Mota Pinto, Silvio-El Proyecto Filosófico de David Hume
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EL PROYECTO FILOSFICO DE DAVID HUME
SLVIO MOTA PINTO UAM-I
Versin todava no publicada; favor de no circular 3 de abril de 2012
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NDICE CAPTULO 1: INTRODUCCIN CAPTULO 2: LA TEORA DE LAS IDEAS 2.1 Introduccin 2.2 Percepciones: impresiones e ideas 2.3 Percepciones simples y complejas 2.4 Principio empirista de significado 2.5 Los principios de asociacin de ideas 2.6 Las ideas abstractas 2.7 Conclusin CAPTULO 3: EL ANLISIS DE LA CAUSALIDAD 3.1 Introduccin 3.2 El concepto tradicional de causalidad 3.3 El concepto humeano de causalidad 3.3.1 Las tesis negativas de Hume sobre la causalidad 3.3.1.1 La causalidad no se origina slo en la experiencia 3.3.1.2 La causalidad no se origina slo en la razn 3.3.2 La tesis positiva de Hume sobre la causalidad 3.3.3 La conexin necesaria entre causa y efecto 3.4 Conclusin CAPTULO 4: EL MUNDO EXTERIOR E INTERIOR 4.1 Introduccin 4.2 El concepto heredado de substancia material 4.3 Hume contra el concepto tradicional de substancia material 4.4 El concepto humeano de substancia material 4.5 El concepto cartesiano del sujeto 4.6 Hume contra el concepto cartesiano del sujeto 4.7 El concepto humeano de persona 4.8 Conclusin CAPTULO 5: LA TEORA DE LA ACCIN 5.1 Introduccin 5.2 Las pasiones en Descartes 5.3 Las pasiones en Hobbes 5.4 Las pasiones en Hume 5.4.1 El orgullo y la humildad; el amor y el odio 5.4.2 Conexiones con las pasiones directas; otras pasiones indirectas 5,4.3 Las pasiones directas 5.5 Los papeles de la voluntad y de la razn en la accin humana 5.6 Hume el conflicto entre la libertad y el determinismo causal 5.7 Conclusin
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CAPTULO 6: LA FILOSOFA MORAL 6.1 Introduccin 6.2 El debate sobre el fundamento de la moral 6.2.1 El realismo moral de Samuel Clarke 6.2.2 El sentimentalismo moral de Francis Hutcheson 6.3 La posicin de Hume sobre el fundamento de la moral 6.3.1 La tesis negativa de Hume sobre el fundamento de la moral 6.3.2 La tesis positiva de Hume sobre el fundamento de la moral 6.3.2.1 Argumentos adicionales a favor del sentimiento moral 6.3.2.2 Objecin a la distincin humeana entre hechos y valores 6.4 Conclusin CAPTULO 7: LA TEORA DE LA JUSTICIA 7.1 Introduccin 7.2 La justicia segn Aristteles y Hobbes 7.2.1 Aristteles 7.2.2 Hobbes 7.3 Hume y la virtud de la justicia 7.3.1 El carcter artificial de la justicia 7.3.2 El origen de la justicia 7.3.2.1 La justicia y las pasiones egostas 7.3.2.2 La justicia y las pasiones altruistas 7.3.3 El concepto humeano de justicia 7.3.3.1 Las 3 leyes fundamentales de la justicia 7.3.4 El origen del gobierno civil 7.3.4.1 La desobediencia civil 7.4 Conclusin CONCLUSIN GENERAL BIBLIOGRAFA
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CAPTULO 1
INTRODUCCIN Sera imposible entender el proyecto filosfico de la Modernidad si no hiciramos un
esfuerzo para ubicarlo en el marco del giro hacia la epistemologa que caracteriz su
cambio de enfoque con respecto al pensamiento mayoritariamente metafsico de la
Antigedad greco-romana. El surgimiento de la ciencia moderna de Galileo y de Newton,
los grandes descubrimientos liderados por Coln y Magallanes y el surgimiento del Estado
moderno en Europa Occidentaltodos ellos ubicados entre los siglos XV y XVII
seguramente contribuyeron para este cambio de orientacin en el mbito de la filosofa
moderna. En este nuevo contexto de reflexin, preguntas como:
(PEF)1 Qu podemos conocer? comienzan a tener lugar destacado entre las preocupaciones de los filsofos de la
Modernidad en comparacin con preguntas como:
(POF)2 Qu es lo que hay? cuyas posibles respuestas terminan sujetndose a los constreimientos impuestos por las
posibilidades de responder adecuadamente a (PEF).
Ahora bien, el nuevo marco de reflexin filosfica ha trado consigo una nueva
metodologa, la cual ha servido para rehabilitar una vieja escuela del pensamiento griego
antiguo, a saber: la escuela escptica. Si la pregunta filosfica fundamental es qu
podemos conocer?, entonces quiz lo ms natural desde el punto de vista filosfico sera
plantearse la pregunta: podemos realmente conocer algo? Por ejemplo, si alguien
propusiera como respuesta parcial a (PEF) sabemos que hay un mundo exterior, el
escptico inmediatamente respondera: yo mantengo que no podemos saber si hay un
mundo exterior. La justificacin para su duda la podramos expresar de la siguiente
manera: ni la percepcin ni tampoco la razn nos podran ofrecer razn suficiente para la
1 Por pregunta epistemolgica fundamental. 2 Por pregunta ontolgica fundamental.
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creencia en la existencia del mundo exterior; nuestras percepciones supuestamente externas
podran haber sido exactamente como lo son aqu y ahora sin que hubiera habido objetos
externos que las produjeran, si estuviramos, por ejemplo, teniendo una alucinacin o bien
si viviramos en un mundo de sueo. Tal estrategia escptica se ha tornado conocida como
el argumento del sueo.3
Desde la Antigedad clsica hasta nuestros das, los filsofos han utilizado diversas
estrategias argumentativas para defenderse del escepticismo, dos de las cuales claramente
marcaron el pensamiento de la Modernidad. La primera estrategia ha caracterizado el
racionalismo moderno y consiste en conceder, inicialmente, al escptico la falta de
justificacin epistmica para la mayora de nuestras pretensiones de conocimiento para
despus buscar establecer la existencia de tal justificacin para el mayor nmero de
creencias posible. El ejemplo paradigmtico de utilizacin de dicha estrategia se puede
encontrar en las Meditaciones metafsicas.4 La segunda estrategia argumentativa moderna
contra el escepticismo es la que ha sido adoptada por el empirismo ingls. Aqu se trataba
ms bien de aceptar la ausencia de justificacin racional para nuestras pretensiones de
conocimiento cotidiano y cientfico, pero al mismo tiempo rechazar los estndares de
justificacin racional recomendados por el racionalista, argumentando que muchas de
nuestras pretensiones de conocimiento son perfectamente adecuadas a nuestras capacidades
cognitivas y, por tanto, deben ser consideradas como faliblemente justificadas por tales
capacidades. La estrategia se completara una vez que se hubiera mostrado cules
facultades cognitivas (y cmo) intervendran en la formacin de las creencias adecuadas en
cuestin. Quizs el ejemplo ms ilustrativo de la aplicacin de la estrategia empirista
contra el escptico lo encontramos en el monumental Ensayo sobre el entendimiento
humano.5 Ambas estrategias argumentativasrepresentadas por el racionalismo y el
empirismo de la modernidadcompartan, sin embargo, la idea de que la manera de vencer
el escptico requera encontrar una justificacin en el sentido de un fundamento adecuado
para nuestras pretensiones de conocimiento.
3 En la poca contempornea, se le ha denominado el argumento de la ilusin. 4 Descartes, 1982, passim. 5 Locke, 1975, passim.
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La estrategia de David Hume contra el escepticismo de la modernidad estuvo claramente
alineada con la tradicin empirista en la cual fue educado, en particular dentro del
movimiento cultural conocido como la ilustracin escocesa.6 Podramos discernir por lo
menos dos fases en su dialctica contra el escptico. La primerala cual podramos llamar
la fase negativaconsista en adoptar la perspectiva escptica para mostrar que diversas
concepciones y tesis defendidas por la tradicin filosfica estaban respectivamente
equivocadas o carecan de justificacin. Esta fase negativa de la filosofa de Hume tambin
podramos denominarla fase escptica.
La segunda fase de la estrategia humeana para vencer el escepticismola as llamada fase
positiva o naturalistaconsista en postular la existencia de algn mecanismo cognitivo
que fuera capaz de explicar el origen de los conceptos y las creencias que el escptico haba
puesto en tela de juicio. Esta ltima fase se ha denominado naturalista porque en ella
nuestro autor se sirvi de hiptesis psicolgicas audaces ya la luz de los conocimientos
de la pocaplausibles sobre el funcionamiento de nuestras facultades, las cuales, al
mismo tiempo, fuesen capaces de dar cuenta de los productos cognitivos normalmente
aceptados como tipos de conocimientos o conceptos indispensables para la formulacin de
nuestro conocimiento.
Es importante notar que la estrategia escptico-naturalista de Hume no se restringa
nicamente a la justificacin psicolgico-filosfica de nuestras pretensiones cognitivas.
Nuestro autor ha utilizado la misma estrategia tambin cuando trataba de proporcionar un
fundamento para algunas de nuestras prcticas filosficamente ms importantes, como son,
por ejemplo, la moral y la justicia. Aqu, la fase escptica de Hume se ha caracterizado por
el esfuerzo para mostrar que algunas concepciones sobre ciertos aspectos centrales de la
prctica en cuestin se encontraban fundamentalmente equivocadas, mientras que, en la
fase naturalista el autor del Tratado de la naturaleza humana (1888)7 ha intentado
encontrar mecanismos psicolgicos cognitivos y afectivos (o valorativos) que, en su
6 Movimiento intelectual de gran envergadura, cuya culminacin fue el siglo XVIII, y que incluy, adems del propio Hume, a personajes como Adam Smith, Francis Hutcheson, Thomas Reid, Sir Walter Scott, entre muchos otros. Sobre la parte filosfica de este movimiento, vase, por ejemplo, Broadie, 2009. 7 En adelante, simplemente Tratado.
