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Naturaleza del embrión humanoAborto: directo, terapéutico, eugenésico...

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EL CASO DE LA NIÑA BRASILEÑA NO CAMBIA LA DOCTRINA CATÓLICA SOBRE EL ABORTO

por Baltazzar en 11 Julio 2009

Aclaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe

CIUDAD’ VATICANO, Viernes, 10 Julio 2009 (ZENIT.org).- Después de mucha controversia por elperiódico publicó un artículo en el Vaticano por el arzobispo presidente de la Academia Pontificia parala Vida (PAV) Chica brasileña sobre el tema del aborto de gemelos, Santa Sede confirma que ladoctrina de la Iglesia no ha cambiado.

Esto se explica por una “Aclaración” publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe ediciónitaliana diaria del 11 de julio “L'Osservatore Romano”, como explica el mismo documento, enrespuesta a “letras diferentes, incluso por altas personalidades de la política y eclesial, quien informóa la confusión que ha surgido en varios países, especialmente en América Latina”.

“La Congregación para la Doctrina de la Fe, que reitera la doctrina de la Iglesia sobre el abortoprovocado no ha cambiado ni puede cambiar”, subraya la “Aclaración”.

El documento se refiere a un artículo publicado por “L'Osservatore Romano” la 15 De marzo dederecho “De la niña brasileña”, El arzobispo Rino Fisichella, en la que el, Presidente de la AcademiaPontificia para la Vida, analizó el caso de que la pequeña de nueve años de edad, fue violadarepetidamente por su padrastro jóvenes, quedarse embarazada de gemelos y estaba siendo obligada aabortar el cuarto mes de embarazo.

Monseñor Fisichella en la que confirmó “el aborto siempre ha sido condenado por la ley moral”.

En respuesta a las noticias publicadas por los periódicos, El arzobispo consideró que en su opinión noera adecuado que el obispo había anunciado públicamente y rápida la excomunión – “un hecho queviene en forma automática”, observado – las personas involucradas, porque de esta manera no ayudaa mostrar el rostro materno de la Iglesia.

La “Aclaración” Vaticano informa que, como se puede aprender más, el niño “había sido acompañadacon toda delicadeza pastoral, en particular, por el arzobispo de Olinda y Recife, Su Eccellenzamonseñor José Cardoso Sobrinho”.

El Monseñor Fisichella, En declaraciones posteriores a los medios de comunicación, Explicó que antesde escribir el artículo, Dada la urgencia de responder con rapidez a la enorme controversia que seprodujo, no podía hablar con el arzobispo Cardoso Sobrinho, ¿por qué no era consciente de este hecho.

El documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo presidente es el cardenal WilliamLevada EE.UU., no entra en detalles específicos del caso, se limitan a ilustrar los textos de referenciadel Magisterio de la Iglesia sobre el aborto, en particular, los números 2270-2273 del Catecismo de laIglesia Católica.

El texto también cita varios pasajes de la encíclica Evangelium Vitae, firmado por Juan Pablo II 25Marzo 1995, en particular, el número 58, explicando que el aborto nunca puede ser justificada, inclusosi se lleva a cabo en situaciones difíciles y complejas.

Con respecto al problema de cierta atención médica para preservar la salud de la madre, El texto explicaque “Hay que distinguir entre dos situaciones diferentes: Por un lado, un procedimiento que causadirectamente la muerte del feto, a veces mal llamada Aborto ‘Terapéutico ", que nunca puede ser lícita,ya que es la muerte directa de un ser humano inocente”.

Una cosa es muy diferente “la intervención en sí misma no es probable que tenga aborto, comoconsecuencia colateral, la muerte de su hijo”.

Para explicar esta enseñanza de la Iglesia, la nota cita un famoso discurso de Pío XII, del 27 Denoviembre 1951, en el que afirmó: “Con, por ejemplo, salvar la vida de la madre-, independientementede su embarazo, requiere con urgencia una cirugía, o aplicación terapéutica otros, que daría como

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resultado incidental, de ninguna manera se desea o pretende, pero inevitable, la muerte del feto, talacción no podría ser llamado un ataque directo a la vida inocente”.

“En estas condiciones, la operación puede considerarse legítimo, al igual que otros procedimientosmédicos similares, siempre y cuando sea un bien de alto valor, ¿Qué es la vida, y no es posibleposponerlo hasta después del nacimiento del niño, o recurrir a otro recurso efectivo”, , dijo el PapaPacelli.

En cuanto al papel de los médicos en estos casos, les recuerda el documento, con la Evangelium Vitae(n. 89), l '”dimensión ética intrínseca e imprescindible de la profesión de la salud, como ya se hareconocido por el Juramento Hipocrático antiguo y siempre actual, según la cual cada médico elcompromiso de respetar absolutamente la vida humana y su carácter sagrado”.

