Mitos y leyendas

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MÉRIDA CIUDAD DE LAS MONTAÑAS MITOS Y LEYENDAS República Bolivariana de Venezuela Instituto Técnico “Jesús Obrero”

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MÉRIDA

CIUDAD DE LAS MONTAÑAS

MITOS Y LEYENDAS

República Bolivariana de Venezuela

Instituto Técnico “Jesús Obrero”

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Cuentan que en la catedral de La Azulita se ve un sacerdote dentro de un confesionario, sin cabeza y confesando. Éste cuento se escucha desde hace veinte años, cuando fue visto por primera vez por una señora llamada Sara. Se ha trasmitido de generación en generación con algunas variaciones. Muchos aseguran ver a este padre sin cabeza durante el día.

Leyenda del Sacerdote sin Cabeza

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Se cuenta que este Cristo fue visto por una niña cuya identidad se mantiene en secreto, mientras estaba en el patio del colegio La Presentación. Ella notó que la imagen descendía entre las nubes con la representación del Sagrado Corazón de Jesús, derramando sangre por las manos y el pecho. Desde aquel momento se le rinde tributo en toda la localidad y se construyó una gran imagen con la que se hacen procesiones en su honor.

Leyenda del Cristo de La Galera

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 Esta leyenda es una de tantas que se tejen en torno a la laguna del Cerro de Pico de Horma. Cuenta la tradición de Tovar, que en lo más alto de la serranía, en la entrada de la laguna, se encuentra una palmera de moriche sobre la cual se posa un loro que parece ser el guardián del lugar. Cada vez que los pobladores subían allí, todo se tornaba oscuro y se desataba una tormenta con truenos, rayos y centellas. Cuando los visitantes salían corriendo, cesaba completamente la tempestad. Por esta razón, la comunidad no deja de recordar esta historia y evita acercarse a esta laguna, fundamentalmente en la tarde o de noche. 

Leyenda del Cerro Pico de Horma

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Se trata de una leyenda de origen indígena recogida por el escritor merideño Tulio Febres Cordero. Caribay fue la primera mujer en la tierra según la tradición de los mirripuyes, tribu de los andes venezolanos. Hija del ardiente Zuhé (el sol) y la pálida Chía (la luna), Caribay era considerada como el genio de los bosques aromáticos. Imitaba el canto de los pájaros y jugaba con las flores y los árboles. Una vez Caribay vio volar por el cielo cinco águilas blancas y se enamoró de sus hermosas plumas. Fue entonces tras ellas, atravesando valles y montañas, siguiendo siempre las sombras que las aves dibujaban en el suelo. Llegó al fin a la cima de un risco desde el cual vio como las águilas se perdían en las alturas. 

Caribay se entristeció e invocó a Chía y al poco tiempo pudo ver otra vez a las cinco hermosas águilas. Mientras las águilas descendían a las sierras Caribay cantaba dulcemente. Cada una de estas aves se posó sobre un risco y se quedaron allí inmóviles con las garras clavadas en la viva roca. Caribay quería adornarse con esas plumas tan raras y espléndidas y corrió hacia ellas para arrancárselas, pero un frío glacial entumeció sus manos, las águilas estaban congeladas: convertidas en cinco masas enormes de hielo. Entonces Caribay huyó aterrorizada. Poco después la luna se oscureció y las cinco águilas despertaron furiosas, sacudieron sus alas y la montaña toda se engalanó con su plumaje blanco. Ese es el origen de las sierras nevadas de Mérida. Las cinco águilas blancas simbolizan los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieve. Las grandes y tempestuosas nevadas son el furioso despertar de las águilas, y el silbido del viento es el canto triste y dulce de Caribay.

Leyendas de las cinco Águilas Blancas

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La quebrada nace en el río Milla y desemboca en el río Albarregas de Mérida. Posee muchas rocas que se van estrechando, hasta formas azoteas naturales, que provocan que se precipite el arrollo y el agua se torne negra. A muchas personas esa imagen les parece tenebrosa y les da miedo por lo que han surgido diversas historias de tinte fantástico al respecto. Una de esas leyendas narra que un hombre se fue a cazar al río, antes de irse, le advirtieron que si mataba a un ave, cuando ésta cayera se convertiría en un demonio y mataría a su asesino. Se fue y al llegar al río disparó a una golondrina. No pasó nada y él junto a las otras personas, se fueron tranquilamente de la quebrada del Encanto. Sin embargo perdura un halo de misterio alrededor de este bien natural. 

Leyenda de la Quebrada del Encanto

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Se trata de una historia que cuenta la comunidad sobre un caballo con cadenas que se escucha entre las doce de la medianoche y las cuatro de la madrugada. De sus negras patas cuelgan unas cadenas enormes. Sus fieros ojos también son negros y cambian de color y, se dice, que la cola y la crin son azabaches. Cuando realiza sus recorridos parece llevar a alguien en el lomo, relatan que es el diablo, y en su nocturno galopar aterra a la gente con el ruido de sus cadenas. Para protegerse de este espanto, los vecinos prenden velas, rezan. Incluso, dicen, que si alguien lo ve puede morir del susto.

Leyenda del Caballo Blanco

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También conocida como Johana, se presenta algunas veces como una anciana, otras como una enorme serpiente negra que vive en el fondo de la Laguna. Se cuenta en la comunidad que allí, habita en una hermosa ciudad o castillo, al que desde tiempos inmemorables descienden las almas de los pobladores de Lagunillas al morir. Su compañero recibe el nombre de Don Simón, él no vive en la laguna, sino que forma otras lagunas arriba de los cerros donde están las piedras grandes en La Trampa; la piedra del platanal de don Antonio; la piedad del Fraile que es Don Vicente y la piedra de San Bailón de Don San Bailón. Doña Simona acostumbra llevarse a los niños perdidos en su orilla; ellos aparecen convertidos en adultos cuando pasa el tiempo.

Doña Simona, Leyenda

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Los habitantes de La Joya cuentan que existía un hombre que tenía el poder de convertirse en zángano con el propósito de molestar a las mujeres deseadas por él. La mujer que era visitada por este aterrador zángano amanecía al día siguiente golpeada y con moretones en brazos, piernas y el resto del cuerpo. Irónicamente, a pesar de su cruel rutina, le dejaba flores a la mujer en la puerta de su casa. Para prevenir la entrada del zángano a las casas, se acostumbra colocar detrás de las puertas y ventanas, un ramo bendito amarrado con el escapulario de algún santo. 

Leyenda del Hombre que se Convertía en Zángano