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opinin, estaban en mejor posicin para explicaro elucidar el origen dela prctica en
discusin.
Para ilustrar la metodologa utilizada por Hume, tomemos el caso del fundamento de la
moral. El Hume escptico atac la concepcin segn la cual nuestra prctica moral estara
fundada exclusivamente en la razn, debido a que sta sera la facultad que nos permitira
hacer distinciones y evaluaciones morales. Contra esta concepcin, el filsofo escocs
argument que la evaluacin de un carcter como moralmente bueno o malo no debera ser
confundida con la evaluacin sobre la racionalidad o irracionalidad de una accin. Por otro
lado, fue el Hume naturalista quien propuso que para la evaluacin moral de una accin
sera, a su vez, indispensable la intervencin de una sensibilidad especialla sensibilidad
moral, la cual tornara posible la deteccin de cualidades morales en el carcter de los
dems seres humanos. Por lo tanto, nuestra prctica moral no podra estar exclusivamente
fundada en la razn, sino que la facultad absolutamente imprescindible para ofrecer un
fundamento satisfactorio para dicha prctica sera la sensibilidad moral.
El naturalismo de Hume ha sugerido a muchos de sus intrpretes la idea de que el autor del
Tratado rechaz sistemticamente la posibilidad de ofrecer justificaciones filosficas de
nuestras prcticas cognitivas y evaluativas ms centrales como, por ejemplo, las que nos
permitiran obtener las leyes causales que gobiernan el mundo natural o aqullas en el
contexto de las cuales evaluamos las acciones y el carcter de una persona como
moralmente bueno o como reprobable. La manera como Hume enunci sus tesis negativas
sobre la posibilidad de ofrecer una justificacin racional de nuestras inferencias causales o
de nuestros juicios valorativos del tipo moral podra ciertamente llevar algunos lectores a
pensar que nuestro autor fuese una especie de anti-filsofo. Anlogamente, sus tesis
positivas sobre el fundamento o el origen de estas prcticasmismas que, de manera
sistemtica, proponan mecanismos cognitivos y afectivos necesarios y suficientes para
explicar las actividades involucradas en estas prcticashan sugerido la idea de que Hume
pudo haber tenido la intencin de sustituir la filosofa por una ciencia de la naturaleza
humanauna especie de psicologa emprica de primera persona8.
8 Por psicologa emprica de primera persona entiendo una teora psicolgica o conjunto de hiptesis sobre el funcionamiento de la mente humana, la cual, por un lado, no se obtendra a priori, como en la tradicin
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As como Barry Stroud,9 no concuerdo con esta interpretacin del proyecto filosfico
humeano. Respecto de las tesis negativas de Hume, tal vez hubiera un acuerdo mayor entre
los intrpretes de que la intencin de nuestro autor al proponerlas era refutar los teoremas
filosficos defendidos por la tradicin racionalista de su poca. La mayora de los
comentaristas piensa que su objetivo era simplemente evitar los excesos de la metafsica
racionalista de la modernidad, la mayor parte de la cual haba sido heredada del
racionalismo griego antiguo y de la escolstica medieval. Segn ellos, la receta humeana
para evitar tales excesos sera aplicar la metodologa de las ciencias empricas a la filosofa
para mostrar que las tesis racionalistas eran falsas. Por ejemplo, es bien conocida la crtica
de Hume al axioma cartesiano fundamental,10 segn el cual existira el YO que piensa.
Ahora bien, tal crtica ilustrara, segn esta lnea de interpretacin, su apelacin a la
evidencia emprica de primera persona de que nunca percibiramos internamente nada que
se parezca a tal YO. Si Hume tuviera razn, lo nico que percibiramos a travs del sentido
interno sera un flujo de propiedades psicolgicas que se sucederan como se estuviesen en
un flujo continuoel flujo de la conciencia.
No deja de ser cierto que Hume, una y otra vez, utilizaba evidencia emprica interna para
descalificar las tesis metafsicas de sus adversarios racionalistas; en los prximos captulos
veremos muchos ejemplos de esta estrategia en la dialctica que estableci con sus
oponentes. Sin embargo, en mi opinin, no se puede concluir, a partir de la presencia de racionalista y, por lo tanto, diferira en su metodologa de investigacin de la llamada psicologa racional, y, por otro, diferira de la psicologa emprica de tercera persona, puesto que su metodologa de investigacin pasara principalmente por la observacin introspectiva del funcionamiento de la mente humanala operacin del sentido interno o reflexin, como lo llam Lockey no por la observacin externa de tal funcionamiento por medio de experimentos con sujetos humanos, como lo propona la mayor parte de los psiclogos del siglo XX, principalmente a partir del conductismo. Es claro que, en la metodologa de investigacin propuesta por Hume para el estudio de la naturaleza humana, tambin habra lugar para la observacin de tercera persona del comportamiento de otras personas; lo que seguramente no habra seran experimentos cuidadosamente controlados con sujetos humanos. 9 Stroud, 1977, cap. 1: 6-8. 10 ste es el famoso cogito cartesiano. Muchos lo consideran como el teorema fundamental de la filosofa de Descartes; otros, el axioma fundamental de tal sistema filosfico. Lo que estara en juego aqu sera si tal juicio es resultado de un argumento, como pareci sugerir Descartes en algn pasaje, o si se tratara del axioma ms fundamental y ms intuitivo de su sistema, como lo interpret, por ejemplo, Locke. Regresar a esta delicada cuestin en el cuarto captulo. Por el momentoy con el propsito de ilustrar la tesis de que Hume utilizaba una metodologa a posteriori para poner en descrdito juicios filosficos, cuya justificacin tradicionalmente se consideraba a priorisera ms fcil lograrlo suponiendo que la tesis cartesiana corresponde a un axioma intuitivo fundamental de su sistema. Pero si tal tesis fuera un teorema, tambin servira para ilustrar el mismo punto.
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este elemento de su metodologa, que existiera un rechazo hacia la investigacin filosfica
o que su objetivo fuera substituirla por una investigacin de tipo psicolgico de la
naturaleza humana. Esto porque, como veremos a continuacin, no es cierto que Hume
resistiera a la propia idea de un anlisis filosfico de ciertos conceptos fundamentales; en
mi opinin, es ms correcto pensar que l crea ms bien que cualquier anlisis conceptual
satisfactorio tendra que respetar la siguiente condicin:
(CAAF)11 las notas caractersticas que resultan del anlisis de cualquier concepto
filosficamente relevante no deben entrar en conflicto con sus condiciones de aplicacin en nuestras prcticas involucrando el concepto en cuestin.12
As, la razn por la cual el concepto tradicional de causalidad no le pareca a Hume
satisfactorio era que no respetaba la condicin (CAAF). Los filsofos racionalistas lo
utilizaron sistemticamente para probar, por ejemplo, la existencia de Dios; sin embargo,
este uso de la causalidad no respetaba sus condiciones usuales de aplicacin.13
Segn mi lectura de Hume, mientras su fase escptica busc mostrar que la tradicin
filosfica racionalista violaba una y otra vez la condicin (CAAF), en su fase naturalista
propuso, por otro lado, un anlisis de los conceptos que s respetasen tal condicin. Esto
me parece muy claro en el caso del concepto humeano de causalidad. Con esto, no quiero
afirmar que todos los anlisis propuestos por Hume de los conceptos filosficos
fundamentales fuesen siempre exitosos a la luz de (CAAF). Pero, por lo menos habra, en
buena parte de la obra filosfica del autor del Tratado, una fuerte preocupacin por ajustar
la aclaracin conceptual propuesta por los filsofos a los usos sacramentados del concepto
a ser analizado.
Si es correcta esta manera de concebir la filosofa de Hume, entonces podemos afirmar que
su naturalismo obedeca simplemente al constreimientotpicamente empiristade
respetar las condiciones normales de aplicacin de los conceptos tomados como objetos de
estudio del filsofo. De ninguna manera buscaba rechazar una reflexin fundamentalmente
11 Por condicin de adecuacin del anlisis filosfico. 12 Por ejemplo, nuestras prcticas cientficas, morales, polticas, etctera. 13 Esto es lo que concluyo de su ataque al uso de la causalidad en filosofa de la religin, para justificar la creencia en la existencia de Dios; por ejemplo, en el argumento de los efectos y en la prueba de los milagros. Al respecto, vanse, respectivamente, Hume, 1980, parte II: 20-21 y 1975, seccin X: 114-115.
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filosfica sobre los conceptos organizadores de nuestro esquema conceptual. Lo que s
rechazaba era un tipo de anlisis a priori de los conceptos filosficamente relevantes que
no toma en cuenta sus condiciones usuales de empleo significativo.
Mi intento por caracterizar el supuesto naturalismo filosfico adoptado por Hume (NH) en
trminos de un cierto tipo de anlisis conceptual sensible a la condicin (CAAF) podra ser
considerado en justa medida como suficiente para distinguirlo del psicologismo filosfico
entendido como una posicin que afirmara que las tesis filosficas se confundiran con
hiptesis empricas generales sobre las capacidades tericas y prcticas de los seres
humanos. No obstante, tal vez persistiera la idea de que la variedad del naturalismo que
aqu atribuyo al autor del Tratado permanecera todava ambigua especialmente en el
contexto de la filosofa anglosajona contempornea, donde la expresin naturalismo
filosfico podra significar cualquiera de las siguientes tesis: N1) no hay distincin de
naturaleza entre filosofa y ciencia emprica, de tal manera que no puede haber una filosofa
primera en el sentido de algo proporcionara algn tipo de fundamento a la ciencia; N2) las
nicas explicaciones respetables en filosofa son las explicaciones causales; N3) todos los
objetos son fsicos; N4) los procesos de formacin de creencia que estn justificados
epistmicamente son aquellos que, de manera sistemtica, producen creencias verdaderas
de forma confiable (tesis ms conocida como confiabilismo).
