Miguel Poradowsky. ¿Por Qué El Marxismo Combate Al Tomismo

8/11/2019 Miguel Poradowsky. Por Qu El Marxismo Combate Al Tomismo

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POR QUE EL MARXISMO GOMBATE AL TOMISMO? *

P O R

M I G U E L P O R A D O W S K I .

Mi ponencia en estaSemana Tomista ser muy distinta de las

que hasta ahora hemos tenido el placer de escuchar, pues todas las

anteriores se ocupaban del propio pensamiento tomista, sea desde el

punto de vista histrico, sea filosfico o teolgico, mientras que el

tema que a m me corresponde tratar es de carcter puramente in-

formativo.

Adems, mi ponencia no solamente es distinta, sino tambin muy

ingrata, pues no me toca de informar del actual estado de los estu-

dios tomistas, lo que sera muy grato, tanto para m como, segura-

mente, tambin para los asistentes, sino de un hecho de por s

solo muy triste, doloroso y desagradabe, a saber, de la lucha, qu

en la Iglesia postconciliar se est llevando a cabo contra el tomismo.

Es ingrato tanto para, m como para los que me escuchan recordar

que el tomismo, al que durante esta semana aqu tanto hemos sabo-

reado y admirado, actualmente es combatido en t ro de la misma

Iglesia.

En mi corta exposicin no pretendo analizar detalladamente todos

los aspectos de esta situacin, sino que exclusivamente voy a sealar el

hecho mismo y a plantear esta pregunta: por qu el marxismo, infil-

trado en la Iglesia, combate al tomismo?

Antes de entrar en el tema, quisiera definir los lmites de mi ex-

posicin. No se trata de hablar sobre la situacin del tomismo en la

Iglesia postconciliar, o sea, de informar sobre las actitudes de los

catlicos frente al tomismo, sino exclusivamente de concentrar nues-

tra atencin sobre las razones que uno de los grupos antitomistas,

a saber, los marxistes, tiene para combatir al

t omismo

Para que nadie tenga la posibilidad de acusarme de cargar a los

marxistas con toda la responsabilidad de la furia antitomista, que ca-

* Ponencia desarrollada en la Semana Tomista celebrada en la Universi-

dad Catlica de Valparaso (Ch ile) en los das 10-15 de junio de 19 74.

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racteriza muchos ambientes dentro de la Iglesia de hoy da, me per-

mito recordar brevemente que, actualmente, dentro de la Iglesia se

perfilan tres actitudes frente al tomismo, cada una de ellas con va-

rios matices.

Desde luego tenemos la actitud, que yo llamara protomista, den-

tro de la cual, supongo, se encuentran la mayora de los aqu presen-

tes; la actitud de los que consideran al tomismo como lo ms exqui-

sito del pensamiento filosfico y teolgico cristiano; claro est que

por el tomismo, en este caso, entendemos no solamente el pensamien-

to de Santo Toms, sino todo el pensamiento cristiano, tanto filo-

sfico como teolgico, desarrollado por los seguidores del doctor An-

glico, que durante los siete siglos, poco a poco, por el continuo es-

fuerzo de tantas generaciones de filsofos y telogos, se desarroll

y sigue desarrollndose, pero del cual la obra de Santo Toms es la

piedra angular.

Otro grupo constituyen los que no son partidarios ni adversarios

del tomismo. Lo consideran ms bien como una etapa en la vida

intelectual del cristianismo, una etapa muy importante en su tiempo,

pero que pertenece al pasado y, por ende, segn ellos, no debera

ocuparnos mayormente hoy da sino que en nuestra poca, en la se-

gunda mitad del siglo veinte, en el siglo de conquistas espaciales y de

energa nuclear, ms bien deberamos tener la ambicin de elaborar

una nueva filosofa y una nueva teologa, ms de acuerdo con nues-

tros tiempos y nuestras inquietudes.