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CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

ACLARACIÓN DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE

SOBRE EL ABORTO PROCURADO*

Recientemente han llegado a la Santa Sede varias cartas, incluso de parte de altas personalidadesde la vida política y eclesial, que han informado sobre la confusión que se ha creado en variospaíses, sobre todo en América Latina, tras la manipulación e instrumentalización de un artículo desu excelencia monseñor Rino Fisichella, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, sobre eltriste caso de la “niña brasileña”. En ese artículo, aparecido en “L’Osservatore Romano” del 15 demarzo de 2009, se presentaba la doctrina de la Iglesia, teniendo en cuenta la situación dramática deesta niña, que —como se pudo constatar posteriormente— había sido acompañada con todadelicadeza pastoral, en particular por el entonces arzobispo de Olinda y Recife, su excelenciamonseñor José Cardoso Sobrinho. Al respecto, la Congregación para la Doctrina de la Fe confirmaque la doctrina de la Iglesia sobre el aborto provocado no ha cambiado ni puede cambiar. Estadoctrina ha sido expuesta en los números 2270-2273 del Catecismo de la Iglesia Católica en estostérminos:

«La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de laconcepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos susderechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida (cf.Congregación para la Doctrina de la Fe, instrucción “Donum vitae” 1, 1). “Antes de haberteformado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado” (Jeremías 1,5). “Y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo hecho en lo secreto, tejido en las honduras de latierra” (Salmo 139, 15)».

«Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Estaenseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin ocomo un medio, es gravemente contrario a la ley moral. “No matarás el embrión mediante el aborto,no darás muerte al recién nacido”. (Didajé, 2, 2; Bernabé, ep. 19, 5; Epístola a Diogneto 5, 5;Tertuliano, apol. 9). “Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la excelsa misión deconservar la vida, misión que deben cumplir de modo digno del hombre. Por consiguiente, se ha deproteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidioson crímenes abominables” (“Gaudium et spes”, 51, 3)».

«La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con penacanónica de excomunión este delito contra la vida humana. “Quien procura el aborto, si éste seproduce, incurre en excomunión latae sententiae” (Código de Derecho Canónico, CIC, canon1398), es decir, “de modo que incurre ipso facto en ella quien comete el delito” (CIC can. 1314),en las condiciones previstas por el Derecho (cf CIC can. 1323-1324). Con esto la Iglesia nopretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimencometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda lasociedad».

«El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elementoconstitutivo de la sociedad civil y de su legislación: “Los derechos inalienables de la persona debenser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechosdel hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesiónde la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona envirtud del acto creador que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es preciso recordar aeste propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepciónhasta la muerte” (“Donum vitae” 3). “Cuando una ley positiva priva a una categoría de sereshumanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos

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ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, yparticularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado dederecho... El respeto y la protección que se han de garantizar, desde su misma concepción, a quiendebe nacer, exige que la ley prevea sanciones penales apropiadas para toda deliberada violación desus derechos” (“Donum vitae” 3)».

En la encíclica “Evangelium vitae”, el Papa Juan Pablo II afirmó esta doctrina con su autoridad deSupremo Pastor de la Iglesia: «con la autoridad que Cristo confirió a Pedro y a sus Sucesores, encomunión con todos los Obispos —que en varias ocasiones han condenado el aborto y que en laconsulta citada anteriormente, aunque dispersos por el mundo, han concordado unánimementesobre esta doctrina—, declaro que el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, essiempre un desorden moral grave, en cuanto eliminación deliberada de un ser humano inocente.Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por laTradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal» (n. 62).

En lo que se refiere al aborto procurado en algunas situaciones difíciles y complejas, es válida laenseñanza clara y precisa del Papa Juan Pablo II: «Es cierto que en muchas ocasiones la opción delaborto tiene para la madre un carácter dramático y doloroso, en cuanto que la decisión dedeshacerse del fruto de la concepción no se toma por razones puramente egoístas o de conveniencia,sino porque se quisieran preservar algunos bienes importantes, como la propia salud o un nivel devida digno para los demás miembros de la familia. A veces se temen para el que ha de nacer talescondiciones de existencia que hacen pensar que para él lo mejor sería no nacer. Sin embargo, estasy otras razones semejantes, aun siendo graves y dramáticas, jamás pueden justificar la eliminacióndeliberada de un ser humano inocente» (encíclica “Evangelium vitae”, n. 58).

Por lo que se refiere al problema de determinados tratamientos médicos para preservar la salud de lamadre, es necesario distinguir bien entre dos hechos diferentes: por una parte, una intervención quedirectamente provoca la muerte del feto, llamada en ocasiones de manera inapropiada aborto“terapéutico”, que nunca puede ser lícito, pues constituye el asesinato directo de un ser humanoinocente; por otra parte, una intervención no abortiva en sí misma que puede tener, comoconsecuencia colateral, la muerte del hijo: «Si, por ejemplo, la salvación de la vida de la futuramadre, independientemente de su estado de embarazo, requiriera urgentemente una intervenciónquirúrgica, u otro tratamiento terapéutico, que tendría como consecuencia accesoria, de ningúnmodo querida ni pretendida, pero inevitable, la muerte del feto, un acto así ya no podríaconsiderarse un atentado directo contra la vida inocente. En estas condiciones, la operación podríaser considerada lícita, al igual que otras intervenciones médicas similares, siempre que se trate deun bien de elevado valor —como es la vida— y que no sea posible postergarla tras el nacimientodel niño, ni recurrir a otro remedio eficaz» (Pío XII, discurso “Frente de la Familia” y a laAsociación de Familias Numerosas, 27 de noviembre de 1951).

