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PERU HOY En el oscuro sendero de lo guerra. INSTITUTO DE DEFENSA LEGAL Este libro ha sido elaborado por: Diana Avila P. Carlos Basombrío I. Ernesto de la Jara B. Isaías Rojas P. Primera edición: enero de 1992 Capitulo III El MRTA, la contradicción armada 73 San Martin, su zona de asentamiento principal 74 La región autónoma 74 Toma de Rioja y secuestro de policías 76 Otras acciones armadas del MRTA en San Martin 78

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PERU HOY

En el oscuro sendero de lo guerra.INSTITUTO DE DEFENSA LEGAL

Este libro ha sido elaborado por:

Diana Avila P.

Carlos Basombrío I.

Ernesto de la Jara B.

Isaías Rojas P.

Primera edición: enero de 1992

Capitulo III

El MRTA, la contradicción armada 73

San Martin, su zona de asentamiento principal 74

La región autónoma 74

Toma de Rioja y secuestro de policías 76

Otras acciones armadas del MRTA en San Martin 78

Ataques a Soritor y Juanjuí 78

Terrorismo urbano 79

Entre fugas y capturas 81

División y ajuste de cuentas 83

¿Qué esta planeando ahora el MRTA? 84

Intentando algunas conclusiones 85

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EL MRTA, la contradicción armada.Al analizarlo hecho por el movimiento armado MRTA en 1991, podemos sostener que, un año después su actuación, pese a la espectacularidad de muchas de sus acciones sigue siendo marginal, que su única zona de asentamiento es San Martín y que es un movimiento armado que continua en esa línea de acción, retorica suya parte, sin saber por qué, ni para qué. Ello se hace aún más evidente al haberse acentuado este año las condiciones internacionales que aíslan las posibilidades de movimientos armados con estas características en el mundo y, en segundo lugar por haber procesado el RMTA una división. Estos problemas de horizonte político estarían atravesando los debates preparatorios de su Congreso Nacional.

Otra de las dificultades centrales que ha enfrentado el RMTA es la “competencia” senderista que lo ha presionado militarmente en varias zonas. Ello ha sido manifiesto en el Bajo Huallaga otrora territorio indisputado del RMTA en donde el senderismo ha empezado a desarrollar acciones de relativa envergadura; lo mismo en la sierra y selva de Junín donde los han “desplazado” de casi todas las zonas en las que actuaban y, finalmente, en huacho a consecuencia de la ruptura que debilitó a esa organización.

Al tratar de agrupar el conjunto de sus dispersas acciones, podemos decir que a lo lorgo del año se puedes distinguir tres grandes momentos. Uno primero, entre enero y abril, en donde tuvieron una imagen de fuerza militar (ya que no política) muy significativa, a partir de un conjunto de acciones terroristas en Lima y, de tipo guerrillero en San Martín. Fue indudablemente importante el clima de inseguridad que lograron generar en la población al punto que, analizábamos en su momento, estaban logrando quitarle protagonismo en ese aspecto, al mismísimo Sendero Luminoso.

En mayo, coincidiendo con la captura de Gálvez Olaechea y la división en el norte chino, entran en una etapa de virtual inacción que dura casi cuatro meses. Las pocas acciones armadas en que estuvieron involucrados tuvieron una lógica local y una duración fugaz.

Un tercer momento podría ser el que empieza en noviembre, en torno al aniversario de la inseguridad de Túpac Amaru, en donde intentan, con poco éxito, desarrollar acciones espectaculares que los coloquen nuevamente en la escena política.

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San Martín, su zona de asentamiento principal.En San Martin, la región de Bajo Huallaga, es donde el MRTA ha logrado un nivel significativo de asentamiento militar y de espacio político, a partir de un cierto grado de simpatía de la población, conseguido en base al apoyo del MRTA a sus reivindicaciones. A lo largo de 1991 esta región continuó siendo, pese a los intentos senderistas de disputarles el territorio, el escenario principal de actuación de este movimiento. Estuvieron involucrados en un conjunto de procesos las cuales describiremos las más importantes.

