HABÍA UNA VEZ, EN UN BOSQUE PERDIDO…

UNA HORMIGA QUE VIVÍA DEBAJO DE UN JAZMÍN.

LA HORMIGA CUIDABA MUY BIEN DE SU JAZMÍN. LO MANTENÍA SANO Y FRESCO TODO EL AÑO.

PERO ADEMÁS ELLA QUERÍA SABER MÁS ACERCA DE LOS JAZMINES, CONOCERLO TODO SOBRE ELLOS.

COMO ERA UNA HORMIGA MUY VALIENTE, DECIDIÓ SALIR EN BUSCA DE MÁS… Y MÁS… Y MÁS… COSAS POR APRENDER

SOBRE LOS JAZMINES. Y ¿QUIÉN SABE? QUIZÁS OTRAS FLORES BONITAS.

-¡VUELVE A TU JAZMÍN HORMIGA! ¿DÓNDE VA ALGUIEN TAN PEQUEÑO COMO TU VIAJANDO SÓLA EN UN BOSQUE TAN

GRANDE COMO ESTE? ¡MORIRÁS ENSEGUIDA!- LE DECÍAN LOS SALTAMONTES

EN EL CAMINO SE ENCONTRÓ CON OTROS ANIMALES QUE VIVÍAN POR ALLÍ.

-JA, JA, JA. UNA HORMIGA NO ES CAPAZ DE HACER UN VIAJE TAN LARGO SOLA. NO PUEDES CARGAR PIEDRAS, NO PODRÁS

CONSTRUIR UNA CASA. ¡ES QUE NO VES QUÉ PEQUEÑA E INSIGNIFICANTES ERES!- LE GRITABAN LAS NUTRIAS.

-¡JAMÁS VI UNA HORMIGA INTENTANDO APRENDER MÁS SOBRE JAZMINES! VUELVE A CASA. AHÍ ES DONDE TIENE

QUE ESTAR UNA HORMIGA- LE DECÍAN LAS RANAS.

PERO ESO NO LE QUITÓ LAS GANAS DE QUERER SABER MÁS Y

MÁS SOBRE JAZMINES.

TANTAS COSAS LE DECÍAN QUE SE ACOSTUMBRÓ LA HORMIGA A QUE LE DIJERAN: NO PUEDES, NO VALES, NO

SABES, NO ERES CAPAZ.

ENTONCES DECIDIÓ LA HORMIGA QUE DEMOSTRARÍA QUE SÍ ERA CAPAZ.

LLEVÓ UNA VIDA DE HORMIGA, CUIDANDO DE SU JAZMÍN PERO ADEMÁS SACABA TIEMPO PARA SALIR DE VIAJE.

SE DIO CUENTA DE QUE PODÍA HACER MUCHAS MÁS COSAS DE LAS QUE LE DECÍAN LOS DEMÁS.

-¿ESTARÁN EQUIVOCADOS? -SE PREGUNTABA.

TUVO QUE TRABAJAR EN MUCHAS COSAS. LEVANTÓ PIEDRAS, SE CONTRUYÓ OTRA CASA, APRENDIÓ COSAS SOBRE SETAS Y

GNOMOS…

ORGULLOSA DE SU TRABAJO SE ACERCÓ A LOS SALTAMONTES: -TÚ NO ERES UNA HORMIGA. UNA HORMIGA

NO HACE ESAS COSAS. VETE, VETE.-LE DECÍAN.

PASÓ CERCA DE LAS NUTRIAS. –HORMIGA, ¿TE CREES MEJOR QUE NOSOTRAS? SIGUES SIENDO PEQUEÑA E

INSIGNIFICANTE.

VISITÓ A LAS RANAS. -NO HAS APRENDIDO NADA HORMIGA. NO PUEDES CAMBIAR LAS COSAS. SIGUES SIENDO UNA

HORMIGA Y NO PUEDES.

SE PUSO TAN TRISTE AL OIR DE NUEVO SU RECHAZO QUE EMPEZÓ A LLORAR.

