Mitos de Creación Colombia
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ANÁLISIS JUNGUIANO DE LOS MITOS DE CREACIÓN COLOMBIANOS
Juan Carlos Alonso G.
Juan Carlos Alonso es Psicólogo (Universidad Nacional, Bogotá), Magister en Estudios Políticos. Miembro Fundador y Presidente del Grupo de Desarrollo de Colombia (Asociación para el Desarrollo de la Psicología Analítica en Colombia -ADEPAC-), y Analista Junguiano de la IAAP. Consulta privada como psicoterapeuta de adultos en Bogotá, Celular 313 2941556. Este artículo fue elaborado con base en la ponencia del mismo nombre presentada por el autor en el IV Encuentro de Mitos y Cuentos Colombianos, celebrado por ADEPAC el 2 de octubre de 2010. Correo:[email protected].
COMUNIDADES INDÍGENAS EN COLOMBIA
Aunque la población indígena en Colombia es sólo un 2% de la población total, suma un total de
600.000 personas distribuidas en más de 80 grupos étnicos (Arango y Sánchez, 2004), de los cuales los
más numerosos son los Wayúu, los Nasa, los Pasto y los Embera. Habitan en todos los departamentos
del país, pero los de mayor porcentaje de población indígena son Vaupés (66%), Guainía (65%),
Guajira (45%), Vichada (44%), Amazonas (43%), Cauca (22%) y Putumayo (18%).
Por eso la riqueza mitológica en Colombia es significativa, pero por alguna razón no plenamente
aclarada, la documentación que los recoge es mínima. Parece existir en este campo una gran
ambivalencia, pues a pesar de que la gente se siente atraída por los relatos mitológicos, hay una gran
indolencia al momento de compilarlos y hacerlos públicos. El motivo puede ser un conflicto entre el
sentimiento y la razón: el sentimiento queda seducido por los mitos, mientras que la razón los rechaza
como algo absurdo y sin sentido. En las causas del repudio también puede existir un deseo de negar
nuestras raíces aborígenes.
MITOS EN LATINOAMERICA
Personalmente, este ha sido un tema de gran interés, lo que me llevó a crear el blog Mitos
Latinoamérica (mitosla.blogspot.com) que, habiendo sido creado en febrero de 2008, tiene para este
momento casi 500.000 visitas. Por eso quisiera realizar una primera aproximación analítica de este
material recogido, desde la perspectiva junguiana.
Creé ese blog porque estoy convencido de la importancia de mantener vivos nuestros mitos
ancestrales. Gerardo Reichel-Dolmatoff, nuestro reconocido antropólogo austro-colombiano decía en
alguno de sus libros, que al oír los mitos kogis, tucanos o huitotos, se le abría un escenario de
imágenes impresionantes, de episodios trágicos que representaban los grandes problemas
universales. En el campo de la Psicología Analítica, esta descripción corresponde a lo que producen las
situaciones arquetipales. Añadía luego que al comparar los mitos colombianos con los antiguos mitos
griegos, él descubría un parentesco enorme entre ellos, pero se quejaba que los colombianos los
menospreciábamos, cuando por el contrario, nos deberían infundir el mismo respeto y la misma
admiración que los mitos latinos o griegos (Reichel-Dolmatoff, 1996). Él fue un ardiente defensor de
nuestras comunidades indígenas, y durante toda su vida llamó la atención sobre la necesidad de
estudiarlas, pero murió frustrado al ver que nunca fue escuchado y que había ocurrido lo que tenía
que ocurrir: que pasaron los años y muchas tribus desaparecieron o se modificaron muchísimo sin
que se hubieran recogido sus mitos. Lo peor, que esto sigue sucediendo.
Por su parte, el médico suizo Carl Gustav Jung afirmaba que era de gran importancia para cualquier
cultura mirar siempre retrospectivamente hacia su propia historia. La cultura significa continuidad y
nunca se deberían cortar ni sacrificar las propias raíces mitológicas en pro del progreso. El
conocimiento de nuestros orígenes universales representa el puente entre el mundo perdido del
pasado y el desconocido mundo del futuro. Decía textualmente: “¿Cómo podemos asir el futuro,
cómo podemos asimilarlo, si no estamos en posesión de la experiencia humana que el pasado nos ha
legado? Desposeídos de esto, quedamos sin raíces ni perspectivas, indefensos ante cualquier sorpresa
que nos pueda deparar el futuro” (citado por von Franz, S.f.)
