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10 MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA APROXIMACIÓN DESDE LAS LEGISLACIONES Y EL GASTO DEL ESTADO COLOMBIANO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA BOGOTA D.C 2012

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MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA

APROXIMACIÓN DESDE LAS LEGISLACIONES Y EL GASTO DEL ESTADO

COLOMBIANO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA

BOGOTA D.C

2012

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MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA

APROXIMACIÓN DESDE LAS LEGISLACIONES Y EL GASTO DEL ESTADO

COLOMBIANO

PEDRO FRANCO MORALES

DIRECTOR DEL TRABAJO DE GRADO

ARSECIO VALENZUELA

Economista

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA

BOGOTÁ D.C

2012

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MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA

APROXIMACIÓN DESDE LAS LEGISLACIONES Y EL GASTO DEL ESTADO

COLOMBIANO

PEDRO FRANCO MORALES

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES

CARRERA DE CIENCIA POLÍTICA

BOGOTA D.C

2012

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Tabla de contenido Introducción ...................................................................................................................................... 13

1. Modelos de políticas públicas de drogas (PPD) ........................................................................ 17

1.1. Discusión alrededor del modelo prohibicionista o de enforcement ................................ 19

1.2. Críticas al modelo de enforcement ................................................................................... 22

1.3. Modelo de reducción del daño ......................................................................................... 25

1.4. Síntesis de la sección ......................................................................................................... 31

2. Legislación de la droga en Colombia ......................................................................................... 31

3. La Política Nacional de Reducción del Consumo de Drogas: Fundamentos teóricos y ejes de

intervención. ..................................................................................................................................... 37

3.1. Justificación ....................................................................................................................... 37

3.2. Fundamentos teóricos ...................................................................................................... 38

3.3. Ejes de intervención .......................................................................................................... 40

4. El modelo de reducción del daño y el de reducción del consumo de drogas en Colombia ...... 43

5. Gasto del Estado colombiano en PPD 1995 – 2010: La prevalencia del enforcement Vs. la

Reducción del consumo .................................................................................................................... 46

5.1. Series de tiempo para el gasto del Estado colombiano en PPD 1995 - 2010 .................... 48

6. Comentarios finales ................................................................................................................... 60

7. Anexos ....................................................................................................................................... 63

Trabajos citados ................................................................................................................................ 68

Introducción Para la ONU (Organización de Naciones Unidas) no hay distinción entre droga licita e ilícita, lo que

le atribuye una u otra categoría a cualquier sustancia es el uso que se le dé según las convenciones

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internacionales(UNODC, 2000; UNODC, 2012). Dicho en otros términos, una droga no es ilegal sino

hasta que es objeto de control internacional. Las regulaciones internacionales tienen sus

antecedentes en la Convención Única de Estupefacientes de 1961(UNODC, 2008). Esta fue

modificada posteriormente con la Convención de Sustancias Psicotrópicas de 1971 y la Convención

de Naciones Unidas Contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988.

La Convención Única de 1961 estableció controles sobre más de 116 tipos de drogas Iniciando con

los derivados del Opio como la morfina y la heroína, drogas sintéticas como la metadona y la

petidina, además de la marihuana, la hoja de coca y la cocaína. La lista fue ampliada para cobijar

alucinógenos como el LSD (Dietilamida de Ácido Lisérgico) y estimulantes como la anfetamina y la

metanfetamina. Al final de la década de los 80’s los organismos multilaterales involucrados

estimularían acciones contra el narcotráfico y sus actividades asociadas1.

La teoría entorno a la política de drogas en el mundo académico y en las políticas públicas tiene

dos modelos principales, los cuales han marcado las controversias en la materia(Benoit, 2003). El

primer modelo es el prohibicionismo o enforcement y el segundo es la legalización. Como lo

indican sus respectivos nombres, uno propende por un estado de cero consumos de drogas a

través de la penalización de los narcóticos y el otro por la despenalización de los mismos.

La controversia originó posturas menos extremas, ubicadas entre ambos modelos, las cuales

pueden llamárseles áreas grises. Estos modelos se conocen como la regulación y la reducción del

daño. Los autores que defienden el modelo de regulación argumentan que el Estado debería

legislar el consumo de la marihuana, el hachís y otros narcóticos tal como lo hace con el alcohol y

el tabaco(MacCoun, Reuter, & Schelling, 1996). Quienes se encuentran del lado del modelo de

reducción del daño sostienen que, el Estado debería implementar estrategias tendientes a

minimizar los comportamientos riesgosos entre la población adicta a las drogas, desde un enfoque

de salud pública(International Harm Reduction Association, 2011).

1 Según UNODC (2000) ‘’ [El narcotráfico] es el comercio o expendio de un bien considerado ilegal, en este

caso una droga. Incluye la importación o exportación de drogas o la posesión de drogas con el propósito de

venderla u ofrecerla a otras personas. En las leyes, las penas contra el tráfico de drogas usualmente son

mayores que con la posesión o uso individual de las mismas. La distinción entre el tráfico y otros delitos

menores va de acuerdo al monto de droga determinado por la ley como tráfico, o por el monto de dinero

asociado a las actividades de venta y oferta de droga. En la práctica, muchos consumidores se ven envueltos

en pequeñas transacciones de drogas.’’ (Traducción propia)

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Recientemente Colombia ha cambiado algunas de sus legislaciones y políticas sociales en el tema

de drogas, con las cuales el Estado colombiano avanza en el tratamiento de los adictos,

considerando que el consumo de sustancias sicotrópicas lícitas o ilícitas es un asunto que debe

tratarse desde las políticas de salud pública.

El Acto Legislativo 02 del 2009 por el cual se modifica el Artículo 49 de la Constitución Política de

Colombia, Prohíbe el consumo de sustancias estupefacientes o sicotrópicas, a menos que sea bajo

“prescripción médica”; y determina que con fines preventivos y rehabilitadores la ley establecerá

medidas y tratamientos administrativos de orden pedagógico, profiláctico o terapéutico para las

personas que consuman dichas sustancias”.

La Ley 1566 de 2012 establece que “toda persona que sufra trastornos mentales o cualquier

otra patología derivada del consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas lícitas o

ilícitas, tendrá derecho a ser atendida en forma integral por las Entidades que conforman el

Sistema General de Seguridad Social en Salud y las instituciones públicas o privadas

especializadas para el tratamiento de dichos trastornos”.

El Estado Colombiano ha tenido una estrecha relación con el modelo prohibicionista o de

enforcement al ratificar varios tratados internacionales en el tema de prohibición de

drogas(Guzmán & Uprimny, 2010b), como, la Convención de Estupefacientes de 1961 que dio la

pauta para las subsiguientes legislaciones internacionales. Así mismo, desde la década de los 80’s

se aplicaron controles al negocio del narcotráfico, época en la que varios capos colombianos

tomaron las riendas de esa industria, por lo que EEUU incluyó a Colombia en su agenda

internacional, logrando que el Estado persiguiera a los capos y las organizaciones dedicadas al

narcotráfico. Por su parte, los narcotraficantes infiltraron la política nacional y emprendieron una

lucha frontal contra el Estado colombiano, impulsándolo a asumir políticas de enforcement.

Aunque en Colombia las políticas se han centrado en la lucha contra los carteles del narcotráfico y

su relación con el sistema político(Gutiérrez, 2006; Gutierrez, 2007; Leal Buitrago, 2005; Orjuela,

1990). Falta por ahondar en el tema de las políticas de salud pública orientadas al tratamiento del

consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas lícitas o ilícitas. Por este motivo se justifica

emprender un estudio exploratorio, el cual vincule las discusiones internacionales actuales

entorno a las políticas de drogas con las acciones del Estado colombiano para tratar el tema desde

la salud pública, las implicaciones fiscales o presupuestales y la capacidad de los gobiernos

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regionales y locales para asumir competencias en materia de prevención al consumo y atención

del paciente adicto, entre otros aspectos.

En tal sentido, en este documento se responderán dos preguntas que surgen de la reflexión

presentada: 1. ¿Qué modelos de política pública de drogas (PPD) ha venido adoptando el Estado

colombiano tomando en consideración las recientes discusiones internacionales? y 2. ¿Cuáles son

los efectos fiscales para el Estado Colombiano derivados de la aplicación de estrategias de salud

pública para resolver el problema de la adicción?

Este estudio pretende situar la discusión de las PPD en el plano de la ciencia política, abordando

los supuestos implícitos del enfoque neo institucional(Casas, A y Losada, R, 2009). Tal perspectiva

llama la atención respecto que los hechos sociales guardan relación con las instituciones políticas y

económicas que adopta una nación(North, 1993). Además, que las instituciones son dinámicas y

cambian en virtud del interés de los actores que las diseñan(Ostrom, 2000). Para tener claridad en

este momento, se entenderá por neo institucionalismo como aquel enfoque de análisis político, el

cual presupone que en las sociedades existen reglas de juego, ya sea formales, como las

Constituciones, las leyes y códigos, e informales, como las convenciones, ritos y prácticas

culturales, cuya aplicación por parte de una entidad o sujeto, llámese Estado o grupo social,

constriñe los intereses, acciones y formas de pensar de una(s) persona(s). Así entonces si un actor

tiene en mente realizar una acción para alcanzar un objetivo, primero debe comprender el

conjunto de reglas de juego (o instituciones) que pueden afectar su accionar para alcanzar tal

meta; posteriormente esbozar las estrategias que le permiten acometer lo planteado adaptándose

a las instituciones, bajo el riesgo de ser sometido a sanciones en caso de incumplir con estas.

El primer capítulo hace referencia a las controversias que se suscitan sobre los modelos de PPD,

soportadas en las reflexiones de Ellen Benoit (2003) y de MacCoun, Reuter y Schelling (1996). El

capítulo explica los principales supuestos del modelo de prohibicionismo o enforcement,

enunciando las críticas que se esgrimen en su contra, y luego se expone los principios del modelo

de reducción del daño. El segundo capítulo alude la normativa que Colombia ha promulgado en el

tema de las drogas. Este capítulo profundizará en las tres causas mencionadas que condujeron al

país en la dirección del modelo prohibicionista, enfatizando en los aspectos históricos e

institucionales. El tercer capítulo describe la política pública vigente de reducción del consumo de

drogas en Colombia; se mencionan la justificación, objetivos principales, fundamentación teórica y

ejes de intervención. El cuarto capítulo responde la primera pregunta de la investigación y se

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concluye la postura del Estado colombiano en la discusión internacional en lo referente a la

reducción del daño. El quinto capítulo resuelve el segundo interrogante planteado, relacionando y

analizando los valores del presupuesto asignado por el Estado colombiano en la llamada estrategia

de reducción de la demanda.

1. Modelos de políticas públicas de drogas (PPD)

La política pública de drogas de los Estados Unidos ha tenido una marcada inclinación hacia la

prohibición, especialmente en las últimas tres décadas del siglo XX(Hathaway, 2001), en tanto que

algunos países de Europa occidental, tales como Gran Bretaña y Holanda(Leuw, 1991; Marlatt,

1996), desde la segunda mitad del siglo pasado, han adoptado un esquema enfocado en eliminar

los daños producto del consumo de drogas. A pesar de las similitudes culturales e históricas,

Canadá, vecino continental de Estados Unidos, optó por una política de corte europeo.

Las legislaciones de la droga en EEUU han ido variando a lo largo del siglo XX. A principios del siglo

se disponía de un régimen que permitía el porte y consumo de drogas, pero llegada la década de

los 30’s la legislación revirtió la situación(Benoit, 2003). Durante los 60’s, gracias a la perspectiva

ideológica liberal de los jueces de las altas cortes, se vivió un período de relativa apertura a la

despenalización del consumo de drogas, sin embargo, dicha actitud se vería replegada por cuenta

de las posturas conservadoras del gobierno del presidente Republicano, Ronald Reagan (1980 -88).

El proceso histórico de Canadá por su parte, se presentó en forma opuesta, primero tuvo lugar la

prohibición y luego la flexibilización. Antes de los 60’s las drogas fueron ilegales en el país, pero en

1966, el gobierno canadiense promulgó el Medical Health Act, un paquete de medidas médicas

orientadas a ofrecer atención en salud universal a los ciudadanos canadienses, facilitando también

el tratamiento médico de los adictos.

Resulta aparente la existencia de dos posturas extremas en cuanto a la política pública de drogas

en el mundo: la prohibición y la legalización(MacCoun, Reuter, & Schelling, 1996). Valga decir que

no existe un país que haya legalizado enteramente la droga. De hecho, el modelo de la legalización

resulta siendo uno de tipo ideal más que práctico. Ni Holanda, ni Gran Bretaña, así como tampoco

Canadá, han legislado la droga de manera que pueda consolidarse un mercado, al mejor estilo del

alcohol y el tabaco(Nadelmann, 1992). Por años, la discusión osciló entre los dos polos, pero

paulatinamente se fue abriendo paso la opción de la reducción del daño a modo de alternativa de

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política pública. En este sentido, los países mencionados han confeccionados sus políticas desde

esta perspectiva.

