N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría,...

40
¿Donde estan ahora? LOS REFUGIADOS HÚNGAROS, 50 AÑOS DESPUÉS ARTÍCULO ESPECIAL DE LA EMBAJADORA DE BUENA VOLUNTAD DEL ACNUR ANGELINA JOLIE N O 1 3 2 2 0 0 6 La Agencia de la ONU para los Refugiados

Transcript of N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría,...

Page 1: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

¿Dondeestanahora?

LOS REFUGIADOSHÚNGAROS, 50 AÑOS DESPUÉS

ARTÍCULO ESPECIAL DE LA EMBAJADORA DE BUENA VOLUNTAD DEL ACNUR ANGELINA JOLIE

‘‘

N O 1 3 2 • 2 0 0 6

La Agencia de la ONU para los Refugiados

00_CUBIERTA_132 26/12/06 09:27 Página 3

Page 2: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

La última semana de octubre de 1956 fue una de lasmás dramáticas de la segunda mitad del siglo XX. En ellaestallaron dos crisis completamente distintas, ambas con

importantes y duraderas ramificaciones para el futuro curso dela Guerra Fría y las relaciones entre las dos superpotenciasemergentes, así como para el desarrollo de las Naciones Unidas.

El 23 de octubre, mientras los gobiernos británico, francés eisraelí celebraban una reunión secreta de tres días en Sèvres,cerca de París, que desembocaría en una convulsiónmomentánea en Oriente Medio (cuyos ecos aún resuenan hoy),un grupo de estudiantes de ingeniería de la capital húngara,Budapest, decidía organizar unamanifestación, no por la situación enHungría, sino por la de Polonia.

Budapest se había visto recorridapor un torbellino de noticias sobre losdisturbios en otros estados satélitesoviéticos: motines en AlemaniaOriental, muestras de descontento enPraga y, sobre todo, una revueltaimportante en la ciudad polaca dePoznan en junio, que había sidoaplastada por el ejército.

Los estudiantes de Budapestoyeron rumores de que se estabanproduciendo nuevos disturbios enPolonia y decidieron manifestarse enapoyo de los polacos. El mensaje seextendió rápidamente por la ciudad yla gente empezó a salir de tiendas,fábricas y casas para unirse a lamarcha.

Fue así como, en cierta medida, larevolución húngara de 1956 empezóaccidentalmente, aunque las tensionesestaban a flor de piel desde hacía algúntiempo. El país había pasado por considerables apuroseconómicos y por una sucesión de feroces purgas durante unadécada de gobierno comunista. La denuncia de Stalin por partede Nikita Khruschev en febrero de 1956 había generado unaoleada de expectativas por toda Europa central y, dos semanasantes, en la propia Budapest, se había celebrado ya una granmanifestación de tonos claramente anticomunistas.

A medida que evolucionaban los acontecimientos del 23 deoctubre, decenas de miles de personas se echaban a las calles y, demodo fulgurante, la manifestación inicial se transformaba enalgo totalmente distinto: una revuelta en toda regla contra elrégimen y sus patrones soviéticos.

Doce días más tarde, el 4 de noviembre, los tanques soviéticosrodaban por Budapest. La ciudad soportó días de fuertes

bombardeos y batallas callejeras y los húngaros empezaron a huir amillares hacia la vecina Austria. Cuando finalmente las fronterasquedaron selladas, unos 180.000 húngaros se habían marchado aAustria y 20.000 se habían dirigido a Yugoslavia, en el sur.

A los pocos días de comenzar el éxodo se puso en marcha unaextraordinaria operación en Austria, no sólo para atender a losrefugiados, sino para trasladarlos fuera del país casi tan rápidocomo llegaban. Al final se reasentó a 180.000 personas desdeAustria y Yugoslavia en un total de 37 países, los primeros100.000 en sólo nueve semanas. La actuación de los austriacos,las agencias de ayuda y los países de reasentamiento fue

realmente destacable. El levantamiento de 1956 y el

periodo inmediatamenteposterior ayudaron a dar formaal modo en que lasorganizaciones humanitarias —el ACNUR especialmente— se enfrentarían a las crisis derefugiados en las décadassiguientes. Este episodio dejóasimismo una marca indelebleen el derecho internacional y lapolítica para refugiados.

Pero a la gente que másmarcó fue, por supuesto, a lospropios húngaros, tanto a los quese quedaron como a los que semarcharon. Para conmemorar el50 aniversario de la Revoluciónde 1956, la revista REFUGIADOS ha entrevistado asiete refugiados húngaros que, a

raíz de estos hechos, se instalaronen distintos y lejanos países delextranjero.

Abarcan desde uno de los nombres más importantes en laindustria mundial informática hasta un mecánico deautomóviles jubilado. Pero todos, cada uno a su manera, hanpasado los últimos 50 años labrándose un próspero futuro quecontradice la idea de que los refugiados son una «carga» para losestados anfitriones.

Como comenta la embajadora honorífica del ACNUR,Angelina Jolie, en su artículo que aparece en este mismonúmero, 50 años es «un parpadeo en la historia de lahumanidad». En el mundo de los refugiados ha habido muchoslogros en el último medio siglo, pero, como nos recuerda larespuesta que tuvo la crisis húngara, parece que en el camino seha perdido un cierto grado de espontaneidad, altruismo y simplegenerosidad de espíritu.

2 R E F U G I A D O S

LA FATÍDICA MANIFESTACIÓN EN LA PLAZA BEM DE BUDAPEST

EL 23 DE OCTUBRE DE 1956.

MT

I FO

/B

. S

ÁN

DO

R/

HU

N•1

95

6

El 50 aniversario del levantamiento HUNGARO

El 50 aniversario del levantamiento HUNGARO

E D I T O R I A L

‘‘

Page 3: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

3R E F U G I A D O S

4La Revolución Húngara de 1956 y losrefugiados que cruzaron en masa el Telón deAcero provocaron una extraordinaria respuestade la que se beneficiaron las futurasgeneraciones de refugiados.

Cincuenta años despuésEn el 50 aniversario de la revolución, sieteantiguos refugiados húngaros cuentan cómoacabaron en lugares tan dispares comoWellington, Tokio, San Francisco y Bogotá.

R E S O L V E R L A C R I S I S24 M U N D I A L D E R E F U G I A D O S

Angelina Jolie sostiene que deberíamos evitar loserrores del pasado adoptando programas máselaborados e invirtiendo mayores recursos en lasregiones de procedencia de los refugiados.

Ú N E T E A L E Q U I P OD E R E S P U E S T A27 U R G E N T E D E L A C N U R

Angelina Jolie da un primer espaldarazo a lainiciativa del Equipo de Respuesta Urgente delACNUR y anima a todos a hacer lo mismo.

28 E L S U E Ñ O L I B E R I A N O

No es sólo la devastada infraestructura de Liberialo que hay que reconstruir partiendo de cero, sinoque es preciso rehacer la sociedad misma desdesus cimientos.

T E M A D E P O R T A D A

4Siete antiguosrefugiados húngarosaportan su visión

de la madre de todas lasoperaciones modernas deayuda a refugiados.

24Tras visitar arefugiados en unaveintena de países, la

embajadora honorífica delACNUR ofrece su punto devista en un artículo especial.

28A pesar de losenormes obstáculos,los liberianos se

dirigen lentamente hacia unfuturo mejor.

INST

ITU

TE

PUBL

IC F

OU

ND

AT

ION

•195

6 A

CN

UR

/E

.PA

RS

ON

S/

SD

N•2

00

4C

. G

TZ

/W

. B

AN

KS

/L

BR

•20

06

HU

N•1

95

6

La Agencia de la ONU para los Refugiados

N ° 1 3 2 - 2 0 0 6

MINISTERIODE TRABAJOY ASUNTOS SOCIALES

Dirección Generalde Integraciónde los Inmigrantes

Secretaría de Estadode Inmigración yEmigración

Subvencionado por:

EditorRupert ColvilleColaboradoresAndrea Szobolits, Ariane Rummery, BryanDeschamp, Catherine-Lune Grayson, IvorJackson, Klára Szentirmay Martine Pochon,Melita Sunjic, Rika Hakozaki, SylvanaWhyte, Tarek Abou Chabake, Terri Murphy,Tim Irwin y el personal del ACNUR en todoel mundoAsistente editorialManuela RaffoniDepartamento fotográficoSuzy Hopper, Anne KellnerDiseñoVincent Winter Associés, ParísProducciónFrançoise Jaccoud DistribuciónJohn O’Connor, Frédéric TissotReproducción fotográficaAloha Scan, GinebraMapasUnidad de Mapas del acnur

Documentos históricosArchivos del acnur

Comisión Coordinadora de Refugiados en espa-ñol: Agni Castro-Pita, Representante delACNUR en España. Por parte de la Secretaría deEstado de Inmigración y Emigración: EstrellaRodríguez Pardo, Directora General de Integra-ción de los Inmigrantes; Miguel Ángel AznarNieto, Subdirector General de IntervenciónSocial; Roberto Amurrio Íñigo, Jefe de Área deGestión de Programas. Responsable de la versiónespañola de Refugiados: Françesca Fontanini.Refugiados es una publicación de la Sección deInformación Pública del Alto Comisionado delas Naciones Unidas para los Refugiados. Lasopiniones expresadas por nuestros colaborado-res no coinciden forzosamente con las delACNUR. Los términos empleados y los mapasincluidos no suponen una toma de posición porparte del ACNUR en cuanto al estatuto jurídicode ningún territorio o las autoridades delmismo. Refugiados se reserva el derecho de edi-tar todos los artículos antes de su publicación.Los textos y fotos sin copyright puedes serreproducidos sin autorización previa. Por favor,citen al ACNUR. Las fotografías, excepto lasque tienen copyright, pueden obtenerse sólopara usos profesionales. Edición española:16.200 ejemplares, financiada por el Gobiernoespañol a través de la Dirección General deIntegración de los Inmigrantes.Tirada total: 114.000 ejemplares en inglés,francés, italiano y español.ISSN 0252-791 XD.L.: M. 43.567-1984Impresión en España:GRÁFICAS ARIAS MONTANO, S.A.Portada: Una niña húngara busca a suspadres tras separarse de ellos durante suhuida a Austria en noviembre de 1956.© BETTMANN/CORBIS/AUT.1956

Contraportada: Niños húngaros refugiados.DESDE LA ESQUINA SUPERIOR IZQUIERDA, EN ELSENTIDO DE LAS AGUJAS DEL RELOJ:IOM/HAT0085; FOTOS DEL ACNUR 103, 102, 92, 99, 80.

UNHCR - ACNURP.O. Box 25001211 Geneva 2, Switzerlandwww.unhcr.orgwww.acnur.org

Page 4: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

4

P O R R U P E R T C O L V I L L E

La noche del 23 de octubre de 1956

—el primer día de la revolución hún-gara—, el edificio del parlamento, lasede de Radio Budapest y otros edifi-cios clave quedaron rodeados u ocupa-dos y, aparentemente, agentes de la

policía secreta efectuaron disparos contra la muche-dumbre. Un par de acciones simbólicas —el derribode una inmensa estatua de Stalin y la aparición debánderas húngaras con agujeros en donde antes seencontraba el emblema de la hoz y el martillo— ha-bían puesto las cosas al rojo vivo.

«Ver aquello me dejó sin aliento —escribe en su auto-biografía Andrew Grove, un refugiado húngaro de 1956que posteriormente sería uno de los fundadores delgigante informático Intel (ver entrevista en p.12)—.Aquellas banderas quedaron cercenadas para siempre.La acción no dejaba lugar a dudas y parecía destinada aprovocar una reacción de algún tipo… Sentí que ya nohabía vuelta atrás».

Durante algunos días, para muchos húngaros, todoparecía prometedor: una parte importante del ejércitohúngaro se había sumado a la rebelión o había entre-gado sus armas; la odiada policía secreta se encontrabaentre la espada y la pared (muchos de sus agentes habíansido capturados y linchados), y el 29 de octubre se pro-

CO

PYRIG

HT ©

THE N

EW Y

ORK TIM

ES CO

MPA

NY

. REPRINTED

BY PERM

ISSION“Un asunto d

R E F U G I A D O S

Page 5: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

5

dujo la espectacular noticia de que el ejército soviéticoabandonaría Hungría al día siguiente.

DISTRAÍDOS POR LA GUERRASin embargo, también el 29 de octubre, la comunidad

internacional, fascinada hasta entonces por lo que ocu-rría en Hungría, se distrajo repentina y dramáticamenteal saber que los israelíes —en aplicación de un acuerdosecreto firmado con británicos y franceses cinco díasantes en Sèvres— habían invadido el Sinaí y se dirigíana toda velocidad hacia el Canal de Suez.

La Guerra Fría había generado dos puntos conflicti-vos en el espacio de una semana. Estados Unidos,temiendo que la guerra pudiera extenderse, se negó a

apoyar a Gran Bretaña, Francia e Israel. Animados talvez por el embrollo en que se hallaban metidas laspotencias occidentales en Oriente Medio y sin mediarpalabra, los líderes soviéticos se echaron inmediata-mente atrás en su decisión de retirarse de Hungría.

EL REGRESO DE LOS SOVIÉTICOSLos tanques soviéticos regresaron a Budapest el 4

de noviembre, doce días después de la manifestaciónque se había convertido en una revolución.

En aproximadamente una semana cientos de edifi-cios resultaron seriamente dañados o destruidos cuandolos húngaros ofrecieron una enérgica pero, en defini-tiva, inútil resistencia. No se conoce el número exacto

A la izquierda :Dos grandes crisisgeopolíticas, ademásde una elecciónpresidencial enEE.UU., compiten porla audiencia mundialel 3 de noviembre de1956. Al día siguiente,el ejército soviéticoregresa a Budapest.

© H U L T O N - D E U T S C H C O L L E C T I O N / C O R B I S / H U N • 1 9 5 6

del corazon”CÓMO

LA CRISIS HÚNGARACAMBIÓ EL MUNDO

DE LOS REFUGIADOS

R E F U G I A D O S

Page 6: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

6 R E F U G I A D O S

de muertos en Hun-gría, superior quizása los 2.500 de la cifraoficial. Otros muchosmiles fueron deteni-dos o simplementedesaparecieron, y

cientos de ellos fueron ejecutados.Cuando comenzó la avalancha de refugiados en la

frontera con Austria, éstos tenían una cosa a su favor: lacomunidad internacional, en general, era extremada-mente partidaria de su causa. Era la primera crisisimportante que aparecía tanto en televisión como enperiódicos y noticiarios cinematográficos, y la gente sequedó horrorizada al ver las escenas de Budapest, asícomo las desesperadas figuras que cruzaban a pie lainhóspita y nevada frontera.

Y existía también, con toda probabilidad, un senti-miento de culpa. Los húngaros se habían levantado.Habían oído cómo les aplaudían y animaban desde emi-soras de radio tales como Radio Europa Libre, la Voz deAmérica y la BBC. Muchos creían que Occidente habíaprometido acudir en su ayuda.

La ayuda llegó finalmente, pero sólo cuando ya eranrefugiados.

TODOS A ACHICAR AGUAFUE COMO SI SE HUBIESE ROTO UNA PRESA. Un pequeño

número de refugiados empezó a cruzar la frontera conAustria en la última semana de octubre. El siguientefin de semana (del 4 al 6 de noviembre), la cruzaron10.000 personas. El 16 de noviembre el total se elevabaa 36.000, y a finales de noviembre se había disparado a113.000. En diciembre, apenas nueve semanas después,otras 50.000 personas aumentaron la cifra hasta164.000. En primavera, cuando a efectos prácticos elmovimiento había cesado, 180.000 personas habíanentrado en Austria y otras 20.000 habían solicitadoasilo en Yugoslavia.

Clases enteras, incluso escuelas enteras, cruzaban lafrontera pobremente custodiada. Estudiantes, maestros,médicos, atletas y futbolistas famosos, agricultores,arquitectos y peones se dirigían en masa a Austria, ensu mayoría a la región del Burgenland, alrededor de laciudad de Eisenstadt. Se cuenta que un conductor detren salió de Budapest y no se detuvo hasta verse al otrolado de la frontera. Hombres, mujeres y niños cruzabanpantanos, vadeaban canales, cruzaban bosques y atrave-saban sigilosamente los campos nevados intentando evi-tar las patrullas y los focos.

Robert Quinlan había llegado a Viena unos 20 mesesantes como estudiante. Este norteamericano de 29 añoshabía tenido un buen número de experiencias durantesu primer año en el extranjero: conoció y se casó con unaconcertista de piano británica y fue testigo del renaci-miento de Austria en mayo de 1955 como resultado dela firma del Acuerdo de Estado que le devolvía su inde-pendencia después de 10 años de ocupación por las cua-tro potencias victoriosas. El acuerdo entró en vigor enjulio de 1955 y las últimas tropas de ocupación se retira-ron ese mismo mes de octubre, sólo un año antes de larevolución húngara.

Viena seguía recuperándose de la Segunda GuerraMundial, con numerosos edificios bombardeados a laespera de restauración. Y todavía quedaba un ligero ras-tro de la intriga internacional que tan evocativamentereflejaría más tarde la famosa película «El tercer hom-bre».

«Era una época en que con un buen whisky escocéstodavía podían conseguirse muchas cosas», recuerdaQuinlan, mencionando a un oficial soviético cuya ayudasolicitó y obtuvo mediante este método.

A Quinlan le ofrecieron trabajo en la ONG nortea-mericana National Catholic Welfare Conference(NCWC), que más tarde se llamó Catholic Relief Servi-ces. La NCWC trabajaba con la agencia para refugiadosde la ONU —organización que llevaba sólo cinco añosfuncionando— ayudando a integrar a los refugiados que

En el sentido de lasagujas del reloj : Ladecapitación de laestatua de Stalindurante el primer díadel levantamiento;un joven de 16 añoses interrogado enBudapest tras habersido capturadocuando intentabahuir a Austria; unosrefugiados sontransportados al otrolado de un canal quesepara Hungría deAustria.

AP

/H

UN

•19

56

AC

NU

R/

2/

AU

T•1

95

6M T I F O T Ó / J . S Z É C S É N Y I , L . P E T R O V I C S / H U N • 1 9 5 6

Page 7: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

aún quedaban de la Segunda Guerra Mundial. La agen-cia se dedicaba también al reasentamiento de refugiadosen el extranjero, los últimos coletazos de un masivo pro-grama de posguerra que había conseguido reasentar amás de un millón de refugiados entre 1947 y finales de1951.

Cuando estalló la revolución húngara, Quinlanestaba en Salzburgo, encargado de atender a 150 yugos-lavos de origen alemán, una pequeña muestra de losmillones de volksdeutsche desalojados de sus hogares enEuropa Central al final de la guerra. Tenía de plazohasta finales de año para resolver los 150 casos. El rea-sentamiento es con frecuencia un asunto lento y meti-culoso, pero no tiene por qué ser así, como Quinlanestaba a punto de descubrir.

Cuando los tanques entraron en Budapest aquel 4 denoviembre, la comunidad internacional reaccionó congran rapidez, a pesar de la competencia de la crisis deSuez. No estaba preparada para intervenir dentro deHungría, pero sí, según se vio, para hacer muchas cosaspor los húngaros que salieran.

Uno de los que más se aplicaron a ello fue el Ministrode Interior austriaco, Oskar Helmer. El 4 de noviembre,Helmer envió un cable urgente a las sedes del ACNURy del Comité Intergubernamental de Migraciones Euro-peas (CIME) solicitando ayuda, tanto en forma econó-mica como de garantías para trasladar rápidamente a lamayoría de los refugiados fuera deAustria.

ORGANIZAR LA RESPUESTAEn Viena se formó inmediata-

mente un comité compuesto porHelmer y su plantilla, el ACNUR,el CIME y la Liga de las Socieda-des de la Cruz Roja (LSCR), asícomo por unas cuantas ONG lo-

cales e internacionales. La LSCR sería la principal en-cargada en el frente asistencial, ayudando igualmenteal CIME en la inscripción, documentación y transportede refugiados fuera de Austria. El ACNUR se encar-garía de todas las cuestiones legales y de protección,así como de la integración de los que permanecieranen Austria.

Helmer quería asimismo que el ACNUR fuera elcoordinador general, o «agencia principal», un papelque confirmó posteriormente la Asamblea General, lacual aprobó diversas resoluciones de importancia du-rante los siguientes días y semanas (el Consejo de Se-guridad, en cambio, se encontraba paralizado tanto enel frente húngaro como en el de Suez por los intere-ses enfrentados de los países con derecho de veto).

Aparentemente el ACNUR no se encontraba en lamejor posición para hacerse cargo de dicha tarea. Enprimer lugar se trataba solamente de una organizacióntemporal con un mandato que expiraba en 1958. En se-gundo lugar, carecía de Alto Comisionado: la primerapersona en ocupar el puesto, Gerritt van Heuven Go-edhart, había muerto en julio de un ataque al corazónmientras jugaba al tenis, y su sustituto, Auguste Lindt,no sería elegido hasta diciembre. Afortunadamente, elAlto Comisionado en funciones, James Read, y el per-sonal más veterano de la agencia demostraron ser másque capaces de hacer frente al desafío.

’’

7R E F U G I A D O S

La policía de aduanasaustriaca, loshabitantes locales ylos voluntariosayudaron a decenasde miles de húngarosa entrar en Austria.Con el paso deltiempo, los controlesaduaneros se hicieronmás rígidos y el papelde loscontrabandistasayudando a la gente aescapar se volvió másimportante.

Fue la PRIMERA operacion importantede ayuda para refugiados de este tipo y ellibro de instrucciones aun estaba PORESCRIBIR en su mayor parte.

Fue la PRIMERA operacion importantede ayuda para refugiados de este tipo y ellibro de instrucciones aun estaba PORESCRIBIR en su mayor parte.

I O M / H A T 0 2 8 4 / A U S • 1 9 5 6

INS

TIT

UT

E P

UB

LIC

FO

UN

DA

TIO

N•1

95

6/

HU

N•1

95

6

’’

Page 8: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Fue la primera misión humanitaria moderna, y, trasun comienzo comprensiblemente caótico, se desarro-lló sin problemas. A ojos de los donantes, y práctica-mente de todos los historiadores, las tres agencias co-ordinadoras y muchas de las ONG que trabajaron conellas tuvieron una actuación excepcional.

Los habitantes locales o las autoridades austriacasse encargaban de cuidar de los refugiados que llega-ban a la frontera. Luego se les transportaba rápida-mente a unos centros donde se les inscribía en el re-gistro, volviéndolos a trasladar a campamentos, hoteleso alojamientos privados. Las ONG, entre ellas las fi-liales austriacas de la Cruz Roja y Caritas, les ayuda-ban en este trayecto.

Las agencias enviaban urgentemente personal desdetodo el mundo y a muchos otros se les contrataba in situ.Según Quinlan, a quien la NCWC reubicó rápidamentede Salzburgo a Viena, los austriacos y las agencias deayuda pudieron aprovecharse de varios factores: existíaun gran número de instalaciones en buenas condicio-nes (todos los campamentos y barracones recientementeabandonados por las fuerzas de ocupación norteameri-canas, británicas, francesas y soviéticas); había tambiéngran abundancia de personal capacitado en el entorno

local, incluidos muchos húngaro-parlantes, y existíanredes de agencias humanitarias con experiencia previaen temas de asentamiento e integración.

Por tanto, los elementos básicos de una operaciónde ayuda se encontraban dispuestos y en su sitio.

Sin embargo, no dejaba de ser la primera operaciónimportante de ayuda para refugiados de este tipo y ellibro de instrucciones aún estaba por escribir en sumayor parte.

Para empezar, ¿podía considerarse a esta gente comorefugiados y tenía un mandato el ACNUR para ha-

cerse cargo de ellos? Sí, según losaustriacos. El ACNUR consintió eigualmente, sin grandes discusio-nes, hicieron los demás estados. Elartículo 6B del Estatuto del AC-NUR parecía incluir claramenteesta situación. Pero, según la defi-nición de la Convención sobre losRefugiados de la ONU de 1951, ¿noeran refugiados sólo los producidosa raíz de sucesos anteriores a 1951?

Durante las primeras NUEVESEMANAS se saco de AUSTRIA auna impresionante cifra de 92.950personas por barco, autobus, tren o avion.

Durante las primeras NUEVESEMANAS se saco de AUSTRIA auna impresionante cifra de 92.950personas por barco, autobus, tren o avion.

8 R E F U G I A D O S

Arriba : El primerbarco con refugiadoshúngaros con destinoa EE.UU. llega aBrooklyn, NuevaYork, en enero de1957.Derecha : Unrefugiado dice adiósa unos amigos que sevan de Austria rumboa otro país. El ACNURpidió a los países dereasentamiento queno se olvidasen delos refugiadosenfermos ydiscapacitados.

© B E T T M A N N / C O R B I S / U S A • 1 9 5 7

’’’’ ’’

Page 9: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

9R E F U G I A D O S

Arriba : Refugiadoshúngaros a bordo deun tren a la espera deirse de Osijek, en laantigua Yugoslavia,durante 1957;mientras, otro grupo,con rumbo a Suiza,sube a su autobús enViena.

¿Y no había que evaluar a cada refugiado individual-mente?

ABRIR NUEVOS CAMINOSEL ASESOR JEFE DEL ACNUR EN ASUNTOS LEGALES, Paul

Weis —calificado por el Alto Comisionado Lindt como«posiblemente el mayor experto mundial en derecho sobrerefugiados»—, planteó unos argumentos que satisfacían loscriterios legales relacionados con la fecha límite de la defi-nición en la Convención. Por otra parte, el Estatuto delACNUR se utilizó como base para decidir la admisión «dehecho» de los grupos que llegaban en masa, como el de loshúngaros, un acontecimiento tremendamente importanteen la práctica del derecho internacional sobre refugiados yque ha beneficiado a muchos millones desde entonces.

Mientras, en lugar de entrar en debates sin fin sobrelas cuestiones en torno al mandato y la definición, enAustria, y poco después en Yugoslavia, la gente se centróen hacer su trabajo de ayudar y reasentar a los refugia-dos húngaros del mejor modo posible.

La historiadora Louise Holborn describe el comienzode la masiva operación de reasentamiento de emergen-

cia, tan sólo tres días después de que el ejército soviéticomarchase sobre Budapest: «El 7 de noviembre la CruzRoja francesa fletó un avión a Viena cargado con sumi-nistros médicos y llevó refugiados de vuelta a Francia.Algunos grupos privados británicos, y posteriormentecompañías aéreas comerciales, siguiendo su propia ini-ciativa y haciéndose cargo de los gastos, organizaron unpuente aéreo para la Cruz Roja británica entre GranBretaña y Austria que el 14 de diciembre había trans-portado ya a 7.500 refugiados al Reino Unido. El 8 denoviembre el primer tren especial desde Suiza trasladóa más de 400 refugiados. Y en días posteriores, autobu-ses de Suecia y trenes de Bélgica y los Países Bajos regre-saron con refugiados a dichos países». También llegabanpor vía urgente dinero y artículos de socorro.

El 28 de noviembre un total de nueve países euro-peos se habían llevado ya a 21.669 refugiados. El 31 dediciembre se había sacado de Austria a una impresio-nante cifra de 92.950 personas. Cuando acabó la opera-ción, 180.000 de los 200.000 refugiados de Austria yYugoslavia habían sido transferidos en barcos, autobu-ses, trenes y aviones a 37 países.

La reacción de muchos estados fue enormementepragmática, derogando sus leyes de inmigración oencontrando formas de saltárselas, a fin de aceptar rápi-damente a tanta gente como fuera posible. Canadá, porejemplo, aceptó a unas 38.000 personas sin casi ningún

AC

NU

R/

11/

AU

T

IOM

/H

YU

00

32/

YU

G•1

95

7

IOM

/H

AT

031

3/A

US

•19

57

Page 10: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

tipo de chequeo previo, y relajó su prohibición de rea-sentar en los meses de invierno. También aceptó a undepartamento universitario entero de ingenieros fores-tales, compuesto por unos 500 estudiantes y profesores,y los asentó en la Columbia Británica. Estados Unidosaprobó una ley especial que permitía aceptar a personascon visados temporales, en vez de tener que pasar por el(extremadamente largo) proceso formal de residencia.

Australia levantó las barreras a la tercera edad y Sue-cia demandó activamente a enfermos de tuberculosis.Posteriormente, los demás países escandinavos, así comootros países europeos, ayudaron también quedándose congente que sufría de tuberculosis o de afecciones similares(un grupo conocido como los «crónicos», que en tiemposnormales resultaba muy difícil de reasentar). Ayudar a loscrónicos fue una de las prioridades de Auguste Lindtcuando empezó su etapa como Alto Comisionado.

A veces el impulso perdía velocidad. En más de unaocasión, tanto Helmer como Lindt tuvieron que dar unempujón extra a los estados cuando veían que la sensa-ción de urgencia empezaba a decaer. Ofrecer asilo, ase-guró Helmer en una de esas ocasiones, no era sólo undeber, sino «un asunto del corazón».

EL CIERRE DE LOS CAMPOSLINDT, POR SU PARTE, ESTABA DECIDIDO a que los hún-

garos no acabasen como los miles de refugiados de la

Segunda Guerra Mundial que seguían malviviendo encampos de toda Europa por la dificultad de reasentarlos.En una entrevista inédita realizada por el ACNUR en1998, dos años antes de su muerte, Lindt aseguró queuna de las cosas que más le habían frustrado eran los«horribles campos de los antiguos refugiados. Sabía desu existencia, pero ver que hasta tres generaciones derefugiados seguían viviendo en campos, eso era terrible.Pensar en niños y adultos que no habían tenido nuncauna vida normal». Posteriormente pidió a los represen-tantes estatales: «¡Debemos cerrar esos campos!».

Uno de los logros que más le enorgullecían era, sinduda, que para principios de los años 60 no quedaba nin-gún húngaro en los campamentos. Se les había reasentado(180.000), integrado en Austria (unos 7.900) o Yugoslavia(675), o se habían repatriado voluntariamente (11.273).

TRAS EL TELÓN DE ACEROTAMBIÉN HIZO LO IMPOSIBLE PARA ASEGURARSE DE que

las repatriaciones eran absolutamente voluntarias encada uno de los casos. Entretanto, estrechó relacionescon Tito —quien había tomado la valiente decisión, paraun líder comunista, de aceptar húngaros que huían de laintervención soviética— cuando se reunieron en secretoen una isla yugoslava durante 1957.

Las condiciones en los campos de Yugoslavia eranmucho peores que en los de Austria. A Lindt le horro-

Fuente principal : Informe del ACNUR ala Asamblea General, 14 de septiembrede 1959.* Marzo de 1958, cifras de LouiseHolborn: «Refugiados: un problema denuestro tiempo», pags. 414-5.† En otras partes, la cifra final de Canadáes de 38.000 y la de Australia 15.000.Miles de refugiados se trasladaron a unsegundo país de reasentamiento,especialmente desde países europeos aNorteamérica.

REASENTAMIENTO DE HÚNGAROSDESDE AUSTRIA Y YUGOSL AVIA ,

OCTUBRE DE 1956 – JUNIO DE 1959

Alemania 15.470 Argentina 1.020Australia 11.680†

Austria 410Bélgica 5.850Brasil 1.660Canadá 27.280†

Chile 270Chipre 2*Colombia 220Costa Rica 30Cuba 5*Dinamarca 1.380Ecuador 1*España 19*Estados Unidos 40.650 Fed. de Rhodesia y Nyasaland 60Francia 12.690 Irlanda 540 Islandia 50Israel 2.060Italia 4.090Luxemburgo 240 Nicaragua 4*Noruega 1.590 Países Bajos 3.650 Paraguay 7*Portugal 4*Reino Unido 20.990República Dominicana 580Suecia 7.290 Suiza 12.870Turquía 510Unión de Sudáfrica 1.330Uruguay 37*Venezuela 780Nueva Zelanda 1.090

R E F U G I A D O S10

CANADÁ

ISL ANDIA

PAÍSES BAJOS

BÉLGICA

ITALIAESTADOS UNIDOS TURQUÍA

CHIPREISRAEL

SUIZA

LUXEMBURGOALEMANIA

ESPAÑA

REP. DOMINICANACUBA

COSTA RICA

UNIÓN DE SUDÁFRICA

FED. DE RHODESIA Y NYASAL AND

URUGUAY

PARAGUAY

ARGENTINA

ECUADOR

VENEZUEL A

BRASIL

COLOMBIA

PORTUGAL

REINO UNIDO

HUNGRÍA

DINAMARCA

YUGOSL AVIA

AUSTRIA

NORUEGA

SUECIA

IRL ANDA

NICARAGUA

FRANCIA

CHILE

Page 11: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

rizó en concreto uno de los campos que Tito le envió aver. «La mayoría de los refugiados de la costa adriáticavivían confortablemente en antiguos hoteles. PeroGerovo era distinto. Se encontraba situado en las mon-tañas, en un campo utilizado antiguamente por los ale-manes, completamente aislado…». Los refugiados sesentían muy frustrados y se quejaron a Lindt de que lostrataban como a prisioneros. «Realmente era un campoterrible», recordaba, pero había conseguido que relaja-ran la normativa para que al menos pudieran salir a darun paseo fuera del perímetro del recinto.

En el frente del reasentamiento, sin embargo, sehacían grandes progresos, y el ACNUR pudo declararel problema de los refugiados húngaros en Yugoslaviacompletamente «resuelto» en enero de 1958.

Lindt visitó Gerovo una vez más: «Me invitó elGobierno para que fuera testigo de la partida de los últi-mos refugiados húngaros. Fueextraordinario. Todo el mundocantaba, los hombres silbaban,por primera vez en meses lasmujeres se habían rizado el pelo.Fue una experiencia increíble,enormemente jubilosa».

Además, Lindt se ganó rápi-damente las simpatías del nuevorégimen húngaro, que aceptó

casi todas las condiciones de repatriación que les propuso.En 1963 el Gobierno húngaro declaró una amnistía quepermitió a muchos refugiados regresar a visitar a familia-res que no habían visto en al menos siete años.

El ACNUR y el sistema internacional de protecciónde los refugiados que éste defiende salieron enorme-mente fortalecidos de la crisis de los refugiados húngaros.La noción de refugiado «de hecho» se volvió a usar casiinmediatamente en favor de unos 200.000 argelinos quehuían a Túnez y Marruecos, y luego sirvió de base paranumerosas operaciones en otros lugares del mundodurante las décadas siguientes. La operación húngarasentó también las bases para una serie de criterios opera-tivos que siguen vigentes hoy en día, especialmente en elárea, vitalmente importante, de la coordinación.

«Fue increíble —dice Robert Quinlan, quien tampocotuvo un papel desdeñable dirigiendo a un equipo de 44 per-sonas que procesaba febrilmente casos de reasentamientoen el salón de baile de un palacio vienés—. Fue un granejemplo de responsabilidad compartida. El secreto de laoperación húngara fue esa solidaridad y cooperación».

Auguste Lindt estaba especialmente satisfecho porla forma en que la crisis permitió que el resto del mundoaccediera al sistema de protección de refugiados, enlugar de quedar confinado a Europa. «Me di cuenta deque sería bueno para la ONU —dijo en 1998, con 93años—, y [el Secretario General Dag] Hammarskjoldestuvo de acuerdo conmigo, que saliésemos de Europay que pudiera haber refugiados en todas partes, y que elAlto Comisionado se encargase de todo ello… Fue ungran avance». �

¿Será el tanesperado visado ?Una fotogénicafamilia de refugiadosespera noticias sobresu reasentamiento enel verano de 1958.

