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Dulce Fuego Dulce Fuego Maria V. Snyder Maria V. Snyder 3º Soulfinders Maria V. Snyder - Dulce fuego (11/2008) Título Original: Fire study (2008) Serie: 3º Soulfinders Editorial: Harlequin Ibérica Sello / Colección: Mira 214 Género: Fantástico / Paranormal Protagonistas: Yelena y Valek Argumento: Cuando se corrió la voz de que Yelena era capaz de atrapar el alma de la gente, todo el mundo se inquietó. Sus extrañas habilidades y su pasado ya la habían apartado de los demás; ahora el consejo debatía sobre cuál sería su destino. Justo entonces recibió un preocupante mensaje: se estaba organizando un complot contra su pueblo, dirigido por un peligroso asesino al que ella ya había derrotado una vez…

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Dulce Fuego

Maria V. Snyder - Dulce Fuego - 3 Soulfinders

Dulce FuegoMaria V. Snyder3 Soulfinders

Maria V. Snyder - Dulce fuego (11/2008)Ttulo Original: Fire study (2008)Serie: 3 SoulfindersEditorial: Harlequin IbricaSello / Coleccin: Mira 214Gnero: Fantstico / ParanormalProtagonistas: Yelena y ValekArgumento:Cuando se corri la voz de que Yelena era capaz de atrapar el alma de la gente, todo el mundo se inquiet. Sus extraas habilidades y su pasado ya la haban apartado de los dems; ahora el consejo debata sobre cul sera su destino. Justo entonces recibi un preocupante mensaje: se estaba organizando un complot contra su pueblo, dirigido por un peligroso asesino al que ella ya haba derrotado una vez

El honor hizo que Yelena emprendiera un camino muy peligroso, aunque la esperanza de reunirse con su amado la haca continuar. En su viaje encontrara aliados, enemigos, amantes y posibles asesinos Yelena no podra confiar en ninguno de ellos, tendra que demostrar ella sola que poda salvar la tierra que tanto amaba.Captulo 1Eso es pattico, Yelena se quej Dax. Una Halladora de Almas todopoderosa que no es todopoderosa. Qu tiene eso de divertido? dijo, y elev los brazos, delgados y largos, hacia el cielo, fingiendo frustracin.

Siento decepcionarte, pero yo no soy la que le agreg lo de todopoderosa al ttulo.

Me apart un mechn de pelo negro de los ojos. Dax y yo habamos estado trabajando para ampliar mi habilidad mgica, pero sin xito. Mientras practicbamos en la planta baja de la torre de Irys, la Guardiana, intentaba que el fastidio que senta no afectara negativamente a las clases. En realidad, la torre tambin era un poco ma, porque Irys me haba cedido tres pisos para que yo los usara.

Dax estaba intentando ensearme cmo mover objetos con la magia. Haba reubicado los muebles y haba colocado las butacas en filas ordenadas; le haba dado la vuelta al sof y lo haba puesto de costado. Ninguno de mis esfuerzos por recuperar la agradable distribucin de Irys e impedir que me persiguiera una mesilla sirvi. Aunque no fue por falta de inters yo tena la camisa pegada a la piel sudorosa.

De repente, tuve un escalofro. Los postigos estaban bien cerrados, pero, pese al fuego que arda en la chimenea y las alfombras que cubran el suelo, el saln estaba helado. Las paredes eran del mrmol blanco, maravillosas en la estacin caliente, pero absorban todo el calor de la habitacin en la estacin fra. Me imagin la calidez siguiendo las vetas verdes de la piedra y escapndose al exterior.

Dax Greenblade, mi amigo, se tir de la tnica hacia abajo. Era alto y delgado. Su fsico era el tpico de un miembro del clan Greenblade. A m me recordaba a una brizna de hierba, incluido el filo cortante: su lengua.

Es evidente que no tienes la capacidad de mover objetos, as que probemos con el fuego. Hasta un beb puede prender una llama! exclam, y puso una vela sobre la mesa.

Un beb? Ya ests exagerando otra vez.

La capacidad de acceder a la fuente de poder y hacer magia de una persona se manifestaba en la pubertad.

Detalles, detalles dijo Dax, agitando una mano como si estuviera apartando una mosca. Ahora, concntrate en encender esta vela.

Yo arque una ceja. Hasta aquel momento, mis esfuerzos con objetos inanimados no haban tenido resultados. Poda sanar el cuerpo de mi amigo, or sus pensamientos e incluso ver su alma, pero cuando alcanzaba un hilo de magia e intentaba mover una silla, no ocurra nada.

Dax me mostr tres dedos extendidos.

Tienes tres razones para ser capaz de hacer esto. Una, eres poderosa. Dos, tienes tenacidad. La tercera es que has vencido a Ferde, el Ladrn de Almas.Que haba escapado y era libre de empezar otra juerga de robo de almas.

Y podras recordarme en qu me est ayudando Ferde?Se supone que esto es una charla para levantarte el nimo. Quieres que enumere todas tus heroicidades?

No. Continuemos con la clase dije yo.

Lo que menos quera era que Dax me contara los ltimos cotilleos. La noticia de que yo era Halladora de Almas haba corrido como la plvora en la Fortaleza de los Magos. Y yo todava no poda pensar en aquel ttulo sin estremecerme de dudas, preocupacin y miedo.

Intent concentrarme y conectarme a la fuente de poder. El poder envolva al mundo como una manta, pero slo los magos podan tirar de hilos de magia de aquella manta para usarlos. Yo atraje una hebra y la dirig hacia la vela, intentando que la mecha se prendiera.

Nada.

Intntalo con ms fuerza me dijo Dax.

Yo increment el poder y volv a apuntar.

Tras la vela, Dax se puso rojo y comenz a tartamudear como si estuviera conteniendo una tos. Entonces, la mecha se encendi ante mis ojos.

Eso es de mala educacin protest Dax con una expresin cmica.

T queras que se encendiera.Pero quera que lo hicieras por ti misma! Los Zaltana y sus extraos poderes. Me has obligado a encender la vela. Bah! Y pensar que yo quera vivir tus aventuras a travs de tiCuidado con lo que dices de mi clan, o lo mir a modo de amenaza.O qu?Le dir al Segundo Mago dnde vas cada vez que l saca uno de sus viejos libros de la estantera dije.

Bain era el mentor de Dax pero, aunque al Segundo Mago le apasionaba la historia antigua, Dax hubiera preferido leer sobre los ltimos bailes de moda.

Est bien, est bien. Has ganado y has demostrado que tenas razn. No tienes capacidad para encender fuego. Yo seguir traduciendo lenguas antiguas dijo Dax con gesto adusto, y t sigue buscando almas.

Yo saba que bromeaba, pero tambin perciba el trasfondo de sus palabras. Su inseguridad acerca de mis habilidades tena un motivo de peso. El ltimo Hallador de Almas naci en Sitia ciento cincuenta aos antes, y durante su corta existencia, haba convertido a sus enemigos en esclavos sin voluntad propia, y haba estado a punto de conseguir su objetivo de hacerse con el mando del pas. La mayora de los sitianos no se tomara bien la noticia de que exista una Halladora de Almas.

El momento embarazoso pas, y Dax volvi a su buen humor de siempre.Ser mejor que me vaya. Tengo que estudiar. Tenemos un examen de historia maana, te acuerdas?

Yo gru, pensando en el grueso tomo que me estaba esperando.

Tus conocimientos sobre la historia de Sitia tambin son patticos.

Dos razones repliqu yo, extendiendo dos dedos: Una, Ferde Daviian. Dos, el consejo de Sitia.

Dax hizo un gesto vago con la mano.S, ya s le dije yo. Detalles, detalles.

l sonri, se envolvi en su capa y dej entrar una rfaga de aire helador al salir. Las llamas del hogar temblaron durante un instante. Yo me acerqu a la chimenea para calentarme las manos, y comenc a pensar de nuevo en aquellas dos razones.

Ferde era un miembro del clan Daviian, que era un grupo renegado del clan Sandseed. Los miembros del clan Daviian queran algo ms de la vida que vagar por las Llanuras de Avibian y contar historias. En su bsqueda del poder, Ferde haba secuestrado y torturado a doce chicas para robarles el alma e incrementar su magia. Valek y yo lo habamos detenido antes de que pudiera completar su bsqueda.

Sent dolor por Valek en el corazn. Acarici el colgante en forma de mariposa que llevaba al cuello. l haba regresado a Ixia un mes antes, pero yo lo echaba de menos ms y ms a cada da que pasaba. Quiz debiera ponerme en peligro de muerte deliberadamente. l tena un don especial para aparecer cuando ms lo necesitaba.

Por desgracia, aquellos tiempos eran peligrosos, y no habamos tenido muchas oportunidades para estar juntos. Yo deseaba con todas mis fuerzas que me asignaran una misin diplomtica en Ixia.

El consejo de Sitia no aprobara un viaje as hasta que decidieran lo que iban a hacer conmigo. Los once lderes de los clanes y los cuatro Magos Maestros componan aquel consejo, y haban estado discutiendo sobre mi nuevo papel de Halladora de Almas durante todo el mes pasado. De los cuatro maestros, Irys Jewelrose, la Cuarta Maga, era mi apoyo ms grande, y Roze Featherstone, la Primera Maga, era mi detractora ms firme.

Me qued mirando el fuego, siguiendo la danza de las llamas con los ojos. Segu pensando en Roze. Los movimientos de las llamas dejaron de ser aleatorios. Se movan con un determinado ritmo, se dividan y gesticulaban como si estuvieran sobre un escenario.Qu raro. Parpade. En vez de volver a la normalidad, el fuego creci hasta que me llen la visin y bloque el resto de la habitacin. Los brillantes dibujos de color me atravesaron los ojos. Los cerr, pero la imagen permaneci all. Sent aprensin; pese a mis fuertes barreras mentales, un mago teja su magia a mi alrededor.

Atrapada, observ la escena del fuego hasta que se convirti en una figura con apariencia real de m misma. El cuerpo sin alma se puso en pie y Encindeme seal otra figura. Se dio la vuelta, persigui a la otra persona y la estrangul.

Alarmada, intent detener aquella visin del fuego, pero no lo consegu. Me vi obligada a observarme a m misma haciendo ms gente sin alma, que a su vez, segua matando. Un ejrcito contrario atac. Destellaron las espadas de fuego, y salpicaron llamas de sangre. Me habra quedado impresionada con el nivel artstico de aquel mago si no hubiera estado tan horrorizada por la matanza del fuego.

Con el tiempo, mi ejrcito fue extinguido, y a m me atraparon con una red de fuego. Encindeme fue arrastrada, encadenada a un poste y sofocada con aceite.

Yo volv a mi cuerpo de golpe. Junto a la chimenea, not la tela de magia a mi alrededor. Se contrajo, y en mi ropa se encendieron pequeas llamas.

Y se extendieron.

No poda detener su avance con mi poder. Maldiciendo mi falta de habilidad con el fuego, me pregunt por qu no posea aquel poder en concreto.

La respuesta me reson en la mente. Porque necesitamos una manera de matarte.

Yo me desplom y me alej del fuego. Estaba empapada en sudor y el sonido de la sangre hirviendo me silbaba en los odos. Toda la humedad se evapor de mi boca y el corazn se me as en el pecho. El aire caliente me quem la garganta. El olor a carne quemada me inund la nariz y sent nuseas. Sent dolor en todos los poros de la piel.

No tena aire para gritar.

Rod por el suelo, intentando apagar el fuego.

Me quemaba.

El ataque mgico ces y me liber del tormento. Me desplom y respir el aire fresco.

Yelena, qu te ha pasado? me pregunt Irys, mientras me posaba la mano helada sobre la frente. Ests bien?

Mi mentora y amiga me miraba fijamente. En su expresin y en la mirada de sus ojos verdes se reflejaba una gran preocupacin.Estoy bien dije con la voz quebrada, y fui presa de un ataque de tos. Irys me ayud a incorporarme.

