Misioneros de la Divina Redención oraciones colegio.pdf · 2019-06-02 · R. Mi Jesús...

Misioneros de la Divina Redención – Colegio Campestre Padre Arturo

“La vida es una misión para cumplir, es don de sí para los otros, para la familia,

para los hermanos, para los que sufren o pasan necesidades” P. Arturo D’Onofrio.

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ESQUEMA TRADICIONAL DE ORACIONES MDR

ORACIÓN DE LA MAÑANA V. Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar (3 veces). R. Sea para siempre bendito y alabado.

Ángelus (Fuera del Tiempo Pascual) V. El Ángel del Señor anunció a María. R. Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo. Dios te salve, María… V. He aquí la esclava del Señor. R. Hágase en mí según tu Palabra. Dios te salve María… V. Y el Verbo se hizo Hombre. R. Y habitó entre nosotros. Dios te salve María… V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. ORACIÓN: Te suplicamos Señor que derrames tu gracia en nuestros corazones, para que los que por el anuncio del ángel hemos conocido la Encarnación de tu hijo Jesucristo, por los




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méritos de su pasión y su cruz ser llevados a la gloria de su resurrección. Por Cristo Nuestro Señor R: Amén.

REGINA CŒLI

(Para el Tiempo de Pascua) 1.

V. Reina del Cielo, alégrate. Aleluya. R. Porque Cristo a quien llevaste en tu seno.

Aleluya. V. Ha resucitado según su palabra. Aleluya. R. Ruega al Señor por nosotros. Aleluya. V. Gózate y alégrate, Virgen María. Aleluya R. Porque verdaderamente ha resucitado el

Señor. Aleluya. OREMOS: Padre Santo, que has alegrado al mundo por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo: te pedimos que, por la intercesión de la Virgen María, podamos alcanzar también las alegrías de la vida eterna. Por nuestro señor Jesucristo, Tu Hijo… 2. Reina del Cielo, alégrate. Aleluya.

Porque Cristo, a quien llevaste en tu seno. Aleluya Ha resucitado según su palabra. Aleluya. Ruega al Señor por nosotros. Aleluya.

OREMOS Padre Santo, que has…




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3. REGINA COELI, LAETARE, ALLELUIA. QUIA, QUEM MERUISTI PORTARE, ALLELUIA. RESURREXIT, SICUT DIXIT, ALLELUIA. ORA PRO NOBIS DEUM, ALLELUIA.

V. GAUDE ET LAETARE, VIRGO MARÍA,

ALLELUIA. R. QUIA SURREXIT DOMINUS VERE,

ALLELUIA. Oremus: Deus, qui per resurrectionem filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum laetificare dignatus es, praesta, quaesumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam, perpetuae capiamus Gaudia vitae. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amén.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu

Santo. R. Como era en el principio, ahora y

siempre, por los siglos de los siglos Amén.

Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que el Señor me ha encomendado a Ti, ilumíname,

guárdame, guíame y gobiérname. Amén. V. A los fieles difuntos concédeles, Señor el

descanso eterno. R. Y brille para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz. R. Amén.




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*Ofrecimiento diario (Otras oraciones p. 12) Te adoro Dios mío y te amo con todo mi corazón, te doy gracias por haberme creado, hecho cristiano y conservado durante esta noche. Te ofrezco todas las obras de este día, haz que sean todas según tu santa voluntad y para mayor gloria tuya; presérvame de todo pecado y de todo mal. Tu gracia esté siempre

conmigo y con todos los míos. Amén. Divino Corazón de Jesús, por medio del Corazón Inmaculado de María, Madre de la Iglesia, yo me consagro a Ti. Ofrezco contigo, Sacerdote Eterno, al Padre celestial, el Santo Sacrificio de la Misa, y a éste quiero unirme con todas mis oraciones, obras y sufrimientos del presente día, por la salvación de la humanidad, en reparación de nuestros pecados y por todas las intenciones por las cuales te ofreces a ti mismo continuamente en el altar. Todo lo ofrezco en especial por las intenciones señaladas por el Papa para este mes y por las de nuestros prelados. Ayúdame a vivir esta oblación. Amén. Ave María:

Según las intenciones del Superior General y nuestra Comunidad.

Por nuestros familiares, amigos y bienhechores, por las personas que se encomiendan a nuestras oraciones.

Por nuestra perseverancia en la vocación y en el buen obrar.




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V. Sagrado Corazón de Jesús. R. En vos confío. V. Nuestra Señora Consoladora del

Carpinello. R. Ruega por nosotros. V. San José. R. Ruega por nosotros

V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. (Laudes)

ORACIÓN DEL MEDIO DÍA

Corona a San José

V. Sagrado Corazón de Jesús. R. En voz confío. V. San José, Padre de la Divina Providencia. R. Ruega por nosotros y provéenos. Padre nuestro. V. Providencia de Dios (10 veces) R. Provéenos. V. Gloria al Padre… R. Como era en el principio… V. Sagrado Corazón de Jesús. R. En vos confío. V. San José, Padre de la Divina Providencia. R. Ruega por nosotros y provéenos. Padre nuestro. V. Espíritu Santo (10 veces) R. Santifícanos. V. Gloria al Padre…




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R. Como era en el principio… V. Sagrado Corazón de Jesús. R. En vos confío. V. San José, Padre de la Divina Providencia. R. Ruega por nosotros y provéenos. Examen particular. V. Señor, ten misericordia de nosotros. R Porque hemos pecado contra ti. V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.

R. Y danos tu salvación. V. El Señor Todopoderoso tenga misericordia

de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

ORACION DE SAN JOSÉ

A ti, Bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María Madre de Dios, te tuvo unido y por el paterno amor con que abrazaste al niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades. Protege, oh providentísimo custodio de la Divina Familia, a la escogida descendencia de Jesucristo. Aparta de nosotros toda mancha de error y de corrupción.




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Asístenos propicio desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas, y como en otro tiempo libraste al Niño Jesús de inminente peligro de la vida, así ahora defiende a la Iglesia santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protégenos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenidos por tu auxilio,

podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna Bienaventuranza. Amén.

ORACIÓN DE LA TARDE

V. Infinitamente sea alabado (3 veces). R. Mi Jesús Sacramentado. Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte ahora mismo dentro de mi alma. Pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón (breve pausa). Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti.

“Ser cristiano significa vivir nuestro bautismo: morir al pecado y renacer

a la vida nueva en Cristo” P. Arturo, pensamiento para el 19 de octubre.




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ORACION A NUESTRA

SEÑORA CONSOLADORA

DEL CARPINELLO

Oh, Augusta Reina del Cielo, Señora y soberana de la

mente y del corazón de tu

pueblo, que con el fin de

manifestarnos tu especial

predilección, en tiempos de

graves tribulaciones, quisiste ser hallada por

medio de una luz

desconocida a la sombra de

un árbol. Nosotros te

amamos y te damos gracias por la continua protección que has otorgado a

nosotros, a nuestras familias y a todos aquellos tus

devotos que te honran bajo este título a nosotros

tan querido.

Tu, Oh Madre, que conoces nuestras necesidades, ven en nuestro auxilio, convierte a los pecadores,

consuela los afligidos, concede la curación a los

enfermos que se refugian en tu materno corazón.

Dona la paz a la Iglesia, a la patria y al mundo entero. Oh María, Madre de la Iglesia, bendice al

Papa, al Obispo, a los amigos y bienhechores de los

huérfanos acogidos a la sombra de tu santuario.

Santifica y multiplica a los sacerdotes, a los

religiosos y a todos aquellos que difunden tu

devoción por el mundo. Haz que todos nosotros consigamos conservarnos fieles, hasta la muerte,

en la gracia de tu Divino Hijo. Amén.




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ORACION VOCACIONAL MDR

Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, que dijiste: “la mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies, que mande obreros a su mies”. Concédenos renovado entusiasmo y amor a nuestra familia religiosa y que este entusiasmo y amor haga brotar en numerosos jóvenes el germen de la vocación y el deseo de

consagrarse a ti en la niñez y juventud pobre, huérfana y abandonada, como Misioneros de la Divina Redención. Que el amor a María, Nuestra Señora Consoladora del Carpinello, nos haga merecedores de tal don. Así sea.

V. Sagrado Corazón de Jesús. R. En vos confío. V. Nuestra Señora Consoladora del

Carpinello. R. Ruega por nosotros. V. San José. R. Ruega por nosotros. V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu


siempre, por los siglos de los siglos Amén.

(Vísperas)




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**ORACIONES DE LA NOCHE (Otras oraciones p. 13 y p. 59)

V. Infinitamente sea alabado (3 veces). R. Mi Jesús Sacramentado. Te adoro Dios mío y te amo con todo mi corazón, te doy gracias por haberme creado,

hecho cristiano y conservado durante este día. Perdóname el mal que he cometido y si algo bueno he hecho, acéptalo. Custódiame en esta noche, líbrame de todo peligro. Tu gracia esté siempre conmigo y con todos los míos. Amén. Ángel de Dios, que eres mi custodio, ya que el Señor me ha encomendado a Ti, ilumíname, guárdame, guíame y gobiérname. Amén. V. A los fieles difuntos concédeles, Señor el

descanso eterno. R. Y brille para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz. R. Amén. Completas V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu


siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.




