Negociacion Colectiva en Chile

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Negociacin Colectiva en ChileLa Debilidad de un Derecho ImprescindibleNegociacin Colectiva en Chile la Debilidad de un Derecho ImprescindibleLaDireccindelTrabajoesun serviciopblicodependientedel Ministerio del Trabajo y Previsin Social,acargodelafiscalizacin delaaplicacindelalegislacin laboral,lafijacinpormediode dictmenes el sentido y alcance de lasleyesdeltrabajo,ladivulga-cindelosprincipiostcnicosy sociales de la legislacin laboral y la realizacin de acciones tendien-tesapreveniryresolverlos conflictos del trabajo.La misin de la Divisin de Estu-dios de la Direccin del Trabajo es realizardiagnsticos,investiga-ciones,sistematizacinyanlisis de la realidad laboral del pas, que contribuyanalaelaboracinde polticaspblicas,alaaccindel Servicioyalosdiversosactores vinculados al mundo del trabajo.Ultimas Publicaciones de la Divisin de Estudios de la Direccin del TrabajoCuadernos de Invest igacin:N 36. Holding y Tiendas: La trama que multiplica las ventas y redobla el trabajo N 35. Inequidades de Gnero en el Mercado Laboral: El rol de la divisin sexual del trabajo N 34. Tenues Trazos de Equidad. Una mirada al gnero en los contratos y convenios colectivosde grandes tiendas por departamentoTemas Laborales:N 24. Remuneracin de vendedores y vendedoras en grandes tiendasN 26 Espacios Sociales en Interdiccin. Hacia una tipologa de las prcticas desleales o antisindicalesAport es al Debat e Laboral: N 23. Acoso sexual en el trabajo Denunciar o sufrir en silencio? Anlisis de denuncias N 22. Operarios y Operarias de Plantas de Proceso Industria del Salmn: Estudio de remuneraciones Regin de Los Lagos N 21. Buzos de empresas salmoneras: Estudio de remuneraciones Regin de Los Lagos N 20. Negociacin Colectiva Reglada y Mediacin Administrativa: Prevencin de la huelga o promocin de negociacin efectiva?portada.ai1 08-01-10 15:26portada_retiro.ai1 08-01-10 15:28NEGOCIACIN COLECTIVA EN CHILELa Debilidad de un Derecho ImprescindibleDiciembre 2009 Documento Producido por la Direccin del TrabajoDireccin: Agustinas 1253, Santiago de ChileTelfono: (56-2) 674 9300Web: www.direcciondeltrabajo.clDiseo y Produccin:Grfca Metropolitana / Juan Carlos Ramrez E.Printed in Chile / Impreso en ChileAndros ImpresoresNegociacin Colectivaen ChileLa Debilidad de un Derecho ImprescindibleDivisin de EstudiosDireccin del Trabajo2009INDICEPRESENTACI NPatricia Silva ....................................................................................................... 7LOS RESULTADOS ECONMI COS DE LA NEGOCI ACI N COLECTI VA Gonzalo Durn Sanhueza .............................................................................. 11LA I NEFI CACI A DEL DERECHO A NEGOCI AR COLECTI VAMENTE Diego Lpez Fernndez ................................................................................. 43LA EXPERI ENCI A HI STRI CA DE NEGOCI ACI N COLECTI VA EN CHI LEIrene Rojas Mio.............................................................................................. 73LOS PROYECTOS DE REFORMA LEGAL SOBRE LA NEGOCI ACI N COLECTI VA: ESFUERZOS AZAROSOS Y LOGROS MARGI NALES O I NFRUCTUOSOS? Mara Ester Feres Nazarala .......................................................................... 109EL RECONOCI MI ENTO CONSTI TUCI ONAL DE LA LI BERTAD SI NDI CAL Y EL DERECHO A NEGOCI ACI N COLECTI VAFrancisco Tapia Guerrero ............................................................................. 149EL ROL DE LA DI RECCI N DEL TRABAJO EN LA NEGOCI ACI N COLECTI VAJoaqun Cabrera Segura y Jos Luis Ibez Villalobos ............................ 1737Presentacin LaDireccindelTrabajoestdeaniversario:cumple85aosde labor ininterrumpida velando por el cumplimiento de los derechos laborales en Chile. Pero la labor inspectiva solo es la cara ms visible y evidente de un esfuerzo constante, diverso y complejo que efecta la Direccin del Trabajo. Es una tarea que exige mucho ms que la scalizacin directa en los lugares de trabajo; requiere investigar con dedicacin permanente para conocer las tendencias predominantes en las relaciones laborales, descubrir a tiempo qu dicultades en-frentan las empresas en el cumplimiento de sus responsabilidades legales respecto al trabajo que contratan, y cules son las prcticas que realmente existen a la hora de contratar trabajadores, remune-rarlos y despedirlos. Parte importante de la labor que complementa la funcin inspectiva se reere a actualizar permanentemente el conocimiento que tene-mos sobre el mundo laboral. La Direccin del Trabajo es un obser-vatorio privilegiado, lugar nico en elque seconcentra muchain-formacin y se acumula valiosa experiencia sobre el funcionamiento real y efectivo de las relaciones laborales. Por eso, los datos adminis-trativos que recopila y sistematiza y los estudios que realiza sobre 8la realidad del trabajo, son especialmente importantes en un medio, comoelnuestro,enelquesesuelenescucharopinionesrotundas acerca del trabajo asalariado, sus comportamientos y tendencias, sin contar siempre con datos, informacin ni estudios actualizados que las corroboren. Le cabe pues a la Direccin del Trabajo un rol inves-tigador y difusor, que mejore el conocimiento e informacin acerca de las relaciones laborales en Chile.Precisamenteestelibroesreejodetalfuncin.LaDireccindel Trabajotieneinstitucionalmenteasignadounrolespecialrespec-todelanegociacincolectiva,loquelepermitetenerunavisin panormicadesuestadoactualenelpas.Yhemosqueridocom-partir parte de esa visin, publicando algunos de nuestros anlisis yevaluaciones.Peronosoloeso.Quisimosaprovecharlaocasin para convocar a expertos de reconocido prestigio y acadmicos des-tacados, para que presentaran anlisis novedosos acerca del estado actual de la negociacin colectiva en Chile, ofreciendo perspectivas que habitualmente han estado ausentes o escasamente incluidas en elpermanenteyvigorosodebatepblicoacercadelasrelaciones laborales en nuestro pas.Los artculos aqu reunidos son el resultado de ese esfuerzo conjun-to. Profesionales de la Direccin del Trabajo y acadmicos indepen-dientes elaboraron por separado diversas reexiones, animados por el n comn de presentar una visin novedosa y crtica del actual estado de la negociacin colectiva en Chile. La idea fue abarcar pers-pectivas econmicas, jurdicas e institucionales, que permitieran dar cuentadelacomplejidaddelasrelacioneslaborales,laformaen que est instituido el sistema de negociacin colectiva en Chile y si reeja la vigencia de derechos bsicos de amplio reconocimiento in-ternacional, el comportamiento efectivo de la negociacin colectiva 9en nuestro pas y la evolucin histrica que ha tenido a travs de los diversos cambios institucionales por los que ha atravesado el pas. Los artculos que ofrece este libro no estn descontextualizados de la actual situacin crtica que vive la negociacin colectiva en Chile: la reciente encuesta ENCLA 2008 de la Direccin del Trabajo arroja la preocupante cifra de que solo el 5% de las empresas tienen acuerdos colectivos de trabajo vigentes, esto es, solo ese pequeo grupo haba negociado colectivamente los ltimos cuatro aos. A ello se suman losdatosadministrativosdequeapenasunapequeaporcindel empleo asalariado del sector privado (12%) tiene acceso a la nego-ciacin colectiva. No caben dos apreciaciones sobre estos datos: en nuestro pas la negociacin colectiva es un derecho extremadamente minoritario: solo acceden a l un restringido grupo de trabajadores, sobretodocontratadosporgrandesempresas,mientrasquepara la inmensa mayora de los trabajadores privados se trata solo de la promesa de un derecho. Difcilmente puede decirse que en materia de relaciones laborales las instituciones funcionan normalmente en nuestro pas, si un derecho bsico como la negociacin colectiva no logra realmente tener un rol en las decisiones sobre cmo se remu-nera el trabajo asalariado. Probablemente esta sea una de las princi-pales causas de las profundas desigualdades que exhibe el mundo del trabajo en Chile.Explicar la debilidad de la negociacin colectiva y sugerir vas para reforzarla, es una de las principales motivaciones de este libro. En l se incluyen artculos acerca de cules son los resultados econmicos de la negociacin colectiva en Chile, cmo se ha intentado sucesivas veces modicar el esquema legal que rige tal derecho y de qu ma-neraellonohasido,hastaahora,posible.Tambinseincluyeuna descripcindetalladadelaformaenquesedesarrolllanegocia-cin colectiva en Chile antes de las innovaciones del Plan Laboral, 10quesirveparadesmiticarlacreenciadequenosonposibleslos acuerdoslaboralessupraempresaennuestropas.Estelibrotam-bin contiene reexiones acerca de cmo lograr aplicacin efectiva a los tratados internacionales vlidamente raticados por Chile, que reconocen de una forma ms directa y vigorosa que nuestra Cons-titucinelderechoanegociarcolectivamente,ofreciendovisiones jurdicas novedosas para lograr la real ecacia de tal derecho. Final-mente, tambin incluimos una descripcin de las diversas funciones que cumple la Direccin del Trabajo en las relaciones colectivas de trabajo,loquepermitedimensionarensujustamedidaelalcance del rol institucional que cumplimos en tan importante tarea.Vaya nuestro agradecimiento a todos los autores, que con su trabajo han realzado la importancia insustituible y el rol indispensable de los derechos colectivos: permitir que se maniesten diversos intere-ses legtimos en el mundo del trabajo, que exigen un esfuerzo con-junto de los actores sociales y de la autoridad estatal para promover eldilogo,lanegociacinylosacuerdos,quepermitancompartir losesfuerzosnecesariosparacrearriquezaytambinunareparti-cin ms justa de los frutos del trabajo. Patri ci a Si l va Mel ndezAbogadaDi rectora delTrabaj o11Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva Gonzalo Durn Sanhueza11Economista, Ponticia Universidad Catlica de Chile. Investigador del Centro de Relaciones Laborales y Dilogo Social, Universidad Central de Chile. Gonzalo Durn Sanhueza12INTRODUCCINChile ha tenido un progreso econmico heterogneo y poco inclu-yente, que con el pasar de los aos ha exacerbado los ndices de des-igualdad en la distribucin de los ingresos. Segn la ltima encuesta CASEN, el 10% de las personas ms ricas ganan 53 veces ms que el 10% de las personas ms pobres. Hoy, en trminos reales las grandes empresas son mucho ms ricas que antes, sin embargo los asalaria-dosdelasgrandesempresasobtenanen1994unaremuneracin queenpromedioera18%mayoralaobtenidaen2006(ajustando las cifras por IPC). De una parte, el xito econmico de las empresas no signica pro-greso para sus trabajadores. Por otra, instituciones como la