Hay tambin una tercera actitud, la de los antitomistas: en cuya

actitud se encuentran muchos y muy variados grupos. Mencionemos

solamente algunos.

Entre ellos tenemos quienes, siendo muy fervorosos cristianos y

destacndose por su fidelidad a Cristo y su Evangelio y ms todava

por el extraordinario celo apostlico, piensan que el tomismo, como

una filosofa medioeval, es ms bien un obstculo que una ayuda

para el apostolado de hoy da y,, por ende, debera ser arrinconado,

olvidado si no totalmente eliminado de los estudios teolgicos. Esta

posicin, por muy discutible que sea, es respetable, a mi juicio, pues

es movida por una sincera preocupacin por la evangelizacin, es

decir, por las razones que se suele llamar, hoy da, pastorales.

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Hay otros, que siendo vctimas de una propaganda de calumnias,

que desde hace seis siglos est desarrollada contra la Edad Media,

presentndola, especialmente en los siglos Xlll y XIV, como una poca

de obscurantismo e ignorancia, de buena fe atacan -al tomismo, que

desconocen, pues nunca seriamente estudiaron el perodo de la his-

toria de Europa, que Daniel Rops llam l de las catedrales y de las

cruzadas , al cual el eminente historiador Cohn, profesor de la Uni-

versidad de Pars, le dedica un grueso volumen, titulado La clart

du Moyenage y su colega Pernoud, otro volumen, titulado La lu-

mire du Moyenage , para mencionar solamente algunos juicios

autorizadosdenuestros das.

Hay tambin otros que, llevados por el sincero celo apostlico,

dedicados al ecumenismo, ven en el tomismo un obstculo para un

sincero acercamiento a los hermanos separados y, por mucho que

les duela, prefieren sacrificar una valiosa parte del pensamiento cris-

tiano, mal visto por las otras corrientes cristianas. A estos tambin

deberamos comprenderlos.

Pero hay una corriente ecumenista denunciada por el Papa Pau-

lo V T cmo un falso ecumenismo . Ella pretende unir a todos los

creyentes en Dios en una sola religin, que ya no sera cristiana, sino

una sntesis de todos los credos. Es esta corriente la que con toda

furia se lanza contra el tomismo. Es aqu donde nosotros, los tomistas,

tenemos los ms serios y resueltos adversarios.

Como no es el tema de mi ponencia ocuparme de todos lo sadver-

sarios del tomismo concluyo con estos ejemplo, que me he permi-

tido mencionar solamente para que tengamos presente que el mar-

xismo, infiltrado en la Iglesia, no es ni el nico, ni el ms impor-

tante enemigo del tomismo. Pero la lucha contra el tomismo en la

Iglesia catlica postconciliar entr en una nueva fase desde el mo-

mento que encontr un poderoso aliado en el marxismo, infiltrado

en la Iglesia.

Cules son las razones que el marxismo, infiltrado en la Iglesia,

tiene para combatir al tomismo? Este es el tema central de mi po-

nencia.

Antes de empezar a tratarlo, quiero hacer todava dos observacio-

nes. Primera: no pretendo aqu hablar de la actitud del marxismo

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como cal, sino exclusivamente del marxismo infiltrado en la Iglesia,

es decir, del marxismo que ataca desde dentro y no del marxismo

que ataca desde fuera, pues las tcticas (como tambin los motivos)

de estosataques .sonmuy distintas.

Segunda observacin: no pretendo dar una respuesta completa,

cabal; slo quisiera plantear el problema, despertar una curiosidad

por esta pregunta y provocar una discusin, una investigacin, no

inmediata, aqu, en esta reunin, sino una seria y tranquila investiga-

cin cientfica, pues considero que el asunto es importante y merece

que se lo trate muy seriamente.

Despus de esta introduccin paso a leer mi corta ponencia:

Por qu el marxismo, infiltrado en la Iglesia, combate al tomismo?

