Reyes estaba impartiendo rdenes perso-nalmente a los Jefes de los Cuerpos en todos los cuarteles de Monterrey a las 7 : 0 0 A. M. el da de la eleccin; Robert C. Campbell, Cnsul Americano, a James D. Porter, Subsecretario de Estado, Monterrey, .11 de noviembre de 1885, ms, Consular

    Entonces comenz una serie de incidentes que barrieron a Garza Garca del poder y colocaron al General Reyes en su lugar como Gobernador Provi-sional de Nuevo Len. Cuando Garza Garca se encontr a la cabeza de un gobierno estatal cuyos ejecutivos municipales eran de la oposicin pidi permiso para ausentarse a la Legislatura del Estado. Se le concedi inme-diatamente y Garza Garca sali de prisa para la Ciudad de Mxico a con-ferenciar con el Presidente Daz, dejando el Gobierno de Nuevo Len en manos de su lugarteniente de ms confianza, el Licenciado Mauro Seplve-da, que, como Gobernador Interino, no perdi tiempo en procurar que los genaristas recobraran el control del Estado. Lamentndose de la interven-cin de Reyes en las recientes elecciones del ayuntamiento,11 Seplveda en-vi un telegrama al Presidente Daz, pidindole que ejerciera las funciones normales delegadas a la Legislatura para remediar la situacin, "porque el orden pblico se haba alterado" en Nuevo Len. Peda que el gobierno federal enviara ayuda inmediata.12 Entonces, dndose aparentemente cuenta de su error, cambi su forma de pensar sobre el papel del Presidente en la lucha poltica del Estado, e indujo a la Legislatura a aprobar un decreto en que traspasara sus poderes constitucionales al Gobernador. El decreto se hu-biera hecho efectivo con la disolucin de la Legislatura. La solicitud le fue inmediatamente concedida por la servil asamblea y el 24 de noviembre la asamblea se disolvi por s misma.13

    Este acto por parte de la servil asamblea fue denunciado muy pronto. Al da siguiente, el General Reyes recibi una peticin firmada por dos-cientas personas, incluyendo a Lzaro Garza Ayala, en la que censuraba a la Legislatura del Estado por haber delegado sus poderes en el Gobernador y haberse disuelto. Alegando que por este acto se haban violado los artculos 40, 41 y 50 de la Constitucin mexicana, los solicitantes declararon que la Legislatura, lo mismo que el orden constitucional del Estado, ya no existan. Pedan al General Reyes que informara al Gobierno Nacional de las "con-

    Letters, Monterrey, February 13, 1881, to June 30, 1889, Volume 5, Department of State (se citar como Consular Letters, Vol. 5 ) , The National Archives of the United States. Se citar como NA.

    u Memoria de ia Secretara de Guerra y Marina de 1 de julio de 1883 a 30 de junio de 1886, 225.

    12 M. A. Seplveda y Enrique Gorostiza a Daz (telegrama), Monterrey 24 de no-viembre de 1885, en "Relaciones con los Estados", Memoria que Presenta al Con-greso el Lic. Manuel Romero Rubio, Secretario de Estado y del Despacho de Gober-nacin, corresponde al perodo trascurrido del 1 de diciembre de 1884 al 30 de ju-nio de 1886 (Mxico: Imprenta del Gobierno, 1887, 7) . Se citar como Memoria, Go-bernacin, 1884-1886.

    a General Reyes al Ministro de Hacienda (telegrama), 27 de noviembre de 1885, ibid., 8.

  • diciones anormales" que se haban desarrollado y pedan tambin que el Ejecutivo Nacional nombrara un Gobernador Interino para Nuevo Len.1'4

    Como una justificacin adicional a la peticin de los solicitantes, Sepl-veda, temiendo represalias, abandon su cargo en Monterrey y se fue a Villa Garca, a pesar de que Romero Rubio le haba advertido especficamente que el Presidente considerara el abandono de su puesto como un "serio error."15 Desde fines de noviembre hasta el 5 de diciembre se desconoci el exacto paradero del Gobernador Interino aunque se saba que durante algn tiempo haba estado en Villa Garca y despus en Villa Aldama.