Mrate la ropa. Es que te has quemado?

Tena la camisa llena de holln, y agujeros de quemaduras en las mangas y los pantalones. Ya no podra arreglarlos. Tendra que pedirle a mi prima, Nutty, que me hiciera otro par. Suspir. Debera pedirle cien tnicas de algodn y pantalones para ahorrarle tiempo. Los sucesos, incluyendo los ataques mgicos, se confabulaban para hacer de mi vida algo interesante.

Un mago me ha enviado un mensaje a travs del fuego le expliqu a Irys. Aunque saba que Roze era la maga ms fuerte de Sitia, y poda atravesar mis defensas mentales, no quera acusarla sin tener pruebas.

Antes de que Irys pudiera hacerme ms preguntas, yo inquir:

Cmo ha ido la sesin del consejo?A m no me haban permitido acudir. Aunque el tiempo lluvioso no era un incentivo para caminar hasta la Asamblea del Consejo, me fastidiaba.

El consejo quera que yo estuviera informada de todos los asuntos que trataban diariamente, como parte de mi formacin para ser el enlace entre Sitia y el territorio de Ixia. Mi formacin como Halladora de Almas, sin embargo, no era algo en lo que el consejo se hubiera puesto de acuerdo. Yo pensaba que estaban preocupados por si, cuando yo descubriera el alcance de mi poder, segua el mismo camino que aquel antiguo Hallador de Almas.

La sesin ella sonri con irona. Bien y mal. El consejo ha accedido a apoyar tu formacin me dijo. Despus hizo una pausa.

Yo me prepar para escuchar sus palabras siguientes.

Roze se disgust con esa decisin.

Se disgust?Se opuso ferozmente.

Al menos, ya saba el motivo del mensaje de fuego.Ella an cree que eres una amenaza. As que el consejo ha decidido que ser ella quien te forme. Yo me puse en pie de un salto.

No.

Es la nica manera.

Yo tuve que tragarme la respuesta. Haba otras opciones. Tena que haberlas. Yo estaba en la Fortaleza de los Magos, rodeada de magos con diferentes niveles de poder. Tena que haber otro que pudiera trabajar conmigo.

Y t, o Bain?

Queran un mentor que fuera imparcial. De los cuatro Maestros, slo quedaba Roze.

Pero ella no es

Lo s. Esto podra ser beneficioso para ti. Al trabajar con Roze, podrs convencerla de que no quieres regir los designios del pas. Entender que tu deseo es ayudar a Sitia y a Ixia.

La expresin de duda permaneci en mi semblante.A ella no le agradas, pero su anhelo de que Sitia contine a salvo libre supera sus sentimientos personales.

Irys me entreg un pliego de pergamino y evit mi comentario sarcstico sobre los sentimientos personales de Roze.Esto lleg durante la sesin del consejo.

Yo abr el mensaje. Era una orden del Hombre Luna.

Yelena, he encontrado lo que buscas. Ven.

Captulo 2

El mensaje que tena entre las manos era tpico del Hombre Luna, mi amigo Tejedor de Historias del clan de los Sandseed. Era crptico y vago. Me imagin que habra escrito la nota con una sonrisa perversa en los labios. Era mi Tejedor de Historias, y saba que yo buscaba muchas cosas. Lo principal en mi lista era tener conocimientos sobre los Halladores de Almas y sobre cmo poda encontrar un equilibrio entre Sitia e Ixia. Adems, me vendran bien unas vacaciones tranquilas. Sin embargo, estaba segura de que l se refera a Ferde.

Ferde Daviian, el Ladrn de Almas, y asesino de once chicas, haba escapado de la prisin de la Fortaleza de los Magos con la ayuda de Cahil Ixia. El consejo no pudo capturarlo nuevamente, y despus de su fracaso, sus miembros pasaron un mes entero debatiendo sobre cmo podan encontrarlos.

Mi frustracin aumentaba con cada retraso. Ferde haba quedado muy dbil cuando yo haba liberado, durante nuestra lucha, las almas que l haba robado y que eran su fuente de poder mgico. Sin embargo, slo necesitaba asesinar a otra muchacha para recuperar su fuerza. Hasta el momento no se haba denunciado la desaparicin de nadie, pero el hecho de saber que era libre me encoga el corazn.

Para evitar imaginarme el horror que poda provocar Ferde, me concentr en el mensaje que tena entre las manos. El Hombre Luna no haba dicho que yo acudiera sola, pero no descart la idea de informar al consejo. Cuando hubieran decidido lo que haba que hacer, Ferde ya se habra escapado. Ira sin avisarlos. Irys dira que era mi mtodo de hacer las cosas, meterme en una situacin de lleno con la esperanza de que todo saliera bien. Salvo algunos percances en el pasado, siempre haba funcionado. Y en aquel momento, salir corriendo me resultaba atractivo.

Irys se haba apartado cuando yo desplegu el mensaje, pero por su modo de mantenerse inmvil, yo saba que tena curiosidad. Le cont lo que pona en la nota.Deberamos informar al consejo dijo.

Y qu haran? Debatir sobre el asunto durante todo el mes que viene? El mensaje es una invitacin para m. Si necesito tu ayuda, te enviar un aviso dije, y not que ella ceda.

No deberas ir sola.

Est bien. Le pedir a Leif que me acompae.

Despus de un momento de vacilacin, Irys asinti. Como miembro del consejo, no deba de estar muy contenta, pero haba aprendido a confiar en mi sentido comn.

Mi hermano, Leif, probablemente estara tan contento como yo de poder alejarse de la Fortaleza y de Citadel. La animosidad creciente que Roze Featherstone senta hacia m haba puesto a Leif en una situacin complicada. Roze haba sido su tutora mientras l cursaba sus estudios en la Fortaleza de los Magos, y despus se haba convertido en su ayudante. Su habilidad mgica de percibir las emociones de los dems haban ayudado a Roze a determinar la culpabilidad o inocencia de las personas en un crimen, y la magia de mi hermano tambin ayudaba a las vctimas a recordar detalles sobre lo que les haba ocurrido.

Cuando yo haba aparecido en Sitia despus de una ausencia de catorce aos, Leif haba reaccionado con odio hacia m. Estaba convencido de que mi secuestro y mi traslado a Ixia haba sido algo para molestarlo, y mi regreso desde el norte haba sido un complot de Ixia para espiar a Sitia.

Al menos, deberamos informar a los Magos Maestros del mensaje del Hombre Luna dijo Irys. Estoy segura de que a Roze le gustara saber cundo puede empezar con tu educacin.

Yo frunc el ceo y pens en contarle el mezquino ataque que Roze me haba lanzado con el fuego. No. Yo me enfrentara a Roze por m misma. Desafortunadamente, iba a pasar mucho tiempo con ella.

Se va a celebrar una reunin de los Magos esta tarde en el edificio de administracin. Ser un momento perfecto para hablarles de tus planes.

Yo puse mala cara, pero ella se mantuvo firme.

Bien, nos veremos ms tarde dijo.

Irys sali de la torre antes de que yo pudiera expresar mi desacuerdo. Sin embargo, yo poda comunicarme con ella por telepata, porque nuestras mentes siempre estaban conectadas. Aquella comunicacin se produca como si las dos estuviramos en la misma habitacin. Yo poda tener mis pensamientos privados, pero si quera hablar con Irys, ella me oira. Si alguna vez, ella intentara leer mis pensamientos profundos o mis recuerdos, se considerara una violacin del Cdigo tico de los magos.Mi yegua, Kiki, y yo, tenamos la misma conexin. Lo nico que tena que hacer para que ella me oyera era llamarla por medio de la mente. La comunicacin con Leif o con Dax era ms difcil. Tena que tirar de un hilo de poder y buscarlos. Y cuando los encontraba, ellos tenan que permitirme acceso a su pensamiento a travs de sus defensas mentales.

Aunque yo tena el don de tomar atajos hacia sus pensamientos y emociones por medio de su alma, los sitianos consideraban aquella habilidad como una infraccin del Cdigo tico. Yo haba asustado a Roze al usarlo para protegerme de ella. Ni siquiera con todo su poder haba podido evitar que yo rozara su esencia.

Sent un nudo de ansiedad en el estmago. Mi nuevo ttulo de Halladora de Almas tampoco encajaba bien conmigo. Rehu aquellas especulaciones mientras me abrigaba con la capa antes de salir de la torre.

De camino hacia el campus de la Fortaleza, volv a mis cavilaciones sobre la comunicacin mental. Mi vnculo con Valek no poda considerarse una conexin mgica. Para m, la mente de Valek era inalcanzable, pero l tena la asombrosa habilidad de saber cundo lo necesitaba, y era l quien se pona en contacto conmigo. Me haba salvado la vida muchas veces gracias a aquel nexo de unin.

Mientras haca girar el brazalete de serpiente que me haba regalado Valek en la mueca, reflexion sobre nuestra relacin hasta que un viento helado cuajado de aguas de hielo me apart de la cabeza todo pensamiento clido sobre Valek. La estacin fra haba llegado al norte de Sitia con rabia. Yo tuve que sortear charcos fangosos y protegerme la cara del aguanieve.

Los edificios blancos de la Fortaleza estaban salpicados de barro y, a la luz dbil del da, parecan grises. Yo haba pasado la mayor parte de mis veinte aos de vida en el norte de Ixia, y haba soportado poco el fro, slo algunos das durante la estacin de invierno. All, el aire fro se llevaba toda la humedad. Sin embargo, segn Irys, aquel horrible tiempo era tpico de Sitia aunque la nieve era un evento raro que no sola durar ms de una noche.

Camin con dificultad hasta el edificio de administracin de la Fortaleza, haciendo caso omiso de las miradas hostiles de los estudiantes que se iban apresuradamente de clase en clase. Uno de los resultados de atrapar a Ferde haba sido el cambio inmediato de estatus, de aprendiz de la Fortaleza a Ayudante de Mago. Desde que Irys y yo nos habamos convertido en socias, ella me haba ofrecido que compartiramos su torre. Yo haba aceptado con alivio por poder alejarme de las miradas de censura de mis compaeros.

Su desprecio no era nada en comparacin con la furia de Roze cuando entr en la sala de juntas de los Maestros. Me prepar para su estallido, pero Irys se puso en pie de un salto, junto a la larga mesa, y explic por qu haba ido yo a la reunin.

nota del Tejedor de Historias de los Sandseed dijo. Cabe la posibilidad de que haya localizado a Ferde y a Cahil.

Roze hizo un gesto de desdn.

Imposible. Sera un suicidio que intentaran cruzar las Llanuras de Avibian para volver con su clan, en la Planicie Daviian. Y sera demasiado evidente. Probablemente, Cahil se est llevando a Ferde a Stormdance o a las tierras de Bloodgood. Cahil tiene muchos seguidores all.

Roze haba sido la valedora de Cahil en el Consejo. A Cahil lo haban criado unos soldados que haban huido de Ixia al producirse un golpe de estado que haba cambiado el gobierno de una monarqua a una dictadura. Los soldados haban convencido a Cahil de que era el sobrino del difunto rey de Ixia y de que deba heredar el trono.

l haba trabajado mucho para conseguir partidarios y haba intentado reunir un ejrcito para vencer al Comandante de Ixia. Sin embargo, cuando haba descubierto que en realidad descenda de un soldado raso, haba rescatado a Ferde y haba escapado con l.

Roze haba animado a Cahil. Ellos tenan la misma opinin: que slo era cuestin de tiempo antes de que el Comandante Ambrose se propusiera conquistar Sitia.

Cahil puede rodear las llanuras dijo Zitora Cowan, la Tercera Maga. Sus ojos color miel estaban llenos de preocupacin, pero como era la ms joven de los Magos Maestros, en general los dems hacan caso omiso de sus opiniones.

