Mirando Al Sur

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  • 3Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

    Migraciones: Mirando al SurEntrecruzamientos culturales en las migracionescentroamericanas

  • creativecommons

    D.R. 2010Agencia Espaola de Cooperacin Internacionalpara el Desarrollo AECIDInstituto Nacional de Migracin INM

    D.R. Centro Cultural de Espaa en MxicoGuatemala 18, Col. Centro Histrico Del. CuauhtmocMxico, D.F., 06010www.ccemx.org

    D.R. Instituto Nacional de Migracin/ Centro de Estudios MigratoriosHomero 1832, Col. Los MoralesDel. Miguel HidalgoMxico, D.F., 11510www.inm.gob.mx

    Derechos reservados conforme a la ley

    Coordinadoras de la obraMaryana Villanueva OrtizSandra Amelia Cruz Rivera

    Diseo y formacinTaller de comunicacin grfica

    Primera edicin, julio 2010

    ISBN: 978-607-7858-01-0

    IMPRESO EN MXICO | PRINTED IN MEXICO

    Migraciones: Mirando al SurEntrecruzamientos culturales en las migracionescentroamericanas

    Licencia Creative Commons 2.5 Mxico Reconocimiento(Attribution): Debe reconocer los crditos de la obra de la manera especificada por el autoro el licenciatario.

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    LICENCIA CREATIVE COMMONSAtribucin 2.5 Mxico

    CCCC

  • Prefacio

    Introduccin

    Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontes culturales a partir de lasmigraciones en Costa RicaALEXANDER JIMNEZ MATARRITA

    Manifestaciones identitarias de la migracin en Nicaragua: imaginarios y discursosADRIANA PALACIOS, WILLIAM MONTANO, CARLOS SOSA,CLAUDIA ZUSER Y JOHANNES KRANZ

    Un pie aqu y otro all.Los migrantes y la crisis de la identidad salvadorea MIGUEL HUEZO MIXCO

    Migraciones hondureas: Transformaciones,influencias e intercambios culturalesNELSON MEJA Y NORA SAGASTUME

    El impacto cultural de las migracionesguatemaltecas a EEUU: una primera aproximacinSILVIA IRENE PALMA C.

    Migraciones centroamericanas en el estado de Chiapas y sus impactos socioculturalesMANUEL NGEL CASTILLO Y MNICA TOUSSAINT

    Fenmeno migratorio en Campeche. Una primera aproximacin a su dimensin culturalLUIS A. ARRIOLA.

    Tabasco: la frontera vertical y las huellas culturales de las migracionesLVARO ARMANDO GONZLEZ GONZLEZ

    Ro Hondo, profunda la indiferencia. Percepcinsociocultural de la migracin en Quintana RooSANDRA AMELIA CRUZ RIVERA

    Son como fantasmas, estn pero no se ven:Central American Arts and Artists in MiamiKATRIN HANSING, ALEX STEPICK Y RICHARD GIOIOSO

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  • El Instituto Nacional de Migracin (INM), consciente del tri-ple papel que juega Mxico como pas de origen, trnsitoy destino de la migracin, requiere de la implementacinde acciones y esfuerzos interinstitucionales encaminadosal bienestar de las y los migrantes. La coordinacin entre lasinstancias encargadas de manera directa o indirecta enla gestin, atencin y respeto a los derechos fundamenta-les de las y los migrantes, debe estar orientada entre otrasa la difusin, sensibilizacin, capacitacin y formacin, ascomo la instrumentacin de modelos de atencin y depoltica pblica en la materia. Sin hacer distincin por moti-vos de raza, sexo, idioma o religin, objetivos primordialesen los que coincide el Instituto y la Agencia Espaola deCooperacin Internacional para el Desarrollo (AECID).

    Estamos convencidos de que el fomento culturalentre los migrantes abre oportunidades para el dilogo yel entendimiento de la visin de los diversos pases. Lascostumbres y grupos sociales plasmados en el arte, letras,pintura, tradiciones y costumbres son la base de todo movi-miento migratorio. Por ello, nos parece pertinente promo-ver el arraigo cultural para edificar la ideologa de una vidadigna y plena, en un marco de seguridad y respeto.

    La participacin de los organismos nacionales e inter-nacionales y para el INM, ha sido y ser cada vez ms impor-tante para la construccin de acuerdos, para mantenercondiciones favorables para el desarrollo de sus programasen beneficio del Instituto y de las y los migrantes, salvaguar-dando ante todo el respeto a sus derechos humanos.

    La AECID, tiene como objetivo profundizar en elconocimiento de la dimensin cultural del fenmenomigratorio, de forma que diseen y adecuen polticas cul-turales, que incluyan el respeto y entendimiento por lasidentidades diversas que se conjugan y entrecruzan en

    las fronteras, y que obligan a pensar en la nueva construc-cin de espacios sociales. Inquietud que lleva a generar diag-nsticos comprensivos que permitan entender todas lasintersecciones entre la cultura y el proceso migratorio ensus diferentes etapas: desde las comunidades de origen,pasando por los lugares de trnsito, de destino y retorno.

    Asimismo, la AECID a travs de los Centros Culturalesde Espaa en Mxico y diversos pases, como parte delProyecto Migraciones: Mirando al Sur, tiene como uno desus objetivos principales, conocer el fenmeno social queproduce las migraciones centroamericanas, principalmen-te cmo se modifican, pierden, transforman o conservanelementos culturales en la sociedad de origen de la pobla-cin migrante y en las sociedades de acogida.

    El desarrollo de programas culturales sensibles y efi-caces, ayudar a promover una cultura migratoria innova-dora y rica en costumbres, ideas y tecnologas que incidirnen el desarrollo sustentable del pas. Es decir, el intercambiocultural, la sensibilizacin y formacin con actividades cul-turales y recreativas para las y los migrantes, robustecernlas posibilidades de reinsercin tanto en su lugar origencomo en el pas de acogida.

    Por ello, la unin de acciones y esfuerzos entre laAECID y el INM cada vez es mayor y ms slida, en dondela investigacin, recoleccin de estudios, anlisis y ensa-yos provocarn un enriquecimiento cultural, innovador ehistrico, con coediciones relevantes y trascendentes.

    El plasmar vivencias, experiencias, relatos, costum-bres, ideologas de las y los migrantes que traspasen fronte-ras es la esencia del cambio de cultura del tema migratorio.

    Instituto Nacional de Migracin, diciembre 2009

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    IntroduccinMigraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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    La Agencia Espaola de Cooperacin Internacional para elDesarrollo (AECID) ha reunido a los Centros Culturales deEspaa de Centroamrica, Mxico y Miami, para desarro-llar el proyecto de investigacin Migraciones: Mirando alSur. El origen de esta iniciativa surgi ante la identificacinde la problemtica, no slo econmica y poltica que existeen la frontera de Mxico con Centroamrica, sino tambinlos fenmenos culturales que se originan tanto en el tra-yecto y el cruce, como en el trnsito y el establecimientode los migrantes en distintos puntos de su recorrido.

    Estas investigaciones, a diferencia de otras en sugnero, tienen la particularidad de acercarse al fenmenomigratorio desde la perspectiva cultural tomando comoeje los movimientos migratorios centroamericanos. En estosxodos y desplazamientos, los elementos culturales se ventransformados, procesados y reinterpretados, por lo quese consider necesario elaborar diagnsticos que refleja-ran esa parte del fenmeno.

    Surgen as preguntas como existe la cultura de lamigracin o la migracin de la cultura? Cules son aque-llas prcticas culturales que los migrantes construyen deforma espontnea en estas movilizaciones de sur a norte?De qu forma mantienen la memoria colectiva de supas de origen a lo largo de su trayecto? Se reconfigura,de qu forma?

    Cada regin responde a elementos y contextos dis-tintos, las dinmicas culturales tambin migran. As, porejemplo, en los informes de Centroamrica se refleja elinicio, el origen de muchas de las disporas hacia el norte:

    Alexander Jimnez Matarrita, catedrtico de Historiadel Pensamiento en la Universidad de Costa Rica, nospresenta algunos cambios que la sociedad costarricenseha tenido a partir de las migraciones (hacia Costa Rica ydesde Costa Rica) vistos a travs de los mbitos institucio-nal, poltico y legal. Nos menciona como en la construccin

    de relatos identitarios de este pas estn intrnsecamenteligados los aportes, tanto de nacionales como de extran-jeros. A partir de ello, los elementos culturales se mani-fiestan de mltiples formas en el fenmeno migratorio deeste pas. Conocer los alcances y vacos sobre la investi-gacin migratoria en Costa Rica fue uno de los principalespropsitos del autor.

    En el apartado de Nicaragua, se presentaron cua-tro estudios de caso de distintos ejes temticos mostran-do algunas manifestaciones particulares del temamigratorio nicaragense. Adriana Palacios, investigadoratitular en el Instituto de Estudios Interdisciplinarios/Fundacin Casa de los Tres Mundos, aporta un artculosobre las formas de reconstruccin identitaria nicara-gense a partir del discurso de los migrantes en la comu-nidad de La Carpio.

    William Montano y Carlos Sosa como investigadorestitulares en la misma institucin contribuyen con un estudiosobre los discursos y prcticas transfronterizas de los pobla-dores de El Castillo para identificar modos de supervivenciamigratoria. Por su parte, Claudia Zuser, investigadora de laUniversidad de Viena, Austria (quien colabor en el ICI de2005 a 2006) aborda parte de la visin psicolgica culturaly social, poniendo especial inters en las metforas de hablacotidiana y su funcionalidad en la construccin del conoci-miento. Por ltimo, Johannes Kranz, director del Institutode Estudios Interdisciplinarios/Fundacin Casa de los TresMundos toca el tema a partir del testimonio de cuatro nica-ragenses aspirantes a migrar sin ningn xito. El artculotrata de reinterpretar el concepto sueo como discursode victimizacin y como eufemismo.

    En el caso de El Salvador, Miguel Huezo Mixco,coordinador editorial informe Desarrollo Humano en elPNUD-Organizacin de las Naciones Unidas realiza una pro-funda reflexin sobre la identidad migratoria salvadorea.

    Introduccin

    El ttulo Un pie aqu y el otro all, expresa no nicamentela crisis identitaria en El Salvador dentro del marco de lamigracin, sino tambin la economa de los vnculos y loque de ello se desprende en una serie de expresiones cul-turales. De igual modo, otra aportacin valiosa es la visinsobre la participacin poltica de los migrantes en ElSalvador, en una especie de reclamo de ciudadana, temade suma importancia en la construccin del pas. El infor-me igualmente nos encamina a comprender que no slolos factores culturales rebasan fronteras sino tambin lacreatividad y sus diferentes manifestaciones como son:la literatura, la msica y las artes visuales.

    Nelson Meja, coordinador general de la Consultorapara el Desarrollo Integral de Honduras y Nora Sagastume,consultora en el mismo organismo no gubernamental tocandiversas variables en torno al tema de la migracin como:gnero, indgenas y afromestizos; arte, movilidad y recon-figuracin espacial; patrimonio, educacin y empleo; pol-ticas culturales y medios de comunicacin frente al temamigratorio en Honduras. Dada la multiplicidad de temas,resultan tambin muchas las sugerencias enfocadas a lasacciones culturales entre instituciones del propio pas y conlas de otros. Asimismo, los autores ofrecen una visin sobrela presencia garfuna en Honduras y su importancia al serel grupo con mayor capital social en la corriente migra-toria. Por ello, recomiendan la recuperacin y sistematiza-cin de la experiencia garfuna migratoria para impulsaracciones de intercambio.

    Silvia Irene Palma C., directora ejecutiva del InstitutoCentroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo (INCE-DES) en Guatemala, se centr en los temas de los cambiosculturales en las comunidades de origen a partir de lasmigraciones guatemaltecas hacia los EEUU. Se enfoca enla percepcin social de los cambios originados por estefenmeno, y reconoce que los efectos de las migraciones

    guatemaltecas originan procesos a distintos niveles en elpas y de manera acelerada, que no estn siendo recono-cidos ni estudiados. A su vez apunta elementos sobre losnuevos esquemas de relacin transnacional, que ocurrenen contextos determinados originando inequidades y asi-metras en la ausencia de polticas pblicas y sociales.

    Los informes de Mxico exponen realidades diferen-tes al tratarse de territorios de trnsito e incluso de destino.Sin embargo, algunos elementos tambin migran desdeCentroamrica expresando constantes culturales en lafrontera sur de Mxico:

    Manuel ngel Castillo, profesor/investigador delColegio de Mxico y Mnica Toussaint, profesora/investiga-dora del Instituto Mora, colaboran con un informe sobreChiapas en el cual los matices en materia de derechoshumanos, gnero y niez e incluso de ecologa constituyentemas de un gran espectro cultural. Los autores sugierennuevas lneas de investigacin como el impacto cultural enlos lugares de origen y no necesariamente en las zonas detrnsito o destino como Chiapas, sin embargo, reconocenque existe otra veta de investigacin: Sobre la identidadcultural transfronteriza que hasta la fecha no ha sidodesarrollada ni apoyada para su mejor conocimiento.Al igual que los dems informes, en Mxico, el inters porconocer las interacciones sociales y culturales de los asen-tamientos de ex refugiados guatemaltecos est presente.

    Luis Arriola, profesor/investigador del Colegio de laFrontera Sur, Unidad Campeche, nos habla del tejidosocio-cultural entre comunidades fronterizas de Guatemalay Campeche que se construye de manera cotidiana. Porun lado, las comunidades de los ex refugiados, y por otro,las repercusiones y reconfiguraciones del espacio fronte-rizo que comparten estos territorios. El autor manifiestatambin que existe un desinters por parte de la aca-demia en el caso de las comunidades de ex refugiados,

  • entre la opinin pblica, las asociaciones civiles, la acade-mia y la parte prctica sobre un tema tan complejo. Senecesita coordinar los resultados acadmicos en actos ti-les, ya que cada frontera es nica, y responde a necesida-des diferentes siempre y cuando sean percibidos tambinlos procesos histricos y culturales.

    Se sugiere leer estos informes por separado y tam-bin en conjunto, considerando que la cultura tambinviaja. En su paso por cada lugar los migrantes llevan unequipaje cultural que se va acrecentando y transformando,algunas cosas se mantienen, otras desaparecen Culesson? Esto es algo que el lector deber descubrir poco apoco, sin orden determinado, comparando y viajandotambin con el pensamiento. Los invitamos a migrar con la

    mente de sur a norte, a generar nuevas preguntas y atre-verse a responder otras ms. Simblicos e imaginarios sonlos lmites de la frontera sur que a su vez se trasladan a lasfronteras de la zona norte. Smbolos, imgenes, historiaoral, experiencias, construcciones y cambios que van y vie-nen, vienen y van; cambian, mutan y se reinventan nuevosimaginarios. Se reconfiguran en varios viajes que son unomismo: Veintitrs das, 5000 km, 3 veces mojado2. Enla bsqueda de una dignificacin y divulgacin de la situa-cin de las fronteras del sur y sin mayor prembulo viaje-mos a travs de estas realidades.

    Centro Cultural de Espaa en Mxico, Noviembre, 2009

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    Introduccin

    resaltando que al tratarse de grupos pluritnicos setienen, como particularidad, importantes implicacionesculturales que habran de considerarse en futuras inves-tigaciones, sobre todo en lo referente a las polticas cultu-rales desde el Estado.

    lvaro Armando Gonzlez, investigador miembro deConstruir y Conservar, ONG, posee una visin un poco dis-tinta, como integrante de la sociedad civil, su percepcinsobre el tema de la migracin centroamericana en Tabasconos muestra el panorama en casas y albergues para losmigrantes como refugios en el Trpico. Se trata de un esta-do que posee nuevas rutas migratorias al sureste mexicanoy, por lo tanto, un mosaico cultural centroamericano laten-te y entrelazado con los habitantes de muchas comunida-des de Tabasco. El autor habla sobre las limitantes y el papelno slo de las instituciones del Estado, sino tambin de losretos y el papel que juegan en la concientizacin de lapoblacin residente y de paso sobre la trama migratoria.

    Sandra Amelia Cruz Rivera, investigadora de laUniversidad Nacional Autnoma de Mxico, nos compar-te la perspectiva de una sociedad en su mayora migran-te que ha construido el paraso de esclavos en el Caribemexicano, devela nuevas fragmentaciones y homogeni-zaciones culturales en Quintana Roo. Habla sobre el papelde las instituciones gubernamentales, sus aciertos y caren-cias en el tema migratorio; y por otra parte, de la sociedadcivil que poco est interesada en muchas de las dinmicasy situaciones por las que la poblacin migrante pasa ensu camino o durante su permanencia en el estado. Expresaque al tratarse de una entidad joven en muchos sentidos,su construccin social de la realidad no contempla la pre-sencia de la poblacin migrante a pesar de ser un estadoconstruido bsicamente por migrantes.

    Ms al norte, muchos periplos terminan en algnlugar de EEUU. Las expresiones, las memorias, los recuer-dos, y los sueos que han viajado desde Costa Rica, pasan-do por Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala yMxico, al llegar adquieren otras modalidades y matices.Uno de los destinos es Miami, Florida en EEUU.

    Katrin Hansing, profesora y subdirectora del Institutode Investigaciones Cubanas en la Universidad Internacionalde Florida; Alex Stepick, profesor y director de Immigrationand Ethnicity Institute en la misma universidad, y RichardGioioso, coordinador de Latin American and CaribbeanCenter de la misma institucin educativa consolidan un tra-bajo con una perspectiva distinta a las anteriores. Miami,

    como lugar de destino para muchos migrantes, es un lugardonde se generan y retoman nuevas manifestaciones cultu-rales como las expresiones artsticas que generan losmigrantes que deciden llegar a este lugar de los EE.UU.Los autores manifiestan que el arte y la cultura estn expre-sados en la vida cotidiana y en los rituales de socializacincomo la msica y la danza de migrantes centroamericanosque viven y trabajan en Miami. Recuerdan, expresan, trans-forman y reinterpretan elementos culturales de sus lugaresde origen; asimismo, los defienden y respaldan con asocia-ciones y organizaciones civiles, pero tambin los manifiestanen lugares y momentos determinados haciendo de la socie-dad de Miami un mosaico cultural diverso.

    Por otra parte es importante sealar que entre lasdistintas actividades que se han llevado a cabo dentro delproyecto Migraciones: Mirando al Sur, se encuentran losresultados de los diagnsticos elaborados en cada pas.Debido a que los diagnsticos completos ocupan una granextensin, se han publicado en la pgina oficial del pro-yecto1. Para la versin impresa, con el apoyo del InstitutoNacional de Migracin, se presentan lo resmenes aquexpuestos; de Centroamrica: Costa Rica, Nicaragua, ElSalvador, Honduras y Guatemala; de Mxico: Chiapas,Campeche, Quintana Roo y Tabasco; y, en EEUU, Miami.

    Por cientos y miles de aos los territorios que ahoracomprenden Centroamrica y Mxico han sido receptcu-los de mltiples migraciones que permitan el libre contac-to cultural. Actualmente estos contactos e intercambiosse han visto transformados por la delimitacin fronterizade cada pas, sin embargo, el fenmeno migratorio siguemanifestndose como parte inherente del ser humano.Migraciones: Mirando al Sur es un intento por explorar esascomplejidades culturales que a diario moldean, modifican,permanecen, cambian, influyen, transmutan y reinterpre-tan la vida cotidiana de migrantes y habitantes de los luga-res de origen, trnsito y destino.

    Como una primera aproximacin, estos informesincorporan un gran esfuerzo ofreciendo informacin paraayudar a conocer el panorama; por ejemplo las necesida-des y carencias de las instituciones gubernamentales y nogubernamentales, as como aquellas que se vinculan conlas expresiones artsticas y culturales, asimismo, proporcio-nan opciones de accin para ayudar desde una perspectivacultural a los migrantes. No siempre se logra un dilogo

    Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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    1 www.mirandosur.org

    2 Palabras de No, migrante salvadoreo. Documental: Asalto al

    sueo, 2005.

  • Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontesculturales a partir de lasmigraciones en Costa RicaAlexander Jimnez Matarrita Universidad de Costa RicaCosta Rica

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    La informacin utilizada proviene de diferentes fuentes.Los datos del IX Censo Nacional de Poblacin, del ao2000, y la Encuesta de Hogares de Propsitos Mltiples,del 2007, ambos del Instituto Nacional de Estadstica yCensos, han sido fundamentales. Tambin han sido impor-tantes anlisis y cifras tomadas de los Informes del Estadode la Nacin y del Estado de la Regin correspondientes alao 2008. A propsito de los estudios y materiales de tipocuantitativo, nos hemos topado con dos limitaciones. Laprimera de ellas es la escasa informacin acerca de los cos-tarricenses que emigran. El Estado costarricense, hastaahora, no cuenta con datos completos y fiables acerca deesos ciudadanos. Es como si hubiese decidido olvidarlos.La segunda limitacin tiene que ver con las dificultadesmetodolgicas para captar el movimiento de los inmigran-tes internacionales que llegan a Costa Rica, debido enparte a su naturaleza compleja y cambiante. Existe unsubregistro de dicha poblacin debido a la imposibilidadtcnica de contabilizar a los inmigrantes indocumentados,temporales o estacionarios. Esto significa que los nmeros

    utilizados tienen un valor aproximativo. Hemos intentadosubsanar esos problemas echando mano de estudios cua-litativos. Buena parte de este diagnstico est sustentadoen los resultados de variadas investigaciones sociales lleva-das a cabo en los ltimos diez aos. Adems, realizamosentrevistas a inmigrantes, funcionarios, representantes deorganismos internacionales y algunos otros actores. Cuandono contamos con informacin relevante acerca de algnasunto, as lo hacemos constar. De hecho, uno de los hallaz-gos de este estudio es la identificacin de vacos de cono-cimiento que deben ser enfrentados.

