Miller, El síntoma y el cometa

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i : Primera confetencia: El síntoma y el cometa Jacques-Alain Miüer . ¡Algo nuevo ¡Algo nuevo iAlgo nuevo Lo digo tres veces' como un a llamada, casi como un grito, casi como una orden: nos hace alta algo nue- vo, necesitamos, queremos, deseamos algo nuevo a toda costa' ¿Por qué he- mos puesto estas ornadas bajo el signo de las nuevas ormas del síntoma? parece ser que es porque nos. nteresamos en la dínica en tanto que cambia, en tanto que se vincula siempre 1o ha recordadoJorge Forbes en su po - nencia- con el estado coritemporáneo de la cultura, con el momento ac- tual de 1o que se suele lamar <el discurso universal>>. ecuerdo haber em- ' pezado, hace ya muchos años, un Encuento Internacional Campo Freudiano con el grito ('¡La clínica cambial>, pero me parece que esta vez el título de nuestro Encuentro merece una interpretación. Para entendef la - fórmula <<Las uevas formas del síntoma>> ropongo dar más énfasis a lo nuevo, porque este elemento del título quizá nos interesa más que el propio síntoma. No podemos disimular que si nos reunimos bajo la fórmula de <Las nuevas ormas del iíntoman es precisamente porque esperamos lgo nuevo en el mismo psicoanálisis. En cierta medida, lo nuevo está presente en lo que Lacan \lamó el pase, pues se ha podido comprobar recientemente en Brr.no, Aires ¡ creo que hoy mismo, en Sáo Paulo, la excitación especi¿l que produce esta novedad. sí, nosotros también, en el psicoanálisis, espe- . .Lár dgo nuevo, y digo <<también osotros> porque en este sentido somos como toáos aquellos con quienes compaftimos el momento actual del ma- lestar en la culiura -en la cultura contemporánea, nosotros, psicoanalistas, nos vemos llevados a desear algo nuevo. Algo nuevo es a forma que adquiefe para nosotros la dimensión de la L Ot.a "ár", la dimensión de lo dlcho en orra parte, dimensión imborrable de Tomado de: Fundación del Campo Freudiano -Comp. (1998) El síntoma charlatán. Buenos Aires:Paidós

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Primera confetencia:

El síntoma y el cometa

Jacques-AlainMiüer

. ¡Algo nuevo! ¡Algo nuevo! iAlgo nuevo! Lo digo tresveces'como una

llamada,casicomo un grito, casicomo una orden: nos hace alta algo nue-

vo, necesitamos,queremos, deseamosalgo nuevo a toda costa' ¿Por qué he-

mos puesto estas ornadasbajo el signo de las nuevas ormas de l síntoma?

pareceser que es

porque nos. nteresamos en la dínica en tanto que cambia,

en tanto que se vincula siempre 1o ha recordadoJorge Forbes en su po-

nencia- con el estado coritemporáneode la cultura, con el momento ac-

tual de 1o que se suele lamar <el discurso universal>>. ecuerdo haber em- '

pezado, hace ya muchos años, un Encuento Internacional de l Campo

Freudiano con el grito ('¡La clínica cambial>,pero me pareceque estavez

el título de nuestro Encuentro merece una interpretación. Para entendef la-

fórmula <<Las uevas formas del síntoma>> ropongo dar más énfasis a lo

nuevo, porque esteelemento del título quizá nos interesa más que el propio

síntoma.No podemos disimular que si nos reunimos bajo la fórmula de <Las

nuevas ormas del iíntoman esprecisamenteporque esperamos lgo nuevo

en el mismopsicoanálisis.En cierta medida, lo nuevo estápresente en lo

que Lacan \lamó el pase,pues se ha podido comprobar recientemente en

Brr.no, Aires ¡ creo que hoy mismo, en Sáo Paulo, la excitación especi¿l

que produce esta novedad. sí, nosotros también, en el psicoanálisis, espe- .

.Lár dgo nuevo, y digo <<también osotros> porque en estesentido somos

como toáos aquellos con quienes compaftimos el momento actual del ma-

lestar en la culiura -en la cultura contemporánea, nosotros, psicoanalistas,

nos vemos llevados a desear algo nuevo.

Algo nuevo es a forma que adquiefe para nosotros la dimensión de la L

Ot.a"ár",

la dimensión de lo dlcho en orra parte, dimensión imborrable de

Tomado de:Fundación del Campo Freudiano -Comp. (1998) El

síntoma charlatán. Buenos Aires:Paidós

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14 Tnrs coNF'ERENCTASMSTLEñAS

la vivencia humana.He repetido <<algouevó>>fes vecesal comienzoparahacerles entir a tensión que conllevaestedeseopor lo nuevo.Una tensiónque no me pareceexcesivocalificar de superyoica,vinculada con el super-yó,Überich.En la medida en que el superyó,en su pura definición f..rrdiu-'na,

tiene una dimensión social, se puede decir -a mi modo de ver- quehay un superyó de la cultura, y lo que nos demandael superyó de hoy es ,

precisamente, <<algo uevo>>.¿No ha sido así_siemp¡e?o es -para.decirlo de la manera más sua-

ve - desdequ e Baudelaire,poera francésde mediados del siglo xrx, loformuló en un verso inolvidable, el último de Las lores del mal. Es el úl-timo verso de la primera edición, o sea,sin los poemas lamados <prohi-bidos> que se uvieron que publicar posteriormente, porque aquella erauna época de censura; a diferencia del problema que renemos nosotroscon nuestra cultura, según veremos después. <Aller au fond de l'inconupour y trouver du nouveau>>,r hastael fondo de lo desconocido para en-contrar ahí algo nuevo, éstees el último verso,a modo de mensajeque de-ja Baudelaire.Debo decir que, en estecaso, a lengua francesa1odice me-jo r que el castellano: áice du nouueau,con un du que no es parritivo. En

el verso francésno se rata de /o nuevo, tampoco de algo nuevo, sino quecon esaexpresión, du nouueau,se rata de la dimensión misma de lo nue-vo, de lo n uevo en cuanto tal, de cualquier cosa que pertenezca a la di-mensióndc lo nuevo.