Por eso es tan necesario estar conectados con los mitos, que son nuestra propia alma ancestral, los
cuales nos permiten conectarnos con los fundamentos arquetipales de la psique regional. Podemos
descubrir el impacto destructivo que tiene el olvido de los mitos, al ver el caso de tantas tribus que al
tratar de ser convertidas por los misioneros a las religiones dominantes, olvidan sus mitos, y se
desploman en corto tiempo, al perder todo su poder y voluntad de vivir. Terminan perdiendo su
dignidad humana.
MITOS DE CREACIÓN
Quisiera comenzar por escoger una definición de mito, de entre la infinidad de definiciones que
existen. Es una definición ofrecida por el filólogo español Carlos García Gual (2005): “Mito es un relato
tradicional que refiere la actuación memorable y ejemplar de unos personajes extraordinarios en un
tiempo prestigioso y lejano”. Igualmente, utilizo el término “mitología” con el significado de una
“colección de mitos” de la región.
Existe una enorme cantidad de tipologías de mitos. Si se analizan solamente los mitos de origen, hay
algunos que narran la creación; otros hablan del origen de los seres humanos, del descenso al mundo
de los muertos, del renacimiento, de la fecundidad, de los orígenes de las plantas, del fuego, de los
astros. Otros muchos se refieren a cataclismos y tantos otros a espíritus. Pero de esa variedad de
mitos, los más interesantes para el enfoque junguiano son los mitos de creación, y por eso he querido
centrarme en ellos. En este enfoque psicológico, fue la analista suiza Marie-Louise von Franz, quien
más profundizó en su estudio. Precisamente, una de sus obras más conocidas tuvo el nombre
de Mitos de Creación (S.f.). Como sucedió con tantos de sus libros, este se editó a partir de varias de
las conferencias que ella impartía en Zurich, y que fueron grabadas y transcritas por sus alumnos.
En esa obra, la autora propone una interesante clasificación de este tipo de mitos, en los que incluye
aquellos que relatan la creación como un despertar, la que ocurre por accidente, la que se produce
como un movimiento de arriba hacia abajo, o por el contrario, por un movimiento de abajo hacia
arriba; otros, en los que el motivo principal son dos seres creadores, o mitos en los que es un dios el
que fabrica artesanalmente el mundo. En ocasiones, la creación se lleva a cabo a partir de la
destrucción de un ser inocente, otras veces resulta a partir de diferentes estados de ánimo del ser
creador (risa, miedo, llanto, etc.). Otros temas se relacionan con gérmenes y huevos, algunos de los
cuales se dividen en dos o cuatro partes. En otros mitos se relatan intentos abortivos de creación;
otros contienen innumerables cadenas de generaciones en los que los dioses crean pares de
opuestos; en algunos el motivo central son las partículas o semillas del mundo. Finalmente, otros no
menos frecuentes hablan de la re-creación del mundo luego de catástrofes apocalípticas.
PSICOLOGÍA DE LOS MITOS DE CREACIÓN
Jung dedujo la existencia de los arquetipos del inconsciente colectivo al observar que muchas veces
los mitos y cuentos universales contienen ciertos motivos que se repiten en diferentes culturas de
todas las épocas. Pero este fenómeno que descubrió en lo colectivo, también lo veía en el plano
individual, ya que los mismos temas arquetípicos los hallaba también en fantasías, sueños, delirios e
imaginaciones de sus pacientes.
La psicología junguiana plantea que el ser humano fue desarrollando la conciencia de manera muy
lenta a lo largo de la historia, emergiendo de los abismos y profundidades del inconsciente y continuó
evolucionando hasta llegar al grado de desarrollo actual. Además, que dicha evolución consciente en
la historia de la humanidad (desarrollo filogenético) se repite en el surgimiento de la conciencia en la
vida de cada individuo (desarrollo ontogenético).
Erich Neumann (1968), apoyándose en la mitología clásica y en el estudio comparado de las
religiones, rastrea la historia y ofrece evidencias para comprobar la hipótesis junguiana. Él encontró
una secuencia de mitos universales que permiten seguir también la trayectoria del desarrollo de la
conciencia en el ser humano.
Los mitos de creación constituyen una categoría claramente diferenciada de los demás mitos, pues en
el acto de contarlos existe siempre una cierta solemnidad y escucharlos provoca un estado de ánimo
que implica que lo dicho concierne a cosas básicas de la existencia. Por eso, son los más profundos e
importantes entre todos los mitos. Nos hablan de los problemas fundamentales de la vida humana y
de los significados últimos, no solo de nuestra vida humana, sino de la existencia de todo el cosmos
(von Franz, S.f.).
