Módulo No. 1 LA EDUCACIÓN PRODUCTIVA Y EL … · En el marco del mandato constitucional y la Ley...

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Guía de Estudio LA EDUCACIÓN PRODUCTIVA Y EL ANÁLISIS DE LA REALIDAD DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PRODUCTIVA: FORMACIÓN TÉCNICA TECNOLÓGICA GENERAL SUBSISTEMA DE EDUCACIÓN REGULAR Módulo No. 1

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Guía de Estudio

LA EDUCACIÓN PRODUCTIVAY EL ANÁLISIS DE LA REALIDAD

DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PRODUCTIVA: FORMACIÓN TÉCNICA TECNOLÓGICA GENERAL

SUBSISTEMA DE EDUCACIÓN REGULAR

Módulo No. 1

LA VENTA DE ESTE DOCUMENTO ESTÁ PROHIBIDADenuncie al vendedor a la Dirección General de Formación de Maestros, Telf. 2912840 - 2912841

Ministro de EducaciónRoberto Ivan Aguilar Gómez

Viceministro de Educación Superior de Formación ProfesionalJiovanny Edward Samanamud Ávila

Viceministro de Educación RegularJuan José Quiroz Fernández

Director General de Formación de MaestrosLuis Fernando Carrión Justiniano

Coordinador Nacional del PROFOCOMArmando Terrazas Calderón

Equipo de redacciónEquipo de Formación Complementaria y Post GradualEquipo Técnico de la Dirección General Educación SecundariaEquipo Técnico PROFOCOM

Cómo citar este documento:Ministerio de Educación (2016). “La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad”. Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General. La Paz, Bolivia.

Depósito Legal: XXXXXXXXX

Diplomado en “Formación Complementaria para el Fortalecimiento del Bachillerato Técnico Humanístico y la Educación Productiva”

Primera etapa:

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

Módulo No. 1La Educación Productiva y el Análisis de la RealidadGuía de Estudio

Primera Edición, 2016

Guía de Estudio

LA EDUCACIÓN PRODUCTIVAY EL ANÁLISIS DE LA REALIDAD

Módulo No. 1

Presentación ........................................................................................................................... 3

Introducción ........................................................................................................................... 5

Acerca del proceso formativo ................................................................................................. 8

Objetivo holístico .................................................................................................................... 9

Estrategia formativa ............................................................................................................... 9

Guía metodológica para el participante ................................................................................. 11

Unidad Temática 1 Análisis de coyuntura ............................................................................................................. 13

Unidad Temática 2Economía Política para la Vida ............................................................................................... 37

Unidad Temática 3Políticas y Enfoques de la Educación Productiva ....................................................................105

Índice

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En el marco del mandato constitucional y la Ley N° 070 de la Educación “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”, uno de los desafíos fundamentales del proceso de transformación de la Educación está relacionado con la implementación de la Educación Técnica Tecnológica Productiva en el nivel de la Educación Secundaria Comunitaria Productiva en la visión de desarrollar las vocaciones y potencialidades productivas, la territorialidad y complejos productivos del contexto, con identidad propia y articulada al Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo del Estado Plurinacional de Bolivia.

En esta perspectiva, la Educación Productiva está articulada a la visión de Estado, a las políticas económicas, sociales, productivas y laborales, para que su construcción sea:

• intrasectorial, ya que el enfoque y los objetivos son comunes entre los tres subsistemas y todas las acciones deben articularse y complementarse,

• intersectorial, de manera que, desde el sector educativo, se aporte a la consolidación de las políticas sociales, económicas, culturales y políticas del Estado Plurinacional,

• intergubernamental, para que responda a las problemáticas, necesidades, potencialidades y proyecciones de una determinada región y población del Estado.

En este sentido, el Ministerio de Educación, a través de sus diversas instancias, viene desarrollando programas y acciones orientadas a la Educación Productiva, cada una focalizada en una población y con objetivos específicos, pero todas articuladas y complementadas entre sí en el nivel operativo, a través de los lineamientos que establece la Comisión de Educación Productiva.

Una de estas acciones está referida al Diplomado en Formación Complementaria para el Fortalecimiento del Bachillerato Técnico Humanístico y la Educación Productiva, que en su 1ra. versión contempla implementar a través del Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General, lineamientos formativos y de concreción curricular para el Bachillerato Técnico Humanístico en el Subsistema de Educación Regular para así profundizar la visión de la Educación Productiva en el Sistema Educativo Plurinacional.

En esta perspectiva, el propósito del Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General, es formar maestras y maestros que desde su práctica educativa, visión crítica y holística de la realidad económica, productiva y social puedan producir conocimientos y experiencias para la formación en el Bachillerato Técnico Humanístico en armonía con los principios y lineamientos del Modelo de desarrollo económico y social del Estado Plurinacional para así transformar la formación Técnica Tecnológica Productiva desde una Economía para la Vida.

Roberto Aguilar Gómez MINISTRO DE EDUCACIÓN

Presentación

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Hubo ensayos para formar estudiantes con el título de Bachiller Técnico – Humanístico. Luego del cuestionamiento al “improductivo” Bachiller en Humanidades, durante la década de los años 60’ se tomó la formación del Bachiller Técnico como sistema paralelo al Bachiller en humanidades. Era parte de la política educativa para América Latina. Seguidamente, a manera de cerrar brecha entre el Bachiller en Humanidades y el Bachiller Técnico, se organizó un tercer sistema paralelo con la formación del Bachiller Técnico – Humanístico. En las jornadas de debate sobre la crisis educativa (1986 – 1992) se dejó establecido que el Bachillerato Técnico Humanístico (BTH), no era ni Bachiller Técnico ni Bachiller Humanístico. Con la neoliberal Ley 1565, el bachillerato tomó rumbo separado; por una parte, el Bachiller en Humanidades y, por otra, el Bachiller Técnico.

El actual MESCP, retoma el Bachillerato Técnico Humanístico como formación integral. Se toman las experiencias anteriores para mejorarlas. La formación Técnica Humanística es de carácter obligatorio en las Unidades Educativas del nivel de Educación Secundaria Comunitaria Productiva: fiscales, privadas y de convenio del Subsistema de Educación Regular es de carácter obligatorio (Art. 2, Reglamento de Bachillerato Técnico Humanístico del Sistema Educativo Regular). De esta manera, la educación integra la formación técnica y la formación humanística para dejar de lado la tradicional educación selectiva y racial de los sistemas educativos anteriores. Las políticas educativas anteriores seleccionaban a algunos estudiantes para el trabajo intelectual en desmedro del trabajo manual (técnico). La selección estaba relacionada a criterios raciales y a las posibilidades económicas.

Las políticas educativas implementadas en el área Técnica Tecnológica, tuvieron muy poca relevancia en el ámbito productivo, más bien fue un instrumento de imposición ideológica foránea, que tenía una clara intención de hacer repetir y reproducir modelos externos, cuya formación resultados somos sujetos pasivos sin capacidades de crear tecnologías productivas, esto induce cada vez más a consumir tecnologías pensadas y creadas por otros, ahondando la crisis económica y dependencia tecnológica; a pesar que todas las Reformas Educativas han manejado en el discurso la implementación de una educación técnica, ninguna de ellas ha cumplido con su objetivo.

Análisis Comparativo

Antes Ahora

Técnica Vocacional,

Taller General y Tecnología y Conocimiento Práctico

Técnica Tecnológica General

Técnica Tecnológica Especializada

Unidades educativas humanísticas

Unidades educativas técnicas

Unidades Educativas Técnico Humanísticas Plenas

Unidades Educativas Técnico Humanísticas en Transformación

Unidades Educativas Técnico Humanísticas en Transición

Introducción

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Orientada a la elaboración de trabajos manuales

Elabora proyectos aplicados a la actividad económica productiva local y regional.

Orientada a la producción tangible e intangible.

Promueve emprendimientos socioproductivos innovadores, recuperando y aplicando saberes, conocimientos y tecnologías propias.

Desvinculada de la realidad y la producción

Responde a las necesidades, expectativas, problemáticas, vocaciones y potencialidades productivas locales, regionales y nacionales.

Insuficiencia de infraestructura y equipamiento

La implementación de talleres, laboratorios y equipamiento en las unidades educativas técnico humanísticas.

Otorga certificados no reconocidos por Educación Superior

Título de Técnico Medio otorgado por el Ministerio de Educación.

Diploma de Bachiller Técnico Humanístico gratuito.

La educación técnica en el Sistema Educativo iniciaba con la materia de labores, manualidades, a partir de la experiencia e iniciativa de las maestras; en el Nivel Primario se enseñaban a las niñas labores, bordados en tela, dibujo y pintura, técnicas del hogar y economía doméstica para el cumplimiento de las diferentes necesidades y obligaciones de la casa; a los niños les enseñaban trabajos manuales, calados en venesta y otros.

En el Nivel Intermedio se enseñaban Taller General con las materias de Carpintería, Mecánica y Electricidad a los varones y a las señoritas se impartía la formación en Técnica Vocacional con las materias de Corte y Confección, Tejidos y Alimentación. En ese devenir, la Educación Técnica es la única materia o asignatura que cambia de denominativo permanentemente, adaptándose a las diferentes circunstancias o situaciones políticas coyunturales, siendo en todas ellas devaluada, subvalorada y considerada como relleno, improductivo o simple pasatiempo.

En la Ley N° 1565 de la Reforma Educativa, se consideró el Área de Tecnología y Conocimiento Práctico en el Tercer Ciclo, el cual pretendía desarrollar la creatividad tecnológica, el interés por las aplicaciones prácticas de las ciencias y la capacidad de imaginar soluciones tecnológicas relacionadas con problemas cotidianos a través de los proyectos tecnológicos, sin embargo, por el poco interés político de entonces, la poca difusión y puesta en práctica no se llegó a implementar a cabalidad en las unidades educativas, por lo que otra vez quedó en el discurso sin cumplir con su objetivo.

Hoy, con la implementación del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo, a través del esfuerzo emprendido por el Estado Plurinacional de Bolivia, y los Pueblos y Naciones Indígena Originario Campesinos, en procura de cambiar la matriz productiva de las comunidades y regiones para reducir la brecha de la dependencia económica y tecnológica, surge una visión distinta de la educación Técnica Tecnológica en la perspectiva de contribuir a la soberanía científica y tecnológica del país, soberanía alimentaria, etc. para solucionar las necesidades y problemáticas locales o potenciar las vocaciones y potencialidades productivas de las comunidades y regiones de nuestro Estado Plurinacional.

En esa perspectiva, la educación en el Área Técnica Tecnológica tiene la finalidad de desarrollar en las y los estudiantes capacidades y cualidades creativas para crear, innovar o producir nuevas técnicas y tecnologías productivas en relación al desarrollo de la matriz productiva de las comunidades y regiones, reconociendo y conociendo las problemáticas locales y nacionales. En ese sentido la Educación Técnica Tecnológica está orientada a desarrollar una conciencia productiva en las y los

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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estudiantes para transformar las bondades naturales en productos materiales en beneficio de la comunidad y sociedad.

Por tanto, los conocimientos que trabaja el área Técnica Tecnológica en toda su magnitud se articulan a la nueva matriz productiva, al desarrollo socio comunitario, al proceso de acumulación y desarrollo de la ciencia y tecnología, a los procesos de construcción de la nueva estatalidad, de reconstitución de las unidades socioculturales, de modo que responda a la diversidad en sus dimensiones económica, cultural, espiritual, social y política.

En ese entendido, en el marco del proceso formativo del Diplomado en “Formación Complementaria para el Fortalecimiento del Bachillerato Técnico Humanístico y la Educación Productiva”, el proceso está organizado en dos momentos formativos en correspondencia con los 6 años de Formación Técnica Tecnológica en Educación Secundaria Comunitaria Productiva;

Formación Complementaria para el Fortalecimiento del Bachillerato Técnico Humanístico y la Educación Productiva

Primer MomentoFormación Técnica

Tecnológica General

Segundo MomentoFormación Técnica

Tecnológica Especializada

Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 Año 5 Año 6

a. La Formación Técnica Tecnológica General: Está orientada a la formación y orientación vocacional, se brinda en los primeros cuatro años de escolaridad del nivel de Educación Secundaria Comunitaria Productiva, tomando en cuenta sus contenidos como cimiento fundamental para la formación posterior, los contenidos propuestos en este espacio, son de formación y utilidad para la vida de las y los estudiantes del Bachillerato Técnico Humanístico en: planificación y gestión de proyectos, dibujo técnico, diseño industrial, investigación, creatividad, emprendimiento, seguridad industrial, liderazgo, contabilidad básica general, derecho laboral, tecnologías de información y comunicación, cálculo de costos y otros que son conocimientos básicos que orientan la formación técnico tecnológica en sus diferentes especialidades. A la culminación de estos cuatro años de escolaridad la o el estudiante tendrá la capacidad de elegir con autodeterminación un área específica de la formación Técnica Tecnológica especializada.

b. Formación Técnica Tecnológica Especializada: Es el espacio de formación especializada que se desarrolla en los dos últimos años de escolaridad del nivel de Educación Secundaria Comunitaria Productiva, éste se organiza en las siguientes áreas: Gestión Institucional Participativa; Preservación de la vida, Seguridad y Soberanía Alimentaria; Construcciones Civiles; Energía, Hidrocarburos y Minería; Arte y Artesanía; Transformación Tecnológica; Mantenimiento de Equipos y Sistemas Informáticos que contienen diversas menciones. A la culminación de su formación Técnica Tecnológica especializada la o el estudiante recibe el título con el grado de Técnico Medio en la especialidad elegida.

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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En esta perspectiva ¿Cuáles son las capacidades que se busca desarrollar desde el área de Técnica Tecnológica Productiva?

• Desarrolla capacidad creativa, ya que es un rasgo esencial de la educación Técnica Tecnológica sin lugar a dudas la capacidad de generar problemas y solucionarlos, bajo condiciones variables dada sus características dinamizadoras en la actividad del hombre, al vincularse en la comunicación e interacción con la naturaleza, genera la movilidad y consiguientemente la transformación del mismo en este proceso hacia un salto cualitativo en su evolución.

• Desarrolla capacidad productiva, porque es el máximo nivel del proceso educativo sociocomunitario y productivo que puede alcanzarse ya que produce y transforma la materia prima para el desarrollo local, regional y nacional con significación positiva para el vivir bien y que requiere una buena comprensión del medio ambiente.

• Desarrolla capacidad Innovativa, ya que da solución a problemas específicos con soluciones prácticas y rápidas, que pueden ser preexistentes, materiales que son mejorados, innovados y que son consideradas como nuevas en su área de trabajo y en la vida misma a través del desarrollo de habilidades y destrezas para dar soluciones a las problemáticas y necesidades socioproductivas.

• Desarrolla capacidad inventiva, ya que desarrolla ciencia, investigación para la creación de un objeto, producto, teoría o proceso que implica la transformación de la materia o materiales para el beneficio y/o desarrollo de las comunidades, respetando la naturaleza y la Madre Tierra, de acuerdo al ejercicio profesional de las diferentes áreas que tiene la educación Técnica Tecnológica.

Acerca del proceso formativo

La formación complementaria de maestras y maestros, para la implementación del Bachillerato Técnico Humanístico en la Educación Secundaria Comunitaria Productiva (ESCP) del Subsistema de Educación Regular, se constituye en una opción formativa que responde a la compleja necesidad del sector productivo, en el marco del mandato constitucional y la normativa legal vigente, construida desde una visión integral que pretende coadyuvar al desenvolvimiento en la vida y la continuidad de estudios superiores de las y los estudiantes del nivel de Educación Secundaria Comunitaria Productiva.

Esta opción formativa constituye una de las realizaciones concretas de las políticas públicas que busca responder a las necesidades formativas de maestras y maestros con formación en el ámbito de la Educación Técnica Tecnológica Productiva para fortalecer su práctica educativa desde los marcos y lineamientos del Modelo Educativo Socio Comunitario Productivo y la visión de la Educación Productiva del Estado Plurinacional.

En esa perspectiva el Módulo 1 “La Educación Productiva y el análisis de la Realidad” tienen la intención de promover una reflexión crítica de nuestra realidad y en particular de la realidad productiva dentro el contexto global de la economía, en la perspectiva de sentar las bases de una educación productiva desde nuestros contextos y las políticas del Estado Plurinacional. En ese sentido:

• La Unidad Temática No. 1: Análisis de Coyuntura, nos conduce a realizar un análisis de la realidad, a partir de nuestra experiencia que permita posicionarnos frente a ella para reconocer su movimiento y dinamismo, la relación entre los procesos, sus potencialidades y alternativas de transformación.

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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• La Unidad Temática No. 2: Economía Política para la vida tiene la intención de mostrar, analizar y reflexionar desde la perspectiva de la economía política crítica la racionalidad con la cual opera el capitalismo a nivel del mercado global y local (identificando sus limitaciones y contradicciones) para visualizar los elementos que entran en juego a la hora de promover una economía para la vida dentro los lineamientos de la educación productiva del MESCP.

• La Unidad Temática No. 3: Políticas y Enfoque de la Educación Productiva, busca reflexionar y posicionar la formación del Bachillerato Técnico Humanístico dentro los horizontes del MESCP y las políticas y enfoques de la educación productiva del Estado Plurinacional de Bolivia.

Para apoyar y acompañar este proceso formativo se ha previsto para las y los facilitadores orientaciones metodológicas de trabajo para: a) sesiones presenciales, b) proceso de práctica en contextos productivos y educativos y c) sesiones de socialización y profundización; así como también una Guía de Estudio para las y los participantes de este diplomado. Los documentos se encuentran acompañados de un Dossier Digital de lecturas complementarias, videos y otros materiales.

Todos estos materiales se constituyen en una referencia básica para el desarrollo del Módulo 1 que tiene como finalidad ser el soporte metodológico para el proceso formativo a lo largo del Diplomado. Por todo lo señalado se espera que este material “Guía de estudio para el participante” sea de apoyo efectivo para un adecuado proceso formativo bajo los lineamientos del MESCP y Estado Plurinacional de Bolivia.

Objetivo holístico

Desarrollamos estrategias de análisis, dialógica y comunitariamente, en torno a la realidad económica y productiva de nuestro contexto local, regional y/o nacional coadyuvando a la comprensión del sentido de la formación del Bachillerato Técnico Humanístico en la perspectiva de la Educación Productiva y el modelo de desarrollo del Estado Plurinacional, practicando actitudes de complementariedad y respeto por la Madre Tierra, para transformar la formación Técnica – Tecnológica desde una economía para la vida.

Estrategia formativa

Uno de los aspectos centrales de la estrategia formativa está centrado en recuperar la experiencia de las y los participantes, este es el punto de partida para la sesión presencial, a partir del cual problematizaremos, debatiremos y profundizaremos de manera colectiva los diferentes ejes temáticos de cada una de la Unidades de Formación, para posteriormente ingresar al proceso de práctica en contextos productivos y educativos con nuestros estudiantes y concluir el proceso formativo con una sesión de socialización y profundización.

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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A continuación, se presenta el gráfico que muestra el proceso de la estrategia formativa:

Estrategia Formativa del Diplomado

Proceso metodológico de la Estrategia Formativa

Partir de la experien-cia y la realidad.

Profundizar a partir del Dialogo con la teoría/autores desde la reali-dad.

Análisis comparativo y reflexivo, de acuerdo a los ejes temáticos del Módulo.

Construcción crítica/producción crítica.

Realizar lecturas complementarias para profundizar por medio de un proceso de auto-formación.

Relacionarse, vincularse e interactuar con los diferentes actores del contexto productivo.

Trabajar con los es-tudiantes a partir de articular su desarrollo curricular con los ejes temáticos del diploma-do.

El maestro/a socia-liza su experiencia de Practica en Contextos Productivos y trabajo con sus estudiantes.

Reflexionar y profundi-zar la comprensión de los diferentes nudos temáticos y problemáti-cos del Diplomado.

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Práctica ProducciónTeoría Valoración

Producción PrácticaValoración Teoría

Sesiónpresencial

Practica en contextosproductivos y educativos

Sesión de socialización y profundización

Relacionarse,vincularse e interactuar

con los diferentes actoresdel contexto productivo

Trabajar conlos estudiantes a partir

de articular su desarrollo curricular con los ejes

temáticos del diplomado

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ctivo Generación de respuestas creativas

para transformar la realidad

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Siguiendo esta línea de trabajo, cada una de las Unidades de Formación contemplará los siguientes procesos de trabajo:

• Sesión Presencial: Se sigue la ruta metodológica articulada de los 4 momentos metodológicos para abordar los ejes temáticos desde un ángulo problemático y crítico; caracterizado por actividades dinámicas articuladas a la realidad y el contexto productivo.

• Proceso de Práctica en Contextos Productivos y Educativos: Escenario de concreción donde en una Primera instancia el participante deberá trabajar a modo de autoformación a partir de la presente Guía de Estudio, luego en Segunda instancia la/el participante tiene el deber de relacionarse, vincularse e interactuar con los diferentes actores del contexto productivo, para en Tercera instancia, trabajar con sus estudiantes a partir de articular su desarrollo curricular con los ejes temáticos de las diferentes Unidades de Formación.

• Sesión presencial de socialización y profundización: Se trabaja a partir de que la o el maestro socialice su experiencia de Práctica en Contextos Productivos, para que desde esta experiencia de trabajo reflexionar y profundizar los diferentes nudos temáticos de cada Módulo.

Guía metodológica para el participante

Cada uno de los Módulos del DIPLOMADO EN “EDUCACIÓN PRODUCTIVA: FORMACIÓN TÉCNICA TECNOLÓGICA GENERAL” desarrollará un conjunto de Unidades Temáticas, en las cuales se plantearán una diversidad de actividades formativas que permitirán alcanzar los objetivos del Diplomado.

Las actividades tienen como finalidad brindar elementos que permitan introducir, problematizar y profundizar los “ejes” de cada Unidad Temática, contribuyendo así a la apropiación y posicionamiento desde su práctica educativa frente a los sentidos y ejes que propone cada Módulo. Estas actividades, al ser parte del proceso formativo, tienen un carácter evaluable y obligatorio.

Estas actividades formativas de los participantes están referidas a:

• Actividades que permiten partir de nuestra experiencia y realidad• Actividades para desarrollar y reflexionar • Actividades para profundizar a partir del diálogo con los autores • Actividades para el trabajo con estudiantes de las Unidades Educativas (referida a su práctica

en contextos productivos)• Actividades de intercambio y debate a través de foros debates colectivos• Actividades de retornando a nuestra práctica educativa para profundizar la implementación

del BTH desde los marcos del MESCP.

A continuación te presentamos el sentido de cada una de estas actividades:

• Al inicio de cada Unidad Temática encontrarás una actividad titulada “partiendo de nuestra experiencia y realidad”. El sentido de la misma es que exterioricen sus saberes a partir de su experiencia y realidad socio-educativa y económica en relación a las unidades temáticas de cada Módulo. Este ejercicio de escribir y trabajar desde su experiencia y realidad sirve de línea de base, a efectos de que la/el participante pueda comprender su proceso formativo.

• Conforme se vaya avanzando el desarrollo de los ejes temáticos de cada Módulo, se encontrará en cada cierto espacio, actividades denominadas “para desarrollar y reflexionar” que posibilitan profundizar el debate que te propone cada Unidad Temática.

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Dichas actividades son de carácter individual y/o colectivo (en Comunidades de Producción y Transformación Educativa – CPTE). Las mismas pueden ser trabajadas a partir de lecturas complementarias, preguntas que invitan a mirar tu realidad y práctica educativa, videos debate, etc. Al desarrollarlas se irán elaborando criterios, respuestas, reflexiones y/o esquemas que luego servirán de base para producir nuevos saberes/conocimientos y prácticas educativas.

• Complementando a todo este proceso, también se deberán desarrollar las actividades denominadas “Actividades para profundizar a partir del diálogo con los autores y, a partir de estas lecturas apropiarnos de criterios que nos permitan profundizar nuestra reflexión y análisis de la realidad.

• En el proceso también encontrarás actividades denominadas “actividades de trabajo con nuestros estudiantes” que, en el marco de la práctica en contextos productivos y educativos, tienen la intención de que la o el maestro:

- Realice un acercamiento a la realidad socio-productiva de su contexto, interactuando con sus estudiantes y con los actores productivos y/o económicos para conocer y aprender de las dinámicas económicas y productivas locales a través de prácticas y/o visitas de estudio.

- Trabaje con sus estudiantes a partir de articular las salidas de interacción con el contexto productivo; con las actividades curriculares del desarrollo curricular del área técnica – tecnológica productiva y/o otras áreas de saberes y conocimientos afines al área, según el Año de Escolaridad en el Nivel Secundario (de preferencia este proceso de planificación y concreción debe estar vinculado a las problemáticas del PSP y articulado a otras áreas de saberes y conocimientos del Nivel Secundario).

• En la perspectiva de promover un proceso de reflexión y debate sobre los ejes temáticos de cada Módulo, las y los participantes deberán participar de “Foros de debate colectivo”, cuyo sentido es que compartan su reflexión, aprendizajes y criterios personales en torno al proceso formativo y práctica desarrollada, pero al mismo tiempo amplíen sus reflexiones y argumentaciones, a través de un proceso de análisis, intercambio y debate con otros participantes del Diplomado.

• Casi al final de cada Unidad Temática o Módulo, se encontrará una actividad que te conducirá a re-mirar nuestra práctica educativa, buscando enriquecerla con los ejes temáticos y reflexiones que han emergido en el proceso formativo, la misma se titula “Retornando a mi práctica Educativa”. Estas actividades posibilitaran plantear criterios para mejorar nuestra práctica educativa, elaborar uno o varios Planes de Desarrollo Curricular y registrar nuestra experiencia desarrollada.

Al finalizar cada Módulo la o el participante deberá presentar los productos de su proceso formativo:

• Los Módulos con el llenado de todas las actividades previstas.• Registros realizados en sus Cuadernos de Campo en relación a las actividades de las Unidades

de Formación. • Planes de desarrollo curricular concretados. • Informe del proceso de concreción realizado con sus estudiantes (adjuntando el plan de

desarrollo curricular, fotografías, audios o videos del proceso), acerca de prácticas en contextos productivos y educativos.

• Videos, filmaciones, grabaciones, fotos de su proceso, etc.

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Análisis de Coyuntura

Ejes temáticos:

Criteriosy herramientas para el análisisde coyuntura

Análisisde

coyuntura

Unidad Temática No. 1

SENTIDO DE LA UNIDAD TEMÁTICA

REALIZAR UN ANÁLISIS DE COYUNTURA A PARTIR DE NUESTRA EXPERIENCIA QUE PERMITA POSICIONARNOS FRENTE A NUESTRA

REALIDAD PARA RECONOCER SUS POTENCIALIDADESY ALTERNATIVAS DE TRANSFORMACIÓN

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Análisis de la realidad

“Si se quiere construir un proyecto viable, resulta imprescindible reconstruir el contexto en el que se ubican los sujetos sociales, pero hacerlo exige una

forma de pensar la realidad que permita encontrar el contenido realidad en el presente, ya que ésta conlleva procesos complejos y de diversa índole,

cuyas manifestaciones transcurren en distintos planos, momentos y espacios. Este grado de complejidad hace indispensable un severo control de los

condicionamientos teóricos, ideológicos y experienciales, durante el proceso de análisis, pues es factible que impriman sesgos en su conocimiento y

conceptualización.

(…). Para ello, es necesario pensar la realidad como una articulación, es decir, como una relación entre procesos imbricados de forma no determinada

previamente y dejar que su reconstrucción permita reconocer de qué modo concreto se articulan los procesos”

Hugo Zemelman

Análisis de coyuntura:Una herramienta necesaria para transformar la realidad

La perspectiva del Bachiller Técnico Humanístico del Modelo Educativo Sociocomunitario productivo - MESCP, marca una fuerte distancia respecto a la experiencia desarrollada en el país de una formación meramente humanística, que en el marco de la visión de una educación libresca, teórica y desvinculada de la realidad, en la formación, no se brindaba a las y los estudiantes herramientas útiles para encarar los desafíos y problemas de la vida, por el contrario se tendía a formar actores sociales pasivos y presas de la inercia de los vaivenes de la realidad.

En esta perspectiva, la Formación que plantea el BTH, no se limita a la mera formación técnica, dirigida a la generación de mano de obra para el mercado. La perspectiva del BTH tiene que ver con formar

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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sujetos que se ubiquen en su realidad, piensen su realidad, que visibilicen y creen las posibilidades para desarrollar proyectos productivos comunitarios, autónomos, orientados al bien común; o en su caso, tengan las herramientas para generar las condiciones de vida insertándose al mercado laboral con una perspectiva crítica y creativa respecto a los parámetros del mundo globalizado, capitalista y consumista actual. Asimismo, constituirse en protagonista de la consolidación del Estado Plurinacional.

En este sentido el primero de los temas para ingresar a trabajar toda esta perspectiva, es un punto de partida central: la ubicación en la realidad para intervenir en ella y transformarla. Nadie puede desarrollar un proyecto personal o colectivo si no se sabe ubicar en su realidad. Si alguien no sabe leer su realidad, si no sabe identificar las condiciones del contexto, las posibilidades, no va a poder avanzar en la perspectiva de desarrollar su proyecto o iniciativa, o generar proyectos que tengan pertinencia.

La realidad no es un objeto pasivo, se la transforma desde el presente

Uno de los elementos centrales para iniciar este debate es problematizar las visiones de realidad sobre las que nos movemos. Muchos razonamos como si viviéramos en una realidad estática, que puede entenderse de forma simple, como una fotografía de la realidad empírica actual ajena y externa a nosotros, como si fuera un objeto inerte, y que sólo se lo explica buscando las causas relacionadas a los fenómenos que percibimos.

Pero la realidad es más compleja porque está en movimiento y se la construye. Son los sujetos, las personas, los grupos sociales, quienes construyen y van dinamizando la realidad desde sus necesidades, proyectos, demandas, problemas, que viven en el presente donde se interviene y se transforma. ¿Qué pasa cuando tenemos la necesidad de intervenir en la realidad para transformarla? ¿Qué pasa cuando nos posicionamos en el presente asumiendo que participamos de la construcción de la realidad? En el presente no se ven objetos muertos delimitados y sin movimiento, en el presente se encuentran en disputa y articulación un conjunto de proyectos sociales que en su dinámica va configurando la realidad social.

Entonces la realidad no se limita a ser un objeto externo a nosotros; el ubicarse en el presente y el saber que se es parte de la realidad, plantea la posibilidad de que se puede dotar de sentido a la realidad desde el proyecto o aspiraciones de futuro que se tiene participando con acciones concretas en su construcción.

La realidad es una articulación de procesos, no es sólo lo que conocemos desde nuestra disciplina o especialidad

Uno de los problemas que se enfrenta a la hora de intervenir en la realidad y transformarla desde las iniciativas, necesidades, demandas o problemas que se tiene como orientación, es la limitación de una lectura disciplinar y especializada que fragmenta la lectura de la realidad e impide posicionarse en los contextos concretos.

Si nos posicionamos en el presente para plantear un proyecto productivo o para solucionar un problema, por ejemplo: se necesita intervenir en una comunidad donde no hay agua (que sería la necesidad a enfrentar). Si comenzamos a leer la realidad desde el punto de vista de un especialista (por ejemplo, un técnico o ingeniero), el problema tiende a leerse desde el conocimiento disciplinar y no desde las condiciones de la realidad. Si se plantea respuestas a problemas sólo tomando en cuenta la especialidad que tenemos, comienzan a surgir respuestas a los problemas que en su planteamiento pueden ser reductivos; volviendo al ejemplo, desde el punto de vista del ingeniero

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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la solución que le dicta la especialidad puede pasar por comenzar a realizar cálculos y un estudio de vertientes, pozos y la instalación de tuberías, como respuesta práctica. En otras palabras se tiende a dar respuestas a los problemas donde la especialidad del técnico/profesional se sobrepone a la realidad concreta donde se va a intervenir1.

Como la realidad está en movimiento la respuesta y la intervención en los contextos no se puede dar linealmente, además la realidad no es sólo un acto técnico (como sólo instalar una tubería y hacer el pozo de agua), la realidad se despliega en varios niveles, un nivel será lo que se puede hacer desde la técnica para satisfacer la necesidad, pero la realidad es más amplia que eso. Una pregunta que habría que plantearse para llevar a la práctica los proyectos e iniciativas que se tengan para intervenir en la realidad es: ¿en qué contexto se va a desarrollar el proyecto o la intervención a la realidad? ¿Cuáles son las condiciones del contexto y qué posibilidades se visibilizan para hacer viable la implementación del proyecto? Todos los contextos en los que nos movemos o intervenimos son contextos sociales, la técnica no funciona en el aire, no funciona en el vacío, se interviene siempre en contextos vivos, con sujetos con una forma de vida, aspiraciones concretas, dinámicas propias y una organización específica; es en esa realidad social donde interviene el ingeniero o el especialista.

Si para intervenir y transformar la realidad el ángulo de la especialidad y la disciplina no es suficiente ni la única que necesitamos para responder con pertinencia a los problemas, es necesario ampliar la lectura de la realidad desde una visión articulada desde los varios niveles de la realidad (económico, político, psicosocial2, cultural), donde la lectura desde la disciplina se complementa con una lectura de la realidad desde diversas áreas del conocimiento humano.

Para abrirse al presente, para abrirse a la posibilidad de implementar un proyecto, cubrir una necesidad, solucionar un problema, en la perspectiva de intervenir y transformar la realidad de manera pertinente, se requiere abrirse a diversos niveles de la realidad, que siempre es mucho más compleja que la disciplina que manejemos. Se plantea entonces una lectura articulada de la realidad (desde la lectura de sus varios niveles). Volviendo al ejemplo de la demanda de agua, para lograr una ubicación y una lectura del contexto concreto donde se va a intervenir y transformar la realidad, se necesita ampliar la perspectiva (disciplinar) y hacerse un conjunto de preguntas, esto es, problematizar la necesidad o la demanda de la comunidad (que está sirviendo de punto de partida en el proceso de análisis de esa coyuntura), pero desde varios niveles de la realidad.

Por ejemplo, desde el nivel político: ¿Existe en la comunidad una estructura organizativa que pueda sostener su implementación y funcionamiento? ¿Hay un liderazgo fuerte en la comunidad que permita hacer el pozo de agua y las tuberías en consenso entre toda la comunidad? ¿Qué relaciones de poder e intereses se vive en torno a la posesión del agua en la comunidad? ¿Cómo se logra establecer consenso para delimitar el uso doméstico del agua y no para regadío?; en el nivel económico ¿qué condiciones económicas tiene la comunidad para garantizar el proyecto? ¿Es sustentable a largo plazo si se lo piensa desde sus ritmos del uso de esos bienes?, ¿existe financiamiento de actores externos para su mantenimiento que garanticen la sostenibilidad del proyecto?, ¿de qué manera la comunidad va a intervenir en el apoyo de la construcción de este proyecto?¿se cuenta con autoridades legítimas y que gocen de confianza para realizar cobros necesarios para iniciar el proyecto? en el nivel cultural ¿qué pautas culturales tiene la comunidad respecto al uso y manejo del agua potable? ¿Cómo se garantiza el uso adecuado de los bienes? ¿Qué procesos formativos son

1. De fondo la visión lineal del especialista y su disciplina parte de una comprensión estática de la realidad, en el sentido de que razona como si no existiera ningún conflicto en el contexto donde va a intervenir, como si no fuera a desarrollar su proyecto con otros sujetos. La limitación es que no se cuenta con las herramientas para ver la complejidad de la realidad del contexto que siempre excede lo que se puede plantear desde la disciplina.

2. Referido a los comportamientos y conductas que se generan al interior de un grupo social determinado.

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necesarios incorporar en la comunidad para garantizar el uso adecuado de los bienes? ¿Qué tipo de instituciones o prácticas comunitarias existe que permita acelerar la implementación del proyecto? ¿Qué nuevos hábitos organizativos se debe incorporar para el uso adecuado y el sostenimiento a largo plazo del proyecto?, en el nivel psicosocial: ¿Qué creencias y costumbres se desarrollan en torno al agua que pueden limitar la incorporación del proyecto? ¿Qué valor le da la comunidad a la tecnología que se va a incorporar?

Lo que se plantea es problematizar la realidad para abrirse a una lectura más amplia y articulada de la misma, que no se limite a la lectura desde la disciplina aislada, tiene que ver con una lectura de la realidad desde sus aspectos cultural, económico, psicosocial, político; que a través de preguntas3 permite ampliar el campo de visión del contexto presente, mostrando un campo problemático, mucho más concreto, desde donde se puede reconocer las limitaciones y posibilidades que se tiene en el contexto para dar viabilidad al proyecto a ser implementado: a esta perspectiva nos referimos con la lectura articulada de la realidad.

La intervención que se realiza en la realidad define la direccionalidad que asume la misma

Si el sujeto interviene en la realidad, entonces el sujeto siempre hace política en el sentido de que define la direccionalidad que va a tomar la realidad. Si la realidad está en movimiento donde los sujetos son los que construyen y los sujetos construyen en función a la ubicación que puedan tener en el presente, y como el sujeto interviene en el presente entonces define la direccionalidad que va a tomar la realidad, define la direccionalidad de lo que se está construyendo socialmente.

En este contexto, no existe un camino automático de la vida y la realidad, por el contrario cuando nos atrevemos a intervenir en la realidad para transformarla; el camino siempre es inédito. Cuando los sujetos hacen cosas, muchas veces sólo vemos los efectos relacionados a la intención inicial, pero cada acción también conlleva efectos no intencionales que generan dinámicas que no controlamos, lo que complejiza lo que esperamos como resultado de nuestra intervención en los contextos. No se puede controlar la realidad de manera total pero si se puede incidir en su direccionalidad.

El sujeto que interviene la realidad afecta la realidad, direcciona la realidad, eso es lo que tiene que asumir el Sujeto formado en el BTH, porque el estudiante que quiera hacer proyectos, emprendimientos productivos se debe dar cuenta que esos proyectos van a influir en su contexto inmediato, van a modificar las relaciones en su contexto para bien o para mal. Este es otro elemento que se debe reflexionar con los estudiantes, no se trata solamente de que el estudiante sepa ubicarse y desde ahí desarrollar cualquier proyecto, aún aquellos que puedan afectar a la vida, la idea es que las y los estudiantes desarrollen proyectos que transformen la realidad en la perspectiva de reproducir y ampliar la vida del ser humano, la Madre Tierra y el cosmos, lo que implica una perspectiva crítica desde donde transformar.

El análisis de coyuntura y su pertinencia para enfrentar una formación de Sujetos que puedan trascender las condicionantes del mundo actual

El mundo actual donde se han profundizado los procesos de globalización capitalista y consumista condiciona a las nuevas generaciones (estudiantes, jóvenes, la población en general), a vivir condicionados por parámetros y prejuicios, eso es lo dominante en la vida hoy en día. El mundo

3. Lo que menos nos han enseñado en la escuela tradicional es a hacernos preguntas. Aquí lo que estamos planteando es dar mayor prioridad a las preguntas que a las certezas; aquí valen más las preguntas porque, justamente, como la realidad está en movimiento la realidad siempre va a ser algo en cierto sentido incógnito, y no como nos enseñaron desde una visión conservadora, que la realidad ya está predeterminada y definida, acá retomamos el criterio de que participamos en la construcción de la realidad y depende del nivel de apertura que tengamos para leerla, la posibilidad de desarrollar prácticas pertinentes para transformarla.

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consumista impone las expectativas de vida, la imagen de hombre o mujer ideal a perseguir, parámetros de belleza, formas de vida, necesidades, preferencias creadas, etc. Quien plantea los parámetros y perspectivas de vida es el mercado capitalista e impone sus criterios desde la vida cotidiana.

En este contexto, al no contar con las herramientas para leer y posicionarnos en nuestra realidad, entonces nos dejamos llevar por los parámetros impuestos que impiden ver la realidad; al no poder poner en cuestión esos parámetros, entonces lo que se genera es una contradicción entre lo que somos y los parámetros del mercado capitalista, que en muchos conduce a un mecanismo de autodefensa, es decir a la negación del sistema, o en su defecto altos niveles de frustración, donde como no se puede llegar a cubrir las aspiraciones que oferta el sistema, esa frustración genera la auto negación y desvalorización, que es otra forma de la violencia sistemática del mundo globalizado excluyente.

Entonces la vida del mercado funciona en parámetros cerrados y lo que necesitamos desarrollar con procesos de formación como los que plantea el BTH es que los estudiantes cuenten con herramientas para ubicarse en su realidad y leer críticamente esos parámetros; ubicarse en el contexto concreto, en su historia, saber quiénes somos, qué queremos de la vida, de dónde venimos y hacia dónde vamos. En este sentido la posibilidad de ubicarse en los contextos concretos para producir una propia realidad, se constituye en una herramienta que va en contra de los parámetros que el mercado impone. Un estudiante que se pregunta, que sabe ubicarse en su contexto ya no se deja someter a los designios del mercado capitalista. Por eso lo que se plantea en el BTH como herramientas para comenzar a leer la realidad, no son herramientas de aplicación mecánica de elaboración de diagnósticos, sino un modo de razonamiento que posibilite leer las diferentes coyunturas que le va a plantear la realidad.

El estudiante que se sepa preguntar no va a reproducir los parámetros establecidos y eso va a garantizar una transformación real a largo plazo, porque el contexto global consumista va a ser más complejo en el futuro, va a ser más agresivo, y lo que nos va a permitir la posibilidad de que generemos alternativas viables de sociedad, es que el Sujeto se ubique en su realidad y pueda direccionarla. Un estudiante que se pregunte problemáticamente estará en la posibilidad de generar alternativas al mundo capitalista que se le impone. Por eso se plantea no una ideología, ni una teoría acabada, sino un modo de razonar, un modo de siempre estar en el presente y preguntarse, y asumir que se tiene el rol de darle sentido a la vida, ese es el Sujeto que va a poder plantear sus proyectos de vida, mejorar sus condiciones aun en contextos más adversos.

Herramientas para el Análisis de Coyuntura

• Definición del “problema eje”

Para desarrollar el análisis de coyuntura se parte de una necesidad, de un problema de la realidad que se necesita solucionar, una demanda a ser atendida, una política pública a ser implementada, o en su caso, un emprendimiento productivo. Lo que alude a un primer paso de delimitación de la realidad sobre la que se va a hacer el análisis de coyuntura. Esto está ligado al posicionamiento del Sujeto que necesita apropiarse de su realidad para transformarla. Esto plantea reflexionar sobre las siguientes preguntas:

¿A qué problemas y/o demandas necesito atender?

