Nicastro - Lahistoriainstitucionalyeldirectorenlaescuela

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Federación de Educadores Bonaerenses D .F. Sarmiento Departamento de Apoyo Documental e-mail: [email protected] Pág.1 Nicastro. S. La historia institucional y el director en la escuela. Versiones y relatos. Paidós. Bs. As. (Ficha Bibliográfica) Capítulo 1 Acerca de la historia institucional de la escuela Tramas, versiones y relatos La historia institucional y su registro en la cultura La historia institucional opera como un criterio organizador de la vida de la organización que indica pautas, establece prioridades, propone estrategias. Así, el tiempo y la vivencia temporal en sus dimensiones de pasado, presente y futuro se presentan como uno de los puntales sobre los cuales se estructura el funcionamiento de la organización. La historia institucional tanto como el testimonio oral o escrito, o como producción material o simbólica da cuenta de sucesos, acontecimientos, experiencias vividas o contadas, colaborando de una u otra manera a la transmisión y circulación de unos a otros. Expresión de lo vivido, de lo que se vive y a veces de lo que se está por vivir. Es a su vez historia que intenta describir, explicar e interpretar una trama de relaciones y acontecimientos, a los que significa y da sentido en una narración que implícitamente advierte acerca de los vínculos, las pertenencias, los modelos, las concepciones. Los resultados de investigaciones sobre el tema muestran que esta historia tiene un registro en la cultura del establecimiento expresándose en los componentes de esa cultura: los mitos, leyendas, símbolos, objetos, lenguajes, representaciones, normas, concepciones, modelos. El término cultura fue ampliamente estudiado desde diversas disciplinas en especial desde la antropología. Según Geertz l a cultura denota un esquema históricamente transmitido de significaciones representadas en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medio de las cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan sus conocimientos y actitudes frente a la vida. Dentro de la literatura especializada en los enfoques institucionales, diferentes autores entienden la cultura institucional como los modos y las maneras idiosincrásicas de “ser” y hacer que tienen las personas y los grupos en los contextos organizacionales y sociales que los convocan. Estos autores coinciden en definir a la cultura: § como una matriz compartida de representaciones, concepciones, valores, normas. § que da cuenta de un sistema de significaciones desde las cuales se interpreta la vida cotidiana. La historia tiene un registro o inscripción en la cultura. Esta cultura simboliza esos rasgos y los expresa en las diferentes producciones (culturales) que, a lo largo del tiempo cada institución acuña. En este texto la autora presta especial atención a dos temas: el relato de la historia y sus relatores. Se centra en su tratamiento ya que cuenta con abundante información derivada del diseño de investigación planteado y las metodologías seleccionadas. Privilegió como fuentes de información los documentos escritos y las personas en situación de entrevista. El relato

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    Nicastro. S. La historia institucional y el director en la escuela. Versiones y relatos.Paids. Bs. As.(Ficha Bibliogrfica)

    Captulo 1Acerca de la historia institucional de la escuela

    Tramas, versiones y relatos

    La historia institucional y su registro en la culturaLa historia institucional opera como un criterio organizador de la vida de la

    organizacin que indica pautas, establece prioridades, propone estrategias. As, eltiempo y la vivencia temporal en sus dimensiones de pasado, presente y futuro sepresentan como uno de los puntales sobre los cuales se estructura el funcionamiento dela organizacin.

    La historia institucional tanto como el testimonio oral o escrito, o comoproduccin material o simblica da cuenta de sucesos, acontecimientos, experienciasvividas o contadas, colaborando de una u otra manera a la transmisin y circulacin deunos a otros. Expresin de lo vivido, de lo que se vive y a veces de lo que se est porvivir. Es a su vez historia que intenta describir, explicar e interpretar una trama derelaciones y acontecimientos, a los que significa y da sentido en una narracin queimplcitamente advierte acerca de los vnculos, las pertenencias, los modelos, lasconcepciones.

    Los resultados de investigaciones sobre el tema muestran que esta historia tiene unregistro en la cultura del establecimiento expresndose en los componentes de esacultura: los mitos, leyendas, smbolos, objetos, lenguajes, representaciones, normas,concepciones, modelos.

    El trmino cultura fue ampliamente estudiado desde diversas disciplinas enespecial desde la antropologa.

    Segn Geertz la cultura denota un esquema histricamente transmitido designificaciones representadas en smbolos, un sistema de concepciones heredadas yexpresadas en formas simblicas por medio de las cuales los hombres comunican,perpetan y desarrollan sus conocimientos y actitudes frente a la vida.

    Dentro de la literatura especializada en los enfoques institucionales, diferentesautores entienden la cultura institucional como los modos y las maneras idiosincrsicasde ser y hacer que tienen las personas y los grupos en los contextos organizacionalesy sociales que los convocan. Estos autores coinciden en definir a la cultura:

    como una matriz compartida de representaciones, concepciones, valores,normas.

    que da cuenta de un sistema de significaciones desde las cuales se interpreta lavida cotidiana.

    La historia tiene un registro o inscripcin en la cultura. Esta cultura simboliza esosrasgos y los expresa en las diferentes producciones (culturales) que, a lo largo deltiempo cada institucin acua.

    En este texto la autora presta especial atencin a dos temas: el relato de la historiay sus relatores. Se centra en su tratamiento ya que cuenta con abundante informacinderivada del diseo de investigacin planteado y las metodologas seleccionadas.Privilegi como fuentes de informacin los documentos escritos y las personas ensituacin de entrevista.

    El relato

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    La historia institucional tiene en su relato una va regia de expresin. Alreconstruir la historia de la escuela los distintos actores institucionales encuentran,construyen, escriben, viven y organizan, junto a los datos de los otros, los datos de supropia historia.

    El relato histrico adquiere diferentes formas de organizacin o de periodizacinsegn el tipo de relacin que el sujeto-relator establezca con el tiempo, atravesado a suvez por los vnculos y las concepciones prototpicas de cada contexto institucional.

    Cada relato aparecer entonces como una expresin de la subjetividad del relatoratravesado por la cultura y el estilo institucionales.

    Siguiendo a los pensadores de la modernidad, al hablar de historia institucional,se hace referencia a un conjunto de historias, un relato compuesto por distintos relatos,en los que aparece reunido en un discurso, en una narracin, en un argumento, lomltiple , lo diferente, lo propio y lo compartido, producto del entrecruzamiento de labiografa personal y la memoria colectiva. Subyace a algunos relatos determinadaintencin totalizante cuya pretensin es convertirse en la versin unificada de la historiainstitucional.

    El relato es una narracin, una trama con un nudo dramtico alrededor del cual ala manera de un eje o un hilo conductor se desenlazan los acontecimientos. Hechos,sucesos, hitos, pueden ser el nudo que da cuenta de las diferentes opciones dramticas,que adquiere la historia en su relato. En este sentido la opcin dramtica es la estructuraesencial del relato.

    A travs de procesos de rememoracin se construye y reconstruye ese nudomanteniendo y dando continuidad al guin institucional de la escuela.

    Es importante advertir de todos modos que, fuera cual fuere la forma del relato enla cultura, el relato de la historia se presenta con un orden y una organizacin en la queel relator entiende o cree necesario leerla, escucharla, conocerla, para entenderlos hechos y las producciones de la vida institucional.

    En cuanto a la organizacin de este relato en relacin con el tiempo que en l sesostiene, expresa tanto un tiempo de relojes, calendario, como un tiempo propio,producto de una tensin interna que no corresponde a la lgica de las agujas del reloj.Se advierten dos criterios organizadores en el relato: la sucesin de los hechos o lasignificacin.

    En tanto es expresin del tiempo de los relojes el criterio organizador ser lasucesin de los hechos, a la manera de un relato historiogrfico, en el que un hecho sedispone detrs del otro, con cierta correlacin entre ellos, en algunos casos dando porsentado relaciones de causa y efecto. Es una manera de buscar y establecer unacontinuidad entre lo actual y lo que pas.

    Se trata de una concepcin del tiempo como vector, lnea temporal, segmento oeje, sobre el cual se desarrollan los acontecimientos. Se relaciona con la cronologa y laley que lo organiza es la sucesin encadenada de recuerdos. El relato se caracteriza porsu periodizacin en un antes, un ahora y un despus.

    El presente adquiere como rasgo central aparecer como el resultado del pasado,dado que cuando el relato se periodiza desde el pasado hacia el presente, este ltimoaparece como un producto del tiempo vivido.

    Lo pasado se concibe como un conjunto de hechos y acontecimientos, como unmovimiento que recurrir inevitablemente. Es un pasado que se produce, que recurreuna y otra vez en el presente. En ltima instancia, el presente es el tiempo del pasado, lahistoria es la historia del pasado. Es en el pasado donde se encuentran las certezasnecesarias para explicar lo que ocurre en el presente y lo que ocurrir en el futuro.

    Algunos relatos aparecen como sucesin de nombres, cargos y fechas. En otros setrata de una cronologa de sucesos y grandes acontecimientos.

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    En tanto expresa un tiempo propio, el criterio organizador estar dado por lasignificacin, donde la historia muestra la relacin entre el pasado y el presente demanera imbricada y hasta superpuesta.

    La concepcin del tiempo abandona la idea de la sola sucesin y se da unarelacin con el tiempo en el que los acontecimientos suceden simultneamente, planteancontradicciones y paradojas, los hechos se superponen y la causalidad no explica lo queocurre.

    El relato se caracteriza por el establecimiento de mltiples relaciones, donde lahistoria parte del presente y desde all mira el pasado.

    En esta concepcin, el tiempo ya no es una lnea sobre la cual se desarrollanhechos y acontecimientos, sino que presenta diversas direcciones, avances y retrocesos.

    Middleton y Edwards se refieren en estos casos a la reminiscencia selectiva,cuando los entrevistados en lugar de reconstruir la historia en un orden secuencial,proceden a sumergirse en ella en muchos puntos diferentes, anteriores y posteriores,evocando lo que para ellos eran trozos especialmente interesantes o significativos.

    La funcin del relato de la historia, en tanta versin compartida de los hechos serelacionan con:

    operar como referente identificatorio, ya que participar de la misma historiaapuntala el sentimiento de ser un nosotros, donde cada uno se apropia ycomparte cdigos comunes.

    funcionar como sostn para el afianzamiento de los vnculos y como un apoyo,en el sentido de que los distintos actores institucionales encuentran en el relatouna proteccin o resguardo frente a aquellas preguntas sin respuesta oexperiencias dolorosas que adquieren la cualidad de impensable.

    unir en el discurso las rupturas de lo vivido, es decir re-unir lo desunido atravs de asignarle sentido a lo ocurrido: decir sobre lo que fue, sobre lo que sedebe hacer, decir, aspirar, teniendo la fuerza y el contenido de un mandato.

