modelos de gestion

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77 La regeneración y el desarrollo sostenible de los centros históricos, junto con la revalorización del patrimonio cultural y urbano que encierran, son prioridades presentes en las agendas programáticas de las autoridades locales de las ciuda- des de América Latina y el Caribe. Por una parte, la recuperación y el aprove- chamiento de la infraestructura de las áreas centrales es percibida por los plani- ficadores como una estrategia optimizadora de recursos frente a los costos, fi- nancieros y medioambientales, de las nuevas urbanizaciones periféricas. El me- jor aprovechamiento de los centros urbanos se plantea como una estrategia que apoya la búsqueda de la sustentabilidad del desarrollo urbano, particularmente de las grandes ciudades. Por otra parte, la valorización del patrimonio urbano de los centros históricos aparece como fuente de desarrollo económico, vía la industria turística, además de representar un fuerte potencial de identidad co- lectiva, de una ciudad o de una nación. Los procesos recientes de revalorización de los centros históricos en la re- gión, particularmente los declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, han motivado múltiples iniciativas de intercambio y difusión de experiencias. Más allá de las exposiciones de ‘estudios de casos’, se promovieron espacios de sistematización y análisis, con el fin de profundizar en torno a las estrategias e instrumentos que sustentan los procesos iniciados, particularmen- te los que parecen ser más exitosos. Al final del I º . Encuentro de Alcaldes y Autoridades Latinoamericanos de Ciudades con centros históricos en procesos dinámicos de recuperación (Lima, no- viembre 1997), representantes de varias ciudades de la región decidieron cons- Modelos de gestión en los centros históricos de América Latina y el Caribe En busca de la integralidad, la gobernabilidad democrática y la sostenibilidad René Coulomb

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como recuperar la memoria historica de centros urbanos latinos

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77La regeneracin y el desarrollo sostenible de los centros histricos, junto con larevalorizacin del patrimonio cultural y urbano que encierran, son prioridadespresentes en las agendas programticas de las autoridades locales de las ciuda-des de Amrica Latina y el Caribe. Por una parte, la recuperacin y el aprove-chamiento de la infraestructura de las reas centrales es percibida por los plani-ficadores como una estrategia optimizadora de recursos frente a los costos, fi-nancieros y medioambientales, de las nuevas urbanizaciones perifricas. El me-jor aprovechamiento de los centros urbanos se plantea como una estrategia queapoya la bsqueda de la sustentabilidad del desarrollo urbano, particularmentede las grandes ciudades. Por otra parte, la valorizacin del patrimonio urbanode los centros histricos aparece como fuente de desarrollo econmico, va laindustria turstica, adems de representar un fuerte potencial de identidad co-lectiva, de una ciudad o de una nacin.Los procesos recientes de revalorizacin de los centros histricos en la re-gin, particularmente los declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad porla UNESCO, han motivado mltiples iniciativas de intercambio y difusin deexperiencias. Ms all de las exposiciones de estudios de casos, se promovieronespacios de sistematizacin y anlisis, con el fin de profundizar en torno a lasestrategias e instrumentos que sustentan los procesos iniciados, particularmen-te los que parecen ser ms exitosos.AlfinaldelI.EncuentrodeAlcaldesyAutoridadesLatinoamericanosdeCiudades con centros histricos en procesos dinmicos de recuperacin (Lima, no-viembre 1997), representantes de varias ciudades de la regin decidieron cons-Modelos de gestin en los centros histricosde Amrica Latina y el CaribeEn busca de la integralidad, la gobernabilidad democrtica y la sostenibilidadRen Coulombtituir una red de intercambio y reflexin, sobre la base de principios comparti-dos, los cuales se plasmaron en la Declaracin de Lima1.A pesar de la diversidad de contextos econmicos, sociopolticos y urba-nos, los barrios antiguos y patrimoniales de las ciudades de la regin presentanproblemticascomunes:degradacindelpatrimoniohistricoyurbano,des-poblamiento, subempleo y desempleo, alta presencia de poblacin en extremapobreza, imagen urbana negativa, falta de accesibilidad, privatizacin de los es-pacios pblicos, entre otros. Varias autoridades locales se dieron a la tarea de re-pensar el papel que debe jugar la centralidad histrica en relacin con una ur-banizacin en permanente expansin y la multiplicacin de nuevas centralida-desurbanascadavezmsdispersasysegregadas.Enesteproceso,seponeenevidencia la obsolescencia de las polticas y de la gestin pblica en los centroshistricos:apartedecarecerdeunenfoqueintegral(muchasvecesexcesiva-mente centradas sobre la conservacin de monumentos aislados), suelen pade-cer de importantes dficits de gobernabilidad.De un lado, las polticas de proteccin del patrimonio surgieron y se ad-ministraron desde las esferas del gobierno central; pero esta gestin centralistaes cada vez ms cuestionada por los procesos de descentralizacin y de reivin-dicacin del poder local. Del otro lado, la difusin de la doctrina neoliberal enla regin, de un estado adelgazado, menos intervencionista y ms facilitador2,lleva a varios gobiernos locales a impulsar la intervencin de las iniciativas pri-vadas en los centros histricos.Varios responsables de conducir las