Murales: historias de un vistazo – Parque Taretan

Juan José Ríos

Entre y de inmediato sentí una sensación de familiaridad, como aquella que se siente cuando llevas días fuera de casa y vuelves al hogar. Reconocí los lugares, las personas y los espacios que estaban dibujados en las paredes del Centro Cultural Dr. Juan José Espinoza en Atotonilco el Alto, Jalisco; un circulo que cuenta como un ciclo la historia de un municipio con poco menos de seiscientos años de historia, el más antiguo de la región y que dio comienzo en Taretan, y las aguas que sanaron a la princesa Tzitzintli.

Taretan:

Nombrado como tal a partir de los años cincuenta, y que significa centro de semeras, el balneario natural es un venero de agua termal que se ha preservado desde su fundación en 1430 por el Cazonci Tangáxoan en la expansión del imperio michoacano. Cuentan las historias que es aquí dónde inicia la historia de Atotonilco el Alto o mejor conocido por los purépechas cómo Atl-Tekuilli-Ko "Lugar de agua caliente" o como describe su símbolo: una olla sobre tres tenamastes, que en escritura ideográfica se interpreta así. Atl= Agua, Tekuilli= fogón y ko= lugar de.

El mural pintado por Ricardo Miranda Vargas, muralista, músico, artista y guía turístico, se encuentra lleno de vida y colores, te transporta con sólo verlo seiscientos años atrás; estás ahí, acompañando al Cazonci, todos se encuentran preocupados la salud de la hija del jefe que ha escuchado los rumores que el agua de cierto venero a lo lejos de sus tierras podría sanar a la hija de Tangáxoan. Diez minutos después recibes el mandato del sumo sacerdote de Curicaueri, de traerla hasta este taumatargo manantial de Taretan: "santuario de los dioses", para que sea bañada en sus templadas aguas. El milagro se cumplió y como promesa por la sanación de Tzitzintli que se ordena fundar un pueblo cercano al venero o baño ceremonial. La historia se sabe, la historia se cuenta, y también se vive.

Taretan no sólo es un balneario de entrada gratuita, lugar de reunión para las familias y uno de los pocos espacios naturales que aún se conservan limpios en la vegetación del municipio, es sin duda un espacio dónde puede recrearse la historia, dónde los años no pasan y puedes quizá si lo piensas bastante sentir que el agua que emana también sana tus males.

Texto de la producción:

Casi 600 de años han pasado desde que los purépechas fundaron el municipio de Atotonilco el Alto o Atl-Tekuilli-Ko "Lugar de agua caliente" en honor a la sanación de la princesa Tzitzintli en el venero y baño ceremonial, Taretan.Con el tiempo se han recogido sin dudas más anécdotas e historias que los pobladores han contado y compartido con más pobladores; hasta convertir esas historias en leyendas, cómo la que se cuenta del ser mitológico: El Chan, una historia que nos cuenta Minerva Sánchez, coordinadora de Turismo en Atotonilco El Alto: