Mis Conversaciones Con Las Almas Del Purgatorio. Eugenia Von Der Leyen. pdf

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5/27/2018 MisConversacionesConLasAlmasDelPurgatorio.EugeniaVonDerLeyen.pdf ... http://slidepdf.com/reader/full/mis-conversaciones-con-las-almas-del-purgatorio-eugenia-von MIS CONVERSACIONES CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO EUGENIA VON DER LEYEN Princesa Eugenia von der Leyen, pintura al óleo (50 x 57 cm), del pintor estadounidense  John Rieger. Encargado por la Editora; hizo un retrato conforme a una foto de Eugenia.  Los Derechos de autor pertenecen a CHRISTIANA-VERLAG.

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Ya que esta joya está agotada y no la conseguí por ningún lado en Internet en el idiomaespañol (Entre el Cielo y el Infierno), para enseñanza de todos y con el mayor de los gustos,decidí tomarme el trabajo de traducirlo. Me guié de dos traducciones del original: LaPortuguesa (Conversando com as Almas do Purgatorio) y la italiana (I miei colloqui con lePovere Anime).Quien nunca ha pecado gravemente, que bendiga a Dios por tan enorme gracia.Quien ha pecado, pero el buen Dios le ha regalado la gracia de conocerle, y desde esemomento no ha vuelto a caer, bendito sea Dios y pida la gracia de no volver a caer.Quien ya conociendo a Dios, le volvió a ofender, por favor no se desespere, ¡ánimo!, quemientras hay vida todo se puede cambiar, pero sólo con la gracia de Dios.Como a mí me animan los ejemplos, y para quien lee esto y está en una situación dura(sobre todo de vicios de cualquier clase, pero también problemas económicos, familiares,de trabajo, algún querido que va por mal camino...), les comparto que lo único que a mí meayudó con unos vicios bien fuertes que tenía, fue el rezo del Santo Rosario (que siempreofrezco también por los difuntos y los que mueren cada día).Más que con palabras, prediquemos con el buen ejemplo de vida. En todo busquemossiempre hacer las cosas, por más pequeña que sea, con la mayor pureza de corazón.Lo que estas almas dicen a la Princesa Eugenia, nos lo gritan miles, como la que lerespondió que "¡Miles!" de ellas eran olvidadas, o como aquella otra en forma de búfaloque, al preguntarle la Princesa qué cosa podía hacer para ayudarle mejor, respondió entregritos de desesperación "¡Todo lo que puedas, sufro mucho!".¡Cuántos mueren a diario en el mundo entero, católicos que llevaron una vida no muysanta, soldados, abusadores, asesinos, homosexuales, muchos que atacan la Religión,violadores, personas que no creyeron en la vida eterna, o simplemente eran de otrasreligiones, otros tantos que hasta daban culto a satanás…, pero que ¡¡Bendito y Alabado seael buen Dios!!, son olvidadas y deben purgar terriblemente y por muchos años, como nosdan a conocer estas almas por medio de esta virtuosa mujer.Ofrezcamos todo lo que hagamos en el día, trabajos, cansancios, limosnas, las ayudas queprestamos a los demás, todos aquellos Dios se lo pague, rosarios, S. Comuniones, todas lasMisas a las que podamos asistir, quienes pueden los ayunos, pequeños sacrificios comocallar (cuando las cosas que se iban a decir eran sanamente graciosas, o cuando, yespecialmente, nos ofenden), en favor de ellas, por medio de nuestra Madre del Cielo, quesabe mejor quien necesita tal o cual ayuda.El Señor Jesús, en el octavo día de la novena de la Miserivordia, dice a SantaFaustina:Tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mimisericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estasalmas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia.Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de miIglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofreceríascontinuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mijusticia© 1979 by Christiana-VerlagISBN: 3-7171-0748-8En Lengua Portuguesa:© 1994 por AM edicionesRua Martim Francisco, 65601226-000 São P a u lo -S PBrasilISBN: 85-276-0305-5Impreso en BrasilIa edición - 19942a edición - 1996(Traducción de la 4a edición alemana - 1985)Título original: Meine Gesprüche mit Armen SeelenAh, las pobres almas tienen tanto que sufrir a causa de su negligencia, de su piedaddemasiado cómoda, por su falta de celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas.¿Cómo? se puede acudir en su ayuda, si no es con un amor activo que ofrezca por ellasesos actos de virtud que tanto descuidaron cuando estab

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  • MIS CONVERSACIONES CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO

    EUGENIA VON DER LEYEN

    Princesa Eugenia von der Leyen, pintura al leo (50 x 57 cm), del pintor estadounidense John Rieger. Encargado por la Editora; hizo un retrato conforme a una foto de Eugenia. Los Derechos de autor pertenecen a CHRISTIANA-VERLAG.

  • Ya que esta joya est agotada y no la consegu por ningn lado en Internet en el idioma espaol (Entre el Cielo y el Infierno), para enseanza de todos y con el mayor de los gustos, decid tomarme el trabajo de traducirlo. Me gui de dos traducciones del original: La Portuguesa (Conversando com as Almas do Purgatorio) y la italiana (I miei colloqui con le Povere Anime).

    Quien nunca ha pecado gravemente, que bendiga a Dios por tan enorme gracia.

    Quien ha pecado, pero el buen Dios le ha regalado la gracia de conocerle, y desde ese momento no ha vuelto a caer, bendito sea Dios y pida la gracia de no volver a caer.

    Quien ya conociendo a Dios, le volvi a ofender, por favor no se desespere, nimo!, que mientras hay vida todo se puede cambiar, pero slo con la gracia de Dios.

    Como a m me animan los ejemplos, y para quien lee esto y est en una situacin dura (sobre todo de vicios de cualquier clase, pero tambin problemas econmicos, familiares, de trabajo, algn querido que va por mal camino...), les comparto que lo nico que a m me ayud con unos vicios bien fuertes que tena, fue el rezo del Santo Rosario (que siempre ofrezco tambin por los difuntos y los que mueren cada da).

    Ms que con palabras, prediquemos con el buen ejemplo de vida. En todo busquemos siempre hacer las cosas, por ms pequea que sea, con la mayor pureza de corazn.

    Lo que estas almas dicen a la Princesa Eugenia, nos lo gritan miles, como la que le respondi que "Miles!" de ellas eran olvidadas, o como aquella otra en forma de bfalo que, al preguntarle la Princesa qu cosa poda hacer para ayudarle mejor, respondi entre gritos de desesperacin "Todo lo que puedas, sufro mucho!".

    Cuntos mueren a diario en el mundo entero, catlicos que llevaron una vida no muy santa, soldados, abusadores, asesinos, homosexuales, muchos que atacan la Religin, violadores, personas que no creyeron en la vida eterna, o simplemente eran de otras religiones, otros tantos que hasta daban culto a satans, pero que Bendito y Alabado sea el buen Dios!!, son olvidadas y deben purgar terriblemente y por muchos aos, como nos dan a conocer estas almas por medio de esta virtuosa mujer.

    Ofrezcamos todo lo que hagamos en el da, trabajos, cansancios, limosnas, las ayudas que prestamos a los dems, todos aquellos Dios se lo pague, rosarios, S. Comuniones, todas las Misas a las que podamos asistir, quienes pueden los ayunos, pequeos sacrificios como callar (cuando las cosas que se iban a decir eran sanamente graciosas, o cuando, y especialmente, nos ofenden), en favor de ellas, por medio de nuestra Madre del Cielo, que sabe mejor quien necesita tal o cual ayuda.

  • El Seor Jess, en el octavo da de la novena de la Miserivordia, dice a Santa Faustina:

    Treme a las almas que estn en la crcel del purgatorio y sumrgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por m. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Est en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrcelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofreceras continuamente por ellas las limosnas del espritu y saldaras las deudas que tienen con mi justicia

  • 1979 by Christiana-Verlag

    ISBN: 3-7171-0748-8

    En Lengua Portuguesa: 1994 por AM ediciones Rua Martim Francisco, 656 01226-000 So P a u lo -S P Brasil

    ISBN: 85-276-0305-5

    Impreso en Brasil Ia edicin - 1994 2a edicin - 1996 (Traduccin de la 4a edicin alemana - 1985) Ttulo original: Meine Gesprche mit Armen Seelen

  • Ah, las pobres almas tienen tanto que sufrir a causa de su negligencia, de su piedad demasiado cmoda, por su falta de celo por la gloria de Dios y la salvacin de las almas. Cmo? se puede acudir en su ayuda, si no es con un amor activo que ofrezca por ellas esos actos de virtud que tanto descuidaron cuando estaban vivos.

    Beata Ana Catalina Emmerick

    La lectura de este libro produce una fascinacin interior que no puede ser expresar con palabras.

    Un lector de Lucerna, Suiza

  • PRESENTACIN

    La Princesa Eugenia, de la dinasta alemana de los von der Leyen, por via materna, posey un carisma del todo particular; gracias a una especial permisin de la Divina Providencia tuvo, desde 1921 hasta 1929, contacto con las Almas del Purgatorio. El Padre Sebastin Wieser, su Director Espiritual, dej escrito:

    "Conoc a la vidente los ltimos 12 aos de su vida y estuve al tanto da a da de sus experiencias y encuentros con las apariciones

    La vidente llev una vida santa su caridad no conoca lmites, lista para ayudar en cualquier momento y pronta a cualquier sacrificio. Todos los que la conocieron le tuvieron un gran respeto y veneracin Querida de Dios y de los hombres.

    En opinin de especialistas, su diario es comparable con otras obras del mismo gnero, lo que es mejor.

    Yo declaro bajo juramento haber exhortado a la Princesa a anotar de manera clara y precisa los hechos reales vividos y, al mismo tiempo, de nunca haberle sugerido de ninguna manera mi propia visin personal de las cosas. Me declaro garante, en todas las formas, de la credibilidad de que es digno el Diario y ruego al lector conservar de la Princesa, quien ahora tambin descansa en la otra vida y desde luego en la visin bendita de Dios, un agradecido y venerado recuerdo".

    La Iglesia nos ensea que no slo existe la Iglesia Triunfante en el Cielo y la Iglesia Militante en la tierra, sino tambin la Iglesia Sufriente, en el Purgatorio. Segn los planes salvficos de la Providencia Divina, esta necesita de nuestra ayuda. En el Diario, este mundo sufriente de la Iglesia Purgante es precisamente el que se nos muestra con imgenes inolvidables, implorndonos con conmovedoras palabras y gestos que desgarran el corazn. El agite emocional que el Diario provoca en nosotros nos llevar a sensibilizarnos por nuestra Iglesia, y nos abrir los ojos a los indecibles sufrimientos de las Almas del Purgatorio, destinadas por Dios a ser nuestras poderosas intercesoras, siempre que hagamos algo por ellas.

  • PREMBULO

    Cuando un editor presenta a los lectores un nuevo autor, le hace la ms obvia de las preguntas, que ya antes le hicieron los discpulos a Jess: "Maestro, dnde vives?" (Juan 1.38). Al conocer el ambiente, la poca, las circunstancias y la regin que la han formado, podemos hacernos una idea de ella.

    Mi proyecto de reimprimir el clebre Diario de la Princesa Sveva Eugenia von der Leyen, naci cuando el Prroco Dr. Pietro Gehring de Lindau, en 1978, vino a hacer una visita a nuestra Editora. Por casualidad llegamos a hablar de Eugenia von der Leyen, y as result que el Dr. Gehring, oriundo del mismo territorio y que haba crecido en Blonhoflen, a pocos kilmetros del castillo de Waal, haba conocido, aunque brevemente, a la Princesa en persona.

    Nos pusimos muy contentos cuando el Dr. Gehring, que conoca bien el ambiente, se declar dispuesto a comentar sobre la obra, aclarando algunos detalles con observaciones al pie de pgina; adems se contaba con alguien que conoci bien los hechos y lugares.

    Puesto que el Diario no es cosa comn, dira ms bien peligrosa, lo normal sera que tocara el campo de los ms grandes exponentes de aquella poca: Hitler, que prohibi el libro y Po XII, amigo personal de la familia real, que como Nuncio Apostlico en Alemania a menudo se detena en el Castillo de Waal y Unterdiessen, obteniendo como regalo de esta familia el texto original del Diario.