Entonces, cmo iba a saberlo el Hombre Luna? Los Sandseed no salen de las llanuras a menos que sea absolutamente necesario replic Roze.

Eso es lo que quieren que creamos dijo Irys. Seguramente, tienen algunos exploradores diseminados por ah.

De todos modos dijo Bain Bloodgood, el Segundo Mago, debemos tener en cuenta todas las posibilidades. Evidente o no, alguien tiene que confirmar que Cahil y Ferde no estn en las llanuras.

Con su pelo blanco y la tnica larga y suelta, Bain tena un aspecto de mago tradicional. La sabidura irradiaba de su cara arrugada.

Voy a ir dije yo.

Deberamos enviar soldados para que la acompaen.Y Leif debe ir tambin aadi Bain. Al ser primos de los Sandseed, Yelena y su hermano sern bien acogidos en las llanuras.

Roze se pas los esbeltos dedos por los blancos mechones de su pelo y frunci el ceo pensativamente. El color azul marino de sus vestiduras absorba la luz, y casi igualaba el de su piel oscura. El Hombre Luna tena el mismo tono de piel, y me pregunt cmo sera su pelo si no llevara afeitada la cabeza.

No voy a enviar a nadie dijo Roze finalmente. Sera una prdida de tiempo y de recursos.

Yo voy a ir. No necesito tu permiso dije yo, y me puse en pie, dispuesta a marcharme.

Necesitas mi permiso para salir de la Fortaleza dijo Roze. Estos son mis dominios. Yo estoy por encima de todos los magos, incluida t, Halladora de Almas dijo ella, golpeando los brazos de su silla con las palmas de las manos. Si yo tuviera el control del consejo, hara que te llevaran a una celda a esperar tu ejecucin. Nunca ha salido nada bueno de un Hallador de Almas.

Los otros Maestros miraron a Roze con horror. Ella estaba iracunda.Slo hay que leer nuestra historia. Todos los Halladores de Almas han deseado tener el poder mgico y poltico, el poder sobre las almas de los dems. Yelena no ser distinta. Ahora est jugando a ser Enlace y ha aceptado que yo la instruya, pero slo es cuestin de tiempo. Ya dijo, haciendo un gesto hacia la puerta. Ya quiere marcharse, antes de que hayamos empezado la primera clase.

Roze, eso ha sidoElla alz la mano, acallando a Bain antes de que pudiera continuar rebatindola.

Ya conoces la historia. Has recibido muchas advertencias, as que no dir nada ms Roze se levant de su asiento. Era unos veinte centmetros ms alta que yo, y me mir desde arriba. Entonces, ve. Llvate a Leif. Considralo tu primera leccin, una leccin de inutilidad. Cuando vuelvas, estars en mis manos.Roze hizo ademn de irse, pero yo capt sus pensamientos mentalmente.

con eso la mantendr ocupada y alejada de mi camino.

Roze se detuvo antes de salir. Mirando hacia atrs por encima del hombro, me mir significativamente.

No te inmiscuyas en los asuntos de Sitia, y quiz seas la nica Halladora de Almas conocida que ha vivido ms de veinticinco aos.

Ve a consultar tus libros de historia, Roze, le dije yo. La muerte de un Hallador de Almas siempre ha ido pareja a la de un Mago Maestro.

Roze dej la sala sin otro comentario. De aquel modo termin la sesin.

Fui en busca de Leif. Su habitacin estaba cerca del ala de aprendices, en la zona este del campus de la Fortaleza. Viva en el edificio de los Magos, en el cual se alojaban quienes se haban graduado en la Fortaleza y se haban convertido a su vez en profesores o trabajaban de ayudantes de los Magos Maestros.

Al resto de los magos que tambin haban terminado sus estudios se les asignaba una ciudad para que sirvieran a los ciudadanos de Sitia. El consejo intentaba que hubiera un sanador en cada pueblo, pero los magos con poderes especiales, como el don de leer lenguas antiguas o de encontrar objetos perdidos, viajaban de sitio en sitio cuando era necesario.

Los magos que tenan poderes ms fuertes hacan el examen para convertirse en Maestros antes de marcharse de la fortaleza. Durante los ltimos veinte aos, la nica que haba aprobado aquel examen era Zitora, que haba pasado a engrosar el grupo de Magos Maestros.

Irys pensaba que una Halladora de Almas poda ser lo suficientemente fuerte como para hacer aquel examen. Yo no estaba de acuerdo. El grupo estaba formado por el nmero mximo de componentes que haba habido durante toda la historia, cuatro magos. Adems, yo no tena habilidades bsicas, como la de encender el fuego ni mover objetos, capacidades que los Maestros s tenan.

Ya era lo suficientemente malo ser Halladora de Almas como para tener adems que soportar y suspender el examen para convertirse en Maestra. O eso pensaba yo. Corran rumores de que era una prueba horrible.

Antes de que pudiera llegar a la puerta de la casa de Leif, mi hermano abri la puerta y sac la cabeza. La lluvia le empap el pelo negro en un instante. Yo lo empuj hacia dentro y entr en su saln rpidamente, manchndole el suelo de barro.

Su apartamento estaba impecable, aunque escasamente amueblado. Las nicas pistas de su personalidad eran las pinturas que decoraban la sala. Un cuadro de la flor de Ylang Ylang, originaria de la Selva de Illiais, otro de una liana ahogando a un rbol de caoba y otro de un leopardo que descansaba en la rama de un rbol.

Leif observ mi aspecto desaliado con resignacin. Sus ojos, del color del jade, eran el nico rasgo que tenamos en comn. Su cuerpo fuerte y la mandbula cuadrada eran completamente opuestos a mi complexin delgada y mi rostro oval.

No traes buenas noticias dijo Leif. Dudo que hubieras salido con este tiempo slo para saludar.

T abriste la puerta antes de que yo llamara respond yo. Debes de saber que ocurre algo.

Leif se enjug la lluvia de la cara.

Te he olido.

Me has olido?Apestas a lavanda. Te baas con el perfume de mam, o slo lavas la capa con l? me dijo en son de broma.Qu poco sofisticado. Yo pensaba que era algo de magia.

Por qu voy a malgastar la energa usando la magia si no es necesario? AunqueLa mirada de Leif se volvi distante y yo sent que un delgado hilo de poder se tensaba.Aprensin. Emocin. Molestia. Ira dijo Leif. Entiendo que el consejo an no te ha elegido Reina de Sitia.

Yo no respond, y l continu:

No te preocupes, hermanita. An eres la princesa de la familia. Los dos sabemos que pap y mam te quieren ms a ti.

En sus palabras haba cierta tirantez, y yo record que no haca mucho tiempo, l quera verme muerta.Esau y Perl nos quieren a los dos por igual. Necesitas que yo est por aqu para demostrarte que ests equivocado. Ya te lo he demostrado antes, y puedo hacerlo otra vez.

Leif se puso en jarras y arque una ceja con expresin dubitativa.

T dijiste que tena miedo de volver a la Fortaleza. Bueno dije yo, extendiendo los brazos y salpicando agua en el suelo de Leif, pues aqu estoy.

Ests aqu, eso te lo concedo. Pero, no tienes miedo?Ya tengo una madre y un Tejedor de Almas. Tu trabajo es el de molesto hermano mayor. Dedcate a lo que sabes hacer.Ah. He tocado un punto dbil.

No quiero discutir contigo. Mira dije. Me saqu la nota del Hombre Luna del bolsillo de la capa y se la entregu.l despleg el papel y ley el mensaje.

Ferde dijo l, llegando rpidamente a la misma conclusin que yo. Se lo has dicho al consejo?

No. A los Maestros s respond.

Le expliqu a Leif lo que haba sucedido en la sala de reuniones, aunque omitiendo mi encontronazo con Roze.

A Leif se le hundieron los hombros. Despus de un largo momento, dijo:

La Maestra Featherstone no cree que Ferde y Cahil hayan ido a la Planicie Daviian. Ya no confa en m.

No lo sabesCree que Cahil se ha encaminado en otra direccin. En otras circunstancias, me enviara a buscarlo y despus yo la avisara para que, juntos, nos enfrentramos a l. Ahora me enva a una caza de valmures.

Valmures? pregunt yo. Pas un instante antes de que yo pudiera relacionar el nombre con la criatura pequea de rabo largo que viva en la selva.

Te acuerdas? De pequeos los perseguamos por los rboles. Eran tan rpidos que nunca capturamos ninguno. Pero si te sientas y los ofreces un pedazo de dulce de savia y se te sientan de un salto en el regazo, te siguen durante todo el da.

Yo no pude responder, y Leif se encogi debido a la culpabilidad.

Eso debi de ser despus deDespus de que a m me secuestraran y me llevaran a Ixia. Aunque me imaginaba a Leif, de nio, corriendo por la cubierta verde de la selva, de rbol en rbol, tras un valmur.

El hogar de los Zaltana estaba construido sobre las copas de los rboles, y mi padre siempre deca que los nios aprendan a trepar antes de caminar.

Puede que Roze se equivoque en cuanto a las intenciones de Cahil. As que haz la maleta y llvate un poco de ese dulce de savia. Quiz lo necesitemos le dije yo.

Leif se estremeci.Al menos, estaremos ms clidos en las llanuras, y la meseta est incluso ms al sur.

Sal de casa de Leif y me dirig a la torre para recoger algunas provisiones. Irys me estaba esperando en el recibidor de la torre. Las llamas del hogar temblaron bajo el aire helado que entraba por las puertas mientras yo luchaba por cerrarlas contra el viento.

Me acerqu rpidamente a la chimenea y extend las manos hasta el fuego. La idea de viajar con aquel tiempo no era nada atractiva.Leif sabe encender fuego? le pregunt a Irys.

Creo que s. Pero, por muy bien que se le d, la madera hmeda no prende.

Estupendo murmur yo.

De mi capa calada sala vapor de agua. Me la quit y la colgu en el respaldo de una silla para acercarla al fuego.

Cundo te vas? me pregunt Irys.

Enseguida.

El estmago me avis, con un rugido, de que no haba comido. Suspir, sabiendo que la cena posiblemente sera una rebanada de pan con queso.He quedado con Leif en el establo. Oh, vaya. Irys, podras decirles a Gelsi y a Dax que comenzaremos con las lecciones cuando vuelva?

Qu lecciones? No sern de magiaNo, no, lecciones de defensa propia le dije yo, y seal mi arco.

Era un bastn de bano curvo, de casi dos metros, que estaba junto a mi mochila. Las gotas de agua brillaban sobre su superficie.

Yo lo saqu y not el peso slido del arco. Bajo la superficie de bano del bastn haba una madera dorada. En ella haba grabadas imgenes de m cuando era nia, de la selva, de mi familia incluso los ojos cariosos de Kiki haban sido incluidos en la historia de mi vida. El arco se mova con suavidad entre mis manos. Era un regalo de una artesana del clan Sandseed, que tambin haba criado a Kiki.

Y Bain sabe que no vas a ir a la clase de esta maana dijo Irys, pero dijo que te ayudara a que te pongas al da con las materias cuando vuelvas.

Yo asent. Tom la mochila y mir en su interior para ver qu provisiones necesitbamos.

Algo ms? me pregunt Irys.

No. Qu vas a decirle al consejo?

Que Roze te ha enviado a aprender cosas sobre tu magia de los Tejedores de Historias. El primer Hallador de Almas documentado en Sitia era del clan Sandseed, lo sabas?No.

Me sorprendi, pero no debera. Despus de todo, lo que yo saba sobre los Halladores de Almas no llenara una pgina de los libros de historia del Maestro Bain.

Cuando termin de hacer el equipaje, me desped de Irys y me dirig a la cocina. All, recog comida para una semana. Despus fui a los establos, y vi que algunos caballos valientes asomaban la cabeza fuera de sus compartimientos. La cara blanca y canela de Kiki era inconfundible, incluso con aquella luz mortecina.