    Mientras tanto el descontento y la intranquilidad se extendan por todo el Estado. El Cnsul de los Estados Unidos, Robert C. Campbell, inform que los negocios de toda clase estaban paralizados, que se estaba incremen-tando rpidamente la oposicin contra las autoridades del Gobierno del Es-tado y que en las cercanas de Monterrey haba una fuerza revolucionaria de mil hombres armados que creca da con da. Tambin informaba que las fuerzas federales hasta el presente haban rehusado intervenir, pero que si no lo hacan rpidamente, "probablemente habra una lucha acalorada."16

    Aparentemente Reyes estaba jugando cuidadosamente sus cartas, esperando que los genaristas se rindieran sin derramamiento de sangre y se evitara la necesidad de que intervinieran las fuerzas federales.

    Reyes informaba el 27 de noviembre que los jefes de las bandas armadas en Linares, Allende, Villa de Santiago y Cadereyta le haban informado que se haban armado para obtener las "garantas" que los actos del Goberna-dor Interino haban puesto en peligro. Protestaban por los actos ilegales de la Legislatura al disolverse y delegar sus poderes en el Gobernador, y pedan que se nombrara un gobierno provisional para Nuevo Len. U n grupo de ciudadanos envi una peticin al Presidente Daz, el 4 de diciembre, lamentndose de la "desaparicin de poderes" en Nuevo Len. Afirmaba que grupos de ciudadanos en Monterrey, Sabinas, Cadereyta, Villa de San-tiago, Allende, Linares, Lampazos (la patria del general Naran jo) , Valle-cilios, Bustamante, China, Cerralvo, Galeana y otros municipios de Nuevo Len no encontraban a nadie con autoridad que respondiera a sus quejas por los fraudes cometidos durante la eleccin para funcionarios de gobier-no del Estado durante el verano anterior y sobre los decretos que cambiaban

    14 El General Reyes al Ministro de la Guerra, 25 de noviembre de 1885, ibid., 8-9. 15 El Ministro de Gobernacin al Gobernador de Nuevo Len, Mauro Seplveda,

    26 de noviembre de 1885, ibid., 7-8. 10 Campbell a Porter, Monterrey, 28 de noviembre de 1885, ms, Consular Letters,

    Yol. 5, NA.

    "la forma de nuestro gobierno." Los peticionarios concluan pidiendo que se nombrara a un Gobernador provisional.17

    Seplveda volva a Monterrey el da 9 de diciembre con unos ciento cin-cuenta partidarios y volvi a reunirse la asamblea, pero era demasiado tar-de. La disolucin de la Legislatura junto con la ausencia del Gobernador interino, de Monterrey, haba sido interpretada por el Centro como la de-saparicin de dos de los poderes constituidos del Gobierno y, como conse-cuencia, como un colapso del Gobierno del Estado que exiga la intervencin federal. Al da siguiente el Senado nacional decret la desaparicin de los poderes constitucionales en Nuevo Len segn el artculo 72 de la Constitucin, que exiga el nombramiento de un Gobernador Provisional y la subsecuente convocatoria a elecciones. Al da siguiente el Presidente Daz nombr al Ge-neral Reyes Gobernador Provisional, nombramiento que inmediatamente fue aprobado por el Senado.18