instituciones y los programas de re-generacin o rescate comparten la inquietud por encontrar nuevos modelosde intervencin en los centros histricos que los afiancen como centros vivosde la ciudad, mediante una accin concertada de los actores pblicos y priva-dos para lograr la sustentabilidad de su rehabilitacin y valoracin3. El IIIEn-cuentro de la Red (ciudad de Mxico, abril de 2000) tuvo como objetivo ana-lizar los distintos modelos y mecanismos de gestin/financiamiento que se es-tn utilizando en varias ciudades de Amrica Latina y el Caribe, y que permi-78Ren Coulomb1 La Declaracin se estructura en torno a siete campos de accin: a) Modelos de Intervencin, b) Marcosde Gestin y Administracin, c) Mecanismos de Financiamiento, d) Participacin y Solidaridad, e) Ca-lidad del Hbitat, f ) Diversidad Cultural y g) Investigacin, Comunicacin y Capacitacin. La Decla-racin fue firmada por las ciudades de Arequipa, Barcelona, Bogot, Brasilia, Cajamarca, Cusco, La Ha-bana, Lima, Mxico, Quito, Ro de Janeiro, Salvador de Baha, San Jos de Costa Rica, Sao Paulo.2 Vase las conclusiones en torno a la enabling strategy de la Conferencia de las Naciones Unidas, HA-BITAT II (Estambul, 1996).3 Declaracin de Lima, 1 prrafo.ten llevar a cabo, con cierto xito, los procesos de conservacin del patrimonioy de rehabilitacin urbana. Las conclusiones de esta reunin se recogieron en laDeclaracin de la ciudad de Mxico, firmada por los representantes de 29 ciuda-des.Deestasexperienciasyreflexionesrecientes,quisierandarcuentabreve-mente las pginas siguientes.Del protagonismo estatal a la gestin compartidasector pblico/sector privadoEn el centro de la reflexin est sin lugar a duda la (re)definicin del papel delos distintos actores y de las formas de coordinacin y/o asociacin entre: go-biernos nacionales, autoridades locales, iniciativa privada, habitantes, agenciasinternacionales de cooperacin, etc. Los escasos intentos de sistematizacin dedistintas experiencias en Amrica Latina y el Caribe4permiten diferenciar va-riostiposdegestinpblica,queavecescoincidenenelespacioy/oeneltiempo.La conservacin de monumentos por parte del Estado En todos los centros histricos de la regin, la conservacin del patrimonio segest desde las esferas gubernamentales y se instrument mediante la creacinde un marco legal e institucional especfico, operado por los gobiernos centra-les. El registro y catalogacin de un patrimonio histrico, sometido a normasestrictas de conservacin constituye la primera accin pblica en la mayora delos casos. Esta visin conservacionista del patrimonio, en vez de promover, sue-le desalentar la intervencin de los propietarios, por lo que los gobiernos asu-menqueeslainversinpblicaquedebeencabezarelproceso,mediantelaaplicacindeprogramasdeinversinpblicadestinadosalrescatedemonu-mentos aislados de gran valor histrico y arquitectnico.Este protagonismo pblico suele ser acompaado - a veces promovido -por una elite cultural y/o de empresarios ilustrados, a travs de la creacin de79 Modelos de gestin en los centros histricos4 Vase, por ejemplo: Eduardo Rojas y Claudio de Moura Castro, Prstamos para la conservacin del patri-moniohistricourbano.DesafosyOportunidades,BID,DepartamentodeDesarrolloSostenible,Was-hington, D.C., Noviembre 1998fundaciones y patronatos, interesados en el rescate del patrimonio monumen-tal por razones de prestigio. Los monumentos rescatados se destinan a usos p-blicos, o bien a oficinas corporativas. En algunos casos, se crean institucionespblicas encargadas de financiar la conservacin de monumentos, sin que siem-pre est asegurada la continuidad del financiamiento pblico. Existen excepcio-nes, como la de la Oficina del Historiador de la ciudad de la Habana, que cap-ta e reinvierte en el rescate patrimonial las divisas provenientes de la actividadturstica en la Habana Vieja (170 millones de dlares en los ltimos seis aos);o bien el Fondo de Salvamento del Patrimonio Cultural (FONSAL) en Quitoque se alimenta de fuentes impositivas permanentes.Incentivos pblicos a la inversin privadaLa difcil movilizacin de recursos de los propietarios e inversionistas privadosen apoyo a la conservacin del patrimonio histrico ha llevado a varios gobier-nos locales a ofrecer exenciones tributarias y facilidades administrativas. En laciudad de Mxico, entre 1991 y 1999, se aplic una inversin de alrededor de300 millones de dlares a 500 inmuebles del centro histrico, beneficindosepropietarios e inversionistas de exenciones fiscales por un monto de 9 millo-nes. Otro ejemplo: en Sao Paulo se estableci la exencin del impuesto predialpor 10 aos, para los propietarios de inmuebles histricos que rehabiliten susfachadas.Elimpactodeestaspolticasfiscalesnohasidodeltodoevaluado,peroexisten indicios que hacen pensar que la asignacin de las inversiones en fun-cindelasolalgicadelmercado(larentabilidad)puedeconduciraefectosperversos o por lo menos no deseados. Por una parte, los inversionistas y pro-pietarios buscan disminuir el nivel de riesgo de sus inversiones exigiendo ma-yores incentivos por parte de la hacienda local, as como una menor regulacinnormativaporpartedelasinstitucionespblicasencargadasdelaproteccindel patrimonio. Por otra parte, como se ha podido evaluar en el caso de la ciu-dad de Mxico, las inversiones suelen aplicarse a espacios y a usos que ofrecenmayorrentabilidad(museos,comerciosyequipamientostursticos),dejandofuera a la vivienda - sobre todo para familias de bajos ingresos - y a las reas msdeprimidas de los centros histricos.80Ren CoulombLa gestin compartida, bajo la conduccin del gobierno localEsta forma de gestin suele derivarse