N08 datos arquitectónicos recogidos por cronistas

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cuadernos de arquitectura mesoamerlcana 11 O"'5,ON OE E5T 0'05 O PO &.\00 - FAC L AO OE AaQ TE TUtA

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Cuadernos de arquitectura mesoamericana

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cuadernosde arquitectura

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1. Plano reconstructivo del recinto sagrado deMéxico-Tenochtitlan, según Ignacio Mar­quina. 2. Uno de los braseros de Tláloc in silu,en las excavaciones del Templo Mayor. FotoAlejandro Villalobos.

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cuadernosde arquitecturamesoamericanaDIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADOFACULTAD DE ARQUITECTURA, UNAM

número 8-septiembre 1986ARQUITECI'URA DEL GOLFO 1

,Indice

Editor: Paul Gendrop

Consejo editorial:

Jesús Aguirre CárdenasAlberto Amador SellerierGeorge F. AndrewsAlfredo Barrera RubioMarvin CohodasBeatriz de la FuenteH. Stanley LotenHorst HartungMiguel León PortillaJaime Litvak KingKarl Herbert MayerMary E. MillerErnesto Velasco León

Redacción y diseño gráfico:

Paul Gendrop, Gerardo Ramirez, Juan Anto­nio Siller y Alejandro Villalobos P.

Impresión: Offset Comercial Policromo, S.A.Médicos N° 23, Col. Sifón CP. 09400, México,D.F.

Tiraje: 3000 ejemplares

Distribución:

En las oficinas de la Facultad de Arquitectura yen las librerias dependientes del Fomento Edi­torial (de la UNAM) y en las librerias depen­dientes de la Distribuidora de Libros de laUNAM (Centro Comercial C.U., Centro Cul­tural Universitario C.U., Librerías Insurgen­tes, Mineria y otras), en las librerias del INAH(Córdoba 45, El Carmen, Aeropuerto, Tepot­zotlán, y en los Centros Regionales dt Oaxaca,de Mérida y de Campeche), en las Escuelas deArquitectura de Mérida y Guanajuato, y en laCasa de la Cultura de Aguascalientes.

Precio del ejemplar: 1200 pesos M.N.Ejemplar atrasado 1200 pesos ó 4.00 U .S.dollars.2000 pesos M.N. en la República.

Con porte pagado por via de superficie:1100 pesos M.N. en la República.

Notas:

Los articulos deberán ser redactados en espa­ñol y acompañados de un breve resumen eninglés, o bien en inglés con resumen en español.Serán dirigidos al Seminario de ArquitecturaPrehispánica, Apartado Postal 20-442, SanAngel, Delegación Alvaro Obregón, 01000,México, D.F., El consejo editorial se reserva el derecho de

selección. Autoriza la reproducción parcial dearticulos a condición de que se cite la fuente.

No se devolverán originales.

EDITORIAL .English .Fran~ais .

LA ARQUITECTURA FUNERARIA DE QUIAHUIZTLANAna Luisa Izquierdo .

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS DATOSARQUITECTÓNICOS RECOGIDOS POR LOS CRONISTAS

Iftaki Diaz Balerdi .

APROXIMACIONES AL DESARROLLO URBANO PORFECHAMIENTO DE SISTEMAS CONSTRUCTIVOS.SEGUNDA PARTE: EL TAJíN, VERACRUZ

Alejandro Villalobos Pérez .

PUNTOS Y LíNEAS DE REFERENCIA EN LAARQUITECTURA MAYA (ficha técnica)

Horst Hartung .

LA ARQUITECTURA DE YOHUALICHAN, PUEBLADaniel Molina Feal .

ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS EN UNAPALMA TOTONACA

Ramón Arellanos Melgarejo y LourdesBeauregard Gareia .

LA ARQUITECTURA PREHISPÁNICA DECOYOXQUIHUI

J. Ornar Ruiz Gordillo .

ALGUNAS CONSIDERACIONES CONSTRUCTIVASSOBRE LA PIRÁMIDE DE LOS NICHOS EN ELTAJíN

Victor Rivera Grijalba , .

LA ESTRUCTURA PIRAMIDAL DE CASTILLO DE TEAYO:UN EDIFICIO EN PROCESO CONSTRUCTIVO O UNPECULIAR ESTILO ARQUITECTÓNICO

Felipe R. Solís Olguin .

¿GENTE DEL GOLFO TIERRA ADENTRO? ALGUNAS OBSERVACIONESACERCA DE LA REGIÓN DE Río VERDE, S.L.P.

Dominique Miehelet .

SEMBLANZA (sobre Miguel Ángel Fernández) .

CARTA AL EDITOR .

EVENTOS .

PRÓXIMOS NÚMEROS

PRESENCIA PREHISPÁNICA EN LA ARQUITECTURA MODERNA

ARQUITECTURA MAYA 4

ARQUITECTURA FUNERARA 1

ARQUEOASTRONOMíA EN EL ALTIPLANO 1

ARQUITECTURA DEL OCCIDENTE Y NORTE DE MÉXICO 1

ARQUITECTURA DE OAXACA 2

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cuadernosde arquitecturamesoamericanaDIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADOFACULTAD DE ARQUITECTURA, UNAM

número 8-septiembre 1986ARQUITECI'URA DEL GOLFO 1

,Indice

Editor: Paul Gendrop

Consejo editorial:

Jesús Aguirre CárdenasAlberto Amador SellerierGeorge F. AndrewsAlfredo Barrera RubioMarvin CohodasBeatriz de la FuenteH. Stanley LotenHorst HartungMiguel León PortillaJaime Litvak KingKarl Herbert MayerMary E. MillerErnesto Velasco León

Redacción y diseño gráfico:

Paul Gendrop, Gerardo Ramirez, Juan Anto­nio Siller y Alejandro Villalobos P.

Impresión: Offset Comercial Policromo, S.A.Médicos N° 23, Col. Sifón CP. 09400, México,D.F.

Tiraje: 3000 ejemplares

Distribución:

En las oficinas de la Facultad de Arquitectura yen las librerias dependientes del Fomento Edi­torial (de la UNAM) y en las librerias depen­dientes de la Distribuidora de Libros de laUNAM (Centro Comercial C.U., Centro Cul­tural Universitario C.U., Librerías Insurgen­tes, Mineria y otras), en las librerias del INAH(Córdoba 45, El Carmen, Aeropuerto, Tepot­zotlán, y en los Centros Regionales dt Oaxaca,de Mérida y de Campeche), en las Escuelas deArquitectura de Mérida y Guanajuato, y en laCasa de la Cultura de Aguascalientes.

Precio del ejemplar: 1200 pesos M.N.Ejemplar atrasado 1200 pesos ó 4.00 U .S.dollars.2000 pesos M.N. en la República.

Con porte pagado por via de superficie:1100 pesos M.N. en la República.