Respecto de N1 (la tesis de la continuidad entre filosofa y ciencia), afirmo que el
naturalismo de Hume (NH) no es de este tipo. Seguramente, el ms importante defensor de
(N1) en el siglo XX fue Willard van Orman Quine; en su ya antolgico Dos dogmas del
empirismo (1951) sostiene que (N1) es una de las consecuencias naturales del rechazo de
la distincin entre los juicios analticosa saber: aqullos cuya verdad depende nicamente
de los significados de sus partes constituyentesy los sintticosesto es, aqullos cuya
verdad depende no solamente de tales significados sino tambin de cmo es el mundo.
Segn Quine, si no hay distincin analtico-sinttica,14 la verdad de todos nuestros
14 De manera que, si tiene razn, la extensin del concepto de analiticidad sera vaca. Tal concepto habra que entenderlo como ya lo hemos mencionado arriba, a saber, como aplicndose a los juicios verdaderos en virtud de su significado; adems, habra que recordar que la concepcin del significado atacada por Quine sostiene que nuestro conocimiento de los significados no depende de la experiencia, esto es, se caracteriza por la aprioricidad. La conjuncin de estas dos tesis tendra como consecuencia que la verdad de los supuestos
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juiciosinclusive los de la lgica, de la matemtica, de la semntica y de la metafsica
dependera de cmo es el mundo. Esto significara, sin embargo, que si aceptramos el
rechazo quineano de la distincin analtico-sinttica estaramos obligados a rechazar la tesis
de que hay una diferencia de naturaleza entre los juicios sintticos de la ciencia y los juicios
supuestamente analticos de la metafsica. Si hubiera alguna distincin entre ellos, sta
sera slo de grado; podramos tal vez afirmar que los juicios metafsicos as como los de la
matemtica, de la lgica y las leyes ms abstractas de la fsica se ubicaran ms en el centro
de nuestra red de creencias sobre el mundo, mientras que los llamados juicios de
observacin ocuparan una posicin ms perifrica en tal red.
Ahora bien, a pesar de que defenda la distincin analtico-sinttica criticada por Quine, tal
vez muchos quisieran interpretar a Hume como adoptando alguna versin de la tesis de la
continuidad entre ciencia y metafsica (N1). La idea aqu sera que, mientras consideraba
los juicios de la lgica y de la matemtica como analticos, el filsofo escocs pensaba que
los juicios de la metafsicaas como los de la cienciaseran sintticos y, por lo tanto, no
habra ninguna diferencia esencial entre ellos. Como ya lo he mencionado, considero esta
propuesta interpretativa insostenible. Si estudiamos de manera meticulosa los escritos de
Hume, notaremos que buena parte de su investigacin filosfica est dedicada a analizar
conceptos. Esto se torna muy evidente, por ejemplo, en el caso del concepto de causalidad
cuando en el Tratado Hume nos dijo que las tres siguientes notas caractersticas seran
esenciales a este conceptoproximidad espacial y temporal, sucesin temporal y
conjuncin constante, pero no el concepto de conexin necesaria, como lo haba
decretado la tradicin. Dicho anlisis conceptual, sin embargo, no lo decretara Hume de
manera exclusivamente a priori; segn l, debera estar constreido por los contextos
realesen la ciencia y en el discurso cotidianoen que se aplicara este concepto. Hay,
por lo tanto, un tipo de conexin de las tesis metafsicas naturalistas de Hume con la
experiencia, pero sta sera muy distinta de la que propone Quine. En ste ltimo, las tesis
metafsicas son como las hiptesis ms generales y abstractas sobre la realidad; en Hume,
las tesis metafsicas respetables seran aclaraciones conceptuales sujetas a la condicin
(CAAF).
juicios analticos no dependera de la experiencia; en principio, nosotros podramos saber que son verdaderos de manera a priori.
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De igual manera, considero que tampoco le podramos atribuir a Hume la tesis (N2). Un
empirismo radical, como el que defienden Quine o John Stuart Mill, s sera compatible con
la tesis naturalista de que todas las explicaciones filosficas y cientficas seran causales
(N2). Pero no el empirismo moderado que defenda Hume, para quien la investigacin
filosfica sera radicalmente distinta de la cientfica (por ejemplo, la psicolgica), debido a
que la primera sera conceptual, mientras que la segunda se basara en la construccin de
teoras y su posterior test emprico por medio de experimentos. Podramos expresar de otra
manera la distincin entre los dos tipos de investigacin diciendo que mientras la ciencia
investigara los fenmenos naturales buscando explicaciones causales,15 la filosofasegn
Humese dedicara a analizar los conceptos fundamentaleslas categoras
absolutamente necesarios para expresar nuestras teoras explicativas sobre los fenmenos
naturales.16 Me parece que l considerara el anlisis filosfico ms adecuado de un
conjunto de categoras como aquel que mejor describiera o explicara nuestras prcticas
cientficas, morales, polticas, etc. Si fuera correcta esta interpretacin del proyecto
filosfico humeano,17 entonces, en su opinin, la investigacin filosfica explicara no en el
sentido de los modelos de explicacin causal propios de algunas ciencias empricas, sino
que estara ms prxima a las explicaciones (explications) conceptuales de Rudolf
Carnap;18 esto es, creo que el autor del Tratado consideraba que la labor del filsofo sera
ofrecer traducciones ms precisas de algunos conceptos-clave ms o menos vagos que
utilizamos de forma comn en la ciencia y en la vida cotidiana, con la salvedad de que tales
traducciones tendran que respetar la condicin (CAAF); esto significa que su metodologa
filosfica sera incompatible con (N2).
En relacin con la variedad del naturalismo descrita por (N3), podemos rechazarla de
manera ms sencilla como una interpretacin de la filosofa de Hume. En el captulo 4,
veremos que stecomo la mayora de los filsofos de la modernidadaceptaba la
ontologa dualista propuesta por Descartes. As como el autor de las Meditaciones, el
filsofo escocs defenda un dualismo no apenas de propiedades sino fundamentalmente de
15 En el sentido del concepto de causa eficiente. 16 Respetando, como ya lo dijimos, los contextos de uso significativo de dichos conceptos. 17 Y esto es lo que espero corroborar a continuacin. 18 Carnap, 1947, cap. 1, 2.
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particulares. En su opinin, estos ltimos corresponderan a distintos conjuntos abiertos de
propiedades gobernadas por ciertos principios de asociacin. Mientras dichos particulares
fueran materiales o mentales, sus respectivas propiedades constitutivas seran
categorialmente distintas, adems de que sus respectivos principios de asociacin seran
tambin distintos. Por consiguiente, no sera posible atribuirle a Hume la tesis (N3).
Finalmente, tampoco se podra interpretar el naturalismo humeano en trminos de (N4). La
llamada naturalizacin de la epistemologapropuesta por primera vez por Quine a finales
de la dcada de 196019rompi con el proyecto de la epistemologa tradicional, segn el
cual, sta debera proporcionar un fundamento para el conocimiento de las diversas
disciplinas cientficas. De acuerdo con Quine, una vez que el proyecto de la epistemologa
fundacionalista fracas, estaramos libres para estudiar la relacin de justificacin entre una
teora cientfica y su respectiva evidencia, utilizando las mismas disciplinas cientficas
(psicologa, biologa evolutiva, lingstica, etc.). Esto significa que, en lugar de ocuparse
con exclusividad de la elucidacin del concepto de justificacin, la epistemologa
naturalizada se auxiliara de diversas disciplinas cientficas para dar cuenta de l. Una
manera de elucidarla sera apelando a la llamada psicologa cognitiva para estudiar, por
ejemplo, los procesos de formacin de creencias cientficas, a partir de la estimulacin
perceptiva de ciertos tipos muy especficos. La expectativa sera que tal estudio nos
permitiera distinguir los procesos confiables de formacin de creencia de aquellos que no lo
son.20 La epistemologa naturalizada que se ha desarrollado a partir de esta caracterizacin
externalista del concepto de justificacin epistmica se ha denominado confiabilismo. 21
Ahora bien, la razn por la cual el naturalismo de Hume no podra ser considerado como
del tipo de la epistemologa naturalizada o del confiabilismo es que el autor del Tratado no
19 En Quine, 1969a. 20 Los procesos confiables de formacin de hiptesis seran, por ejemplo, aquellos que nos permitieran transitar sistemticamente de creencias verdaderas a otras creencias verdaderas. Una ilustracin lmite de un proceso confiable de formacin de creencias sera la deduccin; otro sera la aplicacin cuidadosa del mtodo de Galileo de test de hiptesis. 21 Externalista porque elucida la nocin de justificacin para creer no slo en trminos de una relacin lgica en un sentido amplio entre la creencia en cuestin y otras creencias del sujeto, sino tambin en trminos de un elemento externo a tal sistema de creencias; a saber, el que tal proceso cientfico produzca sistemticamente hiptesis verdaderas, a partir de percepciones u otras creencias verdaderas. La nocin de verdad estara aqu estableciendo un puente entre el sistema de creencias del sujeto y algo (los hechos que las tornan verdaderas) exterior a ellas.
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hubiera aceptado la tesis de Quine de que el proyecto epistemolgico fundacionalista haya
fracasado. El mismo autor de Epistemology Naturalized reconoce que Hume no hubiera
compartido con l el diagnstico de que la epistemologa tradicional haya fracasado en
proporcionar un fundamento para el conocimiento cientfico; si bien rechazaba la tesis
racionalista cartesiana de que tal conocimiento se pudiese deducir a partir de algn tipo de
conocimiento filosfico fundamental, Hume crea, por otro lado, que conceptos-clave para
la ciencia como el de objeto material y objeto mental se podan reducir a conjuntos de
impresiones ordenados segn reglas. Esto significa que el filsofo ingls s estaba
convencido de que el proyecto de la epistemologa tradicional era viable. Por lo tanto, su
naturalismo tampoco se debera confundir con (N4).