La búsqueda de lo nuevo, anunciada en este verso, transcurre en lapoesfr -por lo menos a francesa- desdeBaudelairehasta Breton, hastael surrealismo, que llevó estabúsquedade lo nuevo a un estado de incan-dcecencis,Ca,Ja ez más, a búsqueda de lo nuevo se ha impuesto comoexi¡encie inopclablcen todas as produccionesde a cultura,y domina aho-ru dcsclcel artc hasta a industria. Detengámonosun momento en el arte: sila figura de l)icassodominará en el arredel siglo xX, ya casiel siglo pasado,si permaneccconro r¡n paradigmadel arte de estéviejo siglo,es porque él

nunca se imitó u r¡¡rcstilo fijo, sino que experimentó un número incalcula-ble dc formas y no dcsistióde ir siemprehastael fondo de lo desconocidopara encontrilr algo nucvo, Él sabía que para nosotros nada vale si no esnucvo, quc n() g()z¡tm()s ino dc lo nuevg.

En estescntitlo,lo nucv()cn 1ácultura de hoy mismo es el síntoma,esla nueva fornru sintomitica rlcl malestar en la cultura, y digo que es unanueva orma porquc n. sicm¡rrcha sido así:hastael corte que he situadodeforma aproximaclacon cl vcrs,,clc Baudelaire,hastaesecorte, o que se es-peraba no era algo nucvo,sino rnásde o mismo. El anhelopor lo nuevo, su

PnTN¡SRAONFERENCIA:T SÍNTOU¡Y EL COMETA 15

valoración como tal, la intensificación de estedeseopor lo nuevo hasta su

exasperaciónsintomática es relativamentereciente.La imitación dominó

durante siglos a producción artística:el Renacimientono sepresentó sino

como la imitación de la Antigüedad, y desvincularsedel imitar a os anti-

guos fue la lucha de los lamadosmodernos, aunque nuestro nueuo dehoy

ya no es o moderno. Este último fue la forma optimista de la búsquedade I

lo nuevo, hastaque en nuestra edad, no tan mal llamada posmoderna, o -

nuevo se desvinculó de lo moderno pata aparecer en cuanto nuevo. La exi-

genciade o nuevo como nuevoes el axioma que circula por todaspartes,y

enüe nosotros, dentro del campo freudiano, también: que o nuevo vale en

cuanto nuevo -no sé si perciben ustedesel horror de a situación.

As í puntualizada, destacada, islada a esenciade lo nuevo, apareceen

su caráctersintomático,nos dirige una mirada siniestra.La exigenciade o

nuevo es profundamente Unheirulicb: ésta es a palal:ra alemana que utili-

za Freud en su artículo que se suele raducir por <<Lo minoso>> <Lo si -

niestro>>. ienen ustedesque hacer algunosseminariossobreel tema de lo

IJnheimlich.¿No les parece,bajo esta uz, que Io nuevo, el culto contem-

poráneo de lo nuevo es el vestido mismo -vestido a la última moda, por

supuesto- de aquellavieja presenciaen la existenciahumana, es decir, amuerte?

Algo nuevo deseamos, e algonuevo gozamos, ero ¿cuánto iempo al-

go nuevopermanecenuevo?La respuestaa sabemos odos, como hombres

contemporáneos:cada'día algo nuevo se mantiene nuevo nlenos y menos

tiempo, se vuelve obsoleto cadavezmás deprisa. La aceleraciónde la de-

cadenciade toda novedad puebla nuestro mundo cotidiano de objetos ob'

soletosque hay que tirar deprisapara reemplazarlospor el último modelo.

En estepunto preciso surge a inquietud del suieto por no ser tan nuevo,

por volverseél mismo obsoleto.El culto de lo nuevo, de manera nexorable, hacedel propio sujeto un -.

objeto obsoleto, un desecho,y no es casualque en la misma época se haya

inventado el obieto (a). En verdad,Lacan lo inventó justo antesde que es- :to seevidenciaraen nuestracultura, en nuestromalestarde hoy.El culto de -,

lo nuevo supone también la bien conocida valoración de la juventud, un-- síntoma de la cultura de hoy. Ahora que tengo más de cincuenta años,el ,

culto a a juventud me pareceun síntoma,aunquedecirlo tiene mérito, por

mi parte, porque la desesperación nte el envejecimientoes ,precisamente,

un síntomanuevo. Siempresehabía aceptadoenvejecer, olverseviejo, pe- t:

. ro hoy',debido a as posibilidadesque nos ofrecen os productos de a cien-J cia. el techazo a enveiecer es claramente un síntoma soci¿I.

. iit.\.

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t6 Tnss oNF'rRErucrAsRasrmñAs PRIMERA oNFERENCTA:r sl¡¡ro¡m y ELcoMETA 1 1

llfe interesa ver qué pasari en China, porque allí, durante siglos,desdesiempre, lo que se ha valorado es a vejez, a juventud escuando h"y qu"

".-erar para ser viejo y así ser escuchadopor los demás.En china yo seríademasiado oven para dar un discursoque fuera escuchado.H"y qú" .rp.-rar a los setenta,ochenta,onoventa años,porque, por offa parte, pareceque con la valoración delavejez los viejos vi,"'enbaitan¡e. pero ¿q.ré ru u

pasaren china ahora que se abre a nuestrossíntomas?vale la pena obser-var si los chinos van a ser-alcanzadosno solamente por el .apitaiismo arran-zado., ino también por los síntomasque lo acompañ¿n.En fin, lo que sepuede ya anticipar es que a medída que os balryboomers. a generación n-mediatamente posterior a a SegundaGueria Mundial, se ua'haciendoui.-ja , que es más o menos ahora,vamosa ver un boom delavejez,es decir, uninterés acentuadopor lavejez y los medios para detenerla. o seaque parainvertir en la industria me parece que hay que ir en esa dirección --yo nolo hago, pero es un consejogratuitg que es doy.

.Lo: profesionalesque ahorarnanipulanel goceen pro del consumo,es

decir, dirigen nuestro goce hacia esasalida qrr" rro, propone la sociedadhoy, que consisteen comprar y consumir, .llo,

"onoci'muy bien y desde

hacemucho tiempo el poder de la palabranüeuo par^vender,Ne¿. pense-mos, por ejemplo,en eseproducto eminentementecontemporáneoque esla información. Da lugar a una enorme industria creciente áorrd" se h^c.nalgunasde las grandes orrunas de hoy. ¿eué vende esta ndus*ia de la in-fbrmación? vende lo nuevo en cuanto nuevo. vende enunciadossobre lonuevo' cuyo valor resideen a rapidez y la frescurade a comunicación.Ra-dio, televisión, nternet... todo ello implica que o nuevo permanecenuevomenos y menos iempo. Así, el goce de a no,üedad ehace cadavezmás n-sistente,más exigente,en su rivalidad mortífera con lo obsoleto.No sé si \ustedes saben que háy caaales de televisión que suelen reservar un ángulode Ia pantalla para el desfile continuo de las cifras indicadoras de las va'ria-cionesen las grandesbolsasdel mundo, veinticua*o horas ar día. Esa ca-denasignificante,presentificadade esta

orma, que sin detenerse a cifran-do los valores de intercambio de la cuhura d. úoy, pone de.*ranifiesto apulsión de muerte. Presenraesta operación que no desistey quetice: lonuevo sólo es nuevo en el minuto Dresente.

.otro ejemplo: ninguna indusiria ha acelerado anto la pro.ducciónde ,

lo nuevo y la producción correlativa de lo obsoleto como la industria in -formática, que marca el rumbo a todo el mercado universal. Apenas secompra el último ordenador, ya queda superado por un modelo á" ,r,r.u.generación.Apenas apareceen el mercado el último microprocesador de

Intel, ya seanuncia -en el momento mismo de comprarlo- que denho deseismesessu velocidad quedará multipiicada por dos. El micioprocessoresun objeto que no seve, situadoen el interior del ordenaclor, .rro plantea-ba un problema para su valoración en el mercado. Al geniá que áirige la tempresa ntel, Andrew Grove, se e ocurrió hacer poner una etiqueta,exi_gió la presencia visible

de la etiqueta Intel-Inside.-Esta fórm.la,'qrr. á.bo,decir que admiro, es una fórmula poética, con una aliteración: in -in,Intel-Inside.Es el nombre del nuevo agalma,objeto maravilloso escondido en el .interior, como decía Alcibíades de Sórrates, que tenía denmo un obieto ma-ravilloso que nadie podía ver. pero la novedad ahora es que ye se ,ub. q,,r" ,este agalma se convertirá en poco tiempo en un desecho para thar.veo hoyen este ntel-Inside un modelo universal: cada suieto de ia cultura contem-poránea lleva en la frente un invisibie Inter-lnsitre a modo de un mensajeque anunciaa os demás,así como a él mismo, su propia decadencia.

' No sepuede resistira estemovimiento de fondo de a cultura. 4 está n-:,surrección del se r q'e nos atrapa.Por estarazón no me niego a hacer en-trar ala Asociación Mundial de psicoanálisis en la era de Inte-rnet. Hay unarebeldía posible: o único que realmentepuede resistiral caráctetsinámá-tico de o siemprenuevoesptro síntoma.Lo pue<lo lustrar con un ejemplo -,que voy a buscar a una clínica que estudio regularmente, es decir, mi pio_pia clínica, mi clínica como suiero. Invité a todos los miembros de ta AMpa entrar en Ia era de Internet, supuestamente o debíahacer o mismo, Encasa enemos dos ordenailores, pero yo no los utilizo directamente. Así quevolviendo de Buenos Aires, del Encuentro Internacional de julio-agosto,penséen comprarme uno propio. Empecé por informarme: busquéiodoslos documentos, compré todas las revistasde informática, me entrevistécon varios amigos ya más avanzados,cada uno de ros cuares enía sus pre-ferencias, y, finalmente, conciuí. En el momento de pasar ar acto, ll.g, .rnu

'

inforrnaciónrestemodelo tan bien estudiadoua"

queda*upe.udo"en

po-cos meses or otra maravilla.Dudé, perdí esegocede tener el último orá.-

'

nador, de tenerlo como objeto, porqr¡s y. no ..u el último _éste es elenuneiado-, y empecé a soñar en el próximo. Hasta que llegué a a con_ ,clusión de que real¡nente no sabía ntegrarme en la cad-enadJ las novedu-des. nsertarseen la cadenade las novedadeses alienación,no hacerlo esseparañrrMi€iñft;iñélüñá'experiencia en la que es realmenre el su-. r-,,

,jeto -cn estecaso' yo- el que se experimenta a sí nlismo como desecho'