Notas:

Los articulos deberán ser redactados en espa­ñol y acompañados de un breve resumen eninglés, o bien en inglés con resumen en español.Serán dirigidos al Seminario de ArquitecturaPrehispánica, Apartado Postal 20-442, SanAngel, Delegación Alvaro Obregón, 01000,México, D.F., El consejo editorial se reserva el derecho de

selección. Autoriza la reproducción parcial dearticulos a condición de que se cite la fuente.

No se devolverán originales.

EDITORIAL .English .Fran~ais .

LA ARQUITECTURA FUNERARIA DE QUIAHUIZTLANAna Luisa Izquierdo .

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS DATOSARQUITECTÓNICOS RECOGIDOS POR LOS CRONISTAS

Iftaki Diaz Balerdi .

APROXIMACIONES AL DESARROLLO URBANO PORFECHAMIENTO DE SISTEMAS CONSTRUCTIVOS.SEGUNDA PARTE: EL TAJíN, VERACRUZ

Alejandro Villalobos Pérez .

PUNTOS Y LíNEAS DE REFERENCIA EN LAARQUITECTURA MAYA (ficha técnica)

Horst Hartung .

LA ARQUITECTURA DE YOHUALICHAN, PUEBLADaniel Molina Feal .

ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS EN UNAPALMA TOTONACA

Ramón Arellanos Melgarejo y LourdesBeauregard Gareia .

LA ARQUITECTURA PREHISPÁNICA DECOYOXQUIHUI

J. Ornar Ruiz Gordillo .

ALGUNAS CONSIDERACIONES CONSTRUCTIVASSOBRE LA PIRÁMIDE DE LOS NICHOS EN ELTAJíN

Victor Rivera Grijalba , .

LA ESTRUCTURA PIRAMIDAL DE CASTILLO DE TEAYO:UN EDIFICIO EN PROCESO CONSTRUCTIVO O UNPECULIAR ESTILO ARQUITECTÓNICO

Felipe R. Solís Olguin .

¿GENTE DEL GOLFO TIERRA ADENTRO? ALGUNAS OBSERVACIONESACERCA DE LA REGIÓN DE Río VERDE, S.L.P.

Dominique Miehelet .

SEMBLANZA (sobre Miguel Ángel Fernández) .

CARTA AL EDITOR .

EVENTOS .

PRÓXIMOS NÚMEROS

PRESENCIA PREHISPÁNICA EN LA ARQUITECTURA MODERNA

ARQUITECTURA MAYA 4

ARQUITECTURA FUNERARA 1

ARQUEOASTRONOMíA EN EL ALTIPLANO 1

ARQUITECTURA DEL OCCIDENTE Y NORTE DE MÉXICO 1

ARQUITECTURA DE OAXACA 2

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ALGUNAS CONSIDERACIONESARQUITECTÓNICOS RECOGIDOS

SOBRE LOS DATOSPOR LOS CRONISTAS

Iñaki Díaz Balerdi*

This essay deals with the architectural descriptions found in sorne of the prin­cipal post-conque$t chronicles, and includes a discussion on these early sources,often the only rema;n;ng ones concern;ng many structures no longer ex;st;ng

2 today.

Si pretendemos reflexionar sobre al­gunos aspectos de la arquitecturaprehispánica, y para ello tomamoscomo base primordial de informaciónla literatura del momento, nos en­contraremos con una insalvable difi­cultad, dado que no se conservan in­formaciones directamente propor­cionadas por quienes contribuyeronmanual o intelectualmente al esplen­dor de tales manifestaciones arquitec­tónicas. En su defecto, hemos de re­currir a los primeros cronistas de laépoca colonial. Revisar e investigarlos datos por ellos aportados tiene,sin embargo, un gran aliciente: algu­nos de esos autores aún pudieron ob­servar in situ lo que nosotros tan sóloconocemos mediante exploracionesarqueológicas y est udios de distintaíndole. Además, son impresiones quetraslucen el frescor y la esponta­neidad diclados por el contacto direc­lo con una manificencia que a ojos delos españoles reveslía cualidades yefectos casi mágicos o cercanos a laal ucinación.

• Liccndalura en Historia dcl Arlc,Universidad de Salamanca, y

Maeslría en Artc Prehispánico, UNAM.

De los cuatro autores que han ser­vido de base para las consideracionesque aquí presentamos, los dos prime­ros, Hernán Cortés y Bernal Diaz delCastillo, tuvieron el raro privilegio decontemplar Tenochtitlan y otrasciudades mesoamericanas en su mo­mento de apogeo, mientras que FrayDiego Durán y Fray Bernardino deSahagún llegaron más larde, cuandoel curso de los acontecimíentos se en­caminaba en un senlido que todos co­nocemos. Esto podría explicar la dife­rencia de apreciación entre unos yotros. Los primeros, al fin y al cabohuéspedes de Moclezuma al llegar aTenochtitlan, quedan deslumbradospor la exquisitez y el lujo con que serodeaban los habitantes de lan remo­tas tierras. Por el conlrario, los se­gundos se encuentran con montonesde ruinas sobre las que se prelendeedificar una nueva rama del imperioespañol, tarea en la que ellos habriande desempei'lar un papel de primeraimportancia; y saben que para Iriun­far sobre el "demonio, esc1avizadorde aquellos infelices", se necesila unprofundo conocimiento de la perso­nalidad de los nuevos súbditos, de susformas de vida, de sus creencias, de

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ALGUNAS CONSIDERACIONESARQUITECTÓNICOS RECOGIDOS

SOBRE LOS DATOSPOR LOS CRONISTAS

Iñaki Díaz Balerdi*

This essay deals with the architectural descriptions found in sorne of the prin­cipal post-conque$t chronicles, and includes a discussion on these early sources,often the only rema;n;ng ones concern;ng many structures no longer ex;st;ng

2 today.

Si pretendemos reflexionar sobre al­gunos aspectos de la arquitecturaprehispánica, y para ello tomamoscomo base primordial de informaciónla literatura del momento, nos en­contraremos con una insalvable difi­cultad, dado que no se conservan in­formaciones directamente propor­cionadas por quienes contribuyeronmanual o intelectualmente al esplen­dor de tales manifestaciones arquitec­tónicas. En su defecto, hemos de re­currir a los primeros cronistas de laépoca colonial. Revisar e investigarlos datos por ellos aportados tiene,sin embargo, un gran aliciente: algu­nos de esos autores aún pudieron ob­servar in situ lo que nosotros tan sóloconocemos mediante exploracionesarqueológicas y est udios de distintaíndole. Además, son impresiones quetraslucen el frescor y la esponta­neidad diclados por el contacto direc­lo con una manificencia que a ojos delos españoles reveslía cualidades yefectos casi mágicos o cercanos a laal ucinación.

• Liccndalura en Historia dcl Arlc,Universidad de Salamanca, y

Maeslría en Artc Prehispánico, UNAM.