Ella relinch para saludarme, y yo abr mi mente.

Nos vamos?, me pregunt.

S. Siento tener que sacarte en un da tan horrible, le dije.No est mal con la Dama Lavanda.

La Dama Lavanda era el nombre que los caballos me haban otorgado. Ellos les ponan nombre a las personas como las personas a las mascotas. Sonre al recordar el comentario de Leif.

La lavanda huele como. Kiki no tena palabras para describir sus emociones. En su mente se form la imagen de una mata de lavanda llena de flores. La imagen estaba acompaada de sentimientos de alegra y seguridad.

Y Leif?, le pregunt a Kiki.

El Hombre Triste est en la habitacin de los arreos, respondi ella.

Gracias.

Yo me dirig hacia la parte trasera del establo, inhalando el aroma familiar del cuero y el jabn de limpiar las sillas.

El Rastreador, tambin.

Quin?.

Antes de que Kiki pudiera responder, vi al capitn Marrok en la habitacin de arreos con Leif. La aguda punta de la espada de Marrok estaba dirigida al pecho de mi hermano.Captulo 3

Qudate atrs, Yelena me orden Marrok. Respndeme, Leif.

Leif estaba muy plido, pero tena los labios apretados con firmeza. Me mir a m.

Qu quieres, Marrok? le pregunt.

Los moretones de su rostro haban desaparecido, pero an tena el ojo derecho hinchado y herido, pese a los esfuerzos que haba hecho el Sanador Hayes para reparar su pmulo roto.

Quiero encontrar a Cahil dijo Marrok.

Todos queremos encontrarlo. Por qu ests amenazando a mi hermano? le pregunt yo, en tono severo, para recordarle que en aquel momento estaba tratando conmigo. Tener una mala reputacin tambin proporcionaba ventajas.

Marrok me mir tambin.

Tu hermano trabaja con la Primera Maga. Ella est al mando de la bsqueda. Si tiene alguna pista sobre dnde puede estar Cahil, enviar a Leif razon Marrok, y seal las bridas que Leif tena entre las manos. No creo que en un da como hoy vaya al mercado, ni a dar un paseo por placer. Sin embargo, no quiere decirme adnde va.

Y por qu no has decidido seguirlo? le pregunt yo. La habilidad de rastreo de Marrok haba impresionado tanto a los caballos que lo haban llamado Rastreador.

Marrok se toc la mejilla e hizo un gesto de dolor. Yo supuse lo que pensaba. Marrok haba seguido a Cahil con suma lealtad, pero Cahil lo haba golpeado y torturado para averiguar la verdad sobre su nacimiento. Despus, lo haba abandonado al borde de la muerte.

El soldado envain la espada con un rpido movimiento, como si acabara de tomar una decisin.

No puedo seguir a Leif. Me percibira con su magia y confundira mi mente.

Yo no puedo hacer eso dijo Leif.

De veras? pregunt Marrok, dejando descansar la mano sobre la empuadura de la espada.

Pero yo s dije.

Marrok fij su atencin en m.

Marrok, no ests en condiciones de viajar. Y no puedo permitir que mates a Cahil. El Consejo de Sitia quiere hablar con l primero.

Yo tambin quera hablar con l.

No busco venganza dijo Marrok.

Entonces, qu quieres?

Ayudar.

Cmo? preguntamos Leif y yo al unsono.

Sitia necesita a Cahil. Los nicos que saben que no tiene sangre real son los miembros del consejo y los Maestros. Ixia es una amenaza real para el estilo de vida de Sitia. Sitia necesita una figura de cohesin. Alguien que los conduzca a la batalla.

Pero Cahil ha ayudado a escapar a Ferde dije yo. Y puede que Ferde est torturando y violando a otra chica mientras hablamos!

Cahil se qued muy confuso y abrumado cuando supo la verdad de su nacimiento. Yo lo cri. Lo conozco mejor que nadie. Probablemente, ya lamenta su precipitacin. Seguramente, Ferde habr muerto. Si tengo la oportunidad de hablar con Cahil, estoy seguro de que podr convencerlo de que vuelva sin oponer resistencia, y podemos arreglar esto con el consejo.

Yo sent que el poder me rozaba.

Es sincero en cuanto a sus intenciones dijo Leif.

Sin embargo, cules eran las intenciones de Cahil? Yo lo haba visto comportarse de forma despiadada y oportunista para reunir un ejrcito, pero nunca de forma precipitada. Sin embargo, slo lo conoca desde haca dos estaciones. Pens en valerme de la magia para ver los recuerdos que Marrok tena de Cahil, pero eso habra sido una violacin del Cdigo tico del mago, a menos que l me diera su consentimiento. As que se lo ped.

Adelante dijo Marrok, mirndome.

Tena un dolor reflejado en los ojos. El pelo gris y corto se le haba quedado completamente blanco desde el ataque de Cahil.

El hecho de que me concediera el permiso fue suficiente para que yo me convenciera de su sinceridad, pero pese a sus buenas intenciones, quera reunir un ejrcito para atacar Ixia, y eso estaba en contra de lo que yo crea. Ixia y Sitia necesitaban entenderse y trabajar juntas. Una guerra no ayudara a nadie.

Deba dejar all a Marrok, para que influenciara al consejo y lo convenciera de atacar, o deba llevrmelo? Sus habilidades de rastreo podan ser una ventaja.Si te permito que nos acompaes, debers obedecer todas mis rdenes. Entendido? le pregunt.

l se irgui, como si estuviera en una formacin militar.S, seora.

Tienes fuerzas para cabalgar?S, pero no tengo caballo.Eso no es un problema. Te encontrar un caballo Sandseed. Lo nico que tienes que hacer es agarrarte dije yo con una sonrisa, pensando en el paso de rfaga de viento de Kiki.

Leif se ri y su cuerpo se relaj al notar que la tensin se haba disipado.Buena suerte para que consigas convencer al Jefe de Establos para que te preste su caballo.

A qu te refieres?

Garnet es el nico caballo, aparte de Kiki, que fue criado por los Sandseed.

Yo me encog con slo pensar en el obstinado y malhumorado Jefe de Establos. Qu poda hacer? Ningn otro caballo podra seguir nuestro ritmo.

Miel, me dijo Kiki.

Miel?.

Miel de Avibia. Al Jefe le encanta la miel.

Lo cual significaba que, si le ofreca traerle miel de las Llanuras de Avibian al Jefe de Establos, quiz me prestara su caballo.

Salimos de Citadel por la puerta sur, y tomamos el camino del valle. Los campos de las granjas estaban rebosantes de maz, y el lado derecho de la carretera estaba lleno de surcos de ruedas de carreta.

A la izquierda se extendan las Llanuras de Avibian. Con el fro, la hierba verde de las praderas se haba vuelto marrn, y las lluvias haban ocasionado muchos charcos. El paisaje se haba convertido en un pantanal que impregnaba el aire del olor hmedo a tierra podrida.

Leif cabalgaba sobre Rusalka, y Marrok llevaba agarradas las riendas de Garnet con todas sus fuerzas. Su nerviosismo afectaba al caballo, que temblaba a cada ruido que oa.

Kiki se puso a su lado para que yo pudiera hablar con l.

Marrok, reljate. Yo soy la que le prometi la miel al Jefe de Establos, adems de limpiar la habitacin de arreos durante tres semanas.

l se ri, pero sigui asiendo las riendas con tirantez.

Era hora de cambiar de tctica. Me estir hacia la manta de poder que envolva el mundo y tir de uno de sus hilos de magia. Conect mi mente a la de Garnet. El caballo echaba de menos al Jefe de Establos. No le gustaba el extrao que tena sobre el lomo. Sin embargo, se calm cuando yo le mostr nuestro destino.

Hogar, convino Garnet. Quera ir. Dolor.

La rgida sujecin de Marrok le haca dao en la boca a Garnet, debido al bocado. Yo saba que Marrok no se relajara ni aunque lo amenazara con dejarlo all. Suspirando, establec contacto con su mente. Su preocupacin y su miedo se deban ms a Cahil que a s mismo. Su aprensin se deba a que no se senta con el control del poderoso caballo sobre el que cabalgaba, y tambin a que no tena el control de la situacin y tena que acatar mis rdenes.

Haba un trasfondo oscuro en sus pensamientos que me alarm, y me habra gustado explorar ms. l me haba dado permiso para que viera sus recuerdos de Cahil, pero no me haba dado carta blanca para examinar su mente. En vez de eso, le envi algunos pensamientos calmantes. Aunque no poda or mis palabras, s poda percibir el tono de tranquilidad.

Despus de un rato, Marrok ya no cabalgaba con tanta rigidez, y su cuerpo se mova siguiendo la marcha de Garnet. Cuando Garnet se sinti cmodo, Kiki se puso en camino hacia el este, hacia las llanuras. Sus cascos salpicaban en el barro mientras ella incrementaba la velocidad. Les hice a Leif y a Marrok una seal para que dejaran que sus caballos tomaran el control.

Por favor, encuentra al Hombre Luna. Rpido, le ped a Kiki.

Con un ligero salto, ella adopt el paso de rfaga de viento. Yo me sent transportada en un ro de viento. Las llanuras se hacan borrosas bajo los cascos de Kiki, a un paso el doble de rpido que un galope.

Slo los caballos Sandseed podan alcanzar aquella velocidad, y slo cuando cabalgaban por las Llanuras de Avibian. Tena que ser una habilidad mgica, pero yo no saba si Kiki tiraba de los hilos de poder. Tendra que preguntrselo al Hombre Luna cuando lo viera.

Las llanuras ocupaban una gran parte del este de Sitia. Estaban situadas al sureste de Citadel, y se extendan desde las Montaas Esmeralda, al este, hasta la Planicie Daviian, en el sur.

Con un caballo normal se tardaran unos siete das en cruzar las llanuras. Los Sandseed eran el nico clan que viva en aquel territorio, y sus Tejedores de Historias haban protegido sus tierras con un poderoso escudo mgico. Cualquier extrao que se adentrara en las Llanuras de Avibian sin permiso de los Sandseed se perda. La magia poda confundir la mente de un intruso, y permanecera viajando en crculos hasta que por casualidad saliera de las llanuras o muriera de sed.

Los magos con poderes fuertes podan viajar sin que les afectara aquel escudo protector, pero los Tejedores de Historias siempre saban cundo haba alguien cruzando sus tierras. Los miembros del clan de los Zaltana, al ser primos lejanos de los Sandseed, tambin podan viajar por las llanuras sin problemas. Los otros clanes evitaban la zona.

Como Marrok cabalgaba sobre un caballo Sandseed, la proteccin tampoco le afectaba, y pudimos avanzar durante toda la noche. Finalmente, Kiki se detuvo a descansar al amanecer.

Mientras Leif recoga lea, yo cepill a los caballos y les di de comer. Marrok ayud a Leif, pero yo me di cuenta de que estaba exhausto.

Tenamos la ropa mojada a causa de la lluvia, as que la colgu de un rbol. Marrok y Leif encontraron algunas ramas secas. Despus de colocarlas sobre el suelo, Leif las mir fijamente y unas pequeas llamas se encendieron.

Fantasma le dije yo.

El sonri mientras llenaba un cazo con agua para hacer t.

Te da envidia me dijo.

Es cierto respond con frustracin.

Leif y yo tenamos diferentes poderes, pese a ser hermanos. Nuestro padre, Esau, no tena poderes mgicos, slo facilidad para encontrar y usar las plantas y los rboles de la selva para hacer comida, medicinas e inventos. Perl, nuestra madre, slo poda sentir si una persona tena capacidad mgica.