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*Otras oraciones de ofrecimiento diario

1. Señor, Dios omnipotente, que nos has hecho llegar al principio de este día, fortalécenos hoy con tu virtud para que no caigamos durante el día en pecado, sino

que todas nuestras palabras, pensamientos y obras se dirijan a practicar tu santa ley. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

2. Dígnate, Señor, Dios del Cielo y de la

Tierra, dirigir y santificar, regir y gobernar en este día nuestras almas y nuestro cuerpo, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu voluntad, para que merezcamos ser salvos y libres. Salvador del mundo, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

3. Querida y tierna madre mía, María,

ampárame, cuida de mi inteligencia, de mi corazón, de mis sentidos, para que nunca

cometa el pecado. Santifica mis pensamientos, afectos, palabras y acciones, para que pueda agradar a ti y a tu Jesús y Dios mío y contigo llegue al paraíso: Jesús y María, denme su santa bendición: en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.




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4. Yo me ofrezco para realizar en mi carrera del mañana el programa de amor que trajiste al mundo: “amaos los unos a los otros”, “lo que hacéis al más pequeño de los míos lo hacéis conmigo”.

Señor, el mundo está enfermo porque se ha apartado de Ti; los hombres viven tristes porque no han hallado al que es la vida, la

verdad y la paz. Señor, ayúdame a hacerte conocer mejor, para que te amen en cualquier medio que me corresponda el día de mañana. Amén.

**ORACIÓN DE LA NOCHE

Señor, Dios mío, te doy gracias porque quisiste dar fin a este día. Te agradezco por permitir que cuerpo y alma lleguen al descanso. Tu mano estuvo conmigo, me protegió y me preservó. Perdona la poca fe y toda la injusticia de este día y permite que logre perdonar a todos los que conmigo cometieron injusticia.

ACTO DE FE Dios mío, porque eres verdad infalible, creo firmemente en todo aquello que has revelado y la Santa Iglesia nos propone para creer.




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Creo en Ti, único Dios verdadero en tres personas iguales y distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Creo en Jesucristo, Hijo de Dios, que se encarnó y murió por nosotros, el cual nos dará a cada uno, según los méritos, el premio o el castigo eterno. Conforme a esta fe quiero vivir siempre. Señor, aumenta mi fe.

ACTO DE ESPERANZA Dios mío, espero de tu bondad, por tus promesas y por los méritos de Jesucristo, nuestro salvador, la vida eterna y la gracia necesaria para merecerla con las buenas obras que quiero y debo hacer. Señor que pueda gozar de Ti para siempre.

ACTO DE CARIDAD

Dios mío, te amo con todo el corazón y sobre todas las cosas porque eres infinitamente bueno y nuestra eterna felicidad y por amor a Ti amo a mi prójimo como a mí mismo y perdono las ofensas recibidas. Señor, haz que te ame cada vez más

POR LOS FIELES DIFUNTOS Señor, da el descanso merecido a tus siervos dormidos en la muerte: si el ser hijos de Dios fue don vivido




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sea luz que ilumine eternamente. V. A los fieles difuntos concédeles, Señor, el

descanso eterno. R. Y brille para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz. R. Amén.

JACULATORIAS

Jesús, José y María. Os doy el corazón y el alma mía. Jesús, José y María. Asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María. Expire en paz con vosotros el alma mía.

AL ÁNGEL DE LA GUARDA

Padre celestial doy gracias a tu infinita bondad por haberme confiado, desde el mismo instante en que mi alma salía de tus manos creadoras, a un Ángel para que me ilumine, guarde, guíe y gobierne. Te doy gracias también a ti Ángel de mi guarda, por tu cotidiana compañía en mi peregrinación hacia el Padre celestial. Tus santas inspiraciones, la continua protección contra mis peligros espirituales y corporales y tu oración, me sirvan de consuelo y segura esperanza. Tú que contemplas continuamente al Señor y que deseas que también yo vaya a hacerte compañía en el Cielo, te ruego me obtengas el perdón por las muchas veces que he sido sordo a tus consejos, que he pecado contra tu




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presencia y por la poca familiaridad que he tenido contigo, aunque estás siempre a mi lado. Te pido también por la Iglesia, los gobernantes, los trabajadores y los enfermos. Obtén bendiciones y salvación a cuantos buscan la verdad, la justicia y la paz. Amén.

ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA

MISA 1. Oración de Santo Tomás de Aquino Gracias te doy, Señor Dios Padre todopoderoso, por todos los beneficios y señaladamente porque has querido admitirme en la participación del Sacratísimo Cuerpo de tu unigénito Hijo. Te suplico, Padre clementísimo, que esta Sagrada Comunión no sea para mi alma ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos los vicios, exterminio de todos los carnales apetitos y aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad y de todas las virtudes. Sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos los enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo solo, mi verdadero Dios y Señor, y sello feliz de mi dichosa muerte. Y te ruego tengas por bien llevarme a mí, pecador, a aquél convite inefable donde Tú con tu Hijo y el Espíritu




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Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida y gozo perdurable, dicha completa y felicidad perfecta. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

2. Invocación a nuestro Santísimo Redentor. Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh mi buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del enemigo malo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti Para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

ALABANZAS AL SANTISIMO SACRAMENTO

Tantum ergo sacramentum Veneremur cernui: Et antiquum documentum novo cedat ritui: præstet fides supplementum sensuum defectui. Genitori, genitoque laus et iubilatio. Salus, honor virtus quoque




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sit et benedictio: procedenti ab utroque compar sit laudatio. V. Panem de cœlo præstiti ei. R. Omne delectamentum se habentem. Oratio: Deus, qui nobis sub sacramento mirabili

passionis tuae memoriam requisti: tribue quaesumus, ita nos Córporis et Sánguinis tui sacra mystéria venerati; ut redemptionis tuae fructum in nobis iugiter sentiamus: qui vivis et regnas in sǽcula sæculorum. Amén. ***ORACIÓN: Señor nuestro Jesucristo, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu Redención. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el nombre de Jesús. Bendito sea su sacratísimo Corazón. Bendita sea preciosísima Sangre.




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Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción Bendito sea el nombre de María Virgen y

Madre. Bendito sea San José, su castísimo esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

***ORACIONES PARA LA BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

I.

Concédenos, Señor y Dios nuestro, a los que creemos y proclamamos que Jesucristo nació por nosotros de la Virgen María, murió también por nosotros en la cruz y está presente en el Santísimo Sacramento, beber en esta Divina fuente el don de la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. II. Concédenos, te rogamos, Señor y Dios nuestro, celebrar con dignas alabanzas al Cordero que fue inmolado por nosotros y que está oculto en el Sacramento, para que merezcamos verle patente en la gloria. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.




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III. Oh Dios, que nos diste el verdadero Pan del Cielo, concédenos, te rogamos, que con el poder del alimento espiritual, siempre vivamos en ti y resucitemos gloriosos en el último día. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén. IV. Ilumina Señor, con la luz de la fe nuestros

corazones y abrázalos con el fuego de la caridad, para que adoremos resueltamente en espíritu y en la verdad a quien reconocemos en este Sacramento como nuestro Dios y Señor. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. V. Que los sacramentos con los que te has dignado restaurarnos, Señor, llenen de la dulzura de tu amor nuestros corazones y nos impulsen a desear las riquezas inefables de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. VI. Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el Misterio Pascual de Cristo, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación, merezcamos conseguir su futuro. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

“Con María en el corazón, todo es posible”.

P. Arturo D’Onofrio, pensamiento para el 20 de mayo.




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NOVENA A NUESTRA SEÑORA CONSOLADORA DEL CARPINELLO.

Virgen Santísima Consoladora del Carpinello, piadosísima Madre nuestra, que quisiste manifestarte al mundo en el esplendor de una luz maravillosa, acoge las suplicas de un pobre pecador. Tú eres la Madre de la eterna Sabiduría, tú puedes ayudarme. Me entrego a

ti, de ti espero todas las gracias, sólo en ti confío. Oh Madre de bondad y de misericordia, disipa las tinieblas de mi mente, sé para mí el faro luminoso en el naufragio universal, conduciéndome al puerto de mi eterna salvación.

Ave María. Virgen María Consoladora del Carpinello, que te quisiste aparecer a la sombra de un árbol poco importante para el mundo, obtenme la gracia de vivir siempre bajo tu amparo materno, escondido en tu corazón purísimo en donde yo pueda estar libre de todos los asaltos del enemigo infernal e imitar con todas mis fuerzas la virtud de la cual tú, buena y tierna Madre, eres espejo purísimo y modelo ejemplar. Ave María. Oh Virgen poderosa, dulcísima abogada nuestra, tú que en el líquido milagroso que se conserva en las ampollas encontradas junto a tu imagen, otorgaste un remedio prodigioso en




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épocas de peste, líbranos de la peste del pecado y del vicio que domina la tierra. Oh María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, ¿no ves que aquellos que tú amas están enfermos? Líbranos pronto de todas las enfermedades, pero especialmente de la lepra del pecado. Ave María.