Por lo que se refiere a la responsabilidad de los agentes sanitarios, es necesario recordar las palabrasdel Papa Juan Pablo II: «Su profesión les exige ser custodios y servidores de la vida humana. En elcontexto cultural y social actual, en que la ciencia y la medicina corren el riesgo de perder sudimensión ética original, ellos pueden estar a veces fuertemente tentados de convertirse enmanipuladores de la vida o incluso en agentes de muerte. Ante esta tentación, su responsabilidad hacrecido hoy enormemente y encuentra su inspiración más profunda y su apoyo más fuerteprecisamente en la intrínseca e imprescindible dimensión ética de la profesión sanitaria, como yareconocía el antiguo y siempre actual juramento de Hipócrates, según el cual se exige a cadamédico el compromiso de respetar absolutamente la vida humana y su carácter sagrado» (encíclica“Evangelium vitae”, n. 89).

*«L'Osservatore Romano», Año CXLIX n. 157 (11 de julio de 2009), p. 7.

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NATURALEZA DEL EMBRIÓN HUMANO

Desde que se produce la fecundación mediante la unión del espermatozoide con el óvulo, surge unnuevo ser humano distinto de todos los que han existido, existen y existirán. En ese momento seinicia un proceso vital esencialmente nuevo y diferente a los del espermatozoide y del óvulo, quetiene ya esperanza de vida en plenitud. Desde ese primer instante, la vida del nuevo ser merecerespeto y protección, porque el desarrollo humano es un continuo en el que no hay saltoscualitativos, sino la progresiva realización de ese destino personal. Todo intento de distinguir entreel no nacido y el nacido en relación con su condición humana carece de fundamento.

Desde que se forma el nuevo patrimonio genético con la fecundación existe un ser humano al quesólo le hace falta desarrollarse y crecer para convertirse en adulto. A partir de la fecundación seproduce un desarrollo continuo en el nuevo individuo de la especie humana, pero en este desarrollonunca se da un cambio cualitativo que permita afirmar que primero no existía un ser humano ydespués, sí. Este cambio cualitativo únicamente ocurre en la fecundación, y a partir de entonces elnuevo ser, en interacción con la madre, sólo precisa de factores externos para llegar a adulto:oxígeno, alimentación y paso del tiempo. El resto está ya en él desde el principio.

LA PROTECCIÓN DEL EMBRIÓN EN EL ÁMBITO CONSTITUCIONAL ESPAÑOL

Desde el punto de vista jurídico, la protección del embrión humano se ha de analizar desde laprotección de la vida humana y el reconocimiento que la ley le otorga. En este sentido, y en elcontexto del territorio español, nos hemos de remitir forzosamente, en primer lugar, a laConstitución Española, que define a España como un Estado laico, y que en su art. 15 afirma que“todos tienen derecho a la vida...”. Esta expresión ha sido interpretada en un sentido amplio,entendiendo que protege no sólo la vida del ya nacido, sino también la vida del que ha de nacer.

No obstante, cuando al Tribunal Constitucional (TC) se le ha pedido opinión sobre esta cuestión(Sentencia 53/1985 en relación con el borrador de la Ley despenalizadora del aborto y Sentencia116/1999 sobre la Ley de Reproducción Humana Asistida), se ha pronunciado en los siguientestérminos:

“La vida no es una realidad hasta el inicio de la gestación (implantación del embrión en el útero dela madre...)”, en consecuencia, no se puede hablar de aborto si no hay gestación en curso (no puedehaber abortos de embriones in vitro ni tampoco intrautero antes de que el embrión se implante).“El nasciturus no es titular del derecho fundamental a la vida, aunque constituye un bien que ha deser protegido...”

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DR. BERNAD NATHANSON

Cómo legalizar el crimen del aborto:Hacerse con los medios de comunicación; falsificar estadísticas; jugar la carta del anticatolicismo;

ignorar la evidencia científica.

Fuentes: National Catholic Register, 21-02-11; Parliamentary Network for Critical Issues (PNCI),21-02-11.

El 21 de febrero 2011, falleció Bernard Nathanson, el médico que de “rey del aborto”, comose lo llamó, se convirtió en uno de los más importantes defensores de la vida humana desde laconcepción.

Su cambio radical de médico abortero a médico pro-vida, se concretó a través de evidenciascientíficas. “Como científico no creo, yo se y conozco que la vida humana comienza en la concepción”,escribió en 1992.

Se reconoció como responsable directo de la muerte de 75.000 niños no-nacidos. Abandonó laindustria del abominable crimen del aborto en 1979. Su testimonio, especialmente a través de dospelículas, “El Grito Silencioso” (1984) y “El eclipse de la razón” (1987) y de su autobiografía “LaMano de Dios” (1996), es capital para el esclarecimiento y la promoción de la defensa de la vida delniño no-nacido en todo el mundo.

En 1992, escribió una carta pública que constituye un testimonio excepcional y una advertenciaa tener muy en cuenta, sobre todo en los países que sufren la presión abortista para legalizar el crimenabominable del aborto.

En 1996, el Dr. Nathanson, judío de nacimiento, fue bautizado en la Iglesia Católica por elCardenal John O’Connor, en la catedral de San Patricio de Nueva York, en la fiesta de la InmaculadaConcepción.

Carta abierta del Dr. Bernard Nathanson (1992):

“Soy responsable directo de 75.000 abortos, lo que me empuja a dirigirme al público poseyendocredibilidad sobre la materia.