En el mundo anglosajón, la política prohibicionista se conoce bajo la etiqueta de ‘’enforcement’’.

En el español es difícil encontrar una palabra que se asemeje en significado. Más aun, en las

publicaciones científicas tampoco se hace referencia al término en un solo sentido. Así, por

ejemplo, enforcement puede hacer referencia a las operaciones policiacas para incautar droga,

como también al aumento de las penas por posesión y consumo de drogas, incluso, a las acciones

llevadas a cabo por Estados Unidos en países de los Andes para erradicar los cultivos de los que se

extrae la materia prima para producir droga(Andreas, Bertram, Blachman, & Sharpe, 1992, págs.

109 - 111).

En un sentido general, conviene entender enforcement como la combinación del aumento de

penas por portar y consumir drogas y la intensificación de las acciones policiacas para capturar

expendedores o consumidores de narcóticos. Esta fórmula se enmarca en la teoría de elección

racional (TER) de la economía. La TER asume que los hechos sociales se pueden explicar a partir de

las acciones de los individuos, quienes son agentes racionales: Maximizan sus utilidades y

minimizan sus costos. Llevado a este contexto, la TER enseña que el efecto combinado del

incremento de ambas variables será el aumento del precio del narcótico en el mercado (Costo),

suponiendo un desestimulo para que el adicto, catalogado como racional, consuma(MacCoun,

1993).

Es importante aclarar que al traducir al español el término ‘’drug policy’’ no necesariamente se

entiende por ‘’política antidroga’’. En este documento, en su lugar, se tratará como política

pública de drogas (PPD), debido a que no todas las políticas están orientadas a reprimir el

consumo de drogas, algunas por el contrario, admiten que los adictos sean proveídos con una

dosis de sostenimiento(Bridge, Hunter, Atun, & Lazarus, 2012; Kerr, Small, & Wood, 2005). Por

raro que parezca, el único programa de reducción del daño implementado en Estados Unidos es la

dosis de sostenimiento de metadona.

En esta sección se explorará la discusión académica derivada de las PPD que los gobiernos del

mundo han implementado. Como se verá, muchas de estas discusiones tienen componentes

altamente teóricos y son más bien escasas en contenido empírico. Naturalmente, en primer

momento se presentarán los elementos centrales de la postura llamada prohibicionista o de

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‘’enforcement’’, como también los de sus críticas. Posteriormente, se hará referencia a las

posiciones alternativas, con especial énfasis en la reducción del daño. Para efectos analíticos, a

partir de ahora se llamará modelo de política pública de drogas a cada una de las posturas recién

expuestas.

Antes de iniciar la discusión se tomará la definición de Roth (2009), la cual sostiene que PP es “un

conjunto conformado por uno o varios objetivos colectivos considerados necesarios o deseables y

por medios y acciones que son tratados, por lo menos parcialmente, por una institución u

organización gubernamental con la finalidad de orientar el comportamiento de actores

individuales o colectivos para modificar una situación percibida como insatisfactoria o

problemática”(Roth, 2009, pág. 34). Es igualmente importante agregar a este entendimiento que

UNODC (2000) define la política de drogas (o drug policy) como:

[…] El conjunto de políticas diseñadas para intervenir la oferta o demanda de drogas,

localmente o nacionalmente. La política de drogas contiene diversas estrategias en

aspectos como la educación, tratamiento, leyes de drogas, seguridad y vigilancia de

fronteras.[…] (Traducción propia)

Siguiendo lo anotado, una PPD será aquel conjunto de grupos de actores quienes intervienen una

situación percibida como problemática, en este caso el consumo de drogas y/o sus efectos sobre

la sociedad e individuo, aplicando una paquete de acciones para reducir el consumo, el daño o la

oferta de estupefacientes, constriñendo el accionar y las prácticas de quienes expenden y/o

consumen. La intervención cubre un rango de asuntos variados, desde los más generales como las

leyes de drogas, la seguridad y patrullaje de fronteras, hasta los más particulares como los

métodos para el tratamiento de los pacientes adictos en clínicas y los currículos de educación en

drogas para los colegios.

1.1. Discusión alrededor del modelo prohibicionista o de enforcement En los medios de comunicación, sea radio, televisión o cualquier otro, es bastante normal

encontrar noticias sobre incautaciones de droga, captura de expendedores y operativos policíacos

que dan con el desmantelamiento de un cartel del narcotráfico. Esta situación es todavía más

aguda en los Estados Unidos desde la década de los 80´s. Por aquellos días, el gobierno

conservador del presidente Ronald Reagan, con apoyo de su coalición en el Congreso y algunos

jueces de altas cortes, logró expedir leyes que progresivamente elevaron las penas por portar y

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consumir drogas, de igual forma, el presupuesto para la persecución de expendedores de

narcóticos fue aumentado. Para finales de esa década las penitenciarías norteamericanas se

encontraban atestadas de personas judicializadas por tráfico de drogas(Andreas, Bertram,

Blachman, & Sharpe, 1992).

Según Ellen Benoit (2003) es importante comprender que el sesgo de una nación por un tipo de

PPD particular tiene que ver con la división del trabajo asignado a las agencias estatales en el

marco de sus políticas sociales. Se pueden enumerar tres tipos de tareas: Prohibición, tratamiento

y prevención. La primera tarea se encuentra ligada a las entidades policiacas y judiciales; la

segunda a las instituciones médicas, mientras que la tercera se le asigna frecuentemente a las

escuelas. Lo anterior debe ponerse en el contexto histórico de las políticas sociales de cada país. La

autora destaca que una de las marcadas diferencias entre Estados Unidos y Canadá recae en este

último punto.

Por ejemplo, Estados Unidos a diferencia de otros países de Europa occidental y el mismo Canadá,

ha tenido problemas para implementar un sistema médico universal gratuito. Por ende, el Estado

de Bienestar norteamericano adoleció de lo que Canadá pudo consolidar durante el siglo XX,

cuando se expidió el Medical Healt Act de 1966, quedando permanentemente definida la suerte

de la política de drogas en este país, pues las estrategias de reducción del daño quedaron incluidas

en el paquete de tratamientos ofrecidos por el sistema de seguridad social. Es de resaltar el hecho

que, ni siquiera en los años 80´s cuando estuvieron en boga las reformas estructurales del Estado

impulsadas por los sectores políticos neoliberales, Canadá eliminó la reducción del daño de su

seguridad social (Benoit, 2003, pág. 287).

Volviendo sobre el punto de la división del trabajo de Bennoitt, el enforcement es el primer tipo

PPD que se caracteriza porque: 1. el porte y consumo de drogas es ilegal, 2. el objetivo del

gobierno es eliminar el consumo (llegar a un estado ideal de cero consumo) y 3. cualquier medida

para eliminar la reducción de daño es marginal. El punto dos es prioritario para los teóricos del

enforcement, para quienes el objetivo principal de las estrategias de prohibición es reducir a cero

la cantidad de personas consumidoras, lo que parece ser bastante difícil (Hathaway, 2001). La

reducción del daño es más realista en esta materia, dado que acepta que la adicción existe y

siempre existirá un porcentaje de personas en dicha situación, por lo que es mejor prepararse

para asesorar a esa población para que no adopte comportamientos riesgosos (ver más adelante

las críticas al prohibicionismo).

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El segundo tipo de PPD es la medicalización, cuando la droga solo está disponible para usos

clínicos. Este modelo ha ido muy de la mano del prohibicionismo, ya que solo está permitido el uso

de narcóticos para anestesias y tratamientos para enfermos terminales. El tercer tipo es la

reducción del daño, cuyo rasgo distintivo es que el Estado distribuye dosis (de heroína

especialmente) e implementos (agujas y jeringas) para el consumo de drogas en ambientes

clínicamente controlados, toda vez que las drogas permanecen con el status de ilegalidad.

Finalmente, existe el modelo del ideal libertario, del cual sus defensores –el célebre economista

Milton Friedman- coinciden en que la oferta de drogas debería ser responsabilidad del libre

mercado y el Estado no tendría por qué entrometerse.

MacCoun, Reuters y Schelling (1996) reconocen la existencia de distintos tipos de regímenes

respecto a la droga en función de su grado de prohibición o regulación. Si bien aceptan el modelo

de libre mercado, lo hacen solo para fines ilustrativos. Para estos autores, con puntos de vista

enraizados en la ciencia económica, el Estado debería regular las drogas ilegales tal como lo hace

con las legales (alcohol y tabaco)2. El régimen más común de todos es la prohibición el cual

penaliza todo tipo de consumo. En orden de permisividad con la droga, siguen los regímenes

prescriptivos, en los que solo los profesionales de la salud pueden administrar los narcóticos. Una

forma de prescripción es la provisión de la dosis de mantenimiento. El mejor ejemplo es el

programa estadounidense de metadona que involucra surtir a los adictos con cantidades del

narcótico, de manera que su organismo pueda satisfacer la demanda de este. Este escenario

conserva similitudes con la reducción del daño.

MacCoun y sus colegas postulan el régimen regulatorio como alternativa de PPD. Los gobiernos

pueden permitir la venta de drogas aplicando una serie de controles. El tabaco y el alcohol sirven

como ejemplo paralelo. Ambos se venden a personas mayores de 18 años, deben incluir

advertencias en los empaques sobre los daños que producen en la salud y no pueden mostrar

personas consumiéndolos en sus anuncios comerciales. Algunos países también regulan su

consumo en espacios públicos, en ciertas horas del día, ciertos días de la semana y unos pocos, de

acuerdo a la profesión del consumidor (a los conductores de carros pesados y pilotos de

aeronaves). Esta teoría no es restrictiva en referencia al ente que produce y/o vende la droga, bien

puede ser el Estado o el sector privado.

2 Esta definición del alcohol y tabaco como drogas hace parte de la propuesta teórica de los autores.

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En síntesis, el modelo prohibicionista ha apuntalado uno de los extremos de la discusión sobre la

política pública de drogas. El otro extremo es el modelo hipotético de la legalización, tipo libre

mercado o libertario, cuyas experiencias en el mundo son nulas. Sin embargo se pueden contar

varios casos que se encuentran en puntos intermedios, se les puede llamar áreas grises, entre ellos

la reducción del daño y la regulación. Más allá de los modelos tremendamente abstractos que

caracterizan la recién mencionada discusión sobre la PPD, la puesta en marcha de uno u otro

enfoque depende del tipo de políticas sociales que históricamente han adoptado las naciones,

como es visible en la exposición que hace Bennoitt de la PPD de Canadá y Estados Unidos. No

sobra decir que la autora reconoce la falta de investigación de corte histórico – sociológico en el

tema (Benoit, 2003).

1.2. Críticas al modelo de enforcement Los críticos del prohibicionismo han señalado que la guerra contra las drogas produce efectos que

no ocurren en régimenes de regulación o reducción del daño. Las críticas de Reuter y MacCoun

(1995) son enriquecedoras en este sentido, dado que el enforcement persigue la disminución del

consumo de drogas en la sociedad atacando la oferta del narcotico, para ello la estrategia

predilecta es arremeter contra los carteles que producen, transportan y distribuyen droga. Cuando

hay escases de droga en el mercado a causa de la incautación de narcoticos el precio se elevará y

los consumidores se encontrarán desincentivados a comprarla. No obstante, el problema es que la

demanda de narcoticos suele ser inelástica (marcadamente en drogas fuertes como la heroína).

Sin importar cuanto sea el incremento del costo del producto, el consumidor siempre va querer

adquirirlo. La crítica de los investigadores es que los adictos intetarán conseguir rentas extras para

el consumo de drogas a través de actividades criminales, por el incremento en los precios

producto de éxitosas operaciones policiacas contra el narcotráfico. Ello permite entender porque

en los Estados Unidos frecuentemente se vincula al mercado de las drogas ilícitas con la violencia

urbana.

Reuter y MacCoun sugieren que si el chocolate fuera prohibido y crecierá un mercado negro

entorno al producto, probablemente ocurrirían acontecimientos violentos por su control. Desde

los años 80’s ha aumentado el número de personas judicializadas por crimenes relacionados con la

droga, sin que haya reducido la oferta de la misma; por el contrario, cuando el precio de los

narcoticos es muy alto, la posición de los expendedores capturados es cooptada rápidamente por

otras personas quienes acuden a ese mercado atraídas por el incentivo monetario de la actividad.

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De lo anterior se puede concluir que: 1. La PPD de drogas norteamericana es abiertamente de

enforcement y procura eliminar los efectos de la droga en los no consumidores, en contraste con

la PDD europea que se concentra directamente en la atención de esta población, 2. La eliminación

de las afectaciones se hace de forma indirecta, es decir, primero se busca acabar a los carteles y

luego tratar al consumidor y 3. La tradicional relación entre droga y violencia es perpetuada y

agudizada por la persecusión policiaca(Reuter & MacCoun, 1995). Los tres puntos dejan posiciones

encontradas respecto al enforcement como estrategia efectiva para tratar el problema de las

drogas. Una de las críticas es que Estados Unidos invierte recursos para reducir la oferta con el

objetivo de terminar con las afectaciones de la droga, sin preocuparse por el tratamiento médico

de los ciudadanos que estan involucrados en el problema del consumo (reducción del

daño)(Wodak, 2012).

