Narcotráfico en América Latina

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El Narcotráfico en América Latina: Estudio Comparado de Colombia, Bolivia y México Trabajo Final para Seminario de Historia de América Neo-contemporánea. Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación Valparaíso, Junio 2015 Integrantes: Valeria Manríquez M. Andrea Paz Morales C. Profesor: Jorge Galleguillos

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El Narcotráfico en América Latina: Estudio Comparado de Colombia, Bolivia y México

Trabajo Final para Seminario de Historia de América Neo-contemporánea.

Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación

Valparaíso, Junio 2015

Integrantes:

Valeria Manríquez M.

Andrea Paz Morales C.

Profesor:

Jorge Galleguillos

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1 ÍNDICE

2 Introducción ......................................................................................................................................... 3

2.1 Justificación del estudio ............................................................................................................ 4

2.2 Planteamiento del problema ..................................................................................................... 4

2.3 Preguntas de Investigación ...................................................................................................... 4

2.4 Objetivos ...................................................................................................................................... 4

2.4.1 Objetivo General ................................................................................................................. 5

2.4.2 Objetivos Específicos ........................................................................................................ 5

2.5 Contextualización (dimensión temporal – espacial) ............................................................. 5

2.6 Metodología................................................................................................................................. 5

3 Marco Conceptual - Referencial ...................................................................................................... 6

3.1 Crimen Organizado .................................................................................................................... 6

3.2 Narcotráfico ................................................................................................................................. 8

3.3 Mafia ............................................................................................................................................. 9

3.4 Cartel .......................................................................................................................................... 10

3.5 Corrupción ................................................................................................................................. 11

3.6 Estado – Narco ......................................................................................................................... 13

3.7 Estado fallido ............................................................................................................................. 15

4 Narcotráfico en América Latina ...................................................................................................... 18

5 Estados Unidos y la Guerra Contra las Drogas........................................................................... 20

6 Estudio Comparado: Colombia, México, Bolivia ......................................................................... 29

6.1 Narcotráfico en Colombia........................................................................................................ 29

6.1.1 Antecedentes .................................................................................................................... 29

6.1.2 Los Carteles ...................................................................................................................... 31

6.1.3 El Declive de los Carteles Colombianos ....................................................................... 32

6.1.4 Las FARC y el Comercio de las Drogas ....................................................................... 33

6.1.5 Las Nuevas Dimensiones del narcotráfico en Colombia ........................................... 34

6.2 El caso boliviano ....................................................................................................................... 34

6.3 La situación de México ............................................................................................................ 40

6.3.1 Antecedentes .................................................................................................................... 40

6.3.2 Narcotráfico y Estado ...................................................................................................... 41

6.3.3 Décadas de los 80 y 90: Consolidación de los Carteles mexicanos de la droga ... 43

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6.3.4 La Guerra Fallida Contra el Narcotráfico ...................................................................... 44

7 Conclusiones ..................................................................................................................................... 46

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El Narcotráfico en América Latina:

Estudio Comparado de Colombia, Bolivia y México

2 INTRODUCCIÓN

El narcotráfico en América Latina ha sido un tema de creciente preocupación por

parte de las autoridades gubernamentales, adquiriendo durante la segunda mitad

del siglo XX y especialmente durante la década de los ochenta, una dimensión de

Seguridad Nacional. En un contexto marcado por la presión de los Estados Unidos

en el marco de su Guerra Contra las Drogas, las jóvenes democracias

latinoamericanas, debieron resignarse a integrar políticas de represión e

implacable combate al narcotráfico, en tanto sus débiles economías parecían

sufrir las peores consecuencias de ello.

La presente investigación aborda la manera en que se ha ido desarrollando el

narcotráfico en América Latina, contemplando el estudio de tres casos

emblemáticos como son: Colombia, Bolivia y México; a la vez que se analiza la

política estadounidense y las consecuencias de las presiones internacionales para

los Estados mencionados.

El cuerpo del trabajo se estructura en tres partes: Primero un marco conceptual,

donde se aclaran los principales conceptos a manejar para la comprensión del

fenómeno como son el de Crimen Organizado, Narcotráfico, Mafia, Cartel,

Corrupción, Estado-Narco y Estado Fallido; para luego dar paso al análisis del

Narcotráfico en América Latina, dedicando un apartado a la Guerra Contra las

Drogas liderada por los Estados Unidos, dada su importancia para el desarrollo

del fenómeno en Latinoamérica. Posteriormente, se realiza el estudio comparado,

analizando los casos de Colombia, Bolivia y México.

Finalmente, se presentan las conclusiones de la investigación, acorde a los

tópicos tratados.

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2.1 JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO

A raíz de los crecientes niveles de cobertura que se pueden observar en la

actualidad en los medios nacionales e internacionales, hacia los últimos sucesos

ocurridos en nuestro continente, que hablan de una escalada de violencia que ha

tendido a la victimización del poder civil, a manos de agentes públicos y

particulares, aparentemente como consecuencia de la pugna de poder entre el

Estado y Narcotraficantes, es que ha surgido nuestro interés, en el marco de las

investigaciones a realizar para el Seminario de Historia de América

Contemporánea, por el tema del narcotráfico en América Latina, en tanto ha sido

preocupación recurrente de distintos sectores de la sociedad y ha marcado una

parte importante del desarrollo de la historia latinoamericana.

2.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Dada la amplitud del tema de investigación, el presente estudio estará centrado en el

problema del narcotráfico en América Latina, en lo relativo a las políticas de combate a

dicha actividad y a las consecuencias que tiene en cuanto a su relación con el

subdesarrollo, el aumento de la violencia y la disminución del poder del Estado, en el

marco de las presiones internacionales derivadas de la Guerra Contra las Drogas

liderada por Estados Unidos.

2.3 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

En relación al problema planteado, las preguntas que van a guiar esta investigación

serán las siguientes:

- ¿Cuál es la relación que tiene el narcotráfico con la disminución del poder del

Estado en Latinoamérica?

- ¿De qué manera influye el narcotráfico sobre la economía latinoamericana?

- ¿Cuál es el rol de la política norteamericana sobre el desarrollo del narcotráfico

en Latinoamérica?

2.4 OBJETIVOS

De las preguntas planteadas, se derivan los siguientes objetivos de investigación:

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2.4.1 Objetivo General

Conocer la evolución del narcotráfico en América Latina durante la segunda mitad del

siglo XX hasta la actualidad, a partir del estudio comparado de los casos de Colombia,

Bolivia y México.

2.4.2 Objetivos Específicos

- Determinar la situación de los países mencionados en cuanto a los resultados de

su combate al narcotráfico, considerando variables económicas, sociales y

políticas.

- Dilucidar la importancia de las políticas internacionales y específicamente de la

política estadounidense en materia de narcotráfico para el desarrollo de

estrategias a seguir en Latinoamérica y sus resultados.

2.5 CONTEXTUALIZACIÓN (DIMENSIÓN TEMPORAL – ESPACIAL)

La investigación se centra el en desarrollo del narcotráfico en Latinoamérica desde las

segunda mitad del siglo XX, enfatizando en las décadas de los ochenta, noventa hasta

la actualidad, por medio de un estudio comparado de los casos específicos de los países

Colombia, Bolivia y México.

2.6 METODOLOGÍA

La investigación se presenta bajo formato de estudio de casos comparados, basado en

la información proporcionada por fuentes bibliográficas especializadas, así como por

registros de prensa y columnas de opinión.

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3 MARCO CONCEPTUAL - REFERENCIAL

3.1 CRIMEN ORGANIZADO

La Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional

y sus Protocolos UNTOC, definió en el año 2000, en el artículo 2, el concepto de crimen

organizado:

“Por “grupo delictivo organizado” se entenderá un grupo estructurado de tres o más

personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito

de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente

Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro

beneficio de orden material”1

No obstante, la definición resulta bastante imprecisa, lo que probablemente obedezca a

la intención de dar un margen amplio para su aplicación, sin embargo, esto se ha

traducido en una dificultad conceptual, determinada por la multiplicidad de características

atribuidas al crimen organizado que van variando entre los distintos sistemas penales.

Así también, nos encontramos con la definición perteneciente a INTERPOL, según la

cual el crimen organizado corresponde a “grupos que tienen una estructura corporativa

cuyo objetivo primario es la obtención de ganancias mediante actividades ilegales, a

menudo basándose en el miedo y la corrupción”2

En lo relativo a las variantes de la delincuencia organizada, INTERPOL indica que “entre

ellas se pueden contar la trata de personas, el tráfico de armas y drogas, los robos a

mano armada, la falsificación y el blanqueo de capitales.”3

Según autores como Carlos Resa, la principal complicación a la hora de definir

conceptualmente el crimen organizado radica en que “Salvo contadísimas excepciones,

1 Naciones Unidas, Oficina contra la Droga y el Delito, Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia

Organizada Transnacional, 2000, página 5. 2 Evans, Glen, Crimen Organizado Transnacional: Reflexiones en torno a la amenaza. Revista AAInteligencia. 2007.

Disponible en: http://www.aainteligencia.cl/?p=218 (Consultado el 15 – 06 – 2015) 3 Delincuencia Organizada. Interpol. Disponible en: http://www.interpol.int/es/Criminalidad/Delincuencia-

organizada/Delincuencia-organizada (Consultada el 12 - 06 – 2015)

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todo crimen involucra cierto grado de organización y, en consecuencia, es organizado

por naturaleza.” 4 Por lo cual “Determinar el límite de lo que constituye el crimen

organizado no es una operación tan sencilla como partir un trozo de mantequilla con un

cuchillo bien afilado y situar los límites que separan este subconjunto del crimen con

respecto a otras realidades ilegales circundantes ha sido una fuente continua de

controversia dentro de las ciencias sociales que en sus distintas vertientes se han

ocupado del fenómeno.”5

No obstante, un aspecto que serviría para diferenciar el crimen organizado frente a otro

tipo de delitos, es el relativo al uso de la violencia. En este sentido, “La violencia es una

característica común a otros tipos de delito, lo que diferencia la violencia asociada con el

crimen organizado es que es estructurada y directa; y su objetivo no es facilitar la

transferencia de recursos en un determinado momento; sino ampliar la posición del grupo

de crimen organizado en un mercado concreto”.6

En tal sentido, la teoría burocrática del crimen organizado establece como características

de este fenómeno el afán de monopolizar actividades como la prostitución, la extorsión

o el tráfico de drogas; el uso sistemático de la violencia contra las fuerzas –ya sean

gubernamentales o no oficiales- que desafían la hegemonía de la organización; una

estructura jerárquica y burocratizada, con funciones específicas a realizar para cada

integrante del grupo; un nivel de arraigo en la sociedad, que impide la eliminación total

de la organización; el acceso a conocimientos legales, financieros y contables; y la

capacidad de influir sobre el proceso político, administrativo y judicial7.

Cabe destacar, que dicha confrontación a las fuerzas del estado, no se hace con fines

políticos, ya que, tal como indica Chabat, El crimen organizado “no es ideológico y, por

4 Resa, Carlos, Crimen Organizado Transnacional: Definición, causas y consecuencias, Universidad Autónoma de

Madrid, 2001. Disponible en: https://www.uam.es/personal_pdi/economicas/cresa/text11.html (Consultado el 12-

06-2015) 5 Resa, Carlos. Op. cit 6 Tovar, César, Estudio Jurídico de la Intervención en las Comunicaciones Para Erradicar el Crimen Organizado en la

Sociedad Guatemalteca. Universidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales,

Noviembre 2010, página 20. 7 Resa, Carlos. Op. cit.

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lo tanto, no tiene metas políticas (su meta es el lucro)”8 Respecto de lo cual añade las

características que le pertenecen a este tipo de organización criminal, que serían;

- Una estructura jerárquica

- Membresía limitada (basada muchas veces en lazos étnicos o de parentesco)

- Es una actividad continuada a través del tiempo

- Uso de la violencia, o la amenaza de la violencia, y el soborno

- Una división específica del trabajo

- Carácter monopólico

- Está gobernado por reglas explícitas (incluido un código de secreto).

Características tradicionales del crimen organizado a las que, en opinión del autor

habría que sumar la creciente transnacionalización del fenómeno, la infiltración del

dinero proveniente de la delincuencia organizada en las economías legítimas, el uso

de la violencia en relación a otras organizaciones criminales y la penetración del

crimen organizado en el Estado 9

3.2 NARCOTRÁFICO

Al abordar el estudio del fenómeno del narcotráfico resulta de gran importancia, precisar

el concepto en cuanto, a que el mismo compromete distintas interpretaciones según el

contexto en el que es utilizado.