    Hija de una antigua familia real alemana, la autora del Diario, Eugenia von der Leyen y Hohengeroldseck, naci en Mnaco de Baviera el 15 de Mayo de 1867.

    Eugenia fue la hija del tercer Prncipe von der Leyen Filippo II Francesco Ervino, nacido el 14 de Junio de 1819 en Waal, muerto en Waal el 24 de Julio de 1882. La madre de Eugenia se llamaba Adelaide von Thurn und Taxis (fallecida en 1888); ella desciende, por tanto, por va materna, de la clebre familia real alemana Thurn und Taxis, que durante siglos tuvo el monopolio de la administracin de la oficina de correos en Alemania; de esta estirpe viene tambin el nombre "Taxi" adjunto.

    El hermano de Eugenia se llamaba Ervino II Teodoro, cuarto Prncipe von der Leyen, muri en 1938 a los 75 aos. Su esposa, cuada de Eugenia, fue Mara Carlotta von Salm-Reifferscheidt-Dijk (muerta en 1944). Le sigue el sobrino de Eugenia, Ervino III Ottono Filippo, quien se haba casado en Roma con Doa Nives Ruffo della Scaletta, de la estirpe de los Borguese. Esta ltima, a diferencia de la mentalidad liberal de la familia, tuvo una gran fe en el carisma de Eugenia, y fue ella quien entreg el original del Diario de Eugenia a Po XII.

    La influencia de la familia Borguese fue bien decisiva para la misin de Eugenia. En cierto sentido, los Borguese fueron los Protectores de Eugenia. La Princesa Ludovica Borghese (1859-1928) a travs de su hija y su nieto tuvo una muy gran influencia en la misin de Eugenia. Su hija, Mara Nives, que se cas con un miembro del Castillo de Waal, protega a Eugenia de un modo extraordinario, pues estaba convencida de su carisma.

  • La princesa Ludovica, que nos haba invitado tan amablemente y nos mostr los dos castillos, debe su nombre a su bien distinguida abuela de Roma, la Princesa Borghese Ludovica.

    Despus de la nueva divisin del dominio territorial por el Congreso de Viena, el Prncipe von der Leyen adquiri los dos dominios Waal y Unter-diessen. En 1924 el Castillo de Unterdiessen fue reconstruido y el 26 de Junio de 1925 el Prncipe heredero se fue a vivir en l, y con l se fue tambien Eugenia, quien permaneci all hasta su muerte ocurrida el 9 de enero de 1929. Durante los trabajos de restauracin, en 1925, se encontraron piedras romanas, por lo que llegaron a la conclusin de que los romanos haban tenido all una fortaleza.

    Visita al Castillo de Unterdiessen

    Eugenia vivi en el Castillo de Waal, y en 1925 en el de Unterdiessen, slo a unos pocos kilmetros de distancia.

    El 31.1.1979, el Dr. Gehring y suscrito editor, fueron invitados por la Princesa Ludovica von der Leyen a visitar el Castillo de Unterdiessen y Waal. Ambos castillos se encuentran situados en Svevia, entre Augsburg y Garmisch-Partenkirchen, a 10 kilmetros al sur de Landsberg en el alto valle del Lech (Lechtal), 12 km al este de Bad Wrishofen, a 8 km del Buchloe (que ahora es la estacin ferroviaria de aquel lugar) y 25 kilometros al noreste de Kaufbeuren. En el comedor admiramos un autntico antiguo estilo Holands y una gran pintura al leo que muestra a la Condesa Mara von Schnborn; incluso de ella se habla en el Diario. Durante el almuerzo en el gran saln fuimos casi obligados a recordar que Eugenia haba pasado los ltimos tres aos y medio de su vida entre aquellos ambientes, y que haca exactamente 50 aos haba muerto, el 9 de Enero de 1929.

    Po XII, un amigo personal de la familia von der Leyen

    En la estantera de la sala de estar en Unterdiessen hay 24 volmenes de gran belleza. Las obras completas de Po XII firmados por l personalmente, su regalo para la familia principesca. La Madre de la Princesa Ludovica, Mara Nives Ruffo della Scaletta, nacida el 16.8.1898, conoci en su juventud a Eugenio Pacelli, futuro Papa Po XII, como su profesor de religin. La primera familia que el recibi como Papa fue la de su antigua alumna Mara Nives, y desde entonces recibi anualmente en audiencia privada a la familia von der Leyen.

    Mara Nives provenia de la famosa Familia Principesca Romana Borguese, que dio a la Iglesia un Papa: Pablo VI. El nombre Borguese es una gran sorpresa para todos aquellos que visitan Roma, especialmente la Villa Borguese. Como ya dijimos, Mara Nives, Madre de la Princesa Ludovica, entreg personalmente al Papa el Diario de la Princesa Eugenia en su primera visita hecha despues de la Segunda Guerra Mundial. Ella muri el 6 de agosto de 1971, en Roma, y fue sepultada en la tumba Familiar en Waal. Su marido, sobrino de Eugenia, Prncipe Ottone Filippo Ervino III von der Leyen naci el 31 Agosto 1884 y

  • muri el 13 Febrero 1970 tambien en Roma e igualmente fue depositado en la tumba Familiar.

    Hitler prohbe la publicacin del Diario

    Adolfo Hitler en 1924 estuvo preso en Landsberg y en Septiembre fue puesto en libertad antes de tiempo por la amnista. En Landsberg tuvo sus apocalpticas visiones de odio, por el cual finalmente fueron sacrificados 6 millones de judos y millones de muertos en guerra.

    Mientras el en su fortaleza de Landsberg escriba su programtico libro "Mein Kampf", Eugenia a 10 kilmetros al sur llevaba una vida de mstica inmersin en Dios y escriba su Diario.

    Incluso ms tarde Hitler se detuvo con regularidad en aquellas cercanas, en Berchtesgaden, su "nido de guila". Hitler prohibi el Diario de Eugenia. El reino milenario de Hitler se desvaneci despus de 12 aos, su lucha termina con su suicidio en el Bnker de la Cancillera del Reich en Berln. El diario de Eugenia, en cambio, lleva a un sinnmero de personas una nueva esperanza por el Reino de Dios, que nunca perecer.

    La Iglesia Parroquial de Waal

    Por la tarde, acompaados de la Princesa Ludovica, pudimos visitar el Castillo de Waal, donde Eugenia pas la mayor parte de su vida, y en el cual tambin naci su diario. Este fue el escenario de las apariciones de las almas del Purgatorio. El Castillo de Waal, situado en una pequea colina, dista slo a unos pocos kilmetros del Castillo de Unterdiessen. Aparcamos nuestro coche en frente de la Cancillera, donde se encuentra la administracin de los bienes del castillo, que posee una amplia cantidad de tierras y bosques. A un lado quedan las casas de los funcionarios y empleados. El parque del Castillo se encuentra justo al lado de la Iglesia de Waal, que tiene un esplndido y alto campanario, siendo una de las ms bellas iglesias neogticas, debido principalmente a su interior equilibrado y obras de arte de un maestro ebanista, originario de esa regin. Eugenia acostumbraba entrar en esta iglesia siempre que llegaba al Castillo. El Oratorio es un pequeo lugar alejado y tranquilo para la oracin, desde donde a travs de una ventana se puede ver el altar mayor. Aqui la familia podia recogerse en oracin sin ser perturbada por las miradas de los curiosos. Cuando fuimos a visitar la Iglesia, esta se encontraba en reparacin. Sobre el altar mayor cuelga un gran cuadro de la Vurgen. Particular atencin y especial inters para nosotros mereca el altar lateral de la derecha, detrs del cual se encuentra la tumba de la familia von der Leyen.

    Eugenia rezaba mucho en esta iglesia, en la que ver algunas apariciones, como la del caballero, tan a menudo mencionado en el Diario.

    Visita al Castillo de Waal

    Subimos una rampa y en seguida llegamos al castillo de Waal. A la derecha se encuentra la fbrica de cerveza, que ya en la Primera Guerra Mundial produca cerveza.

  • El castillo Waal, muy visitado despus de la Segunda Guerra Mundial por los estadounidenses, es llamativo por su amplia

    Las habitaciones, antetodo el gran y el pequeo comedor, la sala de escritura, el saln para fumar y otras de gran inters por su decoracin nica.

    Me caus una especial impresin el gran cuadro al leo con la imagen del Prncipe Elector Giovanni Vi von der Leyen, Obispo de Trveris (1556-1567).

    La habitacin que fue de Eugenia se encuentra al Oeste; mide 5x5 metros. Segn nos dijo la Princesa Ludovica, la habitacin ya no se conserva como entonces, slo la estufa y la posicin de la cama estn como alguna vez.

    Quien haya ledo el diario sabe que en esta sala Eugenia debi ver, experimentar y soportar cosas terribles; a menudo llegaba hasta la prdida de la conciencia; saba sin embargo que Dios siempre le dara de nuevo fuerzas para soportar y sufrir en reparacin por las pobres almas. Se puede decir sin lugar a dudas que: "Ella lleg a la santidad en el Castillo de Waal y Unterdiessen".

    Cuando salimos de la habitacin Eugenia se oy un ruido ensordecedor que hizo temblar todo el castillo. La Princesa nos explic que all cerca haba un aeropuerto de la OTAN, y que el Castillo sufra mucho con el estruendo de los aviones, especialmente cuando sobrepasaban la barrera contra el sonido.

    La familia von der Leyen

    La estirpe de los von der Leyen dio a la Iglesia muchos hombres y mujeres que tuvieron en la vida de la Iglesia un importante papel. He aqu algunos de ellos:

    Giorgio II, Obispo de Trveris, 1533

    Simone, Abad de S. Mara Laach, 1512

    Bartolomeo II, Decano de Trveris, 1587

    Margherita, Abadesa, fallecida despus de 1553

    Carlo Gaspare II, Arzobispo y Prncipe Elector de Trveris, 1676

    Damiano Artardo, Arzobispo y Prncipe Elector de Mainz, 1670

    Anna Eleonora, Priora de Engelpforten, 1698

    Damiano Federico, Cannigo de Colonia Mainz Werzburg, 1817

    Francesco Ervino Silvestro, Cannigo de Wi erzburg-Bermberg, 1809

  • La dificultad de tener que llevar una doble vida

    Eugenia von der Leyen tuvo que vivir una doble vida, algo bien duro para su espritu, como se podr constatar a lo largo de su Diario. Slo el pequeo prncipe heredero Wolfran y los animales (gallinas, perros) de la casa vieron las apariciones, nadie ms. Ella no poda hablar con nadie ms que con su Director espiritual, cosa que para ella, mujer, no debi haber sido fcil. Tambin es de notar que una tal "invasin" de lo sobrenatural, posible solamente por un especial permiso de Dios, no es poca cosa, como una simple transmisin de televisin que nos permite ver un pas desconocido. Lo que nosotros experimentamos en nuestra vida terrena queda siempre, ms o menos, en un plano superficial. El contacto con el Ms All es algo mucho ms complejo; aqu debe intervenir Dios directamente o, de lo contrario, el hombre no sera capaz de soportar algo semejante.

    Recuerdos de una anciana del pueblo

    Para terminar nuestra visita, que dur un da entero, la Princesa Ludovica nos llev a una anciana del lugar, la viuda del maestro Guiseppe Feistle, que conoci bien a la Princesa Eugenia. Nos cont: "La princesa Eschi (todo el mundo la conoca por ese nombre) era una mujer alta y guapa, muy piadosa y generosa. Totalmente distinta a los hombres de su familia, que eran liberales. Cristiana hasta el final. Fue la mujer ms simple, hasta ayudaba a los agricultores a recoger el heno cuando se aproximaba el mal tiempo. Tena el don de hacer siempre el regalo adecuado y siempre tena una sonrisa para todos.

    Trabajaba mucho por las misiones, confeccionando vestidos y organizando colecciones en el pas. Como hermana soltera del Seor Prncipe, ella fue muy amada y estimada en el pas.

    Fue muy significativo para nosotros el hecho de que la Seora Feistle pudiera recordar an la fecha y hora de la muerte de Eugenia.