de una doble constatacin: a) la imposi-bilidad de sostener el proceso sobre la sola base de la accin (y de la inversin)pblica, por lo que se busca atraer la inversin privada, y b) la necesidad, co-mo lo expresa la Declaracin de la ciudad de Mxico, de que esto no signifiqueuna privatizacin de la gestin pblica:... se procurarn modalidades de asociacin y de concertacin entre el sec-torpblicoyelsectorprivado,paralaviabilizacindelosprogramasyproyectos, sobre la base de un claro liderazgo desde el mbito municipal. Lalegitimidad de este liderazgo estar fundada en la coherencia y continui-dad del proceso, en la confiabilidad, claridad y transparencia de los actosde gobierno.Esta estrategia asociativa, sector pblico/sector privado, por cierto recomenda-da por HABITAT II para la gestin de los asentamientos humanos parece ha-ber permeado la mayora de las nuevas formas de gestin pblica que se han da-do estos ltimos aos en los centros histricos de la regin. Las nuevas figurasinstitucionales son muy diversas pero convergen hacia una gestin, y a un fi-nanciamiento, compartidos entre el sector pblico y el sector privado. Podemosmencionar, entre otros: el Fideicomiso Centro Histrico en la ciudad de Mxico,la Empresa del Centro Histrico de Quito, el Patronato Panam Viejo, el PRO-CENTRO en Sao Paulo y - hasta cierto punto - el PROLIMA en la ciudad deLima5.La asociacin con el sector privado busca, se dice, introducir en la gestinpblica la eficiencia empresarial, dificultar las desviaciones presupuestales (lacorrupcin?) y asegurar la permanencia de los programas a lo largo del tiempo,alejndolos de las incertidumbres que generan las coyunturas poltico electora-les. Al mismo tiempo, la presencia gubernamental facilita el acceso al financia-mientointernacional(cooperacinespaola,BancoInteramericanodeDesa-rrollo, PNUD, UNESCO); permite tambin cierto acceso al suelo y a los in-muebles, mediante la desincorporacin de una parte del patrimonio inmobilia-rio del gobierno central o municipal, o bien va expropiacin.81 Modelos de gestin en los centros histricos5 El Programa Municipal para la Recuperacin del Centro Histrico de Lima, PROLIMA, es un rgano des-concentrado de la Municipalidad de Lima.La creacin de una autoridad especfica parala gestin pblica en los centros histricosA pesar de las tendencias privatizadoras en la gestin urbana antes menciona-das, los procesos ms significativos de regeneracin de los centros histricos delareginsecaracterizanporunafuertepresenciagubernamental.Suelenini-ciarse bajo un fuerte liderazgo poltico capaz de conducir acciones significati-vas, por lo general por parte del alcalde. Esta voluntad poltica suele traducirseen la creacin de una nueva institucionalidad para la gestin pblica en el cen-tro histrico. As lo reconocen los participantes el IIIEncuentro de alcaldes yautoridades de Amrica Latina y el Caribe:...lasexperienciasexitosasparecenmostrarquelagestindelprocesore-quieredelaconsolidacindeunaautoridadautnoma dotadadetodoslosatributos y recursos para asegurar eficiencia y eficacia, para lo cual ha de ga-rantizarse un marco jurdico que delimite responsabilidades y competencias.La creacin de una autoridad especfica, a cargo del proceso de regeneracin ur-bana de un centro histrico, expresa la necesidad de superar una accin pbli-ca excesivamente sectorial, as como la frecuente falta de cooperacin entre go-bierno central y gobierno local. Los procesos de descentralizacin hacen que seconsidere que dicha autoridad debe ubicarse en el mbito del gobierno muni-cipal y ser capaz de coordinar, tanto las acciones de las distintas reas sectoria-les de la administracin local (vivienda, servicios urbanos, infraestructura, via-lidad y transporte, etc.) como las del gobierno central. Sin embargo, la propues-ta de autoridad autnoma, incluida en la Declaracin de Lima tiende a ser re-chazada. Se busca ms bien crear un organismo territorial tcnico y de gestinque cuente con un importante margen de autonoma en relacin con la gestinde la ciudad en su conjunto, y con recursos propios.Lasfigurasinstitucionalesdependendelasestructuraspolticoadminis-trativasdecadapasy/odecadaciudad:laDireccindeCentroHistrico enCuencao Tlacotalpan,laOficinadelConservador de Trinidad,laAdministra-cin Zonal Centro en Quito. Otras ciudades, como la de Mxico, se encuentranen el proceso de disear la coordinacin entre las distintas entidades que tienenatribuciones en relacin con el centro histrico.Los debates en torno a la autonomizacin relativa de la gestin del cen-tro histrico remiten a la cuestin ms amplia de las reformas poltico adminis-82Ren Coulombtrativas que muchas ciudades han emprendido. En este sentido, nos parece queel diseo de rganos de gobierno y de gestin, propios de los centros histri-cos, que sean capaces de asegurar la coordinacin, eficiencia y durabilidad delos programas y proyectos, constituye un desafo todava no resuelto, con nota-bles excepciones como la de La Habana Vieja.Pero si la unificacin de la accin pblica en los centros histricos, bajo laconduccin de un liderazgo poltico fuerte (el alcalde) parece haber producidovarias experiencias exitosas de regeneracin urbana, no deja de ser bastante vul-nerable a los recambios polticos locales6.Algunas ciudades piensan encontrar en el autofinanciamiento del organis-mo responsable, as como en los compromisos financieros internacionales ad-quiridos, formas de asegurar la permanencia y continuidad de la gestin pbli-ca. En el caso de Mxico, algunas ciudades utilizan para ello la figura del fidei-comiso, o bien la de un rgano desconcentrado. En la ciudad de