¿Qué problema de la realidad necesito transformar?

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Las preguntas aluden a visibilizar lo que se necesita hacer, lo que se quiere hacer para intervenir en la realidad. Esto es, ¿por qué y para qué vamos a desarrollar un proyecto, cubrir una necesidad, atender un problema?

La propuesta definida (qué planteo hacer para superar los problemas/necesidades/potencialidades) se convierte en el punto de partida del análisis de coyuntura: el Problema Eje.

Ejemplos: Problemas eje

1. En Capinota los productores de tubérculos y verduras necesitan elevar el nivel de pro-ducción de sus tierras para competir con la importación de tubérculos y verduras de bajo costo del Perú.

2. Ante la falta de seguridad y la ausencia de la policía en el Barrio Plan 3000, la comunidad ha definido organizar la brigada vecinal.

3. Ante el acaparamiento de intermediaros y los bajos costos de la leche en el mercado local, en el municipio de Achacachi, la asociación de productores lecheros demanda al Gobierno Central, equipos para el tratamiento de la leche y su procesamiento.

Para iniciar el análisis de coyuntura, hay que procurar poner en suspenso lo que podemos conocer desde nuestra formación, lo que podemos saber desde la experiencia acumulada en situaciones similares vividas anteriormente, además de poner en suspenso las cargas ideológicas que podamos tener sobre el problema eje4.

El análisis de coyuntura plantea la reflexión sobre cómo desarrollar la intervención en la realidad para transformarla, a partir de la “ubicación” en la realidad concreta. Se puede tener claridad en lo que se quiere hacer, pero lo que se plantee como necesidad, debe ser visto en proceso, lo que plantea la necesidad de comprender el contexto y las condiciones para la intervención en la misma.

El punto central del análisis de coyuntura, es abrirse a la complejidad de la realidad, en la perspectiva de dar “viabilidad” a la intervención en contextos concretos y avanzar en la transformación de los problemas identificados para desarrollar procesos pertinentes y viables.

Para aperturarnos a la complejidad de la realidad donde vamos a intervenir se plantea la problematización del problema eje desde distintos niveles de la realidad (Económico, Político, Cultural, Psicosocial)

4 Lo que alude a no dejar que el conocimiento de la especialidad o disciplina, que es el conocimiento teórico que tenemos se imponga ante la realidad que se pretende conocer para intervenir en ella. Asimismo, se trata también de evitar de que se quiera imponer también como referentes de la realidad que se trata de entender en su amplitud, a experiencias que han funcionado en contextos y tiempos diferentes. Si se extrapola una teoría o una experiencia a una realidad nueva, se tiende a encubrir la realidad y se impide aprehenderla en su verdadera dimensión. Por otro lado también se trata de no confundir la realidad con la postura ideológica que se tenga.

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• Problematización del problema eje.

Llegados a este punto se trata ahora de desarrollar el proceso de apertura y apropiación de la realidad a partir de la problematización del Problema Eje.

En la problematización, se trata de asumir a la realidad como una incógnita5, la cual, para ser apropiada requiere de preguntas realizadas desde varios Niveles de la realidad (Económico, Político, Psicosocial, Cultural). Al ser la realidad un espacio de construcción, lo que adviene no está definido, por tanto, es en el presente o en la secuencia de coyunturas donde el Sujeto puede intervenir disputando la direccionalidad que asume la realidad. Es en este sentido que cada coyuntura presenta más incógnitas que certezas, ya que es el resultado de procesos diversos que se conjugan en un determinado momento y espacio.

5 El planteamiento de asumir a la realidad como una “incógnita” (lo inédito), tiene que ver con el concepto de realidad que se presu-pone en el presente trabajo. Para el Sujeto que construye y transforma la realidad, asume que su intervención en una determinada coyuntura va a definir la forma de la coyuntura que le precede, es decir, con las acciones en el presente, se generan las condiciones de la nueva coyuntura. A esto nos referimos con la idea de la realidad en movimiento donde el Sujeto participa en su construcción.

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Niveles de la realidad6 para la problematización

Los niveles económico, político, cultural, psicosocial, son aspectos de la realidad social que en su articulación permiten entender la complejidad de una realidad concreta.

Para realizar el proceso de problematización, los niveles propuestos ayudan a organizar las preguntas que nos van a permitir aperturar la comprensión del contexto y los procesos relacionados al problema eje.

La problematización entonces se concreta a partir de preguntas realizadas desde el ángulo de los diferentes niveles de la realidad, los mismos tienen un sentido específico que visibilizan diferentes aspectos de la realidad social de un mismo problema en una determinada coyuntura.

Nivel económico: se trata de los aspectos relacionados a las condiciones materiales y de reproducción de la vida de los grupos sociales y/o Sujetos sociales.

Nivel Político: se trata de los aspectos de la realidad social vinculados a los proyectos políticos, ideologías, liderazgos, organización, que permiten la cohesión y la disponibilidad para desarrollar objetivos comunes, lo que puede entenderse como lo referido a la dinámica del poder que se desenvuelve en un determinado contexto.

Nivel Psicosocial: se trata de visibilizar la presencia de determinadas ideas que orientan los comportamientos colectivos o de un grupo social.

Nivel Cultural: se trata de visibilizar los sentidos que orientan la vida de los grupos o sujetos sociales, las creencias, hábitos asumidos, la forma específica en la que definen sus necesidades.

En el proceso de problematización, de lo que se trata es de ubicarse en el problema eje y comenzar a desarrollar preguntas relacionadas al mismo, en este proceso los diferentes niveles de la realidad expuestos anteriormente ayudarán a organizar el sentido de las preguntas.6

Volvamos a uno de los ejemplos planteados como problema eje:

En Capinota los productores de tubérculos y verduras necesitan elevar el nivel de producción de sus tierras para competir con la importación de tubérculos y verduras de bajo costo del Perú.

Ahora es importante comenzar a plantear preguntas que permitan ampliar la comprensión del contexto de este problema para identificar la forma más pertinente y viable de transformar la realidad en función de la necesidad planteada. Por ejemplo:

6 Los niveles de la realidad propuestos, plantean algunas perspectivas posibles para acceder a una lectura articulada de la realidad, No son los únicos posibles de plantear como organizadores de la problematización.

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Problema Eje 1:En Capinota los producto-

res de tubérculos y verduras necesitan elevar el nivel de

producción de sus tierras para competir con la importación de tubérculos y verduras de

bajo costo del Perú.

Nivel Cultural:

¿cuáles son las formas de producción que se reproducen en el largo tiempo?,

¿existe la experiencia en el grupo de tecni-ficar la producción y/o usas pesticidas?, ¿que

prácticas culturales existe en la comunidad que se vinculan a la producción? ¿que tipo

de contradicciones se visibiliza con la incorporación de la tecnificación y

agroquímicos?

Nivel Político:

¿cuál es el nivel de organización de los productores para definir un precio

común ante los intermediarios? ¿que tipo de relaciones de poder al interior de la comu-nidad impide la cohesión del grupo? ¿quienes se beneficiarían de la incorporación de agro-químicos y la tecnificación de su trabajo? ¿de

que forma la estructura organizativa de la comunidad puede servir de soporte

para aglutinar a los productores para hacer políticas comunes?

Nivel Económico:

¿qué mecanismos tienen los productores para regular los precios de

sus productos con los intermediarios?, ¿cuál es el grado de uso de tecnología en riego y la mecanización de su producción?, ¿si se trata

de emprendimientos familiares, cuál la relación laboral y el nivel de exigencia a sus integrantes para el mismo? ¿existe el apoyo institucional para promover el financiamiento a proyectos

productivos? ¿cuáles son las condiciones de las instituciones de financiamien-

to para desarrollar la inver-sión en su trabajo?

Nivel Psicosocial:

¿si se trata de emprendimientos fami-liares, hasta qué punto las relaciones de

interdependencia impide el crecimiento en la producción? ¿cuáles son las percepciones sobre los agroquímicos o la mecanización de su trabajo? ¿que experiencias se tiene con

las instituciones de financiamiento en el grupo?

Las preguntas permiten aperturar conocimiento pertinente sobre la realidad, visibilizando aspectos del contexto relacionados al problema eje. En este sentido se propone leer la coyuntura desde la apertura que genera las preguntas realizadas desde los distintos niveles de la realidad. Este tipo de lectura permite relacionar los varios niveles de la realidad estudiada para comprender de forma específica el contexto concreto.

Por último, necesitamos.

Lectura articulada de la realidad:

Como último paso metodológico del análisis de coyuntura, es necesario articular los diferentes aspectos de la realidad identificados en el procesos de la problematización. A partir de una lectura que articula los aspectos de la realidad de las diferentes dimensiones estudiadas (económico, político, cultural, psicosocial), se visibiliza de forma más concreta la realidad y el proceso analizado.

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Siguiendo con el ejemplo, podemos analizar algunos de muchos aspectos identificados:

En el nivel económico. Muchos de los dueños de los terrenos cultivables no reside en la comunidad y contrata vecinos de otras comunidades para producir en sus terrenos, pagando jornales mínimos, este grupo cuenta con las mayores extensiones de terreno y se encuentran con una mejor posición económica respecto a los demás; por otro lado las personas que producen en sus propios terrenos y residen en la comunidad cuentan con los terrenos menos fértiles, lo que les obliga a trabajar más tiempo con menos rendimiento y sólo producen para el autoconsumo.

En el nivel cultural, gran parte de los productores, pertenecen a una generación mayor que ronda los 45 a 60 años de edad (sus hijos y los familiares más jóvenes tienden a migrar), este grupo ha asimilado una forma de producción de pequeña escala y con uso de instrumentos convencionales. Existe antecedentes de que la incorporación de innovaciones tecnológicas en la producción como pesticidas, abonos químicos y otros, no han sido bien asumidos porque se tiene el criterio de que hace daño a la tierra, por tanto no es bien visto para su uso.

En el nivel político, existe tensiones entre los grupos de propietarios de la comunidad, los residentes se articulan en contra de los vecinos que no viven en la comunidad, grupo que es muy disperso, sin núcleo de cohesión. No existe un liderazgo articulador en la comunidad que permita generar consensos.

¿Qué realidad captamos al relacionar los niveles de la realidad que se plantean (orientados siempre por el problema eje)?

Nivel económico y cultural

Existe un grupo de propietarios que cuenta con las mayores extensiones fértiles de la comunidad, la misma que no reside en el contexto y depende de intermediarios en la producción, quienes no están capacitados para el uso de tecnologías nuevas y el uso de abonos químicos, debido a su resistencia hacia los mismos. Por las malas condiciones económicas de sus pagos y la elevada edad con la que cuentan, genera un estancamiento productivo que tiende a empeorar con el tiempo.

Nivel económico/cultural y político

Los comunarios, de los cuales algunos vecinos trabajan para los dueños de las tierras, se articulan de forma antagónica ante los dueños de las tierras más fértiles, lo que genera una indisposición hacia ese grupo. El trabajo que realizan para los dueños de las tierras es realizado sin los cuidados necesarios, a pesar de los acuerdos con los propietarios.

Este ejemplo ayuda a mostrar que la realidad concreta del contexto se hace visible en la medida en que se articulan los aspectos identificados de los diferentes niveles de la realidad, desde donde se visibiliza lo viable, y lo posible para asumir acciones que permitan superar los problemas planteados.

Ahora desarrollamos una práctica desde nuestros problemas identificados

Continuando con el trabajo en grupo, retomamos nuestro problema eje y comenzamos a problematizarlo desde el punto de vista de los diferentes niveles de la realidad propuestos:

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Problema Eje:

Problema del Eje Nivel Cultural:Nivel Político:

Nivel Económico:

Nivel Psicosocial:

Analizamos el Problema Eje a partir de los elementos que se visibilizan en función de las preguntas y realizamos una reflexión que articule los distintos elementos problematizados para lograr una lectura articulada de la realidad estudiada.

Análisis de coyuntura a partir del Problema Eje.

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Partir de nuestra experiencia y realidad

Para iniciar este ejercicio de análisis de coyuntura, te proponemos la siguiente actividad:

• Para iniciar con la identificación de los problemas dibuja un mapa parlante de tu zona, barrio o comunidad. (Graficando los diferentes espacios, calles, avenidas, centros de salud, etc. de la zona, comunidad o distrito)

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• Describe los lugares más importantes y problemáticos de tu zona, barrio o comunidad. • Releva las problemáticas más sentidas en tu zona o comunidad (violencia, inseguridad,

contaminación, vivienda, pobreza, etc.)• Luego de detallar todos los diferentes aspectos reflexiona las siguientes preguntas:

¿Qué problemática o necesidad me interesa resolver o transformar?

¿Qué planteo para transformar los problemas/necesidadesy/o potencialidades del contexto?

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Para desarrollar y reflexionar

Para continuar con nuestro análisis de coyuntura vamos a delimitar la problemática, por lo cual es necesario problematizar el problema eje inicial identificado para visibilizar con que otros aspectos esta articulada la problemática especificada. Para esto elabora tus preguntas de acuerdo a cada dimensión para iniciar tu reflexión problemática en torno al problema eje:

Problema del Eje Nivel Cultural:Nivel Político:

Nivel Económico:

Nivel Psicosocial:

Ahora analizamos el Problema Eje a partir de los elementos que se visibilizan en función de las preguntas y realizamos una reflexión que articule los distintos elementos problematizados para lograr una lectura más compleja de la realidad estudiada.

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Análisis de la coyuntura a partir del problema eje: (Desde su articulación con otras dimensiones de la realidad)

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Para profundizar a partir del diálogo con los autores

Para profundizar nuestras reflexiones te invitamos a leer el apartado I. El estudio del presente y el diagnóstico “Conocimiento y sujetos sociales: contribución al estudio del presente” de Hugo Zemelman. (pp. 35 – pp. 42)

El presente

Hemos afirmado que este libro intenta describir un método de observación de a realidad en un momento: el presente. Su propósito es contribuir a reconocer opciones que permitan al individuo la transformación de la realidad. Con esta finalidad, proponemos un conjunto de criterios metodológicos.

Para reconocer las opciones, es necesario pensar a la realidad desde la perspectiva de lo objetivamente posible. Para ello debemos enriquecer nuestra visión de ella, pese a que esto suponga trascender los encuadres teóricos disponibles o las experiencias acumuladas.

Captar a la realidad como presente nos permite potenciar una situación mediante proyectos capaces de anticipar, en términos de posibilidad objetiva, el curso que seguirá. De ahí que esta operación deba realizarse sin perder de vista el carácter dinámico del presente y con cuidado de no reducir el recorte de observación de la realidad a las exigencias planteadas por una meta preestablecida. Es por esto que el contenido de cualquier problema de interés requiere ser reconstruido en el mismo contexto en el que se inserta, si se le requiere comprender en su especificidad. La dificultad radica en como reconocer el verdadero problema que en un principio no fue percibido y cómo transformarlo en la referencia para determinar la o las políticas concretas. Por ello, es recomendable ser cautelosos ante cualquier intento de reducción de la realidad a determinadas estructuras conceptuales: es, además, imperativo el empleo de esquemas no encuadrados en una función explicativa fundamentada en una jerarquía específica de los procesos.

Este modo de razonar consiste en abrirse a la realidad para reconocer aquellas opciones objetivas que permitan dar una dirección al desarrollo, mediante la definición y práctica de proyectos que respondan a intereses sociales definidos. En este sentido, el reconocimiento de opciones determina el contexto en el que se especifica el contenido de un proyecto y contribuye a hacerlo objetivamente posible.

La idea de proyecto supone la existencia de un sujeto capaz de definir un futuro como opción objetivamente posible y no como mera proyección arbitraria. Es gracias a los proyectos que el sujeto establece una relación con la realidad, que se apoya en su capacidad de transformar esa realidad en contenido de una voluntad social, la cual, a su vez, podrá determinar la dirección de los procesos sociales. Así, hechos potenciales podrán ser predeterminados gracias a la acción de una voluntad social particular. En este contexto, la apropiación del presente deviene un modo de construir el futuro y, a la inversa, un proyecto de futuro, protagonizado por un sujeto, se transforma en un modo de apropiación del presente. En realidad, el sujeto será realmente activo sólo si es capaz de distinguir lo viable de lo puramente deseable, es decir, si su acción se inscribe en una concepción del futuro como horizonte de acciones posibles.

Cabe preguntarse, ¿cómo formar sujetos que posean un conocimiento que amplíe su horizonte?, ¿cómo generar y organizar tal conocimiento y hacer que un amplio espectro de la población adquiera la habilidad de desarrollar de manera coherente visiones de la realidad susceptibles de ser llevadas a la práctica?9. Al establecer un círculo entre la visión y las prácticas de un proyecto, nuestra intención es impedir que la concepción de futuro se reduzca a una práctica imposible o mágica.

Continuar la lectura a partir del dossier

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Reflexiones sobre la lectura

¿Cuál es el debate que propone el autor?

¿Cuáles son los argumentos centrales en torno a cada lectura o apartado del texto?

¿Cuáles son las categorías centrales de cada argumento?

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Concepto de realidad

“Conocimiento y sujetos sociales: contribución al estudio del presente” de Hugo Zemelman. (pp. 43 – pp. 48).

Materializar en un diagnóstico el concepto de realidad como una articulación de procesos heterogéneos acarrea tres supuestos que permiten definir el perfil de realidad que se pretenda observar:

a) El supuesto del movimiento;b) El supuesto de la articulación de procesos,c) El supuesto de la direccionalidad.

Supuesto del movimiento

El supuesto del movimiento nos previene contra una comprensión estática de la realidad, la cual derivaría de la observación de la misma en un tiempo y espacio determinados, lo que puede provocar confusión entre los parámetros desde los cuales se observa lo real respecto de aquellos que son propios del proceso real que se estudia. En este sentido, es necesario partir de lo que llamamos situación de objetivación de los fenómenos reales, con el propósito de que la segmentación en parámetro, impuesta por la necesidad de conocer una situación presente, no acarree efectos distorsionadores en su análisis.

La situación de objetivación de un fenómeno se determina por los ritmos temporales de su desarrollo, así como por su distribución espacial. Si atendemos al parámetro temporal, podemos distinguir procesos que se desarrollan en ciclos prolongados (por ejemplo, la formación de un mercado de trabajo) de otros que lo hacen en períodos cortos (por ejemplo, la formación de una organización local de campesinos). Si atendemos al espacio, podemos distinguir procesos que se desarrollan en ámbitos macrosociales (por ejemplo, el proceso de acumulación de capital), de otros que lo hacen en un espacio microsocial (por ejemplo, el proceso de producción de una localidad).

Si se pretende captar el movimiento de lo real, no se debe olvidar el dinamismo que caracteriza a los procesos reales; es por eso que nos referimos a la necesidad de distinguir procesos que poseen un dinamismo de transformación estructural, en el sentido de que su movimiento es independiente de la praxis social, de aquellos que constituyen una manifestación de la praxis de los sujetos sociales. A los primeros los denominaremos dinamismos estructurales y, a los segundos, dinamismos coyunturales.

Si pretendemos adecuar la observación a este movimiento de la realidad debemos valernos de una serie de instrumentos conceptuales (conceptos- indicadores) que posibiliten una segmentación de la realidad congruente, así como el establecimiento de un uso del instrumental que garantice dicha observación. Es por ello que los conceptos-indicadores, mediante los cuales se construyan los observables del diagnóstico, deberán dar cuenta tanto de los resultados de procesos como de los procesos mismos. La función que desempeñan los conceptos-indicadores de resultado es la de segmentar la realidad en un momento y espacio determinados, mientras que los procesos se refieren a los mecanismos de reproducción y transformación de los fenómenos, cualquiera que sea la escala de tiempo y espacio considerada.

Si se desvincula los resultados de los procesos, la recuperación del movimiento de lo real se reduce a la comparación de una misma situación en momentos diferentes. Así, la captación del movimiento se alcanza gracias a la acumulación de segmentaciones temporales sucesivas, como si no se transformaran las propiedades del mismo proceso.

Un ejemplo de lo anterior es el siguiente: si elegimos un concepto- indicador de resultado, como cantidad y tipo de organizaciones políticas, y lo aislamos de otros fenómenos, limitamos la segmentación de la realidad política a la estructura organizativa. Si, por otra parte, a ese mismo concepto - indicador se le vincula con otros que atiendan al proceso del fenómeno (como praxis de las organizaciones que reflejen fines sectoriales o globales o capacidad de reproducción de las organizaciones), se estará en condiciones de segmentar la realidad política como si fuera el desarrollo de una voluntad colectiva, cuyo dinamismo no se agote en la posibilidad de expresarse en una estructura organizativa determinada en un momento específico.

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32

Reflexiones sobre la lectura

¿Cuál es el debate que propone el autor?

¿Cuáles son los argumentos centrales en torno a cada lectura o apartado del texto?

¿Cuáles son las categorías centrales de cada argumento?

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Foro debate colectivo

Para profundizar nuestro análisis de la coyuntura global te invitamos a ver el documental video: “Voces contra la Globalización: la larga noche de los 500 años” en la perspectiva de debatir y reflexionar las problemáticas que atingen a nivel global y cómo se articulan con nuestra realidad:

Voces contra la Globalización

La larga noche de los 500 años

A partir del video participa del foro debate programado para el presente Módulo.

¿Cómo afecta esta realidad global a nuestra vida cotidiana?,¿Qué relación tiene esta realidad global con nuestra realidad y problema eje?

¿Cuáles son las consecuencias de continuar con una economía de mercado que privilegia el capital antes que la vida?

Las y los participantes deberán registrarse en el siguiente correo electrónico:

[email protected] para poder acceder a su usuario y contraseña y, así participar del foro debate e intercambiar criterios con otros participantes del diplomado. El foro debate se realiza por medio de un aula virtual

El foro debate se realiza a partir de las lecturas complementarias y preguntas de trabajo y problematización.

Ingresando en el aula virtual, las y los participantes encontraran referencia de grupo al cual pertenece según departamento y ESFM/UA de registro. También la referencia de fechas dentro las cuales puede participar del foro debate.

Para elaborar su respuesta, le sugerimos primero escribir sus argumentos e ideas en un documento Word para luego subir la misma al aula virtual

Sube tu respuesta en el foro del aula virtual

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Para desarrollar y reflexionar

Ahora, en la perspectiva de retomar nuestro análisis, vamos a intentar delimitar los observables empíricos en torno a la problemática analizada para luego determinar los puntos de articulación que existen entre las diferentes dimensiones que se vinculan al problema eje. En otras palabras buscamos hacer un recorte de la realidad que puede mostrar cómo se manifiesta la problemática en la vida cotidiana y cuáles son los puntos de articulación con otras dimensiones de la realidad:

A partir del análisis problemático realizado ¿Cuáles, son los aspectos empíricos que se pueden observar en la vida cotidiana de nuestra realidad, en torno al problema eje?

¿Cuáles son los puntos de articulación con otras dimensiones de la realidad?

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Para retornar a nuestra práctica educativa

Tomando en cuenta nuestro problema eje preliminarmente identificado y el análisis problemático y articulado que hemos realizado a partir de comprender su relación con otras dimensiones de la realidad, reflexiona y responde la siguiente pregunta:

¿Qué es viable y posible hacer desde nuestra área y/o año de escolaridad para transformar nuestra realidad?, en concreto ¿desde mi práctica educativa?

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36

Para trabajar con los estudiantes de las Unidades Educativas7

• A partir de la planificación curricular realizada en la sesión presencial, programa sesiones de análisis de coyuntura con tus estudiantes:

- Se pueden programar salidas para que los estudiantes pregunten las personas o a sus padres y madres de familia.

- ¿Cuál es su balance de la realidad boliviana con respecto a otras épocas?- ¿Qué problemas sociales, económicos y/o políticos enfrentábamos antes den la década

de los años `50, `60, `70, `80 y `90?

• ¿Qué problemas sociales enfrentamos hoy?

• Programa un taller para en primera instancia socializar todos los hallazgos realizados por los estudiantes.

• Para motivar el debate proyectar el video “Voces contra la Globalización: la larga noche de los 500 años” en la perspectiva de debatir y reflexionar las problemáticas que atingen a nivel global y como se articulan con nuestra realidad y contexto social.

• A partir de este primer momento invita los estudiantes a reflexionar su realidad, desde su experiencia y problemas que como estudiantes enfrentan.

• Planteando preguntas como:- ¿Cuáles son los problemas que hay en mi barrio, zona y/o comunidad?- ¿Qué problemas enfrentamos hoy los jóvenes de la unidad educativa?- ¿Con que dimensiones de la realidad se relacionan estos problemas de nuestra

realidad?

• Dependiendo de las circunstancias se puede trabajar en grupos de trabajo para luego socializar el trabajo.

(De preferencia este proceso de concreción y trabajo con las y los estudiantes en el marco del Diplomado debe estar vinculado a las problemáticas que aborda el desarrollo del PSP y al desarrollo curricular del área Técnica Tecnológica Productiva)

Producto de la Unidad Temática No. 1

Registro en su cuaderno de campo del análisis de la realidad realizado con sus estudiantes (adjuntando el plan de desarrollo curricular previsto, fotografías, audios o videos, etc.).

7 Esta actividad debe ser considerada como parte de la Práctica en Contextos productivos y Educativos que la o el maestro realiza con sus estudiantes de la Unidad Educativa.

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Economía Política para la Vida

Ejes temáticos:

El dinero y el salario - modos de producción

Reproducción delcapital social

Problemas dela comunidad

Actores dela comunidad

Trabajo, valor ymercancía - plusvalía

Consumo - ofertay demanda

Tipos deeconomía

Unidad Temática No. 2

SENTIDO DE LA UNIDAD TEMÁTICA

ANALIZAR Y REFLEXIONAR DESDE LA PERSPECTIVA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA PARA LA VIDA REFLEXIONAMOS LA RACIONALIDAD CON

LA CUAL OPERA EL CAPITALISMO A NIVEL DEL MERCADO GLOBAL Y LOCAL (IDENTIFICANDO SUS LIMITACIONES Y CONTRADICCIONES) PARA VISUALIZAR LOS ELEMENTOS QUE ENTRAN EN JUEGO A LA

HORA DE PROMOVER UNA ECONOMÍA PARA LA VIDA DENTRO LOS LINEAMIENTOS DE LA EDUCACIÓN PRODUCTIVA DEL MESCP

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Una Economía para la Vida pretende optar por una nueva “racionalidad productiva” que se oponga a aquella visión instrumental medio-fin capitalista

que domina el mundo actual y que conduce a la humanidad a un proceso profundo de irracionalidad del sistema y suicido de la vida.

A diferencia de la economía capitalista, tradicional, convencional u ortodoxa que está “orientada a la maximización de las ganancias” y vinculada con la acumulación de capital y el cálculo del interés propio que conduce a la

humanidad a un callejón sin salida

Una Economía para la Vida se debe ocupar de las condiciones que hacen posible esta vida a partir del hecho de que el ser humano es un ser

natural, corporal, necesitado (sujeto de necesidades)”. Por tanto, se ocupa particularmente de la “reproducción de las condiciones materiales que hacen posible y sostenible la vida”, de manera que haga posible una vida plena para

todos y todas.

Henry Mora Jiménez

Economía Política

¿Cómo se mueve hoy la economía mundial?, ¿Qué actores son determinantes dentro la dinámica del mercado mundial?, ¿Qué papel juegan las corporaciones y multinacionales dentro la economía mundial?, ¿Cómo las dinámicas y racionalidad del mercado global condicionan las economías de los Estados hoy?, ¿En qué medida está racionalidad está incidiendo en nuestra realidad y contexto concreto a nivel social y económico?, ¿estamos conscientes de estas incidencias?; estas son algunas preguntas iniciales con las cuales quisiéramos iniciar el debate en torno a la economía política, ya que durante mucho tiempo los discursos que han dominado el mundo de la economía mundial, regional y local han estado marcados por un una visión colonialista y evolucionista de la economía y la realidad, pero sobre todo por determinadas teorías de la modernidad y el desarrollo.

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Y es justo desde esta perspectiva que se posicionó una visión de desarrollo, el cual ordena el mundo entre países centrales y países periféricos, países modernos y países pre-modernos, entre países desarrollados y países sub-desarrollados, en definitiva entre países del primer mundo y países del tercer mundo. En otras palabras, el mundo era organizado a partir de una única visión del mundo, donde los países periféricos y del supuesto tercer mundo deberían replicar e implementarlas políticas sociales, culturales y económicas del primer mundo si querían salir de su subdesarrollo.

Hoy, problemáticas como la contaminación ambiental, contaminación minera, descertificación de los suelos, deshielo de los glaciares, inviernos más crudos, incendios forestales, inseguridad social, crimen organizado, emergencias sanitarias como dengue, malaria, enfermedades cardiacas y respiratorias, reproducción de una violencia estructural y mercantil, cambio climático, sequías, inundaciones, narcotráfico, trata y tráfico de seres humanos, etc., etc. nos muestra las limitaciones, las contradicciones, las inequidades del sistema capitalista y neoliberal.

Hoy, la crisis que vive la humanidad es un reflejo de la crisis del sistema capitalista y neoliberal, donde el libre mercado define arbitrariamente, a partir de sus intereses, el rumbo de la humanidad, la naturaleza y la vida, lo cual nos desafía a re-pensar ¿continuamos reproduciendo una economía de mercado centrado en el capital y la mercancía? O ¿empezamos a pensar en una economía que tenga como prioridad reproducir la vida?

Desde esta perspectiva pensar en una economía de la vida, plantea como primer desafío em-pezar a cuestionar y desmitificar las visiones hegemónicas en torno al desarrollo y la economía de mercado impuestas a lo largo de nuestra historia humana. Ya que en “las últimas décadas del siglo XX fueron testigo de un cambio dramático en el curso de la humanidad. A medida que los “problemas modernos” se fueron transformando en verdaderas amenazas globales sobre la existencia misma del planeta y la sobrevivencia de los seres humanos –la exclusión económica y social, la subversión de las relaciones humanas, la destrucción del medio ambiente–; en esa misma medida se afianzaba un pretendido pensamiento único, ciego ante tales amenazas y ebrio de un eficientismo abstracto fundado en el mercado, el laboratorio y la racionalidad medio-fin.” (Hinkelammert, 2006: pág. 13)

Hoy, pensar en una economía para la vida, pasa por pensar en lo que somos y lo que es necesa-rio producir para reproducir la vida. Por tanto, lo primero que hay que comenzar a reflexionar es “¿Cómo entendemos entonces la economía? ¿Cómo creemos que debe ser reformulada la economía, en cuanto actividad humana y en cuanto disciplina teórica? O al menos, ¿en qué di-rección? Creemos que esta reformulación debe darse en el sentido de constituir Una Economía orientada hacia la Vida, o, resumidamente, Una Economía para la Vida. Y cuando hablamos de “vida” nos referimos a la vida real de los seres humanos reales, no a la vida imaginaria e invertida de las teorías económicas neoclásica y neoliberal (y de la tradición positivista en general). Una Economía para la Vida se debe ocupar de las condiciones que hacen posible esta vida a partir del hecho de que el ser humano es un ser natural, corporal, necesitado (sujeto de necesidades). Se ocupa, por tanto, particularmente, de la reproducción de las condiciones materiales (biofísicas y socio-institucionales) que hacen posible y sostenible la vida a partir de la satisfacción de las ne-cesidades y el goce de todos, y por tanto, del acceso a los valores de uso que hagan posible esta satisfacción y este goce; que hagan posible una vida plena para todos y todas” (Hinkelammert, 2006: pág. 19)

A partir de este preámbulo inicial, a continuación presentamos orientaciones metodológicas para trabajar la unidad temática: Economía Política para la Vida

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Partir de nuestra experiencia y realidad

Como inicio para desarrollar la presente Unidad Temática te proponemos que realices las siguientes actividades:

• Visita algún mercado o las tiendas de tu barrio o comunidad para observar y/o preguntar: ¿Cuál es la oferta de productos que en las tiendas y/o mercados se exhiben?, ¿Qué tipo de productos presentan mayor marketing comercial en las calles, los mercados y/o las tiendas?, ¿Qué productos son de consumo masivo por parte de las personas?, ¿Cuál es la relación de precios entre los productos nacionales e extranjeros?

Cuaderno de Campo

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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A partir de esta observación y/o entrevista, reflexiona las siguientes preguntas: ¿Quién produce, distribuye y consume estos productos?, ¿Donde se concentran las ganancias en este proceso de producción y consumo?, ¿Que contradicciones se esconden detrás del proceso de producción? (las respuestas pueden estar organizadas en mapas mentales o gráficos)

Para desarrollar y reflexionar

Para complementar y profundizar nuestra reflexión observa y analiza el siguiente documental “La historia de las cosas” de Annie Leonard.

(Esta actividad puede ser trabajada con tus estudiantes como parte de tu concreción curricular)

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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A partir del video y el trabajo preliminar realizado reflexionar las siguientes preguntas:

¿Cuál es la realidad de nuestro mercado nacional?

¿Qué lugar crees que ocupamos dentro de esta cadena de producción?

¿Cómo está incidiendo esta manera de dinamizar la economía global en nuestras vidas a nivel social y/o ambiental?

¿Cuáles son los límites y consecuencias de operar un sistema lineal que sólo le interesa reproducir el capital y la mercancía?

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Para profundizar a partir del diálogo con los autoras/es

Para profundizar nuestras reflexiones te invitamos a leer un fragmento del CAPÍTULO I: LA ECONOMÍA Y EL SENTIDO DE LA VIDA (Apuntes para una Ética del Sujeto desde la perspectiva de una Economía para la Vida). Hacia una economía para la vida”. Franz J. Hinkelammert - Henry Mora Jiménez (pp. 17 – pp. 24)

La siguiente pregunta, de carácter profundamente existencial y humano, ha sido planteada y en múltiples sentidos respondida, por innumerables filósofos, científicos y hombres de Estado a lo largo de toda la historia de la humanidad. De una u otra forma, todos y todas nos formulamos esta misma pregunta en algún momento de nuestra existencia (Mora Rodríguez, 2001: 6)

¿Qué sentido tiene en última instancia la vida para el ser humano, frente al devenir histórico de la humanidad, frente a su propia vida y, sobre todo, frente a la muerte?

Albert Camus, en su ensayo El mito de Sísifo, también se formuló esta interrogante en los siguientes términos, que nos parece el más adecuado para el propósito de nuestra reflexión (Camus, 1973: 13):

“La única pregunta metafísica seria es el suicidio: ¿la vida vale o no vale la pena ser vivida?”

Asumiendo esta formulación de la pregunta, nos adelantamos a responder categóricamente:

¡El sentido de la vida es vivirla!

Lo primero en la vida del ser humano, no es la filosofía, no es la ciencia, no es el alma, no es la sabiduría, no es la búsqueda de la felicidad, no es el placer, no es la reflexión sobre Dios; es, la vida misma. Toda libertad, toda filosofía, toda acción, toda relación con Dios, presupone el estar vivo. Presupone por tanto, la posibilidad de la vida, en cuanto vida material, concreta, corpórea. Y esta posibilidad de la vida presupone el acceso a los medios para poder vivir:

Me quitan la vida al quitarme los medios que me permiten vivir. (W. Shakespeare)

Pero entonces, insistimos: ¿La vida vale o no vale la pena vivirla?

La pregunta no es trivial, o al menos, ya no lo es. En nuestra sociedad actual está reapareciendo una cultura del heroísmo del suicidio colectivo, una cultura de la desesperanza, que se basa en la tesis de que no hay alternativa frente a las amenazas globales que hoy socavan la sociedad mundial y al mismo planeta: la desigualdad y la exclusión social creciente, la crisis ecológica y la crisis de las relaciones humanas. Estas crisis están íntimamente relacionadas con la negación del sujeto humano en cuanto sujeto corporal, viviente, y son producto de una sacralización de las relaciones sociales de producción, sacralización que apareció tanto en la ideología staliniana (en la antigua Unión Soviética), como actualmente en la ideología neoliberal; aunque hoy por hoy, el mito del progreso técnico infinito y la negación y aplastamiento de cualquier alternativa, asume la forma de una política de totalización del mercado; por eso nuestro énfasis en su crítica. La afirmación ciega del mercado total (fundamentalismo del mercado), implica de hecho el suicidio colectivo de la humanidad y el heroísmo correspondiente es el camino para aceptarlo.

Es la pretensión de transformar el mercado en la principal, e incluso en la única, relación social institucionalizada; sometiendo, anulando y destruyendo al resto de instituciones y relaciones sociales

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(y por ende al mercado mismo, que depende de aquellas). Frente a estas amenazas globales (vectores centrales de la llamada globalización), la humanidad deberá ante todo (¿o no?), reafirmar con absoluta decisión la opción por la vida. Esta es la primera condición para que puedan surgir las alternativas frente al mercado total y la percepción de su necesidad frente a tales amenazas.

No obstante su presencia en toda la historia humana, la disyuntiva de la orientación del ser humano y de su acción social, sea hacia la vida o hacia la muerte, adquiere dimensiones especiales desde el surgimiento mismo del capitalismo, ya que bajo la primacía de las relaciones sociales mercantiles, los nexos corporales y subjetivos entre los seres humanos aparecen como relaciones materiales entre cosas, al tiempo que la relación material entre las cosas es vivida como una relación social entre sujetos vivos. Es la teoría del fetichismo de Marx: los seres humanos se transforman en cosas y las cosas en sujetos animados. El ser humano ya no decide su actuación como sujeto autónomo, sino que son las mercancías, el dinero, el capital, transformados en sujetos sociales, los que deciden sobre la vida y la muerte de todos los seres humanos. Los objetos adquieren vida y subjetividad, que es la vida y subjetividad de los seres humanos, proyectada en los objetos. Por lo tanto, la orientación hacia la vida o hacia la muerte en una sociedad de este tipo, no puede ser analizada como un problema puramente “subjetivo” o casual, ligado a la buena o mala voluntad de las personas y a sus reglas morales; pero tampoco en los términos simples y mecánicos de una “estructura económica determinante de la consciencia”; sino que es el problema de una determinada espiritualidad institucionalizada en la organización material de las relaciones sociales entre los seres humanos.

Pero hoy se trata de afirmar la vida misma, porque el hecho ya evidente de la globalidad del mundo implica que la vida ya no está asegurada, independientemente de cuál sea el comportamiento humano. Hace falta preguntar por los comportamientos necesarios para que esta vida pueda seguir existiendo. No se trata de formular a priori una ética sobre la “vida buena” o la “vida correcta”. Hoy la globalidad del mundo con sus amenazas globales para la vida humana nos presenta el problema de la ética de una manera diferente, que podemos formular de la siguiente manera: ¿Cómo tenemos que comportarnos para que la vida humana sea posible, independientemente de lo que pensemos que ha de ser la vida buena o correcta? De esta ética se trata. Es la ética necesaria para que se pueda vivir. Es la ética de la responsabilidad por el bien común, en cuanto condición de posibilidad de la vida humana. Es también la afirmación de la esperanza humana en todas sus formas, de la utopía como un más allá de los límites de la factibilidad humana.

Pero la vida no se puede afirmar si no es afirmándose a la vez frente a la muerte. Una afirmación de la vida sin esta afirmación frente a la muerte es una afirmación vacía e inefectiva. Vivimos afirmando nuestra vida frente a la muerte y en el ser humano esta afirmación se hace consciente. Que haya vida es resultado de esta afirmación.

En sí misma, la afirmación por la vida tiene una doble connotación: el deber vivir de cada uno y el correspondiente derecho de vivir de todos y cada uno. De este deber/derecho de vivir han de derivarse todos los valores vigentes, valores que hagan posible el deber y el derecho de vivir; pero también, el sistema de propiedad, las estructuras sociales y las formas de cálculo económico, las normas de distribución del producto, los patrones de consumo, es decir, las instituciones de la economía. La misma posibilidad de la vida desemboca en estas exigencias. Así por ejemplo, un sistema de propiedad debe considerarse legítimo, en la medida en que sea compatible con la vida real y material de todos, e ilegítimo, si no es compatible con esta exigencia. Lo mismo podríamos decir de cualquier otra institución económica parcial (empresa, organización, sindicato, etc.), y de las grandes institucionalidades (Estado, mercado).

¿Cómo entendemos entonces la economía? ¿Cómo creemos que debe ser reformulada la economía, en cuanto actividad humana y en cuanto disciplina teórica? O al menos, ¿en qué dirección? Creemos que esta reformulación debe darse en el sentido de constituir Una Economía orientada

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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hacia la Vida, o, resumidamente, Una Economía para la Vida. Y cuando hablamos de “vida” nos referimos a la vida real de los seres humanos reales, no a la vida imaginaria e invertida de las teorías económicas neoclásica y neoliberal (y de la tradición positivista en general). Una Economía para la Vida se debe ocupar de las condiciones que hacen posible esta vida a partir del hecho de que el ser humano es un ser natural, corporal, necesitado (sujeto de necesidades). Se ocupa, por tanto, particularmente, de la reproducción de las condiciones materiales (biofísicas y socio-institucionales) que hacen posible y sostenible la vida a partir de la satisfacción de las necesidades y el goce de todos, y por tanto, del acceso a los valores de uso que hagan posible esta satisfacción y este goce; que hagan posible una vida plena para todos y todas1.

No se trata de una tesis “economicista” (reduccionismo económico), ni siquiera de una tesis “economista” (desde lo económico, tal como este término se entiende comúnmente). Las condiciones de posibilidad de la vida humana a las que nos referimos son condiciones corporales, de modo que abarcan a la sociedad en todas sus dimensiones, incluyendo desde luego a la economía. Estas condiciones de posibilidad de la vida humana constituyen de hecho un circuito: el circuito natural de la vida humana, metabolismo socio natural entre la humanidad y la naturaleza externa, en el marco de la Naturaleza (con mayúscula) No hay vida posible si la misma no es incluida en este circuito natural (que incluye al circuito propiamente económico). La negación y destrucción de este circuito natural significan la muerte.