Entonces, por qu Leif tena la habilidad mgica de prender el fuego y de sentir la fuerza vital de una persona mientras que yo poda afectar a sus almas? Con mi magia, poda obligar a Leif a encender una hoguera, pero no poda hacerlo por m misma. Me pregunt si alguien, en la historia de Sitia, habra estudiado la relacin entre la magia y los padres de una persona. Bain Bloodgood, el Segundo Mago, lo sabra probablemente. l tena un ejemplar de todos los libros que existan en Sitia.

Marrok se qued dormido en cuanto terminamos de comer el pan y el queso. Leif y yo nos quedamos despiertos junto al fuego.

Le has puesto algo en el t? le pregunt a mi hermano.Un poco de una corteza curativa, para ayudarle a sanar.

La cara de Marrok estaba cruzada de arrugas y cicatrices. A travs de los hematomas amarillentos que tena en la mandbula, distingu una incipiente barba blanca. De su ojo hinchado brotaban lgrimas y sangre. Tena regueros rojos en la mejilla derecha. Hayes, el Sanador, no me haba permitido que lo ayudara en la recuperacin de Marrok. Otro ms que tema mis poderes.

Yo le toqu la frente a Marrok. Tena la piel caliente y seca. De l emanaba un olor ftido a carne podrida. Me ergu hacia la fuente de poder y sent el escudo protector de los Sandseed, vigilndome por si descubra alguna seal de amenaza. Con la magia, proyect un hilo de poder hacia Marrok y revel los msculos y los huesos bajo su piel. Sus heridas latan con una luz roja. Tena el pmulo hecho aicos, y algunas pequeas piezas se le haban clavado en el ojo y le afectaban la visin. Tena pequeos puntos negros de una infeccin por toda la zona.

Yo me concentr en la herida hasta que su dolor se traspas a mi rostro. Not una punzada de dolor atravesndome el ojo derecho, y mi visin se hizo borrosa al tiempo que se me caan las lgrimas. Me hice un ovillo y luch contra la arremetida, canalizando la magia de la fuente de poder a travs de mi cuerpo. El flujo continu y yo segu haciendo un gran esfuerzo. De repente, la corriente de magia comenz a moverse con facilidad y se llev el dolor. Sent un gran alivio y me relaj.

Crees que ha sido buena idea? me pregunt Leif cuando abr los ojos.La herida estaba infectada.

Pero has usado toda tu energa.

Yo me sent. Estaba cansada, pero no exhausta. Yo

Ha tenido ayuda dijo una voz que sala de ninguna parte.

Leif se puso en pie, sobresaltado, pero yo reconoc aquella voz masculina y profunda. El Hombre Luna apareci junto a la hoguera como si acabara de materializarse. Su calva brillaba bajo la luz del sol.

Debido al fro, el Hombre Luna llevaba una tnica marrn de manga larga y unos pantalones, tambin de color marrn oscuro, que igualaba el color de su piel. Sin embargo, iba descalzo.

No hay maquillaje? le pregunt al Hombre Luna.

Cuando conoc al Hombre Luna, l haba salido de un rayo de luna, cubierto slo con una capa de pintura color ail. Me haba dicho que era mi Tejedor de Historias, y me haba mostrado la historia de mi vida, incluyendo mis recuerdos de infancia, que haban permanecido bloqueados durante mucho tiempo. Los seis aos que haba vivido con mis padres y mi hermano haban sido suprimidos por un mago llamado Mogkan para que no echara de menos a mi familia despus de que me secuestraran.

El Hombre Luna sonri.

No me ha dado tiempo a cubrirme la piel. Y me alegro de haber venido en este momento dijo, en tono de desaprobacin. O habras gastado todas tus fuerzas.Claro que no respond yo como si fuera una nia contestona.

Ya te has convertido en una Halladora de Almas todopoderosa? me pregunt, con los ojos abiertos como platos con asombro fingido. Me inclino ante ti, oh, la ms grande dijo, y se dobl por la cintura hacia delante.

Est bien, ya es suficiente respond yo, rindome. Debera haberlo pensado dos veces antes de curar a Marrok. Contento?

l suspir exageradamente.

Estara contento si pensara que has aprendido la leccin y no volvieras a hacerlo. Sin embargo, s que continuars metindote en problemas. Est en el patrn de tu vida. No hay esperanza para ti.

Para eso me has llamado? Para decirme que no tengo arreglo?

El Hombre Luna se puso serio.Ojal. Hemos sabido que el Ladrn de Almas ha escapado de la Fortaleza con la ayuda de Cahil. Uno de nuestros Tejedores de Historias, que estaba explorando la Planicie Daviian, sinti a un extrao que viajaba acompaado de uno de los Vermin.

Entonces, Cahil y Ferde estn en la planicie? pregunt Leif.

Eso creemos, pero queremos que Yelena identifique al Ladrn de Almas.

Por qu? pregunt yo.

Los Sandseed no perdan el tiempo con juicios y encarcelamientos. Ejecutaban a los criminales cuando los detenan.

Sin embargo, haba sido muy difcil encontrar a los Vermin Daviian, y ellos tambin tenan magos poderosos. Los Vermin eran un grupo de jvenes Sandseed que se haban sublevado contra el estilo de vida de los Sandseed, que consista en mantenerse aislados y limitar el contacto con los otros clanes. Los Vermin queran que los Tejedores de Historias usaran su gran poder para guiar a toda Sitia, y no slo a los habitantes de las Llanuras de Avibian.

Se haban separado de su clan y se haban establecido en la Planicie Daviian; as, se haban convertido en el clan Daviian. El suelo seco y yermo de la planicie imposibilitaban los cultivos, as que los Daviian robaban a los Sandseed, y se haban ganado el sobrenombre de Vermin, gusanos. Los Sandseed llamaban Hechiceros a los brujos de los Vermin, porque usaban su magia para conseguir objetivos egostas.

Tienes que identificar al Ladrn de Almas porque puede que haya robado ms almas, y slo t puedes liberarlas antes de que lo matemos respondi el Hombre Luna.

Yo lo tom por el brazo.

Habis encontrado ms cuerpos?

No, pero me preocupa lo que podamos encontrar cuando ataquemos su campamento.

El horror de las dos ltimas estaciones me angusti. Ferde haba mutilado y violado a once muchachas para poder robarles el alma y fortalecer su poder mgico. Valek y yo lo habamos detenido antes de que pudiera robar el alma definitiva. Si lo hubiera conseguido, Sitia e Ixia estaran en aquel momento bajo su poder. Sin embargo, yo haba liberado todas aquellas almas hacia el cielo. Pensar que hubiera podido comenzar de nuevo me resultaba insoportable.

Habis encontrado su campamento? le pregunt Leif.

S dijo el Hombre Luna. Los guerreros del clan han peinado toda la planicie. Encontramos un campamento en el lmite sur, cerca de la Selva de Illiais.

Y cerca de mi familia. Deb de emitir un gemido, porque el Hombre Luna me agarr por el hombro y me lo apret.

No te preocupes por tu clan. Todos los guerreros Sandseed estn preparados para atacar si los Vermin salen de su campamento. Nos pondremos en camino cuando los caballos hayan descansado.

Yo me puse a caminar alrededor de nuestro campamento. Saba que deba dormir, pero no poda calmarme. Leif atendi a los caballos, y Marrok sigui durmiendo. El Hombre Luna se sent junto al fuego y se qued mirando al cielo.

Marrok se despert cuando el cielo se oscureci. Haba dejado de sangrarle el ojo y ya no tena hinchazn. Se toc la mejilla con un dedo, y el asombro se le reflej en el rostro hasta que vio al Hombre Luna a su lado. Se puso en pie de un salto y desenvain la espada, blandindola hacia el Hombre Luna. Incluso armado, Marrok pareca insignificante junto al musculoso Sandseed, que se puso en pie. Le sacaba, al menos, veinte centmetros de altura.

El Hombre Luna se ri.Veo que te encuentras mejor. Vamos, tenemos que hacer planes.

Los cuatro nos sentamos alrededor del fuego mientras Leif preparaba la cena. Marrok se sent a mi lado, y por el rabillo del ojo, yo vea que, cada vez que se tocaba la mejilla, miraba al Hombre Luna con una fascinacin temerosa. Adems, su mano derecha nunca se apartaba de la empuadura de su espada.Nos marcharemos al amanecer dijo el Hombre Luna.

Por qu todo tiene que empezar al amanecer? pregunt yo. Los caballos tienen buena visin nocturna.

As, los caballos tendrn un da entero para recuperarse. Yo ir contigo sobre Kiki. Ella es la ms fuerte. Y cuando lleguemos a la planicie, no habr descansos hasta que nos unamos a los dems.

Y despus qu?

Despus atacaremos. T te quedars cerca de m y de los dems Tejedores de Historias. El Ladrn de Almas estar protegido por algunos de los Hechiceros. Cuando neutralicemos a los guardias del exterior, comenzar la parte ms difcil.

Enfrentarse a los Hechiceros dije yo.

l asinti.

Y no podis mover el Vaco de nuevo? pregunt Leif.

El Vaco era un agujero en la manta de poder donde no exista magia. La ltima vez que los Sandseed haban descubierto un escondite de los Vermin, estaba protegido por un escudo mgico que creaba una ilusin. Pareca que el campamento slo estaba ocupado por unos cuantos guerreros; sin embargo, cuando los Sandseed haban trasladado el Vaco sobre los Vermin, la ilusin se haba roto. Por desgracia, en aquel campamento haba cuatro veces ms soldados de los que pareca, y nos superaban ampliamente en nmero.

Ya conocen ese truco, y si intentamos mover la manta de poder, los pondremos sobre aviso respondi el Hombre Luna.

Entonces, cmo vais a vencer a los Hechiceros? pregunt yo, preocupada. Si los Vermin tenan acceso a la magia, aqulla sera una batalla difcil.

Todos los Tejedores de Historias Sandseed nos uniremos para formar una red mgica fuerte que los atrapar e impedir que usen su magia. Los mantendremos atrapados el tiempo suficiente como para que t encuentres al Ladrn de Almas.

Entonces, Marrok pregunt:Y Cahil?Ayud a escapar al Ladrn de Almas. Debera ser castigado.

El consejo quiere hablar con l dije yo.

Y ellos decidirn qu hay que hacer con l agreg Leif.

El Hombre Luna se encogi de hombros.

l no es un Vermin. Les dir a los dems que no lo maten, pero en una batalla grande, puede resultar difcil.Probablemente, estar con los dirigentes Vermin dijo Marrok.

Marrok Leif y t encontrad a Cahil y llevadlo al norte del campo de batalla y yo me reunir con vosotros despus de la lucha.S, seora dijo Marrok.

Leif asinti, pero yo vi dudas en su mirada.

Hay algn problema?, le pregunt telepticamente.

Y si Cahil convence a Marrok de que no lo lleve ante el consejo? Y si se unen contra m?.

Buena observacin. Le pedir al Hombre Luna que.

Le dir a uno de mis guerreros que se quede con Leif, dijo el Hombre Luna.

Yo me sobresalt. No haba notado que el Hombre Luna se conectara con nosotros.

Qu ms puedes hacer?, le pregunt.

No voy a decrtelo. Destruira mi misteriosa identidad de Tejedor de Historias.

A la maana siguiente, ensillamos los caballos y nos dirigimos hacia el sur, a la planicie. Kiki nos llevaba con facilidad, aunque ramos dos jinetes. Slo nos detuvimos una vez para tomar una cena caliente y dormir, y llegamos al lmite de las Llanuras de Avibian en dos das. Al atardecer del segundo, paramos para que descansaran los caballos.

La gran planicie se extenda hacia el horizonte. Haba algunos parches de hierba marrn en la superficie abrasada por el sol. Mientras que las llanuras tenan algunos rboles, colinas, rocas y elevaciones de arenisca, la planicie tena arbustos de espino, arena spera y escasos pinos raquticos.

Habamos dejado atrs el tiempo fro y lluvioso. El sol de la tarde haba calentado la tierra lo suficiente como para que yo me quitara la capa, pero a medida que oscureca, se levant una brisa fresca.