Fui uno de los fundadores de la Asociación Nacional para Revocar las Leyes sobre el Abortoen los Estados Unidos, en 1968. Entonces una encuesta veraz hubiera establecido el hecho de que lamayoría de los norteamericanos estaban en contra de leyes permisivas sobre el aborto. No obstante, alos 5 años conseguimos que la Corte Suprema legalizara el aborto, en 1973. ¿Como lo conseguimos?Es importante conocer las tácticas que utilizamos, pues con pequeñas diferencias se repitieron con éxitoen el mundo Occidental.

Nuestro primer gran logro fue hacernos con los medios de comunicación; les convencimos deque la causa proaborto favorecía un avanzado liberalismo y sabiendo que en encuestas veraces seríamosderrotados, amañamos los resultados con encuestas inventadas y las publicamos en los medios; segúnellas el 60% de los norteamericanos era favorable a la implantación de leyes permisivas de aborto. Fuela táctica de exaltar la propia mentira y así conseguimos un apoyo suficiente, basado en números falsossobre los abortos ilegales que se producían anualmente en USA. Esta cifra era de 100.000 (cien mil)aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los medios de comunicación fue de 1.000.000(un millón). Y una mentira lo suficientemente reiterada, la opinión pública la hace verdad.

El número de mujeres que morían anualmente por abortos ilegales oscilaba entre 200 y 250,pero la cifra que continuamente repetían los medios era 10.000 (diez mil), y a pesar de su falsedad fueadmitida por muchos norteamericanas convenciéndoles de la necesidad de cambiar las leyes sobre elaborto.

Otro mito que extendimos entre el público, es que el cambio de las leyes solamente implicaríaque los abortos que se practicaban ilegalmente, pasarían a ser legales. Pero la verdad es queactualmente, el aborto es el principal medio para controlar la natalidad en USA. Y el número de anualde abortos se ha incrementado en un 1500%, 15 veces más.

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La segunda táctica fundamental fue jugar la carta del anticatolicismo.Vilipendiamos sistemáticamente a la Iglesia Católica, calificando sus ideas sociales de

retrógradas; y atribuimos a sus Jerarquías el papel del "malvado" principal entre los opositores al abortopermisivo. Lo resaltamos incesantemente. Los medios reiteraban que la oposición al aborto procedíade dichas Jerarquías, no del pueblo católico; y una vez más, falsas encuestas "probaban" reiteradamenteque la mayoría de los católicos deseaban la reforma de las leyes antiaborto. Y los tambores de losmedios persuadieron al pueblo americano de que cualquier oposición al aborto tenía su origen en laJerarquía Católica y que los católicos proaborto eran los inteligentes y progresistas. El hecho de quegrupos cristianos no católicos, y aún ateos, se declarasen pro-vida, fue constantemente silenciado.

La tercera táctica fundamental fue denigrar o ignorar, cualquier evidencia científica de que lavida comienza con la concepción.

Frecuentemente me preguntan que es lo que me hizo cambiar. ¿Cómo pasé de ser un destacadoabortista a un abogado pro-vida? En 1973 llegué a ser Director de Obstetricia en un gran Hospital dela ciudad de Nueva York, y tuve que iniciar una unidad de investigación perinatal; era el comienzo deuna nueva tecnología que ahora utilizamos diariamente para estudiar el feto en el útero materno. Untípico argumento pro aborto es aducir la imposibilidad de definir cuando comienza el principio de lavida, afirmando que ello es un problema teológico o filosófico, no científico.

Pero la fetología demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepción y requieretoda la protección de que gozamos cualquiera de nosotros.

Ud. podría preguntar: ¿Entonces, por qué algunos doctores, conocedores de la fetología, sedesacreditan practicando abortos?

Cuestión de aritmética: a 300 dólares cada uno, un millón quinientos cincuenta mil (1.550.000)abortos en los Estados Unidos, implican una industria que produce 500 millones de dólares anualmente.De los cuales, la mayor parte van a los bolsillos de los doctores que practican el aborto.

Es un hecho claro que el aborto voluntario es una premeditada destrucción de vidas humanas.Es un acto de mortífera violencia. Debe de reconocerse que un embarazo inesperado plantea graves ydifíciles problemas. Pero acudir para solucionarlo a un deliberado acto de destrucción supone podarla capacidad de recursos de los seres humanos; y, en el orden social, subordinar el bien público a unarespuesta utilitarista.

Como científico no creo, yo se y conozco que la vida humana comienza en la concepción. Yaunque no soy de una religión determinada, creo con todo mi corazón que existe una divinidad que nosordena finalizar para siempre este infinitamente triste y vergonzoso crimen contra la humanidad”.