Para algunos las actividades del narcotráfico se reducen al “tráfico de drogas ilegales

que son transportadas clandestinamente de un lugar a otro”10 definición que se inscribe

en lo estrictamente operativo. Otros, conciben el narcotráfico como “una actividad de

mayor complejidad que se constituye en lo esencial como una estructura de poder que

establece relaciones de influencia en espacios de decisiones políticas, económicas y

sociales generando, con otros fenómenos del crimen organizado, procesos

8 Chabat, Jorge, Narcotráfico y Estado: El discreto encanto de la corrupción. Revista Letras Libres, Septiembre 2005,

página 1. Disponible en: http://www.letraslibres.com/sites/default/files/pdfs_articulos/pdf_art_10732_8033.pdf

(Consultado el 13 - 06 – 2015) 9 Chabat, Jorge, Op. Cit. 10 Contreras, Óscar, “La evolución del narcotráfico en México”, 2010, p.13.

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desestabilizadores” 11 Esta última resulta más estructural y explica en gran medida

procesos que están articulados a su evolución hacia conductas de naturaleza

predominantemente mafiosa.

Por otro lado, según Uprimny, 1999 el narcotráfico es “un proceso productivo y comercial

por ilícito que sea, en otras palabras “...el narcotráfico debe ser analizado como una

forma de acumulación mercantil y no como una simple conducta parasitaria. En efecto,

aun cuando sea producto de una forma criminalidad organizada, la economía de la droga

no deja de estar sometida a los imperativos de valorización propios al intercambio

mercantil. Es un proceso de producción en donde se efectúan avances en capital y en

trabajo para producir mercancías con el objeto de venderlas en un mercado y obtener

una ganancia” 12

Finalmente, según la organización de naciones unidas “el narcotráfico supone el

comercio de sustancias tóxicas, que engloba la fabricación, distribución, venta, control

de mercados, consumo y reciclaje de estupefacientes, adictivos o no, potencialmente

dañinos para la salud (conocidos comúnmente como drogas). La mayoría de las

legislaciones internacionales prohíben o limitan el narcotráfico, con penas que incluyen

la ejecución por diversos medios, aunque esto varía en función de la sustancia y de la

legislación local.”13

3.3 MAFIA

El desarrollo y la complejidad que fue adquiriendo la industria del narcotráfico y su poder

de acumulación capitalista criminal generaron una estrategia de inserción social y

económica que adquirió las características de un modelo mafioso de nueva generación.

11 Fernández, Jorge, “El otro poder: Las redes del narcotráfico, la política y la violencia en México”, Editorial México,

2001, p.4. 12 Uprimny, Rodrigo, “En busca de un narco teórico: elementos para una economía política del narcotráfico como

forma específica de mercado y acumulación”, 1999, p.33. 13 Naciones Unidas, Oficina de las naciones unidas contra la droga y el delito, “Informe Convención de las naciones

unidas contra el ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas”,1988, p.2.

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Por lo general el termino mafia es utilizado para “Calificar y describir expresiones del

crimen organizado”14

Según el autor Gambeta, 1988 “La mafia es una empresa económica específica, una

industria que produce, promueve y vende protección privada"15

Sin embargo, esta definición no logra graficar la dimensión que ha adquirido el fenómeno

en la actualidad. Siendo necesario una conceptualización más amplia.

De esta manera, "Por mafia no se entiende tanto unas pocas organizaciones criminales,

sino un estrato social ('burguesía mafiosa'), o un conjunto de sujetos provenientes de

clases inferiores que se proponen la meta de entrar a ser parte de las clases dominantes,

que se sirven de medios violentos e ilegales, de un sistema propio y verdadero para

acumular capital y para procurarse oportunidades de inversión además de adquirir y

administrar posiciones de poder dentro del sistema de dominación en su conjunto,

valiéndose de un código cultural, determinado pero no inmodificable, y gozando de un

consenso social relativo, variable según la fase histórica y de los medios utilizados para

obtenerlo"16

Estos elementos constituyen la base esencial de la caracterización del fenómeno

mafioso, el que se reconoce por su condición ilegal, su orientación hacia la ganancia

económica, su recurrente uso de la violencia física y las estrechas relaciones que

entablan con el poder político y económico.

3.4 CARTEL

La magnitud que fue adquiriendo la industria del narcotráfico a lo largo de los años,

provoco que apareciera la denominación de “cartel” como: “La particular forma de

articulación en redes clandestinas a través de las cuales operan los distintos empresarios

de la droga compartiendo recursos y estrategias que posibilitan los procesos de

producción (cultivos y cocinas), transporte (rutas), comercialización (mercados) y

14 RAE 15 Gambeta, Diego, “La mafia Siciliana. El negocio de la protección privada”, 2007, p.15. 16 Camacho, Álvaro, “Mafia: Los usos de un concepto polisémico y su aplicabilidad al caso colombiano”,2010, p.1.

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legalización de capitales (lavado de activos). Sosteniendo la independencia y autonomía

de cada grupo”17

El término “cartel” fue introducido por la DEA a partir de 1982 a raíz de una incautación

efectuada cerca de Cleveland. Desde entonces, el término fue utilizado por la justicia

norteamericana para explicar las alianzas entre narcotraficantes y reunir en un solo

proceso las diferentes investigaciones judiciales.

“Aunque el concepto se impuso con rapidez en la prensa y opinión pública internacional,

su alcance y precisión distan de la realidad. Los llamados “carteles” no tuvieron nunca

una expresión orgánica concreta, perenne y definida como el concepto parece indicar.

Si la hubo, fue circunstancial, como lo fue también la consolidación de las alianzas, los

sistemas de colaboración y la distribución o participación en las tareas impuestas por las

distintas fases del negocio”18

3.5 CORRUPCIÓN

El fenómeno de la corrupción, desde las nociones de la función pública, el interés público

y la burocracia, sentido en que asumimos dicho término en este documento, puede ser

definida como:

"toda conducta que se desvía de los deberes normales inherentes a la función pública

debido a consideraciones privadas tales las familiares, de clan o de amistad, con objeto

de obtener beneficios personales -en dinero o en posición social". 19

"cualquier violación del interés público para obtener ventajas especiales" 20 , o "toda

conducta ilícita utilizada por individuos o grupos para obtener influencia sobre las

acciones de la burocracia". 21

17 Medina, Carlos, “Mafia y narcotráfico en Colombia: Elementos para un estudio comparado”, Editorial Clacso, 2012,

p.142. 18 Rojas, Diana, “El narcotráfico en Colombia. Piones y capos”, p.9. 19 Rico, José María, “La corrupción pública y su control en América latina: El caso Venezolano”,1993, p.3. 20 Rowow, Arnold, “The definition of corruption”, 1954, p.51. 21 Heindeihemer, Arnold, “Political corruption”, 1970, p.55.

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En este sentido, no es un fenómeno que se desarrolle únicamente en relación con el

tráfico internacional de drogas, pero dadas las grandes concentraciones económicas que

representa el narcotráfico y el carácter ilegal que lo acompaña, sí reviste algunas

particularidades en este caso y a ellas apunta este trabajo.

“La corrupción tradicional que genera cualquier actividad de crimen organizado es la del

policía que voltea la vista hacia otro lado cuando pasa el cargamento de droga, o de

armas, o de personas. A diferencia del juego de póker, donde se "paga por ver", aquí se

paga por "no ver", por mirar para otro lado. Sin embargo, la corrupción que genera el

narco va más allá: también se paga para no ser detenido, para en caso de serlo, no ser

condenado y, en caso de serlo, poder escapar de la prisión. Se paga también por

información sobre posibles operativos policiacos, para poder eludirlos, y también por

información sobre "traidores" y sobre las actividades de las bandas competidoras. Incluso

se paga para usar al Estado en contra de las bandas competidoras.”22

La corrupción debe ser entendida entonces como una estrategia más de la organización

de traficantes para hacer frente al Estado, este es el fundamento del por qué es buscada

por la organización como una fórmula de acercamiento e intimidación. Los traficantes por

lo tanto, no corrompen a los funcionarios públicos por el simple placer de tenerlos bajo

su control, sino porque la corrupción es una estrategia funcional a los intereses de la

organización.

Esta funcionalidad de la corrupción puede ser entendida si se considera que es útil a la

organización de la siguiente manera:

a. Facilita una mejor vinculación económica y comercial de las distintas etapas del

proceso: producción agroindustrial/sistema de acopio, almacenaje y transporte

internacional a largas distancias/distribución ilegal.

b. "Flexibiliza" el rol represivo del Estado, si es que no lo anula plenamente o incluso

permite la colaboración directa.23

22 Chabat, Jorge, “Narcotráfico y estado: El discreto encanto de la corrupción”,2005 23 Soberon, Ricardo, “Drogas y democracia”,1997,p.2.

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La corrupción es uno de los factores que pone en peligro la estabilidad de las

democracias, y es un obstáculo insalvable para garantizar la gobernabilidad de los países

y la seguridad de las sociedades involucradas. Conjuntamente con los costos

económicos y sociales que ella acarrea, las consecuencias políticas son también graves

en tanto la corrupción del sector público pone en juicio la credibilidad y legitimidad de los

gobiernos.

3.6 ESTADO – NARCO

En los diversos estudios sobre las relaciones del Estado con el tráfico de drogas y la

corrupción, resulta frecuente la utilización de un término que vale la pena delimitar: El

Narco-estado.

Por Estado-narco o Narcoestado, se entiende aquel Estado que ha sido permeado por

el narco tráfico, no obstante, esta penetración del tráfico de drogas en el aparato Estatal

no siempre se da de un modo absoluto, por lo que existen diferentes interpretaciones en

cuanto al grado de corrupción que debe tener un Gobierno, relacionado con la actividad

del narcotráfico, para ser catalogado como un Estado-narco. “El Observatoire

Géopolitique des Drogues define el Estado-Narco y el EstadoTraficante (Narco-État et

État Trafiquant) de la siguiente forma (...) “El ‘Narco-État’ es el país en el cual el Estado

o un sector del Aparato de Estado se encuentra implicado en el tráfico y/o utiliza los

beneficios del tráfico de drogas” En el mismo apartado identifica, al Estado Traficante,

de la siguiente forma: “País en el cual el Estado o un Sector del Aparato de Estado está

implicado en toda suerte de tráficos, incluido el tráfico de drogas”24. De esta manera, se

interrelacionan dos conceptos como el de Estado Traficante y Estado Narco, siendo este

último, específico para el tráfico de drogas, pero compartiendo ambos la característica

fundamental de la implicación del Estado, sea de modo directo o indirecto (por percibir

los beneficios) en la actividad delictiva.

24 Alponte, Juan María, Definiciones del “Estado-Narco” a Escala, 20 Julio 2009. Disponible en:

http://juanmariaalponte.blogspot.com/2009/07/definiciones-del-estado-narco-escala.html (Consultado el 23 - 06-

2015)

Page 15: Narcotráfico en América Latina

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Cabe destacar, que el observatorio señala diferentes niveles en cuanto a la influencia del

tráfico ilícito de drogas sobre el Estado, siendo el Estado Traficante y/o Narco – Estado

uno de los estadios más graves, frente a formas más sutiles como las llamadas “Estado

sensible” y “Estado bajo influencia” de las drogas. Así mismo, se ha generado además

un concepto que va más allá de la mera implicación del Estado, que sería definido como

el No – Estado, lo cual hace referencia al territorio dominado por las drogas, es decir,

un “país en el cual el Gobierno no controla el territorio en el que se desarrolla el tráfico

de las drogas…”25.

José Luis Solís, bajo una mirada dialéctica, expone por su parte que el Estado Narco

surge como el resultado de una relación simbiótica entre el régimen político neoliberal y

el crimen organizado, que alterando las relaciones sociales de producción en el seno del

actual régimen de acumulación, da paso a esta nueva forma de Estado.26

En lo relativo a las condiciones en que se da la penetración del narcotráfico en Estado,

para la formación de un Estado – Narco, se ha dicho que “Cuando la actividad

narcotraficante aparece en medio de una confrontación armada entre actores legales e

ilegales, el Estado resulta aún más vulnerable a la influencia de los recursos financieros

de los narcotraficantes. A su vez, esto generará un entorno de menor operatividad estatal.