negocia-cincolectiva,parecennotenerelefectoesperado.Culeselrol econmicodelanegociacincolectivaenlosltimosaos?,Qu reajustes salariales se obtienen con ella?, Cmo opera la participa-cin salarial en los resultados empresariales?Elpresenteartculo,develalospobresresultadoseconmicosque tiene la negociacin colectiva en Chile, su escaso aporte en materia de justicia distributiva y la necesidad urgente de generar un debate en el cual el mercado laboral y en particular la negociacin colectiva, sean visto como un institucin social y no como slo un mercado ms.LA NEGOCIACIN COLECTIVA COMO MECANISMO DISTRIBUTIVO DE LA RIQUEZALa distribucin factorial (funcional o primaria) del ingreso es una de lasnocionesconceptualesbsicaqueestdetrsdelanegociacin colectiva. Segn sta, los frutos del trabajo, se reparten entre los Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva13factoresdeproduccinqueintervienenenelprocesodetransfor-macin productiva. Paradjicamente fue uno de los padres del libe-ralismo econmico, David Ricardo, quien en su obra clebre Princi-piosdeEconomaPoltica(1817)armabaquesedebandeterminar las leyes que regulasen esta distribucin personal del ingreso. Hoy, las corrientes econmicas neo-clsicas, ven la negociacin colectiva comounelementodisruptivoenlajacindeprecios,unpeligro latente en el control de la inacin. Se arma entonces -en base a la teora de Simon Kuznets (KizNi+s, 1954)- que en las fases primarias del crecimiento econmico la desigualdad es inevitable, pero luego deuntiempo,sellegaaunestadiodondesereviertelarelacin logrando reducir la inequidad. Sera el chorreo econmico que se traspasa a los estratos ms retrasados de la poblacin, a travs de los ajustes propios del mercado: la mano invisible de Adam Smith.Ms all de las consideraciones tericas de Kuznets y de David Ri-cardo,numerososestudiososdelmercadolabor-sindical,hande-sarrolladopruebasempricasquedemuestranquelanegociacin colectiva,es unapoderosainstitucin social,que mejoraladisper-sin de los salarios, la distribucin de ingresos y combate la pobre-za(Liwis19652,PiNc.vii1977,Mi+c.ii2000, Aiu+YTz.NN.+os 2002,H.v+i2002,Kn.N2003,Kos+ziE+ Ai.2005,T.i+ixnio 2008, por citar slo algunos). En esta lnea, Richard Freeman3 es famoso por estudiar las institu-cionesdelmercadolaboral.Paral,lanegociacincolectivagene-2Lewis encontr que la negociacin colectiva en los Estados Unidos de la dcada del 60-70, incre-mentaba los salarios en cerca de un 15%. Hoy la AFL-CIO, seala que los trabajadores sindicalizados obtienen salarios que pueden llegar a ser 25% superiores respecto quienes no estn sindicalizados (Bureau of Labor Statistics 2002).3Economista Harvard University; en Enero de 2009, form parte del grupo de 40 economistas que en Estados Unidos rmaron una declaracin por la resindicalizacin de la vida econmica.Gonzalo Durn Sanhueza14ra un efecto igualador en los salarios al tiempo que tambin afecta positivamentelosnivelesdeproductividad(Fiix.N,2007).Bii-x.N (1992), arribaba a similares conclusiones en su estudio de los sindicatosylacompetitividadeconmica,enelqueconcluaque elefectodelossindicatosenlaproductividad-aunqueheterog-neo entre sectores- promediaba un considerable 12%. Ms reciente, NCTU (2009) examina el modelo noruego aportando con un set de antecedentes claves; de ellos, hay uno especialmente ad-hoc a la l-nea esbozada por Freeman: Noruega es el pas con mayor producti-vidad laboral en Europa, con una excelente posicin competitiva (es elprincipalpasexportadordesalmonesylderenlaexplotacin delpetrleoenelMardeBarents)queseacompaadesindicatos fuertes, representativos y con excelentes niveles de coberturas en la negociacin colectiva.Reaj ustes Sal ari al es por Negoci aci n Col ecti va.Experi enci as ComparadasLos reajustes salariales por negociacin colectiva tienen una vertien-tepropiadeestudiosempricos;losmstcnicosrelacionancreci-mientoeconmicoconlosajustessalariales(nocindeelasticidad salarial); ILO (2008a) seala que en los pases de baja cobertura en negociacin colectiva el impacto de 1 punto porcentual adicional en el crecimiento econmico de un pas genera un aumento salarial por negociacincolectivade0,65%.Porsupuesto,elresultadomejora en el caso de los pases con mayor cobertura, llegando en ese caso a un 0,87%.Contodo,losreajustessalarialesenlospasesdesarrolladosestn estrechamente ligados a otros indicadores, tales como los niveles de desigualdad.Porejemplo,lamayoradelospasesdeEscandina-Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva15viaarrojacoberturassuperioresal70%enlanegociacincolectiva acompaados de ndices 10/10 bajos, tanto as que en el caso Norue-go,nosuperalas2veces(LxiNY A.v..o2009).Enesteplano, aun cuando se obtiene un 3% de reajuste real, ste es muy distinto al mismo 3%, que por ejemplo, se obtiene en un pas con baja cober-tura y que tiene ndices de inequidad 10/10 altos, que en ocasiones superan incluso las 50 veces. Los distintos momentos de desarrollo econmico son, por tanto, un factoraconsiderar.Enesteplano,ytalcualpredicenlosmodelos de crecimiento neo-clsicos, un dato relevante es que los pases de-sarrolladosexhibenmodestastasasdevariacinenelcrecimiento econmico, en tanto que otros, los llamados pases en vas de, con regularidad,lograncrecimientossuperiores.Lalgicadeladistri-bucinfactorialdeDavidRicardoydelosdesarrollosulteriores, sugiere que a mayor tasa de crecimiento en las ganancias y en con-secuencia en el PIB debe necesariamente signicar mayor progreso en la distribucin. Ya veremos, sin embargo, qu pasa en Chile, pas que por aos ha sido considerado paraso para los negocios y polo de inversin extranjera directa. Hoy, en el marco de la experiencia comparada, se puede conrmar que los pases modernos, an cuando han logrado niveles de desa-rrolloimportante,siguengenerandoreajustessalarialespornego-ciacin colectiva.Gonzalo Durn Sanhueza16Grco N 1Reaj uste Sal ari al es Real es por Negoci aci n Col ecti vaFuente: Elaboracin propia en base a datos Observatorio de Relaciones Industriales , EIROL 2006. En el caso de Australia la fuente es el ACTU Congress, para Brasil el instituto Diesse y en el caso de Canad su Ministerio del Trabajo.Segn el Observatorio de Relaciones Industriales de la Comunidad Europea4, se constata que Suecia bordea el 3% de ajuste real en los salariospornegociacincolectiva,Dinamarcael2,9%,Franciaun 2,1%, Portugal un 2,8%, Noruega un 3,3%, Finlandia un 3,1%. Ello se complementa con los antecedentes ya mencionados: alta cobertu-ra en la negociacin, cohesin social, baja desigualdad, crecimiento econmico moderado y estable. Es hora de ver que sucede en el caso de Chile.4http://www.eurofound.europa.eu/eiro/index.htmLos Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva17RESULTADOS ECONMICOS DE LA NEGOCIACIN COLECTIVA EN CHILELos resultados econmicos de la negociacin colectiva en Chile, se analizarn considerando los siguientes supuestos:Ao de Referenci a: El anlisis de los resultados econmicos de la ne-gociacin colectiva, utilizar los datos hasta el ao 2007, con especial nfasis en profundizar sobre la situacin de dicho ao. Se toma esta eleccin dado que corresponde a uno de los mejores aos en trmi-nosmacroeconmicosydesaludnancieraparalasempresas.Es un ao que adems no est contaminado por las repercusiones de la crisis econmica mundial. Fue un escenario inmejorable dentro de losltimosperodosparalasempresasLofuetambinparasus trabajadores y la negociacin colectiva?Het erogenei dadEst ruct ural5:Chileesunpasdondelaheteroge-neidad estructural es ntida y como tal, debe ser considerada al mo-mento de efectuar cualquier anlisis laboral. En este sentido, obser-var el mercado laboral como si fuese homogneo no es correcto. Lo mismoocurreparalasinstitucioneslaboralescomolanegociacin colectiva.Noeslomismolanegociacincolectivadelasgrandes empresasqueenlaspequeasymedianas;tampocolosresulta-dossonlosmismos.Comosever,losresultadoseconmicosde la negociacin colectiva en Chile, se deben fundamentalmente a las conquistasalcanzadasporlostrabajadoresdeempresasmedianas 5LaHeterogeneidadenlasEstructurasProductivas,esunenfoquequepromuevelaCEPALdesde hace aos; en Chile -as como en muchos pases en vas al desarrollo- existen mercados laborales segmentados que acompaan estructuras productivas heterogneas. Machinea y Hopenhayn (2005) hablan de una economa a tres velocidades que refuerza la diferenciacin productiva e incrementa la desigualdad; en la misma lnea, Infante (2009) se reere al concepto de heterogeneidad produc-tiva renovado. El presente artculo, reconoce en su anlisis esta base analtica desarrollada desde CEPAL.Gonzalo Durn Sanhueza18yfundamentalmentedegrantamao,esdeciryennomenclatura cepalina,aquellosubicadosenelestratodealtaproductividad. Tambinsedebereconocerunaheterogeneidadinter-sectorial,es decir,entreramasdeactividad. Aqutambinesposibleconstatar diferenciasimportantesencuantoalosresultadoseconmicoslo-grados por la negociacin colectiva. Met odol oga y fuent es de i nformaci n: El anlisis de los resultados de la negociacin colectiva utiliza datos que provienen de registros administrativos de la Direccin del Trabajo e informacin nanciera originada por las mismas empresas y disponibles en la Superinten-dencia de Valores y Seguros (SVS). La informacin de la Direccin del Trabajo entrega los reajustes rea-les iniciales que en promedio han pactado los sindicatos y los gru-posnegociadores.SetratadeaumentossobreIPCyeslamedida estndarqueseutilizaenlospasesparaobservarlosresultados econmicos de la negociacin colectiva.La informacin sobre Salud Financiera y ajustes reales en las me-didas de ganancias empresariales, es obtenida de las propias memo-rias y FECU (Ficha Estadstica Codicada Uniforme) de cada enti-dad. La limitante de esta medida es que slo captura la informacin de las empresas grandes que transan en la bolsa de comercio. Es poresemotivo,quedemaneracomplementariaalainformacin de la SVS, se presenta como indicador paralelo la evolucin de las gananciasempresarialesregistradasporelServiciodeImpuestos Internos. (En este caso se trata del sistema completo, que incluye a las cerca de 800 mil empresas vigentes en el pas).La metodologa de trabajo consiste en contrastar los resultados eco-nmicos de las empresas con los resultados econmicos de la nego-ciacin colectiva.Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva19Hechos Esti l i zados: Si tuaci n de l as EmpresasAntes de entrar en el detalle de los resultados econmicos de la ne-gociacin colectiva en Chile, vale la pena revisar los rasgos que ca-racterizan el modelo. Desde el punto de vista labor-sindical, Chile utiliza el modelo sin-dicalalestiloestadounidenseojapons,quefomentayreconoceen la negociacin a nivel de empresas como el ptimo. Se trata de un sistemaenelcualexistenmsde9.000organizacionessindicales activas, con una negociacin colectiva totalmente pulverizada en pequeos colectivos de trabajadores. Lo anterior se cruza con una estructura productiva altamente hete-rognea, en la cual el sindicato es una institucin que en la prctica funciona en el segmento de las grandes empresas. Son ellas las que bajo la permisividad legal han generado funestos paisajes que inclu-so llegan a albergar ms de 50 organizaciones sindicales bajo el pa-ragua de una misma unidad econmica. Es esta desintegracin del movimiento sindical uno de los rasgos contextuales a partir del cual se procede a mostrar los resultados de la negociacin colectiva.Para comenzar, se ilustran los resultados econmicos de los ltimos aos precisamente en el estrato productivo moderno, aquel donde se concentra la negociacin colectiva. Elgrco2,exhibelaevolucindelasgananciaspatronalesenel selectogrupodeempresasEstrategiaTop106.Laserieconstata un hecho pocas veces revelado, la crisis asitica no fue un problema mayor para los sper grupos econmicos, es ms, muchos de ellos salieron fortalecidos (Ci.iui, 2006). As, entre los aos 1996 y 2006, se observa una evidente tendencia alcista en cuanto a la salud nan-ciera de las grandes empresas.6Incluye los principales grupos econmicos del pas.Gonzalo Durn Sanhueza20Grco N 2Evol uci n de l as Gananci asPri nci pal es Soci edades Anni mas Ranki ng Estrategi a7Fuente: Elaboracin propia con datos Ranking Estrategia de Empresas 1996-2006Al tomar el estrato completo de las grandes sociedades (ranking demsde600corporaciones),seconstataunaumentoporcentual promedio (entre 2003 y 2006) cercano a 43% en las cifras de ganan-cia. En el mismo perodo, la inacin8 promedi 2,5%, por tanto el ajuste real es suculento. 7Ranking Estrategia considera las sociedades annimas abiertas y aquellas que voluntariamente han decididopublicarsusEstadosFinancierosenlaSuperintendenciade ValoresySeguros;Elgrco muestra los Resultados Finales como medida de ganancias para las principales empresas, las top ten, que para el ao 2006 aportaron con cerca del 60% de las utilidades y con el 71% del aumento en los resultados (vs 2005).8Fuente: Elaboracin propia en base a datos del Banco Central de Chile. Es el promedio de inaciones anuales.Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva21Grco N 3Evol uci n de l as Gananci as Pri nci pal es Soci edades Anni mas Ranki ng Estrategi aFuente: Elaboracin propia con 2003-2006 y Cartas Econmicas Hugo Fazio, CendaPor otro lado, al considerar la totalidad de las empresas en Chile (sin segmentar por estrato productivo), los resultados exhiben la misma tendencia ganadora descrita anteriormente. Al ao 2000, el siste-ma arrojaba un total de $6.500 billones (millones de millones) en las ganancias, en tanto que para el 2006 (ao tributario), los benecios se elevaron a casi $17 mil billones. En promedio, se puede observar una variacin cercana al 15% en las utilidades9; en el mismo pero-do, la inacin promedi 2,8%10.9RentaLquidaImponible(enelcasodelasestadsticasdelServiciodeImpuestosInternos).Enla medicin del SII los aos tributarios corresponden a un ao menos que el perodo comercial. 10Dato INE.Gonzalo Durn Sanhueza22Grco N 4 Evol uci n de l as Gananci as Si stema Compl eto de Empresas en Chi l eFuente: Elaboracin propia con datos SII. Nota: Se utiliza la Renta Lquida Imponible como proxy de UtilidadSiendo ms exhaustivos, al desagregar por tamao de empresa para elmismoperodo2000/2006,enpromediolasmicroempresasob-tienen un 7,4% de avance en las ganancias, las pequeas un 8,4%, las medianas un 9,1% y las grandes empresas un 17,7%, todo segn la categorizacin del Servicio de Impuestos Internos. En denitiva, no cabe duda que durante los ltimos aos el mundo empresarial chi-leno ha tenido un excelente desempeo; con justa razn a nes del gobiernodeLagoslosempresariosdeclarabanestarfelices,como no, si los excedentes patronales llegaron a niveles histricos11.11Un buen anlisis econmico del perodo 2000-2006 se encuentra en Claude (2006).Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva23Grco N 5Evol uci n de l as Gananci as Si stema Compl eto de Empresas en Chi l e5,10% 5,24%11,29%20,2%32,7%Fuente: Elaboracin propia en base a datos SII2)Hechos Esti l i zados: Si tuaci n de l os Trabaj adoresExpuesto lo que ha sucedido con las empresas y sus ganancias, aho-ra corresponde ver la situacin de los salarios y los reajustes reales pornegociacincolectiva.Losresultadosapresentarincluyenlas siguientesdimensionesdeanlisis:temporalidad,sectoreconmi-co,coberturasdetrabajadoresconreajustesrealesyporIPC.Para nalizar, se realiza un ejercicio prctico en el cual se obtiene la elas-ticidad salario de la negociacin colectiva en Chile.i )Reaj ust eSal ari al espornegoci aci ncol ect i va,unanl i si st em-poral :Enmateriadereajustessalarialesreales,M.iN.xis(2005) constataqueenelperodo1996-2004laevolucindelsalarioreal por hora tiene una tendencia general hacia la baja. No obstante ello, tambin se advierte que dichos reajustes a pesar de crecer a tasas decrecientestuvieronpasajesdondefueronanormalmenteeleva-dos: en 1998 y 1999 la variacin anual borde el promedio del 2,5%, esto en el peak de la crisis asitica. El autor llega a dichos resultados Gonzalo Durn Sanhueza24usandolascifrasdelaEncuestaMensualdeRemuneracionesque levanta el INE12. Al cruzar los resultados de Marinakis, con los datos de reajustes rea-les inicial por negociacin colectiva, es posible notar que los pasajes anormalmente elevados que observaba el autor, no lo son para aque-llos trabajadores involucrados en la negociacin colectiva y que as-piraban a reajustes reales. En efecto, como se aprecia en el grco 6, el peak de la crisis asitica marca tambin el piso ms bajo logrado en materia de reajuste salarial colectivo (0,5%, el menor de los ltimos 22 aos). Es decir, la crisis asitica como era de esperar, diferenci sus golpes entre los trabajadores de cuello blanco y aquellos de cuello azul. Desde entonces el incremento se mantiene bajo el 1%13.Grco N 6Evol uci n en l os reaj ustes real es por Concepto de Negoci aci n Col ecti vaFuente:Elaboracin propia en base a datos Direccin del Trabajo12La encuesta de remuneraciones es un instrumento aplicado a las empresas, consultando por el total de la planilla (incluye por tanto a todos los trabajadores, tanto sindicalizados como no sindicalizados, profesionales y no profesionales, etc.). 13Marinakis tambin destaca esta realidad.Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva25La historia de los reajustes salariales por negociacin colectiva tiene, noobstanteloanterior,episodiosenlosquelasconquistasfueron similares a las de pases desarrollado (tales como las planteadas en la seccin I). As, es posible identicar el perodo 1989 -1993, como los aos de oro a efectos del reajuste real inicial (logrando un ajuste promedio de 3%, con un peak en 1989 donde llega a 4,06%). Como era de esperar, la recuperacin de la democracia as como la revitali-zacin del sindicalismo, inyect los esfuerzos hacia la recuperacin en los niveles salariales (S.iiNio, 2006). Misma suerte corrieron las seriesdedatossobresindicalismoynegociacincolectiva.Eneste punto es importante recordar que durante los aos ochenta en Chile se aplic una sistemtica poltica de depresin salarial, tanto en los mnimos como en los pactados por instrumentos colectivos. Las re-formas laborales de 1982 fue un factor clave en explicar el comporta-miento salarial (se elimin la indizacin y los reajustes obligatorios para el sector privado, entre otras medidas) (Miz.i. v Rox.oii. 2002).Posterioraltrminodeladictaduramilitar,ytraselrespirodela aqu denominada dcada dorada de los reajustes reales inicial de la negociacin colectiva, stos comienzan una prologada fase descen-dente que hasta el da de hoy pervive. Al tomar la serie larga de da-tos -aquella que va desde 1985 a 2007- se puede concluir que en esos 22 aos, el reajuste real obtenido en negociacin colectiva promedia 1,41%. Si el clculo se toma considerando los ltimos 10 aos (con 2007 con ao nal), el promedio baja a 0,76%.An siendo pobre, se advierte que la cifra corresponde al promedio global; en ella conviven distintas realidades: algunas negociaciones logranajustesbastantemayores(principalmenteenelestratomo-derno, el de las grandes empresas), otras slo obtienen la indexacin porIPCyenunospocoscasosseconstatanretrocesos.S.iiNio Gonzalo Durn Sanhueza26(2006),complementaesteanlisisdevelandoqueenestamateria, los trabajadores sindicalizados han conseguido mejores condiciones quelosgruposnegociadores.Paraelao2007,estaconclusinse rearma.i i ) Aj ust e Real es segn rama de act i vi dad econmi ca: Al revisar los reajustes por rama de actividad econmica se constata tambin un alto nivel de dispersin. Por ejemplo, los resultados ms modestos seconsiguenenelsectordeServiciosFinancieros,loqueescohe-rente con las polticas salariales que predominan en ese sector, que buscanimpulsarlaproductividadatravsdelaindividualizacin del trabajo (FUNDACIN SOL 2008): el cumplimiento de metas y la tendencia hacia remuneraciones cada vez ms variables. Es inte-resante hacer notar que los servicios nancieros son los que mayor contribucinhacenalproductointernobruto.Enelotroextremo, elsectormsprolcoenlosreajustesobtenidospornegociacin colectiva es la minera, precisamente en donde la tasa de sindicali-zacin bordea el 50%.Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva27Cuadro N 1Reajuste Real Inicial Promedio Pactado*, ao 2007Rama de actividad econmicaSindicatosGruposTotales%Trabajadores Afectos%Trabajadores Afectos%Trabajadores AfectosAgricultura, Silv. y Pesca1,055.0760,022.0370,767.113Explotacin de Minas y Canteras2,1910.3470,085922,0710.939Industrias Manufactureras0,8122.7160,634.3360,7827.052Electricidad, Gas y Agua0,631.5090,00140,631.523Construccin0,893.811-0,394570,754.268Comercio1,0124.2131,493.9211,0828.134Transp. Almac. y Comunic.0,6214.4830,111.9880,5616.471Est. Financieros, Seguros y Bancos0,2917.9420,139.1540,2327.096Serv. Comunales, Sociales y Personales1,3915.4020,511.8051,3017.207Totales0,96115.4990,4424.3040,87139.803* Ponderado por cantidad de trabajadores, no incluye bonos o incentivos de produccin o productividad, ni otros benecios adicionales. Fuente: Informe de las Negociaciones Colectivas por entidad negociadora, ao 2007, Direccin del Trabajo.Gonzalo Durn Sanhueza28Cuadro N 2Reajuste Real Inicial Promedio Anual (%) Segn Rama de Actividad EconmicaRama de actividad econmicaAos20002001200220032004200520062007Agricultura, Silvicultura y Pesca0,271,930,690,590,80,781,890,76Explotacin de Minas y Canteras1,320,270,110,950,410,262,822,07Industrias Manufactureras1,060,60,460,870,860,840,780,78Electricidad, Gas y Agua0,620,110,281,181,220,370,350,63Construccin0,512,910,850,130,792,290,110,75Comercio0,80,320,861,330,960,30,121,08Transporte, Almacenaje y Comunicaciones0,480,650,610,690,450,710,670,56Establecimientos Financieros, Seguros y Bancos0,220,191,550,430,570,60,110,23Servicios Comunales, Sociales y Personales1,490,910,011,470,890,811,311,30Totales0,850,640,620,930,760,680,750,87 Fuente: Elaboracin propia con datos Direccin del TrabajoLos Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva29i i i ) Tasa de cobert ura de qui enes consi guenreaj ust es real es: Otra dimensin clsica en el estudio de la serie es la referida a la canti-daddetrabajadoresinvolucradosenestosexiguosajustes.Lain-formacin pesquisada y sistematizada por la Direccin del Trabajo recupera el porcentaje de trabajadores que obtienen el incremento. Al cruzar esta informacin con la tasa de negociacin colectiva14, se estimaqueenpromedioparalosltimos21aos,4,9decada100 trabajadores se benecian del reajuste real inicial. El grco 6, regis-tra ambas curvas (tasas de negociacin colectiva), tanto la total como aquellaquesolocomprendepersonasconreajustesrealesinicial. Para el ao 2007, se constata la quinta mayor diferencia entre tasas (2,4 puntos porcentuales) para los ltimos 22 aos.Grco N 7Evol uci n Trabaj adores i nvol ucrados y con reaj ustes real esFuente:Elaboracin propia en base a datos Direccin del Trabajoi v)Aj ust esporI PC:Dentrodelosresultados,elreajusteporIPC conducenteapreservarelpoderadquisitivoquesepierdeconla inacin ha estado presente en la mayora de los instrumentos co-lectivosconunacoberturabastanteelevada:cercadel80%delos 14De las personas involucradas, esto es que comienzan su negociacin en cada ao.Gonzalo Durn Sanhueza30instrumentoscolectivocontieneclusulasquepactanreajustabili-dadporIPC.Noobstante,enestrictosentidoellonosignicaun aumento remuneracional.Grco N 8Evol uci n Trabaj adores i nvol ucrados y con Reaj ustabi l i dad por I PCFuente:Elaboracin propia en base a datos Direccin del Trabajov) El ast i ci dad Sal ari o de l a Negoci aci n Col ect i va en Chi l e: Final-mente se incorporan al anlisis las cifras de crecimiento econmico ysecalculalaelasticidadsalario,estoescuantocambiaelsalario ante cambios en el PIB. Entrminosmacroeconmicos,lapocadeoroparalaeconoma chilena, se encuentra entre los aos 1991 a 1996, cuando el promedio enlastasasdecrecimientodelPIBfuede8,2%.Sisobreestedato seaplicalaelasticidadsalariocalculadaporILO(2008a)ascomo por otros estudios economtricos, correspondera un aumento sala-rial real por negociacin colectiva de 5,33%15. En el caso de Chile, la realidad de la negociacin colectiva, aun en sus mejores momentos, est lejos de obtener un aumento salarial de tal magnitud. De hecho, 15Considerando como referente que 1 punto porcentual equivale a 0,65 puntos de reajuste salarial real. Ello es aplicable en pases con baja cobertura en la negociacin colectiva (caso de Chile).Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva31al calcular la elasticidad salario de la negociacin colectiva, esta da un 0,23: casi 3 veces menos de lo obtenido en los estudios y, con ello, el ajuste real es tan solo una tercera parte de lo que se predeca. En el caso del ao 2007, que tambin fue un excelente referente en cuanto a cifras econmicas (al igual que 2006), los resultados de la negociacin colectiva no mejoran, de hecho empeoran. Ello se reeja enunaelasticidadsalariodelanegociacincolectivahacialabaja, situndose en 0,17, es decir, menor en casi 0,06 puntos al ya escaso aumentosalarialobtenidoenlapocadeoro.Comocontrastede ello, en el ao 1995 las principales empresas acumulaban un ajuste cercano al 25% en las ganancias16 (en un ao record en crecimiento econmico),en2006,elajustedelasprincipalesempresasfuede 43% (casi 1,7 veces ms). Es decir, hay una regresividad evidente en la distribucin del ingreso, que se conrmar, como veremos, en el anlisis de las Cuentas Nacionales del Banco Central.BRECHAS DE DESIGUALDAD Y NEGOCIACIN COLECTIVA EN CHILETras haber analizado el estado del arte de las empresas, sus ganan-cias y los resultados econmicos de la negociacin colectiva, corres-ponde explicitar ahora la relacin inherente que existe entre ambas realidades. Esto se captura poniendo atencin en la persistente des-igualdad salarial de Chile. Esta seccin enfatiza tres mediciones: la razn de inequidad 10/10, el anlisis de brechas entre productividad laboralysalariosrealesyladistribucinfuncionaldelingresoen Chile. 16Fuente: Clculo propio en base a Ranking de Antecedentes Financieros y Ranking Estrategia.Gonzalo Durn Sanhueza32Cuadro N 3 Ingreso Autnomo por Hogar y persona segn decilIngreso Autnomo por hogar y per cpita (2006)DecilesIngreso Promedio Autnomo por hogar ($)Tamao Medio del Hogar (N personas)Ingreso Autnomo per cpita* ($)ValorPromedioValorMnimoValorMximoI80.9554,816.841-32.822II180.9154,441.35832.82549.400III247.1324,357.26249.40765.650IV306.7814,174.49665.65383.658V373.5534,093.20183.660102.967VI445.2483,8115.710102.973130.656VII558.9333,8148.431130.669169.754VIII717.3693,6199.075169.760236.509IX1.041.7713,5301.240236.527393.947X2.530.0042,9884.961394.07332.085.000Fuente: Elaboracin propia en base a encuesta CASEN 2006, Mideplan // (*): Se obtiene al dividir el ingreso autnomo del hogar por la cantidad de personas que lo componen.Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva331)Razones de i ngresosDelcuadroanterioresposiblecalcularlarelacinentreelingreso percibido por el 10% de las personas de mayores ingresos (los ms ricos) y el correspondiente al 10% de las personas de menores ingre-sos (los ms pobres), es decir, se puede calcular la Razn 10/10. En el caso de Chile, este ndice es cercano a las 53 veces, esto quiere decir que el 10% de las personas ms ricas, ganan cerca de 53 veces ms que el 10% de los ms pobres. El resultado se obtiene de la C.siN 2006, precisamente el ao boom en materia de crecimiento econmi-co y generacin de riquezas. 2)Brecha entre remuneraci ones y producti vi dadLa brecha salarios-productividad es quizs la medida ms revelado-ra en torno a los niveles de desigualdad generados en el seno del pro-ceso productivo, sin intervenciones del estado va subsidios o bonos. Chileexhibeunanotoriadisociacinentreambosconceptosyen particular lo que se observa es que la productividad no se remunera comodeberaser.Elgrco8muestralaevolucindelascurvas yenlseconstataquegranpartedelpagoquedeberairenre-muneracionesporconceptodeproductividadlaboral,estsiendo capturadaporlasempresasvaexcedentedeexplotacindirecto. Durn et al (2009) sugieren que este notable distanciamiento entre lascurvassedebealainecaciadeciertosinstitucioneslaborales. En efecto, el hecho que la negociacin colectiva y la libertad sindi-calseanderechosdbilesenelcasochileno,essinlugaradudas una de las grandes explicaciones para tal vergonzoso indicador. Los resultados develados por estos autores van en directa sintona con elinformedelasdesigualdadesenlosingresosgeneradodesdeel Gonzalo Durn Sanhueza34Instituto Internacional de Estudios Laborales de la OIT en Ginebra (Iio 2008b).Grco N 9Evol uci n de l as Remuneraci ones versus l aProducti vi dad delTrabaj oFuente: Durn,G;FeresME;HenriquezH;LpezD(2009),LaEcaciadelaLegislacinLaboral.Un Anlisis Multisistmico. El Caso de Chile, IILS Ginebra - FACEA /UCENTRAL3)La Di stri buci n Funci onaldelI ngresoLadistribucinfuncionaldelingreso17esotraformademedirla inequidadquepersisteenelpas. Alanalizarlosdatosdelaporte factorial del trabajo y del capital, se constata que posterior a la crisis asitica la participacin de los salarios sobre el producto ha ido en constante descenso, mientras que los excedentes de explotacin han experimentado un aumento. Un hecho importante en esta evolucin lo constituye el cruce de curvas que se da en el ao 2005, que revela un punto de inexin que adquiere una connotacin histrica: des-de entonces, la masa de excedentes empresariales supera a la contri-17La distribucin funcional del ingreso se reere a la distribucin de los ingresos entre aquellos pro-venientesdeltrabajoydelexcedentedeexplotacin.Elexcedentedeexplotacinesunconcepto de las cuentas nacionales a valor bruto, que se compone de: las utilidades netas; el ingreso de los trabajadores independientes; las rentas, los intereses y dividendos de inversionistas; la depreciacin del capital jo y los ingresos del gobierno central (Garca-Huidobro 1990)Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva35bucin de los salarios en el PIB, constituyndose este hecho en una seal inequvoca de un fuerte deterioro en la distribucin primaria del ingreso.Grco N 10Evol uci n de l a Di stri buci n Funci onaldelI ngreso en Chi l eFuente: Elaboracin propia en con datos Anuario Cuentas Nacionales, Captulo II, Banco Central de Chile.Elcruceypuntodeinexinentreloscomponentesfactorialesde la distribucin, se generan en un perodo de extrema capitalizacin en las empresas, en el que los precios de los commodities (cobre, oro, plata,petrleo,celulosa)logranniveleshistricamentealtos.Tam-bin es coherente con los excelentes resultados de las empresas y el casi nulo rol econmico de la negociacin colectiva. CONCLUSIONESUna de las creencias tpicas que rondan los crculos de debate labo-ralyquetieneverconnegociacincolectiva,apuntaalhechoque la negociacin colectiva y todo el aparataje sindical provocan ine-ciencia en los mercados. Ello, en virtud de la creencia de la prdida de competitividad. En este punto, Albert Recio (1997) en su Manual Gonzalo Durn Sanhueza36de Economa Laboral, es explcito al sealar que los cursos de eco-nomayadministracinmoderna,alausanzanorteamericana,fo-mentan la negociacin colectiva descentralizada y nivel de empre-sas, pues con esto se combate el proceso inacionario y se asegura productividad. Escandinavia y en particular Noruega son pases desarrollados, que exhiben estndares de vida similares a los de aquellos chilenos que detentan el poder econmico, slo que all, la desigualdad 10/10 no supera las 2 veces (en Chile supera las 50). Por tanto, aqul placente-ro estndar de vida es para la mayora y no reservado para una pe-quea lite. En Noruega son tambin los reyes de la productividad laboral (OCDE) y uno de los pases ms desarrollados del planeta. Connegociacincolectivacentralizadahanlogradoconseguirco-berturas en la negociacin por sobre el 70%. Qu pasa en Noruega con la creencia estadounidense de la descentralizacin? Por supues-to que se desmitica, no se trata de versar sobre productividad, el tema es la inequidad y acumulacin.Elpresenteartculodemuestralapersistenciadeunaprofunda-losofa economa monetarista en el modelo chileno18. As, mientras los los sper ricos avanzan a pasos de gigante, los pobres lo hacen a pasos de enano19. Como consecuencia de ello la profunda y aberrante des-igualdadenladistribucindelasgananciassehacecadadams evidente.Los resultados econmicos de la negociacin colectiva, son una la-mentable expresin de lo anterior. En Chile, durante los ltimos 10 aos,elreajusterealinicialpornegociacincolectivanosuperael 18De hecho en Estados Unidos tienen el mismo problema relativo a las brechas de salarios y producti-vidad (Ron Blackwell, AFLI-CIO).19Jos Cademartori (2008).Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva371%. En igual perodo las empresas han generado niveles records en excedentes de explotacin, ganancias histricas no distribuidas que han ocasionado un punto de inexin en la curva que mide la distri-bucin funcional del ingreso. En efecto, para el 2005, los excedentes de explotacin aumentan considerablemente su participacin en el PIB, haciendo ms regresiva la distribucin. Esta conclusin, antes noconstatada,esconsecuenciadirectadelanulaculturadede-sarrolloinclusivo20porpartedelospatronesqueseconstataen Chile.BIBLIOGRAFAAFL-CIO,2002:TheAdvantagesofTradeUnionism. AmericanFederationof Labour. www.acio.org/uniondierence/index.htm AIDT, T y Z. 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Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Argentina. www.trabajo.gob.ar Los Resultados Econmicos de la Negociacin Colectiva41ANEXO 1-AMi cro dato Reaj ustes Sal ari al es Real es21AoReajuste Real Inicial Promedio Negociacin Colectiva%% de trabajadores comprendidosTrabajadores Invo-lucrados (% sobre asalariados privados)Trabajadores Involucra-dos con % de Reajuste Real Inicial (% sobre asalariados privados)1985 0,15 S/I S/I S/I1986 0,74 83,6 5,9 4,91987 1,06 89,6 7,8 7,01988 1,82 83,5 5,7 4,81989 4,06 81,8 9,5 7,81990 3,78 78 7,6 5,91991 2,2 84,3 11 9,31992 2,59 80,1 8,6 6,91993 2,25 73,8 9,1 6,71994 1,71 64,3 8,2 5,31995 1,68 58,9 7,4 4,41996 1,43 57,4 7,6 4,41997 1,44 60,8 6,2 3,81998 0,96 60,1 6,9 4,11999 0,55 67 5,6 3,82000 0,85 80 6,3 5,02001 0,64 65,5 5,4 3,52002 0,62 68,5 5,9 4,02003 0,93 70,3 4,5 3,22004 0,76 63,5 5,2 3,32005 0,68 65,9 5,3 3,52006 0,75 63,7 5,4 3,42007 0,87 60,1 6,1 3,7Fuente: Elaboracin propia en base a datos Direccin del Trabajo21S/I = Sin InformacinGonzalo Durn Sanhueza42ANEXO 1-BMi cro dato Reaj ustes por I PC, Perodo de Reaj ustabi l i dad y Vi genci a22AoReajustabilidad Futura como % del IPCPerodo de Reajus-tabilidad Futura (en Meses)%% de trabajadores comprendidosTrabajadores Involucrados en NC con % de Reajus-tabilidad Futura (% sobre asalariados privados)1985 91,56 S/I S/I 7,11986 95,27 87,1 5,1 6,81987 96,75 89,3 7,0 71988 98,75 89 5,1 6,51989 99,49 87,8 8,3 6,11990 99,16 78,4 6,0 61991 99,44 91,4 10,1 6,21992 99,65 80,7 6,9 5,91993 99,9 91,4 8,3 61994 99,78 87,5 7,2 6,11995 99,78 84,8 6,3 5,91996 99,84 72,5 5,5 5,71997 99,92 80,9 5,0 61998 99,8 72,5 5,0 5,91999 100,2 76 4,3 6,32000 98,4 86,8 5,5 6,42001 99,56 70,3 3,8 6,52002 100 78,9 4,7 6,92003 100,1 81,3 3,7 7,22004 100,2 75,8 3,9 6,92005 100 83,1 4,4 6,72006 99,9 81,2 4,4 6,82007 99,6 82,9 5,1 5,9Fuente: Elaboracin propia en base a datos Direccin del Trabajo22S/I = Sin Informacin43La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en ChileDiego Lpez Fernndez11Abogado (U. de Chile), Profesor de Derecho U. Alberto Hurtado. Investigador de la Divisin de Estudios de la Direccin del Trabajo.44Diego Lpez FernndezLA MINORITARIA COBERTURA DE LA NEGOCIACIN COLECTIVAComo se sabe, la negociacin colectiva es muy baja en Chile: el ao 2008 slo el 12% de los trabajadores asalariados del sector privado estaba cubierto por un contrato o convenio colectivo vigente2. Pero la proporcin de trabajadores cubiertos con negociacin colectiva no slo es baja; en realidad desde la recuperacin de la democracia ha descendido: en 1991, el 17.5% de los asalariados del sector privado estaba con contrato o convenio colectivo. En los 17 aos que van de 1991 a 2008, la fuerza de trabajo ocupada del sector privado ha cre-cido 1.6 veces, pero el nmero de trabajadores cubiertos por nego-ciacin colectiva ha aumentado slo en 49.000 trabajadores. Desde 1995 el porcentaje de cobertura de negociacin colectiva descendi todoslosaos.Solode2005enadelanteseobservauncambiode tendenciaque,entodocaso,nohalogradoanrecuperarelnivel de cobertura de negociacin que tenamos en 1999. La conclusin es clara: con el retorno de la democracia la negociacin colectiva no se fortaleci; ms bien ha tendido a la baja. 2Esta tasa considera la suma de los trabajadores cubiertos por instrumentos colectivos los dos ltimos aos y se calcula sobre el total de ocupados del sector privado de cada ao, sin contar al personal de servicio domstico. Esta tasa no considera el porcentaje de trabajadores a quienes las empresas les extienden los benecios pactados colectivamente, dato que se desconoce. En todo caso, a quienes se les extienden benecios colectivos no participaron de las respectivas negociaciones, por lo que en rigor no procede considerarlos.45La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en ChileGrco N 1% de Asal ari ados Sector Pri vado i nvol ucrados en Negoci aci n Col ecti va cada ao (si n consi derar trabaj o domsti co)Fuente: Direccin del TrabajoPor qu ocurre esto?La primera razn que explica la escasa cobertura de la negociacin colectiva es la debilidad de los sindicatos: en 1991, el 21% de los asa-lariados privados estaba alado a sindicatos; en 2008 slo un 16.1% lo estaba. La cobertura de negociacin colectiva en nuestro pas es inferior a la tasa de aliacin sindical, lo que demuestra que un n-mero importante de sindicatos no negocia colectivamente y que la proporcindetrabajadoresnosindicalizadosquenegociacolecti-vamente -tal y como lo permite nuestra ley- no logra compensar la prdida de negociacin colectiva por la ausencia de sindicatos en la gran mayora de las empresas3.3LaEncuestaENCLA2008arrojaquesoloel5%delasempresasdelpascuentaconsindicatos activos. Adems, muestra que los grupos negociadores no abundan en las empresas sin sindicato sino en las que los tienen: solo el 1.2% de las empresas con instrumento colectivo vigente no tienen 46Diego Lpez FernndezGrco N 2% de Si ndi cal i zaci n asal ari ados delSector Pri vado(si n consi derar trabaj o domsti co)No se dispone de datos para 1996Fuente: Direccin del TrabajoA la baja aliacin sindical se suma que no existen dispositivos le-gales que promuevan la negociacin colectiva en las empresas ms pequeas. Alimpedirlaleylaposibilidaddequesindicatosinte-rempresapuedansercontrapartenegociadoradelasempresasen las que se emplean sus aliados, salvo que sean las propias empre-sas involucradas las que acepten expresamente negociar con uno de esossindicatos,enlaprcticasedicultaseveramentelanegocia-cin colectiva a la mayora del empleo asalariado, que precisamente se ocupa en empresas de menor tamao. No es que estos trabajado-res no tengan derecho a sindicalizarse ni a negociar colectivamente, sino que como su acceso efectivo a la negociacin est severamente sindicato.Enrealidad,lainmensamayoradelosgruposnegociadoresoperanenempresascon sindicato.47La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chilerestringido por la ley, en la prctica la aliacin sindical en esas em-presas virtualmente carece de utilidad. Laexclusindelanegociacincolectivaqueperjudicaalostraba-jadores de las empresas ms pequeas, se agrava especialmente en aquellas que venden servicios de produccin a otras empresas. Los grandesholdingsqueencabezanlaactividadeconmicanacional han desarrollado amplias cadenas de produccin basadas en la sub-contratacin de servicios productivos, en las que cientos de peque-asempresastrabajanparaellos,contratandoporsucuentaalos trabajadores.Enlosltimosaossehaincrementadorpidamen-te la externalizacin productiva en sectores intensivos en mano de obra(retail,agroexportacineindustria)yensectoresintensivos en tecnologa (minera y bancos), especialmente en las empresas de mayor tamao. En estas faenas, no es raro que los trabajadores sub-contratadoslaborenpermanentementeenlasinstalacionesdelas empresasmandantes,efectuandomuchasveceslasmismastareas y asumiendo las mismas responsabilidades que los trabajadores di-rectos de tales empresas, pero sin acceso legal a negociar colectiva-mente con la empresa principal, que aprovecha su trabajo, pero no los reconoce como trabajadores propios. En la prctica, la descentra-lizacin productiva ha operado en Chile como un poderoso medio para lograr que las empresas que pagan las remuneraciones no sean las mismas que consolidan las utilidades del negocio, lo que priva a la negociacin colectiva de cualquier posibilidad real de incidir en cmo los salarios traspasan parte de los resultados del negocio a los trabajadores subcontratados. Estasituacinquedclaramenteenevidenciaenlasmasivasmo-vilizacionesdetrabajadoressubcontratadosen2007y2008,que precisamente fueron motivadas por la negativa de las grandes em-presas que compraban sus servicios a aceptar formalmente a las or-48Diego Lpez Fernndezganizacionesdeesostrabajadorescomocontrapartesdeprocesos negociadores,ancuandonalmenteterminaronporvalidartales negociacionesyacuerdosantelacrecientepresinsindical.Estas movilizacionesrevelaroncunintensoeselgradodesubcontrata-cin productiva en reas econmicas de primera importancia, como la gran minera del cobre y la industria forestal, y dejaron en eviden-cia que las empresas que emplean masivamente subcontratistas en formapermanenteparaexplotarelgiroprincipal,cadaveztienen menos espacio para ser indiferentes a las demandas de sus trabaja-dores subcontratistas, alegando que la ley les exime de negociar con ellos; las empresas que reaccionaron a las movilizaciones de los tra-bajadores subcontratistas en 2007 y 2008 negndose a negociar con ellos y desatendiendo sus demandas, slo lograron que los trabaja-dores movilizados sumaran adhesin, aumentara la conictividad y debieron enfrentar un entorno cada vez menos amistoso. En realidad, que las empresas tengan derecho legal a negarse a re-conocer como contrapartes negociadoras a sindicatos interempresa, est operando como un estmulo a la conictividad laboral: la ense-anza de las movilizaciones sindicales del 2007 y 2008 es que los tra-bajadores subcontratados deben presionar para obtener negociacin colectivaefectivayparasertomadosencuentaporlasempresas que utilizan sus servicios. La combinacin de trabajadores que si no presionan no son tomados en cuenta, con grandes empresas que se niegan a negociar si no son presionadas, slo ha logrado incremen-tar el conicto laboral. Una tercera causa de la disminuida cobertura de negociacin colecti-va en Chile