Desde otro marco de referencia, Kerr, Small y Wood (2005) hacen una revisión de los daños que la

política antidrogas crea entre personas consumidoras y no consumidoras, agrupándolos en cuatro

grandes categorías: 1. Aquellas que tienen que ver con las inyecciones y los comportamientos

riesgosos. Es el caso típico en el que el consumidor de heroína busca con urgencia su dosis y se la

inyecta rapidamente antes de que cualquier agente de policia pueda confiscarla, de forma que

incurre en comportamientos riesgosos tales como:

Falta de purificación de la droga3

Falta de limpieza del área del cuerpo donde se colocará la inyección

Posibilidad de que las inyecciones se pongan de forma erronea

Incremento de las bacterias en los implementos utilizados

Posibilidad de sobredosis por hacer mediciones erroneas del narcotico

2. El desplazamiento de los consumidores a lugares clandestinos donde la policia no pueda

interrumpirlos. Es una costumbre en algunas ciudades norteamericanas que las personas acudan a

‘’salones de inyección’’, donde el expendedor de droga adecua un espacio para que sus clientes

consuman heroína. 3. Muchas veces se utilizan las mismas jeringas para varios clientes o se

almacenan para futuras inyecciones. Con la persecución policiaca ocurre que los mercados de

3 Es una práctica bien conocida entre adictos a la heroína calentar el narcótico en una cuchara metálica,

poniendo un mechero o encendedor debajo, con el objeto de eliminar las impurezas que puedan disminuir

sus efectos.

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droga se hacen cada vez más cerrados, por tanto el consumidor tiene que desplazarse a lugares

más discretos y posiblemente menos seguros donde pueda conseguir su dosis. 4. Las operaciones

de la policía pueden derivar en otros daños, tanto para consumidores como para policias. De

acuerdo con Kerr y sus colegas, se han reportado casos donde los consumidores sufren ataques

cardíacos y los agentes de policia son agredidos durante las redadas.

Varios problemas filosoficos estan al orden del día en el debate de la prohibición de la droga en

Estados Unidos(Hathaway, 2001, págs. 130 - 132). La moral que ha permeado sus políticas sociales

esta basada en la racionalidad instrumental, lo que quiere decir que, no es aceptado el consumo

recreativo de substancias debido a que el daño que produce al organismo (costo) no es

compensado por el placer que siente la persona (beneficio). Como resultado, la relación costo –

beneficio del acto de fumar marihuana, por ejemplo, disminuye la posibilidad de aprobarlo como

algo recreativo. Otro problema es que no se pueden juzgar a todas las drogas por igual. Desde el

punto de vista de los daños que generan en el organismo algunas son más peligrosas, como las

fuertes (tipo heroína) a diferencia de las suaves (tipo marihuana y hachís). En parte, por esta

razón, habría que reflexionar entorno al problema de la expansión del consumo en una sociedad

una vez legalizada la droga, pues persiste el miedo que puedan dispararse los casos reportados de

personas con adicción, siendo que no todas las drogas generan el mismo grado de dependencia y

ni todas las personas son consumidoras frecuentes.

Las críticas a la PPD de enforcement han resaltado dos cuestiones principales, su efecto

incremental en la violencia del mercado negro de la droga(Reuter & MacCoun, 1995) y los daños

que produce en el bienestar de los consumidores(Kerr, Small, & Wood, 2005), sin embargo, la

organización Count the Cost llevó a cabo una investigación que señala otros aspectos en los que el

enforcement en vez de ayudar, produjo severas afectaciones a consumidores y no consumidores

del mundo entero. Entre otros, se tienen (Count the Costs, 2012):

Socavando el desarrollo y la seguridad, alimentando el conflicto: En tanto que los

carteles de la droga y grupos armados son los responsables de la producción, transporte y

distribución de los narcoticos, Count the Cost argumenta que uno de los costos del

enforcement es perpetuar las situaciones de subdesarrollo en los territorios de

producción. Para los grupos mencionados es más conveniente mantener la dependencia

del campesinado del cultivo de hoja de coca y amapola que promover otro tipo de

actividades, por lo que terminan atacando cualquier otra iniciativa productiva diferente al

Page 16: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

25

narcotráfico. Si el precio del mercado es alto, inflado por los decomisos y captura de

productores, entonces la situación en las zonas de producción se mantiene4.

Deforestación y contaminación: En varios paises suramericanos sobre los Andes se

adelantan fumigaciones áereas a cultivos de hoja de coca. El costo de estas acciones es la

deforestación localizada por causa de los daños que los hervicidas producen en el resto de

los componentes de esos ecosistemas. En respuesta, los cultivadores de hoja de coca van

buscando nuevas locaciones que, posteriormente se serán fumigadas. En este caso las

afectaciones del enforcement no ocurren de forma indirecta, como en el punto de arriba

(a través del aumento de los precios del mercado), sino que dañan directamente a las

personas y ecosistemas cerca del cultivo.

1.3. Modelo de reducción del daño En el extremo opuesto al enforcement esta la legalización tipo libre mercado. No hay referencias

de autores que expongan los principios teóricos, ni experiencias internacionales de la puesta en

marcha de este tipo de medidas. La razón es que tanto las teorías como las experiencias

internacionales se han concentrado en las áreas grises de la discusión, derivadas de la regulación y

la reducción del daño.

Para Alex Wodak (2012) la reducción del daño se puede definir como una forma de minimizar el

riesgo. En vez de permitir que los adictos acudan a lugares clandestinos, utilicen artefactos

contaminados y esten expuestos al intercambio de agujas, lo que aumenta el riesgo del contagio

de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), sobredosis y daños por malos procesos de inyección,

este énfoque busca que los consumidores tengan espacios, artefactos y procedimientos que

disminuyan tales riesgos.

4 Este punto remite al lector a pensar en la economía cocalera en departamentos de Colombia como el

Putumayo y Norte de Santander. En el municipio de Tibú, ubicado en este último departamento, desde el

arribo de grupos guerrilleros en los años 80’s se comenzaron a reemplazar cultivos de cacao, plátano y yuca

por los de hoja de coca. La situación se agudizo durante los 90’s cuando la apertura económico del gobierno

del presidente Gaviria (1990 – 94), que consistió en la entrada de empresas extranjeras a competir con las

nacionales en diversos mercados, hizo caer los precios de los productos cultivados y la economía campesina

se vio resentida, como resultado, los grupos armados aprovecharon la crisis y presionaron a los campesinos

para sembrar las coberturas vegetales con hoja de coca (MINGA, 2008).

Page 17: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

26

La definición de la Asociación Internacional de Reducción del Daño define el modelo de reducción

del daño de la siguiente manera:

[…]La reducción del daño se refiere a las políticas, programas y prácticas cuyo propósito

principal es reducir las consecuencias adversas para la salud, la sociedad y la economía por

uso de drogas psicoactivas legales e ilegales sin necesariamente reducir el consumo. La

reducción del daño beneficia a las personas que usan drogas, sus familias y su

comunidad.[…] Traducción propia. (International Harm Reduction Association, 2011)

Según Marlatt (1996) la reducción del daño se sustenta en cuatro pilares. En primer lugar, es una

alternativa que florece en respuesta al modelo de enforcement. El modelo de la criminalización

parte del supuesto que es moralmente incorrecto consumir drogas, entonces debe penalizarse a la

persona que la consume; así se justifica la implementación de estrategias policivas y jurídicas

orientadas a des incentivar el consumo. La idea es que, sea por cuenta de la oferta o la demanda,

se reduzca el uso de narcóticos. La reducción del daño acepta que hay adicción y que esta tiene

efectos negativos sobre el consumidor y su entorno. No se concentra en atacar el consumo, sino

los efectos de esa práctica.

En segundo lugar, el modelo acepta la abstinencia (cero consumos) como el resultado de política

pública más importante pero tolera otros resultados. Por ejemplo, la política antidroga de EEUU

se concentra en el supuesto de cero tolerancias, es decir, penalizar a las personas que tiene

consumos ocasionales como si fueran consumidores cotidianos. Sin embargo, tal estado de

abstinencia total de la población no es realista, porque persistirá una tasa de personas

consumidoras. El enfoque de reducción del daño hace hincapié en la idea de reducir

paulatinamente el consumo, llevándolo de unos niveles muy riesgosos a unos menos riesgosos.

En tercer lugar, el modelo de reducción del daño está construido de la base hacia arriba (bottom

up), tomando distancia del enforcement que es una política claramente confeccionada de arriba

hacia abajo (top down). La iniciativa pionera de la reducción del daño en Holanda vino de parte de

los adictos; estas y otras acciones colectivas han tenido lugar desde la participación de

asociaciones de adictos. En ese país, por ejemplo, la Liga de Adictos (Junkie League) desde la

década de los 80’s pudo intervenir en el diseño de estrategias para evitar daños innecesarios por

el consumo de drogas entre la población adicta. Uno de los resultados más sobresalientes fue que,

el Servicio Municipal de Salud (Municipal Health Service) de Ámsterdam acordó con la Liga de

Page 18: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

27

Adictos la distribución semanal de jeringas limpias entre los consumidores de la ciudad, para evitar

la transmisión de enfermedades, especialmente el VIH.

En cuarto lugar, la reducción del daño promueve estrategias de política pública que facilitan el

acceso de los consumidores a los servicios sociales. La reducción del daño busca ayudar a las

personas reduciendo la exposición a la crítica social al enrolarse en programas de rehabilitación y

manutención con principios tales como:

1. El consumidor debe ser abordado con unas estrategias de cooperación y compañerismo.

2. El consumidor debe ser tratado sin estigmas.

3. El consumo de la persona debe ser puesto en contexto, identificando las variables que

lo ponen en peligro de ser un consumidor de alto riesgo.

Para citar la experiencia más famosa de reducción del daño en el mundo tenemos a Holanda, país

que vivió el cambio de la política antidroga en los años 70's, cuando el Narcotics Working Party

publicó un documento en el que llamaba la atención a que la política antidroga debía orientarse a

disminuir el riesgo en la salud de las personas. Dicho documento, entre otros efectos, generó una

revisión de la Legislación del Opio (Dutch Opium Act) en 1976, distinguiendo entre drogas de

riesgo inaceptable y drogas de bajo riesgo(Leuw, 1991, págs. 240 - 251). El programa de reducción

del daño holandés es de corte localizado, lo que significa que permite el consumo de drogas en

lugares particulares llamados ‘’zonas de tolerancia’’. Estos se definen como espacios en los que las

personas pueden intercambiar sus agujas y jeringas utilizadas por unas nuevas, además de tener la

posibilidad de inyectarse con todas las medidas de seguridad(Reuter & MacCoun, 1995, pág. 30).

Mientras tanto, en cafés especiales y otros espacios de la ciudad se vende marihuana y hachís

libremente (Marlatt, 1996, pág. 783).

Otro ejemplo es el de Reino Unido que implementó su propio programa de reducción del daño 80

años atrás. En la década de los 20’s se integró el Comité Rolleston (Rolleston Committee),

conformado por un grupo de reconocidos fisiólogos, quienes propusieron que los consumidores

de drogas como la cocaína y la heroína podían ser prescritos con la dosis de droga para satisfacer

la demanda de sus organismos. Con los años el programa se redujo solamente al área

Page 19: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

28

metropolitana de Merseyside, Inglaterra, donde Liverpool es la ciudad que más disfruta del

servicio(Marlatt, 1996).

Australia es otro país que implementó desde los 60's una política de reducción del daño.

Incluso, cuando se reportó la epidemia de VIH a nivel mundial en los 80’s, las autoridades

australianas iban un paso adelante, pues habían iniciado programas de cambio de jeringas usadas

por nuevas. Se destacan otras estrategias de política pública como la provisión de la dosis de

subsistencia de la metadona y los programas de rehabilitación de entrada gratuita. Australia

conservó un rasgo distintivo con una penalización flexible de la droga, en donde la condena por

portar o consumir drogas no es la cárcel sino el pago de una multa(Bammer, Hall, Hamilton, & Ali,

2002).

El 1 de julio de 2001 Portugal también inicio políticas de reducción del daño. Al igual que en

Australia, ser encontrado portando y consumiendo drogas es un delito, pero apenas penalizado

con una multa, no con encarcelamiento. Las medidas de reducción del daño son casi las mismas

que en los otros países, pero con la diferencia que existen zonas focalizadas. En Lisboa (capital del

país) se encuentra ubicado un vecindario, famoso por ser punto de reunión de expendedores y

consumidores de droga, llamado Casal Ventoso. El gobierno ofrece allí sitios para que los adictos a

la heroína puedan dormir, bañarse, comer, cambiar sus jeringas usadas por nuevas y recibir

información sobre programas de rehabilitación(Loo, Beusekom, & Kahan, 2002).