Cuando esto sucede, las organizaciones criminales crecen y transforman el entorno para

hacerlo aún más «generoso» y apto para sus intereses. Aún sin conocer el verdadero

origen de la relación causal entre debilidad institucional e inoperancia del Estado, es claro

que una vez inicia dicha relación causal se genera un círculo vicioso que lleva a un

progresiva debilidad estatal”27

En síntesis, diremos que para caracterizar a un Estado como “Narcoestado”,

imprescindiblemente debemos estar frente a un aparato estatal corrompido por el tráfico

ilícito de drogas, pero más allá de la existencia y de un cierto grado de permeabilidad del

Estado por este tipo de actividad, se requieren condiciones como un Estado débil, que

25 Alponte, Juan María. Op. Cit. 26 Solís González, José Luis, Neoliberalismo y Crimen Organizado en México: El surgimiento del Estado Narco.

Frontera Norte Vol. 25, Núm. 50, Julio – Diciembre 2013, Página 19. 27 Beltrán, Isaac; Salcedo-Albarán, Eduardo, Entornos Generosos Para el Crimen: Análisis del narcotráfico en Colombia,

Método Grupo Transdisciplinario de Investigación en Ciencias Sociales, Documento 49, Agosto 2007, página 17.

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no ejerce el control de las actividades ilícitas sobre su territorio y facilita el tráfico de

drogas por una cierta relación de conveniencia. Esto significa que, además de permitirse

el narcotráfico, se facilita su desarrollo proporcionando lo que se denomina un “entorno

generoso”28.

3.7 ESTADO FALLIDO

En la actualidad, un concepto ampliamente utilizado y de gran relevancia en el ámbito de

las relaciones internacionales es el que define a los llamados Estados Fracasados o

“Estados Fallidos”. No obstante, pese a la difusión del término, este resulta aún

controvertido y difuso en cuanto a su definición, por lo que procederemos a precisar su

uso en el contexto de la presente investigación.

Una vez terminada la guerra fría y habiendo superado el panorama de bipolaridad que

caracterizó al mundo occidental durante ese conflicto, la política internacional comenzó

a adoptar nuevos enfoques, como la superación de la pobreza y las condiciones de vida

del tercer mundo como centros de interés en el camino a la consolidación de los Estados.

Así, “serían los internacionalistas Herman y Rartner, a principios de la década de los

años noventa, los primeros en utilizar el concepto de Estado fallido. Esos analistas se

preocupaban por un nuevo modelo a través del cual un Estado llegaba a ser totalmente

incapaz de mantenerse como un miembro de la comunidad internacional.”29

La preocupación por los Estados Fallidos cobra particular relevancia en el marco de la

política exterior norteamericana desde el atentado a las torres gemelas en 2001, a partir

del cual los países desarrollados y en particular Estados Unidos adoptan una posición

activa respecto de la determinación del futuro de dichos Estados, justificando su actuar

en el riesgo que implica no contener eventuales conflictos derivados de la socavación de

la fuerza de un Estado para el panorama mundial.

28 Beltrán, Isaac; Salcedo-Albarán, Eduardo, Entornos Generosos Para el Crimen: Análisis del narcotráfico en Colombia,

Documento 49, Método, Agosto 2007, Página 17. 29 Zapata Callejas, John Sebastián, La Teoría del Estado Fallido: Entre Aproximaciones y Disensos, Revista de

Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad, vol. 9, núm. 1, enero-junio, 2014, página 89.

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“La proliferación de lucrativos negocios ilícitos (drogas, armas ligeras, desechos tóxicos,

blanqueo de capitales subterráneos, tráfico de seres humanos, etc.); la erosión de facto

de la soberanía territorial ante actores violentos fuertemente dotados (terroristas, mafias,

etc.); la fractura de sociedades cada vez más empobrecidas; la imposibilidad de controlar

internamente los efectos más nocivos de la globalización; y la pérdida de sentido de

amplios núcleos humanos y vastas culturas se fueron transformando en fenómenos que

podían culminar en verdaderas implosiones domésticas y producir millones de víctimas

a lo largo y ancho de las naciones periféricas.”30

En cuanto a la preocupación de la comunidad internacional por los Estados fallidos, se

entiende que “Los países desarrollados consideran que las fallas estatales son un peligro

de seguridad de primer orden, por varias razones: podrían producir las condiciones para

el comienzo o la profundización de las guerras civiles y la violencia endémica, generan

oleadas migratorias, desestabilizan a los vecinos y pueden estar asociadas a serias

turbulencias económicas”31.

En este sentido, se han entregado diversas definiciones de lo que es un Estado Fallido,

entre las cuales se destaca la importancia del Estado en su rol de garante de la seguridad

interna, tanto como de la estabilidad internacional “La definición de Chomsky apunta a

que los Estados fallidos son aquellos que tienen la particularidad de que no protegen a

sus ciudadanos e, igualmente, no respetan el derecho internacional, por lo que pueden

interferir y violar los derechos de otros Estados”32.

Así también encontramos otras definiciones, donde “La caracterización del Estado fallido

se puede realizar desde ejes básicos (…) El primero de ellos se refiere a la incapacidad

del gobierno para proveer los bienes públicos básicos. De estos, se destaca la seguridad:

el control efectivo de las fronteras (…) y la incapacidad de crear las instancias de

resolución de conflictos entre la población sin recurrir a la violencia (…) El segundo eje,

30 Tokatlian, Juan Gabriel, La Construcción de un Estado Fallido en la Política Mundial: El Caso de las Relaciones Entre

Estados Unidos y Colombia. Revista análisis político nº 64, Scielo, Bogotá, septiembre-diciembre, 2008, pp. 72,73. 31 Gutierrez Sanín, Francisco, ¿Estados Fallidos o Conceptos Fallidos? La clasificación de las fallas estatales y sus

problemas. Revista de Estudios Sociales No. 37, Scielo, Bogotá, Diciembre de 2010, página 88. 32 Zapata Callejas, John Sebastián. Op. Cit. Página 91.

Page 18: Narcotráfico en América Latina

17 | P á g i n a

consecuencia del primero, se refiere a la pérdida de legitimidad del Estado”. 33

Comprendido de esta forma, el Estado fallido no solo fracasa en la protección de sus

ciudadanos, sino que sería además, un estado socavado en su legitimidad. Por otro lado,

tenemos también que incorporar otros elementos, mencionados en definiciones que

caracterizan el Estado Fallido como un Estado débil, donde el gobierno no tiene efectivo

control de su territorio, donde ha perdido el monopolio de la fuerza y/o que se ha vuelto

ineficaz en cuanto a la ejecución de sus leyes34

Esto significa que un Estado debe cumplir con ciertas obligaciones fundamentales, en

ausencia de las cuales no sería posible sustentar la soberanía. “El fracaso del estado

se ha definido como su incapacidad para proveer los bienes políticos fundamentales

asociados con la estatalidad: seguridad física, instituciones políticas legítimas,

administración de la economía y bienestar social (…) Así se entiende que un estado

fracasa si es deficiente en áreas como seguridad, el sistema político, el estado de

derecho, la administración, los servicios públicos y el bienestar social. La deficiencia en

estas tareas hace que el estado sea incapaz de “establecer un monopolio legítimo del

uso de la fuerza física y de proteger”35.

Dicho lo anterior, resulta posible sintetizar el concepto de Estado Fallido en un Estado

cuya institucionalidad es incapaz de proveer servicios básicos relacionados con la

seguridad interna y externa, no posee una administración eficiente y no posee el

monopolio de la fuerza, lo cual se relaciona directamente con la pérdida de legitimidad

de dicho Estado ante sus ciudadanos y la comunidad internacional. De esto, se deriva la

insistencia de los países desarrollados y, particularmente de los Estados Unidos por

intervenir en estos países, justificando su acción a partir de los riesgos que las guerras

civiles, los conflictos de guerrillas, la inestabilidad económica y las consiguientes

migraciones significan para la estabilidad del orden internacional. No obstante, cabe

33 Cadena Afanador, Walter; Devia Garzon, Camilo. Timor-Leste o la construcción de la nación en un Estado Fallido.

Revista de Relaciones Internacionales, estrategia y seguridad, Bogotá, v. 5, n. 2, Dic. 2010. Disponible en:

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1909-30632010000200003&lng=en&nrm=iso

(Consultado el 19 – 06 – 2015) 34 Santos Villareal, Gabriel Mario. Estados Fallidos: Definiciones Conceptuales. Servicios de Investigación y Análisis

Subdirección de Política Exterior, Cámara de Diputados México. Abril 2009. Página 10. 35 Santos Villareal, Gabriel Mario. Op. Cit. Páginas 24, 25.

Page 19: Narcotráfico en América Latina

18 | P á g i n a

mencionar que existen cuestionamientos a dichas políticas intervencionistas y también a

la misma categorización de los Estados Fallidos. Con relación a esto, “Una de las

principales críticas a la teoría del Estado fallido es que la misma parte de la concepción

de Weber sobre el Estado, al igual que del nacionalismo metodológico, desconociendo

con ello las lógicas contemporáneas de la globalización”36, con lo cual, la noción de

Estado Fallido sería en sí misma anacrónica y descontextualizada., mientras que también

se ha señalado como un problema del concepto el que “no presenta una

conceptualización del estado ya que se concentra casi en su totalidad en el tema de sus

funciones. Ignorando, así, los distintos niveles de fracasos y logros que un estado puede

tener a través de su existencia”37.

4 NARCOTRÁFICO EN AMÉRICA LATINA

El narcotráfico, en tanto fenómeno que se desarrolla a nivel global, se compone de una

relación en dos niveles, donde se encuentra por un lado el sector consumidor, formado

principalmente por los países del hemisferio norte, donde destaca Estados Unidos como

principal comprador, y por otro lado, el sector productor, donde se encuentran países del

tercer mundo, en África, Asia y América Latina. Estas son las dos caras del narcotráfico,

la oferta y la demanda, representadas por los países pobres del sur, y los ricos

consumidores del norte.

En Latinoamérica, el tráfico de estupefacientes ha sido materia de preocupación

tradicional de las autoridades de salud y de las policías, en su lucha contra la

delincuencia, no obstante, en la segunda mitad del siglo XX, comenzó a ser tratado como

un tema de seguridad nacional, en alineación con la tendencia internacional y la política

contra las drogas adoptada por Estados Unidos y la ONU.

Desde la década de los ochenta aproximadamente, el narcotráfico pasa a ser una

preocupación central de los gobiernos latinoamericanos, quienes se debaten entre el

36 Zapata Callejas, John Sebastián. Op. Cit. Página 94. 37 Santos Villareal, Gabriel Mario. Op. Cit. Página 26.

Page 20: Narcotráfico en América Latina

19 | P á g i n a

respeto a los derechos civiles, en el marco del retorno a la democracia en una buena

parte de ellos, y el combate a la ilegalidad. “Las tareas de construir instituciones políticas

y estabilizar economías en crisis se dieron en forma simultánea con el condicionante de

una lucha desigual contra el narcotráfico”38.

Además de las presiones internacionales que determinaron las políticas a seguir contra

las drogas en América Latina, ha existido una creciente preocupación por la relación

entre el aumento del poder del narcotráfico y la pérdida de poder del Estado, siguiendo

el ejemplo de los análisis referentes a los estados fallidos de África y Oriente. Esto es la

preocupación por la posible corrupción del Estado. En este sentido, se ha dicho respecto

del narcotráfico y otras variantes del crimen organizado que, “Si bien no afectan en forma

directa la integridad territorial y la soberanía de los Estados, estas cuestiones

incrementan el grado de incertidumbre (…) Por otro lado, al volverse permeables las

fronteras nacionales, la distinción entre lo que es interno y externo se vuelve obsoleta y

agrega un elemento más de imprevisibilidad a la hora de formular una política respecto

a las mencionadas amenazas”39. Desde este punto de vista, la situación en América

Latina, si bien, no sería tan grave como la de los Estados Fracasados, al menos resulta

preocupante en situaciones donde el narcotráfico ha permeado con su violencia la

sociedad y con su dinero la economía.

Por otro lado, es posible establecer una relación entre la actividad del narcotráfico y los

niveles de desarrollo económico de Latinoamérica, la cual se manifiesta en dos ámbitos.