¿Cómo pueden haber surgido estos mitos? Debido a que el origen de la naturaleza y la existencia
humana ha sido un completo misterio durante toda la historia de la humanidad, el inconsciente
parece producir espontáneamente estos mitos como modelos de explicación acerca de tal origen,
utilizando material arquetípico. Esto último tiene una explicación desde la psicología junguiana a
través del concepto de la “proyección”. Como sabemos, la consciencia trata de tener un conocimiento
directo de las cosas, pero cuando el ser humano se encuentra ante lo desconocido, de inmediato
reacciona proyectando imágenes arquetipales internas sobre tales fenómenos desconocidos, para
llenar con ellas los vacíos de información. Von Franz ofrece un ejemplo de este fenómeno: los
geógrafos griegos sabían de la existencia de algunas regiones cercanas a Grecia, pero más allá de una
zona alrededor del mundo conocido, no sabían qué más había. Pues bien, en los bordes de sus dibujos
aparece un océano circular, en forma de Ouroboros, esa figura tan familiar en la mitología universal
de la serpiente que se muerde la cola a sí misma, la cual es una imagen arquetípica por excelencia. O
sea, que ante el desconocimiento de lo que había más allá de las regiones conocidas, los griegos
llenaban sus mapas con la proyección de una imagen arquetípica, la del Ouroboros.
Al hablar de “proyección” nos referimos al proceso de sacar un contenido interno nuestro y colocarlo
en un objeto externo. Aplicado al tema de los mitos de creación, esto significa que ante el misterio de
cómo se creó el mundo que nos rodea, nuestras distintas comunidades colombianas, al igual que las
del resto del mundo, han extraído unas imágenes arquetipales de su inconsciente interno y las han
plasmado en narraciones mitológicas. Ese es el motivo de encontrar relatos de creación tan
semejantes a los de muchas otras regiones del mundo. Este fenómeno de la proyección es, por
supuesto, un proceso espontáneo, no deliberado.
Así que al estudiar los mitos de creación vemos que casi siempre evidencian muy claramente que
están representando procesos inconscientes y pre-conscientes. Realmente lo que estos mitos de
creación están describiendo no es el origen del cosmos, sino el origen del vínculo consciente del ser
humano con el mundo que lo rodea. Por eso, al referirnos a esas historias que supuestamente
describen el origen del mundo real, mejor podríamos llamarlas historias sobre los procesos pre-
conscientes, los cuales tienen para el investigador psicológico la enorme utilidad de informarnos
sobre el origen de la consciencia humana. Esta es la hipótesis de la psicología junguiana acerca de los
mitos de creación, la cual no es compartida por otros enfoques psicológicos.
No obstante, von Franz menciona que es una hipótesis comprobable clínicamente, pues es posible
encontrarnos con elementos de los mitos de creación en los pacientes. Menciona dos situaciones en
las que podremos encontrarlos en nuestro trabajo terapéutico (von Franz, S.f.):
1) En casos de pacientes esquizofrénicos. Cuando los episodios esquizofrénicos comienzan a salir de
su fase aguda, suelen surgir estos motivos de los mitos de creación en sueños y fantasías. Se trata de
temas en los que el mundo es recreado a partir de una pequeña forma germinal, exactamente como
se reconstruye la realidad en los mitos de creación. Si el terapeuta logra entender estos símbolos de
reconstrucción, será posible en algunos casos ayudar al paciente al restablecimiento de una nueva
personalidad consciente.
2) En casos de análisis terapéutico de personas creativas. Tales personas creativas llegan a creer muy
a menudo que son neuróticas porque muestran todos los síntomas de comportamiento social
desajustado. Pero al mirar el terapeuta su material onírico, en ocasiones descubre motivos de mitos
de creación que indican que los patrones neuróticos han aparecido como respuesta a una “posesión”
de una idea generadora que presiona al paciente a hacer algo creativo. En esos casos, lo único que
puede hacer el terapeuta es acompañar al paciente en ese difícil camino de concretar el tema de
creación, hacerlo comprender que su estado es transitorio, ayudarlo a moderar un poco su
comportamiento pero sin destruir el daimon de su proceso creativo. Al igual que con los pacientes
psicóticos, es de utilidad fundamental para el terapeuta conocer el material mitológico de creación,
para poder identificar correctamente el proceso.