En España son conocidos los Clubes de Cannabis (Cannabis Clubs). Actualmente existen alrededor

de 700 de estas organizaciones en todo el país. Aprovechando la legislación española que no

prohíbe el consumo personal, además de la decisión de la Suprema Corte, al permitir cultivar

droga en tanto no tuviera como destino mercados negros, los consumidores de marihuana han

establecido redes de distribución de la hierba sin tener que recurrir a traficantes. Los propios

consumidores la cultivan y la comparten entre sí, de forma que pueden garantizar la calidad del

producto en un modelo que está diseñado para que el consumo sea focalizado. A pesar de que

esta iniciativa no es estrictamente de los gobiernos para reducir el daño, toma ventaja de las

legislaciones para crear un sistema de producción y distribución de droga que afecta

negativamente el mercado negro de ese producto(Barriuso, 2011).

Page 20: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

29

En Argentina existen programas de reducción del daño que van de la mano con los esfuerzos del

gobierno para disminuir la propagación del VIH. Desde el año 2000 existen estrategias de cambio

de jeringas en la ciudad de Rosario, la segunda más grande y con más habitantes después de

Buenos Aires. Igualmente se han ofrecido capacitaciones a varias poblaciones sobre los

procedimientos de desinfección de agujas y jeringas(Inchaurraga, 2003).

Es preciso introducir la noción del Paquete Integral (Comprehensive Package) que la Organización

Mundial de la Salud (WHO), ONUSIDA y la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el

Delito (UNODC) han estipulado para los programas de reducción del daño. Este conjunto de

medidas pretenden ser una referencia para establecer las intervenciones mínimas que deberían

tener las políticas públicas para tratar personas que se inyectan drogas. A continuación se

relacionan las nueve medidas(WHO, UNODC,UNAIDS, 2009):

Programas de cambio de agujas y jeringas

Terapias de sustición de Opio y otras drogas que generan dependencia

Pruebas de VIH

Terapia anti retroviral

Prevención y tratamiento de enfermedades trasmitidas sexualmente

Programas de distribución de condones para personas que se inyectan y sus parejas

Información y educación para personas que se inyectan y sus parejas

Diagnóstico y tratamiento de hepatitis

Prevención y diagnóstico de la tubercolosis

Un estudio publicado recientemente alude a la inversión mundial en programas de reducción del

daño a partir de los datos de The Global Fund to Fight AIDS Esta organización se compone de

varias entidades financieras internacionales que jalonan recursos para el tratamiento del SIDA, la

Tubercolosis y la Malaria. Uno de los programas que se financian con estos dineros son los de

reducción del daño. El fondo ha venido dando luz verde a proyectos de este tipo desde el 2002 y

hasta el momento no se habian efectuado cálculos de la inversión total en el rubro. Los autores

encontraron, tomando como referencia las categorías del paquete integral que, los programas de

cambio de agujas y jeringas ocupan el primer lugar en millones de dolares invertidos, seguido de

los planes de sustitución de Opio y pruebas de VIH (Ver Anexos 1). Esto quiere decir que alrededor

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30

del mundo el cambio de jeringas es la estrategia predilecta para consolidar programas de

reducción del daño.

Ilustración 1 - Distribución del presupuesto de The Global Fund en el ‘’paquete integral’’ de WHO en millones de dólares y procentaje 2002 - 2009

Fuente: (Bridge, Hunter, Atun, & Lazarus, 2012)

Esta acotación es importante para reflexionar sobre la relación costo – efectividad de los

programas de reducción del daño. Varios de los argumentos a favor del modelo comprenden

ideas del tipo ‘’la reducción del daño se concentra en reducir directamente las afectaciones de las

drogas’’, ‘’es realista dado que comprende que siempre existirá adicción’’, ‘’ no incrementa el

precio de las drogas’’ y ‘’disminuye los comportamientos riesgosos’’. Los anteriores puntos tienen

en común, entre otras cosas, que surgen a partir de comparaciones entre el modelo de

enforcement y el de reducción del daño. El modelo de reducción del daño es más deseable, en

tanto que su rival ha demostrado generar daños sociales que de otra manera no se generarían (ver

sección 1.2). Pero este no es motivo para tomar automaticamente parte en la discusión a favor de

la reducción del daño, debido a que aun se debe demostrar si los resultados de política pública

justifican las inversiones de los gobiernos. No obstante resulta evidente la falta de bibliografía en

esta materia.

Programas

de cambio de aguja

s y jering

as

Terapia de sustitución

de Opio

Pruebas de VIH

Terapia

antiretrovir

al

Infecciones transmitid

as sexualment

e

Distribución de

condones

Informació

n y comunicaciones

Vacunación hepat

itis

Tratamiento de

la tuberculosi

s

Desarrollo de

ambientes de

apoyo

Monitoreo

y evaluación

Programas

de asesoramie

nto

Apoyo

psicosocial

Entrenamiento y

capacitación

Centros de rehabilitaci

ón

Otros

Inversión 76.6 56.3 13.8 16.3 7 20 44.4 2.2 3.2 15.1 17.5 49.4 14.5 9.9 5.1 9.7

Porcentaje 21 16 4 5 2 6 12 1 1 4 5 14 4 3 1 3

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Po

rce

nta

je

Page 22: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

31

1.4. Síntesis de la sección En los apartes que precedieron se examinaron los modelos de PPD que sobresalen en la literatura

académica. La atención se concentró en la postura de prohibición o enforcement y la de reducción

del daño. Sobre la primera se consideró pertinente entenderla como las estrategias que mezclan

el aumento de penas y la inversión en persecución policiaca para el porte y consumo de drogas, en

un intento de reducir la oferta de los narcóticos, hasta un punto ideal de ‘’cero consumo’’. La

segunda se definió a partir de lo dicho por la Asociación Internacional para la Reducción del Daño,

es decir, como las políticas, programas y prácticas que buscan reducir las consecuencias del

consumo de drogas.

En cuanto a la primera se señalaron distintas críticas, principalmente que el enforcement aumenta

el precio del droga y con ella la violencia en el marcado negro del producto, adicionando más

afectaciones a las que de por sí acarrea el consumo de drogas. También que los operativos

policiacos involucran riesgos para las dos partes, quienes persiguen y son capturados. En cuanto a

la reducción del daño se señalaron muchas de las ventajas de esta desde el punto de vista

conceptual, sin embargo se dejo abierta la cuestión sobre la relación costo-beneficio que implica la

implementación de políticas con este modelo.

Para cerrar la sección hay que decir que el objetivo del documento es tomar estos modelos de PPD

y colocarlos en el contexto de la legislación colombiana en torno al problema de las drogas. En la

siguiente sección se revisará brevemente cuales han sido los esfuerzos del gobierno colombiano

para prohibir la droga y cuales para reducir el daño. De antemano se advierte que las PPD han

estado inclinadas más hacia el extremo prohibicionista, aunque muy recientemente se han dado

pasos en la dirección contraria. Posteriormente se realizará un ejercicio de análisis estadístico con

el fin de determinar cuál ha sido la inversión de las entidades territoriales en materia de

prevención y tratamiento del consumo de drogas.

2. Legislación de la droga en Colombia

En cuanto a las legislaciones de drogas ilícitas en Colombia es necesario tener en cuenta tres

hechos históricos que han marcado su evolución. Desde mediados del siglo XX en adelante, la

legislación sobre drogas ha tenido un corte represivo, alineada con los acuerdos internacionales en

la materia; en la última década del siglo pasado se presenció la agudización de esta postura, no

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32

solo por lo ocurrido en Estados Unidos con el gobierno Reagan (ver sección 1.1) sino además por

las situaciones que se desarrollaron en la política domestica.

La década de los ochentas se caracterizó por la presencia de los carteles del narcotráfico como

actores políticos(Gutierrez, 2007). Estas organizaciones fueron paulatinamente introduciéndose

en las campañas políticas ofreciendo financiación, especialmente a miembros del partido Liberal.

Incluso el máximo jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar, llegaría a ser Senador de la República

por este partido(Gutiérrez, 2006). Sin embargo, algunos sectores políticos liderados por el

candidato a la presidencia Luis Carlos Galán y el entonces ministro de justicia (1984) Rodrigo Lara

Bonilla, pondrían en evidencia el vínculo de Escobar con el negocio del tráfico de drogas. Ello

desencadenó una lucha entre el Estado y el cartel de Medellín (valga decir que la situación con el

cartel de Cali fue radicalmente distinta) (Snyder, R. y Duran, A., 2009).

Según Guzmán y Uprimny (2010b) la reacción del Estado colombiano frente al narcotráfico fue la

profundización de las PPD de prohibición. Esta situación de política doméstica se cuenta como una

de las más importantes para que Colombia haya tomado el camino del enforcement. El gobierno

del Presidente conservador Belisario Betancur (1982 -86) declaró el estado de sitio como

consecuencia del asesinato del Ministro Rodrigo Lara Bonilla en Abril de 1984 e inauguró el

período de la llamada ‘’Guerra contra el narcotráfico’’. En este contexto se expidió la Ley 30 de

1986 o Estatuto Nacional de Estupefacientes. El documento tuvo como objeto fortalecer la

represión sobre la mayoría de las actividades que involucraba la droga, desde el control en la

fabricación, pasando por los delitos asociados al tráfico y consumo de drogas, hasta la destrucción

de las sustancias incautadas.

Otro factor histórico que tornó la legislación represiva fue la entrada de Colombia en la agenda de

Estados Unidos(Guzmán & Uprimny, 2010c, págs. 2 - 11). Rápidamente los carteles del

narcotráfico colombiano dominaron el mercado de las drogas norteamericano, por lo que la

respuesta de los gobiernos del país del norte fue presionar al Estado colombiano para que

invirtiera recursos en la captura de cabecillas y desmantelamiento de esas organizaciones. Ello en

la línea de la filosofía de ‘’Guerra contra las drogas’’ del gobierno Reagan.

Desde finales de los 80’s también se impulsaron programas de fumigación en los Andes

colombianos (Andreas, Bertram, Blachman, & Sharpe, 1992). De hecho las PPD colombianas en la

actualidad siguen la influencia de Estados Unidos. Una muestra de ello es el Plan Colombia, un

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33

paquete de medidas encaminadas a reducir el tráfico de drogas y proveer recursos para el

desarrollo socio-económico del país(GAO, 2008; CRS, 2005), que inicio como un acuerdo de

cooperación entre ambos países durante el gobierno del ex presidente Andrés Pastrana (1998 –

2002) y fue fortalecido durante el de Álvaro Uribe (2002 – 10).

Finalmente, la tercera situación histórica, tuvo que ver con la consolidación de toda una regulación

internacional en materia de drogas, encabezada principalmente por la Convención Única de

Estupefacientes de 1961 creada por la Naciones Unidas Dentro de los puntos más importantes se

encuentran las medidas para restringir el comercio de materias primas para producir narcóticos, la

prohibición de las drogas para usos culturales, la utilización de la droga única y exclusivamente

para usos médicos y científicos, la criminalización de los cultivos de amapola, adormidera,

cannabis y hoja de coca, la generación de listas de drogas según su propensión a generar adicción

y la discrecionalidad de las autoridades nacionales sobre el problema de la rehabilitación.

Guzmán y Uprimny (2010a)(2010b) proponen cuatro etapas en la evolución de la legislación de

drogas en Colombia durante el siglo XX. La etapa que comprende entre los años 20’s y los 70’s que

se caracterizó por el tránsito de una regulación preventiva a una represiva. Inicialmente era lícito

consumir una dosis personal, a pesar de que las drogas solo podían ser prescritas por

profesionales de la salud; paulatinamente se endurecieron las penas para los productores de

narcóticos y para los consumidores, excepto el consumo personal que fue permitido en tanto se

restringiera a espacios privados. Entretanto la legislación contemplaba tratamientos médicos para

las personas adictas.

Un segundo momento se deriva de la adhesión de Colombia a los tratados internacionales en

temas de drogas. Estos tratados estaban orientados a la prohibición y se fueron articulando con el

primer Estatuto Nacional de Estupefacientes o decreto 1188 de 1974. En esta regulación se

confeccionaron las primeras medidas para tratar integralmente el problema de las drogas, desde

su producción hasta el tratamiento y rehabilitación de personas adictas.

Como se menciono, el período de la década de los 80’s afecto profundamente la legislación

inclinándola hacia el lado prohibicionista. El motivo fue la entrada del narcotráfico como actor

preponderante en la política domestica e internacional (Tercer momento). La cuarta etapa es la

que comprende desde principios de los 90’s a la actualidad. En estos años aconteció la

despenalización de la dosis personal y su posterior penalización.

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34

La Corte Constitucional declaro inexequibles varios artículos del Estatuto Nacional de

Estupefacientes mediante la sentencia C-221 de 1994, con especial atención en aquellos que

versaban sobre dosis personal, lo que abrió la puerta para que los consumidores no fueran

sancionados por portar o consumidor drogas. El gobierno del presidente Gaviria (1990 – 94)

anunció un referendo para contraponerse a la decisión, aunque esta se sostuvo(Guzmán &

Uprimny, 2010a) (En la actualidad el ex presidente es uno de los principales formadores de opinión

pública a favor de la legalización e implementación de programas de reducción del daño en

Colombia).