En un primer sentido, el narcotráfico se ha convertido en una actividad económica

importante para las cuentas nacionales, llegando incluso a generar la dependencia de

ciertas economías productoras frente a esta actividad, lo que torna en un mayor grado

de dificultad la eliminación del tráfico de drogas. Esta dependencia se puede explicar por

la penetración en sectores legales de la economía por parte de dineros procedentes del

narcotráfico, toda vez que esta actividad requiere de productos y servicios externos, en

su mayoría legales para la elaboración y distribución de las drogas. Con ello, el tráfico

de drogas genera empleos y aumenta el Producto Interno Bruto de la nación,

38 Gamarra, Eduardo, La democracia y las drogas en América Latina y el Caribe. La democracia, 2004, Página 245 39 Eissa, Sergio, La lucha contra el narcotráfico y su impacto en América Latina. CAEI, 2005, página 2.

Page 21: Narcotráfico en América Latina

20 | P á g i n a

incrementando así los índices de desarrollo y contribuyendo bajo esta perspectiva en

cierta medida a reducir los índices de pobreza, pese a que, el resultado final sea

beneficioso solo para unos pocos.

Sin embargo, existe un segundo ámbito, donde la influencia del narcotráfico en la

economía de un país adquiere un matiz más oscuro y menos benefactor, y es que al

tratarse de una actividad ilícita, no es cuantificable, de manera tal que las economías

nacionales que han sido permeadas de forma sustancial por el narcotráfico, trabajan

prácticamente a oscuras. Resulta entonces que “Mientras más crezca la economía

subterránea y, en ella, la narcoeconomía, mayor será el grado en que las estadísticas

oficiales de los agregados macroeconómicos estarán falseando la realidad económica

de una nación. Los resultados de las políticas económicas de un gobierno pueden ser

contrarios a los esperados, o su efectividad menor, debido a que el diagnóstico y las

previsiones estuvieron basados en datos erróneos, subestimados o sobrestimados.”40

5 ESTADOS UNIDOS Y LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS

El narcotráfico latinoamericano ha ido adquiriendo desde el inicio, un carácter

marcadamente internacional o incluso transnacional, en lo que Estados unidos tiene un

papel central ya antes de la fase actual.

Durante gran parte del siglo XIX predomina en EE.UU una actitud de laissez-faire, en

cuanto a estupefacientes y psicotrópicos, que pueden ser producidos, difundidos y

usados sin restricciones.

Es a fines del siglo, cuando recién se comienza a ver el tema de las drogas como un

“problema”, idea influenciada por la religiosidad protestante, que se concentra en la

recuperación de la moralidad pública. De esta manera, el estado aumenta sus funciones

y servicios de control y arbitraje.

Estos factores y procesos se articulan cada vez más, con el impulso que les da la marcha

de Estados Unidos a la categoría de potencia y a la hegemonía mundial. Las fuerzas

40 Hardinghaus, Nicolás H. Droga y crecimiento económico: El narcotráfico en las cuentas nacionales. Nueva

sociedad, N°102, 94-96, 1989, página 3.

Page 22: Narcotráfico en América Latina

21 | P á g i n a

internas que impulsan la batalla contra la drogadicción y el narcotráfico convergen con

las tendientes a la cruzada externa. “La doctrina del “destino manifiesto” busca la

justificación de la jefatura Estadounidense en una cruzada mundial contra el consumo y

tráfico de opio”41.

Es en este momento, donde los Estados Unidos entran en escena. En 1909 el gobierno

de los Estados Unidos organizó una conferencia internacional conocida como la

Comisión del Opio, con el objetivo de discutir el tráfico de esta sustancia entre los países,

poniendo especial énfasis en China. Si bien en este encuentro no se alcanzaron a

producir medidas legales prácticas, si se logró generar "una preocupación cada vez

mayor por regular la producción, el tráfico y consumo de una serie de sustancias

alteradoras de la conciencia, más conocidas como drogas".42

Durante la década del ́ 60 esa percepción se modificó cuando se observó que los jóvenes

blancos de clase media también consumían drogas. A diferencia de los años anteriores,

tanto los medios de comunicación como el gobierno de los EE.UU., trataron con

tolerancia lo que entonces denominaron un “nuevo estilo de vida”. En este sentido, se

realizó una Conferencia sobre Drogas en la Casa Blanca, la cual resolvió, en 1963, crear

la Comisión Presidencial sobre Abuso de Drogas. Esta última recomendó “rebajar las

sentencias, aumentar el presupuesto para la investigación, desmantelar la Oficina

Federal de Narcóticos y pasar a manos de los profesionales de la salud las decisiones

sobre los consumidores de drogas”.43

Posteriormente en 1971 Nixon declara la guerra contra las drogas, organizando la Drug

Enforcement Agency (DEA). Sin embargo, su política tuvo escaso éxito, dado que, la

guerra en Vietnam le impidió atacar la principal fuente de suministro44.

41 Perrota, Arnaldo Abelardo, "La compatibilidad entre el pensamiento estratégico y la seguridad

internacional respecto al fenómeno del tráfico ilícito de drogas: el caso argentino, su análisis en el

período 1960 - 1999", Tesis Doctoral presentada en el Doctorado en Historia de la Facultad

de Historia y Letras de la Universidad de Salvador, Noviembre de 1999. p. 14, 15, 22 y 23. 42 Del Olmo, Rosa, "Drogas: ¿percepciones o realidad?", en ¿Prohibir o domesticar? Políticas de

Drogas en América Latina”, Editorial Nueva Sociedad, Venezuela, 1992, P.25. 43 Del Olmo, Rosa, op cit, p. 30 44 Youngers, Coletta & Rocín, Eileen, “Drogas y democracia en América latina. El impacto de la

política de Estados Unidos”, Wola y Editotal Biblos, Buenos Aires, 2005, p. 38.

Page 23: Narcotráfico en América Latina

22 | P á g i n a

Durante los gobiernos de los presidentes Ronald Reagan y George Bush, se consideró

que no sólo los hispanos y los negros consumían cocaína; sino también, una gran

proporción de los jóvenes blancos norteamericanos, más algunos profesionales

ejecutivos.

De esta manera, “en la medida que el consumo de drogas franqueaba los límites de las

minorías y se extendía el consumo de heroína y crack en la clase media blanca”,45 el

problema fue percibido de manera distinta: el consumo de drogas dejaba de ser “un vicio

castigable porque se consideraba que era producto de un solucionable conflicto

generacional”; el cual además, “creaba dependencia y era una enfermedad psicológica

y/o física que exigía una solución médica”.

Por el contrario, se debía castigar más bien, a los que obtenían ganancias de ese

consumo. Esta definición condujo, por un lado, a distinguir entre consumo y tráfico y, por

el otro, a diseñar una política tendiente a eliminar las drogas en sí mismas, para lo cual

había que dirigir “la atención a los países extranjeros”.46

En este contexto, en Febrero de 1982, Ronald Reagan declaró que la guerra contra las

drogas era una prioridad de la seguridad nacional, con el objetivo central, en esa

oportunidad, la cocaína y los países productores de América Latina. Más tarde, en 1986,

la Directiva de Seguridad Nacional firmada por Reagan, declaró a los narcóticos como

una preocupación de la seguridad nacional, lo cual, “fortalece el papel que las Fuerzas

Armadas deben jugar en los programas antinarcóticos en América Latina y (...) prepara

la intervención militar norteamericana en el extranjero”.47

Asimismo, en 1988 las Naciones Unidas organizaron una reunión cumbre en Viena en la

cual se acordó globalizar la represión contra lo que se denominó “el flagelo del siglo”.

Todos los países participantes de la reunión se comprometieron a luchar contra el tráfico

45 Youngers, Coletta & Rocín, Eileen, op cit, p.31 46 Nestares, Carlos, “Crimen Organizado en el mundo: realidad y mito”, Universidad Autónoma de

Madrid, 2004, p.11. 47 Hirst, Mónica, “La fragmentada agenda de la (in) seguridad regional”, en Hirst, Mónica; Russell,

Roberto; Pérez Llana, Carlos; Tokatlián, Juan Gabriel, Imperio, Estados e Instituciones. La política

internacional en los comienzos del Siglo XXI, Altamira y Fundación OSDE, Buenos Aires, 2004

Page 24: Narcotráfico en América Latina

23 | P á g i n a

de estupefacientes y para ello decidieron endurecer las políticas de control, y señalaron

la necesidad de crear normas procesales para combatir el círculo de la droga.

De esta manera, durante los últimos 20 años, EE.UU. se ha puesto en la vanguardia de

la lucha contra el tráfico internacional de narcóticos, intentando regular la producción, el

tráfico y el consumo de drogas y presionando a los países de Latinoamérica en este

sentido. Este país concibe al narcotráfico como enemigo principal e incluye en ese

concepto tanto a los campesinos cultivadores, como a los gobiernos o las guerrillas

latinoamericanas. Ellos son los culpables del problema de consumo de cocaína en

Estados Unidos, aunque el consumo de cocaína continúe incrementándose en ese país.

De esta manera, “los distintos gobiernos norteamericanos han considerado la cuestión

de la droga como un problema básicamente externo; es decir, de los países productores

y de los distribuidores”48.

Así, se considera al narcotráfico como una amenaza contra la seguridad nacional

norteamericana y contra la seguridad regional, en tanto que socava las bases de la

democracia continental. Por ende, las propuestas políticas de Estados Unidos giraron en

esos años alrededor de:

· Militarizar la política criminal

· Intervenir en las rutas de contrabando de drogas;

· Atacar el tráfico de cocaína a través de acciones policiales y judiciales;

· Erradicar el cultivo de coca y sustituirlo por otros cultivos de tipo “legal” en los campos

de la Región Andina; y

· Operar con fuerzas anti-narcóticos en el Hemisferio Sur.

Para llevar adelante esta política, Washington presionó a los gobiernos extranjeros para

que adoptaran las medidas de control anti – drogas a través de sanciones comerciales,

préstamos y recompensas. En efecto, las Actas de Abuso Anti-Drogas de 1986 y de 1988,

enmendadas por el Acta de Control Internacional de Narcóticos de 1992, hicieron que el

48 En la Cumbre de Cartagena II el Presidente Bush reconoció por primera vez la necesidad de un

tratamiento dual de la problemática oferta – demanda.

Page 25: Narcotráfico en América Latina

24 | P á g i n a

acceso al mercado norteamericano y la distribución de ayuda externa dependieran de la

participación por parte de los países en los programas de control de las drogas. Bajo

estas leyes, el presidente de los Estados Unidos puede determinar si un país ha

cooperado en la campaña de control de la oferta de la droga. Aquellos países que no

sean certificados por el presidente o a aquellos cuya certificación no sea aprobada por

el Congreso norteamericano, afrontan sanciones obligatorias que incluyen la suspensión

de ayuda externa norteamericana y algunos beneficios comerciales. El efecto de esta

legislación es obtener la cooperación de los países en contra de las drogas; la cual ha

causado un profundo efecto en los países de Latinoamérica, ya que estos no pueden

permitirse el lujo de perder el acceso al mercado norteamericano.49

Dentro de este panorama, la implementación del Plan Colombia no se apartó de los ejes

centrales de la política estadounidense contra las drogas. Mientras la Unión Europea,

representada por Javier Solana, sostenía que compartía “la responsabilidad del

narcocultivo y el narcotráfico en Colombia” porque eran exportadores de precursores

químicos y consumidores del producto final, por lo que, sin ellos el problema apenas

existiría; los Estados Unidos, que es un gran consumidor de la droga colombiana, otorgó,

a efectos de disminuir la oferta de drogas proveniente de ese país, una ayuda financiera

de $1.300 millones de dólares en el año 2000. De los cuales 1.000 millones fueron

destinados a la compra de ferretería bélica, helicópteros de combate y entrenamiento

para los militares colombianos.

Como hemos visto, los Estados Unidos han buscado que las Fuerzas Armadas

Latinoamericanas se involucren cada vez más en la lucha contra el narcotráfico en forma

directa; sin embargo, es muy diferente la política que aplica a nivel doméstico en esta

temática.

Por otro lado, “al tener que enfrentar sustanciales cortes presupuestarios, luego del

colapso de la Unión Soviética, el Departamento de Defensa emprendió la misión de

luchar contra el tráfico de drogas y protegió algunos programas que se encontraban

amenazados, reclasificándolos como programas relacionados con las drogas”. Así, para

49 Nestares, Carlos, “Crimen Organizado en el mundo: realidad y mito”, Universidad Autónoma de

Madrid, 2004, p.42.

Page 26: Narcotráfico en América Latina

25 | P á g i n a

el año 1991, el Departamento de Defensa había logrado capturar la mayor parte de los

2.000 millones de dólares del presupuesto para la erradicación de las drogas.50

Para llevar a cabo estos objetivos, las Fuerzas Armadas de los EE.UU. prestaron en el

exterior asistencia militar a la DEA y a otras agencias, apoyando a los embajadores

norteamericanos y a las naciones amigas en la lucha contra el narcotráfico.