    Era ya un asunto de Reyes el convertir en un hecho consumado la inter-vencin federal en el Estado. Apenas recibidas sus rdenes, la noche del da 10, Reyes, acompaado por un pequeo destacamento de tropas, lleg a la casa de Seplveda para pedirle que disolviera a los hombres armados que estaban bajo su mando y someterse a las rdenes del Centro. La respuesta que recibi Reyes fue una descarga de balazos contra l y sus hombres desde la casa de Seplveda. Fueron muertos o heridos trece soldados y el mismo Reyes apenas escap de la muerte cuando tres balas le atravesaron la gue-rrera. Ante esta muestra de rebelda, don Bernardo orden que saliera la totalidad de sus tropas, unos mil hombres, que inmediatamente procedieron a ocupar las casas que rodeaban la de Seplveda y cercaron todas las calles vecinas. La noche del da 11 se envi al ex-Gobernador Interino un ulti-mtum para que se rindiera incondicionalmente o que sufriera las conse-cuencias de un ataque total. El obstinado Seplveda resisti hasta el ltimo minuto. Solamente cuando recibi un telegrama del Presidente Daz con-firmando el decreto del Senado relativo a la desaparicin de los poderes constitucionales en Nuevo Len y cuando vio que las tropas federales esta-ban ya para atacar, reconoci que la resistencia era intil y se rindi. Al desarmar a Seplveda y a sus partidarios, la intervencin federal en Nuevo Len se haba consumado efectivamente y lo que poda haber constituido una seria situacin, se evit sin ms derramamiento de sangre.19

    " Lic. Pedro S. Morales y otros, a Daz, Monterrey, 4 de diciembre de 1885, en Memoria, Gobernacin, 1884-1886, 10-11.

    w El Ministro de Gobernacin a las Secretaras del Senado, 11 de diciembre de 1885, Memoria, Gobernacin, 1884-1886, 14.

    " Campbell a Porter, 13 de diciembre de 1885, ms, Consular Letters, Vol. 5, N A ; DUCLOS SALINAS, Mjico Pacificado, 86 .

  • Empuando fuertemente las riendas del gobierno en su doble posicin de Jefe de Armas y Gobernador Provisional de Nuevo Len, Reyes no perdi tiempo en dar a conocer su autoridad. En un largo telegrama al Ministro de Gobernacin informaba el da 15 de diciembre que funcionaba de nuevo el sistema de justicia, que haba reemplazado a varios empleados de la admi-nistracin del Estado con personas que trabajaran armoniosamente para la reconciliacin de las facciones polticas hostiles, que la fuerza policiaca se ha-ba reorganizado, que las tropas federales proporcionaban vigilancia noc-turna, y que se haban disuelto todos los grupos armados.20 U n a semana ms tarde el General Reyes informara al Ministro de la Guerra que la paz pblica se haba restablecido en Nuevo Len.21

    El joven general Reyes gobern a Nuevo Len como Gobernador Provi-sional desde el 12 de diciembre de 1885 al 3 de octubre de 1887. De acuerdo con la constitucin del Estado l deba convocar a elecciones para los pues-tos del Estado, incluyendo el suyo, pero prefiri no hacer esto y deliberada-mente estuvo desempeando su puesto durante el resto del perodo por el cual Genaro Garza Garca haba sido electo.22 Durante este trmino extra-legal Reyes afirm su posicin y ech las bases para su ininterrumpida po-sesin del cargo desde 1889 a 1909.

    El primer paso en la consolidacin poltica que sigui fue obtener la cooperacin de los nuevoleoneses en tal forma que los miembros de los tra-dicionales grupos polticos trabajasen de acuerdo para dar a Nuevo Len una paz y progreso permanentes. Reyes logr este objetivo. Recibi la plena cooperacin de los garzayalistas as como tambin de los genaristas, quienes aceptaron la situacin y comenzaron a colaborar en su administracin.23 Al nombrar al reputado jurista Pedro J . Morales como secretario de Gobierno, Reyes poda aprovecharse de su conocimiento y experiencia, as como del de Garza Ayala, que se reuna diariamente con Reyes para consultar. Bajo su gua Reyes aprendi el procedimiento legal y los principios de una buena administracin, lo que estableci su reputacin como administrador compe-tente y dio lustre a su gobierno provisional.24

    Un serio problema que exiga la atencin de Reyes casi al comienzo de

    50 Reyes al Ministro de Gobernacin, 15 de diciembre de 1885, en Memoria, Go-bernacin, 1884-1886, 16.

    21 Memoria de la Secretara de Guerra y Marina de 1 de julio de 1883 a 30 de junio de 1886, 226.

    23 ALFONSO MANUEL CASTAEDA, "El Seor General Bernardo Reyes", Boletn de la Junta Auxiliar Jalisciense de la Sociedad Mexicana de Geografa y Estadstica, IX , No. 3, p. 73.

