:N · sable de tal persona, además de su relativa falta de oficio debida a la poca asiduidad ......
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24 UNIVERSIDAD DE, MEXICO
"un arte para aficionados, en el sentido lIlás rigteroso del término"
Por Jesús BAL Y GAY
"mitad oyente y mitad ejecutante"
'lue tuvieron que cantar en público, unpoco o un mucho a su pesar. Y ahora, ca,rroborados por el éxito obtenido en la salade conciertos, se decidieron a grabar eldisco Gramex titulado Canciones españolas del Renacimiento, en el que se agrupanpiezas del Cancionero de Palacio del deUpsala, del de Medinaceli, de la Recopilación. de Juan Vásquez y de las Cancionesy villanescas espirituales de FranciscoGuerrero. todas muy bien cantadas. Lafunda del disco tiene en su anverso unlindo dibujo de Elvira Gascón y en Stt
reverso una excelente nota de AntonioAlatorre sobre la música grabada, másuna breve presentación que dice así: "ElGrupo Alatorre es un conjunto de aficionados que desde hace años consagran susocios a la música del Renacimiento español. La pasión que por ella sienten -unida a sus conocimientos musicales y literarios y a su buen gusto- compe~san lasdeficiencias naturales del aficionado. Asílo ha comprendido el público culto ele México, que en varias ocasiones no ha regateado su aplauso a este entusiasta grupode cantantes".
Por dos veces aparece en tan breve espacio la palabra aficionado y la segundacon un sentido que nada tiene de elogioso.y no me parece justo. Porque no hay razón para admitir que al aficionado le seanatural ninguna deficiencia. Para comenzar, cuenta él siempr,e con una cualid:.1dque con frecuencia le falta al profesional:la afición, es decir; el amor al arte, cualidad sin la que ningún hombre podrá considerarse un artista cabal. Y además e: seraficionado no significa necesariamente carecer de la suficiente capacidad técnicapara el cultivo del arte. Ahí están los componentes del Grupo Alatorre que lo demuestran. La incapacidad técnica se encuentra, en cambio, en muchos profesio1I.a,les, s~a. por falta de talento, preparaClan deÍlClente o exoeso de rutina. Todos ".hemos oído a cantantes de ópera famosos. i
destrozar con su desafinación, mala medi...4.,da y peor sentido del equilibrio ciertó!:tercetos y cuartetos a cappeUa que hay el} .,.algunas obras, cosa que no ocurre nuncacon los aficionados Alatorre, a pesar delas grandes dificultades que encierra elgénero polifónico, más grandes casi siempre que las de aquellos trozos operísticos.
En correspondencia con el senti~lo unpoco despectivo que se suele <br :.1 'Lé;'ll1i~
no aficiowJ.do, se usa ~n sCI1tido contrarioel de profesional, y en estos días se estáabusando mucho -por parte de los croni<tas rle conciertos y revisteros de discos- del de j>rofesionalismo. Cuando esos
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refinada, llena de interés, emocionante voriginal, que viene a ser una especie d~diario íntimo, realista en su fondo y almismo tiempo lleno de fantasía en susformas.
Para e! espíritu de universalidad todoarte tiene cabida, por eso la Universidad:N"acional Autónoma de México ve comohijos propios a los artistas, que con susobras contribuyen al conocimiento humanista, y por eso rinde homenaje en estaocasión a cinco pintores, a cinco poetasque con sus cantos enriquecen nuestrasvidas. Así, podemos decir con palabrasde López Ve1arde en su oración fúnebrea Saturnino Rerrán: "la próxima invernada. .. descubrirá que no son nuestrosmiembros los que se llenan de su frío,sino ella la que se quema de nosotros".
Que tan noble costumbre se haya conservado en algunos lugares o renazca enotros es algo que alegra el corazón detodo músico o amante de la música. EnInglaterra, por ejemplo, está viva en losclubes de aficionados al madrigal y en loscolegios de las grandes universidades. Yaquí, en México, existen algunos gruposde amigos que se reúnen periódicamentepara cultivar en privado ese delicioso género. Uno de ellos es el de los Alatorre,formado por Antonio y Enrique Alatorre,sus respectivas esposas, Margit Yolanday J asmín Reuter, ninguno de ellos músicoprofesional. Sábado tras sábado y desdehace años han venido dedicando unas horas a cantar piezas del repertorio polifónico español, con todo el amor y desinterésdel buen aficionado. Y como todo lo quese hace bien, con devoción, con rigurosahonestidad. acaba trascendiendo sus iniciales límites y propósitos, un día llegó en
su
La obra pictórica de Frida Kahlo esde carácter distinto, introspectiva, imaginativa, intelectual; pero su gracia, su oficio refinado y un "no sé qué" popularla salvan de toda rigidez o sequedad. Representa la última novedad de la pinturade! siglo xx, antes de las corrientes "~oobjetivistas". Ella es todo lo contrario.Ahonda en los objetos convertidos ensímbolos y así se sirve de la metáforapara expresar los más recónditos sentidosde su ser, en que van incluidos recuerdos, anhelos, interrogaciones y algunosrasgos freudianos que supo tratar con lamayor delicadeza y sabiduría, si bien enalgunos casos llegó a la crudeza, perosiempre dentro de los límites estrictosdel arte. Espíritu complejo, atormentado,bajo la apariencia de jovialidad, intentóla definición de sí misma y creó su obra,
MLOS ALATORRE y EL CONCEPTO
DE PROFESIONALISMO
LA MÚSICA se escribe y edita hoy paraque se consuma y se consume en elconcierto público. Pero la polifonía
vocal clásica -profana, no sacra- se destinaba en su época al consumo doméstico,y quienes se encargaban de que se consumase en la ej,ecución eran muchas veceslos mismos que habían de saborearla. Sihoy los participantes en un concierto sedividen en ejecutantes y oyentes, en aquella época solían fundirse en una especiede centauro mélico, mitad oyente y mitadejecutante, un ser superlativamente aptopara penetrar en la música y penetrarsede ella. La música, en ese plano, venía aconstituir un arte para aficionados, en els,entido más riguroso del término. (Claroestá que los grandes señores tenían músicos profesionales a su servicio, pero luimportante aquí es que ellos mismos y susinvitados gustaban de participar con aquéllos en la ejecución de la música.)