Es a inicios del siglo XXI luego del atentado a las torres gemelas, cuando la política

estadounidense, se vuelve más agresiva con la creación de la nueva Estrategia Nacional

de Control de Drogas publicada en el 2005, la cual “estableció tres prioridades: a) detener

el uso de las drogas antes que se empiece a hacer uso de ellas, b) Healing America´s

drug users, y c) destruir el mercado de las drogas”51. Con respecto a este último punto

el reporte afirma que se busca reducir las ganancias e incrementar los costos para los

consumidores de drogas.

Para este informe, en el mercado de las drogas existe también un equilibrio entre la

oferta y demanda, y por lo tanto, si los precios suben o la oferta se vuelve errática,

produciría una crisis entre los consumidores, lo cual los obligaría a intentar realizar un

tratamiento.52 Según el informe muchas organizaciones del narcotráfico son complejas,

a menudo comparadas a corporaciones de negocios. Otras son más bien un vasto

número de pequeñas redes de negocio que aprovechan la revolución tecnológica para

mejorar los acuerdos y precios de los bienes y servicios en casi cualquier parte del globo.

Para lograr romper estas organizaciones en redes, la táctica podría ser dañar uno de los

elementos de la red. Para ello, la Estrategia propone53:

a) Atacar los medios de producción: la erradicación de los cultivos de coca a gran escala

es para EE.UU. un efectivo medio para romper estas redes porque si muchos cultivos

son afectados, se reduce la producción disponible para todos los traficantes. Según el

informe, pese a que se ha logrado reducir la producción en Colombia, al mismo tiempo

50 Falco, Mathea, “La adicción al fracaso. La política antidroga de Estados Unidos”, Archivos del

Presente Nº 6, Octubre – diciembre de 1996, p.28. 51 Youngers, Coletta & Rocín, Eileen, op cit, 2005, p. 18. 52 Aguirre, Mariano y Montañes, Virginia, “Drogas y contrainsurgencia. Frontera difusa en la política

estadounidense”, Le Monde Diplomatique, Julio 2000, p. 16. 53 Bilbao, Luis, "La onda expansiva del Plan Colombia", Le Monde Diplomatique, Octubre de 2000, p. 8.

Page 27: Narcotráfico en América Latina

26 | P á g i n a

se ha incrementado en otros países como Bolivia y Perú y en menor cuantía en

Venezuela, Ecuador, Panamá y Brasil

b) Aumentar las capturas a través de un mejor trabajo de inteligencia: otro punto

vulnerable serían los embarques de toneladas de cocaína que serían trasladadas a

EE.UU. a través de México. El informe sostiene que EE.UU con sus aliados, ha logrado

incrementar el volumen de captura de cocaína.

En el 2003 alcanzó las 401 toneladas métricas de esta droga, casi la mitad de la

producción potencial del mundo.54 Según el Informe esto fue posible por la colaboración

entre la inteligencia militar y de las fuerzas de seguridad: una mejor inteligencia ha

producido mejores capturas y un sistema de interdicción más eficiente;

c) Desmantelar las redes de transporte de los narcotraficantes

Como hemos visto, los Estados Unidos asumieron “un rol moral” en la lucha contra el

narcotráfico en la escena internacional. Dicho papel ya quedó en evidencia cuando en la

VI Conferencia de Estados Americanos en 1928, presionó a los países latinoamericanos

para que ratificaran la Convención de la Haya de 1912.55

Luego de 70 años de llevar adelante esta política en Latinoamérica, tanto el consumo en

dicho país como el tráfico han continuado creciendo. Asimismo, de acuerdo al Reporte

sobre la Situación Mundial sobre las drogas de las Naciones Unidas, tanto el consumo

como la producción se han incrementado en los últimos años a nivel mundial. El mercado

mundial de la droga tiene unos 200 millones de consumidores, siendo el volumen

estimado del negocio de U$S 320.000 millones. Asimismo, según la ONU el número de

adictos aumentó en un 8%, “todos los indicadores – producción, incautaciones y

consumo – indican que el mercado mundial sigue progresando y todo hace creer que la

expansión continuará.”56 Con respecto a Sudamérica, el Informe de Naciones Unidas y

otras fuentes sostienen que el consumo ha aumentado.

54 Aguirre, Mariano y Montañes, Virginia, op cit, 2009, 55 Youngers, Coletta & Rocín, Eileen, op cit, 2005, p. 18 56Naciones Unidas, 2005 World Report, Ney York, 2005.

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Como vemos esta política en contra de la oferta de drogas provenientes de los países

latinoamericanos no ha funcionado y los narcotraficantes, con su habilidad de adoptar

nuevas rutas y métodos, como respuesta a las medidas de control de los Estados, han

frustrado las medidas de interdicción.

Por un lado, a pesar de las estrategias de erradicación de cultivos, el cultivo de plantas

ilícitas continúa dando un considerable margen de ganancia en comparación con los

cultivos legales. Por ende los campesinos enfrentan la disyuntiva de seguir cultivando

hojas de coca o de amapola, con el riesgo de enfrentar la represión estatal, o verse

sumidos en la miseria ante la imposibilidad de subsistir a través de la producción y

comercio de cultivos legales.57

Por otro lado, Estados Unidos y Europa no sólo no han reducido el nivel de consumo de

drogas y no han redoblado los esfuerzos para controlar las exportaciones de sus

productos químicos con los que se elabora la cocaína, sino que también aumentan los

subsidios hacia los productos agrícolas: Washington en U$S 28.000 millones anuales y

Europa en 150.000 millones anuales.58

Ahora bien, la política norteamericana contra las drogas ha causado también otros

problemas en los países latinoamericanos. La fabricación, tráfico y consumo de

estupefacientes se ha infiltrado en las esferas de gobierno, pudiendo comprar a los

funcionarios de más alto nivel. También se ha introducido en los Congresos, en las

actividades productivas, deportivas y en los medios de comunicación social. Por ejemplo,

en México no se puede comprender la política si no se incorpora la variable narcotráfico59.

Es imprescindible para explicar la actitud de los grupos políticos, entender que el

narcotráfico financia las campañas políticas y da mayor peso a algunos dirigentes

regionales o locales, jefes policiales y generales de las Fuerzas Armadas. Los carteles

57 Bilbao, Luis “Colapsa en Bolivia la estrategia de Washington”, Le Monde Diplomatique, Noviembre de 2000, pp.

1, 18 y 19.

58 Rossi, Adriana, “América Latina, un continente en vías de militarización”, Le Monde Diplomatique, Octubre

2000. 59 Rossi, Adriana, op cit,2000

Page 29: Narcotráfico en América Latina

28 | P á g i n a

de la droga se relacionan con grupos de poder, a los efectos de controlar el Estado y de

esa manera controlar fácilmente rutas y territorios.

Por su parte en Colombia, a pesar de que las Fuerzas Armadas intentan controlar

efectivamente el territorio, las FARC administran las regiones que más contribuyen al

negocio de la droga.

Por otra lado, la respuesta penal al problema de las drogas que los Estados Unidos se

encargó de exportar al mundo, ha potenciado la conversión de los grandes traficantes en

grupos de poder, capaces de manejar sectores enteros de la economía , así como

también de la vida económica y política de determinados países. A pesar del objetivo

proclamado por la legislación penal de dirigir sus golpes preferentemente contra los

grandes traficantes, la situación de ilegalidad de la droga ha hecho aumentar

enormemente la tasa de beneficio y en consecuencia, ha hecho posible la creación de

estructuras de poder inmenso unidas a las redes financieras y económicas legales y

capaces de intervenir decisivamente en las grandes opciones políticas y económicas de

los Estados.

El economista Milton Friedman considera que “la política de los Estados Unidos ha

provocado miles de muertes, una enorme pérdida de riqueza en países como Colombia,

Perú, México y Bolivia, y ha minado la estabilidad de sus gobiernos”.60

Esta intervención norteamericana en la región también es la resultante de la Doctrina de

Guerra de Baja intensidad. Así, la decisión de vincular el narcotráfico con las guerrillas

latinoamericanas le permite, por un lado, no solamente justificar y combatir al narcotráfico,

sino también a los movimientos guerrilleros, aumentando así su presencia, no sólo

política y económica en Sudamérica, sino también su presencia militar.61

60 Friedman, Milton, "Drogas: una política inmoral", Clarín jueves 19 de febrero de 1998 61 Hirst, Mónica, op cit, 2004, p. 123.

Page 30: Narcotráfico en América Latina

29 | P á g i n a

6 ESTUDIO COMPARADO: COLOMBIA, MÉXICO, BOLIVIA

6.1 NARCOTRÁFICO EN COLOMBIA

6.1.1 Antecedentes

Las condiciones que explican la inserción de Colombia en el comercio internacional de

drogas ilícitas se concentran en los estrechos lazos económicos y culturales con los

países consumidores, la precaria institucionalidad en términos de repudio al narcotráfico,

el control estatal, la informalidad de la economía y en las ventajas ofrecidas por la

geografía aspectos que han facilitado el desarrollo de cultivos y la importación de materia

prima desde países vecinos. Logrando así que “Colombia sea el país responsable del

50 % de la producción mundial de hoja de coca y el controlador de más de la mitad de la

cocaína que se consume en el mundo”62. Pero ¿Cómo se llegó a esta situación?, es

posible encontrar muchas respuestas a esta pregunta.

La interpretación tradicional da una gran importancia a la geografía y a algunos de los

rasgos inherentes de los países en desarrollo: frágil institucionalidad, imperfecciones en

el funcionamiento de los mercados y elevados índices de pobreza y desigualdad.

Condiciones favorables para el tráfico de drogas.

Desde la teoría económica, en general se argumenta que “se acepta que un país se

especialice en bienes cuya ventaja competitiva radique en su menor costo de producción,

debido a la disponibilidad de factores, a la distancia y a los medios de transporte

utilizados”.

La hoja de coca requiere de condiciones biológicas y climáticas que son evidentemente

propicias en Colombia, propagándose su consumo en regiones sociales y

económicamente marginadas. A su vez la tecnología para obtener cocaína es

relativamente sencilla, sumado a esto, la geografía favorece el acceso al principal

mercado de consumo Estados Unidos, considerando este conjunto de elementos.

Colombia ofrece ventajas inocultables para el narcotráfico.

62 Tovar, Hermes, “La economía de la coca en Latinoamérica: El paradigma colombiano”, Revista Nueva sociedad

Nro. 130 Marzo-abril 1994,p.86.

Page 31: Narcotráfico en América Latina

30 | P á g i n a

A mediados de los 70, las condiciones geográficas del territorio colombiano le permitieron

al narcotráfico incursionar exitosamente en el cultivo de marihuana. La relativa cercanía

con Norteamérica, les facilito a los exportadores la logística necesaria para atender a

una parte de la demanda de consumo estadounidense.

A fines de la década, en el momento en que México implemento un gran programa de

erradicación de marihuana, se produjo el desplazamiento de este cultivo a la sierra

nevada de santa marta (Colombia). A principios de los años 80, una vez que los

narcotraficantes colombianos habían incursionado exitosamente en el tráfico de

marihuana, el negocio hizo la transición hacia el tráfico de cocaína.

“Durante esta fase, los traficantes colombianos abordaron las etapas de producción y

comercialización de la cocaína. Por una parte, se dieron a la tarea de transformar la base

de cocaína, importada desde Bolivia y Perú y a promocionar los cultivos locales. Mas

delante se produjo una transformación en el negocio, este se especializo en el tráfico de

cocaína y comenzó a incursionar en la producción de heroína- dada su atractiva

rentabilidad y menor riesgo de detección”63.

De esta manera, podemos confirmar la radical importancia del factor económico, para

explicar el vertiginoso ingreso de Colombia en el negocio del narcotráfico.