Campeche,porejemplo,elrganodesconcentradoencargadodelcentrohistricopuedetener un patrimonio propio, captar recursos presupuestales, a la vez que gestio-nar recursos de fuentes no gubernamentales.La planeacin, como herramienta para la coordinaciny la integralidad de la accin pblicaVarias ciudades cuentan con un plan maestro para su centro histrico. No sonpocos los gobiernos locales que encuentran en el instrumento de la planeacinel referente concreto que soporta tanto la conduccin pblica del proceso de re-cuperacin del patrimonio urbano, como la coordinacin de la gestin guber-namental. En esos casos, lo que termina caracterizando la identidad institucio-nal del rgano especfico para un centro histrico es que este rgano tiene a sucargo la elaboracin y ejecucin de un plan pues, como se seala en la Decla-racin de Mxico: esta tarea de planeacin debe entenderse como un procesopermanente (..) y deber siempre ir de la mano con la gestin. Esta vinculacinplaneacin-gestin, en un contexto regional en donde la planeacin territorialprodujo muchas veces documentos desvinculados de la accin concreta, o en elmejor de los casos se limit a normar los usos del suelo.83 Modelos de gestin en los centros histricos6 El Programa de Preservacin y Desarrollo de la Ciudad de Cuzco (PPRED), iniciado en 1997, fue con-gelado en marzo de 1999 a consecuencia del cambio de gobierno municipal.Esta difusin de la prctica de planeacin para los centros histricos tienevarias explicaciones. Por una parte suele ser una exigencia de las agencias de fi-nanciamiento, como el Banco Interamericano de Desarrollo, y se presenta co-mo una condicin para atraer y dar certidumbre a las inversiones de los parti-culares. Los planes maestros se convierten en el posible referente para la accincoordinada de los distintos actores implicados: autoridades, propietarios, veci-nos, inversionistas, comerciantes, etc., y un instrumento concreto para asegu-rar la continuidad del proceso a lo largo del tiempo, dentro de un rumbo defi-nido.Por otra parte, la generalizacin de los planes maestros indica el fin de unapolticaexcesivamentecentradasobrelarecuperacindelpatrimoniomonu-mental, y la amplia aceptacin de que la conservacin de este patrimonio debede inscribirse dentro de acciones de regeneracin urbana ms integrales. La in-tegralidad empieza a ser un calificativo recurrente del trabajo de planeacinEl Plan Maestro deber ser integral, integrando la planeacin espacial, eco-nmica, social, ambiental e institucional, es decir constituir la Agenda 21del Centro Histrico. (Declaracin de Mxico, tercer prrafo).El Plan Estratgico para la regeneracin y el desarrollo integral del centro histricode la ciudad de Mxico es un ejemplo de esta bsqueda de integralidad7. DichoPlan establece cuatro lneas estratgicas de accin, vinculadas entre s: a) la re-cuperacindelacentralidadb)laregeneracinhabitacional,c)eldesarrolloeconmico y d) el desarrollo social. Varias ciudades comparten esta preocupa-cin de integrar, cada vez ms, los temas econmicos y sociales en el diseo desus planes maestros.Sin embargo, la integralidad sigue siendo un propsito ms que una prc-ticadelaspolticasydelagestinpblicas,lascualessecaracterizanporserampliamente sectoriales y territorialmente desarticuladas. La integralidad de laaccin pblica implica, en primer lugar, que la planeacin y las polticas de de-sarrollo econmico y social logren articularse con la planeacin territorial y laspolticas de desarrollo urbano y vivienda. Esta necesidad ha sido instituciona-lizada en la ciudad de Mxico, con la Ley de Planeacin del Distrito Federal8, cu-84Ren Coulomb7 Vase tambin el Plan de Desarrollo Integral de La Habana Vieja.8 Gaceta Oficial del Distrito Federal del 27 de enero de 2000. Vase en particular el artculo tercero: Laplaneacin tendr como ejes rectores el desarrollo econmico, el desarrollo social y el ordenamiento territorial..ya innovacin consiste en articular, dentro de un mismo instrumento de pla-neacin, el desarrollo econmico, el desarrollo social y el reordenamiento te-rritorial.Otra implicacin de los planes maestros, aunque todava no asumida a ca-balidad por varios de ellos, es que la planeacin de los centros histricos tieneque inscribir al Centro Histrico dentro de la problemtica del desarrollo de laciudad en su conjunto, tomando en cuenta los niveles superiores de planeacin,el Plan General o el Proyecto de Ciudad (Declaracin de Mxico). Sin embar-go, y a reserva de un anlisis en profundidad de cada uno de ellos, los planesmaestros de los centros histricos de la regin, si bien inscriben estos espaciosen planos de las ciudades en su conjunto y sus procesos espaciales de urbaniza-cin, carecen de esta visin integral que los interprete e inserte como parte delsistema urbano en su conjunto, planteada por la Declaracin de Lima.Ejemplificando de nueva cuenta con la ciudad de Mxico: la dinmica delcentrohistricoestfuertementedominadaporlaactividadcomercialy,enparticular, por el comercio al mayoreo que desplaza a la vivienda, es fuente deunimportantedeteriorodelosinmueblespatrimonialesycuyasbodegasali-mentan la multiplicacin del comercio en va pblica. A pesar que la estrategiadel plan consiste en limitar espacialmente la difusin de las bodegas, es obvioque el control de esta actividad no podr lograrse si no es dentro de un Plan dereordenamiento del sistema de abasto a escala de la metrpoli, del que todavacarece la ciudad de Mxico.La participacin social en la gestin de los centros histricosLa Declaracin de Lima retoma lo que es ya una doctrina ampliamente difun-dida en la regin, la construccin de una gobernabilidad