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    Rafael Correa DelgadoPresidente Constitucional de la Repblica del Ecuador

    Erika Sylva CharvetMinistra de Cultura

    Marco Tulio Restrepo GuzmnViceministro de Cultura (e)

    Daniela Fuentes MoncadaSubsecretaria de Emprendimientos Culturales

    Vernica Polit ChiribogaDirectora de Relaciones Internacionales y Cooperacin Cultural

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    Ab. Tatiana Snchez Ramn

    Directora de Emprendimientos e Industria Editorial

    Seleccin de textos: Dr. Jorge Nez Snchez

    Correccin de textos: Edwin Andino lvarez

    Diseo y diagramacin:

    Direccin de Emprendimientos e Industria del Diseo y Artes Aplicadas

    Foto Portada: Archivo Matas Bosch

    2013, Ministerio de Cultura del Ecuador

    Telfono: 381 4550Quito, Ecuador

    Los criterios, vertidos en esta obra son de responsabilidad exclusiva de sus autores, yno necesariamente reejan la opinin ni la visin del Ministerio de Cultura sobre los

    distintos temas abordados.

    Esta publicacin no puede ser reproducida parcial o totalmente, mediante ningn

    medio o procedimiento, sin el permiso escrito del autor y del Ministerio de Cultura

    del Ecuador.

    www.cultura.gob.ec

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    NDICE

    JUAN BOSCH OTEANDO A NUESTRA AMRICAPor Jorge Nez Snchez

    La Verdad Sobre Chile

    El discurso de Caracas*

    La Repblica Dominicana renuncia a un derecho

    El caso de los refugiados en embajada del Per

    La manipulacin de noticias sobre la Revolucin Cubana

    Lo que se ve lo que no se ve en un discurso de Fidel CastroLas semejanzas profundas entre Bolivia y nosotros

    Puede desarrollarse la socialdemocracia en los pases de AmricaLatina?

    Capitalismo tardo y clases sociales en Amrica Latina

    Sobre el Salvador y la poltica antisovitica de los E.E.U.U.

    No todas las revoluciones han tenido programa

    Una leccin de la historia: la unidad de los pueblos centroamericanos

    Mis recuerdos del Che Guevara

    La invasin de Playa Girn*

    Simn Bolvar, el de las luchas portentosas

    Los sucesos de Granada ofrecen un cmulo de lecciones polticasLa legin del Caribe, un fantasma de la historia

    Nicaragua y Estados Unidos: elecciones comparadas

    La doctrina Truman y la poltica exterior norteamericana

    Un mensaje para Reagan

    Nicaragua amenazada

    Hait a travs de su historia

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    JUAN BOSCH OTEANDO A NUESTRAAMRICA

    Por Jorge Nez Snchez

    Hay hombres que resumen en su vida las luchas y esperanzasde todo un pueblo. Uno de ellos fue el profesor Juan Bosch, notableintelectual y poltico dominicano, que naci en La Vega, en 1909, y

    falleci en Santo Domingo, en 2001, despus de una larga vida decombates por la democracia y contra las diferentes fuerzas opresivasque afectaban a nuestra Amrica.

    Para las gentes de mi generacin, su nombre fue todo unsmbolo de la dignidad nacional dominicana y latinoamericana,puesto que haba liderado la lucha contra los males que azotabana los pueblos del Caribe: las dictaduras, la marginalidad social y lasintervenciones extranjeras.

    Nacido en una poca marcada por la presencia omnipotentede tiranos y dictadores, su vida pblica se inici precisamentedenunciando a esas tiranas y luchando contra ellas. En su pas sehaba instalado la tirana de Rafael Leonidas Trujillo a raz de laocupacin militar norteamericana de 1916 a 1924 y como parte delnuevo sistema de dominacin continental, en el que ocupaban lugarprotagnico ciertos ociales de las guardias nacionales formadas por

    los EE. UU. en cada pas ocupado: era el caso de Trujillo, en su pas,pero tambin el de Anastasio Somoza, en Nicaragua.

    Juan Bosch, como otros muchos dominicanos, se empe en lalucha contra esa dictadura "sangrienta y fecal", para usar el calicativocreado para el gnero por el guatemalteco Luis Cardoza y Aragn.Ello lo llev a la crcel y despus a un largo exilio de casi un cuartode siglo, que marc denitivamente su vida y le puso en el camino

    de la reexin sobre la realidad pasada y presente de su pueblo y delos dems pueblos de Amrica Latina. En esa circunstancia escribien Chile, en 1955, su estremecedor libro Pker de espanto en el Caribe,

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    en el que desnudaba a las brutales dictaduras de Trujillo, Somoza, PrezJimnez y Batista, impuestas conjuntamente por el poder norteamericanoy las oligarquas locales, dentro de un plan continental de mantenimiento

    del statu quo y el inmovilismo social.Para nuestro personaje, su principal inters estrib siempre en el

    anlisis denunciador de la tirana que asolaba a su patria, como lo reejansus varios libros y mltiples artculos sobre Trujillo y el trujillismo escritosen esos aos de ostracismo. As naci, entre otras producciones, aquellaobra titulada Trujillo, causas de una tirana sin ejemplo, publicada en Caracasen 1959, mientras gobernaba Venezuela el doctor Rmulo Betancourt,

    principal abanderado de la oposicin continental contra el trujillismo y aquien el tirano caribeo intent asesinar mediante un audaz atentado, el24 de junio de 1960.

    Eso provoc, al n, la reaccin indignada de los gobiernosdemocrticos del continente, a la que se sumaron los Estados Unidosluego de la llegada de Kennedy al poder, en enero de 1961, por considerarque la continuacin poltica de Trujillo poda dar lugar al surgimiento de

    "otra Cuba". En ese marco, un grupo de militares y civiles dominicanosvinculados a los EE. UU. ejecut al "Generalsimo" el 30 de mayo de1961, en busca de dar paso a una democratizacin formal del pas y evitarun estallido revolucionario a la cubana. Con una mezcla de pragmatismoy cinismo, el presidente Kennedy haba denido poco antes las posiblessalidas a la situacin dominicana, diciendo: "Hay tres posibilidades que son,en orden de preferencia: un rgimen democrtico honrado, una continuacin del rgimende Trujillo y un rgimen castrista. Debemos apuntar a la primera posibilidad, pero

    realmente no podemos renunciar a la segunda, hasta que estemos seguros de quepodemos evitar la tercera".

    En realidad, los EE. UU. buscaron desde el comienzo un trujillismosin Trujillo. De ah que toleraran de mala gana esas elecciones de diciembrede 1962, en las que triunf Juan Bosch con un 60% de los votos, y queluego apoyaran a la torpe dictadura que puso n, en septiembre de 1963,a ese ensayo democrtico. Y, en n, la descarada y brutal invasin militarque ejecutaron en 1965, cuando el pueblo reaccion contra esa dictaduracon la revolucin popular del 24 de abril.

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    Entre tanto, a comienzos de 1965 se alz contra el gobiernodictatorial la ocialidad no contaminada del ejrcito dominicano, enbusca de restaurar a Bosch en el poder. De inmediato, el pueblo tom

    las armas en apoyo de los militares constitucionalistas, estallandola Guerra de abril, en que las fuerzas democrticas derrocaronal gobierno usurpador y arrinconaron a los sectores militares queopusieron resistencia al proyecto de restaurar a Bosch en la Presidenciade la Repblica. Entonces, cuando todo anunciaba el triunfo de losrebeldes, el gobierno de los EE. UU., presidido por Lyndon Johnson,envi 45 mil soldados para ocupar la Repblica Dominicana y evitar,segn dijeron, el surgimiento de otra Cuba.

    Bosch inici un nuevo exilio, esta vez en Espaa y Francia, que seextendera de nes de 1966 hasta el inicio de la dcada de los setentas,y donde se dedicara a investigar y escribir con su conocido impulsointelectual y poltico. En ese periodo reexionara profundamentesobre la realidad de su pas y de nuestra Amrica. Es tambin el periodoen que Bosch visita varios pases y se entrevista personalmente congobernantes como Tito, de Yugoeslavia, y Norodom Sihanouk, de

    Camboya. Como consecuencia de todo ello, inici un giro polticohacia la izquierda, reejado en sus nuevos libros.

    El maestro estuvo siempre muy claro respecto de las fuerzas a lasque combata y que lo combatan y eso le ayud a profundizar, duranteeste periodo de residencia en Europa, en el anlisis de la dimensininternacional de la poltica, la evolucin histrica del capitalismo y ladivisin del mundo capitalista en un espacio central y otro perifrico,dominante el uno y dependiente el otro. Estudi tambin el fenmeno

    del capitalismo hiperdesarrollado en los Estados Unidos, que habadado lugar a la formacin de esa estructura de poder que Eisenhowerllamara el complejo militarindustrial, la que, segn apreci Bosch,se expresaba polticamente en el pentagonismo. Tambin estudi laevolucin histrica de la composicin social dominicana y concibi latesis de un nuevo rgimen poltico para los pases dependientes o decapitalismo subdesarrollado: la tesis de la dictadura con respaldo popular ode la hegemona poltica del pueblo.

    Precisamente de esa poca es su importante ensayoEl pentagonismo,sustituto del imperialismo, terminado en 1967, en plena poca de la guerra

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    de Vietnam, y presentado como ponencia a la Tercera ConferenciaInteramericana de Ciencias Polticas y Sociales, que tuvo lugar en SantoDomingo. En l, Bosch se lanz a la indita tarea de actualizar la teora

    del imperialismo, analizando la accin creciente del "complejo militarindustrial" y estudiando las nuevas tendencias polticas que surganen el mundo como consecuencia del fenmeno que Bosch identiccomo "capitalismo sobredesarrollado". La agudeza y profundidad desu ensayo, unidos a su oportunidad, convirtieron a este trabajo en unhito del pensamiento poltico latinoamericano, que conoci sucesivasediciones a partir de ese ao.

    Para cuando redact el prefacio de este libro, en enero de 1968,Juan Bosch, radicado entonces en Benidorm, Espaa, andaba ya acaballo entre dos de los mayores proyectos intelectuales de su vida.

    De una parte, escriba el prlogo y preparaba la publicacin desu notable obra Composicin social dominicana, que fuera el primer granensayo de interpretacin sociolgica general de la historia de su pas,enfocado a partir del anlisis de las formas productivas, la estructurasocial, la accin y contradiccin de las clases y grupos sociales. Por sunivel cientco y su lenguaje preciso y difano, este libro se convertiraprontamente en un clsico de los estudios histrico-sociales, al puntode que hasta la fecha se ha conocido ms de veinte ediciones.

    De otra parte, andaba empeado en el estudio de la historia delCaribe, regin que por sus especiales caractersticas de Mediterrneoamericano haba fungido, durante casi cinco siglos, como fronteraexterior de las diversas potencias europeas en sus disputas coloniales.

    Surgi as su magistral libro De Cristbal Coln a Fidel Castro, el Caribe,frontera imperial, gran libro y libro grande a la vez, en cuyas 740pginas qued revelada para siempre esa agitada y tremenda historiadel Mar Caribe, poblada de empresarios azucareros, esclavos, piratas,bucaneros, corsarios, agentes coloniales, contrabandistas, dictadoresy revolucionarios. Cosa curiosa: la aparicin de esta obra, en 1970,bajo el sello de la editorial espaola Alfaguara, coincidi con la deotro libro, de similar ttulo e intencin, escrito en ingls por el notableintelectual y poltico trinitario Eric Williams (From Columbus to Castro:the history of the Caribbean, publicado por Harper and Row, de Nueva

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    gobernantes de su pas. Por otra parte, se empe en utilizar lasnuevas tcnicas de comunicacin, como la radio y la televisin, paraeducar polticamente al pueblo, hablndole de sus deberes y derechos

    e instruyndole en los mecanismos y recursos de la accin poltica endemocracia.

    A la vez que enfrentaba polticamente al seudo-democrticoy corrupto rgimen balaguerista, heredero directo del trujillismo,Bosch, en plena madurez vital, volvera a investigar y escribir sobresus temas fundamentales: aparecieron de este modo sus libros Lafortuna de Trujillo (Santo Domingo, 1985), La pequea burguesa en la

    historia de la Repblica Dominicana(Santo Domingo, 1985),El capitalismotardo en la Repblica Dominicana(Santo Domingo, 1986) yLas dictadurasdominicanas(Santo Domingo, 1988).

    Pero, ms all de la lucha vital e intelectual contra losdominadores de su pas, Bosch tambin elaborara profundos estudiossobre la historia de las ideas en Repblica Dominicana y en nuestraAmrica. Ah estn sus obras sobre Eugenio Mara de Hostos, el

    precursor de la liberacin intelectual y educativa dominicana, y suslibros sobre el Libertador Simn Bolvar (uno de ellos para jvenes),que revelan la admiracin de este luchador y pensador de hoy por losluchadores y pensadores de ayer.

    En n, todas estas nuevas obras de ciencia social vendran asumarse a sus varias y ya afamadas obras literarias. Porque hay queprecisar que Juan Bosch fue, adems de un gran luchador por lademocracia, un notable literato y en especial un maestro del cuento.

    Su carrera literaria se inici en 1933 con el libro decuentos Camino Real, recreacin de sus experiencias vitales ensu pueblo natal. Poco despus dio a luz su novela breve LaMaosa (1936), que tiene por personaje central a una mula.De aquellos primeros tiempos son tambin sus cuentos La mujer,recogido en innumerables antologas, Dos pesos de agua y El abuelo.

    Al regresar a su pas, luego de un largo ostracismo, recogi susescritos en dos volmenes titulados: Cuentos escritos en el exilio yMs

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    cuentos escritos en el exilio, publicados ambos en 1964. Para entonces, suobra literaria ya era conocida y publicada en otros pases de AmricaLatina, como Cuba y Chile, donde se haban publicado sus biografas

    Hostos, el sembrador (Cuba, 1939) yJudas Iscariote, el calumniado (Chile,1955).

    Bosch escribi algunos cuentos perfectos, como La nochebuenade Encarnacin Mendoza, y otros de gran fuerza social y carga losca,como Los amos, La muchacha de la Gaira, Dos pesos de agua y La mujer.Empero, dej de cultivar el cuento en los aos sesentas, aunquesu aporte a este gnero literario era ya signicativo, tanto por sus

    creaciones cuanto por las lecciones literarias, expuestas en la obraApuntes sobre el arte de escribir cuentos, que fuera elogiada por GabrielGarca Mrquez, quien se ha declarado discpulo literario de Bosch.

    Nuestro autor cerr su ciclo narrativo con la novela El oro yla paz, publicada en 1975. Esta obra gan en Repblica Dominicanael Premio Novela Nacional de Literatura, ese mismo ao, y ha sidocalicada por la crtica como una obra maestra de la literatura

    dominicana.

    * * *

    Quiero referirme de modo particular a la visin histrico

    social de Juan Bosch, expresada en muchos libros y en una formidablecoleccin de ensayos y estudios histricos, pero tambin en otrascosas que estimamos fundamentales en un historiador: una formaparticular de ver la realidad, y un mtodo propio para estudiarla ycomprenderla. Hablemos, pues, de esa su particular forma de ver larealidad, que lo distinguiera de la mayora de cientcos sociales de sumundo y su tiempo.

    Ante todo, salta a la vista su visin amplia y totalizadora de losfenmenos histricos, construida en una poca y en un espacio delconocimiento en que reinaban -y por desgracia todava reinan- las

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    visiones particularistas, localistas y reduccionistas. Y es que el campode la historiografa, como ningn otro de las ciencias sociales, estminado en la teora y en la prctica por el particularismo. De una parte,

    estudia hechos particulares, eventos diferentes entre s, cada uno delos cuales tiene su propia historicidad. De otra, hay una antigua perosostenida tendencia positivista a mirar a la historia como una ciencia delos hechos nicos e irrepetibles, tan particulares que se estima que nisiquiera pueden ser reducidos a categoras generales de anlisis. Y, porn, podramos agregar que hay en los historiadores latinoamericanosuna suerte de pasin nacionalista, que acta como una fuerzadistorsionadora del enfoque cientco y lleva a la mayora de ellos a

    empearse exclusivamente en el estudio de la historia de su pas y arenunciar voluntariamente al estudio de fenmenos de espectro msamplio, como los regionales o universales. Pues bien, a contrapelode todas esas tendencias, creencias y realidades particularistas, JuanBosch se empe en ver y comprender la realidad histrica ms alldel siempre estrecho horizonte de lo nacional, observndola en losamplios escenarios de lo continental y lo mundial. Esa tendencia semantiene inclusive en sus obras de anlisis de la particular realidaddominicana, la que es estudiada siempre con referencia a otrosfenmenos mayores que la enmarcan, como la accin colonialista yneocolonialista en el Caribe, la presencia del imperialismo o los ujosy reujos del capitalismo internacional.

    De este modo, don Juan nos ense a mirar la historialatinoamericana con una visin amplia y totalizadora, por encimade los deslindes aldeanos impuestos por una tradicin colonial yun nacionalismo estrecho, y nos orient a establecer los grandesfenmenos de nuestra historia comn, encuadrados, a su vez, enlos grandes fenmenos de la historia universal. El gran ejemplode ese modo de estudiar la historia fue su libro De Cristbal Coln aFidel Castro, verdadero monumento a la ciencia social, en el que lospequeos fenmenos locales se engarzan en una visin totalizadoradel conjunto, marcada por la expansin capitalista occidental, las

    disputas y conictos entre los imperios y las luchas de los puebloscontra el colonialismo y el neocolonialismo.

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    Hablemos ahora del mtodo de anlisis utilizado por Boschpara sus estudios historiogrcos. Hombre de variados talentosintelectuales y dueo de una amplia cultura, fue sin embargo un

    investigador nato, un buscador permanente, un hermeneuta clsico, queno se conformaba con lo ya sabido, que no extrapolaba conclusiones,que no ponticaba sobre lo desconocido, como lamentablementese acostumbra hacer en este ocio por parte de gentes que tienenbastante menor erudicin que este maestro dominicano. As, su rutacientca fue siempre de la factologa a la teora, de lo concreto a loabstracto, de lo nacional a lo internacional. De ah que sus conceptos,sus categoras de anlisis, sus conclusiones, su teora historiogrca,

    en suma, no fueran ejercicios de esfuerzo mental para acomodar larealidad a una teora predeterminada -como solan hacer por entoncesmuchos marxistas criollos- sino resultados cientcos surgidos de laaprehensin cognoscitiva de la realidad y encaminados a orientar aotros investigadores en la ruta de aproximacin al conocimiento.

    A este rigor cientco, a este ejercicio de constantehermenutica, se debe el hecho de que Bosch haya contradicho con

    rmeza y seguridad ciertos paradigmas y "paradogmas" que entoncesse imponan en las ciencias sociales latinoamericanas, como aquel dela contradiccin fundamental entre clase burguesa y clase proletaria.l demostr con sus investigaciones y conceptos que el capitalismono era, en Amrica Latina, una planta nativa sino extica, cuyo cultivonos haba sido impuesto desde fuera y que, por lo mismo, habacrecido esculida y deformada. Tambin demostr que ese desarrollocapitalista atpico no haba generado una estructura capitalista plena,

    ni las clases propias del capitalismo clsico, y as nos fue explicandonalmente el por qu carecamos de burguesas nacionales capacesde cumplir con las tareas histricas que son propias de tales grupossociales, como la creacin y defensa de un mercado interno, lapromocin de un desarrollo autnomo o el fortalecimiento de unaidentidad nacional.

    De este modo naci precisamente su famosa contradiccin

    entre los conceptos de "clase dirigente" y "clase dominante". Segnella, cualquier pas que no tuviera una burguesa nacional, con interesespropios e independientes, sino una burguesa larvaria y dependiente

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    del capital extranjero, careca en realidad de una clase dirigente, capazde promover el inters nacional, y a lo sumo poda tener una clasedominante, empeada en mantener el sistema de dominacin y en

    promover los intereses del capitalismo extranjero.Hay ms: creo que necesitamos profundizar en el anlisis de

    su concepto de clase dirigente, que tiene unos ribetes politolgicos yantropolgicos que la aproximan al concepto de elite sustentado porMagnus Morner, otro gran estudioso de la realidad latinoamericana. Enefecto, la clase dirigentede Bosch, capaz de asumir la representatividadhistrica de la nacin y promover las tareas del progreso nacional, se

    parece mucho a la elitede Morner, que concentra poder econmico,prestancia social y acervo cultural.