    Los relatoresAl contar la historia de la escuela el que cuenta se transforma en una de las voces

    de esa historia, que la narra, la relata desde un estilo particular, que es el producto delentrecruzamiento de estilos individuales y colectivos.

    La representacin que tiene el sujeto de la historia que va a contar es una puestaen pensamiento, en memoria que intenta dar testimonio del recuerdo tanto individualcomo colectivo.

    El contenido de ese relato da cuenta de los legados culturales y sociales que cadasujeto porta. Desde los ms genricos, relativos a las producciones culturales ysimblicas de la humanidad, hasta los ms especficos, relativos a su participacin endeterminados grupos sociales, comunitarios, etarios, etctera, que expresan determinadaideologa y cosmovisin.

    As, el sujeto inserto en mltiples historias, macro sociales o micro sociales,institucionales, grupales e intersubjetivas, construye su historia.

    El relator imprime a su relato determinadas intencionalidad, cuenta su historia devida su biografa y la historia de la escuela. Despliega su verdad como unaescenografa de tramas y personajes a su manera de hacer la historia. Es decir que elmismo relato nos remite a la subjetividad del autor, por lo cual su intencionalidad estpresente, por ms asepsia que se intente.

    El que narra no aparece como un relator no implicado o asptico sino, por elcontrario, como un sujeto atravesado por significados, cuya subjetividad es producto deese mismo atravesamiento.

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    Cada uno, al transmitir la historia se transforma en algn sentido en unprotagonista que la reconstruye, la resignifica y la transmite. Cada relator da a su relatodeterminada racionalidad, en la que los momentos y los acontecimientos que se sucedenen determinada secuencia o con determinada relacin obedecen a la lgica que lesimprime aquella racionalidad, sin duda expresin del entrecruzamiento de dos lgicas:la del sujeto y la de lo social expresadas en el acto institucional que implica eldesempeo de los roles.

    Los distintos actores institucionales, como relatores, construyen un relato de lahistoria institucional desde una determinada concepcin del tiempo, que toman en partede las maneras idiosincrsicas de ser y hacer de cada organizacin.

    Como producto de la simbolizacin y del proceso de historizacin aparece unrelato que en ltima instancia da cuenta de una expresin cultural del tiempo y de unamanera cultural de armar el relato.

    Es preciso analizar qu posicin o lugar toma el relator en relacin con sutestimonio. Una posicin ms o menos implicada, con mayor o menor protagonismo.Relatores que ocupan un lugar de mayor protagonismo y otros que metafricamentehablando se posicionan por fuera del relato. En realidad, decir que se encuentra porfuera del relato es una expresin metafrica porque ambas posiciones implican accin yparticipacin.

    Aquellos relatores que se posicionan como autores y protagonistas como tantosujetos partcipes y hacedores que relatan sus propias vivencias , experiencias yrecuerdos y las de los otros, hacen la historia institucional vinculando presente ypasado, buscando relaciones, tejiendo tramas.

    Su relato es el resultado del entramado de diferentes testimonios, si se quiereindirectos, sobre esos hechos, y tambin el resultado de sus propias inferencias sobrelas huellas que esos hechos dejaron en sus protagonistas directos como en el relator entanto interlocutor intermediario.

    En cambio, otros se ubican como en la periferia de la trama, y aparecen comotestigos-narradores que cuentan la historia de los otros, como relatores ajenos, en tantono implicados en el suceder que relatan.

    Todo aquello que forme parte de tradiciones orales que pasan de unos a otros estpara ellos en el terreno de lo que puede ser falso. La verdad slo puede ser adjudicadaa aquello que uno vio, escuch, vivi. La historia empieza el da en que ellos llegaron ala escuela, o una historia diferente comienza con su llegada, y el pasado es vivido porotros.

    Ms all de las diferencias, unos y otros construyen relatos histricos eligiendodentro del conjunto de elementos que el pasado les ofrece aquellos que les sirve pararesponder a las preguntas que surgen en el presente, explicando su cotidianidad.

    Dan cuenta de lo que Hassoun llama transmisin lograda en tanto a travs de lahistoria que transmiten y que a su vez heredaron, se inscriben en un recorrido,encuentran sus verdades en el pasado y desde all afrontan las vicisitudes de cada da.

    Desde aqu la historia institucional nunca ser una versin definitiva: se re-hace yse re-construye, en su mismo relato.

    El trabajo de la memoria en las instituciones: los procesos de historizacin

    Vivir la historia y hacer historia implica tomar posicin en un proceso deconstruccin y reconstruccin colectiva de lo que en s mismo, es colectivo. Marcar unatemporalidad propia donde cada uno experimenta su tiempo.

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    Desde aqu, la reconstruccin de la historia institucional entramar biografaspersonales y memoria colectiva.

    El trabajo de la memoria en uno u otro caso, tanto en su dimensin individual o ensu dimensin social implica historizar e historizarse.

    Los procesos de historizacin tienen lugar cuando existe la memoria, en tanto seda una trama de representaciones individuales y colectivas, de pactos y contratosprevios, de mitos, ritos y leyendas, de vnculos, anhelos e ideales. El recuerdo implicaponer en marcha procesos del pensamiento y ordenar los hechos recuperando sudimensin histrica.

    Historizar implica ligar y desligar recuerdos, traerlos al presente y asociarlos,relacionarlos estableciendo causas, puntualizando acontecimientos, en una palabraentretejiendo esa trama. El tipo de relaciones que se establecen entre un recuerdo yotro es ante todo un intercambio, un dilogo.

    Historizar es tambin de alguna manera hacer historia desde el presente. Porque esel presente el tiempo desde el cual se mira hacia atrs, hacia el pasado, se vuelve y seavanza en un ms all hasta el futuro, en un ir y venir una y otra vez.

    Cuando en la escuela los distintos actores escolares cuentan sus historias y la de laescuela recuerdan lo que han hecho, lo que les han ocurrido a unos y a otros, loscambios vividos, los hitos, lo ms feliz y lo ms difcil. Estos recuerdos son unaproduccin cultural y as, son la cultura social en sentido amplio y la culturainstitucional en trminos restringidos las que les servirn de marco. Ambas operan enun contexto en el sentido que all se encuadran y toman forma.

    El trabajo de la memoria se encuentra atravesado por el estilo y la culturainstitucionales de cada establecimiento. Emergen as, estilos particulares de recordarjuntos, de rememorar, de olvidar, de silenciar. Recuerdos fijados a fechas, a hechos opersonas; otros que ponen en evidencia incertidumbres, lapsus, zonas de silencio.

    La memoria colectivaLa memoria colectiva implica un conjunto de experiencias compartidas

    conjuntamente, tanto aquellas consideradas valiosas como las consideradas amenazanteso peligrosas: las que deben comunicarse y las que deben retenerse. Aparece relacionadacon la historia, a tal punto que slo lo que se comparte forma parte del recuerdocolectivo, slo lo vivido, imaginado o soado entre todos, o lo contado de unos a otros,se refiere a esta memoria.

    Existen dos enfoques que entienden de manera diferente el tema de la memoriacolectiva en relacin con la dinmica que se genera entre el tiempo pasado y el presente.

    Uno de estos enfoques presenta un concepto de memoria colectiva en el que elpasado que deviene como recuerdo se encuadra, contextualiza y adapta al presentesegn sus circunstancias, al modo de un retazo de memoria que se hace a la medidade las caractersticas y vicisitudes del presente. El otro enfoque interesadoprincipalmente por el tema de la continuidad entre pasado y presente, sostiene que elpasado como herencia se revive y reproduce en el presente. Ambos puntos de vista seponen en evidencia en la reconstruccin de algunas historias escolares.

    Cada institucin rescata lo vivido a travs de la memoria colectiva. De esa manerada continuidad a las tradiciones, los mandatos, los legados, las herencias. Intenta darrespuesta a los interrogantes que el presente y el futuro anticipado le plantean.

    Est el relato de una historia desde la actualidad de su presente, no aparecen ni elpasado como un tiempo posible de resignificacin ni el futuro como un tiempo deproyectos y utopas. Es la historia del detalle de lo cotidiano.

    Tambin la historia en la cual se rememora la repeticin ritual de los hechos, as larepeticin se presenta como un modo de historia posible. Tanto el presente como el

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    futuro se asientan sobre lo que ya pas, por lo tanto es en el pasado donde se encuentranlas claves de lo que sucede y de lo que suceder. Historia de la repeticin, historia delpasado cuyos testimonios aparecen como smbolos de un paraso perdido.

    En esta misma lnea se encuentra el relato de la historia sagrada del origen: relatoque requiere de la creencia, ya que sin ella corre el riesgo de perder su vigencia.

    Tambin hay, relatores y relatos que transgreden y cuentan la historia proscripta,la que se mantuvo en silencia, paralela a una historia oficial que se presenta comoexpresin de lo legtimo y lo evidente.

    As la memoria colectiva reconstruye distintas historias y versiones. Debeadvertirse que en esta memoria existen hechos para recordar y hechos para olvidar. Esdecir que si bien la memoria colectiva trae al presente recuerdos, tambin los olvida, lossilencia o los encubre.

    Biografas personalesLa biografa personal es un relato que entrecruza la historia singular del que relata

    en su acontecer tanto personal como profesional, desde un rol institucional y sutrayectoria.

    Al decir de Bruner es un relato efectuado por un narrador en el aqu y ahora sobreun protagonista que lleva su nombre y que exista en el all y entonces, y la historiatermina en el presente, cuando el protagonista se funde con el narrador.

    Siguiendo la conceptualizacin de Ferrarotti, los resultados que se obtienen atravs de la indagacin acerca de la historia profesional son una narracin de vida querelata fragmentos de la vida del sujeto desde los cuales da cuenta de su historiaprofesional. Hassoun habla de itinerarios personales a travs de los cuales cada unoinscribe su propia trayectoria en relacin con lo que le han transmitido y lo que a su veztransmitir.

    Tanto en los recuerdos colectivos como en el material que un sujeto evoca comohistoria propia, el trabajo de la memoria permite recuperar todo aquello que influypara que el colectivo institucional y cada uno en su rol llegaran a ser lo que son.

