Mustad Global News - The 180 Years issue (Spanish)

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MUSTAD HOOFCARE BOLETÍN MUNDIAL Edición del 180 aniversario ¡EDICIÓN ESPECIAL! CELEBRAMOS 180 AÑOS DE SERVICIO A LA COMUNIDAD DEL CUIDADO DE LOS CASCOS Un destacado y joven granjero en una adorable área rural, alimenta su sueño. El granjero es Hans Skikkelstad, la parroquia es Vardal, Noruega, y el sueño es crear una fábrica. En 1832 su sueño se vuelve realidad: funda una pequeña fábrica de clavos y alambre. Lo que el granjero no sabe aún, es que su modesto taller se convertirá en una coporación global con ventas alrededor de todo el mundo y con un vasto portafolio de productos, incluyendo – con el tiempo – desde clavos, hasta clavos para herradura, tornillos, sujetapapeles, tachuelas, agujas, margarina, hornillos y anzuelos. Los primeros años del siglo XIX no eran el escenario ideal para la industria noruega: el contexto estaba extremadamente fragmentado y el país carecía de la infraestructura necesaria para permitir la especialización de los productos. La mayoría de las provisiones eran difíciles de obtener, así que cuando era posible, debían ser producidas localmente. Ese entorno favoreció el desarrollo de empresas que abastecían de todo a las comunidades locales, desde comida y ropa, hasta herramientas, educación e incluso servicios médicos. Fue en Gjovik donde Skikkelstad encontró la ubicación perfecta para instalar la "Fábrica de clavos y alambre Brusveen”. ¡ENCUENTRA LA HISTORIA COMPLETA ADENTRO! 180 AÑOS DE ESPÍRITU EMPRENDEDOR E INNOVACIONES, CAMBIOS Y ADAPTACIONES, PIONEROS EN LA INDUSTRIA, VERDADEROS HOMBRES. La fábrica tal vez no era tan impresionante: estaba situada cerca de los rápidos de un río, las máquinas eran muy primitivas y eran operadas por medio de ruedas hidráulicas. El acero era llevado desde Suecia y era moldeado para darle las dimensiones correctas por medio de una máquina enrolladora. En 1843, a la edad de 56 años, Hans Skikkelstad falleció y la fábrica continuó bajo el liderazgo de su viuda y su yerno, el jefe de la policía rural Ole Mustad: él acababa de cumplir 33 años y a diferencia de sus predecesores, él jamás llegaría a hacerse cargo de su granja ancestral. Le aguardaban otros retos. Afue como comenzó la historia de nuestra empresa familiar. Desde entonces, después de seis generaciones, han ocurrido muchos cambios en el mundo y en nuestra compañía. Esta edición de nuestro boletín mundial, es una forma de agradecimiento a toda la gente con la que tratamos y hemos tratado: los lazos con nuestros empleados y clientes siempre han sido y siguen siendo tan fuertes, sobre todo en tiempos difíciles, que sin ellos, hoy en día no podríamos contar la historia de nuestro sorprendente viaje. Hans Mustad Clarin Mustad La fábrica original de Mustad, Gjovik, alrededor de 1870 1

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Mustad es el lider global en productos para el cuidado del casco del caballo: clavos, herraduras, escofinas, herramientas y accesorios, desde 180 anos somos la gente al cuidad del casco del caballo!

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MUSTAD HOOFCARE BOLETÍN MUNDIAL

Edición del 180 aniversario ¡EDICIÓN ESPECIAL! CELEBRAMOS 180 AÑOS DE SERVICIO A LA COMUNIDAD DEL CUIDADO DE LOS CASCOS

Un destacado y joven granjero en una adorable área rural,

alimenta su sueño. El granjero es Hans Skikkelstad, la parroquia es Vardal, Noruega, y el sueño es crear una fábrica. En 1832 su sueño se vuelve realidad: funda una pequeña fábrica de clavos y alambre. Lo que el granjero no sabe aún, es que su modesto taller se convertirá en una coporación global con ventas alrededor de todo el mundo y con un vasto portafolio de productos, incluyendo – con el tiempo – desde clavos, hasta clavos para herradura, tornillos, sujetapapeles, tachuelas, agujas, margarina, hornillos y anzuelos.

Los primeros años del siglo XIX no eran el escenario ideal

para la industria noruega: el contexto estaba extremadamente fragmentado y el país carecía de la infraestructura necesaria para permitir la especialización de los productos. La mayoría de las provisiones eran difíciles de obtener, así que cuando era posible, debían ser producidas localmente. Ese entorno favoreció el desarrollo de empresas que abastecían de todo a las comunidades locales, desde comida y ropa, hasta herramientas, educación e incluso servicios médicos. Fue en Gjovik donde Skikkelstad encontró la ubicación perfecta para instalar la "Fábrica de clavos y alambre Brusveen”.

¡ENCUENTRA LA HISTORIA COMPLETA ADENTRO! 180 AÑOS DE ESPÍRITU EMPRENDEDOR E INNOVACIONES, CAMBIOS Y ADAPTACIONES, PIONEROS EN LA INDUSTRIA, VERDADEROS HOMBRES.

La fábrica tal vez no era tan impresionante: estaba situada

cerca de los rápidos de un río, las máquinas eran muy primitivas y eran operadas por medio de ruedas hidráulicas. El acero era llevado desde Suecia y era moldeado para darle las dimensiones correctas por medio de una máquina enrolladora. En 1843, a la edad de 56 años, Hans Skikkelstad falleció y la fábrica continuó bajo el liderazgo de su viuda y su yerno, el jefe de la policía rural Ole Mustad: él acababa de cumplir 33 años y a diferencia de sus predecesores, él jamás llegaría a hacerse cargo de su granja ancestral. Le aguardaban otros retos.

Así fue como comenzó la historia de nuestra empresa

familiar. Desde entonces, después de seis generaciones, han ocurrido muchos cambios en el mundo y en nuestra compañía. Esta edición de nuestro boletín mundial, es una forma de agradecimiento a toda la gente con la que tratamos y hemos tratado: los lazos con nuestros empleados y clientes siempre han sido y siguen siendo tan fuertes, sobre todo en tiempos difíciles, que sin ellos, hoy en día no podríamos contar la historia de nuestro sorprendente viaje.