    Costa Rica y su nueva composicin migratoriaDesde 1990 y en muy pocos aos, Costa Rica ha debidoenfrentar desafos y complejidades provenientes de unanueva composicin migratoria. El nuevo contexto incluyeun significativo aumento en el nmero de inmigrantes, unamayor diversidad demogrfica y una ms amplia distribucingeogrfica, as como el crecimiento del mercado laboral enel cual se los requiere y en el que encuentran cabida. Esto

    Los procesos migratorios ms recientes han cambiado a Costa Ricaen muchos sentidos. Algunos de los cambios ms visibles se dan enlas prcticas culturales y estn claramente relacionados con la recep-cin de inmigrantes provenientes del resto de Centroamrica y conla migracin de costarricenses hacia otros pases. Dichas transfor-maciones son experimentadas, aunque no de la misma manera, porlos migrantes y por el resto de la sociedad costarricense. Este traba-jo pretende documentarlas y analizar el modo en que se expresanen el mbito simblico, artstico, normativo, institucional y en algunospatrones de convivencia social. Aunque considera de manera generalasuntos relativos a las condiciones materiales de existencia, el obje-tivo fundamental de nuestro estudio es dibujar las nuevas prcti-cas culturales que la migracin propicia en los migrantes y en otrosactores del pas.

  • del dinero, y varias de ellas deben encargarse de plan-taciones y negocios familiares. Todo esto pareceracolocarlas en una posicin de mayor poder social y econ-mico, y de mayor libertad con respecto a sus actividadesdiarias. Pero ello no ocurre. En las regiones de emigracinlas mujeres empresarias deben enfrentar la cosmovisindel mundo rural costarricense y las emigrantes enfrentanreclamos moralistas relacionados con un supuesto aban-dono del hogar y con una supuesta relajacin de lascostumbres. Estas tensiones no siempre se resuelven ycuando lo hacen no siempre es a favor de una mayor auto-noma y reconocimiento para las mujeres.

    Tambin las dinmicas familiares se reestructurancon el desplazamiento y toda una serie de roles asignadosa los diferentes miembros se modifica. As aparecen cam-bios en las estrategias familiares que involucran a la fami-lia extensa. Abuelas, abuelos, tas y tos a menudo quedana cargo de nias, nios y adolescentes, cuyos padres y madresemigran. A veces es un proceso de cohesin de las perso-nas que se quedan en Costa Rica, que trasciende el mbi-to familiar y extiende la red hasta amigas y amigos, vecinasy vecinos. Por ello, no existen evidencias suficientes paraafirmar que la emigracin provoca desintegracin familiary comunitaria. De hecho, puede mejorar los patrones derelacin y comunicacin entre familiares y vecinos.

    La salida de costarricenses en busca de trabajo enEEUU y otros pases ha cambiado sus horizontes cultura-les. Tambin ha transformado las interacciones familiaresy comunitarias. Las remesas que envan representancifras significativas para el pas y para la vida diaria de variaslocalidades costarricenses. En el Estado de la Regin enDesarrollo Humano Sostenible 2008 las remesas familia-res recibidas por Costa Rica se estiman en 485.3 millonesdlares para 2006 y en 533.8 millones de dlares para2007. Segn dicho informe, los efectos de las remesas enel crecimiento son positivos en toda Centroamrica y uncrecimiento de uno por ciento en las remesas generaun incremento del 0.25 por ciento en el PIB de Costa Rica.Esto slo es superado por El Salvador, pues en este pasel incremento es de 0.29 por ciento del PIB. Adems, CostaRica es el pas que recibe el mayor monto promedio men-sual de las remesas segn zona de residencia (urbana yrural) y segn sexo del jefe del hogar. El monto promediomensual por hogar es de 262 dlares. Quiz por todo esolos emigrantes han empezado a reclamar al Estado cos-tarricense el reconocimiento de su existencia y de sus

    derechos polticos. Saben que son actores importantesen la construccin de un nuevo pas y demandan lo queles corresponde.

    Tambin los inmigrantes internacionales, especial-mente los centroamericanos, son una parte fundamental dela nueva Costa Rica que ha empezado a construirse en tiem-pos recientes. Aunque los ltimos datos del ao 2007 cons-tatan un estancamiento en los porcentajes de ingreso deinmigrantes, lo cierto es que stos han transformado signi-ficativamente la realidad social, econmica, legal y culturalde Costa Rica. Este pas ha debido enfrentar nuevos retosvinculados a la acogida e integracin democrtica de unapoblacin que, segn el IX Censo Nacional de Poblacin, delao 2000, en un 7.8 por ciento ha venido de otros pases.En una regin cuya media de recepcin de inmigrantes escasi cuatro veces menor que la media de emigracin, estedato coloca al pas con uno de los ms altos porcentajes derecepcin de inmigrantes en Amrica Latina.

    Especialmente en los ltimos veinte aos, la recep-cin de inmigrantes internacionales que provienen de fuerade Centroamrica se ha diversificado significativamente. Hacrecido el nmero de colombianos, que ahora son el segun-do grupo en importancia despus de los nicaragenses, ytambin aument el nmero de dominicanos, cubanos,haitianos, peruanos y chinos del continente. Adems, denorteamericanos y europeos que han transformado los patro-nes de vida, convivencia y consumo en algunas ciudadescentrales y en las costas costarricenses del Pacfico.

    De ese 7.8 por ciento de poblacin inmigrante en elpas, un poco ms de la tercera parte es poblacin nicara-gense. En consecuencia, sta constituye el 6 por ciento dela poblacin de Costa Rica. Segn el IX Censo Nacionalde Poblacin, de los 250 404 centroamericanos que vivanen Costa Rica, 226 374 eran nicaragenses. Al comparar estosdatos oficiales con los que ofrece la Encuesta de Hogaresde Propsitos Mltiples, de 2007, se nota un crecimientorelativamente bajo de la poblacin centroamericana en elpas. La cifra pas de 250 mil a 272 mil personas, siendo lapoblacin nicaragense la que ms aument. Sin embargo,se puede decir que la tendencia de aumento mostrada enel periodo 1984-2000 se estanc.

    La poblacin nicaragense es una poblacin joven ypoco escolarizada, concentrada en la regin central y enzonas urbanas, que se desplaza en bsqueda de trabajosno calificados y en la cual predomina el nivel educativo pri-mario y el equilibrio en la distribucin por sexo. Los hombres

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    implica una interaccin cultural mucho ms intensa entrelos migrantes y las comunidades receptoras (Morales,Abelardo, 2008).

    Hoy en Costa Rica convergen tres tipos de movi-mientos migratorios. La poblacin nicaragense, paname-a y colombiana representa la migracin sur-sur. Los milesde costarricenses que emigran hacia EEUU constituyen eltipo migratorio sur-norte. Finalmente, hay un movimientonorte-sur, por parte de quienes llegan desde EEUU, Canady varios pases europeos.

    Tradicionalmente la sociedad costarricense haba ima-ginado su relacin con la migracin internacional en un solosentido: como sociedad receptora. Haba una significativaresistencia a reconocer que tambin de este pas los nacio-nales deben emigrar y que una parte de los inmigrantesinternacionales no tienen la voluntad de radicar en ella,sino que van de paso hacia terceros pases. La imaginacinmigratoria en Costa Rica haba tenido el esquema delparaso: todo el mundo quiere entrar, nadie quiere salir.Nuestro trabajo procura poner en tensin dicha tendenciacon dos hechos que no pueden ya dejar de ser reconocidos:Costa Rica es una sociedad expulsora y es una sociedad detrnsito de inmigrantes internacionales. Acostumbrados aimaginarse como pas de acogida, no ha sido fcil para loscostarricenses reconocer que tambin deben salir a buscar-se la vida a otras partes.

    EEUU es el destino principal para los emigrantes deCosta Rica. Un 70 por ciento de ellos, es decir poco msde 127 mil, se encuentra en dicho pas. Los emigrantes cos-tarricenses en EEUU constituyen la poblacin centroame-ricana menos numerosa pero es una de las que ms ha idocreciendo en los ltimos aos.

    En Costa Rica, las mayores tasas de emigracin estngeogrficamente localizadas en cuatro cantones de la pro-vincia de San Jos: Prez Zeledn, Tarraz, Dota y LenCorts. Estos tres ltimos son conocidos como la Zona deLos Santos. En total, representan un 90 por ciento de losemigrantes costarricenses y en ellos la posibilidad de irsedel pas es percibida como parte de la vida normal de laspersonas o bien como un factor de prestigio. Las dos cosasparecen facilitar las condiciones en las que se toma la deci-sin de emigrar. Tres cantones de la provincia de AlajuelaValverde Vega, Alfaro Ruiz y Naranjo tambin han mos-trado un crecimiento en el nmero de emigrantes.

    El ndice de Desarrollo Humano Cantonal en CostaRica, publicado por el PNUD en el ao 2007, ofrece pistas

    para comprender la realidad de los cantones de emigra-cin. El ndice se obtiene midiendo la esperanza de vida,el acceso a la educacin y al conocimiento, y el bienestarmaterial en cada cantn. Prez Zeledn, Dota, Tarraz yLen Corts estn situados en el grupo de cantones de laprovincia de San Jos que presenta el menor valor en dichondice. Adems, varios de los ltimos Informes Anuales delEstado de la Nacin en Costa Rica han puntualizado que elcrecimiento de la emigracin en esas regiones est relacio-nado con mecanismos para enfrentar problemas de bajosingresos y desempleo. La mayora de estas comunidadesestn histricamente ligadas a la produccin cafetalera y aotras dimensiones de la produccin agrcola costarricense.

    La experiencia de los migrantes los transforma aellos pero tambin a sus familias y comunidades3. A nivelpersonal, hay una serie de cambios en prcticas cotidianas,percepciones, creencias, actitudes y valores. Para las muje-res, la emigracin implica, en muchos casos, una rupturacon roles asignados a la maternidad y a la feminidad.Tambin implica una puesta en cuestin del mandato cul-tural segn el cual esos roles no pueden alternarse con elde proveedoras y con el ejercicio de poderes especficosen las familias y las comunidades. Las que permanecen enCosta Rica con sus hijos e hijas, mientras sus parejas emigran,asumen las tareas de crianza as como la administracin

    Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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    Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontes culturales a partir de las migraciones en Costa Rica

    3 El anlisis de las transformaciones culturales de los emigrantes costarri-censes y de sus familias en Costa Rica ha sido realizado a partir de los tra-bajos de Carmen Caamao, Carmen Kordick, Anglica Barrientos, VernicaChacn y Adriana Salazar. Vase Caamao, Carmen (2007). Subjetividadesen contienda: redes de solidaridad, capital social y gobernamentalidadde migrantes costarricenses en espacios transnacionales. tesis de docto-rado, College of Arts and Sciences, Departament of Latin American,Caribbean and U.S. Latino Studies, State University of New York. Caamao,Carmen. La ambigedad como salud mental: la construccin de identi-dades nacionales entre migrantes transnacionales costarricenses,ponencia presentada en las Jornadas de Investigacin del Instituto deInvestigaciones Sociales de la Universidad de Costa Rica. San Jos, sep-tiembre 2008. Kordick, Carmen (2007). Primeros emigrantes de CostaRica a Nueva York y Nueva Jersey, en: Sandoval, Carlos (ed.) El mito roto.Inmigracin y emigracin en Costa Rica, San Jos, Universidad de CostaRica, pp. 177-192. Chacn, Vernica y Adriana Salazar (2007). Efectosde la migracin en la familia en el cantn de Prez Zeledn, tesis paraoptar al grado de licenciatura en Trabajo Social, Escuela de Trabajo Social,Universidad de Costa Rica-Universidad Nacional. Barrientos, Anglica,Barrientos, (2007). Sueo americano: imn atrayente. Un estudio decasos sobre los efectos de la reinsercin del o la emigrantes en PrezZeledn y lo conocido popularmente como la Zona de los Santos, tesispara optar por el grado de licenciatura en Trabajo Social, CiudadUniversitaria Rodrigo Facio, Universidad de Costa Rica.