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"ser aficionado no significa carecer de la suficiente capacidad técnica"
,Antonio, Enrique, M;wgit y Yolanda Alatorre, y J. Reuler
mente de la música y que no tienen ninguna otra actividad. Esos, se dirá, sonauténticos profesionales. Pero no hay queprecipitarse. Porque una cosa es componer, otra tocar un instrumento, otra dirigir orquestas, otra escribir crítica. Y esraro, muy raro el caso del compositor queno hace otra cosa que componer y, además, vive de la composición. Lo más frecuente es que busque el diario sustentocomo instrumentista, como profesor, comodirector de orquesta o como crítico. Asípues, ya no podríamos llamarlo un compositor profesional, según el rigor que algunos pretenden para semejante término.Berlioz vivió más del periodismo que dela composición: ergo no fUe (?) un compositor profesional. Mahler y Strausstampoco, puesto que dedicaron gran partede su tiempo a dirigir. Y así tantos y tantos otros. Porque vivir exclusivamente dela composición significaría, en la mayoríade los casos, morirse de hambre.
En resumen, lo sensato será que nosabstengamos de caer en el afán de distinción entre el aficionado y el profesional.El músico, el poeta, el pintor es buen omal artista: eso es lo que importa. Cómoalcanzó excelencia, de qué vive, qué otrasaficiones tiene, son todas cuestiones absolutamente ociosas. Los Alatorre cultivancon gran habilidad la polifonía clásica, infinitamente mejor que muchos coristasprofesionales y que muchos divos de laópera -si éstos se pusieran a cantar esamúsica-: son, por tanto, unos excelentesartistas. Por el ahinco que ponen en ellop.or el. sentido de responsabilidad que pre~slde sIempre sus actuaciones, sería precisamente un error calificarlos de profesionales: son más bien unos aficionados engrado superlativo. Pero que se les llameaficionados y que al hablar de ellos sealuda a "las deficienóas naturales del aficionado", cuando en la jerga periodísticase está usando el vocablo profesionalismocomo sinónimo de perfección y sentido deresponsabilidad artística, lo considero sobremanera peligroso, más para el públicoque para ellos mismos.
daderos profesionales podremos señalarentre los más ilustres escritores, pintoresy_músicos?
Poniéndonos rigurosos, sería cosa depreguntar si se puede ser profesional endos o más disciplinas simultáneas. Si decidimos que no, automáticamente declararemos, por ejemplo, a St.-J. Perse, Borodin y, lo que es más, a muchos de losgrandes artistas del Renacimiento, aficionados, nada más que aficionados. Si decidimos que sí, no estableceremos diferenciaalguna entre el aficionado y el profesional. Hay mllsicos que viven exclusiva-
señores quieren elogiar de veras a un músico, en seguida recurren a ese término,como si la perfección técnica, la intuicióninterpretativa y el buen gusto fuesen sinónimos de profesionalismo. Este vocablosignifica, según el Diccionario de la Academia, "cultivo o utilización de ciertasdisciplinas, artes o deportes, como mediode lucro", nada más, y así se 10 había cn~endido siempre. Pero ahora resulta queImplIca además un auténtico dominio delarte, incluso un evidente sentido de responsabilidad, yeso sí es un disparate.
La cosa arranCa de lejos, con el uso deaficionado en el sentido de persona quepractica el arte sin gran asiduidad ni intención de lucro, pues ello parece implicaruna cierta actitud caprichosa e irresponsable de tal persona, además de su relativafalta de oficio debida a la poca asiduidadde la práctica. Frente a ese tipo apareceel de profesional, al que gratuitamentese. le concede todo lo que, no menos gratUItamente, se pretende, negarle al aficio-'nado, como si no pudieran existir prof~
sionales ineptos y deshonestos en elejercicio de su arte.
En rigor, el profesionalismo es unacuestión de' economía privada que a nadiedebe interesar: de qué vive Fulano. Ele:,critor, el pintor, el músico puede que noYlva -que no pueda vivir- de su oficio.Parte de su tiempo lo ha de dedicar a otrogénero de actividad. Y entonces se nosplantea el problema de tener que decidir,dada esa circunstancia, si ese hombre esun profesional verdad o un mero aficionado de la literatura, de la pintura, de lamúsica. Si admitimos que lo primero, ¿aqué le llamaremos ser aficionado? Y sidecidimos que lo segundo, ¿cuántos ver-