Oh María Santísima del Carpinello, Madre de la Divina Misericordia, que en tu santa y milagrosa imagen quisiste indicarnos el camino seguro para alcanzar el puerto de nuestra eterna salvación, haz que tu voz suave descienda al corazón del pecador y lo convierta; suba hasta el trono de Dios para implorar la deseada gracia que precisamente en este día y en este momento de ti deseo. Oh Madre de bondad, no, no me iré de tu lado hasta que me hayas concedido la gracia que te pido… Tú eres Madre, conoces toda mi vida, tú puedes ayudarme. Quítame todo pero dame la gracia de amar cada vez más a tu Hijo Jesús y de preferir morir antes de ofenderte. Ave María.

“María debe ser nuestro modelo y en particular, el modelo de la juventud”

P. Arturo, pensamiento para el 11 de octubre.




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HIMNO A NUESTRA SEÑORA CONSOLADORA DEL CARPINELLO

Misterio Divino, prodigio de amor, camino seguro para el corazón. /Ave, Ave, Ave María/. Excelsa Señora de la creación, benigna te inclinas hacia el pecador. Con signo Divino mostraste tu amor a un campesino de gran devoción. Un vivo destello de gloria brilló, la fe de tus fieles segura afianzó. Quitaste la plaga de campos y villas, llevaste el consuelo

a las gentes sencillas. Pidiendo clemencia de todas las faltas,

la gran indulgencia benigna tú exaltas. De todos los fieles reunidos allá, la Madre tú eres

con toda verdad. Oculta entre espinas te hiciste encontrar, la llena de gracia te hiciste aclamar. Con su Hijo a los hombres la Madre de Dios les trajo los dones de paz y de amor. Visciano escogido con signo especial, la Madre ha querido su sede fijar. Guardado entre ampollas el bálsamo traes queriendo con ellas salvar de los males.




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El agua que diste a todos salvó y ningún vestigio de aquél mal quedó.

Y con las ampollas la virgen donó un bronce que al pueblo su voz extendió.

Consoladora Consoladora del Carpinello,

de nuestra vida tú eres la estrella, en los peligros guía clemente a quien te invoca, Madre pudiente. Aunque rebeldes somos tus hijos, Consoladora, perdón pedimos (Bis).

ESTRELLAS DE MARÍA CONSOLADORA DEL CARPINELLO (DÍA 22 DE CADA MES)

01.- Enero La fe de María 02.- Febrero María modelo de esperanza 03.- Marzo La caridad de María hacia

Dios 04.- Abril El amor de María hacia el

prójimo 05.- Mayo La pureza inmaculada de

María 06.- Junio La humildad de María 07.- Julio La obediencia de María 08.- Agosto La templanza de María 09.- Septiembre La fortaleza y paciencia de

María 10.- Octubre La oración continua de María 11.- Noviembre La prudencia de María 12.- Diciembre La pobreza de María




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MISTERIOS DEL ROSARIO

Misterios Gozosos (lunes y sábados)

1. La Anunciación del Arcángel Gabriel a María Santísima y la Encarnación del Hijo de Dios (Lc. 1, 26-38).

2. La visita de María Santísima a su prima Santa Isabel (Lc. 1, 39-56).

3. El nacimiento del Niño Dios, pobre y humilde en un pesebre (Lc. 2,6-7).

4 La presentación del Niño Jesús en el Templo y la purificación de su Santísima Madre (Lc. 2, 22-24).

5. La pérdida y hallazgo del Niño Jesús en el Templo (Lc. 2,41-52).

Misterios Dolorosos (martes y viernes) 1. La agonía de nuestro Señor Jesucristo

en el Huerto de los olivos (Mc. 14,32-42).

2. La Flagelación de nuestro Señor Jesucristo (Jn. 19,1).

3. Jesús es coronado de espinas y burlado (Jn. 19, 2-3).

4. Jesús lleva la cruz al calvario (Jn 19, 16-17).

5. Jesús muere en la cruz, en medio de los dos ladrones (Lc. 23,44-49).




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Misterios Gloriosos (miércoles y domingos) 1. La Resurrección de nuestro Señor

Jesucristo (Mt. 28, 1-8). 2. La Ascensión del Hijo de Dios (Hch.

1, 6-11). 3. La venida del Espíritu Santo sobre

los Apóstoles (Hch. 2,1-13).

4. La Asunción de nuestra Señora al Cielo (Ap. 12, 1-6).

5. La coronación de María Santísima como Reina del Cielo y de la Tierra (Lc. 1, 46-50).

Misterios Luminosos (jueves) 1. El Bautismo de Jesús en el Jordán

(Mt. 3. 13-17). 2. La auto-revelación del Señor en las

Bodas de Cana (Jn. 2, 1-12). 3. El anuncio del Reino de Dios,

invitando a la conversión (Mc.1, 14-15).

4. La Transfiguración del Señor (Lc. 9, 28-35).

5. La institución de la Eucaristía (Lc. 22, 14-20).

“El Rosario es la oración que orienta a los hombres para recibir los frutos

de la Redención” P. Arturo, pensamiento para el 6 de Septiembre.




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LETANÍAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN

MARÍA

Señor Ten piedad de nosotros Cristo Ten piedad de nosotros Señor Ten piedad de nosotros Cristo óyenos Cristo escúchanos

Dios Padre Celestial Ten piedad de nosotros Dios Hijo Redentor del mundo Ten piedad de nosotros Dios Espíritu Santo Ten piedad de nosotros Trinidad Santa que eres un solo Dios Ten piedad de nosotros Santa María Ruega por nosotros Santa Madre de Dios Santa Virgen de las Vírgenes

Madre de Cristo Madre de la Divina Gracia Madre Purísima Madre Castísima

Madre sin mancha Madre sin corrupción Madre Amable Madre Admirable Madre del buen consejo Madre del Creador Madre del Salvador Virgen Prudentísima Virgen Venerable Virgen Poderosa Virgen Clemente




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Virgen fiel Espejo de Justicia Trono de la sabiduría Causa de nuestra alegría Vaso Espiritual Vaso de Honor Vaso insigne de devoción Rosa Mística Torre de David

Torre de Marfil Casa de Oro Arca de la alianza Puerta del Cielo Estrella de la mañana Salud de los enfermos Refugio de los pecadores Consuelo de los afligidos Auxilio de los Cristianos Reina de los Ángeles Reina de los Patriarcas Reina de los Profetas Reina de los Apóstoles Reina de los Mártires Reina de los Confesores Reina de las Vírgenes Reina de todos los Santos Reina concebida sin pecado original Reina asunta al Cielo Reina del Santísimo Rosario Reina de la Paz Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Perdónanos Señor.




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Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Escúchanos Señor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo Ten piedad y

misericordia de nosotros.

Oremos:

1. Te rogamos Señor, nos concedas a nosotros tu servidores gozar de una buena salud de alma y cuerpo y que por la gloriosa intercesión de la Bienaventurada Virgen María, nos veamos libres de las tristezas de la vida presente y gocemos de las alegrías de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

2. Perdona, Señor, las culpas de tus

fieles y haz que quienes no logramos agradarte con nuestros actos seamos salvados por la intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Que vive y reina contigo…

3. Ven en ayuda de nuestra debilidad,

Dios de misericordia, y haz que, al recordar hoy a la Madre de tu Hijo, por su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo…


“La vida es una misión para cumplir, es don de sí para los otros, para la familia, para los hermanos, para los que sufren o pasan necesidades” P. Arturo D’Onofrio.

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A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA,

MADRE DE DIOS

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea

pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza.

A ti celestial princesa Virgen, Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón.

Mírame con compasión no me dejes, Madre mía.

Amén.

OH SEÑORA MÍA

Oh Señora mía, oh Madre mía yo me

ofrezco todo a ti y en prueba de mi filial afecto.

te consagro en este día mis ojos, mis oídos,

mi lengua, mi corazón, en una palabra todo mi ser

y ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad,

guárdame y defiéndeme como hijo y posesión tuya.

Amén.



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MARIA AUXILIADORA

Tengo mil dificultades, ayúdame. De mis perseguidores, sálvame. En mis desaciertos, ilumíname. De mis calumniadores, defiéndeme. En el fondo de tu alma, guárdame. En tus brazos al expirar, recíbeme.

A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Trinidad Santa, Padre, Hijo y Espíritu Santo presente y activa en la Iglesia y en la profundidad de mi ser: te adoro, te doy gracias y te amo y por las manos de María, mi madre, me ofrezco, entrego y consagro a mí mismo. A ti Padre, me ofrezco entrego y consagro como Hijo. A ti Jesús Maestro, me ofrezco, entrego y consagro como hermano y discípulo. A ti, Espíritu Santo me ofrezco, entrego y consagro como “templo vivo” para ser santificado. María Madre de la Iglesia y Madre mía, tú que vives en la presencia de la Santísima Trinidad, enséñame a vivir por medio de la liturgia y de los sacramentos, en comunión con las tres divinas personas, a fin de que toda mi vida sea un “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”. Amén.



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VIAMATRIS

El camino de la Madre Dolorosa

Guía: En el nombre del Padre… Todos: Jesús, mi Señor y Redentor… (p. 35) Guía: Primer dolor: La Profecía del anciano

Simeón.

Lector: Del Santo Evangelio según San Lucas 2, 22-35.