  • pedaggicas. Tambin hay constancia de prejuicios quepueden promover, y de hecho promueven, prcticas discri-minatorias. En este sentido, es necesario indagar un pocoms en las consecuencias prcticas de los prejuicios que tie-nen funcionarios docentes y administrativos, as como elresto de los estudiantes, acerca de los estudiantes inmi-grantes. Algunos de esos prejuicios ya han sido identifica-dos. Incluyen la creencia de que la educacin nicaragensees inferior a la costarricense, de que los indocumentadosno pueden reclamar derechos, que existe poco compromi-so por parte de los encargados de las nias y nios, yque la poblacin migrante es irrespetuosa. Como puedeimaginarse, este tipo de prejuicios puede propiciar la discri-minacin y afectar la permanencia y el xito educativo delos estudiantes.

    Oportunidades, contradicciones y temoresLos movimientos migratorios no son azarosos. Respondena necesidades y oportunidades experimentadas o imagi-nadas por los migrantes y las sociedades de acogida. Losprocesos migratorios en Costa Rica son un ejemplo deesa tendencia. En sus ltimos 25 aos este pas reorien-t su modelo productivo y social. As fueron apareciendonuevas actividades agrcolas y nuevos ncleos de diversi-ficacin y apertura de la economa. Este es el caso en mbi-tos como la construccin, el turismo, el sector inmobiliarioy los servicios. El mercado de trabajo y los patrones deinteraccin social tambin sufrieron cambios importantes.Todo ello ocurra en una economa cuya demanda demano de obra superaba la disponible. Esta brecha propi-ci el crecimiento del nmero de inmigrantes internacio-nales desde comienzos de la dcada de 1990 (Morales,2008). En el periodo comprendido entre 1995 y el ao 2000se registr, en nmeros absolutos, la mayor entrada deinmigrantes en la historia de Costa Rica y su presencia sefue haciendo notoria en las diversas regiones del pas. Laenorme mayora de ellos eran nicaragenses, algo que coin-cide con las elevadas cifras de emigracin en Nicaraguadurante el mismo periodo.

    Los cambios econmicos y la significativa llegada deinmigrantes venan a inscribirse en una sociedad que dis-cuta su modelo estatal, su modelo de desarrollo y algunosdesafos de la convivencia social. En la segunda mitad delsiglo XX, Costa Rica experiment cambios estructurales yculturales que han sido recibidos con ansiedad e incerti-dumbre. Hasta 1950, el pas tuvo una poblacin pequea,

    rural, joven, con trabajos poco diferenciados, con ciudadesen las cuales las relaciones eran primarias e intensas, ciu-dades seguras, con una cierta vida pblica y una identidadnacional robusta. Pero la estructura de la poblacin se hatransformado en las ltimas tres dcadas. Ahora es msnumerosa, ms plurinacional y multilinge, menos joven,vive ms aos en promedio y tiene menos hijos. Las fami-lias nucleares monoparentales y las unipersonales hanaumentado, han disminuido significativamente las familiasextensas que incluan el ncleo familiar ms otros familia-res. Es una poblacin ms urbana, con nuevos patronesde consumo material y simblico, con otra estructura deempleo y con muchos miedos a ser victimizada en lascalles y en los sitios pblicos. Todas estas transformacioneshan precipitado la aparicin de un clima emocional enel cual estn muy presentes el temor, la desconfianza y lahostilidad. Los inmigrantes, aunque no slo ellos, han sufri-do las consecuencias de habitar una sociedad temero-sa, desconfiada y hostil.

    En este contexto fueron apareciendo algunas tensio-nes y contradicciones an no resueltas (Morales, 2008).Quiz la principal tensin ocurra entre un dato econmicoinnegable y un prejuicio cultural discutible. Por un lado,existe el reconocimiento de que los inmigrantes son impres-cindibles para una economa en transicin desde la agroex-portacin tradicional hacia la economa de servicios. Porotro lado, se fue extendiendo la percepcin segn la cualesos mismos inmigrantes ponen en riesgo la seguridadsocial y las prestaciones educativas del Estado, as como lasoportunidades de empleo. Esta contradiccin impidi eldiseo y la ejecucin de una clara poltica de migracionesque asegurara la integracin social y laboral de esa fuerzade trabajo. En la dcada de 1990 algunas decisiones polti-cas de los gobiernos costarricenses intentaron, con un xitorelativo, impedir que las tensiones se agravaran. Es el casode los permisos temporales de trabajo, las amnistas migra-torias, los acuerdos con el gobierno nicaragense paraestablecer cupos regulados de mano de obra y la incorpo-racin a la Conferencia Regional sobre Migracin, conoci-da como Proceso Puebla (Morales, 2008).

    Otra manera de responder a los desafos migrato-rios pasa por los marcos normativos y legales. En el periodo1995-2005, Costa Rica tuvo la ms alta tasa de recepcinde inmigrantes de su historia. En esos diez aos se fueconstituyendo, o en todo caso se hizo patente, una sen-sibilidad temerosa y hostil que pareca responsabilizar a

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    Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontes culturales a partir de las migraciones en Costa Rica

    se emplean en sector primario, en la construccin y en elsector terciario. En el caso de las mujeres, sus labores seconcentran en el sector terciario, especficamente en tresactividades: trabajo domstico; en hoteles y restaurantes; yen comercio y reparacin; adems, desempean otras acti-vidades, como vendedoras en comercios y prestadoras deservicios a personas. Existen diferencias laborales segn lazona; para el caso de hombres en el mbito urbano, lasactividades con mayor porcentaje son la construccin (peo-nes, albailes, carpinteros), el comercio y la seguridad pri-vada; mientras, en la zona rural, las labores se concentranen la agricultura, la construccin y, con menor porcentaje,el comercio y la industria manufacturera (Castro, 2006).

    No existen dinmicas de guetos en las zonas conuna mayor concentracin de poblacin nicaragense. Aunen esas zonas, la vida comunitaria es binacional. Ahorabien, en los ltimos veinte aos la mayora de asentamien-tos caracterizados por condiciones empobrecidas alojanuna importante cantidad de personas nicaragenses.Aunque el factor determinante de este hecho no es lanacionalidad sino la pobreza, existe mayor vulnerabilidadpara la poblacin nicaragense.Segn datos de la Encuestade Hogares de Propsitos Mltiples, de 2007, la condicinde vivienda para la poblacin nicaragense est, en sumayora, en las categoras de aceptable y ptima. Sin embar-go, es el grupo poblacional centroamericano que poseemayor cantidad de viviendas en estado inaceptable y defi-ciente. Existen diferencias en las condiciones de viviendasegn la nacionalidad del jefe de hogar: el porcentaje deviviendas tipo tugurio es significativamente ms alto enhogares con jefe nicaragense que en el caso de hogarescon jefe costarricense. Lo mismo ocurre en el porcentajede viviendas en mal estado, sin acueducto, sin tuberas den-tro de la infraestructura, y en condiciones de hacinamiento.Es cierto que, entre 1995 y 2004, el 2.83 por ciento de losbonos para construir casas se otorgaron a familias con inmi-grantes, poblacin que experimenta las peores condicio-nes de vivienda. Pero si recordamos el peso relativo de losinmigrantes dentro de la poblacin costarricense, eso signi-fica que casi dos terceras partes de la poblacin migrante notuvieron acceso a dichos subsidios.

    En trminos de asistencia mdica y salud, los meno-res de edad y las mujeres migrantes sufren las mayores limi-taciones en el acceso al seguro social. El estatus migratorioafecta el acceso a la atencin, pues las personas sin docu-mentos en regla no pueden estar aseguradas en ninguna

    de las categoras estipuladas por la Caja Costarricense delSeguro Social. Por ello, los Equipos Bsicos de AtencinIntegral en Salud (EBAIS), que ofrecen consultas mdicasgenerales, vacunacin y otros servicios primarios y atiendena poblaciones de entre 2500 y 6 mil habitantes en sectoresgeogrficos delimitados, son preferidos por los migrantes,pues existen pocos requisitos para obtener la atencin.

    Existe un prejuicio segn el cual la demanda de servi-cios de salud por parte de migrantes ha provocado el dete-rioro de stos. Sin embargo, diferentes estudios contradicenesta suposicin. Se ha demostrado que la demanda de aten-cin mdica por parte de los migrantes no es alta y las cuo-tas de aseguramiento que la Caja Costarricense del SeguroSocial recibe de ellos alcanzan una cantidad superior a losgastos en los que se incurre para atenderlos. Un alto porcen-taje de personas migrantes cotiza para la Caja y no utilizasus servicios. Esto significa que habra que buscar en otrolugar las causas de su deterioro.

    No existe en Costa Rica una poltica integral ensalud dirigida a inmigrantes. En la Poltica Nacional de Salud2002-2006 se plantearon algunas medidas parciales.Ejemplo de ello son las propuestas para crear un sistemade recoleccin de informacin y garantizar el acceso delos migrantes desempleados, subempleados, indigentese indocumentados a los beneficios de la salud pblica.Desconocemos cunto de esto se ha realizado.

    En el mbito educativo es preciso describir algunosproblemas puntuales sufridos por los estudiantes migrantes.Uno de ellos tiene que ver con el flujo de migracin tem-poral en las cosechas agrcolas. ste causa la movilidad deestudiantes nicaragenses panameos, principalmenteindgenas, y ello repercute seriamente en su escolaridad.Otro problema es el porcentaje de la poblacin infantil yadolescente inmigrante que queda fuera del sistema edu-cativo. Segn datos del Censo Nacional de Poblacin de2000, a la educacin primaria asiste cerca de un 82 porciento de los nios entre siete y doce aos nacidos enNicaragua, frente a un 96 por ciento de los nacidos en CostaRica. Un 34.8 por ciento de los jvenes entre trece y 19aos nacidos en Nicaragua asiste a la educacin secunda-ria, mientras que de los nacidos en Costa Rica lo hace un61.3 por ciento. Ahora bien, las limitaciones van ms allde los temas de acceso e incluyen problemas como la sobre-poblacin escolar en lugares con alta concentracin deinmigrantes, la edad escolar de los estudiantes y las dificul-tades tcnicas para atender las diferentes necesidades

    Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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  • notable esfuerzo. Con el ttulo de Venciendo el temor: (In)seguridad ciudadana y desarrollo humano en Costa Rica,este informe relaciona la seguridad ciudadana con com-plejas interacciones entre tres mbitos de realidad: hechosde victimizacin, percepciones de inseguridad y prc-ticas de segurabilidad. Al hacerlo, permite comprender laarbitrariedad de ciertas creencias y pnicos sociales.