El gobierno Uribe logró concretar el Acto Legislativo 02 del 2009 con el cual reformó el artículo 49

de la Constitución Política de Colombia. La carta política que fue expedida en 1991 y no incluía el

tema de la droga, fue transformada para establecer la prohibición. A continuación el fragmento

que se incluyó en el citado artículo:

‘’El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o sicotrópicas están prohibidos,

salvo prescripción médica. Con fines preventivos y rehabilitadores la ley establecerá

medidas y tratamientos administrativos de orden pedagógico, profiláctico o terapéutico

para las personas que consuman dichas sustancias. El sometimiento a esas medidas y

tratamientos requiere el consentimiento informado del adicto.’’ (Constitución Política de

Colombia, Artículo 49)

Sin embargo, el Acto Legislativo también deja espacio para que la provisión de programas de

reducción del daño sea obligación constitucional del Estado:

[…]Así mismo el Estado dedicará especial atención al enfermo dependiente o adicto y a su

familia para fortalecerla en valores y principios que contribuyan a prevenir

comportamientos que afecten el cuidado integral de la salud de las personas y, por

consiguiente, de la comunidad, y desarrollará en forma permanente campañas de

prevención contra el consumo de drogas o sustancias estupefacientes y en favor de la

recuperación de los adictos. […] (Constitución Política de Colombia, Artículo 49)

Más recientemente, por iniciativa del senador Juan Manuel Galán(El Espectador, 2012; El Tiempo,

2012; Semana, 2012), el Congreso de la República profirió la ley 1516 de 2012, titulada ‘’ Por la

cual se dictan normas para garantizar la atención integral a personas que consumen sustancias

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35

psicoactivas”. Los dos primeros artículos de la norma reconocen y aseguran la atención integral al

problema de la drogadicción como problema de salud pública. Véase el artículo 1:

[…]Reconózcase que el consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas, lícitas o ilícitas

es un asunto de salud pública y bienestar de la familia, la comunidad y los individuos. Por

lo tanto, el abuso y la adicción deberán ser tratados como una enfermedad que requiere

atención integral por parte del Estado […] (Ley 1516 de 2012)

La ley se aprueba en un momento en el que sectores políticos modernizantes y actores

internacionales están generando conciencia en la opinión pública colombiana sobre la necesidad

de cambiar la PPD hacia la regulación y la reducción del daño. Entre las voces más importantes se

encuentra la del presidente de turno, Juan Manuel Santos, y la del ex presidente César Gaviria.

Estas medidas van en la misma dirección que las posturas de organizaciones internacionales a

favor del cambio de las PPD como TNI (Transnational Institute), WOLA (Washington Office for Latin

America), Count the Cost, International Harm Reduction Association e International Drug Policy

Conssortium. De hecho en la Cumbre de la Américas, realizada en Abril de 2012 en Cartagena, el

tema de las drogas produjo expectativa entre los medios de comunicación que cubrieron el

evento.

Teniendo en cuenta lo dicho por Benoit (2003) (ver sección 1.1) respecto a la división del trabajo,

la nueva ley incluye al sector de la salud en las PPD. Durante la sección se ha señalado que la

legislación de drogas en Colombia ha estado enmarcada en el modelo de enforcement. Las causas

de esa adhesión han tenido que ver con la política domestica, la influencia de los Estados Unidos y

la ratificación de varios tratados internacionales orientados a la prohibición. En este contexto

histórico las entidades del Estado que se han encargado de las PPD han sido:

Concejo Nacional de Estupefacientes

Dirección Nacional de Estupefacientes

Policía Nacional

Ejército Nacional

Sistema Judicial

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36

Las entidades aludidas están encargadas de planificar las políticas de control y eliminación de la

producción, tráfico y consumo de narcóticos. La primera institución tiene la tarea de centralizar y

articular las decisiones en materia de lineamientos de PPD (Artículo 89, Ley 30 de 1986). La

segunda está encargada de muchas labores, de las que se destacan ejercer control en actividades

marítimas y aéreas de forma que se evite el transporte de narcóticos, sea dentro o fuera del país.

Así mismo, administrar los bienes incautados a los miembros de organizaciones narcotraficantes y

apoyar en los programas de inversión en seguridad enmarcados en la lucha contra las drogas

(Decreto 2586 de 2003).

La función de Policía y Ejército son las relacionadas con la persecución, incautación y eliminación

de narcóticos. La Policía vigila el cumplimiento de la prohibición de la dosis personal y el Ejército,

siguiendo lineamientos del Plan Colombia, debe erradicar cultivos ilícitos y desarticular

organizaciones narcotraficantes. La labor del Sistema Judicial es investigar y juzgar a las personas

capturadas en actividades asociadas al tráfico de drogas.

La ley 1516 de 2012 circunscribe a las IPS (Instituciones Prestadores de Salud), al Ministerio de

Salud y Protección Social y la Comisión Reguladora de Salud (Cres) en la implementación de PPD.

Esto implica un paso hacia el modelo de reducción del daño. Oficialmente la constelación de

instituciones involucradas no solo se restringirá a la rama ejecutiva y judicial del poder público,

sino que además integrará a los profesionales de la salud, generando una nueva división del

trabajo en la PPD.

En Colombia coexiste la carga histórica de unas legislaciones prohibicionistas con la acción en

política de sectores que propenden por el cambio de modelo de PPD. Entonces se mantienen dos

de los tres fundamentos del enforcement según Benoit (2003), pero queda socavado el tercero: 1.

El porte o consumo de drogas continúa siendo ilegal y 2. El objetivo del gobierno es eliminar el

consumo desde la oferta, es decir, atacando las organizaciones criminales y erradicando los

cultivos ilícitos (Plan Colombia). No obstante a excepción de otros momentos de la legislación de

drogas, hoy las normas dicen que la drogadicción es un problema de salud pública y merece un

tratamiento clínico integral. Ello en detrimento del tercer fundamento del enforcement, según el

cual las medidas de reducción de daño son marginales.

Cuarto, la adopción de la nueva ley amerita revisar la inversión de recursos públicos que las

entidades territoriales y la nación han realizado en materia de prevención y tratamiento del

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37

consumo de drogas ilegales. De esta manera es necesario identificar cuál es el monto de

inversiones discriminando por tipo de entidad territorial, variación anual y tipo de actividad a

realizar.

3. La Política Nacional de Reducción del Consumo de Drogas:

Fundamentos teóricos y ejes de intervención.

3.1. Justificación En el año 2006 se adelanto un proceso de planificación y concertación de objetivo para una

Política Nacional de Reducción del Consumo de Drogas, liderada por el Ministerio de Protección

Social. El proceso conllevo a la conformación de la Comisión Nacional para la Reducción de

Sustancias Psicoactivas y su Impacto; esta organización se compuso de un cuerpo de profesionales

en el ámbito de la salud y las drogas psicoactivas, ya fuere de ONG’s, sector público o sector

académico. El producto del proceso fue la ‘’Política Nacional de Reducción del Consumo de

Sustancias Psicoactivas su Impacto’’, siendo aprobada en 2007 por el Consejo Nacional de

Estupefacientes – órgano rector en el tema (Ver capítulo 2)-.

El documento de política pública expone dos motivos por los cuales Colombia necesita

implementar una directriz en cuestión de reducción del consumo. La primera razón es que en el

país ha venido aumentando el consumo interno de drogas; ya no se trata únicamente del

problema de la producción e importación de narcóticos, sino que existen poblaciones dentro del

país que se ven afectados por el consumo de drogas –jóvenes escolares-(Ministerio de la

Protección Social, 2008, pág. 2; Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de Drogas, 2008,

pág. 13). La segunda razón tiene que ver con la gestión del riesgo. El documento sostiene que es

apremiante establecer unas líneas de acción que permitan manejar los factores de riesgo y los

riesgos asociados al consumo de drogas(Ministerio de la Protección Social, 2008, pág. 4).

La gestión de los riesgos que emprende el Estado colombiano tiene distintos niveles de

intervención. A nivel personal, las drogas deterioran la salud física y mental del consumidor. Lo

cual va ligado al nivel familiar, donde tales sustancias afectan la estabilidad económica, propician

episodios de violencia domestica y provocan modelos de crianza ligados a las drogas. Las

comunidades se ven afectadas por causa del aumento de la delincuencia y porque una respuesta

de estas ante las personas consumidoras es la exclusión, o como lo denomina el documento

‘’fragmentación del capital social’’. A nivel social, el documento toma posición por un enfoque de

Page 29: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

38

desarrollo humano, asegurando que las drogas producen perdidas del capital humano debido a

que se asocian con la deserción escolar y laboral(Ministerio de la Protección Social, 2008, págs. 8 -

11).

A continuación se presentarán los enfoques teóricos que se encuentran explícitos en el

documento de política. Es útil mencionarlos en tanto permitirán abordar en el Capítulo 4 la

discusión teórica sobre los modelos de PPD vigentes en Colombia. En el fragmento que subsigue se

describirán los ejes de intervención de la política, se observará que hay una marcada tendencia

hacia la prevención a expensas de la reducción del daño.

3.2. Fundamentos teóricos La política de reducción del consumo se compone de tres enfoques teóricos. El primero tiene que

ver con la concepción de desarrollo humano, estimulado por los aportes del célebre economista

hindú Amartya Sen5 . Este enfoque se concibe a partir del concepto de gestión social de riesgos6,

según el cual las personas en una sociedad pueden disminuir su ingreso por causa de una serie de

factores que los hacen vulnerables, por lo que el Estado debería intervenir sobre ellos,

minimizándolos. Llevado al campo de la salud pública, se añaden las nociones de capacidad y

oportunidad, con los que se hace referencia a la implementación de políticas que brinden

capacitación a las poblaciones más vulnerables y les permitan conseguir los recursos necesarios

para superar la vulnerabilidad(Ministerio de la Protección Social, 2008, págs. 15 - 17).

El segundo enfoque es la reducción de la demanda de drogas. La política pública no es muy clara al

respecto, pero se trata de la creación de redes público – privadas, en las instituciones, familias y

comunidades puedan interactuar con el objeto de prevenir el consumo de drogas integrando a los

sectores más vulnerables que componen esas redes. El tercer enfoque es la promoción de la salud.

Este alude al fomento de la capacidad de las personas de ejercer control sobre su estado de salud

y calidad de vida por medio de estrategias focalizadas en poblaciones con hábitos y prácticas que

afectan negativamente su estado de salud(Ministerio de la Protección Social, 2008, págs. 17 - 18).

5 En la bibliografía se encuentran citados los trabajos de este autor que fueron reseñados en la política de

reducción del consumo. Aquí no interesa ahondar en su trabajo, más bien ilustrar la importancia que toma

su pensamiento en el documento.

6 En Ingles ‘’Social risk management’’.

Page 30: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

39

Los enfoques teóricos dejan entrever que las prioridades de los diseñadores de la política pública

se encuentran en función de un sujeto particular, quien no es precisamente el consumidor de

drogas sino la persona que es susceptible de caer en ellas, dados factores como la edad, la

pertenencia a grupos sociales particulares, el ambiente escolar, el ambiente laboral y la presencia

de redes de micro tráfico. Dicho en otros términos, prevalece la importancia de la prevención

sobre la reducción del daño. Al revisar el Plan Nacional de Reducción del Consumo de Colombia

por ejemplo, es notorio que existe mayor cantidad de metas en prevención, así como también que

la población focalizada es la correspondiente a los rangos etarios de 5 a 18 años, escolarizada y no

escolarizada. Los pertenecientes a agrupaciones juveniles: tribus urbanas, barras bravas y

pandillas; adolecentes en conflicto con la ley (recluidos en correccionales). Además personas en

desplazamiento y privadas de la libertad(Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de

Drogas, 2008, pág. 13).

Otros aspectos de este tipo que se pueden mencionar son los supuestos de consumo cero y aporte

agregado al daño. El supuesto de consumo cero indica que el primer resultado de política pública

de drogas debe ser la abstención total de los narcóticos, no importa si se utilizan con fines

recreativos o por dependencia. Los siguientes pasajes son ilustrativos:

‘’ También será objeto de acción política el uso indebido de sustancias por parte de cualquier

persona en cualquier momento de su ciclo vital, de medicamentos psicofármacos y

psicotrópicos de control especial sin prescripción médica y sin evidente relevancia terapéutica;

así como el uso de químicos volátiles con la única intención de obtener sus efectos

psicoactivos.’’(Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de Drogas, 2008, pág. 19)

‘’ Será objeto de la política la dependencia, entendida como un mismo fenómeno para todas la

SPA (Sustancias Psicoactivas), se diferencia de otras dependencias (como el juego) por las fuentes

farmacológicas y fisiológicas del refuerzo.’’(Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de

Drogas, 2008, pág. 20)

Este último fragmento guarda relación con el supuesto de daño agregado. Cualquier consumo de

droga, así se haga en una actitud de experimentación, tiene efectos perversos para el conjunto de

la sociedad. Por lo que no hay distinción entre drogas suaves (Marihuana y Hachís) y fuertes

(Cocaína y Heroína), las primeras que generan menos dependencia que las segundas. Un enfoque

de este tipo resulta restrictivo, como lo señalan Guzmán y Uprimny (2010a)(2010b), si una persona

Page 31: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

40

no atenta contra el bienestar de su entorno social al consumir una droga, penalizar su dosis

personal es una violación a su libertad individual. En consecuencia, este supuesto no diferencia

entre los daños que conllevan los distintos tipos de drogas. Para finalizar véase el fragmento que

lo ilustra mejor:

‘’ Esta perspectiva permite reconocer que en todo consumo, sea este de alcohol, tabaco u

otras SPA (Sustancias Psicoactivas) hay riesgos, y estos más allá de ser o no producto de una

dependencia, son relevantes por su aporte a la suma total de problemas derivados del

fenómeno.’’(Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de Drogas, 2008, pág. 20)

3.3. Ejes de intervención La política de reducción del consumo plantea cuatro ejes estratégicos de intervención: Prevención,

mitigación, superación y capacidad de respuesta(DNE, 2010, págs. 210 - 233; Ministerio de la

Protección Social, 2008, págs. 21 - 32). Cada eje se desagrega en productos, metas y estrategias

sucesivamente.