    Olvidos y secretosExisten hechos de la vida institucional que se olvidan, otros que se recuerdan,

    otros que se callan o silencian, otros que se cuentan hasta la denuncia.El olvido en la reconstruccin institucional se refiere al fenmeno a travs del cual

    los sujetos de determinada institucin no pueden transmitir a otros lo pasado. En estesentido, y segn la historia particular existe una historia presente y una historia ausente,olvidada.

    Son determinados contenidos, sentidos y significados, los que deben recordarse enun caso y los que deben ocultarse u olvidarse en el otro.

    Es justamente por el sentido y el significado que adquieren esos hechos, temas ysituaciones que en algunos casos no se puede pasar al recuerdo ni individual nicolectivo. Es posible inferir que el olvido se encuentra al servicio de no permitir lacirculacin de mltiples historias que dan cuenta de la historia institucional; de operarcomo un medio para no dejar lugar a aquello que no se quiere saber o no se puedeaceptar.

    A partir de la dinmica que se genera alrededor de lo que se recuerda y de lo quese olvida surge una versin oficial y una versin proscrita de la historiainstitucional.

    La primera, la historia oficial, tiende a garantizar el cumplimiento de un modeloy el mantenimiento de determinado statu quo. Intenta resolver en s misma losmandatos paradojales tanto institucionales como sociales, que son constitutivos en la

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    creacin de la escuela. La segunda, la historia proscrita, dar cuenta de lo que seoculta, ya sea porque su relato intenta revelar secretos, ya sea porque plantea nuevaspreguntas o llama a las cosas con otras palabras. Historia profana en relacin con laanterior.

    En relacin con los secretos, estos circulan acerca de lo vivido entre la gente y porlo tanto aparecen en los relatos. El secreto tiene que ver con informaciones relacionadascon la historia de la institucin que no pueden compartirse ni ser conocidas por todos, oque deben mantenerse como patrimonio de determinada clase institucional.

    Algunos secretos que estn estructurados como tales para los de afuera de lainstitucin y otros para los de adentro; otros son secretos para algunos de los de afuera yotros para algunos de los de adentro. A partir de esta situacin se hace complejo elsistema comunicacional, ya que si hay una parte de la informacin que puede contarse,hay otra que es reservada y debe ser resguardada de la difusin porque no debe serconocida por todos los miembros de la institucin. Adems, es imposible sacarcompletamente de los crculos comunicacionales toda la informacin circulante sobredeterminados temas.

    Algunas personas de los distintos grupos tienen conocimiento de la existencia dehechos y situaciones sobre lo que no se habla ni se pregunta; es ms, si se sabe no hayque decirlo, hay que disimularlo o negarlo. Este hecho lleva a que se provoquenfracturas en la comunicacin que favorecen la existencia de rumores, chismes einformaciones clandestinas; el clima institucional va adquiriendo con el tiempo un rasgode misterio. La contrasea compartida es del tipo de eso no se habla.

    Por otro lado, el conocimiento de algunos secretos implica para los sujetos unadeterminada cuota de poder, ms all de su posicin o rol formal dentro de lainstitucin. A partir de lo que se conoce y del poder que genera ese conocimiento seestablecen diferentes alianzas, pactos y agrupaciones. Es tan importante contar conalgunas informaciones que no todos conocen como controlar que no se divulguen otrossecretos, descalificando cualquier intento de revelacin.

    El destinoSegn Bianchi, el destino es lo opuesto a la historia. La vivencia es la de estar

    experimentando situaciones, hechos, acontecimientos predeterminados y planeados porotros productos de la repeticin y la actuacin de lo ya vivido en el pasado. Ante unhecho del cual se desconocen sus causas o ante una situacin que no se puede explicar,se invoca el nombre de destino.

    Una respuesta habitual que intenta dar por contestadas preguntas como:Cmo, oporqu se llevan a cabo determinadas acciones en las escuelas? es: Esto pasa,porque siempre pas. Ac la direccin siempre hizo las cosas as. No vale la penainsistir, ac siempre todo sale mediocremente...

    Se trata de dar respuestas que muestran un quiebre en las prcticas y sus resultadosen el sentido de que se desconocen las causas, los efectos, las relaciones, lasconsecuencias. As hace su aparicin el destino como la razn ltima y la primera causade todo lo que ocurre. En este sentido los distintos actores institucionales en lugar deocupar el lugar de protagonistas, coautores de la historia que estn viviendo yconstruyendo, aparecen como espectadores, narradores o actores de un guinargumental escrito por otros.

    La respuesta a variadas preguntas tambin toma la forma del por qu s, quealude a la figura del destino y que intenta restituir la razn, la explicacin que falta. Estose relaciona con el tipo de pensamiento que Maldavsky denomina apocalptico, quereduce y condena lo nuevo, lo diferente, lo que no tiene explicacin racional. Larespuesta anticipa la pregunta, por lo tanto no hay espacio institucional para la sorpresa,

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    la duda, la incertidumbre, el asombro ni la conmocin. El destino como pensarapocalptico anuncia e indica un camino que va de la repeticin de lo mismo a ladesaparicin de la ilusin a la utopa.

    Captulo 2Dos temticas recurrentes: el origen de la institucin y sus protagonistas, los

    fundadores

    El momento del origen

    El origen: los mitos y las fantasasLos mitos, las leyendas, los relatos son parte de los registros de la historia

    institucional en la cultura de cada establecimiento; la respuesta a esos interrogantespartir justamente de los contenidos de la cultura. Segn la idiosincrasia y laparticularidad de cada institucin, segn su cultura y estilo, determinados personajes oroles se vern de alguna manera favorecidos en el acceso a esta informacin y a sutransmisin.

    A travs de las producciones conscientes, como son los relatos mticos, se intentadar una explicacin de los orgenes recreando el pasado, razn por la cual adquieren unsignificado fundamental en la cultura de las instituciones.

    Galende entiende que en el mito, el tiempo es un origen que se repite una y otravez, y es el retorno ritual del origen el que da sentido al tiempo, neutralizando sudimensin de imprescindible, de sorpresa, de azar.

    Segn Laubordette el mito es como una produccin sociocultural que se produce oreproduce constantemente en la vida cotidiana. Se trata de una disposicin bsicaexistente en los grupos, que provee un orden valorativo de aceptaciones y rechazos. Esun marco posicional que encuadra vvidamente el acontecer social, desde lo pico y loreligioso hasta lo ms sencillo y cotidiano. Constituye una interpretacin querida ydramtica de la vida, de este mundo y/o de otros mundos.

    Con respecto a la funcin de los mitos, en general los enfoques van desde posturasque hablan de funciones esclarecedoras hasta otras que sealan funciones deencubrimiento, ocultamiento y tergiversacin.

    Eliade, explica que los mitos se encargan de revelar los modelos ejemplares de lasdiferentes actividades humanas, dndoles un significado que facilite su conocimiento ycomprensin.

    Para May la funcin central de la produccin mtica, es el colaborar paracomprender, entender, orientar y dar sentido a las vivencias cotidianas desde las msseculares hasta las ms sagradas. En este sentido un mito es una forma de dar sentido aun mundo que no lo tiene. Los mitos son patrones narrativos que dan significado anuestra existencia.

    Los autores como Bleger y Ansart, sealan una funcin de encubrimiento yentienden que a travs de los mitos se trata de someter la realidad, influyendo adems enla organizacin social. En este sentido, los mitos sirven para la regulacin y lalegitimacin social, a la produccin ideolgica, y aseguran a su vez la reproduccin.

    Con respecto a la relacin de los sujetos con los mitos hay quienes sealan que untipo de vinculacin posible es la que implica la vivencia.

    As, Eliade explica que vivir los mitos puede resultar una verdaderaexperiencia religiosa, ya que el mito es historia sagrada y real. Es la historia de losorgenes.

    La relacin entre el sujeto y el mito est mediada por el conocimiento. Ansart,plantea que los sujetos que conocen los mitos tendrn mayor poder y un status social

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    diferenciado, sern los encargados de transmitir esos saberes a aqullos otros que slocuentan con un conocimiento muy general sobre ellos.

    Por lo tanto, los conocedores y los poseedores de esos relatos ocuparn un lugarprivilegiado socialmente en el cumplimiento de la funcin de regulacin social. Estaregulacin puede entenderse como un mecanismo que mantendr la jerarqua y ladiferenciacin original, lo que marcar una situacin de desigualdad que se reitera y sereproduce en la recreacin de mitos y ritos.

    Laubordette plantea que el hombre a travs del conocimiento de los mitos, los vaadoptando de manera tal que se naturalizan, a tal extremo que pasan a ser la mismaverdad.

    En sntesis los mitos son producciones que intentan explicar y a la vez ordenar losmomentos originarios. Vivirlos y/o conocerlos formar parte de una experiencia queubica al sujeto en una situacin diferenciada.

    Hay casos en los que el ocupante de los roles directivos aparece en la dinmicacomo el encargado de conocer los mitos y hacerlos circular segn las restricciones queen cada caso se acuerden. Es decir que ocupa el lugar de portador y representante delpasado originario. Si bien por un lado este hecho ubica al directivo en una situacinprivilegiada por el conocimiento que posee, hay casos en los que el peso del saber y lapresin que ejerce sobre el desempeo es tal que para algunos sujetos se transforma enuna tarea difcil y compleja para llevar adelante.

    Las fantasas tambin se presentan como una forma de expresin posible delpasado y el origen. Hay que tener en cuenta que el significado y el alcance del trminofantasa no es unvoco en la teora psicoanaltica. Por un lado se denomina fantasaal contenido consciente, la ensoacin diurna, escenas, relatos que el sujeto arma y senarra as mismo en estado de vigilia. Por otro lado, la fantasa aparece en una relacinmucho ms ntima con los contenidos inconscientes y con el deseo.

    El origen de la institucin en trminos generales, se presenta para el sujeto comouna situacin enigmtica que trata de ordenar y explicar. Esto es as porque, en ltimainstancia, el origen de la institucin cuestiona el origen mismo del individuo y de lavida, de all, el constante intento de explicacin, para mantener de alguna manera bajocontrol dicha situacin a travs de una teora que d cuenta racionalmente de los hechosy los sucesos.

    Desde aqu, las fantasas cumplen la funcin, por un lado, de tratar de explicaraquello que para el sujeto aparece como un enigma, diferenciando lugares, personajes yposiciones. Este hecho trae aparejado un efecto tranquilizador para los sujetos quesienten poder dominar la situacin y no ser dominados por la angustia, la incertidumbrey el desconocimiento.

    Por otro, la produccin fantasmtica se ocupar de funcionar como denominadorcomn entre los miembros de los grupos en el sentido de que resuenan entre losdistintos participantes.

    Sobre la fundacin y el proyecto institucional fundacionalLa fundacin instituye en el origen un proyecto y remite a un espacio y un tiempo

    donde confluyeron varias historias para llevarlo adelante y as fundar la escuela. Es unmomento en el cual las diferencias se silencian. Ese silencio o acallamiento se sostiene atravs de pactos que impiden la circulacin de los contenidos que puedan poner enpeligro, en algn sentido, la creacin, o que puedan alentar contra el nacimiento de lanueva empresa.

    Cada uno de los fundantes encuentra una va de expresin para sus ideaspersonales en el trabajo conjunto, del cual resulta el proyecto institucional funcional.

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    Desde la lnea del psicoanlisis y la psicologa institucionales, la fundacin seinstituye a travs de un pacto que se llama acuerdo fundante.

    Este acuerdo tiene la fuerza de un contrato, de un convenio que encierra comotensin constitutiva el sentar un equilibrio entre partes diferentes, controlando todoconflicto posible. Es un soporte para el entramado intersubjetivo sobre el que se erigenlos vnculos, las representaciones, los modelos. Lleva consigo cierta pretensin deeternidad, inscribindose en la lgica de la atemporalidad, con un horizonte que mirahacia el infinito, hacia el ms all del tiempo.

    En particular, este acuerdo fundante sera expresin de lo que se denominacontrato narcisista y pacto denegativo

    El contrato narcisista tiende a que cada sujeto, retomando la produccin de losantepasados, los mitos y las tradiciones, se desarrolle y se desempee segn esoscontenidos que operarn como modelos. Como complemento de este contrato sedefine el pacto de negacin como un acuerdo que mantiene en el silencio y bajo losefectos de la represin aquello que no es pasible de representacin.

    Por medio de estos contratos y pactos el grupo indica a cada sujeto el lugar quedebe ocupar y la tarea que debe llevar adelante. Uno y otro lugar y tarea estn enntima relacin con el mandato de los fundadores que cada uno debera prolongar.

    De esta manera, cada sujeto en el interior de los grupos y de las institucionesconforma un conjunto o un colectivo con el que mantiene una relacin ms all de supropia historia y realidad. Se transforma en el portador de contenidos y mandatos quevienen de sus antecesores y que dicen a cada uno sobre qu posicin tomar en la cadenade las generaciones. Por lo tanto el acuerdo fundante es la expresin de estos pactos ycontratos. Sus funciones al momento de la creacin son las siguientes:

    Proteger contra todo discurso desestructurante, silenciando momentneamentelas diferencias y aquello que escapa a la representacin del consenso colectivo.

    Preservar a unos y a otros del surgimiento de sentimientos tales como loscelos, la rivalidad y la culpa.

    Servir de ncleo o matriz identificatoria y garantizar la unin de los sujetosalrededor de esa matriz y proyecto.

    Representar una utopa.Es decir que este acuerdo opera a modo de un sello que une partes diferentes y las

    protege de la irrupcin de las diferencias. Esto es as en tanto y en cuanto instala ysostiene la ilusin de ser un acuerdo para siempre. Simultneamente este acuerdoreafirma los vnculos entre unos y otros y con el objeto institucin, y asegura lareciprocidad y la defensa conjunta.

    En este sentido se convierte en un resguardo para frenar la irrupcin desentimientos tales como los celos, culpa o rivalidad. Prima la concesin en pos de unacausa, como metfora aglutinadora.

    Este acuerdo fundante se concretiza en el proyecto institucional de la fundacinque expresar los fines, las metas y los propsitos que se desean alcanzar,transformndose en la profeca inicial.

    Los fines son estados que se desean alcanzar y que adquieren la cualidad deorganizadores de la vida institucional en el sentido de que funcionan como un esquemaorientador hacia donde apuntar. El proyecto institucional fundacional tiene que verdirectamente con la concrecin de esos fines. A su vez, resulta de la operacin de dostipos de tensiones irreductibles:

    o Tensin 1: entre las ideas que los fundadores tienen, piensan e imaginan y loverdaderamente concretizado en la realidad.

    Entre lo pensado y lo realizado existe un resto que opera como motor y as eltrabajo del grupo fundacional se dirige a alcanzar una y otra vez esa diferencia,

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    promoviendo el cambio. En otros momentos opera como obstculo, generandodisfuncionalidad, rupturas y quiebres.

    o Tensin 2: entre los modelos que funcionan como referentes para la creacin.Aquel que aparece como modelo o punto de partida o referente negativo, en el

    sentido de que es el tipo de institucin que no se desea, que hay que modificar, que nohay que continuar. Este punto de partida podra operar del siguiente modo: as noqueremos ser o as no debemos ser.

    Hay otro modelo que es un modelo punto de llegada, el modelo de escuela que seplantea

    En uno u otro caso se presenta como una figura alternativa, de ah, su funcininstituyente, como un ms all de lo imaginario, de lo pensado, de lo realizado.

    Al decir que el acuerdo fundante operacionalizado en el proyecto tiene por funcinrepresentar un utopa significa siguiendo a Colombo que:

    Tiene su mira puesta en el futuro que aunque su tiempo de desarrollo sea elpresente.

    Encarna una doble posibilidad de realizacin:o La utopa como mera ilusin (en el sentido de lo irrealizable).o La utopa como proyecto.

    La utopa como ilusin irrealizablela utopa como ilusin alude a la perpetuacin de lo pasado perdido. El sujeto

    queda atrapado en el mismo acuerdo o contrato que hasta ahora le sirvi como soporteidentificatorio y le marc un lugar dentro del grupo y la institucin.

    Esta dinmica tiene el poder deshistorizante de la negacin del tiempo presente, dela cotidianidad, de los deseos y de todo aquello que devela que la eternidad es uneterno imposible. Cuestionar este modelo de funcionamiento equivale en la fantasa adar muerte a determinado proyecto institucional, a rebelarse ante las mximas figuras deautoridad, que dieron el saber y nos eligieron como cuidadores de su mandato.

    Un proyecto institucional que se organiza alrededor de ideas, smbolos y valoresque dan cuenta de una historia mtica y sostenedora del statu quo tiene el poder dedeshistorizar la vida institucional, en tanto se producen rupturas entre el individuo actory sus actos. Se promueven creencias y actan determinados guiones que escapan a losintereses deseantes de los miembros de la institucin, pero que garantizan lareproduccin de un modelo acabado y, por lo tanto, ideal y perfecto.

    La utopa como proyectoLos actores de la institucin sern productores y actores de esta historia y su

    utopa funcionar como organizador y meta del funcionamiento institucional. Su miraest en dar respuesta al presente y desde all alcanzar el futuro. El pasado adquiere elvalor del tiempo vivido que se recupera en el recuerdo.

    Un proyecto institucional que se organiza alrededor de este tipo de utopa tiene engeneral rasgos convocantes. Plantea la posibilidad de revelar lo oculto, de descubrir eldesea que tiende a anticipar y crear, instaurando una dinmica institucional dondeprima la elaboracin de las situaciones sobre la repeticin.

    En este caso, tambin existe una cuota de ilusin, pero no es lo nico, se trata de lanecesaria para poner en marcha la funcin instituyente. Un supuesto sobre el que sesostiene este proyecto es que la falta de una ilusin institucional influye en ladinmica en tanto falla, e incide negativamente en la posibilidad de los sujetos de crearespacios para programar, disear y llevar adelante la tarea.

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    A modo de cierre: en un ms all o un ms ac delos extremos paradigmticos

    En la vida y la historia institucional las dos situaciones se encuentran entrelazadasy su predominio, interjuego o equilibrio se relacionan con las dinmicas de los procesosde institucionalizacin. Predominar lo mtico y la ilusin o el proyecto utpico futuroen funcin del tipo de relacin que se establece entre lo instituido y lo instituyente en elmarco de estos procesos.

    En tanto predomine el peso de lo instituido, tienda a paralizar el cambio y seneutralice la connotacin contrainstitucional de la creacin o fundacin, de lo esperadoen el desempeo de los roles, los fines y los resultados, se limitar y dogmatizar elproyecto. De all en ms lo utpico, que es rasgo constitutivo de todo procesofundacional, perder su carcter dinmico y orientador para cristalizarse en una imagenesttica de algo vivido y perdido para siempre.

    En cambio, a medida que los grupos institucionales encuentran los espacios y lostiempos necesarios y se organizan alrededor de proyectos de trabajo que sostienen yaportan a la trama colectiva, la utopa recupera la cualidad de trasgresin y desafo y,como en aquel pasado soado o vivido, orienta la experiencia.

    El proyecto fundacional y los mandatos del origenEl proyecto institucional de la fundacin llega a ser, con el paso del tiempo un

    mandato histrico que regula el funcionamiento institucional.El mandato es un contrato por el que una persona se obliga a llevar a cabo la

    gestin de uno o de varios asuntos por cuenta o encargo de otra. Gratuito o con pago. Elmandatario debe rendir cuentas de su misin. Desde la antropologa social, lasociologa, la psicologa, el anlisis institucional, el trmino mandato alude acontenidos e ideales sociales que atraviesan a los sujetos, los grupos y las instituciones.

    Segn Fernndez, al describir la relacin de la escuela con el contexto expresa quela escuela como institucin social es portadora de un mandato social genrico, quetiene que ver con asegurar la continuidad de la comunidad que la sostiene a travs dela transmisin de la cultura que la define como tal. Asmismo los mandatos ejercenpresin.

    En este trabajo se alude al trmino mandato en el sentido de aquellos contenidosque desde una instancia (persona, grupo, organizacin, unidad etctera) representadacomo superior, por el poder y por la autoridad que inviste, se encomiendan a otros parasu cuidado. En este sentido, supone uno o varios elegidos para llevar a cabo el encargo.La instancia superior simblicamente representa el lugar de las figuras parentales. Deall que sus legados adquieran en el imaginario la fuerza de los legados paternos.