Dr. Bernard Nathanson

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“Grito silencioso”

Transcripción de la película “Grito silencioso”, tomado de “Juventud en éxtasis”, pp. 50-44

Aparecieron en la pantalla las letras que anunciaban la obra. American Portrait Films presentaba Elgrito silencioso, por el Dr. Bernard N. Nathanson. Me sorprendió ver que el protagonista era un médicoginecoobstetra que después de haber fundado una de las clínicas para abortos más grandes del mundo,practicado con su propia mano más de cinco mil abortos y cofundado la Liga Nacional para el Derechodel Aborto en Estados Unidos, en la actualidad se dedicaba a prevenir a la gente sobre la crueldad deesa práctica. Su cambio radical se debió a que ahora la medicina cuenta con recursos sofisticados, comola ecografía ultrasónica, la inspección cardiaca del embrión por medios electrónicos. la estreostocopíacitológica, la inmunoquímica de rayos láser y muchos otros, con los que se ha logrado penetrar hastael mundo del nonato y entender, a ciencia cierta, que el feto es un ser humano completo, cuyo corazónlate, poseedor de ondas cerebra¬les como las de cualquier individuo pensante, capaz de sentir dolorfísico y reaccionar con emociones de tristeza, alegría, angustia o ira.Comenzaron a verse escenas asombrosamente realistas filma¬das en el interior del útero de una mujer,usando un aparato de fibra óptica llamado fetoscopio. Destacaban con increíble nitidez la fisonomíadel pequeño, sus pies, sus ojos, su boca, su posición encorvada, su piel suave y delicada. Las imágenesno dejaban duda alguna de que entre ese “producto” y un ser humano completo, con garantíasindividuales y protegido por las leyes, no había ninguna disimilitud dramática, excepto el tamaño.Puse una pausa para considerar la posibilidad de seguir viendo la película o retirarla de una vez. Teníaimportantes razones para estar a favor del aborto; no quería cambiar mi postura respecto a él ysospechaba que de continuar la sesión me encontraría con serios problemas de equilibrio ideológico.Comprendía, sin em¬bargo, que no era coherente tener ideas tan firmes respecto a algo que en realidaddesconocía.Quité la pausa.El feto flota en su ambiente acuoso, juguetea con el cordón umbilical y luego se lleva el pulgar a laboca. Succionando su dedo, traga un poco de líquido amniótico. Le sobreviene un ataque de hipo.Siente la mano de su madre que soba el vientre. Patea la mano. Percibe la risa de su mamá como unrumor sordo. Nota cómo ella le devuelve el golpecito y vuelve a patear. Al poco rato pierde interés enel juego y se queda dormido.El doctor Nathanson menciona que en la actualidad puede considerarse al nonato como un pacientemás, y que la ética elemental dicta al médico preservar la vida de sus pacientes.—Ahora veremos por primera vez —dice—, a través de las modernas imágenes ultrasónicas, lo quehace el aborto a nuestro pequeño paciente. Presenciaremos lo que ocurre dentro de la madre, desde elpunto de vista de la víctima.La operación comienza.Alternativamente se ven las imágenes de cuanto realizan los médicos fuera y lo que pasa adentro.El abortista coloca el espéculo en la vagina de la mujer para abrirla y visualizar el cuello uterino.Inserta el tenáculo y lo fija. Mide con una sonda la profundidad del útero y aplica los dilatadores hastaque el camino está listo para introducir el tubo succionador. Mientras, en la pantalla ultrasónica se veal feto moverse normal¬mente, serenamente; su corazón late a 140 por minuto; está dor¬mido,chupándose el pulgar de la mano izquierda. Repentinamente despierta con una simultánea descarga deadrenalina. Ha percibido algo extraño. Se queda quieto, como si se agudizaran sus sentidos paraentender lo que está sucediendo fuera. El aparato ultrasónico capta la imagen de la manguerasuccionadora abriéndose paso a través del cuello con movimientos oscilantes, hasta que se detienetocando la bolsa amniótica. Entonces la enorme presión negativa (55 mm de mercurio) rompe lamembrana de las aguas y el líquido, donde flotaba el niño, comienza a salir. En ese preciso instante elpequeño rompe a llorar. Pero su llanto desesperado y profuso no puede oírse en el exterior. Inicia girosrápidos tratando de huir de eso extraño que amenaza con destruirlo. Su ritmo cardiaco sobre¬pasa los200 latidos; sigue llorando, su boca se mueve dramática¬mente y hay un momento en el que queda