Palabra del Señor. Todos: Gloria a Ti Señor Jesús. Guía: Dios te salve María… Todos: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en las manos del Señor. Segundo dolor: La huída a Egipto. Mt. 2, 13-15. Tercer dolor: La pérdida de Jesús en el

Templo. Lc. 2, 41-52. Cuarto dolor: Jesús encuentra a su Madre

camino al calvario. Lam. 3, 17-22. 25-26. Quinto dolor: Jesús muere en la cruz. Jn. 19, 25-30.



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Sexto dolor: María recibe el cuerpo difunto

de Jesús. Is. 53, 3-4; 62, 11; 63,1. Séptimo dolor: Sepultura de Jesús y soledad

de María. Jn. 19, 38-42. CREDO DE LOS APÓSTOLES

Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor. que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de santa María Virgen. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato. Fue crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos. Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. CREDO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra,



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de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz. Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del Cielo; y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.



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Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

A DIOS PADRE Señor Dios, rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad. Tú hiciste el Cielo y la Tierra y todo cuanto en ellos

se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas. ¿Quién podrá pues resistir a tu Majestad? Señor Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Escucha, pues, nuestras oraciones, perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el Cielo. Amén.

VIACRUCIS

ACTO DE CONTRICIÓN Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén.



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I. VIACRUCIS TRADICIONAL 1. JESÚS CONDENADO A MUERTE Guía: Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Todos: Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.

“Después de haber hecho flagelar a Jesús, Pilato lo entregó para que fuera crucificado” (Jn 19, 14-16). Señor Jesús, que dijiste: “no juzguéis y no seréis juzgados”, no permitas que te condenemos en nuestros hermanos, sino enséñanos a juzgarnos a nosotros mismos para rectificar nuestra vida. 2. JESÚS CARGA CON LA CRUZ

“Llevando Él mismo la cruz, se dirigió hacia el Gólgota” (Jn. 19, 16-17). Jesús, ayúdanos cada día a llevar nuestra cruz y a no retroceder ante las exigencias de tu amor. 3. JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ “Presérvame, Señor, de quien trama para hacerme caer” (Sal. 140, 5). Señor, caigo muy a menudo. Fácilmente cedo al egoísmo, al orgullo, a la injusticia. Malgasto la vida. Hago el mal a mis hermanos. Rechazo tu amor pero Tú eres misericordia y perdón.



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4. JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE “Simeón dijo a María: una espada te traspasará el alma” (Lc. 2, 25-35). Con tu Madre, Señor, no nos asusta el camino: toda esperanza es certeza. Su ayuda es nuestra fuerza.

5. EL CIRENEO AYUDA A JESÚS “Mientras lo conducían tomaron a un cierto Simón de Cirene que regresaba del campo y le cargaron la cruz” (Mt. 27, 32). Jesús, Salvador del sufrimiento humano, haz que libres de nuestras mezquindades nos lancemos con tu ayuda a la aventura de la caridad fraterna.

6. LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

“No oculté mi rostro a las injurias y a los salivazos” (Is. 50, 6). Haznos capaces, oh Dios, de dar el primer paso hacia los hermanos, de sentirnos responsables de su dolor, de enjugar su llanto con el don de nuestra bondad y nuestro servicio. 7. SEGUNDA CAÍDA “Eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que él soportaba, nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y



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humillado” (Is 53, 4). Oh Dios que has exaltado a los humildes, no permitas que el deseo de poder y de riqueza ocupe el puesto de tu amor. 8. JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES “Jesús, volviéndose a ellas, dijo: no lloréis por

mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos” (Lc 23, 27-31). Concédenos, Señor, el valor de no quejarnos de nuestra época, el valor de actuar y de esperar, el valor de la fidelidad y de la adaptación; el valor del optimismo y de la esperanza, el valor de amar sin medida. 9. TERCERA CAÍDA

“Sácame del fango, oh Dios, para que no me hunda” (Sal 69, 15) Señor, cuando estemos deshechos por el peso del sufrimiento, haz que esperemos en tu ayuda y que creamos en tu fuerza. 10. JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS “Se repartieron sus ropas sorteándolas entre ellos” (Lc. 23, 34). Despójanos, Señor, de lo que adormece nuestro corazón y nuestra voluntad impidiéndonos



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servirte en libertad de espíritu. 11. JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ “Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a dos malhechores” (Lc. 23, 33). Nosotros que queremos huir de los compromisos

incómodos de nuestra fe, que no perdonamos las ofensas, que no amamos en obras y en verdad, que queremos seguirte sin renunciar a nosotros mismos; nosotros te necesitamos. 12. JESÚS MUERE EN LA CRUZ “Luego, inclinando la cabeza, entregó el espíritu” (Jn. 19, 30). Por tu Pasión y muerte, Señor, haz que tu Iglesia irradie en el mundo el testimonio esplendoroso de tu santidad. 13. JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ “José de Arimatea, discípulo de Jesús, obtuvo autorización de Pilato para retirar el cuerpo de Jesús” (Jn. 19, 38). Solo podemos salvar nuestra vida, si la perdemos por ti, Señor. 14. JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO “José de Arimatea tomó el cuerpo de Jesús, lo



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envolvió en una sábana limpia y lo puso en un sepulcro nuevo” (Mt. 27, 59-60). Señor, enséñanos a callar para escucharte, a vivir en tu presencia para amarte, a orar para que tu vida pase a nuestra vida y a la de todos nuestros hermanos. 15. CRISTO RESUCITÓ… ¡ALELUYA!...

“Al entrar al sepulcro vieron a un joven, sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco y se asustaron, pero él les dijo: ‘No se asusten; ustedes buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. No está aquí, RESUCITÓ’” (Mc. 16, 5-6). Oh Padre, que has querido la muerte de tu Hijo para darnos a nosotros la vida, ¡concédenos la gracia de la Resurrección! Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. II. NUEVO VIACRUCIS (Propuesto por el Papa Juan Pablo II). 1) La Cena del Señor (Mt. 26, 17-29) 2) La oración de Jesús en Getsemaní (Lc. 22,

39-46). 3) Jesús es condenado por el Sanedrín (Mt. 26,

57-66). 4) Jesús ante Pilato (Mc. 15, 1-15). 5) Flagelación y coronación (Mt 27, 27-31). 6) Jesús con la cruz a cuestas (Jn. 19, 16-17). 7) El Cirineo ayuda a Jesús (Mc 15, 20-22).



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8) Las mujeres de Jerusalén (Lc. 23, 27-31). 9) Jesús despojado y crucificado (Jn. 19, 23- 24). 10) El ladrón arrepentido (Lc. 23, 39-43) 11) María y Juan bajo la cruz (Jn. 19, 25-27) 12) La muerte de Jesús (Jn. 19, 28-30). 13) El sepulcro nuevo (Jn. 19, 38-42). 14) La resurrección (Lc. 24, 1-12).

III. VIACRUCIS SEGÚN SAN MATEO Introducción: La Transfiguración. 17, 1-9. 1. Los jefes judíos conspiran para arrestar a

Jesús 26, 1-16. 2. Jesús celebra su Última Cena 26, 17-29. 3. Jesús anuncia a Pedro que lo negará 26, 30-35. 4. En Getsemaní 26, 36-46. 5. Jesús es arrestado 26, 47-56. 6. Ante el sumo sacerdote 26, 57-67. 7. Pedro niega conocer a Jesús 26, 69-75. 8. Desesperación de Judas 27, 1-10. 9. Pilato condena a Jesús 27, 11-26. 10. Jesús recibe un cetro de irrisión 27, 27-31.



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11. El Justo doliente es crucificado 27, 32-38. 12. La muerte de Jesús en la cruz 27, 45-54. 13. La sepultura y la guardia ante el sepulcro 27, 57-66. 14. El sepulcro abierto 28, 1-10. 15. Conclusión: Jesús glorificado 28, 16-20.

IV. VIACRUCIS SEGÚN SAN MARCOS

Introducción: La Transfiguración 9, 2-9. 1. Una mujer derrama perfume sobre Jesús 14, 1-9. 2. Jesús hace preparar la Última Cena 14, 12-16. 3. Jesús se entrega en su Última Cena 14, 22-25. 4. Jesús anuncia que Pedro lo negará 14, 27-31. 5. En Getsemaní, Jesús experimenta la

angustia 14, 32-42. 6. Arrestan a Jesús 14, 43-50. 7. Jesús ante el Sanedrín 14, 53-65. 8. Pedro niega conocer a Jesús 14, 66-72. 9. Jesús condenado por Pilato 15, 1-15. 10. Los soldados se burlan del Rey de los judíos 15, 16-20.



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11. Obligan a Simón de Cirene a llevar la cruz 15, 20-22. 12. El Mesías, Rey de los judíos, es crucificado 15, 23-32. 13. Jesús muere en la cruz 15, 33-41. 14. Jesús es sepultado 15, 42-47. 15. Conclusión: ¡El Crucificado ha resucitado!

16, 1-8.

V. VIACRUCIS SEGÚN SAN LUCAS

Introducción: La Transfiguración 9, 28-36. 1. Jesús come la Pascua con sus discípulos 22, 1-6. 14-20. 2. Jesús da sus últimas recomendaciones 22, 24-34. 3. En el Monte de los Olivos 22, 39-46. 4. Arrestan a Jesús 22, 47-53. 5. Pedro convertido por la mirada de Jesús 22, 54-62. 6. Ante el Sanedrín 22, 66-71. 7. Jesús ante Herodes 23, 8-12. 8. Jesús condenado a muerte 23, 13-25. 9. Simón de Cirene y las mujeres de Jerusalén 23, 26-32. 10. Jesús es crucificado 23, 33-38.