es la alta inestabilidad laboral, que opera como un fuerte desincentivo para negociar colectivamente. Una duracin promedio 49La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chileen el empleo asalariado tan corta como la nuestra4, suele ser incom-patible con prcticas negociadoras reiteradas y permanentes en las empresas: muchos trabajadores no consideran como probable que la permanencia en su actual empleo les permitir disfrutar realmente de los benecios pactados colectivamente. De hecho, no es raro que el colectivo que negocia quede muy disminuido antes que termine la vigencia del acuerdo pactado, a causa del trmino de vigencia de los contratos de muchos de los trabajadores involucrados. La ley aumenta esta descoordinacin entre la acentuada inestabili-dad laboral y la vigencia de los acuerdos colectivos, al ordenar que los contratos y convenios colectivos no pueden durar menos de dos aos, lo que est por sobre la duracin del empleo de parte signica-tiva de los trabajadores. Esto revela, una vez ms, que la negociacin colectiva exclusivamente a nivel de empresa, no es una alternativa viable para nuestro pas a la hora de aumentar la cobertura de ne-gociacin colectiva. Si el acceso efectivo a benecios colectivos de-penderdemantenervigenteelempleoconelempleadorquelos negoci, en realidad la negociacin colectiva no tendr un impacto signicativosobreunagranproporcindetrabajadores.Slocon-trapartes sindicales de nivel superior a la empresa pueden garanti-zar la adopcin de acuerdos colectivos que se apliquen por igual a varias empresas y benecien a amplios grupos de trabajadores, por el solo hecho de ser contratados en ellas. Debe, por tanto, admitirse expresamente el derecho de los sindicatos interempresa a negociar colectivamente, derogndose el derecho empresarial a negarse a ne-gociar con ellos, y garantizar el alcance general de tales acuerdos. 4LaENCLA2008muestraqueel71.8%delosasalariadosprivadostienencontratodeduracin indenida. Sin embargo, la mitad de esos contratos no duran ms de tres aos y uno de cada cinco termina durante el primer ao de vigencia.50Diego Lpez FernndezEl argumento que tradicionalmente ha servido en nuestro pas para oponerse a una negociacin interempresa, es que los aumentos sala-riales por productividad se aprecian con mayor transparencia a nivel de cada empresa y no a niveles agregados de negociacin que inclu-yan a otras empresas. Pero la negociacin colectiva no es un medio que sirva solo para reejar mecnicamente el aporte productivo de los trabajadores que benecia a cada empleador: se trata de traspasar a las remuneraciones parte de las ganancias provenientes de la com-binacin de capital y trabajo, lo que incluye considerar los resultados de las empresas y acordar reglas que delimiten el aprovechamiento empresarial del trabajo. Por aadidura, el funcionamiento integrado de cadenasproductivas ydegruposcoordinados deempresas,tan comunes en nuestra economa, generan un aprovechamiento empre-sarialdeltrabajoquenoselimitaalaobtencindeproductividad en cada empresa: es habitual un aprovechamiento supra empresarial deltrabajo,quegraciasalasrestriccioneslegalesvigentesnotiene que enfrentar un actor laboral tambin supra empresarial. Pero, tal y como veremos en este artculo, nuestro sistema de rela-ciones laborales desincentiva el debate de la retribucin de los apor-tes de productividad incluso en la negociacin a nivel de empresa, privilegiandoelacuerdoindividualporsobreelinvolucramiento sindical en las decisiones sobre cmo aprovecharn los trabajadores los mejores rendimientos del trabajo que realizan. Porotraparte,nodebeolvidarsequelabajsimacoberturadene-gociacin colectiva en Chile se debe, en parte fundamental, a que la regulacin legal vigente combate frontalmente la negociacin colec-tiva, inhibindola, restringindola y llenndola de prohibiciones. La actual ley sobre negociacin colectiva es la que heredamos del Plan Laboral de Pinochet y en lo sustantivo se ha mantenido intocada es-tos 20 aos de democracia. Difcilmente puede encontrarse en Chile 51La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chileunaleyrelativaalfuncionamientoeconmico,quelosltimos30 aos haya tenido menos modicaciones sustantivas que la que regu-la la negociacin colectiva: nuestra ley se qued pegada en 1979. Se trata de una regulacin legal excesiva, compleja y restrictiva, que expresamente prohbe a ciertos trabajadores negociar colectivamen-te, establece procedimientos largos y engorrosos de negociacin, no promueve instancias efectivas de debate y dilogo entre las partes ni acuerdos laborales dinmicos sino slo trmites procedimentales quedebencumplirseariesgodeperderelderechoanegociaroa efectuarunahuelga.Porincreblequeparezca,noesraroquelas partes de un proceso reglado de negociacin colectiva den cumpli-miento cabal a todas y cada una de las etapas reglamentarias de la negociacin, sin haber enfrentado nunca un debate verdadero sobre sus posiciones y propuestas, y esperen para ello el momento en el que la huelga ya ha sido votada o se encuentra en ejecucin. Adems,laleylimitaseveramenteelderechodehuelgareducin-dolo a su mnima expresin, lo que inhibe que se maniesten deba-tesenlosquerealmentesenegocienlasposicionesdelosintervi-nientes: los trabajadores no tienen libertad para declarar la huelga, ella slo puede ocurrir cada dos aos para cada perodo negociador, luego de un largo proceso burocratizado y largamente previsto por el empleador para prevenir los efectos de la paralizacin; los traba-jadoresquenegociandebentolerarlosreemplazantesquedecida contratarelempleadorylospropioshuelguistaspuedendecidir descolgarsedelahuelgasinconsultarloconlosdemssociosdel sindicato.Paranuestraleylahuelgaesunaamenazaalalibertad deempresaycomotal,esduramentesometida,garantizndoleal empleador potentes medios legales de defensa contra ella que, en la prctica, logran desanimarla y quitarle gran parte de su ecacia. El trato desigual que da nuestra ley a la huelga respecto a la libertad 52Diego Lpez Fernndezdel empleador para seguir operando sus instalaciones, est muy por debajo del estndar internacional que rige en los pases civilizados, tal y como se ha preocupado de recalcar el Comit de Libertad Sin-dical de la OIT (Li. Y Roi.s, 2009).Finalmente, el predominio de estilos de gestin empresarial que pri-vilegianlaverticalidaddemandoylasumisinincondicionaldel recurso humano, no son un contexto favorable a la prctica de nego-ciar colectivamente en las empresas. El discurso de las grandes or-ganizaciones de empresarios habitualmente estigmatiza la negocia-cin colectiva como una amenaza de intromisin laboral en las de-cisiones empresariales. Bien puede decirse que predomina en Chile una doctrina empresarial de los derechos laborales, que concibe los intereses de la empresa como los nicos realmente autnticos y leg-timos, que alimenta una cultura corporativa basada en la adhesin yladelidaddelostrabajadoresalaempresa.Paraestadoctrina, ejercer derechos puede ser una excusa de los trabajadores para no cooperar con la empresa y probablemente la existencia de un sindi-cato demande un esfuerzo considerable de quienes estn a cargo de la gestin empresarial, para tolerarlo como un agente legtimo y no como una patologa interna, que amenaza con levantar exigencias y demandasquehabitualmentenoseconsideranfuncionalesconel objetivo de la empresa.Enrealidad,laleyqueregulalanegociacincolectivapromueve doctrinas empresariales como sta: se trata de que los trabajadores se subordinen incondicionalmente a las decisiones empresariales y quelagestindelaempresaeviteposiblesconictosydesacuer-dosconlossubordinados.Bajoestainspiracin,negociarconlos trabajadoressuelenosernecesarioyporellolaleyotorgarecur-sos empresariales para evitarlo: las empresas pueden aparentar un proceso informal de negociacin con sus trabajadores, sin que haya 53La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chileverdadero debate entre partes constituidas ni medios para hacer va-lerundesacuerdoconlaempresa,yademsexisteelderechodel empleador a extender los benecios colectivamente pactados a otros trabajadores sin siquiera consultarles! para eliminar la posibilidad deenfrentarnuevasnegociaciones.Poraadidura,laleyleotorga al empleador un derecho de veto sobre las proposiciones de los tra-bajadoresdepactaradecuacionesenlaorganizacindeltrabajoy cualquier otra materia extra salarial. En realidad, nuestra legislacin desconfa profundamente de la capacidad de empleadores y traba-jadores para llegar a compromisos y cumplirlos. Lo que logra este estricto marco normativo es que la negociacin co-lectiva, cuando se verica, se reduzca, la gran mayora de las veces, a un debate centrado en las mejoras salariales, lo que centraliza el es-fuerzo de presin sindical y supone un clima confrontacional, donde se busca pedir lo ms, por una parte, y conceder lo menos, por otra. Nuestra ley es en extremo conservadora al desechar el acuerdo colec-tivo como medio de adecuacin empresarial. La negociacin colecti-va es un instrumento privilegiado para organizar el trabajo empresa-rial e implementar ajustes y cambios en el proceso productivo. Nin-guna ley ser mejor para adaptar las empresas que los acuerdos que adopten los propios involucrados en cada lugar de trabajo. Una de-cisin empresarial de ajuste que no sea previamente conversada con los trabajadores involucrados, muy probablemente tendr mayores problemas de implementacin por los desacuerdos o resistencias de quienes sean afectados por ellas, ya que las empresas, al no tener que involucraralostrabajadoresensusdecisiones,buscanelbenecio propio, que no siempre coincide con el benecio de sus trabajadores. El dilogo, debate y acuerdo entre los actores laborales que conocen directamente los problemas de la empresa y buscan pragmticamen-te soluciones, presenta cualidades valiosas para los nuevos desafos 54Diego Lpez Fernndezdecompetitividad.Unreclamopormayoradaptabilidadempresa-rial que excluya la negociacin colectiva es contradictorio.Recientes planteamientos han propuesto que la negociacin colecti-va puede jugar un rol importante en la exibilizacin de la regula-cin legal, mediante la adopcin de acuerdos colectivos que permi-tan a las empresas implementar transformaciones exibles sobre la duracin y distribucin de la jornada de trabajo que no estn auto-rizadas en la ley. Precisamente el ltimo informe de la OCDE sobre el mercado de trabajo chileno hace inca pi en ello, al advertir que el sistema de relaciones laborales de nuestro pas se caracteriza por tener una baja cobertura sindical y una arraigada desconanza entre los actores, que le imprime a las relaciones una impronta confron-tacional,impidiendoeldesarrollodeespaciosmsambiciososde