Hans Mustad Clarin Mustad

La fábrica original de Mustad, Gjovik, alrededor de 1870

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Los primeros años: Ole Mustad Cuando Ole Mustad se hizo cargo de la compañía en 1843, la relativamente modesta

fábrica de clavos en Vardal no tenía el nivel suficiente para satisfacer la creciente demanda, ni para enfrentar a la competencia que se iba haciendo más fuerte día tras día. La exportación de maquinaria industrial de Inglaterra finalmente había sido permitida, debido a que los productores británicos ya no podían venderle sólo a los clientes locales y necesitaban explorar nuevos mercados. En consecuencia, muchas fábricas nuevas comenzaron a producir clavos en Noruega: Jacob Melhuus podía producir mejores clavos a un precio menor y varios clientes abandonaron Mustad para ser atendidos por Melhuus. Esta situación dio origen a muchas mejoras en la calidad y el servicio, pero los resultados comerciales no fueron evidentes inmediatamente y la situación financiera de la compañía sufrió durante mucho tiempo: los ingresos cayeron y el efectivo era escaso, pero al mismo tiempo se requería un flujo estable de materia prima para poder mantener en marcha la producción. Fue tal la situación, que a cambio del acero para la producción, a los proveedores se les ofrecía licor destilado como forma de pago. Era evidente que el método de producción artesanal que había sido empleado desde 1832, era demasiado anticuado: al principio, los clavos no tenían punta, sino un borde frontal cruzado que tenía la función de encajar el clavo en la madera; hacer las puntas era imposible con el antiguo método de producción. Además de eso, las cabezas eran aplanadas a mano y variaban inevitablemente de un clavo a otro. En 1847, un joven técnico fue enviado a Birmingham para aprender a operar una máquina que Ole Mustad acababa de comprar y en cuanto dicha máquina entró en servicio ese mismo año, la producción de clavos se duplicó y

1843 - 1874: LIBRE COMERCIO, INDUSTRIALIZACIÓN, TIEMPOS DIFÍCILES Y MOMENTOS DORADOS

Ole Mustad (1810 – 1884), yerno de Hans Skikkelstad, tomó el cargo de su legado de la mejor manera, contribuyendo al progreso de la fábrica, así como al de la sociedad.

los gastos de mano de obra disminuyeron dramáticamente. Inmediatamente ordenaron una nueva máquina al mismo proveedor inglés, pero en sólo 2 años, el taller interno recién creado desarrolló la primera máquina de clavos propia, y durante algún tiempo, Mustad se convirtió en proveedor de máquinas de clavos para muchas otras empresas en Noruega. Pero después de un tiempo, se tomó la decisión de no proveer a ningún competidor local y mantuvieron todo el conocimiento técnico exclusivamente para Mustad. Además de la visión industrial y el valor de Ole Mustad, otros 2 hombres destacaron en ese periodo: Even Amlund, quien inició lo que se convertiría en un factor de éxito para la compañía – el desarrollo de maquinaria propia en el taller interno – y Mathias Topp, contratado por Amlund en 1862, un genio tecnológico que hizo posible el avance de la aventura industrial de Mustad.

Estratégicamente, se puso cada vez más énfasis en el equipo de producción construido internamente, en la nueva tecnología y

en la acumulación del conocimiento necesario para la futura expansión. Se decidió combinar el nuevo conocimiento tecnológico a una

etapa temprana y adoptar una actitud de "esperar resultados", hasta que llegara el momento oportuno. Se adquirió conocimiento técnico estudiando dibujos de patentes, estudiando máquinas en exposiciones, comprando maquinaria para copiarla, y a un costo más elevado, contratando personas con habilidades especiales. A comienzos de la década de 1870, la industria maderera había tenido un crecimiento tremendo debido al aumento de la construcción. La demanda de clavos estaba aumentando, con un alza en los precios y ganancias. El rápido crecimiento era demasiado como para que Ole se hiciera cargo de la administración por sí solo, así que incluyó a sus dos hijos mayores, Hans y Halvdan, en la dirigencia. Halvdan se hizo cargo del comercio y de la tienda "Heimdal", mientras que Hans – con su buen ojo para la industria – contribuyó con las diversas filiales, además de los aserraderos y la industria maderera. Ambos fueron socios valiosos para su padre, pero Hans pronto destacó como el hombre adecuado para hacer progresar la compañía. Desde 1874 fue nombrado copropietario, y la compañía cambió su nombre a O. Mustad & Son.

1832 1842

1832: La compañía es fundada en Gjovik, por el granjero Hans Skikkelstad (1787 – 1848).

1843: Su yerno, Ole Mustad (1810 – 1884), toma el control de la compañía bajo el nombre de "O. Mustad". La fábrica produce alambre, clavos, herramientas para cardado, e incluye una fragua. 27 empleados.

1852 1862

1853: Se abre el taller de ingeniería, dirigido por Even Amlund.

1860: Ole Mustad obtiene una licencia de comercio, abre una tienda e incursiona en diversas actividades tales como la fundición, el aserrado y la industria maderera. Se lanzan nuevos productos como conectores para herradura, láminas, hachas y clavos para herradura, y se abre una fundidora.

1862: Matthias Topp es contratado como carpintero.

La primera máquina de cardado fue construida por Mathias Topp para otro cliente. Como el invento resultó ser un éxito, Mustad compró la máquina y contrató al dueño, Johannes Haugom. La máquina estuvo en operación por casi 100 años, hasta 1957.

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Hans Mustad, el pionero A mediados de la década de 1870, los costos del transporte eran tan altos que

se decidió trasladar toda la producción de clavo que requería de transporte a un lugar cercano a la costa. Mustad quería estar cerca de un buen puerto, de preferencia en Christiania, o tan cerca de la capital como fuera posible. Ahí existía ya un buen mercado para los clavos de Mustad, y las conexiones a otros mercados a lo largo de la costa eran las mejores. La fábrica dependería de la energía hidráulica y debía estar situada junto a una catarata. Era difícil conseguir sitios disponibles. Mientras Mustad esperaba y buscaba, algo ocurrió. Una fábrica de nitroglicerina en Lilleaker, cerca de Christiania, explotó, y al año siguiente toda la producción se detuvo. Ole y Hans Mustad reaccionaron rápidamente y lograron adueñarse del sitio. El 22 de diciembre de 1875, O. Mustad & Son se apoderó formalmente del lugar. Apenas unos cuantos meses más tarde, la producción de clavo se había trasladado de Brusveen a Lilleaker.

Pero la situación estaba lejos de ser estable: en 1872, 1873 y 1874, la sequía arruinó

gran parte de los cultivos. La sequía también causó problemas en Brusveen, ya que el flujo de agua en el río disminuyó significativamente. Hans Mustad, quien se hizo cargo de la administración gradualmente, sufrió uno de los días más difíciles de su vida cuando a finales de septiembre de 1879, se dispuso a escribir una carta a sus acreedores pidiéndoles que aceptaran un convenio. El 27 de septiembre de 1879, Mustad suspendió todos los pagos. Entonces sucedió algo extraordinario.

1874 - 1885: BILLETES MUSTAD, CLAVOS PARA HERRADURA Y LA INTERNACIONALIZACIÓN

Hans Mustad inicia el proceso de internacionalización de la empresa y ha contribuido a la creación de una distintiva “Cultura Mustad”

Los obreros continuaron trabajando con fervor sin recibir sueldo durante dos años. En vez de eso, recibieron "Billetes Mustad". Los documentos servían como reconocimiento escrito de la deuda de Mustad y eran aceptados en las tiendas de Gjovik. Esa confianza general en Mustad también incluyó a los acreedores, que ayudaron a la compañía a lo largo de la crisis. A pesar de que la recesión fue severa, no duró mucho tiempo. Cuando Hans Mustad superó la tempestad, invitó a todos los acreedores a cenar a su casa. Por cada cubierto había un sobre que contenía un cheque con la liquidación completa, incluyendo intereses. Toda la deuda fue pagada. Cuando O. Mustad & Son terminó de pagar hasta el último centavo el 15 de julio de 1882, la compañía parecía estar más sólida que antes. Los trabajadores habían contribuido a ello aceptando los "billetes" especiales. Para Hans Mustad la respuesta a la recesión fue no frenar el avance. Por el contrario, quería expandirse y detectó muchas oportunidades. La compañía fabricaba varios productos que el mundo necesitaba, entre ellos, clavos para herradura.