    Adicionalmente, Juan Bosch nos aproxim en el plano tericoa un fenmeno muy importante de nuestra historia latinoamericana,cual es el mecanismo preferente de acumulacin capitalista de nuestrasburguesas. Los estudios del maestro demuestran que en nuestrospases, ante la falta de condiciones para el desarrollo de un mercado

    interno, y por ende de un modelo de capitalismo industrial, nuestrasclases dominantes han encontrado su mejor y mayor mecanismo deacumulacin de capital en el manejo del Estado. Y esa acumulacinla han efectuado por medios lcitos o ilcitos, sutiles o brutales, segncual haya sido su gusto y el nivel de resistencia de sus pueblos. A veces,se ha tratado del simple y llano robo de fondos pblicos, pero en otrasocasiones las burguesas han efectuado acciones expropiatorias mssutiles, como p. e. las tristemente clebres devaluaciones monetarias,

    a travs de las cuales los grupos agroexportadores expropiaban a suspueblos y se enriquecan fabulosamente. En n, en otros casos seha tratado de saqueos sistemticos y duraderos, que ciertos gruposdominantes han ejecutado contra sus pueblos y pases mediante laimposicin de brutales tiranas, como esas del Caribe que Juan Boschestudiara con tanto afn. Y no s si don Juan fue el primero en analizareste fenmeno, pero estoy seguro de que fue quien con mayor ahncoy lucidez investig el desarrollo de esas lumpen-burguesas, orecidas

    bajo la oscura sombra de los strapas, el mayor de los cuales, Trujillo,lleg incluso a sustituir en su papel econmico a la misma clasedominante, concentrando en su propias manos la economa nacional.

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    En resumen, hay que destacar el hecho de que la obra deBosch no fue el fruto de un esfuerzo intelectual aislado, efectuadoen una alta torre de marl. Al contrario, se trat de una obra de

    investigacin-accin, en la que el ejercicio intelectual iba de la manocon la lucha poltica y se alimentaba mutuamente con sta. Por eso quetoda la obra de este gran historiador se orient hacia una verdaderapedagoga de masas y sus libros fueron escritos para el pueblo letradoy especialmente para los estudiantes, en busca de crear una concienciasocial acerca de esas realidades estudiadas y formar una concienciaciudadana para el ejercicio de una empresa de liberacin nacional,entendida como ruptura de las ataduras de la dependencia, pero

    tambin como construccin de un pas nuevo, de un hombre nuevoy de una historia limpia de las escorias del pasado.

    Mas el anlisis de la obra boschiana no estara completo si nohablsemos de su mtodo expositivo, que tambin signic un retopara las costumbres intelectuales de nuestro tiempo. Convencido deque la mayora de lectores se aburran de la ciencia social precisamentepor las formas elitistas y recargadas que tena la exposicin, preada

    de trminos altisonantes, conceptos abstrusos e interminablenmero de citas, el maestro propuso un mtodo expositivo claro,directo y abreviado, elaborado con un lenguaje elegante pero de fcilcomprensin, en el que el hilo del discurso no fuera cortado por citasni sobrepesos formales.

    En sntesis, hallo en la obra historiogrca de don Juan Boschla hermosa conjuncin de una labor investigativa ejemplar, de una

    labor terica signicativa y de una labor pedaggica envidiable. Ysi a todo esto unimos su talento literario y su grato estilo, creo quepodemos explicarnos el sostenido xito de sus libros sobre la historiadominicana, latinoamericana y universal.

    * * *

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    Conoc al profesor Bosch a nes de los aos setentas, cuandoera un insigne exiliado poltico, cuyos libros concitaban la crecienteatencin de los cientcos sociales, pero tuve la oportunidad de

    tratarlo ms cercanamente en los aos siguientes, en el marco deactividades del Comit de Intelectuales por la Soberana de los Pueblosde Nuestra Amrica. Sabio, lcido y experimentado, era uno de esospolticos raros y ejemplares, que se guan por una tica de principios yno por intereses coyunturales o vulgares apetitos de poder.

    l comparta la idea bolivariana de que un pueblo ignorante es uninstrumento ciego de su propia destruccin. Y precisamente por eso, uno

    de sus empeos estaba en la educacin poltica del pueblo, con mirasa sacarlo de su tradicional papel de comparsa de los partidos, paraconvertirlo en la vanguardia consciente de una renovada democraciarepublicana. Otro empeo suyo era la defensa de la soberana delos pueblos de Amrica Latina y el Caribe, a la que vea siempreamenazada por poderes imperiales que buscaban avasallarla, paramejor someterla a su dominio y explotacin.

    Junto con la defensa de la soberana de nuestra Amrica, Boschse empeaba en profundizar y fortalecer la identidad de nuestrospueblos, que l la hallaba asentada en una comunidad cultural hechade palabras, experiencias y sueos compartidos.

    Notable oteador de nuestra historia y nuestra cultura, hallabaque el sentimiento unitario de los latinoamericanos era una vetaprofunda que corra por el fondo de nuestro espritu. Una msica,un cantar, una danza identifcan a latinoamericanos nacidos en pases muyalejados entre s; los identifcan y los unen sin que en ese movimiento de susalmas hacia la unidad juegue un papel la posicin poltica; pero si, ademsde su identifcacin latinoamericanista, se produce tambin la de carcterpoltico, entonces el vnculo que los une pasa a ser mltiple y, por tanto, mspoderoso que el que es de origen puramente poltico.1

    1 Juan Bosch, Una leccin de historia: la unidad de los pueblos centroamericanos, enJuan Bosch. Temas Internacionales, Miguel Collado compilador y editor, Fundacin JuanBosch, Sto. Domingo, 2006, pgs. 213215.

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    Siguiendo con ese anlisis de nuestra identidad espiritual, JuanBosch apreciaba que nos identifcan todas las experiencias culturales queforman el conjunto de la latinoamericanidad, empezando por la lengua. Esos

    valores culturales pueden parecer subjetivos, pero son objetivos; tanto lo son que enla caso de la danza podemos verla y en el de la msica podemos orla. Subjetivosson, sin embargo, los hechos histricos a pesar de que fueron objetivos en elmomento en que eran ejecutados; y ocurre que los hechos histricos que llevarona cabo los pueblos y sus lderes, forman uno de los componentes ms fuertes de losvnculos que unen a los latinoamericanos de habla espaola. Se nombra a Marto a Bolvar y todos sentimos que se est hablando de dos fundadores de la PatriaMayor.2

    Esa vocacin latinoamericana del profesor Bosch tuvoexpresiones tericas, pero tambin otras de carcter poltico, que lovincularon a las luchas por la democracia y la dignidad de nuestrospueblos. En los aos ochentas, tuvimos la fortuna de compartiralgunas de ellas junto con otros ecuatorianos, entre los cuales, losrecordados maestros Oswaldo Guayasamn, Nela Martnez, PedroJorge Vera y Carlos Oquendo. Me reero a las acciones del Comit

    Permanente de Intelectuales por la Soberana de los Pueblos deNuestra Amrica, fundado en 1982, cuyas acciones se enfocaronespecialmente a combatir la presencia de las dictaduras supervivientesen el continente y a enfrentar los desafueros del gobiernoestadounidense de Ronald Reagan, quien haba declarado una atrozguerra secreta contra la Nicaragua sandinista y proclamado nuevosdesignios imperiales sobre Amrica Latina, bajo la teora de queCentroamrica constitua la cuarta frontera de los Estados Unidos.

    En ese notable Comit, la presencia y palabra del profesor Boschcontribuyeron signicativamente al enriquecimiento de sus tareas y ala comprensin de los fenmenos que se hallaban en proceso.

    En concordancia con ello, en 1983 se constituy en nuestropas el Comit Ecuatoriano de Intelectuales por la Soberana de losPueblos de Nuestra Amrica, que tuvo como Presidente a OswaldoGuayasamn, como Vicepresidente a Pedro Jorge Vera, como

    2 Id.

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    Cada uno de los trabajos recogidos en este libro es unapequea obra maestra, pues analiza un tema o evoca un recuerdode modo preciso y lo redondea en pocas pginas. As, el artculo

    Anlisis de las sociedades de la Amrica Latina, escrito en 1990, enfoca elasunto de la estructura oligrquica y la emergencia de las burguesaslatinoamericanas, plantea las contradicciones entre viejas y nuevasfuerzas de poder local, agrega la irrupcin de los intereses imperialistasy muestra en breves trazos los vnculos entre poder local y poderimperial en cada coyuntura histrica, todo ello en apenas dos pginas!

    Similar cosa podra decirse de su ensayo Problemas de la democracia

    en nuestra Amrica, el trabajo ms amplio incluido en este libro, que enapenas 16 pginas analiza el origen histrico del sistema democrtico,su gestacin y distorsiones en Amrica Latina, los alcances ylimitaciones de nuestra independencia, la estructura tnicoculturaldel continente, el gravoso efecto social de las guerras, el sistemade explotacin colonial y neocolonial, la revolucin haitiana y susefectos en Santo Domingo, los orgenes y alcances del trujillismo, etc.En sntesis, un trabajo preciso, conciso y macizo como exigan los

    clsicos de la literatura poltica.Dejamos, pues, en las manos del lector, esta selecta coleccin de

    artculos y ensayos del profesor Juan Bosch, que sin duda contribuirna una mejor comprensin de la historia y la vida social de nuestraAmrica.

    Jorge Nez SnchezQuito, 13 de abril de 2012.

    Da del Maestro Ecuatoriano.

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    La verdad sobre Chile

    Haba prometido que en este nmero de Vanguardia delPueblo bamos a seguir tratando el tema del que nos ocupamos enel nmero anterior, pero en el camino se nos atraves una fechademasiado importante, el 11 de septiembre, cuarto aniversario delasesinato de Salvador Allende, el Mrtir de Amrica, y de las libertadesde su hermoso pas, y ese da tuvimos que hablar en el acto queorganiz, como lo ha hecho todos los aos, el Comit Dominicanode Solidaridad con la Democracia Chilena, y de lo que dijimos en

    tal ocasin debe quedar constancia en Vanguardia del Pueblo paraconocimiento de los que leen este peridico porque para desarrollarentre los peledestas y sus simpatizantes una conciencia polticafuerte, tal como necesita este pas que sea la de los luchadores de laliberacin nacional, es indispensable que se tenga una informacincorrecta en lo que se reere a la situacin de todos los pueblos delmundo, y muy especialmente de los que comparten con nosotros eldestino de las Amricas.

    Desde luego, no podemos dar aqu una versin el de lo quedijimos en el cine Capotillo el 11 de este mes, pero haremos unesfuerzo para resumir nuestras palabras sin disminuir la sustancia delo dicho.