El SISTEMA internacional de PROTECCION al refugiado salioenormemente FORTALECIDO de la crisis de los refugiados hungaros.

GLOBAL INSIGHT DIGITAL MAPPING © EUROPA TECHNOLOGIES LTD.• 1998.

IOM

/H

AT

02

01/

AU

S•1

95

8

11R E F U G I A D O S

El SISTEMA internacional de PROTECCION al refugiado salioenormemente FORTALECIDO de la crisis de los refugiados hungaros.

AUSTRALIA

NUEVA ZEL ANDA

’’ ’’

’’

Page 12: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

12 R E F U G I A D O S

Andrew Grove, nacido bajo el nombre de

András Gróf en Budapest, en 1936, es hijoúnico de un matrimonio judío que poseía

un negocio de productos lácteos.En 1942, cuando la Segunda Guerra mundial se in-

tensificaba en toda Europa, el padre de Grove fue lla-mado a filas y enviado al frente ruso. Al año siguientese le dio por desaparecido. Después de que Alemaniainvadiera Hungría en 1944, Grove y su madre Maria seocultaron en el campo, utilizando falsos nombres ser-bios para sobrevivir.

Tras la guerra y la «liberación» de Hungría por partede la Unión Soviética, la vida siguió siendo dura. Toda-vía se discriminaba a los judíos. Además, su padre, quehabía regresado escuálido pero vivo de los campos detrabajos forzados al finalizar la contienda, era sospechosode ser demasiado burgués, según los comunistas.

El 23 de octubre de 1956, Grove —por aquel enton-ces un estudiante de Químicas de 20 años— se unió ala manifestación de sus compañeros en apoyo de los po-lacos. En su autobiografía, «Nadar al otro lado», describesus sentimientos: «Después de tantos años de sombríosy silenciosos desfiles del primero de mayo, había algode mágico en una gran manifestación de tipo espontá-neo. No dejé de mirar a todos lados, absorbiéndolo todo,sintiendo que estaba en medio de un sueño».

El entusiasmo inicial de Grove se convirtió en apre-hensión y más tarde en auténtico miedo cuando el ejér-cito soviético invadió Budapest de nuevo en noviem-

Las grandes crisis de refugiados —especialmente las quese produjeron hace mucho tiempo— tienden a ser descritas agrandes rasgos: 200.000 refugiados húngaros, 180.000 reasentadosen 37 países. A ello se le añade un poco de política con algo de«colorido» para darle vida.

¿Pero quién era esta gente exactamente y dónde está ahora? Lahistoria no se detiene cuando la persona desciende del barco y seconvierte en una estadística.

Para conmemorar el 50 aniversario de la Revolución Húngara, larevista REFUGIADOS ha buscado a algunos de los húngarosreasentados por todo el mundo hace medio siglo y les hapreguntado cómo fue su experiencia en aquellos días y, en muchossentidos lo más importante, qué ha sido de ellos desde entonces.

A pesar de que uno de ellos insistía en que «a los húngaros nonos gusta viajar», los hemos encontrado por todo el planeta.

¿Encontraron la tan manida «solución permanente»? Larespuesta (al menos en estos siete casos) fue un rotundo «sí». Lossiete, cada uno a su manera, han hecho de sus vidas un éxito:

siendo pioneros en la agricultura ecológica en Canadá oarreglando coches en Colombia, escribiendo novelas en Suiza odirigiendo periódicos en Austria, trabajando con ordenadores enWellington o haciendo posible que éstos funcionen en SiliconValley.

Y quizás lo más sorprendente de sus experiencias al huir deHungría en 1956 es… que muchas de ellas siguen repitiéndose hoyen día: la gente paga a traficantes para que la saquen de un país, lasfamilias se separan, los documentos de identidad se pierden, losniños oscilan entre el miedo y la excitación por las nuevasexperiencias (varios entrevistados dijeron no haber visto nunca unplátano hasta su llegada a Austria), las penurias, la sensación depérdida y la gran dificultad que supone empezar una nueva vida,con un nuevo idioma, en un nuevo país.

70 AÑOS – COFUNDADOR DE LA EMPRESA INFORMÁTICAINTEL, SAN FRANCISCO, EE.UU.

ANDREWGROVEANDREWGROVE

San FranciscoQuébec Neuchâtel Viena

Tokio

Wellington

Bogotá

ACNUR / IMAGEN SATÉLITE © 1996-2004 PLANETARY VISIONS

50años despues-

Page 13: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

bre. «Era bastantepeligroso pertenecera una especie contrala que se habíaabierto la veda enBudapest después dela revolución —expli-ca a REFUGIADOS—.Habían pasado cosashorribles en los últi-mos diez años y laidea de que te lleva-ran preso en un ca-mión era inquie-tante».

Cuando por todaspartes detenían a lagente en redadas, ély un amigo se diri-gieron a la fronteraaustriaca en tren,eludiendo los con-troles de la policía ycomprando el aseso-ramiento de un tra-ficante. «Me sentía

aterrorizado mientras atravesaba aquellos campos oscu-ros para no volver nunca», dice Grove. Logró llegar ala frontera austriaca con dos capas de ropa para prote-gerse del frío, su cartera de estudiante y el equivalentea unos 20 dólares.

Desde Austria lo trasladaron en tren hasta Alema-nia, antes de partir hacia Estados Unidos bajo el patro-cinio del Comité de Socorro Internacional, una de lasgrandes ONG norteamericanas que trabajaban en el re-asentamiento junto con el ACNUR, la Cruz Roja y elComité Intergubernamental de Migraciones Europeas:«Era el sitio donde había que ir, el sitio del futuro».

En su autobiografía cuenta cómo fue consciente delo que verdaderamente había hecho cuando el viejotransporte de tropas en el que viajaba navegó por de-lante de los famosos acantilados blancos de Dover: «Medi cuenta de pronto de la trascendencia de todo lo queme ocurría: irme de Hungría por primera vez, ver In-glaterra. Cada uno de esos acontecimientos hubiera sidoimpensable sólo dos semanas antes. Ahora se producíanuno detrás del otro. Estaba desbordado».

Tras un agitado viaje por las invernales tormentasdel Atlántico, Grove llegó a Nueva York en enero de1957, y en un principio se le trasladó a un antiguo campode prisioneros de guerra en Nueva Jersey antes de mu-darse a casa de unos parientes.

Pese a las inevitables dificul-tades, siendo la lengua una delas mayores, Grove se sintió acep-tado en su nuevo país desde elprincipio: «A la gente no le mo-lestaba que fuera húngaro, lo cualera reconfortante».

Aunque nunca ha regresadoa Hungría, Grove sigue recor-dando las cosas que más echabade menos después de huir: el en-torno más inmediato, la ciudad,

su facultad y sus amigos de la ópera, los cafés de las ca-lles, el café húngaro.

Pero lo peor de todo es que también había dejado asus padres atrás. Una de sus mayores motivaciones du-rante sus primeros años en EE.UU. fue encontrar el di-nero y los medios para traer a sus padres al país. En1962, un año antes de doctorarse en Ingeniería Químicapor la Universidad de California en Berkeley, consiguiósacarlos de Hungría. Su padre obtuvo un trabajo comodependiente y su madre como cajera y envolvedora depaquetes en unos grandes almacenes californianos.

Tras Berkeley, Grove empezó a trabajar en FairchildSemiconductor, pioneros del circuito integrado. Más tarde,en 1968, Grove y otros dos antiguos empleados de Fair-child crearon su propia empresa, Intel, que posterior-mente se convirtió en una de las com-pañías de mayor éxito e influencia de laera informática. Empezando como di-rector de operaciones, Grove ha sidodesde entonces presidente, presidenteejecutivo y presidente del consejo —y,más recientemente, consejero delegado—del gigante de los microprocesadores.Además ha escrito varios libros y se haconvertido en uno de los principales teóricos y profesores de gestión y admi-nistración de empresas en Estados Uni-dos.

«No me volví más listo por cruzar lafrontera», dice, pero cree que, de habersequedado en Hungría, habría sido prác-ticamente imposible tener el éxito queha cosechado en Estados Unidos. Comomucho, cree que podría haber sido quí-mico: «Tengo suerte de haber podido escapar y vivir enun país que me ha aceptado y me ha dado la oportuni-dad de crear una empresa tecnológica de primera clase».

Analizando los 50 años que han pasado desde la re-volución húngara, Grove señala a REFUGIADOS que sesiente descorazonado por ver que «una generación trasotra pasa por las mismas dificultades». Le resulta de-primente ver las sucesivas oleadas de refugiados y des-plazados del mundo como si fueran «las multitudes dehúngaros repetidas una y otra vez».

No obstante, la historia de uno de esos húngaros,András Gróf, puede servir de inspiración a los refu-giados e inmigrantes de todo el mundo. Es, además,un poderoso antídoto contra la opinión general de quelos refugiados son una carga para la sociedad que losacoge.

– Lilli Tnaib

13R E F U G I A D O S

Izquierda : AndrewGrove con sus padresen Hungría, un añoantes de larevolución.Abajo : Grove se hajubiladorecientemente de supuesto comopresidente de IntelCorporation.

CO

RT

ES

ÍA D

E A

ND

RE

W G

RO

VE

© I

NT

EL

CO

RP

OR

AT

ION

’A Grove le resulta DEPRIMENTE

ver que el trance de los hungarosse “REPITE una y otra vez”en las posteriores OLEADAS de refugiados en otros lugares.

A Grove le resulta DEPRIMENTEver que el trance de los hungaros

se “REPITE una y otra vez”en las posteriores OLEADAS de refugiados en otros lugares.

Page 14: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Klára Schéda tenía 19 años cuando pasó

a Austria con su prometido Paul Szentirmay eldía de Nochebuena de 1956. Ahora tiene 69

años, vive con su segundo marido en Wellington, NuevaZelanda, y habla inglés con un fuerte acento húngaro.

Se acuerda perfectamente del día en que su barcoarribó finalmente al puerto de Wellington. Era do-mingo. Llevaba cuatro meses embarazada y habían te-

nido cinco agitadas semanas de viaje desde Ho-landa. El Canal de Suez seguía cerrado por la crisisde Oriente Medio, por lo que se habían visto obli-gados a tomar la ruta, mucho más larga, del Ca-nal de Panamá.

«En Nueva Zelanda no se hacía nada los do-mingos. Nada de nada». Incluido desembarcar re-fugiados de un barco. «Así que esperamos en elpuerto, simplemente mirando hacia Wellington,durante un día y medio. Era un día precioso. Pa-recía la foto de una postal. El solo hecho de estar

ahí era como estar en una película».Ése fue el feliz final de la primera fase de Klára como

refugiada y el comienzo de otra más difícil en la que

ella y Paul lucharon por establecerseen una tierra que difícilmente podíaestar más lejos de Hungría.

Se habían conocido tres años an-tes en Vác, una ciudad a unos 35 ki-lómetros al norte de Budapest. Cuandoempezó el levantamiento, Paul Szen-tirmay tomó parte activa organizandoreuniones. «Además había muchas es-tatuas de Stalin en la zona de Vác,que derribamos y destruimos. Y poreso, cuando el 4 de noviembre aplas-taron la revolución, a Paul lo pusie-ron en la lista negra».

Emprendieron la marcha hacia lafrontera justo antes de las Navidades:«Para entonces estaban cerrando lasfronteras otra vez. Así que íbamos ves-tidos como si sólo fuéramos a dar unpaseo. Yo llevaba mi pañuelo y mi poema favorito y un bolso. Nada más».

Contrataron los servicios de uncontrabandista. «Paul le dio todo el dinero que llevá-bamos encima —además de su cámara— y gracias a esonos guió al otro lado de la frontera. Aunque oímos elruido de los perros y los disparos, conseguimos cru-zarla».

En Austria los alojaron en un hostal para estudian-tes de Graz, donde a Klára le dijeron que, dado que noestaban casados, tendrían que vivir en lugares distintos.

«Luego yo dije: Paul y yo estamos prometidos, y ellosrespondieron: Bueno, nosotros no consideramos válidos losnoviazgos. Pero se portaron muy bien, porque se dieroncuenta de que no me estaba tirando un farol. De hechonos compraron los anillos y nos pagaron una boda enGraz. Incluso nos proporcionaron una luna de miel enun bonito hotel».

Ellos querían ir a Estados Unidos, donde tenían unpariente lejano, pero se interpuso la biología… y la po-lítica de reasentamiento de EE.UU. «Yo era joven e in-genua, así que me quedé embarazada cuando estábamosen Graz. Estados Unidos no quería gente que estuvieracasada y embarazada. Así que nos quedamos allí hastaabril aproximadamente, porque nadie nos quería. Luegoquedaban Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda».

«En Sudáfrica, nos dijeron, Paul tendría que contro-lar, armado, a la gente de raza negra; pero Paul tendríael arma y los negros trabajarían, y eso no le llamabamucho la atención. Luego Australia: decían que estaballeno de serpientes y cosas así. ¡Eso no me llamaba laatención a mí!».

«En Nueva Zelanda, dijeron, la primavera es eternay la tierra hermosa, nos lo creímos y vinimos aquí».¿Mintieron en lo del tiempo? «¡Por supuesto! ¡Por su-

puesto! Puede que en algunos luga-res la primavera sea eterna, pero noen Wellington».

De hecho, al poco de llegar allí,empezó a llover. «Llovió durantenueve semanas. No es broma. Llo-raba de lo deprimida que estaba. Loodiaba».

Al principio Paul encontró untrabajo en una fábrica de cerveza. Y

KLARASCHÉDA

KLARASCHÉDA

69 AÑOS – TERAPEUTA JUBILADA, WELLINGTON,

NUEVA ZELANDA

--

CO

LE

CC

IÓN

PR

IVA

DA

, K

. S

ZE

NT

IRM

AY

© K

. S

ZE

NT

IRM

AY

14 R E F U G I A D O S

Fue horrible estar EMBARAZADAy tener mi primer hijo en un hospitalsin saber una palabra de INGLÉS…Pase mucho MIEDO

Fue horrible estar EMBARAZADAy tener mi primer hijo en un hospitalsin saber una palabra de INGLÉS…Pase mucho MIEDO’’

Page 15: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Klára trabajó en una fábrica de botones hasta poco an-tes de dar a luz a su hija (cuyo nombre es tambiénKlára), «nueve meses y diez días después de casarseen Graz».

«Fue horrible estar embarazada y tener a mi pri-mera hija en un hospital sin saber una palabra de in-glés o sin tener a mi madre para agarrarme de la mano.Pasé mucho miedo».

Aunque Klára agradece profundamente a Nueva Ze-landa el haberla acogido, el recibimiento inicial por partede la gente no fue muy prometedor en general: «No lesgustaban los extranjeros. La primera frase que aprendíen inglés fue “¡Malditos extranjeros!”, lo juro. Y ni si-quiera sabía lo que significaba. Lo tuve que mirar en eldiccionario. Nos odiaban totalmente».

La segunda hija de Klára nació en 1959. En partedebido a su situación doméstica, iba muy por detrásde Paul en lo que se refiere a aprender inglés. «Tenía21 años, dos bebés, no hablaba el idioma. Fue terrible,realmente lo fue». Los primeros años fueron duros,pero poco a poco las cosas empezaron a mejorar encuanto se mudaron de su hostal a una gran casa conseis habitaciones, donde alquilaban algunas de ellas apensión completa a otros húngaros: «Lavaba y coci-naba para ellos, planchaba para ellos, limpiaba paraellos. No quiero que me compadezcan, pero no teníalavadora, con dos niñas pequeñas aún en pañales. ¡Yno había agua caliente!».

Al final aprendió inglés gracias a una mujer rusaque hablaba varios idiomas (pero no húngaro). Siguensiendo grandes amigas. También impulsó su aprendi-

zaje el hecho de que le encantara leer y de que hubieraagotado la reserva local de libros húngaros.

Paul se hizo bibliotecario. Klára trabajó durante sieteaños para una empresa de investigación de mercadosen la que acabó como Directora de Informática (en lostiempos en que poca gente había visto un ordenador).Luego estuvo nueve años en IBM, hasta los cuarenta ytantos, momento en que «decidí que ya tenía bastantede cifras y máquinas». Después de un corto descanso,empezó una nueva carrera como terapeuta para alco-hólicos y drogadictos.

Se separó de Paul a finales de los años 70, pero si-guieron siendo buenos amigos hasta su muerte. Paulfue el primer cónsul de la era postcomunista y su su-cesor fue su hija Klára, quien, como actual cónsul ho-noraria, está muy metida en el 50 aniversario de la re-volución que la llevó a ser concebida en un hostal paraestudiantes de Graz. La joven Klára dirige asimismo unperiódico bilingüe en húngaro e inglés.

«Yo llevo la sección de cocina del periódico», dice sumadre.

Vive en la casa que ella y Paul Szentirmay cons-truyeron después de comprar un terreno (o «sección»)con la ayuda del Estado. «Está en la parte vieja deWellington, tenemos un pequeño riachuelo al finalde la parcela. Ah, ¡es un sueño! Llevo viviendo aquídesde 1962 y estoy segura que sólo saldré de ella conlos pies por delante. Me encanta vivir aquí, ¡de ver-dad!».

– Rupert Colville

15R E F U G I A D O S

FERENCZGABORFERENCZGABOR

____________

Página anterior, izquierda : Klára yPaul Szentirmaydurante su viaje aNueva Zelanda. Unapareja holandesa lesprestó los trajes debaño.Página anterior, abajo : Klára da decomer a los pájarosen su jardín deWellington.

AC

NU

R/

G.

VA

LD

IVIE

SO

/C

OL

•20

06

Izquierda : FerenczGábor, uno de losmanifestantes dellevantamiento de1956, en su casa deBogotá.

Italia, pasando por Austria. Por aquel entonces no sabíanada del país que se convertiría en su hogar para el restode su vida.