Pasemos ahora a la descripcin de la discusin del proyecto filosfico de Hume que
propondremos a continuacin. Su empirismo descansaba, en gran medida, sobre su teora
de la representacinla llamada teora de las ideas, la cual constituy tal vez su mayor
deuda con la filosofa de Locke. Es absolutamente imprescindible, por tanto, empezar
cualquier comentario sobre el proyecto filosfico del autor del Tratado con una discusin
sobre su teora de las ideas; tal ser el cometido del captulo 2. Ah, revisaremos su
distincin fundamental entre ideas e impresiones, la cual har corresponder con la
separacin entre la sensibilidadla receptividad o la facultad responsable de recibir los
estmulos del mundo exterior e interiory la imaginacinla espontaneidad o, para
expresarlo de otra manera, la facultad de manipular ideas de acuerdo con ciertos principios
de asociacin. Tambin revisaremos su principio del contenido significativo de las
ideasel principio de la copia, el cual desempe un papel crucial dentro de la filosofa
humeana en tanto sirvi para excluir, como vacos de contenido, ciertos conceptos
propuestos por el racionalismo continental de la poca. Asimismo, discutiremos la
distincin tpicamente lockeana entre ideas simples y compuestas y la reformulacin que
propona Hume para ella, a partir de sus nuevos principios de asociacin de ideas y de
juicios. Finalmente, analizaremos la concepcin humeana de las representaciones generales
abstractas, la cual estuvo muy influida por el famoso ataque de Berkeley a la doctrina
lockeana de las ideas abstractas.
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El siguiente tema de discusin en el contexto de la filosofa de Hume ser su no menos
fundamental anlisis del concepto de causalidad. ste ser el asunto del captulo 3.
Empezamos con el concepto tradicional de causalidad, probablemente debido a Aristteles,
segn el cual en el mundo natural existen relaciones causales entre sucesos, los cuales se
conectaran entre s de manera necesaria. Como ya lo hemos mencionado, Hume, mostr
que tal concepto viola la condicin (CAAF), as como tambin lo hace el concepto de
causalidad propuesto por Locke; por ello busc sustituirlos por un anlisis del concepto de
causalidad que respetase los usos cotidianos y cientficos de dicho concepto. Estos
movimientos argumentativos correspondan, por un lado, a sus tesis negativas respecto del
origen de la idea de la causalidad en la razn y en la experiencia y, por el otro, a su tesis
positiva sobre el origen de esta idea en la imaginacin. Finalmente, demostraremos que el
concepto humeano de causalidad est muy prximo a los anlisis contemporneos de la
relacin causal en trminos de condicionales contrafcticos, cuya semntica en cuanto a
mundos posibles, sera compatible con una relacin metafsica de contingencia entre su
antecedenteen este caso, el suceso causay su consecuenteel suceso efecto, y al
mismo tiempo con la hiptesis de que tal relacin sera ms robusta que una mera
regularidad accidental entre causa y efecto. Esta relacin, Hume la denominaba de
necesidad fsica.
En el siguiente apartadoel captulo 4se problematiza la concepcin humeana sobre los
conceptos de objeto material y de objeto mental. Empezamos con el concepto de
substancia material y con la creencia de que existen los objetos materialeslos objetos del
mundo exterior. Consideraremos, en primer lugar, los conceptos cartesiano y leibniziano
de materia. Aqu, una vez ms, Hume se dedic a mostrar que mientras concibiramos la
materia a la manera de Descartes o de Leibniz no bamos a poder justificar la creencia de
que existen objetos exteriores. Segn l, era necesario cambiar el concepto filosfico de
materia para evitar la conocida crtica de Berkeley respecto del carcter aparentemente
contradictorio de tal concepto. Hume conceba el concepto de materia como una regla de
inferencia de la imaginacin, la cual nos permitira transitar de un conjunto fragmentado de
mltiples percepciones externasque coexistiran, pero que estaran desconectadas entre
shacia la creencia en la existencia de un nico objeto externo, lo cual sera el substrato
de todas estas mltiples percepciones distintas.
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A continuacin, pasamos al concepto cartesiano del sujetoel Yo o la personay la
creencia de primera persona22 asociada a l de que ese Yo existira en tanto substancia
pensante. Hume mostr que tal creencia no se sostena simplemente apelando a la
experiencia o a la razn, entendida como la facultad de la inferencia deductiva. Esto
significa que el concepto tradicional de persona tambin violara la condicin (CAAF) y, por
lo tanto, debera ser sustituido. A continuacin, discutimos el concepto humeano de
persona y su respectiva concepcin de la identidad personal, la cual, en la opinin del
propio Hume, era insuficiente para resolver el problema de la unidad de la conciencia.
En el captulo 5 discutiremos la teora humeana de las pasiones y su concepcin de la
motivacin, capaz de dar una explicacin causal y racionalizadora de la accin intencional
humana. Partiremos de dos teoras de las pasionesanteriores, pero temporalmente
prximas a la propuesta por Humea saber, la teora cartesiana, tal y como su autor la
present en Las Pasiones del Alma, y la teora propuesta por Hobbes en la primera parte del
Leviatn.
Ambos autores intentaban dar una explicacin de la accin, que fuera capaz de conciliar el
papel causador de las pasiones sobre la conducta del agente, con su respectivo papel
racionalizador sobre la misma. De esta manera, Descartes sugiri que las pasiones
ejerceran un poder causal sobre la voluntad, y sta, a su vez, producira como efecto una
accin, mientras que el papel de la razn sera proveer la voluntad, con una serie de juicios
universales sobre los cursos de accin posibles y sus respectivas consecuencias, los cuales
seran relevantes para la situacin de decisin en que se encontrase el agente.
Hobbes, por otro lado, consideraba las pasiones como los motivos internos de la accin, los
cuales exhiban propiedades intencionalesrepresentacionales, as como tambin
propiedades fenomenolgicasde acuerdo con el sentimentalismo empirista, propiedades
valorativas, las cuales daran cuenta de su carcter parcialmente cognitivola
22 Por creencia de primera persona, entiendo el juicio del tipo cogito de un determinado sujeto de que l mismo existe en tanto substancia pensante, misma que sera capaz de darse cuenta de sus propios pensamientos por medio de una especie de introspeccin o conciencia de sus pensamientos de primer orden; en otras palabras, tal sujeto no slo tendra pensamientos de primer orden, sino que tambin sera capaz de tener pensamientos de segundo orden sobre los de primer orden.
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componente intencionaly parcialmente afectivola componente fenomenolgica.
Segn Hobbes, la racionalidad de una accin consistira en que las pasiones que contasen
como motivacin causal para la accin se relacionaran con ella, de acuerdo con el
principio de maximizacin de las utilidades esperadas en cada curso de accin relevante
para la situacin de decisin en cuestin.
La teora de las pasiones propuesta por Hume tuvo la ventaja sobre la de Hobbes de que
explicit mucho ms claramente la diferencia entre la componente cognitivao
intencionalde las pasiones y su respectiva componente afectivao valorativaen
trminos de la distincin entre ideas e impresiones. Tal distincin, a su vez, le permiti a
Hume explicar de manera mucho ms detallada la relacin de racionalizacin que se podra
dar entre los objetos intencionales de la motivacin y de la accin, cuando tales sucesos
internos y externos relacionados causalmente alcanzasen su mximo nivel de adecuacin
recproca. Por otro lado, en relacin con el concepto cartesiano de pasin, el que Hume
propuso para sustituirlo tuvo la ventaja de ofrecer una mejor explicacin respecto de la
relacin causal entre las pasiones y las acciones intencionales.
En el captulo 6 se examinar la filosofa moral propuesta por Hume para resolver el
problema del fundamento de la moral. La discusin que divida a los pensadores de su
poca era si la existencia de nuestra prctica moral se explicara mejor apelando a una
especie de realismo sobre los valores morales, de acuerdo con el cual tales relaciones
morales objetivas entre los seres humanos seran aprehendidas por la razn o ms bien
apelando a un tipo de expresivismo moral, segn el cual las propiedades ticas de los
sucesos mundanos estaran constituidasde manera relevantepor nuestras actitudes
valorativas imparciales sobre tales sucesos. Como ejemplo de esta ltima posicin,
veremos la filosofa moral de Francis Hutcheson, y como modelo de la primera, la moral
filosfica del discpulo de Newton, Samuel Clarke.
En este mismo captulo, examinaremos los diversos argumentos esgrimidos por Hume para
defender una posicin expresivista prxima a la de Hutcheson, la cual presupona la
distincin entre hechos y valores. Si, como supona el autor del Tratado, tal distincin se
pudiera trazar de manera precisa, entonces nuestra prctica moraladems de una facultad
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cognitiva capaz de representarnos la totalidad de los hechos relevantes, para una situacin
de evaluacin moral del carcter de un agenterequerira tambin de una facultad sensible
especial, que nos permitiera realizar dichas evaluaciones; en otras palabras, necesitara de
una sensibilidad moral. Esto porque la aprobacin o desaprobacin moral de una accin
equivaldrasegn el filsofo escocsa la emisin de juicios evaluativos objetivos,
como este carcter me agrada desde un punto de vista moral, acciones de este tipo
moralmente me desagradan, emitidos por un observador imparcial; juicios evaluativos que
tendran que provenir de algn tipo de sensibilidad.
En el contexto de la dicotoma hecho-valor, Hume estara proponiendo que las actividades
de representar los hechos y de evaluar moralmente acciones, a la luz de sus motivos y de
sus consecuencias, seran radicalmente distintas; su idea sera que, mientras en la primera
funcionara el principio de la copia, en la segunda operara ms bien el principio de la
proyeccin, lo cual se expresara de la siguiente manera: al evaluar conductas o caracteres
humanos concretos, nosotros estaramos proyectando nuestros estndares morales sobre
ellos. Finalmente, examinar una objecin de Hilary Putnam a la famosa distincin
humeana, la cual demostrara que tal distincin es irremediablemente borrosa; en mi
opinin, la crtica de Putnam sirve como pretexto para profundizar sobre la concepcin
compleja y paradjica de Hume sobre el mecanismo evaluativo que supuestamente
echaramos andar en el caso de la moral.
El ltimo apartadoel captulo 7estar dedicado a la filosofa poltica de Hume, de
manera ms especfica a su anlisis del concepto de justicia. Empezaremos con un breve
resumen de la concepcin aristotlica de esta nocin, segn la cual sera una virtud natural
de los seres humanos y no un estado artificial hacia el cual se inclinaran las sociedades
humanas, intencionalmente, en vista de los enormes beneficios colectivos que les traera.
