Ministerio de Cultura y Deporte - Tesoro a tesoro: descúbrelosMonumento de POZO MORO escena sexual...

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Museo Arqueológico Nacional Serrano, 13. 28001 Madrid. Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840 http://man.mcu.es Tesoro a tesoro: descúbrelos Protohistoria Monumento de POZO MORO escena sexual de unión carnal entre un personaje masculino y otro femenino. Se ha querido ver en esta representación la unión del difunto con la diosa, como culminación y recompensa a sus hazañas. De esta forma, su descendencia sería divina y él mismo accedería a la inmortalidad. El monumento consta también de otros relieves, como un jabalí bifronte que ataca a sendas figuras humanas suplicantes cuya parte inferior del cuerpo es serpentiforme y cuya interpretación sería probablemente de carácter también funerario, aunque se desconoz- ca su sentido último. Completan el programa iconográfico decora- ciones de manos, a modo de elementos protectores del edificio, paneles decorativos con motivos geométricos y otras esculturas, como los cuatro leones de actitud amenazante sobre los que se alza el cuerpo principal de la torre y que parecen tener también un carácter protector. Bibliografía ALMAGRO-GORBEA, M., 1983: “Pozo Moro, el monumento orientalizante, su contexto socio-cultural y sus paralelos en la arquitectura funeraria ibérica”, Madrider Mitteilungen, 24, Madrid; pp. 177-293. LÓPEZ PARDO, F., 2006: “La torre de las almas”, Anejo X de la revista Gerión, Madrid. OLMOS ROMERA, R., 1996: “Pozo Moro: ensayos de lectura de un programa escultórico en el Temprano Mundo Ibérico”, en R. Olmos (Ed.) Al otro lado del espejo. Aproximación a la imagen ibérica, Edit. Lynx. Madrid; pp. 99-114. PRIETO VILAS, I.M., 2000: “El recorrido en torno a la sepul- tura turriforme de Pozo Moro y secuencia narrativa de su progra- ma iconográfico: algunas propuestas”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, Tomo 13, Madrid; pp. 325-356. Texto original: Ignacio M. Prieto Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández Enero 2009

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Page 1: Ministerio de Cultura y Deporte - Tesoro a tesoro: descúbrelosMonumento de POZO MORO escena sexual de unión carnal entre un personaje masculino y otro femenino. Se ha querido ver

Museo Arqueológico NacionalSerrano, 13. 28001 Madrid.

Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840http://man.mcu.es

Tesoro a tesoro: descúbrelos

Protohistoria

Monumento dePOZO MORO

escena sexual de unión carnal entre un personaje masculino y otrofemenino. Se ha querido ver en esta representación la unión deldifunto con la diosa, como culminación y recompensa a sus hazañas.De esta forma, su descendencia sería divina y él mismo accedería a lainmortalidad.

El monumento consta también de otros relieves, como un jabalíbifronte que ataca a sendas figuras humanas suplicantes cuya parteinferior del cuerpo es serpentiforme y cuya interpretación seríaprobablemente de carácter también funerario, aunque se desconoz-ca su sentido último. Completan el programa iconográfico decora-ciones de manos, a modo de elementos protectores del edificio,paneles decorativos con motivos geométricos y otras esculturas,como los cuatro leones de actitud amenazante sobre los que se alzael cuerpo principal de la torre y que parecen tener también uncarácter protector.

BibliografíaALMAGRO-GORBEA, M., 1983: “Pozo Moro, el monumentoorientalizante, su contexto socio-cultural y sus paralelos en laarquitectura funeraria ibérica”, Madrider Mitteilungen, 24,Madrid; pp. 177-293.LÓPEZ PARDO, F., 2006: “La torre de las almas”, Anejo X de larevista Gerión, Madrid. OLMOS ROMERA, R., 1996: “Pozo Moro: ensayos de lectura deun programa escultórico en el Temprano Mundo Ibérico”, en R.Olmos (Ed.) Al otro lado del espejo. Aproximación a la imagenibérica, Edit. Lynx. Madrid; pp. 99-114.PRIETO VILAS, I.M., 2000: “El recorrido en torno a la sepul-tura turriforme de Pozo Moro y secuencia narrativa de su progra-ma iconográfico: algunas propuestas”, Espacio, Tiempo y Forma,Serie II, Historia Antigua, Tomo 13, Madrid; pp. 325-356.

Texto original: Ignacio M. Prieto Revisión del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández

Enero 2009

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El monumento ibérico de Pozo Moro(Chinchilla de Montearagón, Albace-te), único en su género en la Península,se ha convertido desde su descubri-miento y excavación en el año 1971, enuna de las referencias principales eineludibles para comprender el origenorientalizante de la cultura ibérica.

Un emplazamiento estratégico Tuvo su emplazamiento original en laladera de un altozano entre pequeñoscerros de la provincia de Albacete, enun importante cruce de caminos entrela costa levantina, la Meseta y el valledel Guadalquivir. Sus 10 m de alturacontribuirían a hacerlo más visible eneste estratégico lugar. La torre se des-plomó relativamente pronto y sus silla-res fueron reutilizados en sepulturascercanas. Actualmente, se expone unareconstrucción de 1980 que está sien-do revisada.