    Muri a las 4 de la maana del 9 de Enero de 1929

    En una carta fechada el 7 de Febrero de 1979, la Seora Fesitle nos comunic algunos detalles ms: "La princesa Eugenia quizo entrar en un convento, pero no fue aceptada debido a su bajo estado de salud. Intento en otros pero no pudo. En Waal haba la costumbre de que cada Princesa al morir obsequiaba su vestido de esposa a la Parroquia. La Madre de la Princesa Ludovica, Mara Nives Ruffo della Scaletta, nacida en Borguese, Roma, obsequi a la Parroquia una magnfica vestimenta azul clara, floreada, con bordes plateados. El Padre Pfarsich solamente la usaba en las Fiestas de Nuestra Seora.

    Ahora estas piezas "parecen haber pasado de moda...".

    Una profunda Fe en las Almas del Purgatorio

    Los alrededores del Castillo de Unterdiessen son llamados: "El Valle de los Zorros".

  • En la historia local del Valle de los Zorros hay dos hechos que vale la pena recordar, en referencia al Diario de Eugenia: se dice que en aquellos alrededores hubo una fuerte creencia en los espritus. Alguna vez esta creencia estuvo difundida por todo el pueblo; no naci de alguna "habladura", sino, como lo anota la parapsicologia, existen motivos reales.

    Sin embargo, parece que la gente del Valle de los zorros tiene como unas antenas especiales para percibir el otro mundo. Esto se confirma con el hecho de que en el ao 1694 fue fundada la Hermandad para socorrer a las Almas del Purgatorio.

    Aqui en la tierra podemos esperar en la Misericordia de Dios, pero en el Purgatorio, en cambio, rige slo su Justicia.

    Que en el Valle de los Zorros prevalece un claro sentido de justicia, lo confirma el siguiente "dicho" que se encontraba sobre la vieja posada en Oberdiessen:

    "Oh Juez, juzga con justicia

    Dios es Juez, t eres un siervo.

    Si t juzgaras injustamente

    Dios, a su vez, te juzgar!"

    Tres hermanas en el espritu

    Por aquellos alrededores vivieron dos mujeres que, al igual que Eugenia, tuvieron experiencias con el ms all; quienes en Mnaco, en el ao 1721, se encontraron para tratar de temas espirituales: La Beata Mara Crescencia Hss, del cercano Kaufbeuren, y Ana Mara Lindmayr.

    Ana Mara Lindmayr, como Eugenia, por mandato de su Director Espiritual, escribi un Diario sobre los difuntos que se le aparecan.

    Nota. El libro, traducido del Alemn al italiano, lleva el nombre de "Il mio rapporto con le Anime del Purgatorio".

    Igualmente Crescencia tuvo visiones y contacto con las Pobres Almas; su apostolado no se limit slo a las ellas, basta leer el libro de Arturo Massimiliano Miller: "Crescentia von Kaufbeuren, vita di una mistica sveva".

    La semejanza espiritual entre estas tres mujeres es sorprendente. Eugenia von der Leyen, Crescencia de Kaufbeuren y Ana Mara Lindmayr formaron como una constelacin de tres, unidas no solamente por su cercana, sino, an ms, por el espritu.

    El maestro del lago de Constanza

  • Mi viaje a la casa de Eugenia von der Leyen me llev a lo largo del lago de Constanza y fue, por tanto, inevitable el recuerdo de Enrique Suso de Constanza. No s si Eugenia habra ledo los libros de Enrique Suso (1295-1366). Consciente o inconscientemente, l fue para ella un gran maestro, porque el tema del Purgatorio y de las Pobres Almas ocupa un gran espacio en sus escritos y su doctrina se convirti con el tiempo en un bien comn de toda la Iglesia. En el sexto captulo de su "Vida" se lee:

    "Al mismo tiempo le fueron manifestadas en visin muchas cosas ocultas por venir, Dios permiti que l sintiese, en la medida que le fuese posible soportar, cmo son las cosas en el Cielo, en el Infierno y en el Purgatorio.

    No era inusual para l que muchas almas despus de partir de este mundo se le aparecieran y le revelaran su suerte, su castigo, la manera en que poda ayudarlas o lo que fue su vida ante Dios.

    Entre otros se le aparecieron el bienaventurado Maestro Eckhart y Juan de la familia Futerer Estrasburgo. El Maestro Eckhart le revel que se encontraba en una gloria desbordante en la que su alma era inmersa en Dios. Entonces el siervo de Dios le pidi hacerle saber dos cosas: como se hallaran en Dios las personas que trataron con todo su corazn cumplir su voluntad. Al instante comprendi que nadie sera capaz de expresar con palabras la inmersin de estas personas en el abismo inefable de Dios. Mas hizo otra pregunta: "Qu es lo ms indicado para alguien que desee llegar a aquella altsima Unin?" Obtuvo esta respuesta: "Olvidarse completamente de s mismo segn su condicin y renunciar a su propio querer y aceptar todas las cosas como venidas de Dios y no de los hombres (de las creaturas) y soportar con paciencia a todos los hombres lobo.

    El otro Hermano Juan se le apareci mostrndole tambin la inmensa felicidad de su alma glorificada. Igualmente a este le pidi respuesta a una pregunta: "Qu es lo ms doloroso para una persona y al mismo tiempo provechoso para ella?" l contest: "Nada es ms doloroso y til al hombre que entregarse completamente a Dios ofreciendo con paciencia la propia voluntad, abandonndose as al querer de Dios".

    Su padre, que haba vivido slo para el mundo, se le apareci despus de su muerte y con su rostro lleno de dolor le hizo ver el espantoso castigo en el Purgatorio, hacindole entender, sobretodo, cmo se atrajo ese sufrimiento y especialmente la manera en que mejor lo podria socorrer. As lo hizo. Luego se le volvi a aparecer mostrndole que gracias a su ayuda haba sido liberado de su castigo.

    Su piadosa madre, a travs del cual Dios haba obrado milagros, estando an viva, tambin se le apareci en una visin y le hizo ver el gran premio que haba recibido de Dios.

    Cosas similares le fueron comunicadas por otras muchas almas y, desde entonces, comenz a sentir gusto en esto y frecuentemente reciba grandes consuelos, en la medida en que l se haba ocupado de ellos.

    Estas cuatro apariciones que el Beato recuerda de manera especial, no fueron las nicas que le fueron concedidas. Esto ocurri al principio de su entrega a Dios, cuando dej todo para

  • dedicarse exclusivamente a la oracin y a aquellas penitencias realizadas de manera casi sobrehumana. Estas apariciones lo hicieron fuerte en su buen propsito, y lo confortaban cuando era tomado del desnimo y la tristeza. Su corazn se llenaba de gozo y alegra al ver un alma entrar en el Cielo. Animado de sus habituales encuentros con las pobres almas el Beato Enrique Suso hacia frecuentes meditaciones acerca del Purgatorio. Estas no slo le servan para orar con mayor celo y expiar por las Pobres Almas. Tambin sac conclusiones para su propia vida.

    En su "Libro de la Eterna Sabidura", cap. 24, incluye en su cntico de alabanza tambin el Purgatorio y las Pobres Almas. l escribe: "Seor, yo digo an ms: Si yo ahora debiese separarme de ellos, y esto fuese en alabanza tuya, tanto que tuviese que arder 50 aos en el Purgatorio, Seor, entonces elijo tu Eterna Alabanza. Sea Bendito el Purgatorio en el cual se cumple en m Tu Alabanza". Un poco ms adelante dice: "Mi dulce Seor, yo deseo que de esta manera llegue a tu presencia una gran alabanza, semejante a aquella alabanza y gozo que tuvieron los ngeles al ver por primera vez que haban superado la prueba y los otros haban sido repudiados, semejante a la alabanza que cantan las pobres almas al salir jubilosas de la crcel del fuego tormentoso, llegando ante Ti y viendo por primera vez Tu Rostro radiante de Gozo y Amor.

    Apariciones con aspecto de animal?

    Lo que muchos lectores del diario de Eugenia apenas pueden soportar es el hecho de que algunas pobres almas aparezcan bajo el terrorfico y repugnante aspecto de animal; as por ejemplo, cuando Egolfo se muestra como un gran simio "con ojos de fuego", y Mara R. como una serpiente con la explicacin: "Fue la imagen de mi vida!, Juramentos falsos, todas las mentiras e hipocresa!".

    Al respecto podemos decir: muchos videntes, hombres y mujeres, vieron a las Almas del Purgatorio con aspecto de animal. Cristo le dijo en una ocasin a Santa Brgida de Suecia: "No ves lo que tienes delante de ti como en realidad es, sino con figura corpreo; lo espiritual se te aparece a la manera humana, a fin de que puedas entenderlo".

    Joseph von Grres, el clebre especialista en tema de mstica de la Universidad de Mnaco, escribe en su obra de 5 volmenes "Mstica Cristiana" acerca de la Hermana Francisca del Santsimo Sacramento de la Orden del Carmelo: Los difuntos se le aparecan a veces con apariencia aterradora, ms como bestias que como hombres. Puesto que cada vez que Francisca al verlos la invada un tan terrible espanto que con frecuencia la hacia desmayar, empezaron a aparecrsele no con su verdadera imagen, sino como sombras flotantes, hasta que se hubiese acostumbrado a verlos*".

    *Hay un libro sobre las apariciones a esta Religiosa titulado "Luz a los vivos y escarmiento en los muertos".

    Los fenmenos aqu descritos se produjeron en toda su particularidad tambin en Eugenia von der Leyen.

    El pensamiento del Cardenal Luciani acerca de las Revelaciones Privadas

  • El futuro Papa Juan Pablo I dio una esplndida respuesta a todos aquellos que creen que pueden hechar a menos o negar las apariciones de la Virgen, encuentros con las almas de los difuntos y otras semenjantes "porque son revelaciones privadas".

    Siendo Albino Luciani an Patriarca de Venecia, concelebr el 10.7.1977 una Misa con el Obispo J. Venancio de Leira en Ftima; al da siguiente se fue a buscar a Sor Luca, la vidente de Ftima, en el Convento de Coimbra. Sobre esto el Cardenal Luciani escribi: "A este punto alguno podra preguntar: Se interesa un Cardenal en Revelaciones Privadas? No sabe que el Evangelio lo contiene todo? No sabe que incluso las apariciones aprobadas no son artculo de Fe?" Desde luego que lo s. Pero al respecto en un artculo de Fe contenido en la Sagrada Escritura se dice: "Aquellos que creen sern acompaados de milagros " (Marcos 16.17).

    Para los cristianos es menester tambin escrutar los signos de los tiempos. Detrs del signo, es oportuno poner atencin en las cosas que subraya ese signo.

    Tomado de la Revista "El Corazn de la Madre", enero de 1978.

    Tambin el Concilio Vaticano II haba advertido sobre la poca estima o minimizacin de estos carismas: "Estos carismas, tanto los extraordinarios como los ms sencillos y comunes, por el hecho de que son muy conformes y tiles a las necesidades de la Iglesia, hay que recibirlos con agradecimiento y consuelo...

    El juicio acerca de su (de los carismas) autenticidad y la regulacin de su ejercicio pertenece a los que dirigen la Iglesia. A ellos compete sobre todo no apagar el Espritu, sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno (Constucin Dogmtica sobre la Iglesia: Lumen Gentium, 12).

    El Diario tiene una tarea y misin que cumplir

    El Diario de Eugenia es una providencia para nuestro tiempo, un libro que ya ha hecho pasar a muchas personas horas de insomnio, pero tambin consolado a muchas personas porque nos muestra cmo incluso mujeres que matan o han matado a sus hijos y otros grandes pecadores pueden ser salvados por la misericordia de Dios. No se trata de historias de terror ofrecidas a bajo precio para calmar nervios de aburridos lectores, es el relato de acontecimientos vividos realmente sobre apariciones de difuntos, lo que nos permite un pequeo vistazo al mundo del ms all, que un da ser tambin nuestro mundo. Muchos catlicos hoy en da ya no estn en la plena posesin de la verdad. Existen muchas parroquias en las cuales casi no se predica sobre ciertas verdades de la Fe, como los Mandamientos, el Pecado Mortal, el Purgatorio, el Infierno, los ngeles, el Demonio, la Virgen; con lo que verdades de Fe de mucha importancia vienen a ser sepultadas o infravaloradas. Es as como se crea en la Iglesia un terrible vaco; ahora slo nos queda una Iglesia Terrena, el pueblo de Dios que peregrina en la tierra, slo esto se tiene ante los ojos, pero poco se habla de la Iglesia Triunfante, de los santos del Cielo y de la Iglesia Purgante. Las pobres almas en el lugar de purificacin. Por eso este Diario, a mi parecer, tiene una misin y un papel providencial: con la fuerza de un verdadero carisma puede hacernos

  • nuevamente sensibles al mundo del ms all, podr abrirnos los ajos a "las cosas nuevas" que hoy en da estn tan olvidadas.

