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Carrera: Administración de Negocios Internacionales

COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR

Profesor: Alan Loayza Calderón

TEMA

NACIONALISMO Y CONSUMISMO

INTEGRANTES

FIGUEROA SINTICALA, Nadia

MARCA MARCA, Miriam

ESPEZÚA CHACOLLI, Adolfo

DÍAZ MERMA, Juan Carlos

QUISPE FLORES, Carlos Victor

TACNA – PERÚ

2011

.

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NACIONALISMO Y CONSUMISMO EN EL PERÚ

EL PERÚ ESTÁ DE MODA hemos escuchado a través de diversos medios de

comunicación. De fuera, allá donde nos veían más por nuestros problemas

sociales y económicos, hoy se nos felicita y reconoce los avances y se recuerda la

cultura que hemos elaborado a lo largo de los siglos. Allá.

Acá, también está el Perú de moda. ¿No lo estaba antes? En muchos aspectos,

no. Expliquemos: casi todo lo peruano –si era tomado en cuenta- se consideraba

inferior, de mala calidad; así nos lo dice una investigación presentada por Arellano

Consultores y, los que tenemos algún recuerdo de niñez, oíamos siempre decir a

nuestros mayores que lo hecho en Perú tenía estas dos características: malo y

barato.

La situación ha cambiado, aunque no todo lo que deseáramos. Hoy la población

estima más lo producido en el país, lo prefiere (cuando las condiciones de calidad

y precio son similares) a lo extranjero equivalente. Ya pensamos más en el apoyo

al trabajo peruano, sobre todo y como dice la investigación citada, en los sectores

C, D y E.

Nos debe alegrar todo esto. Se ve una revaloración de lo nacional frente a lo

extranjero y, según dice algún informe sicológico, esta situación eleva la estima

propia de la nación, aliciente importante para seguir una senda de mejoramiento

continuo como país.

Sin embargo, no podemos quedar enceguecidos ante esta “luminosidad” de la

Marca Perú. Los críticos a esta tendencia arguyen que se centra en aspectos

superficiales que maximizan aspectos en sí poco sustanciales, y no van muy

errados su razonamiento. Más concordamos con la idea que la investigación de

Arellano propone: “La predisposición a lo nacional se basa más en argumentos

subjetivos o afectivos más que en argumentos técnicos o intrínsecos al producto.”,

lo cual es cierto. Hay que mejorar en mucho la calidad del producto peruano, y sí

que se puede lograr; tenemos varias muestras de ello ya. Por ello, nosotros no

estamos de acuerdo con las opiniones extremas: ni negarlo todo, ni aplaudirlo

todo. Nuestras victorias por más pequeñas que sean, merecen nuestras palmas.

¿Por qué callar cuando Perú le gana a Brasil en el vóley, cuando nos dicen que

nuestra comida es de las mejores o que Machu Pichu es una maravilla del

mundo? Y, desde el otro lado, no vamos a creernos un super país solo por estos

aspectos.

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Por ello, estamos a favor de campañas como las que hacen las empresas

publicitarias, desde el mismo Gobierno, mostrando al mundo y especialmente a

nosotros mismos las maravillas que tiene nuestro país. Si es para bien del Perú,

en este caso de las empresas peruanas, es bueno.

Los empresarios peruanos ya tienen un plus con esto. “Ser peruano no es

necesariamente una ventaja, pero ya no es una desventaja”. Se los estima más.

En casos de elección, se los prefiere si solo es cuestión de nombre. Pero no por

esto deben quedarse conformes y continuar en la misma situación. Todos

sabemos que lo que nos decían nuestros papás sobre la mala calidad del producto

peruano no es una imaginación o ignorancia del todo; tenían su base en la

realidad. Un recuerdo fresco es el de las pastas dentales de Intradevco que uno

compraba más por nacionalismo que porque sean de calidad: de poca

consistencia y más aire que pasta en su interior. Parece que hoy,

afortunadamente, han mejorado en la elaboración de su Dento. Por eso dice una

de las conclusiones de Arellano que Se trata más de probar, nuevamente lo

nacional, que de aceptarlo directamente.

Sigamos, pues, la tendencia de apreciar lo peruano; los empresarios intentando

desterrar de una vez la idea de que lo nacional es inferior; los consumidores

tomando en su justa medida el esfuerzo que está realizando el productor nacional;

los publicistas incidiendo, como deben, en lo positivo y resaltante de nosotros; el

Gobierno apoyando, en lo necesario, la industria nacional y promocionándola

como ha venido haciendo hasta ahora. Ojalá que en un futuro no muy lejano,

además de los peruanos, vengan de otros muchos lugares cercanos y lejanos a

nuestro país las voces de que EL PERÚ ES SÚPER, que digan “tiene la MARCA

PERÚ, ¡comprémoslo!”