democrtica:...alentar y fortalecer, para la sostenibilidad de la puesta en valor de los cen-tros histricos, la institucionalizacin de la participacin vecinal y ciudada-na (...) propiciar relaciones de solidaridad y reciprocidad, parte sustancialde una nueva relacin entre los diversos actores de la ciudad, en los mbi-tos poltico, econmico, social y cultural.La gran mayora de los gobiernos locales reconocen que la continuidad del pro-ceso de regeneracin y desarrollo integral del centro histrico es un desafo que85 Modelos de gestin en los centros histricosno puede enfrentarse ms que a travs del consenso, de la participacin y con-certacin ciudadana (Declaracin de Lima). Sin embargo, la participacin so-cial en los procesos de gestin de un centro histrico presenta especificidadesque no siempre han sido claramente tomadas en cuenta. De hecho, los instru-mentos e instituciones de participacin diseados para la ciudad en su conjun-to suelen ser los mismos que se aplican al centro histrico, cuando parece evi-dente que la complejidad de los intereses econmicos, polticos y sociales quelos envuelven no puede gestionarse solamente con instrumentos tales como loscomits de barrio, la planeacin o el presupuesto participativo, que han po-dido aplicarse con cierto xito en reas que son social y espacialmente relativa-mente homogneas. La voluntad de los gobiernos locales de ir construyendo una gobernabili-dad democrtica para sus centros histricos tiene que superar varios obstculos.El desafo principal estriba en la conciliacin de los mltiples intereses no po-cas veces encontrados, y en la construccin de nuevas relaciones de solidaridad,reciprocidad y cooperacin entre grupos sociales y sectores socioeconmicos in-teresados en el futuro de los centros histricos. Cmo conciliar el inters de losque viven en un centro histrico con el de los que lo visitan? A cules deman-das responder: a las de la poblacin residente o a las de la poblacin flotante,que en el caso de la ciudad de Mxico es seis veces superior? A quines hacercaso:alosvecinos,aloscomerciantesestablecidos,aloscomerciantesenvapblica, a los peatones, a los automovilistas, a los propietarios y promotores in-mobiliarios, a las sociedades de defensa del patrimonio, a la industria turstica,al BID...?El Plan Estratgico para el centro histrico de la ciudad de Mxico sostie-ne que la heterogeneidad y la pluralidad son las bases de un proceso fundadoen la equidad y la sustentabilidad democrtica del desarrollo del centro histri-co. Pero, cmo lograr que una sociedad urbana, estructurada histricamentea partir de relaciones socio-espaciales fundadas sobre la segregacin y la exclu-sin,puedareconstruirunespacio-eldelacentralidad-sobrelabasedelaconvivencia entre distintos grupos y estratos socioeconmicos, y de la hetero-geneidad de los usos del suelo?Est en juego la legitimidad del proyecto que cada ciudad pueda llegar aformular en torno al devenir de sus centros histricos. Aqu se entiende mejorla importancia que puede llegar a tener la presencia de un fuerte liderazgo po-ltico, y el carisma de un alcalde. Por eso tambin, el hecho de que algunos al-caldes hayan podido proyectarse polticamente hacia la presidencia del gobier-86Ren Coulombno regional, e incluso nacional, sobre la base de una recuperacin relativamen-te exitosa del centro histrico de su ciudad.Pero esta cuestin central de la gobernabilidad democrtica y de la legiti-midad del proyecto refiere a un tema sobre el cual algunas voces, en particularla UNESCO, han llamado desde hace tiempo la atencin, que un documentorecientedelBIDdenominalaapreciacinsocialdelpatrimoniourbano9,yque retoma la Declaracin de Mxico al declarar que los procesos de recupera-cin de los centros histricos deben contemplar acciones de recuperacin deltejido social y de la dinmica econmica y cultural de nuestros centros histri-cos estimulando la apropiacin social del patrimonio por parte del conjunto de laciudadana.Dequineselpatrimoniourbanodeloscentroshistricos?Esdecir,cul es el sujeto patrimonial que acta en su rescate y conservacin? Se cuidalo que realmente se valora. Hasta ahora, esta necesaria apropiacin patrimonialha sido ejercida por un pequeo grupo de ciudadanos ilustrados: historiado-res, arquitectos, intelectuales y artistas, etc. que gozan de la educacin necesa-ria para poder reconocer y hacer suyos los valores del patrimonio histrico, ar-tstico y cultural de una ciudad.Sinembargo,elfuturodeloscentroshistricos,esdecir,eldestinoquetendrn sus espacios abiertos y sus edificios, depende en gran medida de hastaque punto se dar la democratizacin de su apropiacin como patrimonio co-lectivo. Llama la atencin que muy pocas ciudades, el caso de La Habana Vie-ja es tal vez una excepcin, estn llevando a cabo programas pedaggicos y decomunicacin social en torno a la importancia y prioridad de una poltica derescate y conservacin del patrimonio urbano. As parece haberlo entendido elalcalde de Barcelona al movilizar a los ciudadanos con el lema Barcelona pon-te guapa.En busca de la sostenibilidad financieraLas formas de financiamiento define en una buena parte los distintos modelosde gestin en los centros histricos de Amrica Latina y el Caribe. Sobre esteaspecto, la Declaracin de Lima establece, en forma muy general, que los mo-delos de intervencin deben poner nfasis en el desarrollo de mecanismos de fi-87 Modelos de gestin en los centros histricos9 Eduardo Rojas y Claudio de Moura, op. Cit. , pg. 5nanciamiento mediante la aplicacin de fondos pblicos, nacionales e interna-cionales, fondos mixtos, comunales y otros. Pero el III Encuentro en la ciu-dad de