    Cun pobres somos cuando no sabemos nada sobre la bendita comunin con nuestros poderosos amigos del Cielo y con nuestros compaeros sufrientes en el Purgatorio, que tanto cuentan con nuestra ayuda.

    Las pobres almas no pueden orar para s mismas, pero s pueden pedir a Dios por nosotros, siempre y cuando, por supuesto, que hagamos algo por ellas.

    La enorme ganancia de la salvacin de parte de Dios

    El clebre Jesuita Cornelio Lapide Steen (1567-1637), que ense en Lovaina y Roma exgesis bblica, describi muy bien sobre este tema cuando explic el pasaje bblico de los Macabeos 12.43 de la siguiente manera:

    "Por tanto, santo y saludable es el sacrificio por los difuntos, cuando es ofrecido con pensamientos puros al Dios Bendito. Es santo en consideracion a que libra a las Almas de los terribles tormentos de las llamas del Purgatorio; a los santos y beatos, de los cuales aumenta el nmero, y de all la alegra y gloria; despus a la Iglesia, la cual obtiene nuevos defensores e intercesores ante Dios, y finalmente tambin en consideracin al celebrante, para quien ellas implorarn muchos auxilios por haberle salvado.

    En este libro no se dicen grandes palabras; se manifiesta (desde el inicio del Diario) la miseria y el sufrimiento de las pobres almas hasta el final. Ana Catalina Emmerick, sin lugar a dudas, una de las ms grandes msticas del mundo, escribi: "Oh, es triste que se ayude tan poco a las pobre almas; cada accin ofrecida por ellas, limosnas o actos de caridad, les aprovecha inmediatamente; las hace tan felices, y es para ellas una gran bendicin, como cuando una persona exhausta recibe un vaso de agua fresca".

    Ntese la palabra "inmediatamente"!. Por qu Dios hace que nuestras acciones ayuden inmediatamente a las pobres almas? Quien reflexione un poco acerca de esto lo comprender por s mismo; porque tambin Dios (humanamente hablando) espera con impaciencia que las almas creadas a su imagen y semejanza sean del todo puras para poderlas estrechar en su corazn de Padre!. Y aqu est tambin la explicacin de por qu las pobres almas tienen un tan enorme poder. Al ayudarlas a llegar ms pronto a la meta no slo recibimos ayuda por sus ruegos, sino del mismo Dios, pues l mismo tambin (siempre humanamente hablando) est interesado en tenerlas pronto consigo. He aqu la explicacin del hecho de que las pobres almas son tan poderosas ante Dios, ni una jota para ellas, sino todo el poder para nosotros. Somos tan estpidos al no querer entender esto. Y si nuestros predicadores, en vez de hablar tanto de psicologa y altruismo, supiesen hablar ms a los hombres de la verdad que concierne a las almas del Purgatorio, y de las grandes verdades de la Fe, entonces nuestras Iglesias estaran llenas.

    Y t, querido amigo, si no crees a la verdad de la que se habla en todo este libro, entonces haz una prueba: Si necesitas ayuda en algo que te resulte muy difcil, promtele a las pobres almas un sacrificio que te cueste de una manera especial. Ruega con todo tu corazn a Dios

  • que se cumpla su voluntad y vers que las almas del Purgatorio no te dejarn decepcionado. Ellas son los mejores y ms fieles amigos que Dios te habra podido dar en este mundo.

    Arnoldo Guillet, Editor

    Para Eugenia von der Leyen no existan muros

    La Princesa Eugenia von der Leyen jug un papel muy importante en la suerte de las Pobres Almas que durante su vida terrena no vivieron en el verdadero amor de Dios. Para ella el muro que separa a la Iglesia Purgante de la Iglesia Militante haba cado tanto que se hizo visible a sus sentidos la espantosa gravedad del pecado convirtindose en un tremendo peso para su alma llena de amor. Se comprob que ella vea a los difuntos porque ellos manifestaron sus nombres, incluso algunos de ellos desconocidos y cuya vida terrena fue revelada. La persona de la vidente fue conocida y debera ser un motivo de credibilidad para el lector de esta extraordinaria obra el saber la personalidad que esta detrs de este Diario. La Princesa, que preferimos llamar Cristiana por su naturaleza humilde y amorosa, no hablo con nadie acerca de los fenmenos, de los cuales era objeto y sujeto al mismo tiempo, excepto que slo con su Prroco, ni siquiera con su familia, tuvo la fortuna de tener por Prroco a un hombre muy sabio y culto, quien le aconsej escribir un Diario. Antes de morir, el 9 de Enero de 1929, ella entreg su Diario a su Director Espiritual, el cual se llev consigo cuando se fue de su Parroquia. As mismo l lo entrego antes de morir al escritor Bruno Grabinsky, experto en temas de mstica y parapsicologa, a quien debemos la publicacin. A los dos les damos nuestros ms agradecimientos!.

    El Director Espiritual de Eugenia, hombre ciertamente dotado de gran prudencia y espritu crtico, nos ha dejado una declaracion y una opinion juramentada sobre la Princesa:

    "Conoc a la vidente los ltimos 12 aos de su vida y estuve al tanto da a da de sus experiencias y encuentros con las apariciones. Siguiendo mi consejo anot en un Diario da a da aquello que haba visto, y esto, por supuesto, sin el fin de dar hacerlo pblico, ni siquiera yo tuve esta idea al principio.

    La vidente llev una vida santa. Era profundamente piadosa, Alma humilde como San Francisco, muy atenta en hacer el bien, su caridad no conoca lmites, lista para ayudar en cualquier momento y pronta a cualquier sacrificio. Todos los que la conocieron le tuvieron un gran respeto y veneracin. Nada estaba ms lejos de ella que la bsqueda de Honores y Fama, slo quera hacer felices a los dems, y en eso si que era muy experta. La personalidad de la Princesa es el mejor fundamento de absoluta credibilidad. Querida de Dios y de los hombres.

    Yo declaro bajo juramento haber exhortado a la Princesa a anotar de manera clara y precisa los hechos reales vividos y, al mismo tiempo, de nunca haberle sugerido de ninguna manera mi propia visin personal de las cosas. Me declaro garante, en todas las formas, de la credibilidad de que es digno el Diario y ruego al lector conservar de la Princesa, quien ahora tambin descansa en la otra vida y desde luego en la visin bendita de Dios, un agradecido y venerado recuerdo".

  • Un pariente de ella, el Prncipe C.L., confirma la opinin del Padre Sebastin con esta declaracin: "Estoy totalmente de acuerdo con la opinin sobre su personalidad tal como expresa el Sr. Prroco Wieser, es absolutamente conforme. Su vida consista en el ofrecimiento de s misma en favor de los dems. Esto lo hizo siempre de buena gana y con alegra. Fue una persona absolutamente sincera y espontnea, nunca se preocup de ella misma. Adems sabia, vivaz, bien alegre, muy fcil de aceptar una broma y llena de ingenio. Por esto todo el mundo la quera y buscaba su compaa. Era un dolo para los nios".

    Una sirvienta escribi a Bruno Grabinsky: "Yo conoc a la Princesa slo como una persona amable, tranquila y olvidada de s, lo que llevaba a todo el mundo a quererla". Siempre la misma, alegre y simptica. Tengo la impresin de que en ese entonces su su idea de ofrecerse y expiar era ya una particularidad suya, cuando empec a conocerla".

    Un gozo inimaginable me arrastra...

    Cun pocos fueron los hechos de tipo parapsicolgico vividos por Eugenia lo demuestran los periodos y las frases por ella escritos al Prroco, respectivamente, en la fecha del 4 de Mayo de 1924 y 18 de Marzo de 1925 y anotados casi de pasada en su Diario.

    Sorprende, porque se revela como ella experimenta una ntima unin con el Espritu Santo completamente desconcertante, y con humildad, sin poder entender, pide una explicacin de aquello que sucede en su alma. No son visiones, no son xtasis, es el sentir la unin ntima con Dios, el ms alto grado del Amante de ella que llevaba la Cruz. Debo adorar y amar, y sin embargo no hay palabras. Es como ascender a lo divino. Yo La ruego [(La Cruz)], yo!. No quiero esto, pero me atrapa y me arrastra hacia una gozo inimagible". Este fenomeno que el Amor Divino improvisadamente, sin su misma cooperacin, opera en ella y que luego ella no sea capaz de pronunciar sus oraciones, por supuesto, es algo imposible de explicar. El Alma es tomada e invadida por el calor y el esplendor de Dios. El Amor de Dios arde en lo ms ntimo del Alma, despus de haber hecho una donacin total de la Cruz de su vida y su forma de pensar. Podemos llegar a conocer esta dicha en los escritos de Santa Teresa de Avila, Doctora de la Iglesia y de otros msticos, mientras con dolor y espanto debemos observar de cuanto somos deudores en este campo nosotros los telogos modernos. "Cmo podremos escuchar y creer si no hay quien ensee?" (Rom. 10.14).

  • Diario de la Princesa Eugenia von der Leyen

    La monja

    9 de Agosto (1921). A las 5:00 de la tarde vi en el jardn, entre dos rboles, a una monja. Pareca esperarme. Pens que se trataba de una vieja amiga y me apresur a encontrarme con ella. De repente, desapareci sin dejar rastro. Fui a ver si haba sido un engao de la sombra; pero el lugar, el espacio entre los rboles era el mismo, como siempre.

    13 de Agosto. La vi venir hacia m por la carretera que conduce a la Iglesia.

    19 de Agosto. La vi caminando justo a mi lado en el jardn. Llevaba el hbito de Mallersdorfer*.

    *Las hermanas de Mallersdorfer (Franciscanas pobres de la Sagrada Familia) son una orden femenina extendida en toda Baviera. La Casa Madre se encuentra en Bassa Baviera en Marktgemeinde, Mallersdorfer (ciudad comercial en Mallersdorfer).

    25 de Agosto. En las escaleras del Oratorio.

    30 de Agosto. Me esperaba en la puerta de la casa.

    11 de Septiembre. En el jardn.

    14 de Septiembre. En el Oratorio. Antes de la Santa Misa vi algo reflejarse en la ventana frente a mi; pens que la ventana que estaba detrs de mi no se haba detenido y por eso el movimiento delante de m, y as me di la vuelta! Estaba justo detrs de m, vi muy bien su rostro; ojos grandes y negros con una expresin triste, como una persona viva, no plida, ms totalmente desconocida para m. Me pareci que aquella figura no tena brazos. Tuve una horrible sensacin porque estaba tan cerca de m.

    17 de Septiembre. Se desliz hacia m en el jardn.

    19 de Septiembre. Me encontraba jugando a la pelota con el nio y pas por en medio. Deb haber puesto una cara de susto, porque el pequeo me pregunt qu haba visto.

    22 de Septiembre. La encontr sentada en la escalera del Oratorio.

    2 de Octubre. Estaba recogiendo flores, cuando de repente se puso de pie delante de mi; se vea mas grande. No me atrev a hablar con ella, cuando tuve el valor para hacerlo ya haba desaparecido nuevamente.

    7 de Octubre. Por desgracia, tambin en mi habitacin. Me despert con una extraa sensacin y encend la luz: ella estaba junto a mi cama. Tuve un miedo tal que no pude hablarle; me defend contra ella con agua bendita, y luego de pasar sobre m, desapareci en la pared. Fue algo tremendo.

  • 11 de Octubre. Cuando iba a dormir a las 10, no pensaba absolutamente en ella, pues estaba algo entretenida (era tiempo de caza) encend la luz de mi habitacin. Ella estaba all. Pas delante de ella para ir por el agua bendita, la roci y le pregunt: "Qu quieres de m?". Me mir fijamente a los ojos y dijo sin mover la boca: "No envi veinte marcos para las misiones*"

    Nota. Al leer esto, muchas personas se sorprenden y se conmueven que por veinte marcos debiese sufrir tanto. Se equivocan. Qu pecados ha cometido la monja en su estado que no se dice?. En cualquier caso, esos veinte marcos son slo una pequea muestra de su manera habitual de vivir que volvi su alma as de miserable.