Sin embargo, no podemos dejar de lado en este análisis, el factor sociopolítico e

institucional, según Thoumi “el deterioro institucional que se inició desde la mitad del siglo

XX, es la causa fundamental de que el narcotráfico opere con éxito en Colombia (…)

desde 1949 se desencadeno una guerra civil partidista durante más de una década,

llamada época de la violencia, en la que los procesos electorales dieron paso a gobiernos

autoritarios y hegemonías de partido, si bien estos permitieron continuar con las

formalidades democráticas, tuvieron como principal costo un deterioro de la

institucionalidad tradicional y una informalidad de la economía, que establecieron las

condiciones necesarias, para que el narcotráfico operara con un menor riesgo en

Colombia”64

63 Rocha, Ricardo, “La economía Colombiana tras 25 años de Narcotráfico”, Siglo del hombre editores, 2000, p.35. 64 Thoumi, Francisco, “Economía política y narcotráfico”, TM editors, 1994

Page 32: Narcotráfico en América Latina

31 | P á g i n a

En materia política, “en el interior del extenso y segmentado territorio colombiano, la

pronunciada heterogeneidad en las condiciones económicas y sociales regionales, junto

con una marcada descentralización del poder político y la gestión estatal, han permitido

que las hegemonías regionales representadas en los dos partidos tradicionales hayan

sido corrompidas por el narcotráfico”65

En suma, las ventajas económicas anteriormente mencionadas, además de una frágil

institucionalidad, han favorecido a la inserción del narcotráfico en la sociedad y ha

permitido a los narcotraficantes acomodar las instituciones para lograr una clara ventaja

competitiva.

6.1.2 Los Carteles

Entre 1986 y 1990 la participación de Colombia “en el mercado mundial de cocaína se

elevó en un 75%, desplazando a las organizaciones de otras nacionalidades y se

consolido la estructuración de la industria en carteles”66 Medellín, Cali y la Costa son los

mas emblemáticos. “Estos propiciaron la integración vertical de todas las etapas de la

producción de narcóticos, desde cultivo de la hoja, pasando por la comercialización de

insumos y precursores, procesamiento en laboratorios, producción, transporte, y

terminando en la comercialización tanto interna como externa a través de redes

apropiadas de distribución”. De igual forma, se crearon mecanismos y procesos para el

lavado de activos.

La consolidación de los carteles de la droga estuvo acompañada por el aumento en los

niveles de violencia homicida urbana, principalmente en Medellín y Cali y por el deterioro

del sistema judicial expresado en el aumento de las tasas de impunidad. Los “carteles”

también llevaron a cabo acciones de abierto desafío al Estado tales como atentados

terroristas, asesinatos selectivos de líderes políticos además de amenazas, chantajes y

sobornos a las distintas ramas del poder público.

65 Rocha, Ricardo, op cit, p.40 66 Díaz, Ana María, “Geografía de los cultivos ilícitos y conflicto armado en Colombia”,2004, p.13.

Page 33: Narcotráfico en América Latina

32 | P á g i n a

6.1.3 El Declive de los Carteles Colombianos

En Colombia, pese a que los cultivos y el tráfico se expandieron de manera exponencial

durante la década, los esfuerzos combinados de los gobiernos de Estados Unidos y

Colombia sí tuvieron éxito en interrumpir significativamente las actividades de

narcotráfico de las dos principales redes del país -los carteles de Medellín y Cali- durante

los noventa. “A comienzos de esa década, después del asesinato del candidato

presidencial por el Partido Liberal, Luis Carlos Galán, cometido por sicarios

pertenecientes a la nómina del jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, el gobierno del

presidente Virgilio Barco Vargas (1986-1990) y luego el de César Gaviria Trujillo (1990-

1994) incrementaron ataques concertados contra el cartel de Medellín. Hacia 1994,

después de la muerte de Pablo Escobar durante un tiroteo en Medellín, el cartel de

Medellín había sido desmantelado en su mayoría. De igual manera, entre 1995 y 1996

el gobierno de Ernesto Samper Pizano (1994-98) persiguió y efectivamente desmanteló

el cartel de Cali.”67

Aunque algunos restos de ambas organizaciones continuaron operando a niveles más

bajos de actividad (algunas veces desde la cárcel) durante finales de la década del

noventa, el desmembramiento de estas dos poderosas y violentas organizaciones

transnacionales de narcotráfico a principios de la década constituyó un logro importante

para las organismos encargados de la ejecución de la ley en Estados Unidos y Colombia.

La innegable importancia de los ataques exitosos del gobierno colombiano a los carteles

de Medellín y Cali durante la década no debe, sin embargo, oscurecer la realidad

subyacente de la expansión progresiva de los cultivos de droga y del narcotráfico en

Colombia durante la segunda mitad de los noventa. Tampoco debe distraer la atención

de la acelerada corrosión política que provino del aún próspero tráfico ilícito del país. En

la práctica, más que restringir el auge del tráfico de drogas de la nación, las muertes,

extradiciones o encarcelamientos de los "jefes" de los principales carteles crearon sólo

interrupciones temporales y relativamente menores en el flujo de contrabando de droga

de Colombia a los mercados de Estados Unidos y Europa.

67 Toklatian, Juan, “Globalización, narcotráfico y violencia: Siete ensayos sobre Colombia”, Editorial Norma, p.73.

Page 34: Narcotráfico en América Latina

33 | P á g i n a

6.1.4 Las FARC y el Comercio de las Drogas

Los problemas que enfrentaron las autoridades de ejecución de la Ley Antidrogas que

trabajaban en Colombia durante la década estaban compuestos por el creciente

involucramiento de la principal organización guerrillera en Colombia -las Fuerzas

Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC- en el cultivo de drogas y en actividades

de narcotráfico. “El eclipse de los carteles más importantes abrió mayores oportunidades

para que el ejército guerrillero de 20.000 hombres de las FARC sacara provecho de la

próspera industria de la droga en el país. Lo lograron mediante el cobro de impuestos a

los campesinos cultivadores en sus zonas de influencia y a través de la contratación de

sus servicios a las organizaciones traficantes para proteger sus cultivos, los laboratorios

de procesamiento y las pistas de aterrizaje”68

A fines de la década del noventa una limitada evidencia sugería que unos pocos "frentes"

de las FARC pudieron incluso comenzar a operar sus propias instalaciones de

procesamiento en áreas remotas del país, aunque no había señales de que hubiera

personal de este grupo guerrillero comprometido en actividades internacionales de tráfico

de drogas fuera de Colombia, sin embargo, las altas cúpulas de las FARC continuaron

negando las acusaciones sobre la vinculación de la organización con el narcotráfico.

Con todo, a comienzos del 2000, los cálculos del gobierno colombiano estimaron las

ganancias totales de las FARC por el tráfico de drogas en 400 millones de dólares

anuales69

En los últimos años “el vínculo entre las guerrillas (FARC y ELN) y las autodefensas

ilegales con la producción procesamiento y comercialización de las drogas ilícitas es

cada vez más fuerte”70. Se ha desarrollado así una lucha por el control de las zonas que

les brinden ventajas estratégicas tanto financieras como en la confrontación armada, y

los excedentes de obtenidos por estas fuentes de financiación son reinvertidos para

fortalecer su maquinaria de guerra.

68 Eissa, Sergio, “Lucha contra el narcotráfico y su impacto en América Latina”, octubre 2005, p.36. 69 Eissa, Sergio, op cit, p.37. 70 Rossi, Adriana, “América Latina, un continente en vías de militarización”, Le Monde Diplomatique, Octubre 2000

Page 35: Narcotráfico en América Latina

34 | P á g i n a

6.1.5 Las Nuevas Dimensiones del narcotráfico en Colombia

Luego de la caída de los grandes carteles y al culminar la primera mitad del siglo XXI, La

Policía colombiana habla de una atomización y dispersión de organizaciones emergentes,

que tienen características y formas de operar muy diferentes. Hoy no hay grandes

carteles. Lo que sí existe, de acuerdo con las autoridades, son 126 organizaciones con

menores capacidades que las que alguna vez mostraron las de Medellín y Cali, que se

enfrentaron a muerte por el control de todos los eslabones del negocio y cuyos capos

ejercían el poder mediante la intimidación y la ostentación.

Ahora, por el contrario, los jefes de las nuevas bandas muestran un perfil bajo, sin lujos,

para evitar ser catalogados de capos y así evadir procesos judiciales. Con excepciones,

llevan una vida sin excentricidades, se camuflan como comerciantes e industriales y en

estratos medios. Su prioridad es configurar entramados empresariales para lavar activos.

Otro punto evidente de la transformación es que se pasó de carteles autónomos a

organizaciones fragmentadas que requieren alianzas multicriminales. “La desarticulación

de las organizaciones y la captura de los principales capos colombianos derivaron en la

pérdida del control de las rutas, que en su mayoría asumieron los mexicanos (el cartel

de Sinaloa, principalmente) y otras mafias, como la libanesa o la italiana, y las redes

locales de los países de tránsito y destino”.71

Todo este panorama nos recuerda que, el narcotráfico no es un fenómeno que se pueda

erradicar por completo, ya que se encuentra en constante transformación.

6.2 EL CASO BOLIVIANO

“El Código penal boliviano define una organización criminal como “una asociación de tres

o más personas organizadas de manera permanente, bajo reglas de disciplina o control”,

destinada a cometer actos ilegales. Entre los delitos que pueden llevar a cabo estas

organizaciones, “la fabricación o tráfico ilícito de sustancias controladas” relaciona

directamente al crimen organizado con el narcotráfico”.72

71 Díaz, Ana María, op cit, p.20. 72 Campero, José Carlos, El Crimen Organizado (vinculado al narcotráfico) en Bolivia, Crimen organizado y

gobernanza en la región andina: cooperar o fracasar Memorias, 2011, página 13.

Page 36: Narcotráfico en América Latina

35 | P á g i n a

No obstante, la situación del narcotráfico en Bolivia no es reducible a la mera definición

penal como variante del crimen organizado, dado que tiene especial importancia lo que

se conoce como el complejo coca/cocaína, que se relaciona directamente con la

existencia de cultivos excedentarios de la hoja de coca, que a su vez reviste

características históricas, sociales y culturales complejas.

La coca ha ocupado un lugar importante en la historia latinoamericana, en tanto que ha

sido utilizada desde mucho antes de la llegada de los conquistadores europeos por los

distintos pueblos originarios con fines terapéuticos y religiosos, a partir de lo que se le ha

atribuido, especialmente por los indígenas de la región andina, un valor sagrado,

mientras que tradicionalmente, su uso ha sido incomprendido por la cultura occidental.

“La zona de los yungas de la Paz y Perú ha sido siempre para el cultivo de coca. No hay

ni un cronista que no haya mencionado el uso de hoja de coca cuando llegaron los

españoles. Un cronista decía “Todos estos indios mascan una hierba en su boca que se

ven tan feos como mulas” 73

Bolivia constituye un caso emblemático en los estudios relacionados con el cultivo de la

hoja de coca por la tradición de los pueblos originarios. Siendo uno de los países con

menor desarrollo del continente, donde alrededor de 2/3 de su población se encuentra

en condiciones de pobreza y con un altísimo porcentaje de población indígena (alrededor

de un 62%), hay un gran número de campesinos dedicados a la agricultura de

subsistencia74.

Hasta la primera mitad del siglo XX, la dirección política y económica de Bolivia estuvo

exclusivamente a cargo de elites liberales que implementaron un sistema basado en la

explotación minera y la agricultura en latifundios, donde la mano de obra indígena

constituyó la principal fuerza de trabajo en condiciones paupérrimas. Tras la derrota de

Bolivia en la Guerra del Chaco, la clase dirigente cayó en descrédito y comenzó a

73 Naboer, Fjerne, La Hoja de Coca en Bolivia, Fragmento de Entrevista a Sdenka Silva en el Documental Koka Zero,

Bolivia, página 1 74 Dupre, Cristina, El Ascenso de Evo Morales tras los movimientos sociales, la Coca y el Juego de Dos Niveles entre

Bolivia y los Estados Unidos, Revista de Ciencia Política, N° 16 Defensa nacional y Seguridad hemisférica, Disponible

en: http://www.revcienciapolitica.com.ar/num16art10.php (Consultado el 30 - 06 – 2015)

Page 37: Narcotráfico en América Latina

36 | P á g i n a

generarse un proceso de reclamación de derechos políticos por parte de la población

indígena que culminó en 1952 con una revolución liderada por el MNR (Movimiento

Nacional Revolucionario), que sería el primer partido político amplio boliviano, que

impulsó una reforma agraria, introdujo el sufragio universal y nacionalizó las minas de

estaño. El MNR gobernaría hasta 1964, acabando dividido, tras lo cual se sucedieron

una serie de gobiernos militares hasta 1985, cuando se produce el retorno a la

democracia en un momento de crisis económica en el país y en un contexto internacional

de auge del narcotráfico75.