Mxico permiti tener un panorama y una valoracin bastante precisosde las distintas formas de financiamiento que se estn aplicando en la regin.De la Declaracin de Mxico, emergen algunos principios y prcticas que pa-recen marcar la pauta de los instrumentos que se irn consolidando en los aosque vienen: La inversin pblica seguir siendo el motor de los procesos de recupera-cin de los centros histricos. Por una parte, porque constituye un men-saje hacia los propietarios e inversionistas que existe una real voluntad po-ltica. Por otra parte porque el financiamiento de aspectos como la viali-dad, el transporte, la infraestructura hidrulica, el rescate de los espaciospblicos, los equipamientos sociales y - hasta cierto punto - los estaciona-mientosolavivienda,requierealtosnivelesdesubsidios quenopuedenasumir las inversiones privadas. Pero, tambin, porque es a travs de la in-versinpblicaqueelgobiernolocalpuedeasegurarlaconduccindelproceso, marcando las prioridades y las reas de intervencin. Aunque sea una prctica todava poco difundida, la territorializacin delgasto por parte del gobierno municipal, se plantea como una estrategia pa-ra la coordinacin entre las distintas reas de la administracin municipal,que permite el seguimiento de los compromisos asumidos, haciendo mstransparentes la gestin pblica. La territorializacin del gasto pblico sevincula de hecho con las prcticas de presupuesto participativo que cier-tos gobiernos, como Montevideo, han desarrollado. Aunque existe una gran diferencia entre las ciudades, se reconoce que lapoltica fiscal es una importante herramienta para la movilizacin de re-cursosfinancierosporpartedelospropietariosyparaatraerinversionesexternas hacia los centros histricos.Sin embargo, la mayora de las haciendas locales no cuentan todava conuna clara estrategia al respecto. Los instrumentos utilizados suelen focali-zarse sobre las exenciones al impuesto predial, o el subsidio municipal di-recto a las inversiones que realizan los propietarios o las instituciones vi-viendistas. No existe una poltica en torno a los valores catastrales y a laregulacin del mercado inmobiliario. Menos, una estrategia con relacina la ciudad en su conjunto, con la excepcin del Sistema de Transferen-cia de Potencial que la ciudad de Mxico est implementando con bas-tante dificultad.88Ren Coulomb La fiscalidad nacional, en particular el impuesto sobre la renta, es el granausente. Los gobiernos nacionales tienden a desatenderse de la problem-tica de los centros histricos, sobre todo cuando los gobiernos locales asu-men la conduccin del proceso de recuperacin. Por otra parte, la diferen-ciacin poltico partidista entre gobierno local y gobierno nacional, situa-cin compartida por varias ciudades, dificulta y hasta imposibilita la coor-dinacin entre los dos niveles de gobierno. En este contexto, se entiende que los firmantes de la Declaracin de M-xicoreclamenla:ResponsabilidadporpartedelEstado-Nacin,parti-cularmente (..) cuando se trata de centroshistricos declarados Patrimo-nio Cultural de la Humanidad y su participacin en el financiamientodelosprogramasydelosproyectosatravsderecursospresupuestalesgenuinos. El financiamiento internacional ha jugado y seguir jugando un papel im-portante, sobresaliendo la cooperacin espaola - a travs de la AECI y dela Junta de Andaluca - y el programa del BID para proyectos de conser-vacin del patrimonio urbano en Amrica Latina y el Caribe. El PNUDa travs de la UNESCO financia tambin programas de educacin y for-macin de recursos humanos10.Los crditos del BID apoyan inversiones pblicas que se inscriban dentrode un plan maestro y de un marco regulatorio que favorece la inversinprivada,quetenganunatasaderentabilidadpositiva(mnimo12%)yque priorizen el mejoramiento de los espacios pblicos y de la infraestruc-tura. Al respecto, la Declaracin de Mxico establece la necesidad de re-visar las solicitudes de apoyo financiero ante la cooperacin internacional( y/o las polticas de los organismos de cooperacin?): ...en funcin delos reales intereses de nuestros centros histricos, priorizando la inversinsocial, el hbitat popular, la economa informal y la rehabilitacin de edi-ficios patrimoniales.Pero, en la medida en que est condicionado a la obtencin del aval de losgobiernosnacionales,elaccesoalosrecursosdelacooperacininterna-cional,particularmentedelosorganismosmultilateralesdecrdito,estambin fuente de tensin entre los gobiernos locales y las haciendas na-cionales.89 Modelos de gestin en los centros histricos10 25 millones de dlares entre 1974 y 1999 segn el balance de Silvio Mutal en Heritage and develop-ment. 25 years of UNESCO supported field projetcs, marzo de 1999. La movilizacin de recursos est cada vez ms condicionada a la capaci-dad que tengan los gobiernos locales de formular proyectos. La Declara-cin de Mxico subraya la necesidad de poder contar con una cartera deproyectos quepuedansersometidosalaconsideracindelosgobiernoscentrales, de los organismos internacionales, de inversionistas privados odelapropiacomunidad.Elpasajedelplanmaestroalaelaboracindeproyectos urbanos tiene implicaciones de distintos tipos: a) muchas ciu-dades no cuentan con los recursos especializados y/o las fuentes de finan-ciamiento necesarias para elaborar estudios de factibilidad y preinversin,b) estas carencias tienden a entregar el diseo de los proyectos a los finan-ciadores, sean estos privados o institucionales, los cuales son en definitivalos que definen los proyectos prioritarios y terminan incidiendo en la con-duccin del proceso de recuperacin de los centros histricos.Para concluirLa gestin pblica