    Los mandatos aluden a contenidos explcitos e implcitos. Los contenidosexplcitos se refieren, entre otros, a los fines y las metas que se aspiran alcanzar ylograr, a los lugares y las posiciones que se deben ocupar, a los modelos que debenorganizar el funcionamiento, a las estrategias que de deben elegir.

    Los contenidos implcitos se infieren de las concepciones, las ideologas y losmodelos que en cada escuela entran en vigencia. A su vez, estos ltimos se expresanespecialmente en los fines que se persiguen y en los modelos de desempeo de los rolesque se suponen garantes del cumplimiento de esos fines.

    Respecto de cmo el proyecto fundacional deviene mandato es posible a travs dediversos procesos de transmisin; y la transmisin es intrnseca a la historia en tantonecesidad de promover continuidad. Esta transmisin se manifiesta en una dobledimensin: la intergeneracional y la transgeneracional.

    En la dimensin intergeneracional el contenido de ese proyecto se transmitesimbolizado. Se refiere a qu, cmo, para qu. Desde all funciona como una ley que

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    ordena otorgando sentidos y significados. En la dimensin transgeneracional, lo que setransmite forma parte de lo no simbolizado, no representado, lo que an no se volc enpalabras.

    A partir de este proceso de transmisin se inscribe como la ley y lo sagrado:representa el deber ser, prescribe sobre lo permitido y lo prohibido. Funciona comoun soporte de la identidad institucional, en tanto explicacin y sentimiento acordado ycompartido sobre lo que cada establecimiento es en la actualidad a partir de lo que fueen su pasado y de los fines hacia los que apunta. Procura de este modo asegurar lacontinuidad de determinados cdigos y pautas, misiones y metas, como una herenciainstitucional que va de unos a otros. En ltima instancia, implica en su devenir alpresente y al futuro en un intento de garantizar un desarrollo eterno.

    El proyecto institucional fundacional en tanto creacin provoca una ruptura, abreun espacio nuevo. Con el tiempo y en su pretensin de permanecer se transforma yadquiere el valor de un mandato que resguardar el modelo institucional segn los finesoriginales.

    Las figuras fundadoras

    Definiciones de baseA los fundadores, Ulloa los identifica como ncleos preinstitucionales, grupos

    de personas o agrupaciones que se unen alrededor de un proyecto en comn, en unespacio, en un tiempo y regulados por normas.

    Inspiran, por un lado, tendencias a la integracin y por otros pueden dar origen alas tendencias a la desintegracin. Uno u otro caso se da a partir de la existencia dediferencias y conflictos en esos ncleos preinstitucionales que quedaron ocultos ynegados a lo largo del tiempo y a los que se retorna en situaciones crtica.

    Berenstein, los designa los pioneros y resalta los vnculos que con ellos seestablecen donde son investidos como el ideal.

    Con el paso del tiempo la historia de los pioneros se inviste de caractersticasmticas. En los sucesivos relatos cobran cada vez ms relieve sus excelsas cualidades yse omiten sus gruesos errores.

    Eiguer, define al antepasado como un objeto transgeneracional con el que seestablece un vnculo que, sostenido en procesos de identificacin, asegura lapertenencia a un grupo y la participacin en determinado sistema simblico.

    Alrededor de las figuras fundadoras se organizan fantasas que se apoyan en lafantasmtica originaria que, intenta responder a un enigmtico interrogante. Estasfantasas pueden relacionarse con el fantasma de los primeros fundadores. Se refierena fantasmas inconscientes que influyen en el funcionamiento institucional cumpliendocon un cudruple papel:

    poner de manifiesto la cohesin del grupo de origen cuyo proyecto losconvocaba y reuna. Desde all los sucesores que no son como ellos sufren deculpa porque no llegan a mostrarse dignos de los antepasados.

    sostener el poder de los fundadores en el presente institucional a travs deaparecer constantemente como los modelos a seguir.

    no cuestionar el proyecto original de la fundacin. promover la circulacin de relatos, leyendas e historias que explican el origen.Los fundadores son vistos como los encargados de otorgar sentido a lo vivido por

    todos; de asignar diferentes significados; de orientar y de fomentar distintos tipos derelaciones.

    Vividos como ideal y en el lugar del ideal, indican cmo ser, qu hacer, a qumodelo aspirar. Ocupan el lugar del lder y en ellos se proyecta el ideal. All son

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    representados como los que lograron hacer realidad sus sueos e ilusiones. A su vez,cada uno proyecta en ellos la ilusin del deseo realizado o del sueo cumplido.

    A partir de los procesos de identificacin que cada uno mantiene con losantepasados, se da una suerte de alianza y correspondencia a partir de la cual elcumplimiento de los deseos, las ilusiones y las utopas de los fundadores conlleva alcumplimiento del deseo de cada uno, de los que ellos se identifican. En este sentido,cada uno consuma o no fantasmticamente sus deseos e ilusiones a travs de lo que haproyectado en los fundadores y segn el xito o fracaso que stos alcancen en laempresa de la creacin.

    Ellos, en tanto lderes, sostienen esta ilusin y como autoridades legtimas sepresentan como el modelo a seguir. Colaboran tcitamente con la transmisin de unos aotros, de aquello considerado valioso y garante a su vez de los proyectos originales.

    Rasgos de la dinmica de funcionamiento de losgrupos fundacionales

    Las dinmicas de funcionamiento de los grupos fundacionales presentan algunosrasgos de manera recurrente. stos se refieren a los modelos de agrupamiento de losncleos fundacionales, a las modalidades de vinculacin ntersubjetiva, al fenmeno dela ilusin grupal y al liderazgo de tipo heroico.

    Los modelos de agrupamiento o configuracin grupal de losncleos fundacionales

    En relacin con estos modelos y siguiendo los aportes de Anzieu y Kas, hay dostipos bsicos:

    N Modelo 1: en algunos casos se trata de una sola persona que funda un proyectoy alrededor de ella se van nucleando sucesivamente otras personas, generalmente apartir de su convocatoria.

    N Modelo2: se trata de grupos de fundadores organizados segn diferentescriterios.

    Un criterio de organizacin se da en los grupos en los que todos tienen el mismostatus. Se relacionan con lo que esos autores definen como el modelo degrupalidad de origen cltico: modelo grupal de iguales, organizados endemocracia estrictamente horizontal o en modelo de autogestin. Un ejemplo deeste modelo es el caso de los fundadores de instituciones cooperativas querepresentan sus propios intereses.

    Un segundo criterio de organizacin corresponde a los grupos organizadosalrededor de uno o ms lderes reconocidos como tales por el resto. En este casohay dos versiones de agrupamiento. Una versin trata sobre los grupos quetrazan su misin hacia el afuera. Se relacionan con la definicin que los autoreshacen del modelo cristiano.Este modelo se construye a travs de la representacin mtica del grupo de losDoce Apstoles, compaeros, discpulos, testigos y representantes de Cristo.Recibe una investidura por delegacin del poder transmitido, est vuelto hacia lamisin evanglica en el exterior.Un ejemplo de este modelo son los ministros en el rol de fundadores, queaparecen como los que firman los decretos de creacin o avalando determinadosproyectos, siempre en representacin de determinado gobierno.La otra versin trata sobre los grupos cuya misin apunta hacia el interior delmismo grupo o institucin. Puede relacionarse con el modelo de origenhebraico-judaico.

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    Un ejemplo se encuentra en algunos grupos que se caracterizan porque hancompartido el proceso de gestacin desde su inicio y han trabajadosimultneamente tanto en la preparacin del grupo que devendr fundador comoen el proyecto a crearse.

    Las modalidades de vinculacin intersubjetivaLos modelos de agrupamiento anteriormente citados se organizan sobre la base de

    dos modalidades de vinculacin intersubjetiva: la modalidad fraterna y la modalidadfilial.

    o La modalidad fraterna: es el caso de los grupos fundacionales constituidoscomo grupos de iguales; los vnculos que se entablen son de tipo fraterno. Losmiembros de este grupo de iguales se apoyan mutuamente unos en otros comosostn de identificaciones y desarrollo.Se entablan lazos de unin y contacto, relaciones de afecto e intentos dedesempearse complementariamente.Estos rasgos son recurrentes en las llamadas conductas de apego, a partir delas cuales los sujetos se relacionan entre s en busca de afecto y proteccin.El supuesto sobre el que se organiza este tipo de grupo fundacional, y queopera como una prescripcin, es mantenerse como un grupo indiferenciado ensu interior, mostrando una imagen de slida cohesin hacia el afuera.La indiferenciacin colabora para sostener una representacin del grupo comopotente. El sentimiento que prevalece es la seguridad y la meta es controlar atravs del agrupamiento, la ansiedad que provoca el emprendimiento que seinicia.

    o La modalidad filial: en los casos de grupos funcionales en los que se recortauna figura como responsable o lder. El modelo de vinculacin intersubjetivaes el de la relacin filial. En el imaginario, el lder o responsable aparece en ellugar de las figuras parentales, con quienes el resto entabla conductas deapego, de dependencia y hasta de sometimiento.

    El fenmeno de la ilusin grupalCorrelativamente a la aparicin de la ilusin grupal se observan en los grupos un

    desplazamiento defensivo a partir del cual alejan de s todo aquello que ponga encuestin ese sentimiento.

    As, las opiniones contrapuestas se acallan y se trabaja intensamente en labsqueda de acuerdos. Las ideas que no se comparten o los puntos en desacuerdo cedensu espacio a las ideas en comn y al consenso. Se trata de un acallamiento momentneoque se hace necesario imprescindible para que el nuevo proyecto tenga lugar. Esteencuentro no es absoluto, en el sentido de que los acuerdos nunca son totales. Sesilencian aquellas diferencias que provocaran rupturas o fisuras en el grupo fundacionala punto de ponerlo en peligro de desaparicin.

    La aparicin de lo diferente provoca miedo, promueve discusin, altera elconsenso, y es por ello que es fuertemente controlado, tanto consciente comoinconscientemente.

    El momento fundacional es testigo de diferentes querellas que expresan en distintogrado el acuerdo-desacuerdo de aquellos que se renen en la creacin de un proyecto yque se acallan a lo largo de la historia institucional, expresndose en diferentes mbitos.

    En los grupos fundacionales estos grados de acuerdo-desacuerdo se asientan sobrediferentes cuestiones. Estn quienes acuerdan en el modelo de la escuela y no en lametodologa de cmo lograrlo, estn los que tienen diferencias, ya en el mismo modelo.En este momento se instaura lo que Anzieu llama ideologa igualitaria donde la

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    ilusin inicial avanza hasta verse iguales los unos a los otros. De esta manera, elacallamiento de lo diferente se da de por s.