    :3-ROEL, Nuevo Len, II, 94; SALDAA, "General Bernardo Reyes", en Redaccin de "El Norte" (ed . ) , Constructores de Monterrey, 39.

    24 DUCLS SALINAS, Mjico Pacificado, 111.

    su administracin fue el estado de bancarrota de Nuevo Len. La inquietud surgida por el reciente trastorno poltico haba disminuido bastante la ya de por s raqutica corriente de rentas que fluan hacia los cofres del Estado. Adems, haba tambin evidencia de las irregularidades en la recaudacin de los impuestos estatales y municipales. Con su energa caracterstica, Reyes abord el problema estableciendo un sistema uniforme de recoleccin de impuestos en todo el Estado que pronto demostr ser excelente. Al fin de su mandato poda demostrar con orgullo un supervit de 13,900 pesos, a pesar de los elevados gastos para obras pblicas de necesidad.25

    En el campo de las obras pblicas Reyes organiz una Junta de Mejoras Materiales en Monterrey que inici proyectos de construccin y termin los que haban sido comenzados durante las administraciones anteriores. En-tre los anteriores estaba la construccin de un puente muy necesario al pie de la calle Zaragoza a travs del Canal del Ojo de Agua. Este puente se lla-m "Benito Jurez" en honor del gran liberal. Tambin se comenz en Monterrey, en marzo de 1887, otra construccin, la Penitenciara del Estado, a un costo aproximado de 250,000 pesos, una mejora que se necesitaba mucho. Al comienzo, apenas se contaba para este proyecto con 5,600 pesos. Sin em-bargo, Reyes, que no deseaba imponer un nuevo impuesto para costear esta obra, determin que fuera financiada por donaciones privadas ms los aho-rros que hiciera una administracin honesta. Bajo su supervisin personal y despus de ocho aos de trabajo, qued terminada la Penitenciara comple-tamente amueblada y equipada, sin que nunca hubieran faltado fondos al Gobierno para el proyecto.26

    Durante su primer perodo Reyes tambin procur que la Junta empren-diera otras obras pblicas en Monterrey. La Plaza Zaragoza fue arreglada de nuevo y acondicionada con bancos y luces; se aadi un segundo piso al ala oeste del Palacio Municipal, y se reconstruy el Mercado Coln. Antes de acabar su perodo se haban gastado unos 27,000 pesos en urgentes me-joras pblicas.27 Parece que infundi un nuevo espritu de optimismo y de confianza en Monterrey.

    La necesidad de estas mejoras pblicas no se discuta, pero Reyes fue criticado por haber reducido la Alameda y haber construido la Penitencia-

    25 "La Vicepresidencia y Dos Vidas Paralelas", Mxico Nuevo, 7 de julio de 1909, p. 2.

    28 Memoria que el Ciudadano General Bernardo Reyes, Gobernador Constitucional del Estado de Nuevo Len, presenta a la XXVIII Legislatura del mismo, en su Primer Perodo de Sesiones Ordinarias (Monterrey: Tipografa del Gobierno, 1895) , xxii. Se citar como Memoria, Nuevo Len, 1895.

    27 "La Vicepresidencia y Dos Vidas Paralelas", Mxico Nuevo, 7 de julio de 1909, p. 2.

  • ra en su lado norte. La Junta de Mejoras Materiales se opuso a tal sitio, pero Reyes hizo que prevaleciera su decisin y la Alameda se convirti en un lugar selecto.28

    La construccin de obras pb