en los centros histricos de Amrica Latina y el Caribe de-pende en gran medida de las formas que toma la gestin urbana en general encada una de las ciudades. De hecho, la escasa diferenciacin de los modelos degestin aplicados en los centros histricos es tal vez su limitacin ms grande.Sin embargo, estn emergiendo prcticas institucionales innovadoras, que bus-canresponderalosdesafosespecficos queplanteanlosprocesosderecupera-cin del patrimonio urbano. Podemos pensar que es, justamente, la existenciade esta especificidad que sustenta la creacin de la red de ciudades con centroshistricos en proceso dinmico de recuperacin.El reciente encuentro de los miembros de la red en la ciudad de Mxicohizo aparecer un conjunto de principios y de experiencias, cuya similitud -o porlo menos convergencia- es de llamar la atencin. Seguramente, esta situacin sedebe a una problemtica cuyos rasgos principales son similares, a pesar de lasfuertesdiferenciasdeescala,deeconoma,riquezapatrimonialodecontextosocio-poltico. Por otra parte, un rasgo cada vez ms comn de la gestin p-blica en los centros histricos de la regin, es que la proyeccin poltica de suxito (o de su fracaso) tiene una dimensin que parece ir ms all de la impor-tancia (espacial, social y econmica) que estos espacios guardan en relacin conla ciudad en su conjunto. La gestin en los centros histricos tiende, de algunaforma, a convertirse en la vitrina de la gobernabilidad en una ciudad.90Ren CoulombEn todo caso, el fenmeno amerita una profundizacin analtica que losalcances del presente ensayo no pueden cubrir.AnexoDeclaracin de LimaLos participantes en el Encuentro de Alcaldes de Amrica Latina y el Caribede Ciudades con centros histricos en proceso de recuperacin, reunidos enLima durante los das 12 y 13 de Noviembre de 1997 teniendo en considera-cin que: La Cumbre sobre la Ciudad, ltima Conferencia de las Naciones Uni-das sobre los Asentamientos Humanos - Hbitat II - celebrada en Estam-bul del 3 al 14 de Junio de 1996, reconoci que la aceleracin del proce-somundialdeurbanizacinesunadelastransformacionesqueacarreamayoresconsecuenciasyconstatqueenlosalboresdeltercermileniomsdelamitaddelapoblacinmundialvivirenciudades,loquelasconvierte en epicentro del desarrollo futuro de los pases, razn por la cualdeben aprestarse para desempear roles decisivos en el siglo XXI. La UNESCO, en su programa de accin para dicha Cumbre adopt co-mo principio para las ciudades del siglo XXI poner al hombre en el cen-tro de las polticas pblicas, es decir, humanizar la ciudad, alentndola aenfrentar los desafos de: instaurar la democracia en su mbito; controlarel desarrollo urbano; fortalecer el gobierno de la ciudad; fomentar y con-trolar tcnicas urbanas de planificacin flexible y estratgica. Bajo los mismos principios distintos actores de la sociedad civil en las ciu-dades de Amrica Latina y el Caribe -ONGs, patronatos, organizacionessocialesdebase,empresasprivadas,colegiosprofesionales,institutosycentrosdeinvestigacin,demodoindividualoasociado-hanavanzadomltiples experiencias de desarrollo en las ciudades y de recuperacin delos centros histricos. Losgobiernoslocaleshansidoreconocidoscomolasinstanciasidneaspara orientar el desarrollo integral de las ciudades y, por ende, dirigir la re-91 Modelos de gestin en los centros histricoscuperacin de sus reas centrales, no solo por su valor patrimonial, sinoporsupotencialidaddeinducirprocesosdemovilizacinderecursosynuevas actitudes de la poblacin hacia la ciudad en su conjunto. Enelcontextodelaglobalizacinesindispensablerescatarlasgenuinasparticularidades de cada pas, ciudad y cultura, que se expresan en mlti-ples y diversas manifestaciones materiales y espirituales, las que, en gene-ral, se encuentran y fructifican en los centros histricos, uno de los espa-cios de identidad ms importantes de las comunidades urbanas. En los avances alcanzados por diversos procesos de recuperacin y revita-lizacindeloscentroshistricosseconstataqueparasusostenibilidadambiental, social, cultural y econmica, es indispensable desarrollar pla-nes,programasyproyectosdecarcterintegral,equitativoyparticipati-vos,deloscualessevayanderivandoprincipiosypautascomunesqueconstituyan un modo especfico y eficiente de intervencin. En virtud de las convergencias identificadas en el transcurso de las expo-siciones de las experiencias presentadas y de las conclusiones que de ellasse derivan hemos identificado siete campos de accin para los cuales nosproponemos y nos comprometemos a adelantar actividades conjuntas.AcordamosDar prioridad a los siguientes campos de accin identificados conjuntamen-te: Modelos de intervencin, Marcos de gestin y administracin, Mecanis-mosdeFinanciamiento,ParticipacinySolidaridad,CalidaddelHbitat,Unidad en la Diversidad, Investigacin, Comunicacin y Capacitacin.1. ModelosdeIntervencin.Desarrollar,consolidaryllevaralaprcticanuevas modalidades de intervencin y tratamiento integral de los centros his-tricos, que los afiancen como centros vivos de la ciudad, inductores de la ac-cin concertada de los actores pblicos y privados para lograr la sustentabilidadde su rehabilitacin y valoracin. Los objetivos propuestos debern enmarcar-se en polticas de alivio y superacin de la pobreza; de mejora de las condicio-92Ren Coulombnes de habitabilidad; de preservacin del medio ambiente; de democratizacinde la gestin urbana y de respeto y tolerancia de las identidades tnico-cultura-les existentes y/o en procesos de formacin.2. Marcos de Gestin y Administracin: La preservacin y revitalizacin delos centros histricos por la complejidad de su problemtica, exige de una