Pero entonces, y según este enfoque, ¿cuál es la especificidad de la economía? La economía, aunque debe partir de este carácter multidimensional y complejo de la vida humana, la analiza en función de las condiciones de posibilidad de esta vida humana a partir de la reproducción y el desarrollo de “las dos fuentes originales de toda riqueza” (Marx): el ser humano en cuanto sujeto productor (creador) y la naturaleza externa (medio ambiente), “madre” de toda riqueza social (Petty). No se ocupa simplemente del contenido de la riqueza social (los valores de uso en cuanto satisfactores de necesidades humanas), sino de las condiciones que hacen posible la reproducción y el desarrollo de esta riqueza social y, por tanto, la reproducción y el desarrollo de sus “dos fuentes originales”. Por eso, analiza también la forma social de esta riqueza y su impacto en la reproducción de las condiciones de posibilidad de la vida humana.

Por tanto, la corporalidad del sujeto concreto resulta ser un concepto clave para una Economía orientada hacia la vida. No se trata solamente de la corporalidad del individuo, sino de la corporalidad del sujeto en comunidad. La comunidad tiene siempre una base y una dimensión corporal. Se trata del nexo corporal entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Toda relación entre los seres humanos tiene necesariamente esta base corporal y material, en la cual diariamente se juega la vida o muerte de la gente: su sobrevivencia, su actuar en comunidad, sus condiciones de existencia. Podemos llamar a esta relación corporal, coordinación del sistema de división social del trabajo, o coordinación del trabajo social.

Por eso, una Economía para la Vida es el análisis de la vida humana en la producción y reproducción de la vida real, y la expresión “normativa” de la vida real es el derecho de vivir. Lo que es una Economía para la Vida (en cuanto disciplina teórica), puede por tanto resumirse así: Es un método que analiza la vida real de los seres humanos en función de esta misma vida y de la reproducción de sus condiciones materiales de existencia. Un método que permite entender, criticar y evaluar las relaciones sociales de producción e intercambio, sus formas concretas de institucionalización y sus expresiones míticas. El criterio último de este método es siempre la vida del sujeto humano como sujeto concreto, corporal, viviente, necesitado (sujeto de necesidades), sujeto en comunidad. Este criterio de discernimiento se refiere a la sociedad entera y rige también para la economía.

1. En El Capital, ya Marx (1973, I: 44) hace equivaler el “proceso material de producción” y el “proceso social de vida”. También se refiere, combinando ambos términos, al “proceso material de producción de su vida” (de la vida humana), “de unos hombres con otros y frente a la naturaleza”; en fin, reproducción de las condiciones materiales que hacen posible la vida humana.

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La vida real es la vida material, incluido el intercambio de materias y energía del ser humano con la naturaleza y con los otros seres humanos. El origen mismo del ser humano se explica por esta relación: relación con los otros, relación con la naturaleza externa, relación consigo mismo. Según la tradición griega fundada por Aristóteles, la economía (oikonomiké) es la ciencia que se preocupa del abastecimiento de los hogares y de la comunidad circundante (la polis), a través del acceso a los bienes necesarios para satisfacer, potenciar y desarrollar, las necesidades humanas2. Una Economía para la Vida afirma esta vida real como la última instancia de toda vida humana. Para vivir, el ser humano tiene que hacer de su vida real la última instancia de la vida. Toda nuestra vida es una permanente relación vida-muerte. Por eso, el sentido de la vida es siempre una cuestión abierta: vivimos enfrentando, eludiendo y superando a la muerte, para finalmente sucumbir ante ella. El ser humano no es un “ser para la muerte”, sino un “ser para la vida” atravesado por la muerte, que fatalmente ocurre. Pero ni la misma muerte es aceptable por el hecho de que sea una fatalidad sin salida.

De manera que cuando afirmamos: “El sentido de la vida es vivirla”, ante todo estamos reafirmando una voluntad de vivir, reivindicando una lógica de la vida que permita reorientar la organización de la sociedad por el imperativo ético de la vida: mi vida, la vida del otro, la vida de la naturaleza externa al ser humano. Y no solamente una vida “sostenible” (aunque esto es necesario), sino una vida que contenga la referencia a la plenitud humana, aunque sin caer en la ilusión trascendental de identificarse con ella en cuanto meta calculable.

Lo anterior contrasta radicalmente con el método y los contenidos de la teoría económica dominante (neoclásica). Para ésta, la racionalidad formal abstracta (eficiencia, rendimiento, utilidad, competitividad, maximización, equilibrios “macroeconómicos”, etc.), se ha transformado en la “substancia”, en el valor supremo y el fin en sí mismo en referencia al cual la vida humana real se puede reproducir o no. La producción tiene que ser, ante todo, lo más eficiente posible, máxima, competitiva; para sólo después considerar y decidir cuántos y quiénes pueden vivir a partir de este resultado. Y esto no excluye la necesidad de un “cálculo de vidas” (Hayek), de un sacrificio de vidas hoy para asegurar un supuesto mayor número de vidas en un mañana venidero (siempre indefinido)3.

El presupuesto parece lógico: “entre más grande sea el pastel más posibilidad de que el mismo alcance para todos y de que la satisfacción sea mayor”. Pero se trata de una lógica instrumental, abstracta, que deja por fuera del análisis las condiciones reales de la reproducción de la vida real y los efectos indirectos de la acción humana orientada por el cálculo de utilidad (sobre el ser humano y sobre el medio ambiente). Se trata de una lógica que hace abstracción de la muerte y que invierte la realidad.

Para esta teoría económica (neoclásica), racionalización de las apariencias de la economía mercantil y capitalista, la eficiencia de la producción no se evalúa a partir del hecho de que todos y todas puedan

2. El otro tipo de economía o “arte de lucro”, según Aristóteles, es aquella que se utiliza para incrementar la propiedad del dinero por el dinero mismo, economía cremástica (chremastiké) o crematística (el arte de hacer dinero). “La verdadera riqueza está formada por estos valores de uso, pues la cantidad de fortuna de ésta suficiente para vivir bien no es ilimitada. Pero hay otra clase de arte de lucro, a la que suele darse, acertadamente, el nombre de crematística y para cual no parecen existir límites en punto a la rique-za y a la posesión... la riqueza a que aspira la crematística es ilimitada, como lo es en su ambición todo arte que considera su fin, no como medio, sino como fin último y supremo ...” (Aristóteles, La República, citado en Marx, 1973, I: 108). Aristóteles tenía claro que el fin de la economía es la satisfacción y el desarrollo de las necesidades, el trabajo de los seres humanos para reproducir su vida real. ¿Esta perspectiva da cabida a una “lógica de la eficiencia y el rendimiento”? Ciertamente, pero en cuanto una condición derivada de la necesaria reproducción de la vida real. La absolutización de las relaciones mercantiles invierte esta relación: la condición derivada de la economía es ahora lo primero, la “ley fundamental”; y la reproducción de la vida real se transforma en lo secundario. Es el sometimiento de la vida real a la ley del valor. Para una economía orientada hacia la vida, la “ley fundamental” es el derecho de vivir. No se puede asegurar la libertad humana si no es sobre la base de este derecho.

3. “Una sociedad libre requiere de ciertas morales que en última instancia se reducen a la manutención de vidas: no a la manuten-ción de todas las vidas porque podría ser necesario sacrificar vidas individuales para preservar un número mayor de otras vidas. Por lo tanto las únicas reglas morales son las que llevan al “cálculo de vidas”: la propiedad y el contrato”. (Entrevista en El Mercurio, 12-04-1981, Santiago de Chile). Este cálculo de vidas de Hayek es en realidad un cálculo de muertes, en donde la aproximación al mercado total se transforma en un gran sacrificio de vidas humanas.

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vivir (naturaleza incluida), sino de la decisión de quienes pueden vivir y quienes no. La eficiencia se transforma en un fetiche y la exigencia de vivir es aplastada en nombre de esta eficiencia y de la lucha competitiva. En realidad, toda acción racional enmarcada en el cálculo medio-fin, tiene esta abstracción/inversión como su base. La misma tesis de la objetividad del mundo es un resultado teórico producto de esta abstracción. En última instancia, la realidad es sustituida por, y sometida a, una empiria idealizada e ideologizada que se deduce de determinados valores y principios de actuación (la eficiencia formal, la lucha competitiva, el homo economicus), valores arbitrariamente establecidos.

Similarmente, mientras que para el pensamiento neoclásico y neoliberal (equilibrio general competitivo, mito de la mano invisible), toda asociación entre seres humanos frente al mercado es vista como una “distorsión” que el mercado sufre, para una Economía orientada hacia la Vida puede ser el medio para disolver las “fuerzas compulsivas de los hechos” que se imponen “a espaldas de los actores” (Marx), cuando las relaciones sociales humanas son transformadas en “relaciones de valor entre mercancías”. Y más que la simple asociación, se trata de la solidaridad. La existencia de estas fuerzas compulsivas de los hechos es de hecho un indicador de ausencia de solidaridad4. Quizás sean inevitables, pues toda institucionalidad es un sistema de administración de la relación vida/muerte, pero no son una necesidad (fatalidad) frente a la cual no queda más que someterse con humildad. En un país como Costa Rica, con un nivel de desigualdad en los ingresos cercano al promedio mundial, bastaría una pequeña redistribución del ingreso desde los estratos más ricos hacia los más pobres para erradicar la pobreza extrema (indigencia). Pero los “intereses creados” (en realidad, las fuerzas compulsivas de los hechos) bloquean esta alternativa, como ocurre en muchos otros países. Algo similar sucede con la deuda externa, que desde hace décadas agobia al tercer mundo y bloquea su desarrollo.

No se puede asegurar la libertad humana si no es sobre la base del derecho de vivir. Vista desde la economía, esta libertad no es un sometimiento ciego a la ley del valor, una libertad entendida como renuncia misma a la libertad; sino, un “control consciente de la ley del valor”; esto es, interpelación, intervención y transformación sistemática de los mercados, en función del criterio de la vida humana. Esto no implica la abolición de las relaciones mercantiles ni su minimización (mal necesario), sino el sometimiento del “cálculo de eficiencia”, del cálculo egocéntrico de utilidad, al derecho de vivir de todos y todas, naturaleza incluida.

Un ejemplo de la vida cotidiana puede ayudar a entender esta postura. Con el propósito de proteger la vida de los niños y las niñas, es normal que en las calles aledañas a las escuelas y jardines infantiles se coloquen reductores de velocidad, para obligar a los automovilistas a frenar y transitar lentamente cuando pasen cerca de estos centros de estudio y de atención infantil.

Desde el punto de vista de la racionalidad formal y la eficiencia abstracta, un economista podría afirmar: “Estos reductores son una distorsión, ya que limitan la libre circulación vehicular, aumentan el gasto de combustible y hacen más lento el tránsito. No deberían existir y, en su lugar bastaría con poner un letrero que indique: “Cuidado: niños en la calle”, o a lo sumo, un oficial de tránsito que controle la velocidad de los autos y el paso de los niños en horas pico”.

Por otra parte, un ecologista podría argumentar: “Cuando los autos se detienen casi por completo y luego vuelven a acelerar, eso provoca un gasto mayor de combustible, lo que es perjudicial para

4. Según diversas investigaciones en el campo de la complejidad biológica y los saltos de complejidad, el motivo de por qué la vida decide optar en ocasiones por la cooperación en vez de la competencia no es del todo claro; pero parece ser que todos los sucesos de aumento de complejidad están relacionados con crisis biológicas más o menos graves. Cuando la vida se ve amenaza, al borde incluso de la desaparición, reacciona protegiéndose y los actos cooperativos se priman por encima de los actos egoístas. En con-diciones de abundancia la vida (particularmente la vida no humana) tiende a competir entre sí y la cooperación no es necesaria. Al aplicar estos hallazgos a la sociedad humana, quizás la pregunta más inquietante es, si seremos capaces de entender a tiempo la disyuntiva entre “solidaridad o suicidio colectivo”, o si por el contrario, será necesaria una crisis que coloque al ser humano al borde de la extinción para que pueda producirse un nuevo salto por evolución cultural. Con un agravante: este salto no tiene necesariamente que producirse, y podría ser que la humanidad desaparezca antes de ser capaz de realizar la proeza.

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la economía y el medio ambiente, pero por otra parte, la contaminación sónica debería reducirse al mínimo, de modo que estos reductores cumplen su papel, aunque no se debe abusar de ellos.”

Por último, un padre de familia o una maestra de escuela que se pronuncie desde la ética del sujeto corporal replicaría: “Lo más importante es proteger la vida de los niños y las niñas, por tanto, lo mejor es limitar el paso de vehículos frente a la escuela y colocar un oficial de tránsito en las horas de entrada y salida de clases, a fin de velar por la seguridad y la vida de los niños”.

Para una economía orientada hacia la vida, este último criterio sería el fundamental. Ciertamente, podrían considerarse las diversas circunstancias de cada escuela en particular (el cierre total al paso de los vehículos no siempre es posible ni necesario), pero lo central, siguiendo con el ejemplo, es la protección y defensa de la vida. Sin despreciar (abolir) los otros criterios, el anterior es el que debe primar en la decisión.

Por eso, una Economía para la Vida tiene también que hacerse la siguiente pregunta:

¿Qué tipo de ser humano queremos ser y cómo podemos llegar a serlo?

Se trata de un criterio de discernimiento sobre quién es este ser humano, criterio que da la imagen según la cual el ser humano adquiere conciencia de sí mismo, en el proceso de la vida real. Criterio que desemboca en la siguiente sentencia: el ser (sujeto) humano es la esencia suprema para el ser humano. Y de esta suprema esencia para el ser humano se deriva el “imperativo categórico” de desterrar todas las relaciones sociales en que el ser humano sea un ser “humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (Marx). No se trata de una esencia metafísica (nace del ser humano mismo en cuanto éste quiere realizarse como ser humano, como sujeto humano concreto que se libera), sino, del llamado a una transformación, de una exigencia, de una ética del sujeto. Una ética que coloca al ser humano en el centro de la historia humana, de las instituciones y de las leyes.

El pensamiento liberal y neoliberal ni siquiera se plantea esa pregunta, porque la personalidad típicamente burguesa es producto de la renuncia a la misma (sometimiento a las leyes del libe mercado). Una Economía para la Vida, en cambio, sí tiene que hacerse esta pregunta, porque se trata de llegar a formar un sujeto para la vida y no uno para la muerte; un sujeto capaz de vivir y discernir estructuras sociales, regímenes de propiedad y formas de cálculo económico en función de la vida real (sujeto de la praxis); reproduciendo y desarrollando las “dos fuentes originales de toda riqueza”; un sujeto que busca trascender todas sus objetivaciones, aunque no pueda vivir sin ellas (sujeto libre). Asegurar la vida por la transformación de todo el sistema institucional en función de la posibilidad de vivir de todos y cada uno. Un simple cambio de “estructuras” es no solamente insuficiente, también es inviable si no logramos recuperar esta dimensión del sujeto, que siempre es, sujeto en comunidad.

Al reducir a la persona humana al individuo propietario y calculador de sus utilidades, el mercado totalizado suprime el otro polo de esta persona humana, que es el sujeto. En cuanto sujeto, el ser humano sabe que no puede vivir en este circo romano de la competitividad compulsiva, en esta “jaula de acero” (Max Weber) del mercado totalizado. Sabe que no puede vivir si no es interpelando a este individuo dominador y posesivo, que no puede vivir si el otro no vive también. Una Economía para la Vida deberá, por eso, lograr una recuperación radical del sujeto y de la subjetividad (o, sujeticidad), cuestionando, en el plano del pensamiento, el objetivismo de toda la tradición positivista tan enraizado en nuestra sociedad “moderna”.

La crítica de la economía política, cuyo máximo representante sigue siendo Karl Marx, colocó el desarrollo del capitalismo (su estructura, su dinámica) y de la riqueza capitalista, en el centro del

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análisis, para desprender del mismo su crítica del capitalismo5. Una economía para la vida (que es también una economía política crítica) debe poner en el centro de su análisis al ser humano, la centralidad del sujeto corporal (viviente, libre) como piedra angular de su concepción del mundo y de su crítica. Aunque parte de la crítica marxiana a la naturaleza de la riqueza capitalista, su preocupación central es el concepto de riqueza humana. Por ello, no parte de la mercancía y del valor, sino del valor de uso y de la satisfacción y el desarrollo de las necesidades humanas.

El conjunto de análisis y reflexiones que presentamos al lector en esta obra, pretende contribuir, aunque sea modestamente, en la dirección apuntada, proponiendo la urgente necesidad de una Economía orientada hacia la Vida. Desde luego, no se trata de un conjunto de reglas morales para “salvar al mundo” –aunque una Ética de la Vida debe estar presupuesta–, sino de un método de análisis para orientar la práctica económica en función del criterio central de la vida humana. Así, cada uno de los veintiún capítulos restantes de la obra debe verse como una hipótesis de investigación, un punto de partida para una discusión orientada a proponer nuevos horizontes para el análisis y para la acción, y que debe seguir desarrollándose con el concurso de muchas otras mentes y en el marco de las siempre renovadas prácticas sociales.

Reflexiones previas luego de la lectura

5. No obstante, esta crítica de Marx no se circunscribe a la lógica misma del capitalismo, sino que está realizada en función de los efectos negativos y perversos del desarrollo capitalista sobre el ser humano y la naturaleza, y por tanto, también, de su necesaria superación por formas más humanas de organización social.

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Reflexiones sobre la lectura

¿Cuál es el debate que propone el autor?

¿Cuáles son los argumentos centrales en torno a cada lectura o apartado del texto?

¿Cuáles son las categorías centrales de cada argumento?

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Para continuar con la reflexión y profundización retomamos la lectura, te invitamos a leer el CAPÍTULO IX: EL ORDEN DEL MERCADO Y LOS LÍMITES DE SU AUTORREGULACIÓN. Hacia una economía para la vida”. Franz J. Hinkelammert - Henry Mora Jiménez (pp. 177 – pp. 198)

9.1. La búsqueda de un orden en las relaciones mercantiles

La siguiente cita de Hayek, el pensador clásico y más lúcido del neoliberalismo, nos puede introducir directamente en la problemática del mercado y de la crítica del capitalismo.

“Estoy de acuerdo en que todo error ayuda al avance del conocimiento, y Marx es evidentemente error puro.

Marx desconocía totalmente la función de proveer señales que ofrece el sistema de precios. Fue incapaz de entender cómo un proceso de evolución selectiva que no conoce leyes que determinan su dirección puede generar un orden autodirigido”. (en Pizarro, sin fecha de publicación: 45, 46)

Lo que en este texto, en apariencia Hayek dice sobre Marx, ciertamente no nos revela nada sobre el pensamiento de Marx, pero sí, algo significativo sobre Hayek. Si Hayek afirma que el problema central de Marx es que fue incapaz de entender “la función de proveer señales que ofrece el sistema de precios”, tal afirmación nos introduce en realidad, en una cuestión que para el pensamiento de Marx es central. En efecto, todo el análisis del capitalismo que Marx realiza, gira alrededor de este problema, pues Marx precisamente explica cómo un “proceso de evolución selectiva que no conoce leyes que determinen su dirección, puede generar un orden auto-dirigido”, es decir, produce un orden; para analizar posteriormente, lo que Hayek no hace, qué tipo de orden se trata.

El problema de Marx sigue siendo nuestro problema, aunque sea a la vez el problema de Hayek. Es además el problema que domina, desde Adam Smith, el pensamiento económico, y se trata de un problema que nos es impuesto por la realidad misma del sistema capitalista vigente. Todo el pensamiento económico-social de la modernidad gira alrededor de este problema, pues de él depende la continuidad de la reproducción social y de la vida misma bajo el capitalismo.

Entonces, ¿por qué volver nuevamente a Marx? La razón reside en el hecho de que Marx elabora una respuesta al problema del orden del mercado que es diferente a la respuesta de la tradición liberal y neoliberal, así como también, diferente del pensamiento neoclásico del equilibrio general. No se trata entonces de recuperar a Marx de por sí, sino de reflexionar de nuevo sobre la respuesta que él da a este problema. Pero antes, veamos cómo planteó el asunto Adam Smith.

9.1.1. El orden económico en Adam Smith: la mano invisible

Smith describe a la sociedad burguesa por medio de un gran mito utópico, el mito del mercado. El mercado es para él la gran síntesis humana, buscada a través de toda la historia, entre el interés público o general, y el interés propio de cada uno de los seres humanos. Actuando el ser humano en el escenario de los mercados, su persecución del interés propio asegura de forma automática el interés común de todos. El mercado es una estructura maravillosa que exime al ser humano de toda responsabilidad por el resultado concreto de sus actos, porque automáticamente garantiza que este resultado será, de manera directa o indirecta, de provecho y bienestar para todos. Cuanto menos el ser humano se preocupe de la suerte de los otros miembros de la sociedad, más asegura a estos otros sus condiciones humanas de vida. Se construye así una dialéctica de los contrarios, que ya antes Mandeville había descrito con la célebre frase: “vicios privados, virtudes públicas”. Adam Smith proporciona a esta percepción de Mandeville, su cuerpo teórico.

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La irresponsabilidad por el resultado de sus actos ya no parece ser irresponsabilidad, sino verdadera responsabilidad. La indiferencia, dureza, y hasta la brutalidad en las relaciones humanas, ya no parece ser indiferencia, dureza o brutalidad, sino exactamente lo contrario; la única forma realista de preocupación por la suerte del otro, el realismo del amor al prójimo. Adam Smith describe este milagro realizado por la estructura del mercado, como el mecanismo de la “mano invisible”, verdadera providencia que guía los actos humanos en armonía.

“Ninguno, por lo general se propone originariamente promover el interés público, y acaso ni aún conoce cómo lo fomenta cuando no abriga tal propósito. Cuando prefiere la industria doméstica a la extranjera, solo medita su propia seguridad, y cuando dirige la primera de forma que su producto sea del mayor valor posible, solo piensa en su ganancia propia, pero en este y en muchos otros casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención” (Smith, 1983: 191)

Este es el automatismo: hay un fin, que es el interés general, que se cumple precisamente porque no se lo tiene como meta. Instalado el automatismo, el interés de todos se defiende de forma exclusiva y mejor, defendiendo este automatismo a ultranza. Por ende, la ética en todos los ámbitos humanos, es sustituida por la instauración de los valores del mercado, esto es, el cumplimiento de los contratos y el respeto de la propiedad privada. Estos valores, al institucionalizarse en estructuras de mercado, expulsan a los demás. El interés de todos, y con ello el bien común, se transforma en una simple técnica que se aplica asegurando la estabilidad de esta estructura, en la cual se descarga toda sensación humana, toda capacidad de consideración del otro. La estructura del mercado, como referencia mítica, desata la más completa irresponsabilidad, pero dándole el aspecto de la única y verdadera responsabilidad.

La ética social es sustituida por una técnica. Para cumplir con lo que las sociedades anteriores pensaban como ética, la burguesía ahora implanta una simple técnica que consiste en la imposición de los mercados. Así pues, esta burguesía ya tampoco se desvela por hacer política. ¿Para qué la política, si existe un medio técnico que por su propia inercia asegura de forma infalible lo que la ética y la política con anterioridad buscaban ilusoriamente?6 La burguesía se siente iluminada, con la fórmula matemática y la técnica en sus manos, que le permiten llegar calculadamente a lo que otros antes de ella querían alcanzar de manera ilusoria. Los valores de la propiedad privada y del cumplimiento de los contratos se transforman en esa estructura mágica que cumple, qua estructura, de modo automático, con todos los sueños de la humanidad. La destrucción del ser humano que la burguesía lleva a cabo durante los siglos XVIII y XIX, es vista ahora como verdadera salvación humana. La historia del colonialismo, de la esclavitud bendecida por el cristianismo oficial (católico o protestante) –el mayor imperio esclavista de toda la historia humana–; lo mismo que los fascismos y las dictaduras de Seguridad Nacional en el siglo XX, dan cuenta de las dramáticas consecuencias de esta pretendida visión científica de la sociedad.

Aparece un egoísmo que, desde el punto de vista moral se entiende precisamente como lo contrario, preocupación realista por la suerte del otro. Por ello, la burguesía ni siquiera entiende el reproche de egoísmo, pues para ella la persecución del interés propio equivale a la promoción de los otros, y sería más bien dañino preguntar por los efectos concretos que la acción individual tiene sobre el otro. El burgués que persigue exclusivamente su interés propio, está convencido por completo de que persigue la salvación del otro. Cree en la identidad de todos los intereses a través del mercado. Ya en el Siglo XX, esta pretensión se expresa en la siguiente máxima, propia de la sociedad estadounidense: “Lo que es bueno para la General Motors, es bueno para los Estados Unidos”.

6. Max Weber lo afirma: “Este fenómeno, el que una situación por la situación de intereses escuetos, tanto propios como ejenos, produzca efectos análogos a los que se piensa obtener coactivamente –muchas veces sin resultado- por una ordenación normati-va, atrajo mucho la atención, sobretodo en el domino de la economía, es más, fue precisamente una de las fuentes del nacimiento de la ciencia económica” (Weber, 1944: 24)

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En el pensamiento burgués, este cálculo de interés propio se transforma incluso en el distintivo del ser humano frente a los animales. Es un asunto de animales el pedir protección, el ser tomado en cuenta. El ser humano –en cambio– calcula sus intereses.

“Cuando a un animal le falta alguna cosa que quiere conseguir de un hombre o de otro animal, no tiene más remedio de persuasión que granjear con halagos la gracia de aquél de quien él aprende que ha de recibir lo que busca. Un cachorro acaricia a su madre, y un perro procura con mil halagüeños movimientos llamar la atención de su dueño cuando se sienta a comer, si ve que no le dan el alimento que necesita” (Smith, op. cit., I:53)

No obstante, el ser humano no es un animal. Necesita también de los otros, solo que consigue su colaboración por el cálculo del interés propio. El mito utópico del mercado se defiende en nombre del realismo. Adam Smith prosigue así.

“Pero el hombre se halla siempre constituido, según la ordinaria providencia, en la necesidad de la ayuda de su semejante, suponiendo siempre la del primer Hacedor, y aún aquella ayuda del hombre en vano la esperaría siempre de la pura benevolencia de su prójimo, por lo que la conseguirá con más seguridad interesando a favor suyo el amor propio de los otros, en cuanto a manifestarles que por utilidad de ellos también les pide lo que desea obtener. Cualquiera que en materia de intereses estipula con otro, se propone hacer esto: “dame tu lo que me hace falta, y yo te daré lo que te hace falta a ti”. Esta es la inteligencia de semejante compromiso, y este es el modo de obtener de otro mayor parte en los buenos oficios de que necesita en el comercio de la sociedad civil. No de la benevolencia del carnicero, del vinatero, del panadero, sino de sus miras al interés propio es de quien esperamos y debemos esperar nuestro alimento. No imploramos su humanidad, sino acudimos al amor propio, nunca le hablamos de nuestras necesidades, sino de sus ventajas” (Ibid: 54)

Aparece la división social del trabajo como un sistema de cálculos del interés propio, que no admite ninguna corrección. Hay una convicción ingenua de que un mecanismo de este tipo es benévolo simplemente en cuanto tal estructura. En efecto, nadie duda que en un sistema de división social del trabajo aparecen, y tienen que aparecer, estos cálculos del interés propio. Sin embargo, la teoría de la armonía nos llama a no admitir ni una sola referencia diferente. Todo tiene que reducirse a este cálculo del interés propio, ya que la estructura del mercado vigila por el interés ajeno. Uno es servidor del otro, y la ganancia que cada uno logra es la medida cuantitativa de la eficiencia de este servicio7. El mercado parece ser un simple ámbito de servicios, en el que el interés propio impulsa a cada uno a servir al otro lo más y mejor posible. El mercado es societas perfecta que nunca tiene la culpa, pero frente a la cual todos somos culpables. Sustituye a la Iglesia de la Edad Media en esta posición central.

No obstante, esta teoría de la armonía del mercado va acompañada por un tenebroso realismo. No sostiene que a todos les va bien en los mercados. Al contrario, vincula el mercado con un silencioso y cotidiano genocidio. Celebra que el mercado sea capaz de eliminar a todos los seres humanos que no tengan la capacidad o la iniciativa para imponerse. En el mercado solo han de sobrevivir los más aptos, los otros deben perecer. El mercado es un sistema de competencia en el cual no solamente se decide sobre los productos y su producción, sino también sobre los productores y sus vidas. La armonía no es solamente en términos de oferta y demanda de productos, sino igualmente de productores. El mercado es un juez que decide sobre la vida o la muerte.

“En una sociedad civil, solo entre las gentes de inferior clase del pueblo puede la escasez de alimentos poner límite a la multiplicación de la especie humana, y esto no puede verificarse de otro modo que

7. En el capitalismo del siglo XX, el comportamiento de las acciones en las bolsas de valores llegó incluso a tomarse como un indica-dor de los mercados, de la economía y del bienestar.

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destruyendo aquella escasez una gran parte de los hijos que producen sus fecundos matrimonios... Así es como la escasez de hombres, al modo que las mercaderías, regula necesariamente la producción de la especie humana: la aviva cuando va lenta y la contiene cuando se aviva demasiado. Esta misma demanda de hombres, o solicitud o busca de manos trabajadoras que hacen falta para el trabajo, es la que regula y determina el estado de propagación, en el orden civil, en todos los países del mundo”. (Ibid, 124)

De modo que la armonía de Adam Smith no es armónica para todos. Funciona únicamente para una clase social. Es clasista y celebra una lucha de clases desde arriba, que la burguesía lleva a cabo desde el siglo XVIII. Sirviéndose unos a otros, se elimina a aquellos que no logran producir un servicio que les permita vivir. Pero su muerte es un logro del interés general y del bien común, un sacrificio necesario para que el conjunto se desarrolle para el bien de todos, o mejor dicho, de todos los que sobreviven8. El individualismo desemboca en un colectivismo cínico sin límites. Sin embargo, se trata de una visión del mundo que nos puede explicar de forma adecuada el capitalismo del siglo XVIII y de una gran parte del siglo XIX9.

9.1.2. Del capitalismo utópico al capitalismo cínico

Pero los años ochenta del siglo XX atestiguan la vuelta de un capitalismo que de nuevo puede ser interpretado de manera adecuada por la visión del mundo de Adam Smith. Eso explica por qué se volvió a considerar a Adam Smith como el clásico principal del pensamiento económico. Encontramos la misma visión del mundo de Adam Smith, en autores como Hayek, quien en un viaje a chile, en uno de los peores momentos de la dictadura militar dijo:

“Una sociedad libre requiere de ciertas reglas morales que en última instancia se reducen a la manutención de vidas, no a la manutención de todas las vidas, porque podría ser necesario sacrificar vidas individuales para preservar un número mayor de otras vidas. Por lo tanto las únicas reglas morales son las que llevan al “cálculo de vidas”: la propiedad y el contrato”. (El Mercurio, 19/04/1981)

Tenemos el mismo argumento: el sacrificio de vidas humanas es necesario en pos del interés general, expresado esta vez por Hayek como preservación de un número mayor de vidas en el futuro. La expresión es, sin embargo, vacía y mítica. Actuar a favor de los desfavorecidos solo es recomendable si, al no hacerlo, peligra la estabilidad del sistema. Así lo expresa Lyotard, en su libro sobre el pensamiento postmoderno:

“El derecho no viene del sufrimiento, viene de que el tratamiento de este hace al sistema más performativo. Las necesidades de los más desfavorecidos no deben servir en principio de regulador del sistema, pues al ser ya conocida la manera de satisfacerlas, su satisfacción no puede mejorar sus actuaciones, sino solamente dificultar (aumentar), sus gastos. La única contra indicación es que la no satisfacción puede desestabilizar el conjunto. Es contrario a la fuerza regularse de acuerdo a la debilidad”. (Lyotard, 1987:112)

8. Lo anterior, sin obviar que el capitalismo se impuso a “sangre y fuego”, violando la propiedad y la libertad que el ideario liberal decía defender, tal como lo describió Marx en su capítulo sobre “acumulación originaria” en El Capital. Véase también, Naredo, 1987: 121-127.

9. Hay ciertos cambios y conquistas sociales a partir de finales del siglo XIX, que impregnan el sistema capitalista hasta los años seten-ta del siglo XX. Durante dicho período, no son pocos los economistas neoclásicos que niegan la conclusión de que el interés propio, cuando se encuentra en competencia, conduce al bien común. Es falso como regla universal, aunque una tal coincidencia se pueda dar en muchos casos. Este es el enfoque, por ejemplo, de los economistas que se ocupan del análisis del sector público desde una perspectiva keynesiana: “Con el tiempo, los males de laissez faire eran cada vez más claros, y la intervención del Estado se ha acrecentado sin cesar en todo el mundo. ¿Por qué sobrevino ese cambio? En primer lugar por una cuestión de equidad. Polanyi y otros sostuvieron que la eficiencia de la actividad económica determinada por el mercado no es necesariamente (y de hecho no lo será en la mayoría de los casos) la que la sociedad considera como equitativa” (Due y Friedlaender, 1977:2).

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Se trataría en este caso no de reformas sociales, sino de reformas anti-subversivas. La guerra psicológica se encarga de producir una situación en la que la no satisfacción de las necesidades deje de desestabilizar el conjunto. En este caso no hay ninguna contraindicación. Es el caso de Adam Smith, en el cual el mercado regula el número de seres humanos vivientes, condenando a muerte a los sobrantes. Visiblemente, se trata de una visión del mundo en la cual no existen siquiera derechos humanos. La igualdad de los seres humanos, es el derecho de todos por igual de exterminar al otro. Lo que se impone al ser humano, nada más, es hacerlo dentro de las reglas del mercado10, pero un cinismo aún mayor lo encontramos en el siguiente texto de Alvin Toffler:

“El nuevo imperativo económico está claro: los suministradores de ultramar en los países en desarrollo o alcanzan con sus tecnologías sus estándares de velocidad mundial, o se los va a cortar brutalmente de sus mercados –las víctimas (casuatiles) del efecto de aceleración.”

“Esta es la economía “rápida” de mañana. Ella es la nueva máquina de bienestar acelerada, dinámica, que es la fuente del avance económico. Como tal, es también la fuente de un gran poder. Estar desacoplado de ella significa estar desacoplado del futuro. Pero ese es el destino que enfrentan muchos de los países menos desarrollados.” parte de la cita!!!

“Como el sistema mundial de la producción de riqueza está acelerando, los países que quieren vender tienen que operar a la misma velocidad que los países en la posición de compradores. Eso significa que las economías lentas, o aceleran sus respuestas o pierden sus contratos e inversiones, o salen completamente fuera de la carrera.

Un gran muro separa a los rápidos de los lentos, y este muro está creciendo cada día que pasa”. (Toffler, 1991: 389-405)

En este texto incluso se deja de lado cualquier referencia al interés general, y no se le imputa al mercado ninguna tendencia a crear bien común alguno. La concentración y la exclusión es más bien su tendencia. La “máquina del bienestar” y la competencia es el criterio, que a su vez se alimenta de las “víctimas” o “bajas” (casualties). El capitalismo utópico se ha transformado en capitalismo cínico, nihilista.

9.2. La crítica de Marx: el orden mercantil como resultado del desorden

Desde David Hume aparece la convicción de que la acción humana es fragmentaria. Hume declara que el problema por aclarar con respecto a la acción humana no es el del egoísmo en un sentido moral, sino el carácter fragmentario de la acción que subyace a todos los seres humanos. acciones? FPor eso, a toda acción humana subyace una tendencia hacia el desorden. El elemento por explicar es, por tanto, ¿cómo es posible un orden, si toda acción humana es a priori fragmentaria? Este es especialmente un problema por resolver para el capitalismo emergente de los siglos XVII y XVIII, el cual ya no descansa sobre un orden económico-social políticamente estructurado. Si a pesar de eso aparece un orden, este ya no es el resultado de una acción intencional dirigida hacia la constitución de un orden de este tipo.

Desde Hume en adelante, y en especial en la filosofía moral escocesa, se desarrolla un pensamiento que se ocupa de los efectos indirectos de la acción humana. Primero, se concibe el orden emergente

10. El mismo Locke trata este poder como legítimo, aunque sea despótico: “El poder paternal no existe sino donde la minoría de edad hace al niño incapaz de cuidar por sí mismo su propiedad, el poder político allí donde los hombres pueden disponer de sus propiedades, y el poder despótico no existe sino sobre aquellos hombres que no tienen propiedad” (Locke, 1969: 174). Estos son los tres poderes legítimos de Locke. Los tres poderes de Montesquieu, no son sino una subdivisión del poder político de Locke, y su equilibrio deja funcionar sin el poder despótico que Locke defiende. no es claro?

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como un orden preestablecido, un orden natural; pero desde Adam Smith, el mismo se entiende como un sistema que resulta del carácter fragmentario de la acción humana misma, y a la vez, como fruto de sus efectos indirectos. Por eso Adam Smith puede hablar de una “mano invisible” que rige en esta estructuración del orden. Partiendo de eso, el mercado es concebido como un mecanismo autorregulado, como “automatismo del mercado”. En el grado en que el mercado sea el medio o el mecanismo en el cual chocan las acciones fragmentarias de los actores particulares, el automatismo del mercado –su capacidad de autorregulación– produce un orden económico-social.

Gráficamente:

Acción humana fragmentaria Mercados competitivos

Orden del mercado

Tendencia al desorden Efectos indirectos

Este orden –se dice– no requiere ser estructurado políticamente. La función de la política es más bien asegurar que los intereses particulares fragmentariamente orientados choquen entre sí de una manera tal, que pueda aparecen un orden económico-social como resultado de estos efectos indirectos. Por tanto, estos intereses tienen que surgir y relacionarse en el mercado. Ese es el sentido del derecho burgués y de la agenda política de la teoría neoclásica. Asegurar u orden jurídico político dentro del cual pueda aparecer, como resultado de los efectos indirectos de la acción humana fragmentaria e intencional, un orden económico-social. Por eso el orden económico-social no es un orden político, sino el resultado de una imposición política del orden del mercado, en cuyo interior, el orden económico-social se forma a partir del conflicto –la competencia– de intereses particulares fragmentarios. Por esta razón el derecho burgués puede ser un derecho formal, y el orden económico-social puede seguir una lógica propia, o autónoma.

Esta es la situación de conocimiento en relación con la cual aparece el pensamiento de Marx. Sigue siendo también hoy la situación básica de conocimiento a la cual estamos enfrentados. Es necesario volver a preguntarnos por ese orden, resultado del choque de intereses fragmentarios que se enfrentan en la competencia del mercado.

Marx intenta responder aquella pregunta de Hume, especialmente bajo dos aspectos vinculados entre sí. En primer término, aclarando los mecanismos por medio de los cuales este orden es producido. Pero además, buscando explicar qué tipo de orden es este en realidad. A diferencia de lo expresado por Hayek en las citas anteriores que transcribimos, el problema del orden producido por el mercado es el problema central del pensamiento de Marx.

Marx describe el mecanismo por medio del cual es producido el orden económico-social de la sociedad burguesa, mediante la noción de “leyes”, y habla de leyes que se imponen “a espaldas” de los actores (productores). Se trata de leyes de un orden económico-social que no aparecen en ningún código de leyes, pero que son consecuencia –indirecta– del código de la ley burguesa. Son las expresiones de los efectos indirectos de la acción intencional que retornan sobre el propio actor y que ejercen sobre él un efecto compulsivo. En su sentido estricto, se trata de fuerzas compulsivas de los hechos que obligan al reconocimiento de un orden que surge a espaldas de los actores a través de estas leyes. Se trata de leyes compulsivas que condenan de manera efectiva, y quien viola estas leyes que actúan “a espaldas”

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de los actores, pierde sus condiciones de existencia. No es una condena pronunciada por un aparato judicial, pero igualmente puede ser una condena de muerte, si el infractor pierde sus condiciones de existencia como resultado de la situación “objetiva” del mercado. Marx cita a Shakespeare: “Me quitan la vida al quitarme los medios que me permiten vivir”.

Para Marx, se trata entonces de un orden que también aparece como efecto indirecto de la acción intencional, y que es denominado por leyes que son efectos indirectos de la acción intencional. Estas leyes constituyen el orden autorregulado del mercado, resultado del automatismo del mercado. Se trata de un orden que resulta de las mismas fuerzas compulsivas de los hechos, que son producidos en el mercado. Marx lo expresa de la siguiente manera:

“La libre concurrencia impone al capitalista individual, como leyes exteriores inexorables, las leyes inmanentes de la producción capitalista” (Marx, 1973: 212)

Sin embargo, no se trata únicamente de las fuerzas compulsivas que actúan en el mercado. El mercado mismo se debe a una fuerza compulsiva de los hechos y no es un producto intencional de la acción humana.

“La conducta atomística de los hombres en su proceso social de producción, y, por tanto, la forma material que revisten sus propias relaciones de producción, sustraídas a su control y a sus actos individuales conscientes, se revelan ante todo en el hecho de que los productos de su trabajo revisten, con carácter general, forma de mercancías”. (Ibid: 55)

Al comportarse los actores de manera atomística –esto es, fragmentaria– crean la inevitabilidad del mercado. Pero al comportarse en el mercado, crean las leyes que se imponen “a espaldas” de los actores. Una cosa implica la otra. No obstante, ambas inevitabilidades se producen como efectos no-intencionales (indirectos) de la acción intencional.

Así, el mercado aparece mediante las fuerzas compulsivas de los hechos, y en el mercado aparecen fuerzas compulsivas de los hechos que se imponen a los actores a sus espaldas. Como el individuo se somete (y tiene que someterse) a estas fuerzas compulsivas, aparece un orden cuyas leyes son estas mismas fuerzas compulsivas. El resultado es el mercado autorregulado, el cual obedece a leyes que resultan como efectos no-intencionales de una acción que se lleva a cabo en el mercado.

Marx analiza este orden y sus leyes, y se pregunta por las consecuencias que conlleva un orden surgido de esta manera. Jamás pone en duda que aparezca un orden, sino que se pregunta por las implicaciones de un orden surgido de esta manera. Su respuesta es que un orden surgido sobre la base de leyes que resultan a las espaldas de los productores, tiene una tendencia a socavar y destruir los fundamentos de la vida humana. Es un orden que aparece como reacción al desorden, es el orden capitalista.

“Por tanto, la producción capitalista solo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción socavando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza; la tierra y el hombre” (Ibid: 424)

El mismo orden puede llevar consigo la destructividad. Lo puede hacer porque el ser humano es un ser natural que vive en metabolismo con la Naturaleza, intercambio complejo que no debe ser interrumpido si se aspira a seguir viviendo en esta Tierra. Sin embargo, la orientación por criterios mercantiles no sólo hace abstracción de este circuito natural que permite la vida humana, sino que

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transforma la amenaza de su interrupción en su criterio principal de orden. Se trata de una amenaza que tiene que ser efectiva para poder asegurar el orden11.