De los cuatro autores que han ser­vido de base para las consideracionesque aquí presentamos, los dos prime­ros, Hernán Cortés y Bernal Diaz delCastillo, tuvieron el raro privilegio decontemplar Tenochtitlan y otrasciudades mesoamericanas en su mo­mento de apogeo, mientras que FrayDiego Durán y Fray Bernardino deSahagún llegaron más larde, cuandoel curso de los acontecimíentos se en­caminaba en un senlido que todos co­nocemos. Esto podría explicar la dife­rencia de apreciación entre unos yotros. Los primeros, al fin y al cabohuéspedes de Moclezuma al llegar aTenochtitlan, quedan deslumbradospor la exquisitez y el lujo con que serodeaban los habitantes de lan remo­tas tierras. Por el conlrario, los se­gundos se encuentran con montonesde ruinas sobre las que se prelendeedificar una nueva rama del imperioespañol, tarea en la que ellos habriande desempei'lar un papel de primeraimportancia; y saben que para Iriun­far sobre el "demonio, esclavizadorde aquellos infelices", se necesila unprofundo conocimiento de la perso­nalidad de los nuevos súbditos, de susformas de vida, de sus creencias, de

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"Y asi seguí la dicha calzada, ya me­dia legua antes de llegar al cuerpo dela ciudad de Temixtitan, a la entradade otra calzada que viene a dar de latierra firme a esta otra, está un muyfuerte baluarte con dos torres cercadode muro de dos estados, con su pretilalmenado por toda la cerca que tomacon ambas calzadas y no tiene más dedos puertas, una por donde entran yotra por donde salen." (Cortés1976:51)

guicme párrafo de Cortés, referente alos momemos previos a su entrada aTcnochtitlan:

3. Excavaciones del Templo Mayor (al fondo,Santa Teresa la Antigua). 4. Plano esquemáti­co de la capital azteca, según Sonia Lombardo.S. Detalle de la pirámide de Santa Cecilia, Esta­do de México. 6, 7, 8. Aspectos de las excava­ciones del Templo Mayor. Fotos Donald Jack­son.

5

explorar una vía complementaria deaproximación a la arquitectura meso­americana en general, y a la del Al­tiplano en particular.

Los relatos de Bernal y dc Cortés,soldados por encima de todo, seentreveran de alusiones de carácter oposible uso militar de las construc­ciones y edificios que paulatinamenteencuentran. Mencionan amuralla­mientos, albarradas, torres vigías,maderas para la contención del aguay distintos tipos de defensas que tan­tos quebraderos de cabeza les iban asuponer en su afán de conquista. Bas­te, como botón de muestra, el si-

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sus pasiones, de sus temores, de susorgullos: sólo así estarán capacitados,ellos, pastores de ovejas descarriadas,para atraerlas al buen camino, a loque ellos consideran el buen camino.Algunos misioneros se convierten enauténticos precursores de laantropología y se abocan a una tareade incalculables consecuencias: reco­ger el mayor número posible de datosacerca de los parámetros culturales enlos que se habían desenvuelto los ha­bitantes de esa región que, a partir dela conquista, se llamará la Nueva Es­paña.

Las noticias legadas por los cronis­tas constituyen un variopinto panora­ma, apasionado unas veces, caóticootras, que el estudioso debe tamizar yordcnar según sus propios alcances eintereses. En el caso que nos ocupa,hemos pensado que pasar revista a lasreferencias arquitectónicas menciona­das por los cuatro autores citados nosería tarea vana, sino que nos permiti­ría contar con unos datos importantesa la hora de esbozar un esquema delas ciudades prehispánicas tal comolas construyeron y utilizaron sus pri­mitivos moradores. Es lo que intenta­remos en las líneas que siguen, mani­festado desde ahora que nuestra rela­ción de citas transcritas no es exhaus­tiva sino selectiva, pero en última ins­tancia suficiente, creemos, para

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"Y asi seguí la dicha calzada, ya me­dia legua antes de llegar al cuerpo dela ciudad de Temixtitan, a la entradade otra calzada que viene a dar de latierra firme a esta otra, está un muyfuerte baluarte con dos torres cercadode muro de dos estados, con su pretilalmenado por toda la cerca que tomacon ambas calzadas y no tiene más dedos puertas, una por donde entran yotra por donde salen." (Cortés1976:51)

guicme párrafo de Cortés, referente alos momemos previos a su entrada aTcnochtitlan:

3. Excavaciones del Templo Mayor (al fondo,Santa Teresa la Antigua). 4. Plano esquemáti­co de la capital azteca, según Sonia Lombardo.S. Detalle de la pirámide de Santa Cecilia, Esta­do de México. 6, 7, 8. Aspectos de las excava­ciones del Templo Mayor. Fotos Donald Jack­son.

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explorar una vía complementaria deaproximación a la arquitectura meso­americana en general, y a la del Al­tiplano en particular.

Los relatos de Bernal y dc Cortés,soldados por encima de todo, seentreveran de alusiones de carácter oposible uso militar de las construc­ciones y edificios que paulatinamenteencuentran. Mencionan amuralla­mientos, albarradas, torres vigías,maderas para la contención del aguay distintos tipos de defensas que tan­tos quebraderos de cabeza les iban asuponer en su afán de conquista. Bas­te, como botón de muestra, el si-

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sus pasiones, de sus temores, de susorgullos: sólo así estarán capacitados,ellos, pastores de ovejas descarriadas,para atraerlas al buen camino, a loque ellos consideran el buen camino.Algunos misioneros se convierten enauténticos precursores de laantropología y se abocan a una tareade incalculables consecuencias: reco­ger el mayor número posible de datosacerca de los parámetros culturales enlos que se habían desenvuelto los ha­bitantes de esa región que, a partir dela conquista, se llamará la Nueva Es­paña.

Las noticias legadas por los cronis­tas constituyen un variopinto panora­ma, apasionado unas veces, caóticootras, que el estudioso debe tamizar yordcnar según sus propios alcances eintereses. En el caso que nos ocupa,hemos pensado que pasar revista a lasreferencias arquitectónicas menciona­das por los cuatro autores citados nosería tarea vana, sino que nos permiti­ría contar con unos datos importantesa la hora de esbozar un esquema delas ciudades prehispánicas tal comolas construyeron y utilizaron sus pri­mitivos moradores. Es lo que intenta­remos en las líneas que siguen, mani­festado desde ahora que nuestra rela­ción de citas transcritas no es exhaus­tiva sino selectiva, pero en última ins­tancia suficiente, creemos, para

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o este otro de Bernal:

" ...y como está la mayor parte d~

la ciudad poblada dentro de la la­guna y no se puede pasar de casaen casa si no es por una puente le­vadiza, y tienen hechas canoas, ytodas las casas son de azoteas y enlas azoteas tienen hechos a manerade mamparos, y pueden pelear porencima de ellos... " (Bernal 1968:135)

Pero aunque militares fueran susprimeras preocupaciones, ninguno delos dos pudo sustraerse al asombro yadmiración producidos por la ciudada la que entraban. Prolíficas son susanotaciones, pero quizá las de mayorinterés para el presente repaso seanlas alusivas al buen hacer de arquitec­tos y urbanistas indígenas, así comolas referentes al increíble refinamien­to de algunas habitaciones y aposen­tos. Por dondequiera que pasan, yson muchos los lugares mencionados,constatan la presencia de edifica­ciones bien diseñadas y mejor traba­jadas, extremos que se verán confir­mados y remarcados en la ciudad deTenochtitlan. Bernal, por ejemplo,cuando habla de la Isleta de Sacrifi­cios, dice:

••... y hallamos dos casas hechas decal y canto, bien labradas ... "(idem: 24)

y respecto a Estapalapa (Ixtapala­pa):

" ... todo muy encalado y lucido,de muchas maneras de piedra ypinturas en ellas que había hartoque ponderar... " (idem: 159)

Cortés, más detallista, apunta queen Cozumel

"Las casas en las partes que alcan­zan piedra son de cal y canto, y losaposentos de ellas pequeños y ba­jos, muy amoriscados; yen las par­tes adonde no alcanz,an piedra, há­cenIa de adobe y enéanlos por enci­ma, y las coberturas de encima sonde paja." (Cortés 1976: 21)

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o este otro de Bernal:

" ...y como está la mayor parte d~

la ciudad poblada dentro de la la­guna y no se puede pasar de casaen casa si no es por una puente le­vadiza, y tienen hechas canoas, ytodas las casas son de azoteas y enlas azoteas tienen hechos a manerade mamparos, y pueden pelear porencima de ellos... " (Bernal 1968:135)

Pero aunque militares fueran susprimeras preocupaciones, ninguno delos dos pudo sustraerse al asombro yadmiración producidos por la ciudada la que entraban. Prolíficas son susanotaciones, pero quizá las de mayorinterés para el presente repaso seanlas alusivas al buen hacer de arquitec­tos y urbanistas indígenas, así comolas referentes al increíble refinamien­to de algunas habitaciones y aposen­tos. Por dondequiera que pasan, yson muchos los lugares mencionados,constatan la presencia de edifica­ciones bien diseñadas y mejor traba­jadas, extremos que se verán confir­mados y remarcados en la ciudad deTenochtitlan. Bernal, por ejemplo,cuando habla de la Isleta de Sacrifi­cios, dice:

••... y hallamos dos casas hechas decal y canto, bien labradas ... "(idem: 24)

y respecto a Estapalapa (Ixtapala­pa):

" ... todo muy encalado y lucido,de muchas maneras de piedra ypinturas en ellas que había hartoque ponderar... " (idem: 159)

Cortés, más detallista, apunta queen Cozumel

"Las casas en las partes que alcan­zan piedra son de cal y canto, y losaposentos de ellas pequeños y ba­jos, muy amoriscados; yen las par­tes adonde no alcanz,an piedra, há­cenIa de adobe y enéanlos por enci­ma, y las coberturas de encima sonde paja." (Cortés 1976: 21)

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En Tenochtitlan sorprende a losconquistadores la magnitud de lasconstrucciones, la racionalidad del di­seño urbano, la anchura de las calles,la amplitud de las plazas (algunaspanificadas y más grandes que la deSalamanca) y, por supuesto, la mag­nificencia de templos y recintos cere­moniales:

"Hay bien cuarenta torres muy al­tas y bien obradas, que la mayortiene cincuenta escalones para su­bir al cuerpo de la torre; la másprincipal es más alta que la torre dela iglesia mayor de Sevilla. Son tanbien labradas, así de cantería comode madera, que no pueden ser me­jor hechas ni labradas en ningunaparte, porque toda la cantería dedentro de las capillas donde tienenlos ídolos, es de imaginería yzaquizamíes, y el maderamiento estodo de masonería y muy pintadode cosas de monstruos y otras figu­ras y labores." (Cortés 1976: 64)

Si magnífica es la ciudad a la queentran, no menos dignos de encomioson los interiores. Todo ello colmalas espectativas de los infatigablesbuscadores de El Dorado, ávidos deriqueza y sedientos de oro. Acos­tumbrados como estaban a una vidade segundones o de soldados de ven­tura en España, no es de extrañar quesus ojos devoren el lujo que ante ellosse muestra al azar, ni que conti­nuamente mencionen paredes decantería, muros encalados y pinturasdiversas. Quizá lo que más lessorprende es la amplitud de las cons­trucciones:

"Hay casas de algunos principalesmuy frescas y de muchos aposen­tos, porque nosotros habemos vis­to casas de cinco patios dentro deuna sola casa, y sus aposentos muyaconcertados ... " (Cortés 1976: 21)

" ... eran tan grandes (las casas)que un príncipe con más de seis­cientas personas de su casa y servi­cio se podían aposentar en ellas."(Cortés 1976: 190)

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En Tenochtitlan sorprende a losconquistadores la magnitud de lasconstrucciones, la racionalidad del di­seño urbano, la anchura de las calles,la amplitud de las plazas (algunaspanificadas y más grandes que la deSalamanca) y, por supuesto, la mag­nificencia de templos y recintos cere­moniales:

"Hay bien cuarenta torres muy al­tas y bien obradas, que la mayortiene cincuenta escalones para su­bir al cuerpo de la torre; la másprincipal es más alta que la torre dela iglesia mayor de Sevilla. Son tanbien labradas, así de cantería comode madera, que no pueden ser me­jor hechas ni labradas en ningunaparte, porque toda la cantería dedentro de las capillas donde tienenlos ídolos, es de imaginería yzaquizamíes, y el maderamiento estodo de masonería y muy pintadode cosas de monstruos y otras figu­ras y labores." (Cortés 1976: 64)

Si magnífica es la ciudad a la queentran, no menos dignos de encomioson los interiores. Todo ello colmalas espectativas de los infatigablesbuscadores de El Dorado, ávidos deriqueza y sedientos de oro. Acos­tumbrados como estaban a una vidade segundones o de soldados de ven­tura en España, no es de extrañar quesus ojos devoren el lujo que ante ellosse muestra al azar, ni que conti­nuamente mencionen paredes decantería, muros encalados y pinturasdiversas. Quizá lo que más lessorprende es la amplitud de las cons­trucciones:

"Hay casas de algunos principalesmuy frescas y de muchos aposen­tos, porque nosotros habemos vis­to casas de cinco patios dentro deuna sola casa, y sus aposentos muyaconcertados ... " (Cortés 1976: 21)

" ... eran tan grandes (las casas)que un príncipe con más de seis­cientas personas de su casa y servi­cio se podían aposentar en ellas."(Cortés 1976: 190)

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14IS

Por encima de todas, destacabanlas de Moctezuma y las de los grandesseñores, que no eran pocas:

"Hay en esta ciudad casas muybuenas y muy grandes, y la causade haber tantas casas principales esque todos los señores de la tierra,vasallos del dicho Moctezuma,tienen sus casas en la dicha ciudady residen en ella cierto tiempo delaño, y además de esto hay en ellamuchos ciudadanos ricos. quetienen asimismo muy buenas casas.Todos ellos, además de tener muygrandes y buenos aposentamien­tos, tienen muy gentiles vergeles deflores de diversas maneras ... "(Cortés 1976: 65)

La descripción que hace de los pa­lacios de Moctezuma nos puede daridea de que vieron sus huéspedes:

"Tenía así fuera de la ciudad comodentro, muchas casas de placer, ycada una de su manera de pasa­tiempo, tan bien labradas como sepodría decir, y cuales querían serpara un gran príncipe y señor.Tenía dentro de la ciudad sus casasde aposentamiento, tales y tan ma­ravillosas que me parecía casi im­posible poder decir la bondad ygrandeza de ellas, y por tanto nome pondré en expresar cosas deellas más de que en España no haysu semejable." (Cortés 1976: 67)

No nos extenderemos en esle lipade citas, más proclives a la enumera­ción que a la descripción detallada deunos modos de vida que se salían delas coordenadas a las que estabanacostumbrados los autores menciona­dos.