Si bien el cultivo de coca siempre estuvo presente en la economía boliviana, se produce

una transformación al entrar en vigencia la reforma agraria en 1953, a partir de la cual

se erradica la servidumbre en las haciendas, con lo que la mayoría de la producción

cocalera pasa a manos de campesinos libres. El cultivo de coca se transforma para estos

campesinos en la base de su subsistencia y se constituye así como un elemento

representativo de clase, que será el bastión de batalla y resistencia campesina en los

siguientes años.

En la década de 1960, la comunidad internacional inició el combate al cultivo de la hoja

de coca, cuando en la Convención de Viena de 1961 sobre Estupefacientes, la ONU

estableció que “En la medida de lo posible, las Partes obligarán a arrancar de raíz todos

los arbustos de coca que crezcan en estado silvestre y destruirán los que se cultiven

ilícitamente (Artículo 26)” y que, “La masticación de hoja de coca quedará prohibida”.

Además, la Convención incluyó en la lista I de estupefacientes a la hoja de coca, con lo

cual se procede a aplicar todas las medidas de fiscalización existentes, al mismo tiempo

que se elimina de hecho la distinción entre hoja de coca y cocaína. Dentro de esta política

internacional, los gobiernos bolivianos de las siguientes décadas implementarían

modelos dirigidos a la erradicación y sustitución de los cultivos de coca, que tomarían

distintas formas, aunque sin prosperar en los resultados.

Durante los años ochenta se produce el boom de la coca, lo que se puede explicar en

parte por la grave crisis económica que afectaba a Bolivia tras el desplome de su

75 Dupre, cristina. Op. Cit

Page 38: Narcotráfico en América Latina

37 | P á g i n a

economía basada en el estaño y el aumento de la deuda externa, lo que produjo un flujo

migratorio hacia el Chapare y se tradujo en un explosivo aumento de los cultivos de coca,

que en diez años pasó de 10.000 hectáreas a 51.000, dado el alto precio que se pagaba

en dólares por el producto. 76

“Pero además de estimular la expansión de los cultivos de coca, el auge del mercado de

la cocaína también motivó una proliferación de pequeñas <<fábricas>> de elaboración

de pasta base de cocaína por toda la región de Cochabamba a partir de 1983” 77

Los gobiernos bolivianos intentaron frenar esta situación adscribiéndose a la política

derivada de Estados Unidos y su “Guerra Contra las Drogas”, lo que implicó una alta

militarización de las zonas de producción, no obstante, solo se consiguió el desplazo de

los lugares de fabricación de cocaína y pasta base y la producción siguió en aumento,

en tanto que “en estas condiciones, la economía boliviana se convierte en una

<<economía adicta>>, caracterizada por su dependencia hacia los ingresos económicos

ofrecidos por el narcotráfico, hasta el extremo que, en 1986, los narcodólares

representaran, según diversas estimaciones, en torno al 65% del PIB del país”78

Durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, se impulsaron en 1985 una serie de

reformas económicas de carácter neo liberal y la política que se adoptó contra las drogas

fue de corte represivo, caracterizándose por la internación de tropas estadounidenses en

el año 1986, a partir del Plan Trienal, que contemplaba la erradicación forzosa de los

cultivos sin compensación económica para los productores, lo que provocó malestar

social y manifestaciones campesinas, que culminaron en 1987 con la adopción de un

acuerdo “por el cual el gobierno se comprometía a impulsar, simultáneamente a la

gradual reducción de los cultivos de coca, proyectos de desarrollo alternativo”. 79

En el gobierno siguiente, el Presidente Jaime Paz-Zamora siguió en la línea del acuerdo,

fomentando modelos de sustitución de los cultivos de coca a cambio de compensaciones

76 Bretón, Víctor; García, Francisco; Roca, Albert, Los límites del Desarrollo: Modelos Rotos y Modelos Por Construir

en América latina y África, Icaria Editorial, 1999, página 170. 77 Bretón, V; García, F & Roca, Albert, Op. Cit. 78 Bretón, V; García, F & Roca, Albert, Op. Cit. Página 171. 79 Bretón, V; García, F & Roca, Albert, Op. Cit. Página 173.

Page 39: Narcotráfico en América Latina

38 | P á g i n a

económicas. “La política de desarrollo alternativo continuó en esta gestión con el

denominativo de “Coca por desarrollo”, que valorizaba la hoja de coca (“Coca no es

cocaína”) y buscaba diferenciarla del tráfico ilegal, tesis defendida por el primer

mandatario”. 80Esta defensa del uso tradicional de la hoja de coca, recibió el nombre de

“Diplomacia de la coca” y fue la ofensiva diplomática impulsada por Bolivia con el fin de

valorizar la coca en su uso medicinal y ritual, distinguiéndola del uso para el narcotráfico.

Paz-Zamora, sintetizó la diplomacia de la coca ante la Asamblea Mundial de la Salud,

celebrada en Ginebra en 1992, diciendo que “la coca es buena, nuestra, originaria, y la

cocaína es mala, extraña, ajena, vino de fuera”81

No obstante, esta aparente defensa de la hoja de coca estuvo acompañada de un énfasis

en la represión y de políticas encubiertas del gobierno dirigidas a mantener la

militarización en las zonas de producción de la coca. La consigna “Coca por desarrollo”

apuntaba por su parte a establecer “la corresponsabilidad de los países del Norte” en el

narcotráfico y por ende solicitaba ayuda económica a Estados Unidos para los programas

de desarrollo alternativo, los que, no obstante, resultaron fracasados, en parte por la

excesiva burocracia del sistema, como también por la ineficacia de los nuevos cultivos

introducidos, al carecer de conocimientos técnicos para ello. 82

Posteriormente, se habló de modificar el modelo de desarrollo, cambiando la consigna

de “coca por desarrollo” a “desarrollo por coca”, destacando el deber de los países del

norte de prestar ayuda para facilitar el desarrollo económico boliviano a cambio de la

erradicación y sustitución de los cocales. Sin embargo, la tendencia represiva al interior

de Bolivia continuó y el descontento social se fue acrecentando, como también lo hizo la

crisis económica que el Presidente Sánchez de Lozada intentó paliar con medidas

privatizadoras y reduciendo el gasto social. Su sucesor, Hugo Banzer gobernó en un

clima de alta agitación política y social y su política contra el narcotráfico siguió la línea

represiva de los gobiernos anteriores. “A finales de la década de los noventa, el

80 Coca por Desarrollo y el Poder Norteamericano, Bolivia, Disponible en: http://ibolivia.net/caminos-de-

democracia/coca-por-desarrollo-y-el-poder-norteamericano (Consultado el 29 - 06 – 2015)

81 Paz-Zamora, Jaime, La Diplomacia de la Coca, NUEVA SOCIEDAD NRO.124 MARZO- ABRIL 1993, página.1. 82 Bretón, V; García, F & Roca, Albert, Op. Cit. Pág. 174 – 178.

Page 40: Narcotráfico en América Latina

39 | P á g i n a

Presidente Banzer instruyó a unidades especiales de la policía ir a físicamente erradicar

la coca ilícita en el Chapare con el fin de revertir el auge de producción y migración. La

política produjo una declinación dramática en cultivos de coca ilegal en Bolivia de cuatro

años. Incluso llegó al punto de que Bolivia se convirtió en un proveedor relativamente

pequeño de coca para la cocaína. Pero en realidad la política no sirvió”83

Al cabo de pocos años, los cultivos ilícitos volvieron a aumentar, mientras que el clima

de conflicto al interior del país se encendió aún más y el descontento popular llevó a

profundas transformaciones en lo político, con el rompimiento de los campesinos con los

partidos políticos tradicionales, en la medida en que buscaron la auto-representación, lo

que culminó en Diciembre de 2005, tras una sucesión de gobiernos de corta duración,

con la elección del dirigente cocalero Evo Morales para la presidencia de Bolivia,

iniciándose una nueva fase en lo relativo a las políticas estatales frente a la coca, cuya

consigna será “Coca para el desarrollo”.

“Desde el gobierno de Evo Morales, se han aprobado dos planes nacionales, el Plan

Nacional de Desarrollo Integral con Coca 2006 – 2010 (PNDIC) y la Estrategia Nacional

de Desarrollo Integral con Coca 2011 – 2015 (ENDIC), además de la CONALTID:

Estrategia de Lucha contra el Narcotráfico y Revalorización de la Coca 2007 – 2010 y

junto con la Ley 1008 (aprobada en 1988), forman el marco legal-institucional de donde

parte la política de lucha contra el narcotráfico boliviana, así como las políticas de

revaloración de la hoja de coca, a partir de la consideración que se hace de ella como un

producto ancestral y parte de la cultura boliviana”.84

Además, la Nueva Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia establece en su

artículo n° 384, la protección de la coca como patrimonio cultural, por lo cual, la defensa

de la hoja de coca se convierte en una prioridad del Estado. Artículo 384. “El Estado

protege a la coca originaria ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable

de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no

83 Dupre, Cristina, Op. Cit 84 Meriles, Luis Abel Zárate, EL DILEMA DE LA REIVINDICACIÓN DEL CONSUMO DE LA HOJA DE COCA COMO

MANIFESTACIÓN CULTURAL Y LA LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN BOLIVIA, página 4

Page 41: Narcotráfico en América Latina

40 | P á g i n a

es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se

regirá mediante ley”.

De esta manera, la lucha contra las drogas impulsada por el gobierno de Morales ha

adquirido una nueva dimensión, al considerar que las políticas anteriores fracasaron en

la reducción del narcotráfico por obedecer a intereses extranjeros y no contemplar las

características culturales del pueblo boliviano, así como el uso ancestral de la hoja de

coca.

La comunidad internacional, y especialmente Estados Unidos han mirado con recelo las

nuevas políticas adoptadas por el gobierno boliviano y desde la oposición se ha intentado

desprestigiar su gestión, aduciendo que la legitimación constitucional de la hoja de coca

convierte al estado boliviano en un Narco-Estado y desfavorece la imagen del país hacia

el exterior. Sin embargo, aun cuando hasta el año 2008 los cultivos destinados al uso

ilegal de coca continuaron la tendencia en aumento, los datos estadísticos obtenidos del

Programa Global de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (PMCI), de la Oficina de las Naciones

Unidas Contra la droga y el Delito (UNODC), han revelado una tendencia sostenida

desde el año 2010 hacia la disminución del número de hectáreas destinadas al cultivo

de coca, que arrojó en 2013 (último monitoreo disponible) la menor cifra desde el año

200285, lo cual obedece en gran medida a las políticas estatales de erradicación (forzosa,

en zonas de cultivo ilegal) y racionalización (disminución de cultivos de manera voluntaria

y concertada con los campesinos).

6.3 LA SITUACIÓN DE MÉXICO

6.3.1 Antecedentes

Ni el narcotráfico ni la lucha de los gobiernos mexicanos para erradicarlo o contenerlo

son nuevos. Por el contrario, “La crisis de la violencia del narcotráfico que actualmente

afecta al país tiene sus raíces en la presencia de una economía ilícita, a su vez producto

85 Monitoreo de Cultivos de Coca 2013, Estado Plurinacional de Bolivia, UNODC, Junio 2014, Página 7.

Page 42: Narcotráfico en América Latina

41 | P á g i n a

de las políticas prohibicionistas impulsadas por Estados Unidos desde las primeras

décadas del siglo XX”86

Desde una perspectiva histórica, la exacerbación del narcotráfico en América Latina a

partir de la segunda mitad de la década de los 80, obedece a un cúmulo de factores

interrelacionados, “como son el auge del consumo, la aparición de una nueva generación

de organizaciones criminales transnacionales, la debilidad de las instituciones de los

estados latinoamericanos, y finalmente, las consecuencias fortuitas y desafortunadas de

muchas de las políticas de control de las drogas”87

Ahora bien, ¿qué factores propiciaron la rápida aceptación de los gobiernos de México a

las directrices norteamericanas prohibicionistas? Es interesante ahondar en el tema pues,

como aprecia Jorge Chabat, aunque “el narcotráfico no fue un problema de primer orden

en la agenda pública mexicana hasta mediados de la década de los ochenta, aun cuando

México era productor de marihuana y opiáceos desde la primera mitad del siglo […]

desde la creación del régimen internacional antidrogas, México fue parte de él y durante

todo el siglo XX el gobierno mexicano firmó todos los acuerdos internacionales

relacionados”88.

Es importante también recalcar que la adherencia a las nuevas reglas prohibicionistas se

debió en muchos casos a presiones norteamericanas. Serrano lo atribuye a “la urgente

necesidad de asegurar el reconocimiento internacional”89, el resultado directo de estas

políticas prohibicionistas fue, el surgimiento de economías ilegales y actores mafiosos,

así como un aumento en los niveles de violencia.

6.3.2 Narcotráfico y Estado

La relación entre Estado y narcotráfico en México fue siempre polivalente. “A lo largo de

décadas hubo campañas de oposición y antagonismo directo, estrategias de convivencia

86 Oyarvide, Cesar, “La guerra contra el narcotráfico en México, debilidad del estado orden local y fracaso de una

estrategia”, Revista Nueva Sociedad, Num. 231, Enero 2011, p.1. 87 Gustavo Hirales, “Lo que está cambiando en la guerra contra el narco”’, 8 de febrero de 2011 en Blog de la

redacción de la revista Nexos, disponible en: http://redaccion.nexos.com.mx/?p=2594 88 Chabat, Jorge, “narcotráfico y estado: El discreto encanto de la corrupción”, Letras libres, 2005 89 Pereyra, Guillermo, “México: Violencia Criminal y guerra contra el narcotráfico”, Revista Mexicana de sociología,

vol. 74,Nro.3, Septiembre 2012,

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42 | P á g i n a

pacífica y alianzas de los gobiernos con algunos grupos criminales para luchar contra

enemigos comunes”.

En la década de los 50, es cuando se da paso a la etapa de las mediaciones

estructurales entre el poder político y los traficantes, “representadas principalmente por

corporaciones policíacas y encargadas de la seguridad que, con atribuciones

extralegales, podían aplicar dos acciones simultáneas: proteger y contener a los

traficantes. Una de las instituciones por medio de las que se estableció este control fue

la policía política mexicana: la DFS (Dirección Federal de Seguridad), sobre la cual

existieron casi desde el principio reportes de inteligencia estadounidenses que

involucraban a sus principales dirigentes en el narcotráfico”.

Llegan los 60 y con ellos un boom en el consumo de marihuana en Estados Unidos. La

demanda crece, y con ella el negocio, la violencia, y las presiones por parte del Gobierno

estadounidense. El estado de Sinaloa comienza a destacar y las tensiones relacionadas

con los estupefacientes en las relaciones México-Estados Unidos sufren un fuerte

incremento, Las tensiones relacionadas con los estupefacientes en las relaciones

México-Estados Unidos adquirieron tanta fuerza a finales de la década, que en 1969 el

gobierno estadounidense decidió poner en marcha la Operación Intercepción y cerró la

frontera con México90

En la década de los 70 comienzan los nexos con Colombia y la cocaína, En 1977 se

lanza la Operación Cóndor, la mayor campaña antidroga realizada en el país en la que

participaron el ejército mexicano y la DEA. Tuvo un alto coste social, pero ningún capo

fue capturado. Es en este momento, cuando la presión de Estados Unidos, comienza a

hacerse más insostenible, esta buscaba que México colaborara de forma profunda en la

“guerra contra las drogas”, de esta manera el gobierno comenzó a avanzar, en la misma

dirección que su país vecino, aplicando medidas coercitivas, que solo logran aumentar

la problemática.

En este panorama, el consumo de cocaína no manifestó ninguna disminución, sus

precios subieron constantemente y su cultivo resultó altamente redituable, es así como

90 Aguilar, R. y Castañeda, J, “El narco: La guerra fallida”, Punto de lectura, 2009, p.34.

Page 44: Narcotráfico en América Latina

43 | P á g i n a

se inicia la conformación de bandas de narcotraficantes que en diferentes lugares fueron

protegidas por autoridades políticas y policíacas. Es en este momento, cuando se

comienza a hacer patente la incapacidad del gobierno para controlar a las organizaciones

de traficantes.

“La cocaína se volvió un elemento fundamental en la economía mexicana, debido a que

esta resultaba ser más rentable que el tráfico de marihuana y adormidera, estos

elementos dieron origen a los cárteles y al surgimiento de otra nueva generación de

traficantes, cuyos nombres tomaron fama en el país: los hermanos Arellano Félix, Manuel

Salcido Uzeta, Amado Carrillo Fuentes y Joaquín Guzmán Loera, el Chapo”

6.3.3 Décadas de los 80 y 90: Consolidación de los Carteles mexicanos de la droga

Para la década de los 80s, aunque los cárteles colombianos se encontraban en su auge,

se vieron en la necesidad de reorientar sus rutas hacia México. En este punto los

nacientes cárteles mexicanos se vieron sumamente beneficiados por sus ventajas

comparativas (que eran principalmente geopolíticas).”En 1987 el tráfico de narcóticos fue

declarado un problema de seguridad nacional por primera vez por el presidente De la

Madrid y luego retomado por el presidente Salinas”. 91

Esta situación sólo se intensificó durante la década de los 90s. Organizaciones como el

Cártel de Tijuana, el Cártel de Juárez, el Cártel de Sinaloa, el Cartel del Golfo, entre otras,

operaban en la frontera norte del país con una infraestructura multimillonaria. La ventaja

comercial de los cárteles mexicanos con respecto a los colombianos es su situación

geográfica e histórica. Más de tres mil kilómetros de desierto prácticamente despoblado,

es el tamaño de la frontera que une a México y Estados Unidos. Esto, aunado a que en

1993 se firmó el Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN) que facilitará

cada vez más la entrada de droga de México a Estados Unidos.

Otro fenómeno que se hace patente, en los 90 es el debilitamiento del poder político,

quien no logra enfrentar los desafíos de los consolidados grupos criminales, quienes

pasaron de la supeditación política a la confrontación directa y a la disputa por el control

de instituciones de seguridad. La dificultad para contrarrestar los embates de estos

91 Benítez Manaut, Raúl, “La crisis de seguridad en Mexico”. Nueva sociedad 220, marzo 2009, p.173-189.

Page 45: Narcotráfico en América Latina

44 | P á g i n a

grupos criminales muestra la falta de visión de Estado para construir y consolidar las

instituciones de seguridad y procuración de justicia, uno más de los pendientes de la

transición mexicana. “Una ausencia de una visión compartida por todas las fuerzas

políticas en materia de seguridad, donde todos son rehenes de un paradigma punitivo

que reproduce lo que pretende resolver: la violencia”92

6.3.4 La Guerra Fallida Contra el Narcotráfico

La guerra contra el narcotráfico hace alusión a la estrategia política, implantada bajo el

administración del presidente Felipe Calderón, el 11 de diciembre del 2006, el gobierno

federal anunció un operativo contra el crimen organizado en el estado de Michoacán,

“donde a lo largo de 2006 se habían contabilizado cerca de 500 asesinatos de miembros

de los cárteles del narcotráfico”93

La primera justificación del Gobierno de Calderón para declarar la “guerra contra el narco”

fue el consumo: México ya no era sólo un país de tránsito sino que se había convertido

en un país consumidor de drogas, en donde el narcomenudeo afectaba a niños y jóvenes

de manera creciente y alarmante: Sin embargo, a partir de las estadísticas del propio

gobierno, la conclusión a la que se llega es que el consumo de drogas en México seguía

siendo mínimo en relación con la población, con unas tasas de prevalencia e incidencia

muy bajas tanto en términos comparativos mundiales como regionales.

La segunda justificación del gobierno fue que el aumento de la violencia relacionada con

el narcotráfico y el correlativo sentimiento de inseguridad que ésta causaba en la

población habían alcanzado ya niveles intolerables.

La tercera gran justificación de la estrategia fue la idea que argumenta que los traficantes

estaban disputando el control territorial al Estado en numerosas partes del país,

amenazando con suplantarlo, y habiendo penetrado en la estructura institucional estatal

a un nivel nunca visto.

92 Oyarvide, Cesar, op cit, p.20. 93 «El gobierno se declara en guerra contra el hampa; inicia acciones en Michoacán». En La Jornada, 12 de

diciembre de 2006. Consultado el 30 de junio de 2015

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Finalmente para justificar el uso del Ejército en materia de lucha contra el crimen era

necesario convertir un tema tradicionalmente considerado de seguridad pública (la

delincuencia y el tráfico de estupefacientes) en un asunto de seguridad nacional, para

esto se crean “nuevos enemigos internos” contra los cuales, las fuerzas armadas deben

luchar.

Sin embargo, en la práctica, se observa que la serie de estrategias que sostenían por fin

primordial, liquidar al enemigo interno (narcotráfico), han fallado teniendo consecuencias

funestas que han agravado el problema y la violencia. El empleo de una estrategia

militarizada de lucha contra las drogas, ha redundado en una constante violación de

derechos humanos por parte del Ejército, y en decenas de muertes de civiles inocentes

(ajenos a la comisión de delitos o a los operativos), llamados eufemísticamente “daños

colaterales”. “Tenemos pues, a un gobierno que en su afán de erradicación por medio de

la confrontación ha actuado como detonador o coadyuvante de los espirales de violencia

de la lucha entre traficantes”94.

Ya que, la intervención militar del gobierno aumentó "la violencia intra- e inter-cárteles, y

los sobrevivientes compiten por posiciones y tratan de tomar ventaja de las debilidades

del rival"95. La escisión que se produce dentro de las organizaciones criminales con

motivo de la detención o abatimiento de algún líder por parte del gobierno desata olas de

matanzas y una dispersión geográfica de la violencia, pues “las viejas y las nuevas

organizaciones compiten por el control de las rutas y los nuevos negocios”96

El panorama general es el miedo masificado de la población y el trastrocamiento de las

relaciones democráticas entre el poder civil y el poder militar.

94 Ravelo, Ricardo, “La consolidación. En El México narco”, México: Planeta,2009 95 Wolf, Sonja, “La guerra de México contra el narcotráfico”, 2011, p.4. 96 Oyarvide, Cesar, op cit, p.34.

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7 CONCLUSIONES

1-En relación a la política norteamericana contra el narcotráfico, podemos concluir que,

esta ha tenido como consecuencia no anticipada, la de someter a presiones

adicionales a los débiles sistemas estatales-institucionales de los países productores,

logrando una agudización del conflicto. Insistir en esta política de sanciones y

castigos, trastoca aún más la voluntad y capacidad de los estados más débiles, para

controlar la producción y comercio de estupefacientes. En relación a esto, la

estrategia más racional debería consistir en una política de incentivos y apoyo, que

siente las bases para un desarrollo integro en la región, en lugar de una política

restrictiva, que no ataca el problema del consumo en los países del norte, principales

responsables del narcotráfico en Latinoamérica.

2-La problemática abordada sobre el desarrollo del narcotráfico en Colombia, permite

evidenciar que, en materia de combate contra el tráfico ilícito, se ha avanzado en la

dirección equivocada, ya que el gobierno ha aplicado cada una de las políticas

recomendadas por Norteamérica, las cuales se han centrado en la erradicación de

los principales carteles y capos de la droga, creando los espacios necesarios para el

surgimiento de nuevos grupos criminales e incluso dando cabida a una nueva

relación entre guerrilla y narcotráfico.

3-Respecto al caso mexicano, en el desarrollo del presente estudio, podemos consumar,

que las estrategias impulsadas por el gobierno de Calderón en la denominada

“guerra contra el narcotráfico”, fallaron de manera espectacular, ya que, no han

logrado, hasta la fecha poner freno a la escalada de violencia que azota el país, y

por el contrario han incrementado los niveles de criminalidad, así como también el

número de muertes civiles. Se hace patente por tanto, la necesidad de una estrategia,

que deje de pensar en la aniquilación del “enemigo interno” y que vea el problema

desde una perspectiva de salud pública, intentando disminuir la demanda.

4-En el caso boliviano, se observa que si bien en un comienzo, se aplicó un estrategia

represiva frente al narcotráfico y uso de narcóticos en general, En la actualidad bajo

el gobierno del presidente Morales, la lucha contra las drogas ha desarrollado un giro

importante. Ya que, se ha instado a la Revalorización del uso tradicional de Hoja

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de Coca y las culturas de los pueblos originarios, La hoja de coca en Bolivia ha sido

proyectada a desarrollar un comercio e industrialización lícita, promovidos por el

gobierno y destinados a la venta de productos nutricionales y medicinales entre otros.

Esta nueva estrategia pareciera ir en la dirección correcta, debido a que se han

obtenido resultados auspicios, en relación a la disminución de los cultivos ilegales.

Bolivia se transforma así en un ejemplo en materia de lucha contra las drogas,

aplicando políticas permisivas que no van en la línea de la estrategia norteamericana,

enfocada en el combate de violencia con violencia.