En aquella época, los autos aún no eran una opción para la carretera. El caballo

era el medio de transporte más importante. Los caballos necesitaban herraduras y los clavos para herradura habían estado en el catálogo de Mustad desde la década de 1860. Su gerente de fábrica excepcionalmente hábil, Mathias Topp, y sus hombres,

1882

1874: Hans Mustad (1837 – 1918) se convierte en copropietario. La compañía recibe el nombre de "O. Mustad & Son".

1876: La producción de clavos es trasladada de Gjovik a Oslo.

1877: Inicia la producción de anzuelos en Gjovik.

1879: La compañía apenas logra evadir la bancarrota. Los empleados reciben "Billetes Mustad" como pago.

1872: Se establece una fundidora en Brusveen.

1881: Inicia la producción de clavos para herradura. La producción se traslada a Lilleaker el mismo año. La exportación a Francia comienza al año siguiente. Los clavos para herradura se convierten en el producto más importante durante los siguientes 40 ó 50 años.

El desarrollo de la compañía ganó velocidad tras la apertura de una nueva fábrica de clavos en Lilleaker, Oslo (llamada Christiania en aquella época) en 1876.

estaban ocupados por otra parte, desarrollando nuevas máquinas, una de ellas para la fabricación automática de clavos para herradura. Mathias Topp tuvo la oportunidad de estudiar algunas máquinas norteamericanas de clavos para herradura, en la Exposición Mundial de Christiania en 1876. Al volver a casa trató de copiarlas y tuvo éxito. En 1881 tenía una máquina que funcionaba bastante bien y basado en esa, construyó otras dos máquinas. Mathias Topp era definitivamente el hombre correcto en el lugar correcto. A lo largo de sus 60 años de servicio en Mustad, se convirtió en el elemento más valioso y más confiable de la compañía. Sus inventos y construcciones fueron los cimientos para el increíble progreso de Mustad. Algunas de sus soluciones técnicas aún siguen vigentes, 130 años después de que fueron inventadas. Mustad no titubeó y aprovechó esa oportunidad de mercado para exportar clavos para herradura en cuanto arrancó la producción en Lilleaker. Llegado 1882, Mustad tenía su propio comisionista en París. La demanda de clavos para herradura era casi insaciable. Tanto la producción como las ventas aumentaron rápidamente y los registros contables muestran que las ganancias en 1885 fueron unas tres veces mayores que en 1881.

1872

Matthas Topp

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De taller local a firma global Hans Mustad descubrió el enorme potencial del mercado de exportación para sus productos. La tecnología que había sido

desarrollada en su taller de maquinaria, era superior a la de otros productores. Sin embargo, había obstáculos. El proteccionismo estaba en progreso en cada país, y las barreras arancelarias escudaban su industria contra la competencia extranjera. Mustad decidió que esos aranceles se podían evadir más fácilmente iniciando la producción dentro de los confines de los mercados

1885 - 1912: CONQUISTANDO EL MUNDO CON CLAVOS PARA HERRADURA

Mustadfors, 1900

"clavos en frío", que producía clavos para herradura a partir de alambre, lo cual era más eficiente ya que el acero no necesitaba ser calentado. En 1898 fue el turno de Suecia: como Noruega era un mercado más pequeño que Suecia y tenía menores impuestos para productos importados, era más rentable reubicar la fabricación de clavos para herradura al otro lado de la frontera. Se encontró un sitio apropiado con una catarata gratis. Mustad compró tierra, derechos de energía hidráulica, ruecas, aserraderos, molinos, casas y la propiedad de Carlsudde. Alguna vez le preguntaron a Hans Mustad por qué terminó construyendo una fábrica en un lugar tan desolado; su respuesta denotaba su confianza en sí mismo: "Donde yo establezca una fábrica, surgirá un pueblo".

blaban las máquinas. El proceso de producción en sí también era dirigido por noruegos, principalmente de Gjovik. Esto era vital para evitar fugas de información. Las filiales de Mustad en el extranjero fueron una respuesta a las barreras arancelarias. Mustad quería al menos una planta en cada uno de los principales mercados de clavos para herraduras. Antes de la primera guerra mundial, Europa estaba dividida en cinco grandes poderes: El Reino Unido, Francia, Alemania, Austria-Hungría y Rusia. Otras dos naciones eran grandes consumidoras de clavos para herradura: Italia y España. En 1913 Mustad estaba establecido en todas ellas, excepto Rusia. En 1907 Mustad construyó una nueva fábrica en Tolosa cerca de San Sebastián, al norte de España. Dos años más tarde Mustad compró una fábrica de clavos para herradura con una filial en Bergedorf, a las afueras de Hamburgo, Alemania. En 1911 se construyó una nueva planta en Portishead, a las afueras de Bristol, Inglaterra, y el mismo año, Mustad compró una vieja fábrica de clavos para herradura en Saaz, Austria-Hungría. Al año siguiente Mustad compró una fábrica en Pinerolo, cerca de Torino, Italia. En 1913 Mustad inició la producción de clavos para herradura en Galati, Rumania, para atender los pequeños pero múltiples mercados en los Balcanes.

internacionales con mayor potencial. Aunque su primer intento fue sólo parcialmente positivo (en Finlandia le vendió sus acciones a los accionistas finlandeses después de una disputa, apenas dos años después de haber construido una fábrica de clavos ahí), su perseverancia pronto lo llevó a abrir una fábrica en Francia. La competencia estaba atenta: en 1891 el Reino Unido introdujo un nuevo método de producción de clavos para herradura. Esto provocó una guerra de baja de precios, y posteriormente un intenso proceso de desarrollo en Brusveen. Mathias Topp no era la única mente creativa. El hijo de Hans Mustad, Clarin, también estaba dotado de habilidad técnica. Construyó una máquina para hacer

Y tenía razón. En el pequeño asentamiento llamado Dals Langed, al expandirse cambió su nombre a "Mustadfors". Al igual que en Noruega, Mustad construyó viviendas y una escuela para sus trabajadores.

Las nuevas máquinas de clavos en frío sentaron las bases para una enorme

expansión. Era imperativo que el método de producción fuera mantenido en secreto. Uno de los procedimientos era construir las fábricas alrededor de muchos cuartos pequeños con sólo un proceso en cada uno: los trabajadores de un departamento no podían pasar al cuarto contiguo. De esa manera, ningún trabajador conocía totalmente los procedimientos de producción. Lo más importante era permitir que sólo unas cuantas personas entraran a la fragua en frío. Todas las fábricas compradas por Mustad eran reconstruidas de la misma manera. Las máquinas secretas eran producidas en Noruega y enviadas a cada fábrica. Eso requería a algunos de los mecánicos más confiables, quienes ensam-

Como el canal era el único medio de comunicación desde Mustadfors, Mustad estableció su propia compañía de transporte para manejar los envíos.