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11. El crucificado abre el Paraíso a un malhechor

23, 39,-43. 12. Jesús en la cruz se dirige al Padre 23, 44-49. 13. La paz del sepulcro 23, 50-56. 14. El sepulcro abierto 24, 1-12.

15. Conclusión: En el camino de Emaús 24, 13-35.

V. VIACRUCIS SEGÚN SAN JUAN

Introducción: Jesús anuncia su muerte y su gloria

12, 20-33. 1. Jesús lava los pies de sus apóstoles 13, 1-17. 2. Jesús ora por sus discípulos 17, 1-6. 18-23. 3. Jesús acepta ser detenido 18, 1-12. 4. Jesús comparece ante el sumo sacerdote 18, 13-24. 5. Jesús conducido a Pilato 18, 28-40. 6. Los soldados saludan a Jesús como rey 19, 1-5. 7. Pilato proclama rey a Jesús 19, 6-16. 8. El rey crucificado 19, 16-24.



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9. Jesús y su Madre 19, 25-27. 10. Jesús muere en la cruz 19, 28-30. 11. Un soldado abre con su lanza el costado de

Jesús 19, 31-37. 12. Jesús es sepultado 19, 38-42.

13. María Magdalena y luego Pedro y Juan, llegan al sepulcro

20, 1-9. 14. Jesús resucitado se manifiesta a María

Magdalena 20, 10-18. 15. Conclusión: Jesús resucitado se manifiesta a

los discípulos 20, 19-29.

VÍA LUCIS (Para el Tiempo Pascual)

I. Jesús resucita de la muerte

Mt. 28, 1-8. II. Los discípulos encuentran el sepulcro

vacío Jn. 20, 1-9.

III. Jesús se aparece a María Magdalena Jn. 20, 10-18.

IV. Jesús en el camino con los discípulos de Emaús Lc. 24, 13-27.

V. Jesús se manifiesta en la Fracción del Pan Lc. 24, 28-35.



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VI. Jesús se aparece a los discípulos Lc. 24, 36-49. VII. Jesús concede a sus discípulos el poder de

perdonar los pecados Jn. 20, 19-23. VIII. Jesús confirma la fe de Tomás Jn. 20, 24-29. IX. Jesús se aparece a sus discípulos en el

lago de Tiberiades

Jn. 21, 1-14. X. Jesús confiere el primado a Pedro. Jn. 21, 15-19. XI. Jesús confía a sus discípulos la misión

universal Mt. 28, 16-20. XII. Jesús asciende al Cielo Hch. 1, 3-11. XIII. Con María en la espera Pentecostal del

Espíritu Santo Hch. 1, 12-14. XIV. Jesús manda a sus discípulos el Espíritu

prometido por el Padre Hch. 2, 1-6



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ANEXO 1: ORACIONES EN LATÍN

Pater noster Pater noster, qui es in coelis: sanctificetur Nomen Tuum; adveniat Regnum Tuum; fiat voluntas Tua, sicut in caelo, et in terra.

Panem nostrum cotidianum da nobis hodie; et dimitte nobis débita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris; et ne nos inducas in tentationem; sed libera nos a malo. Amén. Ave María Ave María, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in muliéribus, et benedictus fructus véntris tui Iesus. Sancta Maria mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, nunc, et in hora mortis nostrae. Amén. Gloria Patri Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in saecula saeculorum. Amén.



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Salve, Regina Salve, Regina, Mater misericórdiae, vita, dulcédo, et spes nostra, salve. Ad te clamámus éxsules filii Hevae, ad te suspirámus, geméntes et flentes in hac lacrimárum valle. Eia, ergo, advocáta nostra, illos tuos

misericórdes óculos ad nos convérte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium osténde. O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria. V/. Ora pro nobis sancta Dei Genetrix. R/. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Ave, Regina Coelorum

Ave, Regina Coelorum, Ave, Dómina Angelórum: salve, radix, salve, porta ex qua mundo lux est orta. Gaude, Virgo gloriósa, super omnes speciósa, vale, o valde decora, et pro nobis Christum exóra.



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Alma Redemptoris Mater Alma Redemptoris Mater, quae pérvia caeli. Porta manes, et stella maris, succúrre cadénti, surgere qui curat, pópulo: tu quae genuísti, natúra miránte, tuum sanctum Genitórem, Virgo prius ac postérius, Gabriélis ab ore

sumens illud Ave, peccatórum miserére. Oremus Omnipotens sempitérne Deus, qui gloriósae Virginis Matris Mariae corpus et ánimam, ut dignum Fílii tui habitáculum éffici mererétur, Spíritu Sancto cooperánte praeparásti: da, ut cuius commemoratióne laetámur; eius pia intercessióne, ab instántibus malis, et a morte perpétua liberémur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum. R. Amén. V. Divinum auxilium maneat semper nobíscum. R. Amén.

Veni Creator Spiritus

Veni Creator Spiritus, mentes tuorum visita, imple superna gratia, quae tu creasti, pectora.



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Qui diceris Paraclitus, altissimi donum Dei, fons vivus, ignis, caritas, et spiritalis unctio. Tu septiformis munere, digitus Paternae dexterae, tu rite promissum Patris,

sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus, infunde amorem cordibus, infirma nostri corporis, virtute firmans perpeti. Hostem repellas longius, pacemque dones protinus; ductore sic te praevio, vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem noscamus atque Filium; teque utriusque Spiritum credamus omni tempore. Deo Patri sit gloria, et Filio, qui a mortuis surrexit, ac Paraclito in saeculorum saecula. Amén.



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Credo Credo in unum Deum Patrem omnipoténtem, factórem cœli et terrae, visíbilium ómnium et invisíbilium; et in unum Dóminum Iesum Christum, Filium Dei unigénitum, et ex Patre natum ante ómnia sǽcula;

Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero; génitum, non factum, consubstantialem Patri, per quem ómnia facta sunt: qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de cœlis, et incarnatus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine, et homo factus est: crucifixus étiam pro nobis sub Póntio Piláto, passus, et sepúltus est: et resurréxit tértia die secúndum Scripturas, et ascéndit in cœlum, sedet ad déxteram Patris, et iterum ventúrus est cum glória iudicáre vivos et mortuos; cuius regni non erit finis: et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem, qui ex Patre Filióque prócedit; qui cum Patre et Filio simul adorátur et conglorificátur;



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qui locútus est per prophétas. Et unam sanctam catholicam et apostólicam Ecclésiam. Confíteor unum baptisma in remissiónem peccatórum: et expécto resurrectiónem mortuórum et vitam venturi sǽculi. Amen.

Angelus V. Angelus Domini nuntiávit Mariæ. R. Et concépit de Spíritu Sancto. Ave Maria... (p. 47) V. Ecce Ancilla Dómini. R. Fiat mihi secundum Verbum tuum. Ave Maria... V. Et Verbum caro factum est. R. Et habitávit in nobis. Ave Maria... V. Ora pro nobis, Sancta Dei Génetrix. R. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi. Orémus Gratiam tuam quæsumus, Dómine, méntibus nostris infúnde; ut qui, angelo nuntiánte, Christi Filii tui Incarnatiónem cognóvimus, per passiónem eius et crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúmdem Christum Dóminum nostrum. R. Amen.



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ANEXO 2. ALGUNOS ESCRITOS DE P. ARTURO Poema de P. Arturo Il mio ideal: “Santo”

Gesù- Maria

Giuseppe

A Mamma

Mamma lo vuoi?

E’ dell’uomo nobile esser martire dell’ideal.

Che egli in sua vita

esser felice non può, se

non leal.

Anch’io bambino

scopersi in sulle dita la via che un dí lontano

percorrere dovea.

Nessun creder mi volea.

Più non parlai: forte in

me solo mi strinsi e a Te, o Signor, fortemente

m’avvinsi.

E Tu vedesti o divo Gesù,

i pensieri che nel mio

capo alato fiorivano con voce eterna finché,

ieri, dopo che m’ebbi

inebriato nel grande

sacrosanto Eucaristico

mistero

allorché in colloquio a tu per tu con Te ero,

mi svelasti in vision di

paradiso il nobile ideal

ch’un dì m’avrebbe

Fu un istante, di

trasognar mi parea,

tanta fu la mia gioia

che

senza misura tutto m’invadea.

Or nella vita non avrò

più noia.

Un ideal ho, per il qual

tutto farò, battaglie, lotte, fatiche

sosterrò.

Ideal di giustizia, di

pace, di santità,

del cui qual miglior fine

in terra non vi sarà.

Con melodiosa dolce

voce sì Gesù parlò:

Missionario sarai,

ambasciator presso i barbari popoli ti farò.

Prega, combatti e spera

e così avrai ciò

che ardentemente hai

desiderato.

Sol non disperar, ma operar dovrai da

renderti degno d’esser

chiamato.

Quanto vorrei da tutti

esser amato.



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arriso.

Mi ideal: “Santo”

Jesús- María- José

A mamá

Mamá ¿lo quieres?

Es del hombre noble ser

mártir del ideal,

que en su vida no puede ser feliz si no es leal.