vi-sin integral que los interprete e inserte como parte del sistema urbano en suconjunto.Losmodosdegestinencambiorequierendelaconsolidacindeuna autoridad autnoma dotada de todos los atributos y recursos para asegurareficiencia y eficacia. En esta perspectiva nos comprometemos a tomar las me-didas necesarias para dotarnos de un marco jurdico que delimite responsabili-dades y competencias y asegure la puesta en ejecucin de mecanismos de ges-tin eficientes que incluyan la participacin y concertacin ciudadana.3. Mecanismos de Financiamiento. Los modelos de intervencin deben po-ner nfasis en el desarrollo de mecanismos de financiamiento mediante la apli-cacin de fondos pblicos, nacionales e internacionales, fondos mixtos y comu-nales,ascomolapromocindelainversinprivada.Enestecontextonoscomprometemos a propiciar el uso del patrimonio revalorado, como fuente ge-neradora de ingresos, que permitan el autofinanciamiento y la recuperacin delas inversiones, garantizando su finalidad esencial que es la sostenibilidad socialdel contexto.4. ParticipacinySolidaridad.Noscomprometemosalentaryfortalecer,para la sostenibilidad de la puesta en valor de los centros histricos, la institu-cionalizacindelaparticipacinvecinalyciudadana.Asmismo,apropiciarrelaciones de solidaridad, reciprocidad y parte sustancial de una nueva relacincon los gobiernos y entre los diversos actores de la ciudad, en los mbitos pol-tico, econmico, social y cultural.5. Calidad del Hbitat. Las crisis por la que atraviesan los centros histricoscompromete al conjunto del hbitat. Los urgentes procesos de intervencin se-rnlegitimadosysosteniblessiseincorporan,desdeelprincipio,medidasyprogramasderenovacinurbana,destugurizacin,recuperacinambiental,prevencin de desastres, seguridad ciudadana, generacin de oportunidades deempleo y otras acciones que apunten a elevar la calidad de vida. En consecuen-cianoscomprometemosaformularnuestrapropiaAgenda21enmarcadaen93 Modelos de gestin en los centros histricoslosobjetivosycompromisosasumidosporlacomunidadinternacionalenlaCumbre de la Tierra celebrada en Ro de Janeiro en 1993.6. Unidadenladiversidad.Igualmente,paralalegitimidadconsensualysostenibilidad del patrimonio recuperado, es indispensable reconocer, respetary aceptar la diversidad de identidades y culturas, forneas, locales y regionalesque residen, actan o transitan en los centros histricos. Estos son y sern, ca-da vez ms, espacios multitnicos y pluriculturales, por ellos nos compromete-mos a desarrollar polticas y a promover actividades que propicien y den lugaral ejercicio tolerante y respetuoso de las diversas expresiones culturales, las que,por otra parte, consolidan los centros como un espacio vivo abierto a la creati-vidad.7. Investigacin, Comunicacin y Capacitacin. Los procesos de recupera-cin y revitalizacin de los centros histricos generan y requieren de un reno-vado andamiaje, tanto conceptual como metodolgico, as como de tecnologaspertinentes. Por ello, nos comprometemos a recopilar, sistematizar y difundirlas experiencias que desarrollemos para compartir sus logros y dificultades. Deigual manera, expresamos nuestra disposicin para promover, incentivar y des-tinar recursos para la capacitacin permanente de recursos humanos especiali-zados as como para la coordinacin de diversas actividades de investigacin.Nos comprometemos a:a. ConstituirunaREDDECIUDADESENAMRICALATINAYELCARIBE CON CENTROS HISTRICOS EN PROCESO DE RECU-PERACIN cuya finalidad es la de promover y garantizar el cumplimien-to de los compromisos aqu adquiridos, as como ampliar las posibilida-des de integracin de otras ciudades que por diversas razones no pudieronestar presentes en este encuentro.b. Designar a la Municipalidad de Lima como Secretara Pro Tempore de laRed. Su papel consistir en facilitar el intercambio de informacin acercade las acciones en cursos de ejecucin en las diversas ciudades; en la pro-mocin y coordinacin de acciones conjuntas y en el establecimiento denuevo vnculos con otras ciudades y organismos internacionales, en par-ticular la Organizacin de Ciudades del Patrimonio Mundial, el Progra-94Ren Coulombma URBAL de la Unin Europea y el Centro del Patrimonio Mundial dela UNESCO.c. Cada una de las ciudades participantes designar un punto focal que ac-tuar como interlocutor permanente de la Secretara Pro Tempore y ase-gurar el seguimiento a nivel local de las acciones comprometidas.d. Aceptarelofrecimientohechoporladelegacincubanaparacelebrarlaprimera reunin de la RED en la ciudad de La Habana. En esta oportu-nidad, adems de los temas de carcter tcnico se analizarn alternativaspara establecer modalidades ms formales de cooperacin conjunta.Queremos dejar constancia de la decisin de la Red Iberoamericana de Cienciay Tecnologa para el Desarrollo - CYTED, de hacer, suya esta declaracin y deadherirse a los compromisos sealados. Desde el espacio de su actuacin no gu-bernamental recogemos su compromiso de contribuir a enriquecer el cumpli-miento de lo aqu acordado.Expresamos nuestro reconocimiento a la UNESCO por el apoyo ofrecido parala realizacin de este Encuentro y estamos seguros que con su acompaamien-to y cooperacin coadyuvar para el logro de los objetivos que nos hemos pro-puesto. Formulamos nuestra intencin de solicitar su colaboracin para la con-solidacin de esta iniciativa.Finalmente, expresamos nuestro agradecimiento a la Municipalidad de Lima ya sus autoridades por la iniciativa tomada y el compromiso adquirido para darinicio a un proceso de integracin y cooperacin recproca entre las ciudades deAmrica Latina.95 Modelos de gestin en los centros histricos