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totalmente abierta. Los aparatos detectan un grito que nadie puede escuchar. Los violentos movimientosdel producto provocan que constantemente se salga de foco. Puede observarse a la perfección la formaen que trata de escapar, convulsionándose para evitar el contacto con el tubo letal, pero su espacio esreducido y el agresor lleva todas las de ganar. Finalmente la punta de succión se adhiere a una de suspiernitas y ésta es desprendida de un tajo. Mutilado, sigue moviéndose cada vez con menor rapidez enun medio antes líquido y ahora seco. La punta del aspirador nuevamente trata de alcanzarlo; losmédicos la introducen buscando a ciegas; les da lo mismo arrancar otra pierna, un brazo o parte deltronco; para el asesinato en sí no existe ningún procedimiento técnico. El producto sigue llorando enuna agonía impresionante que nunca antes había sido posible contem¬plar. El tubo vuelve a alcanzarlo,esta vez enganchándose en un bracito que también es desprendido. Negándose a morir, el cuerpecitodesgarrado sigue sacudiéndose. La manguera jala el tronco tratando de arrancarlo de la cabeza. Al finlo logra. El desmembramiento es total.Entre el abortista y el anestesista se utiliza un lenguaje en clave para ocultar la triste realidad de lo queestá sucediendo.—¿Ya salió el número uno? —pregunta el anestesista refirién¬dose a la cabeza.Ésta es demasiado grande para ser succionada por la manguera, de modo que el abortista introduce losllamados fórceps de pólipo en la madre. Sujeta el cráneo del pequeño y lo aplasta usando las poderosaspinzas. La cabeza, con todo su contenido, explota como una nuez y los restos son extraídosminuciosamente. El recipiente del succionador termina de llenarse con los últimos fragmentos desangre, hueso y tejido humano del recién asesinado.La embarazada que permitió que la filmaran era una activista de los derechos de la mujer. Cuando viola grabación quedó tan impresionada y triste que se retiró de su grupo para siempre. El médico quepracticó la operación era un joven que, a pesar de su juventud, había realizado más de tres mil abortos.Cuando pudo observar con los modernos aparatos lo que sucedía realmente en el interior de la madre,se retiró de su actividad conun remordimiento demoledor.Por mi parte, no soporté más y adelanté la cinta.Las escenas posteriores eran mucho más desagradables.Se trataba de otro tipo de aborto, un legrado visto desde fuera.Podía observarse la gran cantidad de sangre y líquido mezclado con pedazos de feto saliendo de entrelas piernas de la madre. Finalmente, la cabeza completa.Apagué el televisor y me dirigí al baño. Estuve inclinado en el lavabo durante varios minutos.Al salir volví a encender el aparato y con cautela adelanté la película hasta el sitio en que ya no habíamás tomas reales.Los protagonistas comentaban:—”En Estados Unidos se calcula que antes de que esta práctica se autorizara había cerca de cien milabortos ilegales anualmente y diez años después se registraban más de un millón y medio.Considerando que por cada aborto se cobra de trescientos a cuatrocientos dólares, tenemos unaindustria que por sus ingresos (de quinientos a seiscientos millones de dólares) figura entre las máspoderosas y lucrativas del mundo. Lo anterior ha hecho que la millonada mafia oculta detrás de esteteatro del crimen promueva los movimientos feministas y consiga bloquear gran parte de la informaciónreferente a lo que realmente es un aborto. Millones de mujeres han sufrido perforación, infección odestrucción de sus órganos reproductores como resultado de una operación de la que no estaban bieninformadas. ¡La operación más frecuente en los países desarrollados nunca ha sido transmitida portelevisión cuando, por ejemplo, los trasplantes cardiacos o de córneas, que son raros, se muestran alpúblico orgullosamente! Y, por desgra¬cia, se cree que la cantidad de abortos seguirá creciendo, puesla mayoría de la gente es perezosa para instruirse y actúa sin saber lo que hace. Éste es un camino fácilque permite a las personas ignorantes seguir ejerciendo libre e irresponsablemente su sexua¬lidad. Perolos jóvenes instruidos no pueden estar a favor de algo así, no pueden ni siquiera mostrarse neutrales,pues la neutralidad sólo ayuda al agresor.”Posteriormente se presentaban dramáticos testimonios reales de mujeres que abortaron. La mayoría deellas manifestaba preocupa¬ción, recuerdos penosos, pesadillas posteriores, visitaciones yalucinaciones del niño abortado.No lo soporté más.

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Apagué el televisor hecho un mar de confusión. ¿Cómo había permanecido tanto tiempo apoyando algoasí?No tuve la menor duda de que el origen de todos los pecados del hombre está en la ignorancia. Hastalos mismos médicos abortistas practican su labor con una venda en los ojos oliendo el delicioso aromadel dinero. Pero el hombre no es malo cuando sabe. Es malo por ignorante…

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Sindrome de Down

«Anita dos meses después…». Testimonio de un matrimonio español, Junio 2011.

Han pasado ya dos meses del nacimiento de Anita, y no quiero dejar de poner por escrito lo que hasignificado su llegada para nosotros y cómo hemos vivido esta experiencia. Ahora mismo no sé si loescribo para compartirlo con todo aquél a quien pueda ayudar o simplemente para conservarlo nosotroscomo recuerdo y que les sirva algún día a nuestros hijos. Pero en cualquier caso siento la necesidad deescribir y allá voy...

Ana nació tres semanas antes de tiempo, y por “casualidad” (Providencia, diría yo), llegó mi esposoa tiempo pues estaba llegando de un viaje y, en principio, pensaba continuar directamente hacia otrodestino. Él había estado presente en todos los partos, pero especialmente en éste Dios no quiso quefaltara a mi lado. Todo fue muy rápido, llegamos al hospital a las 12 hrs. y Anita nació a las 12:50…Creo que no hay sensación comparable al momento en que te ponen a tu bebé sobre el pecho nada másnacer…, le miras la carita y no sabes cómo has podido vivir sin él (ella, en este caso) hasta ese día contodo lo que ya le quieres. Con Anita sucedió como con los cuatro mayores, y es ese “olor a amor” quediría mi esposo, uno de los momentos más bonitos de mi vida.