Pero luego de este breve contexto teórico, quisiera centrarme ahora en el tema principal de este
encuentro de mitos y cuentos colombianos, ofreciendo algunos ejemplos de mitos de creación de
comunidades colombianas, así como un somero significado psicológico que tienen en el contexto
junguiano.
MITO UITOTO – LA CREACIÓN COMO DESPERTAR
El primer mito al que deseo referirme corresponde a la comunidad indígena de los Uitotos, también
llamados Muruis o Muinanes. Este pueblo habita en la zona del sur del departamento del Amazonas.
Se estima que esta etnia tiene una población de 8.000 personas. Este relato del mito de la creación es
un resumen del relato encontrado en la obra El Hombre Sentado, del especialista colombiano
Fernando Urbina (1994). La narración es la siguiente:
Era la nada, no había cosa alguna. Allí el Padre palpaba lo imaginario, lo misterioso. No había nada. El
Padre, en estado de trance, se concentró, buscaba dentro de sí mismo. Controló, con ayuda de un hilo
soñado y de su aliento. En todas partes reinaba el vacío. El Padre examinaba el fondo de ese vacío,
pero no había nada. Recitó la oración de la nada. Buscaba aquello que es nuestra vida, el comienzo de
nuestra historia, pero sólo había un vacío. Intentaba palpar el fondo de la nada, atarlo con ayuda del
hilo soñado, pero todo era vacío. Sujetó el fondo a la nada. Tomó posesión de la nada para luego
sentarse en aquel plano, que es nuestra tierra, e intentar extenderlo. Una vez controlada la nada, creó
el agua: transformó en agua la saliva de su boca. Luego se sentó en esta parte del universo, que es
nuestra tierra, para crear el cielo: tomó una parte de esa tierra y con ella formó el cielo azul y las
nubes blancas. Al pie del cielo, el Padre buscaba y buscaba dentro de sí mismo, y entonces creó la
historia de nuestra existencia y los preceptos para nuestra vida sobre la tierra (A partir de ese
momento comienzan a crear todas las cosas: selva y animales, hasta que termina diciendo…). La
avispa cortó nuestra cola, la cola que la gente en un principio llevaba. Todos teníamos cola. Así nos
convertimos en seres humanos. Finalmente se cansó y los hombres que aún tenían cola se
transformaron en micos.
Este es un mito que describe la creación como un despertar. Muestra que la sensación que acompaña
este despertar a la consciencia es como salir de un estado de la nada y del vacío de la inconsciencia. El
primer paso dado por este Padre creador parece ser darse cuenta que existe un mundo exterior a él.
Esto parece demostrar que la historia del origen del mundo y el origen de la consciencia son hechos
semejantes: este primer padre de la humanidad se hace consciente lentamente, y al hacerlo, la
realidad comienza gradualmente a existir.
Es el relato de un creador inconsciente que progresa, inicialmente en forma torpe y palpando en lo
imaginario y en lo soñado, para asirse luego a un hilo proveniente del sueño que lo orientará. Luego,
la consciencia logra concentrarse, y comienza un alto grado de planificación en sus actos, tomando
posesión de la nada y sentándose en la realidad que va creando. Quisiera resaltar este último aspecto:
hay claramente un acto reflexivo de este primer Padre en la búsqueda del comienzo de la vida dentro
de él mismo, con ayuda del aliento generador.
MITO U´WA – CREACIÓN DESDE ARRIBA Y DESDE ABAJO
Quisiera continuar con un mito de creación de los U´was, más conocidos como tunebos. Esta
comunidad habitaba la cordillera oriental andina de Colombia, ocupando los alrededores de la Sierra
Nevada del Cocuy, en el actual departamento de Boyacá. Este mito fue recogido por la antropóloga
inglesa Ann Osborn (2008), entre miembros del clan kubaruwa, uno de los últimos grupos u’wa
tradicionales que quedan. Su comunidad tiene cerca de 500 miembros, de un total de 2000 u’was.
Es un mito que analicé en una charla anterior, pero lo traigo de nuevo acá porque ilustra claramente
dos aspectos que están muy relacionados: la creación desde arriba y la creación desde abajo.
Presento la historia de manera muy sintética.
Al principio sólo estaba Rurcocá. Ella estaba en su casa, en el sitio que es como una punta donde no
cabe sino ella. Es como un cielo. Ella, sentada en su banquito y chupando su coca celeste formó a Sira,
pensando. Sira salió de debajo, de un espacio mayor. Luego, Rurcocá le enseñó a pensar. En adelante,
cada acto de creación replica la enseñanza de Rurcocá. De la misma manera que el espacio ocupado
por Sira es mayor que el de Rurcocá, el de los ancestros consecutivos aumenta progresivamente. El
universo estaba inicialmente conformado por dos esferas: un mundo de arriba y un mundo de abajo.
