El contenido de este documento es algo que Nick Arandes compartió después de haber facilitado un

retiro de silencio en Guatemala el día 27 de Agosto del año 2011.

Si pudiésemos mantener un espacio de paz, ¿sería posible experimentar conflicto con nuestra pareja, o

jefe, vecino, en otras palabras, con cualquier persona? La contestación sería no. ¿Por qué? Porque para

que algún conflicto pueda existir, se necesitan dos.

Eso no significa que una pareja, o jefe, o vecino no sea una persona conflictiva. Pero al no

engancharnos en sus dramas, dos cosas suceden;

Primero: que nuestra paz se mantiene intacta.

Segundo: al no tener ellos con quién argumentar, sus defensas automáticamente tienen que bajar, pues

no hay nada para alimentarlas.

¿Cómo entonces podemos mantener esa paz interna en medio de un conflicto? Eligiéndola! Es así de sencillo.

Ahora, cuando no hay otra persona y sin embargo experimentamos conflicto interno ¿qué es lo que lo

ocasiona? Una parte de la mente está prestándole atención a los pensamientos del ego; a las historias

que están siendo entretenidas en esa mente. Sin embargo, ese conflicto automáticamente se erradica

cuando elegimos la paz interna.

Como podemos ver, la solución a todo conflicto es la misma: elegir la paz interna.

Sin embargo, aun cuando sabemos que la elección de la paz interna es la contestación a todos nuestros

conflictos, ¿por qué entonces continuamos eligiendo nuestra mente errónea; nuestras historias? Porque

la mente no está entrenada. Es por eso que el curso nos recuerda, “Una mente sin entrenar no puede lograr nada.” W-In.1:3

Vamos ahora a mirar este tema un poco más a fondo.

Cuando estamos hablando con una persona cuya tendencia es de ser conflictiva, o quizás nuestra

opinión basada en lo que hemos experimentado con esa persona podría crear conflicto, ¿eso significa

que no podemos expresar nuestra opinión?

Antes de contestar esa pregunta, tenemos que reconocer que nuestra opinión, sea cual sea, no es importante. Por qué es eso? Porque toda opinión está basada en un juicio, en una creencia; más bien en

una historia. Y el único objetivo de las historias, las cuales son nada más que invenciones del ego, son

para generar conflicto.

Dado ese el caso, o podemos elegir la paz, y desde ese espacio no experimentar ningún tipo de

conflicto, o podemos elegir nuestras creencias; nuestras opiniones; nuestra historias y terminar

sintiéndonos miserables, generando conflicto donde quiera que vayamos. Es por eso que Un Curso de

Milagros nos recuerda, “¿Preferirías tener la razón a ser feliz?” T-29.VII.1:9

Regresando a la pregunta original, ¿eso significa que no puedo compartir mi opinión, ni mi punto de

vista de forma que el mundo haga lo que le dé la gana y nunca pueda compartir lo que siento?

Sí! Podemos expresar nuestra opinión, siempre y cuando no nos apeguemos ella. Pues como había

compartido antes, dado el caso que nuestra opinión nunca está basada en la verdad, la misma sólo nos

va a llevar al conflicto.

Sin embargo, al no haber ningún tipo de apego a nuestra opinión (creencia), pues lo que monitoreamos

ahora es como nos sentimos antes de compartir nuestra opinión. ¿Por qué? Porque mi estado mental,

aunque no lo garantice, es el que decide si mi opinión podría ser escuchada o no.

Ahora, por favor, presten mucha atención a lo que voy a compartir. ¿A qué se debe que mi estado

mental decida si mi opinión va a ser escuchada o no? A que esa persona, la cual estoy etiquetando

como conflictiva, es sencillamente mi propia mente conflictiva, sólo que la proyecté afuera, de forma

que tenga a alguien para culpar, ya que todo lo que veo es un espejo; un reflejo de mi estado mental.

Recuerda que la mente conflictiva no quiere experimentar paz, sólo quiere que justifiquemos nuestra

propia miseria, y eso lo hace antes que nada, a través de la proyección del conflicto afuera (personas

conflictivas, mundo conflictivo, circunstancias conflictivas), pues eso es lo que la mente usa como

justificación para poder culpar.

Pues si decidimos expresar nuestra opinión dentro de ese espacio de conflicto, el conflicto sólo se

aumentará porque, como he compartido antes, para eso fue que lo proyectamos. Es un círculo vicioso

del que no vamos a poder salir sin la ayuda de nuestro Maestro Interno; el que opera a través de la paz

y no reconoce el conflicto, puesto que en Su sistema de pensamientos, el conflicto no existe.

Así que si elegimos la paz interna, la cual ya hemos establecido que es un proceso de elección con una

mente entrenada, no es que no podamos compartir nuestra opinión, sino que nuestro Maestro Interno

(Paz) nos diría, “éste no es el momento apropiado para expresar tu opinión.”