De esta forma aparecen tres dimensiones de las fuerzas compulsivas de los hechos que operan en el mercado. Primero, las mismas relaciones mercantiles se imponen al actor, porque una acción atomística y fragmentaria no puede coordinar una división social del trabajo si no es por medio de relaciones mercantiles. Segundo, en el marco de estas relaciones mercantiles aparecen leyes que constituyen el orden económico-social, que son los efectos no-intencionales de la acción fragmentaria en este mercado. Tercero, este orden asegurado por las leyes que actúan a espaldas de los productores, produce efectos no-intencionales que socavan las fuentes de toda riqueza material y por consiguiente, las fuentes de toda la vida -tanto del ser humano como de la naturaleza externa al ser humano. Lo hace, porque el orden se orienta por criterios abstractos de eficiencia que tienen la tendencia a borrar las posibilidades de limitar sus efectos destructivos. Por eso, el orden que resulta de una manera no-intencional es un orden destructor y, por ende, un desorden él mismo.

En la discusión actual, esta discusión de un orden que tiene en sí mismo la tendencia hacia el desorden, o sea, a la autodestrucción, se discute más bien en las ciencias naturales. Se trata de una tendencia que se expresa en una creciente entropía. El orden que se impone hace crecer la entropía, siendo la tendencia una referencia a un orden que ya no admite ningún movimiento, y en consecuencia ninguna vida. Se puede muy bien expresar la teoría marxiana del orden autorregulado en estos términos: el orden autorregulado del mercado es un orden entrópico, que como tendencia, se autodestruye. Resulta significativo advertir que la teoría física que elabora la segunda ley de la termodinámica surge en el mismo momento del tiempo histórico en el que Marx elabora su teoría de la tendencia entrópica del orden autorregulado del mercado capitalista. El orden basado en las fuerzas compulsivas de los hechos es interpretado como un principio autodestructor.

En el contexto de este análisis de los factores no-intencionales (en general, indirectos), se puede entender lo que con posterioridad a Marx se llegó a llamar, el “determinismo histórico”. No se trata de ningún modo de leyes a la manera como estas son formuladas en las ciencias naturales clásicas. Se trata de leyes que se imponen a espaldas de los productores y que empujan la historia. Son tendencias históricas compulsivas. Este determinismo histórico aparece antes de Marx en la economía política burguesa clásica, y entiende la historia como un proceso impulsado hacia la constitución de la sociedad burguesa. Sigue vigente hoy en el pensamiento burgués, cuando explica el colapso del socialismo histórico como una necesidad histórica: al no poder resolver sus problemas de la producción en competencia con el capitalismo, el socialismo histórico tenía por fuerza que colapsar. Marx ve estas mismas fuerzas actuando en el capitalismo. En cuanto el capitalismo es un orden producido por el desorden, es un orden entrópico. Como tal, según Marx, este orden tiene por fuerza que ser cambiado, porque amenaza la propia existencia humana, de ahí su conocido “grito de guerra” en la tesis once sobre Feuerbach12. Por eso Marx entiende esta “ley” como un llamado a la acción humana. Sin embargo, en el sentido de lo que normalmente se entiende por determinismo, esta teorización marxiana de fuerzas compulsivas en la propia historia, no implica de ninguna forma un determinismo.

9.2.1. La crítica del orden por el desorden: autonomía heterónoma y acción solidaria

El individuo burgués surge en nombre de una ética de la autonomía. Se trata de la ética del individuo autónomo, que es propietario y que se relaciona con otros como propietarios. Por eso el orgullo de

11. Weber describe este hecho de la manera siguiente: “En las condiciones de la economía de cambio es normalmente estímulo de-cisivo de toda competencia, 1. Para los que carecen de propiedad: a) el peligro de riesgo de carecer de toda provisión tanto para sí como para aquellas personas dependientes (niños, mujer y, eventualmente, padres) el cuidado de las cuales es típico que tome el individuo sobre sí” (Weber, 1944: 84). Y es que las relaciones mercantiles transforman la amenaza de muerte en el motor de las relaciones humanas y de la propia economía.

12. “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas maneras el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

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la sociedad burguesa, que se entiende como “mundo libre” y “libre empresa”. Cada uno se siente un individuo responsable de sí mismo, que forja su destino como individuo autónomo en esta responsabilidad. En el derecho burgués –pero igualmente en el imperativo categórico que Kant– encontramos fijado este individuo autónomo. Por tanto, pertenece a la autoconsciencia burguesa de la convicción que considera a la sociedad burguesa como la etapa más alta del desarrollo moral de la humanidad. Incluso Habermas expresa este imaginario, en su teoría de los estadios morales de la humanidad, la cual establece siguiendo las teorías de Kohlberg.

La crítica marxiana de esta ética política se vincula con su crítica del orden burgués. Marx lleva a cabo esta crítica en el marco de su teoría del fetichismo. Según esta, las leyes del orden burgués no son precisamente las leyes del código del derecho burgués, que se fijan en el individuo autónomo. Las leyes que determinan el orden económico-social surgen de la acción de los individuos autónomos de manera no-intencional (indirecta). Se trata de leyes que se imponen a espaldas de los actores, y que por consiguiente son “leyes compulsivas”. Para que el individuo burgués pueda afirmar su autonomía, tiene que subordinarse a estas leyes como fuerzas compulsivas. Podemos expresarlo mediante una paradoja: ¡tiene que renunciar a su autonomía para poder sostenerla! Al conjunto de estas leyes, que se imponen a espaldas de los actores, Marx lo llama, ley del valor:

“Como estos productores sólo se enfrentan en cuanto poseedores de mercancías y cada cual procura vender su mercancía al precio más alto posible (y, además, aparentemente, solo se halla gobernado en su arbitrio en la regulación de la producción misma), resulta que la ley interna solo se impone por medio de su competencia, de la presión mutua ejercida por los unos sobre los otros, lo que hace que se compensen recíprocamente las divergencias. La ley del valor solo actúa aquí como ley interna, que los agentes individuales consideran como una ciega ley natural, y esta ley es, de este modo, lo que impone el equilibrio social de la producción por medio e sus fluctuaciones fortuitas” (Marx 1973, III: 812)

Así, el individuo burgués no es simplemente un individuo autónomo, sino que en su autonomía está sometido a una ética heterónoma, que está por ende, en contradicción constante con su autonomía. Sin embargo, esta ética heterónoma del individuo autónomo obedece a leyes que son producidas por el individuo actuante (y productor) mismo. Pero se le enfrentan como leyes compulsivas a las cuales tiene que someterse para poder seguir siendo un individuo autónomo.

Aparece una ética que contradice todas las reivindicaciones de la autonomía de este individuo. Esta ética exige aceptar las consecuencias no-intencionales del orden económico-social surgido a partir de las relaciones mercantiles como leyes necesarias de la historia. Son leyes metafísicas de la historia que constituyen a la sociedad burguesa, y que esta enuncia, llegando a convertirse en el contenido material de la ética. El desempleo, la marginación y la exclusión de la población, la pauperización, el subdesarrollo y la destrucción de la naturaleza, se erigen como leyes a las cuales nadie debe resistir o, por lo menos, únicamente se puede resistir en el marco del orden existente. Pero también la transformación de la competencia (y de la eficiencia) en valor supremo de toda acción humana resulta de las leyes compulsivas de este orden. Así, en nombre de la autonomía del individuo, este mismo individuo es sometido a una voluntad externa a él mismo, que a pesar de eso tampoco es la voluntad de algún otro. Es la voluntad del individuo autónomo mismo, que se enfrenta a él en forma de una voluntad extraña y que destruye su propia autonomía. El imperativo categórico de Kant no fundamenta la autodeterminación del sujeto, sino su determinación heterónoma. Esta voluntad externa no es, por tanto, simplemente la voluntad de otros, sino que siempre tiene la característica de ser la voluntad propia que se enfrenta al individuo como voluntad externa. Las leyes no-intencionales producidas por el individuo se dirigen en contra de sí mismo.

Esto lleva a la ética política de Marx, que es una ética de la autodeterminación de la voluntad que se mueve en la tradición de Kant, a pesar de que a la vez la contradice. Se trata de la pregunta: ¿cómo es posible una determinación autónoma de la voluntad, si el individuo autónomo produce

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leyes no-intencionales que se imponen a sus espaldas y a las cuales se tiene que someter como una autoridad heterónoma de la ética? Por esta razón, Marx enuncia el problema de la libertad como la autodeterminación frente a estas leyes:

“Dentro de la producción capitalista la proporcionalidad de las distintas ramas de producción aparece como un proceso constante derivado de la desproporcionalidad, desde el momento en que la trabazón de la producción en su conjunto se impone aquí a los agentes de la producción como una ley ciega y no como una ley comprendida por su inteligencia asociada y, por tanto, dominada, que someta a su control común el proceso de producción”. (Marx, idem: 254)

Para Marx se trata de disolver estas leyes en cuanto que leyes ciegas, es decir, en cuanto se enfrentan al individuo como voluntad externa. No obstante, eso solo es posible mediante una acción solidaria. Lo que Marx afirma es lo siguiente: estas leyes tienen que dejar de imponerse como leyes ciegas, lo que únicamente es posible si son comprendidas por la “inteligencia asociada” de los seres humanos y sometidas a su “control común”.

Al buscar la disolución de estas leyes ciegas que se imponen a espaldas de los actores, Marx siempre tiene la conciencia de que las mismas descansan sobre la base de determinadas necesidades. La disolución de estas leyes, por consiguiente no se puede entender como una desaparición de estas necesidades que se expresan en ellas. Para Marx, la libertad no es la abolición de la necesidad, sino una relación libre con la necesidad para asegurar que la necesidad no aparezca como una voluntad externa y destructora. Y cuando las necesidades que se imponen en la forma de una ley ciega y externa conllevan a crisis y catástrofes sociales; ello no se deduce de las necesidades que están en su base, sino de que son producidas por las relaciones económico-sociales (relaciones de producción) dentro de las cuales estas necesidades se expresan.

Se trata en efecto de leyes, no de simples tendencias (probabilidades) o pronósticos. Sin embargo, tampoco estamos aquí ante leyes naturales a las que no se pueda cambiar. Cuando Hayek, en la entrevista antes citada, habla del fracaso de las predicciones de Marx, y de la consiguiente refutación de su sistema de pensamiento, tampoco da cuenta de eso. Las leyes que se imponen a las espaldas de los actores, son producto de los actores, no obstante son leyes que se les imponen. En cuanto ellos se comportan como individuos autónomos, producen inevitablemente estas leyes. No las pueden evitar en el grado en que se comportan como individuos autónomos. Pero, pueden disolver estas leyes y relacionarse con las necesidades en libertad, si expresan su autonomía como sujetos libres y solidarios.

Una ley semejante es también la llamada ley de la pauperización de Marx. Ella no hace pronósticos, sino que demuestra una legalidad inevitable en el caso de que el sistema logre impedir con éxito la acción solidaria, con el resultado de que todos tengan que comportarse irrestrictamente como individuos autónomos. Por eso esta ley no ha tenido la misma fuerza durante el período de capitalismo de reformas, especialmente durante los treinta años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, como sí la tiene hoy nuevamente bajo el dominio del mercado globalizado. Sin embargo, no estamos aquí ante una suspención de la ley, sino más bien ante el resultado de que, en la medida de que los sujetos autónomos logran su autonomía por medio de la solidaridad, estos pueden determinar en libertad la manera en que las necesidades pueden surgir. Aunque no se puede hacer desaparecer estas leyes que se imponen a espaldas de los actores (ya sea fragmentarios, ya sea sociales), la solidaridad permite abrir un espacio de libertad que el individuo autónomo no puede siquiera vislumbrar13.

13. Eso tiene consecuencias para el enfoque de la democracia. Ella puede ser, como hoy es el caso casi generalizado, un lugar de la de-terminación externa sin posibilidad de libertad. Pero también puede ser ámbito de libertad, porque puede ser un lugar donde se puede disolver, o contribuir a disolver, las leyes que se imponen a espaldas de los productores, dando lugar a la libertad mediante la asunción libre de la necesidad.

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En última instancia, esta libertad consiste en la capacidad de asumir la necesidad de una manera tal, que sea garantizada la integración del ser humano como ser natural en su metabolismo social con la naturaleza.

9.3. Sistema de precios y determinismo: el ideal de un orden apriorístico

El problema en la teoría de Marx no descansa precisamente sobre su análisis del capitalismo. El problema es exactamente al revés de lo que Hayek piensa. En efecto, Marx puede presentar una teoría realista del surgimiento de un orden destructivo como resultado de la acción de individuos autónomos, a la vez que analiza los caminos por los cuales surge este orden. Hayek, en cambio, no logra explicar el surgimiento de este orden, pues nunca va más allá de la simple postulación de la existencia de tal orden. En Max Weber se pueden encontrar muchos más elementos para explicar este orden; y cuando lo hace, Weber se acerca a una explicación en términos más próximos a los términos correspondientes de Marx que a los de Hayek. Pero esto lleva a otro tipo de conocimiento, pues un análisis realista del capitalismo es inevitablemente una crítica del capitalismo, aunque no llegue a los mismos resultados de Marx. Demuestra lo problemático del orden capitalista, y quizá esto pueda explicar por qué Hayek, con su fijación dogmática en la sociedad capitalista, es incapaz de construir una teoría de su orden.

Por eso, el problema de la teoría de Marx no está en sus análisis realistas del capitalismo, sino en su imaginación de una alternativa. De hecho, el análisis marxiano del capitalismo es el único análisis realista del capitalismo como sistema que hoy existe, y más aun, su análisis no es determinista. Esto es probablemente más visible hoy que antes, pues todas las otras teorías del capitalismo son deterministas, sobretodo el análisis del capitalismo neoclásico y neoliberal.

Especialmente en décadas recientes, como ya señalamos, se ha dado en las ciencias empíricas una crítica radical de las teorías deterministas en estas ciencias, movimiento que partió especialmente de la física; en la cual, el determinismo ha sido paradigmáticamente presentado por el diablillo de Laplace, que tiene como condición la determinación de todos los fenómenos particulares, si estos son vistos por un ser omnisciente. Con el mismo significado, Einstein decía: “Dios no juega a los dados”, afirmación que supone la existencia de un orden determinado en principio. Este determinismo de la física fue trasladado a las ciencias económicas por Leon Walras y Vilfredo Pareto, con el resultado de que, desde la teoría económica neoclásica se concibe el equilibrio del mercado como un equilibrio determinista. Podemos caracterizar este determinismo como, determinismo sistémico, para distinguirlo del determinismo en general.

El determinismo sistémico del sistema de precios descansa sobre la idea de que el precio es una señal, un medio que transmite información. No obstante el precio no transmite en realidad ninguna información, o dicho de otra forma, la “información” consiste simplemente en comunicar que el precio es este o aquel. El precio no informa, sino que amenaza (o promete). Un perro bravo en el camino que me impide el paso no es un “vector de información”, es una amenaza. Si hubiera una señal con la inscripción “¡Cuidado con el perro!”, ese letrero sí sería una señal. Señalaría una amenaza potencial, y lo mismo sucede con los precios. Si el precio sube y no puedo comprar, el precio es como el perro bravo que me impide pasar. No es una señal del impedimento en el camino, es el mismo impedimento. Además, el precio no me dice por donde encontrar un desvío ni me habla de las razones del impedimento. Por eso el precio es algo real y no el aviso de algo real. La realidad está sintetizada en el precio14.

14. Recordemos que en el modelo de la competencia perfecta, el precio cumple con la condición de “informar”, una vez que se ha borrado toda la información cualitativa sobre las mercancías y sobre el entorno del productor, esto es, una vez que se ha impues-to el supuesto de que estas son totalmente homogéneas. En este caso, el precio únicamente “informa” sobre costes relativos y desde luego, no puede informar sobre características cualitativas, porque estas han sido borradas y son por tanto irrelevantes para el análisis en este modelo, (esto es, el valor de uso). Esta “información” se supone que está concentrada en el consumidor

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Pero mediante el precio la realidad también es invertida. Si un presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos se enferma gravemente, cae (¿o sube?) la Bolsa de New York. La enfermedad es una señal que indica la probabilidad de la caída (o subida) de la Bolsa. El mundo real se transforma en un mundo de señales que indican algo sobre lo que es lo único real, que son los precios. Esta inversión es el centro de la teoría del fetichismo de Marx15.

Marx también niega que el precio sea una señal. Incluso Max Weber tampoco lo ve como una señal, sino como “precio de lucha” (Kampfprets). Es sólo la concepción apriorística y determinista del sistema de precios la que tiene que interpretar el precio como una señal. Y al proceder de este modo, pierde la capacidad de explicar el orden mismo de la sociedad capitalista.

La crítica de este determinismo sistémico en las ciencias económicas empezó desde los años treinta del siglo XX, en especial a partir de los trabajos de Oskar Morgenstern. No obstante, esta crítica ha tenido muy escasos efectos (el “dilema del prisionero” es su exégesis preferida). La crítica ideológica ha sido más fuerte que la lógica, con el resultado de que la crítica de este determinismo quedó más bien limitada a las ciencias naturales.

En cambio, el análisis del capitalismo que hace Marx no puede proceder de una manera determinista, porque explica el orden por reacciones al desorden y el equilibrio por reacciones a los desequilibrios. Con eso desarrolla una conceptualización del orden análoga a la que apareció entre los años treinta y sesenta del siglo pasado en la física, con aplicaciones a muchos otros campos de la ciencia, y que hoy frecuentemente se denomina “teoría del caos”. Las reformulaciones de esta nueva física coinciden muchas veces hasta en las palabras usadas, con las formulaciones que Marx usa en su teoría del orden capitalista16.

Hay dos elementos de esta teoría marxiana que son decisivos: a) la explicación del orden por reacción al desorden. Hemos ya comentado este punto, y b) la explicación de los precios como resultado de la anarquía del mercado. Anarquía es la palabra que Marx usa para designar un “caos” (turbulencia, según el lenguaje de la física; término que también es utilizado por algunos analistas del mundo empresarial, como Peter Drucker)

Las turbulencias no se pueden explicar de una manera determinista, pero si se pueden describir marcos de variación para estas turbulencias. Sobre este hecho descansa la teoría marxiana de los precios. Ella no pretende poder explicar precios específicos, como lo sostiene la teoría neoclásica. En vez de eso, describe el mercado como una turbulencia, en relación con la cual se puede designar marcos de variabilidad. Marx analiza marcos de variabilidad de este tipo en relación con el salario como precio de la fuerza de trabajo (el salario solo puede variar entre algún mínimo de subsistencia y un máximo igual al producto neto total, o “producto de valor” en el lenguaje de Marx); con relación al interés (la tasa de interés a largo plazo no puede ser mayor que la tasa de crecimiento

omnisciente (supuesto de información perfecta), quien ordena sus preferencias con absoluta certeza. Por eso, Schumpeter, quien se esfuerza en lograr un análisis más realista de la competencia, introdujo toda una serie de factores cualitativos para explicar la competencia y la innovación. En los modelos de la competencia monopolística de la economía industrial, la diferenciación del producto da pie a la introducción de la publicidad, la que sustituye a la información perfecta en este tipo de modelos.

15. El análisis del fetichismo pregunta por el modo de ver y el modo de vivir las relaciones mercantiles. Estas son relaciones sociales que sirven para efectuar la coordinación de la división social del trabajo. Sin embargo, son vividas y vistas como una relación social entre cosas y objetos. Eso tiene por resultado la invisibilidad de los resultados de la división social del trabajo sobre la vida (y la muerte) de los productores. La teoría del fetichismo trata de la visibilidad de esta invisibilidad, en donde las relaciones mercantiles parecen ser otra cosa de lo que son. (cfr. Hinkelammert, 1981: 7-75)

16. “...muchas veces científicos en Occidente descubrieron con el esfuerzo de toda su mente conocimientos que ya eran conocidos en la literatura soviética. El surgimiento de la teoría del caos en Estados Unidos y el Europa inspiraba un número impresionante de investigaciones en la Unión Soviética; por otro lado, provocó mucha sorpresa el hecho de que muchos aspectos de la nueva ciencia no fueran sentidos como muy nuevos en Moscú. Matemáticos y físicos soviéticos ya disponían de una investigación importante so-bre el caos, que se remontaba atrás hasta los estudios de N. Kolmogorov en los años cincuenta” (Gleick, 1990: 113). Posiblemente, los científicos soviéticos se inspiraron en la teoría marxiana del capitalismo, que con seguridad han debido conocer.

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de la productividad del trabajo), con relación a la ganancia (esta es parte de la plusvalía, por tanto, no puede ser mayor que la mismo plusvalía), etc. En todos los casos, los movimientos del mercado son interpretados como turbulencias con relación a las cuales sólo es factible determinar marcos de variabilidad, sin que haya ninguna posibilidad de explicar movimientos específicos de los precios de una manera determinista. Marx desarrolla de esta forma una tradición de explicación, cuyos antecedentes se pueden encontrar en David Ricardo y hasta en Adam Smith17. La teoría del valor-trabajo es el fundamento de estos análisis no deterministas y resulta, por consiguiente, imprescindible si uno quiere desarrollar en general tales marcos de variabilidad. Sin embargo, desde el punto de vista de una teoría determinista del equilibrio del mercado, como se desarrolla en la teoría neoclásica, parece no tener ninguna fuerza explicativa.

Estas referencias pueden explicar por qué las ciencias económicas con su fijación en la sociedad burguesa no han tomado muy en cuenta la crítica de los sistemas deterministas. Una de las pocas excepciones es precisamente Hayek, que hace el intento de salvar el pensamiento económico burgués de estas críticas sin abandonar su fijación con la sociedad burguesa. Pero Hayek promueve una salida basado en el viejo dogmatismo liberal, solo que esta vez sin siquiera aportar argumentos científicos. Sustituye la argumentación determinista de la teoría neoclásica con su tendencia al equilibrio de mercados por una simple postulación dogmática de ese mismo equilibrio:

“La respuesta al problema, que aveces se llama metamórficamente el problema de la “razón colectiva”, me parece consistir en la demostración de que las acciones espontáneas de individuos bajo condiciones que podemos describir, llevan a una distribución de los medios tal, como sí hubieran sido realizadas según un plan único, a pesar de que nadie las ha planificado” (1952: 75, enfatizado nuestro)

Esta filosofía del “como sí” no puede ocultar el engaño de que no hay ningún argumento, sino un simple cambio que no se escapa del problema del determinismo sistémico. También el “plan único” al cual Hayek hace referencia, es una construcción determinista en este mismo sentido. Pero la tesis de Hayek según la cual el sistema de precios produce un orden (como sí) se siguiera un plan único, no presenta ningún argumento. Además, indica una dificultad muy importante. Hayek describe el óptimo económico no por alguna “competencia perfecta”, sino por un “plan único”. Sin embargo, todo esto comprueba que Hayek sigue creyendo que el mercado, aunque no sea explicable en términos deterministas, produce un orden determinista apriorístico. Eso explica también por qué Hayek interpreta los precios como señales y el sistema de precios como un sistema de información. Sin eso no podría sostener la tesis según la cual el mercado realiza un equilibrio determinista (“plan único”) sin ser explicable en términos deterministas. El sistema de precios es aquí el diablillo de Laplace.

El punto central, que Hayek evita discutir, es la explicación del orden de la sociedad burguesa como reacción en contra de desórdenes. Una explicación de este tipo excluye cualquier posibilidad de sostener una tendencia al equilibrio de los mercados por medio de algún automatismo de mercados. Lo excluye también en la forma invertida que le da Hayek. Este sueño utópico del pensamiento burgués no es más que una ilusión trascendental. Tales ilusiones trascendentales aparentan un equilibrio apriorístico, y de esta manera hacen imposible un análisis del orden real dado, que habría que explicar y no simplemente suponer.

No obstante, con lo expuesto hasta ahora podemos poner al descubierto el problema del análisis de Marx. Cuando Marx describe al capitalismo como un orden que surge como reacción al desorden producido por este mismo capitalismo, da sin duda una imagen realista y objetiva del capitalismo. Pese a eso, Marx sigue siendo presa de la ilusión trascendental de un orden apriorístico

17. Prigogine continúa con la idea de Marx de que un orden nacido del desorden es un orden entrópico, y por ende tiende a la au-todestrucción (Prigogine, 1983). Georgescu-Roegen ha tenido el gran mérito de introducir explícitamente la problemática de la entropía en el análisis económico (1971,1977)

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y determinista, sigue preso de un “mundo otro”. Por eso, la alternativa al capitalismo que él esboza –socialismo o comunismo, asociación de productores libres o Robinson social- designa también un orden determinista18. Pero a este respecto, la lógica de Marx es más bien contraria a la que expresa el imaginario del liberalismo. En su visión, un orden apriorístico y determinista debe sustituir a un orden que surge como reacción a desórdenes. La visión esquematizada de Marx es la siguiente: si el capitalismo no es capaz de asegurar un orden determinista, entonces el socialismo debe serlo. De esta visión esquemática surge el socialismo soviético, que pretendió realizar por medio de un plan central, tal determinismo del orden. Si bien Marx no concibe algo parecido a una planificación central –Engels sí la concibe, en particular después de la muerte de Marx-, elabora la ilusión trascendental correspondiente.

“Pero esta tendencia constante de las diversas esferas de producción a mantenerse en equilibrio solo se manifiesta como reacción contra el desequilibrio constante. La norma que en el régimen de división del trabajo dentro del taller se sigue a priori, como un plan preestablecido, en la división del trabajo dentro de la sociedad, solo rige a posteriori, como una ley natural interna, muda, perceptible tan solo en los cambios barométricos de los precios del mercado y como algo que se impone al capricho y a la arbitrariedad de los productores de mercancías” (Marx, 1973, I: 290)

De esta imagen de una división social del trabajo coordinado a priori se deriva posteriormente la idea del socialismo como un orden apriorístico y determinista, aunque el mismo Marx no haga esta derivación19. Tomada la imagen de una coordinación a priori como una meta por hacer, por realizar efectivamente, y no apenas como una referencia o una especie de “idea regulativa”, se transforma en una ilusión trascendental. El fracaso en la realización de esta imagen con el colapso de la URSS ha vuelto a poner en primer plano la reacción liberal, que de nuevo es lo contrario de la imagen socialista (en cuanto asume como libertad la sujeción a leyes que se determinan a espaldas de los actores) y que sostiene inversamente: si el socialismo no ha podido realizar un orden determinista a priori el capitalismo total sí lo puede. Sin embargo, toda constitución de un orden apriorístico y determinista es imposible y jamás resultará, porque aspira más allá de lo que es la condición humana. No obstante, en este momento el mundo capitalista ha recuperado con fuerza inaudita la pretensión de un orden determinista a priori y busca imponerlo con todos los medios disponibles del poder y de la propaganda.

El socialismo histórico, teórico y práctico, quería y quiso construir un “mundo otro”, que estuviera libre de las leyes compulsivas que se imponen a espaldas de los actores. Engels llamó a eso “el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad”. El capitalismo, en cambio, sostiene ser este “mundo otro”. De ahí las formulaciones del “final de la historia” y de leyes metafísicas de la historia, que es común a las prácticas de ambos. Sin embargo, precisamente por eso, el problema de las alternativas surge hoy como el problema de cambiar el mundo sin pretender crear algún “mundo otro”, mundo (orden) que siempre vuelve a ser alguna pretensión de un orden determinista a priori. El socialismo histórico buscaba este “mundo otro”, más allá de todas las relaciones mercantiles, el capitalismo en cambio lo busca en el mercado total. Ambos disuelven la política en la aplicación de una técnica.

El desafío consiste, en cambio, en construir una libertad tal, en relación con las prácticas mercantiles, que posibilite que todos y cada uno tengamos lugar en la sociedad. No se trata de una libertad a priori

18. “una asociación de hombres libres que trabajen con medios de producción y que desplieguen sus numerosas fuerzas individuales de trabajo, con plena conciencia de lo que hacen, como una gran fuerza de trabajo social” (El Capital, 1981, L. 1: 96). “La libre in-dividualidad fundada en el desarrollo universal de los individuos y en la subordinación de su productividad colectiva, social, como patrimonio social...” (Grundrisse, 1978, T. 1: 85)

19. Para una exposición crítica sobre el determinismo en Marx, véase, Hinkelammert, 1996: 207-211

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que permita abolir las leyes que se imponen a espaldas de los actores, como puede ser entendido el análisis de Marx, sino de un conflicto continuo y constante para disolver las fuerzas compulsivas de los hechos –en el grado que sea posible- por medio de la acción asociativa y solidaria. La libertad a priori de estas leyes, el socialismo la expresó mediante su imaginación de una abolición de las relaciones mercantiles. Pero la libertad de la cual se puede tratar de manera realista, es la libertad de ordenar las relaciones mercantiles, y por tanto el mercado, de una manera tal que el ser humano y la naturaleza puedan vivir con ellas. Y para lograr esto no se debe caer en la ilusión del mercado total, sino asumir que las prácticas mercantiles y el mercado deben ser reintegrados en la vida humana. El joven Marx encontró una expresión feliz para esta exigencia, que posteriormente no volvió a usar: comunismo –dijo– es la reproducción de las relaciones sociales de producción dentro de un sistema de división social del trabajo que garantice la vida humana.

Si falta una política tal, si prima la lógica del mercado total, el capitalismo retorna con su violencia destructiva contra el ser humano y la naturaleza. El capitalismo es la sociedad que surge, y resurge, siempre que prevalezca un orden por medio de simples reacciones al desorden, y que celebra este sometimiento a las leyes compulsivas como “libertad”. Para el capitalismo, la renuncia de la libertad es la misma libertad. No obstante, todos los órdenes pensables que no se someten de manera ciega a tales leyes, tienen que ser órdenes conscientemente sentidos, concedidos y realizados. Únicamente órdenes de este tipo pueden asegurar al sujeto su autonomía fundamentada en una ética no externa o heterónoma. Esta ética es necesariamente una ética de la solidaridad, es decir, socialmente sentida y, sólo con ella es posible un sujeto autónomo. Esta ética implica siempre una disposición para cambiar las relaciones sociales de producción en el grado en el cual esta transformación resulte necesaria para que “podamos caber todos”. Por esta razón, no puede haber relaciones de producción determinadas a priori, porque siempre estas relaciones de producción son las que se desea y se busca adecuadas para permitir que “podamos caber todos”. El sujeto autónomo de esta ética no es un individuo autónomo, sino un sujeto solidario que alcanza su autonomía en la solidaridad frente a las leyes que se imponen a espaldas de los actores.

El mercado total (lo mismo que el plan único), en cuanto aproximación asintótica, es una ilusión trascendental. Lo que se requiere son más bien “fuerzas compensatorias” que hagan factible una aproximación práctica. El eje central de esta respuesta es una práctica solidaria que permita al ser humano no someterse a las fuerzas compulsivas de los hechos, impidiendo o controlando su carácter destructor y autodestructor. Esta acción solidaria puede ser ejercida directamente por la sociedad (redes sociales o redes ciudadanas), o puede ser llevada a cabo por la mediación de prácticas estatales democráticas. Y en este esfuerzo colectivo, las “distorsiones” son posibles, pero no son inevitables.

Resulta así un circuito que debe garantizar la vida humana en libertad y en armonía con la naturaleza. El individuo, como individuo autónomo produce leyes que se imponen a sus espaldas y que lo determinan externamente. Frente a estas leyes compulsivas solo puede conservar su autonomía disolviendo estas leyes compulsivas como sujeto solidario. Pero se trata de un circuito en permanente tensión, no de polos contradictorios que se puedan o se deban destruir uno al otro. Se trata del mismo sujeto que, por un lado es individuo y, por el otro, sujeto solidario. Esta relación hay que comprenderla como una tensión necesaria e inevitable que es necesario mediar, y no como una polaridad maniqueísta que pueda ser decidida a favor o en contra de uno de sus polos. La relación debe ser comprendida como articulación y como complementariedad, no como destrucción de un polo por el otro. En cambio, el pensamiento en término de órdenes deterministas a priori lleva a este maniqueísmo, y por consiguiente a la ruptura de circuitos y a la destrucción mutua.

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9.4. La explicación determinista (neoclásica) de los precios y el trabajo abstracto

Una importante tesis de Marx que analizaremos con más detalle en el capítulo doce, establece que la propia acción del mercado abstrae el valor de uso de las mercancías, con el resultado de que esto destruye tendencialmente, por efectos no-intencionales, el mundo de la vida. Marx expresa este hecho en una terminología basada en el concepto de trabajo abstracto. No obstante, un resultado similar se puede derivar a partir de una terminología que habla simplemente en términos de precios. Para esta última aproximación una terminología en término de trabajo abstracto con su consecuente problema de la determinación de la medida del valor por el tiempo de trabajo, y por tanto toda la teoría del valor, no parecen ser falsos, sino que parecen estar de más.

Esta conclusión, sin embargo, es demasiado apresurada. En realidad las teorías del mercado de los teóricos neoclásicos y la de Marx son muy diferentes y muchas veces diametralmente opuestas. Los neoclásicos buscan la definición de un sistema de precios ideal, por consiguiente, conciben precios que llevan al sujeto económico a decisiones económicas óptimas. Su teoría es una teoría de la optimización, la cual fue sistemáticamente elaborada por primera vez por Walras y Pareto, como una teoría del “equilibrio general” de los mercados. Según esta teoría, la realidad se encuentra en una relación de aproximación cuantitativa hacia los conceptos de perfección idealizados (competencia perfecta, mercados perfectos, etc.). Eso presupone la idea de un sistema de precios coherente que anticipa ex ante los efectos externos de las decisiones empresariales. Esta idea de la competencia perfecta se une entonces con la idea de un conocimiento perfecto.

Este sistema de precios se piensa sin ningún límite de variación. Por tanto, cualquier precio puede moverse entre cero y una cantidad arbitrariamente grande. Esto es válido –dentro de este modelo- inclusive para el salario y la tasa de interés. El equilibrio es un resultado de la competencia entre los actores económicos, y es considerado un equilibrio perfecto en el caso de que los sujetos económicos tengan un conocimiento perfecto de todas las condiciones del mercado. El concepto de equilibrio resultante se considera un equilibrio general y en consecuencia no excluye a ningún mercado en particular. Según la opinión neoclásica un equilibrio de competencia de este tipo es óptimo.

En este modelo no aparece de modo explícito ninguna teoría del valor. Pero es fácil ver que el precio de la competencia perfecta se relaciona con el precio de competencia real e imperfecta de manera análoga a como, en la teoría del valor, la magnitud de valor se relaciona con el precio. La competencia perfecta es la construcción de un “mundo verdadero” (Nietzsche) que denuncia continuamente el mundo real. La desaparición de la teoría del valor en el modelo Walras/Pareto es por tanto puramente declarativa. Sin embargo, esta concepción de la competencia perfecta no contiene el concepto de trabajo abstracto, sino que resulta de la idealización de las relaciones mercantiles (incluido el dinero).

El modelo, y por tanto la teoría neoclásica de los precios, es claramente determinista. Cada precio se determina unívocamente por el sistema interdependiente de todos los precios. Por ende, en cada momento de tiempo sólo hay un único sistema de precios óptimo cuya única solución es necesariamente la más eficiente (Pareto eficiente). Los primeros teóricos neoclásicos son a menudo ingenieros que se dedican a la ciencia económica y que conscientemente construyen este modelo a imagen y semejanza de la física clásica determinista con sus soluciones unívocas. Lo que en esta física determinista es el diablillo de Laplace, en la teoría de la competencia perfecta es el homo economicus con conocimiento perfecto. Este procedimiento se considera como la misma “explicación” de los precios.

La teoría marxiana del mercado parte de la convicción de que es imposible explicar los precios singulares. El trabajo abstracto no es una categoría para explicar precios singulares, aunque la ortodoxia marxista lo haya concebido en este sentido. La teoría del mercado de Marx es, para usar

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una expresión actual, una teoría del caos. El propio Marx habla del mercado como anarquía, pero la palabra más adecuada hoy es caos. Según esta teoría, es imposible explicar los precios singulares, y el intento neoclásico de explicarlos lleva necesariamente al modelo de la competencia perfecta, con el supuesto de participantes en el mercado que tengan conocimiento perfecto. Si precios singulares unívocos sólo se pueden determinar aceptando el supuesto de que existen participantes en el mercado con esta extraordinaria capacidad (omnisciencia), entonces este hecho es precisamente la prueba de que el precio singular no es explicable20.

Este último hecho lo destacó primero Oskar Morgenstern en 1935 en su artículo Previsión perfecta y equilibrio económico. No obstante, Morgenstern no intentó sustituir la teoría neoclásica del equilibrio general por alguna otra teoría que no desembocara en esta paradoja. En vez de eso desarrolló junto con John von Neumann la teoría de los juegos, que renuncia a cualquier análisis macroeconómico y por consiguiente a cualquier teoría del mercado.

Hayek aceptó esta crítica y se distanció por tanto de la teoría determinista de los precios de los teóricos neoclásicos. Hayek visualiza esta teoría en términos similares a los que hemos empleado:

“Se ha hecho claro que en el lugar de una simple omisión del tiempo tienen que ser puestos determinados supuestos sobre la percepción del futuro por parte de las personas actuantes. Los supuestos de este tipo que el análisis del equilibrio tiene que hacer son sobretodo que todas las personas participantes prevean acertadamente los procesos relevantes en el futuro y que esta previsión tiene que incluir no sólo los cambios en los hechos objetivos sino también el comportamiento de todas las otras personas” (Hayek, 1935, 73)

Este resultado lo lleva al abandono de la concepción determinista de la explicación de los precios. Hayek expone esta crítica en su conferencia al recibir el premio Nobel en 1974 (La pretensión del conocimiento), pero ella ya es visible en su libro Individualismo y orden económico, publicado en 1952. Sin embargo, Hayek tampoco intenta desarrollar una teoría nueva, sino que se esfuerza en recuperar la vieja teoría criticada por él mismo.

Como teoría del caos, la teoría marxiana del mercado es por completo diferente. Ella no intenta explicar de modo determinista ningún único precio posible y óptimo, sino que analiza el marco de variación dentro del cual los precios pueden formarse. Marx no tiene “la pretensión” (recuérdese el título de la conferencia de Hayek) de poder decir cuál es el precio óptimo de equilibrio, sino que analiza más bien el marco de variación de todos los precios posibles. Marx busca la ley que conforma el orden de la situación caótica del mercado, en la cual cada uno de los precios es casual, y describe este orden como una ley que se impone “a espaldas de los productores”.

Si la teoría económica analizara marcos de variación de los precios, y si no pretendiera poder explicar precios singulares de una manera determinista, se encontraría frente al mismo problema que Marx se encontró: los marcos de variación de los precios no se pueden expresar en términos de precios, pues al proceder de esta manera la teoría se torna tautológica. Por eso Marx necesitó una medida invariable ante todas las variaciones posibles de los precios. La halló en el tiempo de trabajo socialmente necesario, como una cantidad que mide el trabajo abstracto. Por tanto, Marx deriva los marcos de variación de los precios en términos de este trabajo abstracto. En este sentido, su teoría del salario, su teoría de la plusvalía, pero también su teoría de la tasa de interés, formula marcos de variación de los precios y no precios unívocos.

20. De hecho, los modelos neoclásicos que introducen la hipótesis de información perfecta conducen al resultado de que puedan coexistir varios precios de equilibrio, propiedad conocida como dispersión de precios. La evidencia empírica indica que hay una significativa dispersión de precios, incluso en mercados de productos altamente homogéneos. (Cfr. Cabral, 1997: 138-141)

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La teoría económica neoclásica no formula teorías de este tipo. Es más fácil encontrarlas en los post-keynesianos o en los neo-institucionalistas. No obstante tampoco ellos las elaboran en términos metodológicamente acabados. La teoría económica de Sraffa se acerca más a este problema, al sustituir el intento de explicar una distribución del ingreso determinada por el análisis de un marco de variación para todas las distribuciones posibles del ingreso. Al hacer esto intenta no recurrir al concepto de trabajo abstracto. Lo hace mediante la construcción de una mercancía patrón que debería permitir describir este marco de variación con independencia de los precios, sin abandonar su expresión en términos de precios (Sraffa, 1975). Pero tampoco Sraffa transforma su teoría en una teoría general del mercado. Además, esta mercancía patrón se puede formular solamente para un caso extremo y muy especial de los coeficientes técnicos, de manera que el requerimiento de definir la mercancía patrón para una teoría general del mercado sobrepasa rápidamente toda construcción de una mercancía patrón y nos lleva de vuelta al concepto de trabajo abstracto (Hinkelammert, 1980).

Durante mucho tiempo, teorías del caos de este tipo formuladas por Marx no encontraron eco en las ciencias económicas. La interpretación dominante de la realidad era estrictamente determinista y la teoría del mercado de Marx parecía, cuando menos extraña, tanto así que los mismos teóricos marxistas no la supieron comprender. Sin embargo, este modelo determinista de la realidad es actualmente cuestionado en la misma física, y teorías del caos aparecen hoy también allí. Las leyes deterministas son consideradas como simples formas de interpretar la realidad, y ya no pueden pretender reflejar la realidad entera. Aunque no desaparezcan, se transforman en casos especiales que pueden legitimarse por un interés especial de conocimiento.

No obstante, y como ha sido documentado por varios autores (cfr. Naredo, 1987; Mirowski, 1997), esta física determinista y mecanicista estuvo en el origen del modelo determinista de precios de Walras y Pareto. Lo que en esta física determinista era el diablillo de Laplace, en el modelo determinista de los precios lo es el sujeto con conocimiento perfecto. Con la superación de este modelo determinista en la física, el modelo determinista de los precios queda aislado y acorralado. Por eso hoy, por primera vez es posible encontrar un espacio para formular una teoría del caos del mercado que encuentre eco. Porque la física todavía hoy es el “becerro sagrado” de las ciencias económicas.

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Reflexiones sobre la lectura

¿Cuál es el debate que propone el autor?

¿Cuáles son los argumentos centrales en torno a cada lectura o apartado del texto?

¿Cuáles son las categorías centrales de cada argumento?