De acuerdo con el esencialismo de Aristteles, a pesar de que su naturaleza poltica fuese
comn a todos los seres humanos, cada uno de ellos tendra una esencia individual distinta
de los dems, lo que hara con que la aplicacin del concepto de justicia a las sociedades
polticas debiese promover ms bien tales desigualdades supuestamente naturales entre sus
ciudadanos. Este postulado aristotlico de la justicia como promocin de la desigualdad
natural entre los ciudadanos es el que Thomas Hobbes pondra en tela de juicio.
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Revisaremos tambin, de manera breve, el paradigma hobbesiano de la institucin de la
justicia, la cual se construye sobre fundamentos muy distintos del propuesto por
Aristteles; a saber, segn Hobbes, la justicia sera una virtud artificial de los seres
humanos; su punto de partida es que todos los participantes de la institucin de la justicia
tendran los mismos derechos que los dems. De acuerdo con Hobbes, tal institucin
estara fundada en un contrato tcito entre partescada ciudadano con cada otro
ciudadanoa travs del cual cada parte abdicara de ciertos poderes con la condicin de
que las otras partes actuaran de la misma manera. En otras palabras, la institucin
hobbesiana de la justicia estara fundada en una multiplicidad de actos de voluntad.
Como veremos, Hume tom una posicin ms prxima a la de Hobbes en lo que se refiere a
la teora de la justicia. Estuvo de acuerdo con este ltimo sobre el carcter esencialmente
artificial de la virtud de la justicia y tambin respecto al principio de igualdad de derechos y
obligaciones para todos los ciudadanos, sobre el cual se funda la institucin de la justicia.
Sin embargo, discrepaba con Hobbes sobre la naturaleza del acto que instituye la sociedad
civil: mientras ste opinaba que se tratara de un acto de la voluntad, Hume adopt un
enfoque mucho ms refinado sobre el surgimiento de tal organismo social. Segn el autor
del Tratado, los seres humanos aceptaran participar de tal organismo porque calcularan
que en su seno sacaran ms beneficios que si hubieran estado excluidos de l. Sera, por lo
tanto, la razn prctica la que intervendra, en primer lugar, en su decisin de participar de
la sociedad civil; en segundo lugar, tales ciudadanos aceptaran participar de la institucin
de la justicia porque valoraran positivamenteen el sentido morallos actos conformes a
las reglas de la justicia.
Si Hume tuviera razn, la aplicacin adecuada del concepto de justicia requerira, en primer
lugar, de habilidades cognitivas del orden de la razn prctica, pues necesitaramos hacer
un clculo para llegar a la conclusin de que los beneficios de la cooperacin con los dems
ciudadanosen el sentido de la obediencia a ciertas reglas de justiciason mucho mayores
que las prdidas que se seguiran de tal cooperacin. Este uso del concepto de justicia
requerira tambin, en segundo lugar, de habilidades afectivas, puesto que tambin
acostumbramos evaluar moralmente los actos pblicos de los dems, as como los nuestros,
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a la luz de los estndares de las leyes civiles, para poder vernos a nosotros mismos como
partcipes en la construccin colectiva de una institucin cuya finalidad sera promover el
bienestar de cada uno de sus miembros, como pensaba correctamente Aristteles.
La revisin aqu propuesta del proyecto filosfico humeano no podra dejar de mencionar
su discusin exhaustiva del concepto de Dios y, consecuentemente, su filosofa de la
religin. Lo primero que llama la atencin en el anlisis propuesto por el filsofo escocs
para tales conceptos es que l los excluy de su obra fundamentalel Tratadoas como
tambin de la Investigacin.23 En mi opinin, tal exclusin se debe a que Hume pensaba
que el conjunto de prcticas que hemos llamado religin a lo largo de la historia de la
humanidad ha sido tan heterogneo, que las diversas aplicaciones de ste y del concepto de
Dios no corresponderan a ningn mecanismo psicolgico estableo en la terminologa de
Hume, ninguna disposicin a ser encontrada en la naturaleza humanaque los pudiera
explicar a todos sin excepcin. Para probar esta tesis exegtica, sera necesario consultar su
opsculo publicado en 1757, denominado La historia natural de la religin.24
En la introduccin de este texto, el filsofo escocs afirm que la cuestin que le interesara
ah sera la siguiente: cul es el origen de la religin en la naturaleza humana? Habra
algn principio de la psicologa humanasea instintivo o racionalque pudiera servir para
dar cuenta de todas las aplicaciones concretas del concepto de religin por las comunidades
humanas? La estrategia de Hume fue recurrir a la historia de las religiones para ver si se
puede identificar tal principio. Lo primero que nos ensea tal historia es que las formas
religiosas ms primitivas fueron seguramente politestas; motivadas, segn Hume, por las
necesidades prcticas ms inmediatas de las primeras comunidades humanas, tales como la
urgencia de pacificar algunas de sus pasiones, sentimientos y emociones ms intensos: el
miedo de la muerte y el terror de la miseria futuraprovocada por las guerras, la escasez
de alimentos o las enfermedades, el deseo de venganza, la preocupacin por su felicidad
y la sensacin de inseguridad en un mundo altamente imprevisible.25 En un intento de
23 A no ser para criticar, por un lado, el argumento de los milagros, el cual tomara como punto de partida la constatacin de la ocurrencia de los milagros (seccin X) y utilizara la relacin de causalidad para inferir la existencia de Dios y, por el otro, el argumento que afirmara la existencia de la providencia Divina a partir de la existencia y del orden del Universo (seccin XI). 24 Natural History of Religion (Hume, 2007a). 25 Hume, 2007a, seccin 2.
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21
controlar tales pasiones y permitir la convivencia menos conflictiva entre los miembros de
la comunidad, se empez a adorar y ofrecer sacrificios a un cierto conjunto de divinidades,
las cuales representaban cada una de esas fuerzas de la naturaleza y tomaban diversas
formas inclusive humanas. La fase politesta de la religiosidad humana se ha caracterizado
como un estadio ms primitivo de las civilizaciones, en el cual la ignorancia de las causas
de los fenmenos naturales hizo que proliferara la idolatra y la supersticin.
Pero, habra algn principio comn o mecanismo psicolgico responsable por el origen y
generacin de los innmeros sistemas politestas registrados en la historia de las
civilizaciones? Hume pensaba que s:
stos son, pues, los principios generales del politesmo, fundados en la naturaleza humana y poco o nada dependientes del capricho o de una circunstancia accidental. En cuanto a las causas que producen felicidad o sufrimiento, puede decirse que, en general, son muy poco conocidas y muy inciertas. Nuestra ansiedad se empea en alcanzar una idea determinada de ellas, pero no encuentra otro modo de hacerlo que representrselas como agentes voluntarios con inteligencia, iguales a nosotros, aunque tal vez algo superiores en poder y sabidura. La limitada influencia de estos agentes, y su gran proximidad a la flaqueza humana, dan lugar a una distribucin y divisin de su autoridad; y de ah que surjan las alegoras. Los mismos principios sirven para deificar a los mortales que son superiores en poder, coraje o entendimiento, y producen adoracin del hroe, junto con la historia fabulosa y la tradicin mitolgica en todas sus disparatadas e innumerables formas. Y, como una inteligencia espiritual invisible es un objeto demasiado refinado para la comprensin del vulgo, los hombres, siguiendo en esto una inclinacin natural, asocian a dicha inteligencia una representacin sensible como, por ejemplo, una parte bien destacada de la naturaleza, o estatuas, imgenes y pinturas que en pocas ms refinadas son producidas para dar forma a sus divinidades. (Hume, 2007b, seccin V: 39-40)
Enfrentadas a un medio ambiente natural hostil e ininteligible para sus capacidades de
comprensin, las comunidades humanas primitivas encontraron en el politesmo una
estrategia adecuada para calmar sus temores e inseguridades respecto del mundo en que
vivan y de las otras comunidades con las cuales interactuaban. Tal estrategia consista en
representar alegricamente las causas o poderes desconocidos de la naturaleza, es decir,
como agentessemejantes a los seres humanos o a algunos animalesque habitaban
porciones bien definidas del mundo natural, como las florestas, los ros, el Sol, la Luna, el
mar, etc. Dichas criaturas de la imaginacin humanalos innumerables dioses de los
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diversos politesmosrepresentaron los primeros intentos para tornar inteligible y
previsible el entorno natural de las civilizaciones en donde imperaba la barbarie.
Ahora bien, segn la historia de la religin relatada por Hume, el monotesmoo como l
prefiri denominarla: el tesmosurgi del politesmo. A medida que las sociedades
humanas se fueron tornando cada vez menos ignorantes, sus prcticas supersticiosas e
idlatras empezaron a perder importancia, aunque por mucho tiempo convivieron con
prcticas religiosas monotestas. En las religiones monotestas se trata ya no de resolver,
apelando a la divinidad (o las divinidades), problemas relacionados con la vida prctica de
los miembros de una comunidadel miedo a la muerte, la inseguridad frente al futuro,
etc., sino de satisfacer una preocupacin eminentemente intelectual sobre cuestiones
como el origen del ser humano y de su universo, el sentido de su existencia y la explicacin
de la infinita ordenacin csmica. Al constatar, por ejemplo, que el mundo donde viven
estara gobernado por un conjunto de leyes causales estables e inapelables, los miembros de
las sociedades civilizadas dotados de una disposicin intelectual ms reflexiva han
propuesto la hiptesis del diseo del universo en larga escala y su respectivo diseador
divino como la mejor manera de explicar la existencia de tal sistema ordenado y harmnico
de leyes naturales. El dios de una religin monotesta desempeara, por lo tanto, un papel
mucho ms abstracto e intelectualizado que aquel que jugaran los dioses al interior de las
religiones politestas, a saber: se tratara de un principio explicativo unificado y unificador
que operara normalmente al nivel de la totalidad del universo: sera el creador o diseador
o aqul que ha establecido la ley moral que gobernara tal universo.