Y al seguir Su consejo, hemos decidido ser felices en vez de tener la razón. Ahí mantenemos nuestra

paz, y en el momento apropiado una de las siguientes tres escenas podría suceder:

Primera Escena: Compartiríamos nuestra opinión, sólo si fuese necesario. Por qué? Porque si la razón

por la cual originalmente queríamos expresar nuestra opinión era para generar conflicto, sólo que eso

estaba sucediendo a un nivel más inconsciente, ya que reconocemos eso, nos damos cuenta que nuestra

opinión no era necesaria, y continuamos la armonía entre las personas envueltas en el aparente

conflicto.

Vamos a utilizar un ejemplo práctico antes de continuar con las próximas dos escenas. Vamos a

imaginarnos que yo tengo una pareja y estamos en proceso de decorar la casa. Ella quiere cortinas

verdes y yo las quiero azules. Obviamente no hay nada malo en tener una preferencia. Sin embargo, el

hecho de que ella quiera cortinas verdes y no quiera cambiar de parecer, me irrita. Pues ahí podemos

ver donde éste es un escenario perfecto para empezar un conflicto.

Si yo no estuviese apegado a que las cortinas tuviesen que ser azules, no tendría una razón por la cual

me debería molestar con su decisión. Sin embargo, la verdadera razón por la cual me sentía molesto, no

era porque ella quisiera que las cortinas fuesen verdes, sino porque para mí, el que la opinión de ella se

interpusiera sobre la mía, simplemente activaba una memoria de cuando yo era niño y mi papá no me

dejaba jugar con los juguetes que yo quería.

Como podemos ver, esa irritación que surge dentro de mí, fue la que proyectó una pareja, al igual que

la situación perfecta que me hiciese sentir de esa forma. Pero al elegir la paz interna y dejar que el

Espíritu Santo sane esa memoria, que por cierto, yo ni tengo que tener ningún tipo de conocimiento de

esa memoria (ya que nada de eso nunca sucedió), me doy cuenta de la ridiculez de sentirme incómodo

por unas cortinas que en sí no tienen nada de importancia. Dado ese el caso, ése sería un ejemplo donde

me di cuenta que mi opinión no es necesaria y por lo tanto no tengo que compartirla.

Segunda Escena: Esta escena la llamo la paradoja, pues es el chiste cósmico, el sentido del humor del

Espíritu Santo, el cual es que una vez que ya no estamos interesados o apegados a algo, es ahí donde se

abren las puertas para que de verdad podamos experimentarlo.

Pues volviendo al ejemplo que compartí de mi pareja, la cual es mi espejo, una vez que el conflicto se

erradica de mi mente, al ella no sentir esa irritación dentro de mí, o mejor dicho, al yo no tener que

proyectar mi irritación en ella, está ella ahora más receptiva y en un estado mental más pacífico y

abierto donde quizás ella, o esté dispuesta a llegar a un acuerdo conmigo, o quién sabe si termina

optando por las cortinas azules.

Lo único es que esta vez, las cortinas azules no simbolizan que yo haya ganado ningún argumento, sino

que ésa fue la decisión tomada en paz y armonía entre los dos y ya no hay necesidad de conflicto.

Finalmente, la Tercera Escena: Si he aprendido mi lección, y ya no es necesario tener una pareja

conflictiva, o experiencia conflictiva, yo me sentiría guiado a dejar esa persona o experiencia, o esa

persona o experiencia como por arte de magia desaparecería de mi vida. Sólo que en este caso, no estoy

escapando de mis circunstancias ni negándolas, sólo que no hay necesidad de estar en una circunstancia

que ya no sirve para mi camino espiritual. Y cuando esa decisión se toma, se toma sin culpa.

Pues si ella es muy conflictiva y se me presenta la oportunidad de mudarme a otro apartamento o

quizás se me da una transferencia de trabajo en el otro lado del mundo, sólo fluyo con esa oportunidad,

de la misma manera que quizás sea ella la que se quiera ir de mi vida, o algo suceda que la fuerce a ya

no ser parte de mi vida.

De nuevo, no porque estemos negando o huyendo de nuestra situación, sino que la lección no tiene que

ser repetida una vez que haya sido aprendida, pues ésa fue la única razón por la cual estuvimos juntos,

o mejor dicho, ésa fue la única razón por la cual esas dos proyecciones tuvieron lugar simultáneamente

en ese tiempo y espacio ilusorio, no para estar juntos por el resto de nuestras vidas, sino para que cada

uno pudiese utilizar esa oportunidad para deshacer algún obstáculo que no nos permitía experimentar

nuestro verdadero Ser.

Un pequeño recordatorio, sobre todo para estudiantes muy fieles a las enseñanzas de Un Curso de

Milagros. Aunque sé que no hay nadie afuera de nuestra mente, estoy utilizando un ejemplo

mundano del mundo de las formas, recordando que sólo estoy empleando ejemplos prácticos desde

un punto de vista dual, pues ésa es de la forma que podemos relacionarnos en este momento.