*-dgl4 gr tur:acontemporánca.Sl oREivainos-e$ó-éri Ia perspecriva clínica, se reconoce en mí la pre-..*

senciade un síntomade dpo obsesivo debo decirlo_ o ,.u, p".* pá, el

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18 TRES CONFERENCIASBRASILEÑAS

saber para elegir el objetó. Efectivamente, si uno exige un-saber exhausti-

vo, ello le impide elegir,porque siempreapareceun significantesuplemen-

tatró, üüo, a a vez, esto es un síntoma con respectoa a norma de la cultu-

ra:Éñé¡;fó'caso,1á iopia norma social es sintomática, y puede'serque lo

sanoseano insertarse.Creo que aquí se hace palpable a inquietud ante el

Oro, la inquietud que constituyeel malestaren la cultura de hoy. Esta n-

quietud, que se podría formular así, como la inquietud del malestár con-

témporáneo: <¿Quién estáenfermo, a cultura o yo?>>. surgeuna parado-

ia : en nuestro culto de o nuevo cadavezse hacemás evidente a repetición

de lo nuevo, su programación. Dos, tres, cuatro vecesaLaño, estáprevista

la aparición de o nuevo, tanto en los ordenádorescomo en os cochesy los

vestidos. Este ritmo periódico de la novedad vino, quizá, con la moda fe-

menina,pero seextiende hoy a todos os sectores e a producción y de ma-

nera cadavez más nsistente.El ritmo en la industria informáiica es c¿da

año más apresurado.Es decir, nos hemos nstalado o hemos sido nstalados,alienados, n es-

ta paradojafantástíca que es el automatismo de lo nuevo. Y aquf está a pa-

ndoja, porque 1onuevo automatízadoes un <<nuevo>>,lavez, sin sorpre-

sas,ya que podemos conocer de antemano su obsolescencia.Esto es lonuevo en la cultura de hoy, un nuevo ya mortificado y mortífero, por esta

misma razón, más nsaciable odavía.Lo nuevo como síntomade a cultura

es, pbr excelencia,glotón: devora,y esaglotonería esel rasgoque apunta a il4&g d.Lggperyó. Para l¡acerlo entender puedo también acudir a mi pro- \

pia clínica con un ejemplo personal. Lo que dije el domingo pasado en

Buenos Aires ya está en Internet, en la lista de comunicación de la AMP,

que se lama AMP Varia, es decir, o que dije ha llegado a Brasil antes que

yo. Algunos amigosya me lo cuentan,-lohabían eído antes de mi venida y

me lo comunican a mi llegada;es decir, ya no lo puedo utilizar. Si no, ¿quédirán? <<Miller a repetido en Sáo Paulo o que dilo en Buenos Aires, ¡quévergüenza!>>sí, a AMP Varia, dirigida por un grupo de amigos,muy ami-

gos míos, seha vuelto mi superyó personal, y si no tengo ideas nuevas en-re el domingo y el viernesya estoy obsoleto.

Ahora, pensemos n el psicoanálisis.Ha sido algo nuevo, nacido con el

siglo, y en este in de siglo ya no lo siguesiendo.FIay que ve r la inquietudque despierta en algunossectoresdel psicoanálisisque la cultura nos pue-

da volver obsoletos.Están tan infiltrados por el síntoma de la cultura con-

temporánea, que tiemblan de saber que tendrán cien años dentro de poco.

Nosotros, que vinimos al psicoanálisiscon Lacan, somos un poco más ó-

venes,pero esono es una solución. El propio psicoanálisisha sido un sín-

\ ' - 1

PnItffin¡ CONFERENCTA:I- sÍNrolr,q y EL coMETA 19

toma social, un síntoma del malestaren la cultura, y en algunos sectoresahora se anuncia que las neurociencias lo volverán obsoleto. No lo creo enabsoluto,en parte porque la esperanza el temor de a muertesiemprehanacompañado al psicoanálisis,desdesu nacimiento, como a un fenómenoque puede resistir un tiempo y despuésha de decaer.Pero, sobre todo, miconfianza se basa en la misma relación del psicoanálisis

con lo nuevo, muydistinta de la relación común con lo nuevo en la cultura contemporánea.Los analistas emen la i-nfiltración del síntoma social porque no están obastanteen a orientación propia del psicoanálisis.

<<Irhasta el fondo de lo desconocido para encontiar algo nuevor>,dicéÉiudeiaire. ! ¿quién Io ha hecho

"r.r* siglo de -u".rá-;ññt#áef,,.,

más patente, con más resonancia,que Sigmund Freud, médico de Viena?<I r hastael fondo di lo desconocidopara encontrar algo nuevorr, ambiénes a historia de cada análisis. Pero ¿qué es este<<algo uevo>> ue descubrióFreud en el fondo de lo desconocido?Para dar una respuesta ápida: esprecisamente a repetición, regla mplacable del <másde lo mismo>. Es la: - .presenctaen caclauno de algo vlelo, antlguo, obsoleto, que sigueactivo,vi_gente,operativo,más poderoso que o nuevo. Algo cuya nstancia nmemo-

rial domina a lo nuevo. El descubrimiento deTiád apunta a lo ántiguóque se háce presénte y de manera siempre intempestiva,el..algo r,r.uoofreudiano desordena todas las coordenadas temporales, hasta al punto quelo viejo y lo antiguo confluyen. Freud fue hasta el fondo de lo desconocido,pero para encontrar, nd lo nuevo ¡ sin duda, no lo falsamentenuevo de lanovedadmerc¿ntil, sino o antiguo.

En la época del cientificismo optimisra de la segunda mitad del sigloanterior,Freud fue el hombre que ogró vincular las ormas nuevasdel sín-toma con a cultura de su época.Por ejemplo,en aquellaépocano se decía<depresión>,se decía <<neurastenia>>,'ésara a maladie,la enfermedad demoilá.Fíeud, en su épocF,Iffiñcular las ormasnuevasdel síntomaconIas ormas antiguas, y para nombrar ese algo nuevo que descubrió en el fon-

do{ef qdq,cp.npsidaeffiffo*cú"bS.no,$.L.eq.q'].ii;9jjguglj,ldno;ii6;6t6ñélnombrede Edipo,con osnomh,rqq.e'ErcsyT.ánator.-Logróáñrtfieinüésiiá relabión suLjetiva con la cultura tanto antigua como contemporá-nea.El estilo freudiano, que puede gustar o no, estáhecho de estamezcla,ya un poco posmoderna, entre elementosactualesy otros de los rnásanti-guos,hasta os diosesde Egipro. Por supuesto,esteestilo iene siempreal-go de kitscb, pues mezcla lo nuevo con lo antiguo.

Nada está m7s aléjádb delpsicoanálisis que las utopías, estilo New Age,que prometen lo radicalmente nuevo. La maneramás ngenúa de ir hast¿iel

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20 Tnrs co¡qrEnsNCrAS MSTLEñAS

fondo de lo desconocido para encontrar algo nuevo no conduce sino al sui-cidio, a veces colectivo. El último suicidio colectivo, que han difundido portodo el mundo las redes de comunicación, tuvo lugar, hace poco -digo elúltimo porque ya nos prometen otros- en California, ¿dónde,si no?, tie-rra de o falso nuevopor excelencia.Tuuo ujar en una sectaexperta en In-téñÉ't;riñüii¿n.tn

"l "o-.tu

i{"le-Bopp. Tiene su lógica, porque hay

pocas cosas an nuevas como un nuevo cometa. No debía verse en AméricaLatina, dado que yo lo vi con toda claridad en el cielo nocturno de un pue-blecito cerca de París, lamado Guitrancourt, con su maravillosa cabelle-ra, algo que parece r más con el género femenino. En francés,cometa esfemenino, se dice la cométe,y me cuesta nombrarlo en masculino. Al ver-lo atravesando el cielo y ver el cielo, inmutable, modificado por aquel ob-jeto extraño y fascinante,uno no puede dejar de sentir cierta exaltación:puede ocurrir algo nuevo en lo real. Se entiende muy bien -si uno sepo-ne en el terreno de la comprensión-1 que se piense en el suicidio paraunirse al cometa que nos viene a buscar a nosotros, desde el fondo de lodesconocido.

!! qggss"psicoanalista" y además acaniano, no se suicida, ng pue{e de-

j1t*,.ypr-enJaJrayectori.adel cometa una figura, una alegoría de lo"qqg 9!-ría unainterprpfación a[alítica cq.ando ogra inscribirse en lo real. Sin em-bargó, he aquí a ironía suprema, a aparición del cometa es en realidad unfenómeno periódico: el cometa ya ha estado presente hace cuaro mil añosy volverá dentro de otros cuatro mil años. Sepuede apostar con toda segu-ridad, Así pues,el cometa que encarna o más nuevo es, a a vez, un fenó-meno repetifivo, sin duda con un ciclo máÁeitériso'que Ia vidá ñüriiáná, ylo único verdaderamentenuevo en el cometa es que ahora se lama Hale-Bopp. Se lama así porque dos tipos, dos perezosos,que no tenían nadamás que hacer que mirar al cielo, o vieron primero y se pusieron de inme-diato en comunicación telefónica, o por e-mail, con el cenro asronómicodonde se registran los descubrimientos.

'

Lo nuevo es el significarlqeque se.le ha dado. Que me disculpen: esprofundamente ridículo. Es un significante ripo Laurel & Hardy. Hace po-co pensaba que se hubiera podido llamar Amanda o Melancolía, recuerdengue cometa es femenino en francés. ¿No protestará el cometa? ¿No pro-testará porque no tiene nad¿ que ver con el señor Hale y el señor Bopp?Porque el cometa no conoce este nombre y no volverá mas rápido si lo lla-man: <Hale-Bopp come back!,n.

El cometa justifica la sospecha freudiana ante lo nuevo: que no es tannuevo como parece, Y, alavez, justifica la sospecha acania¡a rs!¡s lo rg;

Pnrurn¡ CoNFERENCTA:r, sf¡¡ronray ELcoMETA 2L

al:.queno tj.¡lS¡¿{e"cJrgl¿erro¡ el sentido.No importan osnombresquese e den,algometano le importan os anhelosque suscita, "st" p.ouolu,el suicidio,no e importan os canros uese e dirigen, ascifrasqu.

"al.rr-an su rayectoria y su retorno.siguesu caminoeriel cierocompLtamenteindiferente l discuiso.

¿Quépasaría on el psicoanálisis

i el síntoma ueraasí,si el síntomafueracomoel cometa?¿Quépasaría i el síntoma uera ndiferenteal dis-curso,si fuerade a mismanatural za qúeloscuerposlamados elestes?_ps{.:L cgg9qagaríe.si l ¡in1.o-mqsjt-e¡tqglgl? "ia..dimensión e lo reli?Alnque él no conocióel cometaHale-Bopl, éit"?üóii,nliímiifiéffitraeLacansobre o que descubrióFreud,y situarel síntomaen ró reJ suponeunaapuesta.o quedescubrió reuden a histeria, recisamente,r q,teelsíntoma o esun cometa. n la medidaen que esponde uando e e la-ma,_cuandoe e habla, dicealgo,esun mensaje uesepuedeeer, ieneun Sinn,unasignificación.

La apariciónde cometas n a historiahumanasiempre ue considera-dacomoun síntoma reudiano,muchoantesdeFreudy hastaa edadde aciencia. iempre econsideróomo un signo legado esde l fondode odesconocido,n signodirigi{o a a humanidad ueanunciabargo uevo,yasea l nacimiento e un granhombreo la proximidad, a nmilenciadepeligros' amen^zas,arásmofes.s decir,hastaque legóel dominio de aciencia, iempre q nterpretabaa os cometas, erono se nterpretabanossíntomasi omoahoraos óometas.yos síntomasreudianos, ranmudos.