La región autónoma.Desde que se creó la región III, San Martin-La Libertad se generaron una serie de protestas desde las organizaciones de base del departamento de San Martin, llevadas al Congreso Nacional y otras instancias del Estado, planteando críticas y oposición a la demarcación aprobada.

La única fuerza política significativa que se oponía a la región autónoma era el Apra, evidentemente motivada y, así lo percibió la población, por los intereses del departamento de la Libertad, en donde tienen su asentamiento fundamental. En cambio Acción Popular, el Partido Popular Cristiano, los partidos de izquierda, la Federación Agraria Selva Maestra, entre otros sectores, estuvieron a favor y activaron por la victoria de la autonomía. El MRTA se identificó con la causa de la región autónoma y, “a su modo” y, pese a la incomodidad de varios sectores se sumó a esta movilización.

Luego de un clima de tensión, agudizado durante las semanas previas a la consulta por las pintas de RMTA en apoyo a la formación de la región autónoma, amenazas de represalias y respuestas murales del Comando Rodrigo Franco en contra de esa posición, volantes de Sendero Luminoso decretando la guerra al “revisionismo armado” y una contundencia campaña del Apra por la mantención de la demarcación de la región III, tuvo lugar la consulta el 24 de febrero en donde se aprobó ampliamente la tesis de la región autónoma.

Toma de Rioja y secuestro de policías.Quizá la acción militar más importante que el MRTA haya realizado en 1991 y, eventualmente en toda su historia, fue la toma sincronizada de varias ciudades seguidas del secuestro de la dotación policial de Rioja. A la impactante acción militar se le sumó una victoria política del MRTA, por el pésimo manejo del gobierno del problema. A la vez asomaron una vez más las contradicciones que atrapan al MRTA, entre la política y las armas. Veamos:

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El ataque fue realizado el 10 de mayo, cuando los locales policiales de Saposoa, Bellavista, Moyobamba y Tarapoto, sufrieron ataques en medios de apagones. Todas estas acciones en realidad tenían como único fin asegurar la culminación del objetivo central de esta asonada: la toma de la ciudad de Rioja.

En Rioja los policías acosados por el fuego emerretista, pidieron auxilio a Moyobamba, Tarapoto e incluso Lima. Sin embargo la ayuda no llego, por lo que al cabo de aproximadamente dos horas de insistente ataque y merced a la superioridad en efectivos y armamento a favor de los atacantes, el puesto de la Policía Técnica, cayo y fueron “capturados” nueve policías entre oficiales y suboficiales.

Producida la rendición, los atacantes procedieron a saquear los locales policiales y destruirlos con explosivos de distinto tipo. Posteriormente “convocaron” a la población a un mitin en la Plaza de Armas, a donde condujeron a los nueve policías detenidos para presentarlos como “prisioneros de guerra”. Luego de hacer un “reconocimiento público” a la alcaldesa, Aurora Torrejón (AP), por su labor en la reconstrucción de la zona devastada por los terremotos, le pidieron mediar ante la iglesia y la Cruz Roja Internacional para dejar en libertad a los policías.

En un comunicado el MRTA dio su versión de los hechos, señalando que su “compañía político militar” fue realizada para “llamar la atención de la opinión pública nacional e internacional sobre la situación de abandono de la región, la corrupción de muchas de sus autoridades y el abuso y prepotencia del Comando Político Militar”. Al mismo tiempo, ponían como condición la presencia de una Comisión de la Cruz Roja Internacional “para proceder a la entrega, sanos y salvos de los nueve prisioneros”.