    Empezaremos por recordar que dos das antes de que llegarana Washington los gobernantes latinoamericanos invitados por Jimmy

    Carter al acto de la rma del acuerdo sobre el Canal de Panam,enviamos al presidente de los Estados Unidos un cable en el quele decamos que su invitacin a dictadores como Augusto Pinochetdestrua en Amrica Latina la imagen que l (Carter) estaba creandode un Estados Unidos defensor de los derechos humanos; y enviamosese cable en tal momento no por el gusto de hacerle oposicin al quese halla encabezando el gobierno norteamericano, sea quien sea; lohicimos porque nos sentimos comprometidos con la suerte de Chile

    hasta el tutano de los huesos. A Chile y a su pueblo podrn fallarleshombres y mujeres de cualquier lugar del mundo, pero nosotros no.Lo que se perdi en Chile no fueron solo la vida de Allende y las

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    libertades del pueblo; fue tambin una gran batalla por la liberacin deun pueblo latinoamericano, y esa batalla perdida mantiene enlutadas,desde su nacimiento, las banderas del PLD.

    El primero

    Fotografas tomadas en Panam y en Washington presentan aAugusto Pinochet con un semblante muy diferente del que se le habavisto hasta su viaje a la capital de los Estados Unidos. Antes de eseviaje la expresin del jefe del sangriento golpe de Estado de 1973 erala de una era en acecho, pero en Panam y en Washington derramabamiel por la comisura de los labios; derramaba la miel de la satisfaccinporque la invitacin del presidente Carter fue el espaldarazo mundialque lo convirti en un gobernante legtimo, en un jefe de Estado quetiene tanta autoridad legal como la que tiene el propio Jimmy Carter.Carter le conri a Pinochet legalidad internacional y lo emparejno solo con los hombres que gobiernan hoy en todos los pases sinotambin con los que gobernaron ayer y en otros siglos; lo emparejcon De Gaulle y tambin con Napolen, y si no pudo emparejarlocon Fidel Castro es porque el presidente de Cuba no se somete arespirar el mismo aire que respiran hombres como Augusto Pinochet.

    Pero debemos explicar que el espaldarazo que le dio elpresidente Carter a Pinochet result nuevo debido a su carcter derespaldo pblico, con lo cual queremos decir que lo nico que tuvode nuevo fue su publicidad. A pesar de todo lo que se haya dichoacerca de la poltica de relaciones normales basadas en el respetoa los derechos humanos, la verdad es que todava no se conoce deninguna medida que haya limitado la ayuda econmica, militar ypoltica que los Estados Unidos le dan a la dictadura chilena, a laargentina, la uruguaya, la brasilea o la de cualquier otro pas de laAmrica Latina. En un artculo publicado hace justamente un mes enel diario The New York Times, Michael T. Klare, bien conocido por elhecho de que es autor de un libro que tuvo mucha difusin tituladoLa Guerra Sin Fin, coloca a Chile entre los diez gobiernos que msse destacan en el mundo por su atropello a los derechos humanos.

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    das por el peridico Washington Postde haber organizado el asesinatode Orlando Letelier ocurrido hace un ao en la capital de los EstadosUnidos, fue establecida en junio de 1974 por Decreto-Ley No. 521, en

    el cual se lean estas palabras:Que ser una organizacin militar de naturaleza tcnica y

    profesional, directamente dependiente de la Junta de Gobierno,cuya misin ser la de recoger toda la informacin a nivel nacionalque proceda de diferentes campos de actividad, con el propsito deproducir la inteligencia que se requiera para la formulacin de polticasy planes y para la adopcin de medidas que se dicten para proteger la

    seguridad nacional y el desarrollo del pas.Y al quedar disuelta la DINA, por Decreto-Ley nmero 1876,

    del 13 de agosto pasado (hace menos de un mes), se cre el CentroNacional de Informacin, que fue denido en ese Decreto-Ley como:

    una organizacin militarmente organizada, de naturaleza tcnicay profesional, cuya misin ser recoger toda informacin a nivel nacionalque preceda de diferentes campos de actividad que sea requerida por el

    Supremo Gobierno para la formacin de polticas, planes, programas;la adopcin de medidas necesarias para la proteccin de la seguridadnacional y el desarrollo normal de las actividades nacionales y elmantenimiento de la institucionalidad establecida.

    Como ustedes pueden ver, la nica diferencia entre la DINAdisuelta y el CNI, creado inmediatamente despus de la disolucin dela DINA, est en que el Decreto-Ley que le da vida al CNI hay siete

    palabras que no aparecan en el que le dio vida a la DINA; esas palabrasson y el mantenimiento de la institucionalidad establecida.

    Los dueos del destino

    El doctor Eugenio Velasco cuenta que el Decreto-Ley por el cualqued organizado el DINA dej confundidos a los abogados chilenospor un detalle que por s mismo resultaba increble e ilegal; y ese detalleera ste: Los artculos 9, 10 y 11 del Decreto-Ley no se hicieron pblicos

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    en la gaceta ocial debido a su naturaleza reservada, esto es, secreta. Yagrega Velasco: Todo indicaba que en esos artculos secretos estabanlos poderes necesarios para que la organizacin militar de naturaleza

    profesional y tcnica pudiera cometer las criminales violaciones de losderechos humanos que hicieron a la DINA trgicamente famosa. Yexplica a seguidas que el Decreto-Ley creador del CNI aplica la mismafrmula que aplic en el caso de la DINA, con una ligera diferencia,que en vez de los tres artculos secretos del Decreto-Ley que le diovida a la DINA declara que la Regulacin Orgnica del CNI deber serde naturaleza reservada, es decir, secreta. As, pues, dice Velasco, elCentro Nacional de Informacin hereda de la Direccin de Inteligencia

    Nacional no solo sus mtodos de trabajo y sus 20 mil hombres, sino suautoridad y su capacidad para actuar en secreto, y nosotros agregamosque hereda tambin su sombra fama de brazo ejecutor, en las sombrasdel misterio, de los crmenes que han hecho desaparecer en Chile a 2mil 500 presos polticos.

    Mientras tanto, las poderosas rmas mineras y bancarias ycomerciales norteamericanas que estaban sacndole el jugo de su

    riqueza a la tierra chilena y fueron nacionalizadas en todo o en partepor el gobierno de Salvador Allende, y los terratenientes cuyas tierrasfueron dedicadas a la reforma agraria, han vuelto a ser los dueos deldestino de Chile, porque los que son dueos de las tierras, las minas,las aguas, las fbricas y el dinero, son los dueos de los hombres, ycon la propiedad de los hombres se convierten en propietarios de sudestino.

    [Vanguardia del Pueblo, 14 de septiembre de 1977]

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    El discurso de Caracas *

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    Debo explicar, antes que nada, que esta maana ped quese me concediera la libertad de hablar de la poltica exterior de lasdemocracias latinoamericanas, tema que no gura en la agenda deeste Coloquio, porque me temo que estamos acostumbrndonos a laidea de que los Estados Unidos ha dejado de ser un pas interventor.Me lo temo debido a que no hay duda de que al frente del gobiernode los Estados Unidos hay, en este momento, un hombre que tienecondiciones morales, que es una persona decente, y mientras lest a la cabeza del poder ejecutivo de su pas es casi probable quehar esfuerzos, aunque no creo que pueda hacerlos con xito, paraevitar que se repitan las intervenciones del pasado; pero yo querarecomendar a los seores expresidentes que recordaran el hechode que en todo este siglo, hasta que lleg al poder Franklin DelanoRoosevelt, los Estados Unidos fueron un pas interventor, y no estoyhablando de la intervencin econmica ni de la intervencin culturalsino de la intervencin militar, que es la ms burda, la ms grosera yla que ms fcilmente ven los ojos de los pueblos del mundo.

    Cuando Roosevelt lleg al poder y puso en ejecucin su polticadel Buen Vecino, termin una etapa de la era de las intervencionesmilitares de Norteamrica en la Amrica Latina, pero poco despusde la muerte de Roosevelt se resucit el mtodo de la intervencinmilitar o de algn otro tipo de intervencin tan peligroso como lamilitar porque se basa en el poder militar y en el poder econmico delos Estados Unidos.

    Estoy hablando en Venezuela, pas que dio entre sus grandeshijos a un escritor extraordinario, que fue Rmulo Gallegos.

    * Pronunciado, el 7 de marzo de 1979, en el Coloquio de Caracas, reunin de expresidentes

    latinoamericanos convocada por el Instituto de Altos Estudios de Amrica Latina de laUniversidad Simn Bolvar para discutir el tema La democracia en Amrica Latina:Frustraciones y Perspectivas (M.C.).

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    Precisamente en este ao va a cumplirse o tal vez estn cumplindoseahora cincuenta aos de la publicacin de esa novela imperecedera,de ese Don Quijote de las letras americanas titulada Doa Brbara,

    que hizo famoso a Gallegos en todos los pases de habla espaola.Rmulo Gallegos fue llevado a la presidencia de Venezuela mediantelas primeras elecciones que celebraba el pueblo venezolano enmuchos aos; sin embargo, el gobierno de Gallegos fue derrocadopor un golpe militar. Hablaba de la gura ilustre de escritor quefue Gallegos, pero debo decir que era tambin un repblico, unapersonalidad destacada en la vida poltica de Amrica Latina y unhombre de seriedad ejemplar; y Gallegos cont que en la noche del

    golpe que lo derroc, el jefe de la misin militar norteamericana sehizo presente en la Casa Militar, que se hallaba en un cuartel quehaba en esa poca no s si todava est all al lado del Palaciode Miraores. Esa acusacin de Gallegos no se aclar nunca y haquedado como una nube que va siendo alejada por el paso del tiempo,pero est ah, en la historia.

    Nunca se puso en claro si hubo o no hubo intervencin militar

    norteamericana en ese golpe, pero lo que podemos decir es que sila hubo, tuvo lugar poco ms de tres aos despus de la muerte deFranklin Delano Roosevelt, y todos sabemos que pocos aos despus,en el gobierno del general Eisenhower, se produjo la intervencinde un poderoso departamento secreto del gobierno de los EstadosUnidos para derrocar a otro presidente constitucional de la AmricaLatina, que fue Jacobo Arbenz.

    En el 1963, otro gobierno constitucional latinoamericano,que haba sido elegido haca menos de un ao, y me reero al de laRepblica Dominicana, fue derrocado por rdenes de la misin militarnorteamericana debido a que el presidente de ese gobierno descubri,sin darse cuenta de lo que haba en el trasfondo de esos hechos, queen el territorio dominicano haba campamentos guerrilleros haitianosque reciban hombres y armas desde una base militar que tienenlos Estados Unidos en Puerto Rico. Esos campamentos haban

    sido organizados y se mantenan sin conocimientos del presidentede la Repblica Dominicana y desde ellos entraban columnas deguerrilleros en Hait para combatir la dictadura de Duvalier. Cuando el

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    presidente dominicano tuvo sospechas bien fundadas de la existenciade esos campamentos de extranjeros armados en territorio de supas, le pidi al ministro de Relaciones Exteriores que se dirigiera a la

    Organizacin de Estados Americanos para solicitarle el envo de unacomisin que fuera a investigar lo que estaba sucediendo, y lo hizo sinque se imaginara, siquiera, que el presidente de los Estados Unidoshaba ordenado, a espalda suya, que su pas quedara convertido en unabase de guerrillas haitianas. Esa fue la causa inmediata del golpe deEstado de 1963 en la Repblica Dominicana, y eso lo han silenciadolos medios de comunicacin, las estructuras de la informtica de quehablaba hace poco aqu el expresidente Frei Montalva, porque hay

    que conservar limpia y brillante la imagen de gran lder democrticodel presidente Kennedy.