El Hombre Luna se march a encontrarse con su explorador. Incluso a aquella distancia del campamento de los Vermin resultaba peligroso encender una hoguera. Yo me estremeca mientras coma pan reseco con queso duro.

El Hombre Luna regres con otro Sandseed.

Os presento a Tauno dijo. l nos guiar por la planicie.

Yo mir al hombre. Era de baja estatura y llevaba un arco y flechas. Slo meda un par de centmetros ms que yo, y llevaba pantalones cortos pese al fro. Llevaba la piel pintada, pero en la penumbra, yo no distingua los colores.

Nos marcharemos cuando la luna haya salido dijo Tauno.

Viajar de noche era buena idea, pero me pregunt qu hacan los guerreros durante el da.

Cmo os escondis los Sandseed en la planicie?

Tauno seal su propia piel.

Nos mimetizamos. Y ocultamos nuestro pensamiento tras el escudo anulador de los Tejedores de Historias.

Yo mir al Hombre Luna.Un escudo anulador sirve para bloquear la magia me explic l. Si quisieras peinar la planicie con tu magia, no detectaras a ninguna criatura que estuviera tras el escudo anulador.

Y el hecho de usar la magia para crear ese escudo no alerta a los Vermin? pregunt yo.

No si se hace bien. Se complet antes de que los Tejedores de Historias salieran de las llanuras.

Y los Tejedores de Historias que estn detrs del escudo? Pueden ellos usar la magia? pregunt Leif.

La magia no puede atravesar el escudo. No impide ver ni or, slo nos protege del hecho de ser descubiertos por medio de la magia.

Mientras nos preparbamos para ponernos en marcha, pens en lo que haba dicho el Hombre Luna, y me di cuenta de que haba muchas cosas que no saba todava sobre la magia. Demasiadas. Y la idea de aprender ms con Roze estimul mi curiosidad.

Cuando la luna hubo recorrido un cuarto del cielo negro, Tauno dijo:

Es hora de salir.

Yo me sent tensa de aprensin mientras el Hombre Luna se acomodaba detrs de m sobre la silla de Kiki. Y si mi falta de conocimientos mgicos pona en peligro la misin?

En aquel momento, ya no tena sentido preocuparse por aquello. Tom aire, intent calmarme y mir a mis compaeros. Tauno iba con Marrok sobre Garnet. Por la expresin de fastidio de Marrok, supe que no le agradaba compartir la montura con un guerrero Sandseed. Y para empeorar las cosas, Tauno insisti en llevar l las riendas de Garnet.

Para permanecer detrs del escudo anulador, debamos llevar una ruta precisa a travs de la planicie. Tauno nos gui. Lo nico que se oa era el sonido de los casos de los caballos sobre la arena dura. Ladrn de Almas luna recorra el cielo. Hubo un momento en el que tuve la tentacin de gritar y pedirle a Kiki que galopara, slo para romper la tensin que nos rodeaba. Cuando la negrura del cielo comenz a clarear por el este, Tauno se detuvo y desmont. Tomamos un rpido desayuno y les dimos de comer a los caballos. A medida que amaneca, vi cmo Tauno se mimetizaba con el entorno. Se haba pintado con los colores de la planicie, gris y marrn.

Desde aqu, iremos caminando dijo Tauno. Dejaremos a los caballos. Tomad slo lo que necesitis.

El cielo claro prometa un da clido, as que yo me quit la capa y la met en la mochila. Tambin tom la navaja. Me at la funda al muslo derecho e impregn la punta de la hoja con curare. Aquella droga que paralizaba los msculos me resultara til si Cahil no cooperaba. Despus, puse el cuchillo en su funda a travs de un agujero que tena en los pantalones. Me recog el pelo en un moo y despus, tom mi arco.

Estaba vestida para la batalla, s, pero eso no significaba que estuviera preparada para la batalla. Tena la esperanza de ser capaz de encontrar a Cahil y a Ferde, y apresarlos sin acabar con la vida de nadie. Sin embargo, el hecho de saber que tendra que matar para salvarme hizo que se me formara un nudo en la garganta.

Tauno observ nuestra ropa y nuestras armas. Leif llevaba el machete colgando de la cintura. Llevaba una tnica y unos pantalones verdes. Marrok se haba atado la espada al cinturn, y su ropa era marrn. Yo me di cuenta de que todos bamos vestidos con los colores de la tierra, y aunque no nos mimetizbamos tan bien como Tauno, no llamaramos la atencin.

Dejamos atadas nuestras mochilas y las bolsas de provisiones en las sillas de los caballos, y despus, soltamos a los animales para que pudieran pastar en la hierba que encontraran. Nos pusimos de camino al sur. Aparentemente, la planicie estaba desierta. La necesidad de buscar por la zona con la magia me abrumaba, e intent hacer caso omiso del deseo. Conectar con la vida que me rodeaba se haba vuelto algo casi instintivo, y yo me sent expuesta por no saber quin respiraba a mi alrededor.

Despus de recorrer un camino tortuoso, Tauno se detuvo por fin. Seal a un grupo de espinos.

Justo detrs de aquellos matorrales est el campamento susurr.

Yo observ la planicie. Dnde estaba el ejrcito Sandseed? La tierra se ondul como si la arena se hubiera licuado. Las ondas del suelo aumentaron. Yo me tap la boca con la mano para ahogar un grito de sorpresa.

Fila tras fila, los guerreros Sandseed se pusieron en pie. Estaban camuflados en la arena, y haban estado tumbados en el suelo, ante nosotros, sin que yo me diera cuenta.

El Hombre Luna sonri al notar mi consternacin.Has estado apoyndote tanto en tus sentidos mgicos que se te han olvidado tus sentidos fsicos.

Antes de que yo pudiera responder, cuatro Sandseed se unieron a nosotros. Aunque iban vestidos como los dems, tenan un aire de autoridad. Daban rdenes e irradiaban poder. Tejedores de Historias.

Un Tejedor de Historias le entreg al Hombre Luna una cimitarra. Despus, me mir atentamente y estudi mis rasgos.

Esta es la Halladora de Almas? pregunt. No es como me esperaba.Qu esperabas? pregunt yo.Una mujer grande de piel oscura. No parece que t pudieras sobrevivir a una tormenta, y mucho menos encontrar y liberar un alma.Me alegro de que t no seas mi Tejedor de Historias. Te distraes fcilmente con las ropas y no ves la calidad de la tela.

Bien dicho me dijo el Hombre Luna. Reed, ensanos el campamento.

El Tejedor de Historias nos condujo hasta los espinos. A travs de las agujas de las ramas, vio el campamento Daviian.

El aire vibraba alrededor del campamento como si estuviera en una burbuja de calor. Haba una gran hoguera en la zona central, y mucha gente yendo de un lado a otro como si estuvieran preparando el desayuno o tomndoselo. Las tiendas se extendan hasta el lmite de la planicie.

Entornando los ojos bajo el sol, mir ms all del campamento. A lo lejos se divisaban las copas de los rboles de la Selva Illiais. Aquello me record al momento en que me haba situado en una plataforma, cerca de la copa del rbol ms alto de la selva y haba visto la expansin de la planicie por primera vez. La abrupta cada desde la meseta hasta la selva me haba parecido imposible de escalar. Entonces, para qu haban acampado all?

El Hombre Luna se inclin hacia m.

El campamento es un espejismo.

Hay suficientes guerreros para atacar? le pregunt, pensando en que tras aquel espejismo se escondan muchos Vermin.

Todos estn aqu.

TodosLos Sandseed prorrumpieron en gritos de batalla y se lanzaron contra el campamento. El Hombre Luna me tom del brazo y me llev consigo.

No te apartes de m.

Con Leif y Marrok justo detrs de nosotros, seguimos a los dems. Cuando los primeros guerreros entraron en el espejismo, desaparecieron de nuestra vista durante un instante. Un sonido de agua me lleg a los odos justo cuando la quimera se disipaba.

Parpade unos instantes para ajustar la visin a lo que los Daviian haban escondido. La hoguera central era la misma; sin embargo, en vez de haber muchos Vermin alrededor de las llamas, haba un solo hombre. El resto del campamento estaba vaco.Captulo 4

Cuando el espejismo desapareci, tambin desaparecieron las tiendas y los Daviian. El nico hombre que haba ante el fuego se desplom antes de que los guerreros Sandseed llegaran hasta l.

Haba pruebas en el suelo de que un gran ejrcito haba estado acampado all. Sin embargo, cuando los lderes Sandseed restauraron el orden entre los guerreros, muchas de las huellas se haban borrado.

Y el nico testigo haba tomado veneno.

Es uno de sus brujos, un Hechicero dijo el Hombre Luna, moviendo el cuerpo con un pie. l mantuvo el espejismo y cuando ya no era necesario, se ha suicidado.Si pueden despejar la zona, quiz sea capaz de averiguar adonde han ido dijo Marrok.

Los guerreros Sandseed volvieron hacia el bosquecillo de espinos. El Hombre Luna y yo nos quedamos junto al fuego mientras Marrok y Leif recorran el campamento. Marrok buscaba pruebas fsicas, mientras Leif se vala de su magia para olfatear las intenciones de los Daviian. Yo proteg mi conocimiento mental tanto como pude. Si buscaba a una persona en concreto, quiz pudiera alcanzarlos desde lejos, pero con una bsqueda general, mi magia slo cubra unos quince kilmetros. No alcanc a nadie en la planicie, y la explosin de vida de la selva era demasiado abrumadora como para distinguir algo.

Cuando Marrok y Leif terminaron su recorrido, volvieron. La expresin sombra de sus rostros presagiaba malas noticias.Se marcharon hace das. La mayor parte de las huellas se dirigen hacia el este y el oeste les dijo Marrok. Sin embargo, he encontrado algunas escarpias de metal con fibras de ropa en el suelo, cerca del borde de la meseta. Quiz unos cuantos Vermin hayan bajado a la selva.

Yo le toqu el brazo a Leif.

Los Zaltana?Si los Vermin llegan a encontrar nuestro pueblo entre los rboles, estarn bien protegidos dijo mi hermano.

Incluso de los Hechiceros?

Leif palideci.An estn all las cuerdas? le pregunt a Marrok.

No. Los otros debieron de esperar y cortar las cuerdas. O se las han llevado respondi Marrok.

Sabes cuntos han bajado? le pregunt el Hombre Luna.No.

Haba muchas esencias y emociones mezcladas dijo Leif. La necesidad de sigilo y apremio predomina. Se movan con un objetivo, y se sentan seguros. El grupo del este, sin embargo, estaba formado por hombres y ellos Leif cerr los ojos y olisque la brisa. No s. Necesitara seguir su rastro durante un rato.Marrok condujo a Leif hacia las huellas del este. Yo le ped a Kiki y a los otros caballos que se dirigieran hacia nosotros. Mientras los esperbamos, el Hombre Luna y los dems Tejedores de Historias separaron a los guerreros en dos grupos, y enviaron dos exploradores, uno al oeste y el otro al este.

Sin embargo, qu ocurra con los que haban bajado por las cuerdas hacia la selva? Dnde estaban Cahil y Ferde? Estaban con los Daviian? Y de ser as, adnde haban ido?

Cuando llegaron los caballos, tom mi bolsa de la silla de Kiki. La abr, saqu mi cuerda y me dirig hacia el borde de la planicie. Encontr una de las escarpias que Marrok haba mencionado y at mi cuerda. Me tumb sobre el estmago y me acerqu al borde hasta que puede ver lo que haba abajo, en la selva. Aquella bajada pareca muy peligrosa; quiz intentara llevarla a cabo una persona desesperada, pero la descripcin que haba hecho Leif de los Vermin no inclua la desesperacin.

El Hombre Luna me estaba esperando junto a los caballos.

Cuando vuelvan los grupos de exploracin, nos pondremos en camino dijo.