    No podra decir si le hice seas con la cabeza de que yo lo hara o si se lo promet de palabra, de todos modos se alegr porque se al instante se me acerc, creo que quera decirme algo ms. Sent tanto miedo que de inmediato la roci con agua bendita y se desapareci por la ventana. A pesar del tremendo susto que tuve pude descansar. Los veinte marcos fueron entregados a las misiones y se celebr la S. Misa por las pobres almas.

    Tuve paz hasta el 3 de Noviembre, da en que tuve una gran alegra. Cuando a las once de la noche me diriga a la habitacin para descansar, vi que estaba iluminada. Pens que alguien haba dejado la luz encendida. Y ah estaba la monja en el mismo lugar de la ltima vez; pero que aspecto tan diferente!, Sala de ella un resplandor, su vestido negro pareca como hecho de luz. Pero lo ms hermoso era la expresin de su rostro. Ciertamente sus ojos ya haban visto al buen Dios. Me mir sonriendo, se vea tan feliz!. Sus manos, que vi por primera vez, estaban cruzadas sobre su pecho. Su rostro era slo comparable a una piedra preciosa, no puedo encontrar otra expresin. Mi asombro y mi alegra fueron tan enormes que qued como petrificada y slo se me ocurri preguntarle: "Cmo te llamas?". Solamente hizo la seal de la cruz y desapareci. Qued en completa oscuridad. La luz no estaba encendida, luego entonces no pudo haber sido una alucinacin pues nada es capaz de producir lo que yo vi y sent. La aparicin me pareci de mayor que lo habitual, y por primera vez no estaba de pie en el suelo. Esta fue la ltima aparicin de la monja, pero quizs me sirvi de preparacin para otras.

    La condesa Mara Schoenborn *

    *Como hemos dicho en el Prembulo, la Princesa dej escrito todos los nombres de las apariciones, para que est ms sujeto a la realidad.

    4 de Febrero (1922). A las 9 de la maana me encontr una seora con un vestido oscuro, cuello de encaje y un sombrero bastante grande, delgada, desconocida, de la poca de los 50.

    17 de Febrero. De nuevo en la escalera.

    Hasta el 20 de mayo estuve ausente; el da de mi regreso la vi entrar en la biblioteca, en el segundo piso; al regresar de la comunin senti el valor de seguirla.

  • Cuando abr la puerta la vi all de pie frente a m, como si estuviera esperndome. Le pregunt: "Quin eres?", ella respondi: "Mara Schoenborn". Una ta abuela ma que yo no conoc. Yo: "Qu quieres de m, por qu no tienes paz?" Ella: "Aqu he pecado." Luego desapareci. Hemos rezado mucho por ella y no la he vuelto a ver.

    Como ya dije, en marzo y abril no estuve aqu.

    En O..., me qued en la habitacin de una pariente ma que muri all, sin embargo nunca la vi. Una vez que sal a caminar la vi venir hacia m sobre el prado. Llevaba un rastrillo sobre sus hombros, estaba muy acalorada y me sonri.

    No poda creer lo que vea, estaba como siempre, habra gritado de alegra si no hubiese sido porque no estaba sola.

    Lastima que desapareci de inmediato. Permanec en silencio. Cuando volv a casa y les cont donde haba estado me dijeron: "Oh, Ortencia siempre ayudaba a una pobre mujer a recoger el heno". Me pareci que no necesitaba de mi oracin, ms bien vi esta aparicin como una seal. Tena mucha confianza con ella y le haba escrito la historia de la monja, dejndole libertad para creer o no. Ella respondi que no poda creerlo sin discutirlo conmigo. Pero no pudimos hablar ms porque muri.

    "Los once" y el Prroco Schmuttermeier

    Nota. El sacerdote Schmuttermeier, primer profesor de religin de la Princesa, muri en 1889.

    El 4 de julio de 1922 vi por primera vez las once sombras que a menudo veo. Son columnas de niebla de distintos tamaos. Las veo siempre en el porche y en la colina que cae detrs de la fbrica de cerveza; a veces pasan muy cerca de m. No se pueden distinguir porque estn como envueltos en una niebla, parecen esprragos gigantes.

    Los veo tan seguido que no escribo fechas, no me importa nada de ellos. La fiesta de Navidad despus de la misa de la maana me llegaron muy cerca, as que les dije: "Si son almas, recen al nio Jess", pero al instante se juntaron y desaparecieron. Fue algo muy extrao, pues nunca haban reaccionado a nada de lo que yo les deca.

    El 27 de Diciembre vino a m el Padre Schmuttermeier* en el jardn. Fue por un instante apenas, pero estoy segura de que no me enga**.

    *El Padre Schmuttermeier, antiguo Director Espiritual de la Princesa, muri en 1899.

    **Despus de haber sido impresa la primera edicin de esta obra, la seora Mara Feistle, de Waal, nos escribi: El Padre Schmuttermeier fue Vicario de Waal desde 1926 hasta 1935; por eso no pudo haber sido el Director Espiritual de la Princesa. Es posible que se hubiese tratado del Vicario Mathias Sollweck, fallecido en 1899.

  • El 9 de Enero de 1923 lo encontr esperndome en el Oratorio, nada agradable a la vista. Le dije: "Seor Prroco, puedo ayudarle?". Me pidi una S. Misa, que fue celebrada pronto. Por la tarde lo volv a ver.

    El 25 de enero lo vi por cuarta y ltima vez. Por la noche, cuando todava yo estaba en la Iglesia, vi colgar del confesionario una manga blanca. Me sorprend porque la Iglesia estaba vaca. Un poco curiosa me arrodill en un banco y pens si deba aprovechar para confesarme. Pasados cinco minutos o abrirse la puerta del confesionario y... sali el padre Schmuttermeier, me sonri amablemente y camin lentamente por el centro de la Iglesia. Se arrodill frente al altar. Al poco tiempo llego el sacristn a tocar para el ngelus. Tuve la impresin de que casi tropieza con el Padre. Encendi la luz y pude ver todo mejor. Fue algo bien extrao, el sacristn pas como a travs del Padre, como si fuese una sombra; pude distinguirlos bien. Luego se fue y no lo volv a ver ms.

    Brbara y Toms

    He visto 17 veces a nuestro antiguo criado en el Hospital. Nunca habl con l.

    Desde el 31 de Enero 1923 me qued algunos das en una habitacin del tercer piso. Una vez durante el da, mientras me miraba en el espejo, vi salir de l la cabeza de una mujer. Me di la vuelta, detrs de mi estaba una mujer vestida de rosado; desapareci al instante. Su vestido era como del siglo XVI, algo que me llam la atencin fue que su peinado no concordaba para nada con su traje.

    En la noche me fui a dormir con un presentimiento no muy agradable, porque en la habitacin de al lado, que estaba deshabitada, escuch hablar la misma voz, que si se ha odo una sola vez, no se olvidar jams. Dorm muy bien hasta las tres, hora en la que me despert con una sensacin de miedo. De inmediato supe que ya no estaba sola. Encend la luz y all estaba ella, tambin haba un hombre a su lado vestido de jinete, estaban en la puerta. Los roci con agua bendita y le pregunt: "Quin eres?". Ella: "Brbara". Yo: "Qu quieres?". Ninguna respuesta; ella puso su debo en la boca y me hizo seas de que saliera con ella. Todo era tan natural que sent vergenza salir de la cama delante del hombre. Salieron por la puerta y not una herida en la nuca de ella. Por eso el pelo desordenado. No me atrev a ir con ellos; slo cuando salieron me levant y fui a ver a donde iban, entraron en la alcoba. Yo no pude entrar porque estaba con llave.

    El 5 de Febrero, que tena trabajo de sobra, vi a Brbara en el pasillo y entr de nuevo a la alcoba. Baje rpido por la llave y la segu; la encontr, me esperaba apoyada en la pared. Le pregunt: "Eres t Brbara von L... V?" (Habamos investigado en las crnicas y encontramos dos mujeres llamadas Brbara). Ella: "S". Yo: "Quieres orar conmigo?", me hizo seal de que s con la cabeza y una mirada no muy buena; comenc a decir: "Alma de Cristo..." y cuando dije: "Agua del costado de Cristo, lvame...", empez a llorar y sollozar terriblemente, con su cara entre las manos. Despues volvi a mirarme con aquellos terribles ojos y se sali de la torre. Durante algn tiempo no sub ms a aquel piso. Y ella tampoco aparece. Poco despus una pintora se instal en el cuarto de arriba. Subimos muchas veces para ver sus trabajos, pero Brbara no aparece.

  • El 21 de febrero por la noche me despert con la misma sensacin. Brbara y el hombre estaban all de pie. Realmente me enoj porque abajo s me senta segura de ellos y les dije: "Por qu no se quedan arriba?". Ellos: "Porque ellos no nos pueden ver". Le pregunt al hombre: "Cmo te llamas?". Brbara respondi por l: "Toms". Yo: "Qu quieres de m?". "Una S. Misa", dijo Brbara. Rec con ellos y les dije: "No vengan ms, yo les prometo que rezar por ustedes". Se fueron y no los vi ms.

    Siempre me maravilla aquella fuerza que sale de las almas para despertarme del sueo profundo. El despertarse es algo totalmente nico; uno no duda lo que all le espera. Es un ver en la oscuridad e, incluso, una vez con Brbara cerr los ojos para probar, pero no pude ver nada!

    La vieja cocinera Crescenza y la mujer que mat a su beb!

    Por la misma poca de Brbara tambin hubo otra aparicin. Mientras el 1 de Febrero de 1923 me encontraba en la despensa con el cocinero, he aqu que sbitamente se aparecieron dos mujeres de pie entre nosotros. De inmediato reconoc a nuestra cocinera que estuvo con nosotros durante 42 aos y haba muerto en 1888. A su lado haba una desconocida que tena un rostro para nada simptico. Crescenza tena un semblante muy bello, exactamente como cuando estaba viva, muy simptica. Dos das ms tarde las encontr abajo, en el pasillo; pero como alguien estaba conmigo no pude hablarles.

    24 de Febrero. Me despert a las 4, encend la luz y all estaba con la desconocida al lado de mi cama. Le pregunt: "Querida Crescenza de dnde vienes?". Ella: "Del espacio intermedio". Yo: "Cmo me encontraste?". Hizo un movimiento en el aire con la mano. Le dije: "No te acerques a m. Te prometo que estar orando por ti. Alabado sea Jesucristo!". Se fue junto con la desconocida.

    El 28 de Febrero a las 4:30 vino la desconocida (horrible), permaneci por ms de diez minutos, le di agua bendita, rec, ni se movi, slo me mir enojada. Sent mucho miedo, no s por qu no contesta nada. Finalmente se fue. Estaba mal vestida, tena un pauelo en la cabeza y un delantal como para trabajar, no me es agradable. Me recuerda a la mujer que vi en A..., que describir ms adelante.

    Siento miedo de ella porque tiene cara como de viciosa; no lo puedo expresar de otra manera.

    *El lector encontrar a lo largo de todo el diario el significado de aquellas palabras espirituales: "El pecado es horrible, la virtud es hermosa". La vista de la fealdad del hombre en pecado la encontraremos en todas las apariciones. Debemos pensar que forma de vida nos presenta la actualidad. Una vida que con las imgenes y msica moderna nos refuerzan y sostienen ms en el pecado y la abominacin.

    3 de Marzo. Son las dos de la madrugada. Me despert nuevamente con aquella sensacin de saber que algo me esperaba, es algo tan vil, tan fuerte; fui capaz de encender la luz slo gracias al buen Dios que me infunde valor. De un momento a otro se apareci aquel repugnante rostro casi inclinado sobre mi, pero enseguida se alej. Yo: "En nombre de

  • Jess, te ordeno que me respondas: "Por qu rondas por aqu?". Ella: "Asesin a mi beb!". Yo: "Cmo te llamas?". Ella: "Margarita". Yo: "Mandar celebrar una S. Misa por ti y no te olvidar. No tienes necesidad de volver". Rec con ella y desapareci. Fue algo bien duro de soportar, pero sea como Dios quiera. Si vienesen de da sera ms fcil.

