Mis Viajes SoñAdos

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MIS VIAJES SOÑADOS REPORTAJE ONIRICO

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MIS VIAJES SOÑADOS

REPORTAJE ONIRICO

EXTRACTOS DE ANTIGUAS CRONICAS

Llegué a San Salvador, capital de la República de El Salvador, de noche, después de ser tratado como si fuera una mierda en el aeropuerto de Miami, (mayami). (Que se note que estoy viajado). Fue mi primera experiencia en los usa, (con minúsculas, no se merecen mucho más). La verdad es que durante mi estancia en el aeropuerto, tuve tiempo de pensar un par de cositas:

Los aseos de los americanos están más limpios que los de la tasca de mi barrio, “El Tendido 7”. Pero en mi taberna hay mucha más marcha.

Los güiskis de mi tasca, están mejor despachados, y por supuesto es más fácil la comunicación con Rafael, que con el güiri, del chiringuito del aeropuerto.

Los españoles somos fáciles de localizar en los aeropuertos, siempre llevamos mochilas cuando viajamos.

Mi tasca es mucho más barata. ¿Dónde cojones está la mesa del dominó? Mi llegada fue asquerosa, llegué de noche, y me perdí el primer paisaje de

jungla de mi vida, no se veía un carajo. Después pude ver que todo era verde muy verde. Más tarde aprendí que el problema era que solo se veían matorrales y monte bajo. Los arboles los han talado casi todos por lo que la desertización es inevitable. Así que de jungla no queda nada.

Bueno, estuve diez meses en El Salvador, intentando ayudar a jóvenes “descarriados”, y la verdad es, que el ayudado fui yo, aprendí mucho sobre mí mismo. Los chicos con los que trabajaba, eran drogadictos, asesinos, violadores, ladrones y además había alguno que era incluso inocente.

•La Polinesia.•Argentina.•México.•Tailandia.•Sri Lanka.•Costa Rica.

Durante mi estancia en San Salvador, me moví bastante, tanto por la ciudad como por el resto del país, si tuviera que indicar lo que más me gustó de mi estancia en El Salvador no sabría que responder, me gustaron mucho los domingos en las playas de La Libertad, aún recuerdo cuando tomé por primera ver la desviación de la autopista que indicaba “ A La Libertad”. Fue uno de mis primeros fines de semana, me prestaron un vehículo y cuando vi el letrerito, aluciné, por fin sabia donde estaba La Libertad y me dirigía hacia ella. Estando tumbado en una hamaca, leyendo un buen libro, la señora que atendía en el chiringuito me servía cerveza tras cerveza, mientras continuamente pasaba gente vendiendo de todo, cocos abiertos para beberse el agua, collares de pequeñas conchas, comida... simplemente flipé.

Ver el Océano Pacifico por primera vez fue todo un alucine, me sentí cerca de mi sueño de siempre, llegar a las islas de los mares del Sur. Tan solo 7 u 8.000 km. Me separaban de mi ideal. No es demasiado.

Sin duda, el viaje de mis sueños es al Sur del Pacifico, a una de esas playas donde aún es posible no encontrar demasiados “personajes” que se parezcan a mi.

La capital, no me gustó, los paisajes que pude ver en la carretera, me parecieron magníficos, así que asumo que Guatemala tiene que tener una enorme cantidad de paisajes escondidos, dignos de ser descubiertos, por nosotros, los extranjeros. Lamentablemente los lugareños, que ya los han descubierto, no pueden disfrutarlos, tienen que trabajar de sol a sol para ganar un sueldo miserable.

En Guatemala, al igual que en la mayoría de los países de Centroamérica, mandan los militares un montón, aunque es un país democrático, los militares, los curas y los ricos tienen el poder. Así que a la sociedad civil, solo le queda el derecho al pataleo. Si vas a Guate, manifiéstate en contra de algo, merece la pena. ¡Pero cuidado! Puede ser que te secuestren. El secuestro es el principal negocio del país, te pueden secuestrar para pedir un rescate de 5000 ptas. Te pueden secuestrar el coche, el perro... Se ve que los militares no han terminado de “arreglar el país”.

Si eres un “hippy trasnochado”, puedes disfrutar, hay un montón de indios, descendientes de los Mayas, que por poco dinero se harán un montón de fotos contigo. Podrás comprar ropa de colores raros, con la que triunfarás en cualquier pub español. Si además te cuelgas un bolso del hombro, (especial para extranjeros), y para colmo llevas una camiseta con dibujos raros que parecen sacados de la última pesadilla de Indiana Jones, el éxito es seguro. Podrás comprar collares, pulseras, figuritas y pendientes igualitos que los que vende el hippy del mercadillo de tu barrio. No me lo explico, en todos los lugares que he visitado venden las mismas chorradas. Ahora cuando veo el inevitable animalito, con la insufrible inscripción: Recuerdo de... salgo corriendo... aullando.

DE TURISMO

Honduras es mi país preferido, por el momento, en Centroamérica. Llevo mucho tiempo alucinando con este país.

Y es que tengo motivos, sobrados motivos para alucinar con Honduras. Si, Honduras fue una autentica república bananera, y aún hoy las multinacionales del banano siguen teniendo un poder desmesurado. Es un país en el que si robas una gallina, pasas varios años en la cárcel y en cambio si tu robo es de varios millones de dólares, no pasas ni veinticuatro horas preso. En Honduras, los narcotraficantes viven en el paraíso, nadie los toca. Los sindicalistas aparecen muertos, en cuanto levantan un poco la voz. La pobreza alcanza al 80% de la población. Los pandilleros matan y son masacrados sin que nadie tenga en cuenta que son niños que aún no se afeitan. Hoy he leído en la prensa que un señor, después de sufrir cuarenta asaltos en sus negocios, ha decidido cerrar todas sus empresas y dedicarse a vivir de las rentas, del dinero que tiene ingresado en el banco. Se ha cansado de trabajar para los delincuentes.