«Antes de llegar aquí no había oído hablar de Co-lombia —recuerda hoy en su pequeña casa al sur de Bo-gotá—. Cuando me preguntaron si quería vivir en Ecua-dor, Venezuela, Brasil o Colombia, me gustó el sonidode la palabra Colombia y pensé que allí haría calor. Tam-bién dijeron que podía ir a Canadá, pero no me gustóla idea debido al frío. Los inviernos en Hungría eranmuy, muy fríos».

El menor de tres hermanos, Ferencz Gábor vivía consu familia en la pequeña ciudad de Gyor, no lejos de lafrontera austriaca. Cuando comenzó el levantamientohúngaro de octubre de 1956, Gábor, que era miembrodel Movimiento Juvenil local, tomó parte en la protestacontra el régimen comunista y se manifestó frente a lasede de la policía secreta en Gyor.

A comienzos de noviembre la revolución se habíaextendido por toda Hungría. Todavía hoy, Gábor re-cuerda las posteriores escenas de violencia contra losmanifestantes como los momentos más terribles por losque ha pasado en su vida.

«Los soldados abrieron fuego. Luego nos persiguie-ron con palos —dice—. Había sangre por todas partes ymuchos heridos, entre ellos niñas y mujeres embaraza-das. Ayudé a todos los que pude. Luego vinieron a por

69 AÑOS MECÁNICO DE COCHES,

BOGOTÁ, COLOMBIA

Ferencz Gábor tenía 21 años cuando

llegó a la capital colombiana, Bogotá, endiciembre de 1957, la última parada en una odi-

sea de un año que le llevó desde su Hungría natal hasta

Page 16: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

«Éramos diez familias y otros dos hombres solteros—señala—. El autobús nos dejó en la esquina de la Ca-lle 8ª con la 9ª. Me sorprendió que Bogotá no fueratan calurosa como había imaginado. Sin embargo, noera tan fría como Hungría. Lo primero que hice fueponerme a buscar trabajo. No era fácil porque no ha-blaba español, pero sí italiano, más o menos. Ellos en-tendían lo que yo decía, pero yo no les comprendía aellos».

Con su formación como mecánico encontró tra-bajo en talleres y fábricas, e incluso intentó montarsu propio taller de reparación de automóviles du-rante un tiempo. La vida en Colombia no siempre

Refugiadosreasentados enNueva Zelandaescuchan a uncompatriota húngarotocando el violín enun club deWellington, a finalesde los años 50.

CO

LE

CC

IÓN

PR

IVA

DA

, K

. S

ZE

NT

IRM

AY

mí. Me escondí con un amigo y me fui de la ciudad alas tres de la mañana porque sabía que me estaban bus-cando».

Al principio Gábor se refugió en un pequeño pue-blo en el lado austriaco de la frontera, viviendo con otroshúngaros en un campamento improvisado. Unas se-manas más tarde se trasladó a Viena antes de ponerrumbo al sur, hacia Italia, donde pasó un año en Roma.Tiene buenos recuerdos del tiempo que estuvo en Ita-lia, el mejor de los cuales es el día en que a él y a otroshúngaros les recibió el papa Pio XII.

«Nos dio su bendición y las gracias por ser tan va-lientes», recuerda.

En total, diez países del continente latinoamericanorecibieron refugiados húngaros, desde Brasil y Argen-tina —más de un millar cada uno— hasta Ecuador, dondeno fue más que una persona.

Gábor recuerda que le ofrecieron una plaza en Aus-tralia y Canadá, pero en vez de eso se convirtió en unode los 220 húngaros que acabaron en Colombia, dondellegó en diciembre de 1957. Todavía se acuerda de suprimer día en Bogotá.

ha sido fácil, asegura, y mu-chas veces el dinero no hadado más que para una co-mida al día. Hace dos años,el ACNUR —que sigue pro-porcionando ayuda a algu-nos de los húngaros de latercera edad que viven enColombia— le dio a la mu-jer de Gábor una máquinade coser con la que ahora fa-brica y vende ropa.

Pero lo peor de su vidaen el exilio no han sido losapuros económicos. Cin-cuenta años después, la an-gustia emocional por habercortado los lazos con su paísy su familia sigue pesandoen su vida.

«Mi madre casi se muerede la pena cuando me fui —afirma Gábor—. Yo era suhijo pequeño. Murió diez añosdespués de llegar yo a Co-lombia y mis hermanos meculparon por ello: decían quele había roto el corazón. ¿Peroqué podía hacer? No podía

volver. Uno de mis compañeros regresó varios años des-pués de la revolución y lo mataron. Unos años despuésmurió mi padre, y luego en 1982 murió mi hermanomayor en una cárcel comunista».

Ferencz Gábor no ha regresado a Hungría desde quese fue hace medio siglo y no ha visto a su familia desdeentonces. Casado con una mujer colombiana, RosalbaSilva, tiene una hija que vive en Cali y dos nietos queson actualmente el centro de su vida.

«Extraño muchísimo mipaís —dice—. Volver allí? Qui-zás de visita. Me gustaría ha-cer eso algún día. ¿Pero vi-vir allí? No. Soy un hombremayor ya, casi setenta años.Aquí me recibieron bien,gracias a Dios, y éste es mihogar».

— Gustavo Valdiviesoy Marie-Hélène Verney

Mi madre murio diez años despues dellegar yo a COLOMBIA y mis hermanos

me CULPARON por ello:decian que le habiaROTO EL CORAZON.

Mi madre murio diez años despues dellegar yo a COLOMBIA y mis hermanos

me CULPARON por ello:decian que le habiaROTO EL CORAZON.

’’ ’’

R E F U G I A D O S16

’’ ’’ ’’

Page 17: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Agota Kristof tenía 21 años cuando empezó

el levantamiento húngaro. Vivía en Këszeg, unapequeña ciudad junto a la frontera austriaca. Su

marido, que era profesor de Historia, fue a Budapest a par-ticipar en las manifestaciones. Ella no tuvo más remedioque quedarse en casa cuidando de su hija de cuatro meses.

«Fue algo muy violento, especialmente contra los so-viéticos. Coreábamos ¡Volveos a vuestro país!», recuerda Kris-tof. Con el regreso del ejército soviético a Hungría la si-tuación se deterioró: «Había tanques en cada esquina… nadiese atrevía a salir».

A su marido lo llamaron de la sede del partido comu-nista, junto a dos de sus compañeros, y le ordenaron quepusiera calma entre la gente. Se negaron a hacerlo y losarrestaron. Sin embargo, dado que las cárceles estaban arebosar, los pusieron en libertad muy pronto.

Uno de los compañeros de su marido se suicidó poste-riormente arrojándose a las vías de un tren. Al otro lo sen-tenciaron a dos años en la cárcel. A finales de noviembresu marido decidió que tenían que irse del país.

Su guía —un hombre llamado József— era un amigo dela infancia. Le dieron todos sus ahorros, tal y como hicie-ron las otras diez personas del grupo. «La gente que es-taba a punto de irse de Hungría le daba todo el dinero quetenía, ya que en Austria carecía de valor», explica Kristof.

Después de caminar por un bosque durante dos ho-ras, llegaron a Austria. Kristof cree que las autoridadesestaban «satisfechas de que nos fuéramos. Para ellos éra-

mos la escoria de la sociedad. Alos policías soviéticos les daba igual;el guía los conocía bastante bieny los emborrachó».

Los encontró un policía de adua-nas austriaco y los llevó a un pe-queño pueblo que estaba lleno derefugiados húngaros. Luego los tras-portaron por autobús hasta Viena,donde los alojaron en barraconesmilitares y donde dormían en «col-chones de paja en el suelo… unas20 personas en una sola habitación».

Era la primera vez que viajabanal extranjero y se encontraban enla más absoluta indigencia, pues nohabían podido llevar consigo nin-guna de sus pertenencias aparte depañales para el bebé y algunos dic-cionarios. Dependían completamentede la ayuda externa. Como todos losdemás, no podían permanecer enAustria, por lo que su marido em-pezó a buscar desesperadamente unnuevo país de acogida.

El 8 de diciembre de 1956 lle-garon a Suiza junto con otros refugiados húngaros a bordode un tren especial. Al principio los alojaron en otros ba-rracones de tipo militar, pero poco a poco empezaron a lle-var una vida normal.

Los que querían estudiar eran enviados en un principioa Zurich, y desde allí destinados a otras ciudades suizas. AgotaKristof empezó su nueva existencia en Neuchâtel, junto a lafrontera con Francia. Pero, por segunda vez en su vida, ha-bía perdido la oportunidad de continuar sus estudios.

La primera vez fueron los tanques soviéticos y el miedode su marido a acabar en la cárcel los que impidieron quese matriculara de Literatura en la Universidad de Buda-pest. La segunda vez su marido volvió a interponerse. «Nopude ir a la universidad por él», asegura. Él hablaba fran-cés y alemán y llevaba todos los asuntos oficiales de la fa-milia. Era mucho mayor que ella y estaba más disponible,puesto que ella tenía que cuidar de su bebé. Su exilio es-taba acentuando el desequilibrio natural de su relación.

Él se matriculó en Biología mientras que ella aceptó untrabajo en una fábrica de relojes para alimentar a la fami-lia. Pese a ser un trabajo duro, sonríe cuando se acuerdade sus antiguos compañeros: «Eran muy, pero que muyhospitalarios. Tenía muchas amigas».

Kristof, que ya sabía algo de francés, obtuvo una becade la ciudad de Neuchâtel para estudiar unos cursos deidioma. En la fábrica volvió a escribir, tomando notas queluego pasaba a limpio en su casa por las noches.

Se divorció de su primer marido y en 1963 se casó conun fotógrafo suizo, con el que tuvo otros dos hijos. Aun-que disfrutaba cuidando de su familia, su nueva vida enel campo no le aportó felicidad. No disponía de medios detransporte y como resultado de ello se sentía tremenda-mente aislada. Eso implicaba también la falta de oportu-nidades de labrarse un futuro.

Empezó a escribir cada vez más: «Antes ya escribía bas-tante, pero entonces empecé a escribir por las noches,cuando los niños estaban dormidos… al principio en hún-garo, luego, poco a poco, en francés».

17R E F U G I A D O S

AGOTAKRISTOF

AGOTAKRISTOF

71 AÑOS NOVELISTA,

NEUCHÂTEL, SUIZA

Izquierda : AgotaKristof en Këszeg,Hungría, a finales delos 40.Abajo : Cuando teníamás de cincuentaaños, Kristof seconvirtió en unafamosa novelista.

BN

S,

BE

RN

E

BN

S,

BE

RN

E ©

RO

NIQ

UE

BO

TT

ER

ON

Page 18: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

18 R E F U G I A D O S

En 1968 regresó por primera vez a Hungría. La situa-ción era tensa debido a la reciente invasión soviética deChecoslovaquia. «Estaba contenta por poder ver a mi fa-milia… pero ya no tenía deseos de quedarme», comenta.Una experiencia en concreto le dejó impresionada: «Nopude reconocer a mi hermano pequeño».

Se divorció también de su segundo marido, pero su ca-rrera artística empezaba a despegar. Escribía obras de teatro y radio. Todavía más importante, escribía novelas,entre otras una trilogía —El gran cuaderno, La prueba y Latercera mentira— que se publicó entre 1986 y 1991 con granéxito internacional.

Su exilio ha modelado su carrera literaria en varios sen-tidos. Primero, complicó su aparición: «Perdí unos 15 añosde escritura», dice. Y el distanciamiento de su tierra natalinfluyó profundamente también en los temas y en el es-tilo de su obra.

La oscuridad de su prosa, las escenas de violencia ycrueldad que describe en alguno de sus textos, están «engran medida, inspirados en hechos reales». Pero tambiénson, admite, parte de su carácter y no simples productosde su experiencia: «Incluso lo que escribía en húngaro erabastante oscuro… era algo que estaba en mí desde antes.Cruzar la frontera simplemente empeoró las cosas».

Los primeros años los suicidios eran muy comunes en-tre los refugiados húngaros. Tras la excitación del levan-tamiento, los exilados tenían que enfrentarse al fracaso desus sueños y a la monotonía de la vida diaria: «Había unaauténtica y profunda sensación de soledad. Y el idioma, ylos trabajos que nos ofrecían… era muy duro», explica Kris-tof. Resume esos sentimientos en una frase típica de suprosa, con un estilo simple y directo: «Para eso no mere-cía la pena… Siempre me arrepentiré de haberlo hecho.Hubiera preferido quedarme».

Pese a su éxito y a los premios obtenidos —incluido elPremio al Libro Europeo de 1987—, Agota Kristof sigue re-sintiéndose por la forma en que se ha desarrollado su ca-rrera: «Llegó demasiado tarde… Tenía 50 años cuando pu-bliqué mi primer libro en francés». Habían transcurridomás de tres décadas desde que empezó a escribir en Hun-gría, a la edad de 13 años. Todo tardó demasiado.

—Cécile Pouilly

Frank Andrasi dejó su hogar en Baja

—una pequeña ciudad a unos 35 kilómetros dela frontera húngara con Yugoslavia— justo des-

pués de las Navidades de 1956. No tenía más que ochoaños.

FRANKANDRASIFRANK

ANDRASI58 AÑOS – AGRICULTOR YEMPRESARIO ECOLÓGICO,

QUEBEC, CANADÁ

Incluso lo que escribia en HUNGARO era

bastante OSCURO. Cruzarla frontera simplemente

EMPEORO las cosas

Incluso lo que escribia en HUNGARO era

bastante OSCURO. Cruzarla frontera simplemente

EMPEORO las cosas

’’’’

’’

Page 19: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Aunque ninguno de sus padres era activista polí-tico, había razones para temer represalias, así como

saqueos puntuales por partede las tropas invasoras. «Mimadre era una agitadoranata. Oí decir que amenazócon cortarse las venas si le hacían llevar la banderaroja el primero de mayo.Siempre hubo algún tío oprimo que echaba pestes delrégimen cuando yo eraniño, y todos habían desa-parecido».

Andrasi recuerda per-fectamente la noche en quecruzaron la frontera. «Melevantaron en mitad de lanoche. Nos llevaron en untractor, sentados en la partede atrás con nuestros dosmaletones, hasta un lugarperdido. Mi padre tenía lacara blanca como la pared.Me dijeron que me callase.Había salido la luna y loscampos estaban nevados.Más tarde me enteré de quehabíamos atravesado uncampo minado entre Hun-gría y Yugoslavia».

Su padre había pertene-cido al regimiento militarque había puesto las minastres años atrás: «Le resultabadifícil orientarse en la nieve,con árboles que antes esta-ban allí pero que ahora ha-bían desaparecido. Posterior-mente me di cuenta de quecruzar el campo de minascon su familia fue un acon-tecimiento muy traumáticopara él».

La familia pasó un año enYugoslavia, trasladados porlas autoridades de sitio en si-tio en trenes, a veces inclusoen camiones para ganado.

Nunca supieron muy bien por qué los trasladaban oadónde los llevarían la siguientevez.

«A veces los lugares en losque vivimos —visto retrospec-tivamente— eran bonitos, comocastillos de caza en un país dehadas —recuerda—. Por supuesto,sin agua corriente ni calefac-ción. En ocasiones nos alojabanen barracones de tipo militar oen edificios poco sólidos y sincalefacción, a orillas de her-mosísimos lagos donde podíashacer que una piedra rebotase

durante medio kilómetro. De niño lo pasé estupen-damente».

Sus padres, en cambio, no.«El tema de la comida era complicadísimo. Me doy

cuenta de que mi madre, a pesar de que estaba emba-razada, y mi padre compartían la suya conmigo porqueyo siempre estaba hambriento. Lo pasaron fatal. El huecoentre el suelo y la puerta de estas preciosas casitas decampo era lo bastante grande como para dejar pasar aun gato, por lo que los vientos que bajaban de la mon-taña nos hacían sufrir mucho. Recuerdo a unos guar-das disparando contra un lobo que se había colado porlos pasillos de uno de los edificios».

Su madre sufrió una crisis nerviosa em la época enque nació su hermana pequeña, en noviembre de 1957.«Estábamos seguros de que iba a nacer en Australia,porque ésa era la palabra quemis padres no paraban derepetir: “Australia, Austra-lia”. Sin embargo, nació enalgún sitio —ni él ni ella sa-ben exactamente dónde— aorillas del Danubio, el granrío que atraviesa Europa yque también pasaba cercade la casa de Andrasi enBaja».

Por lo que Andrasi re-cuerda, ellos sólo tratabancon las autoridades yugos-lavas, nunca con las agencias humanitarias. «Nuestramayor frustración era que nunca podíamos hablar conel personal de las Naciones Unidas que se ocupaba delos refugiados». Cuando por fin pudieron discutir supaís de reasentamiento, «el cupo para Australia estabatotalmente cerrado, por lo que Canadá se convirtió ensu nuevo destino».

En diciembre de 1957, casi un año después de lle-gar a Yugoslavia, viajaron en tren a Italia, «donde es-peramos a que finalizasen los papeleos antes de mar-charnos en un barco de vapor». Pese a las dificultades,Andrasi, con nueve años, se lo estaba pasando comonunca.

Las cosas mejoraron todavía más cuando subieron abordo del crucero Vulcania: «¡Ah, la comida! El come-dor: nunca había visto algo tan lujoso en mi vida. Po-día pedir helado o cualquier otra cosa. ¡Estaba encan-tado! Por supuesto mis padres estaban mareados,vomitando por todas partes. Diez días de invierno en elAtlántico Norte… Estoy seguro de que hay épocas me-

19R E F U G I A D O S

I

Izquierda : FrankAndrasi, con sieteaños y medio, el díade su primeracomunión.Abajo :Con su mujer Mariaen Quebec.

CO

RT

ES

ÍA D

E F

. A

ND

RA

SI

CO

RT

ES

ÍA D

E F

. A

ND

RA

SI

Habia salido la LUNAy los campos estaban NEVADOS.

