Mihai Eminescu3

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Mihai Eminescu Por la noche... Por la noche, perezoso y cárdeno, arde el fuego en la chimenea; desde un rincón en un sofá rojo yo lo miro de frente, hasta que mi mente se duerme, hasta que mis pestañas se bajan; la vela está apagada en la casa... el sueño es cálido, lento, suave. Entonces tú te acercas por la oscuridad, sonriente, blanca como la nieve invernal, dulce como un día de verano: te sientas en mis rodillas, querida, tus brazos rodean mi cuello... y tú con amor miras mi rostro que palidece. Con tus brazos blancos, delicados, redondos, perfumados, tú encadenas mi cuello, sobre mi pecho apoyas tu cabeza; y como salida de un sueño, con manos blancas, dulces, tú vas apartando los mechones de mi triste frente. Alisas, despacio y perezosamente, mi frente tranquila y, pensando que estoy dormido, astuta, posas tu boca de fuego, como el sueño, sobre mis ojos cerrados y en medio de mi frente y sonríes, como se ríen los sueños en un corazón amado. Oh! Acaríciame, hasta que mi frente vuelva a ser lisa y suave, Oh! Acaríciame, hasta que vuelvas a ser joven como la luz del sol, hasta que seas clara como el rocío, dulce como una flor, hasta que mi rostro no esté arrugado, mi corazón ya no sea viejo. (Traducción - Dana Giurca / José Manuel Lucía Megías)

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poezie in limba spaniola

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Mihai Eminescu

Por la noche...

Por la noche, perezoso y crdeno, arde el fuego en la chimenea;desde un rincn en un sof rojo yo lo miro de frente,hasta que mi mente se duerme, hasta que mis pestaas se bajan;la vela est apagada en la casa... el sueo es clido, lento, suave.

Entonces t te acercas por la oscuridad, sonriente,blanca como la nieve invernal, dulce como un da de verano:te sientas en mis rodillas, querida, tus brazos rodeanmi cuello... y t con amor miras mi rostro que palidece.

Con tus brazos blancos, delicados, redondos, perfumados,t encadenas mi cuello, sobre mi pecho apoyas tu cabeza;y como salida de un sueo, con manos blancas, dulces,t vas apartando los mechones de mi triste frente.

Alisas, despacio y perezosamente, mi frente tranquilay, pensando que estoy dormido, astuta, posas tu boca de fuego,como el sueo, sobre mis ojos cerrados y en medio de mi frentey sonres, como se ren los sueos en un corazn amado.

Oh! Acarciame, hasta que mi frente vuelva a ser lisa y suave,Oh! Acarciame, hasta que vuelvas a ser joven como la luz del sol,hasta que seas clara como el roco, dulce como una flor,hasta que mi rostro no est arrugado, mi corazn ya no sea viejo.

(Traduccin - Dana Giurca / Jos Manuel Luca Megas)