Murillo en la Catedral de Sevilla – La mirada de la...

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Murillo en la Catedral de Sevilla – La mirada de la Santidad

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Murillo en la Catedral de Sevilla – La mirada de la Santidad

Murillo en la Catedral de Sevilla – La mirada de la Santidad

Archivo Catedral de Sevilla. Fondo Capitular. Sección Fondo Histórico General. Caja 11009 (antig, 120) expte. 1 B Año 1662 Manuscrito Encuadernación en pergamino. Papel. 31 x 23 cm Glosas a la Inmaculada Concepción compuestas por don Juan de Oliver, con motivo del Breve del papa Alejandro VII “Sollicitudo omnium ecclesiarum”, de 8 de diciembre de 1661, recibido por el Cabildo de la Catedral de Sevilla el 16 de enero de 1662. El Breve sobre la Inmaculada Concepción de María Santísima venía a renovar las Constituciones y decretos promulgados por los Romanos Pontífices, principalmente por Sixto IV, Pablo V y Gregorio XV en favor de la sentencia que afirma que el alma de Santa María Virgen en su creación, fue obsequiada con la gracia del Espíritu Santo y preservada del pecado original, favoreciendo también la fiesta y culto de la Concepción de la misma Virgen Madre de Dios, debiéndose observar bajo las censuras y penas contenidas en las mismas Constituciones, cerrándose con ello cualquier posible discusión al respecto. En estas Glosas su autor, don Juan Oliver, del que una nota marginal lo señala como “abogado de Sevilla”, fue analizando a través de un recorrido histórico, según el derecho canónico, civil, político y por aplauso común y costumbre universal, partiendo del siglo XIV como origen de la discusión, siendo el papa Sixto IV, franciscano, quien estableció el 8 de diciembre de 1476 la Fiesta de la Concepción de la Virgen Inmaculada, y cómo tras diferentes decretos papales como los de Pio V, e intervenciones regias y eclesiásticas, se había avanzado en el proceso hasta llegar a la promulgación del muy solicitado, por parte de toda la Iglesia, Breve de Alejandro VII de 1661. Se trata de un total de 14 glosas con 172 apartados y numerosas notas marginales. En el documento presente en esta muestra observamos un grabado con la imagen de la Concepción de la Virgen como ilustración al manuscrito de las citadas Glosas, con el texto “Sin mancha de pecado original”. Se trata de un grabado calcográfico del que no consta autoría ni fecha, que está recortado y pegado en el documento. Por su estilo clasicista e iconografía podría pertenecer al primer tercio del siglo XVII. Las Inmaculadas de dicho período quedan codificadas en las propuestas iconográficas de Francisco Pacheco en su “Arte de la Pintura”: “doce o trece años, hermosísima niña,… vestida de sol,… con un sol ovalado de ocre blanco que cerque toda la imagen … coronada de estrellas…debajo de los pies la luna”. Fue en ese primer tercio del siglo XVII, exactamente en 1617, cuando dos miembros del cabildo hispalense Matheo Vázquez de Leca y Bernardo de Toro, acudieron ante Paulo V, para tratar sobre la renovación de la doctrina de la Concepción Inmaculada. Sus gestiones se vieron reflejadas en el decreto de 24 de mayo de 1622 de Gregorio XV, y la posterior carta papal dirigida a Sevilla, ciudad donde la devoción a la Concepción Inmaculada de la Virgen ha sido continua desde la Baja Edad Media. Junto a estas Glosas manuscritas se halla el texto impreso del citado Breve en latín, cuyo contenido fue recibido con gran alegría por el Cabildo Catedral, como consta por el Auto Capitular de 16 de enero de 1662, donde se acordó en primer lugar que tres canónigos fuesen a comunicarlo de inmediato al Señor Arzobispo. A continuación que se dieron repiques de campanas en la torre para comunicar la alegría al pueblo y que se fijó otra fecha para tener reunión capitular y decidir la organización de los actos o fiestas para celebrar la promulgación del Breve. Ese citado cabildo tuvo lugar el 27 de enero de 1662 y entre otras cosas decidió organizar una procesión en la que participaron los dos cabildos, catedralicio y municipal. La Hermandad Sacramental del Sagrario se sumó a los fastos con la celebración un certamen literario en el Patio de los Naranjos. De todo ello queda una detallada descripción publicada por Torre Farfán. Cabe señalar cómo en el citado certamen literario se montaron tres espaciosas tribunas destacando en una de ellas una pintura de la Concepción obra de Bartolomé Esteban Murillo.

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Algo similar sucedió en 1665 al consagrar el templo de Santa María la Blanca, iglesia filial de la Catedral en ese momento, colocándose en la plaza, delante de la Iglesia un altar en el que destacaba en el centro una pintura de la Concepción, también de Murillo. Será en 1667 cuando el Cabildo Catedralicio encargará otra “Concepción” al mismo autor, esta vez para su Sala Capitular tras su renovación. El Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María fue proclamado en Roma en el año 1854 por el papa Pio IX. I.G.F. Bibliografía García Bernal (2007) ; Sanz (2008) ; Valdivieso (1978) ; Navarrete (2017)