    El liderazgo de tipo heroicoEl camino del hroe en las aventuras mitolgicas va desde un mundo comn hasta

    un mundo ignoto, donde se enfrenta generalmente a situaciones desconocidas confuerzas fabulosas. El recorrido del hroe avanza a travs de diferentes pasos en lo cualesse destacan algunos puntos centrales. El primer paso, o primer umbral est dado por el trabajo que antecede a lafundacin, y tiene que ver con el conocimiento de unos y otros, el poner en comn ideasy proyectos, el elegirse para la accin.

    El cruce de este primer pasaje implica sortear una primera prueba: estar encondiciones para llevar adelante la fundacin. El proyecto fundacional ocupa en elimaginario de esta gente el lugar de lo valioso, porque vale la pena esforzarse,exponerse. Los puntos centrales son la exigencia de una promesa que sirve como sealde inicio de la aventura y la presencia de los mensajeros y las figuras protectorasmuestra las fuerzas y los personajes que empiezan a entrar en el juego y en la escena.En relacin con la promesa o la seal de inicio, en la mayora del caso tiene que ver conel significado que adquiere la ruptura que toda fundacin promueve. La creacin dealgo nuevo en s mismo implica ruptura del orden instituido.

    Los mensajeros son los que acompaan de cerca al grupo fundacional y losmismos fundadores van pregonando las virtudes del proyecto a crearse. Una veziniciada la partida, el individuo o el grupo se encuentra con figuras protectoras en lasque confa, que lo acompaan de cerca en el recorrido a seguir. No est solo, estasfiguras protectoras poseen un saber, una experiencia o un sentimiento que servirn desostn al grupo que se inicia. El segundo paso, se desarrolla a partir de transcurrir por el camino de las pruebas.Viven distintas experiencias, se enfrentan con mltiples dificultades. En cada una deellas deben probar cada vez su fuerza. Mostrar que siguen siendo el grupo capaz dellevar adelante tal empresa. El tercer paso: se logra cuando se accede al lugar del hroe. En sus aventuras amedida que el hroe pasa las pruebas se va acercando al lugar del ideal (padre,formador). Se habla del lugar del ideal porque segn la mitologa se trata de unsacerdote, iniciador o dios vividos emocionalmente como sustitutos del padre y de lasfiguras parentales. Es a travs de este encuentro con el padre que el sujeto se convierteen verdadero hroe, y entonces comienza su papel de iniciador para los otros quevienen tras l. Llega el momento de la epifana, y la tarea se da cumplida. Se lograron lavictoria y el xito para perpetuarse como hroe o como grupo heroico.

    Captulo 4Los sucesos y la resolucin de los mandatos

    Algunas especificaciones acerca de la relacin entrelos sucesores y sus antecesores

    Los miembros en las instituciones se vinculan entre s, con los otros y susprcticas, con los modelos e ideologas circulantes. Se establecen as relaciones eintercambios, encuentros que tambin implican desencuentros, sobre lo que se apoya latrama institucional en tanto microtejido que se construye desde las interacciones de lossujetos, en niveles conscientes e inconscientes.

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    Segn los desarrollos de Berenstein, Puget y Bernard los vnculos y lasconfiguraciones vinculares, entre otras cuestiones, proporcionan una visin de laposicin institucional del director y del desempeo de su rol segn diferentesalternativas dramticas, a saber:

    Al hablar de posicin institucional se hace referencia a un lugar, a un espaciotanto material como simblico, en el cual se ubica el director en la escuela y quegeneralmente hace alusin a sus relaciones con los otros, con el proyecto, con el modelode escuela y de rol, con el afuera. Existe una frase que se reitera en los materiales y quesirve para ilustrar la imagen que est operando. El director es la cabeza de la escuela.Desde esta metfora arquitectnica, la posicin implica pensar en un lugar que indicauna presencia, un espacio y los lmites de un territorio. A partir de esta mirada tpica sepiensa en una infraestructura imaginaria, que funciona como soporte y entonces lafuncin directiva aparece como un organizador institucional.

    Esta posicin del director en el imaginario institucional aparece, como sostn, conuna funcin reguladora de fuerzas, de relaciones, de acciones, de prcticas ysignificados, alrededor de la cual se organiza parte del funcionamiento escolar segnel estilo institucional de la escuela y el estilo particular de desempeo del sujeto.

    Por lo tanto, al hablar de posicin del director en el funcionamiento escolar sealude a un espacio institucional en torno al cual se organiza en algn sentido esefuncionamiento a travs de operar como vehiculizador de modelos y concepciones,transmisor de determinados mensajes asociados a los mandatos histricos, soporte de unsistema determinado de reglas, presupuestos y normas, relaciones y acciones.

    Por lo tanto la hiptesis central del captulo es la que indica que el directoraparece en el funcionamiento escolar como portador y guardin de los mandatoshistricos. El contenido de estos mandatos alude tanto al modelo de escuela que sepersigue como al modelo de desempeo del rol que sirve de garanta para que esemodelo se logre.

    As es como los ocupantes de los roles directivos llevan los legados y son losresponsables de su continuidad y cumplimiento.

    Se presentan a continuacin las diferentes posiciones directivas que se infieren delos materiales que sirvieron de base emprica en este trabajo.

    Posicin 1: El director como uno de los portadores de los mandatos histricosfundacionales

    Portador de estos mandatos no es slo el director sino que cada uno de losdistintos miembros de la escuela ocupa un lugar ofrecido por otros a lo largo de lahistoria y lleva consigo la voz de sus antecesores.

    Cada uno ocupa una posicin diferenciada con determinados deberes y derechos,y a la vez se apuntala en los otros a travs de acuerdos de reciprocidad, que se sostienensobre las mismas metas y sobre los mismos ideales. De esta manera se establece unadinmica en la que se renuevan los valores y los trminos de los mandatos en el sentidode que cada uno en este llevar, trae al presente esos contenidos, asegurando lacontinuidad de la cultura y colaborando a sellar el vnculo de cada uno con el proyectoy con los otros. A partir de este protagonismo colectivo, cada uno se transforma en unheredero de la historia, a su vez teniendo que dejar en herencia estos mandatos a los quevendrn.

    El director es uno de los portadores del mandato histrico, no el nico. Compartecon otros, responsabilidad y compromiso. Con respecto a su cumplimiento es el grupoinstitucional en su conjunto el que se reconoce como portador y garante delcumplimiento de legados histricos.

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    Cada grupo a lo largo de la historia sostiene una representacin de s, como ungrupo de elegidos, un grupo ideal y potente que debe llevar adelante determinadoencargo.

    El modelo de desempeo exitoso opera como modelo de rol para seguir, lo quedio resultado no debe perderse, los maestros deben transmitir estos modelos a losdiscpulos, quienes los deben tomar y superar a sus antecesores de manera de garantizarque se mantenga la excelencia.

    A esta dinmica subyace una lgica que sintetiza los pasos a seguir para conseguiry lograr la propuesta.

    En primer lugar, la memoria colectiva sostiene el recuerdo de los buenosresultados y de quienes fueron sus promotores y protagonistas. Existe el registro de unmodelo escolar que opera como debe ser.

    En segundo lugar, se proponen como modelos para los otros.En relacin con los directores, como sucesores, este recuerdo colectivo funciona

    para cada uno de los sucesores a la manera de una referencia identificatoria, a partir dela cual cada director responde en algn sentido al modelo de director que se espera, paralogra en ltima instancia el modelo de la escuela deseado.

    Se habla de referencia, porque se entiende que ese recuerdo, esa memoriacolectiva, emite permanentemente seales acerca de cmo ser y qu escuela hacer. Esun discurso anterior, porque antecede la llegada de cada sucesor y condensa el registrode la historia vivida en la cultura.

    Identificatoria en el sentido de que le indica el objeto de identificacin que debeelegir. Es decir, que seala cules son los modelos que deben seguirse y cules no, ysobre ello en la actualidad de la institucin parecen existir total consenso. As seasegura un ejercicio del poder y la autoridad legtimos, en tanto se acuerda con losmodelos esperados y la ideologa institucional.

    Los sucesos toman estos modelos, y a travs de las claves aprendidas, superan asus antecesores: el mandato se resguarda.

    As, fundadores y antecesores tienen en comn las caractersticas que conformanel perfil del directivo capaz de llevar adelante el mandato de existencia y la expectativade superacin constante.

    Un aspecto notable en estos casos es que el significado de la excelencia aceptareacomodaciones y redefiniciones, justamente porque se trata de una excelencia que esdefinida como tal en el presente a la luz de la historia institucional.

    La diferencia con otros casos donde el mandato tambin alude a la excelenciaestriba en que el significado fue acordado en el pasado, y desde all, asignado de unavez y para siempre. En este punto vale la pena insistir en el significado que adquierendeterminados fines institucionales.

    Si bien la literatura clsica en el anlisis de las organizaciones define los finescomo metas por alcanzar, existen ejemplos que confirman esta hiptesis y otros que lacuestionan.

    Existen escuelas con el mismo tipo de mandato tendiente al logro de niveles deexcelencia, donde este estado da cuenta de lo ya logrado y, por lo tanto, de un resultadoque se ha de repetir. Es decir, es un fin que en s mismo se define como estado yaalcanzado.

    En otras escuelas este fin se transforma en un logro que se obtiene y se mejoracada da. La definicin de la excelencia se resignifica a la luz del presente institucional.El fin se define como estado por alcanzar. En el pasado, la excelencia como fin podaexpresarse en estos trminos:

    formar hombres capaces, aptos, idneos, humildes en su saber. formar en una disciplina que responda a las necesidades sociales del momento.

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    formar hombres que se diferencien por los conocimientos y las aptitudesreconocidos en sus desempeos.

    llevar adelante en la situacin de formacin, experiencias de innovacinpedaggica.

    constituirse en una escuela que seala el rumbo y se transforma en un modelopara las otras escuelas.

    Desde aqu, se infiere aquello a lo que se aspira como resultado de la formacin delos alumnos y lo que se espera como resultado del funcionamiento institucional en suconjunto.

    Si ambos resultados se logran, cada uno desde su rol participa y es responsable dellevar adelante la escuela de excelencia. No slo es uno el garante del xito sino todos;porque la excelencia se alcanza slo si cada uno apunta a ella desde su rol.