En el mundo de abajo, la madre del fuego le ordenó al diablo rojo, que saliera a crear. Él se
emborrachó con yopo y pensó crear las cosas con puro pensamiento, pero él exageró la inhalación,
por lo cual sus obras poseen un componente negativo. Así como la génesis del universo superior se
orientó de arriba hacia abajo, a partir del pensamiento de Rurcocá se hizo de abajo hacia arriba. Se
dio luego un movimiento y los mundos de abajo y de arriba se reunieron. Como resultado de esta
conjunción, se produjo el mundo intermedio. Para hacer a los U’wa, Ruruna pensó y fue haciendo
como una siembra de gente.
Si analizamos la “topografía” de este mito vemos las distintas capas de los mundos que se van
formando paulatinamente. La primera parte de la historia muestra un solo mundo superior en el que
reina la diosa madre, y a partir de un acto de reflexión, ésta crea al dios padre. Lo hace en un proceso
de creación que va de arriba hacia abajo, que resulta, en la segunda parte del relato, en un escenario
con dos mundos. Pero luego de la aparición de un ser demoníaco, el proceso se complementa, en una
tercera parte, con una creación desde abajo hacia arriba de un tercer mundo situado entre el de
arriba y el de abajo.
Los dos motivos mitológicos de la creación que se presentan en este mito, representan el nacimiento
del ser humano en la tierra, que en el plano psicológico representa el nacimiento de la consciencia. En
unos mitos, tal creación es el resultado de un proceso de descenso; en otros relatos, es producto de
un movimiento de ascenso. En este mito U´wa se dan los dos temas sucesivamente. Vemos que tanto
en el mundo de arriba como en el de abajo, reinan los dioses del cielo, ya sean celestes o diabólicos.
Pero aparece también otra situación muy familiar en la mitología universal, la división de los opuestos
a partir de la unidad, y una separación posterior entre ellos. Es creencia común de los pueblos
arcaicos que el cielo y la tierra estaban originalmente unidos uno al otro, y fue necesario apartarlos
para que los seres humanos puedan vivir. Recordemos el mito egipcio de la creación, en el que el dios
Shu interviene para separar a la diosa del cielo Nut y al dios de la tierra Nut que estaban fundidos en
un abrazo amoroso, para crear la luz y un espacio en el que pudieran habitar los humanos.
Desde una aproximación junguiana, la creación de estos mundos pueden verse como
representaciones de los distintos niveles de la psique humana. En el Gráfico 1, el mundo superior
alude al inconsciente colectivo, conformado por los arquetipos (los círculos A). El motivo de la
creación de arriba hacia abajo implica que todo lo contenido en los otros dos niveles del inconsciente
personal (los círculos B) y la consciencia (los círculos C) son representaciones que remiten a esas
formas básicas que son los arquetipos. Esto corresponde a la creencia generalizada en muchas
comunidades aborígenes de que todo lo terrestre tiene una réplica o un modelo en el cielo.
Gráfico 1. Estructura junguiana de la psique.
La creación en los dos sentidos y su mutua interacción, hacen recordar el inicio de los preceptos
alquímicos de Hermes Trismegisto, en la Tabla Esmeralda:
I. Lo que digo no es ficticio, sino digno de crédito y cierto.
II. Lo que está más abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo.
Actúan para cumplir los prodigios del Uno.
III. Como todas las cosas fueron creadas por la Palabra del Ser, así todas las cosas fueron creadas a
imagen del Uno.
Señala von Franz que este tipo de mitos de creación se refiere también a la autonomía creativa del
inconsciente. En ocasiones, un individuo puede estar viviendo una existencia ordinaria en la que todo
parece estar calmado, y de repente comenzar algo a gestarse en el inconsciente, de manera
autónoma, por sí mismo y sin aparente razón consciente. Sólo pasado un tiempo, ese movimiento
desciende hacia la consciencia, y se convierte en algo concreto, ya sea una exigencia de cambiar una
determinada actitud, o en una presión hacia realizar un acto creativo.
MITO TIKUNA – CREACIÓN POR DOS SERES
Pasemos ahora a otro mito de creación. Este es de la familia Tikuna, la cual habita el trapecio
amazónico y tiene una población de 27.000 habitantes, siendo el grupo más numeroso del Amazonas.