Por su parte, en un comunicado oficial emitido el 12 de mayo, el Ministerio de Defensa atribuyo la acción emerretista a una pugna de esa organización con Sendero Luminoso por “afianzar sus respectivas posiciones”, para el “control de la comercialización de la droga, en colusión con narcotraficantes internacionales”; y que su demanda para la liberación de los policías tienen el “propósito de confundir a la opinión pública sobre sus verdadero actitudes delictivas (…) tratando de dar la falsa impresión de luchar por un móvil ideológico, cuando en realidad solo los impulsa el afán de lucro desmedido como producto de la protección a la mafias internacionales de la droga”

Cerrados así, totalmente, los requisitos por los cuales se podrían establecer una negociación con contenido político y siendo evidente al transcurrir los días, que tampoco iba a haber una acción militar para intentar rescatar a los rehenes, el problema se ubicó en el terreno estrictamente humanitario. Esta se concretó, finalmente, por la gestión de Monseñor Venancio Orbe Uriarte, luego de 28 días de cautiverio de los policías

Pero la presencia de la prensa en el acto permitió que el país y el mundo vieran como los policías sonrientes y limpios, se despedía con abrazos de sus secuestradores; como el “comandante Evaristo”, hacia una arenga en donde intentaba justificar el MRTA por el apoyo que requería las reivindicaciones campesinas de la región y pedía al obispo impedir nueva violaciones de derechos humanos por parte del ejército.

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Si bien esto fue para el MRTA una victoria militar y política se planteó seriamente en el debate cuales fueron sus reales intenciones. Así el discurso que levantaron sobre el abandono de la región, su oposición al convenio antidrogas, a la política económica, a la violación de los derechos humanos, y sus llamados al dialogo “a todas las fuerzas su excepción, que interesadas en el cambio para lograr una paz basada en la justicia y la soberanía de nuestro pueblo”, son posiciones que bien podrían no estar muy alejadas de muchas que están presentes en el espectro político nacional. Por ello para muchos, lo que el MRTA había estado buscando con esa acción fue hacer una demostración de fuerza que le de mejores condiciones para una eventual negociación política para su retorno a la legalidad.

No es casual que Sendero Luminoso movimiento en el que si hay una coherencia absoluta en su obsesión por la vía armada, describiera así la acción del MRTA: “… han lanzado al mundo la imagen de un grupo armado que, al igual que sus similares en Latinoamérica lucha y hace acciones espectaculares para mostrar el camino del diálogo y la capitulación ante el enemigo de clase (…)

En absoluto cuestionan el orden, ni el poder de los grandes burgueses, terratenientes y el imperialismo en la zona. Se arriman a la jerarquía eclesiástica, a las viejas autoridades y, en fin de cuentas, todo lo que busca es que el viejo funcione bien” (el diario N° 603)

Otras acciones armadas del MRTA en San MartinDespués de esta acción espectacular en mayo, el nivel de importancia de las acciones militares del MRTA en la región disminuyo en su impacto político, mas no en todos los casos en su importancia militar.

Así por ejemplo, el 6 de agosto ocho soldados, seis policías y un civil murieron en una incursión emerretista al poblado de san José de Sisa, provincia de lamas. Los subversivos atacaron los dos puestos policiales y el campamento militar de la zona, llagando a tomar el pueblo por varias horas. Ese mismo día, una columna del MRTA emboco a una patrulla policial en las cercanías de la localidad de la florida, provincia de bellavista, causando la muerte de un policía; quedando otro seis miembros de la DOES y una civil fueron muertos por el MRTA en el sector Cuyumbuque, a 19 km. De Tarapoto. Como respuesta efectivos del ejército allanaron una base del MRTA en la zona denominada isla del gallo, en la acción fallecieron 20 subversivos y se incautaron pertrechos de guerra. Según el MRTA se trataba de una base vacía y los muertos probables víctimas de violación a los derechos humanos.

Ataques a Soritor y Juanjuí En los últimos meses del año el MRTA seguía haciendo recurrentemente acciones militares en la región, como por ejemplo en noviembre, cuando atacaron la sede del comando político militar del Frente Huallaga situado en el distrito Morales a escasos cuatro kilómetros de Tarapoto. En los mismos días tomaron por barias horas la ciudad de lamas.