    En dicho estudio, el concepto de segurabilidad desig-na el conjunto de pensamientos, sensaciones y comporta-mientos que le permiten a una persona sentirse segura yretornar a un estado de seguridad, tras experimentar cual-quier tipo de situacin de inseguridad. La victimizacin esentendida como el acaecimiento real de hechos de violen-cia y despojo contra alguien en el plano patrimonial, fsico,emocional y sexual. Las tasas de entradas netas de delitosmuestran que en esta materia el pas experiment unaumento de casi un 115 por ciento entre 1985 y 2003.Datos todava ms recientes sugieren que esas tasas hanseguido aumentando. Con respecto a los perpetradores dela violencia, las condenas penales muestran una abrumado-ra mayora de delitos cometidos por hombres, situadosentre los 20 y los 34 aos de edad, y de nacionalidad cos-tarricense. Ello implica que la participacin de extranjerosen la ocurrencia de delitos es marginal y que la responsabi-lidad por los problemas de seguridad ciudadana del pasrecae, esencialmente, en los costarricenses. Los prejuiciosxenfobos, en este sentido, adems de su carga de violenciagratuita, funcionan como un mecanismo de exculpacinde los nacionales que requiere ser desmontado.

    La percepcin de inseguridad es entendida como laprobabilidad atribuida subjetivamente a la ocurrencia detales hechos y es tan significativa como la amenaza real,pues genera actitudes y prcticas que empobrecen lascapacidades y libertades en personas y sociedades. Paraestablecer si los ndices de percepcin de inseguridad sonanormalmente altos en el pas, se estim la brecha quesepara la probabilidad percibida de que ocurran algunoshechos de violencia, de la probabilidad emprica de su ocu-rrencia, de acuerdo con los niveles de victimizacin detec-tados en el pas. Se demostr que, en todos los casos, laprobabilidad percibida de ser vctima de un acto violentoes significativamente mayor que la probabilidad emprica.

    Cuando se le pide a la poblacin costarricense queponga un rostro a la peligrosidad aparecen extendidosprejuicios sociales. A la pregunta abierta, qu tiposde personas son las que cometen ms actos violentos o

    delictivos?, los entrevistados mencionaron diversas catego-ras: clase baja, extranjeros, desempleados, gente sin edu-cacin, drogadictos, jvenes. Los adultos jvenes, de entre24 y 35 aos, de ambos sexos tienden a responsabilizar conmayor severidad a los extranjeros del deterioro de la segu-ridad en el pas. Este prejuicio se manifiesta cuando el temade la inseguridad se vincula explcitamente a la naciona-lidad de los imputados, una prctica informativa reiteradaen los medios de comunicacin, especialmente en los noti-cieros. Cuando explcitamente se pregunta a los encuesta-dos por la nacionalidad de los perpetradores de la violencia,la mayora de las respuestas mencionan a nicaragenses ycolombianos. Pero ante una pregunta abierta, apenas el1.5 por ciento de los entrevistados afirm que los nicara-genses tienen la responsabilidad fundamental de los hechosdelictivos y violentos en el pas. Este hallazgo parece reve-lar que la percepcin de un vnculo directo entre inseguri-dad e inmigracin no es espontnea, sino inducida. ElInforme Nacional de Desarrollo Humano 2005 proponeconsiderar el papel de los medios de comunicacin enestas percepciones inducidas.

    Un prejuicio muy comn, adems de culparlos de lainseguridad, consiste en responsabilizar a los inmigrantesdel deterioro institucional en educacin, salud y seguridadsocial. Segn esta suposicin insostenible, la poblacinmigrante en Costa Rica, especialmente si se trata de nicara-genses pobres, pone en riesgo los recursos, la cobertura yla calidad de algunas de las instituciones sociales ms repre-sentativas del pas. Es el caso de la Caja Costarricense delSeguro Social. En una investigacin del ao 2005, funciona-rias y funcionarios prestadores directos de servicios de saludfueron consultados acerca de sus experiencias y actitudesfrente a la poblacin inmigrante que atienden (Smith,2005). Dichas funcionarias y funcionarios, 661 en total, tra-bajaban en 47 centros de salud en zonas con alta inciden-cia de poblacin inmigrante. La consulta pretenda conocerla percepcin, las actitudes generales, las expectativas y lossentimientos de dichos funcionarios en torno a la poblacinmigrante. A propsito de las emociones y sentimientosexperimentados frente a los inmigrantes hay una clara ten-dencia a experimentar desconfianza, miedo y enojo. Luegole sigue el sentimiento de simpata y por ltimo el deadmiracin. Menos de la mitad de las personas estudiadasmanifiesta admirar a las personas inmigrantes nicaragenses.Adems, ms de la mitad de las funcionarias y funcionariosestudiados piensa que los inmigrantes quitan los trabajos de

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    Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontes culturales a partir de las migraciones en Costa Rica

    los inmigrantes nicaragenses de los problemas en la ins-titucionalidad pblica y en la convivencia social costarri-censes. En ese clima emocional creci y cristaliz la ideade que el pas requera una nueva ley migratoria. sta fueaprobada el 22 de noviembre de 2005 y entr en vigen-cia, como Ley de Migracin y Extranjera (Ley 8487), el 12de agosto de 2006.

    El debate suscitado durante la discusin legislativadel proyecto, y continuado una vez que se aprob la Ley deMigracin y Extranjera, no ha cesado. Se han ido perfi-lando dos posiciones contrarias entre quienes apuestan porpolticas policiales de control y quienes prefieren apostarpor polticas de integracin que respeten los derechoshumanos y ciudadanos. Estas posiciones encuentran cobijoen sectores y grupos diferenciados. Las iglesias, las univer-sidades, la defensora de los habitantes, las redes y foros demigrantes han sostenido la opcin de los derechos y la inte-gracin de los inmigrantes. Del otro lado estaban orga-nismos de seguridad, algunos funcionarios pblicos, lamayora de los partidos polticos y grupos organizados queapostaron por la solucin policial.

    El actual gobierno, elegido para el periodo 2006-2010, present a la Asamblea Legislativa un proyecto dereforma a la Ley de Migracin y Extranjera. Este proyectode ley, publicado en La Gaceta el 20 de abril de 2007, partedel reconocimiento de la compleja realidad migratoria deCosta Rica, que no se reduce a ser un pas receptor. Diceestar basado en un trabajo articulado entre gobierno,sociedad civil y organismos internacionales, y pretendeimpulsar polticas en el marco de los derechos humanos, ascomo propiciar la integracin, la participacin, y la protec-cin social de la poblacin migrante. Tambin busca prote-ger a los emigrantes costarricenses y garantizar el respeto alas obligaciones internacionales del Estado costarricense yel reconocimiento de la riqueza multicultural del pas. Elnuevo proyecto de ley asume una relacin virtuosa entremigracin y enriquecimiento econmico, social y cultural.Su marco interpretativo es el de los derechos, la integra-cin, participacin, proteccin y el desarrollo. Es un hori-zonte muy diferente al que motiv la redaccin de la actualLey de Migracin.

    Tensiones identitariasEn Costa Rica, los estudios acerca de la dimensin culturalde la inmigracin han privilegiado el tema de los imagina-rios, los prejuicios y lo que podramos llamar las tensiones

    identitarias. Quiz los cambios culturales ms relevantesde las personas inmigrantes nicaragenses en Costa Ricaestn relacionados con el tema del reconocimiento de susidentidades. Sus transformaciones personales y comunita-rias parecen estar mediatizadas por los prejuicios xenfo-bos y las prcticas discriminatorias que experimentan4.

    La poblacin nicaragense es percibida como tra-bajadora y humilde. Al parecer el trabajo y la humildad soncaractersticas positivas, pero stas pueden relacionarsecon la imagen de empobrecimiento total de Nicaraguay con la de importacin de la pobreza hacia Costa Ricapor medio de la migracin. El acento y algunas muletillasson motivo de burla en programas radiales y en conversa-ciones ordinarias. Quiz por eso mltiples estudios descri-ben una tendencia de los nicaragenses a ocultar su acentoy expresiones lingsticas propias para evitar la burla, el des-precio y la humillacin.

    Algunos prejuicios intergrupales suelen asociar lanacionalidad con cualidades morales e intelectuales. Quizsuno de los ms extendidos consista en creer que los nica-ragenses son intrnsecamente violentos. Una parte dela poblacin costarricense cree que la inseguridad ciuda-dana y el aumento en los ndices delictivos obedecen a lapresencia de ciertos grupos de inmigrantes internacionales.Nuestro trabajo demuestra que esta creencia es arbitraria yest basada en prejuicios peligrosos que deben ser discuti-dos cuidadosamente. En ese sentido, el Informe Nacionalde Desarrollo Humano 2005, del PNUD, representa un

    Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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    4 Ver: Sandoval, Carlos (2002). Otros amenazantes. Los nicaragenses y laformacin de identidades nacionales en Costa Rica, San Jos Universidadde Costa Rica. Sandoval, Carlos (Comp.). (2002) Cmo me siento en CostaRica? Autobiografas de nicaragenses, en: Serie de documentos n 8,Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad de Costa Rica. Mass,Karen y Laura Paniagua (2007) Chistes sobre nicaragenses en Costa Rica:barreras simblicas, mecanismos de control social, constructores de iden-tidades, en: Sandoval, Carlos (ed.), El mito roto. Inmigracin y emigracinen Costa Rica, San Jos: Universidad de Costa Rica, pp. 339-356. Varela,Julio y Hugo Gonzles (2003). La poblacin costarricense de la GAM y supercepcin sobre la inmigracin nicaragense y su impacto en Costa Rica.Entrevista telefnica, Instituto de Estudios Sociales de la Poblacin, Facultadde Ciencias Sociales. Heredia: Universidad Nacional; Lpez, Luis y VilmaPernudi (2007). Prejuicios y actitudes de los costarricenses hacia los inmi-grantes nicaragenses. en: Dobles, Ignacio, Sara Baltodano y Vilma Leandro(eds.), Psicologa de la Liberacin en el contexto de la globalizacin neoli-beral. Acciones, reflexiones y desafos, San Jos: Universidad de Costa Rica,pp. 316-328. Ramrez, Jorge (2007). El chiste de la alteridad: la pesadillasde ser el otro, en: Sandoval, Carlos (ed.), El mito roto. Inmigracin y emi-gracin en Costa Rica, San Jos: Universidad de Costa Rica, pp. 313-338.

  • nicaragenses. All encuentran a otras personas, enigualdad de condiciones, que llegan a buscar compaa,su comida tradicional, trabajo, apoyo afectivo y material.Dentro del Parque La Merced no es necesario que cam-bien su acento y pueden sentirse en confianza con quie-nes llegan a buscar lo mismo. De hecho, para inmigrantesy para costarricenses este parque es ya un lugar apropia-do. Muchas personas sin trabajo llegan a l en busca deotras personas que pueden trasmitirles informacin valio-sa acerca de dnde encontrarlo. La asidua visita semanalpermite ir elaborando lazos personales y redes de afecto.Tambin ofrece la posibilidad de encontrar formas de hacerintercambios materiales entre quienes viven en Costa Ricay quienes viven en Nicaragua.