A pesar de los niños desnutridos, de los niños de la calle, de las familias destrozadas por las drogas, el alcohol y el SIDA, Honduras es un país donde me siento vivo. Y además es el país en el que me he quedado a vivir. Me gusta la gente, de este país.

Aquí he vivido todo tipo de experiencias, alucinantes, jodidas y cutres. Aquí me he sentido vivo y aún me siento vivo, protagonista de mi propia historia. Si vinieras a Honduras, no te pierdas sus playas.

Si, siempre me han gustado las playas, las de Cádiz me gustan por la fuerza de su marea, por sus olas violentas que me hacen sentir pequeño, a merced de la enorme fuerza del mar. La caleta, con su mar domesticado, es el sitio ideal para disfrutar del mejor pescaito frito del mundo. En Málaga, he pasado algunos de los mejores momentos de mi vida, algunos de los instantes más intensos, al calor de los focos de sus discotecas, en Torremolinos, Fuengirola, Benalmadena-Costa, Torrox y Marbella. El Mediterráneo,es el mar más civilizado del mundo, donde nunca atacan los tiburones, lástima que esta tan contaminado que da asco bañarse.

En el levante español, disfruté de las playas alicantinas, de las valencianas, de las castellonenses, de las tarraconenses, en el norte disfruté del Cantábrico en la Coruña y en Cantabria, bueno, la verdad es que lo pasé fatal, el agua del cantábrico es demasiado fría para mi; pero ninguno de mis días playeros me había preparado para lo que me encontré en Honduras. Mi encuentro con el Caribe, fue bestial.

A un buen amigo, uno de los mejores, le escribí una carta que incluyo: Cerdo: Me parece que eras tú el que no me había escrito desde hace tiempo, no recibí respuesta a mi último

emilio. Yo, he estado un poco ocupado. Me cansé de esperarte y me fui a las islas de la Bahía, de nuevo, esta

vez a la única isla que me quedaba por visitar, Utila, uno de los lugares más baratos del mundo para conseguir el carnet de buzo, y hubo suerte, es la mejor de las tres islas. Aluciné, con sus playas, con los precios, baratos de cojones, y por supuesto aluciné buceando.

Si, me fui a sacar el titulo de buzo, el primer nivel, de novato. Solo se puede bajar a 18 m. La pena o la alegría es que no pude terminar el curso, te cuento:

El primer problema que tuve fue que no había equipos de mi talla, y es que he vuelto a engordar, así que me apañé con un equipo pequeño, y esa fue la primera de las circunstancias que me jodieron. Los dos primeros días de buceo son de ejercicios, a poca profundidad, 4 ó 5 m. Lo que se hace es practicar, quitarte el equipo y ponértelo, quitarte el respirador, compartir tu aire con tu compañero... En resumen un coñazo.

El tercer día del curso, comienza lo bueno, dos inmersiones a 12 m. Y allí comenzó mi problema, me mareé en el barco, ya que el mar estaba un poco picado y yo que soy un poco capullo, me subí al barco recién comido. Pero lo peor vino cuando me tiré al agua, las pesas del cinturón, unos veinte kilos, (siempre fui difícil de hundir), se me caían, el bañador se me bajaba, (las chicas que había en la playa aplaudían como locas), el chaleco se me subió, todo eso unido al mareo hizo que tragara unos litros de agua. En resumen, me pegué una vomitona dentro del agua de antología. Mis compañeros y compañeras de buceo, me miraban con cara de asco, aún no sé por qué. Pero decidí echarle huevos y me sumergí. Mi compañera de buceo era un poco miedosa, así que no quería bajar, mientras la esperaba, el grupo se nos perdió, así que tuvimos que nadar unos 300 m. a toda pastilla para buscarlos, a mitad de camino tuve que subir, para vomitar de nuevo; bueno, al final conseguimos contactar al grupo, y comenzamos a bajar a los 12 m. Pero con tanto ajetreo consumí más aire de lo normal y se me acabó. De nuevo para arriba, al barco a descansar... Fue subir al barco y volverme el mareo, nueva vomitona.

Al final decidí no bajar al segundo buceo del día. Ese fue otro de mis errores. Al regresar a la escuela de buceo, me dijeron que ya no podía seguir al día siguiente para los buceos de 18 m. Así que me tuve que joder y esperar que comenzara un nuevo curso, y así repetir los buceos desde los 12 m.

Como tenia dos días libres, me fui a la playa, a tomar un poco de sol, con la nueva desgracia que me entró agua en el oído, y la otitis que tuve hace un mes, volvió; la pillé en la piscina a la que voy a nadar. Como te contaba la otitis se me reprodujo, y la primera ley del buceo, es no bajar con los oídos enfermos. En resumen, un cabreo. Pero no es tan serio, en Mayo puedo volver y sin tener que pagar de nuevo, y terminar el curso.

Aluciné con las playas, con unas pequeñas islas que están junto a la costa, algunas están desiertas, ví delfines, flipé buceando, entre los arrecifes de coral, es como si volaras... La isla tiene bastante marcha, mucho mochilero. Resumiendo: un viaje alucinante.

¿FIN?