Mas tarde descubri que habiamos atravesado un

CAMPO MINADO.

Habia salido la LUNAy los campos estaban NEVADOS.

Mas tarde descubri que habiamos atravesado un

CAMPO MINADO.

’’’’

Page 20: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

20 R E F U G I A D O S

jores para hacer ese viaje, pero yo estaba totalmente fas-cinado».

La mayor parte de los pasajeros del Vulcania eranemigrantes italianos. «Mi esposa, a la que conocí casidiez años después, había viajado, de hecho, en ese mismobarco, sólo que unos seis meses antes. Era una emi-grante italiana».

Tras desembarcar en Halifax vivieron brevementecon una familia antes de mudarse a un pueblo aislado,junto a una gran fundición de acero. Más tarde vol-vieron a mudarse a Montreal, en la provincia de Que-bec, en busca de trabajo para el padre de Frank. La fa-milia sobrevivía a duras penas: «Uno de mis recuerdoses el de mi padre yendo a pie a trabajar durante unmes para poderme comprar una cartera escolar rojaque me encantaba. Se ahorraba el dinero del autobúsy andaba tres millas de ida y tres de vuelta. Eso mellegó al alma».

Con sólo 19 años Andrasi se casó con Maria di Ge-nova, de 18. «Me licencié en Psicología, trabajé enMontreal como asistente social y luego me volví loco,compré una finca junto a mi mujer y unos amigos yfuimos pioneros en el cultivo de productos ecológi-cos».

Al principio de mudarse a la finca de Acton Vale, a100 kilómetros al este de Montreal, los vecinos mira-ban con recelo al joven refugiado urbano de Hungría ya su esposa, emigrante italiana, que practicaban una ex-traña agricultura ecológica que en aquellos tiempos se-guía asociándose básicamente a hippies y vegetarianosradicales: «Los vecinos se estuvieron preguntando quépasaba durante mucho tiempo, hasta que empezaron aver furgonetas que venían y cargaban en la finca». Y

luego, cuando me compré un coche mejor que el suyo,empezaron a pensar: «Ah, quizás los productos ecoló-gicos no están tan mal».

Desde entonces la agricultura ecológica ha evolu-cionado mucho. En cierta forma, Andrasi y los demáspioneros —entre ellos su socio, otro refugiado húngarocuyo nombre es John Herr— iban sentando las bases amedida que avanzaban. «La primera certificación eco-lógica nació en mi salón. Nos sentamos a hacerla unasdoce personas. Estábamos definiendo y estableciendo loscriterios para la siguiente generación».

Además de pasar muchos años trabajando en temasde certificación ecológica, Andrasi se ha diversificadolanzándose a otros campos: creó una de las primerasempresas de distribución de carne ecológica de Canadá.Parte de la finca se dedica ahora al cultivo de hierbasmedicinales, y recientemente hubo un breve devaneocon «carne de ave ecológica de tipo kosher».

Andrasi cree que el gran cambio de mentalidad queél y su mujer han sufrido al irse de su país y quedarinmersos en una nueva cultura y una nueva lengua«nos ha vuelto quizás más sofisticados: tuvimos que es-forzarnos más que los habitantes locales para integrar-nos».

«Lo irónico es que normalmente contratamos a gentede la última oleada de inmigrantes, en su mayor partedel Centro y el Sur de América… y cuando les digo que¡Yo también soy un inmigrante! dicen ¡Nooo!, y yo les res-pondo: Mira a tus hijos. En diez, veinte años, tendrán fin-cas como ésta y contratarán a inmigrantes… ¡y aún así nome creen!».

– Rupert Colville

____________

58 AÑOS DIRECTOR DE PERIÓDICO,

VIENA, AUSTRIA

De hecho, nosotros queríamos quedarnos

en Hungría, hasta que mi padre descubrió dealgún modo que a mi hermano lo iban a de-

tener casi con toda seguridad. Así que decidimos huirjunto con un vecino que conocía la frontera bastantebien. Nos pusimos en marcha el 30 de diciembre de1956. Fuimos en coche hasta un pueblo fronterizo conAustria y cruzamos la frontera a pie el día de Noche-vieja, después de oscurecer.

Desgraciadamente nos perdimos y anduvimosdurante horas en la nieve y el frío. Luego vimos focosy oímos ladridos de perros: todas las aventuras que unniño podría desear. A mi todo me parecía muydivertido, a mis padres posiblemente no tanto.

Pisé un cable que disparó una alarma en algunagarita lejana. Afortunadamente no nos pillaron.Finalmente, como estábamos perdidos, nos tum-bamos junto a un silo y nos quedamos dormidos. Justoa punto de amanecer, alguien nos enfocó con unalinterna en los ojos y nos deslumbró. Por suerte eraun miembro de la patrulla fronteriza austriaca: segúnparece, habíamos cruzado ya a Austria.

En aquella época ser un refugiado significabaser bienvenido en Austria, sin ningún tipo dereservas.

PETERMARTOS

PETERMARTOS

CO

RT

ES

ÍA D

E P

. M

AR

TO

S

Page 21: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

a través del esfuerzo conjunto de una organización deayuda norteamericana y de Caritas Austria. Tambiénnos dieron una ayuda económica al principio —unapequeña cantidad— y después de eso tenías queponerte a trabajar, simplemente.

Poco después de las siguientes Navidades, aprincipios de enero de 1958, dijeron: Deberíair a la escuela, así aprenderá más rápidamente.

No me dieron las notas al final delprimer semestre. Pero al final del año me lasdieron como a todos, con la excepción dealemán, que estaba en blanco. Eso fue entercero. En cuarto ya era como cualquierotro alumno. Para entonces hablaba alemánbastante bien.

Durante los primeros años apenastuvimos contacto con nuestro país. Poco apoco, a principios de los 60, todo empezó a

La mayoría de los austriacos nos dieron labienvenida abierta y amistosamente. Cuantas máspersonas de otras nacionalidades venían a Viena,más tenía la impresión de que los húngaroshabíamos recibido un trato preferente. Nosrecibieron con especial simpatía. Como húngaro

En aquella epoca serun REFUGIADO significaba

ser BIENVENIDO en Austria,sin ningun tipo de RESERVAS.

Cuando llegaba alguien le daban algo caliente decomer, luego lo llevaban ante las autoridades y a laescuela del pueblo. Lo alimentaban, tomaban nota desus datos personales y lo transportaban a uno de loscampos de refugiados, al que tuviera plazas disponibles.

Después de un tiempo, una vez acabados losformalismos oficiales, te daban un pasaporte azul, elPasaporte Nansen, según lo prescrito en la Convenciónde Refugiados de la ONU, y ya eras refugiadooficialmente. En algunos casos no tardaba más de tres ocuatro días. En otros, tal vez unas semanas.

Entre los cuatro, además del vecino —es decir,entre los cinco—, sólo teníamos dos maletas y unamochila grande. Eso fue todo lo que conseguimostraernos.

Los mayores pudieron hacer algún trabajodurante la etapa final en el campo de refugiados.Recibíamos ayuda, entre otras cosas un apartamento

tranquilizarse. En 1963 aprobaron una amnistíapara aquellos cuyo único crimen hubiera sido huir,y para aquellos —de acuerdo con el criterio delestado húngaro— que no hubieran hecho nadamalo.

Desde el punto de vista emocional el tema eramuy distinto. Me había creído que, de volver, veríatodo con una cierta dosis de ira. Sin embargo me pusemuy nostálgico y lloré tres o cuatro veces. Fui a lacasa donde habíamos vivido y descubrí que todohabía avanzado al menos tres generaciones. En 1956Hungría era un país estalinista, con un buendesarrollo en industria pesada, pero por lo demásmuy atrasado. Austria era un paraíso encomparación. Y ahora, en 1971, Austria estaba desdeluego más desarrollada, pero, con todo, los cambiosque se habían producido en Hungría superaban misexpectativas.

21R E F U G I A D O S

Aprender la lengua—como estosjóvenes húngaros enAustria en 1958—esclave para que losrefugiados seintegrenrápidamente y conéxito en su país deasilo.

AC

NU

R/

22

47

/A

UT

•19

58

En aquella epoca serun REFUGIADO significaba

ser BIENVENIDO en Austria,sin ningun tipo de RESERVAS.

’’

’’

Page 22: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Peter Frankl tenía tres años cuando

se produjo el levantamiento húngaro y fue unode los que no se marcharon inmediatamente.

De hecho, no se hizo refugiado hasta pasados otros 23años.

«Mi padre y mi madre estuvieron pensando si irseo no —dice—, pero al final no tuvieron el valor para ha-cerlo; además tenían dos hijos pequeños. Mi tío sí semarchó en 1956 con su familia y acabó en Inglaterra dedentista. Su hijo tenía 18 años y participó en la revolu-ción, por lo que existía cierto peligro de que lo persi-guieran».

Como judíos en Hungría, la familia de Frankl ya había padecido grandes sufrimientos antes de 1956: «Mi madre fue una de las pocas supervivientesde Auschwitz. Sus padres y su hermana murieronallí».

El padre de Frankl era director de un importantehospital. Sin embargo, aproximadamente cuando nacióFrankl, lo destituyeron, obligándole a pasar varios me-ses en el ejército por, según dijeron, haber insultado auno de los líderes del partido comunista. Más tarde lorehabilitaron, pero en un puesto inferior, como jefe deldepartamento de dermatología.

Con seis años, Frankl empezó a aprender alemánademás de húngaro, comenzando así una fascinación depor vida —y una facilidad— con los idiomas. En la es-cuela el ruso era obligatorio, y con poco más de 25 añoshablaba húngaro, alemán, francés, inglés, ruso «y, bas-tante bien, sueco y polaco».

Lo del sueco ocurrió más o menos por casualidad:«Tenía unos 17 años. En Hungría se tenía la impresiónde que Suecia era de alguna forma el país más libre delmundo, y luego estaban todas esas bonitas suecas ru-bias. Fue casi como un chiste. Estaba hablando con unamigo, le dije que quería aprender español y me dijo:¿por qué no aprendes sueco?».

Pero los idiomas no eran más que un pasatiempo.El campo de trabajo de Frankl eran las matemáticas y,en 1975, con 22 años, le dieron una beca para ir a Pa-rís, donde pasó siete meses. La experiencia amplió sushorizontes por un lado, y por otro lo dejó con la sen-sación de estar atrapado. Para ir a cualquier otro sitioque no fuera Francia —al Reino Unido a ver a su tíoexiliado o a visitar Italia de camino a Hungría— nece-sitaba una carta de la embajada húngara, que se ne-garon a darle.

R E F U G I A D O S

____________

22

CO

RT

ES

ÍA D

E P

. FR

AN

KL

53 AÑOS MATEMÁTICO Y MALABARISTA,

TOKIO, JAPÓN

PETERFRANKLPETER

FRANKL

me trataron muy bien en Austria. Algo que nosiempre puede decirse de la gente que viene deotros lugares.

Por tanto, si hubiese un tratado teórico de por qué a veces la gente acepta a los extranjeros y otras veces no… Creo que si a ti te va mal, estásmás dispuesto a aceptar a un extranjero que sicrees que tienes mucho que perder. Dicho de otromodo, la prosperidad hace de freno para la políticade asilo.

No sé cómo describirme. Podrían servir diversasetiquetas. Soy una persona que nació siendo húngara

y se convirtió en austriaca. Soy un vienés húngaro.Pero no soy un húngaro que vive en Viena. Ytampoco soy un antiguo húngaro que ahora esaustriaco.

Soy ambos. Por tanto, no es que haya sidoasimilado, sino que me he integrado.

– Entrevistado por Roland Schoenbauer

Peter Martos es actualmente director del periódicoaustriaco Die Presse.

Page 23: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

23R E F U G I A D O S

Estando en París, varios matemáticos impresionadoscon su trabajo le ofrecieron ayuda para quedarse, perotemía que, si no regresaba a Hungría, su padre perde-ría el trabajo de nuevo.

Tres años más tarde, con su padre ya jubilado, lellegó otra oportunidad cuando le permitieron salir deHungría para asistir a una conferencia en Montreal.Con la ayuda de algunos amigos de su época de Pa-rís viajó a Francia, donde le encontraron un puestoen el Centre National de la Recherche Scientifique(CNRS).

Tras llegar a Francia con un visado turístico en 1979,Frankl acudió a una comisaría y solicitó asilo. Desdeallí lo remitieron a la oficina del ACNUR en París.Después de pasar tres meses en un limbo legal —«lostres meses más difíciles de mi vida»—, le concedieronel estatuto de refugiado. A pesar de estar investigandopara una de las más prestigiosas instituciones guber-namentales, hasta no ser reconocido como refugiadono pudo conseguir un permiso de trabajo o recibir susalario.

Una vez reconocido como tal, la vida de Frankl cam-bió de manera espectacular para bien: «Lo mejor es queera libre. Podía ir donde quisiera. Lo único que le im-portaba [al CNRS] era que realizase mis investigacionesy las publicase».

Frankl empezó a aceptar invitaciones para viajar auniversidades e instituciones de todo el mundo. Ingla-terra, Alemania, Canadá, Estocolmo —donde pudo prac-ticar su sueco— y Estados Unidos. Con su pasaporte derefugiado, viajar a Europa occidental o a Norteaméricaera un asunto relativamente sencillo. Pero, para cual-quier otro lugar, conseguir los visados era bastante másproblemático: «Para la India tuve que esperar tres me-ses. Para Japón, cada vez que venía necesitaba una cartade invitación especial». Hasta que adquirió la ciudada-nía francesa, siete años más tarde, no resolvió comple-tamente el problema de los visados.

Siguió aprendiendo nuevos idiomas. Una estancia detres meses en la Universidad de Tokio en 1982 puso lassemillas para otro trascendental cambio en la peripaté-tica vida de Frankl. Se fue a Japón. «Me gustaba estepaís porque había decidido que aquí la gente era mássimpática conmigo. En aquella época había muy pocosoccidentales en Japón, por lo que era una especie de cu-riosidad».

Finalmente se estableció allí en 1988. En 1992 —cuandoya hablaba bien japonés—, Frankl publicó la historia desu vida. Notas de un matemático errante vendió cerca de50.000 copias. A raíz de su publicación, Frankl apare-ció en numerosos programas de televisión y se convir-tió en una celebridad.

Otro importante elemento de lainsólita reputación que se estaba for-jando en Japón era una destreza quehabía desarrollado siendo joven enHungría: los juegos malabares.

Empezó a practicar malabarismosen las calles, haciendo campaña tam-bién a favor de otros artistas calleje-ros. Incluso integró los malabares ensus clases diarias de la universidad:«Si veo que la gente está un pococansada, simplemente saco algunos

objetos y hago malabarismos durante unos cinco mi-nutos».

Sus capacidades matemáticas, lingüísticas y malaba-rísticas acabaron uniéndose en forma de un programaeducativo de televisión llamado «Matemática», que Franklpresentó entre 1998 y 2004.

«Era para niños en edad escolar, por lo que incorpo-ramos un poco de malabarismos y cosas divertidas enel programa. Las matemáticas no son muy visuales, perode alguna forma conseguimos popularizarlas».

Desde que acabó el programa no ha estado cruzadode brazos: «Doy conferencias por todo el país, sobre todotipo de temas: cómo estudiar matemáticas, cómo estu-diar idiomas, sobre derechos humanos…».

Frankl ha añadido el español, el chino y el coreanoa su colección de idiomas. Once lenguas en total. Y haescrito 25 libros.

Peter Frankl, refugiado húngaro y emigrante fran-cés en Japón, sigue siendo una persona inquieta: «Toda-vía viajo un montón: hace poco fui a Gabón, Myanmar,Camboya, Laos...».

– Rupert Colville

Página anterior,izquierda : PeterFrankl con su madre,dos años antes de laRevolución Húngara.Arriba : Frankl, en unmomento posteriorde su vida, actuandoen las calles deJapón.

CO

RT

ES

ÍA D

E P

. FR

AN

KL

Peter Frankl,refugiado HUNGARO

y EMIGRANTE france’s en Japo’n, sigue siendo una persona inquieta.

Peter Frankl,refugiado HUNGARO

y EMIGRANTE france’s en Japo’n, sigue siendo una persona inquieta.

’’

Page 24: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

24 R E F U G I A D O S

P O R A N G E L I N A J O L I E

Hace apenas medio siglo—un parpadeo en la historiade la humanidad—, había porlo menos 40 millones derefugiados y desplazados en

Europa: el producto de la Alemania deHitler, la España de Franco, la Italia deMussolini y, posteriormente, del régimende los coroneles enGrecia y del yugo sovié-tico sobre Europa central, incluida Hun-gría.Todos estos países son actualmente

estados miembros de la Unión Europeay resultaría casi impensable que genera-sen refugiados hoy en día. Tan impensa-ble que sus ciudadanos se permitenel lujo de olvidar lo que significa estargobernado por un régimen tiránico oque te torturen por tus convicciones polí-ticas.En Estados Unidos tuvo que ser asesi-

nadoMartinLutherKing para que la igual-dad racial empezara siquiera a convertirseen una realidad.A principios de este año, la revista

REFUGIADOS (nº 130) traía una fotografíaque parece resumir en muchos sentidosesta amnesia de mil años de guerras, tira-nías y represión. Muestra a una pareja, enbikini y bañador, sentada felizmente sobresus toallas bajo una sombrilla en la playa.Sólo se ve a otra persona. Es negra y estámuerta: un inmigrante o un refugiado,tirado sobre la arena tras haber sido arras-trado por la marea. Nunca sabremos quiénera o cómo acabó ahí y, por lo visto, a lapareja de la playa no le importa lo másmínimo.Es una foto bastante triste. Triste por

el anonimato del hombre cuyo cuerpoarrojaron las aguas, como a tantos otros,sobre una costa del Mediterráneo haceunos años. Triste por la pareja, sentadabajo la sombrilla con su tartera y sucrema solar, que no puede ver la dura rea-lidad situada a pocos metros de esamisma playa. El hijo de alguien, el her-mano de alguien, el ser querido dealguien. Tú o yo, de hecho, de habernacido en otro momento o en otro lugar.

