Mosquitos en otoño

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Mosquitos en otoño

Es por todos conocidos que la época del año en la que se cuenta con más presencia de los mosquitos es en verano, ya que les gusta el calor y las temperaturas altas.

Siendo en esta época en la que realizan la mayoría de la actividad de su etapa vital o ciclo de vida. Las hembras pican para obtener las proteínas de la sangre que necesitan para reproducirse, cuanto más altas sean las temperaturas y más humedad haya en el ambiente, más rápidamente proliferan estos insectos.

Pero no solo en verano, también en primavera y principios de otoño, si la climatología es la adecuada, son meses ideales para el proceso evolutivo de estos insectos.

Cuando bajan las temperaturas, es cuando “nos dan una tregua”, aunque se está observando que el mosquito tigre se va adaptando cada vez más a temperaturas más bajas y se prolonga su presencia hasta avanzado el otoño en muchas localidades.

En zonas que comienza el equinoccio otoñal pero se mantienen las temperaturas cálidas, posiblemente se continúen visualizando y “notando” estos dípteros.

Hasta la estación más fría del año, el invierno, y las temperaturas bajan y se mantienen inferiores a los 15 grados, es cuando los mosquitos no se ocultan, entran en un estado de diapausa (inactividad fisiológica), ya sea en estado de huevos o adultos. Y aunque no los veamos están en algún lugar en el exterior de nuestras viviendas (a veces también en el interior) aletargados esperando las subidas de temperaturas.

Los factores son los siguientes:

1. El calentamiento global

2. Las tormentas y las lluvias torrenciales

El calentamiento global:

El ritmo estacional de muchos lugares, su climatología, temperaturas y precipitaciones se están modificando en gran parte de la geografía mundial y en especial la española. Las estaciones ya no se encuentran tan definidas como años pasados. Esto hace que estaciones de transición como la primavera y el otoño se vean prolongados provocando temperaturas más extremas, se acortan induciendo de este modo cambios meteorológicos radicales.

Esto es, que el paso del frio al calor, o viceversa, se amplía siendo más repentinos conllevando al alargamiento de los periodos de calor incesante y haciendo así que especies animales, como la del mosquito, se quede entre nosotros durante más tiempo.

Al igual que el ritmo de vida de los humanos, ya que podemos disfrutar de mayor tiempo al aire libre durante estas estaciones, el de los animales se modifica del mismo modo.

Tormentas y lluvias: Las épocas o estaciones del año en las que suceden con mayor frecuencia suelen ser en primavera y especialmente en otoño por el clima específico de nuestro país. Esto hace que los estancamientos de agua sean más habituales, y si a eso le añadimos temperaturas cálidas para la vida natural de un animal como el mosquito, provocará que estas condiciones alarguen su periodo vital y retrase su hibernación.

Para evitar este tipo de situaciones debemos mentalizarnos de la problemática que supone el cambio climático, por lo que es muy recomendable mantener puestas las trampas antimosquitos en zonas en las que salgamos a disfrutar del aire libre en familia o con amigos hasta que las temperaturas bajen definitivamente, de lo contrario nos podremos seguir viendo atacados por estos insectos. También es muy importante tomar todas las precauciones necesarias para que no se creen espacios de agua estancada en los que puedan reproducirse.

Por tanto, aunque no sea verano, en primavera u otoño en zonas donde las temperaturas sean calurosas, recordar que los insectos no se guían por los cambios de estaciones sino por la climatología (temperaturas cálidas y precipitaciones).

En consecuencia tengamos presente que nos podremos encontrar con el mosquito tigre, por ejemplo, aunque sea finales de octubre y es necesario que nos preparemos si no queremos que nos estropee nuestros días de relajación y disfrute al aire libre.