*

Somos testigos que desde hace varios aos en la Iglesia Catlica

se combate al tomismo: se lo elimina de los programas de los estu-

dios en los Seminarios y en las Universidades Catlicas; desaparece

la filosofa tomista en las revistas catlicas de filosofa, teologa y

cultura general; cada ao disminuyen las publicaciones de los estu-

diostomistas mientras que se da cada afo ms la preferencia a las

filosofas contrarias al tomismo, a las publicaciones que lo atacan

o ridiculizany sepretende reemplazarlo con el marxismo.

Es sabido que a medida que se acenta la penetracin del pen-

samiento marxista en la Iglesia Catlica tambin crece dentro de ella

la lucha contra el tomismo.

Se podra pensar que es un proceso lgico: dos filosofas com-

pletamente antagnicas no pueden coexistir dentro de la misma co-

munidad espiritual. S, hoy por hoy, muchsimos catlicos, especial-

mente los sacerdotes, asimilan el marxismo y piensan con las cate-

goras marxistas, es lgico que ellos tambin combatan al tomismo.

Pero el extraordinario celo con el cual, desde hace ms o menos

diez aos, se combate el tomismo en el ambiente catlico y especial-

mente el fanatismo que demuestran los que

ridiculizan

a Santo To-

ms y quieren eliminarlo completamente de las Universidades Ca-

tlicas y de los Seminarios, no se explican solamente por la incom-

patibilidad de estas dos filosofas antagnicas. Es evidente que

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existen otros mviles, otros motivos que actan por debajo de esta

increble furia antitomista en la Iglesia Catlica.

Ser solamente uno de los muchsimos aspectos de la ofensiva

progresista-marxista contra todo lo tradicional en la Iglesia? Es eso

y mucho ms.

Gracias a unos artculos del padre jesuita Arturo Gaete, publicados

en

Mensaje

(1 ) {una revista que desde hace varios anos se destaca

por su progresismo y su promarxismo (2 )} en los cuales con toda

sinceridad el autor expone las razones de su lucha contra el tomis-

mo, podemos comprobar que los marxistas, infiltrados en la Iglesia,

tienen muchos y muy importantes motivos para eliminar completa-

mente del ambiente intelectual catlico el pensamiento del Doctor

Anglico.

Pero, antes de analizar estos motivos y comprobar la gravedad

del fenmeno, convendra recordar la importancia de la presencia del

tomismo en el pensamiento cristiano.

Denis de Rougemont, en uno de sus artculos en la revista Preuves

nos recuerda, que la que llamamos filosofa cristiana naci y se

desarroll por dos m otivos: uno, comn a toda filosofa, lo consti-

tuye el imperioso deseo del hombre de buscar la verdad y de re-

flexionar sobre ella; y el otro motivo, que solamente acta en este

caso, fue y sigue siendo la necesidad de elaborar una filosofa que

facilite la creacin de la Teologa cristiana, es decir, una filosofa

que proporcione los conceptos y los trminos adecuados para la

teologa. Como ejemplo ilustrativo, Denis de Rougemont menciona

los conceptos de persona , naturaleza , comunidad , etc., de la

filosofa cristiana medioeval, como elaborados para poder estudiar

teolgicamente los misterios de la fe cristiana, especialmente el

dogma de la Santsima Trinidad. En otras palabras: la filosofa cris-

tiana siempre tena y sigue teniendo el carcter de una disciplina

al servicio de la teologa.

Quien estudiaba la teologa cristiana sabe que es imposible aden-

trarse en ella sin previos estudios de la filosofa

cristiana

(el cono-

(1 ) Diciembre de 19'71 Y diciembre de 1972. Santiago de Chile.

(2 ) Lo cual no quiere decir que todos los artculos que publica

Mensaje

tengan este carcter.