    Apenas un ao despus era derrocado en Brasil otro presidenteconstitucional, Joao Goulart, y todo el mundo sabe que en esederrocamiento jug un papel importante el gobierno de LyndonB. Johnson, y un ao despus ese mismo presidente Johnson envimiles de soldados de la infantera de Marina de su pas a la Repblica

    Dominicana para impedir que se restituyera all la Constitucindemocrtica de 1963 que haba sido escrita por constituyentesdebidamente elegidos por el pueblo. En el ao 1973 fue muerto elpresidente Salvador Allende en el Palacio de la Moneda, el lugar desdeel cual encabezaba el gobierno de su pas cumpliendo estrictamente laConstitucin chilena, y todo el mundo sabe qu clase de participacintuvo el presidente Richard Nixon en los sucesos que le costaron lavida al doctor Allende.

    Podemos hacer una lista de los presidentes de los EstadosUnidos que siguieron a Franklin Delano Roosevelt y encontraremosque de los cinco que ocuparon la Casa Blanca a partir de la muerte deRoosevelt, todos, y si no todos, cuatro de ellos y hago la aclaracinde que todava est en duda la intervencin de Truman en elderrocamiento de Rmulo Gallegos Eisenhower, Kennedy, Johnsony Nixon participaron en intervenciones de tipo militar o poltico

    militar en la Amrica Latina; y yo quera recordarles a los seoresexpresidentes, y a los periodistas y al pblico que me oye, que entre losfactores que deben ser tomados en cuenta al analizar el desarrollo de

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    con mucha claridad que en Atenas haba dos partidos, el de los ricosu oligarcas y el de los pobres o popular; y explic que cuando enAtenas gobernaban los ricos, haba un gobierno oligrquico, y cuando

    gobernaban los pobres haba un gobierno democrtico.Repito que la democracia que nosotros conocemos es la

    proyeccin poltica del sistema capitalista, y en Atenas no podafuncionar ese tipo de democracia porque los atenienses no conocanel capitalismo. Atenas era una ciudad-Estado que tena 500 milhabitantes, de los cuales 410 mil eran esclavos y metecos, y losmetecos no tenan derecho a votar porque eran extranjeros. De los

    que no eran ni esclavos ni metecos, quedaban 90 mil, pero de esos 90mil no votaban ni las mujeres ni los nios, de manera que en el mejorde los casos los atenienses que podan votar seran de 45 a 50 mil.Qu democracia es la de una sociedad en la que solo tienen derechoa votar el 10 por ciento de los habitantes? Los que votaban en Atenas,como en Roma; es decir, los que votaban en las ciudades del mundoantiguo o en los Estados esclavistas como el romano, que no era sinouna proyeccin ms amplia del Estado esclavista ateniense, eran los

    propietarios de tierras y de esclavos nada ms, de manera que lo quese conoce en algunos crculos con la denominacin de la democraciagriega no era tal democracia si pretendemos hacerla pasar comodemocracia representativa.

    La democracia representativa, tal como la conocemos odeseamos que sea en la Amrica Latina, empieza a aparecer cuandoel capitalismo se convierte en un poder social dominante y pasa a

    proyectarse en el campo poltico, de manera que la democracia esla cara poltica del capitalismo y ste es su base econmica y social;y por eso creo que si la democracia ha fracasado en estos paseslatinoamericanos se ha debido al hecho de que en ellos ha fracasadoel capitalismo, que no se ha desarrollado en esta parte del mundo demanera natural, siguiendo el mandato de sus propias leyes, porquenosotros fuimos conquistados y colonizados por un imperio que noera econmicamente desarrollado y ms bien era econmicamente

    retardado, y porque otros imperios, singularmente el norteamericano,nos han sometido a un estado de explotacin que ha impedido laformacin de sociedades capitalistas independientes en estos pases.

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    Si el capitalismo no ha llegado a ser en la Amrica Latina loque lleg a ser en Estados Unidos, Inglaterra, Francia o Suecia, nopodemos esperar que su cara poltica, la democracia representativa,sea igual a la de Estados Unidos, Inglaterra, Francia o Suecia, y esemismo argumento sirve para explicar por qu razones no podemostener en nuestros pases ese tipo particular de democracia quellamamos social-democracia.

    La social-democracia es el producto sociopoltico del

    capitalismo altamente desarrollado. Podemos encontrar social-democracia en Alemania, en Blgica, en Holanda, porque en esospases la inversin en bienes de capital ha sido tan alta y se ha llevadoa cabo a lo largo de tanto tiempo que sus capitalistas han podidoacumular grandes benecios a pesar de que dedican una parte deellos a pagar buenos salarios e impuestos elevados. Recuerdo habervisitado en Estocolmo una fbrica de telfonos en la que encontrque en un enorme saln haba, no recuerdo qu nmero, pero tal

    vez ms de 80 90 tornos que hacan piezas muy delicadas para lossistemas de comunicaciones de la rma duea de la fbrica, y, sinembargo, en ese saln haba nada ms un obrero, que, por cierto,era espaol, de manera que me fue fcil hablar con l; y de lo quel me dijo saqu claro que su salario era el equivalente a 33 dlarescon 33 centavos diarios; as pues, si en estos tornos la compaapropietaria de la fbrica hubiera puesto a trabajar un obrero en cadauno, suponiendo que los hubiera pagado a razn de 20 dlares por

    da, porque en Suecia los jornales son altos, el gasto de la compaaen asalariados habra sido, por lo menos, de 1,200 dlares diarios,pero ese gasto quedaba reducido a 33 dlares con 33 centavos parapagar un obrero que atenda a una computadora, y esa computadoraera la que diriga el trabajo de todos aquellos tornos. Mientras elobrero espaol me daba explicaciones acerca del funcionamientodel sistema que haca posible poner a trabajar tantas mquinas bajola direccin de otra mquina, que era la computadora, yo pensabaque Suecia compraba naranjas espaolas, precisamente espaolas, yque para producir una tonelada de naranjas en Espaa se requera

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    el trabajo de varias personas, y que con media docena o una docenade telfonos fabricados con ese tipo de maquinarias tan altamentedesarrolladas poda pagar una tonelada de naranjas espaolas. Ah,

    en ese saln lleno de tornos estaba la demostracin palpable de queen el comercio mundial de los pases capitalistas, los trminos delintercambio favorecen a los que son altamente desarrollados, y esoimpide el desarrollo del capitalismo, y, por tanto, de su manifestacinpoltica, la democracia representativa, en los pases de la AmricaLatina y de otras regiones del mundo. En esa ocasin record queen un viaje anterior, el primer ministro de Suecia me llev a ver unaexposicin de la industria de su pas que se celebraba en Estocolmo

    y all vi una rueda de madera que estaba recubierta por una pieza dehierro con dientes de engranaje. Esa catalina haba sido construida enel siglo XIV, aos de 1300 y tantos, lo que da una idea de que la tcnicade la produccin de hierro aplicada a usos industriales en una pocaen que faltaban tres siglos para que se iniciara la revolucin industrial,estaba bastante desarrollada en Suecia cuando ni en Espaa ni en lassociedades indgenas de Amrica se soaba con algo parecido.

    Del Surplus que reciben los capitalistas de pases como Sueciao Alemania, gracias a su alta tasa de inversin en bienes de capital,los gobiernos social-demcratas pueden quedarse con un elevadotanto por ciento un 60, un 70, un 75 por ciento, despus que esoscapitalistas han pagado buenos salarios, de los mejores de los pasescapitalistas, y con base en tales impuestos esos gobiernos puedenhacer una poltica social que no puede llevar a cabo, ni remotamente,ninguno de los pases de la Amrica Latina. Los capitalistas suecos o

    alemanes del Oeste no se oponen a que les quiten el 75 por cientode sus benecios porque saben que con ese dinero compran suseguridad y la de sus negocios, que todos ellos aspiran a perpetuar enmanos de sus descendientes; la compran debido a que el bienestar delos trabajadores los convierte en socios ideolgicos de los capitalistas.

    En Amrica Latina no hay medios materiales a disposicin delos gobiernos para mantener una social-democracia como las que se

    ven en Europa, tal vez con la excepcin del caso de Venezuela ahora,en estos momentos. Debido a sus riquezas petroleras, a Venezuela lesobran miles de millones de dlares, y es probable que algo parecido

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    suceda en Mxico, pero, por el momento, en Mxico no puedesostenerse un gobierno social-demcrata. Conocemos la situacinde ese pas y podemos darnos cuenta de cmo sufrira el presidente

    Luis Echeverra durante los aos de su presidencia al darse cuentade que no poda hacer lo que hubiera querido hacer para solucionarlos problemas de las grandes masas mejicanas. Por qu no podahacerlo? Porque el capitalismo no est lo sucientemente desarrolladoen Mxico como para disponer de plazas de trabajo para todos loshombres y todas las mujeres, para ofrecerles seguro social a todos loque trabajan, para ofrecerles hospitales buenos o buenas medicinasa todos los que se enferman, para ofrecerles buenas escuelas, con

    buenos profesores, a todos los nios y a todos los adultos que quieranaprender algo.

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    Por otra parte, creo que la cultura no transforma a la sociedad,

    sino que la sociedad transforma la cultura. El cambio de la sociedad noes producto de la cultura; es el producto de los grandes movimientoshistricos que, a su vez, son productos del trabajo humano.

    En este Coloquio se hablaba de la revolucin tecnolgica comoelemento de apoyo a la democracia representativa; y efectivamente,ese rgimen poltico se fortaleci en los pases capitalistas con larevolucin industrial, pero conviene tener presente que esta fue elresultado de la acumulacin, en Inglaterra, de las riquezas que elimperio ingls sacaba de Amrica, de la India, de Asia y de frica.Esas riquezas hicieron de Inglaterra el centro de la economa y lacabeza del capitalismo mundial y, por tanto, tambin el pas lder de lademocracia representativa durante muchos aos. Pero la revolucintecnolgica nos lleva en estos momentos mucho ms all; nos llevaa una revolucin social profunda. Mientras tanto, volvamos losojos a Amrica Latina y preguntemos qu se hizo de la democraciarepresentativa de Uruguay, qu se hizo de la de Chile y preguntemostambin por qu desaparecieron.