9 a 15. Aspectos de las excavaciones delTemplo Mayor. Fotos Alejandro Villalobos yDonald Jackson.

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Por encima de todas, destacabanlas de Moctezuma y las de los grandesseñores, que no eran pocas:

"Hay en esta ciudad casas muybuenas y muy grandes, y la causade haber tantas casas principales esque todos los señores de la tierra,vasallos del dicho Moctezuma,tienen sus casas en la dicha ciudady residen en ella cierto tiempo delaño, y además de esto hay en ellamuchos ciudadanos ricos. quetienen asimismo muy buenas casas.Todos ellos, además de tener muygrandes y buenos aposentamien­tos, tienen muy gentiles vergeles deflores de diversas maneras ... "(Cortés 1976: 65)

La descripción que hace de los pa­lacios de Moctezuma nos puede daridea de que vieron sus huéspedes:

"Tenía así fuera de la ciudad comodentro, muchas casas de placer, ycada una de su manera de pasa­tiempo, tan bien labradas como sepodría decir, y cuales querían serpara un gran príncipe y señor.Tenía dentro de la ciudad sus casasde aposentamiento, tales y tan ma­ravillosas que me parecía casi im­posible poder decir la bondad ygrandeza de ellas, y por tanto nome pondré en expresar cosas deellas más de que en España no haysu semejable." (Cortés 1976: 67)

No nos extenderemos en esle lipade citas, más proclives a la enumera­ción que a la descripción detallada deunos modos de vida que se salían delas coordenadas a las que estabanacostumbrados los autores menciona­dos.

9 a 15. Aspectos de las excavaciones delTemplo Mayor. Fotos Alejandro Villalobos yDonald Jackson.

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Page 9: N08 datos arquitectónicos recogidos por cronistas

Arrasada la ciudad, comienza ellargo camino hacia la recuperación yaparecen ep escena nuevas gentes ynuevas prebcupaciones, como lo po­demos comprobar en los escritos deDurán y de Sahagún. En ellos busca­remos los datos que nos permitan unaprofundización en el conocimiento decómo era realmente la vida en lasciudades prehispánicas y cuál el modode utilización de los distintos espaciosurbanos.

Si nos basáramos exclusivamen­te en las citas anteriores, podría pare­cer errónea la idea, tan reiterada endiferentes estudios, de que en la ar­quitectura prehispánica revisten capi­tal importancia los espacios abiertos,mientras que, excepto en casos muyparticulares, existe una aparentedespreocupacion por los interiores.Pero un estudio más profundo de lasfuentes del siglo XVI la confirmarácomo válida. A la impresión de Cor­tés cuando habla de "aposentos pe­queños y bajos, muy amoriscados",que también mencionarán Durán ySahagún, hay que añadir que las alu­siones al mobiliario de las casas sonbastante exiguas en los cuatro cronis­tas. Se mencionan, claro está, arcasde madera, petates y asentaderos. Delas primeras es interesante lo que diceBernal:

" ... y además de estos cués teníacada indio e india dos altares, eluno junto donde dormía y el otro ala puerta de su casa, y en' ellosmuchas arquillas de madera y otrasque llaman petacas llenas deídolos, unos chicos y otros grandesy pedrezuelas y pedernales ylibrillos de un papel de corteza deárbol que llaman amate, y en elloshechos sus señales de tiempo y decosas pasadas ... " (Bernal 1968:578)

Los petates y asentaderos, lo mis­mo que las esteras, se hacían normal­mente con idénticos materiales: pal­ma, juncos marinos, pajas anchas,cañas y juncos de las lagunas (Durán1967, t. 11: 207). También había apo­yos de madera y, en determinadasocasiones, se utilizaba algún material

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a

b

16. Excavaciones del Templo Mayor. DetalleAdoratorio B ó "coateplantli". 17. Casa Roja.18. Dibujos de reconstrucción de edificios deMalinalco, Estado de México. a: El edificio 3 óTlacochcalco; b: El interior del edificio I óCuacuahtinchan. Fotos y dibujos AlejandroViIlalobos.

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Arrasada la ciudad, comienza ellargo camino hacia la recuperación yaparecen ep escena nuevas gentes ynuevas prebcupaciones, como lo po­demos comprobar en los escritos deDurán y de Sahagún. En ellos busca­remos los datos que nos permitan unaprofundización en el conocimiento decómo era realmente la vida en lasciudades prehispánicas y cuál el modode utilización de los distintos espaciosurbanos.

Si nos basáramos exclusivamen­te en las citas anteriores, podría pare­cer errónea la idea, tan reiterada endiferentes estudios, de que en la ar­quitectura prehispánica revisten capi­tal importancia los espacios abiertos,mientras que, excepto en casos muyparticulares, existe una aparentedespreocupacion por los interiores.Pero un estudio más profundo de lasfuentes del siglo XVI la confirmarácomo válida. A la impresión de Cor­tés cuando habla de "aposentos pe­queños y bajos, muy amoriscados",que también mencionarán Durán ySahagún, hay que añadir que las alu­siones al mobiliario de las casas sonbastante exiguas en los cuatro cronis­tas. Se mencionan, claro está, arcasde madera, petates y asentaderos. Delas primeras es interesante lo que diceBernal:

" ... y además de estos cués teníacada indio e india dos altares, eluno junto donde dormía y el otro ala puerta de su casa, y en' ellosmuchas arquillas de madera y otrasque llaman petacas llenas deídolos, unos chicos y otros grandesy pedrezuelas y pedernales ylibrillos de un papel de corteza deárbol que llaman amate, y en elloshechos sus señales de tiempo y decosas pasadas ... " (Bernal 1968:578)

Los petates y asentaderos, lo mis­mo que las esteras, se hacían normal­mente con idénticos materiales: pal­ma, juncos marinos, pajas anchas,cañas y juncos de las lagunas (Durán1967, t. 11: 207). También había apo­yos de madera y, en determinadasocasiones, se utilizaba algún material

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16. Excavaciones del Templo Mayor. DetalleAdoratorio B ó "coateplantli". 17. Casa Roja.18. Dibujos de reconstrucción de edificios deMalinalco, Estado de México. a: El edificio 3 óTlacochcalco; b: El interior del edificio I óCuacuahtinchan. Fotos y dibujos AlejandroViIlalobos.