Antes de continuar, una pregunta muy importante basada en lo que hemos discutido hasta ahora. ¿Qué

pasaría, utilizándome a mí como ejemplo, si me separaro de mi pareja pero no resolviera mi conflicto

interno? Terminaría proyectando otra pareja con los mismos rasgos de la primera, y el conflicto

continuaría, ya que siempre es mi conflicto el que veo en todo, sólo que al no reconocerlo en mí, lo

justifico a través de la proyección. Pues de nuevo, todo lo que veo es un espejo.

O, si proyecto una pareja que no es conflictiva, ella se iría de mi vida, pues a ninguna persona libre de

conflicto le gustaría estar en una relación conflictiva. Una mente conflictiva ve a un mundo conflictivo.

Una mente sana, percibe a un mundo sano, aun cuando el mundo esté lleno de conflicto, que por cierto,

el mundo dual está basado en conflicto, pues su naturaleza es de opuestos, no de unidad.

Así que si tratamos de resolver el conflicto en el mundo, prácticamente estamos perdiendo el tiempo.

Ese conflicto se resuelve en la mente. Es por eso que el curso nos recuerda, “No trates, por lo tanto, de cambiar el mundo, sino elige más bien cambiar de mentalidad acerca de él.” T-21.In.1:7

Me gustaría concluir con lo siguiente. Personas buscan maestros espirituales, psicólogos, atienden a

seminarios, conviven en comunidades, leen libros, hacen todo tipo de ejercicios, terapias, etc., que en

vez de erradicar el conflicto o la culpabilidad de su mente, sólo la llenan de más historias.

Tenemos que recordar que todo problema se reduce a una sola cosa; una historia. Y toda historia, que

sería lo mismo que decir toda creencia, toda opinión, está basada en ego. Y la única historia que es la

responsable por todos nuestros aparentes problemas, no es real. Esa historia es la creencia de que

estamos separados de Dios. Esa es la única creencia que de verdad se tiene que sanar. Es por eso que el

curso nos recuerda, "Es fácil entender las razones por las que no le pides al Espíritu Santo que resuelva todos tus problemas por ti. Para Él no es más difícil resolver unos que otros. Todos los problemas son iguales para Él, puesto que cada uno se resuelve de la misma manera y con el mismo enfoque (Elegir la paz interna, perdón)." T-26.II.1:1-3

Todos los métodos que el ego emplea para tratar de resolver nuestros “problemas”, tienen que ver con

la lógica. Incluso, el curso mismo nos recuerda, "Un problema puede manifestarse de muchas maneras, y lo hará mientras el problema persista (La creencia en la separación). De nada sirve intentar resolverlo de una manera especial (A través de la lógica o dentro del mundo de las formas)." T-

26.II.1:5-6

Y el problema con las enseñanzas del ego (forma) es que el ego enseña a través de la lógica; sin

embargo el Espíritu Santo enseña a través de la experiencia. Y la experiencia sólo tendrá lugar cuando

la lógica se deje a un lado.

Sí, la lógica sirve de preparatoria, pero no nos lleva a la experiencia, sólo la práctica nos conduce a la

experiencia. En otras palabras, empleo la lógica para explicar estos conceptos. Pero la experiencia de

no experimentar conflicto o irritación en una situación conflictiva no se erradicará de tu mente hasta

que tú no practiques (entrenes tu mente) a elegir la paz interna.

Practica eligiendo la paz como tu experiencia, y de esa manera tu Maestro Interno te puede enseñar.

Por eso fue que hicimos este retiro de silencio, para reconocer que no hay nada que hacer, solo Ser.

Cada uno de nosotros tendrá una experiencia que será única y nos servirá en nuestro camino.

Yo puedo dar charlas, y hablar por horas compartiendo toda la teoría de Un Curso de Milagros. Pero si

no nos damos el tiempo de comulgar con nuestro Maestro Interno durante el día, a través de elegir la

paz interna, los conceptos, ideologías y teoría de las enseñanzas del curso, al igual que las enseñanzas

de cualquier tipo de camino espiritual se quedarán estancadas en una mente lógica, la cual nunca nos

llevará al desaferramiento psicológico de nuestro mundo; al desaferramiento psicológico de nuestras

creencias; de nuestras opiniones, en otras palabras, nunca nos conducirá a experimentar la paz

interna.

Para ordenar una copia del libro de Nick Arandes, Lo Que Pasa Cuando Dejas

Ir, visita su página web: www.UnCursoDeMilagrosConNick.com

Las personas interesadas en que Nick Arandes facilite una charla o retiro pueden

desacargar este folleto informativo a través del siguiente enlace:

FulfillYourDreams.com/Organizar_Charlas_Con_Nick.pdf

Para más información relacionada con el trabajo de Nick Arandes y Un Curso de Milagros visita:

www.UnCursoDeMilagrosConNick.com

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© 2011 por Nick Arandes

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