Algo que me haba estado fastidiando, por fin, sali a la superficie.

Tu gente ha estado peinando la planicie y ha estado vigilando el campamento. Cmo es posible que los Vermin hayan escapado sin que os hayis dado cuenta?

Unos cuantos de sus Hechiceros han sido Tejedores de Historias. Deben de haber aprendido a elaborar un escudo anulador.Eso slo ocultara su presencia ante una bsqueda mgica, pero, no se puede verlos?

Antes de que el Hombre Luna pudiera responder son un grito. Leif, Marrok y el explorador corrieron hacia nosotros.

He encontrado una zanja dijo Marrok, jadeando.

Va hacia el este, y luego hacia el norte dijo el explorador.

Malas intenciones dijo Leif.

Hacia el norte, hacia las Llanuras de Avibian. Hacia las tierras sin proteccin de los Sandseed, porque sus guerreros estaban all, en la planicie. Todos.

El Hombre Luna se cubri la cara con las manos, como si necesitara escapar de las distracciones y pensar.

El segundo explorador lleg del oeste.

Otra trinchera? pregunt Marrok.

El rastro termina. Volvieron hacia atrs dijo el explorador.

El Hombre Luna baj las manos y comenz a impartir rdenes a gritos, enviando a los guerreros hacia el noreste a toda velocidad e instando a los Tejedores de Historias que se pusieran en contacto con la gente que se haba quedado atrs, en las llanuras.

Vamos dijo despus.

No respond yo.

l se detuvo y me mir.Qu?

Es evidente. No creo que Cahil aceptara eso.

Entonces, adnde ha ido? pregunt el Hombre Luna.

La mayor parte de los Daviian fue al este, pero creo que un grupo ms pequeo ha ido al oeste o al sur.Mi pueblo est en peligro dijo el Hombre Luna.Y el mo respond yo. T ve con tus guerreros. Si estoy equivocada, os alcanzaremos.Y si tienes razn?

Buena pregunta. Slo ramos tres.

Yo ir con vosotros dijo el Hombre Luna.

Se volvi hacia uno de los Tejedores de Historias y yo sent el roce de la magia en la piel mientras ellos conectaban sus mentes.

Despus de que terminaran su conversacin teleptica, Tauno se acerc a nuestro grupo y pregunt:

Adnde vamos?

Yo mir al Hombre Luna. l se encogi de hombros.Se le da mejor rastrear que pelear. Lo necesitaremos dijo con seguridad.

Yo suspir al entender lo que quera decir.

Hacia el oeste.

Para bajar a la selva, debamos seguir el borde oeste de la meseta hacia las tierras del clan Cowan. Cuando estuviramos en sus tierras, nos dirigiramos al sur para adentrarnos en el bosque, y despus, al este, hacia la Selva Illiais. Slo haba que esperar que no llegramos demasiado tarde.

Montamos en los caballos. Tauno y Marrok nos guiaron una vez ms. El lugar donde los Daviian se haban dado la vuelta fue evidente incluso para m. La arena estaba llena de marcas en donde se haban detenido, y hacia el oeste, el suelo estaba intacto.

Tauno detuvo a los caballos y esper ms instrucciones.Un truco. Percibo engao y petulancia dijo Leif.

Por qu petulancia? pregunt yo. Dejar un rastro falso es una estrategia bsica.Puede ser Cahil dijo Marrok. l tiende a pensar que es ms listo que nadie. Quiz pensara que con esto engaara a los Sandseed para que enviaran a la mitad de sus guerreros en la direccin equivocada.Yo proyect mi magia por la arena suave. Encontr unos cuantos ratones que buscaban comida. Haba una serpiente enroscada en una roca caliente, disfrutando del sol de la tarde. Y encontr una extraa mente oscura.

Yo segu buscando por la planicie. A unos cuantos metros de nosotros haba un punto donde la tierra pareca esponjosa, como si hubieran cayado un agujero y despus lo hubieran tapado. Yo baj de Kiki y camin hasta aquel lugar. Not que la arena estaba blanda bajo mi pies.

Un Vermin debe de haber enterrado algo aqu dijo Marrok.

Tauno resopl con disgusto.Probablemente, habis encontrado uno de sus pozos negros.

Kiki se acerc, con el Hombre Luna montado en su lomo.

Huele a humedad, dijo.

Humedad buena o mala?, pregunt yo.

Slo a humedad.

Tom mi garfio de la mochila y comenc a cavar. Los otros me observaron con expresiones diferentes, de diversin, de disgusto y de curiosidad.

Cuando haba cavado unos treinta centmetros, di con algo duro.

Ayudadme a retirar la arena.

Mi desganado pblico se uni a m. Finalmente, desenterramos una plancha de madera.

Marrok toc con los nudillos y dijo que era la tapa de una caja. Todos trabajamos ms aprisa para encontrar los bordes. Era una tapa redondea de un metro de dimetro.

Mientras Tauno y el Hombre Luna hablaban sobre por qu los Vermin haban enterrado una caja circular, yo encontr la tapa y la abr. Una rfaga de aire estuvo a punto de absorber la tapa hacia abajo nuevamente.

Todo el mundo se qued en silencio, asombrado. La tapa cubra un agujero que haba en el suelo. Y, a juzgar por la fuerza del aire que emanaba de l, era un agujero muy profundo.Captulo 5

El sol iluminaba unos cuantos metros del agujero. Bajo la tapa haba un par de escalones cortados en la arenisca.

Sientes a alguien ah dentro? me pregunt Leif.

Yo tir de un hilo de poder y me proyect hacia la oscuridad. Roc con la conciencia muchas de aquellas mentes oscuras, pero no a personas.

Murcilagos dije. Hay muchos. Y t?

Slo satisfaccin y petulancia.

Ser otra pista falsa? pregunt Marrok.

O una trampa? pregunt Tauno. Mir a su alrededor con movimientos furtivos, como si le preocupara que salieran cientos de Vermin de la tierra.Uno tiene que entrar ah para informarnos dijo el Hombre Luna, mirando a Tauno. Saba que necesitaramos un explorador.

Tauno se sobresalt. Las gotas de sudor le recorran la frente. Trag saliva.

Necesitar una luz.Leif tom una de sus pequeas antorchas de cocina de su mochila.

No duran mucho le dijo. La encendi y se la entreg a Tauno.

Con la luz, el explorador Sandseed baj primero por la abertura. Esperar me result difcil. Me imagin todo tipo de peligros en el camino de Tauno, y estaba pensando que se haba cado y se haba roto una pierna, o algo peor, cuando l apareci por el agujero nuevamente.

Las escaleras conducen a una gran cavidad de la que nacen muchos tneles. He visto varias huellas en la tierra, pero tena que volver antes de que se me apagara la luz dijo Tauno. Tambin he odo correr el agua cerca.

Ya lo sabamos. Los Vermin haban huido por aquella cueva.

Leif, qu necesitas para conseguir que esa luz dure ms? le pregunt.

No estars pensando en bajar ah, verdad? me pregunt Marrok, horrorizado.

Claro que s. Quieres encontrar a Cahil, no?

Y por qu ests tan segura de que ha bajado ah?

Yo mir a Leif, y dijimos al unsono:Satisfaccin y petulancia.

Mientras Leif y Tauno volvan al campamento Daviian por madera, el Hombre Luna y yo pensamos en qu podamos hacer con los caballos. Necesitaramos la capacidad de Marrok para rastrear y el agudo sentido de la orientacin de Tauno para encontrar el camino dentro de la caverna. Leif y yo tenamos que llevar a Cahil de vuelta a Citadel, as que eso slo dejaba libre al Hombre Luna.

No voy a quedarme esperando afirm l.

Alguien tiene que quedarse para darles de comer y de beber a los caballos dije yo.

Kiki relinch. Yo abr mi mente para ella.

No es necesario, me dijo. Esperamos, y despus vamos.

Adonde?.

Al mercado.

Vi una imagen del mercado Illiais en mi cabeza. Al ser el punto de comercio ms importante de todo el sur de Sitia, el mercado estaba situado entre la frontera oeste de la Selva Illiais y las tierras del clan Cowan.

Cmo es que conoces el mercado?, le pregunt.

Conozco la tierra como conozco la hierba.

Yo sonre. La concisa visin de Kiki sobre la vida me sorprenda por sus muchas capas de emocin. Si yo pudiera ver el mundo de la misma manera, mi vida sera ms fcil.

El Hombre Luna me haba estado observando.

Quiz Kiki debiera convertirse en tu tutora.

Para qu? Para ayudarme a convertirme en Halladora de Almas?

No. T eres una Halladora de Almas. Ella puede ayudarte a ser Halladora de Almas.

Ms consejos crpticos del Tejedor de Historias?

No. Est claro como el aire dijo l, y me sonri. Vamos a preparar a los caballos.

Les quitamos las bridas y las riendas y las metimos en las alforjas. Cuando Leif y Tauno volvieron, distribuimos las provisiones por nuestras mochilas, y lo sobrante lo dejamos en las alforjas. Los caballos tendran las sillas puestas, pero nos aseguramos de que nada quedara colgando y de que nada impidiera sus movimientos naturales.

Mi mochila era ms pesada de lo normal, pero yo tena el presentimiento de que quiz necesitramos algunos de los instrumentos que llevaba dentro.Cuando estuvimos listos, Leif encendi las antorchas de madera, que haba impregnado de un aceite que llevaba en las alforjas de Rusalka. Dej la mayor parte de sus pcimas y medicinas all, alardeando de que poda encontrar cualquier cosa que necesitramos en la selva.Si encontramos la salida murmur Marrok. Qu haremos si nos perdemos en las cavernas?

Eso no va a suceder dijo el Hombre Luna. Yo marcar el camino con pintura. Si no podemos encontrar el camino de salida, volveremos a la planicie. Los caballos esperarn hasta que Yelena les diga que se marchen.

El Hombre Luna le pas el brazo por los hombros a Marrok. Marrok se puso tenso, casi como si esperara un golpe.Confa en ti mismo, Rastreador. Nunca te has perdido le dijo el Hombre Luna.Nunca he estado en una cueva repuso Marrok.

Entonces, ser una nueva experiencia para nosotros dos dijo el Hombre Luna, con los ojos brillantes de impaciencia. Sin embargo, Marrok se encogi.

A m no me resultaban extraos los lugares pequeos y oscuros. Antes de convertirme en la catadora de la comida del Comandante, haba pasado un ao en las celdas del Comandante, esperando a que me ejecutaran. Aunque no estaba ansiosa por volver a un lugar as, controlara los nervios con tal de capturar a Ferde.

Hay algunas cuevas en la selva dijo Leif. La mayora son guaridas de leopardos, y la gente las evita, pero yo he explorado algunas dijo.

Nuestras miradas se cruzaron, y por su sonrisa triste, yo supe que haba registrado aquellas cavernas buscndome. Tauno y Marrok tomaron una antorcha cada uno. Con Tauno como gua, entramos en la cueva por la pequea abertura.

Las antorchas iluminaron un tnel de un metro de anchura. Haba marcas de palas en las toscas paredes, que indicaban que el espacio haba sido cavado. Los escalones se convirtieron en baches que ralentizaban nuestro paso a medida que nos deslizbamos hacia abajo por el pasadizo. Yo tos, porque el polvo que levantbamos se haba mezclado con el flujo de aire hmedo constante.

Cuando llegamos a la caverna, la luz de Tauno ilumin unas piedras que parecan dientes. Unas cuantas colgaban del techo, y otras surgan del suelo, como si estuviramos en la boca de una bestia gigante.

No os movis dijo Marrok, mientras examinaba el suelo.

Mientras l buscaba rastros, las sombras danzaban en las paredes llenas de agujeros. Haba profundos pozos de negrura que sealaban otros tneles, y pequeos charcos de agua en el suelo. El sonido del goteo y el correr del agua llenaba el aire con un zumbido agradable que contrarrestaba el desagradable olor de humedad mineral, mezclado con un hedor animal.