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específico para la elaboracíón de talesutensilios. Por ejemplo, el21 de Mar­zo

" ... todos los asentaderas con queeste día se asentaban debían serhechos de hojas de zapotes blan­cos." (Durán 1967, t. 11: 243).

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g~~ :..c...... -e:;,~c..;ü -\*'=0 Crv.ca:J-\(Al.LO ) v\5;A "" .. .NMA~INALCO

a

Por su parte, Sahagún afirmaque Omácatl utilizaba una silletade juncias como trono (1979: 892),y que los señores, al igual que losdioses, se distinguían por los luga­res donde se acomodaban:

"Usaban los señores de unos asen­tamientos hechos de juncias de ca­ñas, con sus espaldares, que lla­man lepolzoicpalli, que tambiénlos usan ahora. Pero en el tiempopasado para demostración de sumajestad y gravedad, aforrábanloscon pellejos de animales fieros, co­mo son tigres y leones, onzas y ga­tos cervales, y osos y también deciervos, adobado el cuerpo."(Sahagún 1979: 460).

b Entre los asientos que mayor cargasimbólica encerraban se mencionanlos llamados cuauhicpalli, o asientode águila, y oceloicpalli, o asiento dejaguar, guarnecidos con plumas deáguilas y cueros de jaguares respecti­vamente, y ocupados por los guerre­ros más cuali ficados de la sociedadmexica.

Las andas o literas, donde erantransportados personajes de elevadajerarquía o ídolos con motivo de al­guna celebración, son también muymencionadas y, a tenor de las descrip­ciones, debieron ser tan lujosas comocorrespondía a su función. Transcri­bin:mos una eila, aunque en rigl)r nofueran muebles de interiores, toda \'U

que se empleaban para despla/amiL'n­tos al aire libre:

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específico para la elaboracíón de talesutensilios. Por ejemplo, el21 de Mar­zo

" ... todos los asentaderas con queeste día se asentaban debían serhechos de hojas de zapotes blan­cos." (Durán 1967, t. 11: 243).

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Por su parte, Sahagún afirmaque Omácatl utilizaba una silletade juncias como trono (1979: 892),y que los señores, al igual que losdioses, se distinguían por los luga­res donde se acomodaban:

"Usaban los señores de unos asen­tamientos hechos de juncias de ca­ñas, con sus espaldares, que lla­man lepolzoicpalli, que tambiénlos usan ahora. Pero en el tiempopasado para demostración de sumajestad y gravedad, aforrábanloscon pellejos de animales fieros, co­mo son tigres y leones, onzas y ga­tos cervales, y osos y también deciervos, adobado el cuerpo."(Sahagún 1979: 460).

b Entre los asientos que mayor cargasimbólica encerraban se mencionanlos llamados cuauhicpalli, o asientode águila, y oceloicpalli, o asiento dejaguar, guarnecidos con plumas deáguilas y cueros de jaguares respecti­vamente, y ocupados por los guerre­ros más cuali ficados de la sociedadmexica.

Las andas o literas, donde erantransportados personajes de elevadajerarquía o ídolos con motivo de al­guna celebración, son también muymencionadas y, a tenor de las descrip­ciones, debieron ser tan lujosas comocorrespondía a su función. Transcri­bin:mos una eila, aunque en rigl)r nofueran muebles de interiores, toda \'U

que se empleaban para despla/amiL'n­tos al aire libre:

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andas muy ricas labradas d~

plumas verdes y mucha arg~nt~ría

y otras ricas pedrerías engastadasen arboledas de oro que en ellastraían hechas de oro muy fino .....(Bernal 1968: 158)

Por lo demás, no es aventurado su­poner que la decoración interior dehabitaciones y aposentos se basabamás en mantas, objetos de pluma, ca­ña, cerámica, etcétera, que en lo quecomúnmente entendemos hoy cuandohablamos de mobiliario. Y si excep­tuamos las referencias a grandes salasy corredores, ocupadas por la castasacerdotal (Cortés 1976: 64), o a lospalacios de los nobles, concluiremosque en las sociedades prehispánicas lavida se hacía preferentemente en lacalle, rasgo que ha pervivido durantelargo tiempo y que actualmente noes difícil de constatar en lugares don­de los hábitos tradicionales no han si­do trastocados por la irrupción denuevas formas de vida. El caso de laventana ejemplifica claramente lodicho: en general, las construccionesmás modestas de zonas apartadas ca­recen de ella, y sólo se abre un vano alexterior cuando algo viene a pertur­bar el ancestral modo de vida. Algocomo la televisión, por poner unamuestra: en el momento que alguienla introduce en una de esas casas, elnúmero de horas pasadas en el inte­rior cobra importancia creciente, porlo que no será extraño que sc busquela comunicación con el exterior. Has­ta entonces la casa ha servido paradormir y guardar unas pocas perte­nencias, porque para ver las estrellassiempre es preferible tumbarseafuera.

Otro tanto ocurría en tiemposprehispánicos. Labores cotidianas co­mo preparar la comida, tejer o cual­quier otro tipo de actividad manual,se realizaban en la calle, lo mismo quela mayoría de los actos públicos y ce­remonias religiosas. En este sentido,los patios, tanto si son privados comosi son comunes a varias viviendas oedificios, se configuran como compo­nentes fundamentales de cual:.juierciudad prehispánica. Por su parte, el

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:~..":""""""!'.- .. '

!.:~~ .:j~~~~'

19. Malinalco. Croquis reconstitutivo. 20. De­talle excavaciones Templo Mayor. 21. Recons­tit uci6n aérea del recinto sagrado desde el suro­este. 22. Excavaciones Templo Mayor. fotos ydibujos Alejandro VilIalobos.

andas muy ricas labradas d~

plumas verdes y mucha arg~nt~ría

y otras ricas pedrerías engastadasen arboledas de oro que en ellastraían hechas de oro muy fino .....(Bernal 1968: 158)

Por lo demás, no es aventurado su­poner que la decoración interior dehabitaciones y aposentos se basabamás en mantas, objetos de pluma, ca­ña, cerámica, etcétera, que en lo quecomúnmente entendemos hoy cuandohablamos de mobiliario. Y si excep­tuamos las referencias a grandes salasy corredores, ocupadas por la castasacerdotal (Cortés 1976: 64), o a lospalacios de los nobles, concluiremosque en las sociedades prehispánicas lavida se hacía preferentemente en lacalle, rasgo que ha pervivido durantelargo tiempo y que actualmente noes difícil de constatar en lugares don­de los hábitos tradicionales no han si­do trastocados por la irrupción denuevas formas de vida. El caso de laventana ejemplifica claramente lodicho: en general, las construccionesmás modestas de zonas apartadas ca­recen de ella, y sólo se abre un vano alexterior cuando algo viene a pertur­bar el ancestral modo de vida. Algocomo la televisión, por poner unamuestra: en el momento que alguienla introduce en una de esas casas, elnúmero de horas pasadas en el inte­rior cobra importancia creciente, porlo que no será extraño que sc busquela comunicación con el exterior. Has­ta entonces la casa ha servido paradormir y guardar unas pocas perte­nencias, porque para ver las estrellassiempre es preferible tumbarseafuera.