1912

1889: La actividad de fundición es trasladada de Gjovik a Oslo, y los hornillos de leña de Mustad se vuelven muy populares. Se abre una planta de margarina en Lilleaker.

1891 Se establece una fábrica de clavos para herradura en Duclair, Francia.

1905: Los cinco hijos de Hans Mustad ingresan a la compañía.

1898: Se establece una fábrica de clavos para herradura en Mustadfors y una fábrica de margarina en Molndal, Suecia.

1886: El primer asentamiento en el extranjero, una fábrica de clavos en Finlandia.

1907-1913: Se establecen fábricas de clavos para herraduras en Tolosa (España), Portishead (Inglaterra), Bergedorf (Alemania), Pinerolo (Italia), Saaz (Checoslovaquia) y Galati (Rumania).

1892 1902

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Entre las guerras mundiales A pesar de que en muchos sentidos Hans Mustad estaba

adelantado a su tiempo, era un agudo observador y un analista competente, no había forma de que hubiera podido prever el Armagedón en el que el mundo estaba a punto de entrar, ni las consecuencias de la primera guerra mundial para las naciones, el ámbito empresarial y los individuos. La guerra lo cambió todo. Crecieron las necesidades de transporte, se construyeron nuevos caminos, se cavaron canales y se trazaron vías ferroviarias. Todo se preparaba para las nuevas vías de comunicación, en particular el automóvil. Sin embargo, la demanda de clavos para herradura era alta, ya que los caballos podían abrirse paso en donde las vías de transporte modernas eran insuficientes. Así que los clavos para herradura Mustad podían venderse a un buen precio, sin tomar en consideración la calidad. Las restricciones residían en las materias primas y en la falta de obreros competentes. Muchos de los trabajadores empleados por Mustad en una Europa que era azotada por la guerra, estaban en ambos lados del frente en los campos de batalla. Aquellos que permanecieron en las fábricas, tanían que trabajar largas horas. La guerra aumentó la demanda de clavos para herradura no sólo en los países en conflicto, sino también incluso fuera de Europa. En Europa, la

1912 -1945: ALTIBAJOS PARA LA NUEVA GENERACIÓN DE EMPRESARIOS

Ole Mustad (1870 – 1954)

1942

1928: Inicia la producción de tachuelas y sujetapapeles.

1934: Se adquiere la fábrica de máquinas alemana, Schumag, y se cancela su importante producción de anzuelos. Adjudicación de una fábrica en Bélgica. Inicia la producción de cremalleras en Gjovik. También comienza la producción de varios artículos pequeños.

1924: Se establecen fábricas de clavos en Peggau (Austria), Zawiercie (Polonia) y Karlovac (Yugoslavia).

creciente demanda de alimentos, materias primas y productos industriales, tuvo que ser abastecida desde otras partes del mundo. Esto significó una mayor necesidad de caballos en países extranjeros, y las exportaciones de Mustadfors aumentaron durante la guerra. Al término de la guerra, todo había cambiado, incluso los mercados de Mustad. El caballo había quedado casi eliminado como medio de transporte. Los canales, vías ferreas y autopistas predominaron, y comenzó la producción masiva de automóviles en la década de 1920; el caballo estaba en graves problemas. El productor de clavos para herradura Mustad tuvo que adaptarse a esta nueva realidad. El panorama político también había cambiado. Se habían creado nuevas fronteras a raíz de la división del imperio austrohúngaro. La nueva Europa tenía más estados que antes de la guerra, y nuevas barreras arancelarias.

1922 1932

Clarin Mustad (1871 – 1948) Halfdan Mustad (1874 – 1967) Wilhelm Mustad (1877 – 1961) Christian Mustad (1878 – 1970)

Esto acarreó varios retos para Mustad. Para poder

mantener las ventas en Europa Oriental, era necesario establecer fábricas de clavos para herradura en Polonia, Austria y Yugoslavia. Esto ocurrió en 1924. Y cuando Hans Mustad falleció en 1918, los desafíos fueron enormes para sus cinco hijos, quienes se hicieron cargo de la compañía. ¿Cómo debían administrar su inmensa herencia? ¿Cómo debían mantener el "imperio" a flote y avanzar de manera positiva en una época marcada por los conflictos internacionales, las disputas laborales y nuevas exigencias? Todos ellos tenían cualidades que se complementaban muy bien y lograron organizarse de manera tal que cada uno encontró el lugar que le correspondía dentro de la organización. En los años que transcurrieron entre las dos guerras mundiales lograron expandir el grupo, compraron otras compañías en Europa Oriental y Occidental (Austria, Yugoslavia, Polonia, Rumania), y exploraron nuevos mercados tales como Cuba y Argentina; a pesar de todo, los volúmenes de importación de clavos aumentaron considerablemente. El estallido de la segunda guerra mundial tuvo un fuerte impacto en Mustad; para las fábricas que producían para el mercado local, ya fueran de hachas, hierro fundido, tornillos o clavos, la guerra no afectó

mucho. Sin embargo, las exportaciones sufrieron un severo golpe. Durante los cinco años de 1940 a 1945, sólo Alemania, Dinamarca y Suecia, pudieron mantenerse como mercados de exportación. El caballo se volvió esencial durante la guerra debido a la falta de petróleo y gasolina. Esto aumentó la demanda de clavos para herradura en ambos lados del frente. La producción de tornillos también tuvo una alza. Pero la guerra, a su vez causó considerables daños a las propiedades. Las fábricas en Lilleaker fueron bombardeadas en abril de 1940, y la planta en Kjelsas fue dañada parcialmente durante un acto de sabotaje. Aun más grave fue la destrucción total de la gran fábrica Schumag, en Alemania, que fue bombardeada por las fuerzas aliadas. La fábrica en Duclair (Francia) también fue parcialmente destruida.

1918: Hans Mustad fallece en febrero.

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La lucha entre hermanos exige cambios drásticos DE LA POSGUERRA A LA DÉCADA DE 1970: RENUENTES A LAS NACIONALIZACIONES Y LISTOS PARA ENTRAR EN LA MODERNIDAD

1982

1961: Primera división de Mustad. Las fábricas en Suecia, a excepción de Mustadfors, se separan formando una compañía llamada J. Mustad A.B. Wilhelm Mustad fallece a los 84 años.

1977: La compañía Mustad se divide el 1 de enero. La empresa con base en Noruega queda en manos de los herederos de Johan Nordahl Mustad.

1959: Nueva administración: Johan L'orange es contratado como nuevo director administrativo. Wilhelm, Halfdan y Christian Mustad dejan la compañía, transfiriendo sus acciones a sus hijos, Kristian Mustad, Johan Mustad, Clarin Mustad y Johan Nordahl Mustad.