acuerdo entre los actores laborales (OCDE, 2009: 22-23). El Consejo Asesor Presidencial de Trabajo y Equidad tambin recomend pro-moverlaadaptabilidadpactada(Consejo AsesorPresidencialTra-bajo y Equidad, 2008: 124.) Pero no se ve cmo obtener relaciones laborales ms cooperativas y menosconfrontacionalessinquepreviamenteserefuercenlasnor-mas legales que promuevan los derechos colectivos del trabajo. Si la negociacin colectiva en Chile ha sido impotente para lograr aumen-tos salariales signicativos, ya que, como veremos, no ha conseguido que las empresas retribuyan mejor el trabajo, no se ve cmo sera til para conceder a las empresas mayor libertad para jar la duracin y distribucin de las jornadas de trabajo. Si las empresas no han que-rido negociar mejoras salariales relevantes porqu los trabajadores querrannegociarexibilidadlaboral?LaspropuestasdelaOCDE y del Consejo Asesor Presidencial Trabajo y Equidad que valoran la adaptabilidad pactada, no consideran con la misma fuerza que el ac-ceso efectivo a negociacin debe ser fortalecido. Sin medios ecaces 55La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chiledenegociacinydepresinnoesprobablequerealmentepuedan existir espacios autnticos de acuerdos colectivos. En estas propues-tas falta algo sustancial: la negociacin colectiva es un instrumento para compartir algunas decisiones empresariales, mediante el debate yladeliberacindelaspartesinvolucradas,quepuedenalcanzar compromisosparacompartiresfuerzosytambinresultados.La desconanza y la confrontacin se refuerzan cada vez que las empre-sas no toman en cuenta la opinin de sus trabajadores ni consideran adoptar compromisos con ellos. Negociar es diferente a obtener un controlempresarialacrticoeincondicionalsobreeltrabajoquese contrata.Lanegociacin,paraserautntica,requierecompartirlas decisiones en un grado que determinen los propios intervinientes5. La nica forma real de fortalecer la negociacin colectiva es permi-tiendo que ella sea resultado de debates efectivos entre los actores y que las empresas enfrenten interlocutores sindicales legitimados yrepresentativos.Paraelloserequierefortalecerdecididamente la negociacin colectiva, que nuestra legislacin trata de forma tan desconada.Sloaslosespaciosdeacuerdosseincrementarny lanegociacincolectivapodrcumplirdeverdadunrolrelevante en nuestro pas, que hasta ahora claramente no tiene. Obtener exi-bilidad pactada slo ser posible si ello es resultado de verdaderas negociaciones colectivas. 5Lapromocindelaexibilidadpactadaporsobrecualquiermejoradelasposibilidadesrealesde debateynegociacincolectivos,llegaalextremodeadmitirderechamentequedeloquesetrata realmente es permitir la derogacin individual de las condiciones legales de trabajo: se ha planteado quelaexibilizacinpactadanorequeriradecontrapartesindicalsinoquebastaraungrupone-gociador para adoptarla y que incluso podran autorizarse acuerdos colectivos simplicados para grupos de trabajadores de empresas de menos de ocho trabajadores, en los que solo bastara que los trabajadores raticaran individualmente los acuerdos para que pudieran derogar normas legales. Para los trabajadores de las microempresas, lisa y llanamente se ha propuesto que mediante acuer-dosindividualesaceptencondicionesexiblesdetrabajoquederoguenlaleylaboral.(VerCOSTA, 2009: p. 41 y 42).56Diego Lpez FernndezMs si ndi catos o ms negoci aci n col ecti va?Lasmltiplescausasqueexplicancunminoritariaeslanegocia-cin colectiva en Chile, plantean la pregunta acerca de cules seran lasmedidasmsapropiadasparaaumentarsucobertura. Antetal desafo,sesueleplantearladisyuntivadesisedebeprivilegiarla fuerza y representatividad de los sindicatos o abrir las posibilidades denegociarcolectivamente.Perolosobjetivosdeaumentareln-mero de trabajadores cubiertos por negociacin colectiva y de subir losnivelesdesindicalizacin,nosonnecesariamenterealizablesa la vez. De hecho, la gran mayora de los pases exhiben porcentajes denegociacincolectivamuysuperioresalosnivelesdesindica-lizacin:esmsfcilestarcubiertoporuncontratocolectivoque asociarse a un sindicato, porque existen entidades no sindicales que representanatodoslostrabajadoresdeunaempresaogrupoem-presarialynormaslegalesgarantizanlaaplicacingeneraldelos acuerdoscolectivosparatrabajadoresquenonegociaronoqueno estn sindicalizados. Ennuestropas,encambio,laaliacinsindicalestporsobrela cobertura de negociacin colectiva, debido a que la negociacin se realizaexclusivamenteaniveldeempresa,loqueexigereunirel mismoqurumparanegociarqueparasindicalizarseyporquela leynopermitenegociarcolectivamenteaalgunasorganizaciones sindicales y a algunos trabajadores. Enrealidad,losltimosaoslalibertadsindicalenChilehasido fortalecida con innovaciones legales especcas, que han mejorado latutelajudicialsobreelderechodealiacinsindicalylaliber-taddeaccindelossindicatos,perotalesfuerzonohatenidoun correlatoenaumentarlacapacidadnegociadoradelossindicatos, porquepervivenseveroslmiteslegalesalanegociacincolectiva 57La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chileyalahuelga.Difcilmentepuederesultaratractivoaliarseaun sindicato, an cuando las eventuales represalias empresariales que tratendeinhibirlaaliacinpuedanserrpidamenteenfrentadas porlaaccindelajusticia,silosbeneciosqueconelloselogran nosonrelevantes:lasexpectativasdenegociarmejorassalariales sustantivas son, como veremos, generalmente desalentadoras y ha-bitualmente la experiencia asociativa en el mundo laboral carece de medios sucientes de negociacin y presin para mejorar la vida de sus asociados. En Chile, el fortalecimiento de la negociacin colec-tiva y el reconocimiento efectivo de la huelga como derecho de los trabajadores, han sido, hasta ahora, permanente postergados, pese aquelalibertadsindicalhaganadounestatusinstitucionalpro-tegido:ahoraesunderechodefendidoporlaley,peroquenoha logradoexpresarsecoherentemente,porestarelaccesoefectivoa negociacin colectiva severamente podado por la propia institucio-nalidad laboral. LA DEBILIDAD DE LA NEGOCIACIN COLECTIVALascrticasalsistemachilenoderelacioneslaboralessehancen-tradoenlaexcesivamentebajacoberturadelanegociacincolec-tiva en Chile. Pero aun la minora privilegiada de trabajadores que negocia no puede mostrarse, en general, satisfecha: cuando ocurre, lanegociacincolectivasueleserdbil,sinposibilidadesrealesde debatir una participacin efectiva de los salarios en las utilidades de las empresas e impotente para corregir las profundas desigualdades salariales del mercado de trabajo.58Diego Lpez Fernndez1)Reaj ustes sal ari al es baj os en promedi oEl incremento salarial promedio obtenido en negociaciones colecti-vas en Chile est lejos de alcanzar aumentos salariales signicativos: segn datos de la Direccin del Trabajo, entre 1997 y 2007 el reajuste real promedio obtenido en las negociaciones colectivas slo fue de 0.9% y en ningn ao super el 1%. A su vez, la reajustabilidad fu-turapactada,enpromedio,equivaliacompensarinacin segn IPC, aproximadamente cada seis meses. La gran mayora de las ne-gociacionescolectivassuelenrequerirgranesfuerzoporpartede los trabajadores para defender reajustabilidad futura segn IPC y el incremento real promedio de salarios que efectivamente se negocia es nmo.EstosdatossoncorroboradosporlaEncuestaderemuneraciones y materias laborales de la SOFOFA: slo el 38.5% (2006) y el 24.3% (2007)delasempresasdelsectorquenegociaroncolectivamente, entregaronunreajustesalarialnicoasustrabajadoresaltrmino de la negociacin colectiva; en ambos aos en promedio del reajuste obtenido fue de slo 2.9%6. 2)La negoci aci n col ecti va no l ogra traspasar consi stentemente aumentos de producti vi dad a l os sal ari os Lamayoradelasnegociacionescolectivasnopareceabordarel temadelasmejorassalarialesporproductividad:noeshabitual que se establezcan mtodos claros ni precisos para medirla, ni que sejenincentivossalarialesproporcionalesalaumentodelrendi-miento laboral. En realidad, la mayora de las empresas que nego-6Encuestas de remuneraciones y materias laborales, SOFOFA 2006 y 2007 (www.sofofa.cl/BIBLIOTECA_Archivo/Estudios/2007/INFORME-2006.pdf y (www.sofofa.cl/BIBLIOTECA_Archivo/Estudios/2008/INFORME-2007.pdf)59La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chilecian colectivamente no incluyen pactos de aumentos salariales por productividad,talycomolomuestranlosdatosqueserecogen desdeloscontratosyconvenioscolectivosquesedepositanenlas inspecciones del trabajo una vez que se celebran. Esto quiere decir que la negociacin colectiva no suele operar en Chile para traspasar consistentemente los aumentos de productividad a los salarios. En los acuerdos colectivos abundan clusulas sobre benecios no sala-riales(asignacionesdemovilizacinycolacin,aguinaldos,becas escolares y ayudas familiares) ms que pactos sobre cmo retribuir por las mejoras de productividad en el trabajo. Probablemente la mayora de las empresas se inclinen por adoptar acuerdos individuales con sus trabajadores para jar y aumentar los salarios que pagan: la ley est diseada para privilegiar esa forma de establecer las remuneraciones, en desmedro del rol que pudiera cumplir la negociacin colectiva como medio para que las empresas compartan con sus trabajadores las decisiones sobre cmo se remu-nera el trabajo. Los datos de que disponemos indican que la tenden-ciaanegociarcolectivamenteretribucinsalarialalosaportesde productividadesminoritaria.Estopuedeexplicarlapronunciada brecha entre los salarios altos y los bajos en Chile: la individualiza-cin en la jacin de los salarios incrementa las desigualdades.60Diego Lpez FernndezCuadro N 1Porcentaje de Instrumentos Colectivos sobre el total de los que iniciaron vigencia cada ao, que pactaron Benecios y Aumentos Salariales por Productividad (2004-2008)20042005200620072008Aguinaldos77,4%79,7%80,8%82,4%79,8%Otras asignaciones73,3%76,0%77,5%76,2%74,3%Asignacin de escolaridad62,6%60,7%64,4%63,4%58,0%Otorgamiento de prestaciones de colacin51,8%45,8%44,7%43,3%34,5%Otorgamiento de transporte38,0%35,5%33,8%36,3%29,8%Pago de licencias mdicas y prestaciones directas e indirectas de benecios de salud40,0%46,0%39,2%34,2%30,8%Servicio de bienestar16,3%14,8%14,5%14,2%10,3%Bono por condiciones y tiempos especiales de trabajo25,0%28,4%29,2%28,7%27,4%Bono por seccin o funcin21,5%24,8%29,5%27,8%28,2%Incentivos de produccin y/o productividad jos26,0%24,2%23,2%22,1%22,3%Incentivos de produccin y/o productividad variables13,7%17,1%16,2%15,5%12,0%Fuente: Divisin de Estudios, Direccin del Trabajo.61La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en ChileDe hecho, la Encuesta de remuneraciones y materias laborales de la SOFOFA arroja que el 58% (2006) y el 47% (2007) de los trabajadores del sector tuvo negociacin colectiva, pero en ambos aos el 98% de los trabajadores del sector obtuvo reajustabilidad futura segn IPC, pagadera, en su mayora, cada seis meses7. El impacto de la negocia-cin colectiva en esta materia es nulo: la reajustabilidad segn IPC se otorg individualmente a quienes no negociaron colectivamente ylanegociacincolectiva,cuandolahubo,reprodujolaqueyase obtena individualmente.Mspreocupanteanesquelaencuestaderemuneracionesyma-teriaslaboralesdelaSOFOFArevelaquelasempresasmedianasy grandes con negociacin colectiva, pagan en promedio remuneracio-nesmsbajasqueaquellasdelmismotamaoenlasquenoseha negociado colectivamente: probablemente esto muestre una vigorosa individualizacin de las remuneraciones y revela la impotencia de los sindicatos para obtener mejoras salariales colectivas de importancia.Laacentuadaindividualizacindelasremuneracionesestprote-gidaporlaleyyesvaloradaporsobreloquepuedapactarseen losacuerdoscolectivos.LaDireccindelTrabajohaobservadola creciente prctica empresarial de ofrecer individualmente a los tra-bajadores mejoras sustantivas a los benecios logrados por negocia-cin colectiva, mediante la modicacin de los respectivos contratos individualesenlosmismospuntosquefueronpreviamentenego-ciados por los sindicatos. Con esto se ataca severamente la utilidad delanegociacincolectivaysedesincentivalaaliacinsindical, mediante ofertas individuales de mejoramiento que socavan los re-sultados obtenidos por negociacin colectiva. 