    El carpintero Miguel

    En el verano en A... vi tres veces a una mujer caminado en el pasillo de la cas de un lado para otro con una expresin inolvidablemente triste. Cuando la interrogu respondi: "Nadie reza por m!". A las dems preguntas se mantuvo en silencio. Hasta entonces ningn alma me haba dicho que yo deba rezar con ellas. Por eso la aparicin siempre duraba poco. Rezar es un alivio tambin para mi; despus de orar siento menos miedo.

    11 de Marzo (1923). Acababa de acostarme (eran las once de la noche) cuando de repente sent que algo entr. Pens que era mi hermana y por eso no encend la luz; poco despus supe que no era ella. Bajo la puerta estaba estaba Miguel el carpintero, un antiguo sacristn; no se cundo muri. Le dije de inmediato: "Entonces Miguel, "Qu es lo que quieres de m?". Al instante lanz un grito y desapareci. Ahora es a mi nio a quien debo cuidar. Ha empezado a venir cada noche, da miedo, porque uno no sabe que pueda ocurrir con l. Estuvo como media hora, de 4 a 4:30. Camina alrededor de la habitacin suspirando, la expresin de su cara es desagradable. Yo s que el Seor me ayudar.

    13 de Marzo. Lleg a las 11:30. Le dije: "El sbado se celebrar una S. Misa por ti, ya djame en paz! Qu hiciste? Responde de una buena vez!". l "Sacrilegio". Se puso a llorar. Yo: "Puedo ayudarte?". Afirm con la cabeza y desapareci.

    Muchos hombres y mujeres

    21 de Marzo (1923). Por la noche vino Vctor B..., me mir con tristeza y se fue sin responder a nada de lo que le pregunt.

    22 de Marzo. Me despert a la una y escuch decir: "Te gustara ayudar a estos como me ayudaste a m?". Encend la luz y me pareci haber visto junto a mi cama al Padre S...; no puedo decir con seguridad porque apenas le hice una pregunta, desapareci. En mi habitacin haba un montn de hombres y mujeres.

    Entre ellos tambin estaba Vctor; fue algo bien tremendo, mas se fueron rpido; no pude contar cuantos eran.

    23 de Marzo (de noche). De nuevo, se estuvieron largo tiempo, son diecisis. Conozco a cinco: Vctor, Mara M.., Perpetua R, aquel zapatero que viva diciendo "Ay Dios mo!", y Baptista B... Yo: "Si rezo por ustedes no tendrn que venir ms". Vctor respondi: "Tenemos que hacerlo!" Yo: "Quin lo quiere?" No hubo respuesta. Se quedaron un rato ms, todos me miraban; luego se fueron. Vienen todas las noches, pero no hay nada que hacer con ellos. Oro y despus de un rato se van.

  • 26 de Marzo. Solamente vieneron nueve, no conozco a ninguno. Pregunt: "Dnde estn los dems?". Pero no hubo respuesta*.

    *Nota. A las preguntas curiosas no hay respuesta. El lector se dar cuenta de esto en el transcurso del Diario.

    Ahora son nueve; vienen todas las noches. Ya no es tan pesado. Rezo y luego de un poco se van.

    29 de Marzo. Vinieron todos los diecisis. Uno de ellos [(Mujer)] se me acerc y me dijo: "Te lo agradecemos". Me extendi ambas manos pero no fui capaz de tocrselas. Le pregunt: "Para Pascua estarn en el Cielo?". Respondi claramente: "En la luz". No pudo decir nada ms. Luego se me acercaron todos, algo para nada cmodo, los roci con agua bendita y desaparecieron al instante. Es extrao que los diecisis usaban muy poco espacio, era un pequeo montn y, sin embargo, de distintos tamaos. La que me habl era bastante joven, me mir con rostro muy alegre; tena un traje negro, un pauelo blanco. Todos llevaban ropa de trabajo.

    El secretario Nicols

    Desde algn tiempo veo al secretario Nicols, que trabaj hace mucho con mi abuelo; slo lo veo en el primer piso dando vueltas por las habitaciones. Parece como si estuviera buscando algo, no he podido hablarle porque las veces que lo he visto no he estado sola.

    Estas noches de Pascua han sido muy terribles. Siento algo junto a m pero no veo nada; siento que caminan, que respiran, siempre cerca de m, incluso escucho murmullos y ruidos como si estuviesen llamando a la puerta. Esto causa ms angustia que si viera algo. Una vez comenz desde las once hasta las cinco de la maana, imposible dormir en estas condiciones. Me levant y me sent en el suelo pero el ruido sigui. Cuando pregunt: "No pueden hablarme?", algo me toc por detrs y me asust muchsimo.

    Babette

    21 de Abril (1923). Durante el rezo del Santo Rosario vi por segunda vez dos mujeres arrodilladas en la Iglesia; desaparecieron pero al rato volvieron. Ms tarde, al entrar en la iglesia con el Padre, tena la esperanza de que l tambin viese a las dos mujeres. Ellas estaban all, pero cuando quise hablarles, desaparecieron. Vi cuatro veces a Nicols; pas como de carrera cerca de m.

    Durante unos das tuve fiebre por la noche y no pude dormir, pero no vi, ni o nada. Han vuelto ahora que estoy bien.

    26 de Abril. A la una de la maana lleg la Ama de llaves, muerta hace un ao, de quien no s el nombre. Tena una expresin muy triste, no se qued mucho tiempo; iba de un lado para otro.

  • 27 de Abril. All estaba otra vez, se vea ms alto; me mir sin decir nada, no respondi a nada de lo que le dije. Lo he visto dos veces y como siempre parece estar buscando algo.

    29 de Abril. La Ama de llaves permaneci junto a mi desde las tres hasta las cuatro y media, muy afligida. Queria hablar, pero no fue capaz; no me agrada verla mucho porque todo el tiempo me mira con unos ojos tan abiertos. Vi las once columnas nebulosas.

    1 de Mayo. La encontr en mi cuarto cuando me dispona ya a dormir. Le ofrec un pauelo para que imprimiese la seal de su mano, pero no hizo nada.

    4 de Mayo. Ella vino dos veces durante la noche; se inclin sobre m, cosa que me desagrada demasiado. Tambin vi a Nicols. Le pregunt a la Amas de llaves* su nombre; volv a preguntar pero no me contest. Despus grit espantosamente: "Ba....e", estaba muy triste. Se alegra con el agua bendita (siempre llega totalmente alterada).

    *El Padre Sebastin Wieser conoci muy bien a la difunta (Brbara Z.) cuando estaba viva. Segn su descripcin, ella era soltera, aparentemente piadosa, pero muy histrica y sensual, quien escriba largas cartas a los sacerdotes y enga a uno de ellos con mucha sutileza. Con el tiempo tuvo un beb, que en menos de un ao muri.

    5 de Mayo. Volvi. Ahora s que se llama Babette. Estoy muy cansada. Por qu siempre tiene que permanecer tanto?. Su vestido se ve muy desgastado. Tiene algo en la boca pero no puedo ver bien qu es.

    9 de Mayo. Vino dos veces por la noche; tambin vi a los once.

    12 de Mayo. Me he encontrado todos estos das a Nicols en el pasillo, siempre muy contento.

    13 de Mayo. La Ama de llaves de nuevo aqu. Para nada agradable. Siempre se inclina sobre m. Su boca es repugnante, parece tenerla repleta de lceras; el labio inferior todo negro. Sus ojos son horribles; quisiera ayudarla pero no s cmo. Desea hablar pero no puede.

    14 de Mayo. Ella se dio la vuelta y abri la puerta que yo, a propsito, haba cerrado para ver su reaccin.

    15 de Mayo. Vi nuevamente a Nicols.

    18 de Mayo. La Ama de llaves permaneci junto a mi desde la 1 hasta las 3:30, me despert con un lamento. Por recomendacin puse la reliquia de la S. Cruz ante ella y le pregunt: "Ests condenada?". Respondi que no moviendo su cabeza. Luego le dije: "Te ordeno decirme qu es lo que quieres, no quiero verte ms!". Con una voz que casi no entenda: "Siempre enga... Prroco...". Le ped que repitiera pues no le encontraba sentido, pero abri la puerta y se fue.

  • 22 de Mayo. Lleg corriendo a la habitacin como cuando huyendo de algo; estaba muy perturbada y tena un aspecto que daba miedo. Le dije: "Te ordeno que me digas por qu sigues viniendo a m". Al instante se me acerc y me seal su boca. Me espant muchsimo. Luego desapareci.

    23 de Mayo. Estaba apenas durmiendome cuando ella lleg. Le dije: "Si no me dices ahora mismo qu es lo que quieres de m no volver a rezar por ti!". Se qued largo rato en silencio y despus empez a murmurar, no le entend nada. Yo: "Dime de una buena vez que clase de mentiras dijiste!". Se me acerc y dijo claramente: "Tengo que sufrir, he mentido mucho, he difamado, dcelo al Prroco!". Yo: "Por qu no vas t misma y se lo dices?". No respondi nada.

    24 de Mayo. Vino totalmente distina, irreconocible. Yo estaba tan asustada; puse la reliquia de la S. Cruz frente a ella y le grit: "Te lo ruego, no vuelvas ms, recibirs una S. Misa!".

    Vi de nuevo a las dos mujeres en la Iglesia.

    La mujer en el gallinero

    28 de Mayo. Vi una mujer en el gallinero que buscaba algo entre un montn de ramas. Pens que era un mendigo y fui a ella. Se me acerc un poco y de un momento a otro desapareci en el aire. Por la tarde se me acerc un hombre con una mochila, durante La Corona de las Cinco Llagas, como esos mendigos que buscan alimentos.

    Otro da vi a las dos mujeres arrodilladas en la Iglesia. Enseguida lleg una mujer (viva) al mismo banco. Como no estaban muy lejos pude ver bien que aquellas dos eran como un velo y no ocupaban espacio.

    29 de Mayo. La mujer estuvo de nuevo en el gallinero pero por poco tiempo.

    Cerca a la liberacin

    30 de Mayo. Estaba ayudando a las Hermanas en el Hospital a preparar las flores. Tan pronto como estuve sola entr Benito y se me acerc. Lle dije: "Benito, estars pronto en el Cielo?". Un gesto afirmativo. Yo: "Y siempre ests por aqu?". De nuevo el movimiento con la cabeza. Tena un aspecto muy agradable, como cuando viva. Llevaba el delantal azul y su camisa de mangas de siempre. Me mir, luego sali por la puerta y desapareci.

    Gracias a Dios no ha vuelto la Ama de llaves. He podido dormir bien.

    31 de Mayo. Durante la procesin del Corpus Cristi, cuando nos arrodillamos ante el altar cercano a la casa del carpintero Fischer, vi salir a Miguel, otro carpintero. Tena un aspecto muy diferente de como lo haba visto antes: sus ojos demostraban mucho gozo e irradiaba luz, pareca como envuelto en un pauelo blanco. Durante el Evangelio estuvo de pie justo

  • en frente mo. No entiendo por qu los dems no notan nada. Permaneci casi hasta el final y luego, dando una seal de despedida, se fue entre la gente.

    4 de Junio. La mujer estuvo de nuevo en el gallinero. Tiene el rostro muy triste. Por la noche hubo un poco de ruido, mas no veo nada. Se sienten pasos y crujidos sobre el suelo y en los muebles. Prefiero poder ver algo.

    7 de Junio. Vi nuevamente a la mujer en el gallinero. Me mir con ojos alegres. Nunca la vi tan bien. No pude hablar con ella. He escuchado los mismos ruidos en las dems habitaciones y en las paredes.

    Federico, el pastor asesinado

    11 de Junio (1923). Al despertarme, se inclin sobre m una figura alta y oscura, toda envuelta en niebla; no sabra decir si era hombre o mujer. Nada agradable. Me asust mucho. No he vuelto a escuchar aquel ruido.

    14 de Junio. Encontr al fantasma de nuevo en mi habitacin cuando fui a dormir. Empec a rezar en voz alta y se vino junto a m. Si no fuera porque tiene brazos dira que parece un rbol del bosque. Permaneci como veinte minutos y se fue; volvi a las cuatro.

    16 de Junio. Fue algo muy duro. Me sacudi por los hombros. Fue un momento terrible. Le di un puetazo y le dije: "T no puedes tocarme!". De inmediato se fue a un rincn. Cuando le di el puetazo no sent nada corpreo, era como un pauelo mojado en agua caliente. No creo que sea capaz de soportar con frecuencia tales sustos.