En cuanto le cortaron el cordón a Anita se la llevaron al reconocimiento del pediatra y llamaron a miesposo. Me pareció que tardaba en volver pero no le di importancia. Llegó después acompañado porel pediatra que me dijo, con una voz tranquila y muy bajito, que la niña se tenía que quedar enobservación porque tenía síndrome de Down y necesitaban tenerla controlada hasta saber si tenía algunacomplicación más. Mi esposo estaba a mi lado, dándome la mano, a él ya se lo había dicho el pediatraanteriormente pero no había sabido cómo transmitírmelo. Yo, que ya estaba llorando por la emoción,no dije nada, seguí llorando callada, y apreté su mano… Tuve un problema con la epidural que, unidoa mis problemas de pulmón, hizo que empezara a tener dificultades para respirar y que me tuvieran quellevar a reanimación. Mientras me trasladaban por los pasillos hacia la unidad de cuidados intensivosy me ponían oxígeno, me asusté… De repente me sentía “imprescindible” en este mundo, con cinconiños y una de ellas Down, y la sensación de ahogo me ponía muy nerviosa.

Al cabo de un rato empecé a encontrarme mejor y pude empezar a asimilar la noticia. Tenía un enormevacío por no tener a la niña a mi lado y no saber cómo estaba. He de reconocer que no me preocupabatanto que fuera Down como que tuviera alguna cardiopatía seria. Tenía muy presente el caso máscercano que tenemos, el hijo de unos amigos que pasó sus dos primeros años de vida luchando por susproblemas de corazón, aunque gracias a Dios salió adelante y muy bien.

Apenas estuve un par de horas en la sala de cuidados intensivos, pero se me hicieron eternas. Por findejaron pasar a mi esposo. Él había estado dando vueltas entre la cuna, el papeleo del ingreso, intentarverme, etc. Cuando por fin pudimos hablar le dije que yo había provocado todo esto, y le conté losiguiente:

Hace varios años, cuando otra de nuestras hijas aún era muy pequeñita, me reuní con unas amigas y unade ellas estaba embarazada. Se iba a hacer la amniocentesis porque, cito textualmente, “si venía mal,no lo quería”, decía que bastante difícil era ya tener hijos, como para tenerlos “con problemas”. A míaquello me chocó mucho, me impactó. Siempre había querido pensar que las personas que optan porel aborto lo hacen en gran medida por ignorancia, por presiones, por desesperación, pero estaba claroque no siempre era así, y que la sociedad ha logrado imponer en gran medida un estilo de vida egoístay sin sacrificio. Yo recuerdo entonces haberle pedido al Señor que no le enviara ningún niño conproblemas a esta amiga y que, si pensaba hacerlo, me lo mandara mejor a mí en su lugar. Ahí quedóla cosa.

Durante los años sucesivos olvidé esta “oferta” hecha al Señor. Sin embargo, en el embarazo de Anitalo recordé. Antes de hacerme la primera ecografía renové mi ofrecimiento, no sé si estaba

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especialmente sensibilizada por el cambio de legislación relativa al aborto, pero el caso es que le dijea Dios que si quería enviar a niños Down, que lo hiciera en nuestra familia porque le íbamos a acogerbien. Puede parecer muy generoso de mi parte, pero no lo fue tanto, le puse condiciones. Le dije quecreía que estaba preparada para cuidar a un niño que, al fin y al cabo, siempre iba a ser niño, pero queno creía tener un corazón tan grande como para verle sufrir; que, por favor, lo mandara sano, pues elrecuerdo de amigos que han tenido niños enfermos se me hacía demasiado duro para poder afrontarsituaciones similares.

Fui a la primera ecografía algo nerviosa y cuando me dijeron que todo estaba bien, tuve una sensaciónextraña. Por un lado he de reconocer cierto alivio, pero por otro no entendía que el Señor no hubieraaceptado mi oferta cuando había sido sincera. Y aquí quedó todo. Pasé el resto del embarazo pensandoque tendría una niña sana y “normal”.

Cuando le conté todo esto a mi esposo, no pareció muy sorprendido. Resulta que él también habíahecho un ofrecimiento similar respecto a otra compañera que, “casualmente”, dio a luz un niño sanoel mismo día y a la misma hora que nacía Anita. Y ninguno de los dos habíamos compartido esto hastaese momento.

Así que Dios nos había tomado la palabra. Primera lección: cuidado con lo que ofreces al Señor, quese lo toma muy en serio. Y respetó lo limitado de mi oferta, nos la mandó sanita. Segunda lección, quees mucho más importante y por lo que creo que escribo estas líneas: Dios no se deja ganar engenerosidad. Desde el nacimiento de Ana, nos ha cambiado la vida, la forma de ver las cosas, larelación con la familia. Nos ha ensanchado el corazón a todos, dejando de lado todo lo que no sea estarunidos para cuidar y proteger a la niña. Ha traído la paz que tanto anhelaba nuestro corazón y que sóloquien nos conozca bien sabe lo que ha supuesto para nosotros. Ana, nuestra hija pequeñita, preciosay con síndrome de Down, no es especial por tener una trisomía en el cromosoma 21, sino porque estátocada por Dios para enseñarnos lo que es la humildad y el amor.

Ahora, dos meses después, empezamos a ser conscientes de los cuidados especiales que va a requerirAna y de la necesidad de adaptar nuestra vida a ella. No en vano en un calendario familiar que tenemosen casa, el día 13 de abril hemos puesto: “Ha nacido Ana: cambio de planes”. Creo que aún no sabemosa lo que nos enfrentamos, y que es este desconocimiento lo que hace que aún no hayamos tenidomomentos de bajón. No es mérito nuestro, sino ignorancia, o más bien gracia de Dios, pero lo ciertoes que estamos felices con Ana, con que sea como ella es, con la oportunidad que se nos ha dado decrecer gracias a ella. Ya empieza a sonreír y en cada sonrisa adivinamos la felicidad que vamos aconocer al tener oportunidad de cuidarla.