La revolución geopolítica tras la segunda guerra

mundial marcó profundamente la estructura de la compañía. Todas las fábricas en Europa Oriental fueron nacionalizadas. De un plumazo desaparecieron todos los bienes en fábricas, edificios, productos, acuerdos y mercados en Rumania, Yugoslavia, Hungría, Checoslovaquia, Alemania Oriental y Polonia. Las fábricas que durante décadas le habían dado a Mustad un flujo de ingresos, ahora se habían convertido en la competencia de su propietario legítimo. La confiscación de las dos fábricas de Mustad en Checoslovaquia fue especialmente dolorosa, ya que Mustad había tenido una planta de clavos para herradura en Saaz desde 1911, y una siderúrgica en Brux desde 1916, plantas que habían empleado a más de 1,000 personas. La mayoría de las plantas que fueron confiscadas producían clavos para herraduras. Sin embargo, Mustad pudo soportar el golpe y tuvo la fuerza suficiente para continuar. Mustad seguía siendo el mayor productor europeo de clavos para herradura. Pero el mundo cambió dramáticamente en los años posteriores a la segunda guerra mundial. Los habían acabado los días de gloria para los clavos de herradura, y las ventas se desplomaron. Por otra parte, el resto de la compañía experimentó un crecimiento. El inmenso crecimiento en la primera década posterior a la guerra fue seguido de un nuevo periodo de estancamiento, para despegar nuevamente a mediados de la década de 1960, gracias a la propagación del libre comercio. Para Mustad este periodo de expansión se prolongó hasta mediados de la década de 1970.

Pero otras dinámicas diferentes también

afectaron el funcionamiento de la compañía durante esos años. Hans Mustad dejó tras de sí un modelo de organización que habría funcionado muy bien si sus cinco hijos hubieran estado en armonía, si hubieran sido flexibles y hubieran tenido la disposición de cooperar. Sin lugar a dudas, todos eran hábiles en sus respectivas áreas. Se complementaban unos a otros, y se hacían cargo de la compañía en todos los aspectos. Esto llevó los productos de Mustad

1952 1962

muy lejos en el mundo, fortaleció la marca y les hizo obtener nuevos mercados lejos de Oslo y Gjovik. Pero no estaban en sintonía. De hecho eran muy diferentes, y los cinco eran hombres resueltos. La estructura corporativa con cinco propietarios equitativos a la cabeza, resultó ser demasiado demandante, con difíciles negociaciones múltiples y una extenuante toma de decisiones. Debido a que uno o dos de ellos frecuentemente estaban en viaje de negocios y las comunicaciones modernas aún no habían sido desarrolladas, la cooperación se dificultó más. En un periodo en el que los hermanos no se hablaban, la comunicación se daba a través de notas escritas. Llegaron hasta el punto de prohibirse la entrada a la empresa entre ellos, y los guardias tenían órdenes de detener o de reportar a tal o cual hermano que intentara entrar. Las controversias jamás fueron expuestas en público. Hoy en día, más de cincuenta años después, aún es imposible encontrar una explicación clara aparte de la diferencia de opiniones con respecto al manejo de la compañía.

La situación exigía un nuevo orden administrativo. En 1958 una nueva junta

directiva tomó el control, mientras que los hermanos Halfdan, Wilhelm y Christian, junto con Kristen Mustad (hijo de Clarin), se retiraron de la administración general. Desde luego, todos esperaban que las diferencias que habían causado problemas en la generación anterior desaparecieran. Desafortunadamente ese no fue el caso: continuó el conflicto hasta cierto grado y los desacuerdos derivaron en una iniciativa de Johan Nordahl en 1960, cuando se implementó la primera división de la compañía. Las fábricas en Suecia, con

1945-48: Debido a la nacionalización de subsidiarias en Polonia, Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia, Mustad pierde una gran parte de la empresa.

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55 años de edad) y de Kristen Mustad, de 59 años, menos de nueve meses después, además de la crisis financiera de 1973, golpearon duro a la compañía. Dos diferentes grupos administrativos surgieron en esa ocasión: por un lado la esposa de Johan Nordahl, Katarina y sus descendientes, y por el otro los primos Ole y Christian, más orientados hacia un enfoque dinámico y moderno. Pronto, todos comprendieron que la única solución posible era una segunda división, la cual ocurrió en 1977, con la creación de "Mustad International Group BV", registrado en Holanda e incluyó a todas las compañías extranjeras del grupo.

En 1968 Mustad se trasladó a la nueva sede de 650 m² en Lilleaker, Oslo.

excepción de Mustadfors, se separaron creando su propia compañía, J. Mustad A.B. Una situación de mercado más desafiante fue enfrentada con éxito (de 1964 a 1974 los ingresos se multiplicaron por cuatro), pero las repentinas muertes de Johan Nordahl Mustad (en octubre de 1972, con apenas

1968: El grupo Mustad concentra todas sus actividades en el área de Oslo, en Lilleaker.

1972

1982: 150 Aniversario de Mustad.

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El salto hacia el siglo 21 LAS GENERACIONES SEXTA Y SÉPTIMA ACELERAN EL PROCESO DE CAMBIO PARA LLEVAR A MUSTAD HACIA EL FUTURO

1995: Mustad se perfila para convertirse en un elemento clave de la creciente industria del cuidado de los cascos: comienza el negocio de las herraduras.

1999: La marca estadounidense líder, St. Croix Forg,e se vuelve parte del grupo Mustad Hoofcare.

2008: Adquisición estratégica del proveedor y distribuidor norteamericano de productos para el cuidado de los cascos, Delta.

1985: Se obtiene una importante participación en el mercado norteamericano a través de la adquisición de la histórica marca de clavos para herradura Capewell.

2012: 180 Aniversario.

1992 2002 2012

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Christian y Ole Mustad encontraron una compañía

diferente a la que esperaban: después de 3 años como miembros del consejo, se dieron cuenta de que debían tomar muchas decisiones tanto en finanzas como en organización para evitar trastornos y consecuencias irreparables. Desafortunadamente, la larga fase de reestructuración tras su llegada los obligó a tomar decisiones desagradables: el número total de empleados (3,800 personas en aquel entonces) tuvo que ser reducido a menos de la mitad y muchos productos y filiales que ya no eran redituables tuvieron que eliminarse. Sin embargo, su experiencia – la cual inició en un entorno muy negativo, no sólo para la compañía (la crisis petrolera de 1973 aún afectaba la economía global) – resultó ser muy positiva a pesar del contexto adverso. Con el verdadero espíritu emprendedor que era típico de la familia Mustad, Christian y Ole se embarcaron en diversas empresas, además del negocio reestructurado de los productos a base de alambre, el cual permaneció como núcleo de la compañía.

El reciclado de aceite fue una de las iniciativas más

emocionantes, a pesar de que el comienzo fue difícil y de que se requirió tiempo y mucho esfuerzo para que el negocio rindiera frutos. La clave para el éxito fue una mejora técnica en el proceso, la cual permitió obtener un aceite reciclado de mucho mejor calidad. También se instauró una granja de salmón que cerró rápidamente, afortunadamente fue justo antes de que el precio del salmón colapsara a nivel global debido a una enfermedad del pez. El número total de compañías en el recientemente creado Mustad International Group, aumentó en pocos años de 12 a más de 30. Como era costumbre para Mustad, cada compañía dentro del grupo era dirigida independientemente y un punto clave para los dueños fue mantener unido al grupo bajo principios empresariales comunes y una ética sólida que aún se basaba en las enseñanzas de los fundadores.