Con Freud, y con a edadde a ciencia, e dejóde nterpretlr a os co-metas aunque algunos ectarios iguenhaciéndoloesun fenómenomar-ginal- para nterpretar os sínromas. lo admirable, onra histeria,esqueal nterpretarel síntoma,éstedesaparecía.so ue en a épocadel optimis-mo freudiano: uando e e hablaba ien al sínroma, uando'éráléiiloo.rrect¿rmentese e comunicaba u ectura,sedesvanecía. l segundo iem-po fue el siguiente:Freud percibió que no desaparecía gugyolvía como

un cometa'aunquecon un ciclomáscono, Es o quese lamareacción e-rapéuticanegativa. on el síntoria obsesiuo, reud vio claramente ueelfundamentomismodel slntomaera a repetición, a repeticióncompulsiva,le Viedeúolangtzua4g. : :

La referenciaa lq histeria y,lajreferenciaa 4 n.eu¡oris'ohstri-v3-_invitan,pues' a dos eorizacióries istintasdel síntoma.La referenciaa áTtcterl,invita aponerel síntomaen el registrode o simbólico,a decir qu..qfu"-le a un meniajeenviadopor un oro dqsconocido. a ref.renciaa ¿nerr-rosisobsesiva, or el contrario, nvita aponer el síntom¿en el registrodc

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22 TRES CoNFEpGNcIAS BRASILEÑAS

lo-fs¡rL." la medida en que vuelve siempre al mismo lugar y es muy resis-tente a ser modificado mediante el reconocimientode su sentido. Freud yalo había peréibido: el síntoma no tenía solamente Sinn, signlficación desci-frable, sino también Bádrrtirg, ¡elación con lo real.'Freud había visto ya.que detrás del síntoma había fantasmas undamentalesy que detrás del ¡conjunto de fantasmas undamentales había una fijación, algo inmóvil, una ¡\inscripción imbomable de un primer encuentro con el goce, un primer en- {cuentro siempre raumático.

Ya lo comenté en Barcelona, el pasado mes de diciembre, a partir delas conferenciasXIXy XXIII de Freud. Hubiera deseadoque se publica-ra este seminario en OpgaoLacaniana,pero se publicó en Freudiana, deBarcelona,y sus responsablesse negaron a verlo publicado en OpgaoLa-caniana,porque dicen que Freudiana se ee mucho en Brasil. Quizás así .les hago propaganda. Esas dos conferencias de Freud -que estoy resu-

-miendo de manera muy rápida- nos dan los términos del problema: elisíntoma implica, alavez, una relación con lo simbólico y con lo real, y itambién una relación de los dos entre sí. Propongo escribirlo de la si - ;guientemanera:

>(s0R)"Esto es a leüa <<sigma>>,uestra etra para el síntoma,y entre parénte- ,

sis, a relación de o simbólico con lo real. Está claro que para Freud, en laconferencia XXIII, esta relación entre lo simbólico y lo real en el síntoma

'

pasapor el fantasmacomo imaginario. ht

Lacan adoptó, de enrada, una perspectivaunilateral sobre el síntoma,según a cual espuramente simbólico: el síntoma se'desvanece uando elsujeto admite una verdad, no lgverdad, sino una verdad, una verdad inter-pretativa. De manera que ponía el síntoma al mis¡no nivel que la interpre-tación que lo hace desaparecer.Para resumirlo, su primer punto de vista ,

era que el síntoma es un decir, estáanimado por un querer decir que él es-cribió de esta manera: s(A) y se traduce como <<significadoel Ono>. Elsíntoma como mensajedel Oro. Luego situó -pero en un segundo iem-po- la incidencia del fantasmaen este mensajedel Otro. Esto, lo recuer-do para os conocedoresde Lacan, o escribió así:

(f 0 a) +s(A)F

Pnlurna coNFERENCIA: t slt¡tol,t¡ y EL coMETA. l

Así es su fórmula de las formaciones de síntomas, que se encuenma ensu grafo. En realidad, pone mucho énfasis en la relación de lo simbólicocon lo imaginario. Tan sólo en su última enseñanza Lacan privilegia, diga-mos, el modelo olsesivo'del_sínto¡Rq que el síntoma'ed üiiáámé-rití-l$SgSreal en la medida en que resiste al decir. Es el síntoma tal como se e mani-

festó á Freüd-iuando'forinul¿ a .*üiiáie reacción erapéuticanegari-.va,p-o.¡-9j9r-n'rpjs.s,decir, riS:_g-l_SíSlg.!CI.a.noo és póiqrré*ié?Eñáfiffiacüando sehabla bien, sino porque se repite como un cometa. "

Entonces,¿dequé sirve vincularlo con la palabra?Éstées el cuestiondlmiento radical, por parte de Lacan,de a posibilidad misma del psicoanáli-sis. Situar el síntomaen 1o eal pone en cuestión a propia posibilidad delpsicoanálisis.De man era que no me dan miedo, me dan risa, os cuestiona-mientos actualesdel psicoanálisis or parte de los deólogos,no los neuro-científicos,sino os deólogosde as neulociencias,porque ninguno de,esoscuestionamientosdel psicoanálisis a tan lejos como el de Lacan.

En la perspectivahistórica, a primera perspectiva,sueño, apsus,acto ,

fallido, chistey síntomapertenecenal mismo registroporque se descifran,y eso es o que Lacan lam{ las ormacíonesdel inconscientp.Se descifran,se een, ienen se.ltido..De ahí a exaltación que uno puede seniiü"iééilós'-priinCéTt&toi'léFrlud. Pero en 1" p"r.p..tiuu obsesivasobre el síntoma,surge una discrepancia:se pone de manifiesto que el síntoma no está en elmismo nivel que las otras formacionesdel inconsciente.El síntoma,en sí,no parece relativo a un querer deci¡, hasta al punto que en su estadosal-vaje e puedepasardesapercibidoal sujeto. Sólo en un segundo iempo, e¡el análisis, por ejemplo, el síntoma obsesivo puede convertirse en el obj.g.19en cuestión en su querer decir: ..¿Qué quiere decir este síntoma?rr.Peio,inmediatamente,no pafece ser del orden de la significación. Y hay quepensarque el síntoma es capazde decir algo para uego descifrarlo.Comodice Lacan, o que constituyeal síntomacomo analíticoes,en primer luga¡un fenómeno de creencia. Hacefaltacreer en el síntoma como en una,enti-

\ dad que puede decir algo. Ahora no creemosque un cometa dice algo,pe-ro un síntoma existe como analítico si quiere decir algo. Por eso hay quecreer en é1.