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Las acciones cobraron una intensidad mucho mayor al finalizar el año. El 23 de diciembre una columna del MRTA ataco la base contrasubversiva del ejército del Soritor, como paso previo a un nuevo intento de tomar Rioja. Sin embargo encontraron allí una tenaz resistencia militar. Los efectivos de la guarnición lograron detener el avance del MRTA, aunque con un salto de siete soldados muertos. La columna guerrillera tuvo que replegarse sin lograr su objetivo por la llegada de refuerzo a los atacados.

Sin embargo al día siguiente reiniciaron su ofensiva cuando emboscaron a una patrulla del ejército que había salido en su persecución causando siete heridos entre los militares.

El hecho de mayo envergadura fue, sin embargo, la toma de Juanjuí ese mismo 24 en donde tomaron la ciudad por algunas horas causando la muerte en el puesto policial de la ciudad a cinco policías y cinco civiles, destruyendo de igual manera varios locales públicos.

Estas acciones de gran envergadura ratifican que, por lo menos, en San Martin tienen una capacidad de acción política y militar muy significas y que no hay ningún indicio de que las acciones del MRTA en esa región disminuyan.

Terrorismo Urbano En 1991, el segundo ámbito de acción más importante del MRTA fue el escenario urbano de lima. En la mayoría de los casos se trató de acciones terroristas de mucho impacto, motivada sea para “protestar” o “solidarse” por eventos nacionales e internacionales para transmitir un determinado efecto simbólico, para mostrar su adhesión a determinadas causas populares e, incluso, para el “menos altruista” propósito de escarmentar a quienes tuvieron el coraje de no dejarse chantajear por los “cupos de guerra”.

Así, a diferencia del terror senderista que responde a sus objetivos estratégicos la actuación del MRTA se remite a responder a la coyuntura, dando la impresión e estar en una constante campaña de “propaganda armada”. Así, el MRTA parece estar buscando permanentemente “causas justas” por las cuales luchar, para justificar su vía armada.

Bajo esta lógica, en los primeros meses del año hubo gran actividad terrorista del MRTA en lima que fue importante por su espectacularidad o el perjuicio que causo. El 14 de enero un coche bomba, que exploto en la estación de gasolina del ministerio del interior causando la muerte del cabo PG Mauricio Chanca, quien se encontraba en un patrullero que se abastecía de combustible. Además cerca de 100 personas quedaron heridas, 60 de las cuales fueron trasladadas a diversos centros asistenciales; 30 vehículos de servicios oficial y particulares sufrieron destrozos. Entre los fierros retorcidos se encontraron volantes del MRTA reivindicando el atentado y señalando las causas del mismo en relación al desalojo de la noche de año nuevo en Ate Vitarte.

Por otra parte, con el argumento de apoyar la “lucha del pueblo árabe” y rechazar la intervención de los “ejércitos imperialistas” en el conflicto bélico en el Golfo pérsico, el MRTA atento en dos oportunidades contra la sede diplomática de los Estados Unidos y colocó un coche bomba el 26 de

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enero en el Aeropuerto Internacional “Jorge Chaves”. Produjo un enorme forado de dos metros de diámetro en el piso de la playa de estacionamiento.

Como consecuencia de estos hechos el departamento de Estado Norteamericano, recomendó a sus residentes abandonar el Perú. Otros blancos del terrorismo “antiimperialista” del MRTA fueron dos restaurantes, uno de la cadena Kentucky Fried Chicken y otro de la cadena Pizza Hut, atacados y destruidos con explosivos en horas de atención.

En mayo, luego de varios meses de “descanso”, fracasaron en su intento de atacar el cuartel San Martin del ejército, ubicado en el corazón de la ciudad. Al ser descubierto el coche bomba con el que intentaban este objetivo huyeron, produciéndose un enfrentamiento.

Así, en San Martin fue para el MRTA su escenario de asentamiento militar, Lima lo fue de sus acciones terroristas en busca de un impacto político, pero con su importancia central para el MRTA estos dos lugares no fueron los únicos en donde actuaron en 1991, tienen también un cierto grado de asentamiento en la sierra y selva de Junín.