El objetivo general de la prevención es ‘’Reducir la vulnerabilidad de SPA (Sustancias Psicoactivas)

lícitas, ilícitas y de control especial, interviniendo de manera integrada los factores macro sociales,

micro sociales y personales más predictivos del consumo’’. Para tal fin se propusieron cinco

productos, cada uno con dieciocho metas y/o estrategias. Vale resaltar que varios productos

tienen componentes intangibles, a continuación un ejemplo:

Tabla 1 - Eje de prevención

PRODUCTO Los grupos de alta vulnerabilidad al consumo de SPA (Sustancias Psicoactivas) cuentan con proyectos de vida realizables y sostenibles que facilitan su inclusión social y productiva

7.

INSTITUCIÓN RESPONSABLE

META/ESTRATEGIA

1

A 2010 se ha implementado una estrategia de promoción de 600 emprendimientos y proyectos productivos y socio – culturales para jóvenes de alta vulnerabilidad al consumo de SPA quienes también trabajaran como líderes pares y multiplicadores de la promoción y prevención del consumo de SPA.

ICBF

SENA

Colombia Joven

(Presidencia de la

República)

META/ESTRATEGIA A 2010 el 20% de las instituciones de educación media (en entidades territoriales de mayor prevalencia de consumo de

Ministerio de

7 Se debe hacer caso omiso a los verbos en presente que se encuentran en las tablas. El Plan Nacional de

Reducción del Consumo se publico en 2008.

Page 32: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

41

2 SPA) están articuladas y ofrecen información técnica-profesional pertinente.

Educación Nacional

Fuente: (Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de Drogas, 2008)

El objetivo de la mitigación es disminuir ‘’el impacto del consumo reduciendo la vulnerabilidad de

individuos, familias y comunidades a sufrir riesgos y daños continuos evitables y prevenibles’’. Este

eje cuenta con menor cantidad de productos y estrategias. En él se recogen actividades como la

promoción de servicios de salud física y mental, ejercicios de control social para disminuir la

accidentalidad vial por culpa del alcohol, provisión de información a los consumidores sobre los

efectos y riesgos de las drogas e igualmente campañas para reincorporar a la sociedad a las

personas estigmatizadas por consumir. La siguiente tabla incluye un ejemplo:

Tabla 2 - Eje de mitigación

PRODUCTO La comunidad reduce el estigma y la discriminación frente a los consumidores de alcohol y otras SPA y viabiliza su recuperación a partir de su inclusión social en el sistema de oportunidades.

INSTITUCIÓN RESPONSABLE

META/ESTRATEGIA

1

A 2010 al menos 10 ciudades han formado e integrado operadores pares a sus equipos institucionales para apoyar las acciones de mitigación y promoción de la salud, así como la reducción del estigma y la discriminación.

Ministerio de

Protección Social

Comités territoriales

de prevención del

consumo8

META/ESTRATEGIA

2

A 2010 en al menos 10 ciudades se cuenta con un sistema de evaluación y seguimiento de casos de procesos de inclusión.

(Comisión Nacional de Reducción de la Demanda de Drogas, 2008)

El eje de superación tiene como objetivo ‘’Reducir el impacto del consumo ofreciendo medios

(información, servicios, asistencia y apoyo) oportunos e integrales a individuos, familias y

comunidades’’. La superación es el eje con menor cantidad de productos y metas, cuyo

componente principal resulta siendo la creación de Centros de Atención en Drogadicción (CAD). La

política contempla, adicionalmente, ajustar la oferta de este tipo de espacios con la demanda que

existen de los mismos. Los productos y las metas de este eje permiten ver que no hay referencia a

la reducción del daño.

Tabla 3 - Eje de dependencia

8 Uno de los principios de la política de reducción del consumo es la territorialidad, consistente en la

desconcentración de funciones y presupuestos en las entidades territoriales para la aplicación de las

estrategias compiladas en el documento. Las iniciativas regionales en materias de drogas pueden

consultarse en el sitio web www.descentraliza.gov.co.

Page 33: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

42

PRODUCTO La oferta de servicios para la superación de la dependencia al alcohol y otras SPA es amplia y de calidad

INSTITUCIÓN RESPONSABLE

META/ESTRATEGIA

1

A 2010 el 100% de las entidades territoriales del orden departamental cuentan al menos con un CAD o alguna otra modalidad de atención para la atención de la dependencia.

Ministerio de Protección

Social

Fondo Nacional de

Estupefacientes

ICBF

El cuarto eje de la política es la construcción de capacidad de respuesta. Este contempla una serie

de medidas de integración de las políticas sobre las drogas entre los niveles nacional y territorial.

Las metas para garantizar la capacidad de respuesta tienen que ver con mínimos en cobertura que

deben tener los CAD y los planes territoriales de salud mental y reducción del consumo. El Plan

Nacional de Reducción del Consumo se proyecta como un todo, de forma que al concretar los

primeros tres ejes en términos de resultados, se supone que se haya concretado el último. La

siguiente tabla ofrece un ejemplo:

Tabla 4 - Eje de capacidad institucional

PRODUCTO Se ha aumentado la disponibilidad de servicios sanitarios, informativos, sociales de calidad que facilitan la atención oportuna e integral a la población consumidora de SPA, sus familias y la comunidad en general.

INSTITUCIÓN RESPONSABLE

META/ESTRATEGIA

1

A 2010 el 100% de los Centros de Atención en Drogadicción CAD se encuentran habilitados por las secretarías de salud territoriales.

Ministerio de Protección

Social

Secretarias de Salud

Territoriales

3.4. Síntesis de la sección

Al llegar a este punto se pueden dilucidar algunos de los supuestos implícitos en la política pública

de reducción del consumo. Primero, el sujeto al que se dirige la política es el joven escolarizado

perteneciente a organizaciones juveniles, no la persona que se encuentra en condición de

adicción. Segundo, toma lugar por el supuesto de cero consumos. Por lo que, no hace distinciones

entre drogas suaves y fuertes. En este sentido, cuarto, no incorpora medidas de reducción del

Page 34: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

43

daño dentro de sus productos y metas. Estas posturas se ven reflejadas en aspectos operativos

como por ejemplo el énfasis en los programas de prevención.

Al dar un vistazo a otros de los supuestos que se hallan en la política, se infiere que se

incorporaron algunos de los principios que se mencionaron en la sección 1.3 sobre reducción del

daño. Recuérdense cuales son:

1. El consumidor debe ser abordado con unas estrategias de cooperación y compañerismo.

2. El consumidor debe ser tratado sin estigmas.

3. El consumo de la persona debe ser puesto en contexto, identificando las variables que

lo ponen en peligro de ser un consumidor de alto riesgo.

La política de reducción del consumo hace hincapié en que la persona que consume o esta

propensa a consumir deben estudiarse en su contexto y su tratamiento implica acciones que

vienen desde la familia y las redes sociales. Al verse envuelto el enfoque de desarrollo humano,

ligado a la noción de capital social (ver sección 3.1), la política depura la estigmatización de la

persona que consume. Como recién se vio, el eje de mitigación compendia los productos en el

tema. En la siguiente sección se discutirá esta política pública desde el punto de vista de los

modelos presentados en el Capítulo 1, con el objeto de responder la primera pregunta de

investigación.

4. El modelo de reducción del daño y el de reducción del consumo

de drogas en Colombia

En este capítulo se enunciaran tres argumentos con los cuales se responderá la primera pregunta

de investigación, la cual indaga por el modelo de política pública de drogas (PPD) que ha venido

adoptando el Estado colombiano, tomando en consideración las recientes discusiones

internacionales. Las cuestiones tratadas en este espacio servirán para tener un mejor

entendimiento del capítulo subsiguiente, enfocado en el gasto del país en PPD, pero por el

instante la discusión se restringe al plano teórico. Cabe recalcar que las ideas que se exponen a

continuación son producto de la reflexión crítica del autor, por lo que resultan siendo un aporte

original al tema de estudio.

En primer lugar se sostiene que ‘’ Colombia ha venido implementando una política pública de

reducción del consumo a expensas del modelo de reducción del daño’’. El segundo lugar se

Page 35: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

44

asegura que ‘’ Colombia no adopta el modelo de reducción del daño porque este acepta la

despenalización de las drogas suaves y tolera la provisión de dosis de sostenimiento para las

fuertes’’. Finalmente se argumenta que ‘’El modelo colombiano de PPD es una combinación de la

reducción del consumo y de enforcement’’.

Para iniciar la discusión hay que recordar los dos puntos de vista principales propuestos por Benoit

(2003) en relación a las PPD. La autora asegura que deben analizarse en el contexto histórico de

las instituciones políticas. Para el caso de Canadá ella asevera que la consolidación del sistema de

salud universal, en el marco del Estado de bienestar, llevó a que el país le diera un tratamiento de

salud pública a las drogas. Entretanto, su vecino, Estados Unidos, no robusteció su sistema de

salud universal, por lo que el Estado no delego las funciones de tratamiento del problema de las

drogas en las instituciones de salud. Como consecuencia, en segundo lugar, las PPD de Canadá se

pusieron en manos de las entidades prestadoras de salud y en los profesionales de la salud,

mientras que Estados Unidos lo hizo con las instituciones policivas y judiciales. Así entonces, los

marcados contrastes entre las PPD de Canadá y Estados Unidos reposan en el tipo de instituciones

que históricamente adoptaron y la forma en la que determinaron la división del trabajo de las

entidades estatales. Es necesario recordar que el modelo de reducción del daño se caracteriza por

ser tolerante con la despenalización de las drogas suaves como la marihuana y el hachís(Bammer,

Hall, Hamilton, & Ali, 2002; Leuw, 1991; Loo, Beusekom, & Kahan, 2002), además de tener como

estrategia predilecta el cambio de agujas y la provisión de dosis de sostenimiento para los adictos,

financiadas por el Estado(Marlatt, 1996).

Por su parte, el Estado colombiano ha tenido una fuerte relación con el modelo de enforcement

por la presión del gobierno de los Estados Unidos y la ratificación de tratados internacionales,

orientando las instituciones políticas colombianas en materia de drogas hacia la lucha contra los

carteles del narcotráfico(Guzmán & Uprimny, 2010c). En este proceso histórico las entidades del

Estado que se han encargado de las PPD son de tipo policivo y judicial. No obstante,

recientemente se expidieron nuevos marcos normativos y políticas públicas en materia de drogas

desde un enfoque de salud pública, pero debido a que esta normatividad no acepta el consumo

recreativo de las drogas suaves, no discrimina entre drogas fuertes y suaves y pone especial

énfasis en la reducción del consumo, es válido decir que no adopta el modelo de reducción del

daño. Como documento expedido por el Estado, la Política Nacional de Reducción del Consumo no

puede contradecir las leyes vigentes ni tampoco el Artículo 49 de la Constitución, que penalizan las

Page 36: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

45

drogas, razón por la que no se echa mano de la reducción del daño en términos operativos. En

reemplazo del cambio de jeringas y la provisión de las dosis de sostenimiento, tal Política se

concentra en la prevención del consumo de drogas.

Si bien es cierto que Wodak (2012) define la reducción de daño como una forma de gestión del

riesgo, como pretende hacerlo la Política de Reducción, la diferencia radica que uno tiene como

sujeto de planificación a la persona que es adicta, en contraste con la otra que tiene como sujeto a

la persona en riesgo de consumir drogas. La discrepancia es marcada. Se puede argumentar que el

eje de ‘’Superación’’ focaliza a la población adicta, pero como se vio en el anterior capítulo, las

acciones contempladas son para ajustar la oferta de los CAD a la demanda, con el objetivo de

reducir el consumo, no necesariamente llevarlo de niveles de riesgo altos a niveles aceptables9.

Expuesto lo anterior, se afirma que Colombia ha venido implementado un modelo de PPD desde el

enfoque de salud pública que no corresponde con la reducción del daño. La razón por la que no se

adopta el modelo es porque una PPD no puede ir en contraposición de las instituciones políticas

de enforcement históricamente adoptadas.