Otro tanto ocurría en tiemposprehispánicos. Labores cotidianas co­mo preparar la comida, tejer o cual­quier otro tipo de actividad manual,se realizaban en la calle, lo mismo quela mayoría de los actos públicos y ce­remonias religiosas. En este sentido,los patios, tanto si son privados comosi son comunes a varias viviendas oedificios, se configuran como compo­nentes fundamentales de cual:.juierciudad prehispánica. Por su parte, el

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19. Malinalco. Croquis reconstitutivo. 20. De­talle excavaciones Templo Mayor. 21. Recons­tit uci6n aérea del recinto sagrado desde el suro­este. 22. Excavaciones Templo Mayor. fotos ydibujos Alejandro VilIalobos.

Page 12: N08 datos arquitectónicos recogidos por cronistas

mercado no sólo funcionaba como es­cenario de comercio, sino también co­mo mentidero público y lugar de en­cuentros y conversaciones.En las crónicas podemos encontrar

un evidente correlato entre el ámbitodoméstico y el monumental, corrobo­rado por la observación de cualquierzona arqueológica. Las pirámidespodían ser enormes, pletóricas devolumetría, imponentes, pero los es­pacios interiores de los templos que

las coronaban no destacaban por suamplitud: eran moradas de un dios-o de varios-, y a ellas sólo teníalibre acceso el sacerdote y, en algunoscasos, determinados acompañantesde elevada jerarquía. Raro era el díasin ceremonias, procesiones o activi­dades rituales en el calendario. Losactos podían ser restringidos, perocuando se trataba de una reuniónpública, más o menos multitudinaria,las celebraciones tenían por escenario

el exterior de los edificios. Una revi­sión del Libro 11 de Sahagún confir­ma lo dicho. Y es curioso constatarque el área sacra de Tenochtítlan sehallaba rodeada por un muro de ser­pientes, el coatepantli, el cual no mar­caba los límites de un templo, sinode un gran patio -o de variosyuxtapuestos- donde se levantabannumerosos edificios. De la magnitudde tal explanada nos dan cuenta va­rios autores:

21

22

"Era el patio de este templo muygrande: tendría hasta doscientasbrazas en cuadro. Era todo eºlo­sado (y) tenía dentro de sí muchosedificios y muchas torres; de estastorres unas eran más altas queotras, y cada una de ellas era dedi­cada a un dios." (Sahagún 1979:158).

Señalemos, para acabar con estepunto, que las ceremonias de carácterreligioso no se circunscribían sólo aesta parte de la ciudad, sino quepodían efectuarse en el ca/pulli o enlos propios patios de las viviendas.

Todo lo que venimos apuntandoimplica un concepto particular y dife­renciado de la arquitectura, muy dis­tinta a la de los tiempos actuales queincorpora con profusión grandesconstrucciones para eventos bajotecho, lugares de trabajo resguarda­dos y casas-habitación en las cualestiene lugar gran parte del resto denuestras actividades. Por el contra­rio, en tiempos prehispánicos la calleera el auténtico escenario vital de laactividad ciudadana y, mediante laincorporación de una serie de elemen­tos que le conferían identidad propia-la decoración de exteriores, porejemplo- se transforma,ba en un ge­nuino entorno cívico, abierto y cam­biante. El diseño urbano se concebíacasi como un ejercicio escenográficopleno de imaginación: los murosservían de soporte para pinturas y re­lieves, las alfardas de las escalinataspodrían arrancar de grandes cabezasserpentinas, los remates almenados setransformaban a veces en caracolescortados, etcétera.

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mercado no sólo funcionaba como es­cenario de comercio, sino también co­mo mentidero público y lugar de en­cuentros y conversaciones.En las crónicas podemos encontrar

un evidente correlato entre el ámbitodoméstico y el monumental, corrobo­rado por la observación de cualquierzona arqueológica. Las pirámidespodían ser enormes, pletóricas devolumetría, imponentes, pero los es­pacios interiores de los templos que

las coronaban no destacaban por suamplitud: eran moradas de un dios-o de varios-, y a ellas sólo teníalibre acceso el sacerdote y, en algunoscasos, determinados acompañantesde elevada jerarquía. Raro era el díasin ceremonias, procesiones o activi­dades rituales en el calendario. Losactos podían ser restringidos, perocuando se trataba de una reuniónpública, más o menos multitudinaria,las celebraciones tenían por escenario

el exterior de los edificios. Una revi­sión del Libro 11 de Sahagún confir­ma lo dicho. Y es curioso constatarque el área sacra de Tenochtítlan sehallaba rodeada por un muro de ser­pientes, el coatepantli, el cual no mar­caba los límites de un templo, sinode un gran patio -o de variosyuxtapuestos- donde se levantabannumerosos edificios. De la magnitudde tal explanada nos dan cuenta va­rios autores:

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"Era el patio de este templo muygrande: tendría hasta doscientasbrazas en cuadro. Era todo eºlo­sado (y) tenía dentro de sí muchosedificios y muchas torres; de estastorres unas eran más altas queotras, y cada una de ellas era dedi­cada a un dios." (Sahagún 1979:158).

Señalemos, para acabar con estepunto, que las ceremonias de carácterreligioso no se circunscribían sólo aesta parte de la ciudad, sino quepodían efectuarse en el ca/pulli o enlos propios patios de las viviendas.

Todo lo que venimos apuntandoimplica un concepto particular y dife­renciado de la arquitectura, muy dis­tinta a la de los tiempos actuales queincorpora con profusión grandesconstrucciones para eventos bajotecho, lugares de trabajo resguarda­dos y casas-habitación en las cualestiene lugar gran parte del resto denuestras actividades. Por el contra­rio, en tiempos prehispánicos la calleera el auténtico escenario vital de laactividad ciudadana y, mediante laincorporación de una serie de elemen­tos que le conferían identidad propia-la decoración de exteriores, porejemplo- se transforma,ba en un ge­nuino entorno cívico, abierto y cam­biante. El diseño urbano se concebíacasi como un ejercicio escenográficopleno de imaginación: los murosservían de soporte para pinturas y re­lieves, las alfardas de las escalinataspodrían arrancar de grandes cabezasserpentinas, los remates almenados setransformaban a veces en caracolescortados, etcétera.

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y esto, sólo si nos referimos a loperdurable, pues lo efímero tenía tan­ta o mayor importancia. Dos citas deSahagún bastarán para entenderlo.En la primera nos habla del decimo­noveno día del calendario, llamadoCe Quauhtli, fecha peligrosa para losniños, pues las cihuateteo, o espíritusde las mujeres muertas en el parto,bajaban a la tierra a causarles daño.Como medio de conjurar la amenaza,

" en este signo adornaban losoratorios edificados a honra de es­tas diosas por las divisiones de lascalles y caminos, con espadañas yflores." (Sahagún 1979: 249).