    Quizs uno de los cambios significativo en el escena-rio cultural costarricense de los ltimos quince aos es laaparicin de diversos foros, asociaciones y organizaciones nogubernamentales vinculados con el hecho migratorio. Unode los ms antiguos e influyentes es el Foro Permanentepara la Poblacin Migrante en Costa Rica. Adems del Foroexiste otra buena cantidad de organizaciones comprometi-das con la poblacin migrante. Muchas de ellas trabajanprotegiendo derechos de mujeres y personas menores deedad migrantes centroamericanas, especialmente nicara-genses en Costa Rica. A continuacin mencionamos algu-nas de ellas: Asociacin de Trabajadoras Domsticas,Defensa de la Niez Internacional, Centro Internacional delos Derechos Humanos de los Migrantes, Liga Internacionalde Mujeres Pro Paz y Libertad, Centro de Derechos Socialespara las Personas Migrantes, Asociacin Merienda y Zapatos,Centro Feminista de Informacin y Accin, AsociacinMadre Selva, Derechos Humanos y Salud Integral, FundacinGnero y Sociedad. Aunado a estas entidades especficasse encuentran redes que conglomeran a diferentes organi-zaciones, privadas y pblicas, que buscan la discusin y eje-cucin de accin concretas para mejorar la calidad de vidade las personas migrantes. Tales son los casos de la RedNacional de Organizaciones Civiles para las Migraciones(RNOCM) y la Red Nicaragense de la Sociedad Civil paralas Migraciones.

    El Estado costarricense tiene un ministerio dedicadoa la cultura, la juventud y los deportes. Histricamente, esteministerio ha imaginado y administrado el tema de la cul-tura como un mbito ocupado fundamentalmente por lasartes plsticas, la msica, el teatro, la danza, la literatura y,recientemente, el cine. Al mismo tiempo, y quiz con menos

    intensidad y relevancia, tambin se ocupa del patrimoniohistrico y de las culturas populares. Este ministerio nocuenta con polticas especficas dedicadas trabajar el temade la cultura asociado a la migracin. Por ello, parece nece-sario propiciar que las estructuras institucionales dedicadasal tema de la cultura, tanto las que tienen por objeto lasartes como las que promueven las culturas populares, inte-gren en sus polticas y discursos la relacin entre cultura ymigracin, pues sta no es un dato pasajero, sino una rea-lidad estructural de la sociedad costarricense.

    Da la impresin de que la produccin artstica inde-pendiente s ha tomado conciencia de esa realidad innega-ble. En los aos ms recientes un buen conjunto deeventos artsticos relacionados con la produccin en artesplsticas, instalaciones, teatro, msica, danza, cine y audio-visual, entre otros, han sido organizados en el marco delhecho migratorio y en ese mismo marco han sido interpre-tados. A continuacin enumeraremos algunos de esoseventos y productos, as como las consecuencias y limita-ciones que han tenido.

    El camino (2008) es una pelcula de Ishtar Yasin, cos-tarricense hija de padre iraqu y madre chilena. El largome-traje cuenta la historia de dos nios, Saslaya y Daro, quienessalen de Nicaragua hacia Costa Rica huyendo del abuso desu abuelo y en busca de su madre. Es la primera pelculacentroamericana seleccionada para participar en el Festivalde Cine de Berln, la Berlinale, uno de los principales fes-tivales de cine del mundo. Tambin particip en el Festivalde Cine de Cannes, en Francia. La directora es costarricen-se y su equipo de produccin lo conformaron personas dedistintas partes del mundo, incluidas muchas centroameri-canas. El encargado de sonido es un costarricense radica-do en Nicaragua. El asistente de direccin es nicaragense.Tambin lo son Irma Prego y Sergio Ramrez, escritores queleyeron algunas versiones del guin, y Martha ClarissaHernndez y Belkis Ramrez, destacadas colaboradoras dela pelcula. El director de produccin es de Guatemala.El camino fue producida en su mayora en Nicaragua y deeste pas provienen el 90 por ciento de los actores. Haganado diversos premios en los festivales de Guadalajara,Toulouse y Friburgo.

    Adems de esta pelcula hay otra serie de docu-mentales que abordan directamente el tema migratorio.Es el caso de Situacin de los refugiados nicaragenses yla vigilancia que se lleva a cabo en la frontera conNicaragua (1986) y Ms all de las fronteras (1998) de

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    Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontes culturales a partir de las migraciones en Costa Rica

    los costarricenses, que saturan los servicios de salud y quetienen el sistema de salud costarricense en crisis.

    Las investigaciones sociales han demostrado conclaridad que el deterioro de los servicios pblicos se rela-ciona ms con polticas de reajuste de inversin pblicaestatal que con el impacto de la poblacin inmigrante;asimismo, se plantea que buena parte de los nicaragen-ses contribuyen a las instituciones de bienestar social enel pas. El editorial del peridico costarricense La Nacindel martes 14 de octubre de 2008 destaca un hecho quevarias investigaciones haban adelantado desde hace variosaos: las contribuciones de los trabajadores migrantesafiliados al sistema de salud de la Caja Costarricense deSeguro Social (CCSS) superan ampliamente los gastosgenerados por ellos y sus dependientes. Segn el geren-te financiero de la CCSS, 120 mil migrantes cotizantesdieron a la Caja 80 mil millones de colones; sin embargo,los gastos por su atencin representaron slo algo msde un tercio de esa suma. Esta es parte de la riqueza quegenera a Costa Rica esta poblacin migrante joven, sanay en edad productiva.

    Los datos demuestran que es injustificable e irres-ponsable atribuir la causa de los problemas en seguridadsocial e inseguridad ciudadana a la presencia de inmi-grantes internacionales. Todo parece indicar que detrsde dicha atribucin existen prejuicios xenfobos. Por eso,las investigaciones sociales y las acciones institucionalesdeberan contribuir a la identificacin y erradicacin delas condiciones que propician la aparicin de dichos pre-juicios. Luchar contra la promocin explcita o implcitade la xenofobia constituye un desafo cultural urgente eimportante en Costa Rica. Tambin lo es el estudio de lascondiciones que haran posible unas mayores condicio-nes de hospitalidad y tolerancia. Estas condiciones nosern posibles si no discutimos las creencias irracionalesque promueven el miedo, la desconfianza, la hostilidady el desprecio.

    Dicho esto, es preciso reconocer que tambin haytransformaciones significativas en el modo en que losmigrantes y varios sectores de la poblacin costarricensecrean estrategias para enfrentar tales prejuicios y prcticas.Los procesos migratorios han movilizado buenas prcti-cas culturales y artsticas, adems de estudios, que hanenriquecido el tejido institucional, pese o gracias a quehay una evidente ausencia de polticas culturales del Estadoen relacin con el hecho migratorio.

    Migracin y cambios culturales en Costa RicaLos nicaragenses parecen moverse en un espacio que va dela conservacin a la transformacin de sus prcticas y hori-zontes culturales. Van incorporando algunos elementos delas formas de vida costarricenses y tambin sus prcticas per-miten a los costarricenses incorporar parte de las tradicionesnicaragenses. La produccin y venta de comidas tpicas enrestaurantes y puestos ambulantes es un ejemplo. Algunasprcticas religiosas tambin lo son. Quizs el ejemplo mssignificativo sea La Gritera, una celebracin religiosa, el 7 dediciembre, en honor a la Pursima Concepcin de Mara,patrona de Nicaragua. Esta es una buena evidencia de nue-vos estilos culturales emergentes de la interaccin binacionalo trasnacional. Esta fiesta religiosa, en la cual se canta y seofrecen regalos y comida a las personas participantes, se rea-liza en numerosas comunidades donde costarricenses, nica-ragenses y catlicos de otras nacionalidades se renen.

    Existen radioemisoras y peridicos mensuales quetienen como pblico meta a la poblacin nicaragense enCosta Rica. Sus enlaces con radioemisoras de Nicaraguapermiten contactos entre personas en ambos pases.Tambin ayudan a establecer comunicacin entre migran-tes e instituciones pblicas y privadas vinculadas con elfenmeno migratorio. Muchos programas musicales y noti-ciosos son producidos por y para inmigrantes en generaly costarricenses en particular. La informacin en estosmedios constituye una forma para divulgar su cultura, puesalgunas actividades o grupos culturales son conocidos endiferentes espacios y zonas del pas.

    Existen dos peridicos mensuales dirigidos a la pobla-cin centroamericana en el pas: El Centroamericano yNicaragense. El primero es de carcter regional, imprime5 mil ejemplares mensuales, es gratuito y se distribuye enlugares con poblacin migrante nicaragense, guatemal-teca y salvadorea. El peridico mensual Nicaragenseest directamente dirigido a poblacin proveniente deNicaragua. Se distribuye, de manera impresa y por correoelectrnico, de forma gratuita. Se presenta adems comoun espacio utilizado para publicitar casas de remesas ynegocios de diferente ndole.

    El Parque La Merced, situado en la parte central deSan Jos, permite a los inmigrantes nicaragenses construirun cierto sentido de comunidad. La vida sociocultural queen l se desarrolla les permite reforzar su identidad. Segnuno de ellos, en La Merced no tenemos que ponernosninguna mscara, no tenemos que fingir que no somos

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    Transformacin de las prcticas sociales y nuevos horizontes culturales a partir de las migraciones en Costa Rica

    Maureen Jimnez. La mesa feliz (2005) de Ishtar Yasin,NICA/ragense (2005) de Julia Fleming, Mujeres cruzandofronteras (2006) de Ana Luca Faerrn y Mnica Quirs.Tambin podemos mencionar Desde el barro al sur(2002), documental dirigido y producido por Mara Joslvarez y Martha Clarissa Hernndez, cineastas nicara-genses, que ha sido presentado y discutido en distintoslugares e instituciones educativas de Costa Rica desdemayo de 2003.

    Sin embargo, los recursos para la produccin sonescasos y el proceso de consecucin de fondos es muylento. Una evidencia de estas limitaciones es el largome-traje documental Mal de patria, de la cineasta costarri-cense Gabriela Hernndez. Este es el nico proyecto hastaahora que pretende registrar en formato de documentalla vida de personas emigrantes costarricenses en EEUU.Su tesis es que muchas personas costarricenses reconfi-guran sus identidades a partir de sus experiencias comomigrantes. Mal de patria an no se ha podido realizar porcarencias de dinero.

    En el mbito teatral se identifica el monlogo titula-do El nica, escrito y protagonizado por Csar Melndez,migrante nicaragense en Costa Rica, quien cuenta conuna importante carrera como msico y actor de cine, tea-tro y televisin en el pas. Esta obra ha sido presentada parapblicos muy variados y ha tenido una recepcin inauditaen Costa Rica. Se ha presentado en comunidades donde seconcentra una alta cantidad de nicaragenses, pero tam-bin ha visitado ms de 800 comunidades costarricenses,colegios, escuelas, universidades. Tambin ha sido presen-tada en distintos lugares de Nicaragua y EEUU. Muchaspersonas confiesan que el monlogo las ha cambiado.