Segn el filsofo escocs, las prcticas religiosas monotestas diferiran substancialmente
de las asociadas con el politesmo. Para empezar, exigiran un nivel de conocimiento
mucho ms elevado de las causas que operaran en el mundo natural, el cual permitiese
establecer alguna distincin entre los poderes causales naturales y algn tipo de poder
causal superior que estara ms all de la naturaleza. En segundo lugar, el monotesmo
requerira una capacidad de generalizacin, abstraccin y unificacin ms elevada, que
permitiera pensar la causalidad de manera ms abstracta26y no a travs de una
representacin sensible muchas veces antropomorfizada, as como tambin concebir de 26 Por ejemplo, de las causas del movimiento, de la creacin y de la destruccin de objetos naturales.
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23
manera sistemtica y unificada un conjunto de causas naturales. En tercer lugar, el
politesmo satisfara, como ya lo mencionamos, una necesidad prctica del ser humano:
frenar ciertas pasiones nocivas a la convivencia social; el monotesmo satisfara ms bien
una necesidad intelectual de las sociedades en que se desarroll: encontrar una explicacin
para la existencia del universo como totalidad y para la propia existencia humana como
parte de esta totalidad. Esto significa quede acuerdo con el diagnstico de Hume y su
teora de las pasionesel politesmo operara movilizando sentimientos capaces de
neutralizar ciertas pasiones, como el miedo de la muerte, la sensacin de inseguridad por la
posibilidad de la venganza de una comunidad rival o de una divinidad enojada, etc.;
mientras que el monotesmo funcionara movilizando ms bien nuestra capacidad cognitiva
de razonamiento y de bsqueda de explicaciones abstractas.
Ahora bien, si nos concentrramos en estos dos tipos de prcticas religiosasel politesmo
y el monotesmo: una forma ms concreta de religin y otra ms abstracta,
encontraramos, segn el autor de la Historia natural de la religin, una especie de flujo
recproco constante entre ellas. La transicin del politesmo al monotesmo resultara de un
constante proceso de generalizacin, abstraccin y unificacin de los principios causales
asociados a los fenmenos naturales, movido tambin por el miedo de concebir tal principio
causal nicodioscomo poseedor de alguna imperfeccin. Por otro lado, la transicin al
revsdel monotesmo al politesmosera motivada por la debilidad, presente en la
mayora de los seres humanos, de representar abstractamente a Dios como una entidad
exclusivamente espiritual y perfecta; la mayora de las personas necesitaran de alguna
representacin concretacomo un dolo o una imageny tal movimiento de lo abstracto
hacia lo concreto, de lo universal a lo particular, abrira, segn nuestro autor, el camino
hacia el politesmo. En sus propias palabras:
La dbil capacidad de comprensin de los hombres no puede satisfacerse concibiendo a su deidad como espritu puro e inteligencia perfecta; mas, por otro lado, los terrores connaturales a los seres humanos les impiden atribuir a su dios la ms pequea sombra de limitacin e imperfeccin. Fluctan, pues, entres estos sentimientos opuestos. La misma fragilidad que los arrastra hacia abajo, alejndolos de una omnipotente y espiritual deidad y llevndolos a otra limitada y corprea, los lleva desde sta a una mera estatua o representacin visible. Y el mismo empeo que los empuja hacia arriba y los lleva desde una estatua o imagen material a un
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poder invisible, los lleva tambin, a partir de ste, a una deidad infinitamente perfecta, creadora y soberana del universo. (Hume, 2007b, seccin VIII: 55-56)
Segn el diagnstico de Hume, este constante movimiento de oscilacin entre el politesmo
y el monotesmo estara destinado a nunca encontrar una situacin de equilibrio estable que
se tradujese en una prctica religiosa slida, temporal y socialmente estable. En otras
palabras, el conflicto constante entre un tipo de prctica religiosa, cuyo fundamento ltimo
sera la sensibilidad y la imaginacinel politesmo, y otro radicalmente distinto, el cual
se fundara en la raznel monotesmo, sera lo que tornara imposible la estabilizacin
de una institucin religiosa. sta sera la razn por la cual determin que el conjunto de
prcticas que denominamos religin no podra ser naturalizada, en el sentido de que no
existira una explicacin en trminos de mecanismos psicolgicos cognitivosdel orden de
la imaginacin y de la razny afectivosdel orden de la sensibilidadde las
condiciones de aplicacin estable de los conceptos de Dios, de la Inmortalidad del Alma y
de Religin.
El conflicto irremediable entre la sensibilidad y la imaginacin humanas, en el caso
especfico de nuestras prcticas religiosas, es lo que ha llevado Hume a considerar a la
religin como excluida de su proyecto filosfico positivosu filosofa naturalistay a
incluirla apenas dentro de su proyecto negativosu filosofa escptica. Muchos
filsofos posteriores, como Kant, Kierkegaard y el propio Nietzsche, seguramente no
aceptaron el diagnstico humeano sobre la imposibilidad de una prctica religiosa estable.
Tengo certeza de que todos ellos citaron al cristianismo como el mejor ejemplo de la
posibilidad de esa prctica, supuestamente porque mezclara de manera equilibrada
elementos del monotesmo con caractersticas tpicas del politesmo. Es muy probable que
Hume se haya equivocado en su anlisis del cristianismo; sin embargo, sigue parecindome
muy agudo y atinado su anlisis del concepto pre-cristiano de religin.
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CAPTULO 2
LA TEORA DE LAS IDEAS 2.1 Introduccin El monumental proyecto humeano de construir una ciencia de la naturaleza humana en
oposicin a las tradiciones empirista y racionalista de su tiempo guarda una deuda
fundamental con ambas tradiciones: su respectiva teora de la representacin, la llamada
teora de las ideas. Cualquier nfasis que la tradicin filosfica decidiera poner sobre el ser
humanoconcibindolo, por un lado, como eminentemente capaz de actuar sobre su
entorno o, por otro, como primordialmente capaz de conocer el mundo natural y social con
el cual interacta, los filsofos de la modernidad anteriores a Hume compartan un
modelo sobre cmo representamos el mundo que buscamos conocer y modificar. Este
modelo (la teora de las ideas), Hume lo recibe de la tradicin y, fuera de algunos cambios
menores que le hace, lo adopta prcticamente intacto. Sin conocer los detalles de tal
modelo sera imposible adentrarnos, como deseamos hacerlo, en la ciencia de naturaleza
humana concebida por Hume. As, por ejemplo, no podramos darnos cuenta del alcance
del anlisis humeano de la causalidad o del sujeto, sin el antecedente de la teora de las
ideas. De la misma manera, no entenderamos el papel que le atribuye Hume a las pasiones
y a la razn en la accin humana ni seramos capaces de evaluar en su justa medida las
contribuciones del sentimiento y de la razn en su fundamentacin de la moral y de la
justicia. Tenemos, por lo tanto, que empezar este recorrido sobre la filosofa de Hume con
una discusin de su teora de las ideas.
2.2 Percepciones: impresiones e ideas Es comn pensar actualmente en el contenido de nuestras creencias y deseos y, en general,
de las as llamadas actitudes proposicionales como en algn sentido lingstico o, por lo
menos, como mediante una estructura muy semejante a la del lenguaje natural. Por
ejemplo, cuando atribuimos a Galileo la creencia de que la Tierra no es el centro del
universo o el deseo de construir un microscopio compuesto, lo que estamos haciendo es
concebir al revolucionario cientfico italiano como un sujeto portador de una vida mental
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26
compuesta de estados intencionales (creencias, deseos, expectativas, miedos, sentimientos,
etc.), los cuales se relacionan causal y racionalmente con su conducta entendida como
accin; la misma concepcin se podra aplicar a los dems seres humanos. A tales estados
intencionales se les denomina, de manera ms tcnica, actitudes proposicionales porque se
considera que son distintas actitudes psicolgicas hacia proposiciones.
As, por ejemplo, la creencia y el deseo anteriormente mencionados, que podramos
expresar en espaol respectivamente con las oraciones: Galileo crea que la Tierra no es el
centro del Universo y Galileo deseaba construir un microscopio compuesto, estaran
constituidos, segn esta manera de ver, por un modo psicolgico (una actitud o acto
psicolgico) y un contenido mental representacional que toma la forma de una proposicin.
Podramos tener diversas actitudes hacia las ms distintas proposiciones. Hay actitudes,
como las creencias, que tienen un carcter esencialmente cognitivo y otras, como los
deseos, que son tpicamente volitivas. Pero, la mayora de las actitudes proposicionales son
combinaciones complejas de actitudes cognitivas y volitivas, como los miedos y las
expectativas.
La idea de analizar los estados mentales intencionales en trminos de una actitud o modo
psicolgico y un contenido proposicional tiene una slida motivacin, a saber, distinguir
los diferentes actos mentales que se identifican con tales estados de su respectivo contenido
representacional. El acto o actitud mental en cuestin reflejara la direccin de ajuste entre
mente y mundo mientras que su contenido representacional expresara sus condiciones de
correccin. Podramos ilustrar esta distincin para la creencia y el deseo de Galileo
diciendo lo siguiente. Por un lado, mientras que con el acto cognitivo de creencia de que la
Tierra no es el centro del Universo, la mente de Galileo busca ajustarse a cmo es el mundo
y, por lo tanto, su direccin de ajuste es de la mente hacia la realidad, con el acto mental de
desear construir un microscopio compuesto, intenta ajustar el mundo a sus propsitos y
planes y, en consecuencia, su direccin de ajuste sera de la realidad hacia la mente.
Por otro lado, tanto el acto cognitivo de creer como el acto volitivo de desear tienen como
contenido representacional una proposicin: en el caso de la creencia que atribuimos a
Galileo, la proposicin que expresa el contenido representacional de la creencia
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27
describiendo una cierta situacin en el mundo corresponde al significado de la oracin del
espaol la Tierra no es el centro del Universo;27 en el caso del deseo de Galileo, la
proposicin que representa la situacin en la realidad que satisfara tal deseo es aquella que
corresponde al significado de la oracin del castellano Galileo construye un microscopio
compuesto. Mientras el modo psicolgico de las actitudes proposicionales indica su
direccin de ajuste, su contenido representacional seala las condiciones de correccin de
tales actitudes. As, la condicin de correccin de la creencia que atribuimos a Galileo est
determinada por su contenido proposicional: ella es verdadera si y solo si la Tierra
efectivamente no es el centro del Universo. Lo mismo vale para el deseo que le atribuimos:
ste se satisface si y solo si Galileo modifica el mundo de tal manera que logre construir un
microscopio compuesto.