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    Aqu se ha hablado varias veces de la lucha entre la democracia yla dictadura como si en el caso de estos pases nuestros la democraciafuera un rgimen poltico estable, duradero. No creo que la lucha

    en Amrica Latina ser entre democracia y dictadura. Creo que lalucha se plantea entre el sistema capitalista y el sistema socialista, yyo dej de creer en la democracia, pero quiero armarles que no soyun inconsciente; que no abandon el campo de la democracia porqueme sintiera frustrado, sino porque el conocimiento de la realidad demi pas me sac de ese terreno y me llev al del socialismo, dondeestoy luchando con toda el alma por la libertad de mi pueblo. Enesa lucha, ustedes y todas las fuerzas democrticas de Amrica

    Latina pueden contar conmigo, porque mientras llega el da en quepodamos establecer el socialismo en todos esos pases, entre el malde las dictaduras militares y el mal de la democracia representativa,econmica y polticamente dbil, los que estamos en los frentesde lucha debemos ponernos del lado de la ltima para combatir alprimero. Era cuanto quera decirles, y muchas gracias por haberloodo.

    [Vanguardia del Pueblo, 9 y 16 de mayo de 1979]

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    La Repblica Dominicana renuncia a underecho

    Veintids das despus de haberse producido el asalto de laEmbajada dominicana de Bogot, el presidente Antonio Guzmndeclar, en un lugar del municipio Padre Las Casas llamadoVillarpando, que es al gobierno de Colombia a quien le toca resolverlos asuntos que ocurren en el territorio colombiano, y agreg quenosotros entendemos que el gobierno colombiano est movido porlos sentimientos ms humanos y que seguir tomando en cuenta

    realmente esos sentimientos para una solucin denitiva a este granproblema que est consternando al mundo.

    Con esas palabras el presidente de la Repblica Dominicanase refera a la situacin creada por la presencia en la embajada denuestro pas en la capital de Colombia de varios embajadores entreellos el de la Santa Sede, el de los Estados Unidos, el de Mxico, el deVenezuela que estn, desde hace ms de tres semanas, en condicin

    de rehenes del M-19, la guerrilla urbana autora del mencionado asalto.Lo que dijo el presidente Guzmn es importante, no porque

    haya puesto su conanza en los sentimientos ms humanos delgobierno de Colombia para una solucin denitiva del sonadoepisodio de Bogot, sino porque, al armar que es a ese gobiernoal que le toca resolver los asuntos que ocurren en el territoriocolombiano, est haciendo a nombre de la Repblica Dominicana

    una renuncia explcita, formal y pblica, de un derecho que hastaahora haba sido considerado por todos los jefes de Estado y portodos los tratadistas de Derecho Internacional como inherente ala existencia de cualquier Estado, y nos referimos al derecho de laextraterritorialidad.

    Cmo y por qu razn el presidente Guzmn ha adoptado esaposicin? Qu lo ha llevado a proclamar esa renuncia y a hacerlo en un

    lugar apartado del pas? Es que se quiso destacar ese pronunciamientoal hacerlo pblico en un sitio donde no haba representantes de pasesextranjeros que pudieran manifestar objeciones a una declaracin

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    de poltica internacional tan importante? O es que al hablar comolo hizo el jefe del Estado dominicano ignoraba la trascendencia desus palabras porque la Cancillera no se tom el trabajo de explicar

    qu cosa es el derecho de extraterritorialidad y por qu no deberenunciarse a l?

    La existencia de todo Estado tiene su base en el ejercicio dela soberana que es la suprema potestad sobre un territorio y laspersonas que viven en l, pero, a su vez, la soberana implica elreconocimiento del Estado que la ejerce de parte de otros Estados.Sin ese reconocimiento no hay seguridad de que la vida del Estado

    sea duradera. Esas condiciones nos llevan de la mano a la conclusinde que aquellos que representan un Estado en el territorio de otroEstado disfrutan de un derecho sin el cual no podran cumplir susfunciones, y se es el derecho de la extraterritorialidad.

    La extraterritorialidad es una ccin jurdica aceptada por laspartes interesadas, que son todos los Estados, lo mismo los capitalistaso burgueses que los socialistas o proletarios, que ha sido reconocida

    en acuerdos internacionales como los que guran en el protocolo dela Convencin sobre Relaciones Diplomticas de Viena, celebrada enesa ciudad en el ao 1961.

    En virtud del derecho de extraterritorialidad el local de unamisin diplomtica eso que comnmente llamamos embajada esterritorio del Estado que lo ocupa y, por tanto, est sujeto a la soberanade ese Estado, no a la del Estado donde se encuentra; y en tal virtud, laspersonas que se hallan retenidas a la fuerza en la embajada dominicanade Bogot estn sometidas a la autoridad del Estado dominicano, nodel de Colombia; y en consecuencia, es el gobierno de la RepblicaDominicana el que tiene que resolver el problema de los embajadoresque estn en esa embajada en condicin de rehenes del movimientoguerrillero M-19. Ahora bien, las circunstancias especiales del casoaconsejan que el gobierno dominicano no acte solo; que lo haga enacuerdo con el de Colombia, cuyas fuerzas militares tienen rodeadala embajada de nuestro pas, pero que lo haga por decisin suya, nodebido a presiones ajenas, y mucho menos que abandone un derechoque tiene en virtud de su condicin de Estado soberano, no porque

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    se lo hayan dado graciosamente otros Estados, y mucho menos el deColombia.

    Por otra parte, tiene acaso el presidente Guzmn una idea,siquiera aproximada, de los resultados que puede esperar el pas desu renuncia al ejercicio del derecho de la extraterritorialidad si sepresenta un caso en el que se hiciera indispensable reivindicarlo?

    [Poltica: Teora y Accin, Ao 1, No. 3, marzo de 1980]

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    que entre la casa, el patio y los jardines de esa embajada ocupen 5tareas, y la nica manera de que en 5 tareas quepan 10 mil personases molindolas y metindolas en cajitas de cartn. Sin embargo, no

    vamos a discutir si es verdad o no lo es que en la embajada que tieneel Per en La Habana, que es como se llama la capital de Cuba, hay 10mil 15 mil 3 mil refugiados. De lo que queremos hablar es de otrascosas relacionadas con esos refugiados, sean el nmero que sean. Porde pronto diremos que en las embajadas de los pases latinoamericanospuede asilarse o refugiarse cualquiera persona que tenga razonespara creer que su vida corre peligro, pero si ese peligro se debe acausas polticas, y segn han dicho los cubanos que se refugiaron

    en la embajada de Per en La Habana, ellos han ido a ese lugar abuscar asilo o proteccin o refugio, no porque estn perseguidossino porque quieren salir de Cuba, y, adems, han explicado que lamayora tiene familiares viviendo en los Estados Unidos y deseanreunirse con ellos. Esto ltimo lo han dicho en una carta que leenviaron al presidente Carter, que como ustedes saben es el jefe delgobierno norteamericano. El gobierno cubano ha dicho que si Perlos recibe, pueden irse todos los que han buscado la proteccin de

    la embajada de Per, y a los que deseen o necesiten ir a sus casasles ha dado salvoconductos para que puedan volver a la embajada;les sirve comida a todos y les ha puesto letrinas porttiles metidasen casas de campaa que han sido armadas frente a la embajada; yeso no lo decimos nosotros sino periodistas extranjeros que estndespachando desde La Habana noticias a todas partes del mundo, ymuchos de ellos seguramente quisieran decir en esas noticias lo peorque pudiera decirse de la Revolucin Cubana.

    Para los enemigos de esa Revolucin no hay nada bueno enlo que hemos dicho hasta aqu; al contrario, al tener que reconocerque el gobierno de Fidel Castro no persigue a los refugiados, no loscerca, no les niega autorizacin para irse de Cuba, esos enemigos nopueden sacar ventaja del revuelo que se ha hecho con la noticia deque miles de cubanos se han metido en la embajada del Per para queel gobierno peruano los saque de Cuba. Lo que hacen es decir que si

    de Cuba quiere salir tanta gente, es porque en Cuba hay una situacinmuy mala; es porque la gente est pasando hambre o es porque allhay una tirana espantosa.

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    De RD se iran 1 milln de personas

    Y si es as, por qu se dice que en la Repblica Dominicanahay una situacin muy buena, que aqu todo marcha viento en popay que la gente disfruta de libertades como nunca se conocieron enel pas? Eso es lo que se dice en el extranjero cuando se habla dela Repblica Dominicana, y nadie se entera de que de esta tierra deDuarte, Snchez y Mella han salido en pocos aos medio milln dehombres y mujeres hacia los Estados Unidos; hacia Venezuela, haciaPuerto Rico; y yendo a Puerto Rico en botes han muerto muchosen las aguas del canal de La Mona; y tratando de conseguir visaspara Venezuela, muchos han cado en manos de ladrones que leshan vendido pasaportes falsos y se los han llevado a Colombia parade ah meterlos en Venezuela como si fueran venezolanos, y mileshan sido estafados aqu porque les dieron su dinero a personas quese hacan pasar por empleados del Consulado norteamericano quepodan conseguirles visas. Estamos seguros de que si ahora mismo,esta misma noche, el presidente Guzmn le dijera al pueblo que el quequiera salir de la Repblica Dominicana puede ir a la embajada quems cerca le quede a pedir que le den asilo o refugio hasta que puedacoger un avin o un barco que lo saque de aqu, en mucho menostiempo de lo que necesita un gato para rascarse, en las embajadas quehay en la Repblica Dominicana se metera, por lo menos, un millnde dominicanos, no 10 mil, como dicen algunos periodistas que sehan metido en la del Per en Cuba, o 7 mil como dicen otros o 3mil como dicen tambin otros. As, pues, si la situacin de un pas semide por la cantidad de gente que quisiera salir de l, habra que decirque la Repblica Dominicana es un inerno y que Mxico, de dondehan salido en poco tiempo unos cuantos millones de mexicanos, escomo cien inernos juntos.

    El gobierno de Cuba tiene enemigos poderosos, los mspoderosos del mundo, y para evitar que esos enemigos les creensituaciones difciles el gobierno cubano se ve obligado a tomarmuchas precauciones; una de ellas es la de ofrecerles proteccinarmada a todos los embajadores que hay en el pas, y por esa razncada embajada de las muchas que hay en La Habana tiene una guardia;

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    y a pesar de eso hace pocos das 27 personas, que viajaban en unaguagua, se metieron en la embajada de Per.