    Existen organizaciones no gubernamentales que sededican a promover la relacin entre produccin artsticay migracin como un modo de sensibilizar a la poblacinmigrante y a la poblacin receptora. Es el caso de laAsociacin Nicas y Ticos Somos Hermanos. sta ha pro-movido una serie de actividades artsticas y culturales quebuscan propiciar la fraternidad binacional. Ha organiza-do conciertos con participacin de artistas nicaragensesy costarricenses y patrocin a la Orquesta del Ro Infinito

    en su presentacin en San Carlos de Nicaragua, a la orilladel ro San Juan, con la presencia de costarricenses y nica-ragenses de las comunidades aledaas. Preparan el con-cierto El Rock nos Hermana con los principales grupos derock de Costa Rica y Nicaragua.

    Tambin ha organizado Conjunciones, un eventobienal de artes visuales convocado en forma conjunta conel Museo de Arte Costarricense, Asociacin de Amigos delMuseo de Arte Costarricense y el Ministerio de Cultura yJuventud. Con esta bienal se quiere generar un espaciopara promover el desarrollo de prcticas artsticas cons-cientes que permitan mostrar, crear e investigar diversasrepresentaciones en torno a la bsqueda de conciliacionesy la generacin de vnculos a travs de las artes visua-les para pensar la relacin y la hermandad entre costarri-censes y nicaragenses.

    La cultura es una red de interpretaciones, objetos,tradiciones para sostener y empujar la vida sobre la tierra.Es cierto que algunas prcticas culturales pueden propiciarel miedo, el odio, la desconfianza y el desprecio. En nues-tro trabajo hemos intentado documentar y denunciar algu-nas de estas situaciones inaceptables. Pero tambin existenprcticas culturales que pueden ayudarnos a desarrollar lascapacidades de estar juntos, de no odiar ni temer a quienesson diferentes. Es difcil educar los sentimientos y la imagi-nacin de la gente. Pero no es imposible. En Costa Rica,diversas organizaciones civiles llevan aos apostando por elreconocimiento, el respeto, los derechos y la integracincultural de los migrantes. El nuevo proyecto de reforma ala Ley de Migracin y Extranjera se coloca frente a esemismo horizonte.

    Por todo lo anterior, y gracias a sus capacidades deconvocatoria, divulgacin, y al respeto social que tieneen Costa Rica, el Centro Cultural de Espaa puede promo-ver campaas pblicas contra prejuicios xenfobos yprcticas discriminatorias. Artistas, artesanos, msicos,escritores, gestores, intelectuales y trabajadores de la cul-tura, apoyados por el Centro Cultural, podran compro-meterse a empujar una nueva sensibilidad cultural marcadapor la hospitalidad y el reconocimiento de la diversidad yla libertad cultural.

    Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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    Bibliografa

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    LPEZ, Luis y Vilma Pernudi (2007). Prejuicios y actitudes delos costarricenses hacia los inmigrantes nicaragenses, en:Dobles, Ignacio, Sara Baltodano y Vilma Leandro (eds.),Psicologa de la Liberacin en el contexto de la globaliza-cin neoliberal. Acciones, reflexiones y desafos, San Jos,Universidad de Costa Rica, pp. 316-328.

    MORALES, Abelardo (2008). Inmigracin en Costa Rica: caracte-rsticas sociales y laborales, integracin y polticas pbli-cas. Documento borrador para la elaboracin del informesobre Anlisis de impacto social y econmico de la inte-gracin de migrantes en pases de destino seleccionados,Presentado en el Foro Iberoamericano sobre Migracin yDesarrollo, Cuenca, Ecuador, 10 y 11 de abril.

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    RAMREZ, Jorge (2007). El chiste de la alteridad: la pesadi-llas de ser el otro, en: Sandoval, Carlos (ed.), El mito roto.Inmigracin y emigracin en Costa Rica, San Jos,Universidad de Costa Rica, pp. 313-338.

    SANDOVAL, Carlos (2002). Otros amenazantes. Los nicaragen-ses y la formacin de identidades nacionales en Costa Rica,San Jos: Universidad de Costa Rica.

    (Comp.) (2002)Cmo me siento en Costa Rica?Autobiografas de nicaragenses, en: Serie de documen-tos n 8, Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad deCosta Rica.

    (ed.), (2007). El mito roto. Inmigracin y emigra-cin en Costa Rica. San Jos, Universidad de Costa Rica. pp.339-356.

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    VARELA, Julio y Hugo Gonzlez (2003). La poblacin costarricen-se de la GAM y su percepcin sobre la inmigracin nicara-gense y su impacto en Costa Rica. Entrevista telefnica,Instituto de Estudios Sociales en Poblacin, Facultad deCiencias Sociales, Heredia, Universidad Nacional.

  • 27

    Uno de los elementos compartidos que une los cuatrotrabajos, adems del tema propio de la migracin, es elinters por las representaciones sociales y significados cul-turales vinculados a sta. A su vez, los cuatro componen-tes intentan superar el esquema tradicional de rupturacon el que la migracin es frecuentemente asociado. Msbien se proponen investigar, desde una actitud epistmi-ca subalterna, las subjetividades que construyen la migra-cin y al mismo tiempo son expresin de ella. Otro elementounificador, finalmente, es el enfoque terico constructi-vista, que permite una conceptualizacin pluralizada y untratamiento inductivo del fenmeno.

    En cuanto a metodologa y tcnicas aplicadas, nuestroestudio plantea un acercamiento metodolgico de cortecualitativo que atraviesa los cuatro componentes deinvestigacin. Adems, se caracteriza por una dinmica

    de trabajo complementaria. Las herramientas utilizadas sondiversas aunque compartidas en su mayora en los dife-rentes componentes. Se hace uso de fuentes tanto primariascomo secundarias, y en el caso de las primeras se imple-mentan los siguientes mtodos de recopilacin: entre-vistas con informantes clave, entrevistas de profundidad,grupos de discusin y observacin participante. En elcaso de las fuentes secundarias, se hace uso de revisinde bibliografa especializada, estudios precedentes, fuentesdocumentales, fuentes mediticas (audio, impresos y vide-os) y documentos legales. Los mtodos de anlisis inclu-yen anlisis de discurso, anlisis crtico de discurso y anlisissistemtico de metforas.

    El presente estudio, ms que un diagnstico sobre el estado de lamigracin en Nicaragua, es una investigacin que aborda la dimensincultural de los fenmenos migratorios. Rene cuatro estudios de casodesde diversos ejes temticos que analizan la migracin como un fen-meno multidimensional. Su objetivo general es explorar las manifesta-ciones identitarias de la migracin en los imaginarios sociales, accedidosy reconstruidos a travs de los discursos locales.

    Los cuatro temas se disearon de forma independiente, cada unocon su enfoque geogrfico, metodolgico y terico particular. En estesentido, el trabajo en su conjunto no representa una estructura acabada,ni pretende brindar un panorama ntegro de la migracin en Nicaragua(y mucho menos representativo), sino intenta visibilizar algunas desus manifestaciones particulares en un contexto global. Es por ello quecada uno de los artculos puede leerse independiente de los dems y,aunque existen diversos vnculos transversales, no es preciso una lec-tura del conjunto para apreciar cada uno de los abordajes.

    5 Resumen adaptado del diagnstico original por Sandra Amelia Cruz Rivera

    Manifestacionesidentitarias de lamigracin en Nicaragua:imaginarios y discursos5Adriana Palacios, William Montano, Carlos Sosa, Claudia Zuser y Johannes Kranz Instituto de Estudios Interdisciplinarios (IEI)de la Fundacin Casa de los Tres MundosNicaragua

  • en otros como el que sigue a continuacin, Costa Rica esdestino en defecto de EEUU:

    Por cuestiones econmicas porque uno all enNicaragua la pens y la requetepens (sic) tres veces,pero es una decisin muy dura verdad porque pri-mero es buscar aqu por todas lado pero llega unpunto verdad que no pods, adquirir el sueo ame-ricano que todos buscamos (GDM)

    Ideay porque Nicaragua ultimadamente se puso,se puso feo que ideay Por la guerra, por los torna-dos, por los terremotos por lo que fuera se pusomal Los sistemas de trabajo que all uno ya nopoda, este vivir (EN2)

    A Costa Rica se le representa como un pas por el que sesiente mucha gratitud dadas las posibilidades de trabajo,una casa o manos abiertas y el lugar donde han nacidosus hijos con los privilegios de la ciudadana costarricen-se, destacando la posibilidad de estudiar. De igual modose reafirma la idea del esfuerzo propio porque no les haregalado nada y el hecho de que Costa Rica segnestos nicaragenses surgi, y hay que ser sincero, porNicaragua. (GDM)

    Tambin expresan que la vida en Costa Rica es dura,y se reitera un imaginario donde EEUU o Norteamrica apa-recen como destinos preferibles. Adems, se enfatiza el ele-mento de clase, ya que segn estos quienes emigran sonlos menos abonados de la sociedad nicaragense.

    Un costarricense, nos comenta en un tono naturali-zado sobre las diferencias: Y si hablamos de diferenciasculturales entre costarricenses y nicaragense, si hay dife-rencias Si hay diferencias en los matrimonios, no va haberdiferencias entre un pas y otro Si no hubieran diferen-cias, no habran fronteras, verdad. Por otro lado, uno nosdice: aqu los ticos y los nicas nos llevamos pura vida.

    La Carpio: era una cosa que no tena ni pies ni cabeza8

    Ahora nos comentan un poco de por qu y cmo llegarona La Carpio: cmo era La Carpio, las limitaciones, quehablan de la experiencia y de las necesidades comparti-das: como sentirse en familia con otros nicaragenses,o como tener una vivienda propia: la necesidad, de, de-de una casita, nos hizo llegar hasta ac (GDM).

    Vea, (risas) vea, cuando nos venimos aqu mi espo-so estaba en Nicaragua en ese momento estabahaciendo sus primeros viajes a Nicaragua en esemomento y nosotros venimos y esto era algo que notenia ni pies ni cabeza, no se sabia donde sembrar unpalo nada, nada ni agua, nosotros bamos al canaltrece ms adelante del parque de diversiones, aja,para jalar un tarro de agua y para lavar bamos aunos chorros que una bajaba y tenia que ir bien ama-rradita a la maleta de ropa bien pesada, uno se baa-ba ah cuando ya llegabas a la parte de arriba erapuro lodo otra vez hedionda? (risas) y la ropa todaempapada y ir a tenderla y no volver a bajar y nopoda volver a bajar y no poda volver a bajar porqueme enlodaba de nuevo y ya no encontraba la ropaguindada porque para bajar es rpido pero para subirsi le cuerea y los gatos, los ratones. (GDM)

    Ante esta imagen de discriminacin un costarricense quevive en La Carpio nos comenta: yo no permito que nadieme hable de un nicaragense mal no lo permito, la xeno-fobia, esos chistes raros, verdad, que hay, yo por lo menos,a mi no, no me simpatizan verdad, el nicaragense quevive en Carpio, es muy luchador, muy luchador.