Ahora bien, si por el momento nos fijamos nicamente en el contenido representacional de
los estados intencionales, podramos afirmar con cierta seguridad que el medio de
representacin utilizado por nuestras mentes es lingstico. No abordaremos aqu la
cuestin de si este medio lingstico es interno28 o est constituido por el lenguaje natural.
Tomemos como ejemplo ms una vez la creencia de Galileo de que la Tierra no es el centro
del Universo. Es plausible pensar que su contenido proposicional est constituido por los
conceptos Tierra, centro, Universo, identidad y negacin,29 estructurados de cierta manera.
La estructura semntica de esta proposicin se podra explicar como la negacin de la
identidad entre el objeto denotado por la descripcin definida la Tierra y el objeto
denotado por la descripcin definida el centro del Universo. Debe haber entonces algn
tipo de anlisis de la sintaxis de la oracin la Tierra no es el centro del Universo. Pero,
cualquiera que sea la relacin entre la estructura sintctica y su estructura semntica, es
innegable que un sistema de representacin como ste tiene las caractersticas de un
lenguaje.
Una caracterstica fundamental del sistema lingstico de representacin es que posee una
estructura sintctica tal que posibilita una descomposicin cannica de sus respectivas
oraciones en expresiones significativas constituyentes. Por ejemplo, la oracin (O) Galileo 27 La misma proposicin correspondera a la oracin del ingls the earth is not the center of the universe. 28 Es decir, si hay un lenguaje de pensamiento, una especie de mentals (vase Fodor, 1975). 29 En todo este apartado, me referir a un determinado concepto utilizando cursivas.
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28
construye un microscopio compuesto se podra descomponer en la frase nominal (FN)
Galileo y la frase verbal (FV) construye un microscopio compuesto, la cual a su vez se
descompondra en el verbo (V) construye y en la frase nominal (FN) un microscopio
compuesto. Por otro lado, las expresiones scopio o construye un no son constituyentes
significativos del lenguaje de O. Otros sistemas de representacin como los pictricos no
comparten esta caracterstica con los sistemas lingsticos. Para ilustrar esta diferencia,
tomemos una foto de la torre Eiffel como ejemplo de una representacin pictrica
compleja. En principio, habra un sin nmero de maneras de dividirla en partes, de manera
que cada parte representara un pedazo de la torre; simplemente no hay para la foto una o
por lo menos un conjunto reducido de particiones privilegiadas de la foto cuyas partes
constituyentes, y slo ellas, tengan propiedades representativas. Exactamente lo opuesto
ocurre con los sistemas lingsticos. En general, expresamos esta diferencia diciendo que
mientras los sistemas simblicos lingsticos exhiben una estructura sintctica,30 los
sistemas pictricos de representacin no poseen tal propiedad.
Hume, como la gran mayora de los filsofos racionalistas y empiristas de la modernidad
que lo precedieron,31 considera que las representaciones mentaleslas cuales denomina
ideasson como imgenes de lo que representan. Pero, qu es lo que representan
estrictamente las ideas, segn Hume? Normalmente diramos que son los objetos del
mundo exterior e interior los representados por sus respectivas ideas, pero tal respuesta
pasara por alto la tesis humeana de que estos objetos son capaces de dejar huellas en el
aparato cognitivo humano. Dichas huellas son las que nuestro autor llama impresiones. El
trmino general que utiliza para englobar las ideas y sus respectivas impresiones es
percepcin, muy probablemente porque piensa en la totalidad de nuestras ideas e
impresiones como objetos de un tipo especial de percepcin, la cual podramos llamar
actualmente de introspeccin.32 Segn el filsofo escocs, las percepciones se dividen en
30 Estructura sintctica que algunos filsofos quisieron identificar con una especie de forma lgica. Por ejemplo, Frege, Russell y el joven Wittgenstein. 31 Aqu estoy pensando ms especficamente en Descartes y en Locke. El primer afirma textualmente en la segunda de sus Meditaciones que las ideas son como imgenes de las cosas. Locke no concibe ninguna alternativa a la aceptacin de la tesis cartesiana de que nuestras representaciones mentalesideasson imgenes mentales de los objetos. 32 Todas las ideas e impresiones son percepciones de la mente (perceptions of the human mind), como las denomina Hume al inicio de la primera seccin del Tratado (Hume, 1888).
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29
ideas e impresiones, una distincin que no se encuentra en la tradicin empirista anterior,33
pero que jugar un papel importantsimo en la filosofa de Hume. Pero, antes de discutir tal
distincin, veamos cmo se expresa el autor del Tratado sobre la naturaleza de las
percepciones de la mente:
Todas las percepciones de la mente humana se reducen a dos clases distintas, que denominar IMPRESIONES e IDEAS. La diferencia entre ambas consiste en los grados de fuerza y vivacidad con que inciden sobre la mente y se abren camino en nuestro pensamiento o conciencia. A las percepciones que entran con mayor fuerza y violencia las podemos denominar impresiones; e incluso bajo este nombre todas nuestras sensaciones, pasiones y emociones tal como hacen su primera aparicin en el alma. Por ideas entiendo las imgenes dbiles34 de las impresiones, cuando pensamos y razonamos; de esta clase son todas las percepciones suscitadas por el presente discurso, por ejemplo, con la sola excepcin de las que surgen de la vista y del tacto, y con la del placer o disgusto inmediatos que este discurso pueda ocasionar. (Hume, 1988, libro primero, parte primera, seccin I: 43)
Las ideaslas cuales corresponden o quiz son lo que ms se aproxima en la terminologa
humeana a aquello que muchos filsofos hoy llamaran representaciones conceptuales
seran textualmente imgenes de sus respectivas impresiones. Las ideas humeanas son, por
lo tanto, representaciones en el sentido pictrico. Pero, cul es la distincin entre ideas e
impresiones? Segn Hume, las impresiones son percepciones vivas, intensas, mientras que
las ideas son imgenes de sus correspondientes impresiones, las cuales han perdido
intensidad. Ms adelante, cuando proponga la hiptesis de que las ideas son copias de sus
respectivas impresiones, se tornar ms comprensible la metfora segn la cual el proceso
de copia de las impresiones de los sentidos, en la facultad responsable del pensamiento, trae
como consecuencia que las ideas resultantes sean cada vez menos intensas. La diferencia
entre impresiones e ideas es apenas de intensidad, pero con ella Hume desea marcar una
diferencia entre los resultados de las operaciones de dos facultades que intervienen de
33 Se podra argumentar que la distincin no es novedosa, sino la terminologa. La distincin ya se encontraba en la teora de las ideas de Locke, cuando ste separa las ideas simples de las complejas: las primeras resultaran nicamente de la intervencin de los sentidos, mientras que las segundas requeriran tambin de una facultad capaz de combinar las diversas ideas simples producidas por la sensibilidad. Mantengo que la distincin terminolgica introducida por Hume separa de manera ms clara el papel de la sensibilidad, como receptora del contenido cognitivo de los objetos del mundo exterior e interior, de la funcin de la imaginacin, como generadora de contenidos cognitivos nuevos a partir de los datos recibidos por la sensibilidad y de acuerdo con ciertos principios psicolgicos de combinacin posible de contenidos. Ms sobre eso, a continuacin. 34 nfasis mo.
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maneras muy distintas en nuestros procesos cognitivos: por un lado, la sensibilidad, como
la receptividad para obtener informacin directamente del mundo exterior (a travs de los
cinco sentidos) y del mundo interior (por medio del sentido interno) y, por otro, la
imaginacin, como la libertad para manipular ideas de acuerdo con ciertos principios de
asociacin en los procesos de pensamiento, como la conceptualizacin, el razonamiento y
la ficcin.
La propuesta de Hume para distinguir la sensibilidad de la imaginacin es una va la
intensidad relativa de sus respectivos productos: impresiones e ideas. Pero, cmo, en la
opinin del filsofo escocs, podemos reconocer la mayor o menor intensidad de nuestras
percepciones de manera que seamos capaces de identificar con claridad las operaciones de
cada una de estas facultades? De acuerdo con la tradicin, Hume dira que el sentido
interno (la reflexin, segn Locke) es el responsable de la percepcin del contraste entre las
fuerzas relativas asociadas a impresiones e ideas. El problema es que suena poco plausible
este criterio meramente fenomenolgico para separar los sentidos de la facultad de la
imaginacin. Primero, porque se podra objetar que algunas ideas pueden venirnos a la
mente con igual o mayor intensidad que sus respectivas impresiones, por ejemplo, en las
alucinaciones. Segundo, porque hacer descansar las diferencias entre las capacidades del
aparato cognitivo humano(a) de extraer informacin del mundo a travs de los sentidos y
(b) representarla conceptualmentesobre la intensidad relativa de sus respectivas
representaciones es, por un lado, una manera de minimizar tales diferencias y, por el otro,
un intento acorde con la filosofa empirista de John Locke de privilegiar la sensibilidad
(como la facultad que contribuye para el proceso cognitivo con los contenidos
representativos ms vvidos) en detrimento de la imaginacin, del entendimiento y de la
memoria.
Corresponder a la tradicin racionalista posterior corregir este equvoco de Hume. Kant,
por ejemplo, considerar que los contenidos conceptuales y proposicionales sintetizados
por el entendimiento poseen una cierta estructura semntica que est dada, en parte, por la
lgica formal de la poca y, tambin, por una lgica de la sntesis de contenidos
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conceptuales y proposicionales,35 mientras que los contenidos intuitivos36 estn sujetos a
una estructura espacial tridimensional y temporal unidimensional. No es mi objetivo aqu
entrar en el mrito del criterio kantiano para distinguir sensibilidad y entendimiento, porque
no me parece del todo adecuado. Sin embargo, creo que acierta en la medida que concibe
tal distincin como de naturaleza y no meramente de grado; me parece que Kant tiene claro
que los conceptos y proposiciones generados por la facultad del entendimiento tienen un
carcter lingstico,37 mientras que las caractersticas espaciales y/o temporales de los
productos de la sensibilidad (las intuiciones) literalmente las asemejan ms a representantes
pictricos de los objetos del mundo exterior y del mundo interior.