LOS MEDIOS PARA ACTUARLa agencia para los refugiadosde la ONU, el ACNUR, al que sirvo comoembajadora de Buena Voluntad, tiene unpresupuesto anual de unos 1.200millonesde dólares. Parece un montón de dinero,pero hay decenas de empresas cuyosbeneficios suman muchas veces esa can-tidad cada año. Para el ACNUR es unalucha constante conseguir sus 1.200

millones de dólares, que dedica a ayudary proteger a unos 20 millones de perso-nas.A medida que avanza el año, el

ACNUR se ve invariablemente obligadoa recortar más y más proyectos que afec-tan a la gente más desfavorecida delmundo. Intenta no hacerlo con los pro-yectos para los más vulnerables, los rela-cionados con las mujeres refugiadas, la

Angelina Jolie viajacon un grupo derefugiadoscongoleños reciénllegados aTanzania.

Resolver lacrisism

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:23 Página 24

Page 25: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

25R E F U G I A D O S

educación y el VIH/SIDA. Pero inclusoéstos se ven afectados, a veces directa-mente y casi siempre indirectamente:insuficiente personal, insuficiente educa-ción secundaria e incluso insuficientecomida en algunos campos de refugiados,especialmente en África. Es un escán-dalo, de verdad, en un mundo tan rico,que ni siquiera encontremos la forma dedar suficiente comida a estas familias.

Luego nos escandalizamos porque tie-nen el descaro de entrar en nuestro terri-torio, de viajar en busca de un futuro.Durante ese proceso se mezclan con losinmigrantes económicos, que también seencuentran de viaje. Caen enmanos de lostraficantes, que los meten en barcos ates-tados o los esconden en el interior de con-tenedores, o les dicen que crucen camposminados o escalen verjas con alambradas

de púas en mitad de la noche. Muchos deellos mueren y son enterrados anónima-mente, como el hombre de la playamedi-terránea.Se han constatadomás de 7.000muer-

tos en el intento de entrar a Europadurante la última década, más o menos,y probablemente la cifra se quedebastante corta comparada con el totalreal. Muchos hanmuerto también inten-tando alcanzar Estados Unidos y Austra-

lia. Pero no nos damos cuenta. Sim-plemente nos subleva su desfacha-tez. ¿Cómo se atreven a comer de nues-tra mesa? ¿Cómo se atreven a venir yconstruir nuestras carreteras, a limpiarnuestros hospitales y edificios de oficinas,a lavar los platos de nuestros restauran-tes y a hacer las camas de nuestros hote-les?El Alto Comisionado de las Naciones

Unidas para los Refugiados,AntónioGute-rres, lo resumió muy bien hace poco. Dijoque el estatuto especial de los refugiados —lagente que huye de la persecución o de laguerra— peligra en la actualidad por la polé-mica de si queremos o no a los inmigranteseconómicos.

CÓMO ESTAMOS FRACASANDOAquellos que todavía estamos dis-puestos a ayudar a los refugiados, y a losque nos horroriza ver cómo los convier-ten en blanco de todos los odios a fin deganar elecciones o de vender periódicos,

«Es un escándaloque, en unmundotan rico, ni siquieraencontremos laforma de darsuficiente comidaa las familias derefugiados».

ACNUR/N.BEHRIN

G-C

HISHOLM/TZA•2003

smundialderefugiados

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:23 Página 25

Page 26: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

Este artículo apareció inicialmente enGlobalAgenda, la revista delEncue

26 R E F U G I A D O S

estamos fracasando. No queremos unmovimiento descontrolado de gente cru-zando nuestras fronteras, pero no esta-mos dispuestos a invertir económica opolíticamente, o incluso emocional-mente, en la búsqueda de soluciones paralas regiones de donde proceden. Podre-mos poner tiritas sobre las heridas másvisibles, pues tienen un aspecto horrible,pero no pagaremos la cura completa y

tampoco invertiremos demasiadosesfuerzos en la prevención.Por supuesto, la solución no es fácil.

Sin embargo, el hecho de que Euro-pa haya pasado de ser el puntal de lasdos guerras más destructivas que el pla-neta ha visto jamás a un club de 25miem-bros —los cuales no pueden ni concebirla idea de hacerse la guerra entre sí—debería proporcionarnos algunos pistas

sobre el tipo de soluciones quepodrían aliviar el problemamundial de los refugiados y lamigración.

MÁS PLANES MARSHALL,POR FAVOR

Los refugiados son el síntoma visible de nuestra incapaci-dad de producir más PlanesMarshall, aunque son relativa-mente sencillos. Lo que se nece-sita es invertir más recursos en

las regiones a las que los refugiados setrasladan inicialmente, de modo que nosientan que tienen que seguir su viaje amenos que realmente lo deseen, y másrecursos en los países donde se ha instau-rado la paz. Los primeros años son de unafragilidad increíble y los refugiados queregresan necesitan ayuda para volver alevantarse. No necesitan mucho, lo sufi-ciente como para poder ayudarse a sí mis-mos.Las agencias como el ACNURno debe-

rían verse apuradas para arañar varios cien-tos de millones de dólares con los queayudar a reconstruir países destrozados,comoAngola, Sierra Leona, Liberia y el surde Sudán. La reconstrucción rápida y eficazde un país devastado por la guerra ayuda aanclar el proceso de paz en terreno firme yproduce unos dividendos asombrosos entérminos de estabilidad regional y de pros-peridad económica, para beneficio de todoel mundo.A

CNUR/T.MAKEEVA/RUS•2003

«Tanto a nivel individual como colectivo tenemos, de hecho,la capacidad y losmedios paramarcar la diferencia.»

Ingushetia, 2003.

Este otoñoAngelina Jolie estápromocionando el nuevo Equipo deRespuesta Urgente del ACNUR.Además seha convertido en la primera firmante enapoyo del ERTeam—como se le conoceabreviadamente por sus siglas en inglés— y haanimado a que otras personas hagan lomismo.

«He tenido el honor de conocer y trabajarjunto al personal del ACNUR en algunas de laszonasmás remotas e inhóspitas delmundo—dice Jolie, que ha visitadomás de 20 países,desde Sri Lanka a Sierra Leona, en calidad de Embajadora de BuenaVoluntad del ACNUR—. La dedicación y el compromiso de estoscompañeros, ayudando un día tras otro a los refugiados, es unainspiración».

Cuando la gente ha huido de sus hogares y está en la miseria,cuando se siente hambrienta y vulnerable, necesita ayuda conrapidez. El Equipo de Respuesta Urgente se encuentra en alertalas 24 horas del día para responder a cualquier crisis derefugiados importante en cualquier lugar del mundo. En unashoras se cargan suministros vitales en avión ymiembrosperfectamente entrenados del ERTeam suben a bordo, armadosde conocimientos que pueden salvar un número incalculable devidas. Suelen ser de los primeros en llegar al lugar de los hechos,como, por ejemplo, en el tsunami y en el terremoto de Pakistán,

así como en las grandes crisis de refugiadosde Ruanda y Afganistán.

ES DE VITAL IMPORTANCIAESTAR PREPARADO

Los miembros del Equipo de RespuestaUrgente tienen que llegar al lugar de loshechos a la carrera, a menudo ensituaciones de una tensión y un caosextremos. Esa es la razón por la que, cuandose presentan voluntarios para hacer guardiasen el equipo, este personal ya

experimentado tiene que pasar por nueve días deentrenamiento intensivo en materias prácticas como diseño ygestión de campamentos, telecomunicaciones, conducción detodoterrenos y primeros auxilios. También se les enseña aenfrentarse a una amplia gama de situaciones peligrosas, comotratar con milicias armadas o cómo reaccionar cuando teretienen a punta de pistola o incluso cuando te raptan y tetoman como rehén.

El curso, que acepta a unas 40 personas de todo elmundo, tienelugar tres veces al año. La gente que lo acaba se encuentra física ymentalmente preparada para enfrentarse a algunas de lassituacionesmás duras y exigentes.

Sólo en los dos últimos años se han enviado equipos a másde 20 lugares, entre otros Darfur y Chad, Sri Lanka, Pakistán,

Yte invita a que te unas tú también.Angelina Jolieseunealequipodere

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:23 Página 26

Page 27: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

la revista delEncuentroAnual del ForoEconómicoMundial en 2006.

27R E F U G I A D O S

Hacer caso omiso de los con-flictos que están a punto deestallar resulta igualmentenocivo y enormemente caro.Piénsese en Bosnia, enRuanda,en Afganistán, donde unamayor inversión y una políticainternacionalmás concienzudaen los años 80 y principios delos 90 podrían haber cambiadoel curso de la historia paratodos nosotros. Osama BinLaden prosperó por nuestroabandono de Afganistán.Parece que las cosas han mejo-rado ahora en todos estos paí-ses, pero ¿a qué coste?, ¿y concuántosmillones de refugiadosdiciéndonos en qué nos estábamos equivo-cando? Eso sin mencionar los más de dosmillones de muertos en esos tres paísessolamente.He estado en alguno de estos países, o

en los países vecinos donde permanecenlos refugiados. Es una auténtica lección dehumildad, una revelación contundente.Me ha hecho darme cuenta de que nos

estamos comportando todos —yo tam-bién — como la pareja sentada bajo la som-brilla en la playa, mirando deliberada-mente hacia el mar.Y, sin embargo, tanto a nivel individual

como colectivo, tenemos de hecho la capa-cidad y los medios para marcar la diferen-cia. Creo que todos queremos lomismo: unmundo estable, una economía estable y la

posibilidad de progresar como personas ycomonaciones.Queremos un futuromejor.No queremos seguir repitiendo los erroresdel pasado.

Angelina JoliehaganadounÓscar yvariosGlobos deOro comoactriz y esEmbajadora deBuenaVoluntad delACNURdesde agosto de 2001.

Timor Oriental, la República Democrática del Congo y laprovincia indonesa de Aceh tras ser devastada por eltsunami. Más recientemente, los equipos del ACNUR hanayudado a cientos de miles de desplazados libaneses,tanto en el interior del país como al otro lado de lafrontera siria.

¿Te gustaría apoyar al personal del ACNUR, asegurarte deque reciben la formación, el equipo y los suministros quenecesitan?

Angelina Jolie no ha dudado en apoyar esteimportante proyecto del Equipo de Respuesta Urgente,convirtiéndose en su primer miembro de apoyo en laretaguardia. Tú también puedes firmar online enwww.erteam.unhcr.org, con lo que conseguirás enviaruna rápida y vital ayuda a los refugiados cuyos puebloshan quedado devastados por la guerra, la persecución y lacatástrofe.

derespuestaurgentedelACNUR

«Haz como yo hoymismoy apoya al Equipode Respuesta Urgente»

— Angelina Jolie

Chad, 2004.

ACNUR/E.PARSONS/TCD•2004

ACNUR/J.REDDEN/PAK•2005

Pakistán, 2005

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:23 Página 27

Page 28: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

POR ANNETTE REHRL

Cuando, en 2002, los rebeldes arma-dos del grupo Liberianos Unidospor la Reconciliación y laDemocra-

cia (LURD) descendieron comounhuracándesde el condado norteño de Lofa, dejandoun reguero de muertes, violencia y des-trucción masiva a su paso, los ciudadanosde Boiwen decidieron que ya estaban har-tos.

Al principio, los hombres de esta aldea delsuroestedel condadodeBomihabíandecididoesconderse en el monte, hasta que el desen-frenado aluvión de jóvenes salvajes y droga-dos hubiera pasado por el pueblo quemando,saqueando y violando a todas lasmujeres conlas que se topasen, como era su costumbre.

Sin embargo, los vecinos cambiaron rápi-damentedeparecer al darse cuentadequenotenían manera de evitar el cataclismo queestaba a punto de sacudir a su comunidad.

En lugar de eso, decidieron enviar a losancianos, las mujeres y los niños al campode Wilson Corner. La mayor parte de loshombres les siguió poco después, dejandoatrás sólo a un puñado de valientes quevelaría por sus chozas y los campos en Boi-wen y sus alrededores.Decenas de miles de liberianos igual-

mente asustados —con razón—, huyeronhacia Monrovia entre 1999 y 2003, bus-cando refugio en uno de los 35 campos y

28 R E F U G I A D O S

Los liberianos esperan quelos espantosos recuerdos dela guerra, la anarquía ylas atrocidades recientesserán, si no olvidados, almenos firmemente relegadosal pasado.

El sueño liberian

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:24 Página 28

Page 29: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

asentamientos para desplazados internosque habían surgido espontáneamente en lacapital y sus alrededores.Normalmente, la gente que vivía junto a

una frontera conseguía salvar la vida, diri-giéndose por la jungla a Sierra Leona, Gui-nea o Costa de Marfil, países que, uno trasotro, han sufrido convulsiones en su propiosuelo, relacionadas, al menos en parte, conla compleja dinámica regional causada porel colapso de la vida pacífica en Liberia.

Otros —muchos de ellos hartos del cons-tante ir y venir durante una década de gue-rras civiles— agarraron sus pertenencias yse marcharon a países más estables, comoGhana oNigeria.

TIERRA AGRACIADA,HISTORIA TEMPESTUOSA

Un viaje por la Liberia de hoy enfrentaal visitante con imágenes contradictorias yofrece más preguntas que respuestas. Bos-

ques de un verde intenso, un suelo famosopor su riqueza: diamantes, oro, madera,caucho en abundancia... Una naturaleza tangenerosa que no hay más que dejar caeruna semilla y verla crecer.

«Este país es muy afortunado —dice elmiembrodeunamisióndepazde laONUdeorigenpaquistaní—.Tiene lluvias y suelos fér-tiles. Aquí nadie debería pasar hambre. Lanaturaleza es extremadamente generosa encomparación con la seca región de Pakistándedondevengo.Nuestros agricultores tienenque trabajarmuy duro para sobrevivir».Sí, dicen los liberianos, nomuy conven-

cidos. Nuestro país es afortunado. Y sinembargo… Enumeran las diferencias triba-les y citan la envidia y el ansia de poder yriqueza que han asolado su país durantegran parte de los 150 años transcurridosdesde que fuera fundado por esclavos nor-teamericanos retornados en 1822. Los pro-fundos problemas del país culminaron con

ano

GUINEA

LIBERIA

COSTA DE MARFIL

SIERRA LEONA Comté deLofa

Comté deBomi

Boiwen

MONROVIA

ACNUR / IMAGEN SATÉLITE © 1996-2004 PLANETARY VISIONS

ACNUR/E.KANALSTEIN

/LBR•2004

ACNUR/E . COMPTE VERDAGUER/LBR•2005

Izquierda :Unos retornados reconstruyen sucasa en el condado de Lofa, una de las zonasmás devastadas de Liberia.Arriba : El campodeMaimupara desplazadosinternos junto aMonrovia. El último campo secerró enmarzo de 2006.

R E F U G I A D O S 29

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:24 Página 29

Page 30: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

30 R E F U G I A D O S

Casi todos los edificios que quedaban en pie habían sidosaqueados, se habían quemadomezquitas hasta reducirlasa cenizas, a las escuelas se las había tragado la jungla.

14 terribles años de sangrientas guerrasciviles entre 1989 y 2003: tres en total,denominadas Primera, Segunda y TerceraGuerraMundial por los habitantes locales.ElCondado deLofa, en el extremonorte,

junto a la frontera con Guinea y SierraLeona, era en tiempos el granero deLiberia,pero, a principios de 2005, pese a los dos añosde paz vividos, parecía seguir en pleno caos.Todos los pueblos estaban destruidos. Casitodos los edificios que quedaban en piehabían sido saqueados, se habían quemadomezquitas hasta reducirlas a cenizas, a lasescuelas se las había tragado la jungla.Más al sur, los condados de Gbarpolu,

Bong, Bomi y Grand Cape Mount ofrecíanuna imagen similar: pozos abandonados,mercados destrozados y un tercio de lapoblación de Liberia, preponderantementerural, hacinada en campos para desplazadosinternos, ocupando edificios públicos vacíosen el centro de Monrovia o viviendo a laintemperie en las playas y en los alrededoresde la capital, a la espera de tiemposmejores.

RECUPERACIÓN PROGRESIVAAhora, tres años después del Acuerdode Paz firmado en agosto de 2003 enAccra, y un año y medio después de queEllen Johnson Sirleaf tomara posesión delcargo de Presidenta —la primera mujer deÁfrica en ser elegida democráticamente—,Liberia da muestras de una recuperaciónprogresiva.En el último año, el Condado de Lofa

ha recibido casi a 45.000 refugiados retor-nados y cerca de 120.000 antiguos despla-zados internos. En total, 74.000 retornadoshan decidido volver a Liberia con ayuda delACNUR entre el comienzo de la operaciónde repatriación, en octubre de 2004, y ju-lio de 2006. Más de 200.000 retornados hanregresado espontáneamente por sus propiosmedios desde 2003.El nuevo Gobierno, así como los do-

nantes y las agencias de la ONU y de otrotipo, considera el regreso de la poblaciónde Liberia como una señal clara de con-fianza en el futuro, a pesar de las lagu-

nas y los inmensos obstáculos a los quedeben hacer frente. Parece que por fin seha empezado un nuevo capítulo. «Lo quehace falta ahora es empleos, empleos ymás empleos», recuerda la PresidentaEllen Johnson Sirleaf a la comunidad in-ternacional.Pero la tarea es realmente mayúscula. Y

las cicatrices sociales no sanarán del todohasta que no se hayan enfrentado directa-mente algunos de los demonios que aúnquedan en Liberia. Éste, al menos, es unpunto en el que todo el mundo está deacuerdo.Los esfuerzos de reconstrucción tendrán

que dedicarse a algo más que rehacer lascarreteras y edificios públicos dañados. Hayque reconstruir la sociedad misma a partirde los cimientos. La gente que ha experi-mentado destrucción y sufrimiento y queha visto auténticas atrocidades tendrá queencontrar una forma de reconciliarse, per-donar y empezar a forjar una nueva iden-tidad nacional en común.

