Morgan. La sociedad primitiva. Prólogo

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PROLOGO 1 LEWIS HENRY MORGAN El 21 de noviembre de 1818 vino a este mundo Lewis Henry Margan_ Nació en Un3. casa de campo desde la que se veía el lago Cayuga, sitllil.do entre Si:r:a.cusa y Rochester, cerca y al sur de Aurora, Estado de Nueva York. La fa.m..ifu Morgan cambió poco después las orillas del lago por la ciud2.d de Aurora; los padres decidieron educar al niño en la Cqyuga ActUÚmy. Más taJ:de estudió en el Union College donde se graduó en r840. De nuevo en Aurora, pasa el tiempo dedicado al estudio de leyes, pues quiere dedicarse a la abogacía. No obstante, la jurisprudencia no ocupa todo su tiempo ni atención mental: un buen número de horas es absorbido por el estudio de la antigüedad griega y romana en sus periodos clisicos. Al mismo tiempo se inscribe en el The Gordian l.VJot, club de carácter literario y social para jóvenes con inclinación inteleetu.a.l. Sus primeros con- tactos --e interés- por los indios americanos tienen lugar en estos años. En 1844 se domicilia en Rochester (Nueva York) para tener mayo! oportunidad de practicar su profesión. En 1851 Morgan publica su primeraobraimporta.nte-TheLeaguc of ¡he Ho-de-JlO-SaU-nee, o; lroqt/()is- y contrae matrimonio coa su pri.ma Muy Elizabeth Steele. La nueva pareja se a.finca en Rochester y ocupa una casa de la South Fitzhugh Street. Durante siete años se dedica exclusivamente al ejercicio de la abogacía y al incremento de sus negocios. Por su profesión, cualidades y fi.M.nzas llega a ser abogado y director de la Bay de Noquet aad Ivíarquette Railroad Company; este cargo le lleva numerosas veces, en viajes de negocios, a la parte alta de la. peo.ínsula. de Michigan. Aquí y en forma de minas,

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Lewis H. Morgan. La sociedad primitiva. Prólogo de Carmelo Lisón Tolosana, segunda edición, Ed. Ayuso, Madrid, 1971.Título original en inglés: "Ancient Society, or Researches in the Lines of Human Progress from Savagery through Barbarism to Civilization".Un estudio sobre el origen y evolución de las terminologías de parentesco y la familia.

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PROLOGO

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LEWIS HENRY MORGAN

El 21 de noviembre de 1818 vino a este mundo Lewis HenryMargan_ Nació en Un3. casa de campo desde la que se veía el lagoCayuga, sitllil.do entre Si:r:a.cusa y Rochester, cerca y al sur de Aurora,Estado de Nueva York. La fa.m..ifu Morgan cambió poco despuéslas orillas del lago por la ciud2.d de Aurora; los padres decidieroneducar al niño en la Cqyuga ActUÚmy. Más taJ:de estudió en el UnionCollege donde se graduó en r840. De nuevo en Aurora, pasa el tiempodedicado al estudio de leyes, pues quiere dedicarse a la abogacía.No obstante, la jurisprudencia no ocupa todo su tiempo ni atenciónmental: un buen número de horas es absorbido por el estudio de laantigüedad griega y romana en sus periodos clisicos. Al mismotiempo se inscribe en el The Gordian l.VJot, club de carácter literarioy social para jóvenes con inclinación inteleetu.a.l. Sus primeros con­tactos --e interés- por los indios americanos tienen lugar en estosaños. En 1844 se domicilia en Rochester (Nueva York) para tenermayo! oportunidad de practicar su profesión.

En 1851 Morgan publica su primeraobraimporta.nte-TheLeagucof ¡he Ho-de-JlO-SaU-nee, o; lroqt/()is- y contrae matrimonio coa supri.ma Muy Elizabeth Steele. La nueva pareja se a.finca en Rochestery ocupa una casa de la South Fitzhugh Street. Durante siete añosse dedica exclusivamente al ejercicio de la abogacía y al incrementode sus negocios. Por su profesión, cualidades y fi.M.nzas llega a serabogado y director de la Bay de Noquet aad Ivíarquette RailroadCompany; este cargo le lleva numerosas veces, en viajes de negocios,a la parte alta de la. peo.ínsula. de Michigan. Aquí y en forma de minas,

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ferrocarril y hornos de hierro tiene invertido su capital. Mientrastanto la familia Margan aumenta: en 1853 rul.ce un varón, Lemuel;en 1855 Y 1860 llegan dos hijas, Mary y Helen. Pero ni la vida familiarni de negocios le hacen olvich.r su hob0 antropológico; al contrario,sus viajes :lo Michigan le ponen en numerosos, aunque esporádicos,contactos con i..ri.dios. Una. vez coincide en el tren con una delega­ción de sioux; Margan busca rápidamente un intérprete e intentaobtener el sistema de parentesco de los mismos. Pero los sioux<<parecían no tener mucha gana de dar información», comenta elinvestigador resignado.

Durante todo este tiempo su fortuna adquiere un volumen con­siderable. Deja la abogacía, se desentiende cada vez más de losnegocios y a partir de finales de 1858 se consagra a la i..ri.vestigaciónantropológica. Durante los meses de mayo y junio de 1859 real.i23.su primer trabajo de campo, con varia fortuna, entre los kaws,pottawatamies, ottawas, sacs y foxes, peorias, shawnees, delawaJ:es,iowas, etc., que ocupaban parte de Kansas y Nebraska. En mayoy junio de 1860 repite el viaje a los mismos Estaaos y con el mismopropósito. Comprueba los datos obtenidos en el verano antenor yrecoge otros sobre los m.ia.mis, chippewas, omahas, piankeshaws,kaskaskias, etc. Sale de nuevo en julio y agosto de 1861, pero estavez modifica su campo de operaciones. Su meta es Pembi..ri.a, elFort Ga.rry y el Red River norteño (Minnesota). Esta expedición leproporciona, entre otras cosas, los sistemas de parentesco de loscree, assiniboines y blackfoot. De mayo a julio de 1862 se desplazalucia las montañas Rocky junto al Missouri (Dakota y Monca.na).Trabaja entre los punka.s, m.in.netares, aricb.Iees, mandas y otrosindios de las praderas. En la entrach de su diario correspondienteal primero de julio nos da una nota de su persona: pesa 159 librasy media; este peso, comenta, es algo inferior al normaJ en la épocade verano que alcanza 165 libras (75 kilos). Al volver a casa qued2.,según escribe él mismo, «petrificado»: sus dos hijas habían muertode escarlati..ri.a durante su ausencia.

En una tarde de julio de 1854, Margan y un grupo de amigos sereúnen en su casa y fundan. The Pundit Club. No hay duda ningunade que el cerebro del mismo hasta 1880 fue Margan. Ante estepúblico present6 con frecuencia. -dio treinta y dos conferencias-l2.sprimicias de sus descubrimientos antropol6gicos; después pasabana publicaciones de carácte:r intelectuaL Entre las actividades científico­literarias del club y el meticuloso y ponderado a2.ffien del materialrecogido en sus expediciones pa.saron varios años. Hacia. finales de

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1864 había terminado ya el manuscrito del libro que le hace 6.gurarnecesariamente en los manuales de Antropología: Systems of Con­sangtlinity and Affinity of the Hl/man Fami!J. Pensó entregarlo a laSmithsonian para su publicación el primero de enero de r865. Perono lo hizo. El 24 del mismo mes parte del edificio fue pasto del fuego.It lVaf a marvellous escape, coment2. Morgan literalmente, «pues seríaprácticamente imposible el rehacerlO}).

A principios de 1870 Margan terminó la correcci6n de pruebas deSysteJ7Js, y en julio del mismo año se embarca con esposa e hijo enNueva York con destino a Europa. Visitan detenidamente Ingla­terra, Bélgica, Alemania, Suiza, Italia, Austria y por Praga y Berlinregresan a Londres. De aquí van a París y desde Liverpool salenpara Nueva York donde desembarca.n en agosto de r87I, e.xactamenteen el veinte aniversario de su boda, según hace nota.! Morgan en sudiario. Después de unos días en Albany regresan a su casa de Ro­chester. Allí su mente hierve con nuevas ideas, en embrión ya hacíacieno tiempo, y que el viaje a Europa aviva. Vierte sus pensamientosen folios, el último de los cuales es teoni.ml.do en 1875. El tirulo dela nueva obr~ La que le hace mundi.a.lmente conocido, es: AncientSociety, or Researches in the Lit1es of rnman Progress from Savagery throughBarbarism to Civiliza/ion; se publicó en r877.

Contando ya sesenta años -1878- y no rezumando salud, sedirige hacia. e! Suroeste montado en un carromatO, acompañ2.do pordos hijos de un sobri.oo y un par de estud.ia.o.tes de! Columbia College.Alcanzan. la parte suroeste de Colorado, que exploran arqueológica­mente. Siguen en su viaje hacia el Sur, penetran en Nuevo Méjicoy Morgan estudia escrupulosamente las ruinas de Aztec y Taos.Este fue su último trabajo de campo, pero no su último esfuerzocienófico. En Rochester sigue sentado a su mesa llerutOdo Cl.l2.rtillashasta prácticamente el dia de su muerte, que ocurrió el I7 de diciem­bre de r881. Fue enterrado en el cementerio Mount Hope de Ro­ches ter, en e! sepulcro que él mandó construir en rS6" poco despuésde la muerte de sus dos hijas. ·Legó dinero, biblioteca y manuscritosa l2. Universidad de Rochester con la intención de que se creara unColegio para la educación de mujeres. En Rochester vive un reso­brino que guarda fotOgrafías y oaos objetos de Morgan. Su casafue demolida en I954.

1818 Y r88I son, pues, los limites temporales que eo.nurcan lavida y actividades de una de las figuras mis prominentes en la his­toria de la Antropología. La lectura de su vida y obras da una prontaimpresión de que Morgan era un observador perspicaz, tenaz en

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alto grado, dotado de poderosa menee anaUtica y comparativa, sin­cet:izador a la vez, imaginativo y con frecuentes ilapsos científicosen los períodos de creación máxima. Pero ¿es esta primera i.rnagenrnorganíana objetiva? ¿Cómo era Margan realmente? ¿Por qué con­sagra su vida a una oscura discipl.i..na., una. de cuyas ramas él crea deI.a Dada? Valiéndome de sus d.i.a.rios voy a intentar dar una respuestacon enfoque personal. Comieo.zo glosando lo que en su di2..rio escri­bió el 19 de octubre de 1859.

En 1842 el abogado i\{organ. contaba veintiCU2.trO años. Joven ycon su ca.rrera poco ha te.nn.inada., se encuentra en su casa de Auroradeseando iniciarse en su profesión. Pero la. depresión económicageneral no le ofrece facilidades. Quiere aproveclul.r el tiempo librey decide asociarse al club literario 1.1uludo The Gordimt K110t (el nudogordiaoo), una e:stensión de I.a Cayuga Acade.my. Un día Margany compañeros deciden romper el nudo gordiano y reorgani.z2.r' elclub de~ forma más original, con ralces en el pasado. La. socied.adindia cayuga les sirve de modelo. Efectivamente. los cayugas habíanocupado antiguamente el territorio alrededor de Aurora. Morgan yotros socios se enamoran de su creación y con entusiasmo de juventudlogran alistar en su sociedad a cuatrocientos jóvenes. Con este númerode asociados es factible reproducir la antigua segmentación de losindios: los jóvenes de Dtica eran los oocidas, los de Siracusa los onon­dagas, los de Aurora, Auburn, Ithaca y Owego los cayugas y los deWaterloo, Cananda.igua, Rochester y Lima eran los sénecas. El con­junto formó una fraternidad bajo el nombre de «La Orden de loslroqueses».

Entre los .fines de la Orden sobrcsalía.n los caritativos y literarios;de aquí a la protección de los iroqueses que todavía quedaban en elEstado no había. más que un paso que muy pronto dieron. Otracircunstancia espoleó notablemente la. acción de I.a Orden: desde1838 los sénecas y tonawandas habían sido perseguidos y maltra­tados por la Ogden La.nd Company, que los despojaba. de las tierrasque todavía les quedaban. Margan, acompafudo de ouos, visitócon frecuencia a los onondag:as y tOMwandas, asistió a las reunionesque ten.ía.n en Buffalo y comenzó a conocer de primera mano suscondiciones de vida y necesidades. Más importante aún, Margancomenzó a estudiar «con ardoD> la estructura '7 principios de aque.11aantigua Liga o Confederación que por tantos aiios 'había. mantenidounidos a los indios. Bien conocida pod.ri2. serVir de modelo de laOrden; ésta. reproduciria 6e.lme:ote a aquélla.. En su a.fán de copiarincluso detalles, cada miembro de la Orden adoptó un nombre

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indio. El de Margan era Skenandoah, tomado de un antiguo jefeiroqués. Y no 5610 esto; la va.riedad de materi.a.1 recogido le propor­cionó un e..xce1enre conocim.iento de la cultun materw y espiritualde los iroqueses. En r847 publicó Letters oj Ihe Iroquois by Skenandoah,Addressed lo Albert Gallatin, Presidenl of the New York HistoncalSociety. 1I/Lás tarde reorganizó el material, desarrolló algunos puntosy publicó todo bajo el título L.a liga de los Ho-de-J1o-sou-nee (; Iroqueses(185 r). Tal fue el origen y proceso de este e~celente libro.

Los dos últimos par~crrafos merecen unas líneas de exégesis.El joven Margan se encuentra con abundancia de tiempo libre, sinnecesidad inmediata de trabajar y bajo los efectos generales de unadepresión económica. Todo esto es fortuito, casual; ni es de su hechurani esci bajo su control. Decide -nota temperamental- aprovecharel tiempo asociándose a un club literario (que otros han fundado)según conviene a su condici6n (razón social). En unión con arrasmiembros del club decide revestir a la sociedad de un carácter tra­dicion.al, revívir el pasado, entIoncarse con los que precedieron eilaquellas tierras. Pienso que Margan fue uno de los principales pro­motores de la idea ----al menos fue el que con mayor fervor la recibióy potenci6--; en los dos casos puede detec-laIse un elemento per­sonal. Pero idea y/o reacción a.a.da especUles; más bien son comunesa cualquier pequeña capital de provi.n.i..a española en el celo por glo­rificar su pasado. Se da la caswilidad al mismo tiempo de que unacompañía trafica en terrenos, explota y maltrata a. unos pobres indios.Margan había estudiado leyes; su h:ibil:O mental e inclinaci6n pro-­fesional tuvieron que ponerse en movimiento ante la injusticia.Tenía. que enterarse en detalle; hace varios viajes, convíve con ellos,le extraña aquelli. gente y le fascina. Pero por el momento prevalecela. parte de abogado que hay en Morgan, pues escribe: «no sólo hasido violado por esta compa.iiGl todo principio de honradez, tododietado de humanidad y todo precepto cristiano en sus a.rti.ficios paradespojar a los sénecas; más aún, los mis negros fraudes, los másbajos sobornos y las más execrabJes intrigas que la. más desalmadaavaricia pudo sugerir, han sido perpetrados a plena. luz en contra deeste indefenso pueblo». Consecuente con su manera de pensar y consu profesión va a Washington para defender el caso de los indiosante el mismo Congreso. La tribu séneca adopta a Margan adscri­biéndolo al clan Hawk y otorgándole el nombre de Tayadaowubkuh,que signiEca algo así como puente que enhza una brecha o separa­ción. Así queda ligado a los indios; no podia ya abandonarlos. Cir­cunstancias fortuitas) accidentes fuera de su control, profesión, entron-

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que con el pasado, cortesía, avidez de conocimiento, curiosidad yottas notas temperamentales se combinan en forma calidoscópicapara antropologizar a Margan.

Margan intuye su propensión, siente una llamada interna que leincita a dedicarse al estudio de los indios. Pero por otra parte, ¿quéprofesión era esa? ¿A qué conducía? Las conferencias que sobre losiroqueses pronunciaba en el club dejaban al auditorio perplejo y fria.Su amigo el Dr. Dewey dice que «no podía ver nada en todo aquelloa no ser la total vileza y perversidad del pensamiento indio». Además,terna una familia y negocios que reclamaban gran parte de su aten­ción y tiempo. Por otra parte, precisamente él se había ya distinguidoentre sus compañeros en el estudio y defensa de los indios. La deci­sión más prudente era romper con todo aquello, «to free myself oEthe subject», dice textualmente, dando una prueba más de su interéspor los indios repasando el material acumulado y ofreciéndolo enforma de libro. Con la publicación de La Liga de los Iroqueses se desen­tiende de estos problemas y se dedica a su profesión y negocios porvarios años.

Pero su actividad intelectual no duerme. En 1856 se desplaza aAlbany -lugar de nacimiento de su esposa- para asistir a la reuniónde la Assodation for Ihe Advancement of Sáence. Margan es elegidomiembro de la Asociación. En esta ocasión escribe: «mi interés por.la Etnología resucita de tal manera que decidí reanudar el estudiotan pronto como el estado de mis negocios lo permitiera». Además,las páginas B5-87 de La Liga seguían excitando su curiosidad cien­tífica. El sistema de relaciones y consanguírúdad iroqués era unerúgma. ¿Qué significaba todo aquello? Examinó cuidadosamente susnotas a intervalos durante un año y en 1857 presentó en Montrealante la Asociación una ponencia titulada «Leyes de descendencia delos iroqueses». Margan seguía creyendo que el sistema era algopeculiar y exclusivo de los iroquees. Un viaje de negocios en elverano de 1858 le llevó a Marquette; allí aprovechó para recoger elsistema de consanguinidad de los Ojibwas. Su sorpresa fue extraor­dinaria, y transcendental en su vida; el sistema era sustancialmenteidéntico al de los iroqueses. ¿Cómo era posible encontrar lo mismoen dos pueblos con lengua diferente? ¿No se trataría de una instituciónprimaria? ¿No apuntará a un origen común ?A su regreso y hojeandolibros encuentra rasgos similares entre los dakotas y creeks.

Se decide a comprobar la hipótesis, deja definitivamente su vidade negocios y comienza la elaboración de un cuestionario para con­seguir más sistemas de consanguinidad; lo imprime en enero de 1859

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y lo despacha requiriendo a misioneros y agentes de los indios que locumplimenten. El cuestionaúo llega también a las islas de Micro­nesia, al Japón y a la India. La primera respuesta que le llegó des­arrollaba el sistema de los dakotas de Minnesota. iEra casi idénticoal iroquésl «Simplemente no puedo describir el placer que me dio»,escribe Morgan.

Su amigo el Rvdo. J. H. McIlvaine nos describe este período dela vida de Margan: (<vivía y trabajaba en un estado de gran excita­ción mental... a veces era tan fuerte la impresión al recibir respuestasque lo abrumaban excesivamente. Recuerdo que en una ocasiónvino a mi estudio diciendo: lo encontraré, lo [el mismo sistema]encontraré entre los tamil y tribus dravídicas del Sur de Asia. Yo nolo creía y le dije: amigo, usted tiene ya bastante con el análisis delmarerial de las ttibus americanas, deje tranquilo al viejo mundo.Contestó: no puedo, no puedo; tengo que seguir adeiRme porqueestoy seguro que lo encontraré alli. Unos meses más rarde volvió,su cara encendida. de excitación, con la respuesta tamil en sus manos,siendo tal como él lo habla augurado, y arrojándola sobre mi mesaexclamó: ¡ahí estál ¿No se lo dije yo? Yo me quedé maravillado yconfundido y todavía más cuando le llegaban los resultados que élesperaba, proviniendo de gran número de fuentes independientes.»El mismo Morgan describe la llegada del sistema tamil: «mi asom­bramiento fue mayor del que yo puedo expresar», (<fue el sucesomás interesante y extraordinario de la historia de esta investigación».El hervor intelectual de su cerebro alcanza el climax ante la bellezacasi matemática de su hallazgo.

El sistema era universal. El descubrimiento, perfecto; la Hwna­nidad constitu.ía una gran familia cuyas migraciones, procedenciay emparentamiento podían ser enormemente esc~ecidos a travésdel sistema de consanguinidad. Morgan entreveía incluso que laevolución de la Humanidad, el desarrollo de estados y perladospodda en adelante asentarse sobre firmes bases. Si los tami! de laIndia y los indios americanos se rigen por un sistema de consangui­nidad virtualmente idéntico --arguye Morgan- tenemos a la manopruebas objetivas del origen asiático de los indios americanos. El resul­tado monumental de toda esta investigación -uno de los más rotundosy fértiles en la mstoria de la disciplina- fue la creación de la cienciadel parentesco con la publicación de. Syslems of Consanguillity alldAffinity of Ibe Human Fami/y (1870) por ÍJna parte, y por otra la ger­minación en la mente de Margan de una teorla de evolución socio­cultural que cristalizó en su obra Ancienl Society (1877) ya citada.

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Pero volvamos a Morgan, esta vez con menos dosis de exaltación,para captar otro aspecto de su personalidad. Tanto en Aurora comoen Rochester es el centto de la v-:ida científico-social. Su personalidad,actuación y conferencias dominan los clubs The Gordian Knot,La Orden de los Iroqueses y el Pundit Club. Estos le proporcionanla primera palestta para sus ambiciones cientificas. Sus conferenciaslocales pasan después a artkulos en reconocidas revistas y publi­caciones: American Review, Olden Time, North American Review,Proceeclings of the American Academy of Arts and Sciences,Smithsonian Miscellaneous Collections, etc. Pronto su nombre esconocido; los Regentes de la Universidad de! Estado de Nueva Yorkle comisionan para que recoja lo que crea conveniente de la culturamaterial u:oquesa con destino al Museo de Albany. Está en contactocon el Peabody Museum, con el Nacional Museum y con el Bureauof American Ethnology. El Archeological Institute of America leencarga la preparación de un programa de investigación. Es invitadoa tomar parte en reuniones y Congresos a los que presenta ponencias.En 1856 fue elegido miembro de la American Association for theAdvancement oE Science dentro de la cual funda la sección antro­pológica. En 1879 era Presidente de esta Asociación y en 1875 fueelegido miembro de la Nacional Academy oE Science. Estos dosúltimos son, según White, los honores más distinguidos otorgadosa antropólogos americanos.

Morgan estaba en contacto directo con el núcleo principal decientíficos americanos:' Adams (historiador), N orton (arqueólogo),Gray (botánico), Wyman (zoólogo), los antropólogos Powe!l, Putnam,Hale, Masan y Bandelier, por citar unos pocos. Sin duda ningunaque para un europeo los nombres siguientes con los que manteruacontacto o visitó, son más impresionantes. El 16 de septiembrede 1870 -sigo su diario europeo-, estando en Orlord, visitó aMax Müller. Hablan de la necesidad de estudiar las lenguas aborí­genes americanas a lo que siguen interesantes comentarios sobre lareligión de los primitivos por MüIler. Morgan quedó bien impre­sionado de la visita. En Munich visita al conocido teólogo y pocodespués Rector de la Universidad Joseph Ignaz Dollinger con elque dialoga sobre las leyes civiles y canónicas, tema que preocupabaa Morgan. El 9 de junio de 1871 fue a casa de Charles Darwin.Este había leido el libro de Margan The American Beaver [castor]and Hú Works (1868), lo alaba en la conversación con su autor yademás lo cita en el capítulo III de su The Deseen! 01 Man según\Vhite. A continuación Darwin pondera la originalidad y validez

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intemporal de su otra obra Sistemas de consanguinidad. A la mesa conDarwin hablan de Lubbock y McLennan (antropólogos). Al 1Ínalenvió a Margan en su coche a la estación. La visita, escribe Margan,fue mosl delightftil.

A finales de junio expresa en el diario su deseo de visitar a HerbertSpencer, Wlaine y Tylor que estaban entonces en Londres. Sin em­bargo no debió hacerlo porque no hay referencias en su diario.El 5 de julio se entrevista con McLennan quien le recibe cordialmente.Deciden juntarse al día siguiente para visitar a Herbert Spencer y aLubbock si McLennan puede anunciarles la visita anteriormente. Perono lo consigue. Margan escibe encomiásticamente de McLenhan:«es el hombre más original de Inglaterra en lo referente a condicionesprimitivas de la humanidad». McLennan le dice que LubbocIc leenseñó en febrero una copia de Sistemas de consanguinidad. Días mástarde Margan invita a comer a McLennan. Pero la amistad se quebrópronto. Sir John Lubbock, más tarde Lord Avebury le invitó a ungarden party en su casa de High Elms. En la estación le esperaba uncoche que le llevó a la residencia en la que había doscientas personasen atmósfera festiva, amenizada por una banda militar. Tambiénvisitó a T. H. HuxIey, amigo de Darwin, y a -Sir Henry James SumnerMaine, autor de .AJJcíent Law. Los dos conoCían ya algunos escritosde Margan,

A su casa de Rochester llegaban cartas de Spencer, J. J. Bachofen-el autor de Das Mutterrecht (1861)-, Maine, y Darwin. Este envióa uno de sus hijos a casa de Margan. A través de cartas ejerce. unaintensa tutoría intelectual en lugares tan apartados como Australia.Las cartas de Lorrimer Fison yA. W. Howitt lo prueban. Las frasessiguientes las tomo de cartas que Howitt enviaba a Rochester:«intentaré seguir con gran placer cualquier linea de investigaciónque usted me sugiera»; <(Voy a leer con mucho cuidado su libro>);«nuestra obra... sin la magrúfica suya no se hubiera escrito>}; «heseguido sus huellas, el sendero que usted abrió». Fison se expresaen las suyas de idéntica forma: «estoy recopilando material en laforma en que usted sugiere en su carta}}; «me place mantener corres­pondencia con Tylor, pero quiero decir al terminar esta carta queni él ni ninguna otra persona puede ser para mí lo que usted hasido, es y será. Usted fue el primero que me introdujo en este campoy guió mis primeros esfuerzos. Su amable apreciación de mi trabajome ha dado duradero placer; con orgullo he mirado hacia usted comomi maestro y usted me ha hecho un hombre feliz al llamarme suamigm>. Powell en su artículo del Popular Science Monthfy escribía

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refiriéndóse a Fison y Howitt: «no es desde luego uno de los menoreséxitos conseguidos por el Sr. Margan el haber reunido en torno así amantes disdpulos -Ioving disciples- que están cosechando frutosen campos plantados por él mismo».

Todo esto quiere decir que Margan estaba inmerso, perreneday era respetado por la crema del mundo cientifico, tanto en Américacomo en Europa, dentro y fuera de su disciplina. ;El Union Collegeen el que había estudiado le otorgó un grado honorffico en 1873.Andrew D. White, presidente de la. Cornell University le ofrecióuna cátedra que Margan declinó. Nunca aceptó puesto en Univer­sidad alguna. ¿No resulta a primera vista. paradójico? Una personacon recia inclinaci6n intelectwl.l, produciendo en y para un exclusivodrculo intelectwl.l, rehuye metódicamente la entrada en la Univer­sidad, su loms normal. En sus conversaciones londinenses conMcLennan se da cuenta de que el etn610go escocés tiene que dedicaruna buena parte de su tiempo a las leyes y que desearía que le conce­dieran una cátedra en Cambridge para dedicarse plenamente a laEtnología. Inmediatamente escribe Margan a White, presidente dela Universidad de Cornell, rogándole ofrezca un puesto a McLennan.En su encuentro con Sir Henry S. Maine le urge a que él, juntamentecon Lubbock, consiga una cátedra en Cambridge para McLennan«con el fin de que l.ibre de trabas pueda dedicarse a su trabajo etno­lógico», escribe en su diario. Lo que quiere decir que Margan vela cátedra universitaria como el medio más adecuado para obtenerun medio de vida que permita dedicarse a la investigación. Por lotanto, la Universidad es un medio para conseguir un fin. Ahora bien,él personalmente dispoma de rentas que le colocaban en la mejorde las situaciones: podía entregarse a la investigación sin necesidadde dedicar parte de su tiempo a. la enseñanza. Todo el tiempo lotema a su disposición. La: investigación llevada a cabo para escribirSistemas de consanguinidad le costó 25.000 dólares además «de ochoaños de trabajo duro» -hard labor- escribe en su diario europeo.Morgan prefiere comprar tiempo con su dinero, dedicarse tenaz­mente, exclusivamente a una Unea de investigaci6n, sin· desviaciones,sin distracciones docentes. Gracias a esta decisión y entrega totalmorganiana poseemos hoy un estudio en profundidad sobre elparentesco como nadie lo había hecho hasta entonces y como muypocos 10 han hecho hasta ahora. Y también una teorIa de evolucióncultural todavía no superada en alguno de sus puntos básicos.

Otro aspecto de su personalidad. A todo lector de sus diarios,europeo o indio, le parece obvio que Margan estuvo enamorado de

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su esposa hasta su último día. También revelan el canno por sushijos. Al fin del viaje por Europa escribe: «hoyes el vigésimo aniver­sario de nuestra boda. Puedo decir... que me casé con mi esposahace veinte años y que desde entonces siempre he sido feliz ... Tengoque confesar que hasta hoy he experimentado un grado nada comúnde dicha y felicidad ... Los dos juntos hemos gozado [en este viaje]. ..inmensamente». Pero más importante para rastrear en su persona­lidad es el dilema que se le planteó el 19 de mayo de 186z cuando seencontraba en su cuarta expedición entre los indios americanos.

Su esposa le envía un telegrama comunicándole la gravedad enque se encuentra su hija Mary y rogándole que regrese. Margan esun mar de dudas: no puede ver «claramente qué hacer o qué es loque el deber exige». Teme que su hija haya fallecido ya; el pensamientode que en sus últimas horas de sufrimiento le haya llamado 10 colmade amargura; la idea de no volver a oír su voz le deprime. «Su pér­dida no sólo seria irreparable sino que destruiría nuestra familia ...y mi pobre esposa siendo testigo de todos sus sufrimientos... y yosin estar a su lado para comparililos... Mi corazón se atormenta enagonía... Mi esposa tiene que sentirse totalmente miserable». Lasideas se suceden en su cerebro en vaivén: si decide volver a casa enese mismo momento tardad de seis a siete días viajando día y noche.Por otra parte, es posible que Mary se recupere, ya que siempre hagozado de una fuerte complexión. El doctor Moore la auscultórecientemente y la encontró bien. Mejorará. «Creo que mi deber escontinuar con este viaje [cursiva núa], pero no veo suficientementeclaro que esto sea lo que debo ha.cer. Debería estar con mi esposa ehijos en este congojoso momento. Ojalá que ella piense que yo hagolo que debo.» «Debería volver a mi esposa en este mismo momentoy si estuviera tras fines de lucro volvería inmediatamente. Pero lascircunstancias especiales que me han traído aquí son tales que [creoque] debo continuar.» Y siguió adelante con su viaje de investigación.

El suspense lo torturaba. 'Trata de engañarse con falsas esperanzas(Z1 de mayo). El z9, sueña que regresa a casa y encuentra a su hijaen plena salud. El mismo sueño tiene a la noche siguiente. Perootra vez ve en sueños, al volver a casa, a su mujer sola. La puestadel sol del 20 de junio le evoca su «casa, esposa e hijos, especialmentemi querida Mary. ¿Estará en la morada. de los espíritus o entre losvivos?» El 2 de julio escribe: «toda.vía tengo e~peran.za; sin esperanzano podría haber soportado los trabajos d'e estos cuarenta. o cincuentadías. Sin embargo la esperanza es débib>. Al día siguiente se encuentracon que la realidad es aún más cruel de lo que imaginaba: sus dos

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hijas han muerto. «Nuestra familia está destruida. La noticia me hapetrificado. No he derramado ni una sola lágrima. Es [el dolor]demasiado profundo para lágrimas. Así termina mi última expedición.Vaya casa, a mi agobiada y afligida esposa, hecho un hombre mise­rable y destruido.» Quiso dedicarles su Sistemas de consanguinidad peroel director de la Smithsonian Institution no accedió. Esta obra,escribió más tarde en su diario europeo, «está siempre identificadaen mi pensamiento con la pérdida de mis queridas hijas, la calamidaditreparable de mi vida».

En las anteriores lineas, además de vibrar el Morgan esposo ypadre, reaparece con brío una de las características de su idiosincrasia:su fume decisión de llevar a cabo la empresa que se ha trazado, latenacidad en seguir su linea de investigación, la esperanza del des­cubrimiento cientifico. Ni el desembolso de dinero, ni la cátedrauniversitaria, ni el duro trabajo, ni la familia le desvían de su camino.Cree que es su deber. Pero duda. Las zozobras, racionalizaciones,sueños y consideraciones escritas en el diario de este viaje nos pre­sentan una faceta, muy humana, del gran antropólogo americano.

La lectura de sus diarios y obras sorprende porque exhiben lameticulosidad de observación .que caracterizaba a su autor. Nadade. 10 que entraba dentro de su campo de interés escapaba a su ob­servación. Morgan es explícito en su diario europeo: «no se puededescribir objeto alguno si no se le estudia de cerca. Esto lleva a unaobservación crítica y a una más completa posesión del mismo».Esta actitud es excelente para realizar un eficaz trabajo de campo.«Las instituciones de los indios -dice en otro lugar que copio enWhite-... son oscuras y complicadas y únicamente pueden sercomprendidas a través de investigación cuidada y paciente, llevadahasta los más pequeños detalles.» Cuando quiso investigar la UfÚver­salidad del sistema iroqués-ojibwa se propuso enviar cuestionariosa los lugares más remotos. La preparación de las preguntas le llevótiempo, consideración y esfuerzo. «El cuestionario -escribe- debíaser suficientemente amplio para poder describir toda relación cono­cida y al mismo tiempo presentado en la forma más simple e inteli­gible.» Una vez redac.tado hizo· un viaje a los indios tonawandaspara comprobarlo y perfeccionarlo. Definitivamente terminado loenvió junto con una carta de explicación. Todo esto, no obstante,le dejó intranquilo. En 1859 se fue con los indios para hacer «eltrabajo personalmente» -in persan-.

La crítica antropológica que, no siempre por razones académicas,se ha mostrado más bien acre con Morgan, reconoce su indiscutible

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mento como pionero en realizar investigación de campo, con· losindígenas. He aquí unas citas. Banton se refiere de pasada aMorgancomentando que fue «uno de los primeros antropólogos en llevar acabo trabajo de campo>l. Evans-Pritchard escribe: «es ciertamentesorprendente que ·excepto Margan... ni un solo antropólogo veriEcóestudios de campo hasta el final del siglo XIX». M. J. Herskovitz esmás explicito: «Margan -dice- y en un grado hasta entonces noconocido, obtuvo su teoria de datos recogidos en investigación decampo.» Pocock se expresa así: «el valor de la experiencia de primeramano fue demostrado por Margan». Sol Tax ha escrito: «LewisHenry Margan... fue uno de los primeros hombres en el mundoen combinar trabajo de campo personal intensivo, en una culturanativa~ con aparato comparativo y con una teoría general.» Beattiecalifica su labor de campo como un «ejemplo notable», Lowie diceque en la historia de la disciplina «Margan como etnógrafo [esto es,como investigador de campo] se coloca a distinguida altura,» L. Whiteescribe que Margan tenía una «pasión por la descripción detallada, ..[era]... un sutil observador... un etnógrafo ideal». Una última citatomada de F9rtes que conoce bien a Margan: «el parcial eclipse deMargan en los últimos años del siglo pasado fue debido, sin dudaninguna y en parte a lo raros que eran entonces los etnólogos conexperiencia de campo... Rivers volvió a Margan a través de suexperiencia de campo... Lowie... fue influenciado a seguir la DÚsmadirección a través de su trabajo de campo. Fue concretamente suinvestigación de campo entre los indios crow lo que abrió sus ojosa la proeza de Margan como etnógrafo». Un poco más adelantecomenta Fortes la frase de Margan de que hay que «ir directamente ala gente» añadiendo: «es decir, a través de trabajo dé campo en comu­nidades actuales, un desideratum que Malinowski, considerado comoel mejor etnógrafo moderno, hubiera ciertamente aplaudido».

La honradez dentHica de Margan en su investigación de campoes proverbial, lo que nos revela otra Glracterística de su persona.Las pruebas que aduzco están tomadas de su diario en el que describesus esfuerzos y laboriosidad por conseguir los sistemas de parentescode diferentes tribus. «En Paoli -escribe- he conseguido el sistemade los weaws, piankeshaws, peorias y kaskaskias a través de personascompetentes.» El de los peorias lo consigue, en frase suya, «a mientera satisfacciófl». Sobre la investigación con los yanktons-dakota:!idice: «esta respuesta [al cuestionario] es perfecta... la considerocomo una de las más dignas de confianza». Al recoger costumbresfunerarias escribe refiriéndose a la información obtenida: «confirmado

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por las tumbas que he abierto», Pero todo esto es un aspecto de lamedalla. El reverso, que viene a continuación, prueba su veracidad.

«He fracasado --apostilla una vez- con los pottawamies porfalta de intérprete.» Con respecto a los shawnees no es menos ex­presivo: «me marché con la firme creencia de que dejaba detrás derrú una mina de informaciófi», En otra ocasión comenta: «la verdaderarazón sobre los distintos nombres de los indios [cambian segúnedad y circunstancias] se me escapa constantemente». De un infor­mante pawnee escribe: «pronto me di cuenta. de que no me contestababien y lo dejé», Vuelve a la carga pero sin éxito: <<Vine para hacermecon el sistema de relaciones de los pawnee pero [el informante],sintiéndolo yo mucho, se había desplazado a una aldea distantesesenta millas». Intenta en otra ocasión pero tampoco 10 pudo «com­pletar aun con la ayuda de una mujer pawnee». Mis tarde razona así,según deja escrito en su diario: «tengo que hacer un esfuerzo desespe­rado para conseguir el sistema de los blackfoot y el de los sheyenne ytambién el de los pawnee en Omah~). Más tarde vuelve a la carga:«en Omaha hice un esfuerzo, sin resultado, para encontrar un intér­prete pawnee». Consigue «el sistema sheyenne pero no del todoperfecto». En cuanto a los blackioots comienza a abrir brecha: «tengoya un esquema tolerablemente correcto... ; me serviré de él si nopuedo conseguir otro mejor ... Tal como lo tengo presenta algunasrespuestas dudosas». Quiere hacerse con uno completo y parecetenerlo ya a la mano ctUndo escribe de un informante: «habla lalengua [blackfoot] y es un hombre inteligente; espero obtener de éluna buena información». Pero los pawnee siguen rebeldes. Anota ensu diario: «He decidido volver a Omaha para ver a los pawnee;fracasé ya en dos ocasiones anteriores. Si fallo otra vez, iré directa­mente a la aldea de ellos.» Morgan no da fácilmente el brazo a torcer.

En más de una ocasión el tesón produce espléndidos resultados,así por ejemplo con los gros ventres y mandans cuyo esquema fa­miliar no pudo conseguir en su primer intento: «dudo -escribía­si lo conseguiré, ninguno de entre ellos habla inglés». Pero má~ tardeal obtener cide los primeros a través de una mujer comenta satis­fecho en su diario: «es uno de los mejor hechos». En contraposición,nos dice en otras lineas: «he conseguido un imperfecto sistema oka­nakarl)}, Y también: «comencé el sábado el sistema crow a través deintérpretes dakotas y assiniboines ... trabajo duro. Hemos reanudadoel trabajo hoy por la mañana, pero se han cansado... Un minnetareque habla crow y assiniboin, dos jóvenes crows y el señor Culberrsonque habla assiniboin, componlan el grupo de trabajo. Puede apre-

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ciarse claramente lo difícil que es trabajar adecuadamente bajo talescondiciones». A través de estos comentarios morganianos disponemosde un fondo crítico para juzgar la objetividad y fiabilidad de los sis­temas de consanguinidad y otros nuteriales que aparecen en susobras. Y no sólo esto: cuando la información obtenida contradicesus propias teorías, no rechaza el material; al contrario, expresamentelo hace notar. Su estudio de los crees es un buen ejemplo: no losencuentra divididos en tribus cuando según el esquema teórico desu obra debería presentar tales segmentaciones. Pues bien, Morganlo subraya espedlicamente: «este punto ha sido objeto de conver­sación repetida con diferentes personas, pero no puedo encontrarel más ligero rastro de que actualmente estén divididos en tribus;ni siquiera he oido que tengan tradición o memoria de una antiguadivisión en tribus».

Estas citas muestran a Morgan en acción y dan cierta idea de laatmósfera del estudio directo. Pero lo que hacen resaltar es la seriedady honradez científica del investigador. A la vez subrayan uno de loselementos básicos en el temperamento morgan.iano: la tenacidad.No rebla ante los obstáculos, tiene que conseguir los sistemas deparentesco para probar, posteriormente, su gran concepción evo­lutiva de la humanidad. Sólo un manojo de ideas le preocupa; peroésas están siempre en su mente; y en su vida, pues la destina a lameticulosa observación y paciente atesoramiento de pruebas y máspruebas que soportan a aquéllas. Todo lo demás es accesorio, depoca monta. Este es el lado fuerte de Margan; pero también su partedébil. Las consecuencias de esta orientación personal lineal soncomplejas. Quizá unos cuantos rasgos de su comportamiento, mejorde sus omisiones, pondrán de maniliesto el problema a que merefiero.

He indicado más arriba cómo en la opinión de los antropólogosMargan era un observador de primera talla. Durante su viaje porEuropa envió varios artículos al Appletan Journal para su publi­cación. El editor -en carta que reproduce \'Qhite- le aconsejaba:«si usted olvidara de una vez su idea de ilustrar [con dibujos y foto­grafías] los lugares que han sido reproducidos desde que el arte delgrabado fue inventado y se limitara a usar sus ojos yankees para very descubrir las cosas tal como son en Europa O tal como las ve usted,harIa algo de valor». Sorprenden estas líneas dirigidas precisamentea Morgan el «sutil observadoD>. Pero su obsesión por los dibujos yfotografías pueden darnos la clave para entender la paradoja. Una delas ideas que absorbió a Margan fue la reJaóónentre la arquitectura

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y disposición de las casas y la estructura y organización social de losque las habitan. Su diario europeo superabunda en descripciones decasas y castillos, medidas de las habitaciones, altura de techos, dis­posiciones de puertas, escaleras y ventanas, etc. N o le parecía com­pleto un articulo sin ilustraciones. Pero ni el director y quizá tampocolos lectores pensaban lo mismo. Querían otra información. Frentea este perfil negativo se alza otro raramente positivo: la obsesiónmorganiana por casas y edificios produjo un excelente libro Housesand House-Life of Ihe American Aborigines (1881).

Otra paradoja morganiana. Conocidos son sus esfuerzos en prode los indios, su actuación ante el Congreso para defenderlos, losarÚculos que en su favor escribió en revistas. Sus ideas sobre el fu­turo de los mismos, sobre las agencias gubernamentales en enclavesindios, sobre el comerciante, tratos y maltratos a que los sometíanllenan unas cuantas páginas en su diario indio. Margan, debido a susviajes· tenia sobrada razón para conocer bien Missouri, Kansas yNebraska. Pues bien, precisamente al final de la década de 1850 lasatrocidades, crímenes y matanzas en esta geografía entre las dos fac­ciones en torno a la esclavitud resonaban hasta en Europa y llenabanlos periódicos locales. El indiófilo Margan se encuentra en medio dela acción y prácticamente nada nos dice en su diario. Su obsesión leurgla a rellenar cuadros y dibujar sistemas de parentesco. Sus dos ojosestaban enfocados a los indios, y como no teroa más, no veía a losnegros. De r861 a r865 se produce la guerra civil americana. _Laagitación antiesclavista y la doctrina de la soberanía del Estado seestán dirimiendo no sólo por las plumas de escritores y periodistassinb también por las bayonetas y fusiles. Ante esta convulsiónMargan no tiene ni pluma, ni ojos ni oldos. No le quedan porque lostiene embebidos en otra parte. El Ebro que produce lo eleva a lacumbre entre los antropólogos, pero al mismo tiempo su insensi­bilidad ante los negros y la guerra de secesión le privan de 'ofrecerun análisis que hubiera encontrado su lugar estructural entre lasformas de gobierno en su obra La Sociedad primitiva.

Otro claroscuro. En el diario indio las entra.das con materialde carácter religioso son muy numerosas. Allí describe en detalleel culto, ideas y danzas religiosas de los shawnees; el cielo, lugaresde castigo y espiritus de los delawares; las creencias religiosas y po­deres invisibles de los croWSj las ceremonias religiosas de los rninne­tarees; los espíritus amaba; el esplritu del mal y otras creencias reli­giosas de los iowas, etc. ¿Qué hace con todo este material? Absoluta­mente nada. Es más, parece partidario de que nada se consigue con

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el estudio de las instituciones religiosas. En la página 1 I, número 5,de este libro dice: «El desarrollo de la idea. religiosa se halla rodeadode tales dificultades intrínsecas que no es posible obtener [queposiblemente nunca se obtendrá, dice el original] una explicacióncompletamente satisfactoria. La religión se enlaza tanto con la natu­raleza imaginativa y emotiva, y por consiguiente, con elementostan inseguros de conocimiento, que todas las religiones primitivasson grotescas y hasta cierto punto ininteligibles. También estamateria sale del plan de la presente obra, salvo en las sugerenciasincidentales.» Extraña esta actitud no sólo por el nOl1 sequitur con supropio trabajo de campo sino también porque Tylor habia publicadoPrimitive Cttlture en 1871; en esta obra los capítulos XI-XIX tratande la religión de los primitivos.

Margan, aun durante su viaje a Europa, acudJa regularmentelos domingos a la iglesia protestante. Escribe en su diario que «todasformas de culto religioso, si son sinceras, merecen respeto». Noobstante no disimula su aversión hacia la organización y jerarquíacat6lica en Roma. Los epítetos que salpican sus notas son duros.y en ocasiones ataca a la Cristiandad en general. Y en definitiva, lapone bajo la misma categoría con la que enjuicia a la religión pri­mitiva. Además, el enfoque emic de que tanta gala hizo con losindios tratando de ver las relaCiones de parentesco como las vdanellos, 10 olvidó con frecuencia en EurofY<l. El día de Navidad de 1870oye misa en San Ped:ro y después razona en su diario: «no puedo ver,y probablemente tampoco lo vería si entendiera cada palabra, loque hay en esta ceremonia de cautivador yde satisfacción para loscatólicos». Morgan ni siquiera intenta ver la ceremonia como la venlos católicos, deber elemental para todo antrop6logo. Como noentiende -ni se esfuerza en entender- la religión, piensa que es«ininteligible».

Todo esto es extraño; pero todavía sorprende más la invidenciade Margan al comprobar que en ~na tearia general de la evoluciónsocio-cultural simplemente no puede dejarse de lado la instituciónreligiosa. Al contrario, tiene que figurar siempre en un síndromede correlacione~. Creo que Margan se percató; en su conversacióncon el doctor Dollinger perora. durante veinte minutos sobre laley civil y la ley canónica. Las ve en una perspectiva evolutiva: lasegunda tiene que dar fY<lso a la primera. «La gente -escribe- porvarias centurias se ha ido acercando al lado de la ley civil como a lafuente de protección, apartándose cada vez más de la autoridad dela ley canónica.» Esta podIa haber sido una hipótesis a verificar en

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su magna obra. ¿Pero la evolución de la forma externa implica nece­sariamente un correspondiente desarrollo interno? Contemplandoen la iglesia de San Esteban, en Roma, unos frescos que representancon crudeza las persecuciones de los cristianos, no puede menos deestremecerse. «Este terrible espectáculo -escribe- me llevó apreguntarme a mí mismo la cuestión de cómo los descendientes deaquellas vlctimas de la atrocidad humana, conociendo plenamentela barbaridad que implica, pudieron a su vez... infligir las mísmas opeores crueldades, en nombre de la religión, a waldenses, a albi­genses, a hugonotes, a los holandeses bajo el notorio Alba, y estosin nombrar las persecuciones de alemanes, escoceses e ingleses.»Margan no ve, pues, claro el progreso interno; le parece poderdescubrir las mismas pasiones, el mismo fanatismo, los mismos··errores. «La civilización ~continúa en el mismo diario- representasimplemente el sentido común de la humanidad, el crecimiento ydesarrollo de siglos... La jerarquía romana es un mero nido de aris­tocracia... Si la sociedad continúa avanzando hará desaparecer elsistema; pero si no avanza... [el sistema] destruirá la sociedad y harácaminar a la humanidad otra vez en dirección a la barbarie.» O bienMargan no se atrevió a imprimir sus ideas en La Sociedad primitiva-presentadas aquí en su tono más suave-, o no tenía seguridad deque el progreso de la idea religiosa siguiera la línea que marca en sutesis general. Si esto último, no puede someter las creencias religiosasa su esquema porque lo rebasan. Estando en Inglaterra escribe quela iglesia católica desaparecerá; le sucederá la iglesia protestante.Pero en Roma y ante la organización romana no se muestra tan seguroy se limita a zaherir a la jerarquía eclesiástica. En cualquier caso,es mejor prescindir de una institución incómoda.

Más contrapuntos morganianos. En su viaje a Europa se muestracien por cien americano. A la vista del Rín recuerda al Hudson, allvlississippi y al Missouri y «a docenas de otros» dos americanos quedejan al primero en minúsculo riachuelo. Venecia le encanta; se laquerría llevar a América: <<haríamos de ella la ciudad más imponentede la tierra». La bahia de Nápoles no tiene comparación con la bellezade los lagos americanos. Pero su americanismo tiene, claro está,razones de mayor peso. El sisterrut de tenencia de la tierra en Europallamó su atención desde que puso sus pies en Escocia: «la propiedaqde la tierra está en manos de una clase privilegiada», «es la marcade la servidumbre de la gente a la aristocracia». La aristocracia in­glesa posee miles de acres de tierra. Desde la ventanilla del tren velas magníficas residencias de aristócratas. Estas mansiones -piensa-,

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centros de elegancia, finura y opulencia, provienen del trabajo delos arrendatarios. Así ha sido desde que Guillermo el Conquistadorestableció el Feudalismo en 1068. Los arrendatarios que trabajanlas tierras nunca las pueden poseer enteramente debido al sistemainglés de tenencia. El marchamo del Feudalismo pesa todavía sobrela tierra, casas, ciudades, aldeas y gente. Se impone (ffi!12. reformade! sistema de tenencia de la tierra».

«Oí a Lord Shaftesbury decir la otra noche en la Rouse of Lordsque si el Parlamento intentara reformas socules, los ingleses seríanel pueblo más fácil de gobernar en el mundo ... Pero ¿está usteddispuesto, señor Lord, a dar el prímer paso práctico en esa dirección,renunciar a su título, a su puesto hereditario en los Lores para quele sustituya el hombre que consiga los votos libres de sus compa­triotas? La primera reforma social que se necesita en esta nación esla igualdad de privilegios. No vale la pena hablar de ella si no secomienza por aquí. Pienso que si a Lord Shaftesbury le pidiesen losingleses metamorfosearse en simple señor Shaftesbury desistidarespetuosamente de la «reforma socia!» ... Este hombre fue aquellanoche a la Casa de los Lores para vocear su bella idea. Pensó queexpresaba un sentimiento noble, magnánimo y cristiano. El conde deDerby se conmovió ante aquel brillante pensamiento y gritó: ¡eso!,¡eso!, m.ientras que un reposado americano decía para sí mismo:«¡ah, hipócritasl» En otra ocasión sale de su pluma este párrafo:«una explosión de democracia es lo que se necesita no sólo sobreRoma o Italia, sino sobre toda Europa, para borrar de una vez elinjusto sistema de posesión de la tierra que destruye a la gente, lasleyes desiguales que destruyen las posibilidades de que la gente seayude a sí m.isma, las infernales aristocracias que les han robado susderechos en e! pasado, antes de que naciera la presente generacióQ»).En toda Europa «no hay instituciones como las nuestras para utilizar...las mentes más á.giles de la na,ciórm. No obstante, el bien comúnprevalecerá, como en América, y las viejas formas feudales, juntocon la aristocracia, quedarán arrinconadas. Es ley del ,progresohumano.

La vieja Europa, semifeudal, le defraudó. De vez en cuandoirrumpe en su diario europeo con cantos a la joven, igualitariaAmérica: «me alegraré mucho cuando vuelva [a Nueva York] y meencuentre otra vez bajo las estrellas y franjas [la bandera americana].Nuestra nación es tierra favorecida y bendita. Nuestras institucionesno tienen rival y nuestro pueblo es el más avanzado en inteligencia yen prosperidad compartida sobre la faz de toda la tierra. Deseo lo

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mejor a todas las gentes de rodas las naciones, pero se me debe per­mitir a mí preferir mi patria. La visita a otras naciones ha robustecidoe intensificado enormemente esta impresión. No es parcialidad pormi patria.; tiene una sólida base en sus superiores instituciones»).Morgan se olvida de los negros. En otro lugar del diaIio se e.."Presaasí: «cada vez estoy mis satisfecho de que un océano nos separe dela sociedad y formas de vida europeas; cada vez me alegro más deCJue nuestros antepasados escaparan de Europa y de que establecierancon éxito, en un rincón de la tierra, unas instituciones e ideas quehacen justicia al hombre. Unicamente pudo haberse conseguido estocru.za.ndo un océano y entrando en el desierto, en completo aisla­miento y reclusión de viejas foIIruls y usos». Al 6.nal de catorce mesesen Europa, cuando se encuentra en el mAI, a unas pocas millas deNueva York, escribe: «es un placer volver a nuestra patria., intensi­ficado nuestro amor por La nación y sus instituciones al compaLUlascon las naciones extranjeras».

El choque del Margan ya.n.kee con otros pueblos y culturas noproduce el resultado esperado en un antropólogo. No se esfuerzaen ponerse en la perspectiva del nativo, en juzgar desde la estancialocal para adentrarse y comprender los pros y contras, la razón orazones de las instituciones y modos de vida diferentes. Tendemosfácilmente a pensar que lo nuestro es mejor -y puede serlo--, peroésta no es la adecuada posición mental para entender al otto y suculrw:a. Margan lo sabía; había sabido establecer un puente -latribu séneca lo llama Tayadaowuh1.-uh- para ver y dialogar conel indio desde el otro lado. ¿Se olvida en Europa de este elementalprecepto antropológico? Teniendo a la vista su d..iario europeo creoque el problema hay que plantearlo de umi manera mis compleja.En esta época no sólo pululaban ya las ideas sobre evolución y pro­greso de las instituciones en su cerebro, sino que iban tomandoforma concreta. Observa cuidadosamente en varias na.ciones europeaslas fOl:ITlas de propiedad -sobre la que escribe excelentes párrafosen La Sociedad primitiva- y las formas de gobierno. Este es el pro­blema teórico que le preocupa. Su atención está preeminentementeencauzada en esa dirección. Y como toda etapa de progreso requierecomparación con otros estadios, anteriores y posteriores, ea la evo­lución general, coteja América con Europa y encuentra a ésta defi­ciente. Margan, amante del progreso, se queda coa su América.Todo 10 que en su opinión obstaculiza a aquél -desigualdad dederechos, jerarquía, aristocracia, estancadas formas religiosas- recibedardos de dura critica en las p~cri.n2.s de su diario. Su teoria del pro-

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greso y evoluci6n de la huma.nidad está en plena gestación. En 1875 suAJrcimt Society estaba ya terminado. Pero antes de pasar a esta obraquiero a.ñsd..i.z unas lineas firuUes.

He subrayado varia:s polaridades y ambivalencias en la personay trabajo cient::í..fico del abogado de Rochester. Concretamente 10 hepresentado en sus perfiles de abogado, extático, padre y esposo, deensimismado y honrado científico, de etn6grafo y despreocupado,de yankee patriotero, etc. Frente- a Margan el america.a.o, he contra­puesto al Margan antropólogo; juntO al indiófi!o he subrayado eldesinterés por los esclavos negros a su vera; al científico condecoradolo he descrito en un marco ajeno a la Universidad, al hombre socialy de clubs como solitario pensador, al genial em6grafo como invi­dente ante los diferentes europeos y ante la riqueza etnológica de lareligión. Otras dualidades pod.rÍil..n sumarse a las anteriores, peros6lo quiero apuntar brevemente una: el hostigador de la aristOcraciava repetidas veces a calles y ja.rdines para ver de cerca a la realeza o aalgún miembro de la familia real. Ea su diario describe cómo estandoen Vierul. fue a un jardio después de haber «calculado bien el tiempo»para ver ¡nsar a Francisco José. En el momento oportuno la familiaMargan se quita el sombrero e incli.na reverentemente la ca.bezapara saludarlo. El saludo fue correspondido, comenta con fruición,«sólo para ·nosotros, pues no había nadie m.ás». Ea el mismo diarioescribe cómo le molesr:a «la enorme profundidad del rebajamientOde los ingleses ante la cara del re~).

¿Inconsistencias? Pienso que en conjunto todas estas paradojasapuntadas son más bien el resultado de una fé:I:rea. coherenciJl. deMargan el cienc:í..fi.co. En cada periodo científico de su vida estidominado, obsesionado por el desarrollo de una idea. matriz. A des­arrollarla y sistematizarla dirige toda la observación de que es capaz,en ella concentra todo su esfuerzo intelectual. Todo lo relacionadoCaD elh cobra sentido, un significado teórico; el resto de objetos,personas y mundo circundante se d.ifumi..oa en un segundo planode poca impona.acia. También hay que tener en cuenta que Margantoda su vida. fue un pionero. Inicia los estudios del parentesco,ofrece u primera teoria conjunta del progreso humano, observasistemitica.mente por primera vez u vida. del e3.5tor y es el primeroen poner de relieve la relación casa-organizaci6n social. El mismo seconsidera. como un pionero. Al fí.oa.l de su tratado sobre la casa dicete.....rualmeme: «nuestra etnografía. fue iniciada. por investigadoreseuropeos y viciJl.da desde sus principios por una mala inteligencia delos hechos. Los pocos americanos que se han dedicado a esta disci-

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pli.oa ha.n seguido el mismo cami.ao e intensificado los errores ori­ginales de interpretación hasta que la fábula ha arrollido el campode la discipl.irul. Si es posible coroenz:u de nuevo y recuper:u loperdido no lo pretendo determinar. Pero vale la pena el esfuerzo».y no hay que olvid:u que el pionero tiene gue abrirse su propiocamino con esfuerzo y tesón, sin mirar a. los Lados, sin prodigarseni desparra.ma.rse. La. concentración y dedicación le son esenciales.No encuentra apoyos ni ayudas en su sendero; lo crea él. De aquílas dudas persoilll..1es, los dilemas, las fáciles inconsistenills cientiticas,la faceta negativa en Wl2. pahbra. Pero neme a ésu y eclipsándola,se alza la creación personaJ., la obra original, primera. y única en sugénero de la que vaya escribir a conUnWl.ción.

TI

LA SOOEDADPRThflTIVA

El título completo original de esta obra es: AJtcient Sociery, orResearches in 'he Lines o Human Pro ess rom Sa2Ja tbrO¡;;f)JJ;ii¡;;;¡¡¡mto CiviJizatioll. Fue publicada por World Publishing, Nueva. ork,en~. En el manuscrito original aparecía. um. quinta parte titu1td.a.El crecimiento de la idea de fa arquitectura de la casa, que no viene pu­blicada en la presente edición y que tampoco se publicó en 1877.Apareció en forma separada y con el tÍtulo HO/lSes and HotlSe-Life01 the American Aborigines en r88I, un poco antes de morir su autor.Teniendo en cuenta el título general en inglés, La Sociedad l111tigv.avertería mejor al espaií.olla idea de Margan. En la obra se ofrece l.l.!U

original WeltcmsehlZt!tmg filosófica para la. inrerprer.ación de la evoluciónde la humanidad. Enmarcando el libro en el contexto de ideas de la¿poca podremos justipreci:u roejor la aponación del mismo.

La idea de eyoluc.iQn. significando la clasificación sistemáticade rodas los or ·sroos de foIlllil. ue los de menor coro le·idad deorganización ocu en un 010 de la escal.a. os e mavo coro le· idad

e organIZación el polo opuesro, es muy antigua, viene de ]05 griegQs.A esta concepción se le llamó Seala Na/l/rae y a.barca desde hsrocashasta el hombre.. Esta era. la ideología gene.ral de los biólogos en~0-A5lm.' El francés Bonnet (172.;:1793) es quizá el mejor elq'o­nente de esta opinión o corriente a la que deoominó échelle des étTes.

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La escuela de la Natur-philosopbie de zoólogos alemanes de prin­cipios y mitad del siglo XIX, apoyándose en la Scala Naturae, des­arrolla la idea de que la estructura de todos y cada organismo erauna. copia o reproducción, algo modificada, de un plan universalo arquetipo común a todos.

Los geólogos eran un poco mis audaces. J. Hurtan siguiendo 10expuesto por Buffon en Epocas de la Naturaleza (1778) publicó en1785 su Theory ollhe Earth. Aquí mantiene que los restos fósiles deanimales y plantas son documentos del pasado, y que los estratossedimentarios son consecuencia de los pmcesos físico-químicos ydeposiciones de productos anteriores. G. Werner y su escuela quemantenía la «teoría neptunista» (1820-18;0) defendiemn por el con­trario una secuencia de períodos caracteri:zados por rocas, conse­cuencia de un precipitado químico del océano. Esta teocia produjootra llamada «teoría catastrófica», según la cual los períodos de latierra estaban separados por catástrofes que destruían animales yplantas para volver a aparecer en el siguiente período. Estos antece­dentes, junto con los esfuerzos arqueológicos realizados por Frere(1800), Chistol y Serres (antes de 1830), Toumal (1833), Boucherde Perthes (1836) Y los resultados obtenidos por una comisión danesaarqueológica que en 18;6 establece la secuencia de edades de Piedra,Bronce y Hierro, estuvieron a la base de una obra decisiva: TheGeologica/ Evidences of the Antiquiry of Man (186;), debida a C. Lyell.Partidario de la sfruggle and progress, conjugó elegantemente la geolo­gía, arqueología y etnología para demostrar la antigua. contempo­raneidad de fósiles, animales e instrumentos. El hombre existía yaen el Paleolítico. Huxley, el conocido por Margan en Londres,escribió que Darwin, con su obra On Ihe Origin of Species (1859), erael natural sucesor de Hutton y Lyell.

En el mundo filosófico literario la idea de evolución como des­pliegue de unas formas en otras era también muy antigua.. Ya elpoeta romano Titus Lucretius Carus adoptando la teoría del universodel griego Epicuro, nos legó en los exámetros de De rerum naturaesu idea sobre el origen o proceso cósmico de los átomos; en el suelocálido-húmedo de la tierra se forma la vida vegetal, después la ani­mal y por último la del hombre que de broto pasa paulatinamente acivilizado. Pero saltando unas cuantas centurias para apro:rimarnosa Margan en~ontramosel eco de Lucrecio en G. Vico. Asiduo lectorde aquél, nos .ofrece una tavola eTon%gica en La scienza nuova seconda,en la que aparece la antigüedad dividida en tres épocas: la. de losdioses, la de los héroes y la de los hombres. Estos a su vez han pasado

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por tempi religiosi, por tempi pllntigliosi y por tempi civiJi. Volt2..Ü:edescribe el desarrollo de la organización cristiana y sistema feudalen Europa en Essai sur les moeurs et l'esprit des nations (1745). Montes­quieu en De I'esprit des Iois (1748) titula un capítulo Des peuples sl1P.vageset des pwples barbares. Los tres títulos siguientes son expresivos:Turgot escribe Tableau philosophique des progrés successifs de l'esprithJlmaine (1750), V. de Castellux Considerations sur le sort des hommesdans les difjérenles époques de l'histoire (1772) y Condorcet Tableauhistorique des progres de l'sprit humaine (1794). En esta.. obra traza agrandes rasgos diez etapas de evolución del género humano.

Turgot mantuvo una. tripartita división de progreso: el cazadorpasa a pastor y éste a. agricultor. Esta división pasa a An Esscry onthe History 01 Civil Society (1767) de A. Ferguson, quien además dividela historia. de la humarúdad en tres periodos: el de los salvajes que noconocen la propiedad, el de los bárbaros que la conocen pero care­ciendo de leyes, y el de los civi..li2ados. Esta clasi.6.cación se repiteen Morgan. El escocés Jobo Millar escribió una obra, realmenteinteresante, titu.la.da Observations concerning the Distinction of Ranks inSociery (1771). En una poderosa constelación de variables se esfuerzaen delinear el proceso de la familia y el parentesco, la propiedad,la división del trabajo, el comercio, el origen y evolución de la auto­ridad, de 12. esclavitud y del feudalismo. Otro escocés, W. Robertson,insiste, bajo una perspectiva personal, en la terna tipológica evolutivaque ya conocemos y que desarrollará Margan -salvajismo, barbariey civilización- en The History of America (I777).

En Alemania, a los trabajos de Herder (1784) y Meiners (1785)sobre el origen de la sociedad siguen los de G. Kle.m, quien escribióen el primer volumen de Allgemeine I0f1tur-Geschicte der Menscheit.(1843) sobre la. evolución humana distinguiendo tres estadios quevan desde el salvajismo -WildheÍ!- a 12. domesticidad -Zahmheit­para ClllmimT en la libertad. T. Waitz trató de explicar en Anthro­pologie der Naturw¡;lker (1858-71) que el progreso evolutivo humanodependía de las condiciones naturales y sociales de los grupos huma­nos. El jurista suizo]. J. Bachofen pronunció un discurso en laXVI Asamblea. de Filólogos alemanes (Stuttgan) con el título VomWeiberrecht o el reinado de la mujer. En esta disertación, que tuvolugar en 1856, e..~resó en trilogía esquileana el combate entre laginecocracia. y el matriarcado. En este finísimo análisis evolutivoestán condensadas las ideas que más tarde sistematizó en Das MJltter­recht (186r).

En este mismo año vio la luz AfJcient Law, de H. S. Maine, obra

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en la .que quiere demostrar, en esquema evolutivo, que las institu­ciones legales nuestras son el resultado del desarrollo histórico.La ironía enlaza a estas dos obras publicadas en el mismo año: frenteal hetairismo y matriarcado e.xpuesto en Das Mutterrecht, defiendeMaine la forma patrilineal-patriarcal como primera en la familia.En 1865 aparece Researches into the Ear!J History of Mankind and theDevelopment of Civilization, de E. B. Tylor, magnífico manual conexcepcional riqueza de datos, en el que el autor aborda evolutiva­mente el origen del fuego, mitos, lengua, insuumentos, escritura,matrimonio, etc. Sobre el matrimonio también y en el mismo año,apareció Primitive Marriage, del abogado escocés ]. McLennan.El escocés establece un esquema evolutivo que va desde la indife­rencia ante normas matrimoniales a la poliandria, a la captura demujeres y a la poliginia. La matrilinealidad precedió a la patrili­nealidad, como no podia ser menos según la lógica de su esquema.Ademis de Tylor, J. Lubbock escribió sobre el origen de la civili­zación y la evolución de las ideas religiosas en Pre-Historic Times,as Illustrated by Ancient Remains and the Manners and Customs of ModernSavage.r (1865) y también en The Origin of Civilization and the PrimitiveCondition of Man; Mental and Social Condition of Savages (I870). Deno­mina extrañamente al primer estadio religioso con el nombre deateísmo, por e! que signi1ica carencia de ideas concretas sobre la divi­nidad. Siguen en su esquema el fetichismo, el totemismo y la idolatría;de aquí pasa a referirse a la divinidad como a un ser creador de lanaturaleza y termina con e! período en que moralidad y religión secombinan para formar un conjunto. Como en mayo de 1875, Morgantermina su manuscrito evolucionista, es innecesario ya. seguir conla lista de otras posibles fuentes o influencias que como telón defondo pudieran condicionar su obra.- Geólogos, biólogos, zoólogos, arqueólogos, filósofos y antro­pólogos a la vez, y en distintas geografías, trabajan en el mismosentido. El momentum cultural 10 hacía inevitable. Estos últimos, ensu afanosa búsqueda de una teoría del progreso, comparten y partende ciertas asunciones básicas. He aquí las principales: 1) los antro­pólogos evolucionistas buscan determinar científicamente los perio­dos universales, en tiempo y espacio, del desarrollo socio-culrural'2) En toda seriación hay que comenzar por el principio; es, por con­siguiente, primordial, indagar sobre los orígenes de los fenómenose instituciones socio-culturales. 3) El·comúu acervo de rasgos men­tales propios de la humanidad -en otras palabras, su unidad psí­quica- explicará no sólo el origen independiente de los elementos

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culturales, sino también la extensión espacio-temporal de la seriación.4) Esta viene dete.mlÍnada por los arqueólogos; ahora bien, la Arqueo­logía presenta limitaciones, por ejemplo, ¿cuáles eran los modos devida y creencias correspondientes al período denominado del Bronce,o de la Piedra? ¿Eran fetichistas o animistas? ¿Monógamos, patrili­neales o matriarcales? 5) Cometido indiscutible del antropólogo esrellenar cada uno de estos pedodos arqueológicos con los mediosde subsistencia, sistemas de parentesco, modos de vida, institucio­nes -yen todo esto la aponación de Margan es decisiva-, creenciassupersticiosas y religiosas, etc., que les corresponden. 6) Metodo­lógicamente tienen que servirse los antropólogos de datos etnográ­ncos de culturas vivas -trabajo de campo de Morgan- y de docu­mentos históricos. Aquí tenemos en origen el método comparativo.7) Para lo primero hay que asumir que diferentes culturas observa­bles en el presente representan diversos estadios en la evolución gene­ral; en otras palabras, la técnica consiste en interpolar en el pasadolas culturas primitivas actuales. 8) El esquema interpretativo que seobtiene con esta interpolación y trasiego de roda clase de datosetnográficos es éste: las culturas evolucionan a través de períodossimilares -o idénticos- para desembocar en estados similares -oidénticos-o La evolución es progresiva, lineal y descansa, en granparte, en la inventiva -invención-, inherente a la comunidad o

•unidad psíquica humana.. Este era el esquema general, difuso, de postulados que flotabanen el ambiente científico antropológico-arqueológico cuando Morganse paseaba por Europa y visitaba a sus colegas londinenses. Por otraparte, los antropólogos que he citado anteriormente y cada uno asu modo y entender, se especializan en investigar el progreso oevolución de aspectos o segmentos, de algunas instituciones o par­celas humanas. Cuando escribe Morgan habían aparecido estudiosde la evolución de instrUmentos y cultura material (escuela alemana),del matrimonio y sus formas (Bachofen y McLennan), de la ley(Maine), de la autoridad y feudalismo (Millar), de las ideas religiosas(Tylor y Lubbock), etc. Faltaba una visi6n sintetizadora. y audaz, deconjunto, una teoría evolutivo-funcionalista en la que se intentarano s610 dar raz6n del cómo, sino también del por qué. Dada la tendenciay orientación científica de mediados del siglo pasado, o en otra.spalabras, si ten.emos en cuenta los condicionamientos culturales delpensamiento cienúfico en ese momento, no podía hacerse esperar;la agudeza mental y el poder sintetizador de Lewis Henry Morgannos la regala con su fascinante Sociedad primitiva.

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Tenemos, pues, la obra centrada, conocemos su nicho, su con­te."{tO, sus antecedentes en la historia -aunque expuesta brevemente­del pensamiento evolucionista. No hay duda de que Margan mane­jaba cierta literatura evolucionista, ya que COQocÍa personatmente?varios de los autores. Estando en Londres, por ejemplo, trata deconocer, a través de McLennan, a Herbert Spencer «a quien Darwinen su Ducent 01 Man llama nuestro más grande @ósofo», relata ensu diario. Este deseo de hablarle personalmente da pie para asumirque conocía los escritos spencerianos sobre hipótesis del desarrolloy leyes y causas del progreso, que aparecieron en 1852 Y 1857. Cuandoel manuscrito estaba en prensa añade una cita del libro de SpencerPrincipIes ofSociology que acababa de aparecer (p. 506). Conc1etamente,en La Sociedad primitiva cita a Darwin -obra anterior- enla página 42,; también al Primitive Morriage de McLennan (véanselas pp. "7, >78, 416 Y la 5°4 ss.), y a dos obras de Tylor: Early Historyo/ Mankind, a la que califica de <<valiosa obra» (pp. 85, 86, 87, lI7,228, 229, >79, ,89) Y Primitive Cultllre (p. ,79). Das Matterrecht, deBachofen. es obra calificada por Morgan de <<vasta investigación»,ya ella se refiere en las páginas ,67, ,68 Y 457. Al citar a Early Historyo/Institlltions, de H. Maine, en la página >75 la califica de «recienteobra». Efectivamente, con el título de Lectures on the Early Historyof Institlltions se publicó en 1875 yen 1888 en Nueva York. Comosabemos que Morgan terminó su manuscrito en 1875, la cita indicael interés de Margan por la literatura evolucionista. Origin o/ Civiliza­tion, de Lubbock, aparece en las páginas '30 y >79-,80. El clásicoLucrecio y por su De rerum natura puede verse citado en las páginas9', 96 Y '04· Prescindiendo de los numerosos clásicos griegos y roma­nos, y de los historiadores españoles de los siglos XVI y XVIr, mencionatambién la obra Primitive Man, de Figuier (p. lIO), y La cité antiqlle, deFuste! de Coulanges (pp. 277 Y 541). Pero no se refiere ni a Fergusonni a Robenson que habían ofrecido ya un"esquema de etapas evolu­tivas idéntico al suyo.

En conjunto sorprende la parquedad de citas," tanto más si tene­mos en cuenta que CllilD.do~menciona_a esos autores se sirve de datosconcretos que ellos presentan, sin aludir al enfoque teórico subya­cente. Desde luego que es innegable la influencia e.'Cterna provenientede los postulados cientilicos de la época, de! zeitgeist, es decír, de lageneral tendencia evolutiva en la investigación. Pero la razón inme­diata, interna, de la gestación de La Sociedad primitiva hay que buscarlaen otto-.lu~n la hipótesis que subyace a su anterior libro íirte~as

df~

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La, rareza de la terminología con que los iroqueses designaban e!parentesco clasificando en una misma categoría a ciertos parlent~slineales y colaterales -véase el diagrama de la(p, 5;~ fascinó aMorgan, Este elemento de sorpresa le llevó a inquirii: sobre la nomenC

CIatura y a investigar e! parentesco, Pronto se formuló tres postula­dos que le gwaron en sus lUvestlgaciones: 1) La tenninologia clasi­ficatoria no es un mero tu.r vocis sino una condensaClon verbal aefunciones, derec os y obligaciones sociales que estin a a base dela orge.m.zación social y política (correcto y uno de sus mayoreslogros). z) Los siStemas de parenreSCQ, que reflejan y surgen de sis­temas sociales, poseen un Jempo de cambio su; gmeri;; mientras que10$ 'íltimos pueden cambiar a no ritmo acelerado, los sistemas deparentesco pueden pervivir cuando los sistemas sociales y las con­diciOnes Que los oriO'iparop han dcs"parerido (correcto). ,) Que eneste caso la no" "2. las anteriores condiciones de las,ociedad como pueden ser tipos e.....-ti.nguidos de mattunomo y amilia(incorrecto). Por ejemplo: Morgan encuentra que en la nomenclatura

~.J polinesia de parentesco hay una misma palabra para designar padre yá -< hermano de la madre (correcto), De aquí concluye que en tiempos

1 anteriores los hombres casabin con sus propias hermanas (incorrecto),que la pervivenci. de! término común es la prueba de la remotaexistencia de esa familia (incorrecto) que a su vez es una etapa. enla evolución hacia la familia monógama (incorrecto),

Al darse cuenta Morgan de que e! sistema de parentesco de losojibwa (Lago Superior) era similar al de los iroqueses (en el estadode Nueva York), se pregwtta a sí mismo: ¿a qué se debe esa simila~

ridad de sistema entre dos pueblos no relacionados ni geográfica ni'lingüísticamente? Su respuesta hipotética es: procederán ambos deun tronco común (incorrecto). Dos casos no son, claro está, sufi­cientes para validar una hipótesis, Redacta un cuestionario y lasrespuestas que le llegan van descubriendo el radio de similaridaddel sistema, Va en persona a investigar; e! matcrial recogido pruebaque los indios americanos companen un sistema de parentesco.Conclusión: la identidad de sistema de parentesco prueba e! origen,proviniendo de un tronco único y común, de todos estos pueblos(incorrectO). Pero Morgan no se detiene aquí; la secuencia del argu­mento es clara y se impone: si e! común sistema de parentesco clasi­fica a esas razas en orden troncal ofreciéndonos la clave para conocersu procedencia e histOria, el análisis y comp=ción de los sistemas deparentesco de pueblos en «India, Mongolia, Tibet, Siberia, China,Siam, Japón, Australia, islas del Pacífico, Mrica y América del SUD>

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(la lista es de Morgan), nos proporcionará la clave para explicar lahistoria del género humano, su evolución. Al recibir en Rochesterel sistema de parentesco de los tamil del sur de la India y comprobarque era slmHar al a.merJcano 1.0&0, cree Que !lene en sus manos la prueha decisiva ara demostrar el ori en asiático de los indios americanos.

El siguiente paso en la l6gica morgan.tana es este: s do identidad virtual de los sistemas de parentesco recogidos hace quetodos se puedan agrupar dentro de una categoría común. Ahora bien,ese sistema común de parentesco es marcadamente diferente al nues­tro, que a su vez es idéntico al semita y celta; luego hay dos sistemasde parentesco. Al primero llama sistema clasificatorio y aTsegundodescriptivo. Si se toman como modelos o arquetipos, la división escorrecta. PUestoS ambos sistemas en conexión, resulta para Marganque el primero ---común entre los primitivos- es más antiguo que elsegundo, que uno procede del otro (incorrecto); luego a través delos sistemas de arentesco podemos describir y licar la historia,es ear evo ución e u.ma.n1 a Incorrecto. En otras palabras,Morgan yerra al asumir que lo que es coe..'<istente y diferente es a lavez, y por eso mismo, diacrónico, sucesivo. Este es el esquemal6gico -distorsionado como toda simp1i.6caci6n- que subyace a laobra Sistema.; de confanguinidod, matriz de La Sociedad primitiva. El

. desarrollo de la lógica interna de la primera, favorecido por el climamental de la época, produce la segunda. El segundo libro es, en ciertosentido, una orquestación wagneriana de los motivos insinuados enel primero. Voy a comentar brevemente algunas de sus partes,comenzando por reducir la obra a un cuadro para que pueda verse elcontenido en perspectiva correlacionada. (Ver cuadro pág. 31,)

Al úlrimo periodo de la barbarie sigue la Civilizaci6n que comenzócon el alfabeto fonético y uso de la escritura y llega hasta nuestrosdías. No viene dividida en subperiodos y Morgan le dedica pocaslíneas (pp. 99-100; la nombra entre otras, en las pp. 128, 137, ZOI, z56,29", 3'9, 131 Y143)' Lo que realmente la define además de la escritura,es la propiedad privada absoluta y la aparici6n en plenitud de lasociedad política. Este es un concepto morganiano que ha pasa(fc)aser clave en la sociología. Establece una polaridad entre focieta.; ycivita.; que se acerca a la tipología delineada por Maine en AncientLaw (18Gl). Contrapuestas en dos columnas estas dos formas degobierno se observará mejor su naturaleza respectiva.

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LA SOCIEDAD PRIMTTlVA 39

SOCIETAS CIVITAS

Organización social basada engentes o clanes y tribus.

Por tanto:Gobierno basado en la persona

y sobre relaciones puramentepersonales.

El gobierno actúa sobre lapersonas a través de la genso clan y tribu.

Relaciones puramente personales.El Estado no existe.Seguridad del individuo

en la gens o clan.Sociedad antigua.

Organización política basada enterritorio y propiedad.

Por tanto:Gobierno basado en la propiedad

y en el pueblo, provincia yEstado.

El gobierno actúa sobre laspersonas a través de relacionesterritoriales.

Relaciones puramente territoriales.Existe el Estado.El Estado protege personas

y sociedad.Sociedad moderna.

Estos dos conceptos marcan la linea divisoria entre el mundobárbaro y el civilizado. El origen de la Ovitas ha* 'tue buscarlo enel cre~imiento de ~r~p~edad y en_ el aumento ~;tos lDdlVlduos.~La dicotomía -parece sencilla y obvia, pero «no obstante parecer unaidea sencilla -dice Margan, p. z58,-- su logro exigió siglos de tiempoy una completa revolución en los conceptos pree..~stentes de go­biemo». Y desde luego, si se la toma como tipo ideal o construcciónparadigmática sigue siendo hoy de un excepcional valor heurístico.

¿Qué valor atribuye su autor a los períodos y subperíodos delcuadro? O dicho de otra manera, ¿cuál es su concepción del progresoo evolución humana? ¿Cuáles son sus asunciones, criterios y pruebas?¿Qué pretende, en una palabra? El mismo nos da la respuesta a lolargo de la obra. Concretamente, bus~~r.rimer.':, claves para recons­trnir y ':'''Plicar <dos misterios de la Sociedad primitiva» -p. 4;Z-,es decir, las instituciones primitivas -p. 378-. Segundo, conoci­das éstas podría explicarse «el origen de los sistemas» socioinstitu­cionales -p. 517-, presentando <<pruebas del progreso humanO:-..según se halla revelado por invenciones y descubrimientos, yp~crecimiento de las ideas de gobierno, de familia y de propiedad» (p. 79)·TeI:.cer_o, conseguido esto, se podian «senaIai' las etapas principalesdel desarrollo humano» (p. 78), para de esta forma hacerlo «inteligiblecomo una unidad organizada». Margan no deja de comprender que

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este enfoque del problema se opone «a un juicio que durante siglosha tenido general aceptacióm>. Se refiere «a la hipótesis de la degra­dación del hombre como explicación de la existencia de bárbaros ysalvajes, a los cuales se les encontró física y men~mente en un nivelmucho más bajo del que se suponia oeupar el presunto hombre origi­nal. Jamás fue este un postulado científico, apoyado en hechos>>.Rechaza, pues, una hipótesis entonces en boga entre ciertos sectores;pero ¿cuáles son los postulados e hipótesis desde los que él partepara lograr la meta que se propone?

Asume -<omo otros antropólogos de la época- ~I~ás4 simple es a.nterior en tiempo, q.ue lo más astignQ {]le universal y que

lo universal tuvo un origen común (incorrecto). He aquí un ejemplode su razonamiento: «es evidente que el sistema malayo no ha podidoderivar de ningún otro existente, porque no puede concebirse nin­guno más elemental que él. .. es el más simple y, por consiguíente elmás antiguo» (pp. 410 Y 4II). Otro ejemplo: en las tribus aisladas,bien limitados y pobres en recursos, de lento desarrollo interno,encontramos las instituciones primitivas -p. 381- (correcto enconjunto). Pero de esta premisa pasa a conclusiones incorrectas encuanto traspola e.nensión espacio-temporal. Asi a las páginas II 6-7subyace este raciocinía: la el .zación a hase de sexo sólo se haencontrado en Australia; ahora bien, los austr anos a orígenesrepresentan hoy el peldaño ínfimo en la escala evolutiva, luego siellos tienen la organización, ésta fue primaria en tiempo y espacioy por tanto universal.

La unidad psíquíca del género hunrano es otro de los puntos departida morganianos, tomado del común sentir antropológico y quees correcto. El se lo apropia de esta manera (p. 544): «con un mismoprincipio de inteligencia y una misma forma física, en virt::i ~e unorigen común, los resultados de la experiencia humana han sido l~s

mismos substancialmente en todo" IQS tiempos yen todas las region~es

de la misma condición étnica». Como puede observarse en esta cita,de un principío correcto pasa a conclusiones generalizadoras noimplicadas en la premisa. Y conrinúa: «el principio de la inteligencia,aunque restringido en su potencia dentro de estrechos limites devariación, busca indefectiblemente las mismas normas ideales. Enconsecuencia. sus operaciones v procesos han sido uniformes a~sde todas las etapas del progreso humano. No podría sostenerse otroargumento más satisfactorio de la unidad del origen del hombre.

~. Tanto el salvaje, como el bárbaro y cqmo- el humh<e civi.!Lz.~do

'-F>- presentan un principio común de inteligencia [correcto]. Fue en vir-

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 41

tud de este principio que bajo condiciones similares el hombre pro­dujo los mismos implementos y utensilios y las mismas invencionese idénticas instituciones que desarrolló de idénticos gérmenes ori­ginales del pensamiento». Más adelante indicaré la forma en que esteargumento viene desarrollado en la obra.

En la página 389 escribe que se basa para este estudio «en lateoría del desarroUo progresivo de la humanidad». No es pues de extra­ñar que comparta también otras premisas y asunciones propias de losescritores de la época y de la teoria. En conjunto Morgan ve la teoríaevolutiva como formando parte de una «selección natu.ra.b> -p. 4; 1-,

como un <<proceso de... desenvolvimiento» (p. 401). Este a su vezimplica «diferenciación» (p. 29') formal, desarrollo desde un tipo,forma o grado anterior, más bajo y menos complejo, a estructurasy formas posteriores, más altas, elevadas y complejas (pp. 477, 298,266, 9'). El proceso y progreso es cumulativo, gradual y continuo(pp. 124, 400), no rigurosamente pero sí esencialmente geométrico(p. 106). Ahora bien, lo que evoluciona no es el individuo como tal,o una institución o ciertos elementos de la cultura material. Lo queprogresa es la especie, la organización social, la Cultura. En estoMargan se muestra especí.6co y reiterativo; se trata. del «desarrollode instituciones ... invenciones y descubrimientos» (p. 423), de unmovimiento orgánico y desarrollo progresivo del sistema social, dela sociedad, de la familia humana, del progreso general de la huma­nidad (pp. 77, 124,467,4°1, 501). En frase textual: «todas las compro­baciones del saber y experiencias humanas tienden a demostrar quela raza como unidad, ha progresado firmemente desde una condiciónmás baja a una más alta» (p. 124).

Todo progreso y perfeccionamiento supone un cambio, un pasode un estado, condición o forma a otra condición. forma y estructurade creciente complejidad. En otras .palabras, en la teoría del progresoentran como ingredientes esenciales los antecedentes de las formasactuales y el ne.'<o que las une con las precedentes y funuas-:-Morgan,fiel a este enfoque teórico. muestra un horror vacuum en la investiga­ción de los origenes de las instituciones. Todo tiene un germen,elementos preexistentes, estados o condiciones previas, antecedentes,en una palabra (pp. 235, 4'5, 4'9, 422). En ellos y en potencia estála razón del cambio, del progreso, resultante natural y lógico (p. 361)que muestra la ley necesaria e interna del desarrollo (p. 124). Losresultados posteriores forman series cone.."mS, lógicas, etapas sucesivasde integración y reintegración (p. 225) encadenadas al pasado. «Nopodría esperarse que una institución tan notable como la gens saliera

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de. la nada o naciera perfecta, es decir, sin una. base previamenteformada por crecimiento natural [estructural en lenguaje modernoJ.Su cuna debe buscarse entre los elementos pree.xistentes de la socie­dad» (p. 437)' El mismo nos da un ejemplo trivial para clarificar lalínea de su argumento: «los inventos y descubrimientos se ... [han]sucedido unos a otros; e! conocimiento de la cuerda debió precederal arco y flecha, así como d conocimiento de la pólvora debió prece­der al arma de fuego y el de la máquina de vapor al ferrocarril y albuque de vapor» (p. 502). Si el consecuente es e! despliegue ulteriordel antecedente) si aquél refleja y reproduce en parte a éste, tenemo·sque lo que existe, las instituciones actuales, muestran y e".-plican loque existió, es decir, fluye la conclusión de que el presente duplicaen parte, descubre y explica e! pasado. Esta forma discursiva de laque usa y abusa Margan le conduce a un apriorismo que voy a seña­lar a continllil.ción.

Parte, desde luego, de que la historia más antigua de la huma­nidad es materia de consideración especula.ti~a(p. 111), por e! simplehecho de que no poseemos documentos directos de ninguna clasepara poder recomponer la vida fáñíiliar DI amzaclon SOClaI reli­glosa e ague peno o. ora bien 1 el alba de la humanidad no poreso ha de quedar en absoluta oscuridad; teniendo en cuenta los postu­lados propios de la teoría morganiana de! progreso, en ellos se puedeencontrar al menos una base indirecta para inundar de luz aquellapenumbra. Las instituciones actuales primitivas. las más antiguas geentre ellas, servirán de lataf a ." . rde Ictr o que e ió ser con anterioridad 1 el estado, forma o condiciónInmedíata que les precedía, es deCIr, temendo a la VIsta el coos;':cuente, deduciremos el antecedente. Morgan dedica un buen númerode páginas· y acumula un conjunto de pruebas para corroborar susnumerosas y atrevidas deducciones; como este raciocinio deductivo esuno de los elementos fundamentales del pensamiento morganianoy de la estruerura interna de la obra, voy a reflejarlo citando direc­tamente.

«El camino seguido por la humanidad en su desarrollo puede serrecorrido, siguiéndose un encadenamiento de deducciones nece­sarias» (p. 524). Una proposición tan rotunda tiene que sorprenderhasta a un convencido cartesiano. Defiende como su postulado mayorque la familia comenzó en la forma consanguinea y que a travésde sucesivas etapas de desarrollo llegó a la forma monógama. Puesbien, a continuación escribe esta frase: «de esta conclusión generalno hay nada que no hubiera podido ser anticipado por considera-

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ciones a priori» (p. 486). Asi <da promiscuidad uede ser deducidateóricament con­san~> (p. 497). De la misma manera, un sistema de consangui­nidad presupone e implica una forma concreta de familia. Supon­gamos que se da esa forma de familia; ésta interpreta y e.""lica elsistema de consanguinidad, luego existió realmente esa forma defamilia (pp. 4;8-9). La circularidad del argumento se verá, quizá,más claramente e.'l'uesto de esta manera: A implica a B como ante­cedente necesario (nivel teórico); supongamos (hipótesis) que existe(nivel real) B cuyos elementos n, r, t, explican a A; conclusión: lae.'<istencia anterior de B es real y objetiva. ¿Qué sucede si otra hipó­tesis con otros elementos explica también a A? ¿Cuál de las dosseria la real y objetiva en tiempo y espacio? Tendriamos en todocaso verdades de razón, no de hecho; pude ser así, pero nunca ten­dríamos la certeza de que realmente fue así.-i'"Morgan no se detiene aquí; e."plota además la extensión analó­gica del argumento. Por ejemplo: todas las tribus algonquínas re­conocen a los delaware como a los más antiguos de su linaje (p. 21j).

Ahora bien, la descendencia entre los delaware sigue la línea feme­nina, luego en todas las tribus algonquínas se dio en la antigüedadesta forma de descendencia (p. 220) que hoy ha desaparecido entreellos. Los comanche (dice en la p. ZZ4) practicaban y se regian porel sistema de gentes, luego también fue ésta la organización socialen el pasado de todas las tribus de este tronco. Pero el que tenganciertas características en común estos dos grupos en la actualidadno quíere decir que necesariamente han de tener otras. El que esténagrupados juntoS bajo una rúbrica lingüística, por ejemplo, noimplica que en otros aspectos, sus sistemas sucesorios en este caso,sean iguales o que lo fueran en el pasado.

A veces se muestra más sutil en la manipulación del argumentoanalógico. Cuando enmudecen las fuentes sobre nuestros remotosantepasados arios disponemos de los primitivos actuales para superarlas lagunas de nuestro conocimiento de aquéllos. Se expresa así:«su conocimiento anterior debe deducirse, sobre todo, de la visiblevinculación entre los elementos de sus instituciones existentes einvenciones [excelente enfoque estructural] y de los elementossimilares que todavía se conservan en las... tribus salvajes y bárbaras»(p. 80). Así, por ejemplo, «la forma arcaica de las principales insti­rociones domésticas de los griegos y romanos debe buscarse aunhoy en las instituciones correspondientes de los aborigenes ameri­canos» (p. 89). Y continúa más adelante (p. 1z8): «para la plena com-

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prensión de las gente! [clanes] de estas naciones [griegos y romanos],es sumamente necesario el co"nocimiento de las funciones, y de losderechos, privilegios y obligaciones de los miembros de la gens de!indio americano». «Si no hubiesen quedado en sitios aislados de latierra hombres en estado de salvajismo para atestiguar la condiciónprimitiva de la humanidad en general, hubiera sido imposible for­marse una concepción definida de lo que debe haber sido» (pp. 123-4).En el desarrollo de la analogía, Margan asume «que los antepasadosremotos de las naciones arias pasaron por una experiencia semejantea la de tribus báIbaras o salvajes de tiempo actuab, (p. 80). Mientrasse trate de argumentar modo al1alógico y de descubrir paralelos, unospueblos e instituciones pueden ciertamente arrojar luz sobre otros,especialmente si se toman en consideración condiciones estructuralesde medio, habitat, densidad de población, etc. Pero cuando se tratade adscribir orígenes) el argumento analógico pierde densidad, sequeda en mera hipótesis o en pura opinión personal. La falacia quedapatente si se reduce el argumento a esta forma: A es similar a B~~

B tuvo e! origen C, luego A tuvo el origen C. Desde luego que enprincipio es posible asignarle a A e! origen C; pero no hay que ol­vidar que distintos elementos, condiciones o antecedentes puedenproducir un resultado similar, o simplemente que A adquirió susimilaridad copiándola de la sociedad L, y en este caso los ante­cedentes de A no tienen que coincidir necesariamente con losde B.

Las traspolaciones del argumento analógico y deductivo en suaspecto negativo vician La Sociedad primitiva; de aquí que durantedécadas la obra haya sido preterida. Abunda el argumento en suforma más ingenua: «el estado de sociedad que indica la familiaconsanguínea señala con lógíca precisión una condición anteriorde promiscuidad. No parece haber escapatoria para esta conclusión»(p. 423). «Suponiendo que no existiera constancia alguna de la e:-cis­tencia de la familia sindiásmica, considerando la punalúa en unextremo de la serie y la monógama en el otro podría deducirse lae.'<istencia de esa forma intermedial, (p. 462). «Es imposible concebira la gms como apareciendo por primera vez en otra forma que en suforma arcaica [entre los indios americanos] por consecuencia~ lagens griega debió haber tenide, originariamente, esta formal> (p. 269).«Las gentes aztecas son lógicamente necesarias para e::-..-plica.r la exis­tencia de un consejo azteca>' (p. 246), Ymás adelante: «la estructura yprincipios de la sociedad india requieren un consejo entre los aztecas,y por tanto se debla contar con su existencial' (p. 247)· Los celtas

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 45

estaban organizados en gentes; ahora bien, <<no consta que la organi­zación en fratrias existiera entre ellos; pero es indudable que, tantola ¡rama como la tribtl, existieron en un período anterior» (p. .3 75),etcétera.

He subrayado el perfil negativo de La Sociedad primitiva. La. den­sidad específica de la misma roy que justipreciarla contraponiéndolacon la modernidad de su aspecto positivo, el que hace que la obrasea reeditada una y otra vez. Si Margan se hubiera servido única­mente del arguménto lógico deductivo, la lecrura del libro quedaríarelegada a los historiadores de la disciplina; no pasaría de ser unaantigualla para eruditos. En realidad, la mayor parte de la obraestá dedicada al análisis y estudio positivo, estrucrural, de hechos,instituciones e invenciones. Dice taxativamente en la p. 392: «laverdadera historia de la humanidad está contenida en la historia delnacimiento y desarrollo de las instituciones)}. El gobierno, la familia,el lenguaje, la religión y la propiedad son los hechos básicos quehan determinado el curso de la evolución y progreso humanos (p. 12 ¡).Su estudio es por tanto crucial para determinar las etapas principalesdel desarrollo de la humanidad (pp. 77-78) Ye":plicar la historia mentaldel hombre. Más concretamente: Margan establece con precisiónuna dicotomía que cree e"plica el progreso. Por una parte apela a labiología, por otra al análisis estrucrural de las creaciones humanas.Escribe en las pp. 80-1: «la c.."Periencia del género humano ro sidocasi unifotme... las evoluciones del principio mental ron sido uni­formes en virtud de la identidad específica del cerebro en todas lasrazas humanas. Esta, sin embargo, es sólo una parte de la explica­ción de la uniformidad de los resultados)}. La otra parte de la expli­cación proviene de

razones objetivas

necesidades humanascondiciones similaresuniformidad de la e"periencia humanamedio geográficosubsistenciadensidad y aumento de poblacióncomunicaciones/aislamientoinventos y descubrimientospropiedadfamiliagobiernoinstituciones en general

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46 LEWIS B. MORCAN

es decir, de condicionamientos estructurales universalmente ope­rantes. En este enfoque radica la vigencia actual de la tesis morga­mana. Más aún: el análisis etic o estructural moderno tiene sus raícesen la espléndida visión estructural de Morgan. Sus análisis en cadenasy series de cone."¿ones y vinculaciones sirven hoy de modelo. Inclusola vertiente estructuralista levi-straussiana tiene un arranque indi­recto en las verdades de razón morgao;anas.

Por necesidades humanas entiende las de la especie, las de! grupo,no las individuales; en la p. 289 dice concretamente (<necesidadesprimarias de la hum:midad». Provienen del crecimiento de la población-<¡ue a su vez depende de los medios de subsistencia- y de la nece­sidad de regular la vida en convivencia. Al estudio de los medios desubsistencia dedica e! segundo capítulo de la primera parte. Elprimer pá.rrafo muestra la importancia como factor primum m(11J~ns

que él le atribuye, y e! engrmaje estructural en que opera: (<El hechoimportante de que e! hombre comenzó al pie de la"escala, y se elevó,está demostrado e.~resivamente por la sucesión de sus anes desubsistencia. De su ingenio, en este sentido, pendía la cuestiónentera de la supremacia del hombre en la tierra. El hombre es elúnico ser de quien se puede decir que ha logrado el dominio absolutode la producción de alimentos que, ea el punto de partida, no eramás suya que de otros mirnales. Al no habet ampliado las bases desubsistencia, el hombre no hubiese podido propagarse hasta otraszonas que no poseyeran las mismas clases de alimentos, y luego, portoda la superficie de la tierra; y, por último, a no haber logrado eldominio absoluto tanto sobre su variedad como sobre su cantidad,no se hubiese podido multiplicar en naciones populosas. Es, portanto, probable, que las grmdes épocas del progreso humano se hmidentificado, más o menos directamente, con la ampliación de lasfuentes de subsistencia» (p. 90; pueden verse además las pp. t68,181,209,447,534). Si a estas cone.xiones añadimos las que estableceen ottas páginas con la densidad y aumento de población (pp. 165, 166,168, 2.16, 2.5°, %.80, %.84, 351), comunica.ciones (p. 22.0), aislamiento(pp. 88, ;88, ;89), inventos y descubrimientos (pp. 77, 85-86, 107,2;6, 425) Y medio geográfico en general (pp- 9

', 92, 9;, 94-95, t99,

2;9, ,88, 42¡) veremos que ha delineado los condicionamientosbásicos que hacen posible el desarrollo de la propiedad, diversoscipos de familia, gobierno e instituciones en general. Al procederde esta manera presenta una matriz de posibilidades estructuralesque le acercan mueho a la moderna ecología cultural.

Morgm tenia una idea muy clara -mucho más que sus colegas

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 47

antrop610gos incluido Tylor- de la fertilidad de! principio estruc­tural (relaciones, conexiones internas, vinculaciones necesarias)complementaridad funcional) para e! esmdio de la sociedad. Lo queno es estructural, esto es, necesario, dados los condicionamientosdel sistema, no puede surgir en la Sociedad: «era imposible [escribeen las pp. 179-80] que en e! estadio inferior, en e! medio o en e!superior de la barbarie, surgiese en parte alguna de la tierra y porcrecimiento natural [Le. interno) estructural], un reino a base de lasinstituciones gentilicias. Me atrevo a hacer esta observación en loscomienzos de esta investigación, para fijar más precisamente laatenci6n en la estructura y principios de la sociedad antigua». Obsér­vese la densidad de estas dos frases -<¡ue los historiadores deberíanreleer de vez en cuando- escritaS por un antrop610go que estáhistoriando la sociedad primitiva) sus orígenes concretamente:«toda instimci6n humana que haya logrado perdurar se hallaráenlazada con una necesidad continua» (p. 156) Y<dos grandes principiosde la acción humana ofrecen la guía más segura) cuando su interven­ci6n debe haber sido necesaria» (p. '98). Es la necesidad interna de!sistema) su estructura la que nos conecta el presente con el pasado ycon el porvenir; si el presente se estudia en su estructura interna ynecesaria, ah! tenemos la base para entender e! termi11l1s a qJlo (e!pasado, la historia) de! que proviene y el termimlS ad qllem, las pro­yecciones posibles hacia el futuro. Y e! principio -o principios­que mantienen una institución en operación, ¿no será el mismo-o los mismos- que la originaron? En el presente tenemos unaexcelente plataforma para bucear en el pasado.

El desarrollo y evolución de los sistemas de consanguinidad, de lagei1s, de la propiedad, de la familia y de la sociedad política provienende exigencias internas a cada subsistema particular en cone..'Cióncon todos los demás; es estructural. Para que se prodU2ca un cambiotienen que existir «las condiciones necesarias» (p. 439» o expresadode otra manera, tiene que haber «un motivo suficiente) general eimperioso» (p. 364); no proviene ni de! azar ni del capricho delhombre, ni siquiera de sus ideas. «Los sistemas de consanguinidadno se adoptan) ni se modifican a voluntad. En su origen se han iden­tificado con grandes movimientos orgánicos [estructurales] de lasociedad que produjeron cambios notables de condici6n» (p. 406);<<un régimen de consanguinidad no es producto de un acto arbitrario)sino de una generación llamral [origen estructural]» (p. jOo). Siguien­do la lógica de su pensamiento, veamos cómo se opera e! cambio:«se notará... que estos sistemas [de consanguinidad] son productos

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48 LEWIS H. MQRGAN

naturales [estructurales], inherentes al progreso de la sociedad deuna condición inferior a una superior, estando señalado el cambio,en cada caso, por la. aparición de una instirución que afectaba pro­fundamente la constitución de la sociedad» (p. 403). E insiste en lamisma idea: «el cambio esencial de un sistema consagrado de consan­guinidad demandaba un cambio orgánico de la sociedad de enormesproporciones» (p. 444). ¿Y cuál es la institución, el cambio orgánicode la sociedad, que destruye un sistema de consanguinidad y originaotro? «Fue necesario una institución tan poderosa como la pro­piedad... , con sus derechos de propietario y herencia, juntamentecon la familia monógama que creaba, para derribar el sistema turaniode consanguinidad y sustituirlo por el ario» (p. 399).

Otros ejemplos del uso morganiano de la explicación estructuralson los siguientes. El consejo de la gens <<respondía a una necesidadreal, y debía perdurar mientras durase la sociedad gentilicia» (p. 173).Con e! tiempo las gentes se confederan en unidades mayores. <<Lascondiciones bajo las cuales las confederaciones nacen a la vida, y losprincipios en que se basan... surgen, naturalmente, con el tiempo,de elementos preexistentes». ¿Y cuáles eran éstas? «En sus recíprocasrelaciones como segregaciones. de la misma gens, estas gentes sumi­nistraban una base natural y duradera para una confederacióm)(p. 181). Pero esto no es suficiente; Margan recurre certeramente alprincipio de la policausalidad: «el principio de cohesión de la confe­deración no nacía exclusivamente de los beneficios de una a.l.i.anzade mutua defensa, sino que tenÍ2. razones más hondas en el vínculode parentesco» (p. 187). De esta manera imbrica desmembración dela gens -por crecimiento de población-, relaciones recíprocas delos grupos resultantes, alianzas de mutua defensa y relación troncal,razones todas internas al sistema. El ocaso de la gens es tambiénconsecuencia de relaciones objetivas, no proviene de deseos indivi­duales; se debe a <<una razón de peso», al aumento de la población, alas migraciones, al comercio ya la guerra (p. 298). ¿A qué se debe elorigen del principio democrático? N o es que se le ocurriera a alguienesta idea luminosa; hay que buscar el «motivo suficiente, general eimperioso». «En el desenvolvimiento y progreso de esta institución[la propiedad] puede descubrirse el origen y desarrollo de! principiodemocrático» (p. 340). ¿Cómo estaremos en condiciones de entenderalgo a primera vista tan íntimo como la vida religiosa de los griegos?Dirigiendo nuestra atención a la gens y a lafratria (p. 277). Un últimoejemplo: «el desenvolvimiento de la vida e instituciones municipales,la acumulación de riqueza en las villas demarcadas y los grandes

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 49

cambios que esto produjo en la vida, prepararon e! camino para lacaida de la socied2.d gentilicia y .su sustitución por la política»(p. 25 8-9).

La misma posición estructural mantiene en relación al origen ydesarrollo de la propiedad, de la familia, de! gobierno, etc., segúnpuede leerse en la obra. Es e! despliegue de las propiedades internasde! sistema, no las ideas de los hombres, e! promotor de! cambio.Es más, las ideas geniales, que sólo son posibles dentro de ciertascondiciones socio-culturales, tienen que sufrir «encarnación orgánica»(p. 301) para que sean fértiles. Esta posición morganiana es clara,densa, profund2.. En las pp. 328-9 escribe: <dos acontecimientosde! progreso humano se encarnan, independientemente de los indi­viduos, en un registro material que ha cristalizado en instituciones,usos y costumbres y se han conservado a través de inventos y descu­brimientos. Los historiadores, por una especie de necesid2.d, dan alos individuos gran trascendencia en la producción de los aconte­cimientos, colocando así a las personas, que son transitorias, en ellugar de los principios, que son perdurables. La labor de la sociedaden su totalidad, por la que se producen todos los acontecimientos,se atribuye en gran escala, a individuos, y en grado infimo a la ca­pacid2.d colectiva». Esta perspectiva le lleva incluso a descubrir-y es un gran mérito- e! inconsciente cultural: <da organizaciónde clases a base de sexo, y la posterior y más alta organización degentes a base de parentesco, debe ser tenid2. como resultante degrandes movimientos sociales elaborados inconscientemente porselección naturab> (p. 116). Mejor formulación presentan los párrafossiguientes: <das instituciones de! hombre han aparecido en una seriecontinuada y progresiva, cad2. una de las cuales representa e! resultadode movimientos de transformación inconsciente...» (p. IZ4); <da mentehumana se siente aturdida en presencia de su propia creacióID> (lapropiedad, p. 543).

He escrito antes -intentando captar correctamente la idea deMorgan- que e! presente, considerado estructuralmente, es e! lo.CIIsen e! que hay que buscar las razones de! cambio. Y sin embargo, ladualidad a que ya nos tiene acostumbrados, vue!ve a aparecer aqui.Olvidándose de! filón estructural inmensamente fértil, re=e aveces a argumentos mentales, de ideas, psicologizantes. Irritanciertamente los innecesarios y extraños marid2.jes de! estrueturalismocon e! psicologismo. Ya al principio de! libro (p. 89) escribe: <dasinstituciones principales de la humanidad se han desarrollado sobrela base de unos pocos gérmenes primarios de! pensamiento...; el

4

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50 LEWIS H. MORCA."l

curso y manera de su desarrollo estaban predeterminados... por lalógica natural de la mente hw:nana». Más adelante dice que el hechode lograr un adelanto revela «capacidad superioD> (p. 181). Másespecíficamente: «en la gran suma total [de conquistas humanas]se pueden distinguir algunos gérmenes primarios de pensamientoque actúan sobre necesidades primarias de la humanidad...» (p. 289).También une idea y estructura: <<a impulso de nuevas ideas y nece­sidades [estructurales] la gens había evolucionado» (p. 257). No definequé entiende por «gérmenes pri.rria..rios de pensamiento» ni cómoactúan. La atención que les concede es mínima. Además sus propiasideas y expresiones no armonizan con este presunto matiz psicolo­gizante. La siguiente cita -p. 297- lo pone de relieve: «estas pro­videncias [propiedad más territorio], con el senado, la AsambleaPopular que ahora se denominaba la ecc1e.ria, los nueve arconte!, y elTribunal del Axeópago, daban a los atenienses un gobierno muchomás complejo del que antes hubiesen conocido, y que demandabaun grado más alto de inteligencia para su gestión». La prioridadtemporal la llevan las instituciones, y como el grado de complejidadde las mismas es mayor, requieren. y espolean <<UD grado más altode inteligencia para su gestióo». <<El desarrollo del concepto de propiedad[cursiva mía] en la mente humana está íntimamente ligado a laimplantación de esta forma de fa.milia» (la monógama, p. 400). Ellegislador hace <<poco más que formular lo que la experiencia le hasugerido y ha fijado en su atencióo» (p. ;52). El mismo da la razónde que sea así: <das ideas originales, independientes en absoluto deexperiencia y conocimientos previos, son necesariamente escasasen número» (p. I2 5).

Creo que las referencias a ideas primarias no pasan de ser modu­laciones, no acertadamente formuladas, del postulado de la unidadpsíquica del género humano. Admitida esta unidad es fácil hacerlaconsistir en gérmenes primarios arquetípicos que, en si.mil.a.res con­diciones, operarán del mismo modo. Siendo esto así, todos los gruposhumanos tenderán a hacer cristalizar sus ideas primarias en institu­ciones, inventos y creaciones en general., altamente similares. Launiversalidad del sistema turanio de consanguinidad, de la gens, etc.,quedaría así explicada. En frase de Morgan: «1a mente humana, espe­cíficamente la misma en todos los individuos, tribus y naciones delgénero humano, limitada en sus facultades, debe obrar y obra uni­formemente y dentro deestrechos limites de vaIÍación. Sus conquistasen regiones desvinculadas del espacio y en períodos ampliamenteseparados de tiempo, se articulan. en una lógica cadena de experiencias

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 51

comunes. Todavía en la gran suma total se pueden distinguir algunosgérmenes primarios de pensamiento que actúan sobre necesidadesprimarías de la humanidad, los que, merced al proceso natural[estructural] de desenvolvimiento, han alcanzado tan vastos resul­tados» (p. z89). Incluso en esta formulación no puede liberarseMorgan de la apelación al análisis estructural. Mortunadamente, esel que predomina en la obra.

Acabo de referirme a la universalidad de las instituciones. Estaes una idea central en e! cuadro evolutivo de la humanidad quepresenta Morgan. Si sus etapas y períodos han de gozar de algunavalidez cientifica tienen que exhibir esta propiedad. ¿Cómo enjuiciaél la naturaleza de la universalidad? Margan se expresa a veces sinambages en relación a este problema: <<tan esencialmente idénticasson hs artes, instituciones y modos de vida. en un mismo estadioen todos los continentes, que la forma arcaica de las principalesinstituciones domésticas de los griegos y romanos, debe buscarseaun hoy en las instituciones correspondientes de los aborígenesamericanos... Se ha comprobado que e! progreso es sustancialmentedel mismo tipo en tribus y naciones de continentes diferentes yaun separados, mientras se hallan en el mismo estadio, con desvia­ciones de la uniformidad en casos particulares, producidas porcausas especiales» (p. 89). <<Nuestros propios antepasados pasarona través de los mismos estadios» (pp. I99-zoo). No hay ,,-"<cepción nien tiempo ni en espacio. Los tipos de familia y consanguinidad hansido universales (pp. ;97, 4I9-4Z0, 4;o-I); lo mismo es válido para lasetapas de! desarrollo del gobierno: <<el sistema era prácticamenteuniversal en la sociedad antigua» (pp. ZZ5, 306), Y claro está, parala gens: «corre esta organización por e! mundo antiguo entero» (p. I Z7)y«su imperio casi universal en e! mundo de la antigüedad»(pp. I;6-7),todo lo cual es incorrecto.

El esquema siguiente puede darnos una idea precisa de cómoMorgan concibe la universalidad de la gens hasta en sus etapas in­termedias.

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INDIOS A.v.E1lICA.~OS

1.0 La gens: grupO decons2ngW.neos concombre gentiliciocomún.

!2.0 La¡ratria:

vinculación de ger.­IU unidas en aso­ciación.

!}.o La trib:¡:gen/u orga­

nizadas en fratriashablando el mismodialecto.

!4.0 La <onf"Jeraci6n de

tribus.

LEWIS H. MORCA..l'>l

GENS

Series Orgánicas

TRIBUS GRIEGAS

1.0 La gens:consanguíneos másnombre gentiliciocomún.

!2.0 La fratria:

gpzte.s unidas con fi­nes sociales y reli­giosos.

!3.0 La tribtt:gentes orga­

nizadas en Iratrias.

i4_0 Nación: o coalición

de rribus.

TRIBUS ROMANAS

1.0 Lagms:conjuntodeconsanguíneos coonombre gentiliciocomún.

!2..0 La G',¡;ia: gentes en

asociación con fun­ciones religiosas yad.ni..in.istrativas.

!3.0 La tribtt: grupo de

gentes organizadasen ~.tria.!.

14-0 Nadón: tribus fu­

sionadas en socie­dad gentilicia.Populus Romanus.

No sólo se da la institución en los tres pueblos -y según Morganen, prácticamente, todos los conocidos- sino que además se tratade una universalidad que se despliega al unísono, a través de equiva­lentes etapas, en organizaciones sociales tan distantes como puedenser las de los griegos e indios americanos. El mismo principio deevolución uníversal y a través de idénticas fases intermedias es el quesubyace al desarrollo de la familia, desde la consanguínea a la mon6­gama, en los cinco continentes. Para que pueda apreciarse mejor elrationaie morganiano voy a tratar de interpretarlo en este cuadrosimplificado en el que las flechas indican la linea de evolución. Asumeque una forma concreta de familia. crea su correspondiente sistemade consanguinidad.

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 53

Familia consanguínea ­No quedan ejem-plos de este tipo defamilia

¡

crea e! sistema de consanguinidad malayo

Familia puna/tia ----~ crea el sistema de consanguinidad turanioContiene en germenla gens.Se modifica en

¡Familia sindiásmicaForma intermedia.Origen de la gens

IFamilia monógama ----

¡

no crea sistema de cons:.lIlguinidad

Familia patriarcalForma intermedia

no universal

crea e! sistema de consanguinidad ano

Familia futura

A su vez los sistemas consanguíneos" se resuelven en dos:

sistema clasificatorio (malayo y !Uranio)¡

sistema descriptivo (semitas, arios)

siendo e! segundo un resuludo o despliegue progresivo de! primero.

El sistema clasificatorio ha sido universal, de la misma maneraque llegará a serlo el segundo. Dondequiera que se encuentre lafamilia monógama alli se ha producido, si nos remontamos al pasado,la cadena evolutiva que enlaza a ésta con su lejana predecesora, lafamilia consanguinea. Si penetramos en e! pasado de! sistema des­criptivo actual, pronto llegaremos a detectar su antecesor y precursor,e! sistema clasificatorio. ¿Qué queda hoy .en pie de esta visión toU­lizante de la familia? Nada. Los hechos, más y mejor conocidos hoyque entonces, rechazan la camisa de hierro evolutiva a la que losquiso reducir Margan. No se puede decir lo mismo de su dicotomia

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S4 LEWIS H. MORGA.N'

de sistemas de parentesco; hoyes tan válida como entonces y nadieha perfilado otra mejor. Mucho se ha escrito sobte la misma y aunqueno se admita la evolución lineal del uno al otro, la clasificación,tomada como modelo heurlstico, es una de las más fecundas en el=po del parentesco. La dualidad tiene que ser manejada consoltura por todo alumno de antropología.

Morgan describe brevemente en las pp. 40;-404 el sistema tet­minológico clasificatorio. A continuación lo resumo en un diagramaque representa tma forma simplificada del mismo y en la que, sinesfuerzo, puede leerse la nomenclatura, tomando Ego como base:

................EGO

NltTO

La universalidad en espacio y en tiempo, aunque a ritmo evo­lutivo diferente,· es una propiedad inherente a la concepción evolu­cionista de Morgan. La estructura del libro no tendria sentido sinella. Ahora bien, a pesar de 10 que demasiadas veces se ha escrito,Morgan no es un fanático de sus esquemas o períodos. <<Las tribus

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LA SOCIEDAD PRIMITIVA 55

de! género humano ----<!ice en la p. 495- pueden ser ordenadas,como las distintas formaciones geológicas, de acuerdo con sus con­diciones relativas, en estratos sucesivos. Así ordenadas muestran,con cierto grado de certidumbre, todo e! campo del progreso hu­mano.» La ordenación es en definitiva metodológica: «cada uno deestos períodos posee una cultura dístiota y exhibe modos de vidamás o menos especiales y peculiares. Esta especialización de periodosétnicos [la palabra no es la adecuada] hace posible tratar una socie­dad en particular, según su condíción de relativo adelanto, y hacerlamateria de investigación o de dilucidación independíente>' (p. 85).Y el valor que concede a los períodos dísta mucho de ser absoluto:«.aun cuando sean a'ceptados solamente como probables, estos perío­dos serán convenientes y útiles... cada uno... abarca una culturadistinta y representa un modo particular de vid.." (p. 81). Las seria­ciones en períodos ofrecen un «cierto grado de certidumbre» (p. 495).

La ·horn:adez cientifica de Margan aparece repetidamente en lasdudas que e>"presa: la serie faruíliar, subraya, «es en parte hipotética»(p. 408); «es difícil si no imposible, fijar comprobaciones de progresoque señalen e! cotnienzo de estos diversos periodos. Tampoco esnecesar~o, para los fines que se tiene en vista, que no existan excep­ciones. Bastará que las tribus principales del género humano puedanser clasificadas, según los grados de sus relativos progresos, en con­diciones que puedan reconocerse como distiotas>, (p. 82). Las fasessao, en otras palabras, construcciones mentales, e~-presan tendencias.Conforme descendemos a partir de! periodo medio de la. barbarie<<1os indicios se hacen menos claros, y e! orden relativo en que hayanaparecido instituciones, inventos y descubrimientos es menos dis­tinguible» (p. 102). «La cuestión de la duración ;elativa de estos pe­ríodos... es también objeto de especuhción. No es asequible unamedida exacta, pero se puede pretender una aproximacióo>' (pp. 106Y 373)· Los cambios de un periodo a otro, de una forma institucionala otra se efectúan «sin roces ni violencias» (p. 360) Y«al establecerse...[un]... nuevo régimen... e! antiguo no desapareció en seguida>, (p. 360).Por otra parte, <<no debe suponerse que un sistema tao detalladocomo el turanio pueda haberse mantenido en las diversas nacionesy familias de! género humano, con absoluta igualdad. En realidad,hay discrepancia en cienos detalles, pero los rasgos fundamentalespermanecen invariables» (p. 407). Y desde luego, las diferenciaspueden ser debidas a la diversidad de medios geográficos: «existieron,sin duda, diferencias de cultura de! mísmo período en los hemísferiosoriental y occidental, a consecuencia de la naturaleza desigual de

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56 LEWIS H. MORCAl"

los continentes» (p. 88). Una última cita: <<La serie precedente puedeser modificada y tal vez puede experimentar cambio! mnciales [cursivamía] en algunos de sus postulados; pero ofrece una e.'q>licación tanracional como satisfactoria de los hechos de la experiencia humana ydel desarrollo del progreso del hombre» (p. j03).

Margan mantiene, en principio, que toda sociedad ha pasado através de los mismos perlados evolutivos; dicho de otra maneraparece pensar que los grupos humanos producen paralela e inde­pendientemente, las mismas o si.mil.a:res instituciones. Pero al mismotiempo hace importantes concesiones al difusionismo o difusiónde rasgos, copia de instituciones e inventos y a la aculturación O

contacto cultural. Unas veces duda: «el primer subperiodo de labarbarie comenzó con la alfareria, ya sea por invención original obien por adopción» (p. 83); «parece probable que la concepción delproceso de fundir el mineral de lúerro, vino una sola vez al hombre»(p. 110); «el problema del origen de la gem, a saber, si surgió espontá­neamente en la sociedad, en un momento dado, repitiéndose el hechoen distintas regiones, o si se originó en un único punto desde el cualse propagó mediante sucesivas migraciones, por toda la superficiede la tierra, se presta para ser objeto de razonamientos teóricos.La segunda lúpótesis, con ligeras variantes, parece ser la más acertada»(p. 390); «es probable que algunos de estos inventos [cerbatana,mocasin, etc.] fuesen copiados de tribus que se hallaban en el estadiomedio, porque fue por este proce!o con!tantemente repetido [cursiva mía]que las tribus más adelantadas elevaban a las más atrasadas, a medidaque éstas eran capaces de apreciar los medios de progreso y apro­piarse de los mismos» (p. 527).

La admisión de contactos culturales implica la aceptación de laobliteración de la pureza evolutiva. Margan se percata: <<1a vecindadde tribus continentales más avanzadas, habia hecho progresar entreellos las .artes de la vida mucho más allá del estado de desarrollo desus instituciones domésticas» (p. 84); <<tribus y naciones han sidoadulteradas por influjos externos» (p. 88); «dondequiera que e."<.Ístierauna conexión continental, todas las tribus deben haber participado,en alguna medida, de los progresos de las otras. Todos los grandesinventos y descubrimientos se propagan solos; pero las tribus infe­riores deben haber apreciado su valor antes de poder apropiárselos»(p. 107); «en Afrlea... las artes e inventos primitivos han desaparecidoen gran parte ante los utensilios y telas introducidos del e...'tt:ra.njero>'>(p. 385); <<1os elementos de ottos países entremezclados con los de lacultura nativa, en regiones del hemisferio oriental, crearon un estado

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anormal de la sociedad allí donde las artes de la vida civilizada fueronamoldadas de nuevo, de acuerdo con las aptitudes y necesidades desalvajes y bárbaros... Ciertas tribus enteramente nómadas presentantambién peculiaridades sociales, nacidas de un régimen excepciona!de vida, que no se interpreta bien. La cultura indígena de muchastribus ha sido detenida, por influjos derivados de razas más adelan­tadas y adulterada hasta =biar el curso natural de su progreso.Como consecuencia, sus instituciones y régimen social han sidoalterados» (p. 464). Una última nota muy reveladora es la siguiente:Fison escribe a Margan en enero de I88!. Refiriéndose a Howittle dice: «como usted verá, llega hasta el último limite de la teoría ytoma como cierto que todas las naciones civilizadas han pasado através de la misma experiencia. Indeed he hold! views whieh I think,yotl ¡vouId hesitate to aeeepn>. Fison conocía bien la posición deMargan y piensa que no es tan rígida como algunas frases del librohacen suponer. Teniendo in mente estas ideas morganianas dispersasen la obra, además de la apreciación personal de Fison, es posiblesituarse en un punto crítico objetivo para sopesar otras afirmacionesa primera vista contradictorias. Unas ideas recortan el vuelo uruver­salista de otras.

He intentado presentar una visión de conjunto de La Sociedadprimitiva, de los postulados, lineas de argumento, pruebas, puntosdébiles y fuertes, dualidades y dudas de su autor. ¿Qué impactoprodujo su publicación? Entre los antropólogos fue escaso y mediocre;algunos de ellos la atacaron incluso duramente. Su obra anterior-Sútema! de eonsangttinidad- ya no había sido bien recibida sobretodo por aquellos cuyas teorías no rimaban o estaban en contra­dicción con las expresadas por Margan. Según el Saturd¡¡y Revietvdel 22 de marzo de 1879, las dos obras de Margan son «eonfroed,eonjeetttraI and tm!atiifaetory in the highest degree». Otros -lo queno era de extI'añar- buscaron otra perspectiva para atacarla: L,a socie­dad primitiva era «detrimenta! to trtte religion». Por el reducido circuloantropológico inglés se rumoreó que la dureza crítica de McLennanhacia la obra de Margan era debida a su creencia de que el abogadode Rochester se había servido de material de Primitive Marriage sincitarlo. Bachofen quedó bien impresionado y en 1880 dedicó aMargan un tomo de ensayos. Tylor, siempre moderado, opinó que<<hubiera sido más prudente esperar para obtener más información»;no le agradó el uso de la palabra gen!. Ciertamente la elección no fuedel todo feliz, pero es irrelevante. La razón de Tylor por otra parte,es un tanto mostrenca: «la gens romana es la única que conocemos»

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y «a mi entender ninguna otta coincide exactamente con la romana».No obstante le imytesio(ló la lectura y escribió: <<La Sociedadprimitivadd Sr. Morgan es de gran valor para arrojar luz sobre los primerossistemas de matrimonio dd mundo.». Tylor' nunca estuvo interesadoen argumentos de estructura social. Poi último, Engels se quejabaen 1884 de la dificultad en encontrar una copia en Inglaterra.

Pero una copia había llegado ya anteriormente a las manos deMarx, quien la leyó y anotó cuidadosamente; comenzó·a escribir unvolumen maridando sus ideas con las de Morgan, pero no pudoconcluirlo. Antes de morir dejó las notas sobre La Sociedad primitivaa Engds y le encargó la terminación dd manuscrito. Engds redactóOrigin of the Famify, Private Propertl and the State (1884). En d prólogoescribe: <<1."s siguientes páginas vienen a ser la ejecución de un tes­tamento. Carlos Marx había reservado para sí mismo la misión deexponer los resultados de los trabajos de Morgan en cuanto se rela­cionan con las conclusiones de sus propias tareas históricas... y hacerasí resaltar todo su alcance. Morgan había descubierto de nuevo, asu modo, en América, la teoría materialista de la historia, que cuarentaaños antes descubrió Marx; y en su paralelo entre la barbarie y lacivilización habia ido a dar con los mismos resultados esenciales queMorgan... Mí trabajo a duras penas puede suplir al que no pudoterminar mi difunto aruigo. Sin embargo, tengo a la vista, juntocon extractos que hizo de la obra de Morgan, glosas críticas quereproduzco aqui dentro de los límítes de lo posible.» Más adelanteasegura que el volumen de Morgan «es una de las escasas obras denuestro tiempo que forman épo=>. En el prólogo a la cuarta edicióninsiste en que <da obra fundamental de Morgan, Ancient Societl(1877)... forma la base de este trabajo» y asegura que Morgan haproducido una verdadera <<revolución en las ideas», que «sus descu­brimientos [son] verdaderamente importantes». El autor ha escritosobre la «transformación de esta sociedad en términos que hubieranpodido salir de labios de Carlos Ma1:x». Y termina la introducción:«El orden introducido por él en la historia primitiva subsiste aúnen lo primordial de sus rasgos. Sí; puede afirmarse que cuanto másse trata de arrebata.r a Margan su carácter de autor de este granprogreso, tanto más eocuentra la aprobación universal el orden queél ha creado."

El origen de la familia, de Engels, fue publicado en 1884. En 1885estaba ya traducido al italiano y al rumano; en 1888 al danés y sepreparaba la edición francesa. Morgan comenzó a ser conocido enun amplio circulo no antropológico a través de Engels. La Sociedad

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przmztzva se convlrtlo en la biblia antropológica para los marxistasy filomarxistas. Se tradujo al ruso ya en la época zarista y se volvióa traducir por los soviets. Pasó también al alemán, al chino, al español(dos versiones) al húngaro, al japonés (habiéndose traducido a esteidioma al menos cuatro veces, según White), etc. Las notas de Marxfueron traducidas al ruso en '94' por e! Instituto Marx-Engels­Lenin (Moscú). Una editorial socialista de Crucago ha mantenidoen el mercado a precio asequible La Sociedad primitiva. Obrerosalemanes conocían la nomenclatura iroquesa de parentesco, y aLowie le llegaron noticias de que la tumba de! Mount Hope deRoebester era un centro de peregrinaciones. Los antropólogossoviéticos celebraron un symposium en el cincuenta a.ni.versariode la muerte de Margan; la Academia de Ciencias de la U. R. S. S.editó La Sotiedad primitiva en la serie «Clásicos de! pensamientocientifico»; en la versión oficial rusa se presenta esta obra como de«suprema importancia para el análisis materialista de! comunismoprimitivo», obra que, por otra parte, «no puede menos de llenar deansiedad los corazones de aquellos cuyo destino depende de lasrelaciones y concepciones habituales.en ellos». De esta manera Margandesbordó e! reducido ámbito científico; resultado hasta cierto puntoirónico, pues su visión evolutiva de la familia es la parte más endebledel libro.

¿Qué sucedía mientras tanto en la pequeña secta antropológica?Boas, e! gran maestre de la orden en América, atacó en 1896, bajo eltitulo The Limitations of the Comparative Method o/ Anthropology, laevolución lineal. No admite que los rasgos culturales fundamentalessean consecuencia del desarrollo de las mismas causas o principios;tampoco se muestra partidario de la e.-'Ústencia de un gran sistemaque rija el progreso de la humanidad. El y sus discípulos rechazan,en otras palabras, la evolución parale!a. En su lugar proponen e!concepto de la evolución convergente según la cual los gruposhumanos, a través de distintos caminos, logran en su evoluciónresultados similares. Como este cambio de enfoque prevaleció porvarias décadas, Margan y su Sociedad primitiva quedaron en e! olvido.Hasta hace pocos años Margan ha sido presentado a los alumnos deAntropología como e! saltimbanqui de la conjetura, como e! pro­totipo de lo que había que evitar.

W. H. R. Rivers rompió una lanza en su defensa en '9'4 conKinship and Social Organization, pero resucitó al Margan de los Sistemasde consanguinidad, no al evolucionista. Lowie con la publicación en '920de Primitive Society volvió a castigar a La Sotiedad primitiva y su autor.

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Más tarde, en '936 (Lewis H. Morgan in Historical Persputive) yen'937 (History of Ethnological Theory) se muestra más conciliador yrealza aspectos positivos morganianos. En '945 Leslie White dioun potente golpe de gong que sacudió a! mundillo antropológico;en un artículo titulado Diffusion versus Evolution: AJz AJzti-EvolutionistFallacy inauguró una cruzada de retorno a las ideas evolucionistasde Morgan y atacó a la vez e!lústoricismo de Boas y e! psicologismoque penetraba la ciencia de la cultura. El conocido arqueólogov. G. Childe con Social Evolution (195'), W. H. Howells con Backof History: The Story of Our Origins (1954), c. Coon con su The Storyof Man (1954) Y R. Linton con The Tree of Culture (1955) prestaronsus potentes voces antropológicas a! coro evolucionista. Por otraparte, en '947 C. Lévi-Strauss dedicaba Les strtICttlres élimentairesdt kz parenlé. A kz mémoire dt Lewis H. Morgan.

En 1961 B. S. Coho, director de! Departamento de Antropologíade la Universidad de Rochester, aprovechando una donación a laUniversidad, estableció las Morgan Lectures para rememorar periódi­camente al gran antropólogo. Las inició Meyer Fortes en 1963.Resultado de las mismas es el excelente volumen publicado en 1969con e! título: Kinship and the Social Ordtr. The Legary of Lewis HenryMorgan. Creo que nadie ha detectado mejor que Fortes los aspectospositivos de la obra morgani2.na.. Refiriéndose a La Sociedad primitivay a Sistemas de consangtlinidad los califica como la <<!Jusic charter de lamoderna teoría estructura! en antropología sociab,. Fred Eggandisertó en '964 sobre los indios americanos; las conferencias pasarona The American Indian: Perspectives for the Stzt4y of Social Change (1966).Al año siguiente fue invitado R. M. Adams para conmemorar aMorgan: analizó e! tema de! desarrollo de la civilización urbana.El contenido puede leerse en The Evolution of Urban Society (1966).V. W. Turner desarrolló en las Morgan Lectures de 1966 un temapreterido por Morgan: la estructura simbólica y la semántica de!ritual. Las conferencias fueron publicadas en '969 con e! título TheRitual Process. Por último, en e! curso académico '970-71 la Antbro­pologica! Society of Washington organizó un conjunto de confe­rencias, en las que tomaron parte Schoeider, Eggan, Meggitt yScheffeer, para conmemorar e! centenario de la publicación de Sis­temas de consanguinidad. El retorno académico a Morgan, aunque tardio,ha sido realmente fecundo.

Unas lineas finales. ¿De qué vigencia goza aetnalmente la teonaevolucionista en antropología cultural? Muy brevemente voy a indi­car las corrientes principales circunscribiéndome a las nociones más

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elementales y generales. Primero: el campo semáiJ.tico de la palabraEvolución cultural es amplio; voy a señalar do! perfiles del concepto,dos aspectos de los que nos servimos como planos heurísticos paraenfocar y estudiar la misma realidad: uno es designado como evoluci6nespecifica y otro como evolución general. Si estudio las modificacionesque se han operado en una pequeña comunidad turolense en su adap­tación al medio geográfico-socio-cultural a través del tiempo, estoyanalizando la evolución especifica de ese lugar. En este caso clasificofilogenéticamente los cambios y escribo en la monografia: de A pasóa B, de B a C, etc. Más tarde puedo cambiar la aldea turolense porun lugar jaenés, gerundense, etc. Pronto me tendria que dar cuentade que esos tres grupitos humanos habitan y han habitado mediosgeográfico-culturales diferentes y que han recibido de su pasadohistorias concretas, pero diferentes. El resultado es la existencia degrupos humanos con diferencias especificas en cuanto a evolución.Sus desarrollos filogenéticos son diferentes porque responden amedios diferentes. Si describo en tres columnas las secuencias his­tóricas de cada uno de ellos, los tres sistemas culturales desplegán­dose filogenéticamente, se podrá observar que el resultado evolutivoes heterogéneo, porque además del desarrollo interno peculiar acada uno de ellos, ha recibido además cada uno influencias, impactos,copias y préstamos distintos. Si quiero encerrar esta ramificación,heterogeneidad o diversificación evolutiva en un concepto, lo puedohacer fácilmente sirviéndome de lo que llaman los antropólogosevoluci6n multilineal.

El concepto de evolución multilineal se opone al concepto evoluci6nunilineal elaborado en el siglo XIX por Morgan y Tylor especialmente.Morgan, como ya sabemos, se esforzó en colocar grupos socio­culturales en períodos de secuencia universal. El concepto y técnicamorganianos han e"..perimentado un desarrollo y un refinamiento.Los antropólogos hablan hoy de evoluci6n general O evoluci6n universal.Con estos términos se refieren al estudio de la evolución de la Cultura-en general, con mayúscula-, no de las diversas y numerosas cul­turas concretas. Si tuviera a la vista un gran cuadro, con numerosascolumnas paralelas, que e.'<h.ibieran la evolución especifica, multi­lineal de otros tantos grupos culturales diferentes, podria hacermeestas preguntas: ¿todas estas culturas muestran alguna direcci6n com:inen su evolución? ¿Se puede detectar en esas transformaciones evo­lutivas particulares, algún denominador común a todas ellas? ¿Subyacea todas ellas alguna tendencia general de la que todas participan? Puesbien, esa dirección y denominador comunes, esa tendencia general

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en operación es la evolución universal o general. El resultado deesta tendencia general es e! crecimiento cultural o e! desarrollo haciaformas más complejas y heterogéneas. Por esto se significa mayorheterogeneidad interna, mayor transformación de energía, crecienteespecialización y nuevas formas de integración. Los juicios de valorno entran en la definición de evolución o progreso.

Nótese que cuando e! antropólogo estudia la evolución generalno está interesado en e! contenido y detalles particulares de lasculturas (evolución especifica), sino que trata de captar e! carácterde la transformación; no se fija en la filogénesis, sino en la naturalezade la evolución. Busca explicar las transformaciones culturales, e!desarrollo de las formas políticas, económicas, religiosas, etc. Perorepito, se trata de explicar e! desarrollo de las tendencias generales,la razón o razones de! denominador común que subyace a las trans­formaciones progesivas particulares. Para hacerlo más inteligible,idea secuencias de períodos que muestran un orden de desarrollo.Con esto ha logrado una clasificación mental de formas.

Acabo de escribir y subrayar formas. Esta idea requiere unas lineasde comentario. La evolución general es un concepto, una abstracciónde la realidad, un modelo o construcción mental; es independiente detiempo y espacio. No es, en modo alguno, historia. Esta versa sobresecuencias de sucesos concretos, únicos. La evolución general busca.la secuencia de formas, no de hechos concretos. Los sitios de Zaragoza,por ejemplo, son un acontecimiento concreto histórico, único, por­que no podrá repetirse ya en forma idéntica; por consiguiente, comose trata de un hecho único, no podemos generalizar sobre esa únicabase; de la historia qua historia no podemos obtener generalizacionescientificas.

La evolución general, por otra parte, trata de fenómenos y sucesosen cuanto, y sólo en cuanto, miembros de clases. Busca e--q>licarprocesos y formas generales, las leyes generales de evolución queexhiben todos los sistemas culturales. Supongamos que quiero obteneruna generalización sobre la comensalidad ritual que he recogido enuna aldea lucroniense. Tratándose de un único ejemplar en mi estu­dio, ¿cómo puedo estar seguro de que he aislado los elementos esen­ciales? ¿No puede tratarse de una expresión única debida a condicio­nantes filogenéticos especiales? ¿Qué valor cientifico tiene mi des­cripción? El valor generalizante es ínfimo. Tengo que seguir anali­zando casos de comensalidad ritual lugareña para ver si e! conjuntoforma una clase de la que todos los casos concretos recogidos sonmiembros. Entonces, y s610 entonces, estoy en condiciones de detec-

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ur el denominador común a todos ellos y de formuhl.r una generali­zación. Supongamos ahora que esta comensalía ritual requiere, segúnel análisis, un optimum de lubitantes en la aldea, ciertas faeoo.s arealizar, bajo nivel de mecan.ización técnico-agraria, etc. De aquípuedo pasar a proponer esta generalización: la coroensalidad ritualaldeana aparece en un cierto momento, bajo las condiciones a y b,es propia de un período evolutivo, y desaparece bajo las condicio­nes x y Z. Esta generalización no se refiere a ningún pueblecillo espa­ñol en particular, no tiene en cuenta ni tiempo, ni lugar, ni historiaparticu.ill:es; ahora bien, podci explicar por qué en momentos his­tóricos determinados, en periodos o secuencias evolutivas, surge laeomensalidad ritual y también, por qué en otros periodos desaparece.Naturalmente que a la base de todo esto hay un problema lógico:¿cuándo juzgamos que son suficientes y realmente similares las simi­laridades? La respuesta rebasa el ámbito de esta introducción.

El estudio de la dinámica de la cultura, la busca de universalesculturales lu recobrado en algunos sectores antropológicos el ímpetudecimonónico morganiano. Hoy como entonces se sigue pensandoque se desarrollan similaridades y paralelos de forma y funciónen ·grupos culturales independientes. Siguiendo a Morgan se creeque bajo similares condiciones pueden desarrollarse institucionessimilares, independientemente de contaetos, y eilibir secuenciassimilares. Unos antropólogos se esfuerza.nen buscar paralelos deforma., función y secuencia concretos. Pierde universalidad esteenfoque pero gana en precisión. Otros, teniendo como modelo aMargan, estudian la evolución de la Cultura. En ambos casos expli­can las si.milaridades recurriendo a la operación -independiente encada caso- de los mismos principios nomothéticos. Se sigue pen­sando -como pensaba Morgan- que es licito indagar anttopológi­carnente sobre los orígenes de la humanidad basándose en la evi­dencia directa o indireeu. de la Filología., Arqueología y Etnografíade pueblos primitivos actuales. Hoy se ha añadido, adem.is, al con­junto, la Primatología.. Los neovolucionis!as no defienden quetoda sociedad haya pasado a través de los mismos y njos periodos.Sí mantienen que la Cultura ----<:on mayúscula, en general, no la his­toria cultural de una sociedad concreta- ha evolucionado a travésde ciertas etapas. En diagra.Irul.S se podría representar el doble enfoque,morga.n..iano y aetw..l, su diferencia e identidad.

El primer esquema pretende representar en forma excesivamentesimple, la teoria. de la. evolución a lo Margan. Todas las culturas(líneas en zig-zag) tienen que seguir estrecho canal, están encauzadas

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rígidamente. La variación particular de cada una de ellas es restrin­gida. El segundo representa -también rudimeotariamente- la mo­derna concepción de la evolución, El margen de diversidad y varia­bilidad éS mucho mayor. Los entronques de líneas -las cu1mras­significan influencias, préstamos y copias. Pero nótese que la ten­dencia de la evolución, su naturaleza -flecha-, es idéntica enamb2.s concepciones.

Por último quiero subrayar que tantO Margan como los antro­pólogos neovolucionisras acru:-les ven en la evolución una dirección.Pero aquél y ésros son conscientes de las dificultades inherentes a laprofecía del futuro. Sin embargo, Morgan, que no escribió muchaslíneas sobre el último período, la Civilización y el fururo, dejó escri­tas éstas al final de las páginas del volumen que sigue, y que fueronesculpidas en el Wells College de Auwra, en 12. celebración delcentenario de su rul.cimiento:

«.La democracia en el gobierno, la fraternidad en la sociedad, la· igual­dad de derechos y privilegiosy la educación universal anticipan el pró­ximo plano más elevado de la sodedad, al CI/.al la experiencia, la inte­ligencia y el saber tienden firmemente. Será una resurrección, en formamás elevada, de la libertad, igualdad y fraternitúul de las antiguasgentes.»

The Smithy, Glenelg, agosto de 1971.

CARMELO LISON TOLOSANA.

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