Este documento asegura que Colombia ha tomado un modelo de PPD que combina el enforcement

y la reducción del consumo, los cuales son complementarios desde el punto de vista de los

supuestos teóricos en los que se sustentan. . Si bien el Ministerio de Protección Social, el

Ministerio de Educación y el ICBF hacen parte de la constelación de instituciones encargadas de la

PPD en la actualidad, las políticas que han surgido desde estas entidades discrepan del consumo

recreativo y la distinción entre drogas suaves y fuertes. Del modelo de reducción del daño apenas

se toman unos cuantos supuestos, aunque se ignoran los procedimientos que recomienda para

gestionar el riesgo.

Si se plantean dos extremos en la discusión en torno a los modelos de PPD, el lector sabrá que en

una esquina se ubicará el prohibicionismo y en la otra la legalización (solo como modelo

abstracto). Justo en el medio se encontrará la regulación y la reducción del daño. La condición

para que existan ambos modelos es que el Estado despenalice cierto tipo de drogas y penalice

otros en virtud del nivel de dependencia que generan. Por este motivo son áreas grises o puntos

intermedios, dado que necesitan del control regulatorio del Estado y de la oferta del mercado para

9 El lector recordará los comportamientos riesgosos que se presentaron en el Capítulo 1 a partir del artículo

de Kerr, Small y Wood (2005).

Page 37: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

46

funcionar. Muy cerca al extremo del enforcement se puede posicionar la reducción del consumo,

pues esta no implica despenalización de droga alguna. Dicho modelo sirve para complementar el

enforcement en las áreas de salud pública en las que este no actúa directamente.

Es preciso distinguir la diferencia entre la Ley 1566 de 2012 y la Política Nacional de Reducción del

Consumo. La ley regula las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), es decir, afecta los

componentes principales del Sistema de Salud Colombiano. Por otra parte, la Política pone

directrices para ciertos sectores en determinados territorios, de manera que afecta a un conjunto

de personas cuyo rasgo compartido es ser vulnerables o adictos a las drogas. La diferencia se halla

en que la ley interviene en los proveedores de servicios de salud en todo el país, tiene efecto a

nivel de todo el sistema de salud, mientras la Política no, su alcance es mucho más limitado. Con

esta legislación se espera presenciar en años venideros un cambio sustantivo en la forma en la que

las personas adictas a las drogas son tratadas desde un enfoque de salud pública. En el siguiente

Capítulo se tendrá la oportunidad de apreciar gráficamente la prevalencia del gasto del Estado

colombiano en las estrategias de enforcement sobre la denominada reducción del consumo.

5. Gasto del Estado colombiano en PPD 1995 – 2010: La prevalencia

del enforcement Vs. la Reducción del consumo En las secciones anteriores se pudieron conocer los fundamentos de la política pública vigente en

el tema de reducción del consumo de drogas, y se consideraron varias discusiones teóricas

entorno a la postura que asume la PPD en relación al modelo de reducción del daño. Entretanto,

este apartado versará sobre el gasto del Estado colombiano en PPD para el período que

comprende entre 1995 y el año 2010. La razón de tomar este horizonte temporal para el análisis

presupuestal tiene que ver con la disponibilidad de datos.

El Observatorio de la Droga de Colombia (ODC) compila año a año una gran cantidad de

información sobre los gastos que el Estado colombiano realiza en materia de drogas. El resultado

es un documento titulado ‘’Gasto directo del Estado colombiano contra las drogas’’(DNE/DNP,

2005; DNE/DNP, 2007; DNE/DNP, 2008; DNE/DNP, 2009; DNE/DNP, 2010). Durante los últimos

siete años, el observatorio ha hecho esfuerzos por consolidar un modelo único de rendición de

cuentas para el público en general, presentando grandes avances en referencia a la

estandarización, no obstante con algunas falencias, las cuales dificultan el análisis detallado.

Page 38: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

47

Por ejemplo, uno de los fallos más comunes es la presentación de una tabla de datos en términos

de porcentaje para un año y para el siguiente la misma tabla en términos de millones de pesos. Es

igualmente desalentador que el modelo de informe utilizado por estos días solo se consolido hasta

2008, de forma que hay un vacío en términos de comparabilidad para los informes de 1995 a

2007. Muy a pesar de lo anterior, los funcionarios del Departamento Nacional de Estupefacientes

(DNE) y el Ministerio de Justicia y Derecho facilitaron su colaboración en la consecución de datos.

Retomando el punto de las discusiones teóricas, en el acápite el lector encontrará las siguientes

conclusiones:

El gasto del Estado colombiano en el tema de drogas esta primordialmente

concentrado en las estrategias de enforcement.

El gasto en reducción del consumo es pequeño frente al enforcement y muestra una

evolución negativa para el período de los últimos cinco años.

La división del trabajo en las PPD ha tendido a involucrar otras entidades estatales

diferentes a las policivas, en este caso el Ministerio de Salud y Protección Social, ICBF

(Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) y Ministerio de Educación.

Las entidades territoriales han tendido a aumentar su gasto en reducción de la

demanda.

Para el período 2009 – 2010 las entidades territoriales invirtieron gran parte de su

presupuesto en prevención, seguido de tratamiento y rehabilitación del consumo de

drogas.

Haciendo caso al objetivo general de la investigación, el cual es determinar el monto histórico de

los gastos de la nación y las entidades territoriales en PPD con enfoque de salud pública, se opto

por incluir tres tipos de variables que informaran al respecto: Gasto agregado por entidades, gasto

agregado por estrategias y gasto desagregado de las entidades territoriales en reducción del

consumo. La siguiente tabla resume las variables y sub variables estudiadas en este fragmento:

Tabla 5 - Variables y subvariables de la investigación

VARIABLES SUBVARIABLES

Gasto agregado por entidades -Gasto agregado de cada entidad pública año a

año en cada estrategia de PPD.

Gasto agregado por estrategias de PPD -Gasto agregado de todas las entidades

Page 39: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

48

públicas año a año en cada estrategia de PPD.

Gasto desagregado de las ET en reducción del

consumo

-Gasto de departamentos y municipios año a

año en la estrategia de reducción del consumo.

-Gasto de departamentos y municipios año a

año en actividades de la estrategia de

reducción del consumo.

Antes de iniciar el análisis, cabe recalcar que no se dispone del micro dato de todas las actividades

en las que invirtieron sus presupuestos las entidades territoriales ni tampoco la nación. Esto

quiere decir que se cuentan con datos agregados, como por ejemplo el gasto global del Ministerio

de Defensa o el gasto global en la estrategia de enforcement. Apenas se cuentan con datos

desagregados para 2009 y 2010. Por otra parte, los gastos que las entidades territoriales reportan

en el rubro de prevención no son confiables, debido a que se tienen en cuenta los presupuestos

para construcción de parques y actividades culturales, independientemente del objetivo de tratar

el consumo de drogas desde la salud pública. En esta misma línea de argumentación, los datos de

gasto global para la reducción de la demanda varían positivamente, en parte, a causa de la

introducción de nuevas entidades territoriales en los registros; si para el año X se computan 10

entidades, para el año Y se hace lo mismo con 20, incrementando el valor del gasto agregado para

el año Y.

5.1. Series de tiempo para el gasto del Estado colombiano en PPD 1995

- 2010 Para comenzar se debe advertir que en consideración con lo dicho en la sección 1.1, se hablará de

política de drogas más no de política anti droga. La razón es que, más allá de las orientaciones que

tengan las legislaciones de la droga en Colombia, las estrategias que se contemplan en la materia

no están sujetas únicamente a la reducción de la oferta. El Estado colombiano ha venido haciendo

inversiones en temas de desarrollo alternativo, gestión ambiental y por supuesto, en reducción de

la demanda.

El informe del ODC contempla seis estrategias en las que el Estado colombiano interviene en

asuntos relacionados con la drogas, a saber: I. Desarrollo alternativo, II. Reducción de la oferta de

drogas ilícitas, III. Fortalecimiento jurídico e institucional, IV. Reducción del consumo de drogas, V.

Gestión ambiental y VI. Política internacional. En la primera se contabilizan programas como

Page 40: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

49

Familias Guardabosques y la inversión en proyectos productivos. En la segunda la erradicación de

cultivos ilícitos y la destrucción de laboratorios de narcóticos. En la tercera la capacitación de

funcionarios en lucha contra las drogas y el aumento de la nomina para tal fin.

La cuarta tiene que ver con la inversión en estudios, prevención y rehabilitación de consumidores.

La quinta trata de las investigaciones para determinar el daño de las aspersiones con herbicidas

para erradicar los cultivos de hoja de coca y la última sobre las campañas de lucha contra las

drogas. La lista no es exhaustiva, pero sirve para hacer una idea de cada estrategia10.

La gráfica No. 1 evidencia que entre los años 1995 y 2010 la tendencia del gasto del Estado

colombiano en la ejecución de políticas de drogas ha sido creciente de manera exponencial (Ver

gráfica 1). . Los últimos años muestran un crecimiento notable, los gastos entre los años 2008 y

2010 equivalen al 13% y 14% de los gastos histórico en el tema (Ver gráfica 2).

Gráfica 1- Gasto total del Estado colombiano en políticas de droga 1995 - 2010

10

En los anexos se encuentra la tabla 11 de los gastos desagregados para estrategia en los años 2009 y 2010.

Page 41: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

50

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia Gráfica 2 - Participación del valor de cada año respecto al gasto total

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Porcentaje 1.6 2.3 3.0 3.1 2.7 3.5 3.9 4.2 4.5 4.5 7.6 9.4 8.3 13.9 14.0 13.4

0.0

2.0

4.0

6.0

8.0

10.0

12.0

14.0

16.0

Po

rce

nta

je

Page 42: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

51

En la gráfica No. 2 se observan las proporciones del gasto en cada una de las estrategias durante

los años 1995 a 200811. Durante el periodo analizado, entre el 50% y el 70% del total de la

inversión anual se orientó a la reducción de la oferta, significando con ello la intención de los

gobiernos en adelantar acciones contra la oferta de drogas ilícitas en el país; está política estuvo

acompañada por el fortalecimiento jurídico e institucional destinando entre el 20% y el 40% de los

recursos asignados en cada año. El tercer componente de gasto se dedicó al desarrollo alternativo

con inversiones promedio anual del 5% al 19%. Las restantes estrategias presentaron inversiones

que no superaron en promedio el 5% de los recursos asignados en cada año (Ver gráfica 2)12. En tal

sentido, el gasto del Estado colombiano se ha enfocado en las estrategias de enforcement.

Los picos de gasto de reducción del consumo se alcanzaron más de 10 años atrás. Por el contrario,

entre 2003 y 2008 se observan caídas por debajo de los niveles reportados en la década de los

90’s. Esto sugiere que el gasto de la nación no prioriza el tratamiento directo del problema de las

drogas, es decir, desde los consumidores, sino que se concentra en el indirecto, golpeando

carteles de las drogas.

11

En los anexos gráficos 8 y 9 se detallan los gastos de inversión en millones de pesos.

12 Para ver el gasto del Estado colombiano en la estrategia de fortalecimiento institucional se recomienda

ver la gráfica 8 en los anexos.

Page 43: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

52

Gráfica 3 - Porcentaje del gasto directo del Estado colombiano en políticas de drogas por estrategias 1995 - 2008

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

Page 44: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

53

La tabla 7 muestra las estadísticas descriptivas de tendencia central para el gasto en las estrategias

de reducción de la oferta y para la reducción del consumo. En promedio, el Estado colombiano ha

gastado 425.216 millones de pesos en reducción de la oferta, 194.337 millones en fortalecimiento

institucional y 25.442 millones en reducción de la demanda. El pico máximo de gasto en reducción

de la oferta fue de 1.347.317 billones de pesos. El máximo de reducción del consumo ha sido de

54.918 millones de pesos.

Tabla 6 - Estadísticas descriptivas gasto enforcement Vs. Reducción del consumo 1995 – 2008 *

Gasto total en

Reducción de la

Oferta

Gasto total en

Fortalecimiento

Institucional

Gasto total en

Reducción del

Consumo

Media 42.5216 19.4373 25.422

Mediana 26.9139 198.895 23.073

Desv. típ. 32.9144 99.800 12.177

Rango 1.184.008 384.778 46.374

Mínimo 163.309 51.039 8.544

Máximo 1.347.317 435.817 54.918

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

*Valores en millones de pesos colombianos

La tendencia observada en la última década debe ponerse en el contexto de la política

internacional y la colombiana. A nivel internacional los Estados Unidos transformaron el discurso

de seguridad luego de los atentados terroristas del 11 de Septiembre de 2001, en los que un grupo

de fundamentalistas islámicos se inmolo piloteando aviones comerciales contra el World Trade

Center, el corazón económico de la ciudad de Nueva York. El gobierno del entonces presidente

George Bush, candidato del partido Republicano, inauguro el discurso de lucha contra el

terrorismo.