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cimiento de otras filosofas no ayuda en nada para los estudios teo-

lgicos). Quien no estudiase seriamente la filosofa cristiana (es decir,

la filosofa escolstica ) no era capaz de estudiar la teologa cris-

tiana (3). Es por esta razn que la Iglesia siempre exiga que los

estudios teolgicos en los Seminarios y en las facultades de Teolo-

ga fueran precedidos por los estudios de la filosofa cristiana (4).

Pues bien, el tomismo es lo ms exquisito de la filosofa cris-

tiana; es la mejor presentacin del pensamiento filosfico cristiano de

los primeros doce siglos y, al mismo tiempo, es una sntesis de lo

ms valioso de la filosofa precristiana europea que el cristianismo

pudo asimilar e incorporar en su pensamiento.

Sin el conocimiento del tomismo toda la especulacin teolgica

se hace imposible; sin una formacin intelectual basada sobre el to-

mismo todas las obras teolgicas cristianas resultan incomprensi-

bles o al menos su lectura y sus estudios sumamente difciles.

Esta necesidad del tomismo para el pensamiento teolgico lo

muestra tambin un hecho evidente: todas las obras teolgicas de

los ltimos aos, escritas por telogos que no conocen al tomismo o

lo rechazan por principio, carecen en absoluto de valor.

La lucha en contra del pensamiento de Santo Toms, que hoy

da con tanto celo conducen los marxstas y los cripto-marxistas en

la Iglesia, est dirigida no solamente contra el tomismo, sino, indi-

rectamente contra la teologa como tal. Eliminando el tomismo de

las Universidades Catlicas y de los Seminarios y, en general, de toda

la preparacin y formacin de los candidatos a sacerdotes y di-

(3 ) Es sabido que a los judos de la fe mosaica les repugna el dogma de

la fe cristiana sobre la Santsima Trinidad; probablemente eso ocurre no so-

lamente por razn del hecho de que los judos son par excelence mono-

testas, sino tambin porque son incapaces de aceptar este dogma, por no

conocer conceptos y trminos como persona, naturaleza, etc., elaborados

por la filosofa cristiana sin los cuales este dogma parece un absurdo.

(4 ) El problema de la relacin entre la filoosfa y la teologa est es-

tudiado a fondo por el profesor L. Bogliolo, en su obra Filosofa e cristiane-

simo: problema o dramma?

El autor sostiene que cuando la teologa se des-

vincula de la filosofa deviene una teologa de la muerte de Dios, y cuando

la filosofa se separa de la teologa llega a ser una filosofa de la muerte

del hombre (l'tre pour N ant) como en la filosofa de J . P. Sartre en

Etre et Nant.

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conos (casados), se ataca y destruye a la teologa como tal, pues nin-

guna obra teolgica de la teologa tradicional (y no existe ni puede

existir otra teologa cristiana) es hoy accesible y comprensible sin

previo estudio del tomismo. Solamente a medida que alguien se

adentra en la filosofa tomista, puede tambin adentrarse en la teo-

loga.

Es evidente que uno de los propsitos del actual antitomismo es

impedir el estudio de la teologa. Parece que los antitomistas de esta

manera quieren efectuar un tipo de lavado del cerebro de la fu-

tura generacinde sacerdotes.