    18 de Junio. De nuevo aquella cosa monstruosa. Intent estrangularme. Tuerce sus ojos. En mi angustia oraba. Tom mi reliquia de la S. Cruz. De repente se puso frente a mi, gigantesco. A mis preguntas no respondi; luego sali por la puerta, dejndola abierta.

    19 de Junio. Ahora s que se trata de un hombre. Se estuvo un rato.

    Volv a ver las dos mujeres en la Iglesia; parecen ser de otra poca. Les pregunt si tal vez haban robado velas; no respondieron nada.

    21 de Junio. El monstruo permaneci por ms de una hora; se la pasa dando vueltas. Tiene pelo lanudo y negro, y ojos que me producen horror y espanto.

    Tambin vi la mujer sentada en el gallinero. Se ha vuelto ms agradable, pero no dice nada. Mientras la miraba sucedi algo extrao: un gato se acercaba a ella y, de un momento a otro, salt a un lado como espantado, como si hubiese sentido a la mujer.

    Me puse contenta, pues al menos el gato los ve como yo*!

    *Es un hecho que los animales demuestran miedo a ciertos lugares donde han ocurrido apariciones. Fue conocida la cierta y comprobada aparicin en el patio de la Iglesia

  • donde el perro evitaba la parte alta de una escalera, sobre la cual Eugenia tuvo ms de una aparicin. Mientras este, por lo general, segua a su dueo por todas partes.

    Nota del traductor [al italiano]: En A. F. (TN), donde yo fui Prroco durante 22 aos, se escuchaban ruidos por la tarde y por la noche, slo por algunos cortos periodos tiempos cesaban. Una tarde, estaba en la cocina con mi sobrino y dos gatos que dorman en el calentador del horno, eran aproximadamente las nueve y treinta; se escuch un ruido afuera y luego se sacudi muy duro la manija de la puerta de la cocina. Los dos animales, casi volando, se fueron muy espantados hacia el tico. Afuera no haba nada, no fue ninguna imaginacin!.

    22 de Junio. Permaneci cerca de m en mi habitacin desde la una hasta las cinco, fue algo muy duro. Se inclin varias veces sobre m y luego se sent en mi cama. Hasta llor de terror y angustia. Luego para no verlo ms, me puse a recitar la oracin de las Horas del Oficio Divino. Se me alej y empez a suspirar pavorosamente. Ahora se me presenta un poco ms reconocible, pero no se quien es. Siento mucho miedo, a veces tengo que hacer un verdadero esfuerzo para caminar por mi habitacin. Sin embargo, el resto de tiempo puedo descansar y dormir bien.

    24 de Junio. l regres nuevamente y me tom por los hombros. Le dije: "Dime lo que quieres y no vuelvas ms!". Ninguna respuesta; volvi a correr por la habitacin y luego se fue. No pude tranquilizarme. Retorn a las seis de la maana. De da produce an ms miedo. Se resiste a la lucha; es un alma de las ms miserables que han venido hasta ahora. Le dije: "No me molestes, debo prepararme para la Sagrada Comunin!". Se me acerc y alz las manos suplicando. Sent tanta compasin, que le promet muchas cosas; luego le dije: "No puedes hablar?", neg con la cabeza, "Sufres mucho?", gimi terriblemente; lo roci con agua bendita y desapareci.

    27 de Junio. Vino de nuevo por la noche, creo conocerlo; me parto la cabeza pensando en quin podra ser. No es para nada simptico.

    28 de Junio. Nuevamente vi las dos mujeres en la Iglesia.

    29 de Junio. Cuando iba a dormir, lo encontr de nuevo en mi habitacin. Puede que sea Federico, el pastor asesinado. De inmediato se lo pregunt, pero no reacciona. Or con l, luego me mir tan serio que sent mucho miedo. Le rogu que se fuera y realmente me hizo caso.

    30 de Junio. Estuvo poqusimo tiempo, me despertaron sus sollozos. Su cara es tan negra que en verdad me es muy difcil reconocerlo. Sin embargo: la estatura, la nariz, los ojos: es l. Yo lo vi muchas veces cuando estaba vivo.

    2 de Julio. Vino de nuevo, pero ya no tena ese aspecto tan feo y duro, no se estuvo mucho tiempo. Lo llam como "Federico el pastor", cosa que encontr, al parecer, muy natural.

    3 de Julio. Slo estuvo unos minutos. Le pregunt: "Eres Federico, el pastor asesinado?", dijo muy claramente: "S!".

  • 4 de Julio. Vino a m por la maana, me mir con tristeza y se fue. No me di ninguna respuesta.

    5 de Julio. Tuve la impresin de que estaba como resplandeciente. Durante la oracin hizo la seal de la cruz.

    6 de Julio. Estoy muy contenta porque al fin pudo hablar. Le pregunt: "Por qu siempre vienes a m?". l: "Porque siempre has rezado por m" (Era cierto, pues siempre sent compasin de ese pobre Cristiano. De nio era muy estrao). Yo: "Qu cosa te ha salvado?". l: "Reconocimiento y arrepentimiento". Yo: "Entonces no moriste inmediatamente?". l: "No". Yo: "Saldrs pronto del Purgatorio?". l: "Falta mucho, mucho!". Le dije que entonces poda seguir viniendo si le haca bien. Es interesante que alguien, bruto en vida, hable de esa manera cuando ha dejado su cuerpo*. Ahora no le tengo miedo. Deseo ayudarlo con todo mi corazn. Qu misericordioso es Dios!.

    *El Padre Sebastin Wieser seala: "La conducta de esta pobre alma es como un eco de su vida terrena. Conoc muy bien al pastor Federico: "Era una oveja en la parroquia". Describirlo no interesara a nadie. Hablamos de l porque nos sirve como instruccin. En l se realizaron las palabras de la Escritura: "El rbol que cae al sur o al norte, en el lugar donde caiga, all queda" (Eclesiasts 11,3) . Pero al final de su vida se le manifiesta la gran misericordia de Dios. Raramente iba a la Iglesia. Slo tuvo un hijo que en la escuela era conocido como falso y mentiroso; les dio muchos dolores de cabeza a sus superiores.

    Si el joven era castigado en la escuela, el pap, por el enojo, tiraba los cuadernos hacia el maestro y el Prroco. Le advert que algn recibira una paliza de este mismo hijo!. A los diecisiete aos este hijo, ya mayor, cerca de la medianoche, asesin a su propio padre y fue condenado a muerte. El pastor Federico entr en la eternidad vctima de una tragedia familiar. Nadie supo si haba muerto instantneamente o si pudo haberse arrepentido. Ahora sabemos que no muri en el acto. El chico lo haba abandonado en el granero a su suerte. Una maana encontraron al pobre hombre ya fallecido. Volvamos de nuevo "al muerto del pelo desgreado, negro y ojos que infundian terror" no reconocible sino hasta el 27 de junio. Y desde entonces, su figura fue ms clara y luminosa y el 6 de julio dijo que no haba muerto al instante, que "el reconocimiento y el arrepentimiento de sus pecados" lo salv de la condenacin. El 12 de Julio dijo: "Estoy ardiendo!", presion su dedo en la mano de la princesa dejndole una quemadura roja, como de sol, que yo mismo vi.

    8 de Julio. Vino slo por un momento.

    9 de Julio. Eran las seis de la tarde, me di un puetazo por la espalda y asi me despert, de lo contrario habra seguido durmiendo. Yo: "Te interesa tanto que yo vaya a Misa?". l: "As puedes ayudarme mucho".

    11 de Julio. Estuvo pero slo poqusimo.

  • 12 de Julio. Hemos orado juntos, luego: "Qu es lo que tienes que sufrir?". l: "Estoy ardiendo!". Al instante se me acerc y sin darme tiempo de reaccionar presion su dedo en mi mano. Me espant y me hizo tanto dao que llor. Ahora tengo una mancha roja, que espero se me desaparezca pronto. Es una cosa y una sensacin del todo inslita y excepcional, tener esta seal del otro mundo*.

    *Existen varios libros que hablan de marcas de fuego dejadas por las almas del purgatorio, ver libro "Viven los muertos?" ["Vivono i morti?"], famoso libro de devocin en el cual se muestra la marca de una mano impresa en fuego, la cual haba atravesado varias hojas.

    Son abandonados

    15 de Julio (1923). Esta noche, despus de un breve descanso, ha vuelto. Le dije que no me volviera a tocar porque si lo haca no volvera a rezar por l. Tambin le dije que se fuera de una vez al Seor Prroco.

    18 de Julio. Me encontr con que ya estaba en mi habitacin cuando me diriga a dormir. Me pareci que junto a el haba otra figura, pero no estoy segura. Ahora reza siempre conmigo; hay algo que murmura cerca de m. No respondi a nada de lo que le pregunt.

    21 de Julio. Efectivamente son dos, pero no puedo ni imaginarme quien sea el otro. Horrible, sucio, despeinado, no habla. Vi a las dos mujeres en la Iglesia, me arrodill a su lado, pareca que ya no haba lugar para m. Se mantuvieron mirndome pero no les pude decir nada porque estaba rezando el rosario. Vi la mujer en el gallinero, por fin habla, se llama Adelgonda. Tiene una apariencia elegante y me mira amablemente. Lleva un vestido. Se ve un poco anciana. Cuando le pregunt que cosa quera de m, respondi: "Rezar!".

    24 de Julio. El pastor Federico y el otro vinieron dos veces durante la noche, en silencio, pero no del todo agradable.

    29 de Julio. Nada especial. Ambos han venido cada noche. El nuevo tiene un aspecto espantoso. Federico se vuelve cada vez ms claro. Al preguntar cuantas veces lleva rondando, Adelgonda respondi: "Tres veces ochenta". Ahora s que la segunda figura es G*, quien muri hace algunos aos de viruela, cuando le pregunt a Federico algo al respecto, me respondi: "Nos vemos!". De nuevo se acerc y rpidamente escond las manos.

    *G... fue reemplazado por el Padre Sebastin Wieser y sepultado por este. Muri por viruela negra (tifus negro).

    4 de Agosto. Estuvieron un momento. Pregunt por qu G... vena a m. Respuesta: "l te busc".

  • 9 de Agosto. No he tenido paz en toda la noche, han estado viniendo. G... da bastante miedo, le rogu que me dejara en paz. Luego Federico dijo: "Ofrece sacrificios por nosotros". Ahora me avergenza el haber tenido un corazn tan duro.

    10 de Agosto. Federico se acerc bastante a m, pero tena un rostro tan bello, tan amable, que le pregunt: "Ya no debes sufrir tanto?". l: "No". Yo: "A dnde irs?". l: "Al abandono!". Yo: "Volvers nuevamente a m?". l: "No". Yo: "Por qu no?". l: "No puedo ms". Yo: "Pude servirte de ayuda?". l: "S". Luego desaparece. G... se qued, cosa que para m no es nada agradable. Suspira y me mira de una forma tan detestable. Sin embargo, si puedo ayudarle, estar contenta.

    Se me olvidaba anotar que en el hospital vi dos veces a la que anteriormente fue superiora. Tena un rostro muy triste.

    11 de Agosto. G... vino dos veces por la noche. No responde a nada. No puede estarse ni un momento quieto, se la pasa corriendo por la habitacion. Cunto lamento que el pastor Federico no venga ms, despus de todo el era como una especie de defensa para m. G... me es muy desagradable, pero de veras deseo ayudarlo.

    Nada mejor, estoy acostumbrndome a estos huspedes no invitados y despus (cuando se van) puedo dormir en tranquila.

    12 de Agosto. Poqusimo.

    "Soy feliz"

    13 de Agosto (1923). Tuve una gran alegra. Mientras recoga las grosellas, de repente, vi a la vieja leadora* a mi lado. Yo: "Oh querida leadora, no me has olvidado!, Cmo ests?". Ella: "Soy feliz!", y desapareci. Fue una aparicin realmente agradable. Nos habamos reunido tantas veces en el jardn. Una vez me dijo: "Cierto es que dar un paseo ms por este jardn". Remos juntas y le dije: "Vuelve una vez ms a verme". Y pudo hacerlo en verdad!.