Estamos seguros de que tanto en lo personal como en lo familiar nos va a hacer mejores personas, nosva a hacer más generosos, va a ayudarnos a no aferrarnos tanto a nuestros propios planes, nos va aenseñar a disfrutar de la sencillez. Como decía una amiga de mis hermanas, nos va a introducir en “unanueva dimensión del amor”. Por supuesto que sabemos que llegarán momentos duros, pero también queno estamos solos. Por un lado, estamos desbordados ante el cariño mostrado por tantos, familiares yamigos, con los que sabemos que podemos contar. Pero sobre todo, nos acompañan las palabras denuestra querida Virgen de Guadalupe: “¿No estás bajo mi sombra y mi resguardo? ¿No soy yo tu salud?¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”.

Quisiera que estas palabras nos dieran a todos la paz de sabernos en las mejores manos. Nada pasa porcasualidad. Y mucho menos, un regalo como éste. Ojalá seamos capaces de mantener viva estaseguridad y en adelante, sin miedos, dejarnos sorprender por Dios.

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7 de cada 10 mujeres que abortan sufren secuelaspsíquicasSuplemento Fe y Razón, 17 mayo 2006.El Instituto Elliot lleva casi 20 años investigando las consecuencias de acabar con una gestación

Sara Martín Enviada especial

Springfield (Illinois)- Dedicado a jornada completa a probar científicamente que el Síndrome Post Aborto(SPA) es una realidad para la mujer y dirigido por el doctor David C. Reardon -reconocida autoridad mundialen este campo-, el Instituto Elliot es el esfuerzo conjunto de diversos profesionales de la medicina y de lapublicidad que han decidido investigar y difundir qué hay detrás de un aborto provocado, cuáles son suscausas y, sobre todo, sus consecuencias en la mujer. Más devastador de lo pensado. Tras casi veinte años de trabajo con cientos de asociaciones de variospaíses, los estudios realizados por el Instituto Elliot -publicados y avalados por revistas científicas de primernivel- han demostrado que el aborto provocado es mucho más «devastador» en la mujer de lo quepreviamente se pensaba. Uno de los más importantes, aparecido en la «Medical Science Monitor» en 2004,comparó a mujeres americanas y rusas que habían sufrido un aborto provocado. Los resultados demostraronque al menos un 65% de las americanas estaban experimentando, como consecuencia de éste, múltiplessíntomas asociados al Desorden de Estrés Post Traumático. Otro de los estudios en los que ha participado el doctor Reardon fue realizado con pacientes ochosemanas después de su aborto: los investigadores encontraron que el 44% de ellas se quejaban dedesórdenes nerviosos, el 36% había experimentado problemas para dormir, el 31% se arrepentía de sudecisión y al 11% de ellas le había sido prescrito algún tipo de medicación psicotrópica. El Instituto Elliot también ha dedicado sus esfuerzos a recabar en un solo volumen las alrededor de ciencomplicaciones físicas asociadas al aborto que se han demostrado en distintos estudios alrededor delmundo. Entre las llamadas «menores», se encuentran las infecciones, sangrados, fiebres, dolor crónicoabdominal, alteraciones intestinales y vómitos; entre las «mayores», los estudios han encontrado embolias,perforación de útero, mortalidad, convulsiones, pérdida de protección ante el cáncer de mama, hemorragiasy lesiones cervicales. Por otro lado, según explica el doctor Reardon, desde 1980 los profesionales de la salud mental hanempezado a tratar a un creciente número de mujeres que sufren dificultades mentales y emocionales comoresultado de un aborto provocado. Aun así, la investigación existente es «inadecuada para cuantificar lamagnitud del problema», asegura. Por eso, «mientras el número de mujeres que sufren el SPA esdesconocido, los psicólogos que trabajan en este campo han definido las características de las mujeres conmás probabilidades de sufrir este trauma: aquellas que se han sentido presionadas a abortar,o las quetodavía dudan de la decisión que tomaron». Legal, no seguro. Por eso, la investigación recuerda que los traumas psicológicos -muchas vecesirreversibles- son siempre lo más doloroso para la mujer. Tal y como denuncia Amy Sobie, portavoz delInstituto Elliot, «el aborto continúa matando a mujeres. Puede ser legal, pero no es seguro». Y lo argumentaexplicando que las revistas médicas más importantes han dado cuenta del mayor índice de muerte asociadoal aborto, además de tasas de suicidio siete veces superiores en las mujeres que lo han sufrido. Además, lainvestigación también ha relacionado el aborto provocado con el abuso de sustancias adictivas, la depresión,la infertilidad y el divorcio. Como concluye Sobie, «los estudios demuestran que las mujeres que han sufrido un aborto provocado noapoyan a los grupos pro abortistas. Ellas saben de primera mano que la industria abortista les ha fallado». Mientras el 90% de las mujeres que han abortado aseguran que no tuvieron la suficiente información, el83% reconoce que habría continuado con su embarazo si hubiera recibido apoyo. Así, parece claro que elaborto resulta ser una mala «medicina» aunque un gran negocio.