    Cmo pudieron hacerlo? Pues tirando la guagua contra lacerca, que qued rota, y, adems, atacando a los guardianes, uno delos cuales muri de un tiro.

    Ese acto tena toda la apariencia de un ataque a la embajadaperuana, y en realidad era una agresin al gobierno de Cuba. Losque lo llevaron a cabo no tenan derecho de asilo porque no eranperseguidos polticos, pero el gobierno de Per les dio ese derecho, alo que el de Cuba respondi anunciando que le quitaba a la embajadaperuana la proteccin armada que haba tenido, y como es costumbreen Cuba, inmediatamente se le inform al pueblo cubano de esadecisin, y al darse la noticia empez el desle de personas que sedirigan hacia la embajada de Per y se declaraban asilados. Si losque hicieron eso fueron 3 mil, 7 mil 10 mil, lo importante no esla cantidad; lo importante es que muchos cubanos salieron de suscasas, de sus estudios, de sus trabajos, y se dirigieron hacia la Quinta

    Avenida de Miramar, donde hay varias otras embajadas y, por tanto,hay guardias armados, adems de que hay policas de trco, y nadiedetuvo a los que iban llegando a la embajada peruana; nadie se alarmpor la aglomeracin de gente ni los que llegaban al lugar iban conmiedo.

    Cmo se explica eso? Se explica porque el cubano no se sienteperseguido porque no es cierto que en Cuba haya una tirana criminalni cosa parecida.

    Un episodio conmovedor

    Oigan lo que sucedi hace dos das: un matrimonio lleg a laembajada peruana con un hijo de 17 aos y al entrar en los jardinesel hijo vio un espectculo penoso; vio tantos hombres y mujeres

    discutiendo a gritos, maldiciendo como si hubieran perdido la razn,que se neg a seguir con sus padres y se fue de all. En la noche,

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    ese jovenzuelo estaba explicando a travs de Radio Habana lo que lehaba sucedido, y dijo estas palabras:

    Fue en ese momento cuando me di cuenta de lo que es laRevolucin Cubana y de todo lo que haba hecho por m y por elpueblo de Cuba; y al darme cuenta decid salir de la embajada. Mispadres pueden irse, pero yo me quedo aqu.

    Por la boca de ese muchacho habl Cuba; habl el futuro de esepueblo, y dijo la verdad, que no es igual a lo que dicen las noticias quenos mandan unos cuantos seores que tienen el ocio de confundira la gente, convirtiendo las verdades en mentiras.

    [Vanguardia del Pueblo, 16 de abril de 1980]

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    La manipulacin de noticias sobre laRevolucin Cubana

    Ciertas agencias de noticias como la Associated Press (AP) y laUnited Press Internacional(UPI) se dedican a confundir a los lectores deperidicos y oyentes de radio y televisin en todo lo que se relacionecon la Revolucin Cubana. Por ejemplo, de manera metdicaestuvieron despachando desde La Habana cable tras cable en los quese referan a los cubanos que salan hacia los Estados Unidos porel puerto de Mariel con la calicacin de los que huyen hacia la

    libertad.El puerto Mariel est a menos de 50 kilmetros al oeste de La

    Habana, lo que da una idea clara de que si por l se embarcaron enmenos de un mes cerca de 60 mil personas, no podran haberlo hechosi el gobierno de Cuba se hubiera opuesto o si no hubiera colaboradoen la tarea de llevar hasta Mariel a toda esa gente, que proceda devarios puntos de Cuba, y a organizar su salida facilitndoles la manerade conseguir sus documentos personales y hasta organizando laestancia y el trco dentro de la baha de Mariel para las cerca de 2mil embarcaciones de bandera norteamericana en que esos cubanosse iban.

    Una parte pequea de esos barcos eran de cubanos nacionalizadosque viven en Miami o en Key-West (el islote llamado en lenguaespaola Cayo Hueso), pero la gran mayora era de norteamericanosque hacan el viaje a Mariel para ganar dinero llevando cubanos alos Estados Unidos. Al principio, el transporte desde Cuba hasta laFlorida o en sentido contrario costaba 500 dlares, pero no tard ensubir a mil y luego a 2 mil. No es digno de ser tomado en cuentael hecho de que ninguno de los periodistas norteamericanos que lededicaron tanto espacio al trco entre Mariel, Cayo Hueso y Miamise ocupara de explicar el negocio que hicieron los dueos o patronosde los barcos usados en la comentada operacin Mariel-Florida?

    Adems del aspecto comercial de esos viajes, cualquierperiodista poda pensar que en una emigracin de cerca de 60 mil

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    personas llevada a cabo en barcos pequeos tenan que producirsemuchos episodios de inters, como el que apareci en el diariocubano Granma correspondiente al 26 de abril, tercera edicin, en el

    que se lee la aventura de Marta Castro Hernndez, que seis aos antesse haba casado en Cuba con un preso poltico cubano. Su maridofue indultado y en agosto de 1979 haba viajado con Marta hacialos Estados Unidos, donde est viviendo. Marta Castro Hernndezle pag al capitn de un barco camaronero 500 dlares para que lallevara de Cayo Hueso a Mariel, segn dijo, con la idea de recoger asu madre y volver con ella a Miami, pero lo que se propona era llegara Cuba y quedarse all, como en efecto lo hizo, porque se negaba a

    seguir viviendo en los Estados Unidos.Ninguno de los periodistas de la AP y la UPI que estuvieron

    informando desde territorio cubano sobre los acontecimientos deabril y de mayo han dicho que en Granma se publicaba todos los dasun cuadro titulado Noticias de Mariel, en el que se daba cuenta delo que estaba pasando en ese puerto. En el cuadro publicado el 28 deabril, tercera edicin, se lee lo siguiente:

    Ayer, por condiciones del tiempo, no sali ninguna embarcacinde Mariel hacia Estados Unidos. Al cierre de esta edicin haba all1.552 embarcaciones procedentes de la Florida. A pesar del tiempoadverso siguieron llegando. La colosal e inusitada ventolera de ayer almedioda amenaz a la ota de Mariel. Pero los efectos se redujerona varios heridos leves y algunos daos menores... Show, demagogia,dramatismo y guerra psicolgica fueron las armas usadas ayer por

    los imperialistas hablando de supuestas embarcaciones perdidascon personal a bordo para sembrar el desaliento entre los residentescubanos en Estados Unidos y obstruccionar el ordenado y paccopuente establecido entre Mariel y la Florida... Hasta ahora no hayningn caso comprobado de accidente. La cadena de embarcacionescubanas de auxilio entre Mariel y Florida se mantiene... Para aumentarlas condiciones de seguridad, las embarcaciones partirn en otillascon el n de auxiliarse y apoyarse mutuamente y, adems, con una

    embarcacin auxiliar cubana detrs hasta las proximidades de laFlorida. No habr transporte ms seguro en el mundo que el de laruta Mariel-Florida.

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    Eso se publicaba en Cuba para que lo leyeran los cubanos, entreellos los que quisieran irse del pas hacia los Estados Unidos. Por qutal publicacin no fue comentada en los peridicos norteamericanos?

    Porque si se difunda no poda mantenerse da tras da en esosperidicos la calicacin, tan repetida, de los que huyen hacia lalibertad, que era el eje sobre el cual giraba la manipulacin de lasnoticias enviadas desde La Habana a los medios de comunicacin delos Estados Unidos y de la Amrica Latina.

    [Vanguardia del Pueblo, mircoles 21 de mayo de 1980]

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    Lo que se ve y lo que no se ve en undiscurso de Fidel Castro

    La poltica, que en otros tiempos era un arte, sigue siendo unarte pero ahora es tambin una ciencia que puede aprenderse a travsdel estudio y de la prctica, y entre los textos que deben estudiarsepara conocer su aspecto cientco se hallan los discursos de losgrandes lderes, muy especialmente aquellos que tienen como temaacontecimientos de mucha importancia en la vida de los pueblosdirigidos por sus autores.

    Un discurso puede jugar, en un momento dado, el papel de unejrcito que es lanzado en medio de una batalla para disidir su curso;sin embargo, no todo el mundo se da cuenta de eso debido a que amenudo con las palabras se persiguen varios objetivos; pero, adems,no es fcil percibir la intencin de un discurso poltico importantepor varias razones. En ciertos casos un discurso es de doble afectodado que a la vez que tiene una misin ante el enemigo tiene otra

    para el pueblo de su autor y podra tener una tercera para sus aliados,si es que los hay; y esas funciones mltiples y simultneas deben serllevadas a cabo a travs de un agente de manejo nada fcil, que es lapalabra, pues la palabra puede ser, y a menudo es malinterpretada,de manera que el lder que la usa tiene que conocer a fondo lasposibilidades de ese instrumento de su accin.

    Hay discursos que pueden decirse sin el menor riesgo, pero

    los hay que podran causar males muy costosos, y generalmenteestos ltimos son los que se relacionan con la poltica exterior deun pas. Ese fue el tema del que pronunci Fidel Castro el Primerode Mayo de este ao en la Plaza de la Revolucin de La Habana.Fidel Castro ha dicho, a lo largo de su vida pblica, muchos discursosimportantes, pero nos parece que ninguno se presta ms que el delPrimero de Mayo a una exgesis o apreciacin explicativa de lo quees un gran discurso poltico porque en l abundan los ejemplos de

    la palabra usada como elemento tctico, a veces para decir lo que leinteresaba al autor, a veces para ocultarlo, y en todos los casos laspalabras ocupaban el lugar que le corresponda a cada una en la gran

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    asilan porque desean salir de su pas, pues en ese caso las embajadasse convertiran en agencias de viajes privilegiadas, y como lasautoridades cubanas saben que en Cuba abunda la gente que quiere

    salir de all, mantienen proteccin militar alrededor de las misionesdiplomticas latinoamericanas, nica manera de evitar que en ellasse metan grupos de personas que podran resultar una carga pesadapara los funcionarios de esas embajadas. Los que buscaron refugioen la embajada de Per haban sido precedidos por otros que lohaban hecho algn tiempo antes en la de Venezuela, y el Ministeriode Relaciones Exteriores venezolano admiti que uno, por lo menos,de los funcionarios de su embajada en La Habana haba recibido

    dinero a cambio de autorizar la entrada de cubanos en su pas. Conel conocimiento de ese y de otros antecedentes el gobierno de Cubadecidi ponerle alto a lo que pareca ser una carrera asilamientos degente que no estaba siendo perseguida por razones polticas y que,por tanto, no tenan derecho a ser recibidas en ninguna embajada encondicin de asiladas.

