D urante las próximas semanas, escucharemos relatos de niños que viven en la Re-

pública del Brasil [ubique Brasil en el mapa].Marcos vive en un pequeño pueblo del centro

del Brasil. Ha asistido a la iglesia durante toda suvida. Su pastor atiende también a otras iglesiasen los pueblos vecinos, por lo que él no puedeestar con ellos todas las semanas. Los miembrosde la iglesia se turnan para dirigir el servicio deadoración.

Hace unos años, Marcos habló durante unasemana de oración infantil en su iglesia. Seesforzó por aprenderse el sermón y presentarlolo mejor posible. Muchos dijeron que Dios loshabía bendecido gracias a su sermón. Por talmotivo, los dirigentes de su congregación siem-pre le pedían a Marcos que predicara. A Marcosle gustaría ser pastor cuando crezca. Él sabe que un pastor hace otras cosas además de predicar. A menudo, él acompaña al pastor a visitar en-fermos o personas desanimadas.

La fama de Marcos como predicador se es-parció por toda la zona, y en la actualidad él y

y su madre viajan en autobús a otro pueblodonde una vez al mes él predica en una iglesiapequeña del mismo distrito. A los miembrosles gusta mucho escuchar a Marcos predicar.“Él nos ayuda a entender que podemos hacermás si tan solo le pedimos a Dios que nosayude”, dice uno de los miembros de esa con-gregación.

BraSil | 17 de Noviembre

Marcos

E l d e s a f í o Marcos vive en un pequeño pueblo en el centro

del Brasil. La iglesia de su pueblo se reúne en un estacionamiento. Ellos poseen un terreno en el que pueden construir una iglesia, pero no tienen dinero suficiente para ello.

Parte de la ofrenda de decimotercer sábado de este trimestre ayudará a los habitantes del pueblo de Marcos a construir una sen-cilla iglesia en la que puedan invitar a sus vecinos a conocer los planes de Dios para sus vidas.

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El mensaje de amor de MarcosEl mensaje de amor de Marcos

El Grupo PequeñoMuchas congregaciones en América del

Sur exhortan a sus miembros a contribuir a su crecimiento mientras dividen a la congre-gación en Grupos pequeños, que se reúnen en los hogares. Los integrantes de esos grupos invitan a sus amigos y a sus vecinos a que asistan a sus reuniones, para que aprendan de Dios y de la Biblia.

En la congregación de Marcos, había varios Grupos pequeños, pero todos eran de adultos. Marcos quería comenzar un grupo para niños y adolescentes, así que les pidió a sus padres que lo ayudaran. El pastor le entregó un mate-rial de apoyo especialmente diseñado para ni-ños y adolescentes, y luego le indicó a Marcos que invitara a los amigos de su escuela y a sus vecinos a iniciar su propio Grupo pequeño.

Marcos estudió cuidadosamente aquel ma-terial y luego invitó a sus amigos y a sus ve-cinos. Actualmente, de diez a doce niños asis-ten cada semana. El Grupo pequeño se reúne en la casa de Marcos, donde entonan cantos y realizan actividades como juegos bíblicos, y discuten diferentes temas.

“Una vez inflamos globos y los mantuvi-mos en una mano —dijo Marcos—. En la otra mano, sosteníamos algún objeto que podía pin-char el globo. Entonces, comenzamos a tratar de pinchar el globo de otra persona mientras tratábamos de proteger el nuestro.

Seguidamente, hablamos de la manera en que los globos representan nuestras vidas y el modo en que los objetos agudos represen-tan obstáculos que se presentan en nuestro camino. Hablamos de la forma en que Dios

nos brinda protección contra las dificultades que se nos presentan, de manera que po-damos fortalecernos espiritualmente para no caer. Después de aquella actividad, estudia-mos la lección. A veces hacemos uso de lecciones que aparecen en las guías para los líderes, y en otras preparamos nuestras pro-pias lecciones. Todos los integrantes del grupo tienen la oportunidad de dirigir una lección o una actividad. Eso es algo que los ayuda a desarrollarse como líderes”

La preocupación de MarcosMarcos disfruta hablando a otros de Jesús;

sin embargo, el año pasado ocurrió algo que lo entristeció: su padre dejó de asistir a la iglesia. “Los miembros de la iglesia lo visitan y le dicen que lo extrañan —cuenta Marcos—. Y mi mamá, mis hermanos, mis hermanas y yo oramos para que regrese a los pies de Jesús. Él asiste a la iglesia cuando yo predico, así que trato de hablar de cosas que toquen su corazón. Sé que algunos de mis sermones lo han conmovido, porque he visto lágrimas en sus ojos. Oro para que mi papá escuche la voz de Dios y regrese. La decisión de mi papá de ausentarse de la iglesia me ha ayudado a servir a Dios aún más”.

Marcos nos ha pedido que oremos por su padre y por todos los que se han apartado de Dios. “Debemos permanecer fieles al Señor —nos dice—. Quiero que todos sepan que, por muy duras que sean las dificultades que en-frentemos en este mundo, Dios nos ama. De-bemos orar por los demás y ser fieles a Jesús”. Oremos por el padre de Marcos y por todos aquellos que necesitan entregar sus corazones a Dios.

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