1 A la vez, estámuy claro que el síntomu ,"trp".," del acro fallido, del

fapsus, del chiste, os cuales esponden odos a una temporalidad del ins-

Iante y, gl gp.ssecuenciatno.se repiten. Mientras que lo esencial del sínto-lna'es la duración, ]4.pqrma+e.-9i.a,.la epe.tición. ParáEiilóffiti:*-presién dé Laián: el etcéteradel síntoma, como hay el etcétera del cometa,cuando aparece.".

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EIBLIOTECA ENTRAL

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24 Tnrs coNrsRENCrAS RASTLEñAS

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Por lo tanto, si se adopta esta perspectiva -que estoy resumiendo apartir de algo que desarrollo en mi seminario con Eric Laurent en París-,

" itj**-:."f1!.llt.dg.les nueva¡srm.as91¡in1o11 inmatizar l.sentidog9JoJ0uevo-"

Hay que eneren cuentaque en a cultura contemporánea e levanalanalista rastornosqueno e legabanenotrasépocas, sdecir,seconfíaenel analista arahacerhablar a esos rastornosa os que antesnadiepensa-ba enhacerhablar. or ejemplo,omemos*lgTicomanía,a drogadicción,qqg.p9s!.t' rop amen e un s n oma analiti coTiiin;rñAó?e eñ¿óñ ñ tin

.r góceletal generalmente letal, hayquedistinguir segúnasdrogas, or su-fpu¡erugén cortocircuito, sin pasarpor el Otro, sólopor el vendedor de

droga.Se rata de convencer l drogadictode quesepuededar sentidoa oqueno esun síntomaanalíticosino unaprácticadegoce,esdecir, 5anqfol-mar supráctic4_degocen síntoma nalítico. horabien,el suieto esueleÉsiitir a esta .t.rlorfo.i., r. ¿íiiñá ruliliuir elvalor degocéde suprác-tica por un valor de sentidoque e ofrece a prácticaanalírica. a cuestiónclínicagira en orno a estepunto: si sepuedesustituirel valorde goceporun valor de sentido.El fenómenonuevoesque patologías uesemantení-

ñr$i;A; Aé$ $álabra salvo de a palabra nvestigadora el médico-quedanatrapadas n el psicoanálisis. i no en el psicoanálisis ropia,mente

, dicho,por lo menos n susversionesrácticas, n asvarias rácticas eldecir que se suelenlamarpsicoterapias. lo nuevoen esoesque se raensíntémas"mudosueantesno se r'aían l análisis al decir,se os ffae aho-n alasprácticas el decir.Estosí ieneque ver con el estado ctualde acultura.

Si pensamosn el estado gla culturaen a época e Freud, o pode-mos áfá[ferizar comq'üictoriano]Eníneas enerales,epodíahacerde o-do, siempreque o qulsa&icf#u en 1o e ferenteal goce no semosrara y,además,o ¡e dijera.En elpsicoanálisis,l concepto rincipalerael de.Ís-

É*u

.Ve:d:¿,tgung,

^ que a significación el fantasma e a represión

eranel e,eoe a vroasocialdé aqu.ella poca.Por esoel psicoanálisis stabaeh cbisóñáiiciá,eraarmónicocon as diversaseoríasde a revoluciónpro-letaria,hastaconfluir en el freudomarxismo, ue uvo unarepercusión ni-versal,Tanto,que segeneró a idea.deqqe a represiónen el sentido reu-dianosedebíaa a represión ocial.Y no sólo debíaproducirse,debido alffi-ríñi5mó;Ta desaparición e la explotacióndel hombrepor el hombre,sinoque a desaparicióne a neurosisesultaríae a curación el síntomapor la revolución.Esta nspiraciónestuvovigenteen a cultura hastahacepoco,hasta l 68,d los años etenta.

Pnrnmne coNFERENcIA:El slNtolr¡,q y EL coMETA

El estado actual de la cultura no tiene nada que ver con el estadovic-toriano. Si debiéramos caracterizarla con un adjetivo, no podríamos ir abuscarlo a Inglaterra. Nadie duda qr¡e,sedebería buscar en los EstadosUnidos. Hablaríamos de un estado ólintoniano de la cultura. Parece ri-dículo, porque no es de rrlnguniñffi"ñ-iñbolo tan fuerte como el dela reina Victoria, y no pareceque guste se r llamado clintoniano como les

gustaba a los contemporáneos de la reina Victoria decir de ellos mismosque eran victorianos. El mismo ridículo que denota ese adjetivo no es unamala raducción e ad;¿áa-ñ¿ü;Ciuáiliiiiinirii,ñié'am;.'Di¿;'; deoiiamanéra,l vector dlacultufaáptiiita n á dirección iguienté:araggz?\ ,.ya no se necesita a represión socialdel decir. La voluntad contemporáneadé océ pasa,cadaveimás, por la'aceptación ocialde decir,casipor la e*i-gencia socíal de decir. La idea de que <<si lgo va mal, hay que hablarlor>forma parte del sentido común, y hoy día existe la creencia popular de quesi uno no habla de lo que no va, enferma. El decir-todo, el impulsg { decir-todo inspira hoy todas las produccioneq de !¡ cultura. El último best-.siller'no¡teamericanoes el relato que hace una hija de su seducciónpor parte desu padre.Es una novelistaconocidaque acabócontando cómo a sedujo su

padre. Por otra parte, el decir-todo es considerado en sí mismo como un /'tratamiento, en general:cuá¡do algo no va,hay que hablarlo. Ésta.s la res- ;puestauniversgl.