En la segunda trata de las ceremo­nias de "bautizo" en las familias delos grandes señores, los cuales convi­daban a gran número de personas y sepreocupaban, en tal ocasión, por ade­rezar los patios y caminos aledaños ala casa:

" ... llegado el día del convite todoslos servidores andaban poniendoespadañas y flores en los patios ycaminos (...) Y amaneciendoponían petates por todas partes, yasentaderos, y echaban heno entre­tejido la orilla, que parecían man­tas de heno." (Sahagún 1979: 251).

Asimismo, las ofrendas ante losídolos -ídolos que a decir de los cro­nistas se hallaban prácticamente entodas partes- eran continuamenterenovadas. Y esta decoración, plenade color y abigarramiento, se basabaen gran medida en unos materiales delos que pocos restos se han hallado enlas excavaciones arqueológicas. Ade­más de la piedra, las crónicas men­cionan imágenes hechas de calabaza,caña, cuero, fibras vegetales, flores,hueso, hule, madera, semillas y masade distintas legumbres, por no citar elapartado de joyería o de piedras se­mipreciosas, carey, concha, etcétera.

La ciudad en general, y cada unode los detalles en particular, seofrecían a la visión del espectador enuna forma radicalmente diferente a

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como lo apreciamos actualmente enmuseos o zonas arqueológicas: ahoraadolecen de una especie de desnudez,pues en casi todos los casos lo quequeda es piedra o materiales duros,pero carentes de las "vestiduras",atributos y ofrendas que los acompa­ñaban.

y ya que hemos hablado de mobi­liario, transcribiremos, para finalizareste breve repaso, la descripción quehace Sahagún de la imagen del diosNappatecuhtli, numen de quienesfabricaban esteras y juncias, por po­ner sólo un ejemplo de cómo se veríain situ una obra de ese tipo en tiemposprehispánicos:

" ... la imagen de este dios es comoun hombre que está teñido denegro todo; así el cuerpo como lacara, salvo que la cara tiene unaspecas blancas entre lo negro; tieneuna corona de papel pintada deblanco y negro ... " (Sahagún 1979:48).

México D. F., mayo de 1985

23. Cabeza - "clava" en piedra. ExcavacionesTemplo Mayor. foto INAH. 24. Retrato defray Bernardino de Sahagún (1590). 25. Planode Tenochtitlan atribuido a Cortés.

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y esto, sólo si nos referimos a loperdurable, pues lo efímero tenía tan­ta o mayor importancia. Dos citas deSahagún bastarán para entenderlo.En la primera nos habla del decimo­noveno día del calendario, llamadoCe Quauhtli, fecha peligrosa para losniños, pues las cihuateteo, o espíritusde las mujeres muertas en el parto,bajaban a la tierra a causarles daño.Como medio de conjurar la amenaza,

" en este signo adornaban losoratorios edificados a honra de es­tas diosas por las divisiones de lascalles y caminos, con espadañas yflores." (Sahagún 1979: 249).

En la segunda trata de las ceremo­nias de "bautizo" en las familias delos grandes señores, los cuales convi­daban a gran número de personas y sepreocupaban, en tal ocasión, por ade­rezar los patios y caminos aledaños ala casa:

" ... llegado el día del convite todoslos servidores andaban poniendoespadañas y flores en los patios ycaminos (...) Y amaneciendoponían petates por todas partes, yasentaderos, y echaban heno entre­tejido la orilla, que parecían man­tas de heno." (Sahagún 1979: 251).

Asimismo, las ofrendas ante losídolos -ídolos que a decir de los cro­nistas se hallaban prácticamente entodas partes- eran continuamenterenovadas. Y esta decoración, plenade color y abigarramiento, se basabaen gran medida en unos materiales delos que pocos restos se han hallado enlas excavaciones arqueológicas. Ade­más de la piedra, las crónicas men­cionan imágenes hechas de calabaza,caña, cuero, fibras vegetales, flores,hueso, hule, madera, semillas y masade distintas legumbres, por no citar elapartado de joyería o de piedras se­mipreciosas, carey, concha, etcétera.

La ciudad en general, y cada unode los detalles en particular, seofrecían a la visión del espectador enuna forma radicalmente diferente a

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como lo apreciamos actualmente enmuseos o zonas arqueológicas: ahoraadolecen de una especie de desnudez,pues en casi todos los casos lo quequeda es piedra o materiales duros,pero carentes de las "vestiduras",atributos y ofrendas que los acompa­ñaban.

y ya que hemos hablado de mobi­liario, transcribiremos, para finalizareste breve repaso, la descripción quehace Sahagún de la imagen del diosNappatecuhtli, numen de quienesfabricaban esteras y juncias, por po­ner sólo un ejemplo de cómo se veríain situ una obra de ese tipo en tiemposprehispánicos:

" ... la imagen de este dios es comoun hombre que está teñido denegro todo; así el cuerpo como lacara, salvo que la cara tiene unaspecas blancas entre lo negro; tieneuna corona de papel pintada deblanco y negro ... " (Sahagún 1979:48).

México D. F., mayo de 1985

23. Cabeza - "clava" en piedra. ExcavacionesTemplo Mayor. foto INAH. 24. Retrato defray Bernardino de Sahagún (1590). 25. Planode Tenochtitlan atribuido a Cortés.

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BIBLIOGRAFÍA

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co. Ed. Porrúa. México.

DIAZ DEL CASTILLO, Bernal1968 Historia verdadera de la

conquista de la Nueva Es­paña. Ed. Porrúa. Méxi­co.

HARDOY, Jorge F.1973 Pre-Columbian Cilies.

Walker and Co. NewYork.

MARQUINA, Ignacio1951 Arquitectura prehispáni­

ca. INAH. México

LEÓN-PORTILLA, Miguel1970 Los antiguos mexicanos a

través de sus crónicas ycantares. Fondo de Cultu­ra Económica. México.

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Central Mexico". Hand­bool 01 Middle AmericanIndians, vol. lO, pp. 395­446. University of TexasPress. Austin.

Ritos, sacerdotes y atavíos de los dioses. Textos1958 de los informantes de

Sahagún. Edición de Mi­guel León-Portilla. Insti­tuto de Historia. UNAM.México.

SAHAGÚN, Bernardino1979 Historia general de las co­

sas de Nueva España. No­tas de Angel Ma. Gari­bay, Ed. Porrúa. México.

KRICKEBERG, Walter1961 Las antiguas culturas me­

xicanas. Fondo de Cultu­ra Económica, México.

Historia de las Indias deNueva España e islas detierra firme. Notas de An­gel Ma. Garibay. 2 vols.Ed. Porrúa. México.

Trans. Charles E. Dibble,and Arthur J .0. Ander­son.The School of AmericanResearch-The Universityof Utah.

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las márgenes mexicas (deacuerdo con Sahagún ysus informantes)". Ana­les del Instituto de Investi­gaciones Estéticas, N° 45,pp. 11-22. UNAM. Méxi­co.

GARIBAY, Ángel M.1948 "Sahagún: relación breve

de las fiestas de losdioses". Tlalocan, vol. 11,N° 4, pp. 289-320. Méxi­co.

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Florentine Codex.1948Cartas de Relación. Ed.

Porrúa. México.

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