Se estima que en el Brasil habitan alrededor de 20.000 indígenas, mientras que el resto habita en
Colombia. Este relato sobre la Creación es un resumen del mito relatado por Wilson Ramos (S.f.), en la
web del SINIC:
Esta es la historia del principio del mundo, cuando la creación estaba incompleta, cuando no había
agua, ni luz, ni hombre para que al menos cuidara de las cosas del mundo. Solo estaban la tierra, el
cielo, algunos animales y frutas por conocer. Era una confusión. La oscuridad sobre la tierra dependía
de un árbol inmenso que la cubría. Así fue que llegó el momento en que Yoí, el primer padre existente
en la tierra, reflexionara para dar y poner fin a las cosas. De esta manera habló a su hermano Ipí, pero
éste era muy pícaro y todo lo que su hermano mayor decía, lo contradecía a pesar de que fuera su
única compañía en la tierra. El cielo estaba cubierto de oscuridad. Yoí llamó a su hermano y le dijo que
llamaran a los animales existentes para informarles que iban a tumbar este árbol inmenso llamado
Lupuna. Los animales intentaron tumbar el árbol, pero sin éxito. Una ardilla descubre que es porque
un mico lo tenía agarrado del cielo y por eso no dejaba caer el árbol. Lo obliga a soltarlo y el árbol cae
sobre el mundo, dando nacimiento a ríos, lagunas y peces. Entonces Ipí notó su soledad y vio el
corazón del árbol en el agua, el cual plantó en la tierra y de él nació la primera mujer. Fue la primera
pareja del mundo. Luego la esposa de Ipí desapareció y fue ahora Yoí el que consiguió pareja. Yoí
pensó en organizar todos los seres que había creado y organizarlos por clanes. Se les apareció una
iguana, a la que Yoí mató, la cocinó y la repartió entre todos los demás animales, mientras iba
mencionando el clan al que pertenecían.
Este es otro motivo conocido en los mitos de creación: el de los dos creadores. En ocasiones se trata
de unos gemelos, en otras no. Lo usual es que cuando existen estos dos creadores, uno es un poco
más claro y el otro es un poco más oscuro, uno más masculino y el otro más femenino, uno más
diestro y el otro más torpe. A veces, uno es el que crea y el otro solo contribuye durmiendo y tratando
luego de comerse todo lo creado por el otro. En este relato uno es más serio y el otro más pícaro.
Desde lo junguiano, esta dualidad nos aproxima a las polaridades del ego y la sombra. La función de
esta última es desvirtuar la consolidación del ego y de la consciencia. Sabemos que la consciencia
tiende a consolidarse y a afirmarse a sí misma desde su temprana aparición, pero lo hace tratando de
excluir constantemente lo irracional, lo primitivo y lo indeseado. Por eso, se requiere que aparezca
compensatoriamente una contra-función en el inconsciente, la sombra, que procura oponerse
constantemente al afianzamiento de la consciencia, a fin de mantener la puerta abierta a
posibilidades irracionales y al flujo de nuevos contenidos creativos. En el relato Tikuna, al igual que en
el mito Uitoto, el primer padre comienza su creación en un acto de reflexión, en que la consciencia
logra crear la luz a partir de la oscuridad, pero lo hace en conciliación con la sombra. Toda la creación
surgirá del árbol de la vida, lo que es otro motivo mitológico generalizado.
Así, se puede afirmar que desde que se origina la consciencia en el ser humano, existe un par de
fuerzas opuestas que inevitablemente provocan tensiones, que al resolverse producen un desarrollo
en el individuo. También podríamos afirmar que desde el inicio de la consciencia, entran en juego las
polaridadespersona (o máscara) y sombra.
Pero el mito no sólo reconstruye el origen de la consciencia a partir del inconsciente, sino que puede
explicar también situaciones difíciles por las que puede pasar un ser humano en su vida cotidiana. Se
da especialmente en personas creativas que han logrado tener éxito en su adaptación a la
colectividad, generalmente pagando el precio de un alto ingrediente de “masificación” de sus obras.
Ese tipo de personas pueden llegar a necesitar luego una experiencia demoledora, que puede
manifestarse como una depresión o un malestar físico, que les permita acceder a un estado en el que
puedan volver a crear nuevamente. Psicológicamente esto podría verse como una arremetida
creadora de la sombra. En las biografías de muchos personajes creativos en todos los campos se
tienen ejemplos de tales momentos de crisis antes de comenzar una obra magna. El mismo Jung
escribió su controvertida obra “Respuesta a Job” estando en cama y en un estado febril.