En cuanto surgían oportunidades de diversificación, Christian y Ole estaban listos para aprovecharlas: la expansión se dio principalmente a través de adquisiciones en el sector del cuidado de los cascos, añadiendo herraduras y varios tipos de herramientas para herradores al portafolio de productos, todo en un esfuerzo por satisfacer las diversas tradiciones locales que prosperaban en países y regiones de todo el mundo. Además del reciclado de aceite y de los productos equinos, actualmente Mustad International cubre varios sectores industriales, incluyendo maquinaria para la industria del papel, tubos y centros para rollos de papel, tornillos y piezas de precisión.

Las operaciones que consolidaron el liderazgo en el

mercado global del cuidado de los cascos, fueron principalmente las adquisiciones de los históricos Clavos Capewell, con su legado y liderazgo de 110 años en el mercado norteamericano, y las operaciones y marcas de St. Croix Forge. En Latinoamérica, la adquisición de Emcoclavos en Colombia y de Mattheis Borg en Brasil, las cuales se convirtieron en proveedoras esenciales de clavos y herraduras respectivamente, en el continente y más allá, lo cual fue un valor agregado para las filiales propias en mercados equinos clave tales como México y Argentina. Basic BV en los Países Bajos (producción de herraduras) y O'Dwyer en Australia también fueron adquiridas para completar el cuadro, poniento a Mustad en una clara posición de liderazgo a nivel global. La transferencia del grupo a la séptima generación de la familia Mustad, Clarin y Hans, ocurrió en 2003: actualmente celebramos nuestro aniversario 180 en condiciones de mercado cambiantes y más desafiantes, con una nueva visión del grupo en la que producción, ventas, mercadotecnia e innovación contribuyen conjuntamente para el sólido crecimiento del grupo a largo plazo. Encuentra más información acerca de nuestras empresas actuales en mustad.com

St. Croix Forge en Minnesota se volvió parte del grupo Mustad en 1999 Una imagen del sitio web de nuestro grupo, que fue rediseñado recientemente.

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<< Todo lo que un hogar necesita >> CLAVOS Y TORNILLOS, CREMALLERAS Y SUJETAPAPELES, HACHAS Y HEBILLAS. MUSTAD RUMBO A LA DIVERSIFICACIÓN

Ole Mustad (1810 – 1884), Hans Skikkelstad’s son-in-law, took charge of his inheritance in the best way, contributing in the best way to the factory as well as the society

Si tienes alambre de metal, algo de conocimiento y las herramientas

adecuadas, puedes satisfacer muchas necesidades. Esto es exactamente lo que O. Mustad & Son ha hecho durante la mayor parte de los 180 años de servicio de la compañía. Toda clase de implementos de uso cotidiano, muchos de ellos basados en alambre, han sido producidos por la empresa. El trefilado se define como "deformación en frío". Para mantener el contenido de carbono en el alambre, este es calentado entre las operaciones de trefilado. A través del tiempo, crecieron las exigencias del alambre en cuanto a su pureza, rectitud, flexibilidad, capacidad de corte, etcétera. A comienzos de la década de 1950, se realizaron mejoras y racionalizaciones radicales en este proceso, lo cual implicaba que el alambre podía ser reducido a cerca de un 80 por ciento de su dimensión. Se instalaron nuevas máquinas de trefilado con siete operaciones subsecuentes. Pronto resultó evidente que el alambre podía ser usado para muchos propósitos: el catálogo de Mustad ha sido tan extenso y variado a través de los años, que casi nadie sabe el verdadero alcance de todo lo que se ha producido y vendido. Durante los años de guerra (1940 – 1945), se produjeron muchos artículos pequeños. El personal estaba involucrado en la producción de toda clase de artículos derivados del alambre, necesarios para la vida cotidiana. Esta es una pequeña muestra: Parte superior: tornillos. Parte superior derecha: grapas. Tercera hilera de arriba a abajo, extremo izquierdo: una hebilla para pantalón. Sobre las tachuelas: un gancho para frenos de ortodoncia. Parte inferior: un estuche con agujas de costura. Después de la guerra todos los artículos fueron descontinuados, excepto los sujetapapeles y las tachuelas. Dentro del catálogo también había resortes para colchón y cremalleras; las cremalleras se produjeron inicialmente sólo en metal y luego en nylon. La producción terminó en 1987, después de 53 años.

¡Mentes fértiles aportan grandes ideas! CREATIVIDAD Y HABILIDAD TÉCNICA QUE FUERON MÁS ALLÁ DE LOS NEGOCIOS: LOS INVENTOS DE CLARIN MUSTAD

Clarin Mustad (1871 - 1948) junto a su "Egoísta".

Clarin Mustad, uno de los propietarios de la cuarta generación junto con sus cuatro

hermanos, fue un ingeniero y el cerebro detrás del desarrollo de máquinas para la fabricación de clavos para herradura y anzuelos (junto con el que fue quizá el inventor más brillante de todos: Matthias Topp), y máquinas para hacer tornillos. Pero su creatividad fue mucho más allá de las máquinas que hicieron la fortuna de la compañía. Por ejemplo, siendo un hombre que valoraba su comodidad personal, Clarin Mustad creó un asiento para inodoro con calefacción eléctrica en 1915, seguido del aun más "estratégico" ventilador extractor de aire incorporado a la taza del inodoro bajo el asiento. Los esquís acuáticos equipados con bastones para caminar en los fiordos fueron otra de sus ideas. Estos eran largos pontones flotantes con patines ajustables; sus hijos caminaban con frecuencia en esos esquís un total de más de 5 kilómetros alrededor de la isla que había frente a su hogar.

Entre los inventos más preciados de Clarin Mustad, estaban los automóviles, de los cuales

desarrolló varios. Quizá el auto más impresionante que desarrolló fue el vehículo de 3 a 4 toneladas y 6 ruedas, de los cuales se fabricaron dos unidades entre 1917 y 1919. El auto tenía una carrocería para verano totalmente convertible y una invernal en la que el conductor se sentaba afuera y los pasajeros adentro, en un amplio espacio con ventanas acortinadas, lámparas y una hermosa tapicería. El vehículo tenía un eje doble atrás y uno individual al frente. El primer eje trasero giraba junto con las ruedas del frente, mientras que el segundo era fijo. La idea de las seis ruedas era que ese sistema redujera el desgaste de los neumáticos y del camino, los cuales eran de muy baja calidad en aquella época. El auto también tenía un faro central que giraba junto con el volante para mejorar la visión en las curvas (una idea que fue "copiada" posteriormente en el Citroen SM de 1960). El auto era muy adecuado para su numerosa familia, tenía 11 asiento y cada mañana mientras conducía rumbo a la oficina, encontraba un grupo de nueve personas al pie de una colina, esperando a que los llevara a Oslo en su amplio y cómodo vehículo. Él jamás se negaba, así que ellos tenían el mejor transporte de la ciudad y sin costo alguno. Esta situación le molestó a tal extremo que desarrolló un auto completamente nuevo sólo para darles una lección. Ese auto fue conocido como el "Egoísta", sólo tenía un asiento, la palanca de velocidades quedaba entre las piernas, y sólo tenía un pequeño espacio detrás del asiento para guardar un delgado portafolios.