El Hombre Luna agach los hombros y comenz a jadear.

Te ocurre algo? le pregunt.

Las paredes me oprimen. Me siento apretado. Sin duda, es mi imaginacin dijo, y sigui marcando las paredes del tnel con pintura roja.

Por aqu dijo Marrok, y nos mostr una serie de salientes que descendan por un pasadizo.

El olor que ascenda de aquel pasadizo era intenso y ftido. Yo tuve nuseas. Tauno comenz a bajar. Los salientes resultaron ser grandes piedras colocadas una sobre la otra. Continuamos el camino, y con algunas maldiciones y murmullos, alcanzamos a Tauno.

l esper en el ltimo saliente visible. Ms all de l, el pasadizo terminaba en una oscuridad total. Tauno dej caer su antorcha. Aterriz en un suelo de piedra, mucho ms abajo.

Demasiado lejos como para saltar dijo Tauno.

Yo saqu el garfio de mi mochila y lo enganch en una grieta, contenta de haber decidido llevarlo. At la cuerda al gancho y prob la fuerza de sujecin del garfio. Estaba seguro por el momento, pero el Hombre Luna se cur en salud y sujet la cuerda cuando Tauno salt por el borde y descendi.

Pese al fro, el Hombre Luna estaba sudando. Su respiracin arrtmica resonaba contra las paredes. Cuando Tauno lleg al fondo, el Hombre Luna solt la cuerda. Tauno tom la antorcha y explor la zona, antes de darnos el aviso de que podamos bajar. Uno por uno, nos unimos a l en el fondo del pasadizo. Dejamos el garfio en su lugar por si necesitbamos volver.

Tengo buenas y malas noticias nos dijo Tauno.Dnoslo ladr Marrok.

Hay una salida de esta cmara, pero no creo que el Hombre Luna ni Leif quepan por ella dijo Tauno, y nos mostr una pequea abertura. La llama de la antorcha tembl debido al aire que provena del canal.

Yo mir a Leif. Aunque Marrok era ms alto que l, Leif tena los hombros ms anchos. Cmo haban pasado Cahil y Ferde por all? O haban tomado una ruta distinta? Era difcil juzgar el tamao de una persona basndose en la memoria. Quiz no hubieran tenido ningn problema.

Primero, exploremos el tnel. Vamos a ver lo que hay al otro lado dije yo.Tauno desapareci por el agujero con agilidad. Leif se agach junto a la abertura para examinarla.Tengo ms aceite de plantas dijo. Quiz podamos engrasarlo y deslizamos por l propuso. Dio un paso atrs cuando la luz de Tauno ilumin la abertura.Se hace ms ancho tres metros ms abajo, y termina en otra cueva dijo Tauno. Tena los pies cubiertos de barro negro y maloliente. Es la fuente del hedor respondi, cuando le preguntamos qu era. Guano de murcilago. Hay mucho.

Nos cost mucho recorrer aquellos tres metros, y yo me desesper por todo lo que tardamos en estrujar a dos hombres tan grandes para que cupieran por aquella estrecha abertura. Sera imposible alcanzar a Cahil y a los dems. Y el ataque de pnico del Hombre Luna cuando se atasc durante un instante puso a todo el mundo los nervios de punta.

All, hundidos hasta los tobillos en excremento de murcilago, formbamos un grupo muy triste. Mi consternacin se reflejaba en el rostro de todo el mundo. Y no se deba al olor ptrido y cido. Leif tena los hombros araados y ensangrentados, y el Hombre Luna tena la piel de los brazos rasgada. Le sangraban las manos.

El Hombre Luna tena la respiracin entrecortada.Volvamos. Deberamos volver dijo entre jadeos. Mala idea. Mala idea. Mala idea.

Yo reprim mi preocupacin por Cahil. Conect con la fuente de poder, tir de un hilo y busqu la mente del Hombre Luna. Un miedo claustrofbico haba empujado a la lgica y la razn a un lado. Me hund ms en su pensamiento y encontr al fuerte Tejedor de Historias. Le record la importancia de nuestro viaje. Un Tejedor de Historias Sandseed no se dejara dominar por el pnico. La respiracin del Hombre Luna se calm, y yo me retir de su mente.Lo siento dijo l. No me gusta esta cueva.A nadie nos gusta murmur Leif.

Sin soltar la hebra de magia, me concentr en los brazos del Hombre Luna. Se le haban desprendido largas tiras de piel de los brazos. Cuando me concentr en sus heridas, los brazos comenzaron a dolerme como si tuviera quemaduras. Cuando ya no puedo soportar ms el fuego de las heridas, us la magia para apartarlo de m. Me tambale de alivio, y me habra desplomado al suelo si Leif no me hubiera agarrado.

El Hombre Luna examin sus brazos.

Esta vez no he podido prestarte mi fuerza me dijo. Tu magia me ha inmovilizado.

Qu es esto? pregunt Leif.

l alz mi mano hacia la luz. La sangre se derramaba por mis brazos, pero no poda encontrar la lesin. Cuando haba ayudado a Tula, una de las vctimas de Ferde, Irys haba pensado que yo asum sus heridas y despus me cur a m misma. Supongo que haba ocurrido lo mismo con la mejilla aplastada de Marrok. Sin embargo, al ver la prueba fsica, la teora de Irys se convirti en realidad. Me qued mirando la sangre y me mare.

Eso es interesante dijo Leif.

Interesante en un sentido bueno o malo? pregunt yo.

No lo s. Nadie lo haba hecho antes.

Yo mir al Hombre Luna.

Un par de Tejedores de Historias tienen el poder de sanar, pero no as me dijo. Quiz sea algo que slo puede hacer una Halladora de Almas.

Quiz? Es que no lo sabes? Entonces, por qu me has hecho creer que lo sabes todo sobre m? le pregunt.

l se frot el brazo.Soy tu Tejedor de Historias. Lo s todo sobre ti, pero no lo s todo sobre los Halladores de Almas. Te defines a ti misma con ese ttulo, estrictamente?No.

Yo evitaba aquel ttulo.

Bueno dijo l, como si con aquello lo hubiera aclarado todo.Vamos dijo Marrok, a travs de su camisa. Se haba cubierto la nariz y la boca para mitigar el olor. El rastro de los Daviian en esta porquera es fcil de seguir.

Con Marrok a la cabeza, seguimos caminando con cuidado. A medio camino por la cueva de los murcilagos, sent un despertar. Tir de una fina hebra de poder y me conect con la mentes oscuras que flotaban sobre nosotros. Su necesidad de comida me presion, y a travs de ellos, percib la situacin exacta de cada uno de los murcilagos, de cada pared, de cada salida, de cada roca y de cada figura que pasaba por debajo. Todos salieron volando.Agachaos! grit, mientras descenda una nube de criaturas.

El zumbido del batir de las alas fue aumentando mientras los cuerpecillos negros nos rodeaban. El aire estaba lleno de murcilagos. Habilidosamente, evitaban chocar con nosotros y entre ellos mientras se dirigan hacia la salida, a buscar los insectos y las bayas de la selva.

Mi mente viaj con ellos. El xodo instintivo de miles de murcilagos que volaban por los estrechos tneles de la cueva era tan organizado como un ataque militar. Y como todos los eventos bien planificados, tom un tiempo que todos los murcilagos salieran. Los msculos de las piernas me dolan cuando por fin pude incorporarme. Mir a mis compaeros. Ninguno estaba herido, aunque algunos estaban salpicados con guano.Marrok haba tirado la antorcha al suelo y tena la cabeza cubierta con los brazos. Estaba resoplando de angustia.

Capitn Marrok le dije, con la esperanza de calmarlo, la antorcha.

Mi orden consigui hacerlo reaccionar. Tom el palo apagado y me lo entreg.

Por qu?

Porque los murcilagos me han enseado el camino de salida dije, y sent asco cuando tom el palo cubierto de excremento. Leif, puedes volver a encender esto?

Leif asinti, y las llamas surgieron de la antorcha. Entonces, mi hermano me pregunt:

Cunto queda para la selva?

No est lejos.

Yo gui al grupo a buen paso. Nadie se quej. Todos tenan tantas ganas de salir del tnel como yo.

El sonido del agua y la frescura del aire fueron las nicas seales de que habamos llegado a nuestro destino. El da se haba convertido en noche mientras recorramos el pasadizo subterrneo. Por los murcilagos, saba que el agua flua por el suelo de la salida y caa en cascada a la selva, a unos diez metros ms abajo, sobre unos peascos.

Los dems me siguieron hasta el borde de la corriente. Apagamos las antorchas y esperamos a que nuestra visin se adaptara a la dbil luz de la luna. Yo observ la selva, que se extenda bajo nosotros, con la magia, buscando cualquier pista de una emboscada o de que hubiera algn leopardo de los rboles. Tambin las serpientes eran un peligro para nosotros, pero la nica vida que percib fueron pequeas criaturas que se escabullan por los matorrales bajos.

Preparaos para mojaros les dije, antes de meter la pierna hasta la rodilla en el agua profunda.Mis botas se llenaron inmediatamente. Haba muchas rocas en las que subirse, pero tambin estaban bajo el agua, o hmedas. Me quit la mochila y la tir hacia un lugar seco en la orilla contraria.

Con cuidado dije.

Me volv y me agach para bajar al agua. Al menos, el agua me quit el excremento maloliente de encima.

Cuando todos estbamos en la corriente, la atravesamos y salimos a la orilla temblando y chorreando agua.

Y ahora qu? me pregunt Leif.

Est demasiado oscuro para buscar un rastro dijo Marrok. A menos que tengamos ms antorchas.

Yo mir a nuestro variopinto grupo. Tena una muda de ropa seca en la mochila, pero Tauno y el Hombre Luna no tenan nada. La orilla era lo suficientemente ancha como para hacer una hoguera.

Tenemos que secarnos y descansar un poco.Vais a morir tron una voz desde la selva.Captulo 6

Hubo una lluvia de flechas. Tauno grit de dolor cuando una le atraves el hombro.A cubierto! orden Marrok. Una flecha le haba alcanzado en el muslo.

Nos tiramos al suelo, hacia los matorrales. El Hombre Luna arrastr a Tauno consigo. Marrok cay al suelo. Una flecha me pas silbando junto al odo y se clav en el tronco de un rbol. Otra me dio en la mochila antes de que me escondiera bajo un arbusto.

Escudri las copas de los rboles con mi magia, pero no percib nada.

Hay un escudo anulador me dijo el Hombre Luna. La magia no sirve.

Marrok estaba en el claro, inmvil. Las flechas continuaban volando, pero no le daban. l miraba al cielo.Curare! grit yo. Las flechas estn impregnadas de curare!

Los que nos haban tendido la emboscada queran paralizarnos, no matarnos. Al menos, todava no. Record cmo era estar completamente inmovilizado por aquella droga. Alea Daviian haba querido vengarse por la muerte de su hermano, as que me haba herido con curare y me haba torturado.

Leif grit desde cerca. Una flecha le haba rozado la mejilla.

Teobroma? pregunt, antes de que se le paralizara la cara.

Claro! El teobroma de mi padre, que me haba salvado de Alea. Abr la mochila y busqu el antdoto del curare. La lluvia de flechas haba disminuido, y haba un ruido de ramas por encima de nosotros que significaba que nuestros atacantes estaban bajando de los rboles. Probablemente, era para poder apuntar mejor. Yo encontr algunos pedazos de teobroma y me met uno en la boca. Rpidamente, lo mastiqu y lo tragu.

El Hombre Luna solt una maldicin, y yo sal de mi refugio y corr hacia l. Una flecha me alcanz en la espalda. La fuerza del impacto me tir al suelo y el dolor me atraves el cuerpo.Yelena!

El Hombre Luna tom