    En declaraciones hechas cuando comenzaba el escndalo

    de los refugiados en la embajada de Per, el autor de este artculole dijo a un noticiario de radio de Santo Domingo que la primeracondicin que debe tener un jefe guerrillero para alcanzar la victoriaes su capacidad especial de crear tcticas que el enemigo no puedani siquiera sospechar que le van a ser aplicadas, y que los enemigospolticos de Fidel Castro cometan el error de no recordar que lhaba llegado al poder debido a que fue un jefe guerrillero victorioso.Cuando la embajada peruana en Cuba acept como asilados polticos

    a los que la haban asaltado, el jefe de la Revolucin Cubana inventuna tctica sorprendente: la de retirar la custodia militar que tenanla embajada de Per y darle al pueblo la noticia de esa decisin. Enel acto comenz el desle de hombres y mujeres que queran salirde Cuba, y de los ms distantes barrios de La Habana, al principio, ydespus de otros lugares de la isla, miles de personas salieron haciael sitio donde se hallaba esa misin diplomtica; y as fue como enpocos das se metieron 10 mil personas en un lugar donde no haba

    espacio para ms de 300.

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    Estados Unidos estaba estimulando las salidas ilegales del pas, y esoes lo que en el fondo ha originado la apertura del puerto de Mariel...Mariel!, que ya ha superado ampliamente a Camarioca; Camarioca es

    una bobera al lado de Mariel.En ese momento alguien grit: Mariel, Florida, le abrimos una

    herida; y Fidel Castro pas a explicar que: lo curioso es que esta vezno fuimos nosotros los que tomamos la iniciativa de abrir Mariel, no;la iniciativa la tomaron de all.

    Al calor de la situacin y de la campaa creada por los EstadosUnidos sobre los sucesos de la embajada de Per, de la Florida surgiespontnea la idea de enviar embarcaciones a recoger a este lumpen,y entonces nosotros simplemente nos limitaremos a decir que no losrecibiramos a caonazos porque no venan en son de guerra y queseran atendidos con toda cortesa, y se abri eso que no s si es unaauto herida, un harakiri o algo de eso.

    Camarioca y Mariel

    Camarioca es un lugar que se halla al oeste de la conocida playade Varadero, desde el cual salieron, en los primeros tiempos de laRevolucin, varios miles de cubanos que se dirigan a los EstadosUnidos autorizados por el gobierno cubano y por el de Norteamrica;pero lo que lo podramos llamar el limitado xodo de Camarioca nose compara ni numrica ni polticamente con el que el diario Granma

    llam el ordenado y pacco puente establecido entre Mariel y laFlorida. En el orden cuantitativo los que salieron por Camarioca nollegaron a ms de la mitad de los asilados en la embajada de Per, y los10 mil y algo ms de esa embajada se convirtieron en ms de 70 milemigrados que se fueron de Cuba usando el puente Mariel-la Florida;ahora bien, esa salida masiva de cubanos antirrevolucionarios, quealgunos propagandistas y mucha gente sin criterio poltico presentancomo una derrota colosal del socialismo cubano y, sobre todo, de Fidel

    Castro, ha sido un triunfo para ste ms importante que el que tuvocuando baj de la Sierra Maestra como jefe de un movimiento armado

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    victorioso, pues derrotar a Batista era ms fcil que imponrsele alpodero norteamericano obligndolo, por primera vez en la historiade esa gran potencia llamada Estados Unidos, a dejar de aplicarles

    sus leyes a ms de 70 mil extranjeros que entraron en su territoriosin pasaportes visados, sin previo anlisis de sus posiciones polticasy hasta sin certicados de salud aprobados por sus funcionarios desanidad.

    Nadie pens nunca que algo como eso podra hacrsele a unEstado tan orgulloso de su poder y de la apariencia de legalidad quese le haba venido dando a ese poder desde que en el 1788 se puso

    en vigor la Constitucin Federal. Parece increble que el gobierno deun pas tan pequeo como Cuba, y precisamente el que encabeza yrepresenta Fidel Castro, se apropiara del derecho de ser l, y no el delos Estados Unidos, quien determinara qu cubano poda entrar en elpas de Washington y Jimmy Carter y con cules documentos ocialesde la Repblica de Cuba deba presentarse ante las autoridadesnorteamericanas.

    En su discurso del Primero de Mayo, Fidel Castro pudovanagloriarse de lo que estaba haciendo su gobierno, y eso habradesatado un frenes de entusiasmo en la enorme multitud que llenabala Plaza de la Revolucin de La Habana. Pero un lder de la categorade Fidel Castro sabe que un discurso es una fuerza tan til como unejrcito, y que solo un loco manda tropas a hacer desles militarespropios de paradas en el lugar donde est desarrollndose una batalla,y haba sido l quien haba explicado en ese discurso que el acto del 1

    de mayo era parte de una batalla, una batalla de masas como jamsse haba estado librando en la historia de la Revolucin. Un polticomenos consciente del valor de las palabras se habra jactado de queel que daba visas de entrada de cubanos en los Estados Unidos noera el Departamento de Estado yanqui sino el gobierno socialistade Cuba, pero Fidel Castro saba que l no deba ser arrogante enese momento; que no deba humillar al gobierno norteamericanoporque en ltima instancia de ese gobierno dependa ponerle un alto

    al ujo de cubanos que salan de Mariel hacia Florida, y una medidaas habra tenido malas consecuencias para Cuba, pues por algodira Fidel Castro poco despus: ... nosotros estamos cumpliendo

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    estrictamente, rigurosamente, nuestra consigna: que todo el quedesee marcharse para cualquier pas donde lo reciban, que se marche;y que la construccin del socialismo, la obra revolucionaria, es tarea

    de hombres y mujeres libres.

    El plan de Fidel Castro

    Efectivamente, todo el que quiso irse de Cuba a los EstadosUnidos tena abierta la puerta de salida (que era el puerto de Mariel),

    y fue Fidel Castro quien la abri para dirigir a conveniencia de laRevolucin Cubana la corriente iniciada en la embajada de Per. Loque hay que preguntarse es cmo pudo abrirla, a lo que se respondediciendo que aplicando el principio fundamental del judo, segn el cualel mejor luchador es el que pone a su servicio la fuerza del adversario. Eneste caso, los adversarios eran los cubanos-norteamericanos de Miami,que viven alimentando la esperanza de que un da el pueblo cubanose levantar contra la ms espantosa tirana que ha conocido Amrica

    y Fidel Castro saldr huyendo hacia Mosc, y al or la noticia de loque pasaba en la embajada de Per en La Habana, creyeron que haballegado la ocasin que haban esperado durante largos aos: la de seractores en lo que a su juicio ser el ms sonado e importante episodioen la historia moderna, la aniquilacin mediante un levantamientopopular, de la odiada dictadura del proletariado, y con ella la liberacinde Cuba, esa desdichada esclava del imperialismo sovitico.

    Los cubanos-norteamericanos de Miami son una fuerzaeconmica y poltica por s mismos; lo son dentro de las maquinariaspartidistas republicana y demcrata de Florida puesto que sus votospueden ser decisivos lo mismo en elecciones estatales y municipalesque en una eleccin presidencial (no debemos olvidar que Nixonperdi la eleccin de 1960 ante John F. Kennedy por poco ms de100 mil votos). Pero dada la pasin con que se mantienen apegados asu ilusin de convertir a Cuba en lo que ese pueblo era veinte y cincoaos atrs, los cubanos-norteamericanos de la Florida son tambin unafuerza poltica cubana que no puede ser ignorada por el gobierno deCuba.

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    Esa fuerza tuvo un estallido de expansin cuando se dijo quemillares de cubanos corran de varias partes hacia la embajada de Peren La Habana y la tomaban como si fuera por asalto. Si un hecho as

    estaba desarrollndose en la capital de Cuba, sin que el gobierno deFidel Castro pudiera evitarlo, era porque ese gobierno no tena ya poder,y una conclusin semejante deba lanzar a los cubanos de la Florida a laaccin. Cul accin? El gobierno cubano la deline de manera ntidacuando anunci que si los cubanos que se hallaban en los EstadosUnidos queran ir a Cuba a buscar a sus familiares y amigos, no seranrecibidos a caonazos porque no iran en son de guerra; que antes bien,seran recibidos con toda cortesa. Esas pocas palabras desataron la

    fuerza econmica y poltica de la poblacin oridana de origen cubano,que impulsada por sus ilusiones se organiz de manera espontnea enun ro de embarcaciones de todo tipo que corra da y noche desde lasplayas de Florida hacia Mariel y volva a la Florida cargada de cubanosa los cuales el gobierno de Jimmy Carter se vea forzado a recibir sinponer la menor objecin, con los brazos abiertos, como dijo elpresidente Carter; y as fue como la corriente de desertores que sediriga a la embajada de Per en La Habana qued desviada, y a la vez

    multiplicada, por la de los que salan de Cuba para ir a Cayo Hueso ya otros puntos de la pennsula de Florida y as fue tambin como paraconseguir lo que se haba propuesto, Fidel Castro us en benecio suyola fuerza del adversario, hazaa poltica de la que se dan muy pocosejemplos en la historia, y ninguno cuando se lleva a cabo desde un paspequeo y dbil contra uno grande y poderoso.

    A simple vista parece que una migracin de 70 mil almas es muy

    grande, pero cualquiera guerra cuesta muchas ms vidas, de maneraque si Fidel Castro consigue, al costo de 70 mil cubanos que desertandel proceso revolucionario, lo que de acuerdo con las conclusionesde su discurso del Primero de Mayo est buscando, a Cuba le saldrbarato alcanzar la victoria en lo que el propio Fidel calic como unabatalla de masas como jams se haba estado librando en la historia dela Revolucin.

    Qu es lo que busca l? Sentar a Jimmy Carter ante una mesade negociaciones en las que a cambio de que Cuba detenga el ujode personas que est enviando a los Estados Unidos, el gobierno

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    norteamericano se comprometa a ponerle n a la presencia de tropas,buques y aviones militares en la base de Guantnamo; a que se levanteel bloqueo de la isla, medida que solo puede aceptarse cuando se le

    aplica a un enemigo con el cual se lleva a cabo una guerra, y que cesenlos vuelos de aviones espas norteamericanos sobre el territorio cubano.

    Si para conseguir esos nes hay que sacricar la ciudadana de70 mil cubanos, o de 100 mil, o de 150 mil, la operacin sera pococostosa porque esas personas seguiran viviendo y al perderlos a ellosCuba ganara mucho. Los Estados Unidos perdieron 50 mil vidasen Viet Nam a cambio de nada que les dejara benecio material,

    histrico o poltico. Y en el caso de que no se consigan esos tres nes,o siquiera uno d