    *El Padre Sebastin Wieser dice de ella que estuvo enferma por aos y se haba purificado por medio de los dolores. Un dulce consuelo para tantas personas sencillas, que adems de sus preocupaciones por causa de su humilde condicin de vida, tambin tienen que sufrir mucho. El amor de Dios las rodea. Ella era quien provea madera para encender las estufas y luego prenda las luces del castillo.

    Un caballero con su armadura de gala!

    14 de Agosto. Lo vi arrodillado en la Iglesia delante del altar con su armadura. Al principio pens que era una ilusin. Para poder verlo mejor me sal del Oratorio pasando por su lado. Se dej observar un momento y luego desapareci.

    G... es mucho para m, terriblemente inquieto.

  • 17 de Agosto. G... de nuevo aqu, ahora es ms atento cuando rezo.

    19 de Agosto. Nuevamente dos veces por la noche. Ahora l golpea cuando me encuentro en el Oratorio, pero voy a la puerta y no veo a nadie.

    20 de Agosto. Volv a ver al caballero de pie cerca del altar: tiene la estatura de un gigante. Tal vez sea el hombre que est enterrado en el coro de la Iglesia, que fue encontrado cuando se hizo el piso nuevo y tena un esqueleto extraordinariamente grande.

    23 de Agosto. Fue una noche muy incmoda. Saba que G... estaba aqu porque la luz elctrica no funcion. Lo escuchaba y senta su presencia pero no vea nada. Fue algo tremendamente angustioso. No tuve ni el valor de levantarme a prender los fsforos. Al cabo de una hora me di cuenta que se haba ido, y esto ms por intuicin que por haberlo escuchado. Esto tambin es algo totalmente nuevo.

    24 de Agosto. Nuevamente el golpe en la puerta. Cuando miro afuera no hay nadie. Luego escucho aquel ruido de nuevo, cosa que me molesta, no me deja estar en paz.

    G... estuvo aqu un poco ms de lo habitual; durante las letanas me acompa con atencin. Est un poco mejor, ya no se ve tan oscuro.

    30 de Agosto. Siempre lo mismo. El ruido en el Oratorio; a menudo se vuelve insoportable, llamar y golpear. El caballero s lo puedo ver casi todos los das. En la capilla del Hospital* vi a la Hermana Sor Edvige.

    *Waal tiene un pequeo Hospital donde Sor Edvige fue Superiora.

    2 de Septiembre. Cuando regresaba del jardn vi a G... de pie, que me miraba desde la ventana. Me turb mucho y tuve miedo de entrar a la habitacin, por fortuna estaba vaca!.

    6 de Septiembre. Por fin G... habla. Yo: "Dime de una vez!, Qu quieres de m?". l: "Ayuda!" Yo: "Por qu sufres?". l: "Pecados no expiados". Yo: "Pero y por qu slo vienes a m?". l: "Porque el camino hacia ti est libre". Yo: "Qu quieres decir con "libre"?". Desgraciadamente no obtuve respuesta o, de otro modo, podra obstruirlo.

    7 de Septiembre. Vi a G... frente a su casa. Ahora verlo no produce tanto miedo. Se va volviendo ms agradable. No puedo explicarme por qu lo ayudo tan poco. Retiro las palabras que dije ayer, no quiero obstruirle el camino, incluso si pudiera. Sera terriblemente egosta si lo hiciera; antes bien, tendra que estar feliz de poder ayudar un poco.

    Dos hermanas que dieron escndalo

    8 de septiembre. Fue un da realmente aterrador. Despus de tanto tiempo volv a ver a "Los Once", ahora tienen una apariencia algo ms humanada. Luego vi al caballero y a las dos mujeres en la Iglesia, que por fin me han respondido. Yo: "Por qu siempre estn

  • aqu?". Ellas: "Porque dimos escndalo". Yo: "Quines eran?". Ellas: "Somos hermanas" y desaparecieron. Tenan una cara abominable. Sus ojos penetran como puales.

    En el corral de las gallinas estaba Adelgonda: las gallinas la han visto como yo, volaron asustadas. De cerca no se ve tan vieja, como cre. Tena algo en la mano que pareca ser un cuchillo, pero no estoy segura.

    Cuando veo tantas figuras en el da vivo ms con ellas que con quienes me rodean. Este "ver" no es tan fcil de olvidar, es difcil no hacerlo notar a los dems, a veces hago un verdadero esfuerzo y me canso espiritualmente.

    9 de Septiembre. Apoyado en la cerca de la plaza de armas vi al viejo Henrique; me asust mucho porque estaba muy cerca de m. Tena un aspecto horrible. Slo espero que se mantenga alejado de m.

    G... estuvo mucho tiempo conmigo en la noche. Primero rezamos y luego habl. Yo: "Qu cosa puede serte ms til, que debo hacer?". l: "Ir a la S. Misa". Yo: "Ya has visto al buen Dios?". l: "S". Yo: "Lo ves todava?". l: "No". Yo: "Por qu no?". l: "Impuro!". Yo: "En qu consisten tus dolores?". l: "Fuego!" (Pudo ser que quisiera decir ms pero solamente se le escuchan murmullos). Yo: "Sabes dnde est Federico, el pastor, que no ha vuelto a verme ms?". l: "No" y desapareci.

    13 de Septiembre. Vino slo un momento. Nuevamente vi al caballero en la Iglesia.

    15 de Septiembre. "Los Once" pasaron cerca de m; me parece que tienen figura de mujer, pero an estn envueltos en la niebla.

    Ta Mara Sch...

    16 de Septiembre. Cuando por la tarde iba para la biblioteca a buscar un libro, me encontr repentinamente con la ta Mara Sch..., estuvo de pie frente a m, me sonrea amablemente. Yo: "Ests bien?". Ella: "Te lo agradezco". Luego hizo un gesto de despedida y desapareci. Me llen de alegra. Qu maravilloso que los viejos amigos vuelvan. Por estos das, humanamente hablando, he estado muy solicitada y muy alegre, no he podido pensar en aquella visita que tuve en la biblioteca.

    Muchos ruidos en el Oratorio y siempre aquel "Tuc, tuc!", pero no veo nada.

    19 de Septiembre. G... estuvo bastante tiempo aqu, ahora totalmente resplandeciente. Yo: "Dime, Por qu el camino est libre hacia m?". l: "T nos atraes!". Yo: "Y cmo?". l: "Con el alma". Yo: "T la puedes ver?". l: "S". Yo: "Pero no estoy del todo contenta de que vengan a m, id ms bien a otras personas ms buenas!. l: "No vendr ms porque los dems estn esperando". Yo: "Ests mejor ahora?". l: "S". Me mir con una gran sonrisa y desapareci. Y ahora qu podr suceder an?. Confieso que tengo miedo porque: cunto se desea al principio [de la aparicin] que la pobre alma no se vea tan espantosa!. Pero vemos que tiene que ser as.

  • Adelgonda, la madre asesina

    21 de Septiembre. Adelgonda vino a m en el piso de arriba. Efectivamente, tena un cuchillo en la mano; ella rez conmigo. Yo: "Por qu tienes un cuchillo en la mano?". Ella: "Mi hijo". Yo: "Cmo puedo venir en tu ayuda?". Ella: "Dame tu mano!". Me asust tanto que no fui capaz. Soy tan malvada, ahora me arrepiento mucho. Se fue inmediatamente. Debo vencerme si regresa; sin embargo es algo tan duro, s bien cunto ardera mi mano!.

    "Los Once" y el caballero son como calmantes para los nervios. A menudo en la puerta y en las escaleras del Oratorio aparece una niebla tan espesa que no puedo ver nada. No s si tiene algo que ver con el ruido. Los ruidos son siempre igual de fuertes, pero lamentablemente otros no sienten nada.

    Vi nuevamente a Nicols en la habitacin donde estbamos todos reunidos, pareca estar muy alegre.

    23 de Septiembre. Adelgonda estuvo aqu; de nuevo quera tomar mi mano pero no soy capaz de drsela, todo dentro de m se me rebela.

    27 de Septiembre. Ella estuvo de nuevo aqu, me parece ms y ms repugnante, incluso cuando est lejos de m; sus ojos me persiguen.

    30 de Septiembre. Se qued conmigo por casi dos horas, fue muy duro. Vi al caballero arrodillado en la Iglesia cerca del altar durante la Santa Misa, estaba entre la gente.

    2 de Octubre. Adelgonda contina atormentndome, corre furiosa alrededor de la habitacin y me mira con ojos de fuego, mira mi mano. Siento tanto miedo, todava no he sido capaz de vencerme.

    4 de Octubre. Le pregunt qu cosa quera de m. Respondi: "Tu mano". No pude drsela. Rec con ella, pero le era indiferente. Le pregunt dnde haba enterrado a su hijo, si haba podido confesar su pecado y otras cosas. Ninguna respuesta. No puedo describir el espanto que sent delante de ella.

    5 de Octubre. Al despertarme me encontr con que estaba sentada en mi cama, pero permaneci slo un momento.

    6 y 7 de Octubre. No vino y me sent bastante mal, sin embargo, esta vez si la estuve esperando.

    8 de Octubre. Gracias a Dios he conseguido vencerme. Ella vino y le pregunt: "Cmo puedo ayudarte?". Ella: "Dame tu mano!". Entonces extend las dos manos. No se puede explicar qu lucha cuesta esto a la naturaleza. No me quem, pero sent que me atravesaba. Las retir de inmediato, me pareci demasiado. Luego dijo: "Ya no vengo ms!" y desapareci.

  • Las apariciones de las mujeres me resultan mucho ms aterradoras que las de los hombres. Lo que me llam la atencin en Adelgonda fue que todo le colgaba en jirones, sin embargo, tena un vestido completo. Nunca haba visto algo parecido.

    Ahora deseo algo de tranquilidad, me siento tan cansada que hasta me quedo dormida de pie. El ruido en el Oratorio va mejor, slo de vez en cuando.

    Tuve sentimientos demasiado mundanos y materiales

    12 de Octubre. Mientras estaba sentada en el escritorio, en pleno da, fui rodeada de una espesa niebla y humo inodoro; ya no poda ni distinguir las pinturas de las paredes. Pregunt si eran "Los Once" pero no hubo respuesta. Luego roci con agua bendita y todo se esclareci de nuevo.

    Volv al caballero en la Iglesia. Sal del Oratorio y le pregunt: "Puedo hacer algo por ti?". Sigui orando sin prestarme atencin. De cerca tiene un aspecto agradable en su esplndida armadura, como una pieza de museo. No soy lo suficientemente competente para determinar de qu siglo sea. Tengo tanto miedo de que todava me ocurran cosas peores. Sin la S. Comunin no podra resistir.

    13 de Octubre. He pasado una noche muy agitada. En el Hospital vi a la Hermana Edvige y habl con ella en la escalera. Yo: "Por qu ests siempre aqu?". Ella: "Yo estaba demasiado apegada a la tierra". Luego entr en la despensa. Ya no se ve tan triste.

    15 de Octubre. "Los Once" pasaron junto a m como volando, no responden nada. Durante la noche estruendos horribles; ahora hay tres figuras irreconocibles.

    17 de Octubre. Nuevamente durante el da esa niebla alrededor mo, pero la inconfundible sensacin de que ah hay algo.

    19 de Octubre. Escuch un grito junto a m, me despert sobresaltada. Luego una confusin de ruidos con aquella niebla.

    20 de Octubre. Hay aqu una figura.

    21 de Octubre. Las figuras nebulosas corren de arriba para abajo, no s que hacer con ellas, saltan alrededor, incluso mientras rezo.

    No s como describirlas exactamente. La palabra "niebla" no es la ms correcta, son ms bien como vapor. Sin embargo no hay nada que temer, slo son antipticos. Se parecen a "Los Once", pero algo ms oscuros.

    Vi de nuevo al caballero. Es de una clase de espritu que no he visto hasta ahora. Tiene un hermoso aspecto de felicidad; contina rezando sin moverse.

    25 de Octubre. Mucho ruido, casi insoportable.

  • Catalina!

    27 de Octubre. Ahora reconozco a una mujer pero todava algo oscura; es muy inquieta.

    28 de Octubre. La mujer es muy horrible, especialmente su boca toda hinchada y negra. Da la impresin de estar furiosa y amargada; est envuelta en una especie de harapo oscuro.

    29 de Octubre. Por la tarde la encontr en la habitacin, sus ojos me persiguen; no poda hablar.

    30 de Octubre