MITO KOGI – CREACIÓN A PARTIR DEL HUEVO CÓSMICO
El grupo Kogi se asentó en la costa Caribe de Colombia, en las vertientes norte y sur de la Sierra
Nevada de Santa Marta. Actualmente su población es aproximadamente de 5.000 personas. Habitan
el resguardo Arhuaco, compartido con otras comunidades. Este mito que transcribimos resumido fue
tomado de la obra Los Kogi de Sierra Nevada, de Gerardo Reichel-Dolmatoff (1996):
Primero estaba el mar. No había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas. El mar era la madre. Ella
era alúna. Ella era espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria. Así la Madre existió
sólo en alúna, en el mundo más abajo, sola. Entonces se formaron arriba los mundos. Eran nueve
mundos y se formaron así: primero estaba la Madre y el agua y la noche. No había amanecido aún.
También existía un Padre. Ellos tenían un hijo. Pero ellos no eran gente, ni nada, ni cosa alguna. Ellos
eran alúna. Eran espíritu y pensamiento. Después se siguieron formando el resto de mundos arriba, y
empezó a haber gente pero sin huesos. El padre del cuarto mundo sabía ya cómo iba a ser la gente de
nuestro mundo, que iban a tener cuerpo, piernas, brazos y cabezas. En el quinto ya había gente pero
le faltaban las orejas, los ojos y las narices. En el sexto se siguieron completando los hombres. En el
séptimo empezó a formarse la sangre de la gente y se vivió ya todo lo que se iba a vivir luego en
nuestro mundo. En el octavo, lo que iba a vivir luego no estaba aún completo, pero ya casi. En el
noveno los padres hicieron la primera casa y nació Sintana, el primer hombre.
La imagen del los distintos mundos dentro de un huevo representa claramente el símbolo de la
totalidad psíquica pre-consciente, entendida como lo que existe antes del surgimiento de la
consciencia del ego. Es una idea arquetipal que representa la totalidad preformada que contiene todo
en sí misma. En el mito kogi, aunque no hay sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas, existía un
espíritu de todo lo que iba a venir después. También el huevo es una representación simbólica por
excelencia del arquetipo del sí-mismo, que aún es un germen, algo potencialmente existente pero que
aún no se ha concretado.
Esta imagen arquetipal del huevo está asociada a conceptos desarrollados posteriormente por
muchos autores. Por ejemplo, está presente en el concepto de “entelequia” de Aristóteles, referido a
un estado de existencia en el que una entidad está trabajando activamente en sí misma; pero también
es ese fin buscado, en el que se han logrado realizar todas las potencialidades. James Hillman, autor
pos-junguiano, plantea su teoría de la bellota, desarrollando esta misma idea: en el interior de la
bellota está contenido todo el futuro y enorme roble. De la misma manera, en el germen del ser
humano están contenidas en forma potencial todas las capacidades espirituales y creativas,
esperando la oportunidad de aflorar.
En el mito kogi se muestra todo el proceso de gestación por el que pasa la consciencia antes de nacer.
Es un camino lento de evolución en el que se producen varias transformaciones antes de que nazca la
consciencia, representada por Sintana.
En un plano más cotidiano, von Franz asocia esta imagen del huevo también con la idea de la
concentración del ser humano. Cuando los individuos se enfrentan a un conflicto, pueden sentirse
inquietos y perdidos durante un período de tiempo. Pero luego suele llegar una fase de auténtica
reflexión. En ocasiones, la persona puede tener un sueño en el que aparece un huevo, lo que es
esperanzador, ya que hay grandes posibilidades de que el momento de la resolución del problema
esté cerca. Después de la reflexión, llega la tranquilidad, y es cuando realmente es posible un
progreso en la consciencia. Es el momento en que la consciencia nace del huevo, como una entidad
producida por la auto-reflexión.