Yo también de niño

descubrí entre los dedos

el camino que un día

lejano tendría que recorrer.

Nadie quería creerme,

no hablé más: con

fuerza en soledad me

recogí y a ti, oh Señor,

muy fuerte me estreché.

Y tú viste, oh Divino

Jesús, los pensamientos

que en mi cabeza,

alados florecían con voz eterna.

Hasta que ayer, después

de haberme extasiado

en el gran Sacrosanto

Eucarístico misterio,

mientras estaba hablando contigo, a

solas, me mostraste en

una visión de Paraíso el

noble ideal que un día

me habría deleitado. Fue un instante de

parecía, siendo tan

grande el gozo que sin

medida todo me

invadía.

Ahora en la vida ya no

tendré tedio:

tengo un ideal por el

cual a todo estoy

dispuesto; batallaré,

lucharé, cansancio resistiré. Ideal de

justicia, de paz, de

santidad.

Mejor propósito de vida

en la tierra no habrá.

Con voz de melodía,

dulcemente, así Jesús

me habló:

“Misionero serás,

embajador ante los pueblos bárbaros te

haré.

Ora, combate y espera

y así alcanzarás lo que

ardientemente anhelas. Solo te pido no

desesperar, porque

obrar tendrás para ser

digno del llamado.

¡Cómo quisiera por

todos ser amado!”.

P. Arturo D’Onofrio

Poema encontrado entre sus diarios durante su formación en

el Seminario (1933-34)



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ensoñación, eso me

ORACIONES DE P. ARTURO Extraídas de su libro personal de oraciones

durante su formación en el Seminario.

Oración de ofrecimiento diario (P. Arturo) Te adoro Dios mío, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Sato, tres personas en un solo Dios; en

Ti creo firmísimamente porque eres la suma e inefable verdad y daría mil vidas por testificar aquello que te has dignado hacerme saber por medio de la Santa Iglesia. Pongo en Ti, toda esperanza; confiado en tus promesas y cuanto pueda tener de bienes espirituales y temporales, sea en esta vida como en la otra, todo lo espero y quiero de tus propias manos. A Ti consagro hoy y por siempre mi cuerpo y mi alma, mis fuerzas, intelecto, voluntad y todos mis sentimientos. Me empeño según mis capacidades, no consentir la más mínima ofensa contra tu Divina Majestad. Propongo firmemente orarte con todo mi ser, para tu servicio y tu gloria. Estoy pronto a hacer cualquier penitencia que me venga de tus manos para darte gusto y para el perdón de mis pecados. Te agradezco infinitamente por los beneficios que yo y que todo el mundo, hemos recibido y recibiremos de tu Majestad. Amo la bondad por sí misma con todo el afecto y el corazón de mi alma y quiero amarte como te aman todos los Ángeles y los justos a quienes agrego mi imperfectísimo amor. Ofrezco a tu Majestad, los méritos de los santos, de la Bienaventurada Virgen María y de Jesucristo mis obras por siempre. Tengo la intención de ganar cuantas indulgencias pueda en las acciones



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de hoy y de aplicarlas en modo de sufragio a las benditas almas del purgatorio. También tengo la intención de sufrir todo lo que pueda en las acciones de hoy como penitencia y en expiación de mis pecados. Dios mío por ser Tú infinitamente bueno y digno de ser amado y servido por lo que eres, me arrepiento sinceramente de todos mis pecados y me lamento aún más que de cualquier otro mal. Te pido humildemente perdón y propongo

firmemente y ayudado por tu Divinidad, no ofenderte más de ahora en adelante. Me pongo en tus llagas, oh Jesús, defendiéndome en ellas, hoy y siempre hasta que me concedas verte y amarte eternamente. Así sea. Oración por la santidad del clero Oh Jesús, Pastor eterno de las almas. Escucha nuestra oración por nuestros sacerdotes. Respóndenos según tu infinito deseo: ¿No son los sacerdotes tu pálpito más tierno y delicado, amor en el cual se suman tus amores por las almas? Reconocemos ser indignos de tener santos sacerdotes. Pero tu misericordia es infinitamente más grande que nuestra necedad y malicia. ¡Oh Jesús!, haz que asciendan a tu sacerdocio aquellos que has llamado. Ilumina a los pastores en la elección, a los directores espirituales en el consejo, a los educadores en la promoción vocacional. Danos sacerdotes que sean como los ángeles por su pureza, perfectos en la humildad, serafines de santo amor y héroes hasta el sacrificio, apóstoles de tu gloria y santificadores de las almas. Ten piedad de tantos ignorantes que deben ser luz,



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de tantos hijos que te invocan y que preservándolos de los engaños les redimas en tu santo nombre. De tantos niños y de tantos jóvenes que piden quién los salve y a ti los conduzca; de tantos que sufren y tienen necesidad de un corazón que en el tuyo los consuele. Mira cuántas almas llegarían a la perfección por el ministerio de tus santos sacerdotes. Por tanto, oh Señor, ten una vez más compasión de las muchedumbres que tienen

hambre y sed. ¡Oh Dios! Haz que todo tu sacerdocio conduzca hacia ti a esta lánguida humanidad, que sea una vez más renovada la tierra, exaltada tu Iglesia y que sea estabilizado en la paz el Reino de tu corazón. Virgen Inmaculada, Madre del Sumo y Eterno Sacerdote, Tú misma, sacerdote y altar que tuviste por primer hijo y adorador a Juan, sacerdote predilecto de Jesús, que te sentaste en el cenáculo como Reina y Maestra de los Apóstoles, dígnate poner sobre tus labios nuestra humilde oración, haz tuyo el resonar de nuestras súplicas ante el corazón de tu Divino Hijo y con tu suplicante omnipotencia, obtennos de tu Jesús, un perene y renovado Pentecostés para la Iglesia. Así sea.

(Se recita luego el Acto de fe, de Esperanza, de Caridad y de Dolor, p. 13-14)

Antes de la meditación

Alma mía, revive tu fe, piensa que te encuentras ante tu Dios. Dios mío, te creo presente en mí y te adoro profundamente, me humillo a tus pies y te pido humildemente el perdón de todos mis pecados.



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A Ti ofrezco en ésta santa meditación todos los actos de la mente, los afectos del corazón, los propósitos de la voluntad. Ilumíname y ayúdame para que todo sea para tu gloria y el beneficio espiritual de mi alma. Me encomiendo a Ti, Santísima Virgen, a mi Ángel custodio; mis Santos abogados, socórranme.

Se hace la meditación y luego: Te damos gracias, omnipotente Dios, por todos tus beneficios; que vives y reinas por los siglos

de los siglos amén.

Y un Ave María con la invocación:

V/ Nos cum prole pia (con nosotros la prole pía)

R/ Benedicat Virgo Maria (Bendita sea la Virgen María)

Oración por las misiones Amabilísimo Señor Jesucristo, que al precio de tu

preciosísima Sangre, has redimido al mundo. Vuelve misericordioso la mirada sobre esta pobre

humanidad, que en gran parte yace inmersa en las tinieblas del error y en la sombra de la muerte, y haz resplandecer sobre toda ella la luz de la fe.

Multiplica oh Señor, los apóstoles de tu Evangelio.

Enfervoriza, fecunda, bendice con tu gracia su celo y sus fatigas, a fin de que todos los infieles por su

medio te reconozcan y se conviertan a Ti, su Creador y Redentor. Llama a los errantes a tu rebaño, a los rebeldes al seno de tu única y

verdadera Iglesia.



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Apresura oh amabilísimo Salvador, la esperada venida de tu Reino sobre la tierra. Atrae a tu

corazón dulcísimo a todos los hombres para que todos puedan participar de los incomparables

beneficios de tu Redención en la eterna felicidad del Paraíso. Así sea.

V/ Ut omnes errantes ad unitatem Ecclesiae revocature et infedeles universos ad Evangelii

lumen perducere digneris. R/ Te rogamus. (V/Para que los errantes se adhieran a la unidad de la Iglesia y todos los infieles sean conducidos por la luz del Evangelio. R/ Te rogamos) Luego se recita el De profundis (salmo 129, p. 70) o el

Nunc dimittis (Cántico de Simeón, de las Completas)

(En la noche)

Te agradecemos Dios de bondad por tantos beneficios tanto generales como particulares hechos en el alma y en el cuerpo y especialmente por habernos custodiado en este día. Danos luz oh Señor, para reconocer nuestros pecados y gracia para detestarlos. (Se hace el examen de conciencia) Después se dice el “Acto de contrición” (p. 35) o:

Dios mío, me arrepiento de mis pecados, con

todo el corazón los odio y los detesto, y me duele no solamente porque he perdido el paraíso y merecido el infierno, sino mucho más porque te he ofendido, bondad infinita. Propongo no pecar más y huir de las ocasiones próximas de pecado. Dios mío, ayúdame para que



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no te disguste más pecando Se reza un Ave María.