Pero el antitomismo tiene tambin otros propsitos. Actualmente

se hace un gran esfuerzo para integrar directamente la filosofa mar-

xista en el pensamiento cristiano y especialmente en el pensamiento

teolgico. Algunas teologas como, por ejemplo, la del sacerdote pe-

ruano Gustavo Gutirrez, profesor de la Universidad Catlica de

Lima, o como la de Hugo Assmann, jesuta brasileo, o de Bishop,

norteamericano, el fraile dominico que recientemente apostat, in-

corporan el marxismo a la teologa catlica no inconscientemente,

sino a sabiendas, mientras que los otros lo hacen sin darse cuenta,

siendo vctimas de lo que el pensador catlico brasileo, Plinio Co-

rrea de Oliveira, llama el trasbordo ideolgico inadvertido . Gus-

tavo Gutirrez y Bishop hacen una teologa esencialmente marxista,

pues introducen en ella las categoras y terminologa de la filosofa

marxista, reemplazando de esta manera el tomismo. Hugo Assmann

va mucho ms lejos, pues introduce incluso el pensamiento neo-

marxista, basando su seudoteologa sobre la praxeologa del filsofo

marxista polaco Tadeo Kotarbinski. Est marxistizacin de la teo-

loga sera imposible sin la previa eliminacin del tomismo. Salta a

la vista que la eliminacin del tomismo era la condicin previa para

poder introducir el marxismo en la teologa. Se elimin el tomismo

para poder reemplazarlo con elmarxismo.

Pero qu vale, una teologa basada sobre el marxismo? Qu tipo

de teologa es sta? Es una antiteologa. Es la corrupcin de la teolo-

ga; es la subversin intelectual.

Esto tambin explica por qu la teologa protestante fue la pri-

mera que con tanta facilidad se acerc al marxismo. Los telogos

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protestantes, a los cuales desde ya hace mucho tiempo faltaba una

seria formacin intelectual tomista, cayeron casi de inmediato en

la trampa marxista, identificando el Reino de Dios predicado por

Cristo con una sociedad ideal marxista, como, por ejemplo, lo han

hecho Karl Barth y sus discpulos.

Pero hay otras razones de esta actual lucha contra el tomismo.

Volvamos a las mencionadas al principio en los artculos del padre

jesuta Arturo Gaete. En estos artculos el padre Gaete se lamenta que

a pesar de una muy buena voluntad de ambas partes todava

existen dificultades en el dilogo entre el catolicismo y el marxismo.

El padre Gaete se muestra partidario no solamente del dilogo sino

ms bien de una completa colaboracin entre los catlicos y los mar-

xistas, para poder llegar a una verdadera sntesis del catolicismo con

el marxismo. Pero, segn el padre Gaete, hay algo que lo impide y

este algo que hay que eliminar es precisamente el tomismo. El

padre Gaete considera que la mentalidad cristiana, y especialmente

la catlica, es impermeable a la influencia del marxismo por la pre-

sencia en ella del tomismo; de ah la conclusin que, para poder

llegar a una sntesis del cristianismo con el marxismo, previamente

hay que eliminar por completo el tomismo. Ms an, no basta sola-

mente eliminar al tomismo, es menester reemplazarlo por la filosofa

kantiana y hegeliana. Es decir, el padre Gaete se da cuenta de una

diferencia sustancial entre el pensamiento cristiano y el pensamiento

marxista; quiere sintetizarlos, pero no adaptando el pensamiento mar-

xista al pensamiento cristiano, sino al revs, adaptando el pensamiento

cristiano al pensamiento marxista. De esta manera, confiesa que paira

x

l lo verdadero es el marxismo y lo equivocado es el tomismo, en

el cual est modelado el pensamiento cristiano.

La filosofa tomista es una filosofa del ser, mientras que la fi-

losofa marxista es una filosofa de la accin. Segn el padre Gaete,

desgraciadamente no slo el tomismo sino tambin el neotomismo

son prekantianos, mientras que el marxismo es postkantiano y, ms

todava, el marxismo no solamente es postkantiano sino kantiano,

pues est basado en la filosofa de Kant. Hay que reemplazar entonces

en el pensamiento cristiano a Santo Toms por Manuel Kant y por

Hegel. Slo la filosofa de Kant puede preparar la mentalidad del

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cristiano a la aceptacin de la filosofia de Hegel y slo la filosofia

hegeliana capacita al hombre para recibir el pensamiento de Marx.

De esta manera se nos descubren los entrebastidores de la lucha

contra el tomismo.

Lo confirman as otros autores. Ya Paul Valry sostena que

fueron las filosofas kantiana y hegeliana las que generaron el pen-

samiento marxista: Kant, qui genuk Hegel, qui genuit M ar x. .. .