Entre fugas y capturasLa influencia con que sus principales dirigentes son capturados por la policía y la también increíble facilidad con que logran estos evadirse, así, desde 1988 sus principales dirigentes han estado en diversos momentos presos, pero lograron llegar , en algunos casos espectacularmente y en otros más “ discretamente”.

Los hombres más espectaculares fueron la captura de Lucero Cumpa y su posterior fuga, así como la de Alberto Gálvez en compañía de Rosa Luz Padilla.

Lucero Cumpa, miembro el comité central del MRTA fue detenida en octubre de 1987 durante un allanamiento policial y acusada de ser una de las autoras del secuestro del empresario Julio Ikeda. En la casa en donde fue detenida e indicando a la policía la importancia de la captura, se halló la bandera de San Martin robada años antes en Huaura, por el MRTA como símbolo de su insurrección. Estuvo detenida en el penal de canto grande hasta el 9 de julio de 1990; otro indicador de una importancia en la organización del MRTA. Al aparecer durante su libertad habría tenido una participación central en las acciones terroristas que el MRTA realizo en “solidaridad” con los países árabes y en contra de los estados unidos.

Vuelta a capturar a principios de marzo de 1991 fue “liberada” el 11 de marzo por un comando del MRTA que ataco al desprotegido camión portatropas de la policía que la trasladaba del Centro de Detención Transitoria de Magdalena (CEDETRAN), hacia Palacio de Justicia. Luego de un enfrentamiento en el que dos policías murieron, Lucero Cumpa logró fugar por segunda vez.

la momentánea victoria del MRTA se convertiría en derrota la madrugada del primero de junio cuando fue capturado en Lima Alberto Gálvez Olaechea, miembro de su Dirección Nacional, a

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quien se le indica como el responsable de las finanzas y, según algunas fuentes, uno de los miembros más importantes en la organización del congreso de ese movimiento

La documentación incautada durante la captura de Gálvez Olaechea permitió a la policía hacer otras siete detenciones y allanar dos casas en donde funcionaban escuelas de entretenimiento militar de esa organización. Igualmente lograron descubrir su departamento de producción audiovisual que ocultaban detrás de la apariencia de una tienda de alquiler de videocasetes.

División y ajuste de cuentasSi los golpes policiales fueron importantes para entender un cierto repliegue de MRTA en el segundo semestre del año, una explicación adicional fue la ruptura de esa organización.

Durante el año se especuló en varias oportunidades, sobre la existencia de dos líneas al interior del MRTA, las que demás de discrepancias estratégicas en torno al papel de la lucha armada encerraban disputas por el liderazgo personal.

No fue, sin embargo, vinculado a estos conflictos que nació la escisión del MRTA a la que aludimos, sino más bien en junio con lo ocurrido en Huacho, por la salida de las “Fuerzas Guerrilleras Populares” dirigidas por el “Comandante Germán”.

Los disidentes acusaban a la dirección del MRTA en particular a Víctor Polay de “ oportunista electorero que ha abandonado la lucha por el socialismo reemplazándola por un nacionalismo revolucionario neo aprista”. Lo acusaban también de autoritarismo y soplonaje.

Este fue, indudablemente, un golpe importante para el MRTA no solo por la importante que le atribuían a su trabajo político y militar en esa zona, sino por las repercusiones internas que una división ocasiona a una organización política, más aun si esta tiene tantos flancos que enfrentar.

¿Que está planeando ahora el MRTA?Mucho se ha venido especulando en torno a que en el MRTA vendría procesándose un debate orientando a su reincorporación futura a la legalidad. Sin embargo, si nos atenemos a los acuerdos de su Comité Central reunido en octubre de 1991 que fue de gran importancia para ellos por ser preparatorio de su Congreso Nacional, nada de esto se estaría produciendo. Por el contrario, los acuerdos públicos de esa reunión ratifican una línea dura e intransigente.