Oración a San Luis Oh San Luis, Santo de angélicas costumbres, yo indignísimo devoto tuyo, te encomiendo singularmente la castidad de mi alma y de mi

cuerpo. Te pido por tu angélica pureza que ruegues por mí ante el Cordero Inmaculado, Cristo Jesús y a su Santísima Madre, Virgen de las Vírgenes, y que me custodies de todo pecado grave. No permitas que me contamine de alguna mancha de impureza, y cuando me veas en tentación y en peligro de pecar, aleja de mi corazón todos los pensamientos y los efectos inmundos, y despertando en mí la memoria de Jesús Crucificado, imprime profundamente en mi corazón un sentimiento de santo temor de Dios y encendiéndome del amor divino, haz que con imitarte en la tierra merezca contigo gozar de Dios eternamente en el Cielo. Así sea.

A San José San José, padre adoptivo de Jesucristo, verdadero esposo de María Virgen, ruega por nosotros y por los agonizantes de esta noche. V/ Nos cum prole pia. R/ Benedicat Virgo María.



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Antes de consumir alimento

Oremus

Benedicte, Domine nos et haec tua dona, quae de tua elargitate sumus sumpturi.

Per Christum Dominum nostrum. Amen.

(Oremos

Bendícenos y bendice Señor estos tus dones, que de tu generosidad estamos prontos a tomar.

Por Cristo nuestro Señor. Amén)

Oración de Padre Arturo encomendando sus propósitos

Espero, oh Señor, que tú, infinitamente

misericordioso, bendigas mis propósitos, para que yo pueda ponerlos en práctica de inmediato, para

actuar siempre según tu santísima voluntad. Espero que me concedas serte siempre más grato y

honrarte en todas las acciones, para que un día pueda amarte y gozar de ti en el Paraíso. Así sea.

Florecillas en honor a María hechas en el mes de Mayo de 1929

I° Florecilla para todo el mes mariano: Esforzarse por cumplir mejor las reglas prescritas en el Seminario.



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Para cada día: 1.- Volver constantemente una mirada a María 2.- Examinarse sobre las reglas que más se transgreden y buscar no transgredirlas más. 3.- Tener una gran caridad y gentileza hacia los compañeros y perdonarse las ofensas mutuamente. 4.- Escuchar con gran atención y devoción la

Santa Misa. 5.- Decir tres veces la Salve 6.- Guardar rigurosamente el silencio en tiempo de estudio, dormitorio, en la fila, etc. 7.- Obedecer ciegamente a los superiores y observar todas las reglas. 8.- Cantar un “Magníficat” a María 9.- Recitar con gran devoción el Santo Rosario y contemplar los misterios. 10.- Observar en todo y por todo las reglas de estudio, haciendo silencio y ser aplicado en el estudio. 11.- Observar en todo y por todo las reglas del Seminario, puntual y escrupulosamente. 12.- Cumplir todas las reglas con espíritu del deber y no porque nos vean los superiores. 13.- No lamentarse nunca en cualquier situación y estar siempre alegre. 14. –Estar en gran recogimiento pensando que Dios nos ve y nos va a juzgar. 15.- Poner una intención a las oraciones (mi propósito es orar para que Dios me conceda la virtud de la caridad, la humildad y la obediencia). 16.- Aplicarse intensamente en el estudio. 17.-Recitar el “Veni Creator Spiritus”. 18.-Recitar tres “Aves María” a la Virgen para que



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la alivie de sus penas. 19.-Hacer una especial oración a la Virgen para que nos haga más buenos, más obedientes, más perfectos y más santos. 20.- Decir una vez el “Acto de caridad” (p. 14) acompañándolo con el corazón, con el alma y realizar aquella acción que no queremos pero que debemos hacer. 21.-Practicar entre nosotros la más grande caridad

soportándonos y amándonos mutuamente y acercarnos a aquellos que más nos disgustan. 22.-Examinarse sobre la materia de la escuela que menos nos gusta y aplicarse más a ella. 23.-Hacer bien la meditación con los tres puntos: memoria, inteligencia y voluntad, y hacer un propósito. 24.-Hacer un acto de contrición y un pequeño sacrificio en reparación de los pecados cometidos hasta este momento. 25.-Recitar con devoción las oraciones estando en la capilla. 26.-Hacer bien la Santa Confesión con todas las normas requeridas y ponerse un propósito y mantenerlo. 27.-Ofrecer en honor del Cuerpo del Señor y de la Santísima Trinidad la Santa Comunión y la Santa Misa, escuchándola con devoción y recogimiento.



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Florecillas en honor de María hechas en el

mes de mayo de 1930 (Predicado por el Reverendo Padre Espiritual)

1. Recitar 3 Salves para que la Virgen nos de la virtud de la constancia. 2. Aplicarse con mayor cuidado a los deberes académicos y recitar con mayor devoción el Ave

María antes del estudio. 3. En la mañana apenas despierte, pedir la bendición a la Virgen y recitar tres Aves María para que la Virgen Dolorosa nos enseñe la renuncia en nuestras adversidades. 4. Hacer una pequeña mortificación en el comer. 5. Recitar un “De profundis” (p. 70) por las almas del purgatorio que fueron muy devotas a María. 6. Recitar siete “Gloria al Padre” junto a los siete dolores de María, además un Ave María. 7. Aplicarse con gran cuidado en el estudio. 8. Recitar las letanías de la Santísima Virgen para que nos implore la gracia de una buena muerte. 9. Hacer dos actos de dolor pidiendo la remisión de todos los pecados y decir luego un Ave María para que la Virgen Santísima nos implore la gracia de mantener los propósitos sugeridos en los actos de oración. 10. Decir tres Salves para que la Virgen nos implore la gracia de conocer cuál es la mala inclinación que predomina en nosotros. 11. Aplicarse con gran cuidado en el estudio. 12. Guardar rigurosamente el silencio en los lugares prescritos por la regla. 13. Recitar un Padre nuestro, Ave María y un Gloria según las intenciones del Sumo Pontífice.



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14-15. Decir un Padre nuestro, Ave María y un Gloria por la conversión de los pobres pecadores. 16. Recitar tres Aves María para que la Virgen nos aleje del pecado y besar la imagen de María Virgen. 17. Recitar tres Padres nuestros y Aves Marías por quienes nos desean el mal, acompañados de la invocación: “y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden”. 18. Hacer no menos de tres mortificaciones de

vista. 19. Hacerse esta pregunta: ¿Si yo muriera hoy, qué me faltaría? Una respuesta seguida por un Ave María. Por la mañana y por la tarde. 20. Por la mañana y por la tarde, levantarse apenas suene la campana. 21. Ejercitar cualquier acto de caridad. 22. Decir tres Salves en agradecimiento a la Virgen por las gracias concedidas en estos primeros dos tercios del mes mariano y para que se obtenga la gracia que se desea. 23. Decir 10 Aves María por los atribulados, especialmente por los enfermos. 24. Decir tres Padres nuestros, Aves María y Gloria al Padre por las misiones y por los misioneros. 25. Cada vez que suene la campana recordarse de la Virgen y decir un Ave María con la jaculatoria: “Madre Purísima, ruega por nosotros.” 26. Decir tres Salves por un alma buena en enfermedad. 27. Observar mayormente el silencio. 28. Hacer una mortificación en el comer. 29. Hacer tres veces el acto de consagración a María. 30. Recitar tres veces la oración “Recurso confidente a María Santísima” para implorar su



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intercesión. MEDITACIÓN DE P. ARTURO

(Diciembre 28 de 1930 durante sus ejercicios

espirituales) Oh Señor, te agradezco infinitamente por haberme hecho conocer la bondad malintencionada, falsa y mentirosa del mundo y arrodillado a ti prometo

hacerme sacerdote no por fines mundanos o por intereses, sino solamente por ti, por tu Santísima Madre y por las almas, para cumplir tu deseo; de ser caritativo y de darme completamente al bien de la juventud. Prometo amar a todos mis compañeros y sofocar mi feo vicio de la soberbia porque yo soy la última de las creaturas y el más grande pecador. Age quod agis (haz lo que debas hacer): en esto consiste la verdadera santidad: haz lo que debas hacer, descendamus in infernum viventes, nec discendamus morientes (bajemos al infierno en vida para que no lo hagamos en la muerte). Piensa a menudo en el infierno y no pecaras. Quien comete pecado mortal comete un desorden, una rebelión, una grandísima ingratitud. Medita y piensa bien estas palabras, alma mía, tú que te empeñas tantas veces, bajo los ojos mismos de Dios, en cometer tantas culpas graves, que sigues ingrata, humillada y contrita. Pide perdón al Bendito Hijo de Dios. Tú que tantas veces lo has crucificado con tus pecados, di como David: “Misericordia Dios mío por tu bondad; por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado”



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(Salmo 50). Oh Jesús, aquí tienes al ingrato por excelencia, al más grande pecador a tus pies; ten piedad y perdóname, y yo, nuevo hijo pródigo, te prometo huir siempre, siempre y siempre del pecado, ya sea mortal como venial, y de las ocasiones próximas al pecado, pero ante todo, ve mi fragilidad, ¡Dios mío! Socórreme y ayúdame porque sin tu ayuda

ciertamente sucumbo. Virgen Santísima, dulce Madre mía, ayúdame y ora a Jesús por mí. Morir antes que pecar. El cristiano debe tender hacia la perfección y a la perfecta imitación de Jesús, y ser en la tierra “otro Cristo”. Alma mía, ¿eres tú verdaderamente Cristo en la tierra? ¡Ah! Cuanto debo avergonzarme, cuán lejos estoy de ser un verdadero modelo de Jesús y me llamo cristiano. ¿Sabes qué significa? ¿Y así pones en práctica, alma mía, las enseñanzas de Jesús? ¡Ah! No puedo no prometerte oh Jesús, ser de ahora en adelante verdaderamente templo vivo del Espíritu Santo y seguir tus normas de ser verdaderamente, sobre toda la tierra, “otro Cristo” y de decir como San Pablo: “Ya no vivo yo sino Cristo quien vive en mí” (Gal 2,20) y también “ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno un miembro suyo” (1 Co 12,27).