Por su parte, en 2002 fue elegido como presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez, cuya

candidatura hizo hincapié en la necesidad de aplicar políticas de seguridad que replegaran el

crecimiento de los grupos guerrilleros, principalmente FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de

Colombia) y ELN (Ejército de Liberación Nacional). Uribe implemento entonces la política de

Seguridad Democrática en el marco del discurso de la lucha antiterrorista de los Estados Unidos.

Ello facilito que el país del norte girara recursos a través del Plan Colombia para la lucha contra el

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54

narcotráfico (Ver Sección 2), principal fuente de financiación de las guerrillas. Ello involucro la

aspersión aérea con glifosato a cultivos de hoja de coca y la tecnificación de las FFMM

colombianas. Por ende, es compresible el nivel de gasto que ha tenido el Estado colombiano en

reducción de la oferta para el último segmento del período (2002 – 2008).

Un cambio que ha ocurrido desde el año 2007 es la introducción del Ministerio de Salud y

Protección Social a la constelación de instituciones encargadas de la PPD en forma integral. Esta

entidad tuvo a su cargo la formulación de la Política Nacional de Reducción del Consumo de

Drogas (Ver sección 3). Igualmente sobresalen el ICBF y el Ministerio de Educación. El ICBF tiene

entre sus funciones administrar los centros de rehabilitación gratuita del consumo de drogas

dispuestos para niños y jóvenes. MinEducación ha capitaneado los programas de prevención13.

El rol asumido por estas entidades en la estrategia de reducción de consumo es evidente, aunque

los datos sugieren que el Ministerio de Protección Social no reporta gastos en años recientes (Ver

gráfica 4). No obstante el ICBF y Min Educación han tendido a aumentar sus gastos. El ICBF

muestra un incremento progresivo del gasto hasta el año 2001, luego cae y se recupera hasta

alcanzar su máximo pico en el año 2008. Las cifras de MinEducación lucen erráticas, años con

grandes gastos seguidos de años sin ningún gasto. Para 2008 esta entidad también alcanza su pico

más alto que supera los 2 mil millones de pesos. El Fondo Nacional de Estupefacientes, adscrito al

Ministerio de Protección Social, muestra gastos considerables, pero disminuye en 2007 y 2008. La

Policía Nacional y el INPEC reportan gastos por concepto de los programas que adelantan en

prevención del consumo de drogas para niños, profesores y padres de familia, así como para

reclusos y jóvenes en correccionales14. En la gráfica 5 se observa que el ICBF ha tenido la

participación mayoritaria año a año en el gasto para la reducción del consumo, seguido del INPEC.

Al principio del período el Ministerio de Comunicación participa en los gastos, pero para el quinto

año en adelante no reportan datos.

13

Para ahondar en las funciones correspondientes a cada entidad dentro de la PPD se recomienda ver las

tablas 9 y 10 en los anexos.

14 Para ver la evolución del gasto para las otras entidades que aplican las estrategias de enforcement se

recomienda ver los anexos.

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Gráfica 4 - Gasto de las entidades del Estado en la estrategia de reducción del consumo 1995 - 2008

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

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Gráfica 5 – Participación de las entidades del Estado en el gasto total anual en la estrategia de reducción del consumo 1995 - 2008

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

Los gastos dedicados a la reducción de la oferta resultan superiores a los de las otras estrategias.

El Ejército Nacional, la Armada Nacional y la Fuerza Aérea, junto con la Dirección Antinarcóticos de

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57

la Policía Nacional reportan los mayores egresos (Ver gráfica 9 en anexos). Las cifras para las dos

primeras entidades se incrementan para todo el período y de forma rápida en los últimos tres

años. En tanto que las dos últimas entidades disminuyen su gasto en años recientes. El Ministerio

de Defensa no reporta cifras desde el año 2000, lo cual puede sugerir dos cosas, o bien

MinDefensa ha desconcentrado funciones de erradicación de cultivos e incautaciones de droga en

el Ejército y la Armada, o bien desde la época no envía informe al ODC. Resulta más coherente la

primera opción15.

Los datos también permiten hacer distinciones en gastos desde el punto de vista de la división

territorial del Estado (Ver gráfica 5). En el caso concreto de la reducción del consumo, las

entidades territoriales han tendido a un mayor porcentaje de la participación en el gasto durante

el período 2004 – 2007. Desde el 2003 hacia atrás el gasto de la Nación fue mayor que el de las

entidades territoriales para este rubro. La nación ha venido reportando gastos que oscilan entre el

27% y el 65% de los egresos globales, mientras las entidades territoriales hacen lo suyo en el rango

de 35% a 73%. Incluso es posible diferenciar el gasto de los municipios y los departamentos (No

olvidar que estas cifras varían en parte gracias al aumento de las entidades que reportan gastos).

Gráfica 6 - Porcentaje del gasto total en reducción del consumo - Nación Vs. ET 1995 - 2008

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

15

Para las series de tiempo de gastos de las entidades públicas se utilizan gráficas en millones de pesos. Esta

elección metodológica tuvo que ver con que no se apreciaban muy bien los contrastes entres estrategias al

poner las series de tiempo con porcentajes.

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Las alcaldías han ido aumentando sus egresos en materia de reducción paulatinamente, mientras

que los departamentos, a pesar de que han tenido momentos de reajuste, están a la cabeza en

cuanto a gasto se refiere (Ver gráfica 6). La excepción es el período 2000 a 2003 cuando los

municipios gastaron más que los departamentos. Para los dos últimos años de la serie se nota que

los presupuestos de ambos tipos de entidad son iguales. Esto ocurre porque la base de datos del

ODC no cuenta con cifras precisas para esos espacios de tiempo.

La tabla 8 contiene los estadísticos descriptivos para las variables de gasto de las entidades

territorales, distinguiendo departamentos y municipios. Para efectos comparativos se tuvo en

cuenta la participación de la nación. El promedio de gastos de las entidades territoriales en

reducción del consumo fue de 12.052 millones de pesos, lo que contrasta con los 13.370 millones

de la nación. Los departamentos reportan gastos por 5.983 millones, mientras que los municipios

alcanzan 4.198 millones. El pico más alto de gasto en la estrategia lo tuvo la nación con 32.368

millones. Las entidades territoriales tuvieron un máximo de 27.534 millones.

Tabla 7 - Gasto de la Nación y las entidades territoriales en reducción del consumo 1995 – 2008 *

Gasto de las

Entidades

Territoriales en

Reducción del

Consumo

Gasto de la

Nación en

Reducción del

Consumo

Gasto de los

Departamentos

en Reducción del

Consumo

Gasto de los

Municipios en

Reducción del

Consumo

Media 12.052 13.370 5.983 4.198

Mediana 9.472 12.019 4.671 2.136

Desv. típ. 7.400 6.907 5.112 5.289

Rango 23.630 27.728 17.834 18.171

Mínimo 3.904 4.640 1.033 696

Máximo 27.534 32.368 18.867 18.867

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia *Valores en millones de pesos colombianos

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Gráfica 7 - Gasto de las entidades territoriales en reducción del consumo de drogas 1995 - 2008

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia16

Los datos de las actividades en las que las entidades territoriales han gastado los recursos públicos

para los años 2009 y 2010 resultan útiles, porque permiten indagar por las prioridades de estas en

el tema de reducción del consumo. El énfasis de las ET es la prevención del consumo, seguido del

tratamiento y la rehabilitación (Ver gráfica 7). Sin embargo esta prevención no solo se refiere a

programas educativos. Más bien a inversiones en infraestructura recreativa y juegos comunitarios.

Resulta enriquecedora esta información, pues alude a que las ET como la Nación no se encuentran

concentradas en programas de reducción del daño y tratamiento, en vez de ello, el énfasis lo

ponen en la prevención (Ver la discusión teórica entorno a la reducción del daño del Capítulo 4).

16

Los informes del ODC aclaran que los datos que se tienen para el cálculo del gasto de los municipios

provienen de 30 ciudades, pues el resto de municipio del país no responden los requerimientos de la

entidad. Para ver en detalle se puede consultar la gráfica 9 en los anexos.

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60

Gráfica 8 - Gasto de las ET en actividades de reducción del consumo de drogas 2009 - 2010

Fuente: (DNE, 2010) – Elaboración propia

Las anteriores series de tiempo permiten decir que:

El gasto en enforcement prevalece sobre el gasto en reducción del consumo. El promedio

de gastos del Estado en reducción de la oferta es de 425.216 millones de pesos, en

fortalecimiento institucional de 194.373 millones frente a 25.422 millones en reducción

del consumo.

La división del trabajo en las PPD ha involucrado cada vez más instituciones de tipo social

como el ICBF, Ministerio de Protección Social y el Ministerio de Educación.

Las entidades territoriales han hecho esfuerzos presupuestales en el tema de PPD, aunque

existe una evidente concentración en la prevención. La nación muestra un promedio de

aportes superior a las entidades territoriales con 13.370 millones y estas últimas 12.052

millones. Los departamentos aportan más que los municipios en la estrategia, los primeros

con un promedio de 5.983 millones y los segundos con 4.198 millones.

6. Comentarios finales Enmarcado en la literatura de ciencia política, la investigación abordo el problema de las políticas

de drogas en Colombia desde una perspectiva de instituciones políticas. Se destaco que existe una

relación entre el tipo de instituciones que históricamente adopta un país, con el tratamiento que

Page 52: MODELOS DE POLÍTICAS DE DROGAS EN COLOMBIA: UNA ...

61

se le ofrece a las políticas públicas desde un enfoque de salud pública. El marco institucional

colombiano ha sido marcado por el modelo de enforcement a expensas del modelo de reducción

del daño.

En este contexto, la Política Nacional de Reducción del Consumo, como esfuerzo del Ministerio de

Protección Social para elaborar directrices para el tratamiento de las drogas desde la salud

pública, toma parte a favor del enforcement. La política no hace distinción entre drogas suaves y

fuertes, debido a que se apega al supuesto de consumos cero. Tampoco contempla programas de

cambio de agujas, provisión de dosis de sostenimiento o terapias de sustitución como son

aconsejables desde la reducción del daño.

El estudio encontró que el modelo predominante de PPD en Colombia es el enforcement. A pesar

de los pasos avanzados en medidas de salud pública, las políticas en la materia son estrategias

para reducir el consumo más no el daño. Esto significa que ponen énfasis en la prevención, no en

el sujeto que se encuentra en condición de adicción. La reflexión propuesta es que la reducción del

consumo es un enfoque de salud pública que complementa la acción de las políticas de

enforcement por otros medios. Sin embargo genera expectativa la implementación de la Ley 1566

de 2012, dado que obliga al sistema de salud colombiano a proveer atención integral a las

personas adictas a las drogas.

Las series de tiempo muestran que el Estado colombiano gasta cantidades de dinero muy

superiores en estrategias de enforcement que en reducción del consumo. La reducción de la

oferta, la cual incluye actividades como la erradicación de cultivos de hoja de coca y destrucción

de laboratorios de narcóticos, presenta un gasto promedio anual de 425.216 millones de pesos a

partir de los cálculos para el período 1995 – 2008. La otra estrategia de enforcement, el

fortalecimiento institucional, tiene un gasto aproximado de 194.373 millones anuales. Dichas

cifras superan ampliamente los 25.422 millones gastados en reducción del consumo. Es

importante considerar que en los últimos años las entidades territoriales han aportado la mayor

porción de recursos a esa cifra, sin embargo muestran gastos en infraestructura recreativa y

eventos culturales, poniendo en duda si los recursos tienen como propósito atender a la población

en condición de drogadicción.

La investigación deja entrever que existe un proceso de transformación internacional y local en

cuanto a las posturas sobre las drogas y su despenalización. Recientemente se han pronunciado

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62

actores políticos y organismos internacionales a favor de regular las drogas suaves e implementar

programas de reducción del daño para las fuertes, en vista de los perjuicios que la implementación

del modelo de enforcement ha producido. Sin embargo, desde la mirada histórica de las

instituciones políticas colombianas, la tarea no resultará fácil, porque los condicionantes de

política internacional y domestica se perpetuán, acentuando el énfasis en la prohibición o

enforcement.

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63

7. Anexos Ilustración 1 - Distribución de recursos de The Global Fund en el ‘’paquete integral’’ de WHO 2002 - 2009

Fuente: (Bridge, Hunter, Atun, & Lazarus, 2012)

Ilustración 2 - Distribución del presupuesto de The Global Fund en el ‘’paquete integral’’ de WHO en millones de dólares 2002 - 2009

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64

Fuente: (Bridge, Hunter, Atun, & Lazarus, 2012)

Gráfica 9 - Gastos directos del Estado colombiano en la estrategia de reducción de la oferta de drogas 1995 - 2008

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65

Gráfica 10 - Gastos directos del Estado colombiano en la estrategia de fortalecimiento institucional 1995 – 2008

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67

Tabla 8 - Programas y entidades responsables - Eje de prevención

Tabla 9 - Eje de mitigación

Gráfica 11 - Cantidad de entidades territoriales que reportan datos para el ODC

Elaboración ODC. Fuente: (DNE, 2010)

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