7Idem.62Diego Lpez FernndezLafacultadindividualdenegociarlasclusulasdelcontratoindi-vidualestfuertementeprotegidaenlaley:elderechoanegociar colectivamente no puede inhibir la facultad individual de mejorar lo pactado colectivamente. La nica restriccin legal para ello es que lo que se acuerde individualmente con el empleador no suponga una reduccin de lo acordado colectivamente8. De esta forma, no existe proteccin legal efectiva de la integridad de los contratos colectivos y tanto el sindicato como sus asociados deben contemplar impotentes cmo los trabajadores ms valiosos para el empleador, pueden mejo-rar individualmente sus condiciones de trabajo, menospreciando el esfuerzo asociativo. Esta prctica empresarial se orienta a que los au-mentos salariales ms consistentes no se traten en negociacin colec-tiva sino sean objeto de pactos individuales con cada uno de los tra-bajadores involucrados. Para evitar este efecto, es necesario instituir por ley que las estipulaciones de un acuerdo colectivo slo puedan ser objeto de modicacin mediante negociacin entre el empleador y el sindicato que celebraron ese acuerdo y que la negociacin indivi-dual entre empleador y trabajadores solo pueda referirse a materias no incluidas en el acuerdo colectivo que est vigente.En realidad, tal y como es tratado en nuestra ley, el derecho a nego-ciarcolectivamenteesunderechoindividual,quepuedeejercerse mediante representacin sindical o mediante agrupacin de trabaja-dores no sindicalizados. De la misma forma, cada trabajador indivi-dual es considerado parte de un proceso de negociacin colectiva, y no el sindicato, que slo lo representa en dicho proceso9. La decisin de participar en una negociacin colectiva no es vista como una ex-perienciacolectivaenlaqueungrupoorganizadopersiguebene-ciosparatodossusaliados,debiendoparaelloalcanzarequili-8Art. 311 Cdigo del Trabajo.9Ordinario 1016/048 de 23.02.1999, Direccin del Trabajo.63La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chilebrios entre los diversos intereses y aspiraciones de los involucrados, sinocomounatcticacolectivaqueslocomplementaelacuerdo individualquesiemprepuedealcanzarseconelempleador,inclu-sodespusdehabernegociado colectivamente. As, en realidadla verdaderaretribucindeltrabajosedecideanivelindividualyla experiencia asociativa opera, en el mejor de los casos, como garante de mnimos salariales que no inciden realmente en cmo los salarios logran transferir los incrementos de productividad a la mayora de los trabajadores.Enlaprctica,noexistenennuestrainstitucionalidadlaboralcon-tratos colectivos de trabajo propiamente tales. La amplia experiencia comparada de regulacin legal de la negociacin colectiva, apunta agarantizarestructurasdenegociacinlomsrepresentativasy abarcativas posibles para obtener efectos generales de los acuerdos colectivos. Existen comits de empresa que representan a todos los trabajadoresdecadaempresaenlasnegociacionescolectivasque emprendan, trabajadores no sindicalizados suelen ser representados por sindicatos en negociaciones colectivas y hay normas legales que garantizan la aplicacin general de los acuerdos colectivos a todos los trabajadores de una empresa. Sin embargo, en Chile el acuerdo queresultadeunanegociacincolectivanoseaplicaatodoslos trabajadores de la empresa, ni siquiera a todos los trabajadores so-ciosdelsindicatoquenegocielacuerdocolectivo:sloaquienes estuvieron directamente involucrados en la negociacin respectiva, como socios del sindicato que negoci el acuerdo o como adherentes individualesalproyectoquepropusoelsindicato,queaceptaron expresamentesumarsealprocesodenegociacinrespectivo.Los trabajadores que se alien a un sindicato despus de la negociacin colectiva no tienen derecho a beneciarse del acuerdo que ese sin-dicatopactconelempleador.Tampocolotienenlostrabajadores 64Diego Lpez Fernndezque sean contratados por el empleador despus de nalizada la ne-gociacin, a menos que l mismo decida extenderles los benecios pactados, sin siquiera pedir su opinin. Con estas disposiciones, el contrato colectivo carece de efectos ms all de quienes concurrieron personalmente a la negociacin: es solo un acuerdo pluri individual, que no benecia a sujetos que no hayan intervenido en la respecti-va negociacin. Lo que la ley promueve es que trabajadores de una misma empresa estn afectos a distintos acuerdos colectivos con el mismo empleador y que algunos incluso carezcan de ellos.Bajoesteesquema,lastradicionalesinstitucionesdelderechola-boral que apuntan a la redistribucin salarial estn vigorosamente atenuadasenlalegislacinchilena,hastaelpuntodeperdercasi deltodoelsentido.Enefecto,lanegociacincolectivaylahuelga estn instituidas bajo la orientacin de que no sirvan para aumentar los salarios por sobre el salario de mercado: cada negociacin colecti-vadebeenfrentareldesafoderenegociarlosbeneciospactados, porquenoexistelaobligacinempresarialdereconocerelmonto delosderechospreviamentenegociados.Asuvez,elreemplazo de los trabajadores huelguistas est concebido como un control de mercado: si la empresa puede emplear a trabajadores que estn dis-ponibles a hacer el mismo trabajo que los huelguistas por el mismo salario, signicara que la empresa le paga a los huelguistas el salario de mercado, por tanto la huelga se basara en exigencias desmedidas. Restricciones legales como stas, en realidad lo que logran es que el salario de mercado sea impermeable a la accin sindical y quede sujeto a lo que las empresas quieran remunerar, an cuando ello est por debajo de la productividad de la mayora de los trabajadores. Lanegociacincolectivaesuninstrumentoparaquelasempresas retribuyan progresivamente el aporte de todos sus trabajadores y no slo el de los ms valiosos o incondicionales a la empresa y para qu 65La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en Chilelos incrementos de productividad benecien a todos los trabajado-res y no slo a la minora constituida por aquellos ms calicados. Sin negociacin colectiva la brecha entre los salarios ms ricos y ms pobres solo se incrementa, tal y como ha pasado en Chile los ltimos 20 aos. 3)La parti ci paci n sal ari alen l as uti l i dades empresari al es no se debaten en negoci aci n col ecti vaNuestrosistemaderelacioneslaboralesseorientaaimponerun predominio del acuerdo individual sobre el colectivo y liberar a las empresas de responsabilidades legales para que efectivamente tras-pasen a los salarios medianos10 parte signicativa de los resultados que obtienen. Esto queda claramente reejado en la forma en que la ley ja la obli-gacinempresarialdepagargraticacionesasustrabajadores.La graticacin no premia la cantidad de trabajo ni el tiempo trabajado sino es proporcional a los resultados de la empresa. Es una remune-racin distributiva, cuya vocacin es repartir parte de los benecios que resultan de la combinacin entre capital y trabajo. Como se sabe, nuestra ley instituye dos frmulas para dar graticaciones: pagar el 30% de las utilidades liquidas o pagar el 25% de las remuneraciones mensuales devengadas por cada trabajador en el ao, con un lmite de 4,75 de ingresos mnimos mensuales. Esta segunda modalidad es la adoptada por ms del 70% de las empresas y permite a las que lo-gran ms utilidades pagar proporcionalmente menos graticacin. 10Salario medio o remuneraciones medias es el promedio salarial que ganan todos los trabajadores; elsalariomedianoolasremuneracionesmedianas,encambio,esloquegananlostrabajadores del medio, que estn entre los ms pobres y los ms ricos. Para apreciar lo que realmente gana la mayora de los trabajadores es mejor considerar el salario mediano, porque el promedio incluye lo ganado por los trabajadores ms ricos. 66Diego Lpez FernndezEs una graticacin regresiva: a mayor utilidad empresarial propor-cionalmente menor graticacin. Gracias a esta norma, el salario de mercado que se paga en Chile no reeja las utilidades empresariales: la ley permite que las empresas acumulen utilidad sin traspasarla a las remuneraciones. En realidad en las negociaciones colectivas casi no hay clusulas de participacin salarial sobre las utilidades empresariales: la gran ma-yora de las empresas hacen uso de la facultad legal de pagar el 25% de las remuneraciones mensuales devengadas en el ao a cada tra-bajador a ttulo de graticaciones, negndose a debatir participacin real sobre las utilidades generadas. As lo muestran los datos que se recogen desde los contratos y convenios colectivos que se depositan en las inspecciones del trabajo una vez que se celebran.Cuadro N 2Di stri buci n de I nstrumentos Col ecti vos que i ni ci aron vi genci a cada ao, segn Cl usul as de Grati caci n (2004 2008)2004 2005 2006 2007 2008Graticacin convencional garantizada40,1% 43,5% 39,2% 43,4% 39,9%Graticacin por utilidad empresarial18,7% 17,6% 16,9% 14,7% 13,0%Sin clusulas de graticacin58.8% 61.1% 56.1% 58.1% 52.9%Fuente: Divisin de Estudios, Direccin del Trabajo.Por aadidura, la estructura de negocios que pueden adoptar libremen-telasempresas,lespermitenimpedirquelossindicatospuedanreal-mente negociar participacin sobre las utilidades que ayudan a crear.67La Ineficacia del Derecho a Negociar Colectivamente en ChileLos grandes consorcios emp