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Clarin Mustad ‘s 6-wheeler

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MUSTAD

Hans Mustad Visionary entrepreneur

Mi historia en Mustad

Pasé la mayor parte de mi infancia en la fábrica que mi abuelo Hans Skikkelstad fundó en 1832, cinco años antes de que yo naciera. Siempre me han gustado las diversas y emocionantes actividades que se realizan en la fábrica: en cuanto acabé mis estudios, fui contratado en la fábrica y comencé a trabajar en muchas labores diferentes, lo cual me hizo crecer personal y profesionalmente. Ese fue un aprendizaje fundamental para que yo fuera capaz de dirigir la compañía algún día. Siempre me ha encantado observar a la gente en su vida cotidiana y buscar soluciones a sus problemas y necesidades, eso se ha convertido en mi desafío personal – así como en el de mi compañía – fabricar productos que satisfagan las necesidades de cada hogar. Mi padre, Ole, me dio una gran oportunidad en 1874 al nombrarme copropietario de la compañía. Diez años más tarde, cuando él falleció, yo había adquirido una vasta experiencia en el área y había desarrollado mi propia visión de cómo hacer crecer nuestra empresa. Mis inicios fueron muy duros y jamás olvidaré los días en que la compañía estuvo al borde de la quiebra y tuvimos que pagarle a nuestros proveedores con "Dinero Mustad". De hecho, esa fue la época en la que se crearon fuertes lazos dentro del equipo y nuestra comunidad se hizo más sólida, lo cual nos permitió enfrentar incluso los retos más difíciles. De hecho, en vez de preocuparme, los desafíos y problemas siempre han estimulado mi creatividad: cuando el transporte se volvió un contratiempo, trasladamos a Christiania la producción cuyo transporte era crítico para hacerlo más fácil. Cuando el negocio fue obstaculizado por los muros arancelarios proteccionistas de otros países, fundamos fábricas dentro de los muros. He aprendido a escuchar a mis colegas y algo importante que marcó la diferencia para nuestro equipo, fue la disponibilidad de la información. Esto siempre ha sido esencial para tomar decisiones estratégicas en nuestra misión de conquistar más y más mercados, traspasando las fronteras geográficas e institucionales. Al viajar constantemente a todos los rincones del mundo, mi equipo y yo siempre hemos logrado mantenernos en contacto. Recibía reportes semanales sobre la situación del negocio regularmente, y toda la información necesaria sobre los mercados en donde queríamos invertir y abrir una nueva fábrica. Así que si me preguntan qué fue lo que hizo posible lograr lo que logramos, les diría que tiene que ver tanto con mi conocimiento, intuición y enfoque práctico, como con el gran equipo de profesionales que me rodeaba: su habilidad sólo era superada por la pasión por esta compañía y por los productos que fabricábamos. Mi visión de una compañía multinacional moderna cobró vida sólo gracias a nuestro equipo, del cual Mathias Topp era el miembro más destacado. Siempre he sido un hombre de acción y muchas decisiones que tomé bajo presión resultaron acertadas, pero sin el esfuerzo de nuestro equipo jamás habría sido posible ningún logro. Mis colegas y yo sabíamos que nos necesitábamos mutuamente para triunfar: por mi parte, traté de alentar ese espíritu, el cual quise posicionar en el núcleo de nuestra compañía. Valoro el bienestar y los logros, siempre he querido que todos en la compañía disfruten su trabajo y que reciban al menos el mismo salario que pagan otras compañías, de preferencia un poco más. Esto ha desarrollado una sensación de pertenencia y de orgullo por la empresa, que nos ha hecho superar incluso las peores crisis. Nuestra compañía se ha convertido en más que una simple fábrica u oficina comercial, es una comunidad en la que además nos encargamos de la vivienda, educación y alimentación de los hijos de nuestros empleados. Más allá de los resultados del negocio, esto es lo que considero uno de nuestros mayores logros, lo cual me enorgullece realmente. Este es el legado que he dejado para las nuevas generaciones, de hecho es la misma cultura que impulsa hacia adelante a la compañía en la actualidad.

www.mustad.com

Travelling Engineering Exploring the world and exploiting its endless opportunities Creating everything a home needs Building a town wherever a new Mustad factory is established

1874 Partner and co-owner at O. Mustad & Sons 1884 Running O. Mustad & Sons 1905 Supported by my five sons in managing the company

Male 1837

Hans

Hans

Hans

Matthias Topp

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Q&A: Christian y Ole Mustad

¿Cuál ha sido el mayor reto que han tenido que enfrentar al frente de la compañía? C y O: Nuestros inicios fueron muy difíciles. Después de 2 años en el consejo y otros dos como gerentes generales, en 1977 decidimos separarnos de nuestros primos noruegos, ya que nuestra visión de negocios no coincidía. Cuando tomamos el control de nuestra parte de la empresa nos dimos cuenta de que muchas filiales tenían un bajo desempeño y en algunos casos pudimos reestructurar, mejorar los productos y hacerlos más competitivos, pero en otros tuvimos que cerrar fábricas y parar la producción o trasladarla a otra parte. Comenzamos justo después de la crisis petrolera de 1973, una de las crisis financieras más fuertes en la historia, con todas las consecuencias que tuvo en la economía mundial. Desafortunadamente tuvimos que reducir nuestra parte del grupo, de 3,800 personas a 1,800, disminuyendo líneas de producción y cerrando fábricas que no tenían potencial. C: El tener que enfrentar retos tan difíciles nos hizo trabajar en conjunto para hacer que la compañía sobreviviera. Trabajábamos día y noche para entender más acerca de las diversas empresas y cómo superar nuestra situación financiera, eso creo un fuerte lazo entre nosotros que nada ni nadie ha roto jamás. No es que estuviéramos de acuerdo en todo al principio, pero siempre ha habido un diálogo muy abierto y al final siempre tomamos decisiones basadas en la opinión de ambos. O: Era muy evidente que nos complementábamos uno al otro. Creo que yo tengo una mentalidad que se enfoca en lo global, mientras que Christian es más analítico y ve cada pequeño detalle del panorama. Recuerdo que en dos ocasiones estuvimos a punto de anunciar a todos nuestros empleados que estábamos en quiebra y que al día siguiente ya no existiría el grupo. En ambas ocasiones logramos encontrar los recursos que necesitábamos y posteriormente salvamos la empresa. Esas cartas a los empleados jamás fueron enviadas, pero créanme, no fue nada fácil. En mi opinión, esos fueron los tiempos más desafiantes. ¿Cuál fue su recurso más valioso? C y O: ¡Sin duda, nuestra gente! Ese es el factor más importante para el éxito en la historia de nuestra compañía y tuvimos la suerte de conocer a gente extraordinaria a lo largo de nuestra vida profesional. También tuvimos el acierto de reconocer su talento, de atraérlos y de contratarlos para nuestra compañía, además de mantenerlos motivados por mucho tiempo. Y como los elementos antiguos no son una excepción en el grupo, eso no puede ser simplemente suerte, tenemos ejemplos de familias que han trabajado para nosotros a lo largo de ¡cuatro generaciones! Hemos aprendido que la gente hace la diferencia en una empresa, para bien o para mal. Por suerte, los malos gerentes fueron sólo contadas excepciones.