    Todos los actores institucionales sern portadores de la herencia institucional ytodos sern herederos, pero slo algunos sern los que llevarn adelante esa obra.

    Desde aqu se comprende la posicin del director como uno de los garantes delcumplimiento de los fines contenidos en los mandatos.

    Posicin 2: El director como portador de los mandatos fundacionales y artfice de sucumplimiento en el aqu y ahora de la institucin

    Aqu el mandato al directivo lo posiciona como custodia y como garante de sucumplimiento en el presente. De ah que se habla del director como artfice en el aqu yahora.

    En esta situacin, que el director contine con lo que se viene haciendo no esgaranta de xito ni de estar llevando adelante el proyecto de la institucin bajo losprincipios que los mandatos y legados prescriben.

    Mientras que en los casos anteriores, respetando el modelo de los antecesores ycontinuando con su obra, se eriga como portador y responsable de la vigencia de loscontenidos histricos, en estos casos es necesario que a partir de un trabajo dediagnstico permanente, resignifique los mandatos y encuentre las estrategias y lastcnicas acordes con aquellas metas.

    Si se retoma el ejemplo de escuelas cuyos mandatos se refieren a alcanzar nivelesde excelencia, los directivos aparecen como el custodio para logra una escuela de esetipo, y tambin son responsables, promotores y garantes de decir qu es la excelencia enel aqu y ahora y cmo debe lograrse. El directivo es el portador que lleva loscontenidos del mandato, pero tambin es el artfice de su cumplimiento en el presenteinstitucional.

    Debe gozar para ello de una importante cuota de discrecionalidad para decidiracerca de cmo alcanzar la excelencia en el presente y elegir los medios apropiados, ypara revisar los modelos sealados por los principios orientadores acerca de cmo debeser la escuela, conocidos, transmitidos y consensuados.

    Esta situacin lo posesiona en un lugar diferente de aquel director que hace unasimple vigilancia o custodia de las ideas y los proyectos de otros. El contenido de estemandato va ms all de ubicar al director en un lugar de narrador de lo que pas o decronista de los hechos vividos. No es un mero intrprete sino protagonista de unpresente institucional que es el tiempo de la historia en el cual debe llevarse adelante elmandato de excelencia.

    Posicin 3: El director como portador de las diferencias silenciadas en los ncleospreinstitucionalesEl director encarna una contradiccin constitutiva y fundante: las diferencias ocultasentre los proyectos de escuela que tiene cada uno de los fundadores.

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    Ulloa plantea como hiptesis que existen ncleos preinstitucionales conformadospor los fundadores, organizados alrededor de un proyecto comn que rene a losproyectos individuales. La tendencia en este momento es hacia la integracin con pautascomunes de organizacin.

    Las diferencias y los desacuerdos entre estos ncleos se silencian y con el paso deltiempo, pueden enquistarse en tanto y en cuanto no lleguen a explicitarse, se nieguen,oculten o repriman. Se trata de diferencias de diverso tipo: distintas profesiones,proyectos, metodologas, experiencias profesionales, entre otras. Esos primerosdesacuerdos, que oportunamente se acallaron en pos de la concrecin de un proyectocolectivo; aparecen dramticamente, promoviendo un movimiento de dispersin comotendencia contraria a la original.

    El director, como pantalla de las diferencias silenciadas entre los fundadores, seencuentra ante la disyuntiva casi encrucijada de hacer la escuela segn el modelo deunos o hacer la escuela segn el modelo de otros. Encarnar estas diferencias negadasdesde el origen, hacerse cargo de alguna manera de este dilema, pueden ser indicadoresque sirvan para comprender la dinmica que adquiere los desempeos de los roles dedireccin en algunas escuelas.

    El mandato histrico posee contenidos que se refieren, por ejemplo, al lugar quedebe ocupar el director en la trama de relaciones, sobre cmo debe ser y desempearse,sobre qu privilegiar, qu proyectos realizar. En estos casos los mensajes serndiferentes tanto en relacin con el tipo de escuela que se aspira como con el tipo de rolde director que se debe lograr.

    A continuacin se analizan tres posibles resoluciones de la tensin que atraviesa eldirector como portador de las diferencias de los fundadores:

    permanecer como aprisionado en la dinmica de ese vnculo. tomar partido por alguna de las partes. ocupar el lugar de tercero mediador.

    En la primera forma de resolucin y al quedar instalado en esa posicin, unos delos rasgos centrales que aparece es el atravesamiento del rol por el dilema, a partir delcual haga lo que haga este director va a estar alejado de alguna de las expectativaspuestas en l. Esta situacin lleva a que el mismo lugar de la direccin sea un nolugar en tanto no se abra ni en la trama ms subjetiva ni en la dinmica real un espacioclaro y delimitado para el trabajo de direccin. El proyecto personal, sostn delproyecto profesional de estos directores, se encuentra bajo amenaza de invasin odesplazamiento por parte de otros.

    Siguiendo los postulados de Bateson, sobre la teora del doble vnculo, nosencontramos con un sujeto que recibe mensajes de distinto orden y queda ante unadisyuntiva que no puede resolver.

    Al tratarse de dos rdenes de contenidos, de una oposicin constitutiva y fundante,la tarea de apropiacin se ve seriamente obstaculizada.

    En la segunda forma de resolucin, al tomar partido por una de las partes, aparecea los ojos de los dems haciendo parcialmente lo que espera de l, con el riesgo deperderse as mismo dentro de ese conjunto de significaciones diversas y tambinconfusas. Un rasgo peculiar en esta dinmica es la aparicin de bandos que responden alas diferentes posiciones de los fundadores, y el director encabeza uno de esos bandos.

    Cada uno de los grupos presenta estilos particulares de funcionamiento que seexpresa en las diferentes conductas, tipos de vnculos, intereses y metas que se fijan.

    Tanto en el primero como en el segundo tipo de resolucin de la tensin producidapor portar las diferencias de los fundadores, el lugar de la direccin aparece para unos yotros como un reservorio de lo txico, como un espacio intersticial, donde cada uno

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    deposita los excesos, las tensiones, las contradicciones, los desacuerdos. El ltimo tipode resolucin presenta al director, ocupando el lugar de la terceridad.

    Siguiendo las hiptesis de Ulloa sobre las diferencias de los fundadores, romperacon los polos de ese dilema. Ser como uno o como el otro, hacer como uno o como elotro. De alguna manera el tercero en escena permitira la discriminacin y ladiferenciacin en trminos de darle real presencia a cada uno con respecto al otro.Cuando no aparece este tercero se establece una dinmica de dos lugares y dos tiemposque se transforman en destiempo y desencuentros.

    Estos dos lugares no se reconocen desde la diferencia sino que cada uno define alotro desde su propia subjetividad. Los efectos del ser distinto nos lleva a promover laaparicin de espacios para pensar, para disentir, para crear, para confrontar; por elcontrario se instalan mecanismos de control para homogeneizar y sortear lasdiferencias.

    El director al ocupar el lugar de tercero mediador, se posiciona a la manera de uneslabn que articula las otras partes, los otros lugares.

    Necesariamente la terceridad requiere para desempearse de una autoridadlegtima para ordenar y organizar el desarrollo de la vida institucional.

    Este perfil debera contar un alto grado de discrecionalidad y autonoma en latoma de decisiones, hecho que de por s instalara en la escuela una nueva lgica en ladistribucin de las responsabilidades, en las jerarquas y en el poder ejercido desde cadarol.

    Posicin 4: El director como portador de diferentes mandatos, el de los fundadores y elde otros grupos institucionales

    Ambos mandatos coinciden, ya que en los dos casos se trata del perfil que debetener el director en las escuelas. La diferencia escriba en el contenido que adquiere esteperfil en cada caso.

    Aparecen referencias al estilo general de desempeo del rol en cuanto a cualidadesy rasgos requeridos para el rol, estrategias por utilizar, resultados para lograr,modalidades de relacin con los otros, modos de ejercicio del poder y la autoridad, etc.Las principales diferencias aparecen en cuanto cada grupo describe sus expectativassobre cada uno de estos puntos.

    Cuando la fuente principal de los mandatos histricos remite a los fundadorescomo lugar desde el cual deviene ese legado, las dinmicas posibles acuerdan con lasposiciones descritas.

    Los fundadores y su obra permanecen en el recuerdo colectivo como gruposidealizados y de gran potencia.

    Cuando la fuente de los mandatos para el director es determinado grupoinstitucional, en general se trata de grupos histricos o de larga trayectoria en la escuela,o grupos reconocidos por su pertenencia y su ideologa. En algunas oportunidades losdirectores mantuvieron relaciones de pares con esas personas hasta el momento de suascenso, hecho que puede llegar a influir de diferente manera.

    En un extremo encontramos que el vnculo y los conocimientos previos puedencanalizarse en la conformacin de equipos de trabajo, consulta y asesoramiento. En elotro extremo provocan complicaciones para el accionar del director.

    Cada uno los fundadores por un lado y el otro grupo institucional por el otro, tienesus expectativas sobre cmo debe ser el director, y es a partir de esas expectativas quese espera que el director responda.

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    Posicin 5. El director como promotor de dinmicas deshistorizantesEsta posicin es el resultado de dos procesos en parte diferentes. En uno de ellos

    el director responde al cumplimiento de mandatos histricos. Por lo tanto, ocupar laposicin de promotor de una dinmica deshistorizante no es ms que el resultado delcumplimiento de determinado mandato histrico. En el otro esta misma posicin es elresultado de un proceso de regeneracin del lugar de portador y custodia de loscontenidos de la historia institucional.

    El director y los mandatos que clausuran la historiaLa posicin del director es la de promotor de una dinmica con caractersticas

    deshistorizantes, que aparece como respuesta al cumplimiento de los mandatoshistricos. En este sentido, el contenido de los mandatos alude a una concepcin de lahistoria que se inicia cada vez. La tendencia general es hacia la clausura de lo vivido,ya sea por olvido, por silenciamiento o por simple indiferencia.

    Las estrategias de conduccin promueven e impulsan esta dinmica concaractersticas heroicas, y en muchos de esos casos el director de la escuela encabeza ylidera un movimiento heroico, intermediando entre un grupo institucional y su proyecto.El proyecto se encuentra o bien en estado de revisin o bien atravesando una situacinde riesgo por su posible desaparicin. En ambos casos los mandatos institucionalesprivilegian generalmente sacar las escuelas adelante.