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SECCIÓN TERCERA “LA PRODUCCIÓN DE LA PLUSVALÍA ABSOLUTA” CAPÍTULO V del El Capital tomo I de Karl Marx

(116 pp. – pp. 127)

Proceso de trabajo y proceso de valorización

1. El proceso de trabajo

El uso de la fuerza de trabajo es el trabajo mismo. El comprador de la fuerza de trabajo la consume haciendo trabajar a su vendedor. Este se convierte así en fuerza de trabajo en acción, en obrero, lo que antes sólo era en potencia. Para materializar su trabajo en mercancías, tiene, ante todo, que materializarlo en valores de uso, en objetos aptos para la satisfacción de necesidades de cualquier clase. Por tanto, lo que el capitalista hace que el obrero fabrique es un determinado valor de uso, un artículo determinado. La producción de valores de uso u objetos útiles no cambia de carácter, de un modo general, por el hecho de que se efectúe para el capitalista y bajo su control. Por eso, debemos comenzar analizando el proceso de trabajo, sin fijarnos en la forma social concreta que revista.

El trabajo es, en primer término, un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en que éste realiza, regula y controla mediante su propia acción su intercambio de materias con la naturaleza. En este proceso, el hombre se enfrenta como un poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y las manos, para de ese modo asimilarse, bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda. Y a la par que de ese modo actúa sobre la naturaleza exterior a él y la transforma, transforma su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él y sometiendo el juego de sus fuerzas a su propia disciplina. Aquí, no vamos a ocuparnos, pues no nos interesan, de las primeras formas de trabajo, formas instintivas y de tipo animal. Detrás de la fase en que el obrero se presenta en el mercado de mercancías como vendedor de su propia fuerza de trabajo, aparece, en un fondo prehistórico, la fase en que el trabajo humano no se ha desprendido aún de su primera forma instintiva. Aquí, partimos del supuesto del trabajo plasmado ya bajo una forma en la que pertenece exclusivamente al hombre. Una araña ejecuta operaciones que semejan a las manipulaciones del tejedor, y la construcción de los panales de las abejas podría avergonzar, por su perfección, a más de un maestro de obras. Pero, hay algo en que el peor maestro de obras aventaja, desde luego, a la mejor abeja, y es el hecho de que, antes de ejecutar la construcción, la proyecta en su cerebro. Al final del proceso de trabajo, brota un resultado que antes de comenzar el proceso existía ya en la mente del obrero; es decir, un resultado que tenía ya existencia ideal. El obrero no se limita a hacer cambiar de forma la materia que le brinda la naturaleza, sino que, al mismo tiempo, realiza en ella su fin, fin que él sabe que rige como una ley las modalidades de su actuación y al que tiene necesariamente que supeditar su voluntad. Y esta supeditación no constituye un acto aislado. Mientras permanezca trabajando, además de esforzar los órganos que trabajan, el obrero ha de aportar esa voluntad consciente del fin a que llamamos atención, atención que deberá ser tanto más reconcentrada cuanto menos atractivo sea el trabajo, por su carácter o por su ejecución, para quien lo realiza, es decir, cuanto menos disfrute de él el obrero como de un juego de sus fuerzas físicas y espirituales.

Los factores simples que intervienen en el proceso de trabajo son: la actividad adecuada a un fin, o sea, el propio trabajo, su objeto y sus medios.

El hombre se encuentra, sin que él intervenga para nada en ello, con la tierra (concepto que incluye también, económicamente, el del agua), tal y como en tiempos primitivos surte al hombre de provisiones y de medios de vida aptos para ser consumidos directamente, 1 como el objeto general sobre que versa el trabajo humano. Todas aquellas cosas que el trabajo no hace más que desprender de su contacto directo con la tierra son objetos de trabajo que la naturaleza brinda al hombre. Tal

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ocurre con los peces que se pescan, arrancándolos a su elemento, el agua, con la madera derribada en las selvas vírgenes; con el cobre separado del filón. Por el contrario, cuando el objeto sobre que versa el trabajo ha sido ya, digámoslo así, filtrado por un trabajo anterior, lo llamamos materia prima. Es el caso, por ejemplo, del cobre ya arrancado al filón para ser lavado. Toda materia prima es objeto de trabajo, pero no todo objeto de trabajo es materia prima. Para ello es necesario que haya experimentado, por medio del trabajo, una cierta transformación.

El medio de trabajo es aquel objeto o conjunto de objetos que el obrero interpone entre él y el objeto que trabaja y que le sirve para encauzar su actividad sobre este objeto. El hombre se sirve de las cualidades mecánicas, físicas y químicas de las cosas para utilizarlas, conforme al fin perseguido, como instrumentos de actuación sobre otras Cosas.2 El objeto que el obrero empuña directamente –sí prescindimos de los víveres aptos para ser consumidos sin más manipulación, de la fruta, por ejemplo, en cuyo caso los instrumentos de trabajo son sus propios órganos corporales – no es el objeto sobre que trabaja, sino el instrumento de trabajo. De este modo, los productos de la naturaleza se convierten directamente en órganos de la actividad del obrero, órganos que él incorpora a sus propios órganos corporales, prolongando así, a pesar de la Biblia, su estatura natural. La tierra es su despensa primitiva y es, al mismo tiempo, su primitivo arsenal de instrumentos de trabajo. Le suministra, por ejemplo, la piedra que lanza, con la que frota, percute, corta, etc. Y la propia tierra es un instrumento de trabajo aunque exija, para su cultivo, para poder ser utilizada como instrumento de trabajo, toda otra serie de instrumentos y un desarrollo de la fuerza de trabajo relativamente grande.3 Tan pronto como el proceso de trabajo se desarrolla un poco, reclama instrumentos de trabajo fabricados. En las cuevas humanas más antiguas se descubren instrumentos y armas de piedra. Y en los orígenes de la historia humana, los animales domesticados, es decir, adaptados, transformados ya por el trabajo, desempeñan un papel primordial como instrumentos de trabajo, al lado de la piedra y la madera talladas, los huesos y las conchas.4 El uso y la fabricación de medios de trabajo, aunque en germen se presenten ya en ciertas especies animales, caracterizan el proceso de trabajo específicamente humano, razón por la cual Franklin define al hombre como “a toolmakíng animal”, o sea como un animal que fabrica instrumentos. Y así como la estructura y armazón de los restos de huesos tienen una gran importancia para reconstituir la organización de especies anímales desaparecidas, los vestigios de instrumentos de trabajo nos sirven para apreciar antiguas formaciones económicas de la sociedad, ya sepultadas. Lo que distingue a las épocas económicas unas de otras no es lo que se hace, sino el cómo se hace, con qué instrumentos de trabajo se hace.5 Los instrumentos de trabajo no son solamente el barómetro indicador del desarrollo de la fuerza de trabajo del hombre, sino también el exponente de las condiciones sociales en que se trabaja. Y, dentro de la categoría de los instrumentos de trabajo, los instrumentos mecánicos, cuyo conjunto forma lo que podríamos llamar el sistema óseo y muscular de la producción, acusan las características esenciales de una época social de producción de un modo mucho más definido que esos instrumentos cuya función se limita a servir de receptáculos de los objetos de trabajo y a los que en conjunto podríamos designar, de un modo muy genérico, como el sistema vascular de la producción, v. gr., los tubos, los barriles, las canastas, los jarros, etc. La industria química es la única en que estos instrumentos revisten una importancia considerable.6

Entre los objetos que sirven de medios para el proceso de trabajo cuéntanse, en un sentido amplío, además de aquellos que sirven de mediadores entre los efectos del trabajo y el objeto de éste y que, por tanto, actúan de un modo o de otro para encauzar la actividad del trabajador, todas aquellas condiciones materiales que han de concurrir para que el proceso de trabajo se efectúe. Trátase de condiciones que no se identifican directamente con dicho proceso, pero sin las cuales éste no podría ejecutarse, o sólo podría ejecutarse de un modo imperfecto. Y aquí, volvemos a encontrarnos, como medio general de trabajo de esta especie, con la tierra misma, que es la que brinda al obrero el locus stand (3 7) y a su actividad el campo de acción (field of empilogment). Otros medios de trabajo de este género, pero debidos ya al trabajo del hombre, son, por ejemplo, los locales en que se trabaja, los canales, las calles, etc.

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Como vemos, en el proceso de trabajo la actividad del hombre consigue, valiéndose del instrumento correspondiente, transformar el objeto sobre que versa el trabajo con arreglo al fin perseguido. Este proceso desemboca y se extingue en el producto. Su producto es un valor de uso, una materia dispuesta por la naturaleza y adaptada a las necesidades humanas mediante un cambio de forma. El trabajo se compenetra y confunde con su objeto. Se materializa en el objeto, al paso que éste se elabora. Y lo que en el trabajador era dinamismo, es ahora en el producto, plasmado en lo que es, quietud. El obrero ,es el tejedor, y el producto el tejido.

Si analizamos todo este proceso desde el punto de vista de su resultado, del producto, vemos que ambos factores, los medios de trabajo y el objeto sobre que éste recae, son los medios de producción.7 y el trabajo un trabajo productivo.8

Para engendrar un valor de uso como producto, el proceso de trabajo absorbe, en concepto de medios de producción, otros valores de uso, producto a su vez de procesos de trabajo anteriores. Y el mismo valor de uso que forma el producto de este trabajo, constituye el medio de producción de aquél. Es decir, que los productos no son solamente el resultado, sino que son, al mismo tiempo, la condición del proceso de trabajo.

Excepción hecha de la industria extractiva, aquella a la que la naturaleza brinda el objeto sobre que trabaja, v. gr. la minería, la caza, la pesca, etc. (la agricultura sólo entra en esta categoría cuando se trata de la roturación y cultivo de tierras vírgenes), todas las ramas industriales recaen sobre objetos que tienen el carácter de materias primas, es decir, sobre materiales ya filtrados por un trabajo anterior, sobre objetos que son ya, a su vez, productos de trabajo. Tal ocurre, por ejemplo, con la simiente, en la agricultura.

Los animales y las plantas, que solemos considerar como productos naturales, no son solamente productos del año anterior, supongamos,

sino que son, bajo su forma actual, el fruto de un proceso de transformación desarrollado a lo largo de las generaciones, controlado por el hombre y encauzado por el trabajo humano. Por lo que se refiere a los instrumentos de trabajo, la inmensa mayoría de éstos muestran aún a la mirada superficial las huellas de un trabajo, anterior.

Las materias primas pueden formar la sustancia principal de un producto o servir simplemente de materias auxiliares para su fabricación. Las materias auxiliares son absorbidas por el mismo instrumento de trabajo, el carbón por la máquina de vapor, el aceite por la rueda, el heno por el caballo de tiro, o incorporadas a la materia prima, para operar en ella una transformación de carácter material, como ocurre con el cloro que se emplea para blanquear las telas, con el carbón que se mezcla al hierro, con el color que se da a la lana, etc.; otras veces, sirven para ayudar simplemente a la ejecución del trabajo, que es lo que acontece, v. gr. con los materiales empleados para iluminar y calentar los locales en que se trabaja. En la verdadera industria química, se borra esta distinción entre materias principales y auxiliares, ya que en la sustancia del producto no reaparece ninguna de las materias primas empleadas.9

Como todas las cosas poseen numerosas cualidades, siendo por tanto susceptibles de diversas aplicaciones útiles, el mismo producto puede entrar como materia prima de los procesos de trabajo más diversos. El trigo, por ejemplo, es materia prima para el fabricante de harina y para el fabricante de almidón, para el destilador de aguardiente, para el ganadero, etc. Además, es, como simiente, materia prima de su propia producción. El carbón es producto de la industria carbonífera, y a la par medio de producción de la misma rama industrial.

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Un mismo producto puede servir de medio de trabajo y de materia prima en el mismo proceso de producción. Así, por ejemplo, en la ganadería, el ganado, o sea, la materia prima que se elabora es al mismo tiempo un medio para la producción de abono animal.

Puede ocurrir que un producto apto para ser directamente consumido, se emplee de nuevo como materia prima para la elaboración de otro producto, como se hace por ejemplo con la uva para la fabricación de vino. Otras veces el trabajo arroja su producto bajo una forma en que sólo puede emplearse como materia prima. A estas materias primas se les da el nombre de artículos a medio fabricar, aunque más exacto sería denominarlas artículos intermedios, como son por ejemplo el algodón, el hilado, la hebra, etc. Aun siendo ya de suyo un producto, puede ocurrir que la materia prima originaria tenga que recorrer toda una gradación de diferentes procesos, en los que va funcionando sucesivamente como materia prima, bajo una forma distinta cada vez, hasta llegar al proceso de trabajo final, del que sale convertida en medio de vida apto para su consumo o en instrumento de trabajo terminado.

Como se ve, el que un valor de uso represente el papel de materia prima, medio de trabajo o producto, depende única y exclusivamente de las funciones concretas que ese valor de uso desempeña en el proceso de trabajo, del lugar que en él ocupa; al cambiar este lugar, cambian su destino y su función.

Por tanto, al entrar como medio de producción en un nuevo proceso de trabajo, el producto pierde su carácter de tal. Ahora, ya sólo funciona como factor material del trabajo vivo. Para el tejedor, el huso no es más que el instrumento con que teje y la hebra el material tejido. Claro está que no es posible tejer sin materia prima y sin huso. Para comenzar a tejer, es condición indispensable, por tanto, la existencia de este producto. Pero, en lo que toca al proceso mismo de tejer, es de todo punto indiferente que la hebra y el huso sean producto de un trabajo anterior, del mismo modo que en el proceso de la nutrición es indiferente que el pan sea producto de trabajos anteriores ejecutados por el labrador, el molinero, el panadero, etc. En realidad, cuando los instrumentos de producción acusan en el proceso de trabajo su carácter de productos de un trabajo anterior es cuando presentan algún defecto. Cuando el cuchillo no corta o la hebra se rompe a cada paso es cuando los que manejan estos materiales se acuerdan del que los fabricó. En el producto bien elaborado se borran las huellas del trabajo anterior al que debe sus cualidades útiles.

Una máquina que no presta servicio en el proceso de trabajo es una maquina inútil. Y no sólo es inútil, sino que además cae bajo la acción destructora del intercambio natural de materias. El hierro se oxida, la madera se pudre. La hebra no tejida o devanada es algodón echado a perder. El trabajo vivo tiene que hacerse cargo de estas cosas, resucitarlas de entre los muertos, convertirlas de valores de uso potenciales en valores de uso reales y activos. Lamidos por el fuego del trabajo, devorados por éste como cuerpos suyos, fecundados en el proceso de trabajo con arreglo a sus funciones profesionales y a su destino, estos valores de uso son absorbidos, pero absorbidos de un modo provechoso y racional, como elementos de creación de nuevos valores de uso, de nuevos productos, aptos para , ser absorbidos a su vez como medios de vida por el consumo individual o por otro nuevo proceso de trabajo, sí se trata de medios de producción,

Por tanto, los productos existentes no son solamente resultados del proceso de trabajo, sino también condiciones de existencia de este; además, su incorporación al proceso de trabajo, es decir, su contacto con el. trabajo vivo es el único medio de conservar y realizar corno valores de uso estos productos de un trabajo anterior.

El trabajo devora sus elementos materiales, su objeto y sus instrumentos, se alimenta de ellos –, es, por tanto, su proceso de consumo. Este consumo productivo se distingue del consumo individual en que éste devora los productos como medios de vida del ser viviente, mientras que aquél los absorbe

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como medios de vida del trabajo, de la fuerza de trabajo del individuo, puesta en acción. El producto del consumo individual, es, por tanto, el consumidor mismo; el fruto del consumo productivo es un producto distinto del consumidor.

En todos aquellos casos en que recae sobre productos y se ejecuta por medio de ellos, el trabajo devora productos para crear productos, o desgasta productos corno medios de producción de otros nuevos. Pero, si en un principio, el proceso de trabajo se entablaba solamente entre el hombre y la tierra, es decir, entre el hombre y algo que existía sin su cooperación, hoy intervienen todavía en él medios de producción creados directamente por la naturaleza y que no presentan la menor huella de trabajo humano.

El proceso de trabajo, tal y como lo hemos estudiado, es decir, fijándonos solamente en sus elementos simples y abstractos, es la actividad racional encaminada a la producción de valores de uso, la asimilación de las materias naturales al servicio de las necesidades humanas, la condición general del intercambio de materias entre la naturaleza y el hombre, la condición natural eterna de la vida humana, y por tanto, independiente de las formas y modalidades de esta vida y común a todas las formas sociales por igual. Por eso, para exponerla, no hemos tenido necesidad de presentar al trabajador en relación con otros. Nos bastaba con presentar al hombre y su trabajo de una parte, y de otra la naturaleza y sus materias. Del mismo modo que el sabor del pan no nos dice quién ha cultivado el trigo, este proceso no nos revela tampoco las condiciones bajo las cuales se ejecutó, no nos descubre si se ha desarrollado bajo el látigo brutal del capataz de esclavos o bajo la mirada medrosa del capitalista, sí ha sido Cincinato quien lo ha ejecutado, labrando su par de jugera, o ha sido el salvaje que derriba a una bestia de una pedrada.

Retornemos a nuestro capitalista in spe. (38) Le habíamos dejado en el mercado de mercancías, comprando todos los elementos necesarios para un proceso de trabajo: los elementos materiales o medios de producción y los elementos personales, o sea la fuerza de trabajo. Con la mirada alerta del hombre que conoce el terreno que pisa, el capitalista en ciernes elige los medios de producción y las fuerzas de trabajo más convenientes para su rama especial de industria: hilados, fabricación de zapatos, etc. Nuestro capitalista se dispone, pues, a consumir la mercancía que ha comprado, la fuerza de trabajo, es decir, hace que su poseedor, o sea, el obrero, consuma trabajando los medios de producción. Claro está que el carácter general del proceso de trabajo no varia por el hecho de que el obrero lo ejecute para el capitalista, en vez de ejecutarlo para sí. Tampoco cambia, de primera intención, porque en este proceso venga a deslizarse el capitalista, la manera concreta de hacer botas o de hilar hebra. El capitalista empieza, como es lógico, tomando la fuerza de trabajo tal y corno se la brinda el mercado, y lo mismo, naturalmente, su trabajo, fruto de una época en que no existían capitalistas. Tiene que pasar todavía algún tiempo para que el sistema de producción se transforme por efecto de la sumisión del trabajo al capital; por eso no habremos de estudiar aquí, sino en su lugar, esta transformación.

Ahora bien, el proceso de trabajo, considerado como proceso de consumo de la fuerza de trabajo por el capitalista, presenta dos fenómenos característicos.

El obrero trabaja bajo el control del capitalista, a quien su trabajo pertenece. El capitalista se cuida de vigilar que este trabajo se ejecute como es debido y que los medios de producción se empleen convenientemente, es decir, sin desperdicio de materias primas y cuidando de que los instrumentos de trabajo se traten bien, sin desgastarse más que en aquella parte en que lo exija su empleo racional.

Pero hay algo más, y es que el producto es propiedad del capitalista y no del productor directo, es decir, del obrero. El capitalista paga, por ejemplo, el valor de un día de fuerza de trabajo. Es, por tanto, dueño de utilizar como le convenga, durante un día, el uso de esa fuerza de trabajo, ni más ni menos

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que el de otra mercancía cualquiera, v. gr. el de un caballo que alquilase durante un día. El uso de la mercancía pertenece a su comprador, y el poseedor de la fuerza de trabajo sólo puede entregar a éste el valor de uso que le ha vendido entregándole su trabajo. Desde el instante en que pisa el taller del capitalista, el valor de uso de su fuerza de trabajo, y por tanto su uso, o sea, el trabajo, le pertenece a éste. Al comprar la fuerza de trabajo, el capitalista incorpora el trabajo del obrero, como fermento vivo, a los elementos muertos de creación del producto, propiedad suya también. Desde su Punto de vista, el proceso de trabajo no es más que el consumo de la mercancía fuerza de trabajo comprada por él, si bien sólo la puede consumir facilitándole medios de producción. El proceso de trabajo es un proceso entre objetos comprados por el capitalista, entre objetos pertenecientes a él Y el producto de este proceso le pertenece, por tanto, a él, al capitalista, ni más ni menos que el producto del proceso de fermentación de los vinos de su bodega.

2. El proceso de valorización

El producto –propiedad del capitalista– es un valor de uso: hilado, botas, etc. Pero, aunque las botas, por ejemplo, formen en cierto modo la base del progreso social y nuestro capitalista sea un hombre progresivo como el que más, no fabrica las botas por amor al arte de producir calzado. El valor de uso no es precisamente, en la producción de mercancías, la cosa qu’on aime pour lut–meme. (39) En la producción de mercancías los valores de uso se producen pura y simplemente porque son y en cuanto son la encarnación material, el, soporte del valor de cambio. Y nuestro capitalista persigue dos objetivos. En primer lugar, producir un valor de uso que tenga un valor de cambio, producir un artículo destinado a la venta, una mercancía. En segundo lugar, producir una mercancía cuyo valor cubra y rebase la suma de valores de las mercancías invertidas en su producción, es decir, de los medios de producción y de la fuerza de trabajo, por los que adelantó su buen dinero en el mercado de mercancías. No le basta con producir un valor de uso; no, él quiere producir una mercancía; no sólo un valor de uso, sino un valor; y tampoco se contenta con un valor puro y simple, sino que aspira a una plusvalía, a un valor mayor.

Hasta aquí, nos hemos limitado a estudiar un aspecto del proceso, pues se trata de la producción de mercancías. Y así como la mercancía es unidad de valor de uso y valor, su proceso de producción tiene necesariamente que englobar dos cosas: un proceso de producción y un proceso de creación de valor.

Sabemos que el valor de toda mercancía se determina por la cantidad de trabajo materializado en su valor de uso, por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. Este criterio rige también para el producto que va a parar a manos del capitalista, como resultado del proceso de trabajo. Lo primero que hay que ver, pues, es el. trabajo materializado en este producto.

Supongamos, por ejemplo, que se trata de hilado.

Para la fabricación del hilado se ha necesitado, en primer lugar, la materia prima correspondiente, digamos por ejemplo 10 libras de algodón. El valor del algodón no hace falta investigarlo, pues el capitalista lo compra en el mercado por lo que vale, v. gr. por 10 chelines. En el precio del algodón se contiene ya, como trabajo social general, el trabajo necesario para su producción. Supondremos, además, que la masa de husos desgastada para fabricar el algodón, que representa para nosotros todos los demás medios de trabajo invertidos, posee un valor de 2 chelines. Si una masa de oro de 12 chelines es el producto de 24 horas de trabajo, o sea de dos jornadas de trabajo, tendremos que en el hilo aparecen materializadas dos jornadas de trabajo.

El hecho de que el algodón cambie de forma y de que la masa de husos desgastada desaparezca radicalmente, no debe movernos a confusión. Con arreglo a la ley general del valor, 10 libras de hilado, por ejemplo, equivalen a 10 libras de algodón y a 1/4 de huso, siempre y cuando que el valor de 40

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libras de hilado sea igual al de 40 libras de algodón más el de un huso entero, o, lo que es lo mismo, siempre y cuando que para producir los dos términos de esta ecuación se requiera el mismo tiempo de trabajo. Arrancando de esta premisa, e! mismo tiempo de trabajo aparece representado, de una parte, en el valor de uso hilado y de otra parte en los valores de uso algodón y huso. Al valor le tiene, pues, sin cuidado el que aparezca encarnado en hilado, huso o algodón. El hecho de que el, huso y el algodón, en vez de yacer inmóviles, el uno junto al otro, se combinen en el proceso de la hilatura, combinación que altera sus formas útiles, convirtiéndolos en hilado no afecta para nada a su valor; es exactamente lo mismo que si se trocasen por un equivalente de hilado mediante un simple cambio.

El tiempo de trabajo necesario para producir el algodón es parte integrante del tiempo de trabajo necesario para producir el hilado al que sirve de materia prima, y se contiene, por tanto, en éste. Y otro tanto acontece con el tiempo de trabajo necesario para producir la masa de husos sin cuyo desgaste o consumo no podría hilarse el algodón.

Así, pues, cuando se analiza el valor del hilado, el tiempo de trabajo necesario para su producción, podemos considerar como fases distintas y sucesivas del mismo proceso de trabajo los diversos procesos concretos de trabajo, separados en el espacio y en el tiempo, que es necesario recorrer para producir el algodón y la masa de husos consumida, hasta convertir por fin en hilado los husos y el algodón. Todo el trabajo contenido en el hilado es trabajo pretérito. Pero el hecho de que el tiempo de trabajo necesario para la producción de sus elementos integrantes se haya ejecutado antes, esté, por decirlo así, en pluscuamperfecto, mientras que el trabajo invertido directamente para llevar a término el proceso final, el hilar, se halle más cerca del presente, en pretérito perfecto, digámoslo así, es un hecho absolutamente indiferente. Sí para construir una casa se requiere una determinada masa de trabajo, digamos por ejemplo 30 días de trabajo, el hecho de que la última jornada de trabajo se incorpore a la producción 29 días después que la primera no altera en nada el total del tiempo de trabajo absorbido por la casa. Para estos efectos, es como si el tiempo de trabajo que se contiene en los instrumentos de trabajo y en la materia prima se hubiese invertido en una fase anterior del proceso de hilatura, con anterioridad al que en la fase final se añade bajo la forma de hilado.

Por tanto, los valores de los medios de producción, el valor del algodón y el de los husos, expresados en el precio de 12 chelines, forman parte integrante del valor del hilado, o sea, del valor del producto.

Mas para ello han de darse dos condiciones. La primera es que el algodón y los husos sirvan real y verdaderamente para la producción de un valor de uso. En nuestro ejemplo, para la fabricación de hilado. Al valor le es indiferente en qué valor de uso tome cuerpo, pero tiene que tomar cuerpo necesariamente en un valor de uso, sea el que fuere. La segunda condición es que solamente se invierta el tiempo de trabajo necesario para las condiciones sociales de producción reinantes. Así por ejemplo, si para producir 1 libra de hilado sólo se requiere 1 libra de algodón, no deberá emplearse más. Y lo mismo por lo que se refiere a los husos. Sí al capitalista se le ocurriera, por un acto de su fantasía, emplear husos de oro en vez de husos de acero, cargaría con las consecuencias, pues en el valor del hilado solamente cuenta el trabajo socialmente necesario, o sea, el tiempo de trabajo necesario para producir husos de acero.

Ya sabemos qué parte representan, en el valor del hilado, los medios de producción, o sea, el algodón y los husos. Representan 12 chelines, es decir, la materialización de dos jornadas de trabajo. Ahora, trátase de saber cuál es la parte de valor que el hilandero, con su trabajo, añade al algodón.

Este trabajo ha de ser enfocado aquí desde un punto de vista totalmente distinto de aquel en que nos situábamos para analizar el proceso de trabajo. En el proceso de trabajo, todo giraba en tomo a un actividad encaminada a un fin: la de convertir el algodón en hilado. Cuanto más apto para su fin

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sea el trabajo, tanto mejor será el hilado suponiendo que todas las demás circunstancias no varíen. El trabajo del hilandero era un trabajo específicamente distinto de otros trabajos productivos, y la diferencia se revelaba subjetiva y objetivamente en la finalidad especial de hilar, en sus especiales manipulaciones, en el carácter especial de sus medios de producción y en el valor de uso especial de su producto. El algodón y el huso son medios de vida del trabajo de hilandería, pero no sirven para fundir cañones. En cambio, enfocado como fuente de valor, el trabajo del hilandero no se distingue absolutamente en nada del trabajo del perforador de cañones, ni, para no salimos demasiado del campo de nuestro ejemplo, de los trabajos del plantador de algodón y del fabricante de husos, materializados en los medios de producción del hilado. Esta identidad es la que permite que el plantar algodón, el fabricar husos y el hilar sean otras tantas partes sólo cuantitativamente distintas del mismo valor total, o sea, del valor del hilo. Aquí, ya no se trata de la calidad, de la naturaleza y el contenido del trabajo, sino pura y exclusivamente de su cantidad. Y ésta se calcula por una sencilla operación aritmética. Para ello, suponemos que el trabajo de hilar es trabajo simple, trabajo social medio. Más adelante, veremos que el supuesto contrario no hace cambiar los términos del problema.

A lo largo del proceso de trabajo, éste se trueca constantemente de inquietud en ser, de movimiento en materialidad. Al final de una hora de trabajo, las manipulaciones del hilandero se traducen en una determinada cantidad de hilado, o, lo que es lo mismo, una determinada cantidad de trabajo, una hora de trabajo, se materializa en el algodón. Decimos hora de trabajo, o lo que tanto vale, inversión de las fuerzas vitales del hilandero durante una hora, porque aquí el trabajo del hilandero sólo interesa en cuanto inversión de fuerza de trabajo, y no como la modalidad específica de trabajo que supone el hilar.

Ahora bien, es de una importancia extraordinaria, decisiva, el que, mientras dura el proceso de transformación del algodón en hilados, este proceso no absorba más que el tiempo de trabajo socialmente necesario. Sí, en condiciones normales, es decir, en las condiciones sociales medias de producción, durante una hora de trabajo a libras de algodón se convierten en b libras de hilado, sólo podrá considerarse como jornada de trabajo de 12 horas aquella que convierta 12 X a libras de algodón en 12 X b libras de hilo. Sólo el tiempo de trabajo socialmente necesario cuenta como fuente de valor.

Al igual que el trabajo, las materias primas y el producto presentan aquí una fisonomía completamente distinta de la que presentaban cuando enfocábamos estos elementos desde el punto de vista del proceso de trabajo en sentido estricto. Ahora, la materia prima sólo interesa en cuanto absorbe y asimila una determinada cantidad de trabajo. Sí la materia prima se convierte efectivamente en hilado mediante esta absorción, es porque la fuerza de trabajo se despliega y se le incorpora en forma de trabajo de hilatura. Pero aquí, el producto, el hilado no es más que el termómetro del trabajo absorbido por el algodón. Si durante una hora se tejen 1 2/3 , libras de algodón o se transforman en 12/3, libras de hilo, 10 libras de hilado equivaldrán a 6 horas de trabajo absorbido. Aquí, determinadas cantidades de productos, fijadas por la experiencia, no representan más que determinadas cantidades de trabajo, una determinada masa de tiempo de trabajo cuajado. Son, simplemente, la materialización de 1 hora, de 2 horas, de un día de trabajo social.

El hecho de que el trabajo sea precisamente trabajo de hilandería, su materia prima algodón y su producto hilado, no interesa nada para estos efectos, como tampoco interesa la circunstancia de que el objeto sobre que recae el trabajo sea ya, a su vez, producto de otro trabajo anterior. Si el obrero, en vez de trabajar en el ramo de hilandería trabajase en una mina de carbón, el objeto de su trabajo, el carbón, sería de distinta naturaleza, pero, a pesar de ello, una cantidad determinada de carbón arrancado a la veta, v. gr. un quintal de hulla, representaría una determinada cantidad de trabajo absorbido.

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Al tratar de la venta de la fuerza de trabajo, partíamos del supuesto de que su valor diario era de 3 chelines, encarnándose en las últimas 6 horas de la jornada y siendo, por tanto, necesaria esta cantidad de trabajo para producir la suma normal de los medios diarios de vida del obrero. Ahora bien, si durante una hora de trabajo nuestro tejedor transforma 12/3 libras de algodón en 12 /3 libras de hilado,13en 6 horas transformará 10 libras de algodón en 10 libras de hilado; por tanto, durante el proceso de hilado, el algodón absorberá 6 horas de trabajo. Este tiempo de trabajo está representado por una cantidad de oro equivalente a 3 chelines. El tejedor incorpora, pues, al algodón, con su trabajo, un valor de 3 chelines.

Analicemos el valor total del producto, o sea, de las 10 libras de hilado. En él se materializan 21/2 jornadas de trabajo: 2 en el algodón y en la masa de husos consumida y 1/2 en el proceso de trabajo del hilandero. Este tiempo de trabajo representa una masa de oro de 15 chelines. El precio adecuado al valor de las 10 libras de hilo es, por tanto, de 15 chelines, y el de una libra de hilado 1 chelín y 6 peniques.

Al llegar aquí nuestro capitalista se queda perplejo. Resulta que el valor del producto es igual al valor del capital desembolsado. El valor desembolsado por el capitalista no se ha valorizado, no ha engendrado plusvalía; o, lo que es lo mismo, el dinero no se ha convertido en capital. El precio de las 10 libras de hilo son 15 chelines, los mismos 15 chelines que el capitalista hubo de invertir en el mercado para adquirir los elementos integrantes del producto, o lo que tanto vale, los factores del proceso de trabajo: 10 chelines en el algodón, 2 chelines en la masa de husos desgastada y 3 chelines en la fuerza de trabajo. De nada sirve que el valor del hilo se haya incrementado, pues su valor no es más que la suma de los valores que antes se distribuían entre el algodón, los husos y la fuerza de trabajo, y de la simple suma de valores existentes jamás puede brotar un valor nuevo, la plusvalía.14 Lo que hacen estos valores es concentrarse en un objeto, pero esto no significa nada, pues ya lo estaban en la suma de dinero de 15 chelines, antes de desperdigarse en las tres mercancías compradas.

De suyo, este resultado no tiene nada de sorprendente. Una libra de hilado vale 1 chelín y 6 peniques. Es, pues, lógico que nuestro capitalista abone 15 chelines en el mercado por 10 libras de hilado. Tanto da que compre su casa particular, lista y terminada, en el mercado o que la mande edificar: ninguna de estas operaciones aumentará el dinero invertido en adquirir la casa.

Tal vez el capitalista, versado en materia de economía vulgar, diga que ha desembolsado su dinero con la intención de obtener del negocio mas dinero del que invirtió. Pero, el infierno está empedrado de buenas intenciones, y del mismo modo podía abrigar la de obtener dinero sin producir.15 El capitalista amenaza. No volverán a engañarle. En adelante, comprará la mercancía, lista y terminada, en el mercado, en vez de fabricarla por su cuenta. Pero, si todos sus hermanos capitalistas hacen lo mismo, ¿de dónde van a salir las mercancías, para que él se encuentre con ellas en el mercado? No va a comerse su dinero. El capitalista sermonea. Nos habla de su abstinencia. Dice que podía haberse gastado para su placer los 15 chelines, y que, en vez de hacerlo, los ha consumido productivamente, convirtiéndolos en hilado. Gracias a ello, tiene en sus manos hilado, en vez de tener remordimientos. Y no va a dejarse arrastrar nuevamente a la tentación del atesorador, pues ya veíamos, en el ejemplo de éste, lo que daba de sí el ascetismo. Además, al que nada tiene el rey le hace libre. Y por grandes que sean los méritos de su privación, no hay nada con qué premiársela, toda vez que el valor del producto que brota del proceso equivale, como veíamos, a la suma de los valores de las mercancías que lo alimentan. Nuestro capitalista, tiene, pues, que contentarse con que la virtud encuentre en si misma su recompensa. Pero, lejos de ello, insiste y apremia. El hilado no le sirve de nada. Lo ha producido para venderlo. Así, pues, o lo vende o en lo sucesivo se limita ––cosa mucho más sencilla– a producir objetos para su uso personal, que es la receta que su médico de cabecera MacCulloch le prescribe como remedio eficaz contra la epidemia de la superproducción. El capitalista no cede. ¿Acaso el obrero puede crear

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productos de trabajo, producir mercancías, con sus brazos inermes, en el vacío? ¿Quién sino él, el capitalista, le suministra la materia con la cual y en la cual materializa el obrero su trabajo ? Y, como la inmensa mayoría de la sociedad ,está formada por descamisados de esos, ¿no presta a la sociedad un servicio inapreciable con sus medios de producción, su algodón y sus husos, y no se lo presta también a los mismos obreros, a quienes además, por si eso fuese poco, les suministra los medios de vida necesarios? Y este servicio, ¿no ha de cobrarlo? Pero, preguntamos nosotros, ¿es que el obrero, a su vez, no le presta a él, al capitalista, el servicio de transformar en hilado el algodón y los husos? Además, aquí no se trata de servicios.16 Servicio es la utilidad que presta un valor de uso, mercancía o trabajo.17 Aquí se trata del valor de cambio. El capitalista abona al obrero el valor de 3 chelines. El obrero, al incorporar al algodón un valor de 3 chelines, le devuelve un equivalente exacto: son dos valores iguales que se cambian. De pronto, nuestro amigo abandona su soberbia de capitalista para adoptar el continente modesto de un simple trabajador. ¿Es que no trabaja también él, vigilando y dirigiendo el trabajo del tejedor? ¿Y es que este trabajo suyo no crea también valor? Su overlooker y su manager se alzan de hombros. Entretanto, ya nuestro capitalista ha recobrado, con una sonrisa de satisfacción, su fisonomía acostumbrada. Se ha estado burlando de nosotros, con toda esa letanía. A él, todas estas cosas le tienen sin cuidado. Para inventar todos esos subterfugios y argucias y otras parecidas, están ahí los profesores de economía política, que para eso cobran. El, el capitalista, es un hombre práctico, que, si no siempre piensa lo que dice fuera de su negocio, al frente de éste sabe muy bien siempre lo que hace.

Analicemos la cosa más despacio. El valor de un día de fuerza de trabajo ascendía a 3 chelines, porque en él se materializaba media jornada de trabajo; es decir, porque los medios de vida necesarios para producir la fuerza de trabajo durante un día costaban medía jornada de trabajo. Pero el trabajo pretérito encerrado en la fuerza de trabajo y el trabajo vivo que ésta puede desarrollar, su costo diario de conservación y su rendimiento diario, son dos magnitudes completamente distintas. La primera determina su valor de cambio, la segunda forma su valor de uso. El que para alimentar y mantener en pie la fuerza de trabajo durante veinticuatro horas haga falta media jornada de trabajo, no quiere decir, ni mucho menos, que el obrero no pueda trabajar durante una jornada entera. El valor de la fuerza de trabajo y su valorización en el proceso de trabajo son, por tanto, dos factores completamente distintos. Al comprar la fuerza de trabajo, el capitalista no perdía de vista esta diferencia de valor. El carácter útil de la fuerza de trabajo, en cuanto apto para fabricar hilado o botas, es conditio sine qua non, (40) toda vez que el trabajo, para poder crear valor, ha de invertirse siempre en forma útil. Pero el factor decisivo es el valor de uso específico de esta mercancía, que le permite ser fuente de valor, y de más valor que el que ella misma tiene. He aquí el servicio especifico que de ella espera el capitalista. Y, al hacerlo, éste no se desvía ni un ápice de las leyes eternas del cambio de mercancías. En efecto, el vendedor de la fuerza de trabajo, al igual que el de cualquier otra mercancía, realiza su valor de cambio y enajena su valor de uso. No puede obtener el primero sin desprenderse del segundo. El valor de uso de la fuerza de trabajo, o sea, el trabajo mismo, deja de pertenecer a su vendedor, ni más ni menos que al aceitero deja de pertenecerle el valor de uso del aceite que vende. El poseedor del dinero paga el valor de un día de fuerza de trabajo: le pertenece, por tanto, el uso de esta fuerza de trabajo durante un día, el trabajo de una jornada. El hecho de que la diaria conservación de la fuerza de trabajo no suponga más costo que el de media jornada de trabajo, a pesar de poder funcionar, trabajar, durante un día entero; es decir, el hecho de que el valor creado por su uso durante un día sea el doble del valor diario que encierra, es una suerte bastante grande para el comprador, pero no supone, ni mucho menos, ningún atropello que se cometa contra el vendedor.

Nuestro capitalista había previsto el caso, con una sonrisa de satisfacción. Por eso el obrero se encuentra en el taller con los medios de producción necesarios, no para un proceso de trabajo de seis horas, sino de doce. Si 10 libras de algodón absorbían seis horas de trabajo y se transformaban en 10 libras de hilado, 20 libras de algodón absorberán doce horas de trabajo y se convertirán en 20 libras de hilado. Analicemos el producto de este proceso de trabajo prolongado. Ahora, en las 20 libras de hilo

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se materializan 5 jornadas de trabajo: 4 en la masa de algodón y de husos consumida y 1 en el trabajo absorbido por el algodón durante el proceso de la hilatura. La expresión en oro de 5 jornadas de trabajo son 30 chelines, o sea, 1 libra esterlina y 10 chelines. Tal es, por tanto, el precio de las 20 libras de hilo. La libra de hilo sigue costando 1 chelín y 6 peniques. Pero, la suma de valor de las mercancías que alimentan el proceso representaba 27 chelines. El valor del hilo representa 30. Por tanto, el valor del producto excede en 1/9 del valor desembolsado para su producción. Los 27 chelines se convierten en 30. Arrojan una plusvalía de 3 chelines. Por fin, la jugada maestra ha dado sus frutos. El dinero se ha convertido en capital.

Y todas las condiciones del problema se han resuelto sin infringir en lo más mínimo las leyes del cambio de mercancías. Se ha cambiado un equivalente por otro. Como comprador, el capitalista ha pagado todas las mercancías, el algodón, la masa de husos y la fuerza de trabajo, por su valor. Después de comprarlas, ha hecho con estas mercancías lo que hace todo comprador: consumir su valor de uso. El proceso de consumo de la fuerza de trabajo, que es al mismo tiempo proceso de producción de la mercancía, arroja un producto de 20 libras de hilo, que representan un valor de 30 chelines. El capitalista retorna al mercado a vender su mercancía, después de haber comprado las de otros. Vende la libra de hilo a 1 chelín y 6 peniques, ni un céntimo por encima o por debajo de su valor. Y, sin embargo, saca de la circulación 3 chelines más de lo que invirtió en ella al comenzar. Y todo este proceso, la transformación de dinero en capital, se opera en la órbita de la circulación y no se opera en ella. Se opera por medio de la circulación, pues está condicionado por la compra de la fuerza de trabajo en el mercado de mercancías. No se opera en la circulación, pues este proceso no hace más que iniciar el proceso de valorización, cuyo centro reside en la órbita de la producción. Y así, todo marcha “pour le mieux dans le meilleur des mondes possibles”. (41 )

Al transformar el dinero en mercancías, que luego han de servir de materias para formar un nuevo producto o de factores de un proceso de trabajo; al incorporar a la materialidad muerta de estos factores la fuerza de trabajo viva, el capitalista transforma el valor, el trabajo, pretérito, materializado, muerto, en capital, en valor que se valoriza a sí mismo, en una especie de monstruo animado que rompe a “trabajar” como si encerrarse un alma en su cuerpo.