, Así, a decadenciael significante mo,de os deales, os emite, ara

J conocero bueno o malo,parasaber uéhacer on asproduccionesns-

{ piradas or a ciencia, os lamados omités e ética, ueestudiamosste\ añocon Erib Laurenten París, andoun sentidogeneralizado estaex-

I presión.{n la ggltu-ra.hoy,va oo teoenos.unOfrqcon mayúscula n ellugar\de a vüáád. La democracia eneralizada ignifiiá qa-ed-supuestosujeto e saber o está inodondenosotros stamos. l Otro somos oso-tros, en nuestrapatética gnoranciade o que hay quehacer.Ahora empie-zael reino del debate,del debatesobre o que hay,del comité.Díganmeles diré, y ya

veremos.No se puede gnorarel papel que ha tenido el psicoanálisisn estatransmutación e a cultura:el psicoanálisisonfluyó on a Constituciónde os Estados nidosy susenmiendasara nstalar omoejede a culturaactual l derecho el empuje l decir-todo. asobrasdelmarqués e S¿de,aúnprohibidaspor la usticia rancesa n os años incuenta, asepublicanahoraen<<La léiade>>,a másprestigiosa olección rancesa e obrasmaes-tras. Asígse,s*¡gggo g1q9hg;gC.$phngEnfegozaraJa,i essre.$¡gg*gp;bg*g¡[gftdo. Yasedibuja una cultura basada n una democracia el goCé

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26 Tnes coNrr,nrNcIAS BMSILEÑAS

o, más exactamente,del decir dgl gqS". Me parece que las consecuenciasson rágicas,n u neJlffiáii li,ÉTiiá irrtrro, .r elmalestare acultura

. de ho¡ no gozat placenteramente no tiene ex cusa. Los que sufren no sola-mente sufren, sino que se sienten culpables. Los que envejecenno sola-mente envejecen, ino que tienen la culpa de no parecer óvenes,etc. Hoy,

laJelfa"dS.gqgg qs lq imperdonable y la llamada depresi-ónes, por eso, el

Tglp¿fadigpático de una cultura que sólo se orienta en función del plusde goce,un más de goce, que ya no estávelado, sino que es exhibido de to-t das as ormas posibles.

¿Cómo decirlo, en resumen?En la época victoriana de Freud, la neu-rosis,especialmentea obsesiva, ra el ideal social.En la nuestra,es a 99¡;

..yq¡ót lo que se hace cVd, a.:rczmás feseote como nueva norma social. Di-go perversión en un sentido generalizaáo, como gode que se deshace delOtro, del Otro sexo. La homosexualidad se desprende del Otro de la vet-dáSffóiqüó¿T flus de goce supera a a verdad. La época neurótica era aépoca de la justificación social, pasión del neuróiico. La é¡rgcJr_cuyaen-dencia se dibuia ahora es a del permiso a la perversión,al goce,'pft's elpropio goceesya ,hoy día, su propia justificación.<Los ustos dice la cul-tura, si no la de hoy, la de mafiana- serán os gozadores.>>

En este sentido sí, üpsicoanálisis es),-rn íntoma social que Ie permiteal neurótico encontrar al Otro que necesita, l Otro de la ustificación.Ellono impide que seutilice también el psicoanálisis üa gozar. o cual crea unproblema para os psicoanalistas ue desconocenesta ógica.Sequedanes-tancados en el problema del fjn del anális-is, ues o piensancomo un pro-

cedimiento de saber, un procedimijn_t_o-eflitérnicd¡r se resisten todavía apensarlo como un procedimiento grQ¡iqo.un procedimiento en el cual lóepistémicoy lo erótico confluyen. Para Freud, la transferencia ue una sor-pr9gl. !o sorprendente de los psicoanalistas e la IPA fue la increíble de-saparición de la sexualidad en sus eorizaciones,durante años.Ahora tra-tan de recuperar la dimensión de la sexualidad. Diré, para terminar, que

esto no tiene mérito, dado el desastre histórico dela Ego Psychology delosaños cuarentay cincuenta.

*

Segunda conferencia:

El síntoma como aparato

Jacques-Alain Miller

<<A rimeira conferencia,ontem, foi !ara produzir algunsmal-entendi-

dos, a segunda,hoje, para corrigiJos. Lacan elucidado.>Ésta es una frase

mía, pronunciada en castellano,en SáoPaulo, en julio de 1989. Acabo de

repetirla,pero en portugués,y como es una cita, es cita de mí mismo. He ci-

tado esta rase, que dice que la primera cónferencia es para producir ma-

lentendidosy la segundapara comegirlos,porque me parece usta -debodecirlo, aunquemi inmodesiia puedaser molesta-. Esto tiene que ver con

la estructura misma del significante, a relación del Sr con el Sr' El sentido

del S, e viene del Sr. Siemprenecesitamos n significantemás para revisar

el sentido de lopn¡eriqia-lávéi,piéñó clüe esá rasé dé 1989 es tarit6Gñ

;éidaá-hoy ñ.q"""o"tttot.n.u.nrro,

tienen a misma estructura.Hay un

efecto de repetición, pero, por supuesto,no voy a repetir el mismo estilo.

Ayer fue un día de apertura, un poco solemne, era necesario tálar tnavía,

también recorrer cierto camino. Estave2,quiero un estilo, digamos,más re-

lajado, un estilo más de seminario tan necesario,por otra parte, porque

quizátocaré temasmas técnicos que ayer-. Así, sepuede decir que ayer

fue mas estético,como algunosme han dicho, y estavez estarámás dentro

del campo analítico.Debo decir que hay bastantes osasque me parecenbien en este ibro.

Puedo juzgarlo porque desdeque pronuncié esas onferencias o también

me he desplazado.He releído cosasque, realmente,había olvidado total-

mente haber pronunciado. Ayer noche no pude resistirme al placer de ho-jearlo y me complació, también, ver la presencia-a travésde sus nom-

bres- de mis viejos compañerosdesdehace años. Evidentemente,sería

preciso publicar un segundo ibro para corregir los malentendidossuscita-

dos por el primero, pero, dado que este ibro representaun período de