PERO TUVO QUE PARAR DE LLORAR ENSEGUIDA, PORQUE APARECIÓ UNA ABEJA.

-¡UF, MENOS MAL QUE ENCUENTRO POR FIN UNA HORMIGA POR AQUÍ! TIENES QUE AYUDARME A HACER UNA

IMPORTANTE MISIÓN.

-¿YO? NO SE EN QUÉ PUEDE AYUDARTE UNA SIMPLE HORMIGA.

-¡CÓMO! ¿QUÉ INSINUAS? ¿A QUIÉN ACUDIRÍA SINO? ¿A LOS PEREZOSOS SALTAMONTES, LAS ORGULLOSAS NUTRIAS O LAS

DESCEREBRADAS RANAS?

SOLO PUEDO CONFIAR EN ALGUIEN COMO TÚ, TRABAJADORA, VALIENTE, CONSTANTE, CUIDADOSA E INTELIGENTE.

TOMA ESTE POLEN DE JAZMÍN, NECESITO QUE NAZCAN MUCHAS FLORES DE JAZMÍN EN ESTE BOSQUE. Y TE TRAERÉ TAMBIÉN OTRAS FLORES.

SI LO CONSIGUES, NOSOTRAS LAS ABEJAS HAREMOS MIEL Y COMERÁ TODO EL BOSQUE.

LA HORMIGA NO SALÍA DE SU ASOMBRO Y LA EMOCIÓN LA EMBARGABA. -¿YO PUEDO REALMENTE…?

-TÚ SIEMPRE HAS SIDO CAPAZ DE HACER TODO AQUELLO QUE TE PROPONGAS. QUÉ LOS DEMÁS NO LO RECONOZCAN, NO CAMBIA LAS

COSAS.- DIJO LA ABEJA MIENTRAS SE ALEJABA SONRIENTE, DESPUÉS DE DEJARLE UN MONTÓN DE POLEN DE JAZMÍN.

Y CON EL TIEMPO SALIERON MILES DE FLORES CON LAS QUE LAS

ABEJAS ELABORARON LA MEJOR MIEL.

Y COMO ES DE ESPERAR, LA HORMIGA CON SU TESÓN Y LA CABEZA BIEN ALTA, ESPARCIÓ EL POLEN POR TODO EL BOSQUE.

EN EL FINAL DEL DURO INVIERNO CUANDO TODOS LOS ANIMALES AUN DISFRUTABAN DE LA MIEL, SALTAMONTES, RANAS Y NUTRIAS

SE ACERCARON A LA HORMIGA:

-HORMIGA, QUEREMOS RECONOCER QUE PUEDES HACER COSAS MUY GRANDES, COSAS INCREIBLES.

-GRACIAS-DIJO LA HORMIGA SONRIENTE. – PERO UNA AMIGA YA ME ENSEÑÓ, QUE NO NECESITO OIRLO DE LOS DEMÁS.

YO YA SE DE LO QUE SOY CAPAZ.

Y DESDE ENTONCES, TODOS LOS AÑOS EL 8 DE MARZO, CELEBRARON EL DÍA DE LA HORMIGA TRABAJADORA. PARA QUE NO SE LES

OLVIDARA LO IMPORTANTES QUE SON LAS HORMIGAS.

DESDE ESE DÍA TODOS LOS ANIMALES DEL BOSQUE RESPETARON Y AYUDARON A LA HORMIGA. CONSIGUIERON JUNTOS HACER EL

BOSQUE MÁS HERMOSO DEL MUNDO.

NUNCA LE DIGAS A ALGUIEN, QUE ES DEMASIADO PEQUEÑO PARA LOGRAR ALGO.

Pere Casaldàliga:La tierra te lleva,tú llevas la tierra.

Ella y tú sois tierra.Mujer encorvada,

de sombra pequeña,¿a dónde te lleva

la tierra,a dónde la llevas?

La llevo a dónde uno de los míos la necesite, para convertirla en plato o en trigo, en choza que nos proteja o en sudario que nos

cubra…La llevo, si hace falta, … hasta la luna”.