Monstruos

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Ensayo de Teratología cultural Soy tu mayor miedo, soy tu mejor fantasía Improvisaciones semiológicas noctúmbricas sobre los monstruos modernos. Exquisitos terrores esculpidos con el barro de fantasías comunitarias, deformaciones de rasgos particulares extremadas hasta el paroxismo. Vacíos, cortes y ausencias; sobras, amplificaciones y excesos. Los monstruos son fascinantes proyecciones de humanidad desgarrada, forzada, violada. Cada sociedad pare los suyos con los fórceps de sus miedos y prejuicios, para mejor conjurarlos con la biblia hipocrática en una mano y un manual de derecho criminal en la otra. ¿Qué miasma destiló a los engendros más famosos de la historia? Los últimos 3 milenios legaron un amplio imaginario bestial, no siempre separado de sus registros de realidad. Sería farragoso, para no declamarlo imposible, detenerse en cada una de las figuras que registran los libros antiguos. Baste mencionar que la consulta es inmediata en la web, y recomendar algunos clásicos: Dioscórides y Plinio (Siglo I), San Isidoro (S VII) o el anónimo Physiologus. Gran parte de su interés está en los sucesivos agregados de los copistas, que fundaron toda una rama de catálogos monstruosos. El engrasado eje de la carreta en que se han subido, por otro lado, está más interesado en las producciones globalizadas contemporáneas. Y quiero que se lea literalmente, no soy víctima del berretín de apilar palabras punzón. Existe un enclave secreto, una cofradía de psicosemioanalistas lacanianos que publica sibilinamente sobre el tema, como para no empachar al público de estómago delicado. A fin de cuentas ya Freud indigestaba con sus análisis póstumos a pintores y escritores, prueba de que como siempre estamos, mínimo, un siglo tarde. ¿Quién es Drácula? Un viejo amanerado, pálido y chupasangre. Claro, pero Bram Stoker dice mucho más. La historia acusa a Vlad Tepes, el modelo inspirador del mito, de múltiples homicidios y otras sanguinarias tropelías, siendo la más famosa el empalamiento

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Ensayo de Teratologa culturalSoy tu mayor miedo, soy tu mejor fantasaImprovisaciones semiolgicas noctmbricas sobre los monstruos modernos. Exquisitos terrores esculpidos con el barro de fantasas comunitarias, deformaciones de rasgos particulares extremadas hasta el paroxismo. Vacos, cortes y ausencias; sobras, amplificaciones y excesos. Los monstruos son fascinantes proyecciones de humanidad desgarrada, forzada, violada. Cada sociedad pare los suyos con los frceps de sus miedos y prejuicios, para mejor conjurarlos con la biblia hipocrtica en una mano y un manual de derecho criminal en la otra. Qu miasma destil a los engendros ms famosos de la historia?Los ltimos 3 milenios legaron un amplio imaginario bestial, no siempre separado de sus registros de realidad. Sera farragoso, para no declamarlo imposible, detenerse en cada una de las figuras que registran los libros antiguos. Baste mencionar que la consulta es inmediata en la web, y recomendar algunos clsicos: Dioscrides y Plinio (Siglo I), San Isidoro (S VII) o el annimo Physiologus. Gran parte de su inters est en los sucesivos agregados de los copistas, que fundaron toda una rama de catlogos monstruosos.El engrasado eje de la carreta en que se han subido, por otro lado, est ms interesado en las producciones globalizadas contemporneas. Y quiero que se lea literalmente, no soy vctima del berretn de apilar palabras punzn. Existe un enclave secreto, una cofrada de psicosemioanalistas lacanianos que publica sibilinamente sobre el tema, como para no empachar al pblico de estmago delicado. A fin de cuentas ya Freud indigestaba con sus anlisis pstumos a pintores y escritores, prueba de que como siempre estamos, mnimo, un siglo tarde.Quin es Drcula? Un viejo amanerado, plido y chupasangre. Claro, pero Bram Stoker dice mucho ms. La historia acusa a Vlad Tepes, el modelo inspirador del mito, de mltiples homicidios y otras sanguinarias tropelas, siendo la ms famosa el empalamiento de vctimas vivas. Si hay alguien que se merezca ser empalado son los personajes buenos de la novela. La pareja santurrona de Jonathan Harker, el virginal protagonista anglicano, nunca estuvo tan cerca del acto como durante los arrebatos violentos del viejo conde. Drcula estuvo siempre asociada con la histeria de la poca victoriana, esa furibunda pasividad emanada de la cultura represiva. Plidos y agresivos, los habitantes de la trama se ven acosados por un viejo, que si bien espectral, representa un fortsimo deseo desde que lo esperan tres novias libidinales en su castillo. Por eso oculto, por eso siniestro. El castigo del exceso: la muerte, el afeamiento, el disvalor de las mujeres que oh casualidad! son las afectadas. Hace algunos aos los pberes (y aspirantes) explotaban como pochoclos las salas de cine por un vampirismo de iniciacin sexual. Hoy, vuelve en modo Batman, y disculpen el mal gusto pero siempre voy a preferir a Leslie Nilsen.Directamente relacionado con Drcula por el cine contemporneo, y por su alta carga sexual, se encuentra el hombre lobo. Siempre macho, peludo y agresivo desgarra bestialmente las ropas femeninas. Tambin compite, claro. Pero lo innombrable, lo que la sociedad quiere decir y slo rodea, es una pulsin violenta y unilateral. Su rutilante aparicin en tinta fue pensada en EEUU y ficcionalizada en Pars, all por el 33, adaptado al cine con el incmodo y pomposo nombre de hombre lobo americano. Prximo y ms interesante es el licntropo nacional de la patria grande: el lobizn. Qu figura puede operar mejor para mistificar los abusos rurales? Es pura pulsin, sdico inconsciente, egosta y fuerte hasta la fascinacin. El verdadero caudillo de los llanos literarios no es el tigre.Frankenstein es otro transitado umbral entre lo fantstico y lo imposible. Poderosa fantasa anticipatoria (1818), este monstruo remite tanto ms al mito de Pigmalin que al de Prometeo, que as se anuncia.Tememos al monstruo porque lo deseamos. Est ms all de la ley, o parado justo sobre, en un lugar tan amenazante como intransitado. Lo prohibido atrae fatal, a los jvenes primero. Es una resonancia latente, un llamado zumbn. Los monstruos ponen en crisis lo real, son el tembladeral de las categoras con que aprehendemos al mundo. Representan la encarnacin de una diferencia, un primer plano de la diferencia materializada. No podemos ver ms all de ella en un cuerpo abominablemente distinto. Lo monstruoso tambin es, como quiso Roland Barthes (/barts/ por favor sin rima), otro modo de lo potico. Una esfera vibrante de sentidos fantasmticos o atrofiados, agrego. La prxima vez que inquiramos sobre una extraeza acechante, recordaremos la hibridacin propia que acusa: el monstruo c'est moi.