“Nuestro corazón se debe abrir a la amplitud del mundo entero. Cada hombre es mi hermano.

Todos debemos sentir este imperativo que brota de nuestra naturaleza de cristianos redimidos

por la sangre de Cristo. ” P. Arturo, pensamiento para el 2 de diciembre.



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Propósitos

1. Propongo ser fiel a las más pequeñas cosas y obedecer ciega, ardua y prontamente a los superiores. ¡Oh! Cuánto beneficia la fidelidad en las pequeñas cosas “quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho” (Lc 16, 10). Antes morir que cometer una sola falta

advertida. 2. Propongo arrancar de mi corazón la soberbia y el amor propio, adquiriendo humildad y para ello me propongo primero no decir jamás una palabra para mi propia alabanza. Expulsar cualquier pensamiento orgulloso. Nunca excusarme. Abrazar las ocasiones de humillación y disfrutarlas en el interior. Buscar en cualquier ocasión parecer un incapaz. Posponer la voluntad propia a la de los demás. Ocupar siempre el último puesto. Mirarme a mí mismo con sentimiento de desprecio. Amar el ser tratado sin consideración y con desprecio. 3. Me propongo observar siempre y en cualquier lugar el silencio y todas las reglas. 4. Prometo no dejar pasar ningún día sin dar un paso a la vida de la perfección y crecer siempre más en el amor a Jesús Sacramentado y a María Santísima, hacerme santo, santo a toda costa. 5. Ponerme de vez en cuando un sacrificio referente a la voluntad y alguna mortificación, así como



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aceptar con resignación cualquier cruz. Prometo leer estos propósitos una vez al día y ponerlos en práctica. (15 de marzo de 1931 durante unos retiros) Prometo ser fiel a la práctica del examen particular y el general hacerlo dos veces al día: en la noche en

comunidad y al medio día. Ama et fac quod vis (ama y haz lo que quieras). Me propongo hacer cada cosa por amor a Jesús y por agradarle. Jesucristo mío, tú ves mi fragilidad y mi nada, ¡Dios mío! Dame la fortaleza para poner en práctica estas promesas. A ti Señor me acojo, no me quede yo nunca defraudado. Virgen Santísima, Madre mía, María, ayúdame y dame la fuerza para corresponderte fielmente. Propongo comer sólo lo necesario no por gusto mío sino para agradar al Señor y agradecerle y temer comer de más para no dejar aferrar mi corazón a las creaturas y decir: ¿Esta creatura en qué me beneficia para llegar a Dios y a la eternidad? Sufrir, sufrir y sufrir, oh Señor, por tu amor, he aquí mi consuelo y mi único deseo.

Recuerdos de la Virgen No más pecados, con ellos de nuevo doy muerte a Jesús. No más amores. Los amores del corazón me quitan a Jesús. No más bailes. Bailando pisoteo al amable Jesús. No más blasfemias. Son muchos cuchillos al corazón de Jesús.



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No más juegos. Jugando me expongo a perder a Jesús. No más chismes. Imito al infierno y hago llorar a Jesús. No más rencores. Si uno solo me aparta de Jesús. De profundis (salmo 129) por los fieles difuntos

“Desde lo hondo a ti grito Señor, Señor, escucha mi voz, estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor ¿quién podrá

resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su

palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel en el Señor, como

el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y Él redimirá a

Israel de todos sus delitos”.

Oremos

Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles, da a las almas de tus siervos difuntos la remisión de sus pecados: que a través de la ayuda de piadosas súplicas, puedan obtener el perdón que siempre han deseado. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.



71

Oración por la canonización

del Siervo de Dios P. Arturo D’Onofrio

Señor y Dios nuestro, Tú elegiste y llamaste a tu servicio

al Siervo de Dios P. Arturo D’Onofrio para dar testimonio de tu amor de Padre

a tantos niños y jóvenes,

pobres y abandonados, para su redención humana y espiritual.

Su corazón caritativo lo impulsó a viajar con sus comunidades

sacerdotales y religiosas, hasta las lejanas tierras de

América e India bajo la protección de la

Virgen Consoladora del

Carpinelo.

Te pedimos que la Santa Madre Iglesia pueda reconocer sus virtudes heroicas

para su canonización, poniéndolo como ejemplo

de vida sacerdotal y misionera.

Por su intercesión te pedimos esta gracia que tanto necesitamos (…)

Por Cristo Nuestro Señor.

Amén

(Tres “Gloria al Padre”)



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Índice

Oración de la mañana

Ángelus

Regina coeli

Ángel de Dios

Ofrecimiento diario

Te adoro Dios mío (mañana)

Divino Corazón de Jesús

Oración del medio día

Corona a San José

Oración a San José

Oración de la tarde

Comunión Espiritual

Oración a Ntra. Sra. Consoladora del Carpinello

Oración Vocacional MDR

Oraciones de la noche

Te adoro Dios mío (noche)

Oraciones de ofrecimiento diario

Oración de la noche

Acto de fe

Acto de esperanza

Acto de caridad

Por los fieles difuntos

Jaculatorias (Jesús, José y María…)

Al ángel de la guarda

Acción de gracias después de la Misa

Oración de Santo Tomas de Aquino

Invocación a nuestro Santísimo Redentor

Alabanzas al Santísimo Sacramento (Tamtum ergo)

Bendito sea Dios

Bendición con el Smo. Sacramento (Oraciones)

Novena a Ntra. Sra. Consoladora del Carpinello

Himno a Ntra. Sra. Consoladora del Carpinello

(Misterio Divino)

Canto a la Consoladora

Devoción de las Doce estrellas

Misterios del Rosario

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Letanías a la Santísima Virgen

A la Bienaventurada Virgen María Madre de Dios

Bendita sea tu pureza

Oh Señora mía

María Auxiliadora

A la Santísima Trinidad

Viamatris (El camino de la Madre Dolorosa

– Los siete dolores)

Credo de los Apóstoles

Credo Niceno – Constantinopolitano

A Dios Padre

Viacrucis

Acto de contrición

Viacrucis tradicional

Nuevo Viacrucis (Propuesto por el Papa Juan Pablo II)

Viacrucis según San Mateo

Viacrucis según San Marcos

Viacrucis según San Lucas

Viacrucis según San Juan.

Vía Lucis (Para el Tiempo Pascual)

Anexo 1: Oraciones en Latín

Pater noster

Ave María

Gloria Patri

Salve Regina

Ave, Regina Coelorum

Alma Redemptoris Mater

Veni Creator Spiritus

Credo

Ángelus

Anexo 2: Algunos escritos de P. Arturo

Poema de P. Arturo

Oraciones de P. Arturo

Oración de ofrecimiento diario

Oración por la santidad del clero

Antes de la meditación

Oración por las misiones

Oraciones de la noche

27

30

30

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33

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35

35

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49

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53

55

55

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59

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Acto de contrición (P. Arturo)

Oración a San Luis

A San José

Antes de consumir el alimento

Oración de P. Arturo encomendando sus propósitos

Florecillas en honor de María hechas en el mes

de mayo de 1929

Florecillas en honor de María hechas en el mes

de mayo de 1930

Meditación de P. Arturo

Propósitos

Recuerdos de la Virgen

De profundis (Salmo 129) Oración por los

fieles difuntos

Oración por la canonización

del Siervo de Dios P. Arturo D’Onofrio

Índice

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71

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Necesitamos orar siempre sin jamás desfallecer.

Nuestra oración será continua, fervorosa, personal, comunitaria y litúrgica.

Nosotros los religiosos Misioneros de la Divina Redención, debemos cultivar un

inmenso espíritu de oración fundado sobre una profunda vida interior y sostenido por

una fe que nos lleve a mirar, juzgar y aceptar todo: hombres, acontecimientos,

acciones con espíritu sobrenatural a la luz de la eternidad”

(P. Arturo D’Onofrio. Constituciones n° 113)



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“Daría todos los tesoros del mundo

por la sonrisa de un niño” (P. Arturo D’Onofrio,

nuestro fundador)

Misioneros de la Divina Redención Colegio Campestre Padre Arturo

Km. 2 Vía al Caguán Calle 42 Sur N° 31-38 Neiva - Huila Teléfonos 867 95 45 / 316 237 89 47



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“Para orar bien se necesita: recogimiento, silencio

interior y exterior, una actitud humilde, aislarse de

los rumores, de las distracciones del mundo, saber

hacer ‘desierto’ en nuestro corazón con la

separación de nuestro ‘yo’ para reavivar la fe,

ponerse en la presencia de Dios, en escucha de Dios

que habla, saber escuchar su voz; adorarle,

agradecerle, amarle como María, al pie de Jesús”.

P. Arturo D’Onofrio, pensamiento para el 28 de

febrero.



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