    El contenido de esos mandatos se basa en dos tipos de supuestos. Un supuestoentiende que la historia carece de pasado y que los tiempos son el presente y el futuro.El otro instala la promesa de la escuela diferente de la escuela nueva.

    Desde esta postura el director lidera un proyecto que permite organizar el vnculocon la escuela que ahora y desde hoy se propone llevar adelante. As, le devuelve elsentido a la tarea de muchos, a la pertenencia y reduce el sufrimiento asociado tanto alas fallas en la funcin instituyente como a las dificultades para la realizacin de la tareainstitucional.

    El primer tipo de sufrimiento se relaciona con la falta de ilusin institucional,que como fuerza instituyente sostiene los proyectos y da sentido a las renuncias yposibles riesgos a los que se enfrentan las personas en las instituciones.

    El segundo tipo de sufrimiento se relaciona directamente con los fines sobre loscuales se organiza la tarea y que constituyen su razn de ser.

    Al reinstalar la utopa que implica llevar adelante la escuela, desde un mandatoque sostiene que la historia empieza cada da, el director encarna un liderazgo heroico,que intenta terminar con los sentimientos de frustracin e impotencia con el sufrimientoy el sin sentido.

    Segn Berenstein, una de las funciones del hroe es servir de intermediario en unaparticular relacin entre un individuo y un grupo, o entre un grupo y una determinadafuerza (o destino) que se avecina. Desde este liderazgo hace de intermediario entre elgrupo y el proyecto, tratando de llevar adelante la escuela y su proyecto, a pesar de lasserias dificultades con las que se encuentra.

    Al sostener como ilusin que la historia comenz el da que se inicia la travesa deeste lder y su grupo, se promueve el establecimiento de una dinmica defuncionamiento en la que el tipo de historizacin que forma parte del estilo de la escuelaest signado por los silencios, los olvidos, los ocultamientos, los recuerdos queencubren. Es decir, que el olvido opera al servicio de silenciar partes de la historiacolectiva o biogrfica vividas como riesgosas o muy dolorosas. Desde all surge unaversin oficial de la historia vivida y otra versin de la que no se habla. La primerasostiene determinado statu quo; la segunda devela secretos, dice lo que no todos quierenescuchar.

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    En el caso del lder que impone como dinmica de funcionamiento este no mostrarlo pasado, no hablar de ello, no contarlo instaura de alguna manera el olvido dedeterminadas situaciones como estilo del proceso de recordar y el secreto comoresultado directo de este proceso. Ambos se apoyan en un supuesto segn el cual sacarde circulacin determinado contenido comunicacin al, ms que acallarlo es hacerlodesaparecer.

    As, es como en la dinmica y en la cotidianidad de la institucin reaparecen, amodo de reiteracin, situaciones que se acallaron o se silenciaron, y quedramticamente vuelven a escena sin que nadie pueda evitar su aparicin o, en algunoscasos, sin que ninguno de los controles operantes alcancen para ocultar o reprimiraquello que aparece.

    El director y el rechazo de la herenciaSe trata de un rechazo de la herencia que implica, por un lado, la ruptura en los

    vnculos y los intercambios mutuos, y por otro, la ausencia de modelos de identificaciny de imgenes continentes y protectoras. Al hablar de procesos de regeneracin se aludea un mecanismo por medio del cual el sujeto se rehsa a conocer o reconocerdeterminada realidad.

    As la deshistorizacin aparece como resultado de la renegacin de la realidad.Desde all cada uno tiende a encerrarse en su prctica, en su trabajo, en su rol; sefragmenta la comunicacin, se aslan las personas, se hace difcil encontrar las salidas.

    Si se conoce la historia no se la usa y si se la desconoce no se intenta conocerla.De alguna manera el director hace un trueque ilusorio: dejar de lado lo vivido parahacerse cargo en algn sentido de las dificultades del presente.

    Se habla de trueque ilusorio, porque se sostiene en supuestos como los siguientes: hacerse cargo de los mandatos histricos implica sobrecargarse en el rol y

    aumentar la complejidad de la situacin. por lo tanto, desde all, dejar de lado la historia vivida resta en dificultades

    para el presente. para ello se entiende, que es posible empezar de nuevo por su sola

    disposicin.Desde aqu, se tiende hacia la clausura de una etapa y la apertura de una nueva,

    desconectada de la anterior. En este espacio el director no se reconoce como portador dela historia, porque desde su postura esa historia ya se cerr, ya termin.

    En relacin con los efectos que este modelo de desempeo imprime en elfuncionamiento escolar, algunos rasgos que se reiteran son las comunicaciones que seencuentran coartadas, exigiendo una circulacin clandestina de informacin queatraviesa los espacios formales y no formales: las prcticas habituales son cuestionadasy requeridas de modificaciones acordes con el proyecto que se inaugura; se da un vacode confrontacin de posiciones e ideas, ya que la exigencia apunta ms a la aceptacinque a la discusin y la crtica.

    La posicin del director como promotor de dinmicas deshistorizantes, sea por elcontenido del mandato, o por efecto de un proceso de rechazo de la herencia, latendencia en el funcionamiento institucional es la de clausurar lo vivido, en el sentidode instaurar el olvido, el silencio, la proscripcin y la indiferencia en un intento decerrar etapas para desde all, abrir otras nuevas.

    Posicin 6: El director como refundadorCuando se producen cambios en el nivel de la identidad institucional nos hallamos

    frente a un caso de refundacin. Los rasgos de la identidad son aquellos que diferencian

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    una organizacin de otra y la definen como singular. Las organizaciones poseen unaidentidad definida como invariante en el sentido de que su transformacin tambinimplica la apariencia de una nueva organizacin.

    Uno de los componentes de la identidad de las escuelas reiteradamentemodificado, tiene que ver con el objetivo institucional. Los objetivos o metas definen entanto razn de ser de las instituciones como estados por alcanzar. Desde ellos sepromueve el funcionamiento y se seleccionan determinados medios. Son portadores,adems, de mandatos y demandas sociales. As, cada escuela a partir de sus finesoriginarios va adquiriendo la identidad que la define como una institucin singular conrasgos idiosincrsicos para llevar adelante sus propsitos.

    La dinmica de la refundacin puede tomar dos formas: mudar al presente losfines fundacionales o producir cambios en ellos.

    El primer caso se desarrolla a su vez segn dos modalidades posibles:o Cuando como resultado del estilo de funcionamiento de la escuela y como

    rasgo recurrente se mudan al presente esos fines originales.o Cuando esta mudanza al presente sobreviene luego de una etapa de

    desviaciones.En los casos en que la refundacin, en tanto mudar al presente los fines originales,

    es el resultado del estilo de funcionamiento institucional, los fines y el proyectofundacional se recrean y se resignifican en diferentes oportunidades y situaciones. Estadinmica de refundacin instala un interjuego entre los tiempos.

    El pasado aparece indefectiblemente pero a travs de lo ya logrado, recuperado,valorado y asegurado cada da.

    El presente aparece como el lugar de la construccin colectiva sobre lo que sepacta y se acuerda que debe ser esta escuela, sobre las bases que su modelo histrico, sumodelo de referencia por el xito obtenido, le confiere como garanta.

    En relacin con el futuro, esta dimensin aparece como proyecto, como progresoy como porvenir.

    En la segunda modalidad de refundacin que trae al presente los fines originales yrepacta con ellos, esta mudanza sobrevena a etapas de desviaciones y distorsiones en larelacin con los fines y su cumplimiento.

    En estos casos, es habitual encontrar que en el pasado reciente estos fines no setuvieron en cuenta o se abandonaron, por eso se habla de desviacin o distorsin. Es porello que recuperarlos en el presente significa un cambio en la identidad, en el sentido deun volver a ser, o a intentar volver a ser como antes. Con la refundacin se renuevan losprincipios originales de los mandatos fundacionales.

    Generalmente las imgenes que acompaan este momento son del tipo delsalvataje y la reivindicacin.

    As la dinmica de los grupos que llevan adelante la refundacin presentan rasgosheroicos, al definirse capaces de salvar un proyecto original reivindicando a losfundadores y a los antecesores que trabajaron por el proyecto. Reivindicndose losmismos sucesores como un grupo heroico capaz de sortear condiciones de granadversidad para recuperar lo perdido.

    La refundacin puede tomar dos formas. Hasta el momento se ha trabajado sobreuna de ellas: la que implica mudar al presente los fines fundacionales. Resta la segundaforma, que se da cuando se produce un cambio en esos fines.

    Este es el caso de lo que Etzioni llama sucesos de fines en los cuales latendencia de las organizaciones es encontrar nuevos fines cuando los antiguos han sidorealizados o no pueden alcanzarse.

    Si este cambio no se llevara adelante y sin este proceso de refundacin lainstitucin corre riesgos de desaparecer. Los casos que sirven para ilustrar dinmicas de

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    este tipo son aquellos en los cuales desde la partida de los fundadores se inicia uncambio en los rumbos y las metas de la mano de los sucesores.

    Algunos rasgos se reiteran en el funcionamiento de estas instituciones: las figuras fundadoras se retiran del mbito escolar. Las causas son de diverso

    tipo y tambin es diferente el impacto que esta situacin provoca en laspersonas.

    en las primeras etapas inmediatas a esta partida se persigue la continuidad delmodelo de los antecesores, tal como lo prescriben los acuerdos y los contratosfundacionales.

    se reinstalan los contenidos de los mandatos fundacionales, obligando a lagente a ocultar, negar y renegar de algunos sentimientos y percepciones.

    as, se sostiene como utopa el volver a ser o seguir siendo la misma escuelacomo si ningn cambio se hubiera dado, cuando en realidad lo que se hapuesto en marcha es un proceso de refundacin, ms all de la conciencia desus protagonistas.

    A modo de conclusinEl director organiza en algn sentido el tipo de funcionamiento de la escuela, a

    partir del estilo particular de cada institucin y del estilo de desempeo que cada uno leimprime al rol.

    Alcanzar una u otra posicin ser el resultado de un proceso que devela ladimensin institucional de los desempeos y la construccin subjetiva de los roles,donde cada rol se construye y reconstruye en el intercambio de los grupos y lasorganizaciones en el espacio institucional.

    La posicin institucional de la direccin aparece como un lugar y una funcin, quecomo garante de lo contenidos histricos y fundacionales modelos,