Personal del ACNURtratando sobrecuestiones deprotección con un juezliberiano en un tribunalrural. El sistema judicialdel país quedódesarticulado tras 14años de guerra civil.

ACNUR/E.COMPTEVERDAGUER/LBR•2005

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:24 Página 30

Page 31: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

31R E F U G I A D O S

Hoy parece que se respira una nueva sensación deconfianza pese a los enormes desafíos a los que seenfrenta esta sociedad devastada por la guerra.

ENORMES DESAFÍOSPOR DELANTE

Un 85 por ciento de la poblaciónnecesita empleos. Esta cifra incluye amilesde antiguos combatientes, muchos de loscuales desean que los acepten la sociedad ysus familias, aunque siguen siendo —com-prensiblemente— objeto de una gran des-confianza pública.Comodemuestra la experiencia en otros

países devastados por la guerra, hay quetrabajar simultáneamente en un ciertonúmero de temas cruciales para generar ymantener un impulso positivo.La Presidenta Johnson Sirleaf ha reali-

zado una gira por todo el mundo pararecaudar fondos y hacer campaña a favor deLiberia, decantándose por una línea duraenmateria de corrupción e intentado cum-plir su promesa electoral de devolver laelectricidad a varias zonas clave deMonro-via después de 17 largos años de oscuridad.Mientras, la recientemente constituida

Comisión de la Verdad y la Reconciliaciónpretende arrojar un tipo distinto de luzsobre las atrocidades cometidas durante lasguerras, invitando a los liberianos a testifi-car y compartir sus agravios.

CIERRAN LOS CAMPOSEl 31 de marzo de 2006 se culminó unimportante hito histórico con el cierre ofi-cial de todos los campos de desplazadosinternos, después de que el ACNUR ayu-dara a 321.745 personas a regresar a suscomunidades de origen.Hoy por hoy, hasta los ciudadanos de

Boiwen han vuelto a sus hogares.Huyeron juntos y se fueron del campo deWilson Corner juntos. Siguiendo la listade prioridades de sus habitantes, elACNUR les ha rehabilitado la choza del«palaver» (un tipo de centro comunal),les ha construido un pozo y les ha instadoa tomar parte en un proyecto agrícola.Los niños de Boiwen han regresado a la

escuela y, aunque las heridas de la guerrasiguen a la vista, parece que la vida vuelvepoco a poco a la normalidad. Un grupo deniños que representa una obra en el día desu graduación explora los límites de esanormalidad; han decidido aprovechar estaoportunidad para tratar uno de los temas

que más preocupa a la comunidadactualmente: el triste hecho de quemientras unos habitantes se dedican acultivar mandioca, otros se cuelan en sushuertos para robar la cosecha.Pero, ¿cómo se soluciona exactamente

un robo de mandioca en un país donde seconsidera aceptable que la gente se tomela justicia por su mano, dado que laconfianza en la policía, en el sistema dejusticia y en cualquier forma de autoridadquedó hecha añicos hace mucho tiempo yaún no ha sido restaurada?El grupo de teatro ideó una solución

innovadora: en vez de lincharlo allímismo, llevaron a su ladrón ante el jefedel pueblo, que consultó con los ancianosy las demás partes implicadas. Al final sele ordenó rembolsar a la familia y se lecondenó a trabajos comunitarios.

Se diría que esta inteligente propuestaes una buena señal para el futuro. Sinembargo, Boiwen, como miles de pueblosen Liberia, sigue sin contar con undepartamento local de policía, comotampoco existe ninguna clínica en lasinmediaciones. El Superintendente —lamás alta autoridad del Condado de Bomi—se quejaba recientemente de que hace faltaconstruir o reconstruir docenas deescuelas, y de que los niños pueden acabarsiendo víctimas de la violencia y los abusossexuales si tienen que levantarse a las 4:30de la mañana y andar durante dos horaspara llegar a la escuela más cercana.

PASO A PASOAunque la población rural de Liberiaestá más que dispuesta a tomar parte en lareconstrucción del país, su futuro económicoa largo plazo sigue lejos de estar claro. Demomento apenas hay posibilidades de conse-guir ingresos, con excepción de los pequeñosnegocios, consistiendo éstos en sumayoría enmujeres que andan durante horas, día trasdía, paravender cualquiermercancía a la quehayan podido poner lasmanos encima.

Sin embargo, la mayoría de losliberianos parecen decididos a mantenersefirmes contra cualquiera que intentemalograr el nuevo espíritu de optimismoque paulatinamente se está apoderandode Monrovia y las zonas rurales. Los

habitantes de la capital —incluso los quesiguen viviendo a la intemperie en lasplayas— hacen lo posible por sercomprensivos con los logros del nuevoGobierno y por ejercitar su paciencia.«Lo estamos intentando, pequeño,

pequeño», dice Thomas Kamara, unantiguo refugiado en Guinea. En estaparte de África occidental, «pequeño,pequeño» significa que las cosas podríanir mejor… pero sin duda también peor.

«Llevará mucho tiempo reconstruireste país. No podemos esperar demasiado acorto plazo», añade, subrayando que, apesar de las dificultades a las que seenfrenta prácticamente todo el mundo, losliberianos están cansados de la guerra: «Hesido un refugiado durante trece años. Lamejor decisión que tomé el año pasado fueregresar ami país. Queremos vivir en paz».

De vuelta en el Condado de Lofa y otraszonas de retornados, los agricultoresempiezan a cosechar y las comunidadeslocales hacen causa común en lareconstrucción de escuelas y casas,mientras que las agrupaciones de mujeresse centran en los pequeños negocios. Lascomunidades se ayudan entre sí con susnecesidades diarias y miran hacia delante,en vez de hacia atrás y a su doloroso pasado.

Y hoy, en general, parece que se respirauna nueva sensación de confianza pese alos enormes desafíos a los que se enfrentaesta sociedad devastada por la guerra.La gente de Liberia confía en que un

día será más próspera de lo que es ahora.En que tendrán agua limpia y potablepara beber y luz en sus casas. En quetendrán trabajo y sus niños asistirán auna escuela en las cercanías. En que,cuando estén enfermos, los tratará unmédico en un hospital.Creen que pueden volver a vivir codo

con codo y en paz con sus vecinos, y quelos espantosos recuerdos de la guerra, laanarquía y las atrocidades recientesserán, si no olvidados —porque esimposible olvidar cosas así—, al menosfirmemente relegados al pasado.Puede que aún parezca un sueño, pero

al menos ahora hay una posibilidadbeligerante de que el sueño se vuelvarealidad. �

24-31_ES:Refugees_144_PAGES 26/12/06 12:24 Página 31

Page 32: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

00_CUBIERTA_132 26/12/06 09:27 Página 2

Page 33: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O S I

Entrevista con Estrella Rodríguez, Directora General de Integración de los Inmigrantes

Durante 20 años trabajó en laCruz Roja dirigiendo incon-tables programas. Ahora es-tá al frente de la DirecciónGeneral de Integración de

los Inmigrantes, dentro de la Secretaría deEstado de Inmigración y Emigración.

¿Ha supuesto para usted un cambio deperspectiva importante el pasar de traba-jar en la Cruz Roja a hacerlo para la Ad-ministración del Estado?

Además de importante, el cambio ha si-do estimulante. Mi trayectoria profesionalse ha desarrollado en una organización so-cial y, como es lógico, la visión que tenía deltrabajo de la Administración ha ido cam-biando. Tener la oportunidad de ser respon-sable de la primera unidad que la Adminis-tración General del Estado crea específica-mente para diseñar y promover políticas deintegración de los inmigrantes ha supuestoun reto profesional y personal que asumocon ilusión y que intento ejercer desde lafirme convicción del compromiso de los po-deres públicos con las políticas sociales.

¿Nos puede contar cómo transcurre undía normal en su Dirección General?

Las funciones que desarrollamos en laDirección son múltiples, muy variadas, yconllevan la gestión de un presupuesto im-portante que asciende a mas de 2.306 millo-nes de euros. En al ámbito de la integraciónde los inmigrantes, el papel de la Adminis-tración General del Estado es básicamentede coordinación y promoción de las actua-ciones que ponen en marcha ComunidadesAutónomas, Ayuntamientos y entidadessociales, por lo que prácticamente todos losdías mantengo reuniones de trabajo con es-tas “contrapartes”. Además, el día a día exi-ge despachar los asuntos de la Direccióncon mis colaboradores, un equipo de más de

80 personas cuyo trabajo se organiza en tor-no a tres grandes áreas: las relaciones insti-tucionales, la intervención social y los tra-bajos del Observatorio Español del Racis-mo y la Xenofobia. Además de este perso-nal, desde la dirección gestionamos doscentros de inmigrantes (los CETI de Ceutay Melilla) y cuatro Centros de Acogida deRefugiados, en los que trabajan mas de 140personas.

En su experiencia de trabajo con dis-tintos colectivos, ¿cuáles ve usted que sonlas mayores diferencias en los procesos deintegración de los refugiados y de los in-migrantes económicos?

Llevamos muchos años trabajando en laintegración de refugiados y solicitantes deasilo, un colectivo poco numeroso en nues-

tro país para el que disponemos de progra-mas y recursos específicos de atención conmucha experiencia y, yo creo, mucha cali-dad. El trabajo con inmigrantes es más re-ciente y, además, se trata de un colectivoque, en muy pocos años, ha experimentadoun crecimiento espectacular que nos haobligado a reforzar las líneas de trabajo yaexistentes y a iniciar otras nuevas para darrespuesta a unas necesidades en muchasocasiones imprevisibles. Quizás, en la inte-gración de los refugiados, los problemas de-rivan del divorcio entre las expectativas y larealidad que conlleva una migración “for-zosa”; además, el refugiado suele tener unprofundo deseo de retornar y participar enla reconstrucción social y política de su país, que no siempre puede hacerse reali-

“Los problemas en la integración delos refugiados derivan del divorcioentre expectativas y realidad”

Por Mar ía Jesús Vega

Page 34: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O SII

Especial España

dad y que puede acabar generando ciertosentimiento de frustración, lo que muchasveces dificulta la integración. Conscientesde esta realidad, desde la Dirección Generalde Integración de los Inmigrantes promo-vemos programas específicos para refugia-dos y solicitantes de asilo y afrontamos losretos que se nos plantean desde la calidaddel servicio y la defensa de sus derechos,por encima de cualquier otra consideración.

¿Cuál ha sido el mayor reto o la situa-ción más compleja a la que se ha enfrenta-do desde que asumió la Dirección Generalen relación con los solicitantes deasilo y/o los refugiados?

Como decía antes, el trabajo conlos refugiados está avalado por añosde experiencia y dedicación que ha-cen que podamos estar orgullosos delsistema de protección e integraciónde este colectivo. Quizás la situaciónmás complicada fue la acaecida esteverano en el Centro de Acogida deRefugiados de Alcobendas, un centromodélico en su funcionamiento querecibió críticas infundadas por partede un ex residente y que, lamentable-mente, fueron objeto de manipulación par-tidista y mediática. Los profesionales quetrabajan en los CAR conocen muy de cercaa los solicitantes de asilo y refugiados de loscentros con los que conviven a diario.

¿Considera usted que la informacióncon la que ellos cuentan se aprovecha ade-cuadamente y se valora en el procedi-miento para la determinación del estatutode refugiado?

La Dirección General de Integración delos Inmigrantes es una parte activa de laComisión Interministerial de Asilo y Refu-gio, a la que contribuimos con los corres-pondientes informes sociales; unos infor-mes que resultan de especial importanciaen el proceso de determinación del estatutode refugiado y que se realizan tanto para laspersonas acogidas en los cuatro CAR ges-tionados por la Dirección General como pa-ra las personas acogidas en las plazas gestio-nadas por diversas organizaciones no gu-bernamentales a las que subvencionamosdesde la Dirección.

¿Qué les diría a quienes infunden men-sajes de temor tales como “los inmigrantesnos invaden”, “que se adapten ellos porquevan a acabar con nuestra cultura”, etc.?

La historia de la humanidad es la histo-ria de las migraciones. En nuestro caso, lainmigración es una realidad que se está ma-

nifestando con fuerza desde hace diez añosy que sin duda va a continuar en el futuro.Además de los innegables beneficios econó-micos y demográficos que ponen de mani-fiesto los datos socioeconómicos, es un retoal que nos enfrentamos todas las sociedadesdesarrolladas, y debemos aprovecharlo entérminos de riqueza y diversidad cultural,democracia y defensa de los derechos hu-manos. La inmigración es positiva, pero esobjeto de demagogia, utilización partidistay hasta truculencia mediática, que no ha-cen sino aumentar los riesgos de racismo y

xenofobia. Hemos de abordar el tema desdela coherencia, la serenidad y la responsabi-lidad, siendo conscientes de que nos juga-mos nuestro modelo de convivencia paralos próximo años.

Las Islas Canarias han experimentadoen los últimos meses un considerable in-cremento en el número de inmigrantesirregulares, incluyendo menores no acom-pañados, algunos de los cuales están siendotrasladados a la península para desconges-tionar los centros del archipiélago. Aun en-tendiendo que la mayoría de los menoresvienen a España por motivos de inmigra-ción económica, ¿piensa usted que se hanpuesto en marcha mecanismos eficaces pa-ra la detección de algunos de los que pue-dan necesitar protección internacional?

Es cierto que la inmigración en Españaes fundamentalmente económica, peronuestro sistema dispone de instrumentospara identificar y garantizar las necesida-des de protección internacional, tanto enmenores como en adultos.

¿De qué forma afectará la armonizaciónde las políticas de asilo en la Unión Europeay la transposición de las directivas en lo re-lativo a la acogida e integración de los solici-tantes de asilo y refugiados? En este senti-do, ¿se esperan cambios importantes en elcontexto de la legislación española?

El Gobierno está preparando una nuevaLey de Asilo motivada fundamentalmentepor la necesidad de transponer las Directi-vas comunitarias; esta ley no va a implicargrandes cambios en materia de protecciónde refugiados, porque los niveles de protec-ción de nuestro ordenamiento jurídico yason muy altos, pero sí va a suponer mejorasimportantes en el ámbito de la protecciónsubsidiaria, es decir, de la protección inter-nacional por otros motivos que técnica-mente no coinciden con la figura de refu-giados; por ejemplo, los desplazados por

conflictos internos. Por otra parte, enrelación con las condiciones mínimasde acogida a los solicitantes de asilo,he de recordar que el nuevo Regla-mento de la Ley de Extranjería, apro-bado por Real Decreto 2393/2004, yaincorpora los contenidos de la Direc-tiva 9/2003.

Reduciéndose como están las ci-fras de los solicitantes de asilo en Es-paña en los últimos años y siendo elGobierno partidario de apoyar losprogramas de reasentamiento delACNUR, ¿cuándo considera usted

que podría ponerse en marcha un progra-ma de reasentamiento en este país en co-laboración con las ONGs?

El reasentamiento es uno de los elemen-tos de las llamadas políticas o soluciones“duraderas” para el asilo y el refugio y Espa-ña no puede permanecer ajena a estas ini-ciativas, por lo que estamos estudiando coninterés nuestra implicación en las mismas.

¿Qué destacaría de la colaboración conla DGII y la aportación de las ONGs o deorganismos como el ACNUR en el contex-to del asilo en España?

En el contexto del asilo, queda fuera detoda duda la importancia del trabajo quellevan a cabo las ONGs. Por su parte, no seentendería ninguna actuación sin la colabo-ración y seguimiento del ACNUR, garantey vigilante de la Convención de Ginebra y aquien nuestra Ley de Asilo otorga un papelactivo en la Comisión Interministerial deAsilo y Refugio. Creo que cada uno hemosconseguido jugar el papel que nos corres-ponde dentro de un clima de colaboración,coordinación y respeto y que el trabajo enred que realizamos está dando sus frutos enla defensa del derecho de asilo. �

Mª Jesús Vega es Responsable Adjunta de Relaciones Externas de la

Delegación del ACNUR en España

“El reasentamiento es uno de los elementos de las llamadassoluciones duraderas para elasilo y el refugio y España nopuede permanecer ajena a estasiniciativas, por lo que estamosestudiando con interés nuestraimplicación en las mismas”.

Page 35: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

El ACNUR afronta un “momento de laverdad” debido a la gran cantidad dedesplazados internos y a diversos desa-fíos externos. Uno de los más impor-tantes es la reparación de uno de los

“grandes fracasos” de la comunidad internacional, elabandono de millones de desplazados internos, queaún continúan dentro de las fronteras de sus propiospaíses, y la falta de garantías y asistencia para pro-porcionar protección a los refugiados fuera de su te-rritorio.

El ACNUR empezó su labor en 1951, con la mi-sión de proteger y encontrar soluciones para los refu-giados, es decir, personas que habían cruzado unafrontera internacional para huir de las persecucionesy la violencia en sus países. Además de su mandatoinicial, y después de haber prestado ayuda a algunaspoblaciones de desplazados internos en los últimos30 años, hoy se está pidiendo a la agencia que desem-peñe un papel cada vez más activo en relación con los24 millones de desplazados internos que se estimaque hay en todo el mundo.

El ACNUR se ha convertido así en un socio com-prometido en una nueva propuesta para ayudar a es-ta categoría de beneficiarios (a veces llamados “refu-giados internos”), que no están protegidos por laConvención de 1951 para los refugiados, aunque en-frentan la mayoría de los mismos problemas. El añopasado, al atribuir funciones sectoriales a sus diver-sas agencias, la ONU reforzó sus esfuerzos de coordi-nación para responder a las necesidades de un núme-ro más importante de desplazados internos.