Si comparamos el proceso de creación de valor y el proceso de valorización de un valor existente, vemos que el proceso de valorización no es más que el mismo proceso de creación de valor prolongado a partir de un determinado punto. Si éste sólo llega hasta el punto en que el valor de la fuerza de trabajo pagada por el capital deja el puesto a un nuevo equivalente, estamos ante un proceso de simple creación de valor. Pero, si el proceso rebasa ese punto, se tratará de un proceso de valorización.

Sí establecemos el paralelo entre el proceso de valorización y el proceso de trabajo, observaremos que éste consiste en el trabajo útil que produce valores de uso. Aquí, la dinámica se enfoca en su aspecto cualitativo, atendiendo a su modalidad especial, a su fin y a su contenido. En el proceso de creación de valor, este proceso de trabajo, que es el mismo, sólo se nos revela en su aspecto cuantitativo. Aquí, sólo interesa el tiempo que el trabajo requiere para ejecutarse, o sea, el tiempo durante el cual se invierte útilmente la fuerza de trabajo. Para estos efectos, las mercancías que alimentan el proceso de trabajo no se consideran ya como factores funcionalmente concretos, materiales, de la fuerza de trabajo apta para un fin. Sólo cuentan como cantidades concretas de trabajo materializado. Y ya se encierre en los medios de producción o se incorpore mediante la fuerza de trabajo, aquí el trabajo sólo cuenta por su medida en el tiempo. Representa tantas horas, tantos días, etc.

Pero, cuenta tan sólo en la medida en que el tiempo empleado en la producción del valor de uso sea socialmente necesario. Son varios los factores que esto envuelve. En primer lugar, es necesario que la fuerza de trabajo funcione en condiciones normales. Si el instrumento de trabajo que impera socialmente en el ramo de hilado es la máquina de hilar, no debe ponerse al obrero a trabajar en una

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rueca. Asimismo ha de suministrársele algodón de calidad normal y no algodón de mala calidad, que se rompa a cada instante. En cualquiera de ambos casos, necesitaría más tiempo del socialmente necesario para producir una libra de hilo, y este tiempo superfluo no crearía dinero ni crearía valor. Sin embargo, el carácter normal de los factores materiales que intervienen en el trabajo no depende del obrero, sino del capitalista. Otra condición que ha de ser tenida en cuenta es el carácter normal de la propia fuerza de trabajo. Es necesario que ésta, en el ramo en que se aplica, reúna el grado medio de aptitud, destreza ‘y rapidez. Nuestro capitalista compra en el mercado fuerza de trabajo de calidad normal. Esta fuerza de trabajo debe aplicarse con el grado medio habitual de esfuerzo, poniendo el grado de intensidad socialmente acostumbrado en su inversión. El capitalista se cuida de velar celosamente por que el trabajador no disipe su tiempo. Ha comprado la fuerza de trabajo por un tiempo determinado. Quiere, naturalmente, que se le entregue lo que es suyo y no tolera que se le robe. Y finalmente –y para conseguirlo, el capitalista se cuida de promulgar un Código Penal ex profeso–, en el consumo de materias primas e instrumentos de trabajo no deberá nunca excederse de la tasa racional, pues los materiales o instrumentos de trabajo desperdiciados representan determinadas cantidades de trabajo materializado invertido superfluamente y que, por tanto, no cuentan ni entran en el producto del proceso de creación de valor.

Como vemos, la diferencia entre el trabajo considerado como fuente de valor de uso y el mismo trabajo en cuanto crea valor, con la que en su lugar nos encontramos al analizar la mercancía, se nos presenta ahora al estudiar los diversos aspectos del proceso de producción.

Como unidad de proceso de trabajo y proceso de creación de valor, el proceso de producción es un proceso de producción de mercancías; como unidad de proceso de trabajo y de proceso de valorización, el proceso de producción es un proceso de producción capitalista, la forma capitalista de la producción de mercancías.

Ya decíamos más arriba que, para los efectos del proceso de valorización, es de todo punto indiferente el que el trabajo apropiado por el capitalista sea trabajo simple, trabajo social medio, o trabajo complejo, trabajo de peso específico más alto que el normal. El trabajo considerado como trabajo más complejo, más elevado que el trabajo social medio, es la manifestación de una fuerza de trabajo que representa gastos de preparación superiores a los normales, cuya producción representa más tiempo de trabajo y, por tanto, un valor superior al de la fuerza de trabajo simple. Esta fuerza de trabajo de valor superior al normal se traduce, como es lógico, en un trabajo superior, materializándose, por tanto, durante los mismos período de tiempo, en valores relativamente más altos. Pero, Cualquiera que sea la diferencia de gradación que medie entre el trabajo del tejedor y el trabajo del joyero, la porción de trabajo con la que el joyero se limita a reponer el valor de su propia fuerza de trabajo no se distingue en nada, cualitativamente, de la porción adicional de trabajo con la que crea plusvalía. Lo mismo en este caso que en los anteriores, la plusvalía sólo brota mediante un exceso cuantitativo de trabajo, prolongando la duración del mismo proceso de trabajo, que en un caso es proceso de producción de hilo y en otro caso de producción de joyas.

Por otra parte, en todo proceso de creación de valor, el trabajo complejo debe reducirse siempre al trabajo social medio, v. gr. un día de trabajo completo a x días de trabajo simple.20 Por tanto, partiendo del supuesto de que el obrero empleado por el capital ejecuta un simple trabajo social medio, nos ahorramos una operación inútil y simplificamos el análisis del problema.

Notas Capítulo V

1. “Los productos naturales de la tierra, pocos y totalmente independientes del hombre, son como una concesión de la naturaleza que podría compararse a esa pequeña suma de dinero que suele darse a los jóvenes para que trabajen y prueben su suerte.” (James Steuart, Principles of Political Economy, ed. Dublín, 1770, t. I, p, 116.)

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2. “La razón es tan astuta como poderosa. La astucia consiste en esa actividad mediadora que, haciendo que los objetos actúen los unos sobre los otros y se desgasten mutuamente como cumple a su carácter, sin mezclarse directamente en ese proceso, no hace más que conseguir su propio fin.” (Hegel, Enzyk1opadie, primera parte. “La lógica”, Berlín, 1840, p. 382.)

3. En su obra por lo demás bastante pobre, titulada Théorie de l Economie Politique, París, 1815. Ganilh señala acertadamente, replicando a los fisiócratas, la larga serie de procesos de trabajo que tiene como premisa la agricultura en sentido estricto.

4. En las Réflexions sur la Formation et la Distribution des Richeses (1766). Turgot explica muy bien la importancia de los animales domesticados en los orígenes de la cultura

5. Las mercancías de lujo son, en realidad, las menos importantes para establecer comparaciones tecnológicas entre diversas épocas de producción.

6. Nota a la 2° ed. Aunque los historiadores actuales desdeñan y omiten el desarrollo de la producción material, y por tanto la base de toda la vida social y de toda la historia real, por lo menos para lo referente a la prehistoria se procede a base de investigaciones de ciencias naturales y no a base de las llamadas investigaciones históricas, clasificando los materiales e instrumentos y armas en edad de la piedra, edad del bronce y edad del hierro

7. Parece paradójico llamar medio de producción, por ejemplo, al pez aún no, pescado. Pero hasta hoy no se ha inventado el arte de pescar en sitios en que no hay peces

8. Este concepto del trabajo productivo, tal como se desprende desde el punto, de vista del proceso simple de trabajo, no basta, ni mucho menos, para el proceso capitalista de producción

9. Storch distingue la materia prima en sentido estricto de las materias auxiliares, dándoles los nombres respectivos de “matiére” y “matériaux”; Cherbuliez da a las materias auxiliares el nombre de “matiéres instrumentales”.

Es. sin duda, esta razón altamente lógica la que lleva al coronel Torrens a ver en la piedra del salvaje... ¡el origen del capital! “En la primera piedra que el salvaje lanza a la bestia por él acosada, en el primer palo que empuña para derribar el fruto al que no llega con la mano, vemos los orígenes de la apropiación de un artículo para la adquisición de otro, descubriendo así los orígenes del capital.” (R. Torrens, An Essay on the Production of Wealth, etc., pp. 70 a.) Seguramente que de aquel Stock [Stock, en alemán, es palo; se trata de un juego de palabras (Ed.)] se deriva la palabra stock, que designa en inglés el capital.

11. “Los productos se apropian antes de convertirse en capital; esta transformación no los sustrae aquella apropiación.” (Cherbuliez, Riche ou Pauvre ed. París, 1841, pp. 53 s.) “El proletario al vender su trabajo por una determinada cantidad de víveres (approvisionnement), renuncia íntegramente a toda participación en el producto. La apropiación de lo producido sigue siendo la misma de antes; el convenio aludido no la altera en lo más mínimo. El producto pertenece exclusivamente al capitalista que suministra la materia prima y los víveres. Es ésta una consecuencia rigurosa de la ley de la apropiación, cuyo principio fundamental a la inversa era el derecho exclusivo de la propiedad de todo obrero sobre su producto.” (Obra cit., p. 58) James Mill, Elements of Political Economy, etc., p. 70: “Cuando los obreros trabajan por un salario, el capitalista es propietario, no solamente del capital (el autor alude aquí a los medios de producción), sino también del trabajo (of the labour also). Incluyendo. como suele hacerse, en el concepto de capital lo que se abona

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como salario, es absurdo hablar del trabajo como algo distinto del capital. La palabra capital, en este sentido abarca ambas cosas: el capital y el trabajo.”

12. “En el valor de las mercancías no influye solamente el trabajo directamente aplicado en ellas, sino también el que se invierte en las herramientas, instrumentos y edificios de que se vale ese trabajo.” (Ricardo, Principles of Politcal Economy, p. 16.)

13. Estas cifras son puramente imaginarias.

14. Es ésta la tesis fundamental en que descansa la teoría fisiocrática de la improductividad de todo trabajo no agrícola, tesis incontrovertible para los economistas... de profesión. “Este procedimiento, que consiste en imputar a una sola cosa el valor de varias, por ejemplo al lienzo el costo de vida del tejedor, acumulando por tanto en capas, por decirlo así, diversos valores sobre uno solo, hace que éste crezca en la misma proporción... La palabra suma expresa muy bien la manera como se forma el precio de los productos del trabajo; este precio no es más que totalización de varios valores absorbidos y sumados; sin embargo, sumar no es multiplicar.– (Mercier de la Riviére, L’Ordre Naturel, etc., P. 599.)

15. Así, por ejemplo, en los años de 1844–47. los capitalistas retiraron una parte de sus capitales de los negocios productivos, para dedicarla a especular en acciones ferroviarias. Y, durante la guerra norteamericana de Secesión, cerraron sus fábricas y lanzaron al arroyo a los obreros fabriles, para dedicarse a jugar en la Bolsa algodonera de Liverpool.

16. “Deja que se vanaglorien, se adornen y pongan afeites... Quien toma más o toma algo mejor (de lo que da), comete usura y no hace servicio, sino daño a su prójimo, a quien hurta y roba. No todo lo que llaman servicio y beneficio es servir y beneficiar al prójimo. Pues una adúltera y un adúltero se prestan entre sí grande servicio y complacencia. Y el caballero que ayuda al incendiario y al asesino a robar en las carreteras, le presta también un gran servicio caballeresco. Los papistas hacen a los nuestros gran servicio, al no ahogarlos, quemarlos o asesinarlos a todos, o hacer que se pudran en las prisiones, dejando con vida a algunos y arrojándolos de su tierra o despojándolos de lo que poseen. Y el propio demonio hace a su Señor, un grande, inmenso servicio. . En suma, el mundo está lleno de grandes, de magníficos, de diarios servicios y beneficios.” (Martín Lutero, A los párrocos, para que prediquen contra la usura, etc., Wítemberg, 1540.)

17. Acerca de esto, digo en mí Contribución a la crítica de la economía política, página 14 s.: “Se comprende el ‹gran servicio› que la categoría del ‹servicio› (service) presta a cierta casta de economistas, como J. B. Say y F. Bastíat”

18. Es ésta una de las razones que encarecen la producción basada en la esclavitud. Aquí, para emplear la feliz expresión de los antiguos, el obrero sólo se distingue del animal y de los instrumentos muertos, en que el primero es un instrumentum vocale, mientras que el segundo es un instrumentum semivocale y el tercero un instrumentum mutuum. Por su parte, el obrero hace sentir al animal y a la herramienta que no es un igual suyo, sino un hombre. Se complace en la diferencia que le separa de ellos a fuerza de maltratarlos y destruirlos pasionalmente. Por eso en este régimen de producción impera el principio económico de no emplear más que herramientas toscas, pesadas, pero difíciles de destruir por razón de su misma tosquedad. Así se explica que, al estallar la guerra de independencia, se encontrasen en los Estados de esclavos bañados por el Golfo de México arados de viejo tipo chino, que hozaban la tierra como los cerdos o los topos, pero sin ahondar en ella ni volverla. Cfr. J. E. Cairnes, The Slave Power, Londres, 1862, pp. 46 ss. En su Sea Board Slave States [pp. 46 s.], refiere Olmsted:

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“Aquí, me han mostrado herramientas con las que en nuestro país ninguna persona razonable cargaría al obrero a quien paga un jornal. A mi juicio, su peso extraordinario y su tosquedad hacen el trabajo ejecutado con ellas un diez por ciento más pesado, cuando menos, que con las que nosotros solemos emplear. Sin embargo, me aseguran que, dada la manera negligente y torpe con que los esclavos las manejan, sería imposible confiarles con buenos resultados herramientas más ligeras o delicadas. En los campos de cereales de Virginia no durarían un día herramientas como las que nosotros confiamos continuamente a nuestros obreros y de las que sacamos buenas ganancias, a pesar de que estos campos son más difíciles y menos pedregosos que los nuestros. Habiendo preguntado yo por qué había una tendencia tan general a sustituir los caballos por mulos, me dieron también como razón primordial y decisiva, según confesión suya, la de que los caballos no resistían el trato que les daban constantemente los negros. Los caballos se baldaban e inutilizaban a cada paso por los malos tratos; en cambio, los mulos soportaban sin grave detrimento corporal los golpes y la falta de uno o dos piensos. Además, no se enfriaban ni enfermaban por el abandono o por el exceso de trabajo. No tengo más que asomarme a la ventana del cuarto en que escribo, para presenciar casi continuamente el trato que aquí dan al ganado, trato que a cualquier granjero del Norte le bastaría para poner en la calle a los peones.”

19. La diferencia entre el trabajo complejo y el trabajo simple, lo que los ingleses llaman skilled y unskilled labour descansa en parte en simples ilusiones, o a lo Menos en diferencias que hace ya largo tiempo que han dejado de ser reales, aunque perduren en el terreno del convencionalismo tradicional: en parte, descansa también en la situación desesperada de ciertos sectores de la clase trabajadora que les impide, más todavía que a los otros, imponer por la fuerza el valor de su fuerza de trabajo. En esta distinción desempeñan un papel tan importante las causas fortuitas, que hay clases de trabajo que cambian constantemente de categoría. Por ejemplo, allí donde la sustancia física de la clase obrera está desnutrida y relativamente agotada, como ocurre en todos los países de capitalismo avanzado, trabajos de carácter brutal, que reclaman una gran fuerza muscular, se truecan generalmente en trabajos de naturaleza elevada, mientras que otras actividades mucho más delicadas descienden a la categoría de trabajos vulgares; así, por ejemplo, en Inglaterra, el trabajo de un brich1ayer tiene una categoría mucho más alta que el de tejedor de damasco. Por otra parte, el trabajo de un fustian cutter, aun exigiendo un esfuerzo físico mucho mayor y siendo, además, muy malsano, se considera como un trabajo “simple”. Por lo demás, sería falso creer que el llamado skilled labour represente una proporción cuantitativamente considerable en el trabajo nacional. Laing calcula que en Inglaterra (y Gales) viven del trabajo simple más de 11 millones de hombres. Si descontamos un millón de aristócratas y millón y medio de mendigos, vagabundos, criminales, prostitutas, etc., tendremos que de los 18 millones de habitantes que existían al publicarse su obra, quedan 4.650,000 para la clase media, incluyendo los pequeños rentistas, los empleados, escritores, artistas, maestros, etc. Para separar a estos 4°/7 millones, el autor incluye entre la parte’ trabajadora de la clase media, además de los banqueros, etc., a todos los “obreros fabriles” mejor retribuidos. De la categoría de los “obreros potentados” no están tampoco ausentes los “brick1ayers”. Gracias a todas estas operaciones, el autor a que nos referimos llega a los 11 millones citados (S. Laíng, National Distress, etc., Londres, 1844 [pp. 51 s.] “La gran clase que no puede dar a cambio de los medios de subsistencia más que un trabajo corriente es la gran masa del pueblo.” (James Mill, en el artículo “Colony”, Suplemento a la Encyc1opaedia Britannica, 1831 [p. 81].)

20 “Siempre que la palabra trabajo se emplea con el significado de medida de valor, se alude necesariamente a un trabajo de determinada clase...”, y la proporción que guardan con él las otras clases de trabajo es fácil de averiguar. (Outlines of Political Economy. Londres, 1832, pp. 22 y 23.)

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Reflexiones sobre la lectura

¿Cuál es el debate que propone el autor?

¿Cuáles son los argumentos centrales en torno a cada lectura o apartado del texto?

¿Cuáles son las categorías centrales de cada argumento?

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Capítulo 4: Consumo. “Explotados y Explotadores” Martha Harnecker (pp. 5 – pp. 22)

III. El trabajo del hombre y las riquezas naturales

1. Cada país posee, en mayor o menor número, determinadas riquezas naturales. Entre las principales riquezas naturales se encuentran los yacimientos minerales, las tierras fértiles para la agricultura y la ganadería, los mares con sus peces, los grandes ríos que proporcionan energía eléctrica barata, y muchas otras.

Pero estas riquezas naturales de nada sirven sin el trabajo del hombre.

2. Sin los trabajadores de las minas esa gran riqueza minera quedaría para siempre hundida en la tierra. Sin el trabajo de muchos hombres, las aguas de la cordillera se perderían en el mar sin ser aprovechadas para iluminar las ciudades y hacer andar las fábricas. Sin el trabajo de los pescadores, el mar no entregaría sus peces. Sin el trabajo de los campesinos, la tierra no entregaría sus frutos.

3. Es por tanto, el trabajo del hombre el que permite arrancar a la naturaleza sus riquezas.

Pero ¿a manos de quiénes van a parar las riquezas? ¿Van a parar a manos de los trabajadores?

4. Sólo en los países socialistas las riquezas del país benefician a los trabajadores. En los países capitalistas, en cambio, van a parar a las manos de unos pocos privilegiados.

5. En los países capitalistas subdesarrollados una parte muy importante de las riquezas va a parar a manos extranjeras, a los poderosos de los países capitalistas más desarrollados. Otra parte permanece en el país y se reparte entre los capitalistas locales, siendo los trabajadores los más perjudicados2.

6. Entre 1930 y 1969 salieron de Chile 3.700 millones de dólares, que han ido a parar a los bolsillos de los capitalistas que viven en Estados Unidos. Esto equivale al 40 por 100 de todas las riquezas de Chile. Para dar una idea de lo que esto significa, podríamos decir que de cada diez casas, cuatro serían de ellos; de cada diez calles, cuatro serían de ellos; de cada diez fábricas, cuatro serían de ellos.

7. Entre 1965 y 1970 las compañías de cobre ganaron 650 millones de dólares, es decir, un promedio de 110 millones al año. Con esta cantidad se podrían construir 40.000 casas Corvi, o alimentar a 300 mil familias en un año.

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8. Y además de esta parte tan grande de nuestra riqueza que ha salido del país, otra parte de ella ha ido a parar a manos de un grupo muy reducido de chilenos, siendo los trabajadores los más perjudicados.

9. Basta con comparar cuánto ganaba en 1969 un obrero como salario medio y lo que ganaba un gran capitalista para darse cuenta de que al trabajador le tocaba el pedazo más pequeño de la torta que él mismo producía.

10. El gran capitalista ganaba 36 veces más que un trabajador, y muchas veces este capitalista ni siquiera trabajaba.

11. De todas las riquezas que se produjeron en el año 1969 (descontando aquellas que sirven para reponer las máquinas), una pequeña minoría: el 1 por 100 de la población, recibió la quinta parte de ellas.

12. Mientras los trabajadores tienen que viajar colgados de los autobuses, sus patronos tenían dos o tres autos. Mientras muchos trabajadores no tienen un sitio donde vivir en forma digna, sus patronos tienen dos o tres casas en distintos lugares del país. Mientras gran parte de los trabajadores sólo tiene un traje bueno que ponerse, si lo tenía, sus patronos tienen llenos los roperos de ternos.

13. Mientras los hijos de los trabajadores se alimentan mal, y muchas veces perjudicaban su salud y su inteligencia con ello, los hijos de los patronos dejan platos llenos de comida que van al basurero porque están cansados de comer tanto.

¿Por qué un grupo de capitalistas puede acumular tanta riqueza mientras la mayoría del pueblo tiene apenas lo justo para vivir?

¿Por qué son ellos y no los trabajadores los que han acumulado tanta riqueza, cuando son éstos últimos los que han extraído las riquezas de la naturaleza y con su trabajo han producido nuevas riquezas?

14. Para poder contestar estas preguntas debemos detenemos un momento en el análisis del proceso de trabajo, es decir, debemos analizar cuáles son los elementos que hacen posible la transformación de la naturaleza en productos útiles a los hombres.

IV. El proceso de trabajo: Fuerza de trabajo y medios de producción

15. Para estudiar todos los elementos que entran en el proceso de trabajo, pongamos el ejemplo de una costurera, o un zapatero.

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Cuándo la costurera trabaja, ¿qué hace?

16. La costurera trabaja sobre un determinado corte de tela para transformarlo en un vestido, y para ello utiliza, por una parte: hilo, botones, etc., por otra parte: tijeras, aguja, máquina de coser. Además necesita arrendar un local para instalarse y debe iluminarlo para poder trabajar.

17. Definiremos cada uno de estos elementos del proceso de trabajo de la siguiente manera:

Llamemos MATERIA PRIMA a los objetos que son trans-formados en el proceso de trabajo para llegar a construir el producto final.

18. En nuestro ejemplo, materias primas son: la tela, el hilo, los botones, etc. Todos estos elementos pasan a constituir el vestido, forman de una u otra manera parte de él. Si falla una de estas materias primas, la costurera no podrá producir el vestido.

Llamemos MEDIOS DE PRODUCCIÓN a todos los objetos materiales que interviene en el proceso de trabajo.

19. Los medios de trabajo que nos permiten transformar directamente la materia prima son las herramientas de trabajo y las máquinas. En nuestro ejemplo: las tijeras, la aguja, la máquina de coser.

20. Los medios de trabajo que actúan en forma indirecta, pero no menos necesaria, son: los locales, los medios de iluminación y calefacción, etc.

21. Sin materia prima y sin medios de trabajo no puede producirse nada. Ellos son las condiciones materiales para realizar cualquier tipo de trabajo. Por eso los llamaremos medios de producción.

Llamemos MEDIOS DE TRABAJO a todas aquellas cosas que directa e indirectamente nos permiten transformar la materia prima en producto final.

22. Estos medios no deben ser confundidos con los medios de consumo, que son todos aquellos bienes que se consume en forma individual; por ejemplo: alimentos, vestidos, habitación, artículo del hogar, artículos escolares, etc.

23. Detengámonos ahora a analizar el último elemento que interviene en el proceso de trabajo: la actividad humana realizado por el trabajador, que utilizando los medios de trabajo transforma la materia prima (la tela en nuestro ejemplo) en un producto final (el vestido, en nuestro ejemplo).

24. Nuestra costurera, al trabajar, gasta energía física y mental.

A esta energía gastada durante el proceso trabajo la lla-maremos FUERZA DE TRABAJO.

25. La fatiga después de una jornada de trabajo, no es sino la manera en que se manifiesta físicamente este gasto de energía que ocurre durante el proceso de trabajo. La buena alimentación, el descanso, permiten recuperarla.

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26. El análisis de todos estos conceptos nos permite llegar a la conclusión de que los elementos fundamentales de todo proceso de trabajo son: la fuerza de trabajo del hombre y los medios de producción.

27. Estos elementos se encuentran presentes tanto en el trabajo realizado por nuestra costurera como en el trabajo realizado en la gran industria moderna.

28. Pero existe una diferencia entre el trabajo aislado de la costurera y el trabajo colectivo que realizan numerosos trabajadores en una industria moderna.

¿Cuál es esta diferencia?

29. El trabajador aislado realiza él mismo todo el trabajo y tiene el total dominio o control sobre éste. La costurera a hace ella sola todo el vestido y decide ella misma cuándo, dónde y cómo trabaja. Esto no ocurre así en la gran industria moderna, donde existe una gran especialización del trabajo, donde los obreros se dividen en grupos que realizan distintos trabajos parciales que al sumarse unos a otros dan el producto final. Así, el automóvil, por ejemplo, es el fruto del trabajo combinado de muchos trabajadores.

30. Ahora bien, esta especialización del trabajo hace necesaria la presencia de un grupo de trabajadores que tiene por función o tarea principal coordinar los distintas trabajos especializados de la misma manera que el director de orquesta coordina la actuación de los distintos músicos. Este trabajo de coordinación y control va desde las secciones de la industria hasta los más altos niveles. El nivel más alto lo ocupa el administrador o gerente de la empresa; los otros niveles están ocupados por una serie de jefes, capataces, supervisores, etc.

31. “Lo mismo que los ejércitos militares, el ejército obrero puesto bajo el mando del capital reclama toda una serie de jefes (directores, gerentes, managers) y oficiales (inspectores, capataces, contramaestres), que durante el proceso de trabajo llevan el mando en nombre del capital”.

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32. Usaremos el término de trabajadores NO-directos para referirnos a éstos trabajadores que están colocados en la industria entre los obreros y el patrón.

En todo proceso de trabajo en donde existe especializa-ción del trabajo debemos distinguir, por tanto, dos tipos de trabajadores: aquellos que cumpliendo tareas parcia-les en la transformación directa de materia prima, por una parte, que nosotros llamaremos TRABAJADORES DI-RECTO, y aquellos que cumplen funciones de coordina-ción, vigilancia y control, por otra, que nosotros llamare-mos, TRABAJADORES DIRECTOS.

De todo lo visto hasta aquí podemos concluir lo siguiente:

33. Sin trabajo humano nada se produce. Pero sin medios de producción el hombre no puede trabajar.

34. Después de haber definido todos estos conceptos, podemos ahora volver a nuestra pregunta inicial:

¿Por qué, siendo los trabajadores los que arrancan riquezas de la naturaleza y siendo ellos los que producen nuevas riquezas, la mayor parte de estas riquezas van a parar a otras manos: a las manos de un grupo minoritario de la población?

V. La propiedad privada de los medios de producción: Fuente de toda explotación

35. A esta pregunta sólo podremos responder si nos preguntamos: ¿en manos de quién están los medios de producción?

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¿En manos de quién están los grandes minerales? ¿En manos de quién están las fábricas y las tierras?

36. Y lo primero que podemos contestar es que ellas no están en manos de los trabajadores, sino que están en manos de los capitalistas locales y extranjeros y de los dueños de las tierras.

Y ¿por qué es importante que nos hagamos esta pregunta?

37. Porque los medios de producción son, como veíamos en el punto anterior, las condiciones materiales de toda producción. Sin estos medios no se puede producir. Y debido a esto, los que han logrado acaparar y mantener en sus manos estos medios, pueden obligar a quienes no los poseen a someterse a las condiciones de trabajo que ellos fijen.

38. Para aclarar esto pongamos un ejemplo: el campesino dueño de un pedazo de tierra suficientemente grande como para que le permita vivir a él y a su familia, y dueño de instrumentos de trabajo, puede dedicarse a trabajar para sí mismo no necesita ir a ninguna parte a ofrecer su fuerza de trabajo. Pero en una situación muy distinta está el campesino sin tierra, aquel hijo de una familia de pequeños agricultores para quien la tierra familiar no da abasto. Este se ve obligado a salir a buscar trabajo en los alrededores y va a ofrecer su fuerza de trabajo al terrateniente, dueño de grandes terrenos, quien para poder trabajarlo necesita contratar mano de obra asalariada. El campesino sin tierra, para no morirse de hambre, se ve obligado a aceptar las condiciones de trabajo que le ofrece el patrón. Debe aceptar trabajar por un salario muy pequeño, debe aceptar que el patrón se quede con una parte importante de los frutos de su trabajo.

39. Esto mismo sucede con los obreros industriales. Para poder vivir necesitan ir a ofrecer su fuerza de trabajo a los capitalistas; éstos les pagan un determinado salario y obtienen gracias a su trabajo grandes ganancias que no van a parar a las manos de los trabajadores, sino a manos de los industriales. Si los obreros reclaman, el patrón les dice: “¿De qué se quejan? Yo los contraté por una jornada de tantas horas a tanto la hora; ¿acaso no es eso lo que les estoy pagando? Yo soy el dueño de esta fábrica si no les gustan las condiciones de trabajo vayan a buscar trabajo a otra parte.” Pero, como los obreros saben que a donde vayan les dirán lo mismo, tienen que resignarse a trabajar para que el dueño de los medios de producción se enriquezca.

40. Partiendo de los ejemplos que hemos visto podemos decir que en el proceso de trabajo se establecen determinadas relaciones entre los propietarios de los medios de producción y los productores directos o trabajadores. Los que son dueños de los medios de producción explotan a los que no tienen estos medios.

41. Ahora bien; esto no sólo sucede así en el sistema capitalista, ocurre igualmente en los sistemas de producción anteriores a él.

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42. En el sistema esclavista, por ejemplo, el amo era dueño, no sólo de la tierra y otros medios de producción, sino que también era dueña de los hombres que trabajaban la tierra, que remaban sus barcos; que servían en sus casas. Estos hombres eran considerados por él como un “instrumento de trabajo” más, y por ello los obligaba a trabajar hasta donde dieran sus fuerzas, dándoles de comer y permitiéndoles descansar solamente para que pudieran reponer la energía gastada durante el trabajo de modo que estuvieran listos para trabajar al otro día.

43. En el sistema servil, el terrateniente, dueño del medio de producción más importante: la tierra, entregaba pequeños terrenos a los campesinos. Estos, a cambio de la tierra recibida, se veían obligados a trabajar en el terreno del terrateniente una gran cantidad de días al año sin recibir ningún pago por ese trabajo, y debían sobrevivir con los frutos obtenidos en su pequeño terreno.

44. En resumen, en todos las sistemas de producción que hemos analizado, en que los medios de producción están en manos de unos pocos, los dueños de estos medios se apoderan del trabajo ajeno, explotan a los trabajadores; es decir, se establecen relaciones de explotación entre estos grupos.

45. Sin embargo, la explotación no ha existido siempre. En los pueblos primitivos; donde se produce apenas para sobrevivir, no existe propiedad privada de los medios de producción; éstos pertenecen a toda la comunidad y los frutos del trabajo de sus miembros se reparten entre todos en forma igualitaria

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46. En estos pueblos no existen relaciones de explotación, sino relaciones de colaboración recíproca entre todos los miembros de la sociedad.

47. La explotación no es, por tanto, algo eterno, tiene un origen histórico bien determinado. Ella aparece cuando un grupo de individuos de la sociedad logra concentrar en sus manos los medios de producción fundamentales8 despojando de estos medios a la mayor parte de la población. Y ella desaparece cuando se elimina la propiedad privada de los medios de producción y éstos pasan a ser propiedad colectiva de todo el pueblo.

VI. Las relaciones sociales de producción

48. Hasta aquí hemos visto cómo en todo proceso de trabajo se establecen determinadas relaciones entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores o productores directos.

Estas relaciones que se establecen entre los hombres, determinadas por la relación de propiedad que estos tie-nen con los medios de producción, es lo que llamaremos RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN.

49. Podemos distinguir dos tipos fundamentales de relaciones sociales de producción: la relación explotador/explotado y las relaciones de colaboración recíproca.

La Relación Explotador/Explotado

50. Existe cuando los propietarios de los medios de producción viven del trabajo de los productores directos.

51. Las principales relaciones de explotación son las siguientes: Las relaciones esclavistas, en las que el amo no sólo es propietario de los medios de producción, sino que también lo es de la persona misma del esclavo y, por lo tanto, de su fuerza de trabajo; las relaciones serviles, en las que el señor es propietario de la tierra y el siervo depende él y debe trabajar gratuitamente para él una cierta cantidad de días al año, y, por último, las relaciones capitalistas, en que el capitalista es propietario de los medios de producción y el obrero no tiene ningún medio de producción y debe vender su fuerza de trabajo para poder vivir.

Relación de colaboración recíproca

52. Estas relaciones se establecen cuando existe una propiedad social de los medios de producción y cuando ningún sector de la sociedad explota a otro. Por ejemplo, las relaciones de colaboración recíproca que existen entre los miembros de las comunidades primitivas o las relaciones de colaboración que caracterizarán a la sociedad comunista.

53. Ahora bien, es importante aclarar que las relaciones que se establecen entre los hombres en el proceso de producción no son solamente relaciones sociales, relaciones humanas. Son relaciones entre agentes de la producción, es decir, entre hombres que cumplen tareas bien determinadas en la producción de bienes materiales. Ya hemos visto cómo estas relaciones dependen de la forma en que estos agentes están relacionados con los medios de producción: propietarios/no-propietarios.

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54. Las relaciones entre los hombres son el resultado de su relación de propiedad con determinadas cosas: los medios de producción.

55. Mientras los medios de producción estén acaparados por unos pocos, las relaciones entre los hombres que las poseen y quienes no los poseen no podrán dejar de ser relaciones de explotación, de opresión, es decir, relaciones antagónicas, relaciones en que los intereses de un grupo se oponen absolutamente a los intereses del otro grupo. Los intereses de los explotadores son seguir explotando a los trabajadores para poder seguir disfrutando de su situación de privilegiados. Los intereses de los trabajadores están dirigidos a destruir esa situación de explotación.

56. Este es un punto muy importante, ya que echa por tierra todas las ilusiones que plantean algunos acerca de la “colaboración entre obreros y patronos”. Las relaciones entre obreros y patronos no podrán ser fraternales, amistosas, mientras las relaciones de éstos con los medios de producción no cambien, es decir, mientras no se termine con la propiedad privada capitalista de los medios de producción; pero entonces el patrón como tal desaparecerá también.

57. Estas relaciones sociales de producción son, por tanto, relaciones que se establecen independientemente de la voluntad o del deseo de los hombres. El capitalista explota y explotará al obrero aunque no quiera hacerlo, aunque luche personalmente contra esa explotación, ya que las leyes del sistema capitalista son inflexibles. Si el capitalista paga salarios muy altos, y si a pesar de ello mantiene los mismos precios para poder vender, lo que ocurre es que disminuye sus ganancias. Pero una parte de ellas debe ser reinvertida en la empresa para poder perfeccionar su tecnología y de esa manera poder competir con sus contrincantes en el mercado. Lo que ocurre, entonces, es que este capitalista va quedando atrás, hasta que llega un momento en que ya no puede competir con los costos más bajos de los otros capitalistas que han mejorado sus industrias, y por tanto quiebra.

58. En el sistema capitalista, por consiguiente, a los trabajadores se les presenta una sola alternativa: “o su explotación o la muerte del empresario”.

59. Ahora bien, cuando el marxismo afirma que es necesario destruir las relaciones capitalistas de producción, que es necesario que “muera el empresario”, no está afirmando que los capitalistas deben ser destruidos físicamente. Sostiene algo muy diferente: lo que debe desaparecer no es la persona del capitalista, sino la función de explotación, es decir, el papel de explotador que éste desempeña. Si el capitalista acepta ser expropiado, y ofrece sus servicios al nuevo sistema económico que se pretende implantar, desaparece como capitalista, como explotador, pero no desaparece como hombre; por el contrario, puede cumplir ahora una función de real servicio a la sociedad.

VII. La reproducción de las relaciones sociales de producción

Papel del estado y de la ideología

60. Las relaciones que se establecen entre los hombres en el proceso de producción se van repitiendo continuamente porque ellas crean las condiciones para que sigan existiendo: amos y esclavos, señores y siervos, capitalistas y obreros. A esto es lo que se llama: reproducción de las relaciones de producción.

61. Pero, al mismo tiempo que se repiten o se reproducen las relaciones de producción, se van desarrollando las contradicciones internas de estos sistemas; por ejemplo, en el sistema capitalista se producen contradicciones entre la riqueza y la miseria, entre las inmensas posibilidades de la

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producción y las limitaciones del consumo, entre los obreros y los capitalistas, etc. El desarrollo de estas contradicciones crea las condiciones que permiten la destrucción del sistema.

¿De qué manera logran los explotadores mantener la explotación del pueblo? ¿Cómo se las arreglan para que estas relaciones de explotación se repitan continuamente? ¿Lo hacen sólo por medio de la propiedad privada de los medios de producción?

62. Hasta aquí hemos visto que el hecho de que los medios de producción estén en manos de unos pocos: los capitalistas, explica la situación de explotación en la que vive la mayoría: los trabajadores.

63. Los capitalistas, por ser los dueños de los medios de producción, tienen en sus manos el poder económico y, debido a este mismo poder, controlan también otros aspectos de la sociedad.

64. El Estado, por ejemplo, no es un aparato neutral, al servicio de toda la sociedad, como pretenden hacernos creer los capitalistas. El Estado ha servido siempre a los intereses de quienes han tenido el poder económico. Los gobiernos capitalistas en nuestro país han utilizado frecuentemente las fuerzas armadas y la policía para reprimir a los trabajadores cuando sus luchas ponían en peligro su sistema de dominación: allí están como mudos testigos las numerosas masacres en las que la clase obrera ha derramado su sangre. Por otra parte, todos los trabajadores saben que no ha existido nunca una justicia igual para todos los ciudadanos, que existe la ley del pobre y la ley del rico. Si un pobre mata a otro, es condenado a largos años de prisión; si un rico mata a otro, habitualmente logra acallar con dinero el proceso, y si es juzgado, el castigo es muy pequeño y por lo general lo dejan en libertad bajo fianza. Si un terrateniente le roba la tierra a los campesinos pasan años sin que la justicia haga nada por devolvérselas. Si los campesinos recuperan por la fuerza la tierra que les había sido robada, interviene la policía para poner orden, es decir, para mantener una situación en que los intereses de los terratenientes no se vean perjudicados.

65. Los dueños de los medios de producción, al tener en sus manos el poder económico, tienen en sus manos el Estado con todo su aparato: fuerzas armadas, policía, aparato judicial, funcionarios del Estado, etc. Tienen en sus manos, por tanto, no sólo el poder económico, sino también el poder político.

66. Pero fuera de controlar el Estado y las leyes, los dueños de los medios de producción más importantes controlan las radios, los diarios, los canales de televisión, etc., es decir, los medios de comunicación de masas. Y también controlan el contenido de los programas de educación en sus distintos niveles.

67. A través de éste control de los medios que educan y difunden ideas, engañan al pueblo convenciéndolo de que el sistema de explotación en que viven es bueno, y que si ellos están en malas condiciones no se debe al sistema, sino a defectos de tipo individual: pereza, borrachera, falta de capacidad intelectual, etc. A este control de los medios de difusión y de educación lo llamamos poder ideológico.

68. Ahora bien, los capitalistas ponen tanto su poder político como su deber ideológico al servicio de sus intereses económicos. Debido a que los capitalistas obtienen sus ganancias a costa del trabajo de los obreros, usan su poder político e ideológico para que esta situación se mantenga, es decir para facilitar la reproducción de estas relaciones de producción. De esta manera, todas las estructuras de la sociedad tienen por función fundamental reproducir las relaciones de explotación, es decir, están al servicio del grupo explotador contra los explotados.

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69. Por eso es que el marxismo sostiene que no existe difusión de ideas de tipo neutral, que no existe un Estado al servicio de todo el pueblo, que tanto el Estado como la ideología están al servicio de los intereses económicos de las clases explotadoras. Y, por consiguiente, que no puede eliminarse la propiedad privada de los medios de producción, si no se destruye el poder político e ideológico que la defiende.

VIII. Modo de producción: infra y superestructura

70. Hasta aquí hemos visto que para explicar de dónde viene la desigualdad en el reparto de las riquezas en un país determinado hemos tenido que analizar la forma en que en ella se producen los bienes materiales. En todas las sociedades la producción de bienes materiales se realiza bajo determinadas relaciones de producción: esclavistas, serviles, capitalistas, etc.

71. Hemos visto además que estas relaciones no cambian día a día, sino que ellas tienden a mantenerse, a reproducirse. En esta reproducción que se da a nivel de la economía, intervienen otros elementos sociales: las leyes, la justicia, las ideas, etcétera, que pertenecen a un nivel distinto de la sociedad.

72. El conjunto de estos elementos económicos, jurídicos, políticos e ideológicos es lo que constituye la sociedad. Toda sociedad es, por tanto, una organización compleja en la que existen dos niveles: un nivel económico y un nivel Jurídico-político-ideológico. Ambos niveles se combinan para mantener el funcionamiento de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, estos niveles no tienen la misma importancia para el funcionamiento de ella. Hemos visto que el nivel económico la forma en que los hombres producen los bienes materiales y las relaciones que se establecen entre ellos en el proceso de producción es el nivel fundamental, aquel que determina todo el funcionamiento de la sociedad; son las relaciones que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y los trabajadores las que nos revelan el secreto más escondido, la base más oculta de toda sociedad, y son ellas las que nos explican por qué se dan determinadas formas de Estado y determinados tipos de ideas en esa sociedad.

73. Uno de los grandes aportes de Marx y Engels fue justamente haber descubierto que la sociedad se organiza según la forma en que los hombres producen los bienes materiales, o más precisamente, según las relaciones de producción que se establecen en el proceso de producción y que son estas relaciones las que cambian de un tipo de sociedad a otro.

74. Para expresar en forma científica estos descubrimientos, Marx, en su estudio de la sociedad capitalista hablaba de la sociedad como un modo de producción. De esta manera, según cuáles seas las relaciones de producción de acuerdo a las que se organiza toda la sociedad, hablamos de: modo de producción esclavista, servil, capitalista, socialista, etc.

En resumen:

75. En toda sociedad entendida como modo de producción, señalamos dos niveles fundamentales: el nivel económico y el nivel jurídico-político-ideológico.

76. De estos dos niveles, el nivel económico es el que desempeña el papel fundamental dentro de la sociedad, es la base sobre la cual se eleva todo el edificio social.