MIEMBROS DEL CONSEJO DEL GRUPO DESDE 1971, CHRISTIAN Y OLE SE CONVIRTIERON EN GERENTES GENERALES EN 1978 Y TRAS LA SEPARACIÓN DE SUS PRIMOS NORUEGOS EN 1977, DIRIGIERON LA COMPAÑÍA A LO LARGO DE UNA DE LAS ÉPOCAS MÁS DESAFIANTES, HASTA QUE TRANSFIRIERON EL MANDO A SUS HIJOS CLARIN Y HANS EN 2008. DOS EMPRENDEDORES JUNTOS CON UNA FANTÁSTICA HISTORIA PARA COMPARTIR Y HE AQUÍ LO QUE NOS DIJERON:

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Lo más extraordinario de nuestro equipo fue que casi todos los gerentes generales también se convirtieron en nuestros amigos íntimos. El libre intercambio de ideas y la confianza en nuestros gerentes fue una de las fortalezas de nuestro gupo y aparentemente sigue siendo de esa manera.

¿Qué valor o lección de la historia de la compañía adoptaron a lo largo de su carrera? O: El legado de nuestros padres aún sigue muy arraigado en nosotros. Un ejemplo es Hans Mustad, quien realmente creó nuestro espíritu emprendedor familiar con una fuerte vocación por los negocios internacionales y además nos dio un claro ejemplo con su estilo de administración, porque su ética de trabajo era tan fuerte como su habilidad mental y física, se levantaba a diario a las 5 de la mañana, rompía el hielo para echar a andar el molino de agua junto con 2 o 3 compañeros empleados, para que las máquinas de la fábrica pudieran operar. Después invitaba a los trabajadores a su casa, en donde podían secar su ropa, tomar aquavit con él y así el día comenzaba adecuadamente. Él siempre era el primero en llegar y el último en irse. Realmente predicaba con el ejemplo y "acarreaba el agua para su gente". Me gusta esa filosofía y la he adoptado por completo. C: Toda nuestra experiencia como líderes de la compañía fue sin duda un viaje gratificante, a pesar de que reestructurar empresas – lo cual tuvimos que hacer sobre todo en nuestros inicios – no fue muy placentero. Pero una cosa es segura: siempre teníamos en

Christian y Ole Mustad, dos personajes distinguidos que se complementan entre sí, y que dejaron una profunda huella en la historia de la compañía.

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Q&A: Christian y Ole Mustad mente la supervivencia del grupo y siempre hablamos con la gente desde el fondo de nuestro corazón, mirando directo a los ojos. La gente agradecía nuestra honestidad e integridad y entendía nuestras decisiones, a pesar de lo duras que fueran. Muchas personas que fueron afectadas negativamente por esas decisiones, de todas formas estrechaban nuestra mano y nos agradecían. Eso lo considero un gran logro.

¿Cuál fue su mayor logro? Y por otra parte, ¿hubo algo que no haya resultado bien?

C y O: Es difícil mencionar uno en particular, tal vez nuestro mayor logro fue haber sobrevivido a tiempos muy difíciles. Hemos tenido muchas experiencias de éxito, el negocio del papel es un ejemplo, y algunas malas que nos enseñaron mucho. Sin embargo, en el ADN de nuestra familia tenemos algunos genes que nos hacen enfocarnos en empresas industriales, de hecho jamás hemos pensado en ningún otro negocio como opción para diversificar nuestro portafolio, que no tuviera algo que ver con producción industrializada de algún tipo, ni siquiera en negocios poco arriesgados. C: Yo sigo creyendo que tuvimos una excelente idea cuando comenzamos a crear la fundación para transferir el negocio a la siguiente generación y encontramos los recursos adecuados para la creación de un segundo grupo paralelo al existente, con empresas diversificadas. Pero al mismo tiempo, una falsa imagen de la situación de la empresa y la crisis financiera de Argentina a finales de la década de 1990, nos afectó severamente y se convirtió en uno de los peores momentos en nuestra carrera. O: Un ejemplo que nos enseñó a concentrarnos en lo que mejor sabíamos, fue la granja de salmón que abrimos en Suecia y que cerramos justo a tiempo, evitando fracasos mayores y pérdida de dinero. Además, el negocio de reciclado de aceite ahora es redituable, pero tuvimos que invertir mucho dinero en él antes de que pudiéramos obtener resultados. Creo que aprendimos la lección: no incursionar en algo nuevo sólo porque las cosas van bien, ya que entonces es cuando empiezas a perder dinero. C y O: Los recuerdos más interesantes y gratificantes de todos, tienen que ver nuevamente con nuestra gente. Conocimos a muchas personas interesantes y pasamos por buenos y malos momentos, compartimos experiencias sorprendentes y a veces raras en los lugares más extraños de la tierra.

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Para nosotros esa ha sido una tremenda riqueza. O: Sobre todo cuando enfrentas una situación difícil, per ves que la gente te responde y sientes que todo tu equipo te apoya, bueno, eso es lo que me impulsa a seguir. C: Los viajes grupales que organizábamos cada cinco años para nuestros gerentes fueron memorables. Después de trabajar duro, esos eran los momentos en los que podíamos celebrar nuestros éxitos. Recuerdo nuestros viajes de una semana en barco por el Mediterráneo, Egipto, Bora-Bora y Nueva Zelanda. Nuestros antiguos colegas aún hablan de ellos. Esos viajes crearon una atmósfera increíble dentro del grupo y ayudaron a reforzar los lazos entre las regiones. Realmente era un fantástico grupo de personas. C y O: Entre las muchas experiencias positivas con nuestros gerentes, desafortunadamente también tuvimos una muy mala con un gerente desleal que en tiempos difíciles, comenzó a falsificar la información. Esa situación se hizo una bola de nieve veloz y oculta, y cuando finalmente entendimos que íbamos en picada, gastamos mucho tiempo y dinero para frenar la caída. Toda la compañía se vio afectada por eso y recibimos un duro golpe, financiero, claro, pero sobre todo a nivel personal, ya que valoramos profundamente la confianza y el respeto. Han pasado casi 10 años desde que transfirieron la compañía a sus hijos, ¿están disfrutando de su retiro? O: Yo creí que iba a disfrutar de mi retiro en Argentina, pero tiendo a aburrirme cuando tengo demasiado tiempo de relajación, así que inicié un negocio prometedor de ganadería a gran escala. Tenemos una organización muy moderna y flexible que ha aprendido mucho y rápido, y que funciona mucho más eficazmente que otros competidores con experiencia en el área. Obtendremos ganancias por primera vez este año y estoy muy orgulloso de eso. C: Realmente yo no llevo un estilo de vida relajado y aún disfruto de hacer negocios. Actualmente tengo acciones de 5 lanzamientos industriales que varían desde la investigación médica hasta la tecnología fotovoltaica, y tengo cierto interés en una mina de oro.

Las generaciones sexta y séptima de la familia Mustad: Ole, Christian, Clarin y Hans.

Fuente: Terie Paulsberg: "Mustad: fish hooks for the world", Alfa Forlag as, Gjovik, 2007; entrevistas a Christian, Clarin, Hans y Ole Mustad, Mayo de 2012.