MITO GUAHIBO – INTENTOS FRACASADOS DE CREACIÓN
El otro relato que he seleccionado es un mito guahibo. Este pueblo está compuesto por un gran
número de grupos y subgrupos que habitan en la Orinoquia, alcanzando una población de 20.000
habitantes, de los cuales cerca de 15.000 habitan en Colombia y 5.000 en Venezuela. Este mito de la
creación se tomó y adaptó del documento La tradición oral de los Guahibos, de Álvaro Baquero
(1989). Dice así:
El intento por parte de Kuwei para crear la humanidad implicó tres ensayos: primero hizo una figura
de barro que por la lluvia se desmoronó; en el segundo intento hizo figuras de cera de abejas que se
derritieron con el sol; y en el tercer intento hizo una figura femenina de una madera dura que no
tenía vagina. Sólo tuvo éxito después de que ensayaron otros animales, y el Kutsikutsi logró copular
con la figura y comenzó la reproducción sexual.
Este es un claro ejemplo de mito sobre intentos fracasados de creación, en los que los dioses tratan
de crear seres humanos pero sin tener éxito, pues lo creado resulta inadecuado. Por eso, el dios suele
verse obligado a destruirlo y probar una y otra vez hasta tener éxito finalmente. Este motivo
mitológico está presente desde la antigüedad. En la mitología griega, por ejemplo, ese intento fallido
de creación dio como resultado a los Titanes. En algunos relatos de otras culturas, el intento fallido
sobrevive, ya sea en forma de demonio siniestro o como ángel o dios secundario. Es como si las
tentativas fracasadas del dios creador llevaran unas veces a algo demasiado bueno o a algo
demasiado malo, y sólo lograra tener éxito cuando realizara algo intermedio… que es el ser humano.
Von Franz ve nuevamente aplicable estos mitos al proceso creativo en los humanos. Las formas
sobrehumanas y titanescas, corresponderían a las terribles emociones y excitaciones que un autor
puede experimentar cuando tiene un proyecto creativo. Ante su extraordinario plan, el creador puede
tender a sentirse demasiado satisfecho, con un entusiasmo que no cabe dentro de la persona, con
una inflación del ego, que le lleva a sobrevalorar el proyecto. Generalmente es, objetivamente, una
sobreestimación, ya que al tener que ejecutar luego lo planeado, el resultado suele ser muy pobre en
comparación con el proyecto inicial. Eso lo saben muy bien los artistas que rara vez quedan
satisfechos con sus obras. La emoción opuesta no demora en hacer su aparición. Así el resultado no
sea tan pobre, es típica la depresión pos-creativa. En vez de sentirse la persona satisfecha, es preso de
la tristeza, la frustración, y la mezcla de sentimientos. Eso se relaciona también con la tremenda carga
de energía gastada en el acto creativo, que deja a la persona exhausta.
CONCLUSIONES
Lo anterior ha sido una reflexión exploratoria de los mitos de creación colombianos desde una mirada
junguiana. Trata de comprobar la existencia de motivos arquetípicos universales en algunos relatos
mitológicos de nuestras comunidades indígenas colombianas, e igualmente realiza una interpretación
psicológica de tales historias primigenias, como representaciones variadas de ese extraordinario
hecho en la humanidad que fue el surgimiento de la consciencia a partir del inconsciente. Se
acompaña este análisis, con ejemplos prácticos de la manera como pueden observarse estos mismos
fenómenos en el plano terapéutico individual. Es una forma de conciliar el significado mítico, el
ontológico y el terapéutico; en otras palabras, los mitos de creación estudiados permiten seguir
diferentes procesos del desarrollo de la conciencia en el ser humano, y de situaciones individuales
que se trabajan en la labor terapéutica. Esto último confirma la necesidad que tenemos los terapeutas
de conocer la mitología colombiana y universal.
Soy consciente de la cantidad de otros tipos de mitos de creación que he dejado por fuera, pero este
escrito es sólo una primera aproximación a un tema de enorme riqueza e infinitas posibilidades. Será
el inicio de otros estudios analíticos acerca de la gran variedad mitológica de nuestro país.
Considero que este ejercicio interpretativo es una manera de comprender la manera en que los
arquetipos, de suyo tan difíciles de digerir conceptualmente, toman forma concreta en mitos, sueños
y síntomas. De igual manera, es la evidencia que comprueba cómo las temáticas descritas en el
contexto universal por el analista junguiano Erich Neumann, aparecen también en forma casi literal,
en nuestros relatos colombianos.
Espero que los ejemplos escogidos, a pesar de haber sido resumidos por razones de espacio, hayan
podido transmitir el estado de ánimo especial que tenemos al escucharlos, aspecto que los hace tan
únicos y diferentes del resto de mitos. Dan al oyente un halo de enorme misterio, pero
paradógicamente no ofrecen esa sensación íntima que se tiene con otra clase de historias, que
permite sentir que se ha comprendido algo.
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