    Ser nicaragense: orgullo y vergenzaSi bien esta no es una exploracin que pretende ser unbarmetro del sentimiento migratorio, resulta intere-sante que solamente tres de los nicaragenses entrevis-tados se representaron como migrantes. En una de lasentrevistas una nicaragense nos comentaba cmo llega La Carpio: yo ah con personas que por lo menos aun-que no los conozca, son personas, nicaragenses, queandamos igual, digo yoen el mismo de-destino o seacomo migrantes. (EN2)

    Ante todo los nicaragense se auto-representa comogente trabajadora, que vienen a Costa Rica a lo quevienen (EN7). Ser nicaragense, tambin es un des-tino que tiene que ver con el hecho del nacimiento,tierra y con la sangre: es la tierra donde nac,eso es algo que ya traemos en la sangre. Tambin

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    Manifestaciones identitarias de la migracin en Nicaragua: imaginarios y discursos

    1.Identidades (in)migradas. Un acercamiento a algunas identidades nacionalesnicaragenses: el caso de La Carpio, San JosAdriana Palacios

    El presente trabajo realiza una exploracin sobre las iden-tidades de migrantes nicaragenses viviendo en La Carpio,San Jos. La Carpio, es un caso particular por ser una comu-nidad que se ha convertido dentro del imaginario popularen el lugar donde viven los nicas. De particular intersresulta la construccin discursiva de las identidades nacio-nales, entendidas como sistemas de representaciones cul-turales que van reconstruyndose a partir de exclusionesrecprocas. Las preocupaciones principales giran en tornoa las preguntas: Qu significa ser nicaragense? y Qusignifica ser nicaragense y vivir en La Carpio? En este sen-tido, los nicaragenses contestan por un lado a las repre-sentaciones alterizadas de los nicaragenses en CostaRica, y por otro, al discurso cultural identitario construidodesde Nicaragua.

    En las ltimas dcadas Costa Rica se ha convertidoen el destino econmico ms accesible de muchosnicaragenses (Rocha, 2003), empero, la migracin haciaCosta Rica no se trata de un fenmeno estructural nuevo,especialmente si hacemos una revisin atenta de las rela-ciones histricas y geo-polticas entre ambos pases(Alvarenga, 2001; Castro, 2002). Sin embargo, existenexplicaciones que plantean que la guerra de los ochen-tas fue el principal motivo de la migracin masiva de nica-ragenses hacia Costa Rica, pero segn Castro, es a partirdel 2000 cuando se quintuplica el nmero de nicaragen-ses respecto a la cantidad registrada en el ao de 1984,pasando de ser 1.9 por ciento a 5.9 por ciento de la pobla-cin total en Costa Rica (Ibd., p. 5).

    La migracin en su connotacin dominante: emigra-cin, ms que un mero desplazamiento o movimiento depersonas fuera de los espacios nacionales, se inscribe den-tro de una nueva dinmica del capital y del mercado mun-dial que no slo representa, polticamente, un desafo alpoder del estado nacional en su carcter de rbitro de lafrontera6 (Kivisto, 2003 Trad. AP) y de su soberanaterritorial y cultural, sino que tambin desencadena crisisen las identidades colectivas, en las naciones o comuni-dades imaginadas (Anderson,1991) como sistemas derepresentaciones culturales (Hall citado en Restrepo, 2004).

    Retomando lo anterior, vale la pena mencionar queen el contexto nicaragense, a menudo se pierden de vistadentro del fenmeno migratorio: las migraciones internas.Por ejemplo, la emigracin de mestizos hacia la CostaCaribe; tal vez por esa razn no se asumen como fen-meno migratorio los actuales movimientos Norte-Sur.

    La Carpio empez a interesarnos, no slo por lavasta atencin meditica que ha recibido durante los lti-mos aos en ambos pases, sino tambin porque en elimaginario popular se ha venido instituyendo como unasuerte de metonimia del inmigrante nicaragense en CostaRica. Una metonimia que a veces trasluce discursos anti-spticos del personaje migrante encarnado en este casopor el nicaragense7.

    El inters principal de esta exploracin esta orien-tado en dos sentidos: En primer lugar conocer el modoen el que los nicaragenses viviendo en La Carpio estnargumentando su nicaraganidad, cules son los discur-sos, las subjetividades y los smbolos que distinguenestos discursos, y cmo stos se recrean y se afirman enun espacio como La Carpio. Y en segundo lugar, cmoeste discurso contesta o reproduce, por un lado, algunasrepresentaciones del nicaragense alterizado en CostaRica: las representaciones de buenos trabajadores y almismo tiempo de usurpadores, sucios, violentos (Cf.Sandoval, 2006a).

    Referencias para las entrevistas:GDM - Grupo de discusin de mujeresGDH - Grupo de discusin de hombresEN - Entrevista a nicaragenseEC - Entrevista a costarricense

    De Nicaragua a Costa RicaLas motivaciones que nos relatan son variadas, desderazones econmicas, la guerra, desastres naturales ysituaciones personales. Son retratos donde esta implcitala bsqueda de una vida nueva; y Nicaragua aparececomo un pas donde no se puede vivir. Algunos mati-ces sugieren su percepcin de bonanza econmica de CostaRica en relacin a Nicaragua en tanto la oferta de trabajo,

    Migraciones: Mirando al Sur. Entrecruzamientos culturales en las migraciones centroamericanas

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    8 Sobre esta experiencia puede verse a profundidad los relatos y redac-ciones de los habitantes de La Carpio recogidos en Nuestras Vidas enCarpio: aportes para una historia popular (2007).

    6 boundary arbiter.7 Segn Censo del ao 2000, los nicaragenses representaban un76,4% de total de extranjeros censados en Costa Rica (Baumeister,2006:24 y Castro, 2002:4).

  • Comentaron que la cultura nicaragense es unacultura inferior, especialmente, porque en reiteradas oca-siones el costarricense fue representado como personaeducada. Uno de los entrevistados nos deca: el pro-blema aqu mi hermano es el bajo nivel cultural; (la gente)no, no trae las mismas ideologas, ya, ni si quiera sabeque cosa es el gue gue, no sabe que cosa es, con costohablan de la poltica, me entiende. (EN7)

    Todo lo anterior se complejiza cuando se trata dela transmisin cultural a las nuevas generaciones: inclusopara decirles a nuestros hijos cuales son nuestras tradi-ciones. (EN2)

    Una singular explicacin sobre de la migracinnicaragense a Costa Rica y violencia en La Carpiovista desde la perspectiva de un costarricenseEste relato se presenta ntegro, es un pasaje que nosbrinda luz sobre la excepcionalidad costarricense y laviolencia atribuida a los nicas que est vinculada conel imaginario de la guerra de los aos 80, sugiriendo quelos jvenes de La Carpio fueron de alguna manera losherederos de la violencia de sus padres:

    La cada de Don Ortega, hablemos de la del lacada del seor Ortega y el ingreso al poder deVioleta Chamorro Es importante eso de Esimportante para poderles explicar, quienes se hanvenido ac en base a lo que yo considero experien-cia. No es ni es la fija tal vez no sea la verdadpero es la nica manera en la que yo le doy explica-cin a las cosas. Entonces pap y mam se vinieronpara Costa Rica trajeron al mundo a un hijoPap le cont al hijo que el estuvo en la contra oque estuvo en el ejrcito y que hubo una contraa la que entre los mismos hermanos se matabanunos a otros, que haban atentados terroristas entres siendo del mismo pas. Ellos mismos eso es loque se ve eso es lo que contaba, eso es lo que le con-taba papa al hijo o a la hija. Pero no lo contaba astan crudo como lo estoy diciendo yo. Sino que decade una manera heroica para que el hijo se sintieraorgulloso de algo que haya hecho el padre. Quva qu va a asumir el hijo? Qu va a querer serlos hijos? Quieren ser iguales, o mayores, o superio-res a lo que hizo el pap. Y ac al no haber una con-tra(entre risas) revolucionarios costarricenses,

    porque no hay Aqu no existe un grupo armado,ni nada es ms ni la Polica es un grupo armado, nose puede tomar de esta manera. La solucin es unconflicto entre los mismos hermanos, en la mismacomunidad. Pusieron su frontera que es esa calle queustedes venla principalSe hizo un grupo del otrolado inconscientemente ellos lo hicieron, rechaza-ron los buenos de este otro sector

    Va pues y pura vida10: los dichos y el acento comorasgos distintivos y recursos de incorporacinEl acento costarricense y nicaragense, adems de serobjeto de chistes, se ha convertido en una de las marcasde diferencia cultural entre ambos (Sandoval, 2006 a:223), que se entreteje una relacin jerrquica, donde elespaol que se habla en Costa Rica es mejor valorado. Acontinuacin algunas consideraciones surgidas en unaconversacin informal con tres personas y que documen-tamos en una pulpera en La Carpio.

    Le voy a decir una cosa, nosotros los nicaragen-sesla mayor parte que est fuera del pasno haentrado aqu a Costa Rica, cuando ya est hablan-do tico. La mayor parte hablan tico.

    Ahora escchame, eso es lo que nos critican anosotros. Porque somos muy haraganes. Porquedecimos va pues en una forma acelerada y es va p u e s ss. Hay que pronunciar la s bien. Y nos-otros vapue, vapue Los ticos dicen pura vida ynosotros va pues.

    Por otro lado, esta diferencia en el caso de los nicara-genses puede ser motivo de vergenza, por tanto ellosesperan aculturarse (incluso estratgicamente): derenunciar, uno no renuncia, simplemente abarca el momen-to, porque yo la primera vez que yo iba a comprar unchile dulce, yo digo: dme una chiltoma y me dice eso sellama chile dulce hay Dios mo y uno para no sentir la ver-genza de pasar eso, uno como que se adapta, esforzn-dose a agarrar otra cultura que no es la suya

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    Manifestaciones identitarias de la migracin en Nicaragua: imaginarios y discursos

    es un orgullo por el que hay que agradecer a Dios:es una grandicia que Dios me dio (sic). Tambin sernicaragense es un valor, y si se niega es como quese est negando a la propia madre, al nacionali-zarnos, perdemos, eh, el valor de ser nicaragense.

    Otro modo en el que se argumenta la nicaraguanidad esen trminos institucionales, y en este sentido resulta inte-resante el modo en el que en el contexto migratorio unsmbolo/objeto como la cdula de identidad se reconvier-te en fuente de nicaraganidad: Hay miles de nicaragen-ses que a pesar de que somos nicaragenses y amamosnuestra patria, no somos nicaragenses porque no tene-mos cdula. De igual modo la nacionalidad se convier-te en un elemento tnico: otro de los entrevistados, nacidoen Bluefields, nos comentaba a propsito de la idea delmestizaje surgida en uno de los grupos de discusin: comonicaragense me siento representado, pero en s, en s micultura no est representada ah.

    Sobre la mujer nicaragenseEn este sentido la representacin de la mujer nicaragen-se, tanto la que hacen las mujeres de si mismas como la delos hombres nicaragenses, est vinculada principalmenteal trabajo. En este caso particular, se resalta el sufrimientoy la lucha ante la vida por un