Se ratifican expresamente en un documento anterior sobre su estrategia: “... la guerra no es un capricho de un grupo pequeño de extraviados y desesperados políticos, es la consecuencial natural que se deriva de cientos de años de explotación colonial neocolonial (…) y los diferentes medios de lucha en el plano legal, están siendo respondidos por el régimen con la prisión, las torturas (…) Hay un solo camino para enfrentar la explotación y la guerra sucia, es el único camino para un pueblo digno, la guerra revolucionaria”.

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Continúa: “la estrategia del MRTA no ha variado un ápice, porque las consecuencias de vida del pueblo peruano siguen siendo aún peores. Y esta estrategia es la de la GUERRA REVOLUCIONARIA DEL PUEBLO, la combinación de todas las formas y métodos de lucha, articulares alrededor de su eje principal –que es la lucha armada- hasta conquistar el poder para ponerlo al servicio de la patria y el pueblo”.

Conclusiones:Con los cambios que se han producido en el mundo en los últimos tiempos; el estrepitoso derrumbe de los socialismos de la Europa de Este, la desaparición de la otrora poderosa Unión Soviética; las gigantescas dificultades para sobrevivir económica y políticamente de Cuba; las negociaciones para la paz impulsadas por el FMLN en El Salvador; la incorporación a la legalidad del M-19 en Colombia, del Alfaro Vive en Ecuador y de la parte más significativa del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Chile; así mismo, los cambios y cuestionamientos en las izquierdas legales de América Latina que, por ejemplo, han llevado al más importante partido de izquierda del continente, el partido de los trabajadores de Brasil a abandonar el marxismo leninismo como ideología y asumir la democracia como sistema político más adecuado. Todo este escenario internacional hacen absolutamente inviable modelos y opciones como los que ellos representan.

Pero como si lo internacional no fuera ya decisivo en este caso tienen que saber que después de ocho años de acciones armadas y teniendo además Sendero Luminoso la fuerza y extensión nacional que tiene, la hipótesis de que el MRTA pueda, en el mediano plazo encabezar una victoria política militar en el país de los sectores que aspira representar, en tan absurda que ni siquiera sus más entusiastas adherentes la pueden creer sinceramente. Entonces surge la pregunta de ¿Por qué aferrarse a la premisa que es la guerra su opción y que están convencidos de ganarla?

Para que ello ocurra creemos pueden haber varias razones. Está en primer lugar la competencia con Sendero Luminoso que los coloca ante el desafío, siempre lanzado por los senderistas de ser ellos los que van a “traicionar” la lucha armada.

Está en segundo lugar, el que miren la posibilidad de entrar a la lucha política en el espejo del fracaso de la izquierda legal, incluidas las versiones más próximas a ellos.

Otro elemento que debe pesar en sus análisis viene por el lado de que las causas que determinaron su insurrección armada no han desaparecido, sino por el contrario se han agudizado y que el nuevo Gobierno es profundamente insensible a los reclamos de los sectores de la población que ellos tratan de representar.

Por último, el hecho de que de parte del Estado peruano no haya habido el más mínimo esfuerzo por ganarse a la legalidad a ese movimiento y lograr así una victoria política, sin decisiva, por lo menos significativa en la tarea de pacificación. La importancia que le damos a esta acción gubernamental, la fundamentamos en la reciente experiencia Latinoamérica, donde esta ha sido un requisito indispensable para transitar un proceso tan extraordinariamente complejo como este.

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Son estos, los elementos que atrapan al MRTA (uno de los raros movimientos de su tipo en América Latina, en no haber dejado la vía armada), en una lógica militar que ellos tienen que saber, marginal y sin futuro alguno. ¿Por cuánto tiempo, ello continuara ocurriendo de ese modo? Si un mínimo de lógica historia se impone y el gobierno avanza, aun cuando sea algo, en entender las formas de acabar con la violencia, debería haberse logrado en dos o tres años, propósito de que este movimiento desista de su “guerra” e ingrese en la vida legal, con el nivel de aceptación política que el pueblo decida darle.