2.3 Percepciones simples y complejas Otra distincin crucial para la filosofa de la representacin de Hume es la que hereda de
Locke entre percepciones simples y complejas, la cual se aplica de manera indiscriminada a
impresiones e ideas. Si dejamos de lado por un momento las impresiones para
concentrarnos en las ideas, creo que encontraremos la motivacin para la distincin en el
intento de explicar el hecho de que el sistema humano de representacin (de acuerdo con la
doctrina de las facultades adoptada por Hume, la imaginacin) tiene una capacidad
potencialmente infinita para generar ideas cada vez ms complejas a partir de otras menos
complejas segn ciertas reglas; en la terminologa de la poca, estas reglas corresponden a
los principios de asociacin de ideas. As, podemos tener la idea de una montaa dorada o
de un caballo virtuoso porque nuestra imaginacin es capaz combinar ideas menos
complejas (montaa, dorado, caballo, virtuoso)38 para generar ideas ms complejas
(montaa dorada, caballo virtuoso) de acuerdo con los principios de asociacin que
discutiremos a continuacin.
35 Kant llama esta ltima lgica transcendental. Vase, por ejemplo, doctrina transcendental de los elementos, en Kant, 1998. 36 O de impresin, para utilizar la terminologa humeana. 37 Por esto, toma la lgica formal como gua para explorar la estructura de los contenidos representacionales complejos manipulados por el entendimiento, los cuales llama juicios; stos se constituyen de contenidos menos complejos (los conceptos), combinados segn reglas semnticas que se reflejan en la estructura sintctica (o lgica formal) de las oraciones del lenguaje natural que los expresan. 38 En adelante, utilizar cursivas para referirme a las diversas ideas que podemos tener, as como lo vengo haciendo para los conceptos.
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La nocin de simplicidad, presente en la tradicin empirista de los siglos XVII y XVIII, tiene
que ver con lo que es dado de manera inmediata y sin la intervencin de ninguna facultad
sintetizadora a la sensibilidad a travs de los cinco sentidos, ms el llamado sentido interno.
As, los simples de la visin son los diversos tonos de color (por ejemplo, cada tono en el
arco-iris); los del tacto son la solidez, la fluidez, las varias sensaciones de fro o de calor,
etc. Por otro lado, las impresiones simples del sentido interno seran algo as como las
diversas sensaciones de dolor y placer, las distintas emociones y los sentimientos, la
conciencia de las operaciones de nuestra imaginacin y de nuestra memoria, etc. Por detrs
de la nocin empirista moderna de simplicidad, se esconde el principio de que todo el
contenido de las representaciones que puede producir el aparato cognitivo humano proviene
de la sensibilidad y toma la forma de impresiones simples del sentido externo o del sentido
interno. La tesis empirista en cuestin afirma que todo el contenido de nuestras ideas se
constituye de combinaciones ms o menos complejas de un conjunto determinado de
impresiones simples; tales combinaciones obedecen a los ya mencionados principios de
asociacin de ideas.
Ahora bien, me parece importante resaltar en este momento que, al interior del marco del
empirismo de Hume, mientras los principios explicativos de la composicionalidad de
nuestro sistema representacional podran encontrar una justificacin independiente del
empirismo, la nocin misma de contenido representativo simple no se justifica, a no ser que
nos sirvamos del principio empirista segn el cual todo contenido representativo est dado
o bien por impresiones simples o bien por complejos de tales impresiones. La funcin de
los sentidos es recibir la informacin de los mundos exterior e interior, en el formato de
impresiones; las funciones de la memoria y de la imaginacin son, por un lado, almacenar
tal informacin en el formato de ideas y creencias y, por el otro, combinar ideas,
respectivamente. Pero, es tal vez todava demasiado temprano para hacer afirmaciones
como stas sin conocer ms profundamente el cuadro de la filosofa de Hume y, en
particular, sin saber cmo se conectan, segn l, impresiones e ideas.
2.4 Principio empirista de significado
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Pasemos entonces a esto. Para empezar: cmo se relacionan impresiones con sus
correspondientes ideas? La tesis de Hume es que
(PC)39 las ideas simples son copias de sus respectivas impresiones.
Casi con estas palabras lo dice en el Tratado:
El examen completo de este problema constituye el tema de la presente obra; por consiguiente, nos limitaremos por ahora a establecer como proposicin general que todas nuestras ideas simples, en su primera aparicin, se derivan de impresiones simples a las que corresponden y representan exactamente. (Hume, 1988, libro primero, parte primera, seccin I: 47)40
La restriccin a las ideas simples se debe a que, como todos estaremos de acuerdo, no todas
nuestras ideas complejas tienen correspondientes entre las impresiones. Para usar el
ejemplo del propio Hume, la idea montaa dorada no es copia de ninguna impresin
porque no existe ninguna montaa dorada. Sin embargo, las ideas menos complejas
montaa y dorada s son copias de sus respectivas impresiones. La sensibilidad como mera
receptividad no se puede dar al lujo de representar algo que no existe; el entendimiento (en
este caso, la imaginacin) como facultad conceptualizadora es, en este sentido, mucho ms
libre, lo que explicara nuestra capacidad para representar e, inclusive, buscar seriamente
conocer aquello que todava no existe, por ejemplo, la fuente de la juventud.41
Qu justificacin ofrece Hume para su principio de la copia (PC)? La nica que cree
compatible con los principios de su filosofa es la que apela al principio de causalidad. Este
principio le va a servir ms adelante como regla de asociacin de ideas, papel que ya haba
desempeado en la teora de la representacin de Locke. Pero aqu se trata de un papel
nuevo atribuido a la causalidad, un papel que slo puede desempear si opera en
conjuncin con el principio de semejanza, lo cual es otro principio de asociacin de ideas
que ser utilizado ms adelante por Hume. Segn el autor del Tratado, las representaciones
39 Por principio de la copia. 40 Las cursivas son del traductor; el autor tambin utiliz cursivas en el original. La manera como lo expres en la Investigacin sobre el conocimiento humano fue idntica a la ma: () todas nuestras ideas, o percepciones ms endebles, son copias de nuestras impresiones o percepciones ms intensas. (Hume, 2003, seccin II: 44). En adelante, simplemente Investigacin, a no ser cuando queramos referirnos a la Investigacin sobre los principios de la moral, en cuyo caso lo mencionaremos. 41 El viejo problema filosfico que ya se haba encontrado en el Teeteto y que supuestamente se resolvera apelando a la existencia de los tomos de contenido.
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de la sensibilidad (impresiones) se relacionan causalmente con sus correspondientes
representaciones en el mbito del entendimiento (ideas)42 para preservar el contenido en
tales transiciones. Esto se debe a que opera una versin muy estricta del principio de
semejanza que requiere identidad de contenido entre impresin e idea correspondiente. Lo
nico que no se preservara en la transicin causal impresin-idea sera la intensidad; la
copia causal de una impresin en la imaginacin no tendra la misma vivacidad que su
respectivo original.
Pero, cmo comprobamos que realmente ocurre esta supuesta relacin causal copiadora
entre impresiones e ideas? El argumento de Hume es el que utiliza en su anlisis de la
causalidad:
(1) la reflexin (introspeccin) nos ofrece evidencia pasada de la conjuncin constante entre ejemplares de impresiones y de ideas con el mismo contenido; adems (2) tal reflexin revela que ejemplares del primer tipo siempre anteceden ejemplares del segundo tipo pero nunca su ordenacin temporal se nos manifiesta como invertida. Ahora bien, la conjuncin constante observada en una variedad grande de casos ms la sucesin temporal entre ejemplares del tipo impresin y ejemplares del tipo idea con el mismo contenido inexorablemente llevan a la imaginacin suficientemente entrenada a postular una conexin causal entre los dos tipos de sucesos.43
Hume encuentra la comprobacin emprica para este tipo de causalidad en los siguientes
fenmenos: (a) personas que han nacido sin uno de sus cinco sentidos externos (por
ejemplo, los ciegos de nacimiento) no tienen las mismas ideas que quienes s poseen estos
sentidos (los ciegos no tendran ideas de color); (b) los nios aprenden a formarse ideas
simples por medio del contacto directo con los objetos que ejemplifican tales ideas.44 Para
Hume, afirmar esto ltimo es lo mismo que decir que ellos aprenden las ideas simples de
las propiedades de las cosas a travs de la recepcin sensible de sus respectivas
impresiones.
42 Obviamente, tales relaciones causales se dan primariamente entre impresiones simples y sus respectivas ideas simples. 43 Estrictamente hablando, faltara otra condicin para que se pueda establecer la conclusin de que hay causalidad, a saber, en un caso como este, (3) la contigidad temporal entre los ejemplares de los dos tipos. Regresaremos a esta precisin en el captulo que versa sobre la concepcin humeana acerca de la causalidad. 44 Hume, 1888, libro I, parte I, seccin I: 4-5.
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Ciertamente, toda la argumentacin presentada por Hume para justificar el PC en el fondo
est diseada para defender al mismo tiempo la tesis empirista de que no hay ideas innatas:
sta es la culminacin tanto de la seccin inicial del Tratado como de la segunda seccin de
la Investigacin.45 Ahora bien, si entendemos el PC as como el anti-innatismo de Hume
como una tesis acerca del contenido de nuestras representaciones, es ms fcil ver que
ambas expresan exactamente lo mismo dentro de su filosofa. Interpretaremos, pues, el PC
como afirmando que el contenido representacional de cada idea se agota en el conjunto de
impresiones simples que son los originales causales de sus respectivas ideas simples
constituyentes. La propuesta es interpretar la tesis anti-innatista humeana de la misma
manera, a saber, no hay contenido representacional de una idea a menos que sea