“Ahora somos parte de una respuesta colectivadel sistema de las Naciones Unidas y de una comuni-dad humanitaria más amplia; en este contexto he-mos asumido la responsabilidad de ser la agencia lí-der en protección, refugios de emergencia y coordi-nación y gestión de los campos -explicó el Alto Co-misionado de las Naciones para los Refugiados, An-tónio Guterres-. Las lecciones aprendidas en cuatropaíses piloto, Uganda, la República Democrática delCongo, Liberia y Somalia, nos guiarán en el futuro”.

La nueva propuesta ha ayudado al retorno de másde 300.000 desplazados internos en Uganda, trans-

formando una dramática situación humanitaria enuna historia potencialmente exitosa. El ACNURtambién está reconsiderando su trabajo con los des-plazados internos en Colombia, Sri Lanka, el Cáuca-so y Costa de Marfil. A pesar de los progresos en al-gunas de las situaciones con desplazados internos, seestima que hay unos dos millones de personas des-plazadas en Darfur, Sudán, una región que se en-cuentra en una situación de necesidad desesperadade protección y asistencia. A falta de un marco preci-so para el ejercicio de la llamada “responsabilidad deproteger”, la comunidad internacional continúa bási-camente impotente. La inseguridad creció en Darfury se extendió hacia el Chad. y ahora mismo está ame-nazando a la República Centroafricana.

El reporte “Tendencias mundiales sobre refugia-dos en 2005”, publicado por el ACNUR este año, pre-cisa que, a pesar de la reducción del número total derefugiados, que pasó de 9,5 millones en 2004 a 8,4millones el año pasado, el número global de personasbajo la competencia de la agencia aumentó en 1,3 mi-llones en 2005, pasando de 19,5 a 20,8 millones. Esteaumento se debe básicamente al incremento del nú-mero de desplazados internos. El ACNUR contabili-za hoy en 16 países unos 6,6 millones de personasdesplazadas en el interior de sus fronteras nacionalespor causa de conflictos, mientras que a finales de2004 eran 5,4 millones en 13 países. Colombia, al con-tar con más de 2 millones de desplazados internos,acoge la población más importante de personas desa-rraigadas bajo competencia del ACNUR.

Los 6,6 millones de desplazados internos que elACNUR asiste actualmente representan el 32 porciento de los 21 millones de personas bajo su compe-tencia, es decir, el segundo grupo después de los re-fugiados, los cuales suponen la parte mayoritaria,con un 40 por ciento. El 28 por ciento restante inclu-ye a las personas repatriadas: refugiadas y desplaza-das (1,6 millones); los solicitantes de asilo (773.000);los apátridas (2.4 millones), así como a diversos colec-tivos, incluyendo las personas que no pueden presen-tar una solicitud de asilo pero que necesitan protec-ción (960.000). �

Françesca Fontanini es Responsable de RelacionesExternas de la Delegación del ACNUR en España

Desplazados internos, el gran FRACASO de la comunidad internacional

R E F U G I A D O S III

Especial España

Por F rançesca Fontan in i

Page 36: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O SIV

Especial España

Los menores colombianos acceden al sistema de salud yde educación mientras se trami-ta la petición de asilo de sus pa-dres (izqda.). Paula, de dos años,tiene nacionalidad venezolana,

Docenas de pequeños pueblos yasentamientos se distribuyen a lolargo de la ribera del río Araucaen el Estado Apure en Venezuela,uno de los más pobres y menos de-

sarrollados en este rico país petrolero. Entre lapoblación local, que subsiste de la pesca y culti-vos a pequeña escala, son muchos los colombia-nos que han cruzado el río para escapar de la vio-lencia en su país.

Venezuela ha sido por mucho tiempo un paísgeneroso en materia de asilo, acogiendo a colom-bianos necesitados de asistencia, a quienes se lespermite trabajar y tener acceso a los sistemas desalud y educación. Pero puede pasar mucho tiempoantes de que los solicitantes de asilo obtengan la

documentación apropiada, un problema que elACNUR está tratando de solucionar.

“Estamos trabajando con las autoridades para quese acelere el proceso de evaluación de las solicitudesde asilo y de expedición de documentación para los so-licitantes de asilo -explica John Fredrikson, Represen-tante del ACNUR en Venezuela-. Es una tarea enor-me, pero también es una de las más importantes”.

El caso de Gustavo, de 22 años de edad, es unejemplo de las dificultades que los colombianos en-frentan. Él y su familia llegaron a Apure hace cua-tro años, después de que un grupo armado irregu-lar intentara reclutarlo por la fuerza.

Este joven se siente culpable porque su familiaha dejado todo por su causa. “Lo peor fue la épocaen que tuvimos que huir: la semana antes de Navi-dad, y desde entonces, cada Navidad nos recuerdalo que pasó -dice-. Pero hay que mirar hacia ade-

El limbo de los solicitantesde asilo colombianos

en VenezuelaPor Mar ie-Hélène Verney

AC

NU

R/XA

VIER

CRE

AC

H

AC

NU

R/M

-H. V

ERN

EY

Page 37: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O S V

Especial España

pero su tío, colombiano, carecede documentación para residirlegalmente (centro). Entrevistaa Diña, que no puede ir al hos-pital local para dar a luz por notener documentación (dcha.).

lante. Es muy duro algunas veces, pero, si mantie-nes la vista atrás, se hace imposible continuar”.

Gustavo ha seguido adelante. Gracias a las políti-cas venezolanas, ha podido acceder a la educaciónsecundaria gratuita en Apure. Es un buen estudian-te, tan bueno que fue seleccionado el año pasado pa-ra estudiar medicina con una beca en Cuba. Esto fueun motivo de orgullo para él y su familia. Desafortu-nadamente, después de meses de discusión jurídica,Gustavo no pudo ir.

Aunque Gustavo y su fa-milia se inscribieron comosolicitantes de asilo ante lasautoridades venezolanas en2003, aún no hay una deci-sión sobre su caso y a él no sele ha expedido ningún docu-mento que legalice su presen-cia en el país. Sin este docu-mento, y a pesar de la inter-vención del ACNUR, no pue-de viajar a Cuba.

Para Diña, de 26 años, que llegó a esta regióndesde Arauca, en el noreste de Colombia, hace cin-co meses, la falta de documentación se convirtió enun problema cuando estaba a punto de dar a luz. Elniño era muy grande y estaba en una mala posi-ción. Junto a su esposo, viajaron hacia el pequeñopueblo de Guasdualito para que le hicieran un che-

queo en la clínica local. Pero las tropas del puestode control en las afueras del pueblo no les permi-tieron el paso porque ella no tenía un documentovenezolano.

Alertado por un vecino colombiano, el equipolocal del ACNUR fue a visitar a Diña al siguientedía. Aunque aún le preocupaba dar a luz sin ayudamédica, fue la inquietud por su hijo de ocho años loque la hizo llorar ese día.

“ Tuvimos que dejarlocuando huimos de Colombiaporque no sabíamos con quénos encontraríamos aquí -afirma-. Está con la familiade mi esposo y sé que porahora es el mejor lugar paraél. Pero es duro, muy duro.Pienso en él todo el tiempodesde que estamos aquí”.

Diña acordó viajar con elequipo del ACNUR la si-guiente mañana, cuando su

esposo pudiera acompañarla. Pero cuando el equi-po regresó, ya había dado a luz a una bebé sana a laque llamó Patricia, un capítulo feliz en la difícilhistoria de la joven mujer. �

Marie-Hélène Verney es Responsable Regional deInformación Pública del ACNUR en Colombia

Gustavo y su familia seinscribieron ante las autoridades venezolanasen 2003 y aún no existeuna decisión sobre sucaso ni se le ha expedi-do ningún documento.

AC

NU

R/XA

VIER

CRE

AC

H

Page 38: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O SVI

Especial España

El libro de poesía “Otros cie-los”, a la venta en librerías,ha sido escrito por un refu-giado de Sudán, Ántar H.A.Recordemos que en este

país, a consecuencia del conflicto que co-menzó en 2003, hay unos 4 millones dedesplazados internos.

Además, alrededor de 200.000 refugia-dos sudaneses están alojados en campa-mentos en el vecino Chad. En estos mo-mentos, el ACNUR está luchando para ha-cer frente a las enormes necesidades de es-tas personas. El deterioro de la seguridadaún impide proporcionar incluso la másmínima ayuda necesaria en las áreas másextensas de Darfur y del Chad. A conti-nuación se recogen varios extractos del li-bro de Ántar:

RASTRO DE PASOS SOBRE LA VÍA LACTEA

¿Qué significa tu nombre?Sus ojos pronunciaron la pregunta.Mi nombre no tiene significado, le dije:Sino la historia.Sonrió despegando los labios.

Dijo en lo que dijo: háblame del Niloque se explaya entre parajes amparados

por palmeras.Háblame de la otra orilla, de la pudicia

de la noche.De tu familia, de tu gente, de los de tu

quinta,De las sombras de las casas de arenaQue de niños erigimos al llover,Se levantan y luego se derrumbanDespacio derretidas en el cubil.

Le hablé de mis abuelos,Caballeros del corcel.Del destello en sus manos, De tizonas que prometen sufrir.De Blanco que se funde en Azul. De huertos que los sopla la brisa.

Le hablé de la tierra virgenque se extiende milla tras milla.Le hablé de un horizonte que desciendePara besar los granos de la tierra,Cuyos ojos se inundan de lágrimasComo nubes que se condensan despacio...Llevadas por vientos viajeros Que anhelan cúspides de amor.Le hablé de vegetación y ubres,De flores lozanas donde cayera la vista.

(...)

Se prolongaba mi plática con ella entrela luz y la sombra que envolvían nuestrocielo, aquél cubierto siempre con cemento.

No veíamos estrellas cuando subimos,salvo en las escasas veces que acudíamos anuestro vecino parque/selva. Le pedí queme hablara a su vez de su nombre, de suvida, de su gente, de sus sueños. Me hablóde su padre, que se lo arrebató el destinode las manos cuando apenas empezaba aaprender entre sus manos la vida. De latristeza que envolvía las facciones de sualegre pueblo. De los colores del amanecerreflejado sobre la hoja del infinito mal. Delas viejas que se alargaban el saludo en loscallejones de los barrios donde había naci-do y crecido. Me habló de la monotonía dellento ritmo de la vida que le inquietaba yle asustaba cuando era pequeña. Del tama-ño de los troncos de los árboles, de los fríosenredados bosques y de los colores de laspiedras que vio con sus ojos de color verdemezclado con mielero marrón. Su cara seasomaba entre el velo de su oscuro cabellocomo una luna llena que no elige ningúnespejo más que las tierras ecuatoriales. Memiraba de hito en hito con la alegría de lacapacidad de amar que guardaba en susadentros al infinito ser humano.

(...)

No entendía ni fu ni fa de lo que medecía.

Me dijo: ¡no me arropes, con la rosáceatela de los elogios...

Cuenta mis faltas y mis defectosY toca mis olvidados fondos...Llévame a través de ti a tu mundo,A páramos meditabundos insomnes...Déjame dormir un rato a tu ladoPues siento que añoro ver selvas crecerY me quemo por sentir tus abrazos!

(...)

Yo la contemplaba vaciando su arraiga-da hominal tristeza noble en dibujos su-rrealistas que inspiran optimismo. Se sen-taba durante largas horas sobre la espaldade la cama, haciendo surgir con la finapunta del lápiz sobre las hojas de su tablade dibujar, tan sencilla como la de los ni-ños, unas flores que amanecen al mundosólo para verse brotar sobre el espejo de suquieto rostro de profunda belleza. A vecesla presenciaba leyendo un libro bajo elmurmullo de la música clásica que emana-ba sangre caliente de sus verduscas arte-rias.

A veces nos sentamos y le dejaba hablarsobre la danza de las nubes de humo de loscigarrillos que volaba por encima de lasvelas que iluminaban la habitación. Habla-ba como quien habla desde un lejano fon-do. Me enseñó que estuario del amor no esel bache del ego sino la profundidad del to-do. �

Mirando al cielodesde el exilio

Un refugiado sudanés publica un poemario en España

Page 39: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O S VII

Especial España

El pasado 5 de diciembre se presentabapúblicamente en la sede de Hugo Bossen Madrid el nuevo fichaje del ACNURen España para promover la ayuda a losrefugiados: el presentador Jesús Váz-

quez, uno de los rostros televisivos más populares yqueridos en nuestro país.

Si algo quedó patente durante la presentación antelos medios es la claridad de ideas que tiene Jesús res-pecto a lo que puede hacer: “Necesitamos vuestrasaportaciones, apoyadnos en nuestra tarea. Queremosllegar a todos los hogares y mover conciencias, servirde altavoz para los refugiados”.

En la rueda de prensa estuvieron presentes tanto laDirectora del Comité Español como el Representanteen España del ACNUR, Agni Castro-Pita, quien, ennombre de la agencia, agradeció a Jesús su compromi-so público con el ACNUR, señalando que el apoyo deun personaje mediático y gran comunicador como él“contribuirá a fortalecer la conciencia social y a provo-car el debate que puede hacer resurgir esa parcela desolidaridad que muchos llevamos dentro en favor delos refugiados”.

Jesús Vázquez ha sido nombrado “Colaborador Es-pecial” del Comité español del ACNUR. A partir deahora, el presentador va a utilizar su voz y su energíapara dar a conocer la situación de los refugiados en elmundo y para captar fondos para ellos.

“Ha sido un honor que una organización como elACNUR se fijara en mí. Creo que hay pocas tragediascomparables a la guerra y sus efectos. Cuesta imaginar,desde nuestro opulento primer mundo, lo que represen-ta huir del terror, la represión y la muerte, perder tu ho-gar, tu vida entera, huir sin saber dónde ni cómo vas asobrevivir, qué les vas a dar de comer a tus hijos -co-mentaba Jesús Vázquez tras su nombramiento-. No po-demos mirar para otro lado. Las voces de millones devíctimas inocentes deben golpear nuestras conciencias”.

Habiendo colaborado ya con el ACNUR en 2003 pa-ra una subasta online, un buen día, en su programa“Allá tú” de Tele 5, Jesús se puso una camiseta de la

agencia, en la que podía leerse “Einstein también fuerefugiado”, y, con la espontaneidad que le caracteriza,pidió ayuda para las personas que, por razones políticas,religiosas o de género, han sufrido persecución y hantenido que dejar sus casas, sus familias, su entorno y to-do lo que les era familiar. Una situación desgarradora

que el actual presentador de “Operación Triunfo” captódesde el primer momento y supo comunicar como élsabe hacerlo, con sencillez y absoluta claridad.

A partir de ahí se entabló una relación muy fructí-fera, culminada con su nombramiento como “Colabo-rador Especial del ACNUR” para España, con el quequiere trabajar como uno más en la organización paraque sus proyectos de cooperación aumenten, lleguemás ayuda humanitaria en las situaciones de emer-gencia y, sobre todo, para que nadie se olvide de todasesas personas que un día tuvieron que huir con lopuesto, escapando de la guerra, de la persecución y dela intolerancia. �

JESÚS VÁZQUEZ nuevo fichaje en España

El popular presentador, que ha sido nombrado “Colaborador Especial” del Comité Español del ACNUR, va a utilizar su voz y su energía para dar aconocer la situación de los refugiados en el mundo y captar fondos para ellos.

El Representantedel ACNUR en España y la Directora del Comité Españolflanquean a Jesús Vázquez.

AC

NU

R/M

.J. V

EGA

Page 40: N O 132 • 2006 ¿Donde estan ahora? · 2019-11-14 · 6 REFUGIADOS de muertos en Hun-gría, superior quizás a los 2.500 de la cifra oficial. Otros muchos miles fueron deteni-dos

R E F U G I A D O S

Especial España

La Fundación Gredos San Diego(GSD) continúa apoyando las inicia-tivas que la Cooperativa del mismo

nombre ha realizado en favor de los refugia-dos y el ACNUR, y que se ha materializadoen la firma de un convenio de colaboracióncon el Comité Español del ACNUR el pasa-do 29 de noviembre.

La Fundación, que amplía con esta laborsu línea de responsabilidad social corporati-va de atención a la educación ambiental, secompromete a desarrollar actividades desensibilización y recaudación de fondos a fa-vor de los refugiados

Durante el acto de la firma del Convenio,estuvieron presentes el Alcalde de El Esco-rial y concejales, directivos de la FundaciónGSD, de la Cooperativa y de sus tres cole-gios, así como algunos de sus alumnos, elRepresentante del ACNUR en España, Ag-ni Castro-Pita, y la Directora de España conACNUR, Mª Ángeles Siemens.

En dicho evento, el presidente de GredosSan Diego Cooperativa, Javier MartínezCuaresma, anunció la campaña de recogidade fondos que se realizó posteriormente enlos Colegios GSD durante su día de “puertasabiertas”, destinada a la construcción de unaescuela en la República Democrática delCongo. La iniciativa, con el lema “Un ladri-llo para una escuela”, ofreció unas miniatu-ras de ladrillo con la serigrafía “Seré escuelaen Nzomekeke” al precio de 2 euros.

Desde 2004, Gredos San Diego Coopera-tiva mantiene abierta una importante líneade colaboración con el ACNUR, desarro-llando iniciativas solidarias y creativas enlos tres colegios que gestiona, tanto educan-do en valores como apoyando económica-mente los proyectos de la agencia. Por terceraño consecutivo, la Cooperativa ha dedicadosu agenda escolar a los refugiados; la de estecurso 06/07 estará centrada en los refugia-dos famosos y su aportación a la sociedadque les acogió. En las actividades llevadas acabo han participado, con una gran dedica-ción, padres, alumnos y profesores. �

Más información: [email protected]

www.eacnur.org

VIII

http://www.camisetasolidaria.com/acnur/por_que.asp

La Directora del Comité Español del ACNUR agradece la colaboración de la cooperativa GSD.

CO

OPE

RATI

VA G

SD

La comunidad educativa GSD apoya al ACNUR