Un conjunto monumental coninfluencias orientalesEl monumento tiene forma de torredecorada con esculturas y relieves, seeleva sobre un basamento escalonado y,probablemente, estuvo rematado poruna cúspide piramidal. En origen,constaba de dos cuerpos separadosentre sí por molduras y, aunque laspropuestas de reconstrucción delsegundo cuerpo superior son méra-mente hipotéticas, se sabe que a élcorresponderían varias esculturas deleones y altorrelieves hallados en lascercanías. Originalmente, este monu-mento turriforme se hallaba situado enel centro de un pequeño recinto deli-mitado por un muro de adobes cuyoperímetro recuerda la forma de una“piel de toro extendida”, dotada en laAntigüedad de una profunda cargasimbólica y religiosa. El suelo delrecinto sagrado (témenos), entre elmuro y el edificio, estaba decorado conun “empedrado” de pequeños guija-rros de color blanco, al igual que la

parte exterior del muro. Todo elloconformaba un “conjunto monumen-tal” que ocuparía unos 188 m² y quecontaría con una única entrada en elmuro de adobes, situada en su ladooccidental, que a su vez actuaría tam-bién como salida: un pequeño vano deapenas 50 cm de ancho que obligaría arealizar el acceso de forma individual.Tanto la forma del recinto, como lapropia torre y las medidas empleadasen su construcción presentan evidentesinfluencias del Próximo Oriente, lle-gadas a través de las colonias fenicio-púnicas peninsulares. Otro tantopuede decirse de sus esculturas y relie-ves decorativos.

Una tumba en memoria de un monarca iberoDurante la excavación arqueológica serecuperaron, entre una gruesa capa decenizas, fragmentos de un rico ajuarfunerario compuesto por cerámicasgriegas y objetos de bronce, plata y oro.Todos estos materiales permitieronfechar la construcción de la torre entorno a los inicios del s. V a.C. y ayu-daron a interpretarlo como un monu-mento funerario sobre la tumba de unimportante personaje ibérico, proba-blemente un monarca. A ello se unen,del mismo modo, su orientación aponiente, relacionada con el más allá yel mundo funerario, y el mensaje ico-nográfico, de carácter funerario, desus relieves decorativos. Sin embargo,también se ha considerado la posibili-dad de que fuera un monumento con-memorativo, en cuyo caso la tumba sefecharía en época posterior al derrum-be del monumento.

Un elaborado programa iconográficopara magnificar al difuntoEl conjunto de relieves figurativos quedecora la torre sigue un elaboradoprograma iconográfico en el que apa-recen representadas divinidades y seresinfernales en diversas escenas, cuyo

referente son ciertos mitos orientales.Estos relieves resaltan, ante la sociedadibérica, el carácter excepcional deldifunto en honor del cual se erigió elmonumento y cuya memoria contri-buye a perpetuar.

Dicho programa iconográfico serepresentó, básicamente, a lo largo delos cuatro paneles del primer cuerpo;la secuencia se inicia en el lado occi-dental coincidiendo con el punto deacceso al recinto monumental. En estelado se observa el cuerpo fragmentadode una figura con las alas desplegadas ysentada sobre un diphros o silla de tije-ra. El rostro femenino que la comple-ta se situó inadecuadamente en el ladocontrario del edificio durante sureconstrucción. Ambos fragmentoscomponen la figura de una divinidadfemenina, con el característico peina-do de la diosa egipcia Hator e identifi-cada como Astarté, diosa fenicia de lanaturaleza, de la fertilidad y de lasexualidad, con un claro carácter fune-rario por su dimensión regenaradora.Dispuesta para el vuelo, sostiene dosenormes flores de loto, símbolos defecundidad y renacimiento. Sobre suala derecha se representa el cuerpo deun gallo, animal relacionado tambiéncon el mundo funerario, en especialcon la idea del traslado del espíritu deldifunto al más allá.

La secuencia narrativa continúa por ellado norte, situado inmediatamente asu izquierda, donde se observa unafigura humana masculina que avanzadecididamente hacia la izquierda por-tando un árbol cuyas ramas finalizanen flores de loto: el árbol de la vida.Frente a esta figura y a sus espaldas seencontrarían monstruos que dificultansu avance. Otras pequeñas figuras dedifícil identificación parecen ayudarlea transportarlo. La escena representa-ría el mito oriental de la búsqueda de lavida eterna mediante la hazaña del

robo o apropiación del árbol de lavida, defendido por animales mons-truosos. Se trata de la eterna búsquedade la inmortalidad tan presente en losmitos orientales, como el deGilgamesh; en este caso, el personajeprincipal podría ser el dios fenicioMelqart, con el que se identifica aldifunto.

En el panel oriental se desarrolla unaescena de banquete: una procesión depersonajes monstruosos portandoofrendas y viandas desfila hacia unafigura sedente con dos cabezas super-puestas; este ser bicéfalo, identificadocomo el dios fenicio de los infiernos,Nergal, sostiene en una mano uncuenco con una figura humana des-cuartizada y en la otra, la pata de unjabalí. Frente a él, un sirviente le ofre-ce otro cuenco de bebida y un segundosirviente procede a descuartizar y gui-sar en un caldero otra figura humana.Se trata de una escena referida almundo infernal probablemente rela-cionada con ideas funerarias deinmortalidad, según las cuales el hechode que el personaje representado, pro-bablemente el difunto, sea ingeridopor el dios de los infiernos le otorga lainmortalidad. A través de este rito depaso, el dios juzga su alma y le permiteacceder a la esfera de los dioses.

El panel meridional no permite unainterpretación definitiva debido a suestado de fragmentación. En su extre-mo derecho, una figura masculina deguerrero con escudo, lanza y casco conpenacho avanza hacia la izquierda. Suposición es amenazante, de lucha, porlo que podría estar enfrentado a otrafigura o monstruo al que ataca. Se hainterpretado en ocasiones como el diosfenicio Reshef, de claras connotacio-nes guerreras, aunque también podríatratarse del dios fenicio Sid, compañe-ro de Melqart en varias de sus hazañas.En el relieve central, se aprecia una