Esta famosa frase de Valry la recuerda Len Emery en su estudio

sobre la diferencia entre la filosofa social de Augusto Comte y dela

de Carlos M arx (5 ).

Loconfirman tambin los hechos. He aqu uno de ellos: son los

telogos protestantes quienes primero cayeron bajo la influencia del

marxismo. Pues bien, cuando se leen las obras de ellos salta a la vista

que, por una parte, desconocen por completo la filosofa tomista, y,

por otra, que se hallan bajo la influencia de las filosofas kantiana

y hegeliana. Un ejemplo concreto lo constituye la teologa de Die-

trich Bonhoefer. Me refiero a su famosa obra Dogmatische Un-

tersuchung

zu r

Sociologie der Kirche (Chr. Kaiser Verlag, I960).

A lo largo de su libro el autor siempre se refiere a la filosofa de

Kant y de Hegel y si usa los trminos persona , sociedad , co-

munidad , etc., siempre los Usa en el sentido kantiano y nunca en el

sentido tomista y si se refiere a veces a Santo Toms lo hace para

subrayar la diferencia existente entre el tomismo y el kantismo. Pues

bien, es sabido con qu facilidad Dietrich Bonhoeffer ha asimilado

el marxismo.

Lo descubierto por el padre Gaete era ya bien conocido para los

pensadores de la primera mitad del siglo XIX, a sab^r: que la filo-

sofa hegeliana, basada sobre la kantiana, es la causa de la desorien-

tacin en el pensamiento cristiano, y que lleva a los catlicos al pro-

testantismo y especialmente al modernismo, como subraya el pensa-

dor de la poca Gorres en su obra sobre la vida de San Atanasio (6),

(5 ) Ve a: Len Emery, De Com te a Ma rx, publicado en la revista

Le Con trat social revue historique et critique des faits et des ides juillet

. 195 7, pg. 146 .

(6 ) Joseph Grres, Athanasius, Regensburg, 1838, 4 Ausgabe. .

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que tan oportunamente acaba de recordar el valiente obispo de Ra-

tisbona, Monseor Dr. Rudolf Graber (7 ).

Recapitulo: por qu se combate hoy da al tomismo? Parece que

se hace para:

1. imposibilitar una adecuada formacin intelectual como pre-

paracin y base a los estudios teolgicos;

2. vaciar la teologa de los fundamentos filosficos del pensa-

miento genuinamente cristiano;

3. facilitar de esta manera la penetracin de las filosofas kan-

tiana y hegeliana, como preparacin para la asimilacin del

marxismo;

4. introducir el marxismo como base de una nueva teologa

y, de esta manera, abrir las posibilidades de una completa

marxistizacin de la teologa;

5. facilitar el dilogo entre los cristianos y los marxistas y, de

esta manera, crear un ambiente propicio para una colabora-

cin estrecha entre ellos, primero, y despus, para la subordi-

nacin de los cristianos a los marxistas, a fin de comprome-

ter a la Iglesia con la revolucin marxista en marcha;

6. llegar a una sntesis del pensamiento cristiano con el pen-

samiento marxista, es decir, a una marxistizacin del cristia-

nismo;

7. facilitar la subversin intelectual entre los cristianos, y es-

pecialmente entre los clrigos; en una palabra: para destruir

la teologa y el mismo cristianismo.

Ojal que estos ataques de los enemigos del cristianismo contra

el tomismo abran los ojos de los cristianos para que sepan apreciar

el valor y la importancia de la filosofa tomista y contribuyan al

desarrollo de los estudios tomistas y a un mejor conocimiento del

tomismo, como una barrera intelectual que impida la infiltracin del

neomodernismo y del marxismo en el pensamiento cristiano.

(7 ) Bischop Dr. Rudo lf Graber, Athanasius und die Kirche unserer Zeit,

Josef Kral Verlag, Abensberg, 1973, pag. 11.

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