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77. Por ello llamaremos infraestructura a este nivel económico. Al otro nivel, formado por elementos jurídico-políticos (Estado, derecho, etc.), e ideológicos (ideas y costumbres sociales), lo llamaremos superestructura.

78. Por otra parte, como hemos visto, la infraestructura determina a la superestructura. Esto quiere decir que el Estado, las leyes, las ideas que se difunden en una sociedad no son elementos neutrales, al servicio de todos, sino que están al servicio de la infraestructura económica, permitiendo que ésta se reproduzca sin cesar.

IX. Modo Producción y Formación Social

79. Hasta aquí, cuando hemos usado la palabra sociedad nos hemos referido siempre a una sociedad en la que existe un tipo único de relaciones de producción: esclavistas o serviles o capitalistas.

Pero ¿existen o han existido en la realidad sociedades tan puras? ¿Existen sociedades en las que reina un solo tipo de relaciones de producción?

80. Si pensamos en la Rusia de comienzos del siglo XX, nos damos cuenta de que junto a las relaciones de producción capitalista que se daban principalmente en los centros urbanos, las relaciones de producción que existían en el campo entre terratenientes y campesinos eran mucho más cercanas a la servidumbre que al capitalismo, eran relaciones semiserviles; allí el campesino era libre, no vendía su fuerza de trabajo por un salario, sino que debía trabajar la tierra del patrón con sus propios instrumentos para recibir a cambio de ello un pedazo de tierra donde vivir y de la cual poder alimentarse, él y su familia.

PODER POLÍTICOIDEOLÓGICO

PODER ECONÓMICO

SUPERESTRUCTURAO

NIVELJURÍDICO - POLÍTICO - IDEOLÓGICO

(ESTADO: LEYES, JUSTICIA, ETC) (IDEAS Y COSTUMBRES)

INFRAESTRUCTURAO

NIVEL ECONÓMICO(RELACIONES DE PRODUCCIÓN)

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81. Por otra parte, además de los capitalistas y los obreros, de los terratenientes y campesinos, existían muchas personas que se dedicaban a hacer objetos en sus propias casas, o a cultivar su propia tierra, ofreciendo luego sus productos en el mercado, éstos artesanos o pequeños campesinos trabajaban como pequeños productores independientes ligados al mercado. Vemos así que en esa época en Rusia existían varios tipos diferentes de relaciones de producción: capitalistas, semiserviles, pequeña producción independiente, etc.

82. Y esto que ocurría en Rusia hace sesenta años ocurre aún hoy con algunas diferencias en los países subdesarrollados, ya que la mayor parte de las relaciones semiserviles van desapareciendo gradualmente para transformarse en relaciones capitalistas; los campesinos ya trabajan, igual que los obreros de la industria, con instrumentos que son del patrón, y reciben la mayor parte del pago por su trabajo en salario, aunque quede mucha influencia ideológica de las relaciones anteriores.

83. En algunos países de América Latina todavía existen relaciones semiserviles en el campo, y, aún más, en algunos existen todavía grupos indígenas que viven en comunidades donde las relaciones de colaboración recíproca son las más importantes.

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¿Por qué entonces nosotros, al hablar de sociedad, nos hemos referido a sociedades en las que existe únicamente un tipo de relaciones producción?

84. Porque para comprender lo que es la sociedad y distinguir un tipo de sociedad de otro, hemos usado el método científico de explicar las cosas por medio de conceptos; es decir, hemos analizado qué es lo fundamental que determina la organización y el funcionamiento de la sociedad y que es lo fundamental que caracteriza a cada tipo distinto de sociedad. Concluimos que este elemento fundamental son las relaciones de producción, y cada sociedad se distingue de otra por tener un determinado tipo de relaciones de producción. Por eso, para poder hacer esta diferencia entre distintos tipos de sociedad, nos referimos a un tipo único de relaciones de producción en cada caso.

85. En esto consiste entender la sociedad como modo de producción.

Llamaremos MODO DE PRODUCCIÓN al concepto cientí-fico de sociedad que nos indica como ella se organiza en base a las relaciones de producción.

86. Con esta idea clara que tenemos de la sociedad, es decir, con los conceptos científicos que hemos logrado, podemos estudiar las sociedades concretas; es decir, las que se dan en la realidad: por ejemplo, España, Cuba, Chile, Angola; etc. En este caso, no se trata ya de comprender lo que es una sociedad o de saber que existen tipos distintos de sociedad, sino de estudiar una sociedad que existe y que tenemos que conocer para poder transformarla. Pero es para hacer esto, para conocer una sociedad real, que necesitamos los conceptos científicos de sociedad: ellos son los instrumentos que usamos para conocer y transformar la realidad social.

87. Pues bien, en toda sociedad que existe en la realidad, se dan al mismo tiempo varias relaciones de producción de distinto tipo, pero siempre un tipo de relación domina a los demás. Por eso, lo importante es señalar, por medio del estudio de esa sociedad en particular, cuál es la relación de producción dominante y de qué manera domina a las demás. Son estas relaciones dominantes las que permiten caracterizar a una sociedad determinada.

88. Por ejemplo, cuando hablamos de España, decimos que es un país capitalista. Igual cosa decimos de todas los países de América Latina (excepto Cuba). Esto no significa que en estos países sólo existan relaciones de producción capitalistas. Existen también, como hemos visto, otras relaciones de producción, pero ellas tienen un papel secundario y van desapareciendo a medida que se desarrollan las relaciones capitalistas de producción.

89. Estas relaciones de producción diferentes dan origen a grupos sociales diferentes. Estos grupos sociales que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en la producción de bienes materiales, los llamamos clases sociales.

90. Por lo tanto, en esta sociedad real la Infraestructura a nivel económico no es una infraestructura simple, formada por un solo tipo de relaciones de producción, sino una infraestructura compleja, en la que hay diferentes relaciones de producción. Esto determina que la superestructura o nivel jurídico-político e ideológico, sea también compleja. En ella, junto a elementos dominantes que están determinados por las relaciones de producción dominantes, existen elementos secundarios determinados por las otras relaciones de producción. El poder político, por ejemplo, no resulta siempre del dominio puro de una sola clase, sino que puede resultar del dominio conjunto de dos o más clases contra los sectores explotados.

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91. Cuando estudiamos, o hablamos de una sociedad real que se da en cualquier país en un momento determinado de su historia y en la que existen diferentes relaciones de producción, utilizamos el término de: formación social.

Llamaremos FORMACIÓN SOCIAL a toda la sociedad his-tóricamente determinada.

92. Resumiendo, hemos analizado cuál es la diferencia entre el concepto de sociedad o modo de producción y una sociedad históricamente determinada o formación social. Esto nos permite comprender que para estudiar una formación social, debemos dirigir nuestra atención en primer lugar a investigar de qué manera se producen en esa sociedad los bienes materiales, cuáles son las relaciones de producción que en ella se dan, cuál de estas relaciones es la dominante, qué efectos producen estas relaciones en el nivel político e ideológico, etc. Y para hacer este estudio debemos observar la realidad concreta, buscar datos concretos, estadísticos o de otro tipo, y estudiarlos usando los conceptos que hemos visto. No debemos nunca confundir estos conceptos con la realidad que estamos estudiando, es decir, aplicar en forma ciega o mecánica esquemas puros. No debemos, por ejemplo, confundir la Rusia de comienzos del siglo XX con el concepto puro del modo de producción capitalista; ya hemos visto que en Rusia existían otras relaciones de producción, además de las relaciones de producción capitalista.

93. Por lo demás, si estudiamos estas relaciones de producción observando en forma concreta la realidad de los países subdesarrollados descubriremos que ellas se encuentran deformadas y sometidas a las relaciones capitalistas de los países más adelantados, especialmente de Estados Unidos.

94. Para concluir debemos decir que el concepto de modo de producción nos indica que en toda formación social los elementos de la superestructura ayudan a mantener y reproducir las relaciones de producción, pero en cada caso esto tiene características particulares.

95. Por ello, la lucha los trabajadores contra la explotación económica ejercida por las clases dominantes requiere para tener éxito, que se dé al mismo tiempo una lucha por destruir también los aparatos por medio de los cuáles se ejerce el poder político e ideológico de las clases explotadoras. Requiere además un conocimiento profundo de cómo se ejerce está dominación, en ese país determinado.

96. Esta lucha de los trabajadores contra la explotación se facilita día a día, ya que junto a la tendencia a reproducir las relaciones de producción surgen, en el seno de la misma sociedad capitalista, las condiciones que llevan a su destrucción: se agudizan sus contradicciones internas y crecen y se fortalecen las clases sociales que harán desaparecer este sistema de explotación.

97. Ahora bien, los trabajadores deben tener claro que en esta lucha los explotadores no renunciarán nunca en forma voluntaria a sus privilegios, que trataran por todos los medios de conservarlos, aun recurriendo a las peores armas: el asesinato político, la guerra civil; la invasión imperialista, etcétera.

98. Y, por ello, los trabajadores deben prepararse para una lucha larga y para utilizar todas las formas de lucha que sean necesarias para destruir definitivamente toda explotación.

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Reflexiones sobre la lectura

¿Cuál es el debate que propone el autor?

¿Cuáles son los argumentos centrales en torno a cada lectura o apartado del texto?

¿Cuáles son las categorías centrales de cada argumento?

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Para profundizar nuestra reflexión te invitamos a ver los siguientes “Intereses de grandes sectores económicos están destruyendo al planeta” y “Historia de la intervención de los Estados Unidos en Bolivia 1981 – 1989” en la perspectiva de debatir y reflexionar las consecuencias para nuestra economía nacional y cuáles son las desafíos y alternativas desde nuestra las economías plurales del Estado Plurinacional?

(Esta actividad puede ser trabajada también con tus estudiantes como parte de tu concreción educativa)

A partir del video reflexiona las siguientes preguntas

¿Cuál ha sido la realidad económica de nuestro país luego de las dictaduras militares?

¿Cual es la relación de esta realidad con las políticas globales e intereses del capitalismo?

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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¿Cuáles son las alternativas posibles que emergen desde las economías plurales del Estado Plurinacional?

Desde nuestra experiencia histórica y visión de nuestras naciones indígenas ¿Cuál es el sentido y re-significación que se daría a la economía capitalista?

Foro debate colectivo

Las y los participantes deberán registrarse en la siguiente correo electrónico:

[email protected] para poder acceder a su usuario y contraseña y, así participar del foro debate e intercambiar criterios con otros participantes del diplomado. El foro debate se realiza por medio de un aula virtual

El foro debate se realiza a partir de las lecturas complementarias y preguntas de trabajo y problematización.

Ingresando en el aula virtual, las y los participantes encontraran referencia de grupo al cual pertenece según departamento y ESFM/UA de registro. También la referencia de fechas dentro las cuales puede participar del foro debate.

Para elaborar su respuesta, le sugerimos primero escribir sus argumentos e ideas en un documento Word para luego subir la misma al aula virtual

Sube tu respuesta en el foro del Aula virtual

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Para trabajar con los estudiantes de la Unidades Educativas21

A partir de la planificación curricular realizada en la sesión presencial programa una salida por el barrio, comunidad o zona para:

• En un cuaderno de campo, en el transcurso de la visita, los grupos tomen apuntes y anotaciones:

Grupo 1: - De las instituciones, empresas, comercios, emprendimientos productivos artesanales

o autogestionarios, especificando los lugares referenciales donde se ubican las actividades económicas y/o productivas de la zona o comunidad.

Grupo 2: - Entrevistar a los transeúntes si:

1. ¿Se acuerdan del tipo de política económica que había en la década de los años 50?2. ¿Qué políticas económicas existían en la época de las dictaduras? (1969 – 1982)3. ¿Qué tipo de realidad económica y social teníamos en la década de los 80 y 90,

luego del D.S. 21060?4. ¿Qué políticas económicas hoy está implementando el Gobierno?

• Para la primera actividad, se organizan grupos de trabajo para graficar en un mapa parlante todos los datos recabados en la salida para luego socializar y comenzar a reflexionar entre todos, el capitalismo y consumismo que vivimos como población.

Para motivar el debate proyectar el video “Historia de las cosas”

(La reflexión debe ayudar a dar sentido a la Educación Productiva y el Bachillerato Técnico Humanístico desde la propia experiencia y realidad del contexto)

• Para la información del segundo grupo se organiza un foro debate para discutir y reflexionar ¿Cuáles han sido las políticas económicas a lo largo de nuestra historia?, ¿sus consecuencias, limitaciones y realidades que generaron estas políticas económicas implementadas por los gobiernos de turno?

(de preferencia este proceso de concreción y trabajo con las y los estudiantes en marco del diplomado debe estar vinculado a las problemáticas y necesidades que aborda el PSP y el desarrollo curricular del área Técnica Tecnológica Productiva)

Producto de la unidad temática No. 2

Registro de su proceso de concreción realizado con sus estudiantes (adjuntando el plan de desarrollo curricular trabajado, fotografías, audios o videos, etc.).

21. Esta actividad debe ser considerada como parte de la Práctica en Contextos productivos y Educativos que la o el maestro realiza con sus estudiantes de la Unidad Educativa

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“Políticas y Enfoques de la Educación Productiva”

Ejes temáticos:

Unidad Temática No. 3

SENTIDO DE LA UNIDAD TEMÁTICA

REFLEXIONAR Y POSICIONAR LA FORMACIÓN DEL BACHILLERATO TÉCNICO – HUMANÍSTICO DENTRO LOS HORIZONTES DEL MESCP Y LAS POLÍTICAS Y ENFOQUES DE LA EDUCACIÓN PRODUCTIVA DEL

ESTADO PLURINACIONAL

El vivir bien como nuestro

horizonte

Enfoques de la Educación Productiva

Soberanía alimentaria

Bolivia Productiva

Soberanía productiva con diversificación

Soberanía científica y tecnológica

Capacidades que desarrolla la Educación Productiva

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Políticas y enfoques de la educación productiva

“La fundación de la República de Bolivia fue resultado de la lucha tenaz y de la sangre derramada por los mártires, libertadores y líderes indígenas que vivían

en el pasado en estas tierras y territorios, con grandes ideales y sueños de construir una patria soberana, libre, con justicia e igualdad. Sin embargo, desde

1825 hasta el 2005, no se eliminó la desigualdad social, política y económica que se estableció en Bolivia, excluyéndose a la mayoría indígena y originaria de su derecho al ejercicio político y a la ciudadanía estatal, habiéndose creado una

brecha muy grande entre pobres y ricos. Durante este tiempo, el Estado boliviano no tuvo presencia soberana en el ámbito de la amplia territorialidad del país,

caracterizándose por ser un Estado débil, controlado por intereses externos y élites internas lo que influyó para que las enormes riquezas del país fueran privatizadas, subordinando el aparato productivo a intereses privados internos y externos, para

crear un modelo de economía exportadora de materias primas y del excedente económico. Es así que el Estado republicano durante todo este tiempo ignoró los

ideales y sueños por los que pelearon los héroes y libertadores del país.

Después de 180 años, los descendientes de aquellos héroes y mártires indígenas marginados por el Estado republicano, logran tomar el poder político

del gobierno de Bolivia de forma democrática con el liderazgo de Evo Morales Ayma. De este modo, las naciones y pueblos indígena originario campesinos,

los trabajadores y el pueblo boliviano en su conjunto, ponen en marcha un proceso inédito en el país y en el mundo entero, iniciando una revolución en

democracia para construir un nuevo Estado y un nuevo poder, con una mirada anticapitalista, antiimperialista y descolonizadora.

A partir del año 2006, la Revolución Democrática Cultural se orienta a construir un Estado plurinacional y comunitario a través de un proceso de cambio que

viabiliza las expectativas y necesidades compartidas del pueblo boliviano, que incluye una profunda transformación de las estructuras coloniales y

republicanas económicas, sociales y políticas del país.

Plan de Desarrollo Económico y Social 2016 - 2020

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Partir de nuestra experiencia y realidad

Para iniciar la Temática 3, elabora una línea del tiempo de tu vida y experiencia escolar.

Preguntas para armar la línea del tiempo

• ¿En qué año naciste?, ¿Quiénes son (fueron) tú papá y tú mamá?, ¿Cuál es el nombre de tus abuelos/as?

• ¿Entre que años cursaste el nivel primario?• ¿Durante que años estudiaste la secundaria?• ¿Qué año saliste bachiller? • ¿Durante qué años estudiaste en la normal, para ser maestro/a? • ¿Durante qué año estudiaste tu formación superior de pregrado para tu licenciatura? • ¿Qué otros hitos importantes hay en tu vida personal?, ¿Por qué?

(Puedes detallar en la línea del tiempo elementos que expliquen tu proceso de vida)

Linea del tiempo personal

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Responde las siguientes preguntas

A partir de tu experiencia de vida:

¿Te acuerdas de las consecuencias cotidianas luego de la aplicación del Decreto Supremo No. 21060?

¿Qué pasaba con la moneda nacional luego de la inflación y devaluación de la moneda nacional?

¿Cómo se sentía el pueblo y enfrentaba cotidianamente las consecuencias económicas y sociales del DS. 21060?

¿En qué situación quedaron las empresas nacionales del Estado Boliviano?

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Para desarrollar y reflexionar

Para profundizar nuestra reflexión te invitamos a ver el siguiente documental “Historia de la intervención de los Estados Unidos en Bolivia 1989 – 2003” en la perspectiva de debatir y reflexionar las políticas sociales y económicas heredadas que como pueblo hemos vivido y enfrentado

¿Qué consecuencias tuvo para nuestra economía el proceso de capitalización?

¿Cuál es la realidad hoy de las empresas estratégicas del Estado Plurinacional a diferencia de la época neoliberal?

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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¿Cuáles han sido las luchas del pueblo boliviano frente a las políticas sociales y económicas de los gobiernos neoliberales?

¿Qué tipo de economías existen y perviven en nuestro país producto de nuestra experiencia comunitaria, cooperativista, etc.?

¿Cuáles son las bases del Modelo Económico Social Comunitario y Productivo?

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Para profundizar a partir de diálogo con los autores

Para iniciar la profundización revisa los siguientes artículos:

“BOLIVIA SE NOS MUERE”. EL DECRETO 21060 Y LA NUEVA POLÍTICA ECONÓMICA

El 29 de Agosto de 1985, Paz pronunció un célebre discurso que se recuerda por su descarnado y veraz diagnóstico de la situación nacional y por una de sus frases de mayor efecto: “Bolivia se nos muere” dijo el mandatario a tiempo de promulgar el decreto 21060 que delineó una nueva era político económica que cerraba el ciclo del estado que él mismo había contribuido a crear en 1952. En esencia el decreto buscó la estabilización monetaria y la derrota de la hiperinflación que, según el ministro de Planeamiento Gonzalo Sánchez de Lozada, no era la principal tarea sino la única a emprender.

La redacción del decreto fue un trabajo contra reloj que tuvo que encararse en menos de un mes. Participaron en su diseño Sánchez de Lozada, Fernando Romero, Juan Cariaga (que originalmente fue asesor del programa de gobierno de Banzer, lo que llevó a los adenistas a pretender una paternidad sobre el 21060) Eduardo Quintanilla y Francisco Muñoz. Participó como asesor, una vez aprobado el decreto el norteamericano Jeffrey Sachs que ganó prestigio internacional por este apoyo al proyecto estabilizador boliviano.

La medida provocó una huelga general de la COB que duró quince días (uno menos que el récord nacional que soportó Siles Zuazo). El Presidente tomó una drástica decisión, decretó el estado de sitio y confinó a más de 150 dirigentes en el norte del país, entre ellos al propio Juan Lechín. Esta medida fue histórica por dos razones, permitió la aplicación del decreto y marcó una nueva etapa de la COB, el fin del liderazgo indiscutido de Lechín y el comienzo de una crisis y debilidad del sindicalismo que no pudo adaptarse a los nuevos vientos políticos y económicos.

El 21060 se puede resumir en seis puntos: 1. Reducción del déficit fiscal con congelamiento de salarios, aumento del precio de la gasolina (YPFB cubrió así más del 50% de los ingresos del TGN) y reducción de gastos del estado. 2. Cambio real y flexible de la moneda (desapareció el peso y renació el boliviano, con la reducción de seis ceros del viejo peso), creación del “bolsín” controlado por el Banco Central. 3. Libre contratación, racionalización de la burocracia, en la práctica la llamada “relocalización” fue despido masivo de trabajadores. 4. Liberalización total del mercado, libertad de precios y libre oferta y demanda, arancel único de importaciones. 5. Fomento de las exportaciones o Reforma tributaria.

El mecanismo del bolsín fue una de las medidas más ingeniosas y acertada de la estabilización, permitió una combinación entre el libre juego de oferta y demanda de dólares en el mercado subastados en el banco Central y el control ejercido por éste a través de un respaldo permanente en divisas que fijaba diariamente el precio del dólar. Este sistema sustituyó las traumáticas devaluaciones periódicas y la insuficiencia de la flotación.

La reforma tributaria fue clave en este proceso pues redujo más de 400 impuestos a sólo siete básicos, entre ellos el IVA (impuesto al valor agregado), con lo que logró recuperar ingresos por impuestos que del 1% del PIB pasaron a así el 10% en un cuatrienio. La disciplina tributaria y la recuperación de los ingresos por este concepto al erario fueron un paso muy importante para generar en el ciudadano responsabilidad con su país a través del mecanismo de impuestos. Por primera vez en cuarenta años el ejecutivo presentó el presupuesto general de la nación a consideración y aprobación del congreso, respetando las prescripciones constitucionales en este aspecto.

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Estas medidas permitieron importantes acuerdos con el FMI: la reapertura de créditos al país, la firma de convenios de financiamiento y negociación de la deuda en el Club de París y el comienzo de un proceso muy importante: la recompra de la deuda externa a un promedio de entre 8 y 11 centavos por cada dólar que el país había recibido en calidad de préstamo. Pero lo más importante fue el triunfo contundente sobre la hiperinflación que fue desterrada en un tiempo tan corto que se puede considerar un record sudamericano.

Una de las ideas incorrectas sobre el 21060 es que marcó una lógica de desmantelamiento del estado. En realidad el Título V referido a las empresas, planteaba la descentralización de YPFB y COMIBOL, pero en ningún caso su debilitamiento o desmantelamiento. Disolvió en cambio la Corporación Boliviana de Fomento (CBF) y la Empresa Nacional del Transporte (ENTA).

En Febrero de 2006 en una conferencia de prensa, Paz E. predijo que este decreto y la nueva política que representaba, duraría veinte años dadas las características de la economía mundial. Tenía razón. La crisis política de 2003 dio lugar al cambio de políticas y la derogación de partes del 21060 se comenzó a hacer en 2006, aunque las líneas macroeconómicas no se tocaron.

Fuente: www.educa.com.bo/caminos-de-democracia

Del Decreto Dupremo No. 21060 al Decreto Supremo No. 861

Decreto Supremo 861

La norma, que reemplaza al 21060, ahora tiene el número 861 y señala textualmente lo siguiente: “Que en 1985 el país atravesaba una crisis económica que no pudo ser resuelta por el gobierno de Hernán Siles Zuazo, quien se encontraba sometido a un sabotaje productivo empresarial, cercado por la mayoría derechista en un Parlamento tenazmente opositor y presionado por las demandas salariales de algunos sindicatos, lo que derivó en una crisis política que fue aprovechada por los partidos tradicionales para recuperar el gobierno a través de Víctor Paz Estenssoro.

Que a semanas de posesionarse la nueva administración promulgó el Decreto Supremo Nº 21060, el 29 de agosto de 1985, en cuyo diseño y aprobación intervinieron asesores extranjeros, sentando de manera inconstitucional los cimientos del modelo neoliberal en el país.

Disponiendo la aplicación de políticas fiscales y monetarias restrictivas, el establecimiento del Bolsín como mecanismo de fijación del precio de cambio, la liberación del mercado financiero y la supresión de los controles de precios y de comercio exterior, así como la libre contratación laboral y la instauración del régimen de relocalización de los trabajadores del sector público y privado.

Que la inicial resistencia de los trabajadores sindicalizados, que declararon la huelga general indefinida contra el Decreto Supremo número 21060, fue derrotada por el estado de sitio dictado por Paz Estenssoro

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

113

el 19 de septiembre de 1985, bajo cuya aplicación cerca de dos mil dirigentes sindicales huelguistas fueron apresados y centenares de ellos, sometidos al régimen de confinamiento en lugares remotos.

Que la crisis de precios internacionales del estaño llevó a la relocalización de cerca de 27 mil trabajadores mineros de la COMIBOL, quienes en agosto de 1986 organizaron junto a la Central Obrera Boliviana (COB) la gigantesca Marcha por la Vida de Oruro hacia La Paz, la cual fue detenida en la localidad de Calamarca por un enorme despliegue de tanques, tanquetas, soldados y aviones de guerra, ordenado por el presidente Paz Estenssoro, como parte del segundo estado de sitio dictado por su administración.

La dirigencia sindical, para evitar la masacre, optó por el repliegue y posteriormente la política de relocalización vació los centros mineros agrandando la masa de desocupados.

Que en los años siguientes, sucesivos gobiernos antipopulares buscaron consolidar el marco normativo establecido en el Decreto Supremo 21060, a través de decretos y leyes con el objetivo de garantizar la entronización del modelo neoliberal en el país.

Que luego de dos décadas de lucha inclaudicable el pueblo boliviano finalmente logró derrotar políticamente al neoliberalismo, asumiendo en enero de 2006 la conducción del país el gobierno de la Revolución Democrática y Cultural encabezado por el presidente Evo Morales Ayma. Por primera vez en la historia los sectores desplazados y excluidos tomaron la conducción de los destinos de Bolivia.

Que la medida económica más importante asumida por el gobierno del presidente Evo Morales Ayma es la nacionalización de los hidrocarburos, a través del Decreto Supremo 28701 del 1 de mayo de 2006, destruyendo la columna vertebral del modelo neoliberal.

Que en los cinco años la administración del gobierno de la Revolución Democrática y Cultural se ha implantado una política económica diferente al neoliberal, estableciendo la prohibición de las exportaciones en función a la satisfacción prioritaria de la demanda interna y la prohibición de las importaciones de productos que atentan contra la industria nacional.

Así como la eliminación de la determinación de precios por la libre oferta y demanda, particularmente de productos de la canasta familiar boliviana, siendo el Estado quien interviene en su fijación a fin de evitar el agio y la especulación, y garantizar su abastecimiento.

Que a partir de enero de 2006 se han aprobado numerosas disposiciones legales por parte del Ejecutivo, el anterior Congreso Nacional y la Asamblea Legislativa Plurinacional, que han abrogado y derogado varias disposiciones fundamentales del modelo neoliberal.

Que, empero, aún están vigentes otras leyes que mantienen preceptos del modelo neoliberal y no pudieron ser abrogadas durante las últimas gestiones del anterior Congreso Nacional, debido al control de la Cámara de Senadores por parte de las fuerzas políticas tradicionales y conservadores que impidieron la eliminación total de estos residuos del neoliberalismo en el país.

Que en el diálogo permanente con la COB se ha planteado la necesidad de eliminar los resabios que aún quedan del Decreto Supremo 21060 y del modelo neoliberal, por lo que el Gobierno de la Revolución Democrática y Cultural, basado en el principio de mandar obedeciendo al pueblo, llevará adelante conjuntamente los sindicatos y los movimientos sociales urbanos y rurales, la mencionada tarea.

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

114

Por lo tanto, el Consejo de Ministros decreta:

ARTÍCULO 1. EL GOBIERNO DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA, EN OBSERVANCIA DE LOS PRINCIPIOS, VALORES Y FINES ESTABLECIDOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO, DETERMINA LA ELIMINACIÓN COMPLETA DE TODA DISPOSICIÓN O CONSIDERACIÓN LEGAL FUNDAMENTADA EN EL DECRETO SUPREMO 21060 DEL 29 DE AGOSTO DE 1985.

ARTÍCULO 2. SE DISPONE LA CONFORMACIÓN DE UNA COMISIÓN DE ALTO NIVEL ENTRE EL ÓRGANO EJECUTIVO Y LA COB, MÁS OTRAS ORGANIZACIONES REPRESENTATIVAS DE LA SOCIEDAD CIVIL, SEGÚN CORRESPONDA EL ÁREA TEMÁTICA A TRATARSE, CON EL OBJETIVO DE EFECTUAR LA REVISIÓN DE LEYES QUE AÚN RESPONDAN A LOS CONCEPTOS Y EL ESPÍRITU DEL DECRETO SUPREMO 21060.

ADEMÁS DE PROPONER LAS MODIFICACIONES, DEROGACIONES, ABROGACIONES Y REDACCIONES QUE SE REQUIERAN PARA ENMARCARLOS EN LOS PRECEPTOS CONSTITUCIONALES, ENTRE ELLAS LA LEY DE INVERSIONES, LEY DE EXPORTACIÓN, LEY FORESTAL, CÓDIGO DE MINERÍA, LEY DE BANCOS Y ENTIDADES FINANCIERAS, Y ASÍ COMO OTRAS LEYES QUE RESULTAREN DE DICHA REVISIÓN.

Los ministros de Estado, en sus respectivos despachos, quedan encargados de la ejecución y cumplimiento del presente decreto supremo.

Es dado en la localidad de Huanuni, del departamento de Oruro, al primer día del mes de mayo de 2011 por el presidente Evo Morales y ministros de Estado”.

Fuente: Periódico “El Cambio”

Para profundizar nuestras reflexiones te invitamos a leer el siguiente artículo del Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo:

¿Cómo se explica el Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo del Estado boliviano? 01 Marzo 2016

Ever Romero Ibáñez

Desde el Gobierno se habla del fin del modelo neoliberal y el nacimiento y consolidación del Nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo, que rige en Bolivia desde el año 2006. Una década después corresponde preguntarse: ¿Cuáles son en realidad las bases teóricas del modelo económico boliviano? ¿Es evidente que el modelo neoliberal quedó superado? Las interrogantes planteadas serán respondidas a la luz de las formas clásicas del pensamiento político.

Para Gonzalo Gosálvez, la economía comunitaria debe entenderse como la gestión no solo de la casa, sino de la comunidad; y lo comunitario: “como aquello que no puede ser convertido en capital”. El pensamiento liberal propugna la no intervención del Estado en la economía y considera que el mejor orden económico

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

115

se basa en la libertad individual, la libre competencia, la libre empresa y la organización económica privada independiente del Estado. A su vez, la socialdemocracia postula una economía mixta y la función redistributiva del Estado, asegurando el cumplimiento del principio de igualdad, mediante el desarrollo de un Estado de bienestar extenso con fuerte intervención en la vida social y económica y activas prestaciones sociales. Finalmente, el marxismo-socialismo propone limitar el derecho a la propiedad y, por el contrario, plantea la propiedad colectiva de los medios de producción; asimismo, se considera a la libre empresa como un sistema de explotación.

Para Luis Arce, Ministro de Economía, un modelo económico implica una: “forma de organizar la producción y la distribución, por lo tanto, una forma de organizar las relaciones sociales de producción”. Aclara que el modelo boliviano es de transición hacia el socialismo, consiguientemente al modo de producción socialista.

La CPE (art. 306) establece que el modelo económico boliviano es plural, y que la economía plural está constituida por las formas de organización económica comunitaria, estatal, privada y social cooperativa. La realidad boliviana responde a una formación económica compleja: existe más de un modo o más de una manera de producir los bienes que satisfacen necesidades.

Sin embargo, ¿qué caracterizó al modelo económico neoliberal presuntamente enterrado? Según el propio ministro Arce sus elementos son: el libre mercado, el modelo privatizador, el modelo primario exportador, la dependencia de la demanda externa, la economía centralizada en la iniciativa privada, la dependencia de la deuda externa para la inversión, la pobreza y desigualdad, la dependencia de organismos internacionales; mientras que en el modelo boliviano el Estado interviene en la economía, es planificador, empresario, inversionista, regulador, benefactor, promotor, banquero; el modelo es nacionalizador, industrializador, el Estado es redistribuidor del ingreso, generador de ahorro interno para la inversión, búsqueda de mayor desarrollo, oportunidades y movilidad social, crecimiento con redistribución del ingreso.

En suma, el modelo neoliberal pone el acento en el mercado, mientras que el modelo comunitario priorizaría el rol activo del Estado; entonces, ¿será evidente que el modelo neoliberal forma parte del pasado? No, porque el libre mercado como hecho incontrovertible domina la economía boliviana. A lo sumo podemos decir que el Gobierno dejó de lado el modelo privatizador o capitalizador aplicado en Bolivia a partir del 85. Las demás formas de producción se hallan subordinadas en volumen o importancia a la forma capitalista, incluso la forma comunitaria no nace y muere ahí, sino que su excedente por mínimo que sea se orienta al mercado. La intención de avanzar del actual modelo hacia el socialismo es mera pretensión debido a que no solo no tiene base constitucional sino que la realidad económica boliviana dista de recorrer ese camino. A lo sumo podemos decir que el modelo económico boliviano tiene dominantemente bases socialdemócratas, antes que comunitarias o socialistas. Ni hablar del dominio de la economía de mercado, por lo tanto del capitalismo.

Fuente: http://correodelsur.com

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Para profundizar nuestras reflexiones te invitamos a conocer las características del MESCP y del Plan Nacional de Desarrollo Económico Social 2016 – 2020.

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo

Por Luis Alberto Arce Catacora

Qué es un modelo económico

Un modelo económico implica una forma de organizar la producción y la distribución, por lo tanto, una forma de organizar las relaciones sociales de producción. En la historia de la humanidad han existido varios modelos económicos bajo distintos modos de producción que han establecido relaciones sociales también distintas; asimismo, estas relaciones alrededor de lo productivo determinan la forma en que las sociedades se organizan en los aspectos jurídico, religioso y cultural.

No es la pretensión del Modelo Económico Social Comunitario Productivo, ingresar directamente al cambio del modo de producción capitalista, sino, sentar las bases para la transición hacia el nuevo modo de producción so-cialista.

Ahora bien, un modelo económico es el que define cómo se generan y se distribuyen los excedentes económicos. Una sociedad es sostenible en el tiempo cuando la generación de excedentes se dirige a la satisfacción de necesidades actuales y futuras a través de la distribución de este excedente en la sociedad, cuando los excedentes no satisfacen la necesidad colectiva, entonces es preciso redistribuirlos en función de la necesidad social.

En el modelo neoliberal el excedente se generaba de la plusvalía del trabajador, cuya explotación consistía en la prolongación de horas de trabajo y la reducción de derechos. Ése excedente también se producía por la explotación de los recursos naturales en manos de las transnacionales y el sector privado quienes se apropiaban de este excedente para sus beneficios, haciendo mínimas transferencias al Estado para que éste, a su vez, encare las tareas sociales como educación y salud.

Por tanto, la generación de excedente y su distribución no era equitativa, no había buena distribución del ingreso y eso empezó a generar problemas sociales que, en última instancia, son problemas económicos, pues, cuando se resuelven estos problemas económicos se eliminan gradualmente los problemas sociales.

Lo que ocurre en Europa en este momento, por ejemplo, es una movilización social a causa de problemas económicos; ahí, supuestamente, había distribución equitativa del ingreso; sin embargo, ahora surgen problemas porque a la población se le está quitando derechos adquiridos: se sube la edad de jubilación, se reduce salario a los empleados públicos, se quita la capacidad al Estado para invertir; es decir, se modifica la distribución del ingreso con los consiguientes problemas sociales.

Un modelo de transición

Como ya se dijo, en las discusiones para diseño del nuevo modelo, se preguntaban qué viene después del modelo neoliberal, ¿se viene el socialismo, que es nuestra meta final, o vendrá una fase intermedia?

No es la pretensión del Modelo Económico

Social Comunitario Productivo ingresar

directamente al cambio del modo de producción capitalista, sino, sentar

las bases para la transición hacia el nuevo

modo de producción socialista

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Éste es un modelo de transición hacia el socialismo, en el cual gradualmente se irán resolviendo muchos problemas sociales y se consolidará la base económica para una adecuada distribución de los excedentes económicos.

En ningún momento se pensó en construir el socialismo de inmediato, el propio Carlos Marx —cuando habla de la Comuna de Paris— y Lenin, dan elementos que explican por qué no se puede realizar el tránsito mecánico del capitalismo al socialismo, hay un periodo intermedio, es el que se tiene en mente con el Modelo Económico Social Comunitario Productivo en Bolivia, es decir, empezar a construir una sociedad de tránsito entre el sistema capitalista generando condiciones para una sociedad socialista.

El diagnóstico

Para entender el nuevo modelo se debe partir del diagnóstico del sistema capitalista que desde el 2005 ya experimentaba un agudo desgaste expresado en cuatro crisis: energética, alimentaria, climática y financiera; a las que recientemente se añadió la crisis de políticas macroeconómicas.

La crisis energética se observa en el incremento y la volatilidad de precios del petróleo y gas natural, repercutiendo así en los costos de la energía eléctrica. Esta crisis golpeó con dureza a los países más grandes del mundo muestra de ello son los apagones en las grandes capitales como Nueva York y París; esto constituye una muestra del elevado consumo de energía de los países desarrollados, en contraste con la insuficiente capacidad de generación de energía en esos países. Frente a ello, está la gran potencialidad que tienen los países de Sudamérica, por ejemplo, de generar energía, aunque no tienen el mismo nivel de demanda.

Este panorama se observa en las fotografías nocturnas, tomadas por el satélite, del planeta tierra, donde se ve que el hemisferio Norte está sumamente iluminado, mientras que el hemisferio sur se encuentra prácticamente a oscuras, sólo las grandes ciudades, como Río de Janeiro, Buenos Aires, Caracas, se encuentran iluminadas, el resto de la región sudamericana y el continente africano están prácticamente en tinieblas.

Esta creciente demanda de energéticos en los países desarrollados junto al agotamiento de los yacimientos y reservas de gas y petróleo en el mundo, obligó a varios países industrializados a buscar fuentes alternativas de generación de energía, entre las que se incluyó la nuclear. Sin embargo, esta última está siendo revisada luego de los últimos acontecimientos en Japón.

La crisis alimentaria ya se advirtió en 2005, cuando en el plan de Gobierno del MAS se propuso la seguridad alimentaria. La producción de alimentos se tornaba insuficiente en el mundo por la demanda creciente de comestibles, especialmente en Asia, y la disminución de las tierras cultivables agropecuarias en el planeta. A ello se suma el cambio originado por la crisis energética donde algunos países destinaban gran parte de su territorio a la producción de biocombustibles, es decir, alimentos para las máquinas, en lugar de alimentos para las personas.

La tercera crisis del capitalismo es la crisis climática. Los organismos internacionales la han denominado: “cambio climático”, pero en realidad se trata de en una crisis climática generada por el recalentamiento de la tierra como efecto de la desordenada producción, consumo y la depredación de los recursos naturales por los países desarrollados y las transnacionales en detrimento de la ecología y del medio ambiente en el mundo.

Este es un modelo de transición hacia el socialismo, en el cual gradualmente se irán resolviendo muchos problemas sociales y se consolidará la base económica para una

adecuada distribución de los excedentes

económicos

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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De ahí surgen fenómenos climáticos como El Niño, La Niña, ciclones, sismos y terremotos que se han agudizado a nivel mundial en los últimos años. Es por ello que, por ejemplo, en Bolivia se registran temperaturas elevadas y bajas que nunca se habían registrado focos de calor que se convierten en incendios, sequías como las registradas en el Chaco, entre otros.

La cuarta crisis del sistema capitalista es la crisis financiera, la denominada burbuja financiera de Wall Street que deriva en una serie de quiebras bancarias, especialmente por el uso de instrumentos derivados muy imaginativos que se escaparon del control. En 2008 se rompe la burbuja que se venía inflando desde hace 15 años en Estados Unidos. Las políticas económicas desacertadas y una mala supervisión del sistema financiero de este país hicieron que esta situación se exacerbe aún más hasta llegar a un punto de crisis financiera que no da indicios de terminar porque ahora tiene sus repercusiones en Europa, produciendo cambios también a nivel mundial.

Se produjo entonces una crisis de desconfianza en la sociedad, sobre todo lo que se había construido en el sistema capitalista y sobre el papel del mercado.

Las movilizaciones sociales están en Europa, las crisis fiscales y de endeudamiento están en los países desarrollados, no en los países pequeños. Las políticas fiscales restrictivas que se derivan en el aumento de la edad de jubilación ahora se dan en Europa, no en América Latina, todo esto es reflejo de la crisis financiera.

Actualmente se vive en un modelo capitalista senil, viejo, que no está dando respuestas a las crisis que sufre el mundo. De ahí deriva la quinta crisis: la crisis de políticas macroeconómicas que se evidencia por la profunda crisis de respuestas, de políticas económicas capitalistas a los problemas del propio capitalismo.

En economía se conocen dos grandes corrientes de la política económica de la concepción ortodoxa capitalista: los monetaristas y los keynesianos. Ambas teorías carecen de respuestas a estas crisis del capitalismo. Hoy, el keynesianismo se puso a prueba; el presidente de EEUU, Barack Obama, se puso la

Se rompe la burbuja que se venía inflando desde hace 15 años

en Estados Unidos, las políticas económicas desacertadas de este país hicieron que esta situación se exacerbe

aún más hasta reventar la burbuja con la crisis

financiera que no acaba

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Los orígenes

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo se gesta en un escenario de auge del modelo neoliberal. Allá por el año 1999, cuando Bolivia vivía el momento cúspide del neoliberalismo con las inversiones de la capitalización, un grupo de “viejos socialistas”, ex militantes del PS-1, comenzó a pensar en el post neoliberalismo.

El grupo —que pasó a denominarse Duende— estaba conformado por docentes universitarios, entre ellos Luis Alberto Arce Catacora, también docente de la UMSA y del CIDES-UMSA.

Los diseñadores del nuevo modelo consideraban que Francis Fukuyama, con el libro El Fin de la Historia, estaba equivocado, pues el capitalismo no era la única y última instancia de la historia; había algo más adelante.

Por ese tiempo, Álvaro García Linera, ahora Vicepresidente del Estado, quien realizaba sus propias investigaciones, formó el grupo Comuna integrado, entre otros, por Raúl Prada, Luis Tapia y Oscar Vega.

En una reunión del grupo Duende con Álvaro García Linera coincidieron en varias posiciones y se dieron cuenta de que hablaban el mismo idioma; que perseguían el mismo objetivo pero planteando diferentes instrumentos y herramientas. Comuna observaba el proceso sociológico-político con mucha profundidad y Duende trabajaba sobre el tránsito hacia el socialismo desde el punto de vista de la construcción de un nuevo modelo económico.

Adicionalmente, y una vez iniciada la campaña electoral para las elecciones de 2005, Luis Arce Catacora trabajó en el Plan Económico de Gobierno junto a Carlos Villegas, entonces director del CIDES-UMSA, y otros profesionales.

Los trabajos de investigación de Arce y Villegas se constituyeron en el embrión de lo que después pasó a constituirse en el Nuevo Modelo Económico Social Comunitario Productivo, cuando se redactó el programa de Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), en 2005. En definitiva, se trata de un modelo económico para Bolivia, hecho por bolivianos.

Unidad de Comunicación Social

camiseta de John Maynard Keynes y empezó a aplicar sus recetas económicas, pero, lamentablemente para los norteamericanos la crisis aún continúa, el desempleo aún es elevado y la recesión es aguda en EEUU.

Las políticas monetaristas también se pusieron en práctica y fracasaron porque éstas políticas en el pasado fueron el punto fundamental del neoliberalismo en varios países de América Latina que, poco a poco, han sido erradicados.

Sin embargo, estas crisis del capitalismo son oportunidades para los bolivianos, puesto que el país cuenta con los recursos naturales para convertirse en un gran productor de energía y alimentos, las dos grandes debilidades del sistema capitalista. Esa debería ser la estrategia del país para enfrentar este problema, sin descuidar a los otros sectores de la economía.

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Cómo funciona el modelo

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo identifica dos pilares: el sector estratégico que genera excedentes y el sector generador de ingresos y empleo.

El modelo identifica cuatro sectores estratégicos que tiene Bolivia para generar excedentes económicos para los bolivianos: hidrocarburos, minería, electricidad y recursos ambientales.

Son los viejos y tradicionales sectores de los que ha vivido el modelo primario exportador. No puede cambiarse el país de la noche a la mañana, tiene que haber una estrategia que está plasmada en este modelo para salir de ese circuito negativo.

Entre los sectores generadores de ingreso y empleo están la industria manufacturera, turismo, vivienda, desarrollo agropecuario y otros que aún no han sido dinamizados.

De acuerdo con el nuevo modelo, para desarrollar una Bolivia productiva, generar

esa transformación productiva, modificar el modelo primario exportador, se requiere llevar los excedentes de los sectores de minería, hidrocarburos, energía eléctrica, hacia los sectores donde se requiere poner la piedra fundamental, la semilla de un país productivo, es decir, en el sector manufacturero, industria, turismo y desarrollo agropecuario.

El Estado es el redistribuidor, el que debe tener la capacidad de transferir los recursos de los sectores excedentarios a los generadores de empleo e ingreso. En otras palabras, lo que se busca es liberar a Bolivia de la dependencia de la exportación de materias primas para abandonar el modelo primario exportador y construir una Bolivia industrializada y productiva.

Si bien por un tiempo Bolivia seguirá siendo un país primario exportador, esta vez se debe tener claridad sobre el objetivo y el camino a tomar. Este es un modelo económico que se basa en el éxito de la administración estatal de los recursos naturales. Este modelo está diseñado para la economía boliviana, depende de la forma en que se administren los recursos naturales.

Sectoresgeneradoresde ingresosy empleo

Sectoresestratégicos: generadores

de excedentes

- Industria Manufacturera y artesanía

- Turismo- Desarrollo agro-

pecuario- Vivienda- Comercio,

servicios de transporte, otros servicios

- Hidrocarburos- Minería

- Electricidad- Recursos

ambientales

ESTADO REDISTRIBUIDOR

- Bono Juancito pinto- Renta Dignidad

- Bono Juana Azurduy

REDISTRIBUCIÓN DE INGRESOS:PROGRAMAS SOCIALES

LUCHA CONTRA LA POBREZA

Excedentes

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El modelo neoliberal vs el nuevo MESCP

En el escenario de la crisis estructural del capitalismo y bajo las cinco crisis que aparecen conjuntamente, que se yuxtaponen, se entrelazan y que complican al capitalismo, se construye el nuevo modelo boliviano.

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo, parte de un diagnóstico de los errores del modelo neoliberal para contraponer una nueva política, es decir la antítesis del modelo neoliberal como respuesta de política económica.

1. El primer elemento es la crítica al libre mercado, a la hipótesis del mer-cado eficiente, frente al cual el nuevo modelo define al Estado como el actor fundamental de la economía y el que corrige las fallas del mercado.

El neoliberalismo considera que el mercado es el mejor y más eficiente administrador de los recursos en la economía, sin embargo, esta premisa no fue suficiente ni logró un efectivo impulso de la economía. Se privatizaron las empresas estatales, se disminuyó la participación del Estado en la economía pero no se efectuó una adecuada asignación de recursos en Bolivia, generando grandes diferencias entre ricos y pobres. En este sentido, el mercado muestra serias debilidades como actor protagónico de la economía.

2. El segundo elemento del modelo consiste en atribuir al Estado un papel sumamente activo; “el Estado tiene que ser todo”, planificador, empresario, inversionista, banquero, regulador, productor del desarrollo. Pero además, el Estado tiene la obligación de generar el crecimiento, el desarrollo en todas las instancias del país.

3. El tercer elemento es que el Estado retoma, con la nacionalización, el control de los recursos naturales de los sectores estratégicos como los hidrocarburos, minería, electricidad y telecomunicaciones, para beneficiar a los bolivianos, en lugar de las empresas transnacionales.

Es la antítesis de ese Estado privatizador planteado por el modelo neoliberal, el cual transfería excedentes al exterior debido a que había que retribuir la inversión extranjera directa que llegó a Bolivia, un Estado que cedió y entregó los recursos a las transnacionales. Ésa era la esencia del modelo neoliberal.

4. El cuarto diferenciador es el cambio del patrón primario exportador vigente en el país por un proceso industrializador y generador de desarrollo productivo.

Desde la Colonia hasta la instauración del modelo neoliberal, en Bolivia se estableció un patrón de desarrollo primario exportador, es decir un modelo basado en la explotación y exportación de las materias primas. En el Modelo Económico Social Comunitario Productivo el énfasis está en la producción y en la generación de productos con valor añadido.

La necesidad de transformación de la materia prima oblige a cambiar la mentalidad de los bolivianos hacia una mentalidad enfocada en la producción. En estos últimos años se ha constatado la existencia de una gran capacidad productora.

Hay que cambiar la matriz productiva de ese Viejo modelo primario exportador por otro que priorice la producción y, consiguientemente, incremente el valor de los productos. La base material de producción es la esencia para que un país pueda salir de la pobreza.

5. El quinto elemento de diferencia con el modelo neoliberal es que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo busca la generación del excedente y su redistribución en los sectores

En Bolivia se instauró un patrón de desarrollo

primario exportador, es decir un modelo

basado en la explotación y exportación de

las materias primas para beneficio de

unos cuantos. En el Modelo Económico Social Comunitario

Productivo, el énfasis está en la producción y la redistribución del

ingreso

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antes excluidos. Así, el Estado asume también el papel de Estado redistribuidor del excedente.

El modelo neoliberal era un modelo concentrador del ingreso en pocas manos, y por lo tanto, excluía a ciertos sectores sociales.

Con el nuevo modelo, lo que se busca es el reingreso de los agentes económicos excluidos, ¿cómo hacer eso?, no concentrando el ingreso, sino redistribuyéndolo entre los agentes económicos bolivianos y, especialmente, entre aquellos sectores excluidos, marginados de la sociedad boliviana.

6. La sexta diferencia entre el modelo neoliberal y el nuevo modelo consiste en que el Estado es el promotor de la economía, es el actor más importante, simbólicamente, lleva la camiseta número 10 de un equipo de fútbol.

El modelo neoliberal partía de una economía centralizada en la iniciativa privada, mientras que el Estado funcionaba como un simple apéndice. Un ex Presidente de Bolivia manejaba la consigna “exportar o morir” y tal afirmación no era casualidad porque dentro del sector privado, el sector que iba a generar el desarrollo de la economía del país era el sector privado exportador. Sin embargo, este sector no se diversificó, no generó valor agregado, no generó riqueza al país y, por tanto, el modelo neoliberal en Bolivia hizo aguas mucho antes que en otros países, donde había una mejor capacidad exportadora y un mejor sector privado exportador.

7. La séptima diferencia es que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo impulsa la demanda interna, a la par de la demanda externa, para lograr el crecimiento económico.

Lo que pretendía el modelo neoliberal era crecer en función de la demanda externa; las exportaciones iban a ser el motor de la economía. En el nuevo modelo no es el sector externo el único impulsor de la economía, si bien las exportaciones son importantes en un momento en que las economías de los países interactúan, tampoco se deben descuidar los motores más importantes que posee una economía como es la demanda interna.

Con la vigencia del nuevo modelo, el Estado ha trabajado para fortalecer la demanda interna, medida que permitió a Bolivia enfrentar la crisis financiera y lograr el mayor crecimiento de la región (2009) cuando el resto sufría la crisis.

La demanda externa cae a nivel mundial en 2009 producto de la cri-sis financiera, por tanto, caen los modelos neoliberales como el de Co-lombia, el de Chile, basados prioritariamente en el sector exportador. Si Bolivia hubiera apostado única y exclusivamente al crecimiento en función a la demanda externa, también hubiera sufrido fuerte recesión en 2009. Pero no fue así por la presencia de la demanda interna, por tanto, la economía boliviana, es ahora como un avión que vuela con dos motores, la demanda interna y la externa desde el año 2006.

8. La octava diferencia radica en que con el nuevo modelo económico se superó la dependencia del ahorro externo y se desarrolló la capacidad de generar ahorro interno para la inversión, reducir el endeudamiento externo y lograr superávit fiscal.

En el modelo neoliberal, Bolivia dependía del ahorro externo para la inversión pública y también para garantizar la sostenibilidad del sector público, es decir, el financiamiento del déficit fiscal.

Con la aplicación del Nuevo modelo, se ha demostrado que Bolivia si tiene la capacidad de generar ahorro interno y no sólo para tener un sector fiscal fuerte, sólido, sino también para incrementar la inversión pública con recursos del Estado.

Hay que cambiar la matriz productiva de ese

viejo modelo primario exportador por otro que priorice la producción e incremente el valor de

los productos

Con el nuevo modelo económico se superó la dependencia del ahorro externo y se desarrolló la capacidad de generar ahorro interno para la

inversión, reducir el endeudamiento externo y lograr superávit fiscal

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9. La novena diferencia es la inclusión social, la generación de oportunidades para la sociedad y un mayor desarrollo y redistribución con generación de empleo.

En el modelo neoliberal primó el estancamiento, la pobreza y la desigualdad; la desaparición de las oportunidades de los agentes sociales en la economía boliviana, era una constante.

10. La décima diferencia es que el nuevo modelo económico considera la estabilidad macroeconómica como el punto de partida —no la meta— para generar el desarrollo económico.

La estabilidad macroeconómica en el modelo neoliberal era un fin en sí mismo, era la meta, el techo al que tenían que dirigirse todas las políticas económicas. La lucha contra la inflación era prácticamente el único objetivo que perseguía la política económica neoliberal porque del resto se encargaba el sector privado.

En el nuevo modelo, la estabilidad macroeconómica es un patrimonio social y es la base sobre la que se erigirá el desarrollo económico con redistribución del ingreso e industrialización de los recursos naturales.

El Modelo Neoliberal El Nuevo Modelo

Libre mercado. El mercado es el mecanismo mediante el cual se asignan recursos y se corrigen desequilibrios. Hipótesis del mercado eficiente

El Estado interviene para corregir las fallas del mercado (inexistencia de redistribución de riquezas y monopolio transnacional de empresas estratégicas)

Estado gendarme. Estado observador. El mercado es el mecanismo autorregulador del proceso económico

Participación activa del Estado en la economía. El Estado debe intervenir en la economía a través de sus siete facetas: Planificador, empresario, inversionista, regulador, benefactor, promotor, banquero

Estado Privatizador, que transfiere excedentes al exterior y no precautela los recursos naturales de los bolivianos

Nacionalización y control de los RRNN estratégicos para beneficiar a los bolivianos

Patrón de Desarrollo Primario Exportador Patrón de desarrollo industrializador con desarrollo productivo

Concentración de ingresos y generación de sectores excluidos de la sociedad

Estado redistribuidor del ingreso y economía plural e inclusión social

Economía centralizada en la iniciativa privada Estado promotor de la economía plural

Crecimiento en función de la demanda externa exclusivamente

Crecimiento en función de la demanda externa y demanda interna

Dependencia del ahorro externo para la inversión, mayor endeudamiento y déficit fiscal

Generación de recursos internos para la inversión, menor endeudamiento y superávit fiscal

Estancamiento, pobreza, desigualdad de riqueza y oportunidades

Mayor desarrollo, redistribución y generación de empleo

Estabilidad macroeconómica como un fin en sí mismo

Preservar la estabilidad macroeconómica como patrimonio social e impulsar el desarrollo económico

Dependencia de las fórmulas económicas del Consenso de Washington (FMI y BM)

Recuperación de la soberanía e independencia en la formulación de la política económica (fiscal, monetaria y cambiaria). Se logran superávit fiscales y bolivianización desde 2006.

Política fiscal, monetaria inexistentes (continuos déficits fiscales y alta dolarización)

Recuperación de la soberanía e independencia en la formulación de la política económica (fiscal, monetaria y cambiaria) gracias al superávit fiscal, la bolivianización y el dinamismo de la demanda interna, respectivamente.

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El porqué del nombre

El Modelo Económico Social Comunitario Productivo es Social porque hace énfasis en resolver los problemas sociales, antes que los problemas individuales.

Comunitario, no sólo porque el objetivo fundamental es el bien común, el bienestar de todos, sino porque también recoge tradiciones y valores de los pueblos originarios, campesinos, que se estaban excluyendo en el modelo neoliberal con la exaltación del individualismo. Era necesario modificar e incorporar, en el nuevo modelo, valores fundamentales como el de la solidaridad. El Estado tiene que ser un Estado solidario, las políticas tienen que tener componentes solidarios.

Productivo porque no se puede pensar en resolver la pobreza que vivía Bolivia extendiendo la mano; la única manera digna, responsable, sustentable, de salir de la pobreza es produciendo, y ahí está la llave para que Bolivia pueda transformarse: la producción. Por eso se creó el Banco de Desarrollo Productivo (BDP) para canalizar los créditos productivos que tienden poco a poco a transformar la matriz productiva.

Quiénes son los actores en este modelo

Aquí viene el concepto plasmado en la Constitución Política del Estado (CPE): la Economía Plural, la cual establece cuatro actores fundamentales: el Estado, el sector privado, las cooperativas y las comunidades.

El Estado es el actor fundamental, promotor, organizador, redistribuidor del ingreso, el jugador más importante de este equipo. Luego está la clásica empresa privada que genera empleo y tiene cierta independencia en relación al Estado para formular su producción y su distribución. Como parte de la economía plural está también la economía social

cooperativista, porque el cooperativismo en Bolivia está profundamente arraigado no solamente en las minas, sino también en el sector rural y en el sector financiero.

Lo más importante de la economía plural es el reconocimiento de actores envueltos en la economía comunitaria, es decir, esa forma de producción que todavía persiste en áreas rurales, que mantienen los pueblos originarios y que anteriormente no era reconocida.

En la CPE, el Estado debe fomentar la economía comunitaria con apoyo tecnológico, financiero y además se debe integrar a los tres actores ya mencionados.

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Plan de Desarrollo Económico y Social 2016 – 2020.

Pilar 1: Erradicar la pobreza extrema

Este pilar tiene el objetivo de erradicar la extrema pobreza en sus dimensiones material, social y espiritual. La pobreza material se manifiesta en la ausencia de acceso a servicios básicos y condiciones dignas de vida; la pobreza social se visibiliza en la predominancia del individualismo sobre los valores comunitarios; y la pobreza espiritual se expresa en la presencia de prácticas de consumismo, discriminación y racismo. En relación a las Metas planteadas en este pilar se articulan el resto de los pilares de la Agenda Patriótica 2025.

Hacia el 2020 el mayor desafío en este pilar es el de avanzar en la reducción significativa de la pobreza en las jurisdicciones territoriales donde todavía existen diferentes tipos de carencias de servicios, así como en las áreas periurbanas de las ciudades. Por otra parte, se orienta a afianzar procesos pedagógicos para fortalecer a bolivianas y bolivianos revolucionarios con un espíritu integral de compromiso con el Vivir Bien.

Pilar 1: Erradicar la pobreza extrema

Este pilar tiene el objetivo de erradicar la extrema pobreza en sus dimensiones material, social y espiritual. La pobreza material se manifiesta en la ausencia de acceso a servicios básicos y condiciones dignas de vida; la pobreza social se visibiliza en la predominancia del individualismo sobre los valores comunitarios; y la pobreza espiritual se expresa en la presencia de prácticas de consumismo, discriminación y racismo. En relación a las Metas planteadas en este pilar se articulan el resto de los pilares de la Agenda Patriótica 2025.

Hacia el 2020 el mayor desafío en este pilar es el de avanzar en la reducción significativa de la pobreza en las jurisdicciones territoriales donde todavía existen diferentes tipos de carencias de servicios, así como en las áreas periurbanas de las ciudades. Por otra parte, se orienta a afianzar procesos pedagógicos para fortalecer a bolivianas y bolivianos revolucionarios con un espíritu integral de compromiso con el Vivir Bien.

Pilar 2: Universalización de los servicios básicos

Hasta el año 2020, el Estado Plurinacional de Bolivia avanzará de forma significativa en el logro del pleno acceso del pueblo boliviano a los servicios básicos con calidad y sostenibilidad, creando las condiciones para que se pueda cumplir con la meta de la Agenda Patriótica que define que hacia el año 2025 todas las bolivianas y bolivianos tendrán acceso universal a los servicios básicos, entendidos como derechos humanos fundamentales de las personas.

Los Resultados previstos en este pilar están relacionados con la provisión de los servicios básicos de agua y saneamiento, telefonía móvil, internet, energía eléctrica, transporte en sus diferentes modalidades, viviendas dignas y gas domiciliario como se presenta a continuación.

Pilar 3: Salud, Educación y Deporte

Este pilar aborda dimensiones fundamentales para la vida como la salud, la educación y el deporte, siendo parte esencial para la formación de un ser humano integral. El rol del Estado Plurinacional es el de proveer una salud integral y universal, una educación descolonizadora, despatriarcalizadora, liberadora, intra e intercultural, comunitaria, crítica y transformadora, así como un acceso universal a la diversidad de prácticas deportivas para formar hombres y mujeres saludables.

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Hacia el año 2020 se espera consolidar como las grandes Metas de este pilar, avances significativos en el acceso universal a la salud permitiéndose a todas las bolivianas y bolivianos un acceso a un servicio de salud con calidad. Asimismo, en este período se fortalecerá la implementación del modelo educativo sociocomunitario productivo, promoviéndose su aplicación a todo el sistema educativo con todo su potencial. Con relación al deporte se desarrollarán múltiples acciones que permitan la universalización de la práctica deportiva en el Estado Plurinacional. Con este conjunto de actividades se espera sentar las bases de un Estado Plurinacional con hombres y mujeres integrales y saludables, que asumen el reto y tienen las capacidades y condiciones para consolidar el proceso de cambio.

Pilar 4: Soberanía científica y tecnológica

Este pilar está orientado a que Bolivia tenga la capacidad de desarrollar conocimiento y tecnología en las áreas estratégicas, productivas y de servicios, complementando los saberes y conocimientos tradicionales con la ciencia moderna en un dialogo intercientífico. El desarrollo de conocimiento y tecnología propios es fundamental para el cumplimiento de diferentes Resultados del Plan, debido a que influyen en la provisión de servicios básicos, el impulso a los procesos de comunicación, educación, emprendimientos productivos, iniciativas energéticas y la transformación de materias primas para la producción de alimentos. En definitiva, superar la dependencia científica y tecnológica es un aspecto central para impulsar la economía plural, cambiar la matriz energética y el patrón primario exportador.

Las prioridades en ciencia y tecnología al 2020 tienen que ver con su articulación al desarrollo efectivo de los complejos productivos y de las empresas públicas en los sectores estratégicos, al incentivo a la economía creativa y a la construcción de una sociedad del conocimiento. El objetivo es sentar cimientos sólidos para poner la ciencia y tecnología al servicio de la producción y desarrollo económico con soberanía, articulando los conocimientos de las ciencias modernas con los saberes ancestrales y milenarios.

Pilar 5: Soberanía comunitaria y financiera

El Plan busca consolidar el Modelo Económico Social Comunitario Productivo del país, afrontando nuevos desafíos. Es una necesidad dinamizar recursos financieros privados nacionales y extranjeros a la dinámica de implementación del Plan, así como mantener la visión social del modelo económico y de fortalecimiento de la economía comunitaria.

Son varios los desafíos en el marco de este pilar hacia el 2020. Los proyectos promovidos por el Plan son ambiciosos y requieren de un importante financiamiento de inversión pública pero también de inversión privada en su condición de socios. El Plan hacia el 2020 requiere la incorporación de recursos financieros públicos y privados en dimensiones aún mayores a las que ya se han realizado hasta el presente. Se debe captar financiamiento externo no condicionado para la implementación de los programas y proyectos del Plan; así como importantes cantidades de inversión privada nacional y extranjera. Es un imperativo del modelo continuar fortaleciendo su naturaleza social y redistributiva de los ingresos públicos que a su vez requiere del fortalecimiento de los sectores generadores de excedentes y generadores de ingresos y empleo, así como de la economía comunitaria y privada con énfasis en los pequeños productores. En este período será necesario hacer uso inteligente de las reservas internacionales para garantizar que éstas se mantengan en niveles adecuados pero también se movilicen para respaldar el crecimiento de los sectores productivos. También es un imperativo fortalecer los servicios financieros para la asignación de recursos a los actores comunitarios y privados con una dimensión social.

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Pilar 6: Soberanía productiva con diversificación1

Bolivia está en un proceso histórico respecto a la consolidación de una economía plural y diversificada que recupere, fortalezca y promueva todo su potencial, así como las iniciativas y capacidades de sus territorios y poblaciones que los habitan, respetando plenamente los derechos de la Madre Tierra.

Si bien estas han sido las prioridades diseñadas el año 2006, todavía no se ha cimentado en el país un modelo productivo con énfasis en la industrialización y en el fortalecimiento de los pequeños productores y sector comunitario. Hacia el 2020 se requieren acciones más vigorosas y contundentes para sentar las bases del nuevo Modelo Económico Social Comunitario Productivo que sostenga la economía del país y de su población en los futuros años sin inestabilidad y con holgura. Para ello, es necesario reimpulsar la visión de la soberanía productiva con diversificación, que incluye: i) el fortalecimiento de la diversificación productiva en el marco de la economía plural con una clara orientación de incorporación de mayor valor agregado; ii) el impulso a economías del conocimiento, creativas y sustentables más allá del aprovechamiento y transformación de los recursos naturales; y iii) la incorporación de los productos hechos en Bolivia en el mercado interno sustituyendo las importaciones y en el mercado internacional con productos nacionales de alta calidad.

Si bien los hidrocarburos y la minería continuarán siendo actividades fundamentales de la economía en los próximos años, se espera al 2020 haber cambiado la configuración de la estructura económica, cimentando una nueva matriz productiva con actividades económicas diversificadas basadas en la producción y transformación de hidrocarburos, energía, agropecuaria, minería y en el desarrollo del turismo, con fuerte énfasis en el desarrollo de los pequeños productores, sector comunitario y social cooperativo, según corresponda.

Pilar 7: Soberanía sobre nuestros recursos naturales

Los sectores estratégicos de hidrocarburos y minería constituyen los pilares fundamentales de la economía del Estado Plurinacional de Bolivia como resultado del proceso de nacionalización y el rol del Estado en la administración de estos recursos estratégicos de propiedad del pueblo boliviano.

Para el 2020, el Estado boliviano habrá avanzado en la consolidación de la seguridad y soberanía energética del país y fortalecido su rol como centro articulador de la integración energética regional, y se consolidará la industrialización de hidrocarburos. Por otra parte, los sectores de hidrocarburos y minería continuarán siendo pivotes importantes del desarrollo económico del país.

Pilar 8: Soberanía alimentaria

Los alimentos son un elemento esencial de la vida, así como una parte central de las culturas, su identidad y espiritualidad que permite consolidar la comunidad como una entidad de diálogo con la Madre Tierra que garantiza la provisión de alimentos y la seguridad alimentaria para los pueblos. Este Pilar busca alcanzar la seguridad alimentaria con soberanía, a través de acciones que consideran las diferentes dimensiones de la alimentación, incluyendo el fortalecimiento de los factores de carácter sociocultural así como también la superación de las limitaciones socioeconómicas en el consumo de alimentos, incluyendo el poder adquisitivo, la accesibilidad y calidad de los alimentos, y el desarrollo de un sistema productivo fuerte, en el marco del cumplimiento del derecho a la alimentación.

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Pilar 9: Soberanía ambiental con desarrollo integral

Este pilar impulsa la puesta en marcha del modelo civilizatorio del Vivir Bien, dinamizando el desarrollo integral en el país respetando las capacidades de regeneración de los componentes de la Madre Tierra, en el marco de los postulados de la Ley N° 300, Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien. Esta Ley establece la necesidad de construir procesos de complementariedad entre:

i. el respeto de los derechos de la Madre Tierra, ii. los derechos de los pueblos a su desarrollo integral a través del ejercicio de sus derechos

fundamentales, iii. los derechos de la población a vivir sin pobreza material, social y espiritual, iv. los derechos de los pueblos indígena originario y campesinos.

La complementariedad entre estos derechos es la base de los sistemas de vida de la Madre Tierra, promoviéndose la satisfacción de las necesidades de los seres humanos con la regeneración de la vida en la Madre Tierra y fortaleciendo las relaciones metabólicas y complementarias entre las bolivianas y los bolivianos con la naturaleza.

Para el 2020, Bolivia habrá desarrollado e implementado una nueva visión ambiental en el marco de la gestión de los sistemas de vida de la Madre Tierra, como un enfoque e instrumento para la toma de decisiones sobre las acciones que deben promoverse para lograr desarrollo integral en armonía con la Madre Tierra. En este marco, se impulsa el desarrollo integral del país, incluyendo el desarrollo productivo e industrialización, compatible con el cuidado de la Madre Tierra y con la redistribución de riqueza.

En términos operativos significa avanzar en las diferentes jurisdicciones territoriales del país (macroregiones, departamentos, regiones, municipios y comunidades) en el mejor balance posible entre el fortalecimiento de sistemas productivos sustentables para el desarrollo integral de las bolivianas y bolivianos de forma complementaria con los desafíos de la erradicación de la extrema pobreza y con la protección de las funciones ambientales de los componentes de la Madre Tierra.

Pilar 10: Integración complementaria de los pueblos con soberanía

En el ámbito internacional, Bolivia plantea una política exterior “con voz propia” para proponer iniciativas de interés mundial que defienden y luchan por una cultura de la vida y la paz para Vivir Bien, cuestionando los postulados del sistema mundial capitalista. Bolivia basa su accionar institucional en el marco de la Diplomacia de los Pueblos por la Vida, que constituye una visión de relacionamiento internacional soberana, propositiva y con participación social.

Hacia el 2020, el país continuará asumiendo su rol protagónico en el fortalecimiento de los nuevos procesos de integración y unidad latinoamericana, y en la promoción del modelo civilizatorio del Vivir Bien y del orden mundial multipolar y policéntrico.

Pilar 11: Soberanía y transparencia en la gestión pública

Para consolidar el cambio en nuestro país es imprescindible un Estado fuerte con una gestión pública al servicio de la población, caracterizada por la interculturalidad, transparencia, eficacia, eficiencia y que promueva la participación y el control social.

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Hacia el 2020, se tiene previsto que los Órganos Judicial y Ejecutivo, así como la Policía Boliviana y las Fuerzas Armadas presten servicios públicos efectivamente orientados al Vivir Bien de la población, considerando una justicia transparente, ágil y con un entorno interno y externo seguro. Esto permitirá recuperar la confianza y credibilidad de la población en la justicia como en la policía. Para lograr este propósito se realizará la reestructuración del Órgano Judicial y la reforma de la Policía Boliviana.

Pilar 12: Disfrute y felicidad

El Plan encara el permanente desafío que es el de construir la nueva identidad plurinacional basada en el Vivir Bien y la defensa de la cultura de la vida, promoviendo el respeto mutuo y la valoración de los derechos de la Madre Tierra y del pueblo boliviano a vivir en una sociedad justa sin pobreza, en el marco de la interculturalidad así como en el respeto de las diferentes formas de expresión sociocultural del Estado Plurinacional, incluyendo la promoción de las diferentes expresiones culturales.

Hacia el 2020, se espera conseguir que el Estado Plurinacional haya logrado consolidar su visión del Vivir Bien en el marco de la complementariedad de derechos de los pueblos y de la Madre Tierra, con pleno respeto de las identidades propias del conjunto de la población boliviana y su fortalecimiento, así como de la protección del patrimonio cultural tangible e intangible del pueblo boliviano.

Pilar 13: Reencuentro soberano con nuestra alegría, felicidad, prosperidad y nuestro mar

Ha transcurrido más de un siglo desde que Chile invadió el Litoral boliviano y provocó la guerra entre tres pueblos hermanos, confinando a Bolivia a un forzado enclaustramiento geográfico. Bolivia perdió su mar por el uso de la fuerza, el militarismo, la agresión y la invasión promovidos por intereses imperiales, por la codicia de controlar y gozar de recursos naturales y riquezas en beneficio de unas élites. No fueron los pueblos los que pelearon por las costas de nuestro litoral, fueron más bien los grupos de poder que motivados por intereses imperiales mezquinos usaron el poder de las armas para capturar nuestras riquezas.

Pero nunca nos hemos dado por vencidos, ni estamos desesperados. Sabemos que el acceso soberano de Bolivia al océano pacífico ha de llegar, imbuidos por fuerza de la razón, la solidaridad y la complementariedad de los pueblos, con la fuerza de la integración de los pueblos, por el mandato de la justicia y de la verdad histórica.

La Constitución Política del Estado en su Artículo 267 ha definido que el Estado boliviano declara su derecho irrenunciable e imprescriptible sobre el territorio que le dé acceso al océano Pacífico y su espacio marítimo. La solución efectiva al diferendo marítimo a través de medios pacíficos y el ejercicio pleno de la soberanía sobre dicho territorio constituyen objetivos permanentes e irrenunciables del Estado boliviano.

La historia, la conciencia de la comunidad internacional, la razón y el derecho acompañan a Bolivia en su demanda marítima y junto al pueblo chileno, el país encontrará la fórmula que acabe para siempre con el enclaustramiento y le permita al pueblo boliviano tener un acceso soberano al mar. Así, el mar de Bolivia será un mar de los pueblos, un mar de esperanza y reconciliación, abierto al encuentro de todas las naciones del mundo como testimonio de que los países hermanos pueden resolver sus conflictos de manera pacífica.

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La principal Meta de la Agenda Patriótica 2025 con relación a este pilar es retornar al mar y contar con puertos soberanos en el pacífico, con la presencia institucional del Estado en las costas, comunicándose con el mundo y abriendo las puertas a la prosperidad y la felicidad del pueblo boliviano a través del disfrute de nuestro mar, del comercio, el transporte, la comunicación y el encuentro con los pueblos del mundo.

En este período Bolivia continuará con la demanda contra la República de Chile ante la Corte Internacional de Justicia, máximo organismo judicial de solución de controversias del sistema de las Naciones Unidas, en la que solicita a la Corte que “juzgue” y “declare” que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia con el fin de alcanzar un acuerdo que otorgue a Bolivia una salida plenamente soberana al Océano Pacífico, y que cumpla dicha obligación de buena fe, pronta y formalmente, en un plazo razonable y de manera efectiva, a fin de otorgar a Bolivia una salida plenamente soberana al Océano Pacífico.

El bachillerato Técnico – Humanístico y las políticas y enfoques de la Educación Productiva

El esfuerzo emprendido por el Estado Plurinacional de Bolivia, y con ella de los pueblos y naciones indígena originario campesinos, en procura de cambiar la matriz productiva de las comunidades y regiones para reducir la brecha de la dependencia económica y tecnológica, plantea el desafió de perfilar una educación técnica tecnológica en los marcos del Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo para contribuir a la soberanía científica y tecnológica del país, solucionar las necesidades y problemáticas locales o potenciar las vocaciones y potencialidades productivas de las comunidades y regiones apostando por el desarrollo socioeconómico del país.

En esta perspectiva la educación técnica tecnológica está orientada a desarrollar una conciencia productiva en las y los estudiantes para transformar las bondades naturales en productos materiales en beneficio de la comunidad y sociedad y desarrollar los conocimientos y sabiduría desde la cosmovisión de las culturas milenarias en complementariedad con los avances de la ciencia y la tecnología, para contribuir al desarrollo integral de la humanidad y procesos integrales de construcción cultural en el campo de la investigación aplicada, vinculada a la comunidad y a la producción, respondiendo a las necesidades socioeconómicas productivas locales y a las demandas de formación técnica tecnológica.

En esa perspectiva la formación técnica (general y especializada) dentro el bachillerato técnico – humanístico plantea los enfoques del área técnica tecnológica productiva:

En el aprendizaje científico técnico tecnológico de esta área se genera en la producción, investigación tecnológica y cuidado de la naturaleza, permitiendo consolidar los saberes tecnológicos propios y de la diversidad cultural en una formación pertinente para el desarrollo de los emprendimientos socioproductivos de la comunidad y la región.

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Desde ese punto de vista, el enfoque del área técnica tecnológica tiene carácter: Productivo, Tecnológico, de emprendimiento comunitario y Socioambiental:

Productivo, porque los aprendizajes se generan en situaciones de producción real, es decir, en la práctica productiva del agro, la construcción o la producción de productos tangibles como: artefactos, electrodomésticos, muebles, máquinas, motores, equipos, palas, picotas, celulares, herramientas, instrumentos y otros o producciones intangibles como: monografías, softwares, poesías, cantos en relación a la producción, contribuyendo a la transformación de la matriz productiva de acuerdo a las necesidades, problemáticas, vocaciones y potencialidades productivas de cada comunidad y región.

Emprendimiento comunitario, son las capacidades desarrolladas en la escuela y comunidad, se promueve generar un espíritu de emprendimientos comunitarios, permitiendo generar conciencia de complementariedad para establecer entidades socioproductivas, cooperativas, asociadas u otras alternativas productivas que permitan transformar la realidad socioeconómica de la comunidad o región, con la provisión de servicios, insumos y materiales propios.

Tecnológico, porque desde la escuela se incentiva la investigación para contribuir en la producción tecnológica propia con la aplicación de la ciencia y la técnica aplicada a los emprendimiento socioproductivos, permitiendo generar nuevos conocimientos útiles para transformar la realidad, es decir, la producción tecnológica debe estar orientada a solucionar necesidades y problemáticas de la sociedad o desarrollar las vocaciones y potencialidades productivas de las comunidades y regiones cuidando no contaminar la naturaleza para la continuidad de la vida.

La producción tecnológica es resultado de la investigación comunitaria realizada a las tecnologías ancestrales y a las tecnologías de otras procedencias para generar nuevas tecnologías adecuadas a la naturaleza y características de nuestra realidad, y la técnica en este proceso implica las operaciones prácticas como el manejo de máquinas, herramientas, instrumentos y uso de materiales para el desarrollo de habilidades, destrezas y la capacidad creativa e inventiva. La técnica surge de la relación con el medio y no es privativo del ser humano, se da en la actividad de todo ser viviente y responde a una necesidad para la supervivencia.

Socioambiental, porque “la naturaleza puede vivir sin el ser humano y el ser humano no puede vivir sin la na-turaleza”, desde ese punto de vista es primordial el cuidado de la naturaleza y considerando que toda actividad productiva implica uso de medios como la tecnología, el uso desmedido de estos medios puede acarrear gra-ves consecuencias para la salud de la Madre Tierra si no se tiene el cuidado necesario y oportuno, por lo que es importante ver que todo el proceso productivo se realice con el compromiso responsable de todas y todos en el uso de estos medios. Y desde esta mirada se asume como una práctica social comunitaria el cuidado de la naturaleza, implementando estrategias y conocimientos apropiados para el desarrollo productivo orientados a reducir la contaminación ambiental, evitando las consecuencias depredadoras y de desforestación.

TECNOLÓGICO SOCIOAMBIENTAL

PRODUCTIVO

EMPRENDIMIENTO COMUNITARIO

ENFOQUE DELÁREA TÉCNICATECNOLÓGICA

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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¿Por qué ha sido necesario plantear el nuevo Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo?

¿Cuáles son las diferencias del Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo con respecto al modelo económico neoliberal?

¿Cómo funciona el Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo y quiénes son sus actores?

Desde tu perspectiva ¿Cuáles serían los desafíos de la educación productiva en el nivel secundario a partir de los desafíos del Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo y el Plan de Desarrollo Económico y Social 2016- 2020?

La Educación Productiva y el Análisis de la Realidad

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Foro debate colectivo

Para profundizar nuestra reflexión te invitamos a ver los siguientes videos: “13 Pilares de la Bolivia Digna y Soberana y “Sembrando Bolivia: por la soberanía alimentaria” En la perspectiva de debatir y reflexionar ¿Cuáles son los desafíos de la educación productiva y el Bachillerato Técnico Humanístico en el nivel secundario a partir de los desafíos del Modelo Económico, Social, Comunitario y Productivo y el Plan de Desarrollo Económico y Social 2016- 2020?

Partiendo de este ejemplo concreto:

¿Cuáles son los desafíos de la Educación Productiva en el nivel de Educación Secundaria Comunitaria Productiva?

¿Cuál debería ser la perspectiva y desafío de la Formación General en el Bachillerato Técnico - Humanístico?

A partir de tu realidad y contexto ¿Qué es posible o viable trabajar en el Bachillerato Técnico - Humanístico dentro la Formación Técnica Tecnológica General?

“PNDES 2016 - 2020”

“Sembrando Bolivia: por la soberanía alimentaria”

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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Las y los participantes deberán registrarse en la siguiente correo electrónico: [email protected] para poder acceder a su usuario y contraseña y, así participar del foro debate e intercambiar criterios con otros participantes del diplomado. El foro debate se realiza por medio de un aula virtual

El foro debate se realiza a partir de las lecturas complementarias y preguntas de trabajo y problematización y toda la reflexión promovida hasta el momento.

Ingresando en el aula virtual, las y los participantes encontraran referencia de grupo al cual pertenece según departamento y ESFM/UA de registro. También la referencia de fechas dentro las cuales puede participar del foro debate.

Para elaborar su respuesta, le sugerimos primero escribir sus argumentos e ideas en un documento Word para luego subir la misma al aula virtual

Sube tu respuesta en el foro del Aula virtual

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Para trabajar con los estudiantes de la Unidades Educativas1

A partir de la planificación curricular realizada en la sesión presencial, programa una salida por el barrio, comunidad o zona para:

• Realizar una serie de entrevistas a las personas y/o familiares sobre ¿Cómo perciben las personas la implementación de las políticas de Estado y los bonos sociales?

GUÍA DE ENTREVISTA

Nombre Fecha:del estudiante: Apellidos y Nombresdel entrevistado: I. PERCEPCIÓN SOBRE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS IMPLEMENTADAS POR EL ESTADO

PLURINACIONAL

1. Qué opina de las políticas económicas implementadas por el Gobierno del Presidente Juan Evo Morales?

2. ¿Siente que hay un beneficio directo o indirecto de estas políticas económicas?

3. ¿Algún miembro de su familia se beneficia de algún bono social que brinda el Estado Plurinacional?

4. ¿Cuál cree que es el impacto social de este bono en la vida cotidiana de las personas

beneficiadas?

1 Esta actividad debe ser considerada como parte de la Práctica en Contextos productivos y Educativos que la o el maestro realiza con sus estudiantes de la Unidad Educativa.

Diplomado en Educación Productiva: Formación Técnica Tecnológica General

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• Luego organiza un foro debate con tus estudiantes para discutir y reflexionar ¿Cuál es la incidencia de los bonos sociales que brinda el estado?, ¿Cómo jóvenes que otras políticas podríamos sugerir como políticas sociales y/o económicas de Estado?

(De preferencia este proceso de concreción y trabajo con las y los estudiantes en marco del Diplomado debe estar vinculado a las problemáticas que aborda el desarrollo del PSP y al desarrollo curricular del área Técnica Tecnológica productiva)

PRODUCTO DE LA UNIDAD TEMÁTICA No. 3: Sistematización de la experiencia desarrollada con sus estudiantes a partir de concretar su Plan de Desarrollo Curricular, adjuntando evidencias (videos, filmaciones, grabaciones, fotos).

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Estado Plurinacional de Bolivia (2015). Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020.

Freire, Paulo & Faundez, Antonio (2013). Por una Pedagogía de la Pregunta. Edit. Siglo XXI. Buenos Aires, Argentina.

Galeano, Eduardo (1971). Las Venas Abiertas de América Latina. Editorial Siglo XXI. Montevideo, Uruguay.

Hinkelammert, Franz J. & Mora Jiménez, Henry (2006). Hacia una economía para la vida. San José, Costa Rica.

Luis Arce Catacora. Revista del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Marx, Karl (1975). El Capital. Editorial Siglo XXI.

Ministerio de Educación (2015). Unidad de Formación Nro. 11 “Concreción Curricular desde la Visión de los Campos y el Enfoque de las Áreas”. Cuadernos de Formación Continua. Equipo PROFOCOM. La Paz, Bolivia. (pp. 79 – 100).

Ministerio de Educación, Reglamento de Bachillerato Técnico Humanístico del Subsistema de Educación Regular, aprobado por R.M. N° 818/2014 del 20 de octubre de 2014.

Zemelman, Hugo. (2011) Conocimiento y Sujetos Sociales. Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, 1ra. Edición. La Paz, Bolivia.

VIDEOS:

Cumbre agraria para la soberanía alimentaria

Interés de grandes sectores dominan la economía

Voces contra la Globalización: la larga noche de los 500 años

Anny Leonard, La historia de las cosas

13 